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Paidds Estética
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lentes datos a difusion@editoralpaidos.com.ar
Nombre y apelido, profesin y dteccisn de e-ri
George Dickie
EL CIRCULO DEL ARTE
Una teoria del arte
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PAIDOS
ines ee Basin Misco
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Ono+SUMARIO
Prefacio
L
2,
3,
4
5
6.
Introdueci6n
Primera pate. La filosofia del arte
Segunda parte. La teorfa institucior
. Danto y el renacimiento de la teoria ..
Epilogo: reflexiones sobre la filosofia del arte
cr
13,
7
29
47
73
101
125
151Estoy agradecido a Kendall D’Andrade, Ernest Force, Michael
Kelly, Benita Kitching y Judy Walter, que fueron miembros de mi
seminario de estética dirigido a akumnos graduados de 1977, y que
estudiaron conmigo las muchas criticas que se hicieron a Art and
the Aesthetic
Agradezco a Peggy Brand, Bobbie Gene Christensen, Steve Ko-
valec, Vicki Limas, Allan Nelson, Richard Reed y Donald Stahl, que
fueron miembros de mi seminario de estética para graduados de
1980 y que leyeron y criticaron un versién anterior de El circulo
del arte. Debo agradecer de modo especial a Alan Nelson y Sieve
Kovalec sus ctiticas, especialmente vigorosas y stiles.
El tiempo necesario para escribir la primera versién de este li-
bro-en 1978-1979 fue posible gracias a un permiso sabitico de la
Universidad de Mlinois y a una beca John Simon Guggenheim,
Groce Dickie
Wilmette, I
ois
1. INTRODUCCION:
PRIMPRA PARTE, LA FILOSOBIA DEL ARTE
Filosofar sobre la naturaleza del arte empieza, como tantas otras
cosas en filosoffa, con Plat6n. Teorizar acerca del arte nunca fue
una preocupaciéa central para Plat6n, sino un medio para un fin
mayor y mas importante para él. En la Repiiblica, por ejeeaplo, Pla-
t6n considera necesario decir algo acerca del arte, ya que piensa
que éste tiene efectos peligrosos en las personas, y en dicha obra
Jo que le interesa es la organizaciGn de la gente en una sociedad
ideal. En general, los filésofos, hasta hace muy poco, han seguido
el ejemplo de Platén y no han hecho de la filosofia del arte el cen-
to de su atencién. Tanto lo poco que Platén dijo acerca del arte
como el método filoséfico que usé han tenido, sin embargo, efec-
tos duraderos en el pensamiento filos6fico sobre el arte,
Lo que Platén dijo sobre el arte es que el arte es imitaci6n, Esta
afirmaci6n no puede ser una definicién de artes, dado que si se
trata como una definici6n, identifica el arte con Ia imitacin, pero
‘no toda imitacion es arte. La afirmaci6n de Plat6n es, en el mejor
de los casos, una definicion parcial, es decir, la aseveracion de que
Ja imitaci6n es una condicién necesaria para que algo sea arte. Si
1 hubiese tenido un interés te6rico centual en el arte,
habria tatado de especificar una segunda condi
to de condiciones ulteriores que distinguirian aquellas imitaciones
que son arte de aquellas que no fo son. Si hubiese hecho esta ¢s-
pecificacion, entonces tendsfamos una plat6nica del arte,Lo que le interesaba a Plat6n en la Repeiblica era mostrar cémo
Ja naturaleza del arte justifica su severa actitud hacia éste y los es-
tictos controles que queria establecer sobre el'mismo. Que una
obra de arte es una imitactén constituye para Plat6n un tipo de de-
fecto. Una pintura de una silla es menos real que la silla de la que
es pintura, dado que esta alejada un nivel de la silla. Ademés, se-
gin Plat6n, una silla es un objeto del mundo de los sentidos y ex-
perimenta un cambio constante, La Forma de la silla, por el con-
taro, es un objeto del reino ideal y es eterna e inmutable. Para
Platén, una silla es, pues, menos real que su Forma, Platén habla
de objetos fisicos (sillas y mesas) como
no espaciales, intermporales
cuencia, una pintura de una silla 0 de cualquier otra cosa est dos
veces alejada de la realidad platonica —el mundo de las Formas—;
una pintura es, por lo tanto, doblemente defectuosa. Lo que Pla-
'6n podria haber observado, pero no lo hizo, es que las obras de
arte, como cualquier ora cosa del mundo de los sentidos, estén di-
rectam ‘acionadas con las Formas. Una obra de arte tiene
que -imitar la Forma del Arte y la Forma de la Imitaci6n, dado que
5 un ejemplar tanto del arte como de la imitacién. Aunque una
obra de arte tiene esta relacién més directa con las Formas (segiin
la teoria de Plat6n), seguiria teniendo un acceso mis sinuoso a las
Formas a través de lo que representa en el mundo de los sentidos.
