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De qué UC los ninos? a Rte ly CATT Cay Ea EL LIBRO que tenemos en nuestras manos lleva co- mo titulo una pregunta: de qué sufren los nifios? Esta pregunta que interpela al futuro lector -quien pue- de reconocerla como suya- se encarna de manera dife- Kenic vez que un nifio acude a la consulta de un PS eerie Determinar las coordenadas estructurales de la pre- gunta, recortando sus incidencias de forma dominante al ambito de la psicosis infantil y mas particularmente al autismo, constituye la propuesta de la autora. Al cerrar este libro nos quedara presente que cada vez CU UE Ce mee OCT CRS emo e ce infantil, renueva la apuesta de querer saber cémo operar desde lo Simbé6lico sobre lo Real. Esa es la apuesta éti- fermi m seen rithm ate ter teeyetet| Continua en la otra solapa SILVIA ELENA TENDLARZ {DE QUE SUFREN LOS NINOS? LA PSICOSIS EN LA INFANCIA Lugar Editorial PROLOGO ESTHELA SOLANG-SUARRBZ. El libro que tenemos en nuestras manos lleva some titulo una pregunta: ,De qué sufren los niiios? Esta pregunta que interpela al futuro lector —quicn puede reconocerla como suya— se encarna de mancra diferente cada vez que un nifio acude a la consulta de un psicoanalista Determinar las coordenadas estructurales de la pregunta, recortando sus incidencias de forma dominante al ambite de la psicosis infantil y mas particularmente al autismo, consti- tuye la propuesta de la autora. Podemos entonces dejarnos llevar por los mcandros dcl texto y seguir el atento recorrido que él nos propone sobre el andlisis estructural del autismo infantil, deductible desde lac Tespuestas que el Dr. Lacan propone en distintos momentos de su ensefianza. Desde ahi se ordena una interpretacién posible de las concepciones elaboradas sobre la cucstién del autismo infantil por los analistas posfreudianos. También podemos apreciar aqui, las consecuencias de la ensefianza de Lacan a nivel de los aportes que han realizado posteriormente los analistas que se reconocen como alumnos de su Escucla. De esta lectura sera facil deducir que cl sdlido andamiaje teérico que proporcionan las categorfas forjadas por Lacan, asegura una orientacién psicoanalitica, que erradica da lo clinica del autismo la errancia solidaria de la impotencia. En consecuencia, el partida se juega en el tablero de lo imposible. Este es presentificado al lector, cuando ce precenta al autismo como una consecuencia de una falla en la estructura Esta falla es equivalente a la no inscripcién de la funcién Tondiare. Silvia Elena OG que sufren los nifios? ; fa psicosis en Ja intancia. - 2a ed. 1a reimp. Buenos Aires : Lugar Editorial, 2007. 160 9. ; 20x14 cm. ISBN 078-060-892-192-5 1, Peivglogia Infantil, |. Titulo CDD 165.4 Motive do tapa: Pajaro con la mirada tranquita (1960). joan Mir6, Coleccién ‘Thompson, Pittsburgh. Queda prohibida la reproduccién total o parcial de este libro, en forma idénti- 8 0 modificada y por cualquier medio o procedimiento, sea mecanico, infor- matico, de grabacién o forecopia, sin autorizacion de los editores. ISBN: 978-990-892-192-5 © 1096 Lugar Editorial S.A. Castro Rarros 1754 (C1237ABN) Buenos Aires, Argentina ‘Tes Fax: (54-11) 492165174 / (54-11) 4924-1555 E-moil: lugared@eloitio.nct / info@lugareditosial.com.ar wunw lugaraditorial.com.ar Queda hacho ol dopécito que marea ja ley 11.723 Unprove cn la Argeniina ~ Printed in Argentina ‘Simbéliea de| Nombre-del-Padre. En estos términos, la autora opta por inscribir estructuralmente el autismo en ¢l campo de las psicosis infantiles No obstante, si el autismo se ubica camo una consecuencia de una malformacién simbélica fundamental, eso no implica que en este caso no se puedan bonsiderar las incidencias del lenguaje, como incidencias negativas, puesto que éstas ponen ‘en evidencia lo que de aquél retorna como lo real del verbo De ahf se deduce que el sujeto autista es un sujeto que no sé determina como falta en ser en el ejercicio de la palabra, Por lo tanto, el registro de la demanda esté ausente. Encon- ramos agui la paradoja de un sujeto que al estar fuera del sentido, sé realiza en su petrificacién como equivalente del objeto plus-de-goce, En este sentido, el enigma del autismo puede ser leido como la revelacién de la verdad de la estructura: e! Otro no existe y como partenaire del goce, en el lugar de la inexistencia, s6lo responde el objeto, al cual se correlaciona un modo de gozar aut(stico. iC6mo operar entonces en la experiencia analitica, tenien- do en cuenta que el analista no serd el parcenaire de un sujeto dividido que le dirige un pedido, ya que quiere develar el sentido de] sfntoma que le escapa, sino de un sujeto que se presenta como «soy» de goce, fuera de todo sentido y desarticulado del «yo pienso»? Silvia Tendlarz nos expone una lectura minuciosa de tratamientos que hacen de este volumen una rica fuente de oferencias clinicas. Por lo que podemos decir que su libro es un estudio sobre la clinica