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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS DIVISION SISTEMA UNIVERSIDAD ABIERTA Y EDUCACION A DISTANCIA LICENCIATURA EN PEDAGOGIA SELECCION DE LECTURAS HISTORIA DE LA EDUCACION EN MEXICO I Y LEGISLACION EDUCATIVA CUAUHTEMOC ESCOBEDO SANTAOLAYA. México fe coves LENT quehacer reciente. Pero s{ es cierto que los tltimos afios han visto un notable crecimiento en cuanto toca ala reorfa pedagogica, a la critica de los procesos educativos y, consecuentemente, 4 la historia de la educacion. Por otro lado, hay 4mbitos de la historia que parecen haberse visto intervenidos en un menor grado por ese interés y por los nuevos enfoques. Para la explicacion y la critica de los fenomenos presen- tes —fin diltimo de cualquier ciencia de la sociedad— se ha acudido al pasado més inmediato. Esto es logico, y ¢s cierto que la historia més reciente determina el acontecer ‘actual de modo mis enérgico y conspicuo. Sin embargo, ¢s indispensable la proyeccién historica a largo plazo de cual- quier fendmeno para su conocimiento mas profundo, | En el caso de la historia antigua de México no parece ésta Ia tnica causa. El México Antiguo ha sido abordado, con més frecuencia que la deseable, para nutrir el arsenal de diversos bastiones ideologicos. A los procesos educativos, coneretamente, se ha acudido buscando sélo “elevados” valores morales y profundas y sabias concepciones del mundo, Para conseguitlo se han desvirtuado los procesos reales y s€ ha abandonado el contexto histarico que les da raz6n de ser, que los dota de sentido. Tal vision, sino es mal intencionada, es ingenua. En el conjunto de los procesos que coadyuvan 2 la feproduccién de las sociedades —como los procesos edu- cativos~ hay, desde luego, cteaciones maravillosas y baluartes del ingenio; pero circulan del mismo modo 14 prejuicios y discordias, miserias y opresi6n. Porque se trata de la historia humana, _Al mirar al pasado, al hurgar en él, tenemos que estar dispuestos 2 manchamos hasta el cuello. Lo terrible y 1o sublime se mezclan en un cuadro que contemplamos con la Gnica mision de explicarlo. No se trata de recoger lo més, exquisito y desprendernos de lo ““grosero”, de lo tosco, de los hombres y sus conflictos. Los que sirven la historia sobre vajillas de plata y manteles blancos, estén pateando por debajo de la mesa a los hombres de carne y hueso que reclaman su sitio. En fin, una de las aportaciones relativamente nuevas para enfocar los procesos educativos y su historia, consiste en sefiaar la relevancia de la educacion “informal” 0 “no institucional”. Esta consideracién de la educacién informal conduce a la revision de los diferentes niveles de articu- lacion de la ideologia; enriquece el propio estudio de la educacién institucional, y puede brindar importantes frutos en el conocimiento general de los mecanismos me- diante los cuales una sociedad determinada prepara, asimila y adapta alos individuos para su adecuada insercién dentro de las tareas sociales; para la asimilacién de determinadas normas de conducta, puntos de vista y eriterios de valora- ion, La educacién en Mesoamérica Pese a las variantes que pueden observarse en cada desarro- 15 I Ho local, todos los pueblos mesoamericanos compartian procesos fundamentales, habian vivido evoluciones simi lares y tenfan en comin buena cantidad de instivucion icticas y costumbres. . Pe Soave abundancia de fuentes sobre la educacion entre nahuas y mayas, desaparece para otros pueblos cuya historia, al menos en algunos aspectos, ¢s oscura. La afini- dad sefialada permite, sin embargo, reconstruir los procesos cuando no se cuenta con més que unos datos aislados. ‘La edueacion de los nifos, entre la gente del pueblo, estuvo siempre 2 cargo de sus propios padres. EI agricultor, €l pintor o ef alfarcro, heredaban a sus hijos varones el instrucciones oficio, practicindolo con ellos y dandoles las necesarias. A lo largo de este proceso el nifio no era sola- mente un atento aprendiz, pues ayudaba a su padre en cl desempeiio de las tareas cotidianas. Posiblemente en algunos centros de intensa producci6n artesanal especia- lizada, como México Tenochtitlan, existiera alguna manera de ensefianza escolar del oficio. De cualquier modo, la regla general era que los propios padres lo inculearan en sus hij ; vas nis aprendian igualmente el oficio de 1s madre: molian maiz, haclan 06) 7 tejian, 0 aprendian a acomodar la mercancfa en la plaza para venderla, Los hijos de los nobles, si bien recibian consejos y cuidados de sus padres, eran encomendados en su infancia a servidores de la casa. Podemos afirmarlo con certeza para el caso de mexicas, purépechas, mayas y mixtecos. Bra frecuente que amamantaran a