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LIBROS DE ORO DEL SABER. MATEMATICAS LA HISTORIA DE LOS NUMEROS, LOS SIMBOLOS Y EL ESPACIO Por IRVING ADLER Tlustraciones de LOWELL HESS Titvle de este libro on inglés: MATHEMATICS Traduccién de TOMAS R. COUTO x) ORGANIZACION EDITORIAL NOVARO, S.A. ‘MEXICO, D.F. (México) * BARCELONA (Espafa) + BOGOTA (Colombia) + LIMA (Perd) + SANTIAGO (Chile) Publicado por Organiaacin, Editorial Nocaro, S.A, Calle 5, N! 12, Naucalpan de Juirer, Estado de México, v, sep acai con Wester ster Publishing Company, In de lg E.U.A. Probblda la epreiocsn total © parcial. Erin oetava edcion, de 10,000 S* terminé de imprimir en lot talleres de la propia Editorial, en la misma direccién, el 28 de febrero de 1975. EL emblema [ERI es marca registrada de Organizacién Editorial Novaro, $.A. © 1975, 1972, 1971, 1970, 1967, 1965, por Western Publishing Company, Inc. Derechos mundisles reservados, —1 covo 4—7 PALMos MENORES 1 PALMO MENOR, Las Matematicas Las matematicas constituyen una ciencia que nos ensefia a pensar de- tenidamente en los ntimeros y en el espacio. Nos ayuda a Hevar la cuenta en los deportes, a medir el 4rea de un piso, a calcular los impuestos que de- bemos pagar, y a decidirnos a hacer una compra ventajosa. De ellas se sir- ve el ingeniero para disefiar una ma- quina. Tanto en el trabajo como en el juego, a menudo tenemos que res- ponder a preguntas como: ¢cudntos?, ¢de qué tamafio?, ga qué distancia? Para contestar a estas preguntas, es necesario emplear ntimeros; debemos saber cémo se relacionan los nameros entre si, y cémo encajan unas con otras las distintas partes de un espa- cio. Para tener la certeza de que 6 nuestras respuestas son las correctas, tratamos de pensar ordenada y cuida- dosamente; al hacer todo esto, em- pleamos las matematicas. En los remotos dias en que los hombres obtenfan su alimento tinica- mente de la caza y de la recoleccién de frutos y bayas, surgié la dificul- tad de cémo llevar un registro de sus provisiones. Contar, medir y calcular fueron operaciones mas importantes, a medida que los hombres primitivos se fueron convirtiendo en agriculto- res y pastores, pues tenian que hacer Ja medicién de sus tierras y el recuen- to de los animales de su rebafio. Al empezar a construir presas y canales de irrigacién, tuvieron que calcular la cantidad de tierra que tenfan que Los antiguos mercaderes, constructores y navegantes, empleaban las matemdticas para resolver sus problemas remover y cudntas piedras y ladrillos habrfa que colocar. Los capataces te- nfan que saber de antemano cudnta comida habria que almacenar para los trabajadores. Los carpinteros y los albaiiiles tu- vieron que hacer célculos y medicio- nes al construir habitaciones para el pueblo, palacios para sus gobernantes y grandes tumbas en forma de pir4- mides para sus reyes. Al surgir el comercio, los mercade- res tuvieron que medir y pesar sus articulos, ponerles precio, calcular su costo y sus ganancias. Los recaudadores de impuestos necesitaron fijar las tasas y llevar registros. Para realizar todas estas actividades, el hombre inventé la aritmética, que es el estudio de los ntimeros, y la geometria, que estudia el espacio. Para predecir los cambios de esta- cién, los sacerdotes estudiaban los movimientos del Sol, la Luna y las es- trellas. Los navegantes también ob- servaban el firmamento, guidndose por la posicién de los astros. Y para ayudar a estos hombres en sus tareas, se inventé la trigonometria, que es el estudio de la relacién entre las dis- tancias y las direcciones. Al extenderse el comercio por todo el mundo, tenfan que repetirse a menudo los mismos tipos de cAlculos, por lo cual, para ahorrar tiempo, los matematicos establecieron reglas para efectuarlos y métodos para resolver muchos problemas en forma rdpida; tales fueron las bases del digebra. Eseritura de Nimeros Los hombres han empleado los simbolos numéricos escritos desde hace siete mil afios, aproximadamen- te. Con el transcurso del tiempo, in- ventaron nuevos y mejores métodos de escribir los nimeros. Al principio, EGIPCIOS BABILONICOS ROMANOS (Primitivos) CHINOS: INDOSTANOS, MAYAS ARABIGOS te} 2:)3 1415 )6) 71 8.) 