Espiritu Santo". Y luego Moroni di
clara: "Y por el poder del Espiritu
to podréis conocer la verdad de todas
las cosas” (Moroni 10:4-5).
‘Yo cteo que este poder, este don,
esti disponible para nosotros en [a ac-
tualidad.
Asi que, mis queridos hermanos,
creo en Dios el Bterno Padre, y en su
Hijo Jesucristo, y en el Espiritu Santo
Fui bautizado en el nombre de los
tues, y casado en el nombre de los tres.
y no tengo ninguna duda con respecto a
‘Su existencia e individuatidad. Esta in-
dividualidad se hizo evidente cuando
Jesis fue bautizado por Juan en el Jor
dn. En el agua estaba el Hijo de Dios;
la voz de su Padre se dejé oir declaran-
ddo que aque! era su Hijo, y el Espiritu
Santo se manifest6 "como paloma” so-
bre El (véase Mateo 3:16-17),
Sé que Jestis dijo que aquellos que
lo habian visto a El habian visto al Pa-
~o se puede decir lo mismo de
muchos hijos que son iguales a su pro-
genitor? Cuando Jesis or6 a su Padre,
{por supuesto no podia estar dirigiéndo-
Ellos son seres individuales, pero
son uno en propésito y en obra. Estin
unides a fin de llevar a cabo el grandio-
so y divino plan para la salvacion y
exaltacion de los hijos de Dios.
En su maravillosa y conmovedora
oracién en Getsemani, antes de Ta trai-
cidn, Cristo suplied a su Padre por los
“Apéstoles, a quienes tanto amaba, di
ciendo:
Mas no ruego solamente por és-
tos, sino también por los que han de
‘reer en mi por la palabra de ellos,
"para que todos sean uno; como
1, oh Padre, en mi, y yo en ti, que
tambien ellos sean uno en nosotros."
(uan_17:20-21)
Esta perfecta unidad entre el Pa-
dre, el Hijo y el Espiritu Santo es lo
que liga a estos tres personajes en la
unidad de la divina Trinidad,
Y, milagro de milagros y maravi-
Ila de maravillas, estin interesados en
nosotros y nuestro bienestar es su prin-
cipal preocupacién. Ellos estén a nues-
tra disposiciGn. Llegamos hasta el Pa-
Aire por medio del Hijo; El es nuestro
intercesor ante el trono de Dios. (Qué
maravilloso es poder hablar con el Pa-
dre en el nombre de su Hijo!
oy testimonio de estas verdades,
sgtandiosas y trascendentales. Y Io hago
por el don y el poder del Espiritu San-
to, y en el sagrado nombre de Jesueris-
to, Amén,
"DIOS AUN REVELARA"
lder Neal A. Maxwell
el Quorum de los Doce Apstoes
"Las revelaciones futuras contendrén asombrosos
acontecimientos asi como grandes e importantes verdades."
memoria espiritual de la humani-
dad; y cuando la relacién ent
hhombre y las Escrituras se corta, los
‘mortales se ven trigicamente privados
dde una percepcién de historia espiritual,
lo que ciega los ojos de la fe. Asi des-
pojados de su identidad verdadera, tic~
nen piernas, pero cada uno sigue su
propia senda; sus brazos son codicio-
sos, pero no abrazan los verdaderos va-
Tores de Ia vida; sus oidos funcionan,
pero ya no escuchan Ia palabra del Se-
fior. Y, aunque creados @ la imagen de
Dios, fos que son asi cortados pronto
olvidan a su Creador. No es de sorpren-
der:
“Porque geémo conoce un hombre
al amo a quien no ha servido, que es un
extrafio para él, y se halla lejos de los
pensamientos y de las intenciones de su
corazon?" (Mosiah 5:13.)
En contraste, uno de los rasgos ex-
clusivos de la Iglesia de Jesucristo es su
conjunto siempre ereciente de funda-
mental conocimiento espiritual sobre la
identidad y el propésito del hombre, lo
cual ensancha "Ia memoria de su pue-
blo* (Alma 37:8). De hecho, nuestro
noveno Articulo de Fe declara que
L as Santas Escrituras representan la
el
bibliotecasud. blogspot.com
“Dios ... ain revelaré muchos grane
des ¢ importantes asuntos pertenecien-
tes [a su) reino", Asi nutridos con ali
‘mento que combina la antigedad con
cf fitaro, el dnimo de los miembros ée
ta Iplesia no tiene por qué desmayar
{ease Hebreos 1233) sino que podemos
vibrarintslectualmente
Finze los tesoros que no han apa-
recido aim hay libros perdidos; las Es
criturs acuales mencionan mis de
veinte de éstos; y quizis mis asombro-
Sos y mayores sean los tepstros de las
trbus perdidas de Israel (véase 2 Nef
29:13). Ni siquira sabriamos del tercer
testamento de Cristo si ao fuera por el
valioso Libro de Mormén, el segundo
testamento de Cristo, Cuando aparezea
este fercerconjunto de registos sagra
dos, completaré una triad de fa ver=
dad, Entonces, como To dijo el Perfecto
Pastor: "Y mi palabra se reunirétam-
bign on una” (vers. 14). "Y habré un
redil y un pastor" (1 Nefi 22:25) en
tina "unign entera” de todas las dis-
Densaciones crstanas dela historia hu-
mana. (Véase D. y C. 128:18,)
Aunque en el pasado a veces Ios
profetas tela que hacer conjeturas,
emo Moroni supuso que los judios
poscian también un registro de la Crea-
tid desde Adin (véase Fter 1:3), la
huestra, en cambio, es una epoca de
plentud, incluso de "cosas que jamis
Se an revelado desde la fundacin del
mundo" (D.y C. 128:18). Mas ain,
“vend el dia en que las palabras del
Iibro, qu fueron selladas, se lerin
desde os techos de las casa; y sein
leidas por el poder de Cristo, y se rever
Jarin& fos hijos de los hombres todas
las cosas hubidas entre ello jams, y
cuantas habra jams hasta el fin dela
tierra” (2 Nefi 27:11; véase también 2
Nef 30:16, 18; Fter4:7; D. y C. 101
32; 121.28).
