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DESDE LA A HASTA LA Z CLASE FAMILIAR @ CALIDAD SUPI @CUALIDAD MORAL _ESTO ES EL NUEVO 9 Con cafidad, con sentido moral = y familiar, un permanente mensaie artistico para ganar desde Ia A haste la Z el abecedario de ta Y merecer el avat de fos anu 03 Television y vida privada Gonzalo Aguilar* “EIT de wetubre We"19S1, siete mil hogares de Buenos Aires fueron inundados por una nueva luz, Con I “Lealtad, realizado en Plaza de Mayo, s@instalaba oficialmente’en nues- tro pais la television. Desde las casas 0 los bares se podia al mul- titudinario acto politico que emitfa;@anal 7, la tinica sefial entonces exis tente. Para aquel que seguia los acontecimientos desde el sill6n de su ca- sa, la experiencia era singular y extrafia, que anunciaba, sin embargo, una practica a la que debfa habituarse, En pocos aitos, ese aparato raro, extra- fio, novedoso y dificil de adquirir se convertirfa en un objeto necesario y familiar, que casi todos podian poseer. {Qué es lo que deberfan incorpo- rar esos espectadores en aquella experiencia? Qué transformaciones y discontinuidades introduciria el televisor en la vida de las personas? AAT menos tes dimensiones fundamentales de lt vida privada fueron " moditicadas por el nuevo medio: la nocién de lugar. la vivencia de la in- ~ timidad y el contraste con la vida ptiblica El espacio, sostiene Michel de Certeau, es un lugar practicado, y un lugar se define por las “relaciones de coexistencia” y la “configuracién instantinea de posiciones”. CATER ara comprender cémo se produjeron estas t mente, es necesario establecer el crecimiento cuantitativo de la red tele- visiva y la constitucién gradual de sus Funciones, La-aparicién de lateles, © Agradezco a Ana Isola, Gabriela Samela, Mirta Varela, Marcelo Cohen, Maria Flores y Beatriz Cabot por la ayuda que me brindaron para realizar este trabajo. Los comienzos En la década det cineuenta Wega a nuestro pats la television. Su cardcter domestica, pese a que durante mucho tiempo se la veta en bares y vidrieras, modifies profiundamente las formas de ta vida privada. (Publicidad de Canal 9, Diario El Mundo, 2-5-1964) 256 IMAGENES Y LENGUAJES Primeros afios algunas a y de ésta manera lo habrin experimenta~ do -confundidos y maravillados~ quienes asistieron sentados c6moda- mente desde sus casas 0 en un bar al acto del 17 de Octubre. En sus primerosnueve'aiios de vida, la televisién mantuvo un/solo” “analy y su lento crecimiento hizo que se demorara en tener una presen- cia amplia en la vida cultural. Durante la década del cineuenta -como lo ha demostrado Mirta Varela-, ia television COmpitid Con otros eventos que cofvocaban multitudes e imponian un tipo de sociabilidad. “Estamos en una etapa fiiertemente voleada hacia lo pablieo, El espacio ptiblico es la mitica Plaza de Mayo, pero también las calles de paseo, los cines, los teatros, los restaurantes, los bailes, el carnaval.”* Como se transmitia a través de‘aparatos muy caros y que no muchos podian tener, su consumo Para las familias, La euforia que provocé en un primer momento la llegada de la ied visi6n estaba asociada a una concepcién que tenfa (y todavia tiene) un gran arraigo en el imaginario colectivo: el determinisiy tecnulégive. Al amunciar la instalacién en Argentina de la antena més grande de América “Latina’a principios de los cincuenta, el noticiero cinematogrifico “Suce- sos Argentinos” proclamaba que con la televisién Hlegaba el tan ansiado “progreso”yel “futuro”. la solucién de nuestros problemas.’ En las con- versaciones cotidianas y también en algunos estudios criticos, se le atri- bufan a las innovaciones tecnolégicas cambios en la vida social, en la historia y hasta en la naturaleza humana. El modo en que la television se fue incorporando a la vida social, sin embargo, indica que la interaccién con las fuerzas sociales y culturales fue mayor de lo que una mirada de- terminista estaria dispuesta a conceder, Los usos y las funciones de la te- levisi6n se fueron modificando hist6ricamente y, en ningin pafs, las fun- ciones que se le asignaron a priori se cumplieron de manera estricta. Como sefala el critico inglés Raymond