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DE PLANTAS
PRODUCTIVAS
Lluís Cuatrecasas Arbós
Colección: Monografías
Serie: ADMINISTRACIÓN / MARKETING
Esta monografía está formada por un capítulo del libro:
ORGANIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN Y
DIRECCIÓN DE OPERACIONES
Autor: Lluís Cuatrecasas Arbós
(Obra completa publicada por Ediciones Díaz de Santos). Puede ocurrir que
en el texto de esta monografía se haga referencia o citen otras páginas que
correspondan a otros capítulos de la obra completa, esto sería normal al
haberse respetado la paginación original.
http://ediciones.diazdesantos.es
ediciones@diazdesantos.es
ISBN 978-84-9969-350-7
+PZL|VPU[LNYHSKLWSHU[HZWYVK\J[P]HZ
+PTLUZPVUHKV`SVJHSPaHJP}U
El tamaño de los sistemas productivos y las plantas que los sustentan es de una
importancia trascendental y determinante del éxito o fracaso de los procesos de
producción que se desarrollen en su seno. De hecho, la dimensión y, por tanto,
la capacidad de las plantas de producción, es un input decisivo en el diseño e im-
plantación de procesos de acuerdo con un volumen de producción a obtener (la
carga de trabajo) y las posibilidades de la planta para absorberlo (su capacidad); la
adecuación de una y otra ha sido siempre determinante para el éxito de la implan-
tación.
Sin embargo, cuando tratamos de abordar el tema de la dimensión de un sistema
productivo y de sus plantas, surge la cuestión de cómo medirla y, por supuesto, cómo
optimizar esta medida. Trataremos de resolver ambas cuestiones.
La medida de la dimensión estará inevitablemente relacionada con alguna varia-
ble referente al tamaño de la planta: volumen de producción, capacidad de las má-
quinas y equipos, número de trabajadores, etc., y no existe una de ellas cuya utiliza-
ción esté universalmente implantada, ya que se utilizan indistintamente unas y otras
en función de la que permita optimizar de forma más cómoda y rápida la dimensión
del sistema productivo.
Como medida más cercana al diseño de plantas productivas podría utilizarse la
capacidad de producción, de acuerdo con las máquinas, equipamientos e instala-
ciones que compongan la planta; además esta es una buena medida por su carácter
estructural, pues la dimensión estará inevitablemente ligada a la estructura, mientras
que otras medidas como el volumen de producción o el número de trabajadores son,
evidentemente, coyunturales.
La capacidad no es otra cosa que la cantidad de producto que puede obtenerse
en un sistema productivo operando a pleno rendimiento todo el tiempo de que se
311
312 ORGANIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN Y DIRECCIÓN DE OPERACIONES
El coste unitario directo total (es decir, coste imputable al sistema productivo, por
unidad de producto), será:
CDu = CD / p = CFP(q) / p + Cdu
En caso de que el sistema productivo opere a plena capacidad, objetivo deseable
y alcanzable si dimensiona adecuadamente:
CD = CFP (q) + Cdu . q
y, por tanto:
CDu = CFP (q) / q + Cdu
Dado que Cdu no depende (en principio) de q y que CFP (q) decrece con ella, el
coste total CD normalmente decrecerá con q.
