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solr2[2013 EL PSICOANALISIS NO ES UNA PSICOTERAPIA, PERO... Agradezco a Patricia Bosquin, Yves Cartuyvels y Mauricio Garcfa su invitacion a debatir con los invitados que componen esta selecta mesa reconda. 1, PSICOANALISIS NO ES UNA PSICOTERAPIA, Partiré del hecho de que, en tanto que psicoanalistas, somos los depo- sitarios de yna tensi6n establecida por Freud entre el psicoanslisis como método y el psicoandlisis como terapia. El advirtié de entrada contra la voluntad de curar establecida como principio. Se trataba pri- mero de des ¢poca, la hipnosis y la sugestién hipndtica. Luego, radicaliz6 la tensién nel interior mismo del psicoanslisis. Como recordaron ampliamente Anne Lysy y Jean-Pierre Lebrun en la apertura del Forum des Psycha- alystes ni. 2, Freud se mostré presto a negociar con los poderes pii- blicos la consideracién de la dimensién terapéutica del psicoandlisis a_ arse de lo que era la psicoterapia de referencia en su condicién de no renunciar a su misién més clevada: la que él otorga 1 ln ciencia psicoanalitica. Lo formula de manera decisiva en su texto dle 1926, «El andlisis profano». Podriamos anotar que lo hace de dos for- ‘mas. Por una parte, subraya modestamente que, como terapéutica,cl * Traduceién de Margarita Alvarez. Conferencia impartida en la Universidad Fnint-Louis de Bruselas, el 10 de diciembre de 2013. — 2a HRAGMNTACION DRL CAMPO PRD psicoanélisis no esta quizasa la altura de lo que la ciencia psicoan podria esperar de: «La impony aes Para a ia gel ow ves Dawes on kel, Ae tuna modalidad més ambiciosa para la cienc : «Solo quiero prevenir que la terapia mate a la ciencia».’ ee ~ “Lacan se detiene en la separacién asi establecida poniendo de relie~ ve una dificultad en su interpretacién. Al aceptarla sin meditar sus consecuencias, sitia al psicoandlisis en una doble dificultad. Por un lado, el psicoanalista puede querer respetar el «método» puro hasta tal punto que acabe desconfiando de toda innovacién terapéutica produ- ida por la extension de las aplicaciones de la cura y debido a la cual el «método» podria ser modificado. El peligro es entonces una rity cién de la préctica, «Bien advertido por Freud de que debe examinar de cerca los efectos en su experiencia de aquello cuyo peligro queda suficienternente anunciado por el término furor sanandis |...). Si admi- te, pues, el sanar como beneficio por afiadidura de la cura analitica, se defiende de todo abuso del deseo de sanar, y esto de manera tan habi- tual que, por el solo hecho de que una innovacién se motive en él, se inquieta en su fuero interno, reacciona incluso en el foro del grupo por Ja pregunta automatica en erigirse con un “si con eso estamos todavia en el psicoanilisis”».” Por otra parte, el psicoanalista encuentra dificultades para dar uenta de qué opera en el proceso, de la cura sin encerrarse en los tér- los psicoanalistas encuentran el refugio que los hace impermeables a ‘todos los criterios que no sean los de una dingmica, una t6pica y una 1. Freud, «Pueden ls legos ejercer el picoandliss? Didlogs con un jue imparcal (1928 Obra completa, ol. XX, Buenos Aires Amorort, 198, pgs 252 336 | 2 J-Lacan «Variants dela cra tipo (1959), Brits 1 México Siglo 1584 IL PRICOANALINIA NO 1 UNA PRIGOTHRAPIA, PARO... 23 economta que son incapaces de hacer valer fuera» Esta doble dificul- tnd lleva al psicoanalista a un verdadero callején sin salida: «Que esos criterios |terapéuticos} se desvanezcan en la justa medida en que se pela en ellos a una referencia te6rica, es grave». Para liberarse, el psicoanalista experimenta entonces una tentacién, la de reivindicar ‘una posicién de exclusién del campo de las razones. «Entonces, todo econocimiento del psicoanslisis, lo mismo como profesién que como tiencia, se propone Gnicamente ocultando un princi le extraterrito- tinlidad».