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Penfigo
Penfigo
V Enfermedades ampollares
y vesiculares
Contenido
Capítulo 38. Pénfigo Capítulo 42. Dermatitis herpetiforme
Capítulo 39. Pénfigo crónico benigno familiar Capítulo 43. Dishidrosis
Capítulo 40. Penfigoide Capítulo 44. Miliaria
Capítulo 41. Penfigoide gestacional (herpes gestacional)
CAPÍTULO
Pénfigo 38
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206 Sección V Enfermedades ampollares y vesiculares
Ampolla subcórnea
IgG
Dsg 1
Ampolla suprabasal
Dsg 3
IgG
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Capítulo 38 Pénfigo 207
A B
D E
Figura 38-1. A. Pénfigo vulgar. B. Pénfigo, signo de Nikolsky. C. Pénfigo, lesiones orales. D. Pénfigo, úlceras orales. E. Pénfigo,
úlceras incipientes en las encías.
A B C
D E
Figura 38-2. A. Pénfigo vulgar, piel cabelluda. B. Pénfigo vulgar, ampollas en la piel cabelluda. C. Pénfigo vegetante. D. Pénfigo
vegetante, lesiones en pliegues. E. Pénfigo vegetante con lesiones orales.
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208 Sección V Enfermedades ampollares y vesiculares
El pénfigo foliáceo (13.7%) es una dermatosis que empie- Se caracteriza por lesiones anulares con eritema y edema,
za como pénfigo o dermatitis seborreica y se transforma en vesículas en los bordes, y prurito.
eritrodermia exfoliativa y rezumante (de Darier); predomi- El pénfigo paraneoplásico o síndrome autoinmunitario para-
na en judíos. La ampolla es flácida y delgada, y tiene una neoplásico multiorgánico se caracteriza por una erupción mu-
base eritematosa (fig. 38-3). cocutánea polimorfa, relacionada con una neoplasia maligna
Excepcionalmente afecta las mucosas; puede haber principalmente hematológica; orienta hacia el diagnóstico
alopecia, onixis y perionixis. Casi no hay afección del esta- una estomatitis dolorosa e intratable. Se relaciona más a me-
do general. Esta variante esporádica, cuando se presenta en nudo con linfoma no Hodgkin, leucemia linfocítica crónica
niños, puede tener un modelo circinado o policíclico que y enfermedad de Castleman. Es grave y la muerte es casi siem-
suele ser de evolución benigna. pre por sepsis, insuficiencia respiratoria o complicaciones
El pénfigo foliáceo brasileño, fogo selvagem o pénfigo endé- del tratamiento.
mico sudamericano, es endémico de las zonas rurales de El pénfigo neonatal es una enfermedad transitoria que se
Brasil y otras regiones de Sudamérica. Por la distribución presenta en hijos de mujeres con pénfigo y títulos altos de
geográfica se especula sobre un ciclo de insecto-vector-vi- anticuerpos de clase IgG1 que cruzan la barrera placentaria
rus. Afecta a adolescentes y adultos jóvenes. Es familiar en y se depositan en la piel. En general, la enfermedad se resuel-
10%. Puede ser circunscrito o ser una eritrodermia exfolia- ve en algunas semanas, cuando el recién nacido produce sus
tiva. No existe afección de mucosas. propias inmunoglobulinas. También se ha señalado pénfigo
El pénfigo seborreico o pénfigo eritematoso (enfermedad inducido por fármacos, que en clínica es similar al foliáceo.
de Senear-Usher) empieza con lesiones ampollares o placas
eritematoescamosas en la parte media del tórax, los hom-
bros, la región lumbosacra, piel cabelluda, surcos nasoge- Enfermedades relacionadas
nianos, zona retroauricular (figs. 38-4 y 38-5). Las lesiones
Timoma, miastenia grave, artritis, lupus eritematoso, síndro-
recuerdan el lupus eritematoso o se acompañan de éste.
me de Sjögren, anemia perniciosa, liquen plano y neoplasias
Hay poca afección de mucosas, es una enfermedad autoin-
malignas.
mune múltiple que mezcla datos clínicos y de laboratorio
de dos enfermedades, pénfigo y lupus; en ocasiones puede
agregarse otro padecimiento autoinmune.
