El delgado limite entre la voluntad de las partes y
la del mediador
Diana Eilbaum
Una de las caracteristicas més apasionantes del proceso de
mediacién para quienes nos iniciamos con estos temas en la
Argentina antes de la sancién de la ley fue la voluntariedad, y el
efecto a través de ella perseguido, la autocomposicién, esto es,
la posibilidad que se le otorga a las personas que se encuentran
en conflicto de ser éllas mismas las que decidan qué hacer y
cémo tratar el mismo.
A diferencia del proceso judicial, en el cual un tercero
resuelve por ellas, en la mediacién el poder lo detentan las
partes.
La mediacién prejudicial obligatoria establecida por la ley
24573 provocé serias discusiones y muchos plantearon que
contradecia el espiritu del proceso de mediacién. En el debate
parlamentario que precedié a la sancién se discutié largamente
el tema, y entre sus antecedentes se destaca que la
obligatoriedad tenia relacién con el efecto buscado, que era crear
una nueva cultura que disminuyera el grado de litigiosidad
imperante en la sociedad. Se dijo que si la mediacién se
establecia en forma voluntaria, al no existir esa cultura se corria
el riesgo de que no se utilizara, y no se pudiera probar la
eficacia del procedimiento, La idea era que la obligatoriedad
fuera’ temporal, ya que una vez que las personas pudieran
comprobar los efectos de la mediacién podrian elegir libremente
2a
su utilizacién!, Se aclaré ademas, que dicha obligatoriedad
previa al juicio no deberia considerarse como una restricci6n al
acceso jurisdiccional, ya que si las partes no tenian voluntad
negociadora, sdlo se les impondria una etapa previa que
inclusive podria resultar beneficiosa a pesar de los prejuicios 0
posiciones con los que concurrieran a ella’,
Lo cierto es que la instauracién en forma obligatoria le dio
un impulso de tal magnitud que en muy poco tiempo la
mediacién era conocida por gran cantidad de personas y
aceptada por muchos profesionales de la abogacia que hablan
pasado por ella patrocinando a sus clientes y comprobando, no
slo los beneficios en algunos casos, sino la ausencia de las
desventajas que temian, ya que, ni les sacaba trabajo, Ai
potenciaba los conflictos, y muchas veces, atin de no alcanzarse
un acuerdo, propiciaba un mejor clima en el posterior litigio.
Comprendimos entonces que instancia obligatoria como
paso previo a la iniciacién judicial no implicaba, necesariamente,
mediaci6n obligatoria, y que !o> mediadores deberiamos poner
especial énfasis en explicar a las partes que la obligacién legal
estaba cumplida con sdlo asistir a.la convocatoria de mediaci6n,
pero que a partir de ese momento tendran que decidir, ya que
varias cosas dependeran de su voluntad:
a) Tratar el conflicto en la mediacién.
Este es un momento significativo porque implica un pasaje
de los términos normativos en que se encuadra la instancia en
virtud de la ley, al clima de conversacién mas genuina o sincera
que pretendemos instalar en la sala. El desafio de este cambio
siempre estar a cargo del mediador.a
La decisién de mediar esté en cabeza de ambas partes.
Tanto el convocado como el solicitante deben tomar esa decision.
El primero podria manifestar que no desea mediar, y que,
incluso, no tiene ninguna intencién de litigar con el otro. El
solicitante podria, a su vez, decir que su deseo es sdlo cumplir
con el paso necesatio para habilitar la via judicial. Los
mediadores tendremos que explorar - como siempre que
intentamos no quedarnos con lo meramente explicito - si tales
manifestaciones reflejan el interés de las personas o son sdlo
posiciones que deberdn quedar atras.
Desde mi lugar de mediadora la mediacién comienza
cuando las personas, en ejercicio de la libertad que les otorga
esta caracteristica aceptan quedarse. No espero necesariamente
una manifestacién explicita, si no que atiendo cuidadosamente al
consentimiento implicito de quienes continuan quedandose.