> Lacan no quiere que el grupo analitico se abandone a esta ter ion’ Lejos de dejarlos a su extraterritorialidad, entendida como luna derrota del pensamiento, no cesa de incitar «i responder precisamente nen nuestro campo. En su seminario sobre La ¢tica del psicoandlisis, de 1960, Lacan rein- terpreta la afirmacion de Freud segsn la cual el deseo del psicoana Ache protegerse del furor sanandi. «Diré atin mis: se podria,de manera pnradéjica, incluso tajante, designar nuestro, smo un no des ile curar. El tinico sentido que tiene esta expresi6n es el de.alertarlos_ vontra as vias vulgares del bien, tal como se nos ofrecen tan ficilmen- {e, contra la tramp: quer el bien del sujeto. Pero, enton- vn, gde qué desean ustedes curar al sujeto? [..] Curarlo de las ilusi nes que lo retienen en la via de su deseo». sHasta dénde llevar esta Cnracién? ;Cémo interrogar este punto con la mayor precisién? La- cnn lo precisa en su seminario de La angustia, La curacién, por aiiadi- dura, no implica ningtin «desdén por aquel que est a nuestro cargo y jue sufre, cuando yo hablaba desde un punto de vista metodolégico. Va muy cierto que nuestra justificacién, asi como nuestro deber,es me- 3. Ubid,, pig. 313. 4. Ibid, 5. tid. 6, Serge Cotte, «L ateralidad del efecto terapéutico en psicoanslisie», Virwalia 6, Julio de 2002. 2. |. Lacan, El Seminario, libro VII: La étca del psicoaneliss (4959-1960), Buenos ‘Aires, Paid6s, 1988, pig. 264 ft —padherirse a las nec 4 PRAGMINTAGION DEL CAMPO «PSD» jorar la posicién del sujeto. Pero yo sostengo que nada es mAs vacilan- te, en el campo en que nos encontramos, que el concepto de curaci6n. Un anilisis que acaba con la entrada del paciente o de la paciente en la Orden Tercera, aunque el sujeto se encuentre mejor en lo referente a sus sfntomas, ges una curacién [...?». La dificultad de situar el lugar de Ia curacidn en nuestro campo es una cuestién que compete al psi- coanilisis puro. Se puede decir que el examen que propone Lacan de los resultados de la cura psicoanalitica, Wevada a su término en la expe- riencia del pase, es una manera de responder de forma cualificada a esta cuestion. Por ello, en el momento en que funda su escuela, en su «Acto de fundacién» (1964), Lacan pone de relieve la diferencia entre la cues- ti6n de la curacién como tal, en el campo del psicoandlisis puro, y los. efectos de oscurantismo que produce una «psicoterapia» que quiere idades de la higiene mental. «Tanto en Francia ‘como en otras partes, se favorece una practica mitigada por la invasion de una psicoterapia asociada a las necesidades de la higiene mental»? Cuando las pricticas terapéuticas ponen en primer plano los imperat vos de conformidad social, las consecuencias que se derivan de ello son implacablemente descritas: «, News, 15 de noviesubre de 2013. Tex: to distribuido en la lista Acf-Belgique, v WL PAICOANALINIB-NO IQ AINA PHICOTHRAPIA, PERO 3 dlefinicién de lo que no es ella: los margenes y el fuera-de-la-ley. La pro- Yano hay margenes, y los representantes mas eminentes de la ley son siempre sospechosos «le haber infringido tal o cual prohibicion. Este pasaje entre el adentro y clafuera presenta una topologia del tipo banda de Moebi adirse siempre nuevas normas para complicarel espacio de las reglas rin que: con la ley de la interdiccién esté clara inente definido. Esta distinei6n