Steven Friedman (compilador)
Terapia familiar con
equipo de reflexion
Una practica de colaboracién1. Procesos de reflexién: actos informativos y
formativos
iPueden tomar prestados mis ojos, pero no deben
quitarmelos!
Tom Andersen
«En lo Concerniente a la psicologta del acto creativo en st, he mencio-
nado sus siguientes aspectos interrelacionados: el desplazamiento de
la atencin hacia algo no advertido previamente, que era irrelevante
en el viejo contexto y es relevante en el nuevo; el consiguiente descu-
brimiento de analogias ocultas; el traer a la conciencia axiomas taci-
tos y habitos de pensamiento que estaban implicitos en el cddigo y se
daban por sentados; la revelacién de lo que siempre ha estado alli.
»Esto lleva a la paradoja de que cuanto mds original sea un des-
cubrimiento, mas obvio parecerd después. El acto creativo no es un
acto de creacién en el sentido del Antiguo Testamento. No crea algo
de la nada: devela, selecciona, reorganiza, combina, sintetiza he-
chos, ideas, facultades, destrezas preexistentes. Cuanto mds familia-
res sean las partes, mds sorprendente serd la nueva totalidad».
Arthur Koestler (1964, pags. 119-20)
Mi modo de hablar del origen y desarrollo de los procesos reflexi-
vos ha cambiado con los afios. Al principio solia referirme a teorias,
como si estos procesos hubieran nacido de la intelectualidad. Ahora
no pienso asi. Creo que, mas bien, fueron consecuencias de senti;
mientos. Aunque no tenia conciencia de ello cuando aparecié por pri-
mera vez el proceso reflexivo, en marzo de 1985, hoy pienso que fue
una soluci6n para el desasosiego que sentia como terapeuta. Ser te-
yapeuta es, ante todo, estar con otros, y resulta dificil estar con otros
cuando ese estar juntos nos incomoda tanto a ellos como a mi.
Este comienzo bastante personal podria indicar el limitado valor
que quizd tenga el presente capitulo para las personas que prefieren
las descripciones objetivas. Sin embargo, espero que quienes se
sienten atraidos por la tradicién hermenéutica y su premisa de que
el conocimiento esta ligado al contexto, el tiempo y la persona, le en-
cuéiitren un valor menos timitado. Empezaré por referirme breve-
mente al circulo hérmeréutico-
—
39Saat, ye ~
El circulo hermenéutico wr et pe
Este concepto fue tratado por dos filésofos alemanes: Martin Hei-
degger y Hans-Georg Gadamer (Wachthauser, 1986; Warnke, 1987).
Seguin ellos, lo que llegamos ender.estd determinado, en
gran media, por ie ae a ns
haaportado diversos tipos de premisas gener: to es, premisas
eouke Concernientes a como podemos entender mejor a los sers
ue Gadamer dice que, inevitablemente, somos prejuiciosos cuando
nos reunimos con una persona a la que debemos comprender; he-
mos empezado a comprenderla aun antes de habernos encontrado
con ella. Gadamer denomina a esto «prejuicio» y Heidegger lo llama
«comprensién previa». Algunos suponen que (o sea, traen consigo
la’comprénsién previa de que) los hechos y dichos de una persona se
generan a partir de su «centro interior». Quienes traban relacién
con una persona portando en si ese conocimiento previo, buscan en
su conducta sefiales que reflejen e indiquen la dinamica del supues-
to centro interior. Una alternativa a la comprensién previa de un
entro interior, es la de que el centro de una persona esta fuera de
cll en el lengudiey en las somversedonas en gue paeicipa We
Jor modo de comprenderla es concentrar la atencién en sus conver- _
Saciones y su lenguaje. ~
Stos son apenas dos ejemplos de las diversas comprensiones
previas de los seres humanos que existen. Cuando tratamos de com-
prender a otro (en el marco de nuestras comprensiones previas), tal
vez. veamos u cigamos algo que no habiamos visto u ofdo antes. Esta
nueva informacién podria volverse contra nuestras comprensiones
previas, matizéndolas o aun cambidndolas. Se ha dado en llamar
circulo hermenéutico ada influencia de la comprensién previa sobre
la‘comprensién real y a la que esta ultima ej la primera
cuando difiere de ella.
Pre) Viele Cay
Otros prejuicios ne
Cinene HEA CASTE vied
El concepto de comprensién previa se aplica no sélo a los seres
humanos, sino también a todos los fenémenos que debemos com-
prender (0 sea, hallarles un sentido), incluidos los procesos reflexi-
vos, el escribir acerca de dichos procesos 0 la lectura que otro hace de
lo escrito.
Mi comprensién previa es que hay mucha diferencia entre los
procesos reflexivos y lo que escribo sobre ellos. EstoS:procesos abar-
40RS
can mucho mas de lo que podré ver u oir jams. Por consiguiente, lo
que escribo €s una version simplificada y tiene que ver con lo que
jugo stil observar y escuchar temforme a mis comprensiones pre.
vias). Para dar cuenta de lo que he visto y ofdo empleo mis metafo-
ras y mi lenguaje, y nunca puedo dar por sentada que mis pelabras—
evocardn en los lectores Tas mismas imagenes y pensamientos que
evocan en mi.