del autisime, y como tal, interroga ‘a cada analista, para que éste dé cuenta de la manera en que se confronts con el imposible desde su acto. ‘Al terminar su lectura podemos decirnos también, que 1a autora nos hace participar a un debate entre analistas, sobre tun problema crucial que concierne a la Etica del psicoanlisis Este no es atro gue el del «:Qué hacer?» que interpela al analista, cuando debe tratar el goce que est en juega, en un modo dé respuesta extremo como ef que presentifica el niito autista. Seriamos consecuentes con nuestra orientacién si 5 consideriramos que esta respuesta silenciosa del autista, condensa lo que queda de indecible en la relacién inexistente entre los sexos, cuando la mediacién semdntica que asegura Ia funci6n fflica queda excluida del registro de lo que se transmit como Saber inscribible, de una generacién a otra. El debate se prosigue mds alld de estas paginas. Al cerrar este libro nos quedara presente que cada vez que un analista se confronta en la elfnica con la psicasis infantil, renueva la apuesta de querer saber cémo operar desde lo Simbélico sobre lo Real, Esa es la apuesta ética del psicoandlisis. Si el analista opta por elaborar y declarar las razones de su praxis, estard cantribuyendo al debate, para hacer avanzar el psicoa- nilisis, En cuanto al nifio, como propone Silvia Tendlarz, se le estard brindando la oportunidad «de que tal vez un encuentro analitico cambie su destino», Paris, 7 de abril de 1996 INTRODUCCION El sufrimiento no es una experiencia ajena a los nifos, aunque muchas veces deban permanecer a solas con é1. Las tres fuentes de sufrimiento que indica Sigmund Freud en «E| malestar en la cultura»! —el propio cuerpo, la relacién con los Otros, el mundo exterior— no dependen de la edad, Después de todo, el concepto de «nifio» es relativamente reciente (siglos XVI-XVII); es solidario de la preocupacién educativa que modifica el lugar de ellos en el discurso” y no depende de una cronologia evolutiva, Debemos encontrar la manera de acercarnos a su intimidad. Los sfntomas neuréticos, los estados de angustia difusos, los trastornos de conducta, las inhibiciones y dificultades en la adquisicién del lenguaje dan cuenta que algo ocurre, aunque muchas veces los nifios no puedan dirigir un pedido de ayuda. Cuando se le da oportunidad de una entrevista analftica, el nifio rapidamente oftece Jas razones de un sufrimiento con el cual el] tratamiento analftico permite operar. Hablar de sufrimiento no nos impide intéresarnos por los elementos particulares de las estructuras subjetivas. Intenta- remos examinar la psicosis en los nifios, sin dejar por ello de lado el estudio de la neurosis en la infancia. (Existe una especificidad de la psicosis en los nifios? Jacques Lacan sefiala una confusién que reiné durante décadas y que Mevaba tanto a rehusar el término de psicosis para los nifios como a indicar su naturaleza exclusivamente orgdnica. Y a la vez no deja de sefalar: «Si ea ef caso del nifio hablamos legttimamente de psicosis es Porgue como |S. Freud, , chen tngiguee (L988 Is precoz» para nombrar los casos de retraimiento en nifios menores de un ano". Parte del esiydio de un grupo de || nifios y de su historia en un periodo que va de 1938 a 1943. A pesar del parecido con Ia esquizofren jg infantil, distingue este cuadro por su existencia desde eLnacinyjenta, El innatismo que postula no es orgdnico sino que constituyc un déficit intelectual que no se confunde con la debilidac mental; por el contrario: tienen «una expresidn facial asombre samente inteligente», Y aiade en la causalidad la relacién pasticular con sus padres (padres ebsesionados por detalles pero poco afectivos). Se caracterizan por su imposipilidad de establecer conexio- nes ordinarias con personas y situaciones desde el inicio mismo de la vida, y por st «inclinacién a la soledad autista, alejando todo lo externo que Se acerca al nifiox, Actiian como si las petsonas de su enlorng no estuvieran. Kanner considera que el exterior es vivido desde un comienzo por estos nifios COmo una amenaza no localizable que se vuelve el estatute propio de lo exterior. Esto produce que toda accidn del otro sea viyida como intrusién (inclusive Ta alimentacién, los cuidados corporales, e incluso la simple presencia), Puede explicarse esta expresién utilizada por Leo ‘Kanner desde una perspectiva lacaniana: sin un orden sim- bélico los cuidados No 50M viyidos como tales sino que se vuelven una intrusién.* En este cuadra, cl déficit se jmpone fenomenolégicamente: Jos autistas no hablan, o bien balbucean un soliloquio ininte- ligible, manipulan objetos en forma estereotipada y rechazan cualquier intrusi6n en su juego»; no entran en contacte con st entome, o x61 10 hacen para cumplir el impulso de sa evoluntad». Las coordenadas espacio-temporales estin alte- radas: se golpean, no tienen hocién del peligro, acttian como si carecieran de cuerpo. Cualguier cambio introducido en su ratina, en la disposicin de lng muebles, en las normas, en el orden que rige su actividad cotidiana, los desespera. 