nos es til para definir el espacio contemporiineo en que se desplaza el sujeto. Las fronteras de su i jentoy las fron- teras de sus identificaciones estin siemy re en revisién, son susceptibles de deslizamiento, estiiala eglame: una multitud de normas, v vés y agujereado por zonas de no derecho odeno lugar. — El espacio politico de la segunda mitad del sigio xx presentaba al- lernativas; la civilizacién estaba dividida, un muro podia, como en Berlin, separar los mundos. Habia pros y contras, los partidarios del orden y los partidarios de otro orden, los «pro» y los «anti». Por eso, los «que se oponen a la politica de los mercados tal como esta se revelé des- pués de la caida del muro de Berlin, cuando el espacio politico devino global, se definieron primero como «antiglobalizacion». Con el cam- hio de siglo, escogieron cambiar esta denominacién. Elegir llamarse «alterglobalistas» es subrayar que el espacio politico se redobla con su Otro como ambas caras de la banda de Moebius Ast lo subrayé Jac- ques-Alain Miller a propésito de las cumbres tipo G-algo: se daba ta cumbre y su alternativa, organizadas al mismo tiempo, una frente a tra, a ambas orillas del lago. Cada vez. més, hay un in y un off. Avion decidié esta tendencia que se generaliza. Todo esto forma parte de los sintomas de la norma. por completo en 21 espacio del Otro para el sujeto contemporinee_ 1 \s.Pueden © ‘Tos actos juridicos, se producen en medio de reglas inaplicables y con 2 VRAGMINTACION DEL CAMPO «PSD» Hay que afiadir otros. Al mismo tiempo que se da el alter, se da el no derecho y el no lugar. Las zonas de no derecho no se producen en los. Nuestras fronteras estan Ile- tradictorias, con gontornos mal definid nas de reglamentos, nadie descubre allf un vacio juridico. Sin embar- 20, alli prosperan las zonas de no derecho. ‘A medida también que el espacio se urbaniza, que la mayoria de la poblacién mundial vive en ciudades, que el campo se desvanece, pros- peran las zonas de no lugar. Espacios indiscernibles, residuos de espa- ios ruultifuncionales, dejados a cuenta de la cuadricula de las normas. El gran arquitecto Rem Koolhas lo demostré de manera briftante. En el mundo de las normas, el psicoanalista sabe que la norma mis- ma crea la alternormay el no lugar. La extraterritorialidad del psicoa- de repliegue, un lugar Es lo ‘que le permite desplaza 1 toda la extension que forma el campo del equivoco de la norma del psi La dificultad de definicion de su bo- gar le permite sentirse responsable de las reorganizaciones que se pro- dicen en el conjunto del campo cada vez que las normas se reactivan. Asi pues, el psicoanalista se legitima en nom -de-lugar, partis de una injevencia en el campo psi- En otro dominio, para luchar de su fuer contra las zonas de no derecho que permiten las normas estandares, Mario Bettati y Bernard Kouchner hablaron del derecho de injerencia ¢ inventaron su teorfa juridica y practica. =. - En nuestro campo, que es el reverso, podemos hablar también de un _ derecho de injerencia psicoanalitica» sobre el conjunte del campo psi. “Esta injerencia no se ha psicoandlisis no es la cienci _El psicoanalista acupa mas bien melee ‘de este derecho de injerencia cuando quie- nes se ocupan de nosotros estiin dispuestos a confiar el campo psi alas normas médicas, cuyo derecho de injerencia en el campo psi vendria dado de antemano, Esta es lacontradiecién que Yves Vanderveken su- {Kh PBICOANALIBIA NO IX UNA PRICOTERAPIA, PERO... 3B Covodiecum bray6 en su momento: «Nos explicaron que el articulo segin el cual todo psicoterapeuta no médico deberfa designar, incluso despots de su Inrga formacién, un médico de referencia para cada paciente controla- «lo, médico al cual deberia tener regularmente informado sobre los tivances del tratamiento, era el precio del compromiso negociado para abrir Ia posi «que habilita para formarse y para ejercer Ia psicoterapia».