a4
permite no sélo las
lentas mutaciones que se van observando
en Jos personajes y'en las inerigas de las
telenovelas, al sabor de las exigencias
I pablico, sino también la eventual
‘der ese publica con ternas ¥
La propia historia def
afectada pi
tieas deseritas. El ritmo de presentacion
diaria obliga {fo mismo que sucede con el
folletin) una gestion ia de los
de manera que al final de cada
su vez, los personajes constituyen a
veces figuras esterectipadas, en los
incomprendido,
manera que sean petfectamente reccno-
ibuye tambien una
redunda
adores,
Tenguaje, etc.) se mantienen constant
en principio, 9 cuando se alteran son
nario que alienta la telenovela,
za de los personajes corresponde
de ios tuna telenovela
gia normaimente un alimero restringido
je espacios en los que se desarrellan los
eventos, espacios que, aclemds de interio-
res domésticos bien definidos desde el
punto de vista econémic> (cl apartamen-
Pequefic-burguesa, la
bburguesia). son, con
frecuencia, ios de profesiones y
des modernas y socialmente prest
CARLOS REIS - ANA CRISTINA M. LOPES
“Tha discoteca en vogs. ol despacho del
jerente de una gran empresa. un atelier
de modas o de arquitectura, a redaccién
de une revista, una goleris de are, ec.
Pero ado dela
10, permiten ul
mente dindmica que en
novela ha creado
nos dominantes:
tae (v.) q
ibradamente las varias intrigas
‘oscilando muchas veces entre
¥ el evento comico,
estrecha articulacion de Ia banda sonora
con las
jomoldgicas con
Ja narrativa literaria: el tiempo del dis-
curso ex predominantemente isocrono (v.
isocronéa), en vistud de su nal
pension a ia escena dialogada
clerta Frecuencia ocurren analeps
DccIONARIO DE NARRATOLOGLA bss
ales de la historia (personajes. espacios,
istorico), no puede dejar de
sncrar y respetar condicionamientos
fue interfieren’ en la enuncracion del
veces con una furcién de recap
de eventos pasados que interesa re
a su vez. las elipsis (v) aparecen exy
tamente denunciadas (casi siempre a tra-
ves de intervenciones apacentemente
‘ae los personajes. sefalanco
de forma inequivoca los bruscos avances
a la accion. A la ign ce varias intrigas
a la tsocronia etc. Reelaborada en funcién de esos con-
correspende también el privilegio del dicionamientos. a novela hecha te
Gidlogo, revestdo, en el cavo dea tele- vela adguiere entonces, en el
Teceptivo, una imagen nueva, a eves
Considerablemente crstinta de ia mayen
literaria que ei lector habia construdo.
CAZENEUVE. 1970, RW sTED.
84, §¥ CAMPEDELLI, 188
TELLING - V, Representacién
‘nnovadores y pol
hermeticos; de ahi el poder considerar
excepcional la ocurrencia de estrategi
far TIEMPO « |. El relieve del tiempo
muy labora: ro
‘surge ani
ion pnmerdiaimen
difusas, son mucho més notorias en el
caso de adaptaciones de novelas a tele-
do soluciones de reco:
dificacién sobre todo por lo que atane a
tos componentes del diseurso:236
scue on primera
al tiempo materiatco provia.
Scho, susesisn cronologca’ de
eventos suscepibies de sor datadoe con
ies que
: "Y abandond a
enel tren de regreso, el
les veintisiere de junio de
Llane gucen fe escriba. pag. 102), Bl Gems
ode Ia historia pucd Sin ersbargor ter
Ebjeto de cargas semantices que ses.
guan su valor semdntico (wiuse Bobes
Raves, 1984)
impartancia de que se
para_la existencia humana, !a
vivencia del tiem
gontar una historia y el cardcter temporal
de la experiencia humana una correla-
ci6n que no es puramente accidental
sino que presenta una forma de neces
dad tanscultural. O dicho de oiro modo:
(qua el tiempo se hace tiempo kuumtano en ta
medida en que #5 art
narrative, » que la narvativa alearta sit
plena significacién cuando se h
, Sion dela existencia temporal” (Ricoeun
1983: 85).
