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Doris y Lise Langlois Como transformar la herencia psicolégica Recibimos de nuestros antepasados mucho mas que una herencia mate- rial. Sin ser conscientes de ello, so- mos beneficiarios 0 victimas de un legado psicogeneracional, con sus aspectos positivos y negativos, que marcard nuestras vidas. No sdlo car- garemos con muchos de sus erro- res, en ocasiones también los repe- tiremos. El concepto de «transgene- racional» designa el proceso vital de transmisién de actitudes, contenidos psiquicos y secretos de familia a lo largo de varias generaciones. Esta nueva ciencia humana, heredera del psicoanilisis, identifica las huellas psicolégicas que nuestros antepa- sados han dejado en nosotros, con el fin de comprender nuestro com- portamiento y nuestra vida. Este libro es el resultado de siete afios de investigacién con los tera- peutas mas destacados que utilizan en su trabajo la psicogenealogia. Psicogenealogia Doris Langlois y Lise Langlois Si este libro le ha interesado y desea que le mantengamos informado de nuestras publicaciones, escribanos indicdndonos qué temas son de su interés (Astrologéa, Autoayuda, Ciencias Ocultas, Artes Marciales, Naturismo, Espiritualidad, Tiadicién...) y gustosamente le complaceremos. Puede consultar nuestro catélogo en www.edicionesobelisco.com. Coleccién Psicologia PSICOGENEALOGIA, Doris Langlois y Lise Langlois sdicién: enero de 2010 Titulo original: La prychogénéalogie ‘Traduecién: Pilar Guerrero Maquetacién: Marga Benavides Correccién: M.# Angeles Olivera Disefio de cubierta: Enrique Iborra © 2005 Les Editions de ' Homme (Reservados todos los derechos) © 2010, Ediciones Obelisco, S. L. (Reservados los derechos para la presente edicién) Edita: Ediciones Obelisco, S. L. Pere IV, 78 (Edif. Pedro IV) 3.8 planta, 5.4 puerta 08005 Barcelona - Espaia ‘Tel. 93 309 85 25 - Fax 93 309 85.23, E-mail: info@edicionesobelisco.com Paracas, 59 - Buenos Aires C1275AFA Repiblica Argentina Tal. (541 - 14) 305 06 33 Fax: (541 - 14) 30478 20 ISBN: 978-84-9777-601-1 Depésito Legal: B-367-2010 Printed in Spain Impreso en Espatia en los talleres grificos de Romany’/Valls S. A. ‘Verdaguer, 1 - 08786 Capellades (Barcelona) Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicacién, incluido el disefio de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada, transmitida o utlizada en manera alguna por ningin medio, ya sea clectrénico, quimico, mecénico, éptico, de grabacién © clectrogréfico, sin el previo consentimiento por escrito del editor. Dirfjase a CEDRO (Centro Espafiol de Derechos Reprogrificos, www.cedro.org) sinecesita fotocopiar o escanear algtin fragmento de esta obra. Si, curarse del universo de las sombras Entrever, escoger su propio destino. Scar de sus ratces la fuerza profunda Conjugar corteza y corazén con pasién. Devenir iniciativa, ramas focundas, Llegar al cielo en una inspiracién... Dedicamos este libro a nuestros bijos, fiuto de las raices y de la savia que nos han nutrido, Agradecimientos Damos las gracias, especialmente, a Michéle Bouchard y a Lucille Langlois, que nos han acompafiado y apoyado a lo largo de este pro- yecto. Introduccion En el inicio del tercer milenio, esta obra representa para nosotras un gesto de amor y reconocimiento hacia el esfuerzo de nuestra familia, hacia el camino recorrido por ella y por las generaciones que nos segui- rin, Se dirige, ante todo, a aquellos que quieran avanzar en su propia trayectoria personal y familiar por el mero placer de crecer humana- mente. También esté destinado a todos aquellos y aquellas cuya profe- sién consiste en trabajar con personas y familias. Alo largo de la lectura, seguiréis, capitulo a capitulo, la historia de una familia de Quebec durante cuatro generaciones. Los nombres, asf como diversos elementos y hechos, se han cambiado a fin de proteger la intimidad de las personas de las que sc habla; sin embargo, dichos cambios no modifican el contenido de la historia. Ademas, hemos obtenido el permiso de las personas a las que se alude y que nos han