Pero lo cierto, y debo confesarlo, trabajo para que sé
queden.
b) Los temas a tratar
A partir de ese momento deberan decidir otras cuestiones,
comenzando con /os temas que van a tratar. Sabemos que mas
alld del objeto por el que se solicita la mediacién, y de! que
pueda agregarse por una posible reconvencién, la dindmica del
proceso y la posibilidad de que los participantes puedan decirse y
escucharse muchas cosas, permite prever que dicho objeto,
especialmente cuando existe una relacién previa, seré nada més
que un titulo, ya que cuando el conflicto se despliega, viene
acompafiado de una historia vincular entre las partes, muchas
veces de larga data, que transforma el tema por el que se
solicita la mediacién en solo un encabezamiento. Es comtin que
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en una mediacién iniciada por alimentos, las personas conversen
sobre distintos temas: con quién van a vivir los hijos, cémo
seran los encuentros con el padre no conviviente, la escolaridad,
quigén los retira de las distintas actividades, cémo estén
animicamente; es comtin que aparezcan los sentimientos de
cada padre; probablemente haya referencias a las razones de la
separacién; si existe, es posible que algo se diga sobre la nueva
pareja; si algtin pariente colabora con los nifios, seguramente se
lo mencione, también si hay una relacién particular con alguno
de los padres; es probable que también se comente, si
interviene, la opinién del terapeuta de alguno de los miembros
de la familia; las posibilidades laborales, etc. Y cada tema se
encadenaré con otro porque to que le pasa a cada miembro de la
familia generalmente influye en los demas.
En una mediacién solicitada por tenencia, alimentos y
régimen de visitas la sefiora contd que si bien estaban separados
con el papa de sus hijos desde hacia sdlo tres meses la decisién
la habian tomado mucho tiempo antes, y que ella queria
organizar el "tema de los chicos”. El sefior, a su vez, manifesto
no estar de acuerdo con la separacién, dijo que queria a su
mujer y que deseaba volver con ella.
Les manifesté mi disposicién para colaborar con ellos en el
tratamiento de todas las cuestiones en los que tuvieran que
tomar decisiones relacionados con sus hijos 0 bienes mientras
decidian que iban a hacer como pareja, pero que en ese tema no
los podia ayudar porque excedia el marco de la mediacién ya
que, desde mi punto de vista, eso correspondia al émbito de la
terapia familiar.Si bien las partes deciden sobre qué quieren hablar, los
mediadores vamos confeccionando la agenda ‘de trabajo, y
sefialando qué cuestiones podemos trabajar y: cudles exceden el
Ambito de la mediacién. Nosotros no agregamos temas, eso
depende de la voluntad de las partes, pero si vamos delimitando
lo que consideramos mediable separando, no sin alguna
dificultad, lo que no lo es, y formulando las preguntas apropiadas
para que reflexionen sobre otras cuestiones que deseen trabajar
y que a veces por distraccién, inexperiencia, temor u_ olvido, las
personas no plantean.
O sea, las partes eligen voluntariamente los temas, pero
nosotros delimitamos a través de la agenda, lo que
consideramos mediable.
c) Permanecer
Ademas de optar por la mediacién y decidir las cuestiones
que van a tratar, las partes deberdn elegir libremente, ya que
también dependerd de su voluntad, permanecer en la misma,
pudiendo retirarse en cualquier momento sin que exista
diferencia si han permanecido diez minutos o diez horas. Sélo se
consignara, debido a la confidencialidad del proceso, el cierre de
la mediacién sin acuerdo, sin otra informacién.
Dependerd, otra vez, de la destreza del mediador detectar
si la manifestacin de retirarse no es mas que una amenaza
tendiente a presionar a la otra parte, en el juego de la
negociacién, para obtener una ventaja mayor, o realmente existe
la intencién de finalizar el proceso luego de una evaluacién
consciente de las alternativas.
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También es cierto que mi esfuerzo es a favor de que
permanezcan y puedan retirarse con el conflicto resuelto. Y que
si el caso no es mediable, ya sea por la temédtica o las
caracteristicas personales, soy yo quien cierra la mediacién, aun
en contra de la voluntad de las partes.
d) Acordar
En caso de que opten por permanecer, también dependeré
de la voluntad de las partes arribar a un acuerdo. Si lo hacen, el
contenido del mismo deberd reflejar lo mas _nitidamente
posible su voluntad. Pero teniendo en cuenta la filosofia de la
mediacién, no elaboraremos un acuerdo con atribucién de
culpas, y trataremos que el mismo sea lo mas equitativo pasible
en cuanto a los compromisos de las partes.
En esta etapa, si hemos trabajado bien, guiando a las
personas en una exhaustiva reflexién sobre sus opciones y
alternativas, /a voluntad de ellas sélo se verd limitada por el
orden piblico 0 por cuestiones relacionadas con la ética, en cuyo
caso los mediadores podremos decidir no acompafiar ese
acuerdo con nuestra firma.