3. La dimensién humana del tiempo,
| y simultaneamente sus victudes semaati
cas, se evidencian sobre todo en aquellas
} narrativas en las que le es atribuido al
devenir temporal el estatuto de evento
' diegético, mas que de simple situacien
_ cronolégica de la narrativa: “También esa
(CARLOS REIS - ANA CRISTINA M. LOPES
Mistoria la conocta el corgnel. Habia
‘empezado a escucharla ai dia siguiente
del tratado de Neerlandia cuando el
Ta revolucién. Acampado en torno a la
igantesca ceiba de Neerlandia un bata:
én revolucionacio compuesto en gran
parte por adolescentes fgados de la
escuela, espero durante tres. meses
LLuego regresaron a sus casas por sus pro.
plos medios y alll siguieron esperando,
Easi sesenta anos despues. todavia el
Coronel esperaba" (G, Garcia Marquez, Al
coronel no tiene quien le escriba. pags.
58.59), Asi se prepara la manfescacion de
tuna relevante metamorf
tiempo fitrado por
Vivencias subjetivas del personaje (0)
ecigidas en fnctor de translormacion y
tetimension “(por slaggamien
recuscién 0 por pura dial
rigider del tempo de la
He texto le
Fsonaje evoca un fragmento de su vida:
Phi entsbon, Zavmlta a esctiea ecdae-
escurrian de la memona, soi0 un hil
gadisimo al que asirse. Piensa: Ana’
Vargas Usa, Comversacion en ia catedral
rsonaje, el
iempo sicolégico es también el referer
Ide su mudanza, del desgaste y ero-
siGn que sobre él provoca el paso del
tiempo y las experiencias vividas:
mos el desencanto con que Zav
eidad, esa discreta falia de conv:
de exalacién y de ambicién, a lo
era esa suave mediocridad en todo”
El tiempo de la historia no es extra-
fo tambier fa configuracion
DICCIONAHIO DE NARRATOLOGIA
de la narrativa (véase Zoran, 1986: 313),
natural que eventualment se stables:
‘ca una verdadera integracién del espacio,
en el tiempo: la casa. de los Paulo, en
de Carlos de Oliveira, mas
le espacio fisica es tambien
al lugar de concentracion de ‘as marcas
de un devenir temporal con {vertes inei«
5 y econdmicas (decaden-
crisis de la burguesia
) Podemos hablar entonces de
cronotope (v), desd:
fen In nafrativa tenga
los connotados espaciales y temporales
‘an un todo dotado de sentido ¥ concre-
clin, El wempo que se bace denso y com.
pacto y se vucive artisticamente visibic
fica y se insinda en al
A carge semancin de que sa puede
como O rime do padre mara
en el episodio final, a un simbal
tua de Camaes) para denun
traste del tiempo histéri
brim i
5 también el
lista, desde Jayee a Pro
radas vests a ein
ras y de ta rigidez cronologica &
yal contemplar una de se5 mo
Acentuadam
crisis y angus a través de
fsa disolucion temporal Sin embargo
is
de ia narrativa que faculta ly elaboracién
237
del tiempo de Ia historia, se hace nece-
Sario que nos fijemos precisamente en los
procesos de represeniaciOn discursiva a
fos que esta sujeto.
5. El tiempo del discurso puede ser
emtendido como consecuencia de ln
representacién narrativa del tiempo de
la historia. A partir de una concepcion
de cair esinicturalisia, se dice que el
tiempo narrativo resuita de la anicula-
‘Gon de dos dimensiones
Hempo del discurso c
Gempo de la historia
Sucesividad ‘metoniimica propia de Ia
nacrativa (v). En otras palabras: en la
Ristora varios personajes viven indi.
dusimente el tiempo en lugares a veces
muy distantes, pers, para que se elective
Ib eegresiniacibnnatratia de ee Gem
po plural, es necesarto que el narrador
Eitblevea prioridades, narando suces
vamence lat acurrencias individuales de
‘sa pluralidad de demos, De ah la tone
Gencia que poses el dempe dei discurso
un solo minuto Uevaria aftos, el minimo
gest, ef pulido minucioso de uns palax
de una sflaba, de un
cosa de mucha marroquinenia, pensar en
To que se piensa, o se penso, ose esta pen-
sando v qué pensamiento es ese que pien-
sa otto ‘pensamiento, no. acabariamos
nunca’ (José Saramago, Levantado do
chao, pag,
comprometido un repertorio relativa-
mente amplio de signes (s.) temporales.
