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Concepto
Prescindiendo de la clonación, toda persona desciende de un hombre y una mujer, tiene
un padre y una madre biológicos. Del hecho biológico de la filiación deriva la relación
jurídica de filiación. En principio, la filiación es una relación biológica y jurídica, mas
puede que ambas no coincidan, así:
- la filiación adoptiva es una filiación jurídica sin base biológica alguna;
- procreación asistida con donación de gametos. En consecuencia, se va separando la
idea de la filiación jurídica de la procreación biológica.
Principios
c) Principio de veracidad
Del principio de libre investigación de la paternidad deriva un sector doctrinal el
llamado principio de veracidad. Dicho principio tiende a conseguir la correspondencia
entre la verdad biológica y la determinación jurídica de la filiación.
Clasificación legal
Antaño el CC distinguía entre filiación legítima (hijos concebidos en matrimonio) y
filiación ilegítima (hijos de procedencia extramatrimonial). A su vez, la filiación
ilegítima podía ser natural (los progenitores podían casarse entre sí) y no natural
(progenitores no podían casarse entre sí). Los hijos no naturales podían ser incestuosos,
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adulterinos o sacrílegos. Según el art. 108.1, la filiación puede tener lugar por
naturaleza y por adopción. La filiación por naturaleza puede ser matrimonial y no
matrimonial:
- filiación adoptiva
Es aquella que prescinde de la base biológica y que deriva de un acto jurídico llamado
adopción. La filiación adoptiva constituye algo excepcional frente a la regla que es la
filiación por naturaleza.
Contenido
- apellidos
La filiación determina los apellidos con arreglo a lo dispuesto en la ley, que es la de
Registro Civil (art. 109);
- parentesco
La filiación produce parentesco (en línea recta y de primer grado) entre padres e hijos;
- patria potestad
La filiación determina que se constituya la patria potestad;
- obligación de velar y alimentar. Derecho a relacionarse
Los progenitores, aunque no ostenten la patria potestad están obligados a velar por sus
hijos y prestarles alimentos (110), y tienen derecho a relacionarse con ellos (160);
- derechos sucesorios
Los hijos son herederos forzosos o legitimarios de sus padres (art. 807.1). En la
sucesión intestada, los primeros llamados a suceder son los hijos (art. 931).
Prueba
La reclamación del contenido o efectos de la filiación se supedita a la prueba de dicha
filiación. Con arreglo al art. 113, la filiación se acredita por:
- la inscripción en el Registro Civil;
- el documento o sentencia que la determine legalmente;
- la presunción de paternidad matrimonial;
- y, a falta de los medios anteriores, por la posesión de estado.
Los tres primeros medios (inscripción, documento o sentencia) se refieren a la prueba de
una filiación ya determinada. En cambio, la presunción de paternidad sirve para que se
determine una filiación matrimonial.
a) Inscripción
Constituye un medio de prueba preferente, puesto que el propio art. 113 advierte de que
para la admisión de pruebas diferentes a la inscripción se estará a lo dispuesto en la
LRC.
b) Documento o sentencia que determine legalmente la filiación
Si acredita la f. matrimonial se refiere a la sentencia del art. 115.2. Si acredita la f. no
matrimonial se refiere al documento en el que se plasma el reconocimiento (art. 120.1) o
a la resolución o sentencia que la determina (art. 120.2 y 3). En cualquier caso, si el
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c) Presunción de paternidad
Aunque el art. 113 la enumera como medio de prueba de la filiación, no es tal, sino que
la presunción de paternidad sirve para determinar la f. matrimonial.