3 L. Kanner, ) para nombrar las desviaciones del desarrollo de numerosas funciones psicolégicas fundamentales implicadas en la adqui- sicién de aptitudes sociales y del lenguaje. A partir de entonces predominan el criterio adaptative y el enfoque terapéutica educacional En 1987 este esquema es revisado y se proponen dos tipos de TGD: el trastorno autista (segin la descripcién de Leo Kanner) y el TGD no especifico que toma como criteria diagnostico el trastorno comportamental. EL DSM IV establece $ item para el TGD: trastorno autista, irastorno de Rett, trastorno desintegrativo infantil, trastorno de Asperger y trastorno generalizado del desarrollo no especi- fico.’ El trastono autista es explicado de acuerdo a la descrip- cién de Leo Kanner. Lo distinguen det trastorno de Rett por el perfil de su déficit y su proporcién sexual caracteristica. Este aitimo trastorno sélo se manifiesta en mujeres, y su patrén caracteristico es el desaceleramiento del crecimiento craneal, pérdida de habilidades manuales intencionales previa- mente adquiridas, y aparicién de una marcha y unos movi- mientos del tronco pobremente coordinados. El trastome desintegrativo infantil difiere del autismo infantil por su momento de comienzo: aparece luego de dos afos de desa- rrollo normal, Este trastorno también fue denominade «sindrome de Heller», «dementia infantilis» a «psicosis desintegrativa». El trastorno de Asperger no presenta un retraso del desarrollo del lenguaje como en el autismo. El DSM IV lo distingue de Ia esquizofrenia aunque su descripciGn resulta similar. Todos los restantes casos que no s¢ incluyen en estas descripciones son reunidos en el trasiomne gener: lizado del desarrollo no especificado. En estas clasificaciones la inmixién del autismo psicStice y las perturbaciones autisticas comportamentales van en el sentido de borrar la especificidad de la estructura psicétiea, para homogeneizar el tratamicnio cn busca de conducias adaptativas y eficaces para el desempeiio social, En este ‘estudio nos ocuparemos exclusivamente del autismo psicégeno y no del secundario a una enfermedad organiea. Dejaremos de lado ta concepcién que intenta generalizar la organicidad para todo trastorno autista, puesto que la organogénesis no coincide con nuestra perspectiva. El autismo puede tener una base orgiinica. De hecho, en numerosas oportunidades la falta de un estudio exhaustive impide llevar a cabo un diagndstico adecuado, Eso no justifica su generalizaciGn. Teniendo en cuenta estas salvedades, nos abocaremos al autismo produ- sido por un trastorno psiquico, por la Falla simbélica que produce la inclusién’del sujeto en la estructura psicética, Sin duda, un trabajo analitico es posible tanto con nifios que padecen el Sindrame de Down como con nifios que presentan sualquier otro tipo de trastorno orginico. Pero en estos casos el tratamiento se confronta con el limite real de la organicidad ‘Alicia Hartmann presenta el tratamiento analttico de Barbara, una nifia con trastornas neurolégicos, y estudia cémo opera cl limite del cuerpo." 4. Autisme y psicosis Cierto debate ocupa al medio analitico de orientacién laca- niana: jel autismo es una forma de psicosis o debe ser diferen- siado? 7Es un «estado» o pertenece a una estructura clinica? Rosine y Robert Lefort distinguen ¢l autismo de la psicosis: dado el fracaso masivo de la metifora paterna en el autismo no hay Otro ni objeto a” —lo que equivale a decir que no hay una inscripcién de la falta—. El nifio autista se encuentra 8A. Hartmann, Ee busca de! nie en le estructura, Buenos Aixes: Mananiial, 1993, p, 209-211 9 El abe wes un cancepta creado por Lacan para noebrar tx a) estructural de objeto. En el vacio central que organiea la estructura -qu eorresponde al concepto de castraciéa frewdians- se aloja usa serie de ‘objeto oral, anal, mirada y voa- en relaciom a 10s ewales se constituye la Pulsisn EI ojew a, en realidad no e6 um objet. se constituye a ponit de ja opersckén Logica de sepuracicv, Esta c@estiOn serd cxaminade en el Prsxina eapiale, EL nbjetn w ce earasteriza por constiuine a partir de los hordes del cuerpa (2omas ersgenas) coma objcI0S separables el cuerpo 22 en relaciéa aun Otro masivo y total, por le que queda un lazo cuerpo a cuerpo» sin divisién de un lado ni de| otro, El Otro se reduce a una ausencia. También falta la imagen especu- lar." El nifio «esté por entero en el sitio del abjeta a en tanto que no especilarizable>."' El psicético, en cambio, Hiene un objeto ¥ un Otro; pero ese objeto est incorporado en lo real como un objeto en mds. En el autismo, es el sujeto que esté en més, por lo que busca desaparecer,"” R. y R Lefort distinguen el caso de Marie-Frangoise, autista, de la psicosis de Roberto. En la primera el goce!’ se dirige al Otro, voluntad de gave" —con el modelo sadeano— que apunta a dividir al