9 |10 100/100 los representaban por medio de inci- siones en pedazos de madera, o de Iineas dibujadas en el suelo, Todavia utilizamos este sistema cuando escri- bimos los numerales romanos I, II y IIL. También encontramos estas figu- NOMERO ao0oodo ona DE MILLAR UNIDADES UNIDADES ras, aunque ya transformadas, en los mimeros arabigos 2 y 3. Empezaron a usarse como conjuntos de rayitas se- paradas. Posteriormente, al escribirse las rayitas r4pidamente, se unieron en diferentes simbolos. La numeracién ardbiga consta slo de diez simbolos: los digitos 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9; pero con estos diez digitos, podemos formar cualquier mimero. Lo hacemos separando las cifras grandes en grupos, tal como se- paramos las cantidades de dinero. Por ejemplo, podemos separar trece centavos en dos grupos: uno de diez CAMBIE EL GRUPO DE DIEZ CENTAVOS POR UNA MONEDA DE DIEZ CENTAVOS En los nimeros ardbigos mayores de 9, el valor de cada digito depende de su posicién y otro de tres. Podemos cambiar los diez centavos por una moneda de diez centavos. En tal forma, tendremos una moneda de diez centavos y tres monedas de un centavo. Y esta canti- dad la-representamos con la cifra 13. El 1 escrito en el segundo lugar a partir de la derecha, representa un grupo de diez, asi como una moneda de diez centavos representa un con- junto de diez monedas de un centavo. De igual modo, un ntimero escrito en el tercer lugar a partir de la dere- cha representa conjuntos de cientos; el cuarto lugar, grupos de millares, etc. 3 3 fe no se Pueden Descomponer Hagamos una representacién obje- tiva de cualquier ntimero entero em- pleando hileras de fichas. Para hacer esto, hay que emplear tantas fichas como unidades tenga el ntimero. Una hilera de cuatro fichas puede separarse en dos hileras de dos fichas cada una. Si colocamos estas dos hile- ras una debajo de la otra, las fichas formardn un rect&ngulo, de igual mo- do, se pueden formar rectangulos con 6, 8, 9 6 10 fichas. Por esto, Ila- mamos ntimeros rectangulares a estos ntimeros. El rectingulo que se puede formar con el nimero diez tendré dos hileras de cinco fichas. Observemos que 2 X 5 = 10. Todos los ntimeros rectangulares son el producto de dos 0 mds ntimeros mds pequefios. Pero hay algunos nimeros que no podemos descomponer de esta mane- ra. Ejemplo: no es posible hacer que siete fichas formen un rectangulo. Se pueden distribuir las fichas en siete Nameros hileras de una ficha cada una, hasta formar una hilera o una columna de siete fichas. E] nimero 7 no es un ni- mero rectangular. Los nimeros que no pueden descomponerse de manera que formen rectingulos, se Taman ntimeros primos. Existe un método sencillo para de- terminar si un numero es rectangular o primo. Este método recibe el nom- bre de Criba de Eratéstenes, en honor del matematico griego que inventé el sistema dos siglos antes del nacimien- to de Jesutristo. Imaginemos todos Jos nimeros enteros, a partir del dos, arreglados en una hilera, de menor a mayor y en orden progresivo. El nti- mero dos, que encabeza la hilera, es un nimero primo. Ahora, contemos de dos en dos y tachemos cada ni- mero que obtengamos en esta forma, descartando as{ el dos y todos sus miltiplos. El 4, el 6, el 8, etc., serdn mimeros rectangulares, De los nime- Un niimero “rectangular”, o no primo, siempre es el producto de nimeros mds pequefios NUMEROS Lea ICAO) EN DE DOS EN DOS “ cbente ‘DE TRES EN TRES. DE CINCO EN CINCO | DE SIETE EN SIETE ‘CUENTE ‘CUENTE PRR d ed Ae A) EL) LL Led @ Mediante ta criba de Eratéstenes, se pueden determinar los némeros primos ros que no hemos tachado, el tres encabeza la lista, por lo que éste serd el mimero primo que sigue al dos. Luego, tacharemos los ntimeros que vayamos obteniendo al contar de tres en tres. Se obtendrén asi mimeros enteros como 9 y 15, con los que se pueden formar rectangulos de tres hileras. El nimero que encabeza ahora la lista es el cinco, el cual es el tercer niimero primo. Si continuamos tachando de esta manera, obtendre- mos los miiltiplos de cada uno de los niimeros primos, y después de haber descartado cada familia de nimeros, el ntimero que encabece la lista sera el siguiente nimero primo. @ (7 ——— 7 Los ntimeros primos no se pueden expresar como el producto de niimeros mds pequefios Las Formas de los Nameros Los nimeros, como las personas, tienen variadas formas. Algunos nt- meros son rectangulares; otros forman triéngulos, cuadrados 0 