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Introduccién De todas las especies, los bebés humanos son los que nacen mas inma- dros y necesitan que los adultos, en especial sus madres y sus padres, se ocupen de ellos durante largos periodos. Si estos no tienen las capa- cidades necesarias, solo el cuidaco de otros animales de la manada, de Ia tribu o de la comunidad humena puede evitar el deterioro del bebé incluso su muerte. Esta inmadurez determina la extrema dependencia de los bebés de la calidad, cantidad y permanencia de los cuidados y proteccién de los adultos, en particular de sus progenitores. Estos cuidados son totalmen- te necesarios para sobrevivir, crecer y desarrollarse. Desde esta pers- ppectiva, los bebés necesitan que por lo menos un adulto, generalmente ‘sumadre, posea las competencias para cuidarle, estimularie, protegerie yeducarle, conel in de garantizar su desarrollo como nitio onifia sano. Un recién nacido tiene, hasta las primeras semanas de vida, capa- cidades muy limitadas. Puede, por ejemplo, comunicar a través del nto sus estados internos y sus necesidades, mamar del pecho de su madre o de un biberén y responder a algunos estimulos del entorno. Si este recign nacido es bien cuidado y estimulado, a los tres, seis primeros meses o un afi habré experimentado una transformacién espectacular. De ser un bebé casi inactivo habré pasado a ser una personita que puede comunicarse activamente, explorar con curiosidad su entorno y des- plazarse a medida que pasan los meses, ganando progresivamente més autonomia. Este proceso alcanza su apogeo cuando, aproximadamente a los 18 meses de vida, el bebé comienza a expresar su mundo interno y lo que observa utilizando las palabras. A través de estas palabras, el 15 nifo o nifta entraré en este maravilloso, pero complejo, mundo de las representaciones: de sf mismo, de sus experiencias y de la realidad que levodea, Esta posibilidad emerge gracias a los estimulos del entorno, especialmente el de los padres, i tienen la competencia necesaria para reconocer a Sus hijos como sujetos de comunicacion y hablan con ellos larmente, ; ne y las nifias queridos y bien tratados desarrollarén una vivencia de sf mismos 0 autoestima positiva y segura, lo que explica su felicidad y suinterés por el mundo que les rodea, que poco a poco van comprendiendo e integrando. Esto iré acompatfiado de una representa- cidn de s{ mismos coherente con sus emociones y sentimientos, ala que poco a poco se van agregando caracteristicas que corresponden 2 ari- butos fisicos, formas de ser y tendencias de comportamiento y relacion con los demas, Una autoestima segura y confiada, una identidad sana y congruente acompafiada de una capacidad para modular emociones comportamientos y creencias en funci6n del respeto a uno mismo y @ qos demas son la base del bienestar y la salud mental infantil. Un nifio 0 rnifla nace como un proyecto que se concreta poco a poco, siempre que ‘lentorno humano en el que le ha tocado nacer pueda asegurarle, ya desde su gestacidn en el titero materno, los cuidados, la estima, la proteccién y la educacién, es decir, los buenos tratos inalioes 7 para garantizar su desarrollo. De este entorno humano, la ma bie padre serdn las figuras centrales siempre y cuando hayan conocido con- fextos sociales y familiares favorables y hayan podido desarrollaren sus propios process hist6ricos los recursos personales y las competencias necesarios para ejercer la funcién parental. aha ‘Una parentalidad competente y los buenos tratos infantiles que sultan de ella constituyen los cimientos de la resiliencia infantil prima tia, es decir, la capacidad que presentan los nifios y nifias bien bata para enfrentarse a los desafios de ser nifios en un mundo organizado 9 dominado por los intereses de los adultos, venciendo los obstaculos {ue se cruzan en su camino. E] aporte de las madres y padres 0 de sus ssustitutos es fundamental, pero no deberia ser el tinico; al contrario, ddeberia formar parte de los esfuerzos y recursos coordinados que una comunidad pone al servicio del desarrollo integral de todos sus nifios nifas. yertps buenos tratos alos nifios y nifias no sélo corresponden a lo que Jas madres y padres son capaces de ofrecer; son también consecuencia 16 de los recursos econémicos y de los servicios que la sociedad pone a disposicion de las familias y de la infancia. Cada sociedad deberfa, a través del Estado, aportar todos los recursos financieros esenciales para garantizar la satisfaccidn de las necesidades