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HISPORIA NUMERO aah ens SUNY y SOCIEDAD a ARGENTINA DEL SIGLO XX AOE) i LOS CATOLICOS Y LA CUESTION SOCIAL por MARIA PIA MARTIN A comienzos de la década de 1920 los problemas sociales emergian en el escenario na- ional con gran virulencia, La Iglesia Catélicacomainstitucion ponia en el centro de! discurso supreocupacl6nporestas cues- tiones y tomaba un rol activo intentando patliar la situacion. ‘Monsefior Miguel De Andrea en compara de Elena Acevedo de Martinez 4 Faz, en ocasién de la primera comunién de las nifios de las Cantinas ‘Maternaies. Muchas damas de la alta sociedad colaboraban en actividades Las iniciativas de accién social de los catélicos ascilaron entre el mutualismo, e! adoctrina- acci6n sindical. En este ultimo. plano, trataban de combatir al sindicalisme de izquierda garan- tizando un ambito de conten- ci6n para los obreros. de ayuda y asistencia a Jos mas necesitados. Pag, 6 * Tooo es Histoaia N° 401 La modemizacién, la urban | zacion y fos cambios derivacos del ingreso masivo de inmigran tes oourridos en la Argentina du ramte a segunda mitad del sigio XIX, dieron como resultado ta emergencia de la cuestion so- lal, Esta se asociaba sobre todo a la confletividad yale difusion de ideoiogias contes! arias, pero también se conecta: ba con resultados no de- seados del ingreso de axtranje. 108, tales como el crecimiento de ia criminalidad y los problemas nda, higiene y salud po: ue concentraron la aten cién de politicos e intelectuales particularmente entre 1890 y 1914, Sinembargo, a comienzos queasipodrianeutralizar lacues de la década de 1920, luago dé tien social’ y detener los avances los sucesoe dela Semana Trag' de las ideologias de izquierda. centro, elsacercote Federica Grote ca en Buenos Aires, la cuestion Paraasegurarsueficacia,procuré quien fie uno delos organizadores social recuperd una centralidad' modificar la estrategia de los de! movimiento social catdlico an que, dentro del discurso catélico loscreadesporEstradaenla 19 La Comisiénr Din de Obreros en 1894. En of Se mantendiia, aunque conmati- década anteriar, muy vinoulades ces nuevos, todo el periodo de ala lucha politico - partidista y al entreguerras. contlicio de tas leyes laicas. El interés de Grot enla ras, proteccién del trahaio de accion social, postergando 0 mujeres y menores y mejoras sa- LAINICIATIVA subordinands lo demas. Sin lariales— y, en ocasiones, en la DEL PADRE GROTE embargo, nunca abandond accidn sindical y politica. Desde totalmente la idea del partido _elcomienzo,|osCirculos de Obre- La Iglesia Catdlica manifests confesional que, en 1860, habla ros incluyeron patrones y tabe- pronto su preocupacion por ef representado la Unidn Catélica, jadores entre sus socios, offe- tema, Luego de un primer intento. Ultima interve on fue er ciendo servicios mutualistas. Sus impulsado por José Manuel Es- 1892, cuando apoyé intenciones de “promover y de- trada, fue el sacerdote aleman candidatura de Luis Saenz Pi fender el bienestar material y es- Federico Grote quien sento las Tampoco cambié su canviccién piritual de la clase obrera, en bases del movimiento so de que la “ammonia de intereses’ marcada oposicion a la funesta télica en 1882. El contacto con sostenida por los catdlicas debla propaganda del socialismo y de quienes arribaban al pais a tre- descansar sobre un respaido ja impiedad que... levan al obre- vés da sus visitas al Hotel de elective de las clases propieta- roa su ruina temporal y acarrean Inmigrantes, sus viajes misiona- as, a toda la sociedad males inca les a las provincias del interior y | movimiento social fue una culables” los lleva colaborar su tomp sercién en el arzo- corriente minortaria dentro de la en el reclul nto de esquiroles bispado de Buenos Aires —don- Iglesia Catélica, que se propuso en las huelgas de estibadores de de conocio a los dirigentes de la _erganizar al laicado para promo- 1901 y 1902. Sin embargo, diver élite catdlica de la epoca—crea- ver un programa relormista de gencias interas pronio revela fon las condiciones para llevar alcance vasto y diverso. Sus mi-__ ran la preacupacion por comba- adelante la empresa que Se pro- ras estuvieron puesias en el mu- tir al sindicalismo de izquierda Ponia. Grote fund6 los Circulos tualismo, el! adoctrinamiento, la con “las mism: mas” y, |UegGo de Obreros que lograrlan cont jegislacion social —descanso de teniar suerie con los patrona- nuidad en el tiempo, creyenda —gominical, jornada de ocho hg- tos’, en 1902 se fundo la Liga Topo ss Historia N° 401 + Pag. 7 2 i Entrega de viveres 4 los pobres de fa parroquia Vélez Sarsfield por parte de las damasvicentinas: 1917, Demoeratica Cristiana, cuyo ob- jetivo seria desarrollar e! sindica- lismo catolico. A pesar de su ori gen, la Liga procurd exhibir ras- gos de neutralidad roligiosa, pre. tendiendo ser una alternativa a las sociedades de resistencia anarquistas y socialistas, eon un perfil raformista y contrarrovolu- cionaria, De este modo, surgio- ron los primeros sindicatos cris- tianos, cuya vida resulté acciden tada y discontinua, En 1905 aban donaron momentaneamente el amanilismo —es decir, la actitud rompe huelgas— aunque, en de- firitiva, seria la préctica domi ante de la época* La perspectiva social de la Iglesia, anclada en la enciclica Rerum Novarum de 1891, encon- trabe su propio limite en la idea de concillacién de intereses s0- cisles y en la insistencia con que los dirigentes catdlicos del me mento buscaron la colaboracién de los patrones, al mismo tiempo que desiacaban su indiferencia. Silas agencias de colocaciones "Pig. 8 © Tooo es Hisomia N° 401 de los Creulos fracasaban, decia Grote en 1907, “es por aquellos migmos catolicos que de palabra aiaban la obra de ios Circulos.. (pero) cuando se ofrecia la oca- sién de protegerios précticamen- te... entonces para nada se toma- tba en cuenta a los Circulos de Obreros”®, dandoa entender que, fuera dé las coyunturas de huel- gas altamente contlictivas, los Patrones catélicos ignoraban a los trabajadores que pudiera pro- porcionarles la entidad. En tomo al afo del Centena- rio, como reaccisn a los efectos socioculturales de la inmigracién masiva, se acentud la preocupa- cién por la identidad argentina, ‘etlejando los primeras brotes de nacionalismo y xenofobia que se acentuarian con la