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FERNANDO DE TRAZEGNIES LA IDEA DE DERECHO EN EL PERU REPUBLICANO DEL SIGLO xIx PARTE SEGUNDA DERECHO Y MODERNIZACION EN EL PERU DEL SIGLO XIX CAPITULO I: LOS MOMENTOS INICIALES DE LA * MODERNIZACION “TRADICIONALISTA” Adin cuando la Independencia del Peri fue proclamada el 28 de Julio de 1821, el pais continué en guerra contra Espafia durante tres afios mas; por otra parte, la alteracién del orden establecido habfa sido muy profunda y ello exigi6 un lapso considerable de asentamiento de las nuevas fuerzas en juego. Es asi como puede decirse, en términos generales, que los 20 aitos si- guientes a la Independencia se caracterizaron por una profunda inestabili- dad. El Peri se convirtié en una agitada repiiblica en la que “se sucedfan entonces motines de cuartel, pronunciamientos de guarniciones, estallidos populares en contra de regimenes desprestigiados, conspiraciones, prisiones, destierros, correrias de montoneros. Las Cartas politicas y las leyes reguladoras del Estado y de sus instituciones cambiaron con frecuencia. Lo normal result6 vivir al margen de la normalidad y fueron escasos, cortos y telativos los periodos de legalidad”™. Durante el perfodo entre 1821 y 1830 se acentué la importancia relati- va de la agricultura dentro de la vida econémica nacional. En la Colonia el pais era basicamente minero, con una importante vida urbana en Lima debi- do al hecho de que esta ciudad era la Capital de uno de los mayores Virreinatos espafioles y, consecuentemente, albergaba una administraci6n numerosa. Por esta misma razén, en Lima se habia desarrollado un cierto grado de actividad comercial y una incipiente industria local de cardcter 36 BASADRE, Jorge. —"Historia de la Repiiblica del Pers”. Sta. ed, Editorial Peruamérica S.A. Lima, 1963, . II, p. 545. 41 smpresas comerciales 0 industriales, ‘para creaslos no recibfan mayor i hasta el auge de} ve nos generals, persiste ug Colerain wmontacto con el mercado extemo. Conse- eo rele pr mporiancia, reinsauréndose un parroquia nement 18 et TOE caciones se deterioran y el campg ico foo ecdri rmovidos todavia por bueyes 0 mulas; es recién +0 int vecina a Lima intoduj el uso de a msquna de en 1941 que una uido era vendido en Su mayor parte en el mercado na- a rao que era exportado a Chile. Esta exportacin se ~~ eae dificultada durante las primeras décadas del periodo ae ‘ea ran dela politica econémica chil ss i del azica eV cS las y el precio del az ais inna de Jos afios siguientes afect m oc, que baron hasta regesar a Tos antiguos nivees; lo que origin una ev as esta vez de origen econémico— porque esos precios no esta- tan en lan con los cuatiosos capitals invertidos en restalecer las ha- cienas que fabian tenidoen cuenta los precios de la época del alza, Es en estas cirunstancias que se pretende abolir legalmente la esclavitud e im- DEL CASTLLO, meso Pe 120-120 side dra cpa”. 2 fod Bator Roos Capon ines A Lina 72, p18 ‘onal de Clr Lina, 1977. Plantar el trabajo del campo mediante asalariados, los que debfan aumentar los costos de in. Examinaremos més adelante o6mo el Derecho re- flejaré las contradicciones entre Ia idcologiay los inteeses inmediatos de Jos grupos dominantes durante este periodo, La estructura social de la Colonia soports profundas transformaciones ‘con motivo de la Independencia, La aristocracia local perdié sus titulos de nobleza y sus propiedades; al punto que casi podria afirmarse que la arsto- cracia tradic i te la posi- lase dominante, Dado que el empobrecimiento de la aristocracia ra el resultado de una crisis general producida por las gu sucedieron entre 1821 y 1841 con sus exigencias de cupos y sancio- reclutamiento como soldados de los trabajadores de las haciendas, 1 de una dificultad en 1a readaptaci6n de mereados por 3 sistema colonial y enfrentarse a los mercados m capitales suficientes para comprar tic- jores para lograr el poder social sobre EI fracaso de la “revol Dretendi6 sustituir las estructuras tradicionales por un modelo liberal, obede- ci6 8 que, como sefiala Macera, no tenia detrés una clase social poderosa ue la respaldara ®, Jorge Basadre sostiene que las guerras de la época crearon un “vacio social”. Este vacio fue Henado con una clase media conformada por los po- social” propugnada por Bolivar, quien ticos de la Independen ‘mo, como parte de una lirigemte dentro del pais®. E1 Ejército fue el canal de promocién social para indios y 41 BASADRE, Jorge. Opcit p.553y Va X (1964) p.4729, ae 42 MACERA, Pablo —"Modoe de a peroana in Trabajos de Historia (Gf. tumbién MARIATEGUT, José Cat- los — "Siete Ensays de Interpretacin dela Reali Perna. Biblioteca Amauta, Lia, 1959, pp. Ty 56 93-1431 a) eo smponante el Ejército no intervino directa. ips Pro —10 eS ganas Con excopeién de algunos een be insaac ‘uotra y que se incorporaron a la fornia Pr omanticas que slo producia perturbaciones de ana farsa te rm aa el éxito de 1s negocios *, Es muy significativo atl el S. XIX y comienzos del 5.2% a politica que Hamara Partido Civilista, por oposi- ‘presenta a as cases adineradas © i a gna cdo la arstoracia habia perdido su poder socal sera una nueva clase econémica la que asumiria el papel dirigente des- turismo, es importante tener en cuenta que los patrones preservaron durante este perfodo gracias al pues de! Primer Milt y que s6lo fue Menado en forma muy socio-cultural de la Coloni vaio social que hemos mé superficial y episédica por Ios ieaes sociales de la Colonia; y ¢s asi como los valores aristocraticos se conservaron a través y a pesar de la cambiante situacién personal de los arsdcratas: los antiguos ideale de Ia nobleza y, particularmente, la fideti- dal tipo wadicional de estraificaci6n aparecerén constantemente a lo lar- ‘0 de la Historia del S. XIX en el Pend, entretejidos con los valores “moder- ito econdmico, libre competencia ¢ innovaciGn; y esta extrafia consttuird la base de la consciencia social de la naciente “bur- Es en este sentido que puede decirse que, a pesar de que la antigua atistocracia colonial result6 notoriamente empobrecida en raz6n de las gue~ “44 BASADRE, Jorge. Op cit. Vol X (1964), p. 4740, 4 mn gran parte de las sementeras, del iendas y minas “, a pesar de ia después de la Independencia quedé in- Preservado fue el sistema, las jerarquias, los 0 asignado al Derecho durante estos itacién del periodo y las contradiccio- ‘conservadorismo politico: su aspiracién Peni se convirti iracién liberal— para ser considerado ciudada- de tener una propiedad o realizar algin tipo de iyéndose expresamente de la calidad de ciudadano Constitucién de 1823, art. 4: "Sila nacign no conserva o protege los derechos leitimos de todos los individuos que Ia componea, sac el pacio socal”. 48 Constnuidn de 1828, a. 149, 45 WVO corta vida y fue reemplaza- 1920. ¥ es recién en esta fo- 78 Constitucién declaraba: “Nadie nace esclavo en el i — €n él alguno de esta condicién. Queda abolido el come at eee Programa conservador tenfa una conce ercana a la de los liberales. El Estatuto Provisional San Martin durante la Guerra de Ja Independencia eauheos gis pues tor” —el propio General San Martin— “arreglaré el comercio interior y ex- terior conforme ios liberales de que esencialmente depende la rosperidad del pais no cabe duda alguna sobre el conservadorismo del General San Martin y de esta primera Ley constitucional que ereaba un Consejo de Estado conformado por algunos de los Marqueses y Condes de Ja nobleza peruana *. Quiz4 la mayor diferencia entre liberales y conserva- dores se encontraba en el terreno politico, antes que en sus concepciones so- pein de la sociedad muy Torre-Velande. La vacante que queda se lienaré en lo sucesivo", 46 ia que ceder el sjemente tendria que ‘bas tendencias presentaban wt calificaban repro- vo: art ismo, al que ign abierta de yy, de otro istancia cultural ¥ eae co ona ns refnaas iter ee demasiado vepraciGn igualitaria en términos de mercado. es como Tos conservadores pensaban que era neceAt ‘de modernizacion, de manera que, siempre cuidando evi un cierto grado oe vociales o una desintegracién cultural, cl pafs pudiera amact re ferencia entre Ins dos tendencias estribaba ma pers La en. ca pen meso evadores querian avanzar lenlamente y consideraban que 1a Ht sr Sabo ios cambios dentro del orden era a través de Gobiemos ae seevetmbio, los iberales pretendian imparts un ritmo més scelerado a ia wansformaci6n y ereian que el tinico modo de garantizar la modem ign era adoptando las formas politicas mAs cercanas a los Gemocracia liberal. Y es as{ como la clase media intelectual el programa liberal, mientras que los terratenientes —més ‘apoyaron el programa conservador. Es muy significativo que ‘como José Marfa de Pando, limefto, educado en Espafia, quien leg6 a ser Secretario de Estado de Espafia durante los tiempos de la Colonia y quien se convirti6 en el portavoz de los terratenientes azucareros contra la abolicién de la esclavitud, fue también uno de los promotores de 1a Constitucién Vita- licia de Bolivar y el asesor principal del Gobierno conservador del General Gamarra. Sin embargo, los cambios producidos por las leyes republicanas du- rante este periodo no se orientaron a la introducci6n franca. de una economia liberal de mercado, a pesar de la dectaracién constitucional en el sentido ‘que s6lo el liberalismo aportaria el progreso descado; por el contrario, tales leyes aseguraron las bases de una estratificacién social que se negaba a so- meter sus privilegios al cuestionamiento del mercado, En realidad, durante los primeros tiempos de 1a Repiblica no existié preocupacién mayor por crear un orden juridico adecuado para el desarrollo de una economia liberal. El interés prioritario era basicamente la organizaci6n del Estado, antes que 41 establecer las condiciones legales propi Drivadas. Es asf como, a pesar de que Cedieron durante esos afos, durante toda la primera mitad : incluso ya habfan sido de- ‘rogadas en Espatia: la preocupacién fundamental del Peri independiente era ta de las Constituciones (6 entre 1821 y 1840) antes que lade los Cdigos. i peruano data solamente de 1852 y el primer Cédigo Asimismo, las leyes tendientes a abolir ls limitacio- nes tradicionales ala tansferencia de propiedades —tales como los mayo- razgos y las capellanfas 0 vinculaciones laicales *— se promulgan ya desde 1828; sin embargo, no tienen verdadera aplicacién sino hasta 1849 **. Por otra part, se dieron nuevas leyes y se aplicaron étas en forma muy stricta, Cuando tales leyes servian a los intereses de una minoria que pretend incrementar su patrimonio y consolidar su poder econdmico, Es asf como el ‘nuevo orden legal inspirado en las premisas liberates, era utilizado con fines ‘muy ajenos a los del liberalismo. Hay tes casos particularmente ilustrativos de este uso contradictorio ‘del Derecho: a) la divisiOn de las tierras de comunidades de indgenas; b) la venta de las tieras del Estado; y ¢) las leyes sobre la abolicién de Ia esclavi- ‘ud, 1.— La divisién de las tierras comunales logia liberal qué predominé durante la Independencia era con- istencia de terras de comunidades, fundaciones u otras asocia- les de cardcter no lucrativo. Se pensaba que la propiedad comunal de la tierra habia hecho decrecer la productividad porque no haba, Competencia entre los co-propietarios y porque la sancién econdmica contra Ja baja productividad —la pérdida de la propiedad— era evitada en virtud posiin de as ricas familias burguesas dela Colonia. BASADRE, Joge-—"Histora de la Replica del Pers” (Gftambin Manuel FRAGA IRIBARNE, Prlogo al libro de Jost “Las Constncions del Pens”. Ediciones Cultura Hispénica, Mai 48 5 jenables a cualquier objeto que pertenezca quebrar la propiedad comunal y nos indigenas que eran miembros de la comunidad. Ya hemos destacado ue estos esfuerzos no obtuvieron resultados inmediatos en relacién con los thayorazgos y las vinculacioneslsicales, que afectaban a los grandes propie- tarios. Por el contrario, las leyes relaivas a las tierras de indigenas tuvieron pastante mayor éxito y muchas propiedades de comunidades de indfgenas fueron divididas. : i ee pero a situaci6nresultante no fue preeisamente la creacién el cam- pesino individual con mentatidad utiitaria que entraba en competencia a tra- ‘vés de un mercado, Los campesinos indigenas carecfan de una mentalidad cempresarial, no razonaban en términos de progreso econémico o célculo de beneticios; y no tenfan tampoco los recursos econémicos para cultivar indi- mente sus tierras. Por estas razones, en muchos casos vendieron 0 ‘en muy malas condi- asf la tierra fue acumula- la ayuda de las les que respaldaron siempre al hacendado y presionaron al pequefio campesino a fin de que se sintiera obligado a ven- der. En esta forma, las medidas liberales produjeron un resultado distinto al ideal liberal que las, el comunero indfgena no se convirti6 en el pequefio empresari jornalero o en un feudatario (yanacén, compaftero, colon, partidario, etc.) al servicio de un reducido mimero de grandes propietarios *. 2.— La venta de las tierras del Estado Contrariamente a una creencia bastante difundida, no parece exacto que la encomienda colonial sea el origen de la hacienda o plantaci6n del Si- glo XIX, sino més bien la venta de las tierras pablicas que se produce du- rante la época republicana *, ‘$6 Constiucin Polis de 1828, an. 160, ‘57 BASADRE, Jorge— Op. cit Vol. (1963), pp. $86-Ty Vol. X. (1964),p. 4704. 58 MORSE, Richard M—“The heritage of Latin America” in WIARDA, Howard. (e). “Poli- 49 gear om en nero Gon a rans exes wn ldo, machos de 10s angus derechos revere tl, es dives. 1a Colonia por fal de pago de tributos 0 por otra ett Exo yu el derecho a a vida dol encomendergs oe Se ete imente entre 1os afios 1718 y 1721 2, POS ow én colonial confist6 1a hacendas de Io jen, Si tro lado, las tierras de ta Inqui : Fe alnea, al products la Independencia, el nuevo Gobiema oot fisc6 por raones de guerra las teras de espaioles que aban luchado en, tra los Ejércitos libertadores y que luego retornaron a Espafia, abandonandy sus propiedades. Paralelamente, Bolivar desarrolla una politica anticlericg y por Decreo de 28 de Setembre de 1826 ordena la supresion de los Conve, tos con menos de 8 religios0s, debiendo ser administradas sus propiedades porel Estado. Todo ello hace que el Estado sea propietario o administade dde numerosas haciendas. Sin embargo, hacia el fin del S, XIX el Director de Rentas, MEF. Bye. no, en su Memoria de 1878 dectara—confirmando lo ya expresado pore] anterior Director de Rentas, don José Manuel Osores, en 1870— que para esta época el Estado tenfa un mimero muy pequefio de propiedades ®, ,Qug habia pasado entre 1821 y la década de 18702. La mayor parte de los bienes nacionales, como el mismo MF. Bueno Jo explica, fueron transferidos a manos de particulares en forma definitiva. ‘mente irregular, y el Derecho fue un eficaz instrumento para lograr este pro- Pésito, Ante todo, cabe seflalar que nunca se hizo un inventatio de tales pro piedades del Estado y que su administracién fue conducida en forma absolu- tamente desordenada. Pero, ademés, las leyes y reglamentos relativos a estas propiedades cran incoherentes y produjeron situaciones muy confusas “., Al- unas de estas ticrras fueron transferidas a particulares en pago de servicios Prestados al Estado. En otros casos, fueron vendidas a precios insignifican- ties and Social change in Lavin America. The Distint Tradition”, The Universit of Masse- hse Press, 1974, p45, : 9 Loci. © _BASADRE, Jorge.—Op, cit. Vo. I (1963) af een ». (1963), p. 609. 50 tes porque el Estado, bajo las presiones econémicas originadas por las gue- ‘ras, acept6 en pago los documentos de la Deuda Interna a su valor nominal, a pesar de que estos documentos estaban cotizados en el mercado en s6lo un 10% de su valor nominal: en esta forma, las personas con dinero en efectivo podian hacer pinges negocios de cardcter especulativo ®. Ante lo escanda- Joso de la situacién, estas ventas de tierras fueron declaradas nulas por De~ yendo las tierras hasta que la situacién se aclarara. Y la ley de 28 de No- ‘viembre de 1839 —promulgada solamente en 1846— fij6 un plazo para que fera a los compradores las sumas recibidas como precio; en i6n legal qued6 establecido que si vencido el plazo el ccumplido con devolver las sumas recibidas, las tierras serfan consideradas legalmente como propiedad de los compradores, sin te- ner en cuenta la irregularidad de su origen. En algunos casos esta ley permi- tia que fuera el comprador quien podia decidir entre devolver la tierra o ha- cerla suya definitivamente mediante el pago de una renta ®, En realidad, se trataba de una suerte de Reforma Agraria al revés, por la que el Estado se desprendia de sus tierras y las entrogaba a grandes propictarios particulares. Finalmente, el Cédigo Civil de 1852 —inspirado en los planteamientos libe- rales que propugnaban la facilitacién de las transferencias de propiedad en general y la consolidacién de los derechos de los propietarios a fin de pro- porcionar seguridad juridica— parece haber tenido el efecto de otorgar un ccardcter legal a través de la prescripciGn a aquellos titulos de propiedad que eran dudosos o decididamente ilegales en su origen. 