inspirado los personajes clave antes de publicar esta obra. A partir de este relato, nos adentraremos en un proceso psicoge- nealégico utilizando la aproximacién transgeneracional como herra- mienta de trabajo. Os invitamos a descubrir la riqueza del bagaje afec- tivo y familiar al que se consagra esta aproximacién. Veremos que cada familia tiene un cédigo de leyes y una «contabilidad» que transmite de generacién en generacién. Veremos cémo se forman las parejas y los proyectos familiares, estudiaremos los diferentes contratos inconscien- tes que se establecen entre padres e hijos. Examinaremos la dindmica familiar y varios tipos de contratos relacionales que sitiian a los prota- gonistas en escenarios que no siempre les pertenecen. Veremos cémo, a partir de que se tiene conciencia de la existencia de dichos contratos, es posible que cada individuo revise el suyo propio cuando lo conside- re oportuno. Finalmente, evaluaremos los efectos que pueden tener tales revisiones en el sistema familiar y en las relaciones sociales. En cada capitulo os propondremos herramientas como el geno- grama y ¢jercicios simples para permitiros efectuar, a lo largo de este viaje, vuestra propia busqueda. Os animamos a sacar todo el jugo po- sible a vuestra vida personal dejéndoos la libertad para decidir hasta dénde queréis llegar. La aproximacién transgeneracional es, en sf misma, un escenario en continua evolucién que respeta la creatividad y los descubrimien- tos de cada uno, integrandolos. Més que dar respuestas, ensefia y cua- dra con los desaffos relacionales a los que nos somete la sociedad ac- tual. Dicha aproximacién permite crear la armonfa entre lo que se ha sido, lo que se es y lo que se va a ser. ‘Toma en consideracidn los aspec- tos psicolégicos, relacionales y sociales del desarrollo que influyen en la constitucién de la identidad a lo largo del tiempo. Nos abre la posi- bilidad de percibirnos y de percibir a los demés con mayor distancia y desde diferentes angulos. Todo ello nos permite el acceso a una visién ms justa sobre las capacidades y los limites reales de nuestro medio de origen, lo cual contribuye a la evolucién de la conciencia. La aproxi- macién transgeneracional también nos oftece los medios para afiadir la herencia de nuestra extensa familia a lo que ya somos ahora, hacien- do asf posible la suma que supone la superacién, asegurdndonos, no obstante, el equilibrio. Recordemos que cuantos més cambios bruscos de direccién sufran las trayectorias, més indispensable resulta tener en cuenta la propia historia, porque ésta es portadora de identidades diversas que debere- mos atmonizar. Esto se ve, por ejemplo, en las separaciones, los divor- ios, las reestructuraciones familiares, las migraciones de todo tipo y las uniones interculturales. Justamente es en esta atmésfera donde la dife- rencia ocupa una plaza de honor, donde tenemos mayor necesidad de investigar en nuestras rafces y donde aparecen los descubrimientos. Os deseamos un proceso repleto de respeto y humildad. Desde la posicién de lector, os seré posible pasar a la de actor de vuestra historia social, familiar y personal, capaz de escribir la continuacién del propio rol para los escenarios que estan por venir. Después, podréis sentiros actores mas conscientes para entender la responsabilidad de vuestro papel. Esta forma de ser, al mismo tiempo autor y actor de la propia vida, constituye una preciosa ensefianza, ya que crea un espacio para reflexionar sobre lo que somos y lo que nos gustaria llegar a ser. Cada historia vital es tinica en el mundo y puede ser el principio de la mejor novela que jamés hayamos lefdo... A pasos cortos y con el mayor respeto, os invitamos a caminar hacia vuestra propia historia para descubrir la trayectoria de cada cual y acabar consiguiendo el mejor de los aprendizajes. 