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Juare Cavs Put: Inconsciente -51- El signo de desconot is 1itu! Le Gavies. I. Louis-Frangois Pinagot, almadrefiero en el bosque de Belléme tigeciones muy singulares? La apr repertorio de olores cotidianos, las tribulaciones sociales del exige a la vez un minucioso conocimiento de las real agraficas, sociales, culturales y relgiosas, pero ademas, vieciGn més secreta: le de un no sé qué ~gcompasion. jerencias con nuk aproxima a estos seres de los cuales todo nos separa. medide que la inwestigaci6n avanza, el misterio sobre sus ‘welve inguictante, presente. proyecto de Alain Corbin parece insens Imente oscuro, que no de} 2 Truccén Gna Barates jn Coin. Le monde retouut de Loui Frongats Pingel Sur et ts more mudo entze fos mudos, un tipo comin, miembro de la tropa ida de los peatones que pobleron ese pasado, de la cual nunca emer- gen més que algunas fo ser p fiempo ~jhistoria obligal~ alguien que existid y del que esté per las huellas que dej6 su vida, smplo, Es- limites de una obra: hi duo que, jaro, puesto que no habria dejado nada que lo ‘A manera de respuesta, Corbin nos deja en su prefa- ientos de su “Diario elaborado durante ls primeros dias de 2 de mayo de 1995, 14 horas. Lleg6 el dia de la eleccibn, Emocién sus- Tebosa de saber. Asi uno aprende in montén de fe almadrefero, sobre los bosques de Orne, las préc- impesinas, la compleja conjuncién de la parentela de inagot, los ecos ensordecedores de la “Gran historia” (sobre i brustane). es lento progresos dea democraca en las que se intercambian durante los “velorios” a as cosas sobre Louis Frangois Pinagot, que, como fue inden unos aflos, su nombre aparece en ciertos registros relativos a ese es. ‘cial. En todo es0, nor supuesto, Louis-Frangois Pinagot no es ans © vacio alrededor del cual gira esta masa compleia de informa. lo perdemos de vis irenero” sirve de hilo rojo principalmente en el modo inte- as ocasiones, en el modo condicional o en el modo opta- de modalidaces enunciativas se teje alrededor de él, pues- izarian la publicacién de un libro de talla honesta, La conclt i) conclusién no se hace esperar, como para cortar Tapidamente con una imaginacién que, Sin embargo, no dela de ser soicitada aqui y ali . Estzmos obligados a confesario: no sabremos nunca nada de fos senti- {tlentos. de las convicclones o de las emociones poliicas de Louis-Frangots Los ansais Pragol ea protalamert ircin tn msc 3's Pisgo despre, ms © menos canusement= (121) resutndo ena tenn “Es poco probe que Le erua. ene pub del Eee 1 ti coma estado ein -54- Ex sicuo & pesconocimento 50 De este modo tiene lugar, como anunciaba Corbin, una “historia en el uo- ra en la que el héroe no tiene una luna voz que pueda escucharse, ni tampoco particularidades que pue- corroborarse. Sélo su nombre, incansablemente repetido sin ser sistem- samente abreviadot, le conifere una fria existencia de estado civil, ria para denotar la preocupacion de Corbin por duardar ica tan féciImente,con un objain.es- ccurre un incidente imprevis- inal ft A Raga omen ecarl wa al Car¥ shor bia aplicade hasta ese momento, Origny-le-Butin.. es Clochemerle.* Durante muchos afi, uno de los pro- blemas lancinantes de los trabajadores del bosque y de ciertos habitantes de la comuna no e camino del bosque”: sels meses por Sra demandada reqularmente formacién en camino vecinal, con el fin de que la comuna empren- ra los trabajos que los hugarertos solos no lograban realizar. Esta peticion fue varias veces rechazada, bajo et pretexto de que ese camino “no represen- és local y sélo para algunos hebitantes”.” En la prima- vera de 1870 la cuestion fue planteada ina vez més, y nuevamente se le asig- naa otro camino el derecho al dinero comunal. Dos afios més tarde, otra pe- ticién, sin embargo, es abierta en la Alcaldia, y los electores y coniribuyen- tienen la posibilidad de hacerse cargo de la reparacin del camino, Alli esté Alain Corbin enfrente de estas peticiones, debidamente conser- vadas en los archivos departamentales. Con la fecha del 5 de mayo de 18° aparecen en esa carpeta las siguientes tres firmas de tres vendedores de era y de cuatro almadrefieros. Entre ellas, figura el nombre de Louis Fran- ois Pinagot. Aqui, Corbin entra en escena: [Louis-Francois Pinagot!inscribio en el.registro ef tinico trazo manuscri- co trezo Individual que tenemos de 6k: se trata de una cruz dad con la inasible personalidad de Louis Francois Pinagot, descubr este tra- ' Como “LF”. por empl. oe coogi Prag sl fama “Lous rages aparce apy 2 Nowe que sine en ans pars puntar aun puto muy paguete dere dll os wor xan semicerentey ests en guar cont as ns pubes reap 285 eo Gur te Caurey 20. inleaté reconsinuir el movimiento que lo habla inscripto en el papel; (re 20 manuscsito de un hombre que a sus selenta y cuatro atios, quizd, ue le- ‘ado por vez primera a ulliza el portaplumas."" Con la aparicion de esta cruz “amplia y malhecha”, Louis-Frangois Pina got se eclipsa un bajo la pluma de Corbin, para dar paso aun mo arlo;"Louis-Frangois". Con esta simple cruz surge 'e discursivo, destacéndose en esta cuestién banal del camino y de {a peticiin. La existencia, a menudo indudable, de un trazo directo de la pre- sa acglera sbitamente et rit toriador-cazedor: ;Pas6 por luna serie que, espero, diré més que sobrecargar este pasaje (pues se ta de una suerte de epidemia emotiva), me permito aqui entrar en escena, 'a ocasién, en un trabajo propio de los afios estudiantes, tuve que ana 3s legajos de los contratos matrimontales del siglo XVIL.