Semana Tra- gica de 1919. En coincidencia con|a Ley Séenz Pefia, que pian- teaba un nuevo camino para la construccién de la ciudadania, desde 1912 los Citculos retoma- fon la iniciativa gremial que habia sido delegada en la Liga Demo- cratica Cristiana y definieron la forma de sindicalismo que se impondria en e! pensamienta ca- tolico posterior. Desde entonces, bajo fa influencia de Miguel De Andrea y Alejandro Bunge —di- rector espirtual general y prest- dente de ia junta central de los circulos, respectivamente—, el sindicato se planted ante todo coma un lugar de formacion gre- mial y civiea, donde contuirian intereses profesionales ¢ ideas nacionalistas a fin de preservar el orden social, Mientras, las inicia- tives de las nuevas agrupacio nes demdécratas cristianas, en las décadas siguientes, sequirlan teniendo un earacter marginal en el espectro del catolicismo so- cial En este marco nos propone- mos estudiar el tratamiento que dieron los catélicos a la cuestion social en la Argentina durante ! Rerfodo que se inicia en 1919 y Cierra al comenzar la década de 1940. Estos aos, sefialados por las secuelas dela Primera Gue- ra Mundial, el miedo a la revolu- cidn bolchevique y el avance de las ideas autortarias europeas crearon el contexto adecuado para la formacion de una dere cha catdlica que, estimulada por el crecimiento institucional de la Iglesia y por su creciente presen: ia en la sociedad, sumado al amparo de los cambios politices de la epoca, fue resignificando progresivamente el alcance de los problemas nacionales que consideraba Ineludible resolver. SEMANA TRAGICA Y CUESTION SOCIAL EI triunfo de HipolitoYrigayen en 1916, tras la superacion det fraude, fue la. culminacién de un proceso de modemizacion que habia comenzado el siglo ante- rior Al mismo tiempo. inaugurd una poltica de arbitraje frente @ (os conflictos del trabajo. que oniriuyé a poner ala defensiva alos sectores propietarios recien- temente desplazados del poder. Sin embargo, a partir de 1917 se multiplicaron tas huelgas en dis- tintos puntos del pals, realizadas porlas grandes gremios del rans- Porte —martimos y terroviarios—, que culminaron en 1919 en los SUCESOS de [0s talleres metaldr | gicos Vasena. La Semana Tragi- | Ga, que se produjo 2 poco de finalizada le Primera Guerra Mun- dial, cuanda atin eran revientes los hechos revolucionarios de | México y Rusia, marco una in- flexi6n protunda para la historia social argentina. Durante varios dias la ciudad de Buenos Aires estuvo virtuaimente a la deriva. Las estructuras sindicales y las fuerzas policlales parecierondes- bordadias per igual, y el gobierno respondid con la represién del Ejército, modificando su anterior politica contemporizadiora lo que, sin embargo, no detuvo ia esca- lada de conflictos que se prolon- gO hasta los primeros anos de fa Siguiente década, Esta movilizacion multiplic sus efectos en Gistintos puntos del pais y puso nuevamente en primer lugar el problema obrero, la cuestion del orden social y la defensa de la nacionalidad. La respuesta no se hizo esperar. Mientras distintos sectores, a iz- quierda y derecha del espectro politico, pensaban en una revolu- ‘cidn inminente, hubo quienes pro: curaron organizer la reaccién, Hombres de la élite, vinculados al Jockey Club y al Centra Naval, representantes del capital extran- lero, catélicos de prestigio, dir gentes radicales y demécratas Progresistas confluyeron en la Liga Patriotica Argentina (L.P.A.), asociacién que salié a las calles con grupos de choque, en 1919, reivindicando los prineipios de la Contrarrevolucién, expresado en fu lema fundacional “Patria y Or- den”. Controntaron con los obre- fos y atacaron a judios y catala- nes, a quienes cientificaron como agentes del peligro que decian combatir. Luego incorporaran un programa relormista maderado que, en muchos aspectos, coin. Cidiria con los postulados de la Iglesia Catolica, particularmente can la idea de que la cuestién social era mas un problema mo- ral que econdmica. Los postuta- dos y el origen del segundo pre- sidente de la liga, Manuel Cariés, marcan sus afinidades, Figuras del catolicisma como Santiago O'Farrell, Miguel De Andrea Emilio Lamarca y José Serralun- g@ Langhi, entre otras, se incor- oraron a ella, dando un nuevo sentido a su militancia en las filas del catolicismo social de las dos décadas precedenttes. Por su parte, \a Iglesia Catdl ca, fusrtemente canmocionada Por los sucesos de ese ano, ern: prendié una répida reorganiza- Cion institucional pregunténdose "en una hora en la que él ataque 6 organiza Lcomo no habria de organizarse la defensa?”. Hacia asi un llamada a los catélicos came tales y como cludadanos. Lo que se veia en peligro eran “las Instituciones: basicas de la civilizaci6n cristiana, la moral pablica y privada, la familia, la propiedad dentro de sus limites anes, COMPROMISOS DE ae GRAN COLECTA NACIONAL COMO SE CUMPLEN we Folleto publicand las obras de la Unidn Popular Caidlica Argentina en 1923, Lo sucesos de fa Semana Tragioa redefiniian la posicién de la iglesia Caidlica, la cual organiza una asociacion para coordinar su accion. EI dinero recaudado en las colectas erautiizedo para financiar lanes de vivienda, comecores y hagares, legitimos” y, por consiguiente, era \a nacionalidad argentina la que estaba an riesgo de desmoronar- se’. Para el andlisis de la Iglesia patria y catolicidad eran una mit ma cosa, luchar por la supervie venta de los valores de una, era luchar porla afirmacién de lactra, Yel catdlico, miembro de ta Igie- sia, tenia el deber moral de com- prometer su vida privada y puili- Ca con la empresa que ella er: prendia por entonces: concen- ‘rar todas sus fuerzas en una aso- ciacién donde colocaba sus ex- pectativas de accién, la Unidn Popular Catdlica Argentina (UP.CA), Y, desde su perspec tiva, ello seria en bien de la Patria. Tovo #5 Historta N° 401 # Pag. 9 SEE A continvacién, se enfocabael problema social: “La inmensa mayoria de los asalariados no suefian con una revolucién que todo lo aniquile; pero quiere una retribuclén més satistactoria del trabajo, una participacién de or- den mas alto en el mecanismode la produccién, una menor distan- cia entre las diversas categorias, una dignificacion del operario, una més sana organizacion so- Gial. Tales deseos son razona- bles y es deber de los catolices propiciarios..."