y el respeto de los derechos de todos los nifios y nifias. Desgraciadamente, a la hora de establecer las politicas piiblicas y la distribucién de los presupuestos, Ja infancia y su desarrollo sano no son, ni han sido nunca, una priori- dad en ningtin pats del mundo. Al contrario, tanto en los paises ricos ‘como en los llamados emergentes y en los paises pobres siguen existien- do contextos, instituciones y creencias que, lejos de facilitar los buenos tratos a los nifios y niftas, facilitan la violencia y los malos tratos. En este sentido, es profundamente injusto atribuir a la familia o alos padres toda la responsabilidad del sufrimiento de sus hijos e hijas ‘como resultado de los malos tratos, que a menudo se expresan a través de problemas de conducta, de aprendizaje, retrasos del desarrollo u otros problemas de salud mental. Es razonable reconocer que existen factores culturales, sociales y econémicos en nuestra sociedad que fo- ‘mentan, fortalecen y mantienen situaciones y contextos perjudiciales para el desarrollo y el bienestar infantil. El modelo econémico neo- liberal dominante no ha resuelio -més bien, al contrario, ha agrava- do- la violencia estructural provocada por la existencia de profundas desigualdades sociales, en un mismo pais y entre los paises ricos y po- bres. Estas desigualdades crean una acumulacién de factores de estrés como consecuencia de la pobreza y la marginalidad, que excluyen a un itimero significativo de familias de los beneficios y recursos materiales necesarios para garantizar los cuidados y la educacién de sus hijos e hijas, Son demasiadas las familias cuyas madres y padres no cuentan con las condiciones sociales y econémicas minimas para poder ejercer de manera sana y adecuada su papel de madre o padre, Lo que diferencia a un nifio feliz, mentalmente sano, sin problemas de conducta, altruista y constructivo, de otro que es todo lo contrario, es que probablemente el primero crecié en un ambiente donde los adul- tos le cuidaron y educaron suficientemente, es decir, le trataron bien; en cambio, el segundo probablemente crecié en un contexto relacional caracterizado, de modo total o parcial, por experiencias de malos tratos. En ese sentido, existen pruebas cientfficas irrefutables sobre el caréc- ter nocivo de los contextos familiares, institucionales y sociales pro- ductores de malos tratos infantiles, en el desarrollo de la personalidad v7 deun nifioonifa (Barudy J, 1998, 2001; Barudy J, Dantagnan M., 2005; ‘Van der Kolk, B. A,, 1996; Garbarino J. ¥ ‘col, 1986; Van Ijzendoorn, M. saskersmans-Kranenburg, 2003) La forma de ser de los nifios y Sus capacidades afectivas, cognitivas y sociales dependen en gran parte de tos contextos en los que les ha tocado vivir y erent. Cualquier persona puede comprobar por st mismt esta realidad; sols tiene que interesarse por relacionar las caracterisicss de un nifio ‘onifia con las caracteristicas de su entorno familiar y social. Los nifios ¥ niftas maltratados que atenddemos en nuestro programas son victi- » ede la profunda injusticia de haber nacido de madres ¥ padres que at avieron la oportunidad de aprender el «oficio» de madre o padre, que ellos mismos fueron hijos o hija de otros ‘padres que tampoco Povanron la oportunidad de aprenderlo, Tanto la primera CO-r Tase- gunda generacién tienen en ‘comtin el haber crecido en familias defi- aeantes en ese sentido, pero ademas tanto padres come abuelos fueron cereeae de injustcia social. Naciezon, crecieron y se icieroh adultos enna comunidad osociedad que no izonada, omuy Poco Pie apo- sarles como padres para que aprendieran a ttat bien a sus hijos, ni para proteger a los hijosa fin de evitar que se dafaran como personas yy euvieran la oportunidad de aprender @ ‘ser padres adecuados en otros ‘Ambitos familiares. “Muchos de estos nifios y nifias conocieron experiencias intra y @- ratettores que contribuyeron al desarroliode sus estienca5, Joque ‘explica que no repitieran los ‘mismos modelos con sus hijos ¢ hijas y pudieran desarrollar conductas y formas de set ‘positivas, pero Ja resi- Pat tia no puede eliminar totalmente el dafio traumético resultado de Jos malos tratos que conocieron. Las investigaciones sobre resiliencia humana han orientado en gran medida nuestra labor clinica e investigadora. Esta labor se ha centra- resem conocer lo que ie ocurre al nifioy a la mifla como PORE, en a una infancia dificil y, aunque ‘eran vulnerables, fueron en la prictica invencibles 0, al menos, invictos fen eu recorrido vital. Ademés, dos