13 LA PREPARACION DEL PROCESO Este libro es fruto del deseo de unir el pasado, el presente y el futuro de la vida de los individuos y de las familias, con el objetivo de cuidar y dar sentido a la trayectoria global de la cual participan y en la que evolucionan. Hace algunos afios, fue Anne Ancelin Schiitzenberger, entre otros, quien propuso la utilizacién de la genealogia en psicoandlisis para bus- car, en las vivencias de nuestros ancestros, las rafces de nuestros even- tuales problemas de salud fisica o dificultades psicolégicas. La totali- dad del proceso se encuentra en la base del concepto de la existencia de un inconsciente colectivo, familiar 0 grupal -concepto aportado por Jung y Moreno-, el cual serfa el origen de una transmisién trans- generacional. Por medio de los fundamentos de la psicogenealogia, este libro os propone la experiencia de una aproximacién a corto plazo, cuyo ee serd la resolucién, el enriquecimiento y la evolucién positiva de las trayectorias individuales y familiares, aqui y ahora. El proceso al cual 0s invitamos trata sobre nuestra eleccién para desarrollar una aproxi- macién que se siti en el cruce de caminos de los trabajos realizados tanto en Estados Unidos como en Europa y que hemos enriquecido con los frutos de nuestras propias investigaciones en el Ambito de Quebec. Como medio de eficacia, este acercamiento integra diversas herramientas para la intervencién en las relaciones humanas.' Se trata de la aproximacién transgeneracional. Este primer capitulo nos servird para sentar las bases de la aproxi- macidn que nos llevaré, a su ver, a comprender mejor el fendmeno de la transmisién del bagaje humano y a preparar los cuidados que re- quieren nuestras vidas personales y nuestras relaciones familiares a lo argo de los afios. Para empezar, veremos la familia como un sistema y estudiaremos su estructura y su funcionamiento. Después, trataremos de las necesi- dades humanas, que se encuentran en la rafz misma de todo compor- tamiento. Precisaremos el cuadro general en el que se inscribe la aproximacién transgeneracional ¢ introducitemos la nocién de tra- yectoria. Seguidamente, veremos cémo, en el seno de la aproxima- cién, abordamos la familia y cl individuo. Finalmente, concluiremos el capitulo presentando una herramienta de trabajo preciosa, el geno- grama, sobre la cual se apuntardn todos los elementos relativos al con- junto del proceso. Sin més dilacidn, iniciemos el viaje en el tiempo y dejémonos lle- var por la historia y la experiencia humana... EN AQUEL TIEMPO, LA GENTE SE ORGANIZABA COMO e PODIA Provincia de Quebec, hacia 1920 En la iglesia de una pequefia ciudad, Marieléa Savard y Henri ‘Marquis se unieron en matrimonio catélico. Marieléa es una joven cite alta y delgada de cabellos castafios. Henri iene buena planta 1. La aproximacién transgeneracional integra diversos elementos de la aproximacién con- textual, de la aproximacién sistemética, de la terapia breve, de la terapia de la realidad, de la terapia por el proceso de duelo, de la programacién neurolingiiisica, de la aproximacién ‘comunitaria y de la aproximacién orientada hacia las soluciones, cuyos autores se citan en las referencias. 16 yes alegre. En ese momento no se sabia mucho de ellos, sélo que Henri mantenia una estrecha relacién con la familia de ella. Por lo visto, él y sus hermanos se parecian mucho; todos tenfan un fuerte cardcier y siempre eran el alma de la fiesta cuando se terciaba. Por el contrario, la familia de Marieléa era més distante. Entre Marieléa y sus hermanas existia una esporddica relacién de ayu- da mutua, pero no transmitieron mucha informacién sobre unas y otras a sus hijos, ni a los hijos de sus hijos. Marietéa le da mucha importancia al hecho de ayudar a los més desfavorecidos. Es una mujer joven y responsable, de naturale: za generosa. Acoge siempre a todos los que llaman a su puerta {mendigos, gitanos, huérfanos, etcétera). El mayor de sus hijos, Henti, es un nifio que Es imposible aislar unas de otras, como veremos a lo largo de esta obra a través de los Marquis-Savard, en la que se mezclan los tres tipos de historia. Los objetos principales de nuestra reflexién son el individuo y la familia, pero el proceso propuesto puede aplicar- sea sistemas sociales més amplios, pot eso hemos insertado observa- ciones aqut y allé. LA ESTRUCTURA DE LA FAMILIA Los elementos Los elementos que componen la familia son sus miembros. Cada uno de ellos posee caracteristicas fisicas, psicoldgicas, intelectuales y rela- cionales (sociales), a las que se afiade la dimensién espiritual que se haya ido desarrollando a lo largo de su experiencia vital. Como vere- 3. Vincent de Gaujelac, La névrose de classe, 2.