?. De este modo, el Episcopado oficiaizaba el cis. Gurse del catolicismno social, que hasta entonces habla ocupado un lugar mas bien marginal. Sin ‘embargo, recurriendonuevamen- te a la idea de colaboracion de las clases, reclamaba la asisten- Cia de los sectores propictarios, convocando a una "Gran Colecta Nacional". Pero a la vez se colo- aba entre dos aguas. Se deba- tla entre las nociones de justicia — catidad y la idea de derecho so- Cial, entre la voluntad de asisten- clay la obligaciGn de transformar Un sistema con marcados des- equilibrios, mediante una legisia- cién adecuada. UN PROBLEMA MORAL Paraia Iglesia, ya se ha dicho, la.cuestién social era en el fondo un problema moral. Sola en se- unda instancia suponiauna cau- $a juridica y, por ditimo, una rae z6n econémica. De este mado, el egoismo, la pasion humana, el desorden y la crisis de los valores familiares serlan el origen de una progresivaindiferenciacion de ios limites entre “lo socialmente jus: 10" y “loilicito” —aspectos ético y juridico de la cuestion— que de- rivaban en un régimen econdmi 60 que 8@ expresaba en el enri quecimiento de unos y el paupe- rismo de otros'’. Si bien a la igle- ‘Pag. 10 Tooo es Historia N™401 sia en todo momento le costé desprenderse de una visién mo- falizacora y cisciplinaria dal tra- bajo propia del pasado, en sus enciclicas sociales avanzé sobre las nociones de justicia conmuta- tiva y justicia distributive. La doctrina social contenida en las enciclicas Rerum Novarum(1891) y Quadragesimo Anno (1931), feivindicaba para si el ejercicia de la caridad y la beneficencia, Pero también reciamaba ‘eyes de una exactisima justicia con. mutativa, apoyada en la caridad cristiana™, a la vez que promo- via polfticas estatales propicias para la justicia distibutiva y asl “poco a poco se acereard una clase a otra y desaparecerd e| vacio que hay entre los que ahora son riquisimos y los que son po- brisimos’ De este modo. la doctrinaecle- jdstica realizaba una especie de i enire las cancepciones tradicionales sobrelos problemas del trabajo, con otras que confiu- yyeron en la nocion de Estado pro- videncia del siglo XX"*, La iglesia sostenia la necesidad de un or- den moral, fundado en la justicia y la caridad, que permitiera ree- quilibrar la sociedad. Pero reco- Aocia también que existian dife- El arzobispo de Buenos Aires. monsefor Jase Bottaro, preside la ceramonia de entrega de Premiasa la Virtud. E] acto transcurre en fa Sociedad de Damas de Caridad.de San Vicente de Paial. Sonrien ante e! recitado del pequerio, monsefior Fortunato Devoto y monsenor Santiago Luis Capello; 1827, rentes riesgos —enfermedades, accidentes, vejaz, desempieo— que podian afectar a todos los individuos por igual y, por tanto, debia avanzarse en una reguia- cién general, por encima de la mera responsabilidad individual ‘Aunque esto serfa, ena vision de laenciclica Rerum Novarum, mas una incumbencia de las. asocia- clones corporativas que del Es- tado'*. Por consiguiente, ciertos rasgos que Pierre Rosanvallon atribuye al “Estado asegurador’ vigente hasta hace pocas déca- das. en el discurso eclesiastice estaban mas vinculados.a la me- diacion corporativa, dentro el marco legal exisiente.”” Desde su perspectiva moral la Iglesia apelaba constantemen- tea la esponsabilidad personal, tanto de obreros como de patro- nes; luego reciamaba una inter- cionalestilo de caridad organiza- todas lasagrupaciones watolicas vencién estatal quealeanzaralas da con otras que introducian as- _fueran sociales 0 piadosas, que- relaciones de trabajo, el régimen _piraciones de referma de carac- daron obligadas a adherir 2 la de propiedad, impositive y de ter més estable, aunque cierta- nueva institucién e incluir en sus herencia; finalmente, promovia el mente anciadas en la concurren- respectivos estatutos un objetive asociacionisme en sus diversas ciay buena voluntad delosricos. de caracter “moral 9 social” formas —muchas veces cenira- A nuestro juicio, este plan supo- Aquéllas qua por sus caracterls- do en el socorre y la mutuali- nia tomar la iniciativa en un mo- ticas no pudieran ajustarse al dad—, a ia vez que volvia.aexal- mento cansiderado de crisis, ala esquema de la U.P.C.A.. 0 com- tarla eficaciade la caridadorga- vez que dirigir un mensaje a la _pitieran con su programa de ac- nizada. Esta ambighedad expli- sociedad: la solueién de la. cues- cid, fueron disueltas inmediata- carla tanto su capacidad para tién social debia pasar por la mente, De este modo, la Union adaptarse a circunstancias his- moralizacion tanto de los obreros- Demoerattica Cristiana, de activi- toricas cambiantes, como sus —separdndolos del camino dela dad propagandistica, sindical y dificultades para imponer el re- revuelta— como de los patrones _ politica, tanto como la Liga Social formisma social catélice al con- —apartandolos de la indiferen- Argentina, que al igual que la junto de la sociedad cia—; esto peritifa una mayor ULP.C.A. se habia propuesto fo- disciplina, cuya saivaguarda era derar las tuerzas del catolicismo deber del Estado. Ademds, las argentino, fueron instadas a di- Aires, LA UNION POPULAR actividades previstas pretendian solverse. voiuntariamente. io 1 CATOLICA ARGENTINA ser un ejemplo concreto de fo Se eliminaron, por tanto, algu- moss EN LA ESTRATEGIA que debia realizar la legisiacion nos rasgos del catolicismo social ren ECLESIASTICA esiatal respecto de la vivienda, del periodo anterior. Con la crea- jade al trabajo y Ja educacion obrera, clon de la U.P.C.A. intentaban antec! Laambivalencia en el aborda- aunque en una escala mayor. er Je-de la cuestion social que he- _ Las sucesos de la Semana aerer mosrnencionado,seexpresdcla- Tragica llevaron entonces a ace- ramente en 1919, con la organi- erat la puesta en marcha de la zacién de la UP.C.A. y fa Gran U.P.C.A. por parte del Episcopa- Colecta Nacional (G.CIN.). Una do Argentino. Asi, en junio de Fojieto que muesira una antigua de las primeras iniciativas de la 1919, se concretaba un proyecto quinta de Lomas de Zamora dona- ULP.C.A. fue realizar una impor- planeado desde tiempo atrés y da por la senorita Marfa Luisa Pa- tante colecta, on todas ias:didce- que contaba con el beneplacito ito para consiruir una grania es- sis del pals, afinesdeeseano.La de Roma. Descie ese momento, cuela destinada a menores, 