El rol del mediador
Es importante que las personas comprendan cual es
nuestro rol, y a’su vez que los mediadores nos ajustemos a ese
rol neutral donde la funcién va a estar centrada, basicamente, en
manejar el procedimiento, colaborar con la comunicacién y
trasladar hacia las partes la responsabilidad de! contenido de la
mediacién y de su resultado, con la finalidad de lograr la
autocomposicién, meta tan preciada de esta metodologia.a
Ese rol neutral implica una amplia gama de acciones que
van desde no influir en el contenido del acuerdo, hasta no tomar
partido por ninguna de las partes. Si bien se lo suele pensar a
partir del ingreso al conflicto - me refiero al momento en que las
partes comienzan a desplegar las posiciones- hay una etapa
previa, cuando se efecttia la exploracién preliminar? y se
pregunta, entre otros temas, por las motivaciones que tienen
respecto de la mediacién, tratando de detectar si existe en las
partes el deseo de mediar.
Existe una natural tendencia en muchos mediadores, entre
los que me incluyo, a desplegar una serie de recursos tendientes
a lograr que cada parte se quede en la mediacién.
Probablemente convencidos de que Jo que hacemos es Util, que
es mejor que las personas puedan elegir libremente y hacerse
cargo de resolver sus conflictos, con las mejores intenciones,
presionamos para que se queden.
Recuerdo una mediacién en la que los abuelos, Pedro y
Patricia, solicitaron un régimen de visitas para su nieta. Los
padres convocados, Maria y Julién manifestaron desde un inicio
que no tenian intencién de conversar con Jos solicitantes, es
més, el hijo expresé que no deseaba que su propia hija (la nieta)
tuviera vinculos con quienes él, dijo, ya no los tenia. No obstante
y con la finalidad de explorar las manifestaciones vertidas
tuvimos dos reuniones en las que se hablaron sobre muchos
temas. Casi todo el tiempo, a pedido de los convocadas, trabajé
por separado.
Los ebuelos contaron, por ejemplo, la buena relacién que
habfan tenido con su nuera durante el tiempo en que ésta y
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Julién estuvieron separados. Cémo se ocupaban y cuidaban a su
nieta cuando Maria iba a trabajar, y como todo se complicé
cuando volvieron a estar juntos.
Maria, por su parte, dijo que en ese tiempo ella se
esforzaba para que su hija conservara los vinculos familiares,
pero que sus suegros le hablaban mal de su marido, y que no
queria escucharlos mas.
Julién dijo que su madre lo habia echado de la casa
paterna - hecho que ella negaba rotundamente- que habla
pasado por muchos afios de terapia para cortar la relacién, y que
no queria tener que ver con ellos.
Contaron, cada parte con una percepcién diferente, 1a
intervencién de la hermana de Patricia - pare Julién de gran
ayuda y colaboracién, para los abuelos, de una intromisién
irrespetuosa y mal intencionada en sus cuestiones.
Hablaron de la hermana de Julién, para él la preferida de
los padres, para sus padres, alguien que se esforzaba por
colaborar con todos.
Durante todo e/ tiempo que duré la mediacién los
convocados manifestaron que no confiaban en la otra parte, que
no querian saber nada de ellos, que no les interesaba la relaci6n.
Su abogada sugirié en algtin momento la posibilidad de llevar el
tema al dmbito de la terapia familiar. Julién manifesté que cada
uno tenia su propio terapeuta y que no tenia interés. en
conversar con sus padres.
Con relacién a unos bienes hubo un acuerdo verbal,
estableciendo dia y hora para que el hijo retirara algunas cosas
propias de la casa paterna y reintegrara las llaves de una
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propiedad que era de sus padres. Sin embargo no hubo acuerdo
con respecto a las visitas de la nifia
No pude dejar de pensar en mi actitud como mediadora.
éPor qué habia continuado con la mediacién cuando una de las
partes habla dicho, con claridad, y desde un principio, que no
querfa mediar?
Las reuniones duraron més de tres horas la primera, y la
segunda aproximadamente una hora y media. Indudablemente
yo estaba legitimada por ellos en mi rol, razén por la cual
aceptaron continuar trabajando no sdlo en la prolongada primera
reuni6n, sino que volvieron a la segunda.
