pitule
La politica exterior colombiana
(1930-1946)
Fernando Cepeda Ulloa
Rodrigo Pardo Garefa-Pefia
S
Des autores han analizado el
efecto que tuvo para la politica
exterior colombiana Ia separacion de
Panamd en 1903. Este hecho creé un
Conllicto que alect6 las relaciones, txa-
dicionalmente muy buenas, entre Co-
lombia y Estados Unidos, precisumen-
te en momentos en que se consolidaba
Ja presencia de este ultimo. pat
Centroamérica y el Caribe.
Con la guerra de Estados Unidos y
Espaiia en” 1898 y con la independen-
cia de Panama y'la consiguiente cons-
truecion del Canal por parte de la
emergente potencia norteamericana,
se ponia fin al conflicto entre éstay 10s
poderes europeos, que se originaba en
la competencia por ejercer Ia supre-
maefa en el Caribe.
Colombia vio que su mayor activo
geopolitico se perdfa y que con ello su
esencia en el Caribe quedaba i
Viabilidad ni seutido, Peor que eso, su
relacién con Washington se deterior6
precisamente cuando éste se convertia
en la «estrella polar» del continente.
Hacia el futuro, dicha situacién y el
proceso que siguid para regularizar las
relaciones entre Colombia y Estados
Unidos, indispensable para él desarro-
lo econdmico, determinaron las prin-
cipales caracteristicas de la politica ex-
terior colombiana durante los siguien-
les setenta aiios.
Apartada del Caribe y de Centroa-
mnérica, Colombia buscé ante todo
manejar sus relaciones internacionales
con la mira puesta en la satisfaccion de
sus intereses econdmicos. La obten-
cién de precios favorables para el calé,
la ampliacién del comercio exterior, la
obtencidn de préstamos para la finan-
in del desarrollo y la apertura ha-
cia la cooperacion técnica, fueron ob-
jetivos que pasaron a dominar por
‘completo a los fines de tipo politico en
Ja agenda de las relaciones internacio-
nales
Por esta raz6n, Colombia no ha sido
tun actor principal en la politica inter-
nacional. Su presencia es discreta y
prudente, hasta el punto que se con-
sidera que ha subutilizado el potencial
diplomatico con que cuenta. Colom-
bia se ha propuesto hacer menos de lo
gue puede, con el fin de asegurar el
Cumplimiento de sus objetivos econs-
micos sin incurrir en altos riesgos.Capitulo t
cién exterior colombiana, adem:
ha tenido un alto componente de
ideolégico. La controversia partidista,
aun ent los puntos extremos del espec
tro politico, pricticamente no existe 0
tiene escasas excepciones. La prepon-
derancia de lo econémico y el prag-
matismo que la permite han desalo-
jado aa ideologia como fuerza motriz
de la politica internacional
Internamente, en efecto, el manejo
de los asuntos externos de Colombia
normalmenté no ha sido motivo de
controversia. Por el contrario, ha sido
fundamentalmente consensual. Es de-
cir, ha contado con el apoyo de los dos
grandes partidos que han dominado la
lucha politica: el conservador y el li-
beral. Aunque en algunas coyunturas
precisas dicho consenso se ha altera-
do, el cardcter bipartidista en la accion
internacional colombiana no se ha
apartado de las tendencias consensua-
les del estilo politico del pais colom-
biano.
Una excepcin a esta regla esta
dada por algunos debates sobre 1a res-
ponsabilidad de alguno de los dos par-
tidos por raz6n de pérdidas tertitoria-
les que Colombia ha sufrido. Pero la
tendencia al consenso y la tradicién en
ese sentido se ha asegurado con insti-
tuciones como la Comision Asesora de
Relaciones Exteriores, cuyos miem-
bros, elegidos por ambas camaras le-
gislativas, representan_paritariamente
4 los dos partidos politicos
Antecedentes
Al finalizar la primera guerra mundial
en 1918, los Estados Unidos consol
daron su hegemonia en Centroaméti
cay en el norte de Suramérica. El re-
sultado militar corrobors algo que ya
habia comenzado a vislumbrarse des-
de finales del siglo xrx con la victoria
de los Estados Unidos sobre Espaiia
en la guerra de 1898: que la influencia
de las potencias europeas en el Nuevo
Mundo estaba en descenso y que el es-
pacio que ello deja, pocs a poco era
ocupado por el mas prospero pais del
continente.
Todo esto implicaba necesariamen-
te que desde entonces se fuera con-
solidando la concentracion en los Es-
lados Unidos de las principales fuen-
tes de financiamiento para el desarro-
Ilo de las naciones del continente, Y
en efecto, comenzando desde los fi
nales del siglo XIX y agudizdindose en
las dos primeras décadas del XX, un
importantisimo flujo de capital desde
al Norte hacia el Sur determiné toda
una serie de realidades politicas que
caracterizaron el futuro de las relacio-
nes panamericanas.
