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’ Hebe Tizio coordinadora Reinventar el vinculo educativo: aportaciones de la Pedagogia Social y del Psicoanalisis Peers Roe eel 4 2S o 6 ef 5 ry ri 3 é i = i=) =| = a ES iB Reinventar el vinculo educativo: aportaciones de la Pedagogia Social y del Psicoanalisis Violeta Nunez Pedagogia social y trabajo social BIBLIOTECA de EDUCACION Nuevos Emprendedores Gutmann, Joanna Forsyth, Patrick Havard, Bob Fisher, John Harrison, Nigel Fisher, John G. Young, Trevor L. Forsyth, Patrick Westwood, John Bradbury, Andrew Maitland, lain Barker, Alan Smith, Jane Caunt, John ‘Svantesson, Ingemar Oliver, David Sampson, Eleri Forsyth, Patrick Cémo aprovechar el tiempo de las reuniones Cémo desarroltar un plan de negocios Fundamentos del camercio electrinico Conga en ts Formacién y promocién del personal Métodos de evaluacién del rendimiento Cémo superar a la competencia Cémo mejorar el rendimiento de sus empleados ‘Cémo organizar wn buen congreso Gestione bien sus proyectos ‘Cémo motivar a la gente Como crear un plan de marketing Desarrolle sus hi iEscriba esa Cémo mejorar la comunicacién Cémo delegar responsabilidades Eleve su autoestima Mapas de aprendizaje y técnicas de memorizacién Cémo negociar eficazmente Construya su marca personal Informes y propuestas eficaces El lider eficiente Sea su propio jefe Cémo administrar su tempo Reinventar el vinculo educativo: aportaciones de la Pedagogia Social y del Psicoanalisis Hebe Tizio coordinadora Diseno de cubierta: Sebastisn Puiggrés Derechos reservados para todas las ediciones en castellano Fax 93 253.09 05 correo electrénico: gedisa@gedisa.com http: /wwwgedisa.com ISBN: 84-7432.876-4 Depésito legal: B-44111-2005 European Printed by Publidisa Impreso en Espaiia ana de la obra Indice \cias: El sujeto de la educacién y oferta educativa Encarna Medel 1 sujeto de la educacién, Condiciones previas 3. Un nuevo pacto con lo social: el caso B Notas . Bibliografia : 2.2, Bl sujeto de la educacién, un lugar que se consteuye Miquel Leo 1. Los tiempos de la oferta. El caso N. 2. Las palabras de los otros Nota rial Intercambios -.... 00 Experiencias: Modalidades del vinculo educativo: sostener la apuesia, albergar lo inesperad Miquel Leo/Segundo Moyano . 1. Una relacion asimétrica y mediada . 2. La apuesta educativa, un contraejemplo 3. Elcaso del miltiple interés por la filosofia Nota. Intercambios Experiencias: Trabajo educativo con adolescentes Encarna Medel. z 1. Una posicién paraddjica y sus derivas 2. Apostar y confiar . 3. La autoridad del educador . 4. Volver a confiar en alguien: el caso de A Notas Intercambios sino mas bien a quienes lo educan... La educacién constituye los meandros por los que se deambula antes de ir directamente al mundo, ser nifio es vivir en un mundo protegido, donde es posible (y necesario) equivocarse y aprender. Se advierte aqui la proximidad con los planteos de Hannah Arendt (1996: 200): Normalmente, el nifio entra en el mundo cuando empieza a ir a la escuela, Pero la escuela no es el mundo, ni debe pretender serlo, ya que ¢8 la institucién que interponemos entre el campo privado del hogor y el mundo, para que sea posible la transicion de la familia al mundo. Ouien exige la asistencia a la escuela no es la familia, sino el Estado, es el mundo piblico, y por consiguiente, en relacién con el nifio, la a viene a representar al mundo en cierto sentido, aunque no sea de verdad el mundo. Dice Alain: elas sumas mal hechas no arruinan a nadie», el suje- to puede equivocarse y volver a empezar. La educacién esté lejos del mundo adulto de! trabajo porque es el momento de la paciencia, el «momento del ocio»,"° el momento en que no urgen ni el tiempo ni las cosas. El lugar del educador es el de garante de actividades pensadas para que los nifios resuelvan progresivamente las dificultades de las grandes areas de estudio," Alain plantea al respecto que «la eleccién ya esta hecha. Creo que