Por eso, asi como babré muchos
mis miembros, familias, barrios, esta-
cas y tomplos dels Iglesia, com cl tcm-
LIAHONA / ENERO DE §7po, también habrd' mas Escrituras para
nutrimos ¢ inspirarnos, No obstante,
primero debemos deleitarnos con recti-
tud en lo que ya tenemos.
Sin esta preciosa perspectiva espi-
ritual, la familia bumana dificilmente
puede pasar més de una generacién sin
ceaet en profundas dudas, y aun en la
incredulidad
Laman y Lemuel dudaron y pro-
testaron porque, segin Nefi, "no
conocian los hechos de aquel Dios que
los habia creado” (1. Nefi 2:12); eran
ignorantes, como el olvidadizo Israc:
"Y se Ievant6 después de ellos otra ge-
neracién que no conocia a Jehové, ni la
‘obra que é1 habia hecho por Israel"
‘Gueces 2:10; véase también Deuterono-
‘mio 32:6; Mosiah 10:14),
Si la gente permanece mucho
tiempo sin las verdades del plan de sal-
vacién de Dios, algunos "ni siquiera
las ereen cuando se las ensefian"
(Mosiah 1:5). Una "nueva generacién’
ignorante no eree entonces "tocante a
la resurreccién ... ni tampoco ... a la
ventida de Cristo” (Mosiah 26:1-2.
Por lo general, las creencias en la Dei-
dd y en la resurreecién son las prime-
ras en desaparecer: "No habian levado
anales consigo, y negaban la existencia
ide su Creador" (Omni 17).
‘Nuestro amoroso Padre esti siem-
pre deseoso de disipar esa ignorancia:
"Y después que Dios hubo di
puesto que estas cosas sobrevinieran a
los hombres, he aqui, vio entonces que
cera necesario que éstos supieran acerca
de las cosas que él les habia sefialado;
“por tanto, envid angeles para
cconversat eon ellos, los cuales causaron
ue los hombres contemplaran la gloria
de Dios,
"Y de alli en adelante empezaron
los hombres a invocar su nombre; por
tanto, Dios convers6 con ellos y les hi-
zo saber del plan de redencién que se
habia prepatado desde la fundacién del
mundo; y esto él les manifesté segin su
fe y artepentimiento y sus obras,
santas." (Alma 12:28-30,)
EI mensaje es constante y siempre
pertinent:
"ZNo es tan necesario que el plan
de redencidn se dé a conocer a este
pueblo, asi como a sus hijos?
{aNo le es tan ficil al Seftor en-
‘viar a Su angel en esta época para de-
clarar estas gozosas nuevas, tanto a no-
sotros como a nuestros hijos, como lo
setd después del tiempo de su venida'
(Alma 39:18-19,)
‘Los mortales de hoy, nacidos mu-
cho después de su primera venida, por
cierto necesitan conocer el plan que da
lun concepto completo "de nuestra con-
dicion y verdadera relacién con Dios’.
El profeta José Smith dijo también que
este tema deberia estudiarse "mas que
cualquier otro... de dia y de noche".
(Ensefianzas del profeta José Smith,
pags. 399.400.)
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Sin embargo, cl plan de Dios no
debe tratar de deducirse por la ligica, y
la experiencia humana no es bastante
profunda ni suficientemente larga para
iTustramos en forma adecuada, sino que
se requiere revelacién de Dios,
"He aqui, grandes y maravillosas
som las obras del Seftor! {Cuan ineseru-
tables son las profundidades de susristeris; y es imposible que el hombre
pueda descubrir todos sus eaminos! Y
nadie hay que conozca sus sendas a
menos que le sean reveladas; por tanto,
no desprecigis, hermanos, as revela-
ciones de Dios." (Jacob 4:8.)
{De qué otra manera podriamos
saber la verdad sobre quiénes somos,
ramos y seremos? (Véase Jacob 4:13;
D. y C. 93:24) Sin una verdadera
identidad, no puede haber verdadera fe-
licidd.