En este capitulo, trataré de expresarme en un lenguaje lo mas
cereano posible al lenguaje cotidiano dela gente «comin». Mi prejui-
cio es que Jos lectores lo interpretaran en el marco de sus prejuicios,
y_un capitulo como este podria brindarles la oportunidad de refle-
xionar sobre su propio trabajo y sus propias comprensiones previas.
Un matiz
El «propésito» de este capitulo no es sélo describir los procesos
reflexivos, sino también los contextos en que dichos procesos emer-
gieron y evolucionaron. Dado que mis propias comprensiones pre-
vias forman parte de esos contextos, dedico cierto espacio a dilucidar
de qué modo el formar parte de diversos procesos reflexivos se volvié
contra mis prejuicios y mi ser-en-cl-mundo como terapeuta, los ma-
tiz6 y los cambi6. Los procesos reflexivos pueden ser-vistos como _
circulos hermenéuticos.
= - ~ Paces. alert» Crm
O Prenenteher
Percepcién de las sensaciones de incomodidad
Esta seccion versa sobre el cuerpo y las sensaciones, por lo que,
tal vez, a algunos les parecer fuera de contexto. De ser asi, les rue-
go que pasen directamente a los preludios de los procesos reflexivos
(sec. «Dos preludios»).
En mi condicién de médico rural residente en el norte de No-
ruega, aprendi a conocer la vida corriente y las afecciones fisicas
corrientes. Los dolores persistentes o intensos y la rigidez en las di-
ferentes partes del cuerpo (cuello, hombros, regién lumbar, etc.)
eran las quejas més comunes en la practica general, pero eran «de-
masiado comunes» para interesar a los académicos. La escuela de
medicina en que estudié no nos preparé, como médicos, para mane-
jar esta situacién, dejandonos librados a nuestras incertidumbres.
Yo tuve la suerte de conocer a la fisioterapeuta noruega Gudrun
ae Lod bs bony bees a
Eiti hyp@vreberg, quien me presenté a su maestra, Aadel Biilow-Hansen,
otra fisioterapeuta noruega. Ambas me permitieron escudrifiar un
mundo que hasta entonces no habia investigado. La experiencia le
ensefié a Biilow-Hansen que la respiracién y los movimientos son
dos aspectas cruciales de Ja vida; nuestra respiracion influye-en
uestros movimientos y estos influyen en aquella. En el idioma no-
ruego hay dos palabras para designar la respiracién: una, la mas fi-
siol6gica («d puste»), significa «respirar»; la otra, mds solemne y qui-
zs hasta sagrada («d dnde»), significa «alentar» [to spirit]. Cuando
alguien muere, los noruegos casi siempre decimos que ha «expira-
do». También decimos que aspiramos el aire fresco de la alta monta-
iia u otros lugares similares. Ser-en-el-mundo es ser-respirando. To-
das las expresiones, todas las palabras que emitimos coincider, con.
Ja fase de exhalaci6n; nuestra risa anuncia nuestros sentimiemtos
alegres; nuestro llanto suscita sentimientos tristes; nuestros
transmiten sentimientos de ira, y asi sucesivamente. Y todos los
pensamientos, sentimientos y sensaciones son traidos al primer pla-
no di
Nuestros movimientos, unas veces delicados y sutiles, otras
bruscos y groseros, forman parte de la interaccién entre los muscu-
los que extienden diversas partes del cuerpo (p. ej., la rodilla) y los
que las flexionan. Los extensores, situados por delante de la rodilla,
y los flexores, ubicados por detras, son antagonistas. Cuando tra-
bajan ambos, su accién comin equilibraré la rodilla. Necesitamos
de todos ellos, los extensores y los flexores, para equilibrar las di-
versas partes del cuerpo al caminar, sentarnos, ponernos de pie, gi-
rar, etcétera.
Biilow-Hansen noté que cuando una persona atraviesa un perio-
do dificil (p. ej., cuando esta preocupada, enojada o triste y no quiere
que los demés lo adviertan) su equilibrio se resiente, en el sentido de
que los musculos flexores aumentan su actividad, limitando la de
los extensores. La persona tiende a vacurrucarse» y el cuerpo tiende
a «cerrarse». Casi seguramente los lectores habran visto personas
que cruzan los brazos sobre el pecho y se inclinan hacia adelante,
«cerrando» el cuerpo. En este acto de cierre intervienen los flexores
de los brazos, la cara frontal de los hombros, la parte posterior del
cuello, el estémago y la parte frontal de la cadera.
Bulow-Hansen advirtié que al ser constrefiidos los muisculos ex-
tensores, se constrefifa simulténeamente la respiracién. Aprendié
que si lograba Syudar a una persona a estirar y abrir el cuerpo, su-
cedia algo interesante. Cuando estiramos el cuerpo, sé produce una
inhalacion espontanea; dicha inhalacién va acompafiada de cierta
42ansia de seguir estirdndonos, Jo cual estimula una mayor inhala-
cion. Este circulo persiste hasta que el térax se Ilena de aire; luego,
cuando el aire sale pasivamente de los pulmones, desaparece parte
de la tensién en todos los musculos (incluidos los flexores).
En este proceso de estirarse, respirar y aflojar la tensién, se mo-
difica el equilibrio muscular de todo el cuerpo. A veces es posible ver
un cambio en la postura del individuo.
Observar con detenimiento este proceso, a fin de escribir un libro
acerca de él, contribuyé a que cierto conocimiento