* Con fas contradieciones profundas sefialadas por muchos, el psiquiatra queda definido en posicién de exterioridad. No est formado forzosamente en el campo psi. Sabria evaluiarlo mejor ya que es allf extranjero._ La injerencia psicoanalitica no responde a este orden superyoico. Pretende permitir a cada uno definir mejor su lugar y sus responsabi- lidades, sin sustituirse a nadie: ni a los poderes publicos, nia los psico- lidad de que no solo fuera la formacién en medicina la Jerapeutas, nia los es tras, nia los psi 10s clinicos 0a otras pro- Sai Schstee tr gsovalankert lor abeooea eo camticla evaluaci6n generalizada y la protocolorizacion de la gente. Un ejem- plo de esta facilitacion fue cuando, en la época Accoyer, la presidenta de la ECF empujaba a que las asociaciones de psicoanalistas hicieran | 15 de diciembre de 2003 escribfa: «Pensamos que si otras asociaciones psicoanalitica, a su ritmo propio, hicieran el esfuerzo de emprender el mismo camino de reconocimiento de utilidad piiblica, se obtendria tina mejora saludable de la situacién del psicoand isis en Francia», [-P. Lebrun en el titulo de su texto: «Si, en Prancia, varias de las sociedades de psicoanalistas con las cuales se re- Incionan algunas de las asociaciones belgas han sido reconocidas “de untilidad pablica” pued sea una férmula vana. Es de utilidad ptiblica recordar que la a se hace segtin las leyes de Fao es fo que subraya 22. Y, Vanderveken, «Le rape de la psychanalyse aux paychanalystes», Le Form des psychanalystes, mira, 1, noviembre de 2013- 7 sujetosa casillas cada vez mas facilmente calculables para la lengua ad. Gechisir das plored 34 PRAGMNNTACION DEL CAMPO «PAD la palabra y del lenguaje».» Esto es todavia més necesario cuando en- “tramos en una nueva fase del acoplamiento —entre psicoterapia y ne= cesidades dela higiene mental—aputado por Lacan en 1965. Elcam- po psi est modificado de manera profunda por la crisis del campo de la psicopatologia clinica. LOS NUEVOS MODELOS DEL CAMPO «PSI» El campo de Ia psicopatologia es crucial para el conjunt ‘biopalitico. Este es el movimiento de civilizaci6n que Michel Foucault habia percibido y nombrado en términos de «nacimiento de la biopo- litica», como medio dominante de gestién de las poblaciones que re- emplazaba el antiguo proyecto «clinico» de descripcién de las enfer- medades del cuerpo social. En el campo clinico, se impuso en el curso de los treinta tiltimos afios un proyecto como instrumento capaz de dominar todos los demés sistemas clasificatorios de las «enfermedades mentales». El proyecto DSM, apoyado en la potencia dela Asociacién’ ificacién de todas. las clasificaciones previas. Una especie de Aufhebung monopolistica y Americana de Psiquiatria, se presentaba como la cl ‘global del proyecto clasificatorio, Se deseaba un proyecto organizador del campo clinico en su conjunto, un software completo que debia per- mitir describir este campo exhaustivamente, regulatlo por medio de la contabilizacién més exacta posible de los sujetos sometidos a estas ca- ilotar Ia investigacién de nuevas medicinas fun—_ dandose en la eficacia de ensayos clinicos randomizados, definidos en estas poblaciones previamente clasificadas y homogencizadas. El ins- trumento DSM no permitié ningtin descubrimiento, pero revel6 ser tun instrumento poderoso