Otro, Roberto, en cambio, manifiesta un gace masoquista’* que intenta completar al Otro Por otra parte, diferencian el lugar del nifio para la madre del autista y la del psic6tico. En la psicosis el nino ocupa un lugar en el fantasma materno; en el autismo no: el nifio es un ‘objeto autoerdtico, fuera del fantasma, por lo que queda excluido el lugar del padre. La salida del autismo es por el lado de la paranoia o de la debilidad. En cambio, Pierre Bruno indica que en la ensefianza de Lacan s6lo existe tha polaridad entre ta esquizofrenia y la 10 Concepts que corresponds sl del esindlo del capejo: al yo ae iuye en foema allenads por (deatficarion a pe imagen, MAIN dsl D imaginano, TR YR. Lsfon, Nacimiente dei Otra (1980). Bacaos Aies: Pads, 1945, po 261. Al nombrar el bets u una fais ea Io simblica, dade tue veal, no ene imagen €0 al capo. En cl Semtacria Ny ob Anpustior Lacan fe aia el Taps de ecnervalibiinle el gore ao-exexpcalenicale 12 Ry Re Lefer, sAulime ct prychose deus siguiente: Olver Completes de Mélanie Klein, t 1V Buenos Mines: Pais. |PP2 un objeto». La mirada de miedo y sus gestos bruscos de observar a los costados lo Hevan al analista a plantear la presencia de perseguidores, pero el nifio no delira en ningin momento. En un segundo tiempo del tratamiento Rad respon- de a estas alucinaciones escondiéndose o tratando de desem- barazarse de ellas, como por ejemplo, haciendo gestos como Para que algo se vaya por la ventana. runo Bettleheim describe las alucinaciones que prese! Laurie: «Lo dedujimos de su manera de guadarse Mirando al espacio, preferentemente al techo, concentrada total. mente en algo que ocurria en su mente, y absolutamente jena a todo lo que ocurria a su alrededor». Si bien ambas descripciones corresponden a la presen- tacign de la alucinacién como una percepcidn sin objeto —definicién que Lacan eritica en «La cuestién preliminar» dado que es un efecto de Ia falla simbélica y no un problema perceptivo—,™ tienen el valor de sefialar la presencia de Fendmenos cuya causalidad se sittia en el orden particular de Ia estructura psicética Lacan aborda en dos oportunidades el tema de las alu naciones en el autismo. La primera, el «Discurso de clausura de las Jomadas sobre las Psicosis en el nifio» (1967); la Segunda, la «Conferencia en Ginebra sobre el sintoma» (1975). En las Jornadas organizadas por Maud Mannoni en 1967, Sami-Ali presenta un articulo titulado «Genesis de la palabra en el nifio autista».”” A partir de un caso-clinico intenta indicar una evolucign de lo preverbal a lo verbal por la accién de 26 dem, p. 162. 27 B. Betetheim. La furtslera vaeia (1967). Barcelona: Lai, 1987, p. 154, 28 CE J.-A. Milles, Comentario sobre Maurice Merleau Ponty» (1987), Macca Biblivieca Psicoaratiica 1 (1995). En este anticulo Miller explica émo Ia estructura de los percepeién es simbsliee -siguiend lit indicasién Be Lacan en Ia «Cucstidm preliminars., por le que no se trata de un fendmeno visual sino que et percephim dado por el lenguaje es anterior al eveipions (Vigado a la sensacionp. La filla en Wp simbélice podace el retomo, alucinatorio en lo real de aguello que fee eligido dejande un azujro. 29 Samii, Cuerpo real. cmerny ivurinaricy (187), lurervenciones ¥ terrae 2. Buenos Aires: Mamantial, 1588 p. D4 correlativo con una atraccién por los agujeros y otificios, 0 bien una imitacién simétrica de los movimientos del otro segdn secuencias ordenadas. Establecen una serie de fenémenos en torno a la relacién con los objetos separables del cuerpo (mirada, voz, comida y excrementos) que presentan siempre las mismas modalidades, pero varfan sus contenidos segiin sea el objeto de que se trate: evitacién, falta de direccién hacia el otro, intercambios simétricos 0 reproduceién de secuencias fijas. O bien el Otro queda completamente excluido, o bien cautivado en un orden inalterable. A veces la presencia de ciertos objetos se vuelve indispensable, pero en tales casos se les aplica una «palpitacién», una ligera oscilacién a la manera de un ritmo, Las descripciones de! nifio antista indican que se comporta en forma diferente si se lo observa con discrecién 0 si se lo hace en forma manifiesta y se intenta entrar en contacto con él. En el primer caso esta mas 0 menos inerte, eventualmente ocupado por la actividad que repite en forma estereotipada; en el segunda casa, puede presentar un estado stibito de agitacién, incluso violento, contra si mismo o contra el observador ¢A qué tenemos que Hamar goce? {A la concentracién tranquila en la cual el sujeto parece autosuficiente o a la agitacién hecha de pénico desenfrenado quc lo invade cuando la presencia del otro to solicita? El nifio autista también pasa de la uanquilidad de su encierro a la agitacién violenta ante el intento de captacién de su posicién como sujeto. {Quedard confinado al mundo posible que supo consteuir frente a su goce? A mi entender, ambos estados son expresiones diferentes del goce del autista varia su tratamiento ante la intrusién en su universo cerrado. 