1923. G.C.N, fue pensada para “atacar el mal en sus mismas raices” y “restablecer la paz social”. El ei- nero recaudlado se emplearia en - distintas obras que respondian al \ cranium diagnéstice hecho sobre ios pro- towne oe tasnn | blemas planteados. Se crearia i asituna Oficina de Servicio Social para la asistencia de las clases mas necesitadas, Pero también se financiarian comedores popu: - Jates, planes de viviendas para ico obreros, institutos de farmacion Iame- técnica para mujeres y nifos, tro ol hogares - granjas femeninos; y se promoveria la formacion de moral, sindicatos - cajas rurales para jemen- los trabajadores agropecuarios'* rsonal, Deeste modo, se articulaban me- patro- didas de socorro en el mas tradi- “Topo #5 Hisroma N° 401 * Pag. 11 uniticarlos objetivos y estrategias de los catéticos, sequin las metas establecidas por los obispos argentinos. Equiparaban ast los fines ético-sociales a los pura- mente piadosos quepudiera tener cada agrupacién. Se clericaliza- ba el movimiento Catolico social presxistente el cual, a pesar dela presencia y asesorla de los sacerdotes en sus estructuras, habla procurado tener un perfil predominantemente laico, puesia responsabilidad de la accién directa descansaba en gran medida sobre los militantes segiares y no sobre el clero. La U.P.C.A,, en cambia, otorgaba a los sacerdotes no sdio voz y voto, sino también derecho a vetar re. soluciones que considerarancan- trarias a la institucién, la autor: dad 0 la doctrina catélica, Se acentuaba entonces la depen- dencia de ta jerarquia eclesiasti- ca, mientras las organizaciones anteriores habian preservado di- \versos grads de autonomia fren- te a ella. Como ejemplo podemos citar ef marcado tono acontasio- nalyy la tensa relacién que tuvo la Liga Democrdtica Cristiana, en determinadas circunstancias, in- cluso can el propio padre Grote; otro, el de la Liga Social Argent: fa, empresa casi personal de Emilio Lamarca. quien la presicio hasta el ano de su disalucién. Todo esto revela, desde 1919, una orientacién hacia una confe- sionalidad més frontal y una de- Cidida intencién de las autorida: des religiosas por controlar di- rectamentelasactividades de sus militantes sociales. Para ello se implementaba una estructura Ccentralizada que encuadraria las précticas de sus asociaciones subordinadas. En este contexto, problema social apareciacomo 1 fin prioritario de Ia insitucion La UP.C.A, fue un proyecto muy complejo que se vio afecta- do por la crisis institucional que Pag. 12 + Tono es Historia N° 401 provosd la designacion de mon Sefior Miguel De Andrea para el arzobispado de Buenos Aires, La derrota del asesor de la U.P.C.A. Significe la paralisis de la institu- cidn desde mediados de la déca- da. En 1930 seria reemplazada por la Accién Catolica Argentina, que retomaria la empresa de for- mar una. dirigencia laica comba- tiva, fuertemente identificada con la autoridad de los obispos y dis puesta 2 difundir el programa social de la Iglesia por todos los medios a su alcance. Con ella, el integrismo catolico que comen- zara su escalada en los afios 20. se afirmaria en las estructuras eclesisticas y dominaria en la cultura eatdlica argentina hasta, al menos, ios afos 50. EL PROBLEMA DE LA VIVIENDA POPULAR Una de las iniciativas funda- mentales de la Gran Colecta Na- cional tue ia construccion de wi- viendas para obreros “sanascies~ deel punto de vista fisico y moral” con elabjeto de extirparla "plage social del conventilio™®. Se con- sideraba que la ausencia de con- dictones minimas de higiene afec- taba la salud de la poblacion tra- bajadora, pero también favore- cia los malos habits y socavaba ios principios morales que de- bian orienta la nifiez, creando un terreno fértil ara la difusién de ideas contestatarias: “la deses- peracién (es) madre fecunda de revolucionarios Asimismo, el catelicisma dela época sostenia que la paz social se alcanzaria mediante la cifu- sién de la pequetia propiedad y i6 erradicacion dol tatifundio im- productive. Pero ademas, ef ac- 860 a la propiedad se Vinculaba con la delensa de fa integridad nacional, El arma para. combatir al socialisma que propugnaba el intermacionalismo y la abolicién de la propiedad privada, era ampliar el acceso ala propiedad. de tal mode que el abajador echara raices, superara Su “des- aleccién’ y se ideniificara con la Patria” Esta prescupacion de los catolicas sociales por fa vi- vienda obrera, por otrolado, pue- de rastrearse yaen elPrimer Gon- greso de Circulos de Obreros del afio 1898.9 La construccion de viviendas econdmicas ue uno de los obje- tives parcialmente logrados gra- cias a las donaciones obtenidas por la Gran Colecta. Nacional ‘Aunque la idea era recaudar fon- das en todo el pais, sélo se con- creté en Capital Federal, Cérdo- bay Parana También se edifica- ron. casas donde funcionarian sus oficinas y los institutes técnicos. Apesar de quela UP-C.A. conta- tba Con cuotas de socios y apor- tes de las entidades que la inte- graban, buena parte del finan- Clamiento tue pradueto de la co- lecia. En Buenas Aires contaron on la Mansién Popular para sus oficinas y con viviendas obreras en Fiores —88 departamentos ‘Con capacidad para 600 perso- nas—, en Barracas —105 casas individvales, para 500 perso- has—, en Berisso y @n Martinez —36 casas— Estas obras se fueron poniencio'en marcha des- de 1922, mientras en Parana, un aio después, sa iniciaron s6io 24 casas. Las construcciones porterias se pensaron como unidades ba- rales, con mercados, almace- nes cooperatives, salas de con- ferencias, espacios verdes y ue gares de reateacion, Recibieron el aporte de terrenos y materiales cedidos per familias de la élite coma los Mihanevich, Unzue, Casares y Alvear: La entrega debia hacerse mediante planes accesibles para los destinatarios. TIRLSaAGVRoCeag ga 2a geo g Blicion Plano de ta casa Tipo © a. ora edad, ajador "des con la én de la ve 3 pue- ¢Con- 08 dol of ‘Maqueta de un barrie obrero: a construir en Barracas, . 