Williams, “los medios de co- municacién precedieron a su contenido”. y sus usos y funciones se fue- ron sedimentando con el paso del tiempo. Asi, el surgimiento de Ta ra- diofonfa, en la década del veinte, puso en crisis Ia asignacién de funcio- nes especificas labiles, aunque operativas, que tenfan hasta ese entonces los medios de difusi6n, Segtin Williams, estaba “la prensa para la infor- macién politica y econémica; la fotografta para la comunidad, la fami- lia y la vida personal: la cinematograffa para la curiosidad y el entrete- nimiento; la telegrafia y la telefonia para la informacién sobre negocios y algunos mensajes personales importantes” Sin necesidad de que esta asignacién haya sido tan rigurosa 0 compartimentada, el uso social de la radiofonia (con grandes emisoras de largo aleance) significé 1a apari- cién de i s ~ Giones artisticas como Ia poesia o la mis smo —con mayor pre~ sencia fisica y mas atributos~ podia hacer la televisién, que comenz6 a s ricién, a fines de los afios cin- cuenta, de la radio portati La cantidad de funciones que cumple el medio televisivo habla de una especificidad flexible que trabaja con los discursos y las imigenes mis diversas y heterogéneas. Esta elasticidad tide uate fueran variando, y que si en su primera década de vida se le asigné a la televisiGn de nuestro pais una funcién educativa y cultural,’ algunos he- chos ~como la descripcién legal de los futuros propietarios, el carcter comercial del canal oficial, la inestabilidad politica y la historia cultural del espectéculo— condicionaron un tipo de televisin muy distinto del es- perado previamente. Fueron las politicas culturales y no las innovaciones tecnolégicas las que mas decidieron en las orientaciones del nuevo me- dio. Sin embargo, hay aspectos especificos de los aparatos que posibili- taron una serie de usos que también se fueron modificando histéricamen- te: si cada vez més, (mi hijo se encierra en el cuarto a ver televisiGn”). Este proceso de apropiacién in- dividual creciente es, sin embargo, social y no responde sélo a la tecno- logfa televisiva o medidtica. Es evidente que esto fue posible ~entre otras cosas- porque el televisor se transformé en un artefacto accesible econd- micamente, pero la tendencia a disgregar la autoridad familiar y a esta- blecer relaciones individuales con los objetos en espacios aislados es propia de Ja modernidad. De hecho, nada en la tecnologfa atenta contra un uso comunitario del aparato. El crecimiento producide a partir de 1960 hizo que la red audiovisual munidad de audiencia que compartia las mismas imigenes y, cada vez TELEVISION Y VIDA PRIVADA 257 a tan yaa fate estos! Alacra Sse fc seat RADIO sep y cede Lb de bia nen en TELEVISION La televisién comencé a desplazar de sur lugar a ta radio en ef momento en que ésta adquivia movilidad y salia de las casas gracias a la aparacién de la radio portéail. (La Nacién, 18-10-1951) se expandiera en todas direcciones: ios hogares se incorporaban a una co- 258 IMAGENES Y LENGUAJES Procesos de difusién: expansién y contacto con mas insistencia, las imagenes televisivas entraban en los hogares pa- ra ser consumidas. crecimiento de las redes y de la instalacidn y uso de los satélites. El se- _gundo, en cambio, es variable y puede considerarse seg los diferentes ‘grupos de pertenencia ~edad, clase, sexo, ocupacién, nivel cultural levisivos. ya que, en la medida en que ex- pande la red, los contactos son mas frecuentes. Si en los afios sesenta, pa- ra muchos sectores intelectuales, podia ser un rasgo caracteristico no te- ner televisor, la distinci6n consiste hoy en dia en no encenderlo (0 en de- cir que no se enciende). Y si en una €p0ea, para los sectores dé bajos re- cursos econémicos (y anteriormente aun para familias con buenos ingre- La fiebre de las cifras y las estadisticas crecié en esos aftos y Ia tele- visién se convirtié en uno de sus objetos privilegiados: cudntos aparatos hay en el pafs, cudles son los programas més vistos, cudntas horas se ven por dia. El volumen de ensayos Argentina 1930-1960 es un claro expo- nente de esta pasién por las estadisticas en la que parecia ocultarse la cla- ve del desarrollo social. Segtin uno de los ensayos, los aparatos estaban distribuidos de la siguiente manera: 42.460 en la clase alta, 165.650 en la media inferior y 75.540 en la clase baja.’ Sean 0 no exactos estos nti- meros, comparados con los de finales de la década, muestran que los te- levisores también tuvieron su boom, y si éste result6 mas silencioso que el de otros fenémenos culturales, no por eso fue menos persistente. En 1960 se calcula que existian 450.000 aparatos en el pais y en cinco afios ya Hegan a 1.600.000. Desde entonees -al contrario de lo que pas6, por ejemplo, con las salas de cine el crecimiento no se detuvo: dos millones ¥ medio en 1968, cuatro millones en 1973 y, finalmente, la Pese a este crecimiento desmesurado, la television sobrellev6 ~por mucho tiempo- el estigma de no pertenecer al mundo de los objetos cul- turales interesantes: el televisor s6lo serfa un emblema “pequefiobur- gués”, En 1964, Juan José Sebreli escribe: “Todos los objetos cotidianos que lo rodean, y entre los cuales juegan el papel de t6tems la radio y la televisidn, dejan de ser instrumentos pricticos para convertirse en espe- TELEVISION Y VIDA PRIVADA 259 jos de la supuesta felicidad rosada pequefioburguesa, glorificando el en- cierro doméstico, la clausura del hogar, Ia intimidad de la vida privada, y propagando la moral del statu quo que considera como inmoral y peli- groso salirse de la propia condicién de la propia clase”? “tnidores de cultura prestigiosa y libresca (quienes vefan a la televisién como una amenaza para la cultura tipografica), sing ena ela de ¥ del american way of life. Sin embargo, a medida que avanzaba la década, Ia increible expansion de la red audiovisual y la inclusién ca- da vez mas frecuente de acontecimientos de la vida publica ~ademiis de la dificultad de establecer un corte riguroso por clases estamentos— mostrarian lo deficiente de esta deseripeidn. Si en la vida privada los efectos de la televisin fueron fluctuantes, — Expansion horaria en la vida cotidiana su triunfo fue total. ‘Todos los horariosyy todos tos r#mos hogarenos siVa. El 31 de diciembre de 1958, Canal 7 corté la transmisién a las on- ce de la noche. Las autoridades se excusaron diciendo que era para que Jos espectadores pasaran el fin de afio en familia, Frente al respeto por el ritual que tuvieron las autoridades del entonces tinico canal, el ane ico se quejé como si un familiar hubiera faltado a la fiesta."” En 1959, el Canal 7 anunciaba que a partir de mayo comenzarfa la transmisién al mediodia y ya no a las cuatro o seis de la tarde. En 1961, los cuatro canales iniciaban su transmisi6n a las 13 y terminaban, gene- ralmente con una pelicula, después de la medianoche y, hacia 1967, ya podfa considerarse que la televisién habfa colonizado los horarios mati- nales, tradicionalmente pertenecientes a la radio. La tansmisién de los fines de semana, con la primigenia I6gica televisiva de ocupar el tiempo libre, se iniciaba bien temprano y continuaba hasta pasada la mediano- che. La gente que no iba al club o que no salfa de su casa podfa quedar- se viendo los programas émnibus cuyos titulos sugerian la idea del etemo retorno: “Siempre en domingo” o “Sébados circulares”. Pareefa alenta- dor que el tiempo libre pudiera consumirse interminablemente en el mundo del espectaculo, Pero la televisin no sdlo se aduefié de los hora- rios, también avanz6 sobre todos los dias del ato: en 1961. uno de los ‘obre todo en Ia televi 1 cable— 260 IMAGENES Y LENGUAJES flamantes canales cre el eslogan “en el 13 no hay verano”, en una pol tica comercial que transformé en competitivo un perfodo al que antes no se le prestaba mucha atencién. mo “La Familia Fal cén” 0 el “Show de Dick Van Dyke” irse'a dormir. Ubicada en este lugar, la televisién disponia de formas sua- ves, persuasivas y orgdnicas de dominacién en Ia medida en que la ma- yoria de los televidentes se ubicaban frente a la pantalla con el fin de “pa- sar el tiempo” y no en disposici6n de hacer grandes inversiones simboli piiblico. Esta disposicién relajada del televidente fue ingeniosamente ex- plotada por los personajes eémicos que encabezaban casi siempre los ra~ tings (Dringue Farfas, Pepe Biondi, Tato