Yo estabe convencida, y alin hoy lo estoy ~ y tos letrados
de ambas partes también- que el proceso judicial, con sus
acusaciones, sus pruebas, sus presiones, no iba a ser util para
esta familia, y mas atin, estando involucrada una nifita pequefia
Pero lo cierto es que la voluntad de una de las partes era no
mediar. Admito que se realizé un pequefio acuerdo, sé que las
cosas se retiraron, y también que hasta ahora no se ha iniciado
el juicio. Sé que los temas se abrieron y por lo general esto tiene
efectos mas alld de las reuniones mismas, también que es
imprevisible la evolucién del conflicto, y que no puede
descartarse que en otro momento se den las condiciones para la
conversacion que no pudo ser entonces.
Pero épor qué, -si la mediacién es voluntaria, si una parte
desde el primer momento dijo que no querfa ni siquiera hablar
con la otra- segui trabajando?
El motivo es, una vez mas, que los mediadores no nos
quedamos con lo explicito y eso nos lleva a buscar algtin indicio
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de voluntad no puesta de manifiesto, tal vez como resultado de
la confrontacién entre las partes que puede proyectarse tanto en
relacin al tema en si, como al escenario elegido por el
“enemigo”. Si las razones son de este nivel es probable que el
mediador pueda con ellas, -obsérvese que la partes volvieron y
no se fueron -pero si las tensiones ocultas del conflicto son tan
intensas probablemente el esfuerzo seré en vano. Pero eso sdlo
podemos saberlo exploréndolo.
La neutralidad del mediador
éAfecta la neutralidad del mediador esa insistencia en
continuar con el procedimiento? Es cierto que més all del
contenido, 2 del motivo del conflicto, la neutralidad tiene que ver
con aceptar las decisiones de las partes. Sin embargo, la
insistencia para que transiten la mediacién aparece mas como un
tema de procedimiento, de posibilidad de apertura del método y
los mediadores intentamos ayudar para que, si alguien, mas alld
de lo que haga explicito, bajo alguna forma desea iniciar una
conversacién, tenga a su disposicién el escenario adecuado para
esta posibilidad alin cuando esta actitud pueda parecer a favor
de quien propuso el espacio. Debemos, entonces, reforzar la idea
de que favorece la Unica posibilidad que quiz tengan de abrir el
tema.
Nuevamente estaré a cargo del mediador enfocar e insistir
en que esta es la mirada: "Sd/o abro Ia propuesta, no entro en el
contenido, decidan, por favor, con comodidad si les es Util.”
También es cierto que los mediadores cargamos
simulténeamente con una especie de consigna general, social ya
cultural propia de toda institucién nueva que se inserta, que nos
indica persuadir sobre la utilidad del método.
En cuanto al fondo de los conflictos, debemos recordar
entonces que la mediacién no es para todos los temas, ni para
todas las personas, ni para todos los tiempos de su relacién. Las
mismas partes no estan siempre en iguales condiciones para
trabajar juntas. La frontera que separa la posibilidad de la
imposibilidad de mediar siempre es difusa.
Suelo trabajar a fondo antes de cerrar una mediacién.
Reconozco que me esfuerzo tratando que las partes evalden
todas las alternativas posibles y que trabajo para que se queden.
Pero no puedo dejar de preguntarme: écémo juega mi voluntad
con relacién a la voluntad de las personas y cual es el espacio
que le concedo? éCémo se afecta mi neutralidad?, ya que en este
tema me coloco a favor de aque! que manifiesta intencién de
mediar, no en cuanto al contenido, o a la resolucién de las
cuestiones, pero si en cuanto a la utilizacién de este camino que
él propuso. éCémo juegan mi voluntad y la de las partes cuando
estoy convencida que la mediacién es la mejor eleccién para
estas personas, qué la mejor manera de resolver su conflicto es
sentarse a conversar juntas?
He abierto mis dudas y expresado mi punto de vista, pero
creo que son preguntas que los mediadores debemos
formularnos, como una manera de reflexién permanente sobre lo
que hacemos.
Estas reflexiones acerca de los limites entre la voluntad del
mediador y la de las partes se ponen mas en evidencia en
nuestro Centro de Mediacién que brinda un servicio voluntario y
gratuito, y que se torna para muchas de las personas que
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concurren en la Unica posibilidad de plantear sus reclamos. La
situacién econédmica puede ser para ellas tan apremiante que
incluso les resulte dificil costearse el pasaje para llegar hasta el
Centro.
