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Fe. El prmer pico, de! evangoto ‘nesta pura ao por él élder Boyd K. Packer Ayudante de Durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad dé Osaka en Japén estaba casi completamente destruida, Los edifcios y las calles. cubiertas de escomiros, ruinas y eréteres estaban demotidos por las bombas. El subterréneo, sin embargo, fue protegido, y poco después de la ocupacién lleg6 a ser el ‘nico sistema de transporte de la. ciudad En una hermosa mafiana a fines del otofio, un ‘grupo de soldados y yo salimos de la estacién del subterrinco; hasta donde alcanzaba la vista podiamos ver la desolacion de la guerra Lo que antiguamente habia sido un amplio pasaje bordeado por sicémoros, era ahora una escena deso- Jeda; aunque la mayoria de los érboles habian sido desttozados por las explosiones de las bombas, algu- nos de ellos todavia permanecian de pie, con troncos y ramas arrancadas. Uno o dos habjan tenido la su- ficiente valentia como para brotar y tenfan algunas hhojas nuevas; una suave brisa desparramaba las ho- {jas amarillas entre los escombros. ‘Una nifta, con un kimono deshilactiado, estaba ocu- pada trepando entre las ruinas para juntar en un amo las hojas de sicémoro. El espfritu de la criatura parecia impasible ante la devastacién y aparente fir 28 Consejo de los Dose tilidad que la rodeaba y se hallaba muy ocupada afia- diendo hojas de sicémoro a su coleccién, Hiabia encontrado un elementé hermoso en su mun- do; tal vez seria mis apropiado decir que cla era cl elemento hermoso de la escena. No he olvidedo a esa nifia, y por alguna razén el pensar en ella aumenta mi fe Rodeando su cuerpo estaba la respuesta a la futili- dad: en ella habia esperanza, Los niffos tienen una franqueza y honestidad que nos desarman. Posen una fe simple ¢ implicita que no muchos adultos comparten, El Seftor instruyé a sus disefpulos, llamando "a un nifio, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que sino os vol véis como nifios, no entraréis en el reino de los cielos." (Mateo 182-3.) En un nilfio hay muy poco de orgullo y vanidad, y responden ansiosos.y_confiadamente No es de extraiar entonces que el Sefor eligiera a un simple muchacho para actuar como su represen- tante en la restauracién del reino de Dios. sobre la tierra, Algunos han sido inerédulos ante el hecho— y es realmente un hecho—de que Dios el Padre y su Hijo Jesucristo se revelaron a José Smith cuando el joven contaba con silo quince atios ‘Ain més extraordinario que la misma revelacién uta la fe simple e implicita con la que el muchacho habia buscado respuesta a su oracién en la arboleda, La fe y la humildad son compafteras; la persona que pueda reconocer su dependencia de Dios y acepte con Fl una relacién de padre a hijo, ha preparado el camino para laf El Libro de Mormén nos habla de un hombre que tenia una enorme fe: El hermano de Jared habia su bido a la montafia con diecistis piedras. Tenia la idea de hacer que el Sefior las locara para que sit vieran de luz en la embarcacién mientras viajaban. Su deseo fie concedido, y cuando el Sefior toed las piedras, el hermano de Jared vio su dedo. Se postrd delante de El diciendo que no sabia cine tuviera ame y sangre. El Sefior Ie dijo "A causa de ma fe has visto que tomaré sobre mi ame y sangre; y jams ha con tan grande fe como la \ que ti tienes; porque de no hhaber sido asi, no hubieras podido ver mi dedo. ;Viste av ‘mas que esto?" (Eter 3:9) La respuesta fue monu- Ae ‘mentalmente valerosa: "No, Sefior, muéstrate a mi, (Eter 3:10) Pero se necesitaba una prueba de fe. El Sefior le pregunté: "{Creeris las palabras que te voy @ decla- rar?" (Eter 3:11) Es interesante notar que no le