Bores, Luis Sandrini, Alberto Olmedo y Jorge Porcel, o el grupo de cémicos uruguayos) y que, en al- gunos casos, lograban procesar muchos datos de esa exterioridad social y descargarlos, de forma humorfstica, en el Ambito familiar (el relax en estos programas estaba reforzado por la “risa enlatada” que estimulaba y marcaba el fin del gag pero que también refa por el espectador). Ademés del uso del tiempo libre, més vinculado al grupo familiar, la televisi6n también trataba de acompafiar las tareas y las actividades do- mésticas. A la tarde, la programaci6n estaba reservada a ese mito argen- lino tan reverenciado que es “el ama de casa”: el ciclo “Buenas tardes, mucho gusto”, que comenzé en 1960, la ayudaba en su dificil tarea con sus simpéticas locutoras sin apellido (se los habfa Ilevado el marido?): Maricarmen, primero, y Annamaria después. La utilidad, complementa- da con la capacidad emocional que ponfan en juego las telenovelas, era uno de los atributos imaginarios que la televisi6n Je asignaba a la mujer que pasaba la tarde en su casa. Pero también estaba la mujer “inteligen- te” e independiente que las animaba a expresarse y a romper tabties, co- mo lo hacia Blackie cuando pas6, en 1969, a su nuevo horario de las cua- to de la tarde: “Recibo una correspondencia que nunca hubiera sofiado; Jas amas de casa me piden consejo sobre las cosas més inverosimiles, pe- ro, sobre todo, la pregunta central, angustiosa, terrible, que nunca me ha- cen personalmente, pero se adivina como tinico tema es: ;qué puedo ha- cer con mi vida?”."" TELEVISION Y VIDA PRIVADA 261 Care ENTRETENIDO. ALO Ete Bey COL ea Roe Ree ee SABADOS CIRCULARES de NICOLAS MANCERA Pio enn Reece ELEC En ese ti hijos, la tele nitual. Pero la ta , sin el marido y sin los fifa y hasta una guia espi- iempo vacfo de lus tardes hogare visién podia ser una buena comp arde (“Ia hora de la merienda”) también estaba dedicada a los, chicos. Los padres, enfrentados a esta nueva situacién, debfan comenzar a administra la autoridad television? ¢ la relacién con ese artefacto que competia con la escuela y paterna. {Cémo serdn en el futuro los nifios que consumen ‘Tendrén todos la vista daiiada? {Serdin unos violentos intem- pestivos y apenas podran leer un libro’? Casi tod: como si la vi as las preguntas se dirigian a preguntarse sobre los efectos, privada estuviera marcada por la precariedad y el televi- Desde las canales, se imaginaban una famitia tipo que tenia una serie de horarios asignados y géneros determinados. La television trataba de mimetizarse con los horarios de ta vida hogarena, porque era en el uso del tiempo libre que encontraba a sw piblico. (Publicid Panorama, septiembre, 1963) de “Sabados circulares 262 IMAGENES Y LENGUAIES sor cargara un poder casi magico. El politico socialista Alfredo Palacios, en una encuesta realizada por la revista Radiolandia, resumid los t6pi- cos que preocupaban a muchos: “En realidad, no soy amigo de la fun- cidn que hasta ahora desempefia la televisién. Es mas, creo que se ma- ogra lo que podria ser un instrumento magnifico de educacién. He pre- senciado con alarma cémo los chicos quedan hipnotizados ante especté- culos de bandoleros, revélveres por doquier y amores ilicitos. No debe- mos olvidar que los chicos son grandes clientes de la televisién. No pue- do opinar sobre mi gusto por todo lo que acabo de decirle, De todas for- mas creo que hay exceso de publicidad y de divismo por parte de mu- chos, incluso de politicus”."" ‘Los nilios, victimas de los afanes didacticos de sus mayores, fueron el ja. Comenzaron a multiplicarse los congresos, y la bibliograffa sobre la influencia en los nifios fue, sin duda, Ja més abultada de la época en el tema de los medios, tanto en los grupos que provenian del catolicismo y el conservadurismo —desde una mirada moralista— como en los sectores mas progresistas -con los conceptos po- liticos claves de “alienacién” y “manipulacién”-. El prestigioso médico massmedidtico (otro de los mitos culturales argentinos) Florencio Escar- d6 publicé, en 1972, “El mundo alienado de Anteojito y Antifaz”, perso- najes que “llevan cada dfa, por medio de la televisién, su mensaje inocu- lante a miles de nifios sin que hayan merecido, a lo que yo sepa, el menor reparo”."