You are on page 1of 12
ANALES DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE, ENERO-MARZO DE 1068 como Quetzaledal 0 serpieme:emplumada, cominmente sostenida por la realidad mal observada del hurén © quigues que incluso fen algunas regiones es Hamado culebr6n. La circunstancia forcuita que pudiera descubrirse en el terrtorio de Chile una evlebra que ecuerde algo tal descripeién, como podela ccurrir con algun Bothrops 0 un Boideo no es imposible, pero aktamente improba- ble. Pero mientras se especule sin observacién real de un individuo, estamos en nuestro derecho de no creer en su existencia. A Io menos ésta es la Gnica posicidn que el hombre de ciencia podria asumir ante antecedentes que son nieramente legendarios. 4 En torno a Los adioses de Juan C. Onetti por Hugo J. Verani 1Qué odios0 es pentar que todo ha ‘de marehitare,arrugaree y perecer! Maria Bashkirsef Dentro de la extensa y compleja obra de Juan C Onetti, su novela Los adioses, publicada en 19549, se caracteriza por su uni= dad tematica, Una constante de las novelas de Onetti es la estruce turacin del mundo narrativo de sus ficciones.en torno a héroes problemiéticos, que se enfrentan a un mundo desolado y determi. nista, ante el cual nada pueden hacer. En medio del abatimiento fisicomoral, estos héroes, en su mayorfa hombres maduros, inten. tan mitigar su angustia existencial, pero todos sus esfuerzos que. dan irremediablemente frustrados: la fatalidad parece divigit to. das las acciones de los protagonistas de sus novelas. De estas no- velas surgen una visién del mundo y de Jz vida en la que los valo. res del presente se conciben como falsos y despreciables, una obstinada destruccién de toda ilusién, y una falta de fe en la relacién del hombre con el universo que lo rodea, que el mismo ‘Juan ©. Onciti, Lor ediues, Buenos Aires, Sur, 1954. €8 péginas, Todas las ita son de la segunda edicién, Montevideo, Arca, 1965, 88° plginss, En 1967 ‘Arca publicé una tercera edicién 3S ANALES DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE, ENERO-MARZO DE 1966 novelista uruguayo ha definido en una entrevista: “Todos los petsonajes y todas las personas nacieron para la dereoca"? En Los adioses, como en La montafia mégica de Thomas Mann, ) personaje principal es un tuberculoso que va a las montaiias a curarse; pero no estamos ante una novela humanistica como La montafia magica, donde al mismo tiempo que se analiza el alma de Hans Castorp se incluye gran variedad de elementos extra narrativos: i, politicas, de astronomla, reli sgiosas o de la naturaleza de la realidad. En Los adioses nos halls intético, sin erudicién, reducido susiones filosét mos ante un pequeiio mundo, casi a In breve historia de un hombre que conocemos indirecta- mente a través del narrador principal, El progatonista, hombre enigmético, qué no quiere reconocer su. agonismo actual, aparece como un sobreviviente del ayer, preocupado por el paso irrever- sible del tiempo, por Ja cercanfa de una muerte absoluta: 1a nada, Su enfermedad cumple en esta novela una funcién primordial —Ia de profundizar en la vida—; de este ahondamiente en su alma surge wha peculiar concepeién def mundo fundamentada en una obsesiva enajenacién, rasgo animico alrededor del cual se estruc- constituird In parte central de este tura Ia novela y cuye estudi srabajo. Con anterioridad Ia critica habla considerado Los adioses co- mo una historia de amor, Emir Rodriguez Monegal, en su articulo “Una 0 dos historias de amor", el mds extenso dedicada a ta no vela hasta la fecha, dice: “Entre Jos eres [personajes], con los datos aportados por [os tres, se va armando este relato que Ia solapa y una faja