cubos. NOMEROS TRIANGULARES Se pueden encontrar ntimeros que forman tri4ngulos colocando hileras de fichas, unas debajo de otras. Se pone una ficha en la primera hilera, dos en la segunda, tres en la tercera, y asi sucesivamente. El némero total NUMEROS TRIANGULARES — recibe el nombre de numero triangu- lar. Los primeros cuatro ntimeros triangulares son: el 1, el 3, el 6 y el 10. gCual es el séptimo ntimero trian- gular? Una de las maneras de saberlo, consiste en formar el séptimo trifngu- Jo y contar el mimero de fichas que contiene. Pero existe un método sim- plificado que podemos aplicar. El grabado de la pagina derecha mues- tra el séptimo tridngulo, con otro si- milar invertido. Los dos tridngulos forman un rectdngulo, por lo que el nimero triangular es Ia mitad del nd- mero rectangular, El rectangulo de la ilustracién tiene siete hileras de ocho fichas cada una. Por lo tanto, el mi- mero rectangular es 7 X 8, 6 sea 56. Y la mitad es 28. De esto se deduce que para encontrar un ntimero trian- gular, se multiplica el numero de hile- ras del triangulo por el niimero préxi- mo més alto, y luego se divide el producto entre dos. Para determinar el octavo mimero triangular, divida entre dos el producto de 8 X 9. NOMEROS CUADRADOS Formamos los niimeros cuadrados haciendo recténgulos en los que el niimero de hileras sea igual al nimero de fichas de cada hilera. El cuadrado més pequefio tiene sélo una hilera; por lo tanto, el mimero cuadrado més pequeiio es el 1. El siguiente cuadra- do tiene dos hileras, con dos fichas en cada hilera, por lo que el siguiente cuadrado es: 2 X 2, 6 sea 4. El ter- cer niimero cuadrado es 3 X 3, 6 sea 9. Para obtener un cuadrado, mul- Sb ae ae UMEROS CUADRAD 2% tiplique cualquier nimero por si mismo. El séptimo ntimero cuadrado es 7 X 7, 6 sea 49, Lo Iamamos “siete al cuadrado”, y lo expresamos asf: 7. El pequefio dos escrito en la parte superior derecha, es una de las mane- ras de expresar que el siete se tomar& dos veces como multiplicador. Los néimeros cuadrados se relacio- E eo i e = e BL Sleyy NI nv Of O} wl alata}|wlr fa — © OG Sik On) ones i> nan con los niimeros impares (méme- ros que no pueden formar rectingulos de dos Kneas). Si hacemos una lista de los mimeros impares, en orden pro- gresivo, y escogemos cualquiera de ellos, la suma de esos nimeros, incluso el que hemos escogido, sera siempre un mimero cuadrado. El grabado nos lo explica claramente. Los nimeros cuadrados también se relacionan con los triangulares. Si La suma de cualquier serie de ntmeros impares consecutivos es siempre un néimero cuadrai EE 1+3+5=3%9 1+3+5+7=4% 16 14 sumamos cualquier mimero triangu- lar con el siguiente ntimero triangular mayor, obtendremos invariablemente un cuadrado. NUMEROS CUBICOS Si empleamos dados en vez de fi- chas, podemos colocarlos en hileras para formar un cuadrado, y encima de éste se pueden poner cuadrados formados por dados. Cuando el ni mero de capas sea igual al nimero de dados que hay en una hilera, ha- bremos formado un cubo. Ese nimero de dados que forma el cubo es un ntimero ctibico. El numero ctibico mis pequefio es el 1. El segundo es 2X 2 X 2, 0 sea 8. Lo Iamamos “dos al cubo” y lo representamos asf: 2°. El pequerio tres que se escribe en la par- te superior derecha indica que el dos se empleé como multiplicador tres veces. El quinto niimero ciibico es “cinco al cubo”. Se representa asf: 5° y significa 5 X 5 X 5, 6 sea 125. ESTA Los Conejos y las Plantas Un hombre compré una pareja de conejos y cuidé de ellos. Esta pareja procreé un par de conejitos un mes después, y un segundo par de cone- jitos al segundo mes. Luego, dejé de procrear. Cada nueva pareja de cone- jitos tuvo a su vez dos parejas de conejitos en el mismo periodo y luego no tuvieron més crias. {Cuantas nue- vas parejas de conejos tuvo este hom- bre cada mes? Para contestar a esta pregunta, hagamos un esquema del nimero de parejas en cada generacién de cone- jos. Escribamos el ntimero 1 para re- presentar la primera pareja con la COLUMNA INDICA LAS GENERACIONES DE CONEJOS Vv I Il Il VV Vv vl A 16 | J i i ; que el hombre empezé la eria. Anote- mos en seguida el niimero 1 para de- signar con él la pareja de conejos que nacié al mes. Al siguiente mes, ambas parejas tuvieron crias, as{ que el siguiente ntimero es el 2, Hasta ahora tenemos tres