* Sin embargo, consciente del papel que jugaba socialmente, fue el mismo Florencio Escard6 quien, junto con Eva Giberti, llev6 a cabo una tarea casi experimental en los medios, reflexionando sobre las nuevas condiciones que planteaba la televisién para la pedagogia."* Si este discurso giraba alrededor de la “deformacin” de las expues- tas mentes infantiles, otto sujeto y otro t6pico concentraron al mismo tiempo la atencién de los discursos: las alienadas masas juveniles, Las de la cancién po- pular o de la See un corte generacional m: do) or as lates eels de lapel hie, “La gemte parece ne- garse a hablar de otra cosa, a ver otra cosa, a bailar otra cosa”, escri periodista alarmado en la revista Primera Plana a propésito del fenéme- no de Ia “nueva ola” del “Club del Clan”, programa que promovia can- tantes jvenes y pasos de baile. : Ov THTSSSETos los ielevidenves culos miraban con espanto o is- con el animador “Pipo” Mancera o “La Familia Faleén”, uno de cuyos hijos parodiaba al joven | * con sus anteojos y su li- bro en la mano."* Frente a ese frenesf que hablaba de la manipulacién que podfan ejercer los medios, habia un piblico que queria distinguir una te- levisién culta y de calidad frente a otra invadida por los entretenimientos y el mal gusto, Para la revista Primera Plana, esta television culta podia estar representada por el humor de Tato Bores, los programas de Rodol- fo Kuhn o del grupo de David Stivel (quienes se manejaban con destre- za en un medio que conocian desde hace tiempo) o por las diferentes ctor “existenciali aciones con Leoncio! a pedido del publico, los cuatro capitulos mas importantes! 6 de enero: 18 de enero: 20 de enero. “El Desierto 27 de enero: “El Hombre” NORMA ALEANDRO EMILIO ALFARO BARBARA MUJICA CARLOS CARELLA MARILINA ROSS JUAN CARLOS GENE FEDERICO LUPPI “COSA BI arcs 2230 JUZGADA” | TELEONCE Ube: JUAN CARLOS GENE el suceso 1970 TELEVISION Y VIDA PRIVADA 263 Habia un piiblico que queria distinguir una television eulta y de calidad frente otra invadida por tos entretenimientos y el mal gusto. El grupo de David Stivel se contaba entre quienes representaban fa television cult 264 IMAGENES Y LENGUAJES Expansién territorial: otros espacios y otra temporalidad adaptaciones de obras prestigiosas, entre las que fue un acontecimientos el Hamlet de Shakespeare interpretado por Alfredo Ale6n.” El carécter casero de la produccién televisiva atentaba, sin embargo, contra estos programas, ya que el televidente entrenado podia descubrir un maquilla- je demasiado evidente 0 detectar que las “chinas” de la adaptacién tele- visiva del Martin Fierro hecha por David Stivel en 1967 tenfan -segin una resefia de la época- “el aspecto de sefioritas que frecuentan Mau- Mau.” Producciones de diferente procedencia y que exigian competen- diversas convivian en el espacio televisivo, y la audiencia podia pa- sar de una a otra poniendo en crisis una divisién ~sobre todo entre cultu- rade elite y cultura popular- que anteriormente tenfa asignados los espa- cios con mayor claridad. En la televisién, la audiencia podia pasar del Otelo de Shakespeare con Rodolfo Beban, a “Otelito” con Osvaldo Pa- checo, Alberto Olmedo y Jorge Porcel. Sin llegar a eliminar los rasgos distintivos de cada repertorio, la televisién los ponfa en crisis en el seno mismo del hogar.” . En Argentina, Ia . des- de e! inicio, un factor fundamental: de unidad territorial que reafirmaba, una vez mas, el poder de Buenos Aires.” Hogares de diferentes partes del pais se alimentaban de las mismas imagenes y escuchaban los mismos mensajes (y los lugares mas alejados, mediante la televisién, se sentian més integrados en el imaginario nacional y colectivo). Pero, ala vez, era el concepto mismo de territorio el que se modificaba, sobre todo a par- r del uso de los satélites que distorsionaban las distancias entre un lu- gar y otro al disminuirlas. Una inflexién importante en esta nueva vivencia del territorio la constituye, en nuestro pais y posiblemente en todo el mundo, un hecho que los televidentes siempre mencionan cuando se los interroga sobre sus