3 Los primeros titubeos sobre la abolicién de la esclavitud, El andlisis del rol del Derecho en Ja abolicién de la esclavitud en el Peri, revela las contradicciones y tensiones que se producen entre la ideolo- fa y los intereses concretos en juego. ‘Desde la Independencia misma en 1821, el General San Martin procla- 2 Thi. p.583, 8 Mhid. pp. 607-9. SL iva abotiion dela esclavitod: y 18S razones en tg ig son patcularmenteiustratvas dels congas Ta época, como Io ha ‘sefalado Luis Pasara “. De un lado, San Mango de “el mis santo de todos los deberes” y que we a abolicign es “el ¥ que ae es atu” eigen et mods sae a mentalitag se 22 na”, que aspira a crear Und id de hombres libres ¢ iguales, yo, ne De otro lado, San Martin considera que es ime Me ‘el interés de Jos propictarios”. Por consiguicnte nyo tase 2 tales premisas, el Decreto de San Martin declara cee Ea vMpvos nacios en el Penta partir del 28 de Julio de 1821 “serdn titres zarin de los mismos derechos que él resto de los ciudadanos eae y Bo. Exe es el razonamiento que encontramos muchas veces a lo largo de ln nn: toria del Pend y que produce un ordenamiento juridico de carcisicas ticulares: consiste en un esfuerzo por conciliar lo nuevo y lo viejo, los vic, we vmodemizadores y Ia tradiciOn, es decir, lograr una modemivacion vy afectar ciertas bases de la estructura social. La Constitucién de 1823 prescribié en su articulo 11, que ya hemo citado, que el comercio de esclavos quedaba abolido y que nadie nacia ral clavo en el territorio nacional. La misma disposicién fue repetida en la én sin el que se estableci trata de negros. Pero en 1833 apareci6 1a “DeclaraciGn de los vulnerados de- ‘mos resumirlos en cuatro grandes tipos'de afirmaciones. Pando intent6 respaldar su posicién con el peso de la auet tentar salvar la dificultad teérica, y para ello utiliz6 el ejemplo de los Esta- dos Unidos de Norteamérica, un pafs liberal pero que conservaba la esclavi- 64 PASARA, Luis.—"El rl del Derecho ena época del guano" in Derecho :N*,28,Lima, 1970, p.28. & 52 Sass au En segundo lugar, Pando s©apoya en conde ceiee a ane ri sands 70 as gan alt fs ae de produccién ocasionado Pot Ono gratia; 10 cual afectaré toda / jade 0 vr ce ga, io uso de argues de tio SOc economia atti preparados para vivir en libertad, sin un ammo Ge los To conducira a que “labradores tran- tbundos o bérbaros saltea- rn cuarto lugar, enconizamos 10s argumentos de cardc- dia gran importancia en la Declaracion. Bl ariculo 165 establecfa la inviol ten caso de expropiacién; y el articu gn. Pero en el caso de la abolicién de la esclavitud, mrceula el argument de Pando, sen procedido a una contise asin al de- ree eies a los hijos de esclavos Ya que se habia privado a tos propieta cra estos legitimos derechos sin compensaciOn alguna *. Estos argu Tos fos esprimidos para defender una posicién tradicional, nos muestran ards on qué medida 1a mentatidad de los grupos tradicionales habia co- i ideas “modernizadoras”. En ningin mo- \d en el Derecho Natural, Esto hubiera porque las corrientes jusnaturalistas predominan- sta e igualitaria, tad en términos tes en esa época que sustentaba el jusnaturalistas hul razones apropiadas, 1o que sobrepasaba el marco de lo filos6ficamente posi- ble en tal tiempo. Por este motivo, un hombre eminentemente tradicional como Pando prefiere adoptar un razonamiento j liberal de respeto absoluto de Ta propiedad y en coat Sin embargo, el General Salaverry, quien se autoproclamé Jefe Uupremo de la Repiblica en 1835, legaliz6 el comercio y 1a importaci6n de 65 BASADRE, Jorge—Op. cit. T.11(1963), p. 554. 53 an Decreto —inconsttucional— do 10 de Marzo ve pia fue consolidada por la Constitucion de 1839 tuvo la norma “Nadie nace esclavo en la Rey del comercio de negros; 1o que perm! on fora del Pers. Una ley de 29 de Noviembre de 1939 esiahgg, ose atv decarads Hibs po el Decreto de 12 ‘Aton ae gustan bj para de Hos amos de Sus padres hasta a aos. Bn realidad, tera una forma de Promogar la esclayi i sod aticional no previsto por el Deeeto de 1821, Esta ey de an enti inenconamente, sea Pisara —a los que habian sgg a4 tos que dzjaban de srt (ibertos) con Tos que nunca aban sido exc lavGino ciudadanos libres por haber nacido después del 28 de Tule de fot, yes ast como esta confusiGn ce un nev tipo de esclavitud conve ambre diferent (stronazg0): 10s propictarios de ierraspodtan disponer aa neqros pricicamente sin paga (el patronazgo ae para uabajar en la haciendas de la Costa; y ni parse por carga pasiva que representa la man to legaba a una edad que lo hacfa inGtil para el trabajo, porque en ese mo. tment tales libertos se convertian en hombres libres y el amo no tenfa obi, ¢g2ci6n alguna de velar por ellos. Cabe sefilar que este derecho sobre perto” —que no era considerado esclavo ante la ley— era transmisible; de manera que, por una via indirect, se restablecfa el comercio de negros, En realidad, la esclavitud va a ser definitivamente abolida s6lo en 1854, como veremos més adelante #, ‘Una muestra particularmente notable de la ambigtiedad reinante en torno al problema de la esclavitud es el relato del encuentro del Presidente de la Repiblica don Luis José de Orbegoso el 12 de Noviembre de 1834 con los negro de la hacienda de San Pedro, ubicada en el Valle de Lari, propiedad de los Padres de San Felipe Ne el cronista que formaba parte dela comitiva de viaje del Presidente: “Lleg6 aqui S.E. a las cinco de la tarde y fué recibido por su alojador con las consideraciones de amistad y respeto, Le obsequi6 con una vistosa y abundante mesa, en la que rein la de 1835, ConstiuciénPoltica de 1839, an. 155%, PASARA, Luis—Op. cit,p.29. ‘Info. pp. 10-172 g Bae fa unida al content, y 2 una urbanidad cortesana, Terminada ésta se Eun motivo de admiracién que despertaron en su alma sen- én, La negreria de Ia hacienda, que acostum- tin finalizar sus trabajos darios dirigiendo sus preces al ciclo, entoné en va- vidos cantos, los himnos eclesifsticas, que si no se hubiera ‘ofdo y visto, {que los que los entonaban eran os mismos seres . « ddenetan est desarolio son elocuentes Ia exportaciOn €® 1871 alcanzaba a 4,500 toneladas de azicar: en 1876 la exporiacion ¢$ 7 $5,370 toneladas, o que significa que en 5 aflos Ia exponacn fué més de wo veces mayor ™, Este desarrollo es de tal naturaleza Qe pronto coloca a ta agricultura azucarera peruana entre las primeras del mundo; al punto que gn 1879 se la mencionaba en sexto lugar en 1a produccién mundial ™. La co juacién monetara financié cl desarrollo de esta industria Pome, au smonud as uiidades en soles, facilit6 el pago de los eréditos ¥ abaraté com- parativamente Jos jomales ™, En esta forma, se produce unt tranferencia de Poder econsmico de os sectores no exportadores en favor de los sectores Prportadores por Ia via dela devalucién monetaria que perjudica a los pri- ‘heros y beneficia simulténeamente a los segundos. ‘Ouro elemento significativo lo constituye el tipo de actividades que ejercen las Compatfas comerciales més importantes. Dejando de tado al trupo exportador, las Compafias privadas con mayor gravitacién en la vida sconémica del pais son las que en una forma u otra estén vinculadas al Esta- do y a los servicios piblicas, ya que es solamente éste quien puede ofrecer posibilidades de grandes negocios: Compania de Obras Piblicas y Fomento del Pera, Compania para la fabricacién del hielo, etc. ™*. Un caso de 6n del Derecho en esta época que merece un estu- dio especial es el del salitre. Es de lamentar que hasta la fecha no se haya producido una investigacién juridica sobre la reglamentacién de 1a explota- ci6n del salitre durante el siglo pasado; tal investigacién podria resultar tan rica en perspectivas como la del guano, con el agravante de que Ia actividad salitrera nos conduce incluso hasta la guerra. Es alrededor de 1870 que se descubren las posibilidades econémicas de este producto y siempre como consecuencia de la Revolucién Industrial en Europa, la correspondiente de- Es en esta misma dé wn desarrollo tecnol6gico fe propiedad de las haciendas dedicadas a este c Las cifras que 12 1B 14 "Las planacionesazicareras andinas" (1821-1875) inTrabajos de is- tori ara. Lima, 1977, p. 228. 125. BASAL V.G960), p. 2082. 