npren-
tes areas de codificacion: el ortlen,28
la velocidad y la frecuencia (v. estos
términos); en’ ellos se incluyen signos
zalepsis,, prolepsis, escena dialoga-
‘pausa descriptiva, etc.) cuya articu-
yp impeime al rel:
mporal que lo caracte
de vectores seménticos que
tales criterios de elaboracién:
sta proyecta sus fundamentos
el narzador de Mersrias posi
Brés Cubas relaia, en la brevedad de una
conjetura,
que espera: "Desde bachil
vez a la escuela, pequei
libros bajo el brazo, 0 si
cuna para volver a levai
En vano buscaba fijar en el es}
femorias postu
mas de Brés Cubas, pag. 272)
7. Sila duracién de! tie
toria puede ser calculada
do en Viagens na minka te
Garrett dura casi una semana), de acuer-
do con los marcos temporales que va
dejando el narrador, no
mente lo mismo con el tiempo del dis-
curso. al corresponder este undamen-
talmente a la duracion de una represen-
tacién de naturaleza verbal, esa duracién
no pueda ser establecida sino de forma
aproximada, en funcién de la |
como noté Genente, “el
0 pase
{a temporalidad, que recibe metonimica-
mente de ia lectura” (Genette, 1972: 78),
variando ésta de acuerdo con el ritmo que
le es imprimido por cada lector particu:
lar Sst significa, por ote parce, que fa
imagen de fa historia que el lector va con-
Aigurando, a través del discurso, no es
CARLOS REIS - ANA CRISTINA M. LOPES
iidiferente a efectos temparales, consti-
tuldos a partir de ciertos procedimientos
di un relato distanciado,
de tipo omnisciente, faculta de la historia
la imagen temporal de
everios claramente pasados,
ersonaje 0 ch un
so en ia excena dele
(Steneel, 1971: 35-37),
uede llevarlo a sent esa accién como
Bresente
ible det humans,
imreversible de in experienc’ amare,
tprchers te
de forma i
do con la expan-
ca de los per-
ges destaca e! monslog
iscurso puede tender a
porelidad dit
mentos, experie intempo espeso
7 relativinudo en funcién de la peculiar
Gonciencia del que lo vive, Al colocar este
tempo humano en el cenito de sus preo-
cupaciones, ‘la novela moderna parece
tomar conciencia de su funcio
gue no es la de contar una hi
zar un estado de alma o des
bres, sino ante todo deminar la vida asi
ido
sfa del personaj
ido. como. person:
individual y To colee
toy loabstracto, teniendo presente el fin
DIECIONARIO DE NARRATOLOGIA
ico en el que se desarro
Ia acciOn, en estrecha conexion con
mundo real con ei que establece una
relacién de indole mimética; Lukécs
ue sea su profundi
SMontrario. se hace tipo porque en
Convergen ¥ se reencuentran todos los
Clementos ‘determinantes, humana y
ente esenciales, de riod
J tampoco basta:
de las posibilidades que se esconden en
los, en esa representacion extrema de
"3 Extcemos que concreta al mismo
iempo la cumbre y los limites de la tota-
lida del hombre y del pericdo” {Luskscs,
1973.9),
2, Sies cierto que la cone
ssiana subraya sobre todo lo
historico-sociales del
‘que su constitucién no se limita a esa ver=
. Eles, de hecho, predominantemen-
I en determinadas_periodos
lan cierta capacidad
ico en
Que protagonizan cierta cireulacign geo-
stendo comunes a diferentes
erat
cuando set
jer
ren, su circulaci6n es iam
bien basindose en
peret ieo-cultural que,
depender torzosamente _
escenarios ideologico-sociales
tampoco les es enteramente i
liferente,
43. El tipo contiene virtualidades signi-
cas evidertes, desde el momento en
su presencia en. el si
desuncia inevitableme
29
de indumentarias, discursos y reacciones
con cierto cariz emblematico, remitiendo
ico.
wracién, sentidos
que inspiran su conb
fen los que con cierta frecuencia se reco-
noce cierta inci
eign narrativa de! tipo (por ejemplo, en
los euentos de Aide nova de Manel da
que hace al
reconocible; en cierto
exigente como,
sé lo mismo a pro-
3s en las que el