* edicién, Paris, Hommes et groupes éditeurs, 1991, pig. 26. 26 mos, estas caracter{sticas, que tienen rasgos diferentes en los persona- jes de Marie-Léa y Henri, por ejemplo, juegan un papel preponderan- te en la evolucién de las caracteristicas propias de sus hijos. Los subsistemas Cada familia sufre también una divisién de sus miembros en subgru- pos. Estos estén constituidos por los subsistemas conyugal, parental y fraternal y los subsistemas naturales, que comprenden elementos de la familia extensa (abuelos, tios y tias, primos...). A lo largo de los capi- tulos, veremos a unos y otros en accién. El funcionamiento del subsis- tema conyugal de los Marquis-Savard ya hace pensar que tendré im- pactos particulares en los individuos y en los otros subsistemas. los roles El lugar, la posicién que la persona ocupa dentro de su familia, deter- mina su estatus. Partiendo de ese punto, se espera de dicha persona que actiie segiin ese estatus, conforme a los modelos culturales del entorno y de la época en que evoluciona. El rol es ef «conjunto de modelos culturales asociados a un estatuto determinado. Engloba, en consecuencia, actitudes, valores y comportamientos que la sociedad asigna a una persona». Cada uno de los roles implica derechos y de- beres que determinan el reparto del poder en el dmbito familiar y en el establecimiento de la jerarquia. El rol, a su vez, viene definido por los modelos culturales propios de una época concreta y las expectativas de los miembros de la fami- lia de quien detenta un rol determinado. La personalidad, as{ como la percepcién de quien lo asume, tifie la forma en que cumpliré con su rol. Asi, al rol se le reconoce, ademas de una dimensién social, un as- pecto psicolégico. Una pequefia Solange de la década de 1920 no ju- gaba su rol de benjamina de la misma forma en que lo harfa hoy en dia, sino que lo desempefiaba necesariamente influido por lo que ella era en tanto que individuo tinico. 4, Mathilde du Ranquet, op.cit, pag. 136. 27 Las fronteras Las fronteras externas son las lineas de demarcacién que separan, més © menos herméticamente, la familia del entorno, es decir, de otros sistemas. La apertura o clausura de fronteras es determinante en la capacidad de la familia para asegurar la continuidad y el crecimiento de sus miembros, ya que «la necesidad de diferenciacién, la posibili- dad para cada uno de poder expresar su Yo individual, se combina con la necesidad de cohesién, de conservacién de la unidad del grupo»? Esto une las nociones de status quo expresadas antes en relacién con la necesidad de cambio. De este modo, en la historia de los Marquis- Savard, podemos observar el deseo de libertad de Henri, que lucha por abrir fronteras, frente al deseo de seguridad y de pertenencia de Marie- Léa, que pugna por cerrar fronteras cuando, por ejemplo, reclama a Juliette que regrese a su lado. Las fronteras internas, por su parte, se establecen entre los diferen- tes subsistemas: conyugal, paterno y fraterno, asi como entre los ele- mentos de una misma familia. Igual que en el caso de las fronteras externas, pueden ser muy estancas 0 més permeables. El objetivo de dichas fronteras es proteger la zona de accidn de cada subgrupo para que ast pueda ejercer correctamente los roles que le corresponden y preservar la identidad y la diferenciacién. Las fronteras demasiado herméticas y rigidas impiden la comuni- cacién y el ejetcicio de los roles, provocando, en la mayorfa de ocasio- nes, el «desapego». Por otra parte, cuando las distancias disminuyen y las fronteras externas o internas se borran, se produce una confusién en la familia nuclear o en la extensa. Entonces se dice que hay «enma- rafiamiento». Por ejemplo, podemos preguntarnos hasta qué punto la rigidez de Marie-Léa, con respecto a la eleccién de un marido para Juliette, ha podido provocar cierto desapego por parte de esta tiltima por haberle arrebatado una eleccién que le pertenecia, y cémo esto ha podido in- 5. Maurizio Andolfi, C. Angelo, P. Menghi, A.