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"In the Platonic dialog called Gorgias, Socrates faces the sophist Gorgias. Gorgias is a
well respected public speaker and teacher of rhetoric. Often he will give a speech in a
public place and Athenians will give him money for his efforts. Socrates does not
accept money for his teachings and the scene is set for a showdown between Socrates
and Gorgias. Socrates begins by asking Gorgias who he is. Gorgias responds that he is a
teacher of persuasion. The conflict in the dialog is that Socrates is a seeker of truth. He
wishes to know what justice, virtue and good are. Gorgias is a teacher of rhetoric. He
believes that there is no truth, that you can convince anybody of anything. Socrates
asks Gorgias to give him an example in which persuasion has value. Gorgias says that
his brother is a physician and often has to convince his patients to undergo unpleasant
treatments for the sake of their health. Socrates asks Gorgias, "What do you persuade
the patient to do ?" Gorgias responds "Whatever my brother wants the patient to do."
There is a moment of realization as Gorgias sees that his art is all technique. While
Gorgias is a master of rhetoric and can convince anyone of anything, he is lacking in
the knowledge of what he should be persuading people of. He is diminished next to
Socrates who is attempting to find out how things should be. While his technique is
dazzling, it gets him nowhere. This dialog emphasizes the different between telos (how
things should be) and techne or technique (how to make things that way). It is exactly
the problem that we have with technology today. There are many Gorgian software
developers who can dazzle you with technique. They can make multicolored objects
move on the screen. They can recite version numbers and acronyms. They can talk
about capacities and capabilities. But when you say "What is the point or what are you
trying to do ?" they balk just as the sophists balked at Socrates. I do not mean to
condemn modern technology. I think technology is wonderful. Technology is my stock
in trade and I spend many fascinating hours learning and applying information
technologies. But after all, technology is just embodied technique. And if you cannot
answer the question - What should you be doing ? - technique and technology are
without value".
Oct 9, 1997
John M. Artz
1. La discusión económica sobre el principio de escasez reposa sobre una más antigua
discusión, de carácter filosófico, acerca de la última realidad de la materia y de la
naturaleza y el carácter de sus potencialidades. Desde hace por lo menos dos milenios,
en el espacio civilizatorio de occidente, esta clase de discusiones filosóficas siguen
encontrandose enmarcadas dentro de los contextos y los términos originalmente
establecidos por las reflexiones de la filosofía griega de la era presocrática y la síntesis
aristótelica de estas discusiones, en los siglos que van entre el VIII y el IV A.C. Desde
entonces el pensamiento occidental mentiene la tendencia recurrente a buscar un
nuevo apoyo en esas mismas fuentes cada vez que los paradigmas de su teología o de
sus ciencias entran en estado crítico. El momento contemporáneo no constituye una
excepción y eso determina la relevancia de un retorno a las definiciones originarias en
lo que respecta a este problema.
2. La filosofía griega clásica, más allá de las particulares desacuerdos entre los
partidarios presocráticos de una naturaleza originaria única o monistas y los de una
múltiple o pluralista concuerdan en aceptar el supuesto de una Materia Prima
universal indiferenciada y carente de cualidades en sentido propio ---incluída la de la
cantidad--- cuya única definición en el lenguaje racional sería la de ser potencia o
dinamicidad, potencialidad o posibilidad eterna, pasiva, indeterminada, indiferente,
omnivalente, ilimitada e infinita: la Hylé (originariamente cualidad enmarañada de un
bosque inculto).Las ideas desarrolladas en torno de la hylé encontraron su síntesis más
estable en la filosofía de Aristóteles (fundamentalmente en su Metafísica, su Física y su
tratado sobre la Generación y Corrupción). La influencia de esta síntesis se ha dejado
sentir sucesivamente en el pensamiento Escolástico medioeval, en el de pensadores
como Francis Bacon e Isaac Newton en la fundación de la ciencia moderna, en el de la
escuela francesa de sociología desde Henri de Saint-Simon y Auguste Comte hasta
Emile Durkeim y --en Gran Bretaña-- Herbert Spencer y en el de la escuela económica
sustantivista de Karl Polanyi en tiempos más recientes entre otros.
6. Desde esta perspectiva clásica la eficiencia del actuar humano descansa en dos
supuestos de orden metafísico. El primero es el de la inagotabilidad de los recursos
potenciales ocultos en la naturaleza. Este es un supuesto que descansa en uno previo.
La naturaleza es potencialidad infinita por si misma, la cual se despliega eternamente
sin que existan límites posibles a su creatividad ni a su capacidad de autoregeneración
y multiplicación. El segundo, es que el hombre es un agente eficaz de la manifestación
de tales posibilidades y abundancias infinitas a condición de constituirse en un agente
dialogante ---de organismo vital a organismo vital--- que se conforme a la ley racional
o Nomos que vincula a ambos y no en una fuerza dominante que violando ese Nomos
que los une opere por la fuerza.
8. Como uno de los más importantes derivados de esta visión del hombre, la
naturaleza y sus relaciones mútuas, se propone en el siglo XVII el pensamiento de John
Locke, fundamentador del liberalismo clásico, en lo que respecta a la propiedad y la
riqueza y sus reflexiones en lo que respecta al dinero y al capital (An Essay concerning
the true original state and end of civil Government, 1690 Cap. V ·#24 sts.). La riqueza
es, según éste, la disposición de lo que naturaleza otorga para la propia subsistencia.