™ Estaba encar- gado de conlabitizar los bienes ast transmitidos, y contaba para este ofecto can largas istas donde se amontonaban estanterias, cubiertos, caer siempre en el mismo punto. Estos matrimonios necesitaban testigos. Como los novios pertene muy frecuentemente- 4 una burgu it a veces que un fesigo no Supiera ese: guido con frecuencia de su pro! estos dos trazos groseros, malhe que dejaban adivinar de entrada la ma- 2, con la lengua afuera por el esfuerzo realizado, quiza la gota de torpe que teme salpicar la hoja recargada de escritura pr rprendente sentimiento de fraternidad: zque relacién tenia y ¢ Partureau, molinero, con esta Lucile Coste, costurera? l oficial notarial me importaba poco aquél cuya escritu- ra répida, nerviose, angulosa, me esforzaba en seguir— importaban estas gentes que desplegaban su sosegado, ostentosa, demasia- Wa corrida porque la plume no fue tomada del lado correcto consejos), después, un segundo trazo que viene a cortar el pri mero, més 0 menos por la mitad, aunque a menudo mejor logrado; gents este a des, consents en lox archos depramentale, qu ¢ Toman “poe ~55- ‘que, en esta circunsiancia, se habian tomado el tiempo necese matt un impulso. Y despues, nada mis: adiés, gracias, 1d0 el signo, uno se despedia en el acto. gCémo cords" “Chrisme”, esa combina Cristo, y esta X devendifa el ancestro de ese signo que tener moj pero que en un principio habria sido el del Hi 6, eeBmHO7T, ‘mente, la cruz designaba ss ; dad de desiqar a un individva,y solo uno, como presen itieica dose ge Palle emle, domerdn, 2 ats de shee fe de au fraz0. A diferencia del sello medieval avi fra, fs alll guna descripcion podrs establecer con cerieza 1 Sober ante pnt, dig » nose oe de Babee Frankl Lo i Pang, Galar 1992, epoca os pginas S254 1 Bid. 68 0. singularided de de Corbin, segin la cu ‘TBIMERTE, GUE NS S€ parece exactamente una Siatuca estélica: es a5", 10-65 un jo no depende di provi de seme Cia en su realizacion rtesanal, capaz de del indice que reine esta cruz-ahf con aque! como firma dentro de sN6, més acé de los signos? Uno recorria ido sibitemente up_pui- a: “¢Hay alguien?" eudiano la palabra “clinica” jornades, coloquios, encuen: En primer lugar, las grandes obres llamadas “teéricas” ~p: Ex sign of otscowociwiente 6 lacaniana y el d icas se volié un hecho 05, par el simple hecho. nen fa incapac zi "mismo notibre, conceptos profure rmateamenie cerredes or poten jsmo que alinea insidiosamente los productos de una rrisma esfera “alcanizalén” de un pacoandisis aque ve ene cam a " ‘ “Die “analyti See aeedietgie OMe hte chile, fen el fundamento de la oner'~ un fercero, Ei ef Tea consiste en ansformar fa mirada a E> un mensaje com us -omo tampoco ninguna d > es nada; pero de hecho cambi IS UNO Se apropie de esta cuestién, no se podré tener en cugnta este tercero que la clinica requiere, puesto que el método analitica lo suspefie reglamentariamente” para Fa v de Tiago Ge AHA Winnicott. Quite (eet fecibunfenls Tan Species que el analiste jpendiendo cual Agu 0 mas exactai ia Wansferencia, oo Guy Le Gaueey Cita demasiado “categérica’, @ contrarrestar con otras, como ésta: renci que nada, salvo su produccién artificial, distin- icion de siqnos, pero no solamente eso, \e ahi el proble- su oportunidad de ser en ocasiones una solucién, leme lancinante en lo que concierne, por ejemplo, al : {El hombre de durante un, caito a tergo? Después de muchas dificlla- , conclave: Completes, Tomo XVI Busros Aes, im paychanayas. Pans. PUF. 571 p. 398, ga- EL stgno oF pesconocimtent0 fo it de identidad entre “resto diurno" y “deseo in- fantil", De manera general, la relacion latente/ icante/significado que encontrard su bucle local en ef Signo: muy diferentemente, tun signo (letente) encon’ cof sigho (manifesto) un trazo por el cual puede hacerse repr ‘Pasaje de To Tafenté a lo manifiesto merece llamarse “transferencia’ tido dado en la frase anter otro signo. En la primera “reenvia® fo no} a una escena elective (eine reale seta” en af Senitido dé una problemética altament ratada la censure, 00 hay necesided de "pare dor no tiene necesdad de “parecerse™ al menor que él "representa" es ne- 2 Freud exceed en bs 27 cnleeca thd “Le ronslorenca™, qu a crs 0 pest: mete wa “rapa casa Guy Le Gaurey fimo sentido del verbo “representat”: actuar en se encuentra en el centro de la ion canénica del 82 suleto “representaio” por algo —un si Tepresentante y lo representado on de "cara y cruz", similar a los elementos de la parela saussuriana dg,

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