significativa puesta al volumen califican de Historia de Amor’, ¥ mas adelante repite: “En realidad, ésta es una Historia de Amor y no de Sexo... Lo que los une {a los personajes], en "Maria Esther Gilio, Onetti y sur demonior interiores Marcha, 1° de julio be 1966, p25. : Emir Rodriguez Monegal, Nevradores de esta América, Montevideo, Alf, palm, 36 ‘HUGO J. VEKANI: 54° TORNO 4 LOS ADIOSES DE JUAN C. ONETTI verdad esencial, es el Amor". Corrobora esta opinién el critico norteamericano James East Irby en La influencia de Faulkner en euatro narradores hispanaamericanos, donde se refiere a Los adio- ses como “esta doble historia de amor"®, Puesto que en nuestro trabajo discrepamos fundamentalmente con las opiniones expresa- das arriba, nuestro propésito principal seré, pues, determinar los contenidos del mundo narrativo onettiano y la naturaleza de los personajes que en él habitan, intentando seialar, hasta donde sea posible, la razén de ser de ambos: la implacable destruccién de todo lo existente en un mundo novelistico sin amor, si entendemos por amor una forma de comunicacién, ausente ésta totalmente en Los adioses. Ex tiruo E] titulo de esta novela podria ser significamte; todo plural indetermina, agrega clementos abstractos; por esta raz6n, estos “adioses” crean un aire roméntico de velada nostalgia. Son los adioses de un hombre que espera sin esperanza su destino final, de un ente humano, antes joven y fuerte, victima ahora de la tuberculosis, que viene a curarse a un pueblo en las sierras, y que con el suicidio se despide de la vida y de fo que lo une a ella, Es tun “adiés” hasta ta muerte, sin intencién de forjarse esperanzas © de perdurar. No se plantea ningun problema del més all4, No hhay constantes religiosss en ta vida del protagonista, y aun la ‘atedral, frente a la cual tomaba cerveza, carece de todo significado ukerior: “Yo lo imaginaba, solitario y perezoso, mirando a la igle- sia como miraba la sierra desde el almacén, significado, casi para elitminarlos.." in aceptarles un Por eso estos “adioses” son definitivos; documentan que Ia oid. p16, ‘James East Iiby, La injluencia de Fouliner on cuatro nerradores hispano- americanos, México, edicién mimeogrética, 1986, p. 106. Juan C. Onews, Ler adioses,p. 12 a7 ANALES DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE, ENERO-SARZO DE 1968 juvencud ya pas6, y con ella, la vida. Este hombre no se desespera ante Jo abstracto, Ia muerte, sino ante algo concreto, el pasado, €l ayer irrecuperable y Ia juventud irreversible. La pérdida det vigor fisico, y el paso inevitable del tiempo, que tanta alienacién y angustia producfan a Jos personajés de una de las novelas ma. yores de Onetti, La vide breve, agobian tarabién el temple de éni- mo del personaje principal de Los adioses, a tal punto, que de la lectura de la novela podemos arribar a una conclusién desoladora la inutilidad de la existencia. La preocupacién por el paso det jempo, el “rumor de Ja arenilla”, se nota hasta en los més pe- quefios detalles de la narracién, los cuales agregan unidad tems. tica y coherencia a a novela, Asi vemos que cuando el protago. fa viene a tomar cervera al almacén del narrador se sienta bajo el almanaque®, como sintiendo all{ el peso del tiempo, y, cuando 0 se no lo hace, el narrador hace resaltar el acontecimient acereé al almanaque"®. El tiempo se cieme por igual sobre otros personajes: Ia belleza de la muchacha joven es descrita como “tran. sitoria belleza"i0, También se refleja el tiempo cuando el narra dor encuentra en casa del protagonista, después de su muerte, “un montén de diarios que no habfan sido desplegados munca”, re curso que en forma paralela ya habfa sido usado, entre otros, por Azorin en su cuento “Sarrié” para simbolizar el desinterés por el presente, la desesperanza y el abandono!? ial que en La vida breve, donde Podrlamos agregar que, al Onetti hace uso de und cancién, “La vie est bréve", en Los adioses también se incluye una cancién como elemento significante y en Gierta manera relacionado directamente con el contenido tematica ‘Wid, p. “rid, 14,18. ‘wid, p21. Htbid,,p. 58. La wanstoria Belle es uno de Jos rasgos distintvos de ta noveliaica de J. 6. 