Napoleén expresé en dos palabras todo lo que el hombre debe saber lo mejor posible: geometria y latins. Es bueno, apostilla Jean Chateau, que un Alain venga a veces a recordar brutalmente a los pedagogos ingenuos que «la elecci6n ya esta hechay... En efecto, sefiala que lo que todo nifio necesita es el ebautismo humanos (entrar al mundo que le espera), y las di nas que importan son las que mejor permiten al nifio asegurar su dominio sobre sy su poder saber sobre el mundo. No se puede dar- lea elegir entre lo que ignora. Sin duda, aquf aparece el tema de la responsabilidad de los adultos, tanto en Jo que hace a la sancién so- cial de los contenidos educativos como a la organizacién y transmi- sion de los mismos, que recae de manera directa en los agentes edu- cativos, Se ponen en juego los saberes que configuran un patrimonio (la eleceién ya hecha) que, de alguna manera, se debe (en un senti- do ético) transmitir Propone comenzar y continuar con lectura y escritura (el poleénico), aritmética y geometria: «poca ciencia pero buena cien- cla», Hay que tomarse tiempo" y ser como los profesores de piano: nunca les sorprende que el nifio aprenda tan pocas cosas en una hora... En lugar de pretender una ensefianza a toda marcha, que es ilusoria -en realidad, es todo un tiempo (de infancia) perdido... Indica Alain que hay que volver a los antiguos. Lo que le hace fal- ta al nifio no es la tiltima palabra de los hombres, sino la primera, Partir de los antiguos, comenta Chateau, es cuidar de la esperanza. Porque el nifo necesita un por-venir, debe acudirse a los antiguos (estas consideraciones las encontraremos también en los textos de Maria Zambrano). Lo que debe penetrar es el espiritu cientifico, no los contenidos abrumadores de la ciencia de hoy (que, por otro Jado, promete el facil acceso desde las redes teleméticas...). Es pre- ferible entender cémo se hace y como funciona una polea o una pa Janca, pues estan en el nivel de entendimiento y de error del nifio. Hay que «graduar la experiencia y esto es el arte de instruir». En sin- tesis, corresponde al agente de la educacién (partiendo de las prime ras voces en las que la humanidad se reconoce), graduar las expe- riencias que seré conveniente que cada niifo resuelva a lo largo del trabajo de apropiarse de la cultura. De ordinario, concibo la clase como un lugar donde el maestro ape- ras trabaja y donde el nifio trabaja mucho. Nada, pues, de esas k res que caen como la lluvia (...] sino los nifios leyendo, escribiendo, cal: culando, dibujando, recitando, copiando y volviendo a copiar Las prescripciones de Alain se orientan tanto a la ensefianza de Jas ciencias como de las humanidades. ¥ aqui también se ha de vol- ver alos antiguos. Hay que aprender a leer; a leer de prisa; a leer sin cesar; a releer; a leer por Io t leer con Ia vista: «a leer Fécil- mente, vivamente, sin esfuerzo, de modo que el espititu se despren- da de la letra y pueda atender al sentido». De manera tal que el nifio 26 se aficione a la lectura ¢Cémo? La condicién es que el libro sea siempre «el directors y los educadores «los adjuntos del libro». De lo que se trata es de la invencién de técnicas para que el nifio lea y se aficione a la lectura: «Si el maestro se calla, y si los nifios leen, todo marcha». Chateau insiste en que, para Alain, de lo que se trata, es de leer y releer, porque es éste el conocimiento que civiliza verdaderamente: «La literatura es buena para todos, y sin duda mas necesaria al mas grosero, al més obtuso, al mas indiferente, al mas violento». Lo que no puede plantearse es que el nifio no entender a los grandes auto- res, pues la poesfa, que es la que ha de venir en primer lugar, prepara con su sonido y su ritmo. El nifio ha de escuchar, para que la armo- fa cle la lengua y de la mésica lo conquiste. Dice el pedagogo: «Tengo una idea extraiia, muy alejada de lo que se dice cominmente sobre el particular [...] segéin la cual lo que es hermoso