tercios de las personas que podrian considerarse como no resilientes en la adolescencia Ilegaron a serlo en la edad adulta, por lo que al final hubo casi un 80% de evoluciones positivas en total. Estas observaciones jugaron wn rol importantésimo Enel surgimiento de la realidad clinica de la resiliencia y 1a levaron a convertirse en el objeto de investigacién que es en la actualidad. Por otra parte, a quienes hemos optado por consagrar nuestra vida personal y profesional a contribuir al bienestar infantil nos retribuyen ya con creces las observaciones cotidianas con respecto alas competen- {das de los nifios y de las niffas. Los estudios que han puesto de may fiesto las competencias tempranas, ya presentes en la vida intrauterina, nos sirven de marco de referencia para nuestras observaciones (Brazel- ton, T.B.y Cramer, B, 1993;Stern, D, 1991, 197; Cyrulnik, B, 1991, 1994). 'No podemos dejar de sentir admiracién por este constante proceso creativo de los nifios con el fin de hacer frente a los desaffos Jel desarrollo y a las dificultades de sus entornos de vida. Pero hay gque recordar que muchas de las capacidades de los nifios y nifias son Capacidades potenciales; para desarrollarse deben ir acompafiadas, tno solo de los nutrientes necesarios, sino también del reconocimiento y estimulo de las interacciones permanentes con la made, el padre y Jos miembros de su entorno familiar y social, ‘Existe una metdfora que circula por Internet y que Ana Forés y Jordi Gravé, dos pedagogos catalanes, mencionan en su libro Le resiliencia. Crecer desde la adversidad y que es muy ilustrativa para comprender qué es la resiliencia: Una hija estaba muy molesta porque parecia que, cuando un contratiempo se le solucionaba, aparecia un problema nuevo atin 20 ‘més complicado. Hablé de ello con su padre, que era jefe de co- ina, La mir6 y, sonriente, cogié tres ollas. En un puchero puso unos huevos; en otro, unas zanahorias, y en una tercera olita, café. La joven se qued6 pasmada pensando que su padre nolaes- cuchaba, como ya era habitual, porque en lugar de proporcionar- Te una respuesta se ponia a cocinar. Después de veinte minutos de coccién, el padre le pregunt6 a la hija. «¢Queé ves?» La chica ‘qued6 aténita. «jgQué quieres que vea?!;Como no me haces ningiin ca- so mientras euzces huevos y ures zanaorasy hace caf. respon id, medio enfadada. El padre, imperturbable, la invit6 a palpar los tres ingredientes. La joven, azorada, le pregunts qué queria decir. Elle respondi6: «Los huevos eran frgiles antes de a coceién, _yante la adversidad (el calentamiento com el fuego) se han vuelto duos; las zanahorias, en cambio, eran duras y con el fuego se han vuelto blan- das; en cambio, el café, cuando se ha calentada ha sido incluso capaz de poder transformar su context el café ha transformado el agua. :Qué desens ser ti, hija mia, ante las adwersidades? Ojald seas como el café y, cuando aparezcan los problemas o las adversiades, sens capaz de ser {fuerte sin dejarte vencer i aistart, salir airosae, incluso, mejorar ti ‘misma logrando cambiar tu entornom Estos autores ofrecen ademas su lectura personal del fenémeno de la resiliencia cuando escriben que esta es «una metdfora sobre las posi- bilidades de reconstruccién humana que apuesta por suministrar un manto de caricias proveniente del contexto social a la persona herida, con el objetivo de permitirle desarrollar aquellas capacidades y habilidades que le pueden catapul- Jar hacia su transformacién». (Flores, A., Grané, J, 2008). En el caso de los niitos y nifas, la resiliencia tiene que ver sobre todo con los vinculos afectivas que los adultos son capaces de ofrecer- les, en primer lugar, a través cel proceso de apego. En este sentido, es importante considerar el origen de esta capacidad desde una perspec- tiva dinamica e interactiva. La resiliencia no es un atributo individual innato e independiente del entomo, sino que emerge de la rlacién del nifio o nifia con su entorno fundamental: el humano. A lo largo de toda su vida, esta capacidad seguird estando influenciada por las condicio- nes de ese entorno, al tiempo que, gracias a ella, los nifos y nifias po- drain ejercer una influencia positiva sobre los miembros desu entorno, en especial sus pares. Aunque el concepto de la resiliencia da cuenta 21 de capacidades que son el resultado de Ja interaccion social, no niega thi excluye que una parte pueda depender de aspectos constitutivos Ge los nifios, Pero aun asi, si bien es cierto que los factores innatos de- terminan