126 Ibid p.2083. B jas que protegen al trigo nacional, 1 ura ingesa de aumentar su producti 2 Ben. ara competr con el trigo francés en 1904 diante el uso de fertilizantes P* Inglaterra. A diferencia del rano que pertenece al Estado y que s6lg mismg In, ponioles s comersaizaci, el sli es cones © con. piedad al sector privado, Verdaderamente, seria interesante ae Pro. Jiterencia de regimenes obedece a un cat i en las concepcionee °° tilizaci6n del aparato jurfdico con may influencia det beraian ha 10. En progresivo ala exportacion _que completa el piedad privada e Topieee pee ce sae on as cagaspablicas. Sin embargo, este impUesto no esa € Colabo. ert that elite actedees te gt picommmnce cae ‘sivo, Seria importante conocer n 14s razones e intereses ques fTucniaron ese cambio de acttud. Sin embargo, en via de re ss ae in~ dole ey correspondiente se faculta a los productores a ex slamentaci¢n agando al Estado la diferencia entre el precio de am 1873, Pardo propone un mente, P de venta menos 10 centavos que consttuyen la comisiOn del Esta we ever, Pura comprender Ia signiticacion real de esta moifeace, seria indispensable realizar un estudio econémico que nos ts las repercuiones de esta medida, asf como efectuar una invest ie de las fuerzas poitcas y las ideas sobre el Derecho que ial oo age : eros y se le faculta para expropiarlos. Pero ace . Pero a su vez el rin un gue de empress privads —bsiaments los exo Taos de map ayes representaban a ta clase dominante— para eee oe, concrcalicen l sate y agen ls eeifadas casio es prtactrspivados or la compra de sus ycimintos. Es yen con tl objeto la Compania Salitrera del Pera, En 19 Wid 7 208, " fas saliteras di6 lugar también > cexpropiacién dé mo dido con 1a consolidacion de la * continuaban explotindolas pesat propiedad y haber recibido los ‘coionado la tansferencia de 1968, Estos hechos merecen Ser for parte de los propietarios d& anos; 25% cOrres- franceses *. Sia eenos os eertificados provisionaley del 8: smatizados teniendo en cuenta Ue Ja may‘ ahitrras eran extranjeros: lO 30 % pertenecian a peru pondian a chilenos y 45% eran de ingleses, alemanes través de un estudio emp! sos en que s© peruanos 0 propiedades de 10s Propios Fraban tal Compania y si paralelamen ‘administradas por 1a Compafifa pertenecientes a extranjeros, es tlizacién del Derecho. Térmi vinistraci6n”, “sociedad anénima’, etc. encubritia spun de manos extanjeras a manos peruanas y fa oportunidad de realizar pin- ses negocios para los salitreros peruanos quienes habrian recibido el precio Y sin embargo seguirfan conservando los yacimientos vendidos sea de facto yor la falta de eatrega de la posesin o de jure al recibir nucvamente 1a ad- Peistracion de los mismos por intermedio de Ia Compatiia Sali del fo cabe duda que un estudio de esta naturaleza aclararia notablemente i Derecho en el Peri del Siglo XIX y nos ayudaria a com-prender ¥ te, comprobaramos que las sali "4 del Perd eran més bien las antes rente a un caso muy particular de ridicos tales como “expropiaci6n”, “ad- in una transferencia d& po- elrol situar mejor los enfoques juridicos te6ricos. 2234, 2231. 12 Map A cept eon ea cen ne ie puro cna he oo pore liters de“impe- Seen cognate oer qocuna veritas eit nn nor ch one COPEL Dr 1. D. Lais. Op. cit. p. 19. = 18 ios aspectos. En primer lugar, las referencias a ta 4. yas ia juridicas ponen de relieve el tea aig tee da at Derecho como ciencia formal y auténoma, En segundos 2 ats al progres evdencia también el xpi modenzadc qt Ja nueva organizacin de los abogados. Finalmente, la proclamada too de uniformidad en Ia aplicacién de 1a ley responde a la exigencia Pi idad ciesiliady seguridad de una sociedad que, en algunos aspcigg yo PR Jncorporar Ios mecanismos del mercado. tend elnvito y LOS EFECTOS SOCIALES DEL DERECHO “MODERNO” 1La descripcién de las leyes, la enseianza del Derecho, la organizacién profesional de los abogados, no constituyen sino la “anatomia” del sistema jurfdico. Debemos acercarnos algo més y descubrir su “fisiologia”, es decir, 0 planteado en el papel operé verdadera- del Peri del S. XIX a fin de complementar y reajustar nuestra idea del Derecho en el periodo estudiado, Por ello es basico ‘preguntarnos sobre los propésitos sociales a los que dicho sistema sirvi6, Para aproximarnos al “funcionamiento” del sistema, utilizaremos las siguientes vfas de acceso: a) el papel del Estado; b) las relaciones juridicas sobre la propiedad agraria; ¢) la facilitacién de intercambios; y d) la promocién legal de la in- ddustria manufacturera. 1.— EI papel del Estado Dentro del ideal del modelo liberal, el Estado prove el poder coerciti- vo para hacer respetar los acuerdos a los que Iegan las partes en sus nego- ciaciones dentro del mercado. Asimismo, el Estado provee un orden jurfdico general que tiende a eliminar todo sub-sistema legal particular, a fin de ase- gurar las bases de calculabilidad de las partes. Todo ello supone la existencia de un Estado constituido como un Poder central y neutral, es decir, ajeno al interés particular de cualquiera de los elementos que componen la sociedad. Este modelo puede ser desviado de su ideal dentro de una sociedad capitalis- {a desde el momento en que ciertas unidades sociales adquieren a través del 167 ionales uj. del mercado y para ¢; jores. —— das en ideas europeas, cias— otorgaron usual. el campesino indigeng sioo entre los “patdaros dela libertad” y los patidarios del or °. toria liberates, quienes en dicha Constitucién plantearon una reor- i ‘que, segin Pareja Paz. Soldan, estaba basada en un “exa- lun concepto atomistico y nica ni al pais como un conjunto de i tuna tradicidn™"*, Esta Constitucién no Asi, en 1860 se promulgé una nueva Const- tucidn que, como antes se ha dicho, permaneci6 vigente hasta 1920 con bre- ‘ves interrupiones y fué la de mi ci6n que ha tenido el pats hasta {por “personas dotadas de alto grado de inteligencia, moralidad y rique- 416, PAREIA PAZ SOLDAN, Jou —Op, cit p.95 168 titucién legal de un Gobierno oligarquico, ‘era también el ideal de Manuel Atanasio Coates. La propuesta fue rechazada porque era demasiado obva, Sin em- fargo, la Constitucion admitié de manera mds sui jgnor6 el problema indigena y su anticulo rdadanos” —con derecho a voto— quienes supicran leer y de Taller 0 tuvieran una propiedad o pagaran algin tipo Gobierno oligirquico fueran Jofes i i puesto indios, que con: Ja amplia mayoria de la poblacién, rnormalmente no sabian lee campesinos pobres, las propie- ddades que tenfan se encontraba ituacién legal muy confusa y se les sistem: tidn por los caciques y gamonales que ejercfan el poder de hecho en cada provincia ™. Este Estado, controlado por la clase domi tereses extranjeros desde los prim a Repéblica y la raz6n también por tan importante en el negocio del guano". Cuando ia de capital al Pert, el Gobierno tario del guano. El medio empleado para transf decidié usar ese capital respondia como propie- ingresos del Estado al sector privado fué la consolidacién y el pago de la Deuda Interna originada 479. PASARA, Luis, Op. eit p.22. 480 MARIATEGUI, Jos Carlos Op. cit. p.17. de Consolidacién de 1850, en s6l0 un allo Se pagé la sum 430,00 pesos y se roconocieron edit or un total aproximado de 7 és dela Ley nilones de pesos. Cualguier documento cupo, embargo o se. crédito; en esas cond tos y "ons" crédito. En los tes aos siguientes, a cia deeréditas de pesos. Con cargo a.una verifica- {que los mayores beneficiados fueran dinero como utilidades por el negocio del guano y lo presaban al Estado; pero ademés eran acreedores del Estado como tlre dela Deuda Intema, de manera que prestaban al Estado con ‘lls intresesy reibfn ese mismo dinero del Estado en pago de sus cxédi- tos contra la Hacienda Nacional. En esta forma, los captales que el Estado a 3 ; : 3 3 : t i ca aparentemente general y abstracta, “técnica”, “eréditos”, sumasadendadas”, etc cn) tea Otro medio para transfrir el capit I a capital estatal a manos privadas fue el ago sina con motivo de la abolicién de la esclavitud. Ya hemos indicado c6mo los propietarios de esclavos defendian su propiedad PSARA Li Op. m0, DE Tae ee CASTILLO, Emesto—"Pert. 1820-1920: un siglo de desarrollo capac". Fanos Pans. Campodico Eatores S.A, Lima, 1972, pp 67-8. 