recuerdos televisivos: la egada del hombre a la Luna en 1969. Transmitido en directo pasada la medianoche, el acontecimiento (que concretaba antiguas fantasias de! imaginario colectivo) provocé el des- plazamiento callejero de grandes contingentes de personas que busca- ban un televisor para presenciar el evento. Sin darse cuenta, Ia gente asistia a otro hecho no menos importante: la conquista televisiva del es- pacio terrestre. La Tlegada del hombre a la Luna sélo podia verse por televisién. En nuestro pais, ésta fue la primera transmisién por satélite a través de la flamante estacién de Bahfa Blanca fundada ese mismo afio. Su conse- cuencia era obvia: la cdmara podfa Hegar a partir de ese momento a TV argentina cualquier lugar. La Luna, simbolo del misterio y de lo inalcanzable, de- velaba su imagen de territorio pedregoso y transitable en el 1 del televidente. Si el registro de imagenes y su transmisién en directo po- dia alcanzar Jo que en el imaginario popular era lo més lejano, no hal nuevo territorio que no era el geogrifico convencional sino el que crea- TELEVISION Y VIDA PRIVADA 265 La revista Primera Plana trata de imponer sus gustos y de diferenciar los productos de calidad, como ef Hamlet interpretado por Alfredo Alcén, de la televisién “barata y comercial” Hamlet en la TV argentina, (Portada de Primera Plana, 4-8-1964) 266 IMAGENES Y LENGUAJES Jenguaje propio, el discurso televisivo hace de la pantalla un lugar, otro lugar, En é1, las imagenes mas alejadas son contiguas, los discursos mas heterogéneos se yuxtaponen y los tiempos pueden ser relativamente ma- nipulados coineidiendo 0 no con los del espectador. En la década del cincuenta, la gracia del nuevo medio estaba en las tomas en directo: ac tores que se olvidaban la letra, ruidos que cuestionaban la verosimilitud de las escenas, intervalos sin motivo y un amor por los accidentes que contintia hasta el dfa de hoy. La legada del tape modificé esta situacién y admitié la manipulaci6n de los tiempos “en directo” y “en diferido”, aunque su capacidad para registrar la contingencia se mantuvo como una de las caracteristicas del medio: es este fluir del tiempo abierto -c¢ mo el nuestro— lo que permite hablar de una convivencia entre el espec- tadory la imagen. Pero este encuentro es, a la vez, el inicio de una divergencia profun- da, ie. Casi todos los programas debieron incorporar esta Idgica, lo que explica que Eva Giberti haya di- cho, en relacién con los programas educativos, que “hasta el momento la dramatizacién ha demostrado ser uno de los caminos més eficaces para a comprensi6n de Jos conceptos emitidos ‘Asi como la television acelera los tiempos, también modifica las re~ presentaciones espaciales. A diferencia de la radio, la televisién produ- in de estar presenciando el acontecimiento, de que éste es en cierto modo inmediato, Los “exteriores” de la televisién significan el ingreso de miltiples espacios en el ambito hogarefio. A principios de los sesenta habfa cierta lentitud y s6lo excepcionalmente la televisién podia atrapar aquellos sucesos no anunciados (su capacidad tecnolégica de desplazamiento era reducida y sus camiones de exteriores, poco dgiles), Cuando el evento estaba preparado de antemano, la televisi6n podia ar- mar el registro del acontecimiento como una puesta en escena, y asf se hizo con la ascensién de Frondizi (filmada con once cémaras, la trans- mision dur6 desde las siete de 1a maiiana hasta las cuatro de la tarde) 0 con las visitas del presidente francés Charles De Gaulle 0 del norteame- ricano Eisenhower en 1960, transmisién que (como era muy frecuente) fue afectada por desperfectos técnicos. A medida que avanzaba la tec~ “nologia, un equipo muy reducido podfa captar acontecimientos “en vi vo y en directo”, sintagma que se transforms en uno de Tos objetivos del ce una sen: nedio, como sucedié con el asesinato imprevisto de Lee Harvey Os- wald, el presunto asesino de Kennedy, filmado por una cdmara el 24 de noviembre de 1963. tomado en primer plano y sorprendié al camaré do, la muerte podia ser observada una y otra vez desde las casas (en “las 48 ho- El accidente constitufa un limite: el asesinato fue istra- nuestro pais, en diferido), Segiin la revista Primera Plana, ras que el Canal 13 gan6 al Canal 11 al proyectar el asesinato de Lee Harvey Oswald se recuerdan, todavia, como el paso de Ja adolescencia a la adultez de la television’ TELEVISION Y VIDA PRIVADA 267 (00:45 de ta marian Ja luna, Nadie puede dejar de ser el hombre llega a restigo de ese acomecimiento. EL escritor Jorge Luis Borges ~quien ya por entonces era ciego-, el presidente de facto Ongania ~seguramente mas preocupado por lo que pasaba en Céndobe-, el piiblie que no tenia televisor son testigas de la egada del hombre ala Luna en las vidrieras de los negocios. 