la estructura individual y sus limites, no es menos cierto que tatos eatn ampliamente influenciados por el entorno, hasta el punto die que la organizacién cerebral de un niffo o nifla depende de la cxietencia de cuidados y estimulacién por parte de los adultos significativos, en especial de sus padres (Barudy, . y Dantagnar M, 2009). ‘La resiliencia evoca el fenémeno natural extraordinario y maravillo- so del desiorto de Atacama, en Chile, uno de los més secos y aridos del mando. En Atacama basta con que caigan apenas unas go!as de Iluvia para que el desierto se cubra de flores, Es dect, aun en condiciones Frstavorables, basta un poco de agua y humedad para que un desierto se transforme en un florido vergel- Sin embargo, a diferencia de este fenémeno, la resiliencla humana es més bien un proceso, no una respuesta inmediata a| la adversidad. El tiempo juega un papel importante para aliviar los dolores y sufrimien= tos ycicatrizar las heridas.Y, sobre todo, la resiliencia no es un atria. to personal, ‘sino el resultado de la interaccién dindmica entre el nino onifia y su matriz social. ‘Las fuentes de la resiliencia infantil. Utilizando un modelo ecosistémico, las fuentes de la resiliencia in- fantil provienen: 2) Del nivel macrosistémico: entorno social y cultura })Dela organizacion y funcionamiento familiar onivel microsistémico 0) Dela personalidad, resultado de la articulacion entre la estructura personal y las relaciones interpersonales significativas. ia i |: distintos au- ores sefialan el papel clave de un ambiente social y cultural adverso pata la salud y el desarrollo infantil. En este sentido se sehalay por {una parte el papel nocivo de los entornos sociales con muchas carers Gas, resultado de la pobreza y la exclusién social, y el de los conte tosdeestrés, resultado de la violencia estructural y/o organizada, ast 2 ‘como de la violencia institucional y social. Por otra parte, se insiste también en que los entornos humanos organizados en funcién de la buicqueda y acumulacién de riquezas y bienes materiales presentan lriesgo de transformar las relaciones familiares y sociales en-meros formalismos, que privan a los nifos de la afectividad y el apoyo so- cial que necesitan para crecer de manera sana, Los entornos sociales justos, no violentos y respetuosos con los derechos de los nifios y niffas pueden facilitar la resiliencia de estos, que luego serén padres y madres resilientes 0 promotores de sesiliencia para sus propios hhijos. Para lograr estos entornos es prioritario que una distribucién, justa de los bienes y de la riqueza permita que todos los miembros ide la familia dispongan de trabajo digno, vivienda, atencién sanita- ria y apoyo social. En cl caso de los hijos ¢ hijas se puede agregar el papel facilitador de una buena escuela y de un entorno comunitario afectuoso y favorecedor. nte: is i i o famili: lienci: infantil: en lo quese refiere al funcionamiento familiar, como fuente de resiliencia, casi todas las investigaciones coinciden en afirmar que un ambiente familiar afectuoso, estable y con reglas y limites ade- cuados y claros, resultado de la accién de adultos competentes yy muchas veces resilientes, permite y faclita que los nifios y nifias, al recibir buenos tratos de una forma natural y permanente, desarro- len esta capacidad (Cyrulnik, B,, 2001; Barudy, J. y Dantagnan, M., 2005), Los factores que hemos logrado identificar en nuestra practica con familias y que facilitan el desarrollo de la resiliencia infantil de los hijos e hijas estén relacionados con la existencia en las madres y padres de capacidades como ofrecer un apego suficientemente seguro a sus hijos ¢ hijas, capacidades empéticas, modelos de crianza adecuados y participacién de los padres en redes sociales que les brinden informacién adecuada y apoyo social (Barudy, J. y Dantagnan, M,, 2009). En el ambito social y afectivo, la familia nuclear y también la extensa, cuando es suficientemente sana, constituye la red de apoyo més préxima para los nifios y nifias. Los Iazos familiares afectivos, respetuosos y protectores median en- tre los nifios y nifias y los factores estresantes del entorno social, disminuyendo el impacto de estos iltimos en el desarrollo de los infantes. 