para todos es, jus- tamente, lo que parece haber sido escrito para cada uno» Estas premisas de Alain son una metéfora del acto educativo: no importa que se atrape con inmediatez el aleance de un texto (oral 0 escrito) que se pretende transmitir. No se trata de apresar, aprisio- nar, los sentidos que de él puedan inferirse. Antes bien, se trata de invertir Ja posicién: dejarse prender por la entonacién, por la mtisi- ca, por lo inescrutable, por los misterios, por el no sé (atin) de qué se trata... Cuando alguien es capturado/cautivado por algo de la cultue ra, algo encuentra y lo encuentra como si ello lo estuviera esperan- do desde siempre... El vinculo educativo no es sino lo que permite este sutil desvelamiento: es posible resolver algo dificil que Ia cultu- ra encierra, algo enigmatico, que parece haber sido guardado, des- de el inicio, para cada uno. Es preciso leer los grandes libros veinte y treinta veces, ey si la lima lectura es agradable, Ja primera, en cambio, resulta ingrata y dificil», El nifio no comprender4 en seguida, pero puede ser con- quistado por el texto. Alain ubica al recitado y a la copia de bellos textos en un primer lugar La escritura es una disciplina. Pero no se trata de escribir siem- pre del mismo modo. Copia, dictado, confeceién laboriosa y lenta de las frases, son ejercicios que preparan para escribir mas tarde textos consistentes 4, Amodo de cierre Desde distintos discursos, en diferentes momentos hist6ricos, de Sécrates a Comenio (como nos lo recuerda Luzuriaga), de Féneton a Vives 0 a Alain, se encuentran referencias que reaparecen en las definiciones de educacién del comienzo del capitulo. Se trata de elementos que puntiian las cond marcan la posibilidad de establecer un vinculo intergeneracional para que algo de la cultura se vivifique y perdure, de la manera en que suelen perdurar estas cosas: transformadas. Porque el vinculo educativo, y en todo caso ésta es una hipétesis que se ir desplegando a lo largo del libro, no es algo que se esta- blezca de una vez y para siempre entre un agente y un sujeto de la educacién. Bien por el contrario, se trata de un i vez slo una mirada, pero que deja su marca, Y éste es el descubrimiento: el vinculo educativo no es del orden de lo estable. Acto en el que uno reconoce al otro como un nuevo humano, digno de confianza, del que algo se espera, en la medida en que se Je muestra algo de la primera palabra de los hombres, para aprender aleerla y a escribirla, Es probable que haya personas que jams se hayan apercibido de esta aventura incomparable de saber que les ha sido dado un pase, y que de ellos depende el alcance de los trayectos que vayan a realizar, a partir del pase inicial. Un primer pase autoriza a otros, més 0 menos audaces. Asi, el vinculo educativo, tal vez no sea ajeno a los avatares de la propia palabra vinculo. En efecto, desde su origen etimolégico vin- culum, «atadura», la palabra realiza un curioso recorrido. En sus comienzos, vinclo indica anillo o joya de forma anillada, Designé en particular alguna de forma anular, que se usaba en los nifios;"* de allf el deslizamiento, en lengua portuguesa: brinco, brincar, «jugar retozar, bromear»; en castellano: ebrinear como nifios». Son tres, pues, las referencias que nosotros vamos a tomar en re- laci6n a esta idea del vinculo educativo como instantes que dejan su marca en el tiempo: atadura, joya, saltar o jugar. Elvinculo educative como atadura Sin duda el vinculo de la educacién ata a un destino humano: a ser, inexorablemente, seres de cultura, seres de lenguaje. Inscrito en el mundo simbdlico, en la serie de las generaciones, cada suje~ to, ha de buscar su lugar propio, ha de hacer su juego. Determina- ygencia van amudando los itinerarios que cada quien realiza. El vinculo educativo puede jugar, si se juega bien, como una plataforma de lanzamiento a lo nuevo, a lo por-venit: Si se jue- ga bien: si abre el transito de lo viejo a Jo nuevo; si se