A este coste total podemos añadir el coste de distribución (transporte, básica-
mente) del producto hasta el mercado, el cual, como resulta lógico, aumentará
con la distancia; así pues, supongamos que Cdd es el coste de distribución por
unidad de producto, función de la distancia media a la que habrá que enviar
el mismo, que dependerá de la situación y extensión del mercado a abastecer,
dependencia ésta, que se transformará en una dependencia de q; en efecto, este
coste crecerá con q, pues a medida que la capacidad de producción aumente, au-
mentará también la distancia media a la que habrá que enviar el producto, pues
habrá que abastecer un mercado mayor. Así pues, el coste total de distribución
será:
CDd = Cdd (q) . p
Y operando a plena capacidad de producción:
CDd = Cdd (q) . q
El coste unitario de distribución a plena capacidad será, finalmente:
CDdu = Cdd (q) . q / q = Cdd (q)
El coste total directo de producción, del producto obtenido, situado en el lugar que
lo precisa el cliente, será la suma de ambos, cuyo valor deberá ser, suponiendo que se
opere a plena capacidad:
CDT = CD + CDd = CFP (q) + Cdu . q + Cdd (q) . q
Y el coste unitario total directo de producción, será:
CDTu = CDu + CDdu = CFP (q) / q + Cdu + Cdd (q)
DISEÑO INTEGRAL DE PLANTAS PRODUCTIVAS. DIMENSIONADO Y LOCALIZACIÓN 315
Este coste está constituido por dos términos, el coste de producción y el coste
de distribución, que de acuerdo con lo ya expuesto tienen una evolución contraria
al aumentar q (uno decrece y el otro crece), por lo que la suma de ambos, el coste
total directo unitario, pasará por un mínimo (véase Figura 9.1), que nos dará pues,
la dimensión óptima global de la planta a través de su capacidad, aunque medida en
costes y por tanto respetando el objetivo de beneficio (por CD), además del volumen
de ventas (por la capacidad q).
Esta dimensión óptima, para la cual el coste de cada unidad de producto será
mínima, incidirá en dos aspectos determinantes: la capacidad q y la distancia media
a la que se podrá llegar con los productos de una planta dada y por tanto el mercado
posible a abastecer, lo cual supone que la solución obtenida nos informará asimismo
de hasta qué punto convendrá centralizar la producción en una sola planta o, por el
contrario, distribuirla en varias plantas, con una dimensión óptima cada una.
Veámoslo de aplicar a un caso ejemplo, para lo que tomaremos nuestra conocida
planta tipo taller, fabricante de armarios metálicos. La planta en cuestión se equipará
con todas las máquinas y equipos que se propusieron en el capítulo dedicado a la im-
plantación tipo taller para este tipo de fabricación, aunque tales equipamientos con-
templaban la posibilidad de fabricar algún otro producto, ya que los talleres deben
equiparse pensando en la posibilidad de llevar a cabo la producción de productos
bien distintos.
Las alternativas de dimensión por capacidad que consideraremos estarán relacio-
nadas con el ámbito de mercado alcanzado: local, regional, nacional y exportación; la
316 ORGANIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN Y DIRECCIÓN DE OPERACIONES
capacidad necesaria para cada uno y los equipos que ésta requerirá pueden observarse
en la tabla de la Figura 9.2; en ella, las necesidades de equipos se miden en la cantidad
precisada de cada uno de ellos, excepto en el apartado de estanterías y equipamientos
adicionales, que está valorado en euros (½); además, figuran también en la tabla, las
distancias medias para cada alternativa de dimensión y el coste en euros por kilómetro
de cada alternativa, que variará (por la influencia de los medios de transporte y las
distancias).
d
D=
KC
1+
KP
donde Dxk y Dyk son las coordenadas X e Y de cada uno de los centros k involucrados
en tráfico de mercancías con el centro productivo a ubicar, siendo Qk el volumen de
mercancías desplazado. Es evidente que en este método, el volumen de materiales
y productos transportados y las distancias a las que se mueven, son los factores clave
para la elección de la localización.
322 ORGANIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN Y DIRECCIÓN DE OPERACIONES
donde: CCkj es el coste por unidad de distancia, del envío de la mercancía que
produce el centro k, cuando va destinado al cliente j.
y Dji es la distancia entre la posible localización i y el cliente j.
La magnitud a minimizar será el coste total del transporte, por suma de los costes
de cada posible localización de los centros:
con las condiciones de limitación correspondientes a que cada factor Fik solo puede
tener un valor 1 (para un cierto emparejamiento i-k) y el resto de valores serán cero
y, además, de forma que los emparejamientos sean siempre distintos (si una localiza-
ción i se asigna a un centro k, ya no puede asignarse a otro); todo ello se indica como
sigue:
Fik = Fik2 (forma de indicar que Fik solo puede tener el valor 1)
El modelo pues, se presenta como un problema de programación lineal y puede,
por tanto, resolverse como se procede en este tipo de problemas (remitimos al lector
DISEÑO INTEGRAL DE PLANTAS PRODUCTIVAS. DIMENSIONADO Y LOCALIZACIÓN 323
a textos especializados en el tema, en esta obra vamos a darle una solución especial,
el denominado método húngaro, especialmente concebido para este problema.