los nifios nobles, nodrizas y 16 no sus propias madres. En las demés etapas de la infancia, fen sus juegos y paseos, contaban también con servidores y nifios de mayor edad —hijos de los propios servidores de la casa 0, posiblemente, de nobles con cargos secundarios— de cuidarios y vigilar su conducta. A cierta edad, entre los diez y lés quince afios aproxi- madamente, hombres y mujeres ingresaban a un sistema escolarizado, Las fuentes nos hablan de escuelas vinculadas al sacerdocio, en la mayorfa de las sociedades mesoameri- canas. La ensefianza en estas instituciones estaba orientada hacia la formacién de Ia élite dirigente. En ellas se ensefia- ban técnicas (como las de lectura € interpretacién calen- darica, fundamentales para el ritual religioso) y précticas {como el sacrificio y las penitencias) que eran exclusivas _, “del estamento dominante o parte fundamental de su quehacer. Estos centros cumplian una funcién ideolégica importantisima, pues formaban a la élite con rigurosas Y severas costumbres, reforzando la imagen difundida socialmente de su mayor aptitud para el mando y su virtuosa conducta moral. , Los nobles que asistian a estas escuelas podian perma- necer en ellas indefinidamente, adoptando funciones sacerdotales, © bien pasar sélo unos afios de formacién, Entre los mayas peninsulares, donde era el primogénito “quien heredaba la funcién dirigente del padre, parece ser que quienes ingresaban a Ja escuela permanecian alli como sacerdotes indefinidamente. Habia instituciones similares para mujeres, por lo menos en el Altiplano Central y en el Area Maya. Las crénicas, 7 como se vera, hablan de estas mujeres equiparandolas 2 monjas, aunque aclaran que su permanencia én los recintos podia ser s6lo transitoria. ‘Con respecto a la educacion escolar de los plebeyos hay inde dudas, salvo en Yucatén y los grupos del Altiplano Central, En estas dos zonas sabemos que los hijos de plebe- yyos acudian a cenitros donde llevaban vide comunitaria:s° yeeafan en las danzas y cantos necesarios para los festejos vos, y realizaban algunas tareas de utilidad pablica, En México Tenochetlan la ensefianza de practicas militares era fundamental. ‘Si considerdramos que los procesos educativos corres: ponden solamente a la infancia y adolescencia, y especial Prente 2 Ia etapa escolar, los dariamos por terminados en {1 momento en que los individuos abandonan la escuela. Creo que esto serfa eroneo. En ninguna sociedad estén conetsfidos los procesos educativos a Ia infancia o 2 la cccaela. Los. individuos son continuamente interpelados por diferentes mensajes que buscan el encauzamient de su conducta, la modificacion 0 afirmacién de sus valores y formas de pensar. ‘Vedmos lo que sucede en Mesoamérica. Las ceremonias piblicas de diversa. indole estaban fre cuentemente acompafiadas de discursos, pronunciados por ccerdotes o gobemantes, en 10s cuales se insists reite- wadamente en la necesidad de que el auditorio adoptara Geteuminadas conductasi{se criticaban las falas, se adversia ide castigos, s¢ mostraba el modelo de la conducta deseable y, lo que es mas importante que las exigencias explicitas, 18 se presentaba una serie de ideas que fortalecian la ideolor gia del grupo dominante induciendo al pueblo a participar de ella.) La préctica de penitencias y autosacrificios que, como se sefialara antes, era utilizada para demostrar la mayor capacidad y reciedumbre de los jévenes educados en las escuelas para nobles, cumplia también una funcién fuera del Ambito escolar: En la practica del autosacrificio estaba presente un aspecto fundariiental de la cosmovision de los grupos mesoamericanos: Ja necesidad de conservar el equilibrio, Cuando.el hombre se autosacrifica equilibra la balanza que tiene en el otro plato los placeres cotidianos. ‘Ademés, en el autosactificio se favorece el equilibrio gene- ral del cosmos al retribuir alos dioses el esfuerzo (el sacrifi- cio) con que han dado y dan vida al’ mundo. s{erificio €s grato a los dioses, que necesitan de él. Pero ‘en esas pticticas de autosacrificios muchas veces comunitarias— hay unos que padecen mds que otros; unos que estan obli- gados a disciplinas més severas: los sacerdotes y los nobles en general. Este hecho, asf lo afitman los relatod, servia idea de su mayor virtud moral y su cerca- se desprendia facilmente de sentencias y refranes (algunos de los cuales conocemos a través de las historias elaboradas en la época colonial), o bien de la exigencia y Ja costumbre gestos, para dinginse, Oi ‘Tenfan un Tango Tayor y merecfan la sumisa obediencia. eee ee eee 19 En las practicas judiciales habia también un fuerte recurso de direccién de las conductas. Si ya la existencia de cédigos implicaba una valoracién explicita