6.- Cuerpo y espacio en nifos autistas Qué pasa con los nifios autistas precaces en fos que no se puede hablar de desencadenamiento, de estabilizacién ni de suplencia previa? Qué decir con respecto a un cuerpo qué pareciera no pertenecerles: golpeado, ignorado 30 y sin agujeros? ,Alcanza la inclusi6n en el lenguaje de todo sujeto para considerar que los auti: tienen cuerpo?.” El significante otorga un cuerpo, pero también lo frag, menta, resquebrajandolo en 6rganos y funciones. Hurta de vida al viviente que reconstituye en lo imaginario la integridad de su imagen velando su goce. La libido se vuelve incorpérea: un drgano fuera del cuerpo, que no es un significante, sino que expresa el plus-de-goce exterior a la acci6n de lo simbélico. El cuerpo no es ya sdlo la prayeccién de una superficie sino que tiene agujeros, y en esos huecos se aloja el sendero de goce que traza los bordes del cuerpo. Para tener cuerpo y hacer uso de él deben conjugarse las acciones de lo simbélico, lo real y lo imaginario. Pera sin Ia operacién simbélica que permite la constitucién de los bordes, del espacio y del tiempo, el sujeto queda sin cuerpo. La unificacién del cuerpo sufte sus transformaciones con el derrumbe imaginario que produce ¢l desencadena miento de la psicosis: fenémenos de doble, de despersonalizacién, de cuerpo despedazado. La imagen del cadaver leprose conduciendo a otro cadaver leproso de Schreber” da cuenta tanto del desdoblamiento imaginario come del rasgo de mortificacién del objeto de goce —la carrofia que es é1 mismo— que se aloja en la imagen. Por el lado de la esquizofrenia, el cuerpo padece la accién del goce del 6rgano." Esto marca el contrapunto clisieo: goce del Otro en la paranoia, goce en el cuerpo (que se manifiesta como hipocondria) para la esquizofrenia. Lacan, después de establecer la polaridad entre el sujeto del gece y cel sujeto que representa el significante para otro significante, 32 S. Tendlarz, o;Per qué los nics oatistas no tiese caeepe?» (1990, en Centre Pequeto Hans, Peienaudlisis con mikes, Buenos aAlres AM. logs, 83 Ch J. Lavam, «De uma ceestién pti pct 34 Véanse fos prticalos de ¥ Palomera. Pred y In ecu Une jor Uno 34 (1909) y «Frew y ke exquivetienia We. Pan py (1998) 3 indica que la paranoia identifica el gace en el lugar del Otro. Los dos tipos elinicos de la psicosis —con su tratamiento particular del goce— mantienen la presencia de un cuerpo No hay atribucién de un cuerpo en los nitios autistas, La falia de extraccién del objeto @ impide que se estructure la consistencia corporal puesto que esta «pieza despegada del ¢ueFpom no logra alojarse en el punto de falta en el Otro. Estas nities se presentan como sujetos que no llegaron a constituirse somo unego, en un estado preespecular, sin tomar conciencia de si mismos como cuerpa, La falla de simbolizacién produce que el Otro sea real —como lo sefialan R. y R. Lefort—, de allf las maniobras en Jo real que apuntan a una produccién de una discontinuidad simbolica para extracr el objeto @ que el nifo encarna para ¢1 Otro. Esta falla ticne su corretato en la falta de constitucion especular y en los trastornos espacio-temporales, John —uno de los pacientes de Kanner— cuando vefa un grupo de gente en una fotografia preguntaba cudndo iban a salir de alli ¢ iban a entrar en la habitacién. Las imagenes de una fotografia no son menos ciertas para este nifio que aquellas con las que tropieza en el mundo: sin imagen los objetos son puramente reales, carecen de connotacién ima- ginaria. Podemos decir que, mds que «hombres-construidos- a-la-ligera» al estilo de Schreber, para John no hay diferencia entre los seres de dos dimensiones en la fotografia y los tridimensionales. Tal vez espere entrar él mismo en la foto- gratia. El tratamiento del espacio por parte de los autistas hace que el adentro y el afuera sean continuos, como si fueran una banda de Moebius —segiin la indicacién de Eric Laurent—.* Este sujeto, que cs como la trayectoria de la banda sin agujeros de Moebius, se encuentra sumergido en un espacio que hace que el coche a 300 metros de distancia y cl que el 35. J. Lacan, sPresentacién de 1 traducci6n francesa de tas Memortas del Presidemte Schrebers (1966), Iriervenciones y ierras 2 Buenst Aites, Manantia), 1988, p. 30 16 E. Laurent, -Lesture critique I», Liaatisme ef fa paychomatyre Sérles de to Découreriz freudicnne, 1992 32 dion amininanpene nifio tiene en la mano sean une y e! mismo. Por ello, él nifio Puede intemar agartarlo a través de la ventana, Adrien, por ejemplo, es un nific de 12 afios interesado casi exelusivamente en cl agua: el rio, las tormentas.” Se queda pegado contra e! vidrio, mirando como si estuviera en trance. Las pocas palabras que pronuncia aluden a estos temas. En cierta oportunidad se acerca a la cara del analista y le dice «Tus ojos estén Ilenos de colores». El analista sefiala en su articulo que en realidad