-M. Nicolo y K. Giacometti, La forserese fanilial, Pasis, Dunod/Bordas, 1985, pég. 2. 28 fuir en el deterioro posterior. También es posible deducir que los pro- blemas experimentados por Ernest en su papel de esposo y padre han provocado un exceso de participacién por parte de ciertos miembros de la familia de Juliette, lo cual acaba por favorecer un embrollo en el ejetcicio de los roles de cada uno. EL FUNCIONAMIENTO DE LA FAMILIA Las reglas del funcionamiento Las reglas son las balizas del comportamiento, del modo de comunica- cién y transaccién, tanto en el interior de una familia como en el ex- terior. Son mds 0 menos unas reglas internas que rigen lo que se puede hacer y lo que no, que marcan los limites de hasta dénde se puede lle- gar y que deben ser respetados. Existen reglas implicitas y reglas expli- Citas. En ambos casos, éstas son perfectamente conocidas por todos los miembros de la familia. Sin embargo, mientras que unas tienen nom- bres precisos y las consecuencias de su transgresién estan claras, las otras no se comentan nunca, a menudo son inconscientes, y por tanto son mds dificiles de cuestionar. Retomaremos este tema de manera més precisa en el siguiente capftulo. Formas repetitivas de relacién y de funcionamiento La complejidad de las interacciones en el seno de una familia se carac- teriza por el mimero y la variedad de los lazos que existen entre todos los subsistemas y cada uno de sus miembros. Dado que cada persona esté ligada al resto, cuanto més importante es el ntimero de perso- nas, més aumentan las interacciones. Una observacién atenta de éstas permite percibir los modos repetitivos de relacién a través de las gene- raciones (conflictos, simbiosis, rupturas...), asf como las formas repe- titivas de funcionamiento (forma de abordar los problemas, manera de reaccionar frente a acontecimientos exteriores...), que son los «pa- trones». 29 LAS NECESIDADES HUMANAS Hemos establecido que los sistemas se organizan en funcién de un objetivo. Entre los humanos, uno de los objetivos es la satisfaccién de las necesidades del grupo y de sus miembros. Abraham Maslow, par- tiendo del hecho de que todo ser humano busca la satisfaccién de sus necesidades fundamentales en todo lo que hace, propuso una jerar- quia de dichas necesidades bésicas, que presenté como aparece en la figura 1.1. Necesidades fisiolbgicas Figura 1.1 Jerarquia de las necesidades, segin Abraham Maslow Las necesidades, colocadas por orden de prioridad a partir de la base de la pirdmide, deben ser consideradas por la persona o por el grupo en ese mismo orden. Y eso es lo que hacemos todos la mayor parte del tiempo de forma espontinea. Asi, en casa de los Marquis-Savard, las clases de piano de Solange pasan a un segundo plano cuando llega la crisis econémica. Aparece un perfodo de hambre y la colectividad de la época se moviliza para oftecer todos los recursos que tiene dispo- nibles (cupones de ayuda social) para ayudar al grupo. Del mismo modo, algunos miembros de la familia renuncian a sus propias expec- tativas personales para dar respuesta a las apremiantes necesidades de los hijos de Juliette. 30 | | Una misma accién puede responder a diferentes niveles de necesi- dad. Por ejemplo, una persona puede escoger una profesién que satis- faga sus necesidades fisiolégicas (alimentacién, ropa, casa, etcétera). Pero también puede elegirla para agradar a los que la rodean y hacerse querer, lo cual responde a la necesidad de pertenencia y amor. Si se basa en su potencial real y en las ganas que tenga de realizar un traba- jo concreto, entonces estard satisfaciendo su necesidad de realizacién y llegard a la dimensién espiritual. Generalmente, para que una persona pueda satisfacer las necesida- des mds elevadas en esta