de virtudes y vicios, y marcaba el camino a seguir, la ejecucion de los castigos —piibl la mayor parte de las veces, hacia cundir el ejemplo diseminando el miedo. Los jueces y gobernantes, segin nos dicen las fuentes, estaban cons cientes de ello y castigaban para que la poblacién aban- donara la idea de conducirse del mismo modo que el ajusticiado. Laeducacion en Aridamérica Muy lejos de las comodidades de la vida sedentaria, los recolectores y cazadores de Aridamérica desarrollaron respuestas distintas de las mesoamericanas para enfrentar Jos problemas de su subsistencia, reproduccién y orga- nizacion. Los textos que aparecen en esta antologia se refieren 2 tres aspectos fundamentalmente: por un lado, el dificil problema de la crianza, de cuidar y mantener con vida 2 Jos nuevos miembros de la comunidad, desde el momento mismo del parto, en un dmbito natural hostil Por otro lado, la ensefianza de las técnicas inmediata- mente necesarias para la obtencién del alimento. Aqui ¢s honveniente hacer una aclaracién, Cuando los espafioles se enfrentaron (desde mediados del siglo xvi y hasta el siglo Xvui) a los grupos de Aridamérica, quedaron sor- 20 prendidos al ver que los magnificos arqueros indios supe- raban con mucho la fuerza bélica de los lentos arcabuces, El arco y Ia flecha causaron muchos estragos. Esto dio lugar 2 las observaciones sobre el modo en que se adies- _traba 2 los nifios para que aprendieran a tensar el arco Hiechar. Es importante considerar que el arco era manejado por el hombre, casi de manera exclusiva. La mujer, que podfa tener tareas secundarias en una cacerfa, era prin- cipalmente recolectora. Del mismo modo en que se ense- fiaba a los nifios a flechar, debemos suponer, aunque las fuentes no lo digan, que las mujeres ensefiaban a sus owas labores: la fabricacion de redes para carga, o las récnicas de seleccion y recoleccién de raices y frutos. Finalmente, aparecen textos que hablan de primitivas formas de difusin de la ideologfa, y de personajes encar- gados de in! algunos jovenes para transmitir su oficio de magos y médicos de la comunidad.* PABLO,ESCALANTE. Centro de Estudios Histbricos de El Colegio de México, * En algunas ocasiones aparccen términos con una. ia distinea woul getiey ees tte eset ee rams edison y algunas ‘mantienen la forma original de 21 CeCe CN rR OOR sei RICE Min nue er UCile ene Wales eee Reon citem ane atk et ete eR tie Cae eae otc s sci ractn tee ec cee una al las numerosas caras de la historia de! México antiguo y sus manifestaciones culturales ac- eee rei nc ciel eenc Ree iON Meron mon Rcat eer waits ees c es ec mie nce Mc eda oem Mare Ne eUNCe seein sc Pan eee te Mi hija, la batalla es tuya, gque podemos hacer por ti? Aqui estin Rtn tnancorcone necro onu ea knURcceC oni? Sinenarenc colin werriny eeonely re decir, jsaca toda tu fuerza para ser como Quauhcihuatl, Cihua- Poimetienceen Conan cnm nec ce nT ys Roman one enc Un nd PO een eC Men eae CoO Reo er ens Porn corey OM Ere Conroy Ya subes que el venado, cuando lo persiguen, va asustaclo, no sabe que va para caer en ketrampa | ancanmnen acetic ear tinier arcsec care a ben (cere rerentnnt do el eainino que has de seguir, de tw arbitio lo habrds consumaco si lo pierdes. .. S6lo esto es ya Peete ee tC eKCctearee ace essere Nee RUS paneer carn een oe RCO ene PRC cm Men CRC m cen eerie tink c| Pree tiene cae ct Ce cereals Pant crosnine atone utente oltre sree cries rete Ree ene xeon rec tener Reatmr ree Romie cTeC eke nee PUR Re a ic eaneM iN eRe entra un harranco, $i no vas por en medio, caeris de un Kido OC Kenor cca ncn merce enRem CU ncarTity Creueur uel eee a Ce Mem Naber ikea)» Pees ents Ron anenem tents Ceo eee somone seine Cec neon Rene orca rocco tre es PON ec niche camer n one ieee en eeceo nea NT Oe ents Sa Ue ee Ae ce eee ae) Cioirecn Unie cnem nee renon niei acters Pri ere Meco nero cee ct Re een eau mnie neonate aera recopilado por fray Andrés de Olmos). Respuesta de la mujer al varon: Nino mio, mi valeroso senor, te lastimaré, te ofenderé, te ha earn tu corizén, por eso tomo, hago mio, escucho (lo. que me dices); pues ast e oneness item error cette omer ect Oven Noni cccer coached Le boca, a tu palabra que humildemente se manifiesta, Porque yo tu came, tus Mecano meron eres emer crt t mince metre seré lo qué guardes, mi var6n, mi seftor... (buebuebtlabtolli recopilado por fray Andrés de Olmos), rete teteost cka etch rescoldo del hoga vigilante. Peeing Prac en ents ees Es luz, tea, espejo, ern eon lea cuteer ET Pea ina earn nek ken ns Cece Conus kenny ar Tne rata tre ow arccts een cM snes ewe gare ce Rete nes POT ReTrOn Conic Mn tere iccaces dh ea/ara ene encore one eter) conazonex? / En cofie y caja esconde a los hombres / y los