El método húngaro
Para llevar a cabo una exposición más cómoda y práctica de este método, vamos a
aplicarlo sobre un caso concreto de producción distribuida en varios centros, que se
referirá a los conocidos productos que hemos utilizado anteriormente en produccio-
nes de tipo taller: armarios metálicos, caballetes, carritos, depósitos metálicos y rejas
metálicas, de forma que habrá un taller especialmente dedicado a cada uno de estos
productos, en una localización distinta.
Consideraremos los siguientes, como centros involucrados en el problema de la
localización, junto a la nomenclatura que a partir de ahora utilizaremos para cada
uno de ellos:
Centros productivos: TA: Taller de armarios metálicos
TB: Taller de caballetes
TC: Taller de carritos
TD: Taller de depósitos metálicos
TR: Taller de rejas metálicas
Localizaciones posibles para los mismos: PI: Polígono industrial
PL: Parque logístico
PM: Polígono mediterráneo
PN: Polígono Norte
PT: Parque tecnológico
Como puede apreciarse, hemos previsto igual número de centros (N) que de lo-
calizaciones posibles para ellos (M), es decir, cinco en ambos casos, aunque ya se ha
dicho que de no ser así, también podría resolverse el problema fácilmente.
Clientes destinatarios: CEH: Comercial de equipamiento del hogar
CDI: Comercial distribuidora industrial
GE: General de equipamientos
Las distancias en kilómetros, desde las posibles localizaciones a los clientes (in-
dicados ambos por la nomenclatura ya definida) son las que figuran en la tabla de la
Figura 9.5.
3, 3/ 30 31 37
*(
Asimismo, los costes de transporte por unidad de producto y distancia son, para
cada centro o planta de producción, los Cu de la tabla de la Figura 9.6, en la que
figura asimismo la cantidad q que constituye un lote de transporte (cantidad de
material o producto que se transporta de forma conjunta) y finalmente se halla en
la citada figura, para cada centro productivo, el producto de ambas magnitudes, el
coste total por unidad de distancia, CT. Todo ello, a su vez, se ha calculado para
cada cliente receptor del envío de acuerdo con el tipo de producto y también con
la posibilidad de que el cliente solo adquiera algunos de los productos; de esta
forma, en la citada tabla hay casillas vacías que corresponden a centros productivos
que no envían mercancía alguna al cliente en cuestión.
7$ 7% 7& 7' 75
&X T &7 &X T &7 &X T &7 &X T &7 &X T &7
Tomando los datos de ambas tablas podemos determinar el coste global de trans-
porte de asignar un centro Ci a una localización Lk, que responderá a la expresión de
cálculo siguiente, por suma de los costes de envío de una mercancía correspondiente
a un centro concreto desde una localización concreta, a cada uno de los clientes
destinatarios:
&&L/N &7&L&(+['&(+/N&7&L&',['&',/N&7&L*(['*(/N
La tabla de la Figura 9.7 contiene los valores resultantes de aplicar esta expresión
a todos los posibles transportes de los productos correspondientes a los centros pro-
ductivos, desde todas las posibles localizaciones (de forma que cada uno contemple
los envíos a todos los clientes a los que debe enviarse mercancía).
7$ 7% 7& 7' 75
Se tratará ahora de asignar una (y solo una) localización a cada centro o planta
productiva, de forma que se minimice el coste total de transporte. La resolución de
este problema por medio del método o algoritmo húngaro procede como sigue, basán-
dose en que la solución final no se altera por el hecho de sumar o restar una misma
cantidad a todos los valores de una fila o una columna de la tabla de datos de coste
total anterior:
Se comienza por determinar el valor más pequeño de cada fila de la tabla anterior
y se resta de todos y cada uno de los valores de la fila a la que corresponda, a fin de
conseguir que haya un cero en cada una de las filas. El resultado puede observarse
en la tabla de la Figura 9.8.
7$ 7% 7& 7' 75
Figura 9.8. Tabla de costes totales tras restar el menor valor de cada fila.
7$ 7% 7& 7' 75
3,
30
31
Figura 9.9. Tabla de costes totales tras restar el menor valor de cada columna.