Elementos
Tradicionalmente, doctrina y jurisprudencia la definen como la conjunción de tres
elementos, nomen, tractatus y fama:
- Nomen
Consiste en usar habitualmente el hijo el apellido de su supuesto padre o madre. Existe
un distinto nivel de exigencia jurisprudencial en este orden, pues el uso del apellido es
un hecho normal y exigible en la posesión de estado de hijo matrimonial, mientras que
en la no matrimonial es compatible con el uso de un apellido distinto, quizá el de la
madre, por el hijo (STS 17 marzo 1995);
- Tractatus
Se considera el elemento más relevante y consiste en el comportamiento material y
afectivo dispensado al hijo por el padre (madre) y/o su familia, según los casos. Aunque
tiene una proyección ad intra (a diferencia de la fama, con proyección hacia afuera),
suele exigirse que el trato dado por el presunto padre se exteriorice de manera que
pueda crear una apariencia de la relación paterno-filial (hacerse cargo de los gastos del
hijo, informarse de cómo va en los estudios o de su salud);
- Fama o reputatio
Es el hecho de ser considerado socialmente, en la opinión pública o entorno social
próximo, como hijo. La vox populi reconoce al hijo como de un determinado padre.
Requisitos
La posesión de estado ha de ser constante o continua, es decir, no interrumpida. Ha de
ser también actual en el momento de ser invocada, o haber subsistido hasta hace poco.
Funciones:
- es uno de los modos de acreditar la f. matrimonial o no matrimonial (art. 113);
- medio probatorio para declarar la filiación (art. 767.3 LEC), es decir, se debe
demostrar la existencia de filiación antes de determinarse;
- es un criterio que influye en la legitimación activa en materia de acciones de filiación,
ampliándola o restringiéndola.
La posesión de estado no es un título de legitimación, sino una situación fáctica que
puede conducir a la determinación de una filiación, mediante la prueba de que
concurren sus requisitos. El título de legitimación se refiere a una filiación ya
determinada y pretende ser una prueba preconstituida.
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Requisitos o presupuestos:
- maternidad de la mujer casada. Supone la demostración de dos hechos de prueba
relativamente fácil, el parto de la mujer y la identidad del hijo, es decir, que el nacido
procede de ese alumbramiento (mater semper certa est);
- matrimonio de los padres entre sí. Es indiferente que el matrimonio sea anterior o
posterior a la concepción o al mismo nacimiento. No plantea tampoco especiales
dificultades probatorias;
- que la generación sea obra del marido. Este presupuesto es el de más difícil prueba
puesto que la paternidad aparece siempre envuelta en un halo de misterio. Para ello, el
derecho tiene que recurrir a una presunción, la presunción de paternidad matrimonial
(pater is est quem nuptia demostrant).
b) Presunción atenuada de paternidad del hijo nacido en los primeros 180 días (art.
117)
Si el hijo nace dentro de los 180 días siguientes al matrimonio sigue rigiendo la
presunción pero con carácter atenuando.
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El art. 117 establece que nacido el hijo dentro de los 180 días siguientes a la celebración
del matrimonio podrá el marido destruir la presunción mediante declaración auténtica
en contrario formalizada dentro de los seis meses siguientes al conocimiento del parto.
La presunción no es que deje de operar, sino que se faculta al marido para destruirla de
forma sencilla mediante declaración auténtica en contrario. No es válida cualquier
forma, sino sólo aquellas que garanticen la autenticidad de la declaración (v.gr.,
escritura pública, declaración ante el encargado del Registro Civil). En consecuencia, no
se obliga al marido a ejercitar una acción de impugnación de su paternidad. Se autoriza,
pues, al marido para desconocer su paternidad: al destruir la presunción mediante la
declaración elimina la f. matrimonial del hijo que desconoce ser suyo.
Se exceptúan de la posibilidad de destruir la presunción los casos en que el marido
hubiere reconocido la paternidad expresa o tácitamente o hubiese conocido el embarazo
de la mujer con anterioridad a la celebración del matrimonio.
c) No presunción de paternidad del hijo nacido después de los 300 días siguientes a la
disolución del matrimonio o a la separación de los cónyuges (art. 118)
El hijo nacido después de esos 300 días no se halla protegido por la presunción del art.
116 y, por tanto, no puede ser atribuido, en principio, al marido. No obstante, como a
veces se supera el plazo máximo de gestación, no habrá inconveniente en que el hijo
pueda demostrar la paternidad marital a través de una acción de reclamación,
demostrando que la gestación fue de duración superior a los 300 días.
