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ataa2, 14:01 Elogio de la vereda Jerania, en vivo: una joven promesa olimpica ucraniana muri por los bo Directo Guerra Rusia- Elogio de la vereda Diversos autores reivindican las aceras como primer eslabén del edificio democratico: puentes entre lo ptiblico y lo privado, acechados por la modernidad. La ciudad asigna a cada una de sus veredas -o aceras- la funcién de contactar lo privado con lo publico. 04/07/2018 1247 1 Clarincom Revista Ideas | Actualzado al 08/12/2016 21.07 Una de las mtiltiples formas de adentrarse en el andlisis de la ciudad consiste en estudiar sus veredas. Arquitectos, Iitps:tww.clarin.comimideas/Elogiowereda_0_rktxeaUsP7x.html 19 ataa2, 14:01 Elogio de la vereda RLU, CULO AA CULL CL OA UO UL A ROR, pauperizacion de nuestras sociedades urbanas; otros, la persistente invitacion a vivir la ciudad de manera mas abierta y cosmopolita. Veredas, aceras, andenes son algunos de los nombres con que se identifica, en América Latina, la orilla de la calle, el sitio por el que transitan los peatones, y en consecuencia el primer lugar de contacto entre los diversos habitantes de la polis. En la vereda tiene lugar el contacto mas genérico e impersonal de los ciudadanos entre si, y los otros contactos mas puntuales: el que se da entre vecinos, todos los dias, y el otro contacto, mds eventual, entre visitantes y locales. El polit6logo Mauricio Garcia Villegas afirma que en las veredas se pueden encontrar “claves importantes sobre el tipo de ciudadanos que habitan una ciudad, la manera como se relacionan entre si y la visidn que tienen de la autoridad pliblica e incluso del Estado”. Aun antes de convertirse en alcalde mayor de Bogota —lo fue entre 1998 y 2000-, el economista colombiano Enrique Pefialosa habfa instalado en la agenda ptiblica la urgencia de una profunda revalorizacion de las veredas de su ciudad. Lo interesante de su propuesta es que Pefialosa reivindicaba el lugar de la vereda en dos sentidos: como motor de la vida turistica y como motor de los principios democraticos. “Muchas ciudades —declar6— buscan atraer turistas a sus carnavales y fiestas, otras a sus playas. Casi todas olvidan que lo que mas atrae a los turistas en todo el mundo son sectores agradables para caminar y ver gente.” Pefialosa veia ademas en la degradaci6n de las aceras una lenta demolicién de la “superestructura del edificio democratico” de una poblacién. Iitps:tww.clarin.comimideas/Elogiowereda_0_rktxeaUsP7x.html 29 ataa2, 14:01 Elogio de la vereda UIA MALI CUR A PE LEO ARIS LER, LU comercios y oficinas— y lo pttblico, la vereda es un puente entre ambos; es el primer espacio compartido, el primero en el que el ciudadano pasa a formar parte, lo quiera o no, de una experiencia colectiva. En consecuencia, su cuidado constituye “una primera forma de educacion civica”. En el espacio de la vereda se exteriorizan sentimientos de pertenencia, identidad local, participacion y solidaridad. Su deterioro y su reduccion significan un retroceso de los valores democraticos. Con estas ideas en mente, Pefialosa llev6 a cabo una cruzada contra la invasion del espacio peatonal por parte del transito vehicular esparciendo miles de pilotes (“bolardos”) para proteger el lugar de las veredas 0 para crearlas alli donde no se distinguian de la calle. La “guerra de los bolardos” que tuvo, a nivel municipal, fue quiza un escollo en la continuidad politica de Pefialosa, aunque algunos sectores siguen reivindicando su batalla en defensa de una ciudad mds decididamente peatonal. En sus Aguafuertes portefias , Roberto Arlt hace una encendida apologia de las veredas. No solo la elogia por ser el sitio por donde uno camina junto a los otros, sino sobre todo por ser el sitio donde uno se detiene y se sienta a descansar. Arlt celebra la vieja costumbre de la “silla cordial de la puerta de calle, la silla de la vereda”. Dice que ella es “silla de la amistad”, el espacio “donde se consolida un prestigio de urbanidad ciudadana”. Sin embargo, la misma existencia de las veredas —que a menudo los portefios damos por descontada— no es algo generalizado. Ni siquiera en la propia Buenos Aires, ya que sus villas, por ejemplo, tienen pasillos pero no aceras que dividan claramente la zona por donde se Iitps:tww.clarin.comimideas/Elogiowereda_0_rktxeaUsP7x.html 398 ataa2, 14:01 Elogio de la vereda fue PUL le Yue WaUOaL yee MIS, We LUG uL U LeU PUL No todas las urbes fueron disefiadas con veredas, ni todas las veredas disefiadas terminan usdndose efectivamente como lugar de transito peatonal, ni todas las ciudadanias quieren veredas rodeando sus propiedades. Aqui, las veredas dejan de ser espacio publico. En los documentos para el reordenamiento territorial de las principales ciudades de Costa Rica, Maribel Pérez Pelaez y Ronulfo Alvarado Salas se ocupan de estas dos tltimas modalidades. “A veces, individuos o grupos se aduefian de las aceras y las convierten en prolongaciones de esas casas”. Por otro lado, “en el otro extremo de la escala social, donde estan los mas ricos, pasa algo similar”. Pérez y Alvarado explican que en los barrios de casas grandes “que son como pequefias fincas, rodeadas de jardines”, planificados “a la moda estadounidense”, tampoco existen veredas que puedan ser usadas como espacio ptiblico. “En muchas zonas de Estados Unidos no hay aceras simplemente porque no hay peatones o porque los pocos que hay son marginados —latinos o negros— que no tienen automévil. Eso explica que en los barrios ricos de algunas ciudades norteamericanas la gente se oponga a que el municipio construya andenes; asi no sdlo no tienen que ceder parte de su jardin, sino que evitan que los pobres pasen por sus Casas”. En las areas céntricas, donde todavia se conservan aceras, éstas suelen ser estrechas y su mal estado es generalizado. En estas Zonas —aunque no exclusivamente-, las veredas se emplean como depésitos de basura 0 como estacionamiento y se instalan toda clase de elementos que dificultan el desplazamiento: carteles de propaganda, exhibidores cada vez mas grandes para venta ambulante. Las aquejan recurrentes Iitps:tww.clarin.comimideas/Elogiowereda_0_rktxeaUsP7x.html 49 ataa2, 14:01 Elogio de la vereda ampliacion de aceras de las avenidas Corrientes, Roque Saenz Pefia, Boedo, y otras —cuyos resultados todavia no son visibles— apuntaron a “absorber el flujo de peatones” e “incentivar la actividad comercial”, segtin declaré en su momento la encargada de planificacidn del gobierno portefio. En el volumen Ciudades del 2010 : entre la sociedad del conocimiento y la desigualdad social (UNAM, 2012), el arquitecto Fernando Carrién Mena destaca como, a pesar de que “en la centralidad urbana de América Latina se estan invirtiendo significativos recursos econémicos”, ésta sin embargo “se vacia de poblacion y, lo que es mas grave, se vacia de sociedad”. La tendencia regional es a que la vereda “democratica, donde todos se encuentran”, vaya desapareciendo “para dar paso a las vias de progreso”. No interesa el peaton, sino los espacios de circulacién, donde la palabra enmudece y desaparece el didlogo entre ciudadanos. TEMAS QUE APARECEN EN ESTA NOTA Ciudades Del Siglo XX1 Iitps:tww.clarin.comimideas/Elogiowereda_0_rktxeaUsP7x.html 59

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