Jonathan no estaba de acuerdo y cuando estaba a
punto de refutar, me sefialé hacia la entrada del
sal6n; ahi, estaba un elegante y extravagante auto
color negro. Por lo general en Ciudad K podiamos
observar autos como Lamborghini, Ferrari,
Maybach y Bentley, pero esa era la primera vez
que Alvaro conducia un Rolls-Royce, aunque
tampoco era muy extrafio, ya que en este tipo de
eventos solian verse muchos autos del tipo.
Entonces, el chofer del auto bajé y se acercé a mi
con una sonrisa:
—Sefiorita Arias, el sefior Alvaro la esta esperando,
dice que no se siente muy bien asi que deberia
venir rapido, por favor.
Lo que el hombre trataba de decir era que, aunque
Alvaro estaba enfermo, ime estaba esperando! De
inmediato intenté rechazarlo, pero de pronto el
hombre junté ambas de sus manos como en
forma de stplica y aunque seguia sonriendo,
podia notar su desesperacién.
—{Se siente muy mal?
El chofer asintio y dijo:
—Si, ya tiene dos dias enfermo, se niega a tomar el
medicamento y a ir al hospital, incluso insistié en
venir hoy a pesar de que no esta bien; por favor,
hable con él.
Me di la vuelta y miré a Jonathan.
—Dile al tio Luis que lo iré a visitar cuando esté
libre.El asintié en respuesta y mir en direccion al auto;
por mi parte, sin pensarlo mucho fui hacia el auto
y al abrir la puerta me encontré con un Alvaro que
tenia los ojos fuertemente cerrados y los labios
fruncidos como si sintiera dolor, ademas su piel
se miraba muy palida. Me incliné un poco hacia él
y me di cuenta de que, aunque la calefaccién del
auto estaba apagada, estaba sudando.
—{Qué tienes? —pregunté con calma.
Alvaro seguia con los ojos cerrados, se notaba
ssombrio y no parecia tener la intencion de
voltear.
—jCierra la puerta si no te vas a subir! —dijo de
malhumor.
Sus palabras no tenian ni una pizca de calidez y
ademas, lo escuché enojado. Entonces me quité
los tacones porque eran demasiado altos y me
levanté el vestido para subir al auto; una vez arriba
le dije al chofer:
—Conduzca al hospital
El hombre se qued6 congelado mientras miraba a
Alvaro, pero al darse cuenta de que este no hizo
ninguna objecién, avanz6 en direcci6n al
hospital
Ciudad K era una ciudad que solia sufrir
de congestionamiento por el trafico, sobre todo a
las 10 de la noche, asi que cuando Ilegamos al
centro el auto quedo atrapado. Alvaro fruncio
ligeramente el cefio al tiempo que sufrente brillaba con gotas de sudor y todavia se
miraba muy pdlido; su condicién era terrible y de
reojo pude ver como apretaba sus delgadas
manos alrededor de su estémago, me asusté aun
mas y le dije al chofer:
—iDeténgase en el siguiente cruce!
Al parecer el chofer pens6 que mi intencién era
bajarme porque me dijo con duda:
—Sefiorita, ya casi Ilegamos al hospital, deberia
estar con el sefior Alvaro cuando el médico lo
revise
Me quedé sin palabras pues, ,desde cuando las
personas crefan que era de sangre fria? Asi que
hice una pequefia pausa antes de hablar:
—iHay una farmacia més en frente! jSolo me
bajaré a comprar medicamento para él!
—jEstoy bien! —intervino Alvaro, lo cual me puso
de mal humor.
—iCéllate si no quieres morir! —respondi molesta y
al mismo tiempo preocupada
El auto se detuvo a un costado de Ia calle y yo
bajé corriendo en direcci6n a la farmacia y
sujetandome el dobladillo del vestido, ni siquiera
volteé a ver al chofer. Sentia que ese vestido no
habia sido hecho para humanos, a decir verdad,
era muy incémodo y frio como para usarlo en esa
época del afio, en especial al vivir en una ciudad
como Ciudad K. Después de regresar de lafarmacia, le di unas pastillas a Alvaro y agua tibia
para que pudiera pasarlas
—Toma —ordené.
No dijo nada, pero el ambiente estaba tan frio
como el hielo, asi que el chofer encendié la
calefaccién del auto y me entregé un saco color
negro luego de verme temblar.
—Seiiorita, use esto por favor.
Era el saco que traia Alvaro durante el banquete y
que en algtin momento de la noche se quitd. No
supe qué decir, ese hombre era mas hablador que
una mujer. Alvaro todavia tenia los ojos cerrados y
seguia frunciendo el entrecejo; entonces dije:
—Alvaro, solo toma tu medicina, no quiero que te
mueras de dolor si no lo haces. Ya estoy cansada
de tener que lidiar contigo... —Dicho esto, dejé la
medicina y el agua tibia en el asiento del auto, le
di el saco y me dispuse a bajar.
En eso, me agarré de la mufieca y dijo:
—jA donde vas?
—jNo te importa!
—iVen a casa! —dijo mientras el chofer encendia el
auto.
—jToma la medicina! —respondi.