En caso de separación legal o de hecho, es decir, aun faltando la presunción de
paternidad, puede inscribirse la filiación como matrimonial si concurre el
consentimiento de ambos cónyuges. Se trata con ello de facilitar la inscripción de un
hijo como matrimonial sin necesidad de ejercitar una acción de reclamación de filiación.
El consentimiento del marido tiene todos los visos de un reconocimiento aplicándosele
por analogía las normas de éste. El consentimiento de la mujer es una especie de
conformidad o aprobación. Su forma es libre, aunque lo normal es que se haga por
comparecencia ante el encargado del Registro Civil.
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Concepto
La filiación no matrimonial es aquella filiación por naturaleza en que los padres no
están casados entre sí en el momento de la concepción ni en el del nacimiento, ni
contraen matrimonio con posterioridad a éste.
Es una de las zonas más sensibles del Derecho privado. Fue vista antaño como irregular
o anómala y como un atentado y peligro para la familia (matrimonial).
En la f. no matrimonial no juega la presunción de paternidad, de ahí la mayor
complejidad de los mecanismos de determinación de la misma. No obstante, la doctrina
considera criticable un tratamiento tan dispar, especialmente en materia de
reconocimiento, según permita el mismo determinar la paternidad matrimonial o no
matrimonial (arts. 118 y 120.1 y 2).
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b) Reconocimiento
Concepto y naturaleza
El reconocimiento es un acto jurídico que consiste en una afirmación de la paternidad o
maternidad biológica. Es un acto jurídico, no un negocio jurídico, con ello se quiere
resaltar que sus efectos derivan de la propia ley, no de la voluntad del reconocedor.
Caracteres. Es un acto:
- voluntario. No es un acto debido, sino jurídicamente voluntario (sin perjuicio de la
existencia de un deber moral de reconocer al hijo no matrimonial);
- personalísimo del reconocedor. Sólo podrán reconocer el padre o la madre por sí
mismos, no cabe el reconocimiento mediante representante;
- irrevocable, incluso cuando se haya hecho en testamento, y sin perjuicio de su posible
impugnación ex art. 141;
- no puede sujetarse a plazo o condición;
- formal y, por tanto, expreso siempre. Los reconocimientos expresos aformales y los
tácitos sólo son relevantes a los efectos del art. 767.3 LEC;
- unilateral, pues consiste en la declaración única del reconocedor. El reconocimiento
puede hacerse de forma separada o conjunta por ambos progenitores. Incluso en el caso
de que el reconocimiento se hiciese conjuntamente por ambos progenitores no habrá un
acto bilateral sino dos actos unilaterales independientes (cada uno de ellos declara o
reconoce su propia paternidad/maternidad).
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Antaño sólo podían ser reconocidos los hijos ilegítimos naturales. En la actualidad, son
reconocibles todos los hijos no matrimoniales, si bien hay alguna restricción
(aprobación judicial ex art. 125) para los hijos llamados incestuosos.
Ante todo, el reconocido debe ser hijo biológico del reconocedor. En virtud del art.
113.2 (no será eficaz la determinación de una filiación en tanto resulte acreditada otra
contradictoria), no cabe reconocer a un hijo ya reconocido por otros padres o a un hijo
matrimonial (salvo que previamente se ejercite la acción de impugnación).