de gestién de las poblaciones, asignando los. tegorias, asf como Lebrun, «Lutilité publique de la psychanalyse», Le Forum des pycha~ 2, pig. ML PRIGOANALINIB NO EN UNA PAIGOTRRAPIA, PRRO. 35 istrativa; hiego extendié los sos administrativos de estas catego- as, por fuera del campo sanitario, a los campos de los segucos, los techos sociales, la justicia, Esta extensi6n, primero estadounidense, es hora global. El lamado 3 | proyecto asegur6 de golpe el pnder de fos técnicos de las estadfsticas biolégicas sobre los clinicas, (&) I nego, este poder se afirmé atin mas a costa de los clinicos, cada vez nds enmarcados en los protocolos de objetivos universales y apre- tninntes propios de la préctica de la Evidence Based Medicine (EBM). Ui proyecto DSM esta sefialado en este sentido por la toma del poder por parte de los investigadores sobre los practicantes en el campo clini- «0, Este dominio se hizo cada vez mayor alo largo de los treinta afios 1 que se desplegé el proyecto, Los investigadores, buscando una | Jun perfecta, quisieron corregir todas las malas costumbres de la po- ‘iincién Cormada por los practicantes. Esta misma toma de poder hizo ue la ruptura entre la investigaciGn y ¢l proyecto DSM, que se efectud von ocasi6n de la pul n del DSM-V, fuera tan importante. Tal uptura revelé la falla de partida del proyecto, que no pudo ser mas os- wurecida por el poder de la Asociacién Americana de Psiquiateia y las reducciones que ejercia en los poderes y la burocracia sanitaria del NIMH (National Institute of Mental Health). Esto es lo que constat6 ol director del NIMH en una intervencién de gran resonancia, ¢) 29 de. abril, quince dias antes de la publicacién del DSM-V.* El barrié de un ‘yale golpe ls sutilezas de i gorias usin y de exclusién de nuevas categorias _ohtenidas en fas largas horas de vigilancia de las co \Verticlos, l constata pocas 1) diccionar iaciones entre el DSM-IVR y la version V. vel que organiz: impo de la psicopatologia —dice— ‘lentifica». En otras palabras, la lengua es perfecta, pero no quiere de- 24, Esta intervenci6n se encuentra en la web del NIMH, blog del director. JOMIINTAGION Dil, CAMPO cy cir nada en fa medida en que olvidé por completo que debfa medir mas 1s, EI DSM —constata— se funda en el «cons Giserne phace Uiggeha. achistinnsom Ke gus hicre, Pincol NIMH, el centro de investigacién psiquidtrica en Estados Unidos, lan 26 cerca de dos afios después un proyecto muy diferente del DSM-V. Se trataba de reunir en un proyecto tintlado «Research Domain Crites jeren la busqueda de sig- dores genéticos probables, alteracién de las funciones cognitivas y los circuits neurolégicos objetivables en el triple registro de cogni cién, emociones y conductas. La recoleccién y agrupacién de estos eles _mentos se hace sin consideracién a las categorias clinicas cominment admitidas que solo son efectos de superficie. «Por eso, el NIMH reo- rientard su investigacién lejos de las categorias del DSM. Mirando h: cia el futuro, sostendremos proyectos de investigacién que franqueet los limites actuales». Pasado el primer estupor, e control de tos dati (Spin) comenzé enseguida. El 14 de mayo, antes del comienzo del con. greso de la APA (American Psychiatric Association), ef nuevo presi dente de la asociacién, Jeffrey Lieberman, de Columbia, al igual qu Allen Frances, firmé con Thomas Insel una «Declaracién comin so: bre el DSM-V y el RDoC»,’s asegurando por supuesto que cada pré ecto tenfa su pertinencia, Sin embargo, hay ruptura. EI NIMH quiere ahora vincular su pri yyecto de RDOC a las investigacianes sobre el funcionamiento y la m in Initiative de la Admit ‘nistracién Obama, conservando su especificidad de querer integrar I acion del cerebro que lev: resultados de la genética y de las neurociencias. Este nuevo horizont de investigacidn yl palabra magica de neurocienciasno pueden hace olvidar que, para la pscopatologa psiguitica, la de 25. El comunicado comiin se encuentra en la web de la American Psychiat Association (APA). 