1928, El catalicismo sostania en esia época que la paz ot social sa alcanzaria mediante la alfusién de la pequera oe propiedad ia erracicacion de! atiiundioimproductivo. E) ‘accesodeltrabajadorala vivienda propiaeraconsiderado F una buena medida para combalir al socialisro. Bordo- cifice- Uno de fos problemas mas grandes que tuvo que alrontar ansus fa igfesia fue ef de (a consiruccién de casas para los snicos trabajaderes, con las garantias minimas de limpieza y conta- canfart. Aqui se observa el plano de viviendas tivo °C", un j apor- proyecto del diputado catdica Arturo M, Bes. a inte inane ya co- wtaron AA diferencia de otros proyec- se hacian sobre la realidad. En _podia acreditarse la construccion a sus tos catélicos ¢, incluso, de su 1919, estudios realizados por e| de 660 viviendas populares.” reras modelo europeo™, es evidenie gobiemo—a cargo de Alejandro _Si bien en Buenos Aires, lo nenitos que la UP.C.A. se apoyé en la Bunge—indicaban que, en Capi- largo del periodo, habia crecido perso- clase econémicamente podero- tal Federal, un 80% de las fami- el numero de trabajadores que "casas 8a, dando prioridad a la estrate- lias abajadoras viviaen unasola se establecieran en ios. subur- perso: ia esistencialista, afin de conju- habitacidn, predominando los bios, incluso como propietarios, ating rarelconticio social.Eniamisma grupos numerosos —de tres ola forma habitacional dominante fas se €pova, las agrupaciones demd- cuatroa siete uochomiembros—, seguia siendo el conventilo, En ya des- ratas cristianas otorgaban gran situacion que no habria cambia- los afios 20, las condiciones de and, un importancia al cooperativisme en do sustancialmente en 1997. Por hacinamiento pareclan compa- e6io 24 todaseus formas—coneumo,eré- otro lado, en 1915 se sancioné la_rativamente menores, pero toda- ditos, produccion, trabajo— lo Ley de Casas Baratas 0 Ley via constitulan un problema se- prienias Gualsignificaba promaverunaso- Cafferata, egiamentadadosanos rio. Los eatdlicos dieron centrali- jes ba Giacionismo que no dependiara después. Con ella se calculaba dad a este tema ya que, para Imace- tanto de la caridad de los ricos, que se podrian construir 3.000 ellos, generalizar el acceso a la je con- sino de una organizacion mas casas en 20 afos. Estas cifras propiedad signiticaba neutralizar gs y lu auténoma, fueron cuestionadas por el mis- la prédica revolucionaria y afian- sbieron Por él contrario, la U.P.CA, mo Bunge, quien consideraba zar la familia, En el andlisis de teriales habia liquidado el Instituto de que, en Capital Federal, los ca- Bunge puede verse, por ejemplo, Ja alte Cajas Rurales, de caracter co- sos que debian resolverse eran la leciura de un especialista™ Unzue Operative, sobreviviendo en for- unos 150.000 impregnada tanto por cuestiones ma precaria sélo algunos de sus Sinembargo,las expectativas de clase, como por sus ideas averse miembros. * abiertas par esta ley, considera. religiosas. También expresa la es para El problema dela viviendares- das insuficientes ya en 1919, re-_incidencia de un nacionalismo Pondiatambién alos andlisis que sultaron excesivas. En 1939 sdla_catélico en formacion, partidario ‘Tooo # Historia N° 401 + Pag. 13 La presidenta de la (Caja Dota de Obreras, Adelia Harilaos de Oimas, junto con otras diamas de la comisi6n, inauguran oficlakmente e! pantedn para las obreras en Ghacarita Sila clase trabajadora tenia problemas de educacion, vivienda y trabajo, ef mayor de los pesos receia sobre las mujeres. dela retorma social. Bunge expi- aba las falias en la provision de Viviendas populares por las defi: clencias de administracion y el alto costo de la construccion en el pals. Consideraba que, para resolverlo, debian concurrir el capital privado y la iniciativa es- tatal, De alli que rescatara la Ley Cafferata —también de inspira- cién catélica— mas alld de las critics asuimplementacién. Pero todo ello adquiria una connota- cidn mas precisa desde la pers pectiva moral y nacional. Forrmu- laba entonces la cuestion social ala luz de la doctrina eclesiés ca: “Lo reciaman la equidad so Glal, la dignidad de la nacién y la salud fisica y moral de nuestra raza” * La vivienda, tanto urbana como rural, constituyO una im- portante preocupacién para los catdlicos durante toda la década mencionada. El contexto se abria con la crisis mundial de 1928 y Gerraba con elinicio dela Segun- da Gran Guerra, En 1939 ee rea- liz6 a nivel nacional el Primer Congreso Panamericano de vienda Popular, en el que parti Pg. 14 © Topo es Historia N° 401 paron Juan F. Catferata y Alejan- dro E, Bunge. Ello coinciaia con una expansion sostenida de la influencia de la Igiesia Catdlica enla sociedad, un estrechamien- to de sus vinculos con el Estado y @! notable activismo de la Accién Catdlica Argentina (A.C.A.) En la Provincia de Santa Fe, por ejemplo, aprovechando que gobernaba un catdlico, Manvel inondo, se realizaron reciamos en favor de la wivienda rural —ha- bia una ley en discusion— y de la vivienda urbana barata. Se in- Cluian también propuestas de acceso amplio 2 la propiedad, Planificacion de politicas adecua- das, controldeios aiguileres, erra- dieacién de! conventilo, mejora de las condiciones de higiene en la Ciudad, salario minimo, vital y familiar La posible aplicacion de la Ley Provincial de Vivienda Rural embarcda la ACA, en una came afta de un afto, cen propagan- da radial y escrita, asambleas y acios poblicos que revelaban la intencién de ganar la calle con et discurso social-cristiano. En este plano se recur al triple enfoque catélicos del pro- blema habitacianal: e social, que remitia a nociones de justicia y Gistrinucién de la riqueza, tanto como a la pacificacian de la so- ciedad; el moral, que exponia los Religros de la promiscuidad, la desintegracion de ta familia, el alcoholismoy lalibertad sexual; y el higiénico, que abordaba las cuestiones de salud, Nuevamen- te la vivienda digna se presenta- ba ligada a la preservacion de la familia y de ta paz social, factores considerades fundamentales para 6l sentimiento de nacionali- dad y el progreso de la Patria®* SINDICATOS, POLITICA Y ESTADO La UP.C.A, fue un proyecto que se gesté dentro de los Cireu- los de Obreros y, al crearse ia Nueva institucion, ellos quedaron a cargo de las actividades orien- tadas al mundo del trabajo. Tanto sus gindicalos como la entidad que los nucleaba, la Confedera- cin Profesional Argentina, pasa- ron @ depender de fa Unién Po- Exiicio de la sede central de la UPCA.en Buenos Aires. Valiéndose de los Circulos de Obreros dicha entidad tomo aiversas pasiciones que iban desde la propaganda en favor de Ja sindicalizacion de les rabajadores hasta presionar a los poderes