268 IMAGENES Y LENGUAJES La intimidad: indice de ta vida pri vada _ El cambio se hace sentir, sobre todo, en el modo como los estudios “de las emisoras editan y difunden ta informacién. Si a principios de los sesenta predominaba el noticiero breve de quince minutos que se inspi- raba en el formato radial de lectura de informativos (como “El Reporter Esso” desde 1963). & partir de 1966 “Telenoche” inicia un formato espe- cificamente {elevisivo enjel que predominan la yuxtaposicién de infor- niaciones dé Giferentes dmbitos y un trabajo centrado en las potenciali- dades audiovisuales del medio.* Cuando “Telenoche” se convierte en el noticiero central, su eslogan es elocuente: “su ojo en la noticia”, Ya no se trata de Ievarle noticias al televidente como un mensajero sino de arras- trar su ojy al lugar inismo de los hechos. ‘aaa cl televisor) que, a la vez, los desintegra. Los refuerza por- que ya no es necesario ir a buscar las noticias afuera: la televisién pro- porciona Ia cantidad suficiente de chismes, acontecimientos, noticias y tramas ficcionales que, en otra época, ofrecfan los periédicos y la radio pero también el vecindario y los especticulos. La televisién reemplaza parte de los movimientos corporales y refuerza una actitud sedentaria que sin llegar a ser absoluta modifica las costumbres. Hay un nuevo mo- do de vivir la vecindad con el entorno barrial y urbano, Pero desintegra “da privada. En la red emocional del hogar, el espacio tradicional de la ca- sa tendré que procesar los numerosos datos que trae ese objeto que des- cansa en el comedor. En la prictica cotidiana de todos los dfas y en el espacio material de la casa, los integrantes del grupo familiar reafirman esa red emocional que constituye el hogar. “EI hogar ~escribe Roger Silverstone es un cons- tructo. Es un lugar, no un espacio. Es el objeto de una emocién mas 0 menos intensa. Es el lugar al que pertenecemos.”” {Qué sucede entonces cuando, en esa red emocional que es el hogar, se instala un artefacto el televisor— que produce otro lugar no menos poderoso y de no menor den- sidad simb6lica? Segiin Hannah Arendt, Ia intimidad es el fndice més importante de la vida privada en la modernidad, y su teorizaci6n, a fines del siglo XVIM, TELEVISION Y VIDA PRIVADA 269 inicié una importante revalorizacién de esa instancia."* Aungue el avan- ce de la esfera social puso en crisis tanto la vida privada como la pibli ca, para los individuos las comunidades la intimidad -aquello que s6- lo se comparte con las personas en quienes se confia~ contintia siendo la experiencia y el concepto que los reenvia del modo més seguro hacia la consolidaci6n de su vida privada. ‘Cuando el Cédigo Civil consagra la intimidad como un derecho de Dna TGA tp WS OE MUNCH reconocimiento legal de este delito en Ja reforma de 1968 a los medios se vinculan con la redefinicion de To privado y lo pabliey. Pe ro mas que esta instancia legal (que actiia generalmente sobre situacio- nes de hecho y de presunto carécter delictivo), importa'eémo'latelevi- El discurso televisivo habla de lo privado casi todo el tiempo. Uno de sus géneros mas populares, la telenovela, construye los vinculos hogare- fios en clave melodramética con un éxito que permite pensar que esté plasmando fuertes configuraciones de! imaginario colectivo. Pero la te- levisiGn no se limita a crear mundos fntimos més 0 menos ficcionales; Podiria pensarse en iS tipos Ue programas Sewn TOS MOdOS EN GUE —_Imerpelacin s@ interpela al espectador: enalgunos (como en las peliculas 0 en las se- ries televisivas que