escala, el individuo tiene que haber conse- guido cubrir las necesidades precedentes en algiin momento de su vida. La satisfaccién minima de las necesidades fisicas y afectivas de una persona se traduce, habitualmente, por una sensacién de bienestar y de equilibrio interior que favorece la madurez. Claro que puede suceder que el orden se invierta. Asi, por ejemplo, un padre puede sacrificar su propia vida para salvar a un hijo. Este tipo de irregularidades puede producirse, también, cuando un individuo consigue el éxito a pesar de suftir graves privaciones materiales. En estos casos, la realizacién de uno mismo se convierte en una especie de misién, tanto en los peque- fios gestos cotidianos como en las grandes realizaciones visibles para todo el mundo. La realizacién personal, aunque tenga un cardcter sis- témico, irradia del individuo y se aprovecha del entorno. Asi las cosas, en la biisqueda de la satisfaccién de nuestras necesi- dades, reside un poderoso motor evolutivo. El acceso a dicha satisfac- cién depende muy estrechamente de a existencia y la movilizacién de recursos, tanto individuales como sistémicos. Cuanta mas moviliza- cién permite un movimiento, més posible es el cambio buscado. Por eso, dado que somos actores de la evolucién y si el entorno nos oftece los alicientes necesarios, todo movimiento nos conduce a un cambio. HISTORIAS VITALES EN EL ESPACIO Y EN EL TIEMPO Cuando afiadimos al estudio de los sistemas y sus cambios la dimen- sin temporal, se torna bidimensional. Por una parte, es posible hacer 31 una «foro» en un momento dado y tendremos, ante los ojos, un espa cio en el que podremos observar la posicién de todos los sistemas y los lazos que los unen en un momento preciso, como Solange y su familia, en el entorno de la década de 1930. Por otra parte, si desplazamos la historia en el tiempo como si de una pelicula se tratara, no sdlo podre- mos ver dichos sistemas en accién, sino que también podremos con- templar su evolucién y las mutaciones sufridas de generacién en gene- racién. La combinacién de ambas acciones otorga a las historias vitales una dimensién espacio-temporal. Como ya hemos apuntado antes, el camino que os proponemos se fundamenta en la idea de que en nuestro pasado pervive una herencia psicosocial que contintia viviendo en nosotros, consciente ¢ incons- cientemente, y que transmitiremos a nuestros descendientes. Dicha ttansmisin se compone de proyecciones y de identificaciones de lo més variado. Da lugar a la repeticién de maneras de ser y de compor- tarse, a patrones relacionales o escenarios previamente escritos que se reproducen como «calcos» de una generacién a otra. La aproximacién transgeneracional, gracias a su dimensin espacio-temporal, permite circunscribir la transmisién del bagaje psicosocial entre los individuos y las familias a través del tiempo. Por una parte, la transmisién es portadora de secretos, de penas y de dificultades no resueltas. Por otra, permite transferir todos los ta- lentos y todos los recursos individuales y familiares que son necesarios en la vida para hacer de contrapeso a las miserias transgeneracionales, permiticndo asf la evolucidn de individuos y grupos. Las «historias vitales» estan en el corazén mismo de la aproxima- cidn transgeneracional. Permiten viajar a través de las generaciones, hacer inventario del material transmitido mediante la herencia y seguir los desplazamientos temporales. Porque, en este caso, los que cuentan la historia son, al mismo tiempo, los actores, y la realidad subjetiva adquiere mayor importancia que la objetividad. Y atin més si los datos y los hechos histéricos verificables, como las fechas, los nombres de personas y los topénimos, son explicados por los protagonistas a partir de sus propias experiencias y percepciones personales. En este univer- so de percepciones y apreciaciones subjetivas es donde residen las ale- 32 grias, el suftimiento y el deseo de cambio, lo que offece a la persona, al mismo tiempo, la ocasién y la posicién adecuada para retroceder. Eso establece un equilibrio entre