instala en la paradoja de sujetar para permitir que cada cual se lance a sus pro- pias brisquedas. El vinculo que ata es un instante: el que deja su marca. Momento en el que el sujeto despierta a los posibles de un mundo por-venir, Despierta por cuanto vislumbra la confianza con a que cl mundo (el que fue, el que es), le esté siendo, finalmente, ensefiado, El vinculo educative como joya El vinculo educativo es una joya. Una joya cuyo brillo es entre- visto, El educador la ensefa: he alli su mérito, El educador que se presta a establecer un vinculo educativo con sus educandos; el edu- cador que, en palabras de Maria Zambrano, no dimite; es aquél que apenas hace entrever el brillo del tesoro de las generaciones. El edu- cador que acepta el reto de establecer un vinculo educative da el tiempo para aprehender algo de lo que esté en espera, de lo que des- de el comienzo de los tiempos del hombre nos aguarda, a cada uno. 'Y da también Ia palabra, para que cada uno pueda formularse su pregunta sobre el mundo. Elvinculo educativo como salto y juego El vinculo educativo deviene ast una promesa Se puede recordar la vieja cancién infantil [..J déjenla sola, solita y sols, aque la quiero ver by saltar y brinear, andar por los aires ¥y moverse con mui Déjenla sola, sol tiempo otro: libertad. El juego que todos juegan, aun sin saberlo, El juego gue lanza al incierto aire ~jubilosamente- y, a la vez, enfrenta a la soledad de ser responsables de los mot que acabarn dibujando, para cada tino, su part Se puede definir asf el vinculo ed Jas generaciones; ya que teje cesarios entre éstas. Cada quien los usaré en la aventura inédita de su pr . $i el educador es un BUEN educador, seré para el, sujeto aquel que lo ha puesto en contacto con el mundo y no ha pretendido ahorrarle sus vicisitudes, aunque si le ha dado ‘buenos instrumentos para sopor : El vinculo educativo habita el lugar mismo de la paradoja de los tiempos de la educacién, a saber: lo fugaz que deja su marca. Hay algo de la magia de Tolkien en tal trabajo, y mucho del em- pecinamiento de Alain y de las aventuras de Mentor. Para concluir, se evocaré la palabra de Marfa Zambrano, en al- gunos de los pérrafos del texto La mediacién del maesiro: Y todo depende de lo que suceda en est fe que abre la clase cada dia. De que en este enfrentarse de maestro y alumnos no se pro- ica la dimisi6n de ninguna de las partes. De que el maestro no dimi- ta arrastrado por el vértigo que acomete cuando se esté solo, en un pla- lencio del aula. Y de no que se defienda tampoco del taré al maestro a querer falacidad a ser une entre ellos, a protegerse refugiindose en una do camaraderfa, Y la reacci6n defensiva le conduce a dar por ya hecho Jo que de hacerse ha. Pues que una leccidn ha de darse en estado naciente. Se trata en la transmisién oral del conocimiento de un doble despertar, de una con- fluencia del saber y del no-sabertodavia. [...] Pues que el alumno co- mienza a serlo cuando se le revela la pregunta que lleva dentro, agaza- pada, ala pregunta que es, al ser formulada, el inicio del despertar de la rmadurez, la expresin misma de la libertad, 'No tener maestro ¢s no tener a quign preguntar y més hondamente preguntarse. Quedar encerrado deniro del smo; un espac :mpo vibrante y calmo; un despertar sin sobresaltos. Y es el jue lo hace surgir, haciendo sentir al alumno que dolo de la ignorancia densa donde la pregunta se agazapa, de ese ti 1 el temor gue dispara la violencia, Pues wrarse en la agresividad, la del Minotauro en Tgno- rancia y saber circular, se despiertan 1e del maestro y del alumno que s6lo entonces comienza a ser discipulo. No es casual introducir aqui, y a modo de cierre provisional, Ia palabra de k cativo entrelaza lo azaroso del recuerd« esta manera las posibilidades de lo inéd Notas Nova Terra, pig. 18, 6. Durkheim, E.: (1990): Educacién y sociologia, Barcelona, Peninsula, pie. 187, 7. Alain: «Elemento: Acuarela libros. el pasado pags, 188 y ss. 10. Tal ha sido la importancia de esta figura, ‘mentor: pasa de nombre propio a nombre comt ceptor 0 consejero. 