Para ello procederemos buscando los ceros tales que, en la fila y columna que se
cruzan en él, haya el mínimo número de ceros (que se «malgastarían» inútilmente,
puesto que ya no servirían para otra asignación). Otro criterio a seguir es asignar
primero los ceros de aquellos centros que no tienen otra posibilidad. Veamos cómo
aplicar ambos criterios: a TA solo puede asignársele PM, pues no tiene otra fila con
un cero; a TB puede asignársele PI (3 ceros en total en la fila y columna que se cru-
zan en TB-PI), PM (que ya está adjudicado) y PT (4 ceros), por lo que le asignaremos
PI; así, seguiremos procediendo y trataremos de asignar, como se ha dicho, una fila
(localización) a cada columna (centro).
En nuestro caso no será posible hacer esto, pues a TC solo puede asignársele
PN y lo mismo ocurre con TR, por lo que PN solo podrá asignarse a uno de los dos
centros; le asignaremos el centro TC. La tabla de la Figura 9.10 muestra, con un
fondo tramado en dirección opuesta al tramado anterior, las asignaciones posibles,
que obviamente solo son cuatro.
7$ 7% 7& 7' 75
3,
30
31
caso serán las PM y PN. El resto de la matriz, no puede presentar cero alguno: el
menor valor de esta submatriz será el exceso a pagar por lograr nuevas asignaciones;
en nuestro caso este valor mínimo de la submatriz es 20.
7$ 7% 7& 7' 75
3, ;
3/ ;
30
31
A partir de este punto se procederá a sumar este valor mínimo (20, en nuestro
caso) a las filas no marcadas de la matriz de la Figura 9.11 y, posteriormente, restarlo
de las columnas no marcadas de la matriz resultante. Las tablas de la Figura 9.12,
muestran estas operaciones y las correspondientes matrices resultantes.
6XPDUHOPHQRUYDORUREWHQLGRDILODVVLQPDUFD
7$ 7% 7& 7' 75
3,
31
5HVWDUHOPHQRUYDORUREWHQLGRDODVFROXPQDVVLQPDUFD
7$ 7% 7& 7' 75
3,
30
31
',6326,&,Ï1+25,=217$/ ',6326,&,Ï19(57,&$/
RQVWUXFFLyQPiVOLJHUD
& (
OWHUUHQRSXHGHVHUGHPHQRUH[WHQVLyQ
1RVHQHFHVLWDQPRQWDFDUJDV &
XELHUWDVGHPHQRUPDJQLWXG
3RVLELOLGDGGHLOXPLQDFLyQSRUFODUDER\DV 0
DQXWHQFLyQSRUJUDYHGDG
&DUJDHQVXHORLOLPLWDGD
3RVLELOLGDGGHSRVWHULRUHVDPSOLDFLRQHVHQDOWXUD
Determinar los equipos necesarios que se precisan por puesto para abordar toda la
producción programada es un aspecto de la distribución que aborda el problema del
dimensionado, pero en cuanto al detalle de la planta. Para obtener las cantidades de
los distintos equipamientos, nos basaremos en una evaluación ajustada de las horas
por puesto en la que utilizaremos la siguiente nomenclatura:
• Horas empleadas en el puesto i para procesar una unidad del producto j: hij.
• Número total de unidades del producto j a procesar en el puesto i: Nij.
DISEÑO INTEGRAL DE PLANTAS PRODUCTIVAS. DIMENSIONADO Y LOCALIZACIÓN 331
• Número total de horas en el puesto i para procesar todos los productos: Hi.
• Número total de equipos necesarios en el puesto i: Ei.
Para llevar a cabo esta evaluación, nos ayudaremos de la tabla de la Figura
9.14.