El pénfigo herpetiforme, pénfigo con IgA o dermatitis
Complicaciones
herpetiforme con acantólisis, es raro y de evolución crónica Las causas de muerte son anormalidades bioquímicas y efec-
y benigna, aunque puede evolucionar hacia pénfigo vulgar. tos del tratamiento con glucocorticoides, como diabetes, úl-
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Capítulo 38 Pénfigo 209
A B
Figura 38-5. A y B. Pénfigo seborreico, lesiones faciales. C y D. Pénfigo seborreico en piel morena.
Datos histopatológicos
La biopsia debe tomarse de una ampolla reciente; donde se
encuentra una ampolla intraepidérmica acantolítica (figs.
38-6 a 38-8). Las células basales adoptan una disposición en
“hilera de lápidas”, y las células acantolíticas o de Tzanck,
que son malpighianas, grandes, redondeadas o poligonales
y basófilas (monstruosas), recuerdan a las células baloni-
zantes propias de infecciones virales; es posible que haya
polimorfonucleares y eosinófilos. En los pénfigos vulgar y
vegetante la ampolla es suprabasal (fig. 38-6), y en el foliá-
ceo y el seborreico, subcorneal (fig. 38-7); en el vegetante
hay hiperplasia seudoepiteliomatosa, hiperqueratosis, papi-
lomatosis y abscesos intraepidérmicos con abundantes
eosinófilos. En el pénfigo herpetiforme, la ampolla es sub-
corneal, con acantólisis leve, y contiene leucocitos y eosinó- Figura 38-6. Ampolla acantolítica epidérmica suprabasal
filos (espongiosis eosinofílica). (HE, 10×).
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210 Sección V Enfermedades ampollares y vesiculares
Datos de laboratorio
Suele haber anemia, leucocitosis, eosinofilia, disminución
de la concentración de proteínas plasmáticas, inversión de
la proporción entre albúmina y globulina, y aumento de la
sedimentación eritrocítica.
Citodiagnóstico. Permite un diagnóstico rápido al descu-
Figura 38-8. Acantólisis en la biopsia (HE, 40×). brir células acantolíticas o de Tzanck.
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Capítulo 38 Pénfigo 211
A B C
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212 Sección V Enfermedades ampollares y vesiculares
En casos con escasa respuesta al tratamiento conven- En los casos graves, al inicio del tratamiento se requie-
cional se ha iniciado el uso de terapia inmunomoduladora ren hospitalización, vigilancia con análisis clínicos, radio-
con micofenolato de mofetilo (2 g/día) o con medicamentos grafías, y control del peso y de la presión arterial mediante
biológicos (véase cap. 169) como anticuerpos monoclonales una dieta con bajo contenido de carbohidratos y grasas,
quiméricos, como el rituximab (anti-CD20), además de in- y restricción de sodio.
munoglobulina por vía intravenosa, pero sus resultados to- Es conveniente administrar isoniazida para prevenir
davía no son muy claros y pueden tener efectos adversos tuberculosis pulmonar y, si existe candidosis por el mismo
importantes. tratamiento, antimicóticos por vía local o sistémica.
Aunque no es concluyente, hay evidencia reciente de El pénfigo oral a menudo muestra respuesta diferente a
que el uso de 60 o 120 mg de prednisona da igual resultado, la del cutáneo. Pueden utilizarse glucocorticoides por vía
y que la administración intermitente (en pulsos) de gluco- tópica, como ungüento de fluocinonida en “orabase” 6 a 10
corticoides en dosis altas genera poca mejoría (véase cap. veces al día (véase cap. 169), o propionato de clobetasol o
169); en cambio, se presentan mayores efectos adversos. La mometasona cuatro veces al día. En ocasiones conviene
azatioprina y ciclofosfamida generan beneficio en cuanto al usar una guarda oclusal para mejorar la absorción. Es im-
ahorro de esteroides (véase cap. 169). El micofenolato es más portante realizar un buen diagnóstico para establecer un
eficaz que la azatioprina en el control de la enfermedad; tam- tratamiento oportuno.
bién es útil el factor de crecimiento epidérmico por vía tópica.
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