envuelve CRUMP GTR UGL Ie ae enter Nasa cerca sexta any Coste eco a cc con orn ceear ant os cen et Ci cUcnie natn nova cole cme cure ene dejaron huésfanos en ka tiemal (Cantares mexicanos) eee ee rs ee] EZ in EL CICLO DE LA VIDA: LAS EDADES [I Niffo en sucuna. Cultura da Chupfeuaro, Proclésice Tardlo. Mujor embarazada. Cultura do Xochitécat. Eplolésico. ‘Mujer embarazada. Cultura ‘Mujorcon nlf. Cultura ‘Tumbas de Tro. Césico. ‘Nuova Tradlelén,Poselésico, rere aucneumnsinice ‘eronsncnarnaea Hombre maduro. Cultura imeca. Hombre oven. Cultura ‘zapoteca, Proctésico. Procitsico Medio, rosomescomiuesmmice al ura 20. ms MUERTE ~~ Mujer Joven. Cultura Parejajoven, PreclésicodalAliplano, Cultura Tumbaa de Adolosconto. Cultura Tumbas Preclésleo Mado, Tito. Clésieo. doTiro. Clésico, tase Comela. ie — * Huahuetéotl dios violo. Cultura —_Anclano, Dlos del comercio. Cultura ‘Anolano. Culturamaye. teotIhuacana, Clésieo Temprano, olmeca-xlcalanca.Eplclésteo. Poscléslco Temprano. © 4 / Angurowosta Mexican Hombre con nif, Cultura ‘lmece. Preciésico Medio. is ‘Mujer dando luz, Cédice Nuttall, Cultura mixteve, Poscidslco, NACIMIENTO Y¥ NINEZ Porforacién de iébulos de fas orelas Mujer con nifio. Cultura ‘aloenifoe. Cédloe Fiorentino, zapotece, Precidsico. Cultura mexica, Siglo xv. ‘Mujor madre, Culture Adotoscanto, maya, CléslooTardio, Cultura moxica, auc dinit Posciéslce Tardlo, Hombre maduro, Cultura ms " tootihuacans,Clésteo. Adolescente do JUVENTUD ¥ MADUREZ & Méscaradotadatdas = ‘vida-muerto,Cultura zapoteca, NY Dion viojo, Cultura Clésioo Tarlo. g apoteca, Ciésco. rerowmouroromaecomess i oromene neta Cihwatoteo, mujer > ‘muortacnottranca dot Anelane. Cultura moxica, porto, Cultura mexte. Mitantecuht, coor dot ntramundo, Poselésioo Tard, Posctésica Tard. Cuturatetonaca.cistc Trea, FLccio peta wo / 15 takes, ae ) Re verardl men {CLO DE LA VIDA seer get an ) ’ woas-fleal eet we MBARAZO, PARTO Y NINEZ EN EL MEXICO PREHISPANICO _-Eouarvo Matos MocrezuMa En el México antiguo, el | embarazo y el nacimiento fueron procesos de vida ul con alta carga simbdlica y ritual. Asi, se crefa en-una 13} participacion de los dioses en la fecundacion, y el parto se asemejaba a una gran batalla. Figura mexica de una mujer dando.a luz con tun gesto de dolor y osfuerzo. Al momento det parto, las J6venos mexicas eran bafiadas of lomazcaly e008 er la ralz de ‘una yerba llamada. ara provocar canraplone, Coleclén Bes, Dumbarton Oaks. 16 / Anqunotocia Mexicana Ewnanazo, ‘Nicja mia muy amada y preciosa, como piedra precios, como chalcbibuitey zafiro, noble y generosa; ya es cierto ahora que. nuestro seftor se ha acordacio dle vos, ef cual est en toda par te y hace mercedes a quien quiere; ya est claro que est prefiada, y que nuestro sefior os quiere dar frato de genert- sn, y 08 quiere poner un joyel y daros wna phuma rica (Sa- hhagin, 1956, p. 162). Con estas palabras dirigidas a la joven mexica embara- zada se leantinciaba su nue- va situaci6n, Bra, entonces, voluntad de los dioses con- ceder una nueva vida y de- positarla en el vientre ma- temo. En la misma platica se menciona’ que: “...Quet- zalc6atl, que es creador y hacedor, os ha hecho esta merced. Por ventura fo ha determinado el que reside ene! cielo, ur hombrey una mujer, que se llaman Ome- tecuhtli, Omecthuatl” (Sa- hagiin, 1956, p. 162). Una representaci6n del hecho de ser formado por la dualidad Ometecuhtli-Ome- cfhuatl, quienes habitan en. el treceayo cielo, el Omeyo- can, Jo vemos en el Cédice Borbénico. En ta lamina 13 est Tlazoltéotl en posicién de parto y ericima de ella ve- mos al nifto que baja de lo alto y ditige sus pasos hacia el interior de ta diosa. Entre las piernas se ve cémo esté siendlo dado a luz, Al parecer, era creenci comin en Mesoamérica que los dioses intervenian para poner vida en el vientre ma- temo, Entre losmayasde Yu- catén vemos cémo se pide a los dioses que les den hijos: “Son gente que desea muchos hijos; la que carece de ellos los pedifa a sus idalos con do- nes y oraciones,.." (Landa, 1978, p. 58). Aunque tos dioses determinaban ef embarazo, no p: saba desapercibido el hecho de la unin sexual. Las gulentes palabras del padre mexica a la hija son prueba de ello; *...porque atin vivimos los que te engendramos, pues tti no te hiciste a ti, ni te formaste; yo y tu madre tu- vimos ese cuidado y te hicimos, porque esta es Ia cos- tumbre del mundo, no es invencién de alguno, es orde- nacién de nuestro seftor dios que haya generacién por via ¥ dirlgo sus pasos hack En Ia lémina 13 de! Cédice Borbénico so representa a Tlazoltéotl ‘en posictén do parto y encima de ella al niio que baja de to alto plernas se ve cémo esté stondo dado a luz. de hombre y de mujer, para hacer muliplicacién y gene- raci6n...” Gahagéin, 