el arco iris que ve esté tanto en las Ojos del analisia como a través de la ventana. El nifio Constituye una banda de Moebius en la equivalencia ojo- ventana Esta falta de inmersién subjetiva en Ia tridimensionalidad €8 efecto de la ausencia de la significacién faliea. Pero no se trata de una falla de percepcién del autista, sino de la ausencia del organizador simbdlico que distribuye y ordena las percepciones. Lacan se encarga de sefialarlo en su critica a Sami-Alf No es lo especular lo que estructura el espacio, sino que la relacién con el «aqui» y el «allfs (a los que alude Sami-Ali en su caso) implica el sistema de oposiciones de la estructura del lenguaje. «En una palabra —dice Lacan—, la construecién del espacio tiene algo de lingisticos.* Cuanda la medida félica desaparece no hay agujeros que precedan a las clavijas; los objetos pierden su tamafio y se deslocalizan. Carla repetird una y otra vez su pugna con ‘objetos mucho mas grandes que la pequefia valija de juguete donde quiere introducitlos. Se pega literalmente a los demas, hasta el punto de que por mementos tengo que sortearla para Ro tropezarme con ella. Un nifio autista puede temer que el avidn que cruza los cielos pase a su lado; otro pega su boca @ la del terapeuta y muestra ¢l aplastamiento entre él y su imagen: otro puede, desde un tercer piso, dar un paso al vacia simplemente para alcanzar e! suelo, Juan, otro nifia autista, en Cierta oportunidad sale, sorprendentemente, de su indiferencia 37M, Mesclter, «Adrien et lex météorose, L'wutisme ef fa prychonalyze, op. cit MA. Lacan, «Diseursa..e, op. ily po 12 para acercarse a uno de mis ojos y mirar en su interior. ;Qué mira? {Mi ojo, sus ojos reflejados o el vaefo de representa- cién? Quedaba literalmente pegado a mf. En todos estos casos el vacfo que se aloja entre los cuerpos no se constituye camo un intervala: los objets resultan asi demasiado alejados o excesivamente proximos, ‘La falta de constitucién especular no impide la emergencia de fenémenos calificados por R. y R. Lefort come «pro- toespeculares». Aparecen asi fenémenos de ecolalia y ecopra- xia; es decir, diferentes tipos de imitacién verbal y motor. En realidad, la ecolalia de la cadena significante se repite en lo imaginario.” En una de las primeras sesiones, intento explorar la relacién que establece Alex entre los nuimeros que repite y los objetos y le pregunto; «,cudntes cubos hay?», y él repite (1981-82), dio 38 EL eeeer tiempo corresponde al deelive del Edipa: el nifio pasa de ser el falo de la madre a la problematica de tenerlo. El padre real aparece coma soporte de las identificaciones del eal del yo que permiten 1a nominacién del deseo. El varén encuenira un sentido a su Srgano identificindose al padre camo él que tiene el falo: recibe la promesa félica de que, como el padre, también recibird el falo; puede acceder sobre la base de aceptar no serlo. La nifia se confronta al Peaisneid y tramita de distintas maneras su falta en tener: através del parecer (mascarada), de la maternidad, y del hacerse amar correspondiente a la demanda de amor dirigida al partemaire, 3.- La metifora paterna y sus variaciones Lacan introduce la f6rmula de la metéfora paterna en la «Cuestién preliminar...», Es la metéfora que substituye el Nombre-del-Padre «en e/ lugar primeramente simbolizado por [a operacidn de ta ausencia de la madre»." Lo escribe de Ia. siguiente manera; Nomre-del-Posre —_Daseode-fa ire Desedetr Madre Significado al sujeto La escritura DM/x indica que no hay una relacién directa entre el nifie y el padre, sino que esta metaforizada porel DM, que no es un deseo —cuya escritura en Lacan ex od»—, sino que nombra un goce sin ley. El nif responde al enigma de! significado del sujeto a través de Ia incidencia de! padre. La madre no es una funci6n: introduce a lo simbélico a través de la inseripcién de la alternancia presencia-ausencia, del Fort-Da," El Nombre-del-Padre es un significante, El padre actiia por su nombre produciendo en el lugar del Otro 12.1 Lacan, «De uno cuestién preliminar a todo iratamicato pesible de Escritas, op. eft. p. 539, 'A Stevens, «Y-astetl une fonction materoclle ", Les fenillets du Cours 11992) 40 tun efecto de significacién falica. La consecuencia que se desprende de Ia distincién entre el padre real y su funcién simbélica es que «padre» es un significante que se distinguc de la paternidad biolégica: todo padre es adoptado. El padre adopia a su hijo al reconocerlo como propio; el nifio adopta. a su padre al consentir a la accidn de su ley La metéfora paterna indica que si bien lo que pide el nitio estd del lado de la necesidad o de! amor, el deseo se sostiene por el Nombre-del-Padre, en la medida que introduce un Kimite, un borde, entre la madre y el nifio, cercenando Ia accién fuera de ley del Desea Materno (DM). Pero esta operacién tiene un resto; toda metifora paterna es fallida —los sintomas dan prueba de ello—, de donde emerge el enigma del deseo