23 3. Las fi \e si metaféricamente ha- bBando, el proceso de resiliencia a nivel individual es parecido ala aan ga ds la peria dentro de una ostra, Cuando un granito de arena aeasien ou interior y la agrede, la ostra secreta nécar para defender se y, como resultado, crea una joya brillante y preciosa (Forés, A. y Grané, J, 2008). Los resultados de muchos estudios longitudinales IGarmenzy, 1993; Rutter, 1993; Werner, 1984 Werner y ‘Smith, 1982) teatuciado las caractersticas que distinguen a os niios y AIFS que superan Ia adversidad de aquellos que se agobian Por los facto- res de riesgo. Estas caracteristicas son: + Capacidad para afrontar y resolver activamente 10s problemas, incluso cuando se trata de experiencias ‘emocionales dificiles. «s Habilidad para llamar, de una forma amable y ‘simpatica, la aten- ign de las personas significativas de su entorno. «Vision optimista de sus capacidades. 2 eoecnela a explorarsu enfornoy aensayar nuevas experiencias 1) Banilided para mantener una vision positva a pesar de las difi- cultades e incluso del sufrimiento. «© Habilidad para estar alerta y autonome. saaricia proaetiva para brindar comprensin y apoyo Tos de- més. sta lectura ecosistémica de la resiliencia nos permite imaginarnos esta capacidad infantil como la obra de una tejedora que produce un tefido en el que mezcla la lana de las capacidades personales de los tifos y nifias con la seda afectiva y social, resultado de las dindmicas familiares y comunitarias de buenos tratos. Diferentes autores, si como nuestras propias observaciones (Guéde- ney, 1998; Barudy y Dantagnan, 2006), nos han, permitido distinguir on Conjunto de factores que faciltan el desarrollo de la resiliencia infantil. La existencia de uno o varios de estos factores explican cémo nitfios y taae afectados por contextos familiares, intitucionales y sociales de malos tratos, pobreza y violencia se sobreponen & Jas consecuencias de-estos y presentan un desarrollo y una integracion social adecuados. Estos factores som: «Ser eriado por lo menos por una madre o un padre o, €n $ defecto, por un cuidador o cuidadora (acogecor, adoptante) con capacidades mw parentales minimamente suficientes, siendo el apego y la empatia las més relevantes. © Un apoyo social y afectivo de adultos y pares en el entorno més in- ‘mediato: familia extensa, escuela. «La posibilidad de participar dey recibir mutrientes afectivos y edu- cativos en redes sociales formales 0 informales: grupos de amigos, vvecinos, clubs deportivos, grupos culturales... ‘© Blacceso a una educacién en valores. © Actividades sociales y de ocio: actividades de tiempo libre, cultura- les, de apoyo mutuo. ‘© Laparticipacién en actividades creativas: teatro, pintura, escultura... + La participacién en actividades sociales que promuevan el humor. La resiliencia es tuna actitud y una capacidad para hacer frente a la adversidad: es, por tanto, un potencial de esperanza que facilita recur- sos para recuperarse de situaciones dificiles e incluso trauméticas. En el caso de los nifios y nifias, es posible generarla cuando en su entorno encuentran adultos que les entregan afectividad y posibilidades de en- contrar nuevo sentido a su experiencia. Estos adultos significativos constituyen verdaderos «tutores de re- silienciay (Cyrulnik, B. 2001, 2008) por la calidad del apoyo afectivo e instrumental que aportan a los niftos y nifias. Este apoyo puede com- pensar las carencias afectivas y de cuidados de las madres 0 padres con diferentes grados de incompetencias parentales. Estas personas son tutores o tutoras de resiliencia porque aclemas generan conversaciones con los nifios y nifias que les permiten encontrar nuevos significados a las circunstancias que provocan sus sufrimientos, disminuyendo la culpabilidad y la vergiienza provocadas por lo que les acontece. Esto puede permitir a elaboracién delos aspectos traumaticos de las caren- ccias afectivas y el dolor de los malos tratos y los abusos. El impacto terapéutico de la labor de los profesionales y no profe- sionales que asumen la tarea de ser tutores o tutoras de resiliencia de nifios y nifias lo hemos podido comprobar en nuestras experiencias con poblaciones infantiles muy variadas, por ejemplo: en nifios y nifias hijos de refugiados supervivientes de la guerra, de la represin politica y de la tortura de sus padres, tanto en paises latinoamericanos 0 africanos como en patses del este de Europa. También en nifios y nifias residentes en barrios desfavorecidos en Colombia, Bruselas 0 Barcelona, asi como 25 enel caso de nifios y niffas afectados por la violencia conyugal o victi- mas de negligencia, malos tratos fisicos y abusos sexuales, consecuen- cia de incompetencias cr6nicas y severas de sus progenitores. Del grupo de profesionales que desempefian de una forma implicita © explicita esta funcién merecen una menciGn especial los profesores Y profesoras. Somos testigos de muchos casos en los que niifios y nifias exiliados y duramente golpeados -junto con sus padres por situacio- nes de guerra o persecticiones, u otros afectados por la violencia intra- familiar, han podido superar las consecuencias trauméticas de estas experiencias gracias al apoyo reparador que encontraron en la zelacién ‘con una maestra o maestro en su escuela o un profesor o profesora en su colegio, liceo 0 instituto. Estas personas, sin pretender ser sustitutos parentales, lograron, através de su carifio y coherencia educativa, comunicarles su compren- siGn por las injusticias que les habfan hecho o les hacian sufrir, solida- ridad y mensajes de confianza incondicional en las capacidades de los nifios y nifias, todo ello a través de la valoracién de sus esfuerzos y del reconocimiento de sus recursos y competencias. RESILIENCIA INFANTIL PRIMARIA O SECUNDARIA La resiliencia primaria corresponde a la capacidad de una perso- na para sobreponerse a los desafios y adversidades de la vida, gracias a que sus progenitores u otros adultos significativos han satisfecho sus necesidades, les han educado y les han protegido respetandoles como sujetos legitimos. En este sentido son particularmente importantes los tres primeros aftos de vida, cuando la maduracién, organizacion y de- sarrollo del cerebro y la mente infantil se van conformando gracias a los buenos tratos. La manifestacién mas importante de esto es el de- sarrollo de un apego sano o seguro como resultado de los cuidados, estimulacién, proteccién y afecto que las figuras de apego primario, en especial la madre, proporcionan a sus hijos e hijas. Los estudios so- bre el impacto positivo de los buenos tratos sobre el desarrollo infantil ‘nos ponen en contacto con los ingredientes de la resiliencia primaria. Es decir, un apego seguro, empatia, habilidades, conocimientos, destre- zas y comportamientos sociales altruistas, a través de los cuales los nifios y nifias van ganando competencias de todo tipo hasta alcanzar 6 su madurez. Este desarrollo sano es lo que proporcionaré a los nifios y alos adolescentes la capacidad de afrontar experiencias dificiles y traumas de diferentes tipos sin dafiarse irremediablemente. Esto les permitira ademas adquirir las competencias basicas para el ejercicio, en el futuro, de tareas tan complejas como la de ser made o padre. Nuestras experiencias y las investigaciones de otros nos permiten afirmar sin ninguna duda que los hijos e hijas de padres y madres suficientemente competentes, al desarrollar esta resiliencia prima- ria, pueden afrontar mejor el contenido traumético de los contextos de pobreza y de la violencia organizada de las guerras, las represiones politicas 0 las persecuciones sexistas, religiosas o de otro género. Esto no les evita el sufrimiento y el dario, pero los capacita para seguir cre- ciendo y desarrollandose, integrando incluso estas experiencias difici- les de tina forma constructiva. Por Jo tanto, la resiliencia primaria que presentan los nifios y ni- fas es el resultado de los aportes afectivos, educativos y socializadores ofrecidos por sus madres y padres u otros adultos significativos. Esto es lo que garantiza un desarrollo infantil sano, la adquisicién de un concepto de sf mismos y de una autoestima que les haga sentir, atin en circunstancias dificiles, personas dignas, valiosas y con derecho a ser respetadas y ayudadas. Por esta razén, como ya hemos sefialado, las madres y padres competentes pueden ser, ademés de tutores de desarrollo, tutores de resiliencia primaria para sus hijos e hijas (Cyrulnik, B, 2001; Barudy, J. y Dantagnan, M., 2005). Laresiliencia secundaria corresponde a la capacidad de una perso- na de sobreponerse a los desafios y adversidades de la vida gracias al apoyo afectivo y social de sus «tutores o tutoras de resiliencia»,a pesar de haber vivido experiencias de malos tratos en el inicio de su infancia. El ejemplo que a continuacién exponemos, nos permite ilustrar lo que significa ser tutor o tutora de resiliencia de un nifio o nifia: «Se trata de un nifio o nifia que esté obligado a sobrevivir en un rio que le arrastra y le conduce en una direccién que 61 no ha celegido. La corriente es tan fuerte a veces que no sélo le produce heridas y magulladuras, sino que le provoca la angustia dela po- sibilidad deno poder mantenerse a flote y ahogarse. Para no hun- a7

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