1. PRIGOANALIAVE NO KK UNA PRICOTRRAPIA, PRRD, 7 cerebro estd en sus primeros balbuceos. John Horgan, de Scientific American lo resume diciendo que estamos en una situacién semejan- te Jn que tenfa la genética antes del descubrimiento dela doble hélice. MW) campo carece de principio organizador y.cstamos, pues, lejos de po- ler unir los diversos indicios biol6gicos con los niveles clinicos obser- \nbles. Los treinta afios de proyecto DSM no trajeron ningin descu- Iyimiento significativo, pero el proyecto ctentifico relevo del RDoC se queda en el limbo, Denunciar la ausencia de pertinencia cientifica del Joyecto DSM no modifica la cuesti6n de que no hay nada para reem- _pluvarlo. Larfapturdastconsumada entre investigac thundono de los clinicos a su suerte. Se quedan solos, sin apoyo en el suelo de la ciencia para hacer frente a Ia gestién de las burbujas diag- ndnicas nistas donde los, Joy cuales desean estar ordenados. Més atin cuando el pasado vera- jjetos se encuentran ordenados gen wo los dirigentes de Tas grandes empresas de Big Pharma anuinciason ‘lelerre de sus laboratorios de estudio ¢ investigacién de nuevos me- ilicamentos psicorropicos, sin duda con excepcin del nuevo somatte- Hoque va a reemplazar al Zolpidem cuya proteccién de la patente han perdido. JA PRAGMENTACION DE LOS MODELOS EN EL CAMPO «PSI» Hi fin del mundo regido por un software dominante provora el stall slay lacompeteacia de los paradigmas que se proponen regir el campo Jui: De este estallido, tenemos sintomas, y no. dejaremos de tenerlas VLudimero doble de Libération, del 8-9 de mayo nos mostré algunos de vllos, Bruno Palissard, «epidemidlogo y psiquiatra», no esta tan des- s4yntento del DSM. Se lo deja a los estadounidenses y a su «diferencia yoclal», El subraya que afortunadamente la clinica francesa es «mas Jeniomenolégica, mas proxima a la vivencia subjetiva de los pacientes». a, Blog de John Horgan, alojado en la revista Scientific Americar. 38 VRAGMENTACION DEL CAMPO «P81» Desde su posicién atipica, advierte contra los grandes proyectos clasifi- catorios y la fascinacién por las grandes series estadisticas. «Fuimos demasiado lejos con la medicina basada en las evidencias. Esta medici- na que se funda en estudios estadisticos concierne al paciente medio». ide, pues, mas atencién aa individualidad, Esperando al DSM, que- da la nica clasificaci6n que tiene autoridad en la universidad. Del lado de los clinicos, tomé cuerpo un movimiento de boicot del DSM. Eric Favereat entrevistaba a Patrick Landman, presidente del colec- tivo Stop DSM-V que reagrupa ampliamente a practicantes de todo | el campo clinica. El objetivo es no hacer més uso del DSM y utilizar el ICD reconocido por la OMS o militar en pro de la clasificacién france- sa de los trastornos mentales del nifio y del adolescente (CFITMEA), que la OMS considera demasiado subjetiva. En Inglaterra, los medios universitarios no estin amordazados como en el continente y conocemos las voces disidentes de Germén Be- trios, de Cambridge, o de David Healy, dela Universidad de Cardiff. Hace ya mucho tiempo que a British Psychological Association (BPA) _tomé partido contra Ia orientacién biolégica y.estadistica del DSM. La BPA