nuestro mundo emotivo y el mundo ra- cional que, juntos, se movilizan para llevar a cabo el cambio deseado. Los objetivos de trabajo propuestos por la aproximacién transge- neracional son: + Ayudar a la toma de conciencia de la mecénica de la transmisién, que condiciona buena parte de nuestras acciones, asi como de nues- tra identidad. * Permitir que cuestionemos los calcos que animan en los planos personal, relacional, familiar y social. + Aumentar nuestra capacidad para escoger, conservando el camino que queremos seguir libremente, y climinar lo que no queremos reproducir ni transmitir a nuestros hijos. + Favorecer nuestra amplitud de miras tomando conciencia de los aspectos psicosociales de los grupos humanos que evolucionan en la dimensién espacio-tiempo. LA VIDA INTERPRETADA COMO UNA TRAYECTORIA La atrayectoria» individual y familiar es una de las principales herra- mientas de trabajo de la aproximacién transgeneracional. Dicha tra- yectoria es comparable a las huellas que dejan las patas de un animal en la nieve. Se puede seguir de la misma manera que podemos ir tras las huellas del animal desde el punto de partida hasta el lugar donde se encuentre en ese instante. Esto aporta mucha informacién sobre el camino que emprenderd en el futuro. Nuestra trayectoria esté repleta de marcas ligadas, en buena parte, a la satisfaccién o insatisfaccién de nuestras necesidades. De idéntica forma que las pisadas del animal, las huellas pueden ser reconocidas e identificadas porque muestran las ca- racteristicas de su origen, y su «tepeticién» nos ensefia la direccién previsible que tomarén. Cada trayectoria vital tiene una direccién propia. Las herencias psi- cosociales sucesivas que la influyen, del mismo modo que las nuevas 33 clecciones que se presentan, la van desviando de su camino inicial. Por aqui y por allé, a lo largo de su recorrido, a veces la conducen hacia la evolucién y en otras ocasiones la llevan a la repeticién de patrones ¢ in- cluso a la propia destruccién, Pueden verse ramas de un Arbol genealé- gico extenderse muy lentamente, por falta de recursos suficientes con los que hacer frente a desafios demasiado fuertes 0 a futuros demasiado hi- potéticos. Las riquezas de la herencia transgeneracional, que otorgan a la trayectoria vital una direccién satisfactoria, merecen ser conservadas como oro en pafio. Por otro lado, las diferentes elecciones que se apar- tan del material heredado son igualmente necesarias para desviar una trayectoria que es actualmente poco satisfactoria y que conduce a repe- ticiones destructivas. La conservacién del material util, asf como la cleccién de cosas nuevas que aporten mejoras, son la fuente de la evo- lucidn de los individuos y los sistemas. Asi, podemos comprender por qué la aproximacién transgeneracional se preocupa constantemente de ampliar el abanico de elecciones para los individuos y sus familias. Es en este preciso tema donde cada individuo puede ejercer su poder en su propia trayectoria y, en consecuencia, transmitirlo a sus descendientes. Un cambio sobre una trayectoria puede modificar de manera no- table las interacciones del individuo con la familia, y de ésta con el entorno, en el aqui y ahora (coordenadas temporales). La aproximacién transgeneracional tiene la ventaja de poder pasar de lo infinitamente grande a lo infinitamente pequefio. Nos da una visién més amplia de las interacciones mediante el estudio de las gene- raciones pasadas para llevarnos, inmediatamente, al momento presen teen el que el menor cambio podré modificar toda una trayectoria. EL RESPETO ESENCIAL PARA UN RECORRIDO PERSONAL Y FAMILIAR Los viajes en el tiempo, que se efectitan en la aproximacién transgene- racional, nos permiten observar una larga cadena de generaciones. Contienen mucha informacién sobre la composicién de cada uno de los eslabones, sobre la forma en que se unieron los unos a los otros, 34 sobre las fuerzas que actuaron sobre ellos y sobre muchas cosas més. Enel tema de las relaciones humanas, no podemos interesarnos por el individuo sin tener informacién de su