nuimeros en el esquema: 1, 1 y 2. Cada numero representa una nue- va generacién. En este’ momento, la primera generacién dejé de procrear. La segunda generacién (una pareja) procreé una pareja. La tercera genera- cién (dos parejas) produjo, a su vez, dos nuevas parejas. Por lo tanto, el mimero que escribimos es 1 -+ 2, 6 ESTA COLUMNA INDICA EL NUMERO TOTAL DE PAREJAS, POR CADA GENERACION = sea 3. En este momento, la segunda generacién dejé de procrear, pero la tercera.generacién (dos parejas) pro- dujo dos parejas y la cuarta genera- cién (tres parejas) procreé tres pare- jas, por lo que el ntimero siguiente que escribiremos ser 2 + 3, 6 sea 5. Cada mes, sélo las dos tltimas ge- neraciones_tuvieron hijos, asi que podemos obtener el siguiente mimero sumando las dos ultimas cifras de la columna. Los némeros que obtenemos en esta forma se Ilaman ntimeros de Fibonacci. Los primeros doce son: 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89 y 144, Estos ntimeros tienen propiedades muy interesantes; surgen a cada mo- mento en la naturaleza y en el arte, He aqui una de las propiedades de estos niimeros. Escojamos tres niime- tos cualesquiera, sucesivos. Multip] quemos por s{ mismo el nimero de en medio, y el primero por el tercero. Los resultados siempre diferirén en una unidad. Por ejemplo, si escoge- mos los mimeros de Fibonacci 3, 5 y 8, tendremos: 5? = 5 X 5 = 25, en tanto que 3 X 8 = 24, Si los ntimeros elegidos son 5, 8 y 13, se tendrd: 8 = 64, y 5 X 13 = 6. Ahora bien, si dividimos cada uno de los néimeros de Fibonacci entre su vecino de la derecha, obtenemos una serie de fracciones: 112,35 8 13 21 34 55 89 1°2'3°5'8 13 21 34° 55° 89" 144 Estas fracciones describen el cre- cimiento de las plantas. Cuando na- cen hojas nuevas en una planta, se disponen en espiral alrededor del tallo. La espiral va girando de abajo hacia arriba; la magnitud de la vuelta de una hoja a la siguiente, es una Las fracciones de Fibonacci tienen varias propiedades interesantes. Una de ellas se puede emplear para describ ls esptrales que forman las hojas de las plantas cuando brotan del tallo. La distribucién de las hojas superiores permite que los rayos del Sol se filtren hasta las hojas mds bajas fraccién de una rotacién completa alrededor del tallo. Esta fraccién es siempre una de las fracciones de Fi- bonacci. Las fracciones de Fibonacci aparecen siempre en la disposicién de las brdcteas del cono de un pino o en la de los flésculos de una flor. 17 El Angulo Recto El 4ngulo que empleamos més a menudo es el que mide 90 grados. Lo llamamos angulo recto. Los albafiiles forman un Angulo recto por medio de cuerdas. Fijan una cuerda horizontal con un nivel y co- locan otra cuerda vertical suspendien- do un peso o plomada en el extremo libre. Asi forman un angulo recto exacto, que los guiaré para tender las hiladas de ladrillos. De este modo, los muros de las casas que construyen estardn derechos y a plomo. En el antiguo Egipto, los agrimen- sores formaban un dngulo recto por el procedimiento de “tender una soga”; empleaban una cuerda dividi- da en doce espacios iguales por me- dio de nudos. Un trabajador sostenfa, juntos, los dos extremos de la soga, en tanto que otro sujetaba el nudo que marcaba tres espacios a partir del extremo, y un tercer hombre detenia con la mano el nudo que indicaba cuatro espacios contados del otro ex- tremo. Si la cuerda estaba tirante, se formaba un Angulo recto. Una manera de formar un Angulo recto consiste en doblar una hoja de papel. Se dobla y se vuelve a doblar, haciendo coincidir los dobleces. Un éngulo recto mide 90 grados. Los anti- guos egipcios formaban los éngulos rectos manteniendo tirante una cuerda anudada uniformemente Los Tridngulos y la Distancia Entre la Tierra y la Luna Los triéngulos pueden ser de dife- rentes magnitudes y formas, pero los tres Angulos de cualquier triéngulo siempre suman el mismo nimero de grados. Para darnos cuenta de esto, cortemos un tridngulo de papel; Ine- go, separemos con las tij dngulos. Coloquemos después lado con lado y esquina con esquina, y veremos que la suma de los tres 4n- gulos es igual a 180°,-es decir, for-- maran dos Angulos rectos. Este es un dato importante, porque nos permite averiguar las magnitudes de los 4n- gulos de los tridngulos, aunque sélo midamos dos de ellos. Por ejemplo, si