1956, p. 129). Floridas y elocuentes palabras se dirigfan a la moza me- xica para aconsejaria. Sahagiin nos ha dejado amplia in- formacién de Ia ret6rica empleada por familiares y ancia- nos enestoscasos. Sele decia queno.cargasecosas pesadas; que no abusase del acto carnal y que no tuviera espanto de alguna cosa, pues habia peligro de abortar. ‘También se aconsejaba que la madre no mirase nada colorado, pues el nifto podria venir de lado, y que estu- viera bien alimentada, pues lo que “come y bebe la ma- dre, aquello se incorpora en Ja crlatura..." Se recomen- aba no comer tamales que se hubiesen adherido a ta olla, pues esto ocasionaria queelnitoseaferraseal tie- 10, Sobre esto ihtimo hay que aclarar que la olfa represen- taba la matriz, En ella se guardaban fos granos y el agua. Enno pocas ocasiones se ve a Tifloc en forma de olla arrojando agua a la tie- ra, También’se usaron ollas para depositar en ellas loo ‘cuerposdeindividuosmuer- tos, que asf regresaban a su lugar de origen, Hiacia el final del embara- zo se escogia a Ia matrona que habfa dé atender el par- to. Bra una anciana experi- -mentadh que se hacia cargo. de la futura madre. Una de las primeras cosas que Hiacia era bafarla en el temazcal, en donde palpaba el vientre y vefa tt posicién que trata Ja criatura. Aconsefaba a ta joven y siacaso el nifio mo- rfa dentro de la matelz, a co- madrona se encargaba de extrnerlo, lo que Sahagtin re- ata asi: “Digamos aqui una cosa digia de saber, que tie- ne dependencia de cuando el nino muere dentro de su madre, que la partera con tina navaja de piedra que se Hla- ma fail, corta el cuerpo muerto dentro de la madre y a pedlazos le saca; con esto libran a la madre dle la muerte” ‘Gahagéin, 1956, p. 176). Entce los mayas también se acudia a matronas exper mentadas, Ast lo relata el franciscano Diego de Landa: “Para sus partos acudfan a las hechiceras, las cuales les ha- cian creer sus mentiras y les ponfan debajo de la cama un fdolo de un demonio llamado Ixchel, que decfan era la diosa de hacer tas criaturas” (Landa, 1978, p. 58). Interi deta diosa, Entro las. Exauaco, rast vane /17 "Ten Menoanévesere creel comin ““p.1 dol Cédice Selden se von dos dloset A en Mesoamérica era creencia comin que también ce- ros y montaias podian embarazarse y la cueva podia te- ner el cardcter de matriz, Varios cédices nos indican lo dtanterior, Valgan de ejemplo la Historia Tolteca-Chichi- ‘meca y otros en donde se ve un cetro con cuevas de don- también cerros y montafias podian embarazarse y ta cueva podia toner el cardoter de matrlz. Ena ‘Byenviando desde ol clolo un dardo (c) que embaraza al cerro (q), decionde nace un Individuo (@). Colecci6n Bliss muestra a una mujer, con un gesto de do- lor y esfuerzo, que con las manos abre sus:genitales para ayudar al parto, en tanto que fa cabeza del nifio sale de fa vulva. En los cédices Borgia (p. 74), Vaticano B(p. 74) y Borb6ntco (lm. 13) vemos ta misma posicién, Hay que seftalar que dioses como ‘laltecubtl, spe gonzon pcb Bal caso Jaci codice Vindobonensis esta I pagina 41, en la que se ve un ce- zyrto embarazado con el glifo ollin ‘Jsobre el vientre, en tanto que en la pagina 1 del Cédice Selden se ven dos dioses que desde el cielo man- dan un dardo que embaraza al ce- ‘ro, de donde nace un individuo. Acerca de esto hemos dicho: “En Hel mundo prehispénico la natura- Teza enter, e5 dels tanto los se res vivos como los inanimados, i Jestaban dotados de vida y por tan- to podtan ser prefados” (Vargas y § j Matos, 1973). Paxto. en su versién femenina 0 masculina, toman esta posicién de parto. Tlalte- ccuhtli devora la carne y sangre de los, difuntos y patiré las esencias para que vayan a su lugar de destino, segén el tipo de muerte (Matos, 1997). Si la mujer morfa en el trance de dar a luz se convertfa en mocibua- quetzque (rnujer valiente) 0 cibuate- teo(mujerdiosa), puesel parto: _Sideraba.un.comabate, Se le deparaba ‘acompafiar al Sol en su recorrido des- deel cenit hasta el ocaso, lo quecons- titufa el rumbo femenino del univer- so, Su cuerpo se cuidiaba durante el ‘entlesto, pues los guerreros ansiaban tener el dedo de en mediode la mano izquierda 0 los cabellos, ya que se “] Hegado el momento del partolajo- ven erallevadaal femazcal, endon- de se le baaba, Terminado este ‘Jpaso, se te daba a beber la ratz. de vuna yerba llamada cbuapactli, que provocaba contrac- , clones. Sino era suficiente, se acudfa a kt cola del tlacua- J che molida con agus. Acto seguido se zdoptaba Ia posi- __ ei6n para parir, quesegtin vemosen cédicesyen esculturas, era en cuciillas. La figura mexica de la parturienta de la a 18 / Axueovoata Mexcara ee Enla pagina 41 dol Cédice Vindobonensis ‘80 voun corro embarazado con