0. la belesr munca es permanente y si pérdida, 8 por ‘ej, enfermedad, embarero o prostitucién, produce un sentido de techaro ‘epulan en los héroes onttano. : 38 ‘MUGO J. VERAN BN TORNO 4 LOS ADIOSES DE JUAN C. oNErTE de la novela: “La vida color de rosa", Esta cancién representaria el pasado, ya muerto; oida en el presente es una ironfa, pues ahora esel tiempo de “los adioses” definitivos entre los huéspedes de ese hotel serrano, alojanniento de tuberculosos Aguien tenia la ventana abierta en el primer piso del hotel; esaban Bailando, se relan y las voces bajiban brsermente basta om tenn te attioses, de confidenciss concluyentes; pasaban bailando frente Is vem a, el disco era “La vids color de ros", en acordeon's, EL conteNiv0 DEL MUNDO En Los adioses no se nomina nunca el protagonistalt; desde Ja primera pagina se le Mama a éste “el hombre”, “el nueva", “el tipo", carece de esa primitiva individualidad que dan un nombre y un apeltido, y estd rodeado de gente que tamporo tiene nombre: su mujer, su hijo, su hija; tampoco Io tiene el narrador, S610 los personajes més alejados de su mundo poseen nombre, entre los que resalta el Dr. Gunz, el médico que observa con frialdad el Jento proceso de su condena. EI héroe de la novela realista de la época moderna, que alcanz6 su culminacién como individuo en el siglo x1, que exigia nombre y apellido, individualidad extre. ma, el desarrollo de su sicologia particular, y que era caracteri- mado como un ser real y burgués, ha desaparecido porque el hom- bre ha dejado de ser héroe. Ahora es apenas un ente vivo en un mundo que no comprende. Sin embargo, Onetti no se aparta del J.C. Onetti, op. ct, p. 4 ° de tas maylsculas equivaldria a la letra J, clave de "fo": “Eran dos tos tipor de redonds, eon 12 maytiscula semejante a un signo musical, las zetas la _ intimeros tres". (p. 15) = " aan 39 LANALES DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE, ENERO-MARLO DE 1908 realismo caracteristico de la novela contemporinea; todo est4 par ticularizado y tiene su nombre distintivo (el genérico) —el alma. cén, el hotel, el sanatorio, el cémino, el puente, 1a casa de las portuguesas. Pero el realismo de Onetti en Los adioses no es deta- llista, no se preocupa por realidades exteriores, por “trajes y mue- bles”, segiin el acertado comentario de Ernesto Sébato al estudiar el realismo de la novela del siglo x1x; Onetti ve interesa primordial- mente en el estudio de deverminantes sicologicos, y de allf arranca ‘su realismo; y si no nomina a su héroe es por su funcién casi simbélica, de representante de “la condicién humana en su tota- lidad""8, y porque, en realidad, no necesita nombre para ser total- mente individualizado. Este “hombre” atrae nuestra atencién por encontrarse en una “situaci6n limite”, roméntica, en una zona.extrema entre la vida y la muerte, En la misma primera pagina el narrador nos Jo des- cribe como un hombre agonizante: sme hubieran bastado aquellos movimientos sobre Is madera ena de tajon rellenados con grasa y mugre para saber que no iba a curarse, que no coniocia nada de donde sacar voluntad pars eurarse*. “ode fa novela es el