Cuando nos encontramos frente a personas que no aceptan
el proceso de mediacién, que no quieren conversar entre ellos,
que prefieren que un tercero resuelva las cuestiones, o incluso
que queden si resolverse, es dificil no ponerse a favor de la
mediacién, aunque esto, indirectamente implique ponernos a
favor de quien desea mediar.
Marla de 78 afios solicité una mediacién para solicitar
alimentos a su marido, Pedro de 82 afios.En Ia sala de espera el
abogado de Pedro me manifestd que su cliente no queria
reunirse con la otra parte. Me reuni entonces con cada uho por
separado. Maria conté que hacla un afio que se hablan separado,
que tenian en comin dos departamentos, el familiar donde se
habia quedado viviendo Pedro, y otro mas chiquito al que se
habia mudado ella. También eran duefios de un departamento en
Mar del Plata que en el verano ocupaban sus hijos, y de un auto
que estaba en el garage de la casa donde estaba Pedro, que no
usaban hacla bastante tiempo. Contd que ambos estaban
jubilados pero que el dinero no les alcanzaba. Proponia vender
el auto y repartirse el dinero para sus gastos.
Pedro a su vez dijo que estaba seguro que Maria habia
dicho sdlo mentiras. Que él, por dignidad, no estaba dispuesto a
hablar de las razones por las que se hablan separado, Que
estaba enfermo del corazén. Que el dinero no les alcanzaba a
ninguno de los dos, pero que ella tenia plata escondida. Quex
agradecia los esfuerzos que yo como mediadora habia hecho
para ayudarlos, y también a su abogado que lo acompafiaba,
pero que no le iba a dar nada, ni iba a vender nada hasta que el
Juez decidiera quién decia la verdad. “No me importa -decia- si
nos morimos de hambre”.
Los abogados de las dos partes fueron sumamente
colaborativos. Tanto ellos como yo pensdbamos que estas
personas debian solucionar sus temas en mediacién. Nos parecia
que los tiempos y los costos judiciales no podian ser soportados
por estas personas. Insistimos. Vinieron a una segunda
audiencia, y finalmente la mediaci6n se cerré sin acuerdo.
En los temas conyugales, 0 de pareja, nos encontramos en
la mediacién con la situacién especial de pedirle a quienes se
estan separandose mas de lo que se les pide cuando deciden
unirse, y justamente, cuando estén en la peor situacién
emocional*, Queremos que actuen con __sensatez,
colaborativamente, que tengan en cuenta sus necesidades, las
del grupo familiar, que piensen en el futuro, cuando Io Unico que
generalmente aparece es mucho enojo, probablemente tristeza,
y un gran apego hacia el pasado y hacia la historia que los lleva
a estar como estan.
En esa situacién pretendemos que las partes hagan uso de
la voluntariedad del proceso y tomen sus propias decisiones. En
realidad, como dice Marlow® les pedimos que hagan lo que han
hecho siempre. La cuestién es que la dificultad no esté en los
temas sino en los sentimientos que se mezclan con todo lo que
los relaciona. Intentamos entonces, ayudarlos a encontrar esa
habilidad que han perdido con la idea de revalorizar a los
individuos.Sin embargo, la opcién es de las partes, la de llegar al
acuerdo, por supuesto, pero la de decidir si continuarén o
abandonarén la mediacién también, y ese poder de eleccién las
revaloriza’ .
Conclusién
Los mediadores debemos trabajar intensamente antes de
cerrar una mediacién, el limite lo va a marcar nuestro gran
aliado: el procedimiento.
Las personas son las que deciden si transitan la mediacién,
pero nosotros intentamos provocar a través de preguntas,
reflexiones sobre las ventajas de hacerlo.
namos la
Ellas plantean fos temas, nosotros confecci
agenda, organizando los temas que podemos trabajar de los que
consideramos no aptos para la mediacién.
Deciden el tiempo que permanecen, nosotros intentamos
que no se retiren hasta por lo menos haber analizado las
opciones y alternativas que poseen.
En caso de acordar, el contenido lo convienen ellas, pero
nos ocuparemos de que ese acuerdo refleje concesiones mutuas,
y no atribuciones de responsabilidad.
Sé, por la experiencia de todos estos afios, que un trabajo
bien dirigido ayuda a las personas a recuperar la posibilidad de
elegir,, muchas veces perdida, y que cuando esto ocurre se
sienten revalorizadas y legitimadas. Pero debo tener siempre
presente que me muevo en delgado limite que no puedo pasar,
el de la voluntad de las partes, que es la que, en ultima instancia
debe prevalecer.