pre- gunté: "{Crees las palabras que te he declarado?" No se refirié’ al pasado, se refirié al futuro. Le pidié al hermano de Jared que se comprometiera sobre algo que ain no habia sucedido. Debia confirmar su creencia en algo que el Sefior todavia no habia de- clarado. Hay pocos individuos, ciertamente, que requeririan semejante fe de alguno’ de nosotros; son muy pocas las personas con las que nos comprometeriamos a creer lo que fueran a decir porque se necesita fe para estar dispuesto a comprometerse de semejante manera Para probar al hermano de Jared, el Sefior dij: "Creerds las palabras que te voy a declarar?” Y aguel hombre confinmé su gran fe al contestar: "Si, Sefior, sé que hablas la verdad, porque eres Dios de verdad, y no puedes ment." (Eter 3:12) Cuando el Seftor supo que creeria cualquier cosa que El le di- jera, se le présenlo; el hermano de Jared habia visto, porque tenia conocimiento, El registro lo confirma: Se "Y debido al conocimiento de este hombre, no se le ppudo impedit que viera dentro del velo; y vio el dedo de Iestis, y cuando vio, cayé de temor, porque sabia que era el dedo del Sefior, y dej6 de ser fe en , porque Hlegé a saber, sin ninguna duda.” (Eter 3:19) La fe, para ser fe, debe estar centrada sobre algo desconocido, Para ser fe debe ir mis alld de aquello que tiene evidencia confirmatoria. Debe ser parte de lo desconocide. Debe caminar al borde de la luz y después unos pasos en las tinieblas. Si debemos cono- cer todo, si todo se debe explicar y certficar, en- tonces no hay necesidad de tener fe. No tendriamos lugar para lla El profeta Aima dij: "Si, hay muchos que dicen: Si nos muestras una sefal ‘del cielo, de seguro sabremos; y entonces cre- eremos. "Pero yo. os pregunto: GES f esto? He aqui, os ddigo que no; porque si un hombre sabe una cosa, no tiene necesidad de creer, porque sabe. "Y como decia concer- niente a la fe: Fe no es \ tener un conocimiento per- Se geociey e = = do que si tenéis fe, tentis esperanza en cosas que no se ven, y que son verdade- ras." (Alma 32:17-18, 21) Existen dos clases de fe “ Una de elas funciona ordi- nariamente @7 la vida de cada alma, Es la clase de fe que nace de la experiencia; nos da la seguridad de que habré un muevo dia, que vendré ta primavera, que existe la evolucién. "Es la clase de fe que nos da confianza en cuanto a las cosas que van a suce- det. Esta clase de fe es la ejemplificada por esa nila en Osaka. Pero hay otra clase de fe, aunque es dificil de encontrar. Fs la clase de fe que hace que sucedan las cosas. Es la clase de fe inamovible que hace que sucedan cosas que de ota manera no se levatian a cabo. Es la clase de fe que inspira a las personas. Es Ja clase de fe que a veces mmieve cosas, ¥ pocos hom- bres la poseen. Es la que se va obteniendo gradual- mente, Es un poder maravilloso, e incluso trascen- dente, un poder tan real y tan invisible como la elec- fricidad, y que cuando esta dirigido y encaminado es muy efic Pero la fe debe ser fe, Hubo un hombre que esta- ‘ba “experimentando" con la fe y habia hablado de la certeza (pie tenia de que algo iba a suceder; pero su gran deseo no se habia realizado, Més tarde, su agrio comentario fue: "Bueno, como ven m0 pasé nada, En realidad nunca pensé que pasaria.” En este mundo leno de escepticismo y duda, la expresién "Ver para cteer" promueve la acttud: "Muéstrame y creeré.” Primero queremos todas. las prucbas y evidencias. Nos resulta muy dificil accp- tat las cosas por fe. *«Cuéndo aprenderemos que en las cosas espirituales es lo opuesto, que creer significa ver? La creencia espiritual precede al conocimiento espiritual. Cuando cereemos en las cosas que no vemos, pero que son cicrtas, entonces tenemos fe. EL profeta