desarrollo de esta agonfa que se detiene en 1 instante final, por un acto volitivor el suicidio, Se sobreentiende desde el principio que hay un tinico ¢ ineludible fin a Ia desgarrante situacion del protagonista: Ja muerte. Este trégico destino avanza firmemente desde la primera pagina, y este aspecto del tema divide €l tiempo de la novela, la estructura narrativa de ésta y el mundo sicol6gico del protagonista en dos planos de realidad: un “aye afiana’ El "hoy" ¢s trivial, anecdéticos en él se pretende yun solucionar un problema irreversible, la muerte; por ¢s0 todos los Jean-Paul Sartre, {Qué ela literatura? Buenos Aires, Losada, 1962, p. 191, “Ibid, p.9- 40 HUGO J. VERANT: EN TORNO 4 LOS ADIOSES DE JUAN C. ONETTI movimientos del protagonista adquieren un aire de sobreviviente. Este “hombre” ¢s el sobreviviente dle un “ayer”, que se acerca fa talmente a un “mafiana’, la muerte, en su versién més desoladora: Ja nada. El pasado contiene todas las caracteristicas positivas de lo que fue este hombre; el futuro es lo desesperante, En el ayer hay una mujer y un hijo de cinco aitos, una hija mayor que la mentalidad pueblerina del narrador y dems testigos confunde con una aman- te, Esta hija sobreentiende otro pasado, apenas insinuado antes del desenlace final: obscenidad, nombres que habia inventado, mucho tiempo atrés para una mujer que ya no existia”. Esta mujer que ya no existia seria la madre de esa muchacha que acompafia al protagonista, su padre, y que gasta el dinero que habla heredado en la curacién de éste: “Heredé un dinero de su madre y tuvo el capricho de gastarlo en esto, en curarme”#, La madre de la hija del protago- nista es vista en perspectiva en el tiempo y no crea asociaciones en 1 pasado de éste, ni se insindan referencias personales; Ja vida es un pasar sin dejar huellas. Ast como no se sentia atraido por esa mujer desaparecida 0 por su hija, tampoco demuestra afecto ‘extuvo evocando nombres antiguos, de destefiida por su hijo o por su mujer actual. Es cierto que cuando su mujer viene a las sierras a verlo por primera ver el narrador dice: “Es como una luna de micl.. Ahora es otro hombre; ..no pueden estar sin tocarse las manos, se besan aunque haya gente"®, Asi mismo cuando bajaba Ia sierra con la hija, parecla “joven, sano"®, Pero estos breves instantes de aparente reencuentro con la felicidad, que coinciden con las fugaces visitas de su esposa € hija, son una especie de retorno initil del pasado, ya superado, de lo que pudo haber sido su vida si no hubiera perdido el vigor fisico S1bid, p60. bid, p78, Ibid. p. 2. Ibid, p60. 4 ANALBS DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE, ENERO-MARZO DE 1968 La ENAJENACION DEL, HEROE Sin embargo, y a pesur de estos breves momentos de alegria durante el reencuentro con su familia, parecia que el “hombre” se amaba deiasiado a si mismo para poder amar a los demés, Su vida se apoyaba en algo effmero, Ia juventud y la salud fisica, y la pérdida de éstas es la esencia de su tragedia. La rutina de las dos cartas que recibfa de su mujer y de su hija lo unen con su ayer y con el mundo, pero debemos fijar nuestra atencién en los momentos de su vida anteriores al tiempo narrativo de Ia novela, que el protagovista rememora y destaca. Asi podremos caracterizar mejor su temperamente y su relacién con las dos mujeres. Por presentdrsenos al “hombre” desde la periferia, 0 sea, desde el punto de vista del narrador-testigo, ci “héroe” no posee existen. cia auténoma, y, por lo tanto, Ia esencia de la novela debe buscarse en las acciones del protagonista y en lo que dice, en Ios detalles que el narrador saca de la oscuridad, sin necesidad de que éste