pablicos por una legis- lacion adecuade. los sectores mas conservadores Ge! catcliciemo y por la jerarquia en general. La neutralidad reli- sgiosa no parecia nevesaria en un pals que se consideraba catdli- 0, sobre todo en un momenta én que las tendencias integristas. estaban creciendo dentro de la iglesia. Por lo demas, esto rati caba la intencién centralizadora que habia acompafads la funda- Ci6n de la U.P.C.A. En los afios '40, elintegrismo seria la tenden- ‘la dominante y, gracias al multi- ple activismo de la Accién Caté- lica, que formé lideres, multiplicé fa propaganda, actud en parro- quias, escuelas y facultades, lle- Pag. 16 * Tooo es Historia N° 401 g6 a sectores sociales cada vez mas amplios. Por otro lado, el contexto internacional signada or el recuerdo de la Guerra Civil Espafiola —decisiva para el na- cionalismo catolico argentino: (08 dos canflictas mundiales y la consolidacién del Estado socia- lista Soviético coadyuv6 a conso- lidar posicianesideoldgicas cada vez mds certadas, que cristaliza- ron en un sindicalisme también intransigente, que no podia con- cebirse fuera de una religiosidad militante. Asi, por ejemplo, el manual que empleaban las Cir- culos de Obreros para formar a sus dirigentes a comienzos del ‘40, sostenia que el sindicato de- bla ser catdlico "en su nombre, en cu espiritu y en su recluta- miento”, a fin de definir identida- des frente a un mundo dividido entre dos: marxistas y catdlicos.* Respectodelasindicalizacién, en 1925 se sostenia que “debe ser simple, sin ingerencias patro: ales ni presiones extrafas, y su parecer y vato debe ser consulta- do en la preparacion de las leyes y Teglamentos sociales" La constante insistencia sobre ia -autonomia frente al Estada y las patrones. antes y después de esto Peragrinacion a Lujan de las alum= nas de las escuelas de la Liga Patridtica, 1928, afl, nos esta indicando que las practicas catolicas: segulan un sentido inversa. Por otro lado, jos sindicatos se presentaban, en gran medida, como una asocia- cién anterior al Estado mismo, organizada a partir de los intere ses particulares, con emplias altri buciones para controfar la apli- cacion de leyes laborales, con funciones cooperativas y mutua- listas. Asimismo, fa complemen tariedad entre las clases seguia siendo un elemento decisivo para esta corriente. Sin embargo, a ralacion entre Estado y sindicatos no tuvo un sentido homogéneo, al centrario, pueden distinguirse tendencies diversas dentro del catolicisme: social. En 1920, los Circulos d& Obreros proponian fa constitu: ‘ci6n de “sindicatos paralelos”, de ‘obreros por un lado y de patro= nes por el otro, incluyends une ‘comisién mixta paritaria paracon= ciliar fos intereses de ambos. En plinamientodelasclases, enpro- _nante fue profundizar los rasgos cambio, la Unién Democrdtica cura del bien comin. Pero, en _autoritarios. E! sindicalismo cris- Argentina—herederadelaU.D.C. tanto les Citculos de Obreros _tiano encard entonoes cieria po- —consideraba por entonces que hactan hincapié en una “libre or- litica de denuncia frente a los los sindicatos separados debian ganizacién sindical’ que refieja- patrones, cuando éstos le eran integrarse en "corporaciones baunlimiteal estatismo,laU.D.A. adversos, ala vez que pretendi6 ‘obligatorias” a nivel local y por propenia una corporacién de una proteceién especial dal Es- industria. Luego doberian fede- patrones y obreros de carécter tado, que le permitiera generall- rarse, por iniciativa estatal, en los pablico y obligatorio, orientada azar un proyecto que no podria, pianos regional, nacional ¢ inter- la democracia funcional. Por otro por si solo, ganar a la clase obre- nacionaF®, Si bien en ambos ¢a- lado, en 1927 se cred ol Partido ta. La incorporacion de ideas na- 08 $e avidencian tendencias Popular, nuevo intento demécra- cionalistas —fascisias 0 maurra- organicistas, ef programa de la ta cristiano que perduraria hasta sianas—yelavance del catclicis- UDA se orientaba mas hacia la los afos ‘40, mo integrista contribuyeron a dar formacién de un Estado corpora- Si bien mantuvo la linea del_ala corriente social de la Iglesia tivo. En Santa Fe, por ejemplo, periods anterior, es decir, corpo- un perfil autoritario revestido de propusieron tempranamente una rativista, nacionalistay reformisia un discurso en apariencia raci- feforma consiitucionat de este en lo social, prociamé el “pleno cal. Al mismo tiempo, sus plan- tipo, emulando el ejemplo de imperiode la Constitucién Nacio- teos sociales adelantaban laides Benito Mussolini nal" y el rechazo de todas las de un Estado benefactor, que El catolicismo social descreia, “formas totalitarias de gobiemo”, _planificara y legislara favorecien- un engeneral, delosprincipiosdela tomando distancia de los secto- do un reparto mas equitative de — democracia liberal: la primacia res que simpatizaban con el fas- benelicios en el conjunto de la de la libertad individual, él plura- cismo y confrontanda con el Pe- gociedad. lismo partidario amplio y el parla- ronismo*. Su proyecto plantea- mentarismo. Aigunos liegaron a ba més sociedad y menos Esta- proponer ei voto cailficado y la do, Retomaba asi una linea pro- wee represion sistematica delasideas pia del corporativismo de tradi- que las izquierdisias por parle del go- cién medieval, asociado a un Hemos procurado analizar at- Jian un bierno. También piantearon que Estado débil, casi inexistente." gunos aspectos de la corriente ado, los fa justicia social debia lagrarse.a De todos modos, en la déca- socialdela Iglesia surgida alfines gan, en partir de la organizacién y disci- da de 1930, la tendencia domi- del siglo XIX en la Argentina, No asooia- ‘obstante, hemos centrado un in- mismo, terés particular en los anos que 5 intere- van de la Semana Tragica de fias atri- 1919 hasta la Segunda Guerra ta apii- Mundial, cuando la cuestion so- es, con cial adquirto una centralidad an- mutua- tes inédita en el discurso ecle- piemen- sidstico oficial, Pero también re- - seguia veld importantes modificaciones wvopare én entre fuvo un ontrario, dencias plicisrmo ulos de sonstitu- plos”, de ProcesiOn de las Hijas de Maria de ja patro- ‘a Iglesia de la Medalla Milagrosa ndo una con motive de Ja celebracion ae la jaracon- Inmaculada Concepcion: 1830 Too es Historia N° 401 * Pag, 17 . Enla década det 'a0, delegaciones