38(6726'(75$%$-2
352'8&726
$ % 0
K$1$ +%1% «« +010
K$1$ +%1% «« +010
««« ««
S K$S1$S +%S1%S «« +0S10S
727$/'(+25$6 +$ +% «« +0
727$/'((48,326 ($ (% «« (0
donde:
7,326'($&7,9,'$'352'8&7,9$ N
*UDQLQGXVWULDDOLPHQWDFLyQ\HYDFXDFLyQPHGLDQWHJU~DSXHQWH D
7UDEDMRHQFDGHQDFRQWUDQVSRUWDGRUDpUHR D
7H[WLOKLODGRV D
7H[WLOWHMLGRV D
5HORMHUtD\MR\HUtD D
3HTXHxDPHFiQLFD D
,QGXVWULDPHFiQLFD D
38(6726'(
6HVP Q 6JP 6HYP 6WP
75$%$-2
3UHQVDKLGUiXOLFD [ [
&L]DOOD [ [
3XQ]RQDGRUD [ [
683(5),&,(727$/67P ª
una planta (o varias) con diversos circuitos de materiales que dan lugar a produccio-
nes distintas.
Con el fin de lograr una mayor claridad a la hora de explicar este método, hare-
mos referencia constantemente a ejemplos prácticos. Imaginemos un taller en el que
se fabrican tres piezas (A, B, C) y en el que disponemos de diez puestos de trabajo
(numerados del 1 al 10). Las gamas de cada una de las piezas son las de la primera
tabla de la Figura 9.18, por lo que los enlaces (eslabones) entre puestos de trabajo
serán los de la segunda tabla de dicha figura.
3,(=$6 25'(1'(/2638(6726'(75$%$-2
$
%
&
3,(=$6 25'(1'(/26(6/$%21(6
; ; ;
;
; ; ;
;
;
;
; ;;;
;;
;
2) Alrededor de este puesto central se situarán aquellos puestos que tengan una
relación más fuerte con él, es decir, un mayor número de uniones. Así, si el
puesto central es el 4, el puesto 3, con el que tiene tres uniones deberá estar
necesariamente lo más próximo posible.
3) A continuación se considerará la posibilidad de situar los puestos que tengan
algún enlace con el central (en nuestro caso, los puestos: 2, 5 y 10) lo más
próximo posible a éste.
4) Finalmente, trataremos de situar alrededor de los puestos con mayor núme-
ro de enlaces con el central, aquellos puestos que tengan el mayor número
de uniones respecto a ellos. Este último paso se irá repitiendo sucesivamente
hasta haber colocado todos los puestos existentes, vigilando que cada puesto
quede cerca de aquellos con los que la relación sea máxima, pero teniendo en
cuenta que algunos de ellos tienen una ubicación especial predeterminada o
condicionada.
Tal como podemos deducir, no existirá una solución única ya que dependerá del
criterio que escojamos. Así por ejemplo, la Figura 9.20, muestra una posible solución
basada en una retícula triangular.
Ahora bien, hasta el momento hemos supuesto la misma complejidad en todos
los eslabones, es decir, que el flujo de materiales en todos los enlaces era el mismo.
Sin embargo, este caso no será el más usual ya que podemos tener eslabones por los
que circulen una mayor cantidad de piezas que en otros, o puede ser también que, a
igualdad de volumen de piezas, las que pasen por determinados eslabones sean más
pesadas y difíciles de transportar que las que circulen por otros, etc. Por tanto, para
estudiar un caso más genérico, deberemos ponderar de alguna manera la importan-
cia de los eslabones a fin de tener en cuenta estos diferentes niveles de importancia
al situarlos en una distribución.
336 ORGANIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN Y DIRECCIÓN DE OPERACIONES
En este sentido, supongamos que en nuestro ejemplo introducimos ahora los vo-
lúmenes de fabricación de las distintas piezas y su tamaño relativo. En este caso,
podríamos establecer como criterio, a efectos de ponderación, el producto de las
unidades fabricadas por su tamaño relativo lo que, como puede apreciarse, es lo que
hemos hecho en la tabla de la Figura 9.21.
En dicha tabla hemos introducido junto a cada una de las piezas que ya compo-
nían el caso anterior, el volumen de producción diario, el tamaño relativo de cada
una, a fin de distinguir entre la dificultad de acarrear unas u otras, y hemos obtenido
un factor de ponderación de su importancia que tiene en cuenta ambos aspectos, por
cuanto se obtiene por producto de los dos.
Una vez obtenido este cuadro, procederíamos del modo anteriormente descrito a
propósito del cuadro de eslabones.