La base de la riqueza es la tierra que es un bien común así como lo que ésta produce
de por sí. Propiedad es el producto de la acción de la persona --que por naturaleza es
propietaria de si misma--- sobre lo producido de la naturaleza y ello porque el trabajo
le agrega algo que es propio suyo. Así la propiedad es el producto de la conjunción
entre el producto de la naturaleza y el trabajo. La tierra puede ser apropiable solo en la
medida en que es mejorada por el que lo hace. El límite de la apropiación está en la
capacidad de uso. Más allá es ilícita. Es el trabajo el que establece las diferencias de
valor. El valor deriva de la utilidad para la vida. La fuente de la utilidad es la duración
del bien. Al desaparecer esa duracion la pierde y queda solamente la funcion
acumulativa. El desperdicio de lo acumulado y no usado para la vida es un delito contra
la propiedad. Ello establece el límite justo de la acumulación. El dinero es un bien
simbólico de alta durabilidad cuyo objeto es el intercambio de bienes consumibles. Al
prestarse sin embargo a la acumulacion se convierte tambien en un objeto de ésta y se
convierte en un instrumento generador de escasez artificial. Aun hoy --sostiene--
habría recursos para mantener mucha más gente, si la invención del dinero y el
consenso de atribuirle valor no hubiese establecido las grandes posesiones y el
derecho a ellas por el deseo de poseer más de lo necesario. Las observaciones de
Locke reproducen, por anticipado, las de quienes se oponen hoy a las políticas de
reducción de la natalidad con el argumento de que la causa del problema no está ni en
un exceso demográfico ni en un agotamiento real de los recursos del planeta sino en
una mala orientación de nuestros sistemas polìticos, económicos y tecnológicos.
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2. En lo que toca a la segunda, ésta domina hasta el siglo XVIII apoyada en los textos
científicos de los griegos y sostenida por la química tradicional. Su última polémica
estuvo centrada en la cuestión de la renovabilidad de los recursos minerales. Lo que se
hallaba en el trasfondo era la idea clásica de que el mineral es una sustancia viva que
se genera y regenera de modo contínuo en la profundidad de la tierra y que se
encuentra sometida a un proceso de generación, alteración, maduración y corrupción
análogo al de los seres vivientes. La tesis sostenida por los químicos clásicos fue que
los minerales en la secuencia del plomo al oro representaban solamente fases de
maduración en un mineral viviente y único que se reproduce de modo contínuo e
infinito mientras están en la veta. De conformidad con ésto se daba por supuesto que
las vetas agotadas se regeneraban a condición de que se las dejara descansar el tiempo
suficiente. La.tabla periodica de los elementos, al aparecer, fue vista desde esta
perspectiva como una mera tabla evolutiva de minerales que, por maduración se
transmutaban de manera natural en veta. La víctoria de la nueva química en la
polémica, hacia finales del siglo XVIII y comienzos del XX, trajo consigo una nueva
clasificación del mundo natural entre sus aspectos muertos o inertes y no regenerables
y los vivientes regenerables por sí mismos o con auxilio humano. Con ella la idea de la
no renovabilidad de cierto tipo de recursos comienza su dominio.
3. Hasta los orígenes de la idea de progreso y aun a fines del siglo XIX se sigue
considerando tanto el proceso natural y humano como el de las ciencias y las técnicas
como conducidos por un telos u objetivo universal que no es otro que el de la infinita
actualización de la potencia infinita de materia y naturaleza. En tanto que ese telos se
reconoce como siendo común a naturaleza y hombre se reconoce en éste al agente
eficaz y conciente del proceso. Es decir en cuanto operador conciente y voluntario de
un proceso que se definirá como progreso y en el cual el desarrollo de la naturaleza y
el del hombre se considerarán inseparables. Es ésta la idea que se halla presente en
forma explícita en la metafísica del socialismo utópico de Fourier y que reaparecerá
mutatis mutandis en la teoría moral y natural de Marx y Engels. La declinación del telos
se inició imperceptiblemente en la obra de Francis Bacon, en el siglo XVI, cuando éste
privilegió las relaciones entre la materia, la forma y la eficiencia como parte de la
búsqueda de su arte de las trans-formaciones. Bacon no negó el telos sino que lo dio
por consabido como función de la razón y voluntad humanas, capaces de reconocerlo
y realizarlo en la naturaleza. La negación del telos alcanza su formulación y victoria
definitiva el año 1970 con la aparición del libro de Jacques Monod, Le Hasard et la
Nécessité. El abandono de la visión del telos tiene consecuencias importantes sobre las
orientaciones tecnológicas de la modernidad tardía y la postmodernidad. Su vigencia
condicionó las operaciones técnicas a una identificación del telos implícito en la
materia con el objetivo de auxiliar a ésta en su explicitación y realización. Su
desconocimiento decidió el tránsito de las operaciones técnicas de la orientación
orgánica a la orientación mecánica --aquella que violenta o fuerza la teleología-- lo
que, de conformidad con Aristóteles no puede sino dar lugar a la aparición de
"abortos" o "monstruosidades".
Lima 1998