PlatOn, decidido a crticar el arte, consideraria sin duda este cami-
fo tortuoso a través del mundo de los sentidos como un defect
para el arte. Ademds de este defecto metafisico, hay otro proble-
ma con el arte segtin Platén, para quien la creaci6n y la transmi-
si6n del arte implican de modo inherente emoci6n, y esta relacién
da lugar a efectos peligrosos en los espectadores. Plat6n tiene, por
ello, dos razones para justificar su severa actitud hacia el arte y su
defensa de establecer contoles rigurosos sobre el mismo,
La autoridad de Paton fij6 la teoria del arte como imitacin en
tas mentes de casi todo el mundo como la explicacién correcta du-
rante mas de 2000 afios, 0 quizd fue sélo la falta de interés en la
filosofia de! arte lo que permitié que tal explicacién, claramente
inadecuada, se convistiese en la opinién admitida sobre la natura-
“4
Jeza del arte. La teoria del arte como imitacién, con todas sus in-
iencias, ha estado, pues, presente, influyendo en el pensa-
iento sobre el arte durante mucho tiempo. De todos modos, no
est claro que todos los fildsofos hayan sostenido realmente la teo-
tia del arte como imitacién de un modo completamente cons-
ciente. La teorfa de Ja imitacién del arte ha estado -en el ambien-
te» durante mucho tiempo, sin ser examinada, defendida, o incluso
pensada seriamente. it
El modo platénico de filosofar acerca del arte (y otras cosas)
ha tenido una influencia mas generalizada y duradera que
de que el arte es una imitaci6n. El modo platénico de sac
clusiones filoséficas tiene como base la intuici
de las Formas. Esta intuici6n tiene dos vert
completa y una intuici6n incompleta. La intuicién incom,
rre cuando alguien tiene la intuici6n suficiente de fa naturaleza de
una Forma como para saber que uria definicién propuesta de jus-
¢5 inadecuada. Por ejemplo, la capacidad para ver que una
definicién que se propone de -justicia- es imperfecia presupone al-
guna intwicidn de la naturaleza de la Forma de Justicia, aunque no
necesariamente una intuicién suficiente para dar una definicién co-
recta de La aptitud para ver que un contraejemplo para
iuici6n completa ocure cuando alguien tiene la
Giente de la naturaleza de una Forma para saber que la definicion
propuesta es adecuada, Por ejemplo, la capacidad para ver que
una definicién propuesta de -justiciar es correcta presupone la in-
uicién completa de la naturaleza de la Forma de Justicia. Suppues-
tamente, lo que depara el método de Platén cuando se logra Ja in-
‘én completa es el conocimiento de la esencia real de una cosa.
jetende ser el fundamento de la
na sociedad justa en la Repiiblica.