José Smith declaré: Tened fe en la vida y su. propésito; sabed que Dios la ha preparado y planeado para nuestro go70 y fe licidad. Vivid cada dia sabia y productivamente. Tened fe en Cristo, nuestro Seftor, como ef Hijo de Dios, e! Unigénito del Padre en’ la came, que esti Teno de gracia y verdad. Tened fe en que Jesiis es el Autor de la paz y salvacién de Las personas del mundo. : Tened fe en su plan de salvacién, exaltacion y gloria Tened fe en su amor-inigualable, al dar su vida como un sacrificio expiatorio para, redimir de la tumba a las almas de los hombres. Tened fe en que él es nuestro Redentor, Salvador y. Dios; que no hay ningin otro nombre bajo el Gielo dado a los hombres por el cual puedan ser salvos. Tened fe en su resurreccién y ascencion hacia la gloria y de que ahora se sienta a la diestra, de Dios el Padre. Tened fe en que mediante su resurreccién, rom- pid los lazos de la muerte, y que esta resurreccién del_ cuerpo es para toda la humanidad. ‘Tened fe en la Primera Visién de esta dispensa- cién. Tened fe en que Dios el Padre y su Hijo, Jesu- cristo, se aparecieron en persona al joven José Smith, Tened fe en José Smith como un Profeta verda- dero de Dios, que fue llamado a introducir esta Dispensacién del Cumplimiento de los Tiempos. Tened fe en la Iglesia y reino de Dios establecidos por nuestro Sefior a través de José Smith. Tened fe en la revelacién modema, Tened fe en todo lo que Dios ha revelado. Tened fe en que to- davia revelard. muchas cosas grandes © importantes concemnientes a su obra y reino. "Nunca os desaniméis; si me encontrara en el pazo ‘mis profundo en Nueva Escocia con las montaiias rocosas sobre mi, me mantendria sereno, ejercitaria mi fe, tendria valor y saldria del paso." (George A. Smith, Memoirs of George A. Smith, pig. 81-82) La fe se puede aumentar, y nos precederd como una tuz, Algunas veces la niebla de la duda es tan espesa y nos envuelve tanto que sélo la fe ms pene- frante y persistente podré enviar un rayo de luz que Ja atraviese. Si ejervitamos la fe haremos lo que hizo Nef ‘quien dijo: "E iba guiado por el Espiritu, sin saber anticipadamente lo que tendria que hacer.” (I Nefi 4:6) Fe ‘Tened fe en la autoridad del sacerdocio, sabiendo que el Seiior ha dicho, "Porque el que recibe a mis siervos, me recibe a mi". (Doc. y Con, 84:36) Tened fe en el poder de Dios y el don de sanar y hacer milagros. Tened fe en la Biblia como la palabra de Dios, hasta donde’ esté traducida correctamente Tened-fe. en.El Libro de jvlamén y sus mensajes, inspiradores de verdad y Tened fe en las Docitinas y Convenios y en sus doctrinas y ensefianzas que sé aplican a nuestro dia y tiempo. Tened fe en La Perla de Gran Precio por su in- calculable informacion y ensefianzas de dos profe- tas escogidos de Dios: Abraham, el padre de los fie- les, y Moisés, el gran dador de la ley. Tened fe en nuestro amado presidente David O. MeKay;-qujen no sélo es el Presidente de la Iglesia, sino tambign un Profeta, Vidente y Revelador de la Iglesia y del’ mundo actual Tened fe para ser humildes y creer sin ninguna duda, Tened fe para recibir y obedecer verdades, prin- cipios y ordenanzas del Evangelio de Cristo. Tened fe en el valor de servir y estar dispuestos a donar vuestro tiempo, talentos y dones para la edificacién del reino y beneficio de las personas. Tened fe en ser honrados, veridicos, castos, be- nevolentes, virtuosos, y en hacer bien a todos. los hombres, Tened fe en que Dios bendeciré y recompensaré a los fieles que aman y sirven en rectitud y verda- deramente hasta el fin. Rider Delbert L. Stapley, de! Consejo de los Doce (The Improvement Era, Vol. 63, pags. 420-21) a

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