nos lo defina, EI narrador impone su presencia y nos da una pers. pectiva, su “verdad”, que no tiene por qué coincidir necesaria. mente con la “verdad” del protagonista. Si nos atenemos a las palabras y a Ia imaginacién siempre erética del narrador estamos frente a una novela de amor (0 de sexo), pero si juzgamos al ‘héroe” por sus propias acciones y palabras, el resultado es opuesto, Analicemos detenidamente el texto. Nos enfrentamos con un hom- bre hermético que se aisla de sus compafieros, que evita insisten. temente todo tipo de relacién con los enfermas de ese pueblo en Jas sierras, que intenta pasar inadvertido senténdose “en un rin. con en penumbras"®, que busca eludir el presente y hacerse, la ees } sobre todo, volviron a sentir Ia insopartable insistencia del hombre en no Aceptar ta enfermedad que habla de hermanarlos con elles". p. 70 Ibid, v.18 2 HUGO 1. YENANI: BH TORNO 4 LOS ADIOSES DE JUAN C. ONETTI itusibn de no estar enfermo con al simple hecho de no despachar {ns cartas en el pueblo, y emprender, a tat efecto, el viaje de una hora a In ciudad. Es el unico hombre que va siempre vestido de sombrero y corbata, ‘in concesiones al lugar y al tiempo’, como recordando su vida ciudadana, Estas predilecciones revelan su de- 0 de mantener contacto con algo ya pasado, con un imposible, , a Ia vez, una empecinada voluntad de no querer aceptar la reali. dad actual. Pero cuando este hombre se reine en el comedor del hotel con su mujer e hija, “como si fuera la noche més feliz de su vids, como si estuviera festejando"® comprendemos qué es lo que considera mas intimo, més digno de rescatar de su pasado; durante ese reencuentro feliz se refiere por primera y iinica vez a su par sado; cerca ya de su muerte no habla de su amnor por su familia, de la felicidad compartida, pero si habla con entusiasmo, “gol por gol", de su altimo partido de bésquetbo! con los norteamericanos, El narrador reflexiona sobre el significado de esta accién: ePor qué habia elegido ¢1, entre todas las cosas que no le importaban, la historia del partido de bisquet? Lo veta onderezado en el taburete del bar, dispersando a un lado y otro el insignticante relato de culpa, derrota y juventud. La veia eligiendo, como lo mejor pata Hlevarse, como el sim bolo mds comprensible y completo, Ja memoria de aquella noche en ef ‘Luna Park..2, 1a clecciin de exe partido de bésquettol como elemento digno de destacar de su pasado ejemplifica la tesis principal de este tra. bajo: Is. obsesiva enajenaciin, el egocentrismo de un hombre que “habia vivido apoyado en su cuerpo, habia sido, en cierta manera, su cuerpo", Ya se nos habla insinuado que la tragedia del prota gonista no provenia de ta cercanfa de la muerte, sino de algo més intimo: P1bid, p. 27. bid, p68, bid, pp. 65-6 mb, p28. 8 ANALES DE 1.4 UNIVERSIDAD DE CHILE, ENERO.MARZO DE 1958 La muerte no era bastante, la clase de susto que é] mostrabe con los ‘ojos y 10s movimientos de las manos no podia ser aumentado por Ia fdea de la muerte ni adormecido con proyectos €e ciracién?” Y mds adelante, en una escena significativa, este personaje her- miético e introvertido, demostraré de manera indirecta su egotismo al considerar su pasado como lo tinico vigente. Una vieja de la ‘sierra se acerca a la ventana del chalet de las portuguesas y Io ve desnudo miréndose al espejo, pero no para admirar su cuerpo actual, sino para documentarse sobre el progreso de su enfermedad, lo irreparable del ayer que ya urs, y 1a erdgia realidad de sw destino, Esta escena estructurada sobre la base del mito antiguo de Narciso: frente al rfo (aqui un-hombre desnudo frente a wn es pejo), aparece como sintesis y culminacién