170 SS sumentos legales: se amparaban en que 1a Constitucién ga- iedad y exigia una indemnizacién previa a todo tipo de ex- en 1833 con argt sanizaba la prop propiacion: ¥ Ia propiedad ‘sostenfan que estas disposiciones eran igualmente aplicables 2 de esclavos. Cuando en 1854 se decret6 Finalmente la libertad probable que la inten fuera primordial- stancias para distribuir los ingresos estatales del ‘que la raz6n fundamental de la abolicién de 1a 1eol6gico —era claro para la consciencia de cesclavitud legal no podia subsistir— aunque la ocasion fue Deereto de 5 de Diciembre de 1854 fue dado por el jonario del General Castilla dos semanas después de un iemo oficial presidido por el General Echenique por el que e otorgaba la libertad a todos los esclavos que pelearon contra Casillas éste ‘imo se encontraba compitiendo con el Gobiemo oficial para obtener apo yo popular y, por consiguiente,dié inmediataments una ley més radical y epeclacular por la que se otorgaba Ia libertad a todos los esclavos, sin que ete acto estuviera sometido a condicién alguna... con la tinica excepcion de aquellos esclavos que pelearan en la filas del Gobiemo oficial del Presiden- te don José Rufino Echenique. La revoluci6n de Castilla result6 triunfadora y asf qued6 vigente slo la kima de las normas citadas. ‘Ahora bien, ain cuando las razones para decretar la aboli clavitud pudieron haber sido potiticas ideol6gicas, esta medi dda como otro canal para transferir capital estatal proveniente sector privado. El art, 6° del Decreto de abolicién de la esclavitud, dado por el gobierno provisorio del General Ramén Castilla en Huancayo el 5 de.Di- cciembre de 1854, establecia: “Queda garantizado el derecho de estos acree- dores (los antiguos propictarios de esclavos a quienes el Estado les recono- fa una indemnizacién) con la quinta parte de las rentas nacionales, inclusi- ve en éstas los sobrantes de la venta del guano”. El Decreto de 9 de Marzo de 1855 reglament6 el marco legal correspondiente para realizar tal transfe~ rencia, Esta norma dispuso que el Estado pagaria a los antiguos propietarios tuna indemnizaciGn de 300 pesos por cada esclavo en un plazo de tres aos, nfs el 6% de interés anual sobre los saldos deudores. La indemnizacion no variaba por razones de sexo 0 edad del esclavo liberado. E: ular ‘en esta operacién que lai absoluta de los esclavos, es m “tibertos” en un Decreto de 1839 y soy ado de hasta alcanzar los 50 aflos de Saye al ao g55 comprometia al Estado 8 Pagar a indemnizaign ‘50 aflos que no solamente eran hom én ‘que ademés ya no esiaban tampen wersiones™*, Este ampii si Este ampli posible sin los benefcios ob si uno de sus propésitos ng terrtenientes— podian yel Derecho esabanactuando como tereno “neutro” de resolucién de ten- or de Ja propia clase dominante. 1866 del Banco de Crédito Hipotecario que pe del Estado para financiar a los agricultores prive ‘A pesar de los esfuerzos realizados para impulsar la economia privada oti acon no se 9a incrementado y los nuevos capitales habian sido utilizados més bien como inversién en el mismo negocio especulativo Pablo. — "Las plantaciones azucareras andin Ts Naa Cae ina 1977999 clase empresarial 7 te, lo expuesto nos muestra que hubo un “uso privaio” Por consiguier de Estado y del Derecho por la clase dominant con el objeto de aprovechr er erdo a os interests de esta clase la nueva riqueza raconl y el orden de foo estatal desempons el papel de puente —aparentementeneutro— en- i tre el Tesoro Pablico y la clase domin EI Estado no solamente distribuy6 capital entre los grupos privados sino que adems colaboré con la clase dominante tradicional proporcionsn- dole un ordenamicnto juridico adecuado las faciidades necesaias para S- idades estructurales, ain cuando, ¢s preciso re- tado y clase dominante no fue nunca la de de ésta siltima sino una interaccién a través de mil- ‘que da origen a constantes vacilaciones. itadora del Estado se encuentra notablemente ejem- plificada a través de la historia de la inmigracign china", Abolida Ia escla- vitud, la agricultura de la Costa se vio afectada por la falta de brazos y la necesidad de incorporar el importe de los salarios a sus costos de produc ci6n, En estas circunstancias, un grupo de propietarios agricolas, encabeza~ dos por don Domingo Elias, gran hacendado costeio cuya actuaci6n politica ‘de Cultra Lima, 1977 ‘casibn de sefala, anticipandose a la abolic (que se produce siete alos mds tarde) y a sus ef ios, fuerzan al Gobierno cn 184 pr ue de leyes sobre Ke midi. Y es don Ramén Casilla, Presidente de tendencig st ae In ey de 17 de noviembre de 1849 por la que se tr ‘as praesta inmigocion, considerando “el grado de postacin en guy. fat agra det pi. En esta ley st nombra“inroductor d cps te China peisamentea don Domingo Elias y a Yuan Rodriguez, con pry lepio excusivo (ans. I°y 2° dela Jey mencionada); yy ademés, Ia faclizcgy cect lega al extero que el Gobiemo paga una prima por colono con ico (at. 3). Esta prima podia ser pagada de dos manene, al beneficiario la importaci6n de mercaderias libee en dinero con cargo —aquf también — a los ingresog in defini. el guano (art. 6°). Los mecanismos juridicos que regulaban la inmigracién china son pay lament iusratves. El contrato de “engaache", como se denominaba |, contratacién de chinos para el abajo agricola, se celebraba entre el impor. tador del chino, representado por el Capitén del barco, y el coolie (nombre ‘genérico de los chinos “enganchados”). El plazo por el cual se enganchaba el coole era de 8 afos y normalmente recibfa una suma inicial en el puerto de embarque y la cantidad de cuatro soles mensuales (hacia 1870); sin em. bargo, de la paga mensual se descontaba el importe de los gastos de viaje ‘desde China al Peri. El patron se obligaba a proporcionarles comida diaria -y asistencia médica”. Ain cuando el contrato constituia un acuerdo de vo- luntades y representaba la intencién formal del coolie, es dificil pensar el compromiso del inmigrante en términos de la doctrina clésica del Dere- cho liberal que se expresa en el concepto de ta autonoméa de la voluntad: los coolesestaban presionados por la miseria, engafiados en cuanto al tipo de trabajo que se les ofrecta,seducidos por el opio y otras diversiones que se colocaban a su disposcion en los lugares de enganche. Al llegar los chinos 0 Ste WART, Wat 5 Or AYN conn sy FERNANDEZ MONTAGNE, Ernesto y GRANDA 1 STEWART, Waa. D1, pct. pT; FERNANDEZ MONTAGNE y GRANDA ALVA. Op. cit 114 1 Por, el importador vendia los contratos a los hacendadas interesados y ‘ast las obligaciones contrafdas por el coolie se wansferian por endoso al me- jor postor con lo que se produjo una verdadera vena de chinos por medio de documentos. Las condiciones de viaje de los chinos al Perd eran teribles y hubo varios casos de rebeliones sangrientas en los barcos Al llegar al Peri, las condiciones de trabajo eran muy malas ¢ incluso se wilizaba la tortura como medio de establocer Ia disciplina en la “hacienda”, Todo ello leva a que por ley de 19 de Noviembre de 1853 se derogue la ley de inmigracién asidtica por no haber “correspondido alos destos de la Nac efecto funda- rental de esta derogacién fué la supresién de la prima por colono chino que jemo con los ingresos del guano. Es interesante sefialar que jucen dentro de un clima internacional muy deterio- ingleses apoyan al Gobiemo de China en sus reclamacio- res diplomdticas contra el Pend. Atin cuando la ley de 1853 habia suprimido Ja prima, la inmigraciOn de chinos era siempre posible. Pero la Resolucion ‘de 5 de Marzo de 1856 prohibe la importacién bajo contrata y permite la in- sigracién solamente cuando los chinos quieren venir a trabajar por su pro- pit inicativa; Io que se reitera por Resolucién de 13 de Octubre de 1856. A este respecto, es de destacar que la primera de las disposiciones legales cita- das compara la importacién de chinos con la trata de negros, reconociendo a magnitud de Ia explotacién. ‘Sin embargo, en 1861 se restablece este denigrante comercio. Por ley nuevamente la “introduccién de colo- (os risticos en las costas del A fin de acallar algunas de is severas a este comercio, el articulo 2° de esta ley dispone {que los buques no podrin embarcar més asiéticos que ufo por tonelada de registro, bajo pena de 500 pesos de multa; y el articulo 3° establece que s6lo se puede traspasar contratos con conseatimiento del colono contratado. Pero es claro que el beneficio que se obtenta por chino era bastante superior al monto de la multa y que el consentimiento se podia arrancar de miltiples formas a estos inmigrantes desesperados que ignoraban el idioma, las leyes 492. STEWART, Watt Op. cit pp 56-72; FERNANDEZ MONTAGNE, Emestoy GRANDA ALVA, Genin Op. cit pp. 3-5 46. 