ol glifo ollin sobre el vientro. pensaba que al ic al combate los ha- cfa esforzados y cegaban los ojos del enemigo. Si el nifio nacfa con bien, Ia parte- ra daba voces como guerrero, pues la madre habia venci do y capturado un prisioneto. Le dirigia al recién niacido hermosas palabras y procedia a cortar el cord6n umbili- cal, Si era var6n, el cordén se entregaba 4 un guerrero de fa familia para que lo enterrase en el campo de batalla, ‘80.ve en cédices y escultures, ara on cuolllas. Cédice Vaticano B, p. 74. para que el nifio fuera atcaido hacia la guerra; si era mu- jer, el cordén se enterraba dentro de ta casa para que se apegara a los quehaceres del hogar. Mientras se lavaba al nuevo ser se le decian bellas palabras y advertencias. Varias laminas de cédices muestran al nifio recién na- cido unido a su madre porel cor- d6n umbilical. Esta tiene los se- nos Ilenos para alimentar al recién nacido y el vientre fléci- do, como se ve, por ejemplo, en el Cédice Nuttall (p.27). Porcler- to que debajo de la mace hay una masa roja que se ha identi- ficado con la placenta (Vargas y Matos, 1973). Enotros casos, comoenel C6- dice Borgia (p. 15), se ver. nifios frente a distintas deidades que toman el cord6n en sus manos, ef cual remata en una flor, Esin- teresante c6mo el cordén umbi- Wealdesempena el papel de liga “son el ogarde origer OSU, cers ‘ala fecha de nacimiento, Tam- bién guarda relacién con el li- naje. Después del nacimiento se procuraba conocer el destino det nifto, por lo que se acudia con el fonalpoubque, quien pregun- taba la hora y el momento del parto. Después revisaba los libros para ver cual serfa el destino de la criatura, se- gin el signo correspondiente, Acto seguido se disponia todo lo necesario para hacer lo que los frailes llamaron ‘Tlaltecuntt!, on su versi6n femenina o mascutina, toma {a posicién de parto, pues dovora ta carne y sangro {do fos difuntos para parir las esonclas quo irén a su lugar de destino, segin ol tipo de muerte, Relieve de Tialtecuhttl, Museo del Templo Mayor. “bautizo”, en donde se le echaba agua a manera de una planta para que reverdeciera y creciera. Algo similar se hacia entre los mayas. Fray Diego de Landa nos relata lo. siguiente: "Nacidos los nifios fos bafian luego y cuando ya los habfan'quitado deltomiento de allanarles las fren- tes y cabezas [deformacién cra- neal], iban con ellos al sacerdo- Bt para que Tes viese ol hado' NE) dijese ct oficio que habia dete -nery-pusiése el nombre que ha fer Cas 9p. 8). inda, 1978, p. 58). EDUCACION Y NIREZ Los padres eran los responsables de Ja educacién de sus hijos an- tes de que éstos fueran a Ia es- ‘cuela. En el seno del hogar, ade- mas_de jugar, aprendian_las ostumbres y ayudaban en di- ‘Versas Tabores, Entre los mayas ‘Yueatin: Crfabanse fos dos primeros aftos 1 maravila lindos y gordos. Des- pués con elcontinuobafarlostas madres y os soles, se hacfan mo- renos; pero eran todo el tiempo de fa altex bonicas y traviesos, que nunca paraban de andar ‘con arcos y fechas y jugandto unos con otros y ast se criaban hasta que comenzaban a seguir ef modo de vida de los man- cebos... Landa, 1978, p. 54-55). aynanazo, paero ¥ nae / 19 ec] E ‘ala matrona que atencoria ol parto, 3 “una anctana experimentada que se hacia cargo de la futura madre. F Géalee Florentino, Ib. Vit. 130v. Enel Cédice Nuttall (p. 27) se ve alrecién nacido unido a su madre por et cordén umbilical Estattono os sonos lenos paraallmontar ‘.8u hijo yal vientreldcido, o —_ Entre los totonacdis habfa perriios de barro con ruedas, aunque debe ‘sefialarse que no se recuperaron como ofrendas asocladas a restos de Infantes, por lo que hay que tomar con roservas su utllizacién como, ito de barro con ruedas. Museo Nacional de Antropologla, En otros casos, como en el Cédico Borgia p. 15), se ven nitios frente: istintas dotdades quo toman el cordén on sus manos, of cual remata en tuna flor. Es Interosante cémo elcordén umbillcal desompena el papel de liga con eltugar de origen o so une alla fecha de nacimlento. _ [ep mommratamtencn En cuanto a los jévenes, el mismo fraile nos dice: “Por ¢s0 usaban tener en cada pueblo una casa grande y encalada, abier- ta por todas partes, en la cual se juntaban Jos mozos para sus pasatiempos. Jugaban ala pelota y a un juego con unas tablas ‘como los dads, y a otros muchos” (tan- da, 1978, p. 54). Ya que hablamos de juegos, en Teo- tihuacan se encontré el mural de Tepan- tila en donde vemos representados di- versos juegos de jévenes: unos nadan en un fio, otros caminan @sidos de la ‘mano que pasan entre las piernas, algu- nos juegancon pelotas, entantoqueotros estin sentados frente a pequeias bolas alineadas. También se han encontrado muiiecas de barro con brazos y