de todos los elementos anteriores que indicaban cierto egotismo: Et onbe, sm de, dda mb ee ope ee eee ee oa bestest aaa cae ee tee Paralela a esta escena por su riqueza sugerente es aquella ota en que “el hombre” lleva a su hijo al depésto de basuras y se edhan en medio de los desperdicos. El desatre del mundo espi ritual trae consign el derrumbe de las cosas fisicas. El "hombre se ve a si mismo en ese basural y niega con su accién las ilusiones romanticas de la “inmortalidad”, de 1x perduracién en Ia carne; al “hombre” no le pfeocupa Ix posible perduracin en la terra a través de su hijo, que también parecia estar enfermao®, y a quien nunca le dirige una sonrisa, ni se siente atrafdo por él. Solamente bid p. 2. bid, p74 Ibid, p59. "4 MUGO J. VERANI: BN TORNO 4 LOS ADIOSES DE JUAN C oNeTTE tuna ver a Jo largo de la novela, lo vemos, en cierta manera, asu- mir su funcién de padre: pero al Mevar a su hijo a pasear al de- Pésito de basuras del hotel en que vivia demostré con su accién ue no se siente instintivamente vinculado a él; pareceria que 5 futuro se redujese a formar parte de los desperdicios que lo rodean: Se tiré en camisa al sol, con ef sombrero en la cara, arrancando sin mira yanos s€c0s que masticaba mientras el chico se trepaba. por lat Piedras. Podla resbalar y romperse el. pescu al sol con el saco por almohads, el sombrero en los ojos, cas} al Indo del montén de papeles, frascos rotos, algoclones sucios, como un cerdo en su chiquero, sin importarle nada de nada, del chieot exo. Y el tipo, véalo, tiredo Ta presencia del protagonista en el depésito de basuras del hotel adquiere categoria de constante novelistica, de idea fija dentro de la estructura de Ia novela y sirve para ilustrar Ia pro blematica del personaje principal, Seis veces el narradar menciona Que el protagonista repite la accién de “inspeccionar” la basura®, Ene acto es tan repetitive que el narrador se sorprende cuando no 4o realiza: “Pero una siesta en vez de ir a inspeccionar la basura.,"*, Mis adelante el narrador nos cuenta que “el hombre” habfs al Guitado “el chalet de las portuguesas” y se asombia de que haya prefetido uno desde cuys “galeria estuviera obligado a contem- Plar casi el mismo paisaje que recorria por Iss tardes: el puente sobre las piedras del rio seco, el depésito de basuras'del hotel Exe hombre alto, de anchos hombros, de casi cua‘enta afios, ha perdido su vigor fisico y su juventud; fa época de triunfo per sonal, cuando era el mejor jugador de bésquetbol, ha pasado. Su Vida Te ha demostrado que nada ¢s real ni perdurable, que nada id, yo. 678. ‘En as paginas 18, 19,2, 26,59, 67.8 id, p18. 1bid, p80, 5° ANALES DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE, BNBRO.MARZO DE 1868 se repite y que “es imitil dar vueltas para escapar al destino”, AL hombre sélo le queda contemplar su ruina, su ex cuerpo perfecto de basquetbotista, y arrojarse a la muerte, como quien se tira a un basural. Sin nadie a su lado, muere como ha vivido, con 1a com. pafifa de si mismo. Ni siquiera a su hija, convertida en enfermera, le permite compartir el momento de su agonia, y se suicida solo, Se escapa: del hospital, y vuelve al chalet de las portuguesas: “AL hombre no le quedabe ocra cosa que la muerte y no habla que ido compartiria"® EXPECTATIVA POR EL. DESENLACE El tema de la novela tiene Cambién su dosis de expectativa, que se soluciona en forma tradicional: ta infidencia del narrador que Ice una carta y se entera del principal enigma. Al ser narrada la novela a través de ese testigo, quizds esta artimafia algo simplista sea el tinico recurso que le quedaba a Onetti para resolver el terio, Sin embargo, no es