Entonces abrid los ojos de par en par, los cualestenian un color rojo sangre, lo que me decia que
no habia dormido bien en los ultimos dias. Luego
de que le contesté, se tom6 el medicamento y
volvio a cerrar los ojos para descansar; en eso me
di cuenta de que el chofer se miraba un poco
confundido y pregunto:
—Seiorita, todavia iremos al hospital o...?
-jA casa! —dijo Alvaro totalmente seguro de su
decision
Frunci los labios y al tiempo comenz6 a dolerme
la cabeza.
—A\varo... —murmuré.
—jGael ira a casa también! —dijo cansado.
Ya
i, no dije mas.
No nos tom6 mucho tiempo llegar al chalé, para
cuando nos dimos cuenta ya estabamos ahi; me
resultaba dificil sostener mi vestido y al mismo.
tiempo ayudar a Alvaro a bajar, pero el chofer me
miré dudoso porque no se animaba a tocar a
Alvaro, quien al llegar a la casa, seguia con los
ojos fuertemente cerrados y no se movia.
Entonces suspiré y me acerqué a él desde su lado
del asiento:
—A\varo, baja. Ya estamos en casa
Abrié los ojos pero no se movid, en cambio, me
miraba con intensidad; luego de librar una batalla
de miradas me rendi y dije:—jTe ayudaré! —Y estiré la mano.
Apreté los labios pues parecia negarse a hablar
pero acepts y se apoy6 en mi
fy. iste parece la tracuocion? Deja tu puntuacien y
consigue 2 zafiros.
GB espera, tengo algo que comentar!
jHazle un regalito al autor!Ademas del hecho de que estaba usando un
vestido largo, también llevaba unos tacones
extremadamente altos que muy rara
vez solia utilizar, lo que hacia mucho mas
complicado que pudiera caminar y mantener el
equilibrio; ademas del hecho de que el hombre
que estaba apoyado en mi, me habia dejado mas
de la mitad de su peso total, lo que provocé que
sostener a un hombre de edad adulta mientras
usaba tacones fuera un reto total. No obstante, ya
era muy tarde como para retractarme y el chofer
ya se habia ido, asi que solo me qued6 apretar los
dientes con fuerza mientras caminaba hasta la
casa, sin mencionar que todavia debiamos cruzar
el jardin y subir hasta la habitacion.
Esa fue la primera vez que entendi que las casas
tan grandes no eran convenientes cuando se
atraviesa por ciertas situaciones; decidi
detenerme unos segundos y le pregunte
—¢Crees poder caminar?
Fruncié el cefio y me miré con sus ojos oscuros.
—{Tu qué crees?
«YO...»
Al final, uno siempre termina pagando el precio de
sus propias acciones.
De manera muy lenta pero segura logramos llegar
a la habitacion; como habia utilizado toda mi
energia al llevarlo hasta arriba, comencé a
sentirme un poco mal y en lo Unicoque pude pensar era en que queria ponerme una
ropa mas cémoda; sin embargo, habia sido tan
rapida en mis movimientos que al levantarme de
la cama pisé mi vestido y como este no tenia
tirantes, cayo hasta el suelo dejando mi cuerpo al
descubierto: solo llevaba mi ropa interior color piel
y mis pezoneras, lo que para mi no hacia ninguna
diferencia a estar desnuda.
Alvaro rio y dijo:
—Estas muy desesperada...
«YO...»,
Decidi ignorarlo y de inmediato fui hasta el
armario para ponerme mi ropa para dormir;
cuando sali, no podia ver a Alvaro por ningun lado,
sin embargo, alcancé a escuchar como corria el
agua del bafio.
«Hoy pasaron tantas cosas...».
Me sentia cansada, asi que me dirigi ala sala de
estar y encend la television; al leer el titular de las
noticias me encontré con lo que tanto habia
deseado: estaban hablando sobre los videos de
Camila. Estaba sorprendida porque, a pesar de
que la familia Montenegro tenia el poder de
impedir que la noticia se propagara, no hicieron
nada; incluso cuando el video estaba siendo
reproducido dentro del salon, Camila se qued6
sentada sin decir ni una sola palabra, era como si
me estuviera dejando ganar a propésito.
Luego de ver eso quise llamar a Javier, pero almirar la hora pensé que no seria apropiado y no lo
hice, asi que decidi descansar ahi un rato mas.
Pas6 un tiempo y regresé a la habitacién, al entrar
me di cuenta de que el agua de la llave seguia
corriendo, lo cual no me dio buena
espina pues Alvaro solia ser muy rapido para sus
duchas, pensé que al quedarme un rato en la sala
él ya habria salido pero no.
Preocupada, caminé hasta el bafio y toqué a la
puerta
—A\varo, gestas ahi?
No respondio.
Me preocupé todavia mas y giré el pomo de la
puerta, la cual para mi sorpresa, se abrid. Una vez
que lo hice, el vapor y el calor del bafio
comenzaron a salir y también olia a champu.
—A\varo... —dije una vez mas
Pero antes de que pudiera decir algo mas, mi vista
fue atraida por sus sexis y humedos abdominales;
parecia tener la mano en la puerta de la regadera y
estar a punto de salir.
—