piernas que se ataban al cuerpo. Entre los totonacas habia pertitos de barro con ruedas, aunque hay que acla- rar que ninguno de estos objetos se ha recuperacio como ofrendia asociada a res- tos de infantes, por lo que hay que tomar con reservas su ulilizacién como jugue- tes (Matos, 1993). Situaci6n diferente es Ja que leemos en Sahagin, que habla de nifias jugando con tierra y pedazos de ce- rdmica: “.,.hija mfa, bien lo entiendes, porque ya no andas amontonando la ra y butlando con las tejuelas y con la tierra con otras nifias, que ya entiendes y tienes discreci6n y usas de razén" (Saha- atin, 1956, p. 127). En los buebuebtlabtolli los consejos de padres y madres para hijos ¢ hijas mediante discursos tradicionales~ se en- cuentra la respuesta que ef nifio maled cado da a su padre ante sus recomenda- clones: “Adin soy un nifito, un chiquillo, que atin remuevo [a tierra, que atin estoy jugando con tiestos, que atin juego con mi orina, con mis heces, que todavia mis babas, mis mocos, revuelvo en mis ma- nos. Porque todavia no mucho me doy cuenta, escucho; no mucho he crecido, ain no soy prudente" (Huebuchtlabtollt, 1988, p. 311). Esta imprudencia del lépero chamaco podia acarrearle graves consecuencias al igual que a quienes no hacfan bien sus labores. Sabemos de los castigos que se aplicaba a los desobedientes. El Cédice ‘Mendoza nos llustta sobre esto. Alli se ve cémo se les pegaba con varas, 0 se les hacfa oler el humo de chiles quemados y se les picaba con pias de maguey. Cuando legal tiempo de que fa ma- dre se confine convocan a It pattera, comadrona, Ia mujer en cuyas manos staré el alumbramiento, Led Y cuando la mujer siente el dolor, ‘cuando se acerca el momento de dara tug, la partera efpidamente la bana en cel femazeal, Luego la hace beber una pociéa con una yerba Hamada ctbu abil, quees para arojar oexpulsar. Sh fa labor te causa a fa mujer gran suf miento, le da a tomar una pacién como de dos piezas pequeras de cola de tha- ‘cuache y por fin lo arroja por comple- to, con esto da a luz facilmente. (1 Ja partera dice: ‘Ah, mis hijos,zeull es ef deseo de Nuestto Senor iQue seré de nosotros? Psperemos la palabra cel Supremo, del Omnipotent que no nos arrebate nadal Ast comienza fa partera, Abraza a ix mu jer, lasacude, tegolpetea la espalda con los ples diciéndole: ‘Mi hija la atalla es tuys, aqué podemos hacer port? ‘Aqui estin'tus madres Ja tarea te correspondle s6lo ath ‘Toma tu escudo, mi hija, tl, rabaja con ella sto quiere decir, saca ted tu fuerza para ser como Quauheihuat, Cihuacoatl, Quilt Pero sila mujer no da a tu tras un dia y una noche, entonces otta ver. ta me ten al temazcal, All se intenta una vex més, la partera le acomods ta mattiz a la mujer Silos esfuerzos son vanos y el lio no nace, entonces encierran ata mujer en un cuarto, acompanada s6lo de la pirtera, Quién sabe qué rezari la partera,Pide, eza a Cihuacoat, Quilaz- iy luego chima a Yohualtcitl, y quién, sabe a quién mis pedir, La partera, que es experta, apta, st- bbedora de su ofcio, sive que el nifio ya muri6, siya nose mueve y la mujer ain sufee mucho, mete entonces la mano poor la vagina de la mujer, mete su cu- chitlo.“Allfcorta al nifto y saca el cuer- po, pedazo por pedazo, ‘Tomado de “Bl embaraza y el pano en Ja mujer mexia’,versi6n de los texas ‘nnihuat dels informanes de Sahagin al inglés por‘Telma Sullivan al espanol ‘en Argueologfa Mexicana, nim. 29, enero-felrero de 1998 Enel mural do Tepantitia, en Teotihuacan, se observan diversos Juegos do os nifos: unos caminan asides de la mano que,pasan Contre as piernas (/zqulerd) y otros juegan con petotas (derecha). Gracl a los nifios por rebeldla o negligencla. En ol Cédice Mfondoza sovo ‘96mo les clavaban pas de maguey oles pegaban con un pafo. Como se veri en el siguiente articulo del Dr. Leén-Portilla, entre los me- xicas llegaba el momento en que los niftos tenfan que entrar a la escuela, ya fuera el calmécac o el telpochcallt. Todo esto estaba acompaiiado de smoniats y larga palabras y consejos, Alli recibyfan una rigida formacién que los preparaba para el futuro, Entre kas muchas patabras que se le di gian al joven, estén aquellas que legaton a nosotros a través de Sahagtin: Nota otro dviso con que cumptimos contigo los viejos y sabios que somos: gude- dale muy bien dentro de ti, mira que no lo olvides, y site ries de ello, serés mal aventurado; muchas otras Cosas te serin dichas y ofxis alls donde vas, porque “es casa donde se aprenden muchas cosas, y con esto que te digo, juntaris lo ‘que alla oyeres que es la doctrina «te tos viejos... GSahagtin, 1956, p. 215). 