Supuestos:
- hijo mayor de edad. El reconocimiento de un hijo mayor no producirá efectos sin su
conocimiento expreso o tácito (art. 123). Ello se funda en el interés del hijo que puede
no desear un vínculo jurídico cuando nunca ha tenido una relación personal con el
reconocedor;
- hijo menor de edad o incapaz. La eficacia del reconocimiento queda supeditada al
consentimiento expreso de su representante legal o a la aprobación judicial. Aunque lo
más correcto hubiese sido configurar la aprobación judicial como subsidiaria, la
redacción del art. 124 conduce a estimar que el reconocedor podrá libremente optar por
uno u otro procedimiento;
- hijo fallecido. El reconocimiento del ya fallecido sólo surtirá efectos si lo consienten
sus descendientes, por sí o por sus representantes legales (art. 126);
- nasciturus. Se debe admitir con base en el art. 29. No habrá problema si el
reconocimiento es hecho por la madre o conjuntamente por el padre y la madre. El
reconocimiento del padre hecho separadamente queda vedado por el art. 122, toda vez
que el concebido no puede ser individualizado sino con referencia a la madre, lo que
llevaría a revelar su identidad;
- hijo incestuoso. Se permite el reconocimiento de hijos incestuosos pero con
limitaciones. Cuando los progenitores del menor o incapaz fuesen hermanos o
consanguíneos en línea recta y estuviese legalmente determinada la filiación respecto de
uno de ellos, sólo podrá quedar determinada legalmente respecto del otro previa
autorización judicial que se otorgará cuando convenga al menor o incapaz (art. 125). Se
pretende evitar, en interés del hijo, que queden determinadas la filiación paterna y
materna habida cuenta del carácter infamante o escandaloso de la filiación incestuosa.
Forma
El reconocimiento, como medio de determinación de la f. no matrimonial, es
necesariamente formal. El fundamento de esta exigencia de solemnidad radica en la
conveniencia de que sea meditado y reflexionado, debido a su gran trascendencia. No
obstante, los reconocimientos no formales (en documento privado, verbal, tácito o por
actos concluyentes) no quedan desprovistos de toda eficacia, sino que pueden ser
medios de prueba en un proceso de reclamación de filiación (art. 767.3 LEC).
Modos de efectuar el reconocimiento:
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- por declaración ante el encargado del Registro Civil, hecha por el padre o la madre en
cualquier tiempo;
- en testamento. Se ha planteado la duda de si puede reconocerse en cualquier clase de
testamento, público o privado. La expresión del art. 120.2 (en testamento u otro
documento público) favorece la interpretación restrictiva, esto es, que sólo cabe el
reconocimiento en testamento que conste en documento público. Es más, algunos
autores entienden que sólo es apto, dentro de los testamentos notariales, el testamento
abierto. No obstante, en la doctrina va ganando terreno la tesis que entiende que es
válido el reconocimiento en cualquier tipo de testamento, público o privado. Por otra
parte, es suficiente el testamento en sentido meramente formal, aunque no contenga
disposición de bienes para después de la muerte (art. 741). Además, aunque el
testamento sea un acto revocable, el reconocimiento hecho en testamento es irrevocable;
- en documento público. El más típico es la escritura pública.
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Disposiciones generales:
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C. 1. Acción de reclamación
Legitimación activa:
- reclamación de f. matrimonial manifestada por posesión de estado (art. 131.1)
Posee legitimación activa cualquier persona con interés legítimo (no sólo los propios
interesados, es decir, los padres y el hijo, sino incluso un tercero, v. gr., heredero);
- reclamación de filiación matrimonial manifestada por posesión de estado
contradictoria con otra ya determinada (art. 131.2)
Esta amplísima legitimación es negada si la filiación que se reclama contradice otra que
ya está legalmente determinada. En consecuencia, no se puede reclamar si no se está
legitimado para impugnar la filiación contradictoria. Entonces, ante la falta de
concreción del art. 131.2 habrá que acudir al art. 134 y entender que los progenitores y
el hijo son los únicos legitimados en este caso.
Legitimación pasiva
Aunque sobre esta cuestión guarda silencio el art. 131, el art. 766 LEC dispone que
deben ser demandados todos aquellos a quienes afecte la filiación reclamada y no sean
ya parte actora.
Prescripción
Nada establece sobre ello el art. 131. La jurisprudencia entiende que, al no fijarse plazo
alguno de prescripción, la acción debe considerarse imprescriptible (STS 9 julio 2002).
La doctrina entiende que es aplicable por analogía lo dispuesto en el art. 132.1
(imprescriptibilidad de la acción de reclamación de f. matrimonial cuando no existe
posesión de estado).