de obreres catdlicos destilan en Plaza de Mayo. Se observar pan- Cartas de! seminario de La Plata y de Haedo entre otras. Por esta 8p0c8i, elsindicalisma abrerocatdl 9 iba a ser definido por opasicién al mareista, Pag. 18 * Tooo ps Historia N° 401 respecio de sus postulados del primer momento, Nacido come un movimiento en gran medida marginal, enuna sociedad donde las tendencias anticlericales parecian fuertes. asumié rasgos de neutralidad religiosa que favarecieron el pro- tagonisme de jos laicos. Desde 1919, en cambio, la existenciade la UP.C.A, revela una intencién de centralizar y clericalizar ta accién social de los caldlicos que continuaria la A.G.A., ambas en- tmareadas en las directivas inter- Nacionales de la Iglesia. Por atro lado, este periodo coincide con laformacién de Ia derecha nacio- Aalista argentina, dentrodela cual el catolicismo social terminaria Por constituir una vertiente mas, La UP.C.A. identfico la detensa del orden social y dela naciona- lidad con la preservacién de la iglesia misma. En este sentido, las distintas formas de accién que se proponia serlan instrumentos para apuntalar tanto sus intere- $5 como su proyecto de socie- dad. Alo largo de este periodo, la Iglesia Catdlica oxplicé las cau: sas de la cuestion social desde la Perspectiva moral, pero admitia factores juridicos y econdmicos derivados de ella. Ala vez que consideré tempranamente las nociones de justicia conmutativa y Gistributiva, en todo: momento parecié oscilar entre la promo- clon da la caridad organizada y los reclamos de reformas com- picjas articuladas desde el pro- pio Estado. Finalmente, en los anos 30 contribuyé a difundir en ta cultura politica de los catalicos iaidea de jysticia social, Desde la perspectivaeciesias- tica, algunos temas resultaban laves para resolver los civersos factores que articulaban la cues- tion social. Uno de ellos fue la propiedad. Favorecer el acceso de todos a la propiedad y jimitar los abusos sobre ella, permitiria neuiralizar la difusi6n de docti- nas izquierdistas, al tiempo que afianzara a la familia crstiana, Se aseguraria asi la salud moral y fisica de todos, afirmandola iden tidad nacional de las clases po- pulares, Estas premisas basicas se asociaban con reformas que contribuirfan a consolidar el “or- den cristiano’ que se pretendia Construir: el salario minimo, vital y familiar, @1 cooperativismo, el mutualismo y el accionariado ‘obrero como objetivo de maxi- ma. Al finalizar la década del 30, la. G. A., estrechamente vincu- lada a las derechas que se ges- taron en la experiencia de entre- querras, llevaria el discurso so- Gial caidlico a tranjas de pobla- cidn cada vez més amplias. Otro punto de gran importan- ia fue fa forma en que entendie- ron la accién sindical. La insis- tencia en definir un caracter no amarillo revela que el catolicis- mo, en general, era refractario a un sindicalismo que no fuera tal. ‘Ademds, siguiondo el camino in- ‘verso a los europeos, a iglesia ‘argentina se orienté a la confe- ssionalidad e intransigencia de los sindicatos. Pero, por otro lado, recuperd su valor estralégico para establecer lazos entre ella y los trabajadores. Asi, gand espa- Gio la idea del ‘obrero organiza- do” como base de la transtorina- cidn social perseguida y se pro- fundiz6 una tendencia corporati- va que, sin embargo, presento matices distintos al concebir ta felacion Estado -sindicatos. Unos sectores, mas numerosos, recia- Maron la injerencia de! Estado, postulando incluso el régimen politico corporativa; otras, los menos, 3@ inclinaron por el forta- lecimiento dela organizacién sin- dical, pero por fuera del Estado, En conjunto, se impuso un inte- Grismo que rectamaba controles ideoldgicos y politicos rigidos y, ala vez, una politica que garanti- zara importantes beneliciés so- ciales. A la vez, en todo este tier po, hubo quienes siguieron abra- zando el viejo proyecto de un partido catdlico social, esbozado en jos primeros anos del siglo NOTAS 4, Alrespecto, nesuttailustratva ia Rvista de Cioncias Econdmicas de Buenos Aires que, entre enero y abi de 1920 publicé una consulta hecha a Juan. Justo, Estanisiao Zeballos, Rac Prebiech, Gabriel Paléu, Allredo L_Pa- Jacios, Enrique Dickman, Enrique Prack, ‘José Sutt, Francisco Casiello y aires, ‘sobre la cuestion social y sus posibies solvciones (Revista de Ciencias Eco. ndmicas. Publicacion mensualdelGen- tra de Estudiantes de Ciencias Econé- micas, Buenos Aires, Enero ~ Abril de 1920, N°79 82). 2. "Acta de fundacion def Circus cle Obreros de Rosario, 12 de julio de 1898", en Colocacion ae la piedra fun- damental del eciticio propio, Vl Con- .9res9 Nacional de Cireulos do Obre- 108, Flosaio, Octubre da 1922 3, Log patronatas para nifios obre ros eran seociacones mutualistas por Gfieio, que procuraban la proteccion labora! de les menoras trabajadores: —mayores de 14 aos, alos que se Ingulcaban también 'os prineipios dela octrina sell! de la iglesia. 4, La Vanguardia, Buenos Aires, 2 ¥3 de cetubre de 1905: La Vanguar- ia, Buenos Altes, 4 de octubre de 1908, 5, “Discurso de Federico Grote”, en ‘Sequnde Asamblaa de Catdlicos Ar gentinos, Buence Aires, Alfa y Omega, 1907. 8, Santiago O'Farrell ea un reco- nocide caldhio, drigente de los Citeu- fos de Obreros, vice presidente 2 del Directorio Pravigono de ta Segunda Asamblea de Catdlicos Argentinas (1907) y vocal de ia Junta Nacional de la Union Popular Gatdlica Argentina, fue diputade nacionaly estuve vincula. ~ Topo &s Historia N° 401 + Pag. 19 do a Ja Asooiacion del Trabajo y a empresas. da capital extraniere, Mi {uel De Andrea fue asesor espititual de la Fediaracién de Citculos de Obre- ros desde 1912, como también de la Junta Nacional de fa UP.CA. y. en 1919, fue miembro de fa Junta Provi- sional dela LP.A.; Emilo Lamarca, fue presidente de! Directorio Frovisotio de la 2! Asamblea de Caidlicos Argent- nos (1907) y fundador dea Liga Social Argentina (1908-1919). erganizacién calolica de fines sociales, tuvo activis- ma anii-obrero en lee corflicios de 190 y se integrd luego @ la LP. José Serralinga Lenghi se destacs por sv accién propagendistica, junio Gustava Franceschi, en favor del eoo- pporativismo rural deniro de fa Liga So- @ial Argentina, entre 1908 y 1912, labor que luego realizo en la LP-A. y en los Cirevios de Obreros hacia 1922. "Reunion del Epiecopado Argen- tino, Pastoral Colectiva creando la Union Popular Catdlics Argentina. 