uno de los angulos mide 40 grados y el segundo 60, podremos saber cudn- tos grados mide el tercero, sin que lo midamos directamente. Bastard con sumar 40 mas 60 y restar el resultado de 180, El tercer Angulo, en este caso, medira 80 grados. Este método simplificado tiene es- pecial utilidad si el tercer Angulo est& fuera de nuestro alcance. Por ejem- plo, supongamos que dos hombres situados en lugares muy distantes en- tre sf, en la Tierra, miran hacia la Luna. La posicién de los dos hombres y la de la Luna forman un triéngulo. Como no se puede medir el éngulo de la Luna, nos valemos, para caleu- larlo, de las dimensiones que tienen los de la Tierra. Conocer la magnitud de este tercer Angulo es importante para los astr6- nomos, para calcular la distancia que hay de la Tierra a la Luna. Si ésta estuviera mas distante, el tercer Angu- lo serfa mas pequefio; si estuviera mas cerca, el tercer Angulo sera mayor. Sea cualquiera el tamaiio 0 la forma que tenga un triéngulo, la suma de sus tres Gngulos internos siempre es de 180 grados E] Avion y la Puerta Julio estaba construyendo un avién de juguete de gran tamajio en la ha- bitacién que le servia de taller. Cuan- @do ya estaba a punto de pegar las falas al fuselaje del aeroplano, Julio 9 pensé: “gPasard el avién por la puer- ta en cuanto las alas estén en su lu- gar? Las alas miden 3% metros de punta a punta, y la puerta 2 metros de anchura por 3 metros de altura.” Julio no podria pasar el avién por la puerta, a menos que lo inclinara. Podemos ayudar a Julio a resolver su problema averiguando qué relacién hay entre los lados de un triangulo rectdngulo. Tracemos en una hoja de papel cuadriculado un triéngulo rect- Angulo de cuatro unidades de anchu- ra (primer cateto) por tres unidades de altura (segundo cateto). Midamos ahora la hipotenusa (el lado més lar- go). Este wiltimo lado tendré cinco unidades de longitud. Constrayamos otros dos tridngulos rectangulos, como los del dibujo, y midamos la hipotenusa de cada uno de los tridn- © gulos: cateto cateto _hipotenusa 3 5 8 6 10 12 5 13 Observemos los niimeros corres- pondientes a cada triéngulo; aparen- temente no hay relacién alguna en- tre ellos, pero si existe una relacién escondida entre ellos. Esta saltara a la vista si elevamos al cuadrado cada uno de los numeros. Hace 2,500 aiios, Pitdgoras formulé un teorema, el cual expresa que un lo , et cundeade de uno do loe catetos més el cuadrato del sepende eaten, siempre es igual al cuadrado de la hipotenusa (ler. cateto)* (2° cateto)* 4X 4= 16 3x38=9 8x 8= 64 6xX6=36 12x 12= 144 5xX5=25 Los ejemplos anteriores establecen una regla que descubrié hace unos dos mil quinientos afios un matemé- tico griego Ilamado Pitagoras. La re- gla establece que, en todo tridngulo rectangulo, el cuadrado de uno de los catetos, mas el cuadrado del otro cateto, es igual al cuadrado de la hi- potenusa; es decir: (cateto)* + (cate- to)? = (hipotenusa)?, Si aplicamos esta regla, nos ayuda- ra a resolver el problema de Julio. Nos damos cuenta de que la anchu- ra, la altura y la diagonal de Ja puerta, forman un triéngulo rectingulo. Sus catetos miden, respectivamente, 2 y 3 metros. De aqui resulta: #+2=9+44=13. Como I3es el cuadrado de la diagonal por la que el avién debe pasar, tenemos que ele- var al cuadrado la distancia de punta (hipotenusa)? 5X 5= 25,y 16+ 9= 95 10 X 10 = 100 64 +36 = 100 13X13=169 144 + 95 = 169 a punta de las alas, para saber si es 0 no més pequefia que la diagonal de la puerta. La distancia de punta a pun- ta de las alas es de 3% metros. (3%)? = 3% X 3% = bX %=*% = 12% Este resultado es menor que 13; por lo tanto, el aeroplano podr4 pa- sar, ladedndolo, por la puerta. He aqui tres conjuntos de ntime- ros. Sélo dos de ellos obedecen al teo- rema de Pitdgoras. gCudles son? 9 12 8 1b 12 15 16 7 18 “snso3png ap puai0a} yo uaa -apaqo sozun{uoo sop sosaunsd soy 21 ‘CIRCUNFERENCIA, Circulos y Mondadientes En Ja vida diaria vemos continua- mente circunferencias_y circulos. Ejemplos de las primeras son el borde de las tazas y de los platos, una sorti- ja, etc. De los segundos las monedas, el Sol y la Luna vistos desde la Tierra. La distancia que une en linea recta los extremos del circulo, pasando por su centro, se Hama didmetro del circulo. La linea que limita el cfreulo, © sea su perimetro, se llama