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En razón de ello, la Corte encontró que el despido del señor Lagos del Campo
trascendió a la violación de su derecho individual a la libertad de asociación,
pues privó a los trabajadores de la Comunidad Industrial de la representación
de uno de sus líderes, en especial en la elección que habría tenido lugar bajo
su supervisión como Presidente del Comité Electoral.
De igual forma, la Corte advirtió que el despido del señor Lagos del Campo, al
haber sido realizado en represalia por sus labores de representación, pudo
tener un efecto amedrentador e intimidante en los demás miembros de la
Comunidad Industrial.
En ese orden de ideas, los hechos que motivaron el despido el señor Lagos del
Campo, cuando ocupaba el cargo de Presidente del Comité Electoral de la
Comunidad Industrial de la empresa y delegado pleno ante el CONACI, en
razón a las manifestaciones que hizo a la revista, en el contexto de las
elecciones internas, bajo la causal de haber realizado una falta grave de
palabra contra el empleador, en segunda instancia se consideró que el despido
se había dado bajo causas justificadas, lo cual fue recurrido por el trabajador
en instancias subsecuentes sin encontrar tutela, en particular respecto a su
derecho de estabilidad laboral, es decir, frente al despido arbitrario por parte de
la empresa el estado no adoptó medidas adecuadas para proteger la
vulneración del derecho del trabajo imputable a terceros, luego entonces, la
Corte concluye que el despido arbitrario del señor Lagos del Campo le privo de
su empleo y demás beneficios de la seguridad social, ante lo cual el estado
peruano no tuteló el derecho a la estabilidad laboral, derivado que el Estado
tenía la obligación, en el ámbito privado, de los siguientes deberes: a) adoptar
las medidas adecuadas para la debida regulación y fiscalización de dicho
derecho; b) proteger al trabajador y trabajadora, a través de sus órganos
competentes, contra el despido injustificado; c) en caso de despido injustificado
remediar la situación ( ya sea a través de la reinstalación o, en su caso, la
indemnización y otras prestaciones); y d) el estado debe de disponer de
mecanismos efectivos de reclamo frente a una situación de despido
injustificado, a fin de garantizar el acceso a la justicia y la tutela judicial efectiva
de tal derecho.
En razón de ello, la Corte encontró que el despido del señor Lagos del Campo
trascendió a la violación de su derecho individual a la libertad de asociación,
pues privó a los trabajadores de la Comunidad Industrial de la representación
de uno de sus líderes, en especial en la elección que habría tenido lugar bajo
su supervisión como Presidente del Comité Electoral. De igual forma, la Corte
advirtió que el despido del señor Lagos del Campo, al haber sido realizado en
represalia por sus labores de representación, pudo tener un efecto
amedrentador e intimidante en los demás miembros de la Comunidad
Industrial. El despido del señor Lagos del Campo trascendió a la violación de
su derecho individual a la libertad de asociación, pues privó a la Comunidad
Industrial de la representación de uno de sus líderes, en especial en la elección
que habría tenido lugar bajo su supervisión como Presidente del Comité
Electoral.
Finalmente, las reparaciones directas a las que condenó la CIDH, fueron las
siguientes:
a) Publicar en el plazo de seis meses un resumen de la
sentencia por una sola vez en el diario oficial, en el diario de
amplia circulación nacional y la sentencia en su totalidad debe
estar disponible por un año en un sitio web de manera
accesible al público y desde la página de inicio.
b) Con motivo del despido y desprotección judicial, la víctima
se vio en desamparo acerca de su situación laboral, lo cual
afectó sus condiciones de vida, por lo que la Corte estima que
se otorgue un monto de $28,000 (veintiocho mil dólares de los
Estados Unidos de Norte América).