28 de Abell de 1919", en Documentos dal Episcopado Argentino, 1910 - 1937, Bugnos Aires, GEA, 1984, pp.140 - 147 8. bide, 3, bicem. 10, “Reunion de! Episcopade Ar- gentino. Pastoral Colectiva sobre la Gran Golecta Nacional Pro Paz Social”, op. cil. pp. 193 - 197. 11, Casino Feanesco, “La question social’, en Hacienda y Administracion, Rasario, mayo y junio de 1920, Ano I, NP 15y 16, p. 161-166; Rerum Nova rum, Enciclica del Sumo Pontiice Leon 2All-sobre Ja cusstién abrera, Buenos Ares, Ediciones Paulinas, 1984, p. 5- 7; Publieacién daa Junta Nacional de Acoidn Catdlica Argentina, La Restau- raeién del Orden Soeial. Eneiclies Qus- dragesimo Anno, Buenos Aires, 1931, p19. 12, Seguin Pierre Rosanvalion, ta justicia conmutatwva remite 2 Ja igual- dad de derechos, en términos forme: Jes. Estos 86 basan on ta reciprocidad y se resumen en la frase-“a cada cual Toquese la dove" ylajusticla distribu tiva se apaya en la idea de redistribu- cién entre ricos y pobres, tundandose fen la maxima ‘a cada cuel segun sus, ecesidadas’. Mientras la prmera for- ‘ma de Justicia puede funcionar sin ia meciacién del Estado, la segunda no (Flosunvatiou Pesee, La nueva cuestion ‘social. Repensar ol Estado provider: ‘cia, Buenas Alres, Manantial, 1998, p. 56). 13. Publicacion ole ta Junta Nacio» al de la Acclén Catdlica Argentina, op.cit. p46. 14. Rerum Novarum... p. 47 16. Clr. Floswwautan Piste, op.cit 18. Rerum Novarum... p. 58, 17-La Rerum Novarum, para prote- (aries intereses del trabajo, priorizaba ‘dos tos de asociaciones: las de obre- 08 S0I08 y las de obreres y patrones. Ellas se consideraban anteriores al Estado y, por tanto, gran parte del régimen laboral debiadescancar enisu .gesiidn, Por ciro lado, ol enioque eor- Porativista Se acentuaria en la encicl- 3 Quadiagesimo Anno, 18 “Reunion del Episcopado Ar- gentino. Pastoral colectiva sobre la Gran Colecta Nacional Pro-Paz So- cial’, Buenos Aires, 8 de septiembre de 1819, en Documentos del Episco- pado Argnetine... p.193-197; Ussen ‘Swstuso, Los compromisas do la Gran Colecta Nacional. Como se cumpien, Buenos Aires, Talleres Graficos Gole- 1,928, 19. Bofetin ectesiastioo de ia aiéce- sis de Sania Fe, Santa Fe, 1°de agosto de 1919, 20,*La Gran Colecta Nacional. Pas- ‘oral del Episcopade. Argentina’ 21. tbidem, Cir. Usssen Saxraao, ‘pct, pp.10-13. 22 Junta de Gobiemo , Actas y esoiuciones de! Vil Cangreso de las Cireuios de Obreros, Buenas. Aires, Se.,1922, p.12, 23, Consejo General de los Gircu- los de Obreros, Diario da Sesiones de! Primer Congrese de Girculos de Otre- Fos ~1898-, Buenos Aires, La Defensa, 1898, 24. Ussien Sanmico, op cit, p. 10- 16. 25 La UP.CA, ea ‘éplica de la Union Popular italiana y cumplia idén- tieas funciones quo ol Volkeverein alo- man, que-en nuestro pais estuvo repre: Sentaco por 1a Liga Social Argentina. ‘Ambos, como se ha dicho, tenian ef ‘objeto de coordinar ol eonjunto de or- ganizaciones sociales catdlicas, al ‘modo de una federacién. 26, Ussher Savmaco, op.cit, Betza Jui E., Conei Bosque biogratica de tun hombre yuna ¢poca, Buenos Aires, s.e.,1964 27, Bonar Atcsanono E., Una nueva Argentina, Mada, Hyspamérica, 1984, p.a74 - 381 28, Alejandro Bunga, si bien estu- {did ingenieria en elextranjero, seespe- cializ6 en estudios acondmicos, asta Gisticos y demogréficos, Hacia 1913 ra Director General de Estadistica de laNacién y en 1918 cred la Revista der Economfa Argentina. que dirigis hasta. su muerte, en 1943, 29, Bune ALcusveno E, op... p. ar, 30, La Vereiad, Rosario, 12 de mayo ‘de 1999 y 14 de Septiembre de 1939. 31, Vienari Comet, "El Clrcule de ‘Qbreros y fa accion social”. en Vil Congreso Nacional de los Circulos de Obreres. Golocacion de la pieara fun- damental dl eoificio propio, Rosario, S.2., octubre de 1922; Ussten Sawmano, opi. 32, Ussien Sanruco. op.cit.,p, 9. 89. Ibidem; Rererto Nonsento, “ir al pueblo", en Vi Congreso Nacional de Circulos de Obreras. 34, EI accionariado abrero era régimen que deboria reemplazar, pro- Cresivamente, al asalariado. Los cato- lies considleraban que, una ver remu- nerado conveniemiemante el capital y la diteccién empresaria, lo que resta- ‘bade utlidad ‘no pertenece de dere. ccho al capital’, por lo cual se propicia- ba fa pafticipacion def obrero en las anancias, conviriéndose en accio- iste y participando en la gestion de la empresa. (Junta de Gobiemo, Actas y resaluciones de! Vil Congreso... 0.13; Junta de Goblemo, Vill Cangreso de los Circulos cle Obvreros.... pp. 55:56; Anan Eveio Seveimo, La abolicién de! ‘salaried, Buenos Aires, Difusion, 1948) 35, "Gremialisma de sotana’ (7 de ‘Abril de 1919), en Recs Roserro, La Vanguardia: Seleccién de Texios(1894- 1965), Buenos Aires, C.EAL., 1985. 96. Tonnes Ansewo, Manual del sin- icalismo obrerocatGica. Teoria y prac tiea, Buenos Aires, Dilusién, 1945, pp, 33.34. 87, Junta de Gobierno, Ejercicio 1924-1925, La Obra de ios Circulos de Obroros, Buenos Aires, 5.0, 1925,9.18 38. "Programa de fa Union Domo- crética Argentina’, en Auza Neston To- as. Acierios fracaso sociales der ‘alolicisrne argentina, Buenos Aires, Docencia/Don Bosco, 1988, tomo 3, p. 56. 39. “La rofarma constitucional en ltalia. Un antecederte santafesino’, an Ef Heraldo, Rosario, 9 de mayo’ de 4925; *Estd equivocade docior”, en El ‘Herafdo, en La Varciad, Rosario, 18 da roviembre de 1930, 40. Chr. Paces Jose, Grigen y dlese- «rollo de las ideas demécratas eristia- ‘fas en uestio pals. Sus hombres, ‘Buenos Aires, Escuslas Graficas Leon XXL, 1956, pp. 23-26. 41, Of, Anenor Heenss, La condicion ‘humana, Buenos Aires, Paidés, 1993, CREDITOS FOTOGRAFICOS: Foto 2: En Neston Auzs, Aciartos y raca- ‘S08 sociales def catoicisme argentino, Buenos Aires, Docencia’ Don 0500, Guadalupe, 1987, tomo t: flo 4 Los Ccompramisos de fa gran Colecta Nacio- ‘ra Céme se cumplen, Buenos Aires, Taletes Graioos. Gotall, 1923; foto 6, 7, 8,10 y 11° en Union Populae Caldice Argentina, Almanaque Social, Buenos Aires, 1923, gTENES ALGUNA FOTO CURIOSA, RARA O DIVERTIDA Y LA QUERES COMPARTIR EN LA SECCION DE LA FOTOHISTORIA DEL MES? Por favor. comunicate con Felicitas Luna a los teléfonos 4322-4703/4803/4903 todosios dias habiles, enelhorariode = 15. 19.30 horas. . Pag, 20 * Tovo ts Historia N°401

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