En el caso que ya tengamos realizada la distribución de la planta, a modo de análisis,
utilizando un cuadro de tránsito modificado en el que se reflejen las distancias entre pues-
tos y el sentido en que tiene lugar el tránsito, podremos obtener datos de gran relevancia.
En esta línea, continuando con el ejemplo inicial, supondremos los puestos de
trabajo 1 a 10 situados en el orden y con la escala de distancias siguientes:
PPPPPPP
3XHVWRV
1$9( «
3XHVWRV
1$9(
«
3XHVWRV
1$9( «
llevará a cabo básicamente sobre una distribución por talleres, aunque el ensamblaje
pueda hacerse en cadena, optimizando la producción de cada uno para trabajar so-
bre lotes, arbitrando los stocks necesarios en cada centro-taller para la implantación
de este tipo de producción.
La secuencia del proceso mostrada es, de hecho, una secuencia de talleres que
intervienen en él, como puede apreciarse perfectamente. De ahí que sea un proceso
aparentemente muy sencillo, ya que cada uno de los centros-talleres que componen
la secuencia que presentamos está constituido, a su vez, por un conjunto de opera-
ciones y máquinas.
El siguiente paso consistirá en construir el cuadro de tránsitos por centros en el
que, en este caso, reflejaremos tanto los tránsitos de personas como los de materiales.
La Figura 9.26 muestra dicho cuadro.
A partir de este cuadro se observa que los centros que soportan el mayor tráfico de
materiales son, en primer lugar, el almacén de materias prima y luego el taller mecá-
nico y de prensas. En cuanto al tránsito de personal se refiere, el tráfico se concentra
en el aparcamiento y, en menor medida, en el vestuario.
Todo ello nos permitirá realizar múltiples propuestas de implantaciones con la
ayuda de un reticulado triangular, de las cuales presentaremos tres posibles solucio-
nes que, a su vez, darán lugar a tres posibles distribuciones de la planta, persiguiendo
en todo momento acercar al máximo los centros que soportan un mayor tráfico entre
sí pero sin olvidar tener en cuenta la secuencia de fabricación del proceso productivo
de dicha planta.
342 ORGANIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN Y DIRECCIÓN DE OPERACIONES
7Ui¿FRGHPDWHULDOHV7PDxR
7Ui¿FRGHSHUVRQDV1GtD
&DQWLGDGGHHTXLSRV
(48,326
7$/$'52 7521=$'25$ 35(16$ %$1&2'(75$%$-2
3URGXFFLyQ &DQWLGDG 7LHPSR 7LHPSR &DQWLGDG 7LHPSR 7LHPSR &DQWLGDG 7LHPSR 7LHPSR &DQWLGDG 7LHPSR 7LHPSR
352'8&726 DQXDO RSHUDFLRQHV Pi[LPR WRWDOXQLGDG RSHUDFLyQHV Pi[LPR WRWDOXQLGDG RSHUDFLRQHV Pi[LPR WRWDOXQLGDG RSHUDFLRQHV Pi[LPR WRWDOXQLGDG
Pi[LPD VHJXQGRV VHJXQGRV Pi[LPD VHJXQGRV VHJXQGRV Pi[LPD VHJXQGRV VHJXQGRV Pi[LPD VHJXQGRV VHJXQGRV
&DEDOOHWH
7RWDOXQLGDGVHJ 7RWDOXQLGDGVHJ 7RWDOXQLGDGVHJ 7RWDOXQLGDGVHJ
727$/(6
*OREDOKRUDV *OREDOKRUDV *OREDOKRUDV *OREDOKRUDV
ORGANIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN Y DIRECCIÓN DE OPERACIONES
+RUDV (9$/8$&,Ï1'(
(48,32 &$17,'$''(),1,7,9$
$xR /$&$17,'$'
7$/$'52 (OSHTXHxRH[FHVRTXHIDOWDVH
FRPSHQVDUiFRQPD\RUSURGXFWLYLGDG
683(5),&,(61(&(6$5,$63$5$/26(48,326
3UHQVD
/DVXSHUILFLHGHJUDYLWDFLyQWHQGUiVLHPSUHGREOHFDUDDGLFLRQDOXQDSDUDWUDEDMDU\WHQHUDFFHVRSDUDOOHYDUDFDERHOPDQWHQLPLHQWR\RWUDSDUD
SDUDVWRFNV\QHFHVLGDGHVDGLFLRQDOHVVLODVKD\GHPDQWHQLPLHQWR/RVEDQFRVGHWUDEDMRVHUiQXQDH[FHSFLyQVRORWHQGUiQXQDFDUDDFFHVLEOH
\HOSHTXHxRVWRFNSUHFLVRHVWDUiDOODGRGHOWUDEDMDGRURVREUHHOEDQFR\QRKDEUiPDQWHQLPLHQWRODVXSHUILFLHRFXSDGDVHUiWDPELpQUHFWDQJXODU
Figura 9.34. Distribución en planta del taller mecánico, con medidas de superficies
Procederíamos igual con todos los demás centros de la planta, sean de producción
o servicios anexos; una vez tengamos cada uno de ellos con su superficie podremos,
por fin, convertir las soluciones de la distribución en planta realizadas sobre retícula
(con los centros indicados por puntos y por tanto sin ocupación física), en una planta
real con una ocupación asimismo real.