circunfe- rencia. Midamos el didmetro de una moneda y su circunferencia, emplean- do un cordel para hacer esta ultima medicién y midiendo con una regla el pedazo de cordel. Encontraremos que la circunferencia de la moneda medird, aproximadamente, tres veces més que el didmetro. La circunferen- cia de cualquier circulo es siempre el mismo mémero de veces mayor que su didmetro. Este ntimero constante no puede escribirse exactamente co- mo un niimero fraccionario o como un decimal, por lo que utilizamos la letra griega_ + (pi) para representarlo. Equivale a 3%, 6 3.14, aproximada- mente. Aunque parezca extrafio, hay una forma interesante de calcular el valor de =, arrojando un mondadientes a un La circunferencia, 0 linea curva que limi- ta al circulo, siempre es igual al diémetro multiplicado por 3.14, el nimero conocido como pi piso de madera. El piso debe tener duelas de la misma anchura, y el mondadientes la misma longitud que la anchura de las duelas. Arrojemos el mondadientes varias veces al piso, Hevemos la cuenta de las veces que lo arrojamos y el de las veces que el mondadientes cae en posicién trans- versal, entre dos ranuras. Duplique- mos el ntimero de veces que arrojamos el mondadientes y dividamos este niimero entre el ntimero de veces que cayé transversalmente a las ranuras. EI resultado serd el valor de 7. Por ejemplo, supongamos que he- mos arrojado el mondadientes al piso cien veces y que cayé en posicién transversal, en una duela, 62 veces. Dividamos 200 entre 62. El resultado es 3.2, aproximadamente. No es éste un valor muy exacto de =, pero mien- tras mds veces arrojemos al piso el mondadientes, obtendremos un valor mas exacto. Cuando un mondadientes gira alrededor de su centro, describe un circulo. Por esta razén, 7, que es una constante del cfrculo, también se relaciona con las probabilidades de que el mondadientes caiga transver- salmente a las duelas, es decir, per- pendicular a las ranuras. Otra forma de calcular + es me- diante el uso de los mimeros impares, 1, 3, 5, 7, 9, ete. Escriba primero las fracciones 4, %, %6, %, %, etc. Lue- go, a partir de la primera fraccién, reste la segunda, afiada la terce- ra, reste la cuarta, y asi sucesiva- mente. Suspenda la operacién cuando usted quiera, y multiplique por 4. El resultado sera un mimero aproximado al valor de =. Mientras mayor sea el mimero de fracciones que emplee usted, mds exacto serd el valor de =. Lados Iguales y Angulos Iguales Una figura geométrica cuyos lados estén cerrados y sean rectos, se llama polfgono. Los tridngulos y los cua- drados son poligonos. El mimero de Angulos que hay en un polfgono es el mismo que el namero de lados. Existen poligonos que tienen dngu- Jos iguales y lados iguales. Los llama- mos poligonos regulares. Un poligono regular puede tener cualquier nimero de lados, a partir de tres. Una for- mi de construir un poligono regular, es calcular el numero de grados que debe tener cada Angulo, y trazar estos Angulos utilizando un transportador y separando sus lados en distancias iguales. Para obtener el niimero de TRIANGULO. EQUILATERO. 24 grados en la suma de los 4ngulos de cualquier poligono, reste 2 al nui- mero de lados y luego multiplique el resultado por 180. Si la figura consta de tres lados, los Angulos deberén sumar 180 grados. (3 4ngulos, menos 2=1.1X 180 = 180°.) Por lo tanto, para tres Angulos iguales, dividimos la suma de los dngulos (180) entre 3. Esto nos proporciona la medida de cada Angulo. Por lo tanto, cada 4ngu- lo mediré 60 grados. Si la figura geo- métrica consta de cuatro lados, los Angulos sumarén 360 grados. (4 4ngu- los menos 2 = 2. 2 X 180 = 360.) Por tanto, cada uno de los cuatro Angulos iguales mediré 90 grados. Nomsxo Nomse oe"ANoULos EN GRADOS 1. Triéngulo equildtero 3 180 2. Cuadrado 4 360 3. Pentdgono regular 5 540 4. Hexdgono regular 6 720 Se puede trazar un tridngulo equi- latero con regla y compas, por el método que se ilustra en el grabado. Para construir un cuadrado, primero se traza un circulo. Después, se dobla el papel en que fue trazado, de ma- nera que el borde del papel pase por el centro del circulo. Se dobla nueva- mente el papel en forma tal que forme un Angulo recto con el centro. Se ex- tiende la hoja de papel y se unen los puntos en que los dobleces crucen el cfrculo. Para hacer un pentdgono re- 3 