22 Eduardo Matos Moctezuma, Maestro en ciencias anteopol6gicas, especializado en arqueato- fa. Fue director del Museo del Templo Mayor, all. Miembro de El Colegio Nacional. Pro- fesor emérito del was, Enmawazo, vaero vse / 21 Ti a hep Racbillay Rage "Niner y syuednd \oavoets ee Dvquala it” Hevttenn gL We) Wsioy ery Naas wl vf ” be 9g. th e4 5 NINEZ Y JUVENTUD ENTRE LOS NAHUAS Micuet LEON-Portitta ppéndice dal ibra il, t.34v. fe} to {cac [la eacusla sacerdotal}, o al felpucheallfia casa do |6venes). Qulera deck quo los padres lo promatian allf, lo prasontaban como ra que Magara a ser sacerdote Joven guerrero” (Cédice Florentino, tb. I IV). . En diferentes culturas de Mesoamérica, como fa maya y la nahua, la niflez iE] y juventud fueron afios de sabia y rigurosa formaci6n, tanto en-el hogar : . como en las escuelas. El principal propdsito de educar a nifios y jovenes -era prepararlos para patticipar ¢ integrarse en la vida comunitaria. £55] 22/ axqueotocta Mexicana omo en otras culturas, los aos de la nine y juven- C tud eran también de formaci6n entre los nahuas; primero en el hogar y después en las escuelas, Hin ambos casos, lif educacién impartida era muy rigida. Su principal propésito era preparar a nifios y jovenes para participar, de diversas formas, segtin su sexo, estrato so- ‘dad, en la vida de Ia comunidad. nto se pensaba ya en la nevesidad dle la educacion. Por eso, como lo refiere ef Ciédice Horenti- no, los padres presentaban y ofre- cfan a sus hijos siendo atin may pe- quefios: “Cuando un nito naci luego lo evaban, bien sea al cal- mécac (la escucla-sacerdotall, 0 al telpuchcall (la casa de j6venes Quiere decir que los padres lo pro- metfan allf, lo presentaban como ofrenda para que llegara a ser sa- cerdote 0 joven guerrero" (Gédice Florentino, lib. I, apéndice IV). Seftalandoexpresamente queha- bia una cierta movilidad socal, en el mismo Cédice Hlorentino se ana- de que no sélo fos nobles podian ofrecer a sus hijos al calécac, sino también otras personas: “Los gobernantes, los nobles y otros buenos padres y madres to- maban a sus hijos y los prometfan al calmécac y también asi a cuan- tos todos querian” (Cédice Foren- tino, lib. IIL, apéndice IY). En tanto crecfan los nifios que ast habfan sido ofrecidos en las escuelas, la educacion estaba a cargo de los padres, y madres en el hogar. Acerca de esto dan amplia informa cién los cédices Mendoza y Foventino, principalmente, asi como otros antiguos testimonios. Entre ellos sobresalen los Auebuebtlabiollt, a antigua palabra, que hicieron copiar fray Andrés de Olmos hacia 1535, y fray Bernardino de Sa- hagdin en 1545. ‘ydanzar.. Cédice Florentino, apéndice del toro, t.99v. "En ‘ntrando en a casa del felpuchcallel muchacho, dabanle cargo de barrery Iimplar la casa y poner Jumbre y hacer los servicios de penitencia a que 3¢ obligaba (.n] Todos los mancebos Iban a baliar (Sahagin, 1989, 4p. 224). LA VIDA EN HH. HOGA Casi como en una pelicula, las piginas $8r a 60r del Cé- dice Mendoza presentan escenas de fo que era Ia vida de nifios y nifias, desde fos tres hasta los quince afios de edad, Aparecen esas imégenes en dos columnas paralelas: del lado izquierdo las concernientes a los nifios, y del dere- cho as referentes a fas nia Elvirrey Antonio dle Mendoza, primero con tal rango en la Nueva Espaia, encargé a varios Hlabcuilos(pintores-escribanos), di- rigidos al parecer por uno de nom- bre Francisco Hualpuyohudlcal, la confeccién de un cédice para en- viarlo a Carlos V. Bn él se le infor- maria acerca de las:conquistas de los varios tlabtoques mexicas, des- cle Acamapichtli hasta Motecuhzo- ma Xocoyotzin, asi como sobre los tributos que legaban a México-Te- nochtitlan y sobre fo que eran las formas de vida de los nahuas a par- tir de su nacimiento y a lo largo de toda su existencia, En fo tocante a la nifiez, Ia serie de pinturas se iniciaccon las ima- genes del padre y Ia madre te- niendo ante ellos, respectivamen- te, a un hijo y una hija. Tal forma de presentaci6n se mantiene a lo largo de estos folios, 0 sea hasta que el niao y Ia nifia Megan a la edad de catorce aos. En cada escena, ademas de las mencionadas figuras, se ve qué alimento se ofrecia a hi- jos e hijas y en qué actividades se iban adiestrando. Es de notar que, desde los cuatro aitos, el nito rec bia ciertos encargos y la nia comenzaba sus aprendi- Bl propésito, ademas de la ensehanza, era, como lo expresa el comentario que se incluy6 en el cédice: “para que, en lo de adelante, mediante los dichos servi- CODICES NAHUAS DEL MEXICO ANTIGUO Céaice Borbénico Cédice Mendoza Cédice Florentino ~< Coton ‘alonaico- val recede dono Tenoehitsn, sigiomn, Bisotoca do laAsambiea Nacoral Francesa, Pails, Fane, « Coneaito wat, ove Foca Hes ‘eran, Bbseca Boba, Ore naa. Lawondans, lorena, tala, INikez ¥ sovenrup /23,

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