Conviene subrayar que los arts. 131 y 132 tienen una casi nula aplicación práctica
porque es absolutamente excepcional, es más, prácticamente insólito que se ejercite una
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a) Filiación matrimonial
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el nacimiento, podrá impugnar dicha paternidad dentro del plazo de un año desde que
pudo saber que su mujer le fue infiel (exámenes médicos que revelan su esterilidad
[STS 15 septiembre 2003], conocimiento de relaciones extra conyugales, etc.). Esta
interpretación ha sido recogida en el nuevo art. 136.2, en cuya virtud, si el marido, pese
a conocer el hecho del nacimiento de quien ha sido inscrito como hijo suyo,
desconociera su falta de paternidad biológica, el cómputo del plazo de un año
comenzará a contar desde que tuviera tal conocimiento.
- hijo
La acción tiene distinta duración según exista o no posesión de estado en las relaciones
familiares
1) Existe posesión de estado
El hijo podrá impugnar la paternidad durante el año siguiente a la inscripción de la
filiación.
Si el hijo es menor o tuviere la capacidad modificada judicialmente, el plazo se contará
desde que alcance la mayoría de edad o recobrare la capacidad.
Si el hijo es menor o tuviere la capacidad modificada judicialmente, el ejercicio de la
acción durante el año siguiente a la inscripción de la filiación corresponderá a la madre
que ostente la patria potestad, a su representante legal o al Ministerio Fiscal (art. 137.1).
Si el hijo, pese a haber transcurrido más de un año desde la inscripción, desde la
mayoría o la recuperación de la capacidad, desconociera la falta de paternidad biológica
de quien aparece inscrito como su progenitor, el cómputo del plazo de un año
comenzará a contar desde que tuviera tal conocimiento (art. 137.2).
Si el hijo falleciese antes de transcurrir los plazos señalados anteriormente, su acción
corresponde a sus herederos por el tiempo que faltare para completar dichos plazos (art.
137.3).
2) No existe posesión de estado
Si falta en las relaciones familiares la posesión de estado de filiación matrimonial, la
demanda podrá ser interpuesta en cualquier tiempo por el hijo o sus herederos (art.
137.4).
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marido que permite inscribir la filiación como matrimonial aun faltando la presunción
de paternidad por causa de separación legal o de hecho de los cónyuges (art. 118), y el
reconocimiento formal que determina una filiación no matrimonial automáticamente
calificada como matrimonial por el matrimonio de los progenitores (art. 119 en relación
con el art. 120.1º).
El art. 138.1 permite que dichos reconocimientos sean impugnados por vicios del
consentimiento (error, violencia o intimidación) con arreglo a lo dispuesto en el art.
141.
Legitimación activa. Corresponde a quien otorgó el reconocimiento y sufrió el vicio del
consentimiento.
Legitimación pasiva. Habida cuenta de que nos encontramos ante una filiación
matrimonial, y como tal, indivisible (el hijo sólo es matrimonial si ha sido engendrado
por el marido de su madre) habrán de ser demandados tanto el hijo (a quien el actor
pretende privar de paternidad) como la madre (pues el padre lo es o no en función de
esa maternidad concreta).
Tras la reforma operada por la Ley 26/2015, se han ampliado los supuestos
contemplados en el art. 138.1: el reconocimiento y demás actos jurídicos que
determinen conforme a la ley una filiación matrimonial o no matrimonial podrán ser
impugnados por vicio del consentimiento según lo dispuesto en el artículo 141(en
cursiva la innovación).
Según el art. 138.2, cabe la impugnación de la paternidad por otras causas (distintas a
vicios del consentimiento en el reconocimiento), la cual debe regirse por los arts. 136 y
137 cuyo régimen ya conocemos.
La vía más adecuada para impugnar los llamados reconocimientos de complacencia (se
suelen dar cuando el marido o pareja de la madre reconoce al hijo anterior de ésta) es la
del art. 140 y no la del art. 141, pues no hay propiamente ningún error o vicio del
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El art. 113.2 establece que no será eficaz la determinación de una filiación en tanto
resulte acreditada otra contradictoria. En consecuencia, el art. 134 señala que el
ejercicio de la acción de reclamación por el hijo o progenitor permitirá en todo caso la
impugnación de la filiación contradictoria.