PENTAGONO) | Ngness toran no © : ‘MAGNAUD OF Cada REGULAR, x Sy ANGULO; -1o8@. £ SUMA DE Los ANGULOS gular, se corta una tira de papel de anchura uniforme. Después, se hace un nudo con Ia tira, tal y como se muestra en el grabado, y se aplana. Para construir un hexdgono regular, se traza primero un circulo y luego se marcan con el compas partes iguales de la circunferencia, de la misma an- chura del radio del circulo con el que se ha trazado, Habra seis espacios iguales; timanse con lineas rectas las marcas trazadas y se formar un hex4- gono regular. Muchos minerales forman hermo- sos cristales de caras lisas y bordes agudos. En algunos de estos cristales, las facetas son poligonos regulares, que tienen el mismo tamajio y la mis- ma forma, con el mismo mimero de poligonos en cada esquina. Un sélido construido en esta forma, se Hama sdlido regular. Hay exactamente cinco sélidos re- gulares. Sus nombres nos indican el ntimero de caras de que se componen. El tetraedro (cuatro caras) se com- Muchos minerales forman cristales. Unos cuantos de éstos son sélidos regulares, cuyas caras son poligonos regulares 26 La Sal y los Diamantes pone de tridngulos, con tres triéngu- los en cada esquina. El hexaedro 0 cubo (seis caras) se compone de cuadrados, con tres cuadrados en cada esquina. El octaedro (ocho ca- ras) est4 compuesto de tridngulos, con cuatro tridngulos en cada esquina. El dodecaedro (doce caras) estd com- puesto de pentdgonos, con tres penté- gonos en cada esquina. El icosaedro (veinte caras) se compone de tridn- gulos, con cinco tri4ngulos en cada esquina. Una propiedad interesante de to- dos los sélidos de caras planas es la de que, si sumamos el nimero de es- quinas y el ntimero de caras de cual- quiera de ellos, obtendremos el mi- mero de bordes, o aristas, de ese sélido, més dos. Hagamos lo anterior con el cubo que aparece en el graba- do de Ia pagina 28. Consta de ocho esquinas y seis caras, por lo que la suma de estos ntimeros es 14. Ahora contemos el niimero de bordes. Cons- ta de 12. Si examinamos un cristal de sal co- min a través de un potente cristal de aumento, podemos darnos cuenta de que es un cubo. Un cristal de dia- mante es un octaedro, Los sélidos regulares forman atrac- tivos objetos de ornato. Se venden como pisapapeles. Hay calendarios dibujados en dodecaedros, en los que cada mes est4 grabado en una cara diferente. Podemos hacer modelos de cada uno de los sélidos regulares em- pleando los patrones que ilustran es- tas p4ginas. Primero, se hace un tri- Angulo equilatero, un cuadrado y un pentagono regular, en una hoja de cartén, y después se recortan; a con- tinuacién, se repiten estas figuras como lo indican los grabados. Solo hay cinco sdlidos regulares. El tetraedro tiene cuatro caras, cada una de las cuales es un triéngulo. El octaedro es un sélido regular de ocho caras SOLIDOS REGULARES 28 SOLIDOS REGULARES DODECAEDRO. Se puede construir un dodecaedro copiando sobre un pedazo de papel cartoncillo el desarrollo de dicho sélido que se muestra arriba. Una vez que esté recado, recone por las lineas gruesas, déblelo por las lineas delgadas y una los bordes con ‘papel engo- mado. Para construir un icosaedro, copie el desarrollo de dicho sdlido que aparece abajo, y siga las instrucciones que se dieron para construir et dodecaeds> mL SS KA ICOSAEDRO Las MatemAticas en la Naturaleza En la naturaleza podemos apreciar hermosos ejemplos de las curvas, po- Kigonos y sdlidos que se estudian en las matematicas. En la esquina superior izquierda de esta pAgina se muestra el cristal de un copo de nieve. Todos los copos de nieve tienen la forma de un hexégo- no regular. Junto al copo de nieve encontramos otro hexdgono, en la colmena que construyen las abejas. Debajo del panal vemos la concha del nautilus, un animalito que vive en el mar. Se ha cortado esta concha transversalmente, para mostrar cAmaras que contiene. La linea curva que marca el limite de dichas cima- ras, se lama espiral. En la parte infe- rior de la pagina se muestran varias espirales que se desenvuelven en dos direcciones a partir del centro de la flor Hamada girasol. 