1. Lorenzo Luzuriaga, profesor de la Institucién Libre de Ensefianza LLLE,), se exilia en el ao 1939, al perder la Espaia de la Reptblica an blevacién fascista, Exiliado en la Argentina, fue profesor en di dades del pais, a la vez que promotor de numerosas iniciativas dagégicas. Entre ellas cabe destacar Ia fundacién de la Editorial Losada. 12. Tratado de la enseftanza, Libro segundo, «Las escuelas>. 13, Niinez, V, (1999): Pedagogia social: cartas para navegar en el nuevo i= Ienia, Buenos Aires, Santillana, 14, Vid. Levi-Strauss, C. (1992): Tistes erdpicos, Barcelona, Paid6s. 15, Si se recuerda, Ia etimologia de ocio (otivam) remite a escuela, lugar donde el intelecto puede dedicarse al gace de sus potencialidades: ocupacién. ‘en obras de ingenio, La negacién d el negocio. 16. Este planteamiento evoca las propuestas de Marfa Montessori (1870. 1952), en relacidn con la necesidad de actividad por parte del sujeto y la indi- vidualizacién de la ensefianza. 17, El tiempo (se vera mas adelante, al comentar los textos de Marfa Zam- brano) es la urdimbre sobre la que se entretejen los actos de la educacién. 18, Segdn Corominas (de cuyo Diccionario erttico etimolégico se extraen estas referencias), se trata de una joya que pervive atin en las tradiciones de clertas familias, que regalan al recién nacido un aro de plata del que pende al- ‘uno de los artilugios, propios ce un bebs, para chupar o morder. 19. Fil6sofa que en sus exilios fue prodigando sus ensefianzas. Al Espa, nuevamente democratica, recibi6, en abril de 1989, el Premio tes, y muri un afio después. para designar a un guia, pre- Bibliografia Arendt, H. (1996): Entre el pasado y el futuro. Barcelona, Penfnsula. chats Los grandes pedagogos. México, FCE. Durkheim, B. (1990): Educacién y sociologia. Barcelona, Peninsula. Fenelon (1985): Las aventuras de Telémaco. México, Portia Claridad, de la eduet Tumurlaga, L, (1966): La ed da. Natorp, P. (1987): Curso de Pedagogta social. México, Porta Naz, V. (1999): Pedagogta social: cartas para navegaren el nuevo milenio ‘Buenos Aires, Santillana, ian de nuestro tiempo. Buenos Aires, Losa- ‘acultad de Ciencias de la Educacién, Universidad Nacio- 4) nal de Entre Rios, Argentina, n° 7, Intercambios Asistente: Qué pasa si el profes jestién que aparece con frecuencia en la escuela secundaria y que genera enormes pro- blemas de disciy Violeta Ne mayor ca que denota es 4} z: Hoy la educacin secundaria aparenta tener Ja le problemas. Pero esa apariencia, en realidad, lo iones. Socialmente el problema capareces durante la escolarizaci6n de los adolescentes. Y ello res- social ei turba un orden dado, cuando Los nifios si son més 0 menos m: 108 hiperactivos egiin las nuevas nomenclaturas al uso); en tanto siguen siendo ni- s, esto es, més pequetios... no oftecen «problema» 0 no ofrecen tantos problemas en términos de lo social. Pero esa valor cuando estos nifios devienen adol centes. Profesores, que se le ponga coto. Los franceses estén en estos pefactos ante la nueva ley que permite el encarce jomentos miento desde los 13 afios... Se sabe a qué sectores sociales basicamente afectan estas medidas, ‘Se sabe también que, cuando algo de estas cuestiones sucede, se hha producido también (con mucha antelaci6n) algo en torno ala di- misién del vinculo educativo, Y seguramente ello se incardina en historias de desproteccién, no s6lo familiar, sino social, cultural y educativa. Cuando las responsabilidades adultas se borran, dimi- tiendo del ejercicio de Ia violencia pedagégica de la que habla He- gel, el espejo devuelve un sujeto atrapado, para usar las bellas pala- bras de Marfa Zambrano, en la violencia: «Pues toda ignorancia tiende a liberarse en la agresividad, la del Minotauro en su oscuro laberinto», ‘Hay que restituir las condiciones del acto educativo, desde la temprana