método de Plat6n de buscar definiciones que revelen las
esencias por medio de la reflexidn filos6fica se convirti6 en el de
muchos filésofos. Cuando, n el siglo xx, algunos fi-
\6sofos empezaron a pensar seriamiente sobre la naturaleza del arte,
15Mmedio de la reflexion filosofica. La primera que cuestion6 la
fa de la imitaci6n fue la ceoria del arte como expresiGn. Es ir6-
na de las cosas que PlatGn afiemé como un rasgo inmnu-
‘como socialmente peligroso —su co-
Sep bion inhercote con la emociin— fuese z en lo que
Ce cic la te, Estos teéricos
2 que la expresién de emociones era la
ficia del arte. Si las teorias expresionistas tuvieron mas éxito
icos sostuvier
imitacién ego 2 su fin en el siglo xxx,
teorias de Ia esencia del arte. Lo que
los filésofos del arte buscaban la
ismo €s que, simplemente, tomaron un rasgo del arte
se destacaba 0 consideraron la imaginacién en un momento
rico determinado como del ante. Asi, rasgos transi-
fos del arte quedaron congelados en definiciones y se hicieron
as,
6n es lo que impugnaron primero Paul Ziff y después Morris
en fos afios cincuenta del siglo xx Ambos nos instan a exa
fies que extraen son que no hay esencia del arte y, por ello, que
ee: puede darse ninguna définiciGn de -arte- del tipo tradicional.
19 parte de sus conclusiones, estin de acuerdo en que no hay
‘onjunto de condiciones imprescindibles para
algo sea arte: no hay ninguna esencia que compartan todas,
oposicin de Ziff/Weitz al anterior método platénico de
eorizar acerca del arte es importante e iluminadora. Sin em-
| capinto contene una extensa explicaisn y entice dels visiones de 2fy
bargo, sus conclusiones de que no hay ninguna condicién nece-
saria del are y, en consecuencia, de que no puede haber ninguna
definicion de -arte- en términos de condiciones necesarias y sufi-
clientes requiere de un examen cuidadoso. Puede que no haya nin=
guna esencia platénica que fie y defina el -arte- y que pueda ser
descubierta por la reflexién o la intuici6n filos6ficas, pero esto no
significa que no podamos descubrir condiciones necesarias y sufi-
cientes del arte por medio de una atencién cuidadosa a esas acti-
vidades humanas que son las artes. La teoria institucional ¢s un in-
tento de formular tales condiciones para el arte
Las tedrias tradicionales del arte son demasiado simples y e5-
tan concentradas en un ambito muy reducido. La teotia de la imi-
taciGn se centra simplemente en el tema, aunque claramente im
plica un creador del arte, La teorfa de la expresin esta centrada en
el artista, La teoria de ia imitaci6n sitia la obra de arte dentro de
una zed doble, entre el artista y el tema. La teoria de la expresion
sitia la obra de arte en una relacién tinica con un artista. Las sub-
siguientes teorias del arte colocan la obra de arte en redes simples
semejantes de relaciones, La teoria institucional trata de situar la
obra de arte dentro de una red milltiple de mucha mayor comple-
fidad que cuanto afrontaron las teorias anteriores. Pasemos ahora a
una exposici6n preliminar de la teoria institucional.