La (mal) llamada acción mixta de reclamación e impugnación no es un tipo de acción de
filiación distinta a las mencionadas, sino el ejercicio conjunto o acumulado de ambas.
Se trata de una acumulación especial, en la que la pretensión principal que es ejercitada
es la de reclamación de filiación, y la impugnación es accesoria, por ser ambas
contradictorias. La jurisprudencia ha considerado correcto el ejercicio de una acción de
reclamación sin deducir expressis verbis una pretensión de impugnación de la filiación
contradictoria, al tratarse de una pretensión accesoria, implícita en la acción principal de
reclamación ejercitada (STS 22 noviembre 2005).
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Distinción de fecundación/inseminación:
- homóloga, con semen del marido o compañero estable,
- heteróloga, con semen de donante anónimo.
Inseminación:
- homóloga, el marido o compañero tendrá constancia de su paternidad,
- heteróloga, no existe paternidad biológica (donante anónimo), lo que es distinto de la
paternidad jurídica que la LTRAH impone al marido o compañero de la mujer que es
inseminada.
En consecuencia, se distinguen las siguientes clases de filiación:
- matrimonial, inseminación de mujer casada;
- no matrimonial, inseminación de mujer unida en pareja de hecho;
- también no matrimonial, inseminación de mujer sola, es decir, no unida en matrimonio
ni pareja de hecho.
Teniendo en cuenta que cabe el matrimonio entre dos mujeres, la LTRAH también
prevé que la mujer manifieste conforme a la dispuesto en la ley del Registro Civil que
consiente en que cuando nazca el hijo de su cónyuge por TRA, se determine también a
su favor la filiación respecto al nacido (art. 7.3).
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4. La adopción
Concepto y naturaleza
A. Sujetos
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B. Procedimiento
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El expediente concluye con una resolución judicial que adoptará la forma de auto (art.
39.2 LJV), y que tendrá en cuenta el interés del adoptando y la idoneidad del adoptante.
La resolución judicial es constitutiva del vínculo adoptivo (art. 176.1): el interés del
adoptando prevalece sobre cualquier otro interés legítimo (como, por ejemplo, el del
adoptante); la idoneidad del adoptante se valora en vía administrativa (propuesta de la
Entidad Pública) y, posteriormente, en vía judicial, pudiendo el juez denegar la
constitución de la adopción si estima que el adoptante no reúne los requisitos de
idoneidad.
Inscripción. La resolución judicial constitutiva de la adopción deberá inscribirse en el
Registro Civil. La adopción es objeto de publicidad restringida.
Valor de la intervención judicial. El juez no se limita a homologar que se han cumplido
los múltiples requisitos del expediente (consentimiento, asentimiento, audiencia), sino
que, a pesar de su cumplimiento, el juez puede desaprobar la adopción dando lugar a
que no se constituya por estimar que no es beneficiosa para el adoptando o que el
adoptante no es idóneo.
C. Efectos
Los arts. 175 a 180 no regulan cuál es el contenido jurídico de la relación paterno-filial
constituida por vía de adopción, mas ello es lógico pues el art. 108.2 equipara en efectos
la filiación adoptiva con la filiación por naturaleza. En consecuencia, produce, entre
otros, los siguientes efectos positivos:
- parentesco entre la familia del adoptante y del adoptado,
- apellidos. La filiación adoptiva determina los apellidos (art. 109),
- patria potestad del adoptante,
- alimentos,
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Efectos negativos
En cambio, los arts. 175 ss. sí regulan el efecto negativo. La adopción produce la
extinción de los vínculos jurídicos entre el adoptado y su familia de origen, sin perjuicio
de lo dispuesto sobre impedimentos matrimoniales (art. 180.1 y 3).
En consecuencia, los padres biológicos pierden la patria potestad (art. 169.4),
desaparece la obligación de alimentos y se pierden los derechos sucesorios.