del todo inesperada ta accién del narrador porque ya desde el comienzo de la novela nos hace participes de su curiosidad y prepara al lector: ‘Tal ver cl hombre me creyera lo bastante interesado en personas y sitwaciones como para despegar los sobres y curiosear en las maneras d- ventas que tiene la gente para no aceriar a? decir las mismas cosas. Tal ver tambide por esto iba a despachar sus cartas en la ciudad, y tal vez no fuera sélo impaciencia que a las pocas semanas empez6 a venir al alma én, alrededor del mediodia, poco después del momento en que el chofer del éunnibus me tiraba la bolsa, flaca y arrugada, de la correspondenciass, Ese enigma de las relaciones del hombre con esas dos mujeres Je da a casi todo el desarrollo de Ia novela un cierto aire del tra. bid, p46. "ibid, p80. ibid, p14 16 | MICO J. VERANI: EN TORNO £105 aDLOSES DE 1UAN C. overt ictonal menage § titans. Paras oot dl nado y de ls dems hnbitanes del pul, ls prsenan de eae aaa Tojo manne, duane too a! della aneetdco of «un problens entre expo y ana, ean leon an mis cand ts del diego ene a po da hiss y Is eon 3 insndan tt relaones de aman ee smcacha pared mantener cone "hema Si ated me vier, come shor sh camo ahora, sin aber nada dem que Sy una mala mujer? ‘Por favor, sefiora’ le dij “o ae sala mujer no es usted’ 31, ol ee EI narrador no aclara, nadie actara; se desea pectativa hasta el final, y s6lo cuatro mantener la ex- Pins anes de cera ca cerrae I tovela el nvrador Ie a carta de ia epom dl promonen se habia “vida” de entegue a te yu revere ee ¥ qué puedo hacer yo, menos ahora que que (0 hija cs In intrusn endo Dien un exorbore Wo que yo poco te he dado y he sito min Al convertase Tn muchacha en hija, el “hombre” tiene pasado nj futuro, porque la muchach i e ; muchacha que es hija y no aman. te clerra toda posibilidad de amar casualmente a ons Jamente tiene Ia gloria de haber s ports a a er sido famoso deportista a ta que basién (varias veces se sueia con | : suefia con la lu. juria del hombre y ta muchacha, imag dl a pero es imaginaci ara. dor). Exe hombre se afens obsestamente 4a ge een separ, pee no her lr ser nuns ey "Ibid, p. 66 “bid, pp. 789. avates DE LA UNIVERSIDAD DB CH, BNERO-AARZO DE 196 ser y se suicida ante su ruina fisica, 2 pesar de ser factible su ae raci6n. FUNCION DE LA ENFERMEDAD Dentro del tema hasta aqui presentado podernes seiales ato saogor tn enfermedad, sintoma de descomposcin del mundo, Fs ‘along mencionat brevemente so fancon en Los adios ¥ sh srorremovelas del mismo autor. nett parece sentir prediecsiin por les enfermedades que earcomen, que desruyen el Sra Poly alma, convo el cancer la suberculass o la Jocura Em 1 vide eee Gevtrudis autre de céncer en un pedro: en Uno tum sin nombre, Rita tena “Tos y se insinga cincer. En raltera, Jeremas Betas es enfermo siquico y tambien 10s sa sje Angun Toes on Jutecedoers In winds Jule eloaner i etas enfermedades agregan elementos de gran paselsmo & ee oes que se caracterizan por su constante delinacion Y dey win mando que también se desmorona, pulmones rotos integracién fisicomoral en TE protagonita de Los offoes es un tubercoso que V8 & Oe arse a unas montaiias indecerminadas; aunque HUMES SE 908 BLE vous su enfermedad, e5 indudable que eth enfermo d Tos pulmo- hes. Se nos dan varias caracteristicas de est eniermedad y del tra. si sento sepuide en época previa al descubrimiento de 1a penic- finat Ta aecign recongortante del aire de 1as montafos, 1a quietud mecesaria pasa recuperarse, el enflaquecimiento, 12 fos las inyec- Mfones diavias Ys 1a mls inaportante, la fe en curarss ‘cumplienda werrieramente con el régimen ordenado, Por eso

You might also like