familia y su entorno, del mis- mo modo que no podemos interesarnos por una familia sin tener en cuenta a los individuos que la componen. La reflexién leva, a la ver, al interior del ser humano, es decir, a su dimensién psicolégica, as{ como al entorno que lo rodea, esto es, a su dimensién social. La aproximacién transgeneracional es, pues, psicosocial. El recorrido propuesto no consiste en una busqueda de culpables ni en una justificacién para restar responsabilidades a personas o familias. Al contrario, es una muestra de respeto, de afecto y de aceptacién. Pre- coniza el desarrollo de una conciencia, la ampliacién del abanico de elec- iones y la responsabilizacién para que la trayectoria mejore en el presen- te y en el futuro. Se aleja del pensamiento puramente egocéntrico para dirigirse a un pensamiento ecoldgico. Al trazar en el tiempo la insaciabi- lidad de las necesidades fundamentales que sus marcas han dejado en los individuos, el proceso pone en perspectiva la importancia de corregir lo que uno mismo ha trazado, no sdlo para mejorar él sino también para que lo hagan sus descendientes. Afiade peso a las decisiones y a los actos de hoy porque tendrén una influencia exponencial en el futuro. En dicho contexto intervencionista, mds que resaltar la rivalidad de las diferentes escuelas de pensamiento (aproximacién sistémi- ca, aproximacién por el proceso de duelo, aproximacién estructural, aproximacién comunitaria, terapia breve, aproximacién orientada a la solucién, programacién neurolingiifstica [PNL], aproximacién analitica, etcétera), el trabajo transgeneracional las armoniza y las uti- liza alld donde las considera més eficaces durante el proceso. La intencién positiva «Detrés de cualquier comportamiento hay una intencién positiva.»® Esta intencién positiva esta directamente ligada a la satisfaccién de las necesidades fundamentales, ya sean psicolégicas, afectivas, sociales 0 es- 6, Presuposicién de la programacién neurolingiifstica. 35 pirituales, Evidentemente, esta afirmacién no excusa en ningtin caso los comportamientos inadecuados 0 inaceptables que tengan consecuen- cias propotcionales a su gravedad. Sin embargo, esta suposicién permite entender mejor el origen de los actos y favorece la comprensién del ser humano considerando, previamente, el conjunto de sus experiencias vividas. Este punto de vista se denomina connotacién positiva y es la traduccién evolutiva de los comportamientos insatisfactorios. ‘Tomemos como ejemplo a Marie-Léa, que llama a Juliette para que regrese a su lado, obligindola asi a romper con su novio William. La intencién positiva de dicho comportamiento no es otra que la sa- tisfaccién de la necesidad legitima de afecto, de acercamiento a los suyos y de apoyo moral, ademés del sentimiento de pertenencia. Sin justificar la posicién de Maric-Léa en esta circunstancia, tener en cuenta la connotacién positiva nos permite reconocer en sus actos un deseo absolutamente humano. En un caso asi, lo correcto serfa encon- trar el modo de satisfacer las necesidades de la madre sin necesidad de acabar con Ia libertad de la hija. La disponibilidad del potencial de la persona y de los recursos del entorno Hay un segundo postulado que presupone que «ada uno hace lo me- jor que puede con los recursos de que dispone en el momento en que se encuentra».” Si seguimos con el mismo ejemplo anterior, podemos suponer que, en esa situacién, Marie-Léa hizo todo lo que buenamen- te pudo con los pocos recursos que contaba en ese preciso momento. Podemos pensar que si la madre hubiese aprovechado més recursos de apoyo, en esa época de su vida, las cosas hubiesen sido muy distintas para su pobre y sacrificada hija Juliette. Pero también es facil de enten- der que, como mujer de su tiempo, habfa desarrollado en su interior valores relativos a la solidaridad familiar, m4s que los relacionados con la libertad individual. Si Marie-Léa hubiese sabido en ese momento la desgraciada vida que le esperaba a su hija, probablemente hubiese sido 7. Idem.

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