Esta ruptura de vínculos jurídicos es compatible con la sucesiva determinación de la
paternidad o maternidad biológicas del adoptado (antes desconocida): dicha
determinación no creará, pues, vínculos jurídicos (aunque sólo sea a efectos de
impedimentos matrimoniales, podrá determinarse tal paternidad o maternidad).
Por excepción, subsistirán los vínculos jurídicos con la familia del progenitor que,
según el caso corresponda (art. 178.2):
- cuando el adoptado sea hijo del cónyuge o conviviente de hecho del adoptante, aunque
el consorte o la pareja hubiere fallecido (se puede adoptar, por solicitud privada, al hijo
del cónyuge o pareja del adoptante [art. 176.2.2], pero, en tal caso, no se rompe la
relación jurídica con la familia del padre o madre por naturaleza, sino que subsiste,
uniéndose los efectos de la filiación adoptiva respecto del padre/madre adoptante con
los de la filiación por naturaleza de la madre/padre de origen casado o unido de hecho
con el anterior);
- cuando uno sólo de los progenitores hubiere sido determinado legalmente siempre que
tal efecto hubiese sido solicitado por el adoptante, el adoptado mayor de 12 años y el
progenitor cuyo vínculo haya de subsistir (el progenitor legalmente determinado y el
adoptante forman pareja estable o han mantenido relaciones sexuales ocasionales).
D. Extinción
Irrevocabilidad
La adopción es irrevocable (art. 180.1). La expresión no es demasiado afortunada pues
la adopción no es un negocio jurídico sino un acto de naturaleza procesal. Lo
irrevocable es el consentimiento o el asentimiento prestado en el expediente.
Como manifestación de la irrevocabilidad, el art. 180.4 dispone que la determinación de
la filiación que por naturaleza corresponda al adoptado no afectará a la adopción (p. ej.,
niño sin padres que es adoptado y posteriormente es reconocido: queda determinada su
filiación no matrimonial, pero la adopción no por ello se altera, sino que permanece
incólume).
Extinción
La ley regula dos causas específicas de extinción:
- la constitución de una nueva adopción tras la muerte del adoptante o la exclusión de
sus funciones tuitivas ex art. 179 (art. 175.4). La muerte del adoptante, en general,
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Exclusión de efectos
Supuesto distinto de la extinción de la adopción es el previsto por el art. 179. Establece
que el juez, a petición del Ministerio Fiscal, del adoptado o de su representante legal,
acordará que el adoptante que hubiere incurrido en causa de privación de la patria
potestad, quede excluido de las funciones tuitivas y de los derechos que por ley le
correspondan respecto del adoptado o sus descendientes, o en sus herencias.
Como hemos señalado, ello no supone la extinción de la relación adoptiva, sino una
especie de suspensión indefinida y parcial de sus efectos. Parece una medida paralela a
la del art. 170: subsiste en aquel supuesto la adopción como subsiste en éste la filiación;
no obstante, el art. 179 resulta un tanto sorprendente porque, si la filiación adoptiva
equivale a la filiación por naturaleza, ¿está justificado el art. 179 respecto del 170? Si
los padres adoptivos incumplen los deberes inherentes a la patria potestad, la medida
que procedería es la privación de la misma ex art. 170, sin que por ello quedaren
excluidos de los derechos que por ley le corresponden sobre el hijo adoptado o en su
herencia, excepto en el caso del art. 111, que es al que parece que equipara el legislador
a los adoptantes.
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régimen de relación entre los menores adoptados y su familia de origen a los términos
previstos en el art. 178.4.
Se pretende flexibilizar la adopción para que la familia de origen acepte mejor la
pérdida y el menor aúne los beneficios procurados por la estabilidad de la familia
adoptiva con el contacto con la de origen, especialmente con sus hermanos. Es obvio
que la conveniencia o no de estas figuras es objeto de polémica, porque puede suponer
una amenaza a la estabilidad del menor. Es necesario el consentimiento de todas las
partes implicadas, en especial el de los adoptantes, que habrán de manifestar su
aceptación a adoptar bajo esta fórmula de adopción abierta. No se contempla que el juez
la pueda establecer de oficio.
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