Desde luego, éstas estuvieron fuer-
temente influenciadas por un polo, los
Estados Unidos, que en los diversos
aspectos de los procesos politicos y
econdmicos Hevaba la vanguardia en
el continente. Ello habia sido posible
luego de que la guerra civil de 1846 en
dicha_nacién hubiese sido superada
consolidiindose asi la unidad de la cor
federacién de estados. Lo cual, a su
i6 a la nacién concen
astruccién de un sélido
sistema econémico que incrementa-
nel grado de industrializacién y utili-
zara el vasto volumen de recursos
con que hal
Como resultado del empuje indus-
trializador, las primeras firmas de ca-
WW
"Lacterna historia’
caricatura publicadaen
"Fantoches", en 1914.
Comenzabanias
dilaciones ala qprobacién
porel Congreso
americano del ratado
Urrutia-Thomson, que
silo serlaratificado
definitivamenteen 19
Dice el caricaturista
"Wilson, que se proclamé
‘jefe del género humano
Jy suerte deeidié hace
poco clausuré el Senado
americano/yconjusto
desagrado/ycondolor
verdadero, /buen lector,
iemossnirado que otra
veznuestro Tratado/se
haquedadoenettintero"Pagina de "Cromos', det
3 de marzo de 1923,
‘omentando fa legada ab
pais de la famosa misin
‘conimica presidida por
Edwin Walter. Kemmerer:
para asesorar la inversion
de los 25 millones de
dolares de ta
indemnizacion por
anand, Hactan pare de
la mision Fred Rogers
Fairchild, Howard MeNyx
Jefferson, Thomas R. Lill
yy Frederic Bliss Luguiens,
‘quien actud como
El presidente Pealro Nel
Ospina y sw hija Elena
Ospina Vasque: al egar
‘a Washington e1 3 de mayo
dle 3923. A su lado,
flmirante Coon, generat
John J. Pershing, et
secretario de Estado
Charles Evans Hughes,
arios Uribe y Jose Maria
Coronado
pital privado norteamericano busca-
ron invertir porciones de sus exceden-
tes en las naciones localizadas al sur
del rio Bravo. Importantes empresas
comenzaron operaciones agricolas en
Centroamética y el Caribe, inversio-
nes que fueron creciendo en volumen
y que luego se extendieron a nuevos
sectores dé la actividad econémica, El
grueso del capital norteamericano se
dedico a la explotacion de recursos mi
Nueva Historia de Colombia, Vol. tt
nerales y de la tierra, pero poco a poco
fue desplazandose hacia [a construc~
cin de la infraestructura requerida
para dicha explotacion y para su pos-
terior exportacion.
Al mismo tiempo, durante los pri-
meros veinte afios del siglo, las rela-
ciones econémieas de la América La-
tina, especialmente de los paises situa-
dos al norte del Ecuador, con los Es-
tados Unidos, se fueron intensifican-
do. Se consolidaba de esta manera el
alejamiento de todas estas_naciones
con respecto a Inglaterra, el gran po-
der de Europa antes de la primera
guerra mundial, pais del cual depen-
dieron durante bastantes afios la
adquisicién de recursos para la inver-
sion, la importacién de manufacturas
y los mercados para las exportaciones
de productos naturales
En estas circunstancias de las rela
ciones Estados Unidos-América Lati-
na, Colombia, impulsada por una se-
tie de procesos domésticos, se uni6 a
la tendencia continental en el disefio
de una politica exterior caracterizada_
rincipalmente por unas estrechas re-
laciones con Washington y por la su-
bordinacién de los aspecto’ politicos a
los econdmicos.
Las relaciones entre Colombia y Es-
tados Unidos, tradicionalmente exce-
lentes durante el siglo XIX, se afecta-
ron notablemente con la «separacién»
de la provincia de Panam en 1903.
Diversos intelectuales y politicos de la
€poca denuneiaron al. imperialismo
norieamericano y obraron en una for-
ma que hacia prever un oscuro futuro
para las relaciones bilaterales.
Colombia entendia que su. posicion
geogriifica se habia devaluado notoria-
mente. Al mismo tiempo, sin embar-
g0, requerfa para su desarrollo eco-
némico del acceso a las fuentes de ca-
pital en donde éste era abundante. Por
st parte los Estados Unidos, luego de
culminar su periodo de expansion te-
rritorial en el siglo XIX, se encontraban
en una nueva etapa de sus relaciones
con América Latina, la cual algunos
autores han denominado la