participé en la campafia de boicot al DSM mediante una carta abierta que recogié numerosos apoyos. En visperas de la publicacién’ del DSM, el 13 de mayo, su seccién de psicologta clinica acaba de decla rar que apelaa un cambio de paradigma en cuestiones de salud mental, Recuerda que «el diagnéstico psiquitrico es a menudo presentado. como un hecho objetivo, cuando es un juicio clinico basado en la obser _yaci6n y lainterpretacién de cond! ic declaraciones subjetivas yy ‘por tanto, sujeto a variaciones y a disimulos». Por eso, mantiene que los problemas de salud mental deben ser pensados ante todo en térmi- ros psicolégicos y sociales.” Allen Frances consideraba que el proyecto del RdoC, por un lado, con un punto de vista estrictamente biol6gico, y el proyecto de la BPA, por otro, eran dos signos de una locura cre- ciente en el campo psi. Se trata mis bien de un sfntoma de la fragmen- 27. En su web se pueden encontrar todos los documentos. Vien = IML PHICOANALINIA NO HS UNA PSICOTERAPIA, PHRO... 39 lucién en curso.#*Los paradigmasestin en competencia: el modelo bio- nédico y el modelo psi propuesto por la BPA, que desea atenerse a las sade los sujetos sobre «lo que les pasé 36» y rechaza transfor- nar estas declaraciones en enfermedades esencializadas. Habré un modelo EBM y un modelo estrictamente individualizado. Cada una «le estas doctrinas puede convenir a burocracias particulares, ineluidas ns burocracias psi que se constituyen en Europa con diferentes mode- Joy segtin la cultura de cada pais, pero el proceso esté en funcionamien- Io, Ciertas asociaciones de psicélogos inglesas sostuvieron primero el proyecto Layard de la happiness factory para protestar luego ante la picoterapia low cost que ella misma constituye de hecho, con perso- ‘has poco cualificadas obligadas a aplicar protocolos cada vez més apre- iniantes, TCCizando de hecho el campo psi. Ii, NUEVO BINARIO DE LAS BUROCRACIAS SANITARIAS: Nl, ABANDONO ¥ LA VIGILANCIA Queda un fenémeno seal: ¢l abandono.)Abandono de los pacientes vonfrontados con la rarefaccién de los créditos concedidos a una psi- ria ‘Abandono en lacalle,en la prisién,en la medicaci6n exce: merosa. Este abandono a, de una poblacion cada vez mas nu- ompensa con und vigilancia constant@\de ‘mismas, Del lado del abandono, las series ‘The Wire y Treme, asi como los libros de David Simon, popularizaron Ins poblaciones dejadas a ¢ hicieron visibles las consecuencias sobre las poblaciones negras y po- Inres de la gestién de las toxicomanias de la war drugs. Del lado de la ‘Vigilancia, la actualidad del Big Brother sorprende cada dia més y nos tnseiia cémo somos vigilados, excuchados, registrados, gracias alas ca- 28. A. Frances, «Does it make sense to scrap psychiatric diagnosis?», en el blog, ile Allan Frances albergado en el Huffington Post, edicién estadounidense (Consul Indo con fecha del 28 de octubre de 2013). as euchas den NSA. La empresa epSnima di digitalizacion del mundo, Google, se revela como un partenaire elec tivo de la administracién norteamericana en todos los aspecto digital, En el mis: aiio 2013, Edward Snowden revelaba la potencia de las escuichas de la NSA y Eric Schmidt y Jared Cohen nos explicaban cémo seré nuestr futuro googlizado.” de la construccién de nuestro «nuevo fi Cualquiera que sea la capacidad de calcul movilizada, mientras la| asignacion a categorfas sea calculable por ‘a burocracia sanitaria, los usos y los deseos de quienes son asignados a ellas serdn imprevisibles. Sin cesar se producen deslizamientos que dan lugar a un particular «

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