115 4, Las razones que justfican esta importaci yas costumbres any econémico, Los argumentos ae persibdas laa segundo conseeuencia del primero. En primer lugar camente dos, iene “amo de industria es la agricultura” y que, “a cone” vam del eselavatra consumada en la Repabica en os fandos risticos desieros” (Considerandos 1° y 2° ge ja iy). Esto significa que la estructura econémica del = std siempre funda. sa ses riionales Goel Suprimirse un elemento importants gg daen as bas Nn eslvitud— sin modiicrse los dems elementos, toga er Soma habia quedado desrculado; de ah qu se hicieranecesari sy. sal tabaj eslvo por oto en condiciones relaivamente similares, repo ugr, sro cn mins de inflacié, siempre ocasionad por seeetura econdmica wadiional que se pretende hacer funcionar a pesar xa table suprimido una de sus condiciones de funcionamiento: “si pep. necira el Congreso indferente y no derogase el decreto de 5 de Marzo de 1856, may pronto Jos aniculos de consumo y de primera necesidad para Ia vida, tendrian una alza de precio mayor que el que pueda ganarse en el trabajo 6 industria aque est consagrado el ciudadano”, El Presidente de la Repdblica, don Ramén Castilla, se niega a publicar tally y a devuelve al Congreso con observaciones que no son acogidas, En elas, Casilla discrepa dela ley asumiendo una posiciGn liberal de defen- «sade los derechos individuales. Compara la introduccién de colonos asidt- cos-con el trico de esclavos y reconoce la crueldad de los introductores: “vbusando de la ignorancia y de la miseria de los desgraciados asidticos, 1855, crefan autorizados para traelos al Perd. Entonces en crecido némero los conducfan hacinados en buques esuechos, privados de ventilacién y atin del alimento més preciso, y sujetos, durante la navegacién, & un bérbaro tratamiento. Bien sabidas son Jas espantosas escenas que la desesperaciGn de los asiéticos causada por es- tas crueldades, produjo repetidas veces a bordo de esos buques. Cuando Ile- saban al Callao estos comerciantes de hombres con las victimas de su codi- ia, los vendian al mejor postor™, Castilla califica esta situacién de “ultra- J laliberiad” y de “violacién escandalosa de los derechos sagrados de Ia ‘8 “EDPeano" 2 de Maran de 1861, Semen primo, No. 24,p. 94, 176 libertad”, protestando en nombre de “la dignidad del hombre", Rechaza también que sea la abotici6n de ta esclavitud —decretada precisamente por el mismo Castilla— la causa de las dificultades de los funds risticos por- que los propictarios sustituyeron a los esclavos con personas a quienes se pagaba un médico salario 0 una partic i ‘puesto en duda que el trabajo del homt ", por lo que debe suponerse rales y cuya noble raza cruzdndose con 1a nuestra la mejore; de hombres lo infundan en las artes y en la industria”. En cambio, la in china “aumentaria el némero de trabajadores del cam- , discola y turbulent”, porque se trata de importar bra- ‘hombres débiles, enfermizos, desgraciados y corrompidos “estos hombres por su endeble constitucién, y su ‘mala salud, no pueden soportar por mucho tiempo las recias fatigas del campo, y que, o mueren con frecuencia y en gran niimero al rigor de tan du ras tareas, 6 burlando sus compromisos los abandonan para dedicarse a otras pueblos y las ciudades. Alli mez- clados con nuestros naturales, pervierten su cardcter, desgradan nuestra raza 6 inoculan en el pueblo y especialmente en la juventud, os vicios vergonz0- 308 y repugnantes de que casi todos estan dominados” #, La oposicién de Castilla tiene un fundamento confuso que no permite conocer las verdaderas opiniones del Presidente; luego de unas declaracio- nes de corte ideol6gico liberal, nos encontramos con dudosas afirmaciones de hecho —como que los fundos hubieran mejorado econdmicamente con la Contratacién de trabajo libre— para caer finalmente en un crudo pragma tismo basado en prejuicios raciales. Es interesante anotar la falta de cohe- lla no solamente a nivel ideol6gico sino también i6n de los con- sostiene que “los m7 es cinot)carecerin do una 8 18 condiciones lide. Para que un cOntrato sea vétgg imiento perfecto de lo gu Mebe tener un conocimicntO a as mpensa, 6 dé la materia del contrato; iy a China un eontato con el poderadg qa celebren (l se roquieren para Su servi, ni la naturaleza de las fa. n los servicios personales en el lugar rancia en uno de los contratantes, dg rests Hay, ues 0 er consiguiet cl conrato adolece de nulidag” : ha considerado que los chinos que abando. pfs antes isos”; iio ontial pad sus compromiss”; a pesar de que, si el con, tt rabajo et “arin ; inet compos mein ait olaboré con la clase dominante no s6lo por la via de la ac- itn svtnb te ‘a omisén, Esta clase tenia interés en mantener cieras sees dea vida social alejadas del Derecho oficial y sometidas a ordena ormativos privados. mao aralmente exacto en el caso de las “haciendas”, Estas eran pequeiosestadosregidos por el “hacendado” o por sus servidores més préximos; muchos de los grandes propietarios no vivian en la “hacienda” Fino en las grandes civdades y encargaban la “hacienda” a sus “administra- ores” 0 “mayordomos”, La “hacienda” constitufa una especie de sub-siste- ‘ma legal que regia no solamente las relaciones entre el “hacendado” y sus tos entre si. Usualmente, 1a un pequefto pueblo —ta “pueblo” tenga una tien- tes; 0 los mismos servi- ores de la hacienda en sus horas libres, provefan a los habitantes de la icheria” con ciertos bienes y servicios elementales: ¢l zapatero re- el herrero, el brujo o curandero, Algunos trabajadores de la “ha- cienda” criaban animales domésticos 0 cultivaban productos de autoconsu- 5 Leet 178 icios por determinagy * particularmente con la ayuda de los hacendado” otorgaba la casa en la ios y sus demés actividades complementarias. De ma- del trabajador y de su familia, en una extensién muy im- pportante, dependia de la voluntad del “hacendado”. Los campesinos tenfan plena consciencia del poder del “hacendado”, de donde deducfan dos consecuencias importantes para el niente discutir las decisiones del “hacendado” en lo que cciones entre éste y el trabajador; b) el “hacendado” es el * oso dentro de Ja comunidad en que vivian y, por lo tanto, es quien mejor puede resolver los conflictos que surjan entre trabajadores, En base a esta ico al propietario, al administrador 0 mayordomo € incluso al ingeniero agr6nomo ya en el presente siglo— resolviera las con- troversias entre los campesinos en materias tan diversas como la venta de un animal, a cobranza de una deuda, disputas conyugales, adulterio y otras si- milares. Normalmente, el “hacendado” escuchaba a ambas partes y a los tes- tigos y luego intentaba obtener una transaccién —'lleg: entre las partes para mantener la “hacienda” en paz; per ‘extremadamente antagénica, podta declarar que una de las y la otra debia ser castigada: este castigo podia ir desde el descuento de un dia de jornal o la cancelacién de ciertas concesiones otorgadas por el propio ido del trabajo con todas las conse- el consentimiento ticto 0 for- ‘mal de los grandes propietarios. La autoridad de los funcionarios politicos 0 administradores se encuentra de hecho sometida a la autoridad del terrate- it Ese considera précticamente a su lti- potestad del Estado, sin preocuparse minimamente de los lc la poblacién que vive dentro de los confines de su pro- 179 establece sanciones contrarias a familias. Los transporte; ycoros Y 7 8, log de los brace" eos al control del propietaio den, parece un ordenamient legal pany, 2 tyeraicas especiales d& Tazonamieng “Ie aces yastibucin normativa dels recy. eniee este “sistema legal privado” y el is, ica que “Los grandes propictarios cost. stegui exPl tema lea ee ree ‘eden de derechos feudales 0 scmifeudales, le tan is relaciones les per. ntrolable™*. No hay duda que el or. te estos derechos a los pro i rant queria mantnet Tas jerarguta tradiciong. jemizaci6n del pats que seria imposible sin 'y de centralizacin del poder politico; y, de derechos feudales a los terratenientes hu ee eae a pasado, abandonando el programa modem. bie ito i poicasios agricola ograron obtener est tipo de ac panos css, conta 12 oposii liberal. En 1849, los Dipu- ie Ge eC Senta —ambas provincias con muy importantes ro, Tepresentante Por os” eno des juisdccén— pantearon al Congreso un proyecto “By MARIATEGUL Jo Catios—Op.citp. 76 Sobre gimen del “haciendten sus spe torsos yeonions(amentablements 180 los trabajadores no podian abandonar sus trabajos si pre- icelado las deudas que tuvieron con sus patrones. Pe- ‘defendi6 con gran ardor el derecho de los jor- naleros yyecto de ley en cuestién s6lo tomaba en cuenta el interés de los empleadores. El proyecto fué retirado™. Sin embar- zo, unos aos mas tard, el arculo 1635? del C6digo Civil de 1852 dispone {que los servidores pueden renunciar a sus empleas en cualquier momento, excepto si han recibido adelantos en ropas o en dinero; en tales casos, la misma norma legal establece que quedan obligados a continuar trabajando para el patron hasta que la deuda se encuenteintegramente cancelada. ‘En realidad, no hubiera sido posible crear todo un sub-sistema legal ‘sin un cierto grado de cooperacién del Derecho oficial, Esta cooperacién fut prestada de diferentes maneras. Primero, directamente, por la creacién de ‘derechos tales como el mencionado en el pérrafo precedente; otro ejemplo