del Otro, Lacan lo indica en el Seminario XJ de la siguiente manera; «En los intervalos del discurso del Otro surge en fa experiencia del nifio algo que se puede detectar en ellos radicalmente —me dice eso, pero qué quiere?»,\« Los términos involucrados en esta metdfora no son exclusiva- mente los de la triangulacién edipica —padre, madre, nifio—. Hay un cuarto elemento, él falo, que se inscribe en el Otro, Eric Laurent establece una distincién entre las estructuras elfnicas @ partir de la articulacién de la escritura DM/x:'5 se trata de las diferentes posiciones del sujeto —en tanto x, significado del sujeto— en relacién al deseo del Otro. Las tres posibles significaciones que el nifio toma en relacién a la madre son: como sintoma (neurosis), como falo de la madre (perversi6n), 0 como objeto del fantasma materno (psicosis). En contrapartida, Antonio Di Ciaceia sefiala que el nifio, en tanto objeto correlative a la subjetividad de la madre, da cuerpo a fantasmas de acuerdo a la estructura: fantasma imaginado (neurosis), realizado (perversin) y real (psicosis).16 En la neurosis el nifio cobra valor de sintoma; el Nombre- del-Padre se inscribe limitando el goce materno. Lacan indica 144. Lacan, sf Seminario, Libro Xf, -l.08 cwuteo cowéeptos fundamen- tales del pricoundlisise, Buenas Aires: Paidds, 1993, p. 222 1S B Laurent, EI ino y su imadeer, £6 Aaufivede | ¢1986) =Algunas nolas sobre la psieasis ea el nite en la Clintea diferencia? de Jas pricmis: cemetiana de Li 4 que «...ef siitoma del nifio se encuentra en el lugar desde el que puede responder a lo que hay de sintomitico en fa estructura familiar. puede representar la verdad de le que es la pareja en la familia.’ El sintoma del nifo no representa In verdad del discurso de la madre, sino s6lo en su articulacién al padre; es decir, incluye la accién de la metéfora patera. En el grafo del deseo este sintoma se inscribe a nivel del significado del Otro —en funcidn del Nombre-del-Padre y de la significacién falica—, Estd articu- lado al significante de la falta en el Otro, a un Otro que padece Ia castracién, introduciéndose asi et resto de esta operacién que es el enigma del deseo de! Otro, EI nific: se sittia can su propio sintoma en el lugar de ta falta de un significante en el Otro. Es necesario distinguir el nifio come sinsama del sintoma del nifia, El primer caso da cuenta del poder de la palabra de los padres sobre el nifio: en el segunda, nos encontramos. con la subjetividad del nifio, sujeto en tratamiente. EL sfntoma del nifio se vuelve su «respuesta» frente al discurse conyugal. Lacan contrapone el enfoque familiarista a la orientacidn psicoanalitica de la inclusidn del sujeto en la estructura. «La que determina la biografia infantil, sw instancia y su mator no son mds que ta manera en la que se han presentado en el padre y la madre ef deseo, por consiguiente esto incite a explorar no solameme ia historia, sino el modo de presencia baja el que cada uo de estos tres términos: saber, goce y objeto causa de deseo han sido ofrecidos efectivamente al sujeto niiion.™ Esta indicacién de Lacan se opone a la teoria de Maud Mannoni del nite como sintoma de la madre, En su libro &? nino, su «enfermedad» y fos otros (1963), el sintoma es definide a partir de la estructura del lenguaje como una palabra que debe ser liberada (siguiendo las indieaciones de Lacan en «Funcién y campo de ta palabra y del lenguaje... (1953), Pero la palabra verdadera qué aparece velada en el 17 J Lacan, stots sob el ifos (1969, AF Aweliievin FUME pI? tk 4 Lacan, FL Seminario, Librn XVE, «Dy un site al Otte». indlito, see ae 21 de mayer de 1969, toma esté pucsta en inmixi6n discursiva con la madre, por To que se desconace quién es el sujero de la consulta, y se pierde de vista la articulacién padre-madre. El discurso de los padres tiene una aceiGn sobre el nifio. Cuamto més pequefios son mds claramente se vislumbra el efecto de alienacién en e! Otro de su propio discurso. Repiten lo que escuchan pero de una manera elictiva: siempre hay un sujeto que trama de manera particular su historia, Cuando en cl transcurso del tratamiento el verdadero lugar de cnuncia~ cidn de los padres cs detectado, las frases que surgen parasitariamente en cl nifia desaparecen, Ese es el caso de un nifio que se despertaba cada maiiana diciendo que «ya no tenia mis ganas de vivir»,"” palabras que pertenecfan al padre. Un vez situado el contexta de donde extrac esa frase y remitida a ladialéetica asociativa, la pantomima depresiva del nifio desaparecid, Esos «islotes» en el discurso indican e lugar en ¢l que se ubica el sintoma del nifia, Mas allé de las buenas intenciones de fos padres, siempre hay un sujete que se posiciona frente alo que escucha, Un ninlo que tuve en tratamiento, fue gestado para reemplazar a un hermano muerto, Estaba muy angustiado por la mucrie de alguien quien nunca conocié —esta inquietud era In de la propia madre—. Los padres le dijeron que