30 Cuando se forman los volcanes, la lava caliente se esparce formando un cono. En la seccién de la galaxia que aparece arriba, la Luna, el Sol y las estrellas, son esferas. Podemos apre- ciar claramente la forma esférica de la Luna, que es el cuerpo celeste mAs cercano a la Tierra. El grabado inferior de la izquierda representa los esqueletos de algunos radiolarios. Estos son animales mi- croscépicos que viven en el mar. El fondo de los océanos Pacifico e fndi- co esté cubierto de estos esqueletos, restos de animales que vivieron hace millones de afios. Cada uno de ellos es un polfgono simétrico perfecto, El esqueleto de la parte superior es un octaedro casi perfecto, o sea, un sé- lido de ocho caras. El del centro, es un dodecaedro, de doce caras; y el de la parte inferior, un icosaedto, s6- lido de veinte caras. &> f = Letras en vez de Nimeros Sabemos que 1 + 2 = 2+ 1, 24+3=384+2y4+7H=7+4 Podemos hacer que cualquier ntimero sumado a otro mimero forme una igualdad de este tipo. Escribamos simplemente un primer nimero, mas un segundo numero, antes del signo de igualdad. En el lado derecho de dicho signo, invirtamos el orden de los muimeros. En lugar de escribir cada miembro de la igualdad separadamente, pode- mos escribirlos juntos. De este modo: representemos por la letra a cualquier ntimero, y por la letra b cualquier otro nimero. Luego, escribamos simple- mente: a + b = b +-a. Al hacer esto, hemos pasado de la aritmética al algebra. En Algebra empleamos letras que Las ecuaciones algebraicas siguen el mismo principio que las balanzas. Lo que se ponga en un miembro de la eouacién, o en un platillo de la balanza, deberd ser igual al niimero 0 al peso que hay en el otro miembro, 0 platillo, a fin de que quede en equil representan mimeros. Es como si uti- lizdramos una clave para expresar muchas cosas en un espacio reducido. En esta clave no utilizamos el signo % para denotar “veces”, porque po- driamos confundirlo con la letra x. Indicamos la multiplicacién usando un punto en la parte media entre el multiplicando y el multiplicador, o simplemente escribiendo el multipli- cando y el multiplicador uno a conti- nuacién del otro, sin emplear simbolo alguno. En esta clave, a - b significa “el mimero que representa a, multipli- cado por el niimero que representa b”. También se puede escribir ab. Cuando el mismo factor se emplea una y otra vez, empleamos la misma forma abreviada de escribir el pro- ducto de mameros cuadrados y cibi- cos de las paginas 13 a 15. Cuando escribimos x, llamada esta expresién “equis a la cuarta potencia”, es como si escribiésemos x - x - x - x, 6 sea x como factor cuatro veces. He aqué un enunciado en clave que no siempre es cierto: x + 2 = 5. Esto no es cierto, ya que si a x le asignamos el valor de 7, 7 + 2 no es igual a 5. Pero sera cierto, si le da- mos a x el valor de 3. Un enunciado de este tipo recibe el nombre de ecuacién. Resolver una ecuacién sig- nifica obtener el valor que hace que un enunciado sea cierto. Una ecuacién se asemeja a una balanza. Se supone que x + 2 equi- librard el 5, de la forma en que dos pesas iguales nivelan la balanza. Si cambiamos una pesa en uno. de los platillos de la balanza, podemos equi- librarla_nuevamente, haciendo que cambie la otra pesa en la misma can- tidad. Este razonamiento nos indica cémo resolver una ecuacién: simple- mente modifiquemos ambos miem- bros de la ecuacién, en idéntica forma, sumando 0 restando, multiplicando o dividiendo. Como 5 es lo mismo que 3 + 2, la ecuacién x + 2 =5 significa x + 2=3 + 2. Si quitamos 2 unida- des a cada miembro de la ecuacién, quedardn equilibrados ambos miem- X ES MENOR QUE 5 bros, y de esta manera encontramos que x = 3 es la solucién, es decir, el valor de la incégnita. Para resolver la ecuacién 3x = 12, dividimos am- bos miembros de Ja ecuacién entre 3, y obtenemos la solucién: x = 4. ¢Puede usted resolver la ecuacién 3x — 4 = 8? Para obtener la solucién, stimese 4 a cada miembro de la ecua- cién, y luego dividase cada miembro entre 3. La palabra digebra fue acufiada hace unos mil afios. Procede del titulo de un libro que trataba acerca de las ecuaciones y que fue escrito por un matematico d4rabe, Al-Khowarizmi, y al que Hamé al-jabr w'al-mukabalah. Cuando el libro fue traducido al latin, el titulo se convirtié en Ladus alge- brae almucgrabalaeque. Al ser tradu- cido al inglés su nombre fue algiebar and almachabel. Las tres denomina- ciones se simplificaron y su nombre actual es dlgebra.

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