similares el articulo 1633° del Cédigo Civil de 1852 que estableefa que en de tasas, pagos y verificacién de cuentas sobre salarios del em- pleador, se presume como verdadera la afirmacién del empleador mientras 1 servidor no pruebe lo contrario. En segundo lugar, cl sub-sistema legal se encuentra favorecido indirectamente por el hecho de haberse establecido como Derecho oficial un orden jurfdico de tipo europeo, que ambicionaba constituirse como un conjunto de que era totalmente irreal en un pais profundamen tan diferentes de ri- ‘queza, instruccién y poder pol informales, convirtié en muy poco dtl tal sistema juridico 30; en la mayor parte de los casos, el “hacendado” se consideraba por encima del sistema legal y no sometido a él. En tercer lugar, las reglas abstractas y generales del Derecho oficial no eran adecuadas para regular las formas utilizadas en las reas ru- rales para la adjudicaciOn de tierras comunales entre los comuneros 0 de tie- ras del patrén entre sus trabajadores, los sistemas de explotacién conjunta de la tierra las transacciones comerciales en el mercado local, etc. Los legis- adores del Cédigo Civil trabajaron con un conjunto altamente formalizado de instituciones juridicas, tales como el contrato de locaciéa-conduccién 0 499 BASADRE, Jorge Op. ci. VoLI (1963), p. 867. 181 daba h jo espe cet fi aque lugar el merg ee ese ya provaza queda JespUES SUL ala ply, Fever or) 6° VOTE og cil decir siel hecho do que el orden te tra del dt 18 ni ages ora una estrategia consciente de los Tega ficial gprs O95 que pudiera i gah wna esti consciele™ PD oe ene ret I posiilidad de qu os Propicaios rales ae iendas” en pequefos Estados. a in entre el Derecho oficial y el sub-siste- table por el represen intereses que la dcisifn del terrteniente, Lamentablemente, no ‘estos “representantes del Derecho a) campesinos con otros campesinos (sobre sobre crs aspctos de esta brecha entre noma legal condacta INER, Henry ]— "Lega Education and Socioeconomic change American Journal of Comparative Law. Vol. XIX. Wintet bando.—“De Ayllu al Cooperativismo Socialist” P. Barrantes Goan Ed Lin, 1936 p.200, Seats 182 nas y con bre linderos y sobre el arbanos que suministran implementos agri dn cuando no disponemos de de tierras. Hemos subordinacién de las autoridades dado”. Las autoridades locales y ‘se consideraban muy por encima de los campes tent {os campesinos la consideraran como parte de la adi tari. En base a todo ello, podemos validamente suponer que el campesino 10 en el sistema juridico oficial. ia, cabe obviamente preguntarse las razones que ‘campesinos a ltigar ante el Poder Judicial contra ‘que su acci6n no tuviera amparo en parte de los casos. sbargo y aiin cuando no disponemos in- cempirica de la época sobre esta materia, parece ser que los jui- jos por campesinos eran muy numerosos y que, a pesar de los que lleva a los indigenas campesinos a pleitear continuamente, prosigue en 502 Un estudio prelimina sobre este tema ha sido realizado respecto del Brasil por UNGER, Roberto M.— “Some remaiks on the role ofthe legal order in Bracilian rural life during the pire andthe Barly Republic”, manascrito, Marzo de 1972, Harvard, sobre la Sociologia del Peri en 1886". Imp. y Libreria 183, ‘, Incluso, esta proliferacién de I ab ain “ie un personaje intermedi —e ego an srl, qe wen a costa de 10s problemas legal do Sipdo oo defensorOFCI0SO eTO due, al mismo i, fe taba indispensable pues, dada su vers clemental en ef ion Juric oficial yen as costumbres urbanas, era a tnica forma de pone, Jet das mundosprfundamente ecind el mundo del campos = ‘mundo dol Poder Judicial. ‘i ra tendencia marcada del campes ‘ercacion de un s6rdido “mundillo’ tiene en cuen Trico y aventurarhipétesis, que ots trabajos deberdn acreqi fo descartar, para aproximamos 2 la comprensién de este fenémeno panes co, Para algunos, todo se reduce a una explicaci6n psicolégica: al indigena wie gust” liga, seenueiene de esa forma, ol liigio es una diversin a ia obvio que ésta es una explicacién muy superti. Fil Otros han sostenido que la razén de os constantes litigios estriba en la fata de niformidad en las medidas y la imprecisiOn de linderos y utulos, tn ouas palabras, los derechos son confusos *. Esta explicacién se revela ‘vando menos parcial: muestra —y s6lo en parte— las causas de que exis- tan problemas, pero no nos dice por qué raz6n el indigena escoge el caming judicial para resolver estos problemas. Pareceria més convincente que esta 4504 Apesarde qe seat den fendmeno notori, no he encontrado ningén estudio espeifico en general se advi 5 preoeupacion : 7. 505 DOBYNS, TORN Fonds Canpesns de Pet” Esaion Aint. 506, BOURRICAUD, Fangs — Op. ci. 54 185 pe ee le un contexto en indfgena, dentro d i fel Derecho occi- jntror ‘el que no se dan las cont garantias de operacién del Di ental, se explica por una pertrfica de Ia ideotogia liberal que ha gnte la mentalidad campesina con la idea de derechos ccontaminado severam« {dea de un Estado protector de los mismos. Esto signi= fa ha sido profundamente tocado, a través de caminos ;portadas; ain cuando las bases sociales wig se dan dentro del nuevo contexto en el que pretenden ‘Es ast como el campesino habria credo firmemente en aue la ae cierta igualdad, que cada hombre tiene derechos indivi- tar un derecho de propiedad individual *”— que puede gael caso, que el Poder Judicial ¢s una institucion a ta ssariamente, que los jueces constituyen una instancia de relacidn entre tales convicciones y los mes ‘vamente implementarlas y dado su permanente desmenti- {do por [a reatidad judicial cotidiana, una f6 social de este Lipo pierde stn ‘onal para convertirse en un ingrediente magico, en wna lu- fal, que es asumido por el campesino porque lo magico y 10 ,otos, por las filosofias im que pudieran efecti cha politico-ritu ritual responden a la matriz cultural andina. 2.— Orden juridico y propiedad de la tierra agraria He seftalado antes el rol que jug6 el Derecho en las primeras déca- {das que siguieron a la Independencia con ¢l propdsito de romper los_vincu- mnales de Ia propiedad y su forma comunal; he mostrado también laci6n juridica de las ventas irregulares de tierras pablicas. Todos 30s desembocan en el COdigo Civil de 1852, el primero promul- icamente de orientacién liberal pero con un marcado ‘a través de la subsistencia vergonzante de ciertas mn de la propiedad (Tit. I. Secc. VII. L. 1), as reglas so- tud (Tit. V y VI. Sece. IT. L. 1) y reminiscencias feudales en 507 thi p. 117 508. Supra. pp. 48-51. 185 ferencia qa sca it primer obo acia a través de una amplia nocin de prescripcign, cnet? {us inp forma ain tieras del Estado (art. 535°), Por coer ee rmilaadguing 0 a estado poseyendo tierras del Estado durante diez eno te demostrar alg titulo (art. $39°) que el poseedor a oY 143%) y pat (art. 40°), adquiria la propiedad. Simplemente crit Mea Coadyuvante con estas normas j e Juridicas e: exist imerés real en ontar con un inventrig de Lo MEH de gue hubiera evitado un gran nimero de transferencias itge ns Pablicas, po tado en favor de particul \paradas por J ilegales de tiemag gai © transferencias que se convalidaban mediante la rece ns tt de conta jicioos. En realidad, se nombraron Comisiones para ran so Mei Pero no se las implementaba con personal suficiente y otras fi {al inventario, riales indispensables. Es muy ilustrativo a este on : €1.8 de Agosto de 1870 dirige el Presidente de la, Comite a los ionales, efor M. Cucal6n, al Director de Aditi ee neral del sterio di cheap ienda y Comerci . tiene empleados ni facilidades a couple ace ee gue se le ha encomendado, Entre otras cosas, die: “el ramo de ae que se estéexaminando actualmente, comprende los procedimieiiae les sobre la propiedad, destinde,tasaciGn y remate de muchos fay Yo entiendo, sefor director, que el Margest es el gran libro en que con cl Gad y precisin se detallan los bienes nacionales ...Muchos miles de pesos 8 Seguro que podri recuperar el Estado, cuando se tenga formado el mar- ey es obra que apenas se concibe cémo ha sido descuidada en el Peri tras fy anos aos, ser debido ala prevsion del actual Gobierno." Se ie le un descuido intencional o involuntario? Es dificil saberlo, Sin em- ‘ ao no cabs dada que 1a transferencia de las tierras piblicas a propiedad coincides Paticulares era considerada beneficiosa. No es una mera 1a que en la misma época en que Cucalén denuncia que el Estado 509 “ELPeruano", 10, 9. " 10de Noviembre de 1870, No. 108, p. 969. 