su hermune estaba muy préximo a cllos y las miraba siempre desde el cielo, Esta frase, tomada en su literalidad, era peor ain: era insoportable ser mirado siempre.” La consulta de los padres se produce cuando alge que sucede en el nifio los angustia, pero frecuentemente encom tramos cierta discordancia entre a que dicen los padres y la consulta del nifio, Un nifta que atendi Horaba todas las noches. La madre trae a la consulta la historia del padre muerto de sida que murié ocultando su verdadera enfermedad; el secret es un peso terrible para ella, El niiio también trae su secret o: esti enamorado de una compaicra de colegio y no es correspondido, Una vez alojado este secret fuera de| saber 15 Comunicacién personal dz on aso se Alicia Hainan 20. Tendlarz, «Salvar a [2 dama - salvar a Ta madre peligrosa», fr ceome minade, Coftura + jsicomndtiss, Buenos Aires’ Atwel, 1998, a materno desaparece su angustia. La indignacién frente al secreto de la muerte permanece del lado de la madre. El nifio tiene su padre: cada noche se dirige a él cn sus plegarias para confiarle sus secretas, En la psicosis el nifio ocupa el lugar de objeto en el fantasma materno —-segin la indicacién de Lacan—; el Nombre-del-Padre esta forcluido y el nifio queda identificada al objeto de goce del fantasma de la madre. A nivel del grafo queda inserito en el lugar del fantasma: $< a. ‘Un ejemplo de ello ex el caso presentado por Estela Solano! (Paris). Un nif psieético de 6 afos, en tratamiento analitico, relata cl siguiente suefio: «Soaé con un objeto que me miraba y me volvé una piedra, no podia hablar mds moverme. Soiié que era un abjeta en ef castillo de tas som- bras. Mamd se durmié y en el suetio de mama ya no ere Un nifio, tie traasformé en objeto y no estaba ya alld. Son pesadillas que tenge toda el tempo. Soiié que un objeto tenia una voz, 0 que tenia dos cabezas, ;Qué pescedillet». En este sueio se visualiza cémo el nifio aleanza a soflar can el fantasma del Otro, su «ser objeto» de la madre, lugar en el que queda petrificado y vaciado de vida. Tomemos otro ejemplo que me fue comunicado personal- mente por Francesc Vili (Barcelona). El nifio en cuestion tiene 12-13 afos en el momento de la consulta, Desencadena su psicosis a los 3 afos al estilo de una «dementia prececcisima», En ese momento, el nifio pierde todas sus adquisiciones evolutivas: no juega mas, no habla, se vuelve entirético, se masturba compulsivamente. No para de comer y de beber hasta llegar al punto de vomitar; las tinicas palabras que pronuncia pertenecen a un mend de comida, bastante sutil, al estilo de «champignons com crema de hierbas, Aunque el tratumiento analitico tempers sus episodios de violencia, no podia parar de comer Durunte las entrevistas, la madre cuenta un suefio que jvo repetidas veces: «Vi @ comprar carne, kilos, mucha carne, burgwesas, ver ola caraiceria y compre wt pedazo HE Solano ste a A deus Whee, [uridine un emtero de carne». Esta escena de comida sin limites es ta primera parte del suefio, En fa segunda, aparece el propio padre, muerto, cuidaney al nifio, pero ella teme que le pueda suceder algo malo. En e| fantasma esta mujer incorpora un objeto oral sin introducir ninguna discontinuidad con to que come: es un fantasma de devoracién. El nifio se sitia frente a este fantasma COMO yna boca que come, realiza en lo fo que la madre suefia angustiada: una boca que devora, De alli que las palabras que pronuncia son una lista de una comida infinita, que s6lo puede detenerse devordndose a sf mismo. El nifto como scondensades de goces hace presente un real no simbolizable. ¥ cn la perversion, ef nitio es identificado por a madre con el falo, por lo que [a falta queda obturada, EI nifio se vuelve instrumento de} goce del Otro, no hay metéfora sino goce ligado al falo. Lacan afirma en la «Cuestién preliminars: «Todo el problema de tas perversiones consiste en con- cebir como ef nifio... se identifica con ef objeto imaginario de ese desea en Cuan gue ta madre misma ta simbaliza en el falo».” Pero existe oira indicacidn de Lacan que apunta a esta cuestion: «2Oué fue para ese nifio su madre, y esa 2 por la que ¢! amor se identificaba con los mandates del deber? Se sabe bien que para querer sobremanera a un aifio hay mas de wa mado, y también entre las madres de homosexuales» 2» Jacques-Alain Miller —en su comentario de! articulo de Lacan «Juventud de Gide © la letra y el deseow— examind esta cuestiém en la figura de las dos madres de André Gide. Indica la disyuncién emre el amor y el goce que se produce en las perversiones como efecto de la mortificacion del deseo. La madre de Gide, representante de la madre ideal que se ocupa con devocién de su hijo luego de la muerte del marido y renuncia a Ja sexualidad, provecd em su nifo una repulsién del deseo que hace que busque una salida pore! ludo 22 4. Lacon na euestion peetiminas.», op. eit, p. 56 23 J, Lowa,

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