Por lo tanto, los angeles y profetas
son caracteristicas en el proceso de la
revelacin (véase Alma 12:28-29)
En la iltima parte de su vida, José
Smith bablé varias veces de los atorce
aos que habia experimentado de inten-
sa revelacién, incluso de visitaciones
angélicas. (Vase Enseancas del pro-
{feta José Smith, pig. 432.)
Las Escrturas de la Restauracin,
ccentradas en el Mesias, expanden con-
siderablemente lz memoria espiritual de
la humanidad y nos ensefian concer-
niente al plan de Dios desde la funda-
cién del mundo. La Restauracién nos
ha traido extensos discursos sobre el
plan de Dios con el rescate del Reden-
tor, como los de Moisés, Abinadi
ter, Alma, Ammén y Aarin (véase
Mosiah 13:33-35; Fter 13:2-4; Alma
%
12:30-33; 18:36-39; 22:12-14). Todos
responden a Ja pregunta retérica de un
profeta que dijo: "Por qué no hablar
de la expiacion de Cristo?" (Jacob 4:
12). Hermanos, dado que el principal
interés del hombre es su salvacién,
{podriamos tratar acaso otro tema més
importante que ese?
El que escudriie de verdad las Es-
crituras sin duda vera que éstas testifi-
can de Cristo (véase Juan 5:39). Tam-
bbign veri lo relacionadas que estén y
como se apoyan unas a otras. Si hay
quienes no lo ven, sera porque [van tras
elas} no por fe (véase Romanos 9:32),
sino que, en cambio, las contemplaron
petplejos con los ojos cegados por el
cescepticismo, Dijo Jesis a los imerédu-
los:
"Porque si creyescis a Moisés, me
creeriais a mi, porque de mi eseribié él
"Pera si no creéis a sus escritos,
{como ercerkis a mis palabras?" (Juan
5:46-47,)
Los que no comprendieron ni
cereyeron aguello que Moisés escribié,
tampoco creyeron esto que Jesis les
dijo. Este hecho subraya las importan-
{es palabras de Mormén sobre la rela
cidn que hay entre el registro biblico y
el Libro de Mormén:
"Porque he aqui, se escriben éstos
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con el fin de que eredis en aguéllos: y
si ereéis en aguéllas, también ereeréis
Las Escrituras, que se apoyan mu-
tuamente, proveen la perspectiva hist6-
rica tan necesaria: “concerniente a
vvuestros padres, y también las obras
maravillosas que se efectuaron entre
ellos por el poder de Dios”. (Mormén
7:9; cursiva agregada.)
Muchos pasajes de las Eserituras
nos dicen vitales verdades sobre las
“tiernas misericordias" de Dios (1 Ne~
11:20, Fer 6:12; véase tambien Lucas
1:78) y sus tratos con nuestros antece-
sores. Lo que es pasado no es mas que
tun prologo, de ahi que Dios, siendo
comnividente, deseoso de salvar al hom-
bre inconstante y miope, no tiene inte-
rés en nuestra adulacin retroactiva si-
no en evitar nuestra ruina futura
Fse es el motivo por el cual apren-
demos en las Escrituras sobre Sus pla-
nes para cl hombre en este plancta. Por
Isaias El nos hace saber que formé la
tierra "para que fuese habitada" (alas,
45:18). Por medio de Moisés describié
Su propésito: "Llevar a cabo la inmor-
talidad y la vida etema del hombre*
(Moisés 1:39). Més alin, contemplando
los cielos y las galaxias, los que tienen
ojos para ver verin "a Dios obrando en
su majestad y poder” (D. y C. 88:47)
Nos encontramos rodeados de un
universo planificado y vivimos en un
planeta con un propdsito; y estas verda-
des deseriben "las cosas como real-
mente son” (Jacob 4:13). ;No es de
sorprender que el evangelio sea glorio-
Si hay una generacién que necesite
esta preciosa perspectiva, es le nuestra,
apartada del Sefior, si hay una genera
cidn que necesite que la salven de si
misma, es la nuestra. Sin duda, estas
necesidades se intensificarin al debatir-
se sin esperanzas las acosadas y per
plejas naciones de la tierra, en
angustia" y "confundidas", como lo
predijo Jesis, (Véase Lucas 21:25.)
En realidad, malentendemos y em-
pleamos erréneamente la vida, pero la
clara y preciosa perspectiva del evange-
Tig pone lo rmundano en sus correspon
ddientes lugares de menor importancia;
entonces es cuando en esta etapa moral
podemos ver las cosas tel como son,
cosas como la exigente melodia del
‘mundo, Al igual que los rituales extra-
fios de los animales, que son divertidos
para cualquiera menos para los partici-
pantes, estas menipulaciones de mate-
rialismo serian cémicas si no fueran
LIAKONA/ENERO DE #7trigicas. También lo son las ambicio-
nes de pode y la sed por la gloria del
‘mundo; sus téticas resultan transparen-
tes cuando se ven a la luz del evange-
lio.
[No obstante, 2por qué ain los