SEGUNDA PARTE, LA TEORIA INSTITUCIONAL DEL ARTE
Ahord considero errénea en muchos de sus detalles la versign
de la teoria institucional que fue desarrollada durante varios afios y
que fue expuesta de un modo completo en los capitulos Ty VI de
Art and the Aesthetic. Creo, sin embargo, que la aproxima
tucional a la comprensién del arte ¢s viable. Por aproximacién ins-
tinucional entiendo la idea de que las obras de arte son arte como
resultado de la posicién que ocupan dentro de un marco 0 comex-
10 institucional. La teoria institucional es, pues, una suerte de teoria
contezctwal. Todas, 0 casi todas las teorfas tradicionales
como sugeriré en el capitulo TY, teorias contextuales de u‘otro, Una dificultad omnipresente en las teorfas tradicionales es que
Jos contextos que implican son demasiado -tenues- para ser sufi-
En este libro trato de presentar una versiOn revisada de la
teorfa institucional en la que los defectos de la version anterior e3-
‘én corregidos y que proporciona un contexto suficientemente «clen-
80 para hacer el trabajo. Me doy cuenta de la imposibilidad précti-
ca de probar una tesis filoséfica positiva que se desarrolle en todos
sus detalles. Aun ast, espero que los argumentos e intuiciones que
se avanzan en el libro proporcionen el apoyo suficiente para hacer
ta teoria institucional lo suficientemente crefble como para que sea
en setio,
hecho de que haya caido en la cuenta de la necesidad de re~
visar tl teorfa es, en gran parte, resultado de las objeciones plantea-
das por sus criticos, La mayor parte de los cambios son resultado de
haber tenido en cuenta, de modo consciente, las criticas de Monroe
Beardsley, Timothy Binkley, Ted Cohen, James Fletcher, Peter Kivy,
Colin Lyas, Robert Schultz, Kendall Walton y Jeffrey Wieand. Algu-
nos de los cambios son, sin duda, resultado de los comentarios de
cerfticos que he tenido en cuenta de un modo menos consciente. Es-
toy agradecido a todos ellos.
Antes de indicar de modo general lo que van a
bios en la teorfa, seré util, primero,
da de la antigua versiGn de Ia teoria institucional del arte tal como
aparecia en Art and the Aesthetic, y, después, sefialar algunas ter-
giversaciories de aspectos de la versién anterior, algunas de las cua-
les podrian repetisse con la nueva versi6n, 2 menos que nos anti-
cipemos a cllas. Algunas de estas malas interpretaciones se deben
simplemente a una mala lectura, pero muchas se deben probable-
mente a la falta de claridad de mi escritura.
resumida de la versiGn antigua puede comenzar
n de sobra de arte» que se dio en Artand the Aesthetic
los cam-
una exposicién resumi-
Una obra de arte en sentido clasificatorio es i) un artefacto y 2)
un conjunto de cuyos aspectos le ha conferido el estatus de ser can-
didato para la apreciacisn por alguna persona o personas que ac-
‘an de parte de una cierta institucién social (el mundo del arte.
mino. Algunas teorfas tradicionales incorporan va-
lor a la noci6n de arte. Aunque no niego que -arte: y obra de acer
puedan usarse de modo evaluativo, creo que hay una teoria del
arte més basica, clasificatoria, que hay que desarrollar.
En segundo lugar, la primera condicién del arte especificada
por la definicién es la artefactualidad, Como anotabamos antes, Ziff
¥ Weitz niegan que haya condicién alguna que sea necesaria para
‘que algo sea arte; especificamente niegan que ser un artefacto sea
requerido para que algo sea arte, Su rechazo de Ja artefactualidad
parece oponerse abiertamente a todas (o pricticamente todas) las
teorias wadicionales del arte, ademas de a la opinién ordinaria que
tiene la gente en general, La teorfa institucional trata, en este caso,
de defender la opini6n ordinaria
En tercer lugar, la segunda condicién del arte especificada por
la definicién se supone que distingue aquellos artefactos que son
obras de arte de la multitud de artefactos que no son arte. Apro:
ximadamente, lo que esta condici6n dice es que las obras de arte
son aquellos artefactos que tienen un conjunto de propiedades que
hhan adquirido un cierto estatus dentro de un marco institucional
particular lamado -el mundo del arte-. Ademas, la definicion afir
ma que este estatus se adquiere al ser conferido por alguien y que
es conferido por alguien que actia de parte de! mundo del arte.
Veamos ahora las tergiversaciones de la versi6n antigua de la
ional. Algunos lectores —pocos— malinterpretaron
usase la expresi6n -
Recanati, Francoise (1981) "Del Signo A La Enunciación", en La Transparencia y La Enunciación. Introducción A La Pragmática. Buenos Aires, Hachette PDF