186 zo ha tomado hasta entonces las medidas clementales p: propiedades, aparezca en el diario oficial, bajo el utulo ‘una informacién sobre las ventas de tierras que esté argentino a los particulares. En ella se alaba encarecidamente est porque ¢s la manera de desarrollar una economia agricola privada ual es necesario transferir la tierra a los panticulares a precios re- “Bn la venta de tierras (del Estado), no es el beneficio transitorio de ucinta 0 cuarenta mil pesos la legua lo que debe buscar el Gobiemo. Es el beneticio incalculable, que respondiendo a todos los objetos presentes,re- suelvan los grandes problemas del porveni rio que el Gobiemo, no considerando este Jas utilidades del momento, fije su atencién en los inmensos ber ‘una pequefia largueza de hoy puede proporcionarnos en el porv agraria al encabezar estas jo” de las tierras piblicas que tolerar su apropiacién de facto por los ultores més “diligentes”?, Resulta sintomético que, a pesar del entusiasmo de Cucalén en 1870, l primer Margesi de Bienes Nacionales recién sea publicado en 1921, es decir, a los 100 afios de existencia del Estado independiente. En la Introduc- cin de ese primer inventario, el Dr. Enrique Patrén, encargado en ese mo- ‘mento de su preparacién, sefiala que “Reunir en una obra todos los datos re- lativos al origen, titulos, extensi6n, valor y dest MARGESI DE BIENES fut la aspira- leyes durante la centuria que ha jenes que ha perdido el Estado {nformacién que permitiera, en cualquier momento, conocer la condicin legal de los bienes nacionales, que ‘ocultos 0 detentados se acogian después al amparo de la prescripcién” *. Y ya en el primer informe de dicho abogado con motivo de asumir su cargo, presentado al Director de Administracién del Ministerio de Hacienda con fecha 8 de Junio de 1914, se denunciaba que una de las causas de la dismi- rnucién de los bienes nacionales habia sido “la prescripcién corrida a a som- 4510 “E1Peruano” 12 de Noviembre de 1870,No. 10,p.979. ‘SIL PERU. *Margest de Bienes Nacionales”. Lima, 1921.1 p.4. 187 péedida de libros y documentos en las oficinas bra de los tastornos politicos igo Civil 1852 se proponiaademésfacitar las transfeencas pebar las vincuacones da propiedad, denizo de un espriy te propésito se intentaba por varios medios, eee liberal. Est carecersticamente a Pa Frimers as disposcones sobre pesripcion pemitan el uso de esta insta. tierras comunales (art. 535°). Segundo, aque en el futuro nadie todas las propiedades eran ia posbildad de qu ls propiedades permanecieran concentradas mediante disposicions testamentaris en favor de uno s6lo de los herederos. Por ese ‘motivo, el Céigo prescribe Ia sucesi6n legitima, es decir, la obligacién de que la herencia sea necesariamente distribuida en cietas ones entre Jos herederos, dejando s6lo el derecho al testador de disponer libremente de ‘Cuato, el contrato de arrendamiento de tirras fué li plazo (art. 1551°) y, ain cuando se permitfan todavia los censos, era prohi- bido crearlos a perpetuidad (art, 1909"); ademas, el propietario del dominio cel derecho de venderlo como si se tratara de un inmueble (art, 7). re Basadre ha estudiado la jurisprudencia de los Tribunales durante inmediatamente siguiente ala promulgaciGn del Codigo Civil y llega a la conclusin de que es bastante notorio el interés de la Corte Supre- ma en desvincular la propiedad, colaborando dor", Garcia Calderén nos dice que el Cédigo Civil, a través de la herencia desvinculada, divi las propiedades: “Las consecuencias de esta disposi- ico, la condenacién de toda oligarqu‘a, de toda en el orden social, el ascenso de la burguesfa y el mestzae, el debiltamiento deta tradiciOn familia y la necesidad de al- S12 Bid, S13. BASADRE,Joge—~Op ci. Vol. I1(1963).p.941, ito y de darse importancia, en todas las cl i, proseguia, la riqueza privada ha sido distribuida entre el més exitosos, Mariétegui sostiene que no hay duda sobre las Iegisladores de 1852 de destruir la oligarquia agricola, como lo pretende Garoia Calderén; pero en la préctica, dada la ausencia de otras medidas de normas sobre prescripciones permitieron afirmar el dominio de ciertos gru- ‘pos privados sobre las tierras piblicas. Seria importante estudiar también el rol que correspondié a las sociedades andnimas en la preservacion de los, ‘enormes fundos risticos, a pesar de las ley ‘mente, no tengo informacién sobre este punt Podemos suponer que uno de los ico que los nuevos Cédigos pretendian imponer en un pais que no podia ser gobemado con conceptos abstracts y generales. Las diferencias en mate- ria de poder econémico ¢ instruccién entre las clases sociales transformaba las teenicalidades legales en instrumentos en manos de las clase para incrementar sus privlegios sobre la otras clases, creando ‘de dominacién legal en razén de las diferencias en los recursos legales de los grupos sociales. de grandes propcdades, a pesarde las leyes sobre It herecia mediate el uso de fons soietarias. 189 co fue uilizado para evitar toda in net omaion i pen el cas dl zoning ans de Is COnSeeUMO io ello eel tratamiento que se dio a Ia con. juin, Ur empl erode 1858 por el Aalde del Cuzco, don Fran- Fa fom ied oem Sie sors gu en props dad de Jos campesinos In conn inviduaes de sus lots. Sin embargo los nas como Poptabaando y poseyendo la tera en 1a forma tradicional a ian conned re divsin de ls tierras comunales; en muchos casos, ido wansmitidas a los heredros sino que habian cont. reglascomunales sobre repartointemo y posesién, A fin ee ai eyes diversos inspectors del Gobiemo habian intena- eft ar nucras distibuiones alo individual ene los comunero, om resultados similares. Al momento en que se planteaba Ia consult, Ia si- npn ea muy conf y por ese motivo preguntaba el Alcalde silos in- vin ea verdaeramente propetaros inividales de sus eras. La consul ta fué dictaminada por el Fiscal adjunto, don José Simeén “jada, un liberal gue haba defendido la bead de industria contra todo tipo de intervencién porel Estado y més tarde fundador, entre otros, del Partido Civil. Este dio- tamen, emitido el 2 de Diciembre de 1858, fue bastante breve. Sostenia que Ta ley de 31 de Marzo de 1828 habia ‘otorgado a los indios individualmente Ja propiedad de las antiguas comunidades. “El hecho de que hasta ahora no han puesto en prictica su pleno dominio ni transmitidolo a sus herederos ada argye en coniza dela ley porque los hechos no destruyen el derecho. En cuanto a los procedimientos de los recaudadores, caciques y revisitado- res, sus abusos no pueden servir de precedente contra las Ieyes”**. La con- sulta fué devuelta al Alcalde como improcedente; y la Resolucién de 4 de de 1859 establecia que debja considerérsela como regla general para ilares. El Derecho habia “triunfado”, pero el Alcalde continuaba ain sin poder resolver su problema préctico de determinar a qué individuos correspondian efectivamente tales tierras tantas veces repartidas y ain suje- sd fac a comunita, Lo gave esque, en est ca, el wriunfo formal recho proporcionaba a las personas inescrupulosas la posibilidad de \SADRE, Jorg. Op. Vol. I (1964, pp. 1308-9. Cap. LX. ‘alevosamente al indigena. Adin cuando deben haberse producido ‘casos de explotacién que no han pasado a Ta historia, baste men- ‘omo ejemplo el bando del Prefecto del Cuzco, don José Gervasio , de 17 de Diciembre de 1867, por el qu ‘una contribucién as de 4 pesos, bajo cl pretexto de darles “titulo de propiedad”. 16 nulo ese acto "Aparie de los casos de explotacién brutal, como el antes reseRiado, el ‘uso de las tecnicalidades de un sistema legal. formalista contra aquellos que ho podian entender y que, ademis, no podianafrontar los costs diectos 2 indirectos de procesos judiciales destinados a proteger derechos incier- tos daba lugar a una explotacion més 14s “juridica”, pero no por ello Derecho pasaba a ser un ar- icios posesorios” regulados fueron utilizados por los “BI formalismo extremo de la nueva legislacién... Ito de las formas; dié una cierta rigidez al de foro que eran, por otra par- 1", “Toda la herencia intelec- ibocaba en las numerosas forma lidades dificiles € gal obtenida por el hecho de que uno de los grupos tenga una mejor com- prensién del sistema legal y una mejor situacién econ6mica para afrontar sus costos, se acentia por otras caracteristicas aparentemente menores del sistema. Como sefiala Kennedy: “supongamos que los procedimientos em- pleados en las audiencias de los tribunales son para un grupo la encarna- cin de todo lo que tiene de més augusto y digno de respeto su propia tradi- cién cultural, mientras que para el otro grupo es algo misterioso, intimi— >. Supongamos que dante, extranjero y el simbolo de! sometimiento polit ‘519. BASADRE, Jorge —Op cit. 520 BASADRE, Jone — Op.

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