infancia, tal como lo recuerdan Kant y Herbart. Un agen- ispuesto a asumir los riesgos de la transmisién y sujetos de la educacién dispuestos a trabajar. En estos escenarios es posible el juego educativo, Si tales condiciones no se establecen inmediata- mente después, o incluso de manera superpuesta, a la etapa de los cuidados, devienen improbables tanto la disciplina como la instruc- cin, elementos sobre los que descansa la educacién en un sentido estricto. Hay casos a los que se llega inevitablemente tarde, debido al concurso de dimisiones mailtiples, entre las cuales la del propio sujeto ya esté instaurada. ‘Sin embargo, la propuesta politica de Alain, la educacién ha de ser para todos, es hoy de gran vigencia, ante el embate politico de la selecciGn de los contenidos segiin los sujetos a los cuales se dirige. Esta estrategia busca salvar las formas de la universalizaci6n de la ensefianza minandola por dentro, La devaluacién de los contenidos, la banalizacién de procesos y resultados, la seleccién de sujetos se- Btin destinos sociales ya trazados y desde edades tempranas, son al- gunas de las modalidades de las politicas sociales de segregacién. Ciertamente, algunas concepciones pedagégicas y algunos agentes, se prestan raudos a dar cobertura tedrica y social a semejante em- presa politica. Los itinerarios de la Escuela Secundaria Obligatoria (E.S.0,) sin duda trabajan en esta direccién. La modernidad propu- so a la educacién como un anti-destino, es decir, como apertura de oportunidades sociales y culturales a una pluralidad de sujetos, al margen de sus lugares de proveniencia y/o pertenencia. Claro esta ‘que las realizaciones siempre dejaron que desear... Pero es que hoy es la propia propuesta la que est en entredicho. Muchas de las ve- . Pero, otras, desde po- siciones aparentemente progresistas, como Ja llamada educacién multicultural, o las que sostienen una educacién segiin supuestas identidades (étnicas, por ejemplo) de los sujetos. Cada una de estas posiciones conculea el derecho a la igualdad de oportunidades, re- servando sélo para las elites una educacién verdaderamente habili- tadora a los nuevos tiempos. Desde el campo educativo se puede co- laborar o resistir a este avasallamiento, pensando nuevas maneras de sostener el acto educativo, Asistente:¢Disciplinae instruceién van necesariamente as? ¢No Violeta Niiftez: Hoy se habla de limites, de prohibiciones... Son maneras de nombrar la disciplina, vocablo propio de la terminolo- efa kantiana, Algo de la contrariedad, algo que haga obstaculo (cul- tural) a lo pulsional debe instaurarse. Las definiciones de Hegel, de Gramsci, hablan de luchar contra esas disposiciones clementales: contra los instintos, contra la vanidad, contra el capricho... en sin- tesis contra aquello que, de permitirse sin cortapisas, pondria aun sujeto fuera del juego la del arduo trabajo civiliza- torio, Graduar las dificultades de acceso al mundo cultural, plantea Alain, Pero para que algo del orden de la cultura pueda instaurarse, requiere que el sujeto renuncie, voluntariamente nos lo recuerda Hegel y, al menos en parte, a esas apetentcias pulsionales. ‘Ahora bien, la disciplina hace referencia, también, al esfuerz0 0 trabajo en el que se sostiene toda instruccién, El aprendizaje de la letra (primer duro trabajo civilizatorio) se soporta en un esfuerzo que no se le puede eahorrar» al sujeto. Cuando se atraviesa la ba- rrera, el sujeto puede aficionarse a la lectura. Se trata de trabajar para que asi suceda: leer cuentos, hacerle apreciar la poesfa, eteéte~ 1, (todo ello es conveniente y necesario); sin embargo, no es posi- ble evitar el sin-sentido radical que aparece en el transcurso del aprendizaje de la lecto-eseritura, Asistente: Pareceria que el conjunto de autores presentados indi- can que sélo es viable una educacién individualizada. Pero los edu- cadores trabajan siempre con grupos.

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