Las Figuras 9.35, 9.36 y 9.37 muestran las tres soluciones desarrolladas sobre la
retícula, convertidas en las correspondientes distribuciones en planta, con los centros
ocupando la superficie que les corresponde, toda vez que ya han sido debidamente
dimensionados. En algunos casos, por motivos prácticos relacionados con la propia
distribución, se han asignado superficies mayores a las obtenidas, si puede ser de inte-
rés y no afecta al conjunto, pero en ningún caso podrán ser menores. Ahora podemos
pasar ya a la selección de la solución óptima.
Esta es la última fase a realizar que nos permitirá obtener la distribución en planta
definitiva, lo que se llevará a cabo a partir de la serie de soluciones que hemos desa-
rrollado, las cuales serán evaluadas de acuerdo a los criterios que se juzgue conve-
nientes en cada caso. Dichos criterios deberán ser ponderados según su importancia,
estableciendo un sistema que los haga compatibles.
DISEÑO INTEGRAL DE PLANTAS PRODUCTIVAS. DIMENSIONADO Y LOCALIZACIÓN 349
Muchos podrían ser los criterios en relación a los cuales evaluar las soluciones.
Sin embargo, en general, se consideran de gran interés por su transcendencia los
siguientes:
• Racionalidad de la implantación.
• Inversiones y costes relacionados con la implantación, que acarreará.
• Costes de funcionamiento del conjunto.
• Flexibilidad a cambios y ampliaciones.
• Superficie libre y facilidades para ampliaciones.
• Minimización y racionalización de recorridos de materiales, personas y ele-
mentos de transporte.
• Seguridad.
• Adaptación a normativas generales y locales.
• Facilidad de puesta en marcha y control de los procesos de producción.
Así pues, el procedimiento de selección consistirá en someter todas las soluciones
encontradas al juicio de un equipo integrado por todas aquellas personas que, de algún
modo, interesa que emitan su valoración (incluso los futuros usuarios de la instala-
ción), acerca de todos los aspectos susceptibles de crítica. Cada uno de estos aspectos
será evaluado mediante un coeficiente de ponderación, cuyo valor reflejará la impor-
tancia del mismo.
En este sentido, retomando el caso práctico de nuestra planta en el que, recorde-
mos, habíamos obtenido tres posibles soluciones, los criterios que se han elegido para
escoger la mejor de ellas, así como sus coeficientes de ponderación, son:
1. Secuencia de operaciones: debe ser lo más uniforme posible. Ponderación: 10.
DISEÑO INTEGRAL DE PLANTAS PRODUCTIVAS. DIMENSIONADO Y LOCALIZACIÓN 351
Así pues, en nuestro caso y de acuerdo con los resultados de la tabla de la Figura
9.38, la solución 1 es la idónea, aunque en el criterio con mayor ponderación (se-
cuencia del proceso) la solución 2 sea igual de buena, además de que en el criterio
que hace referencia a las ampliaciones resulta mejor la segunda solución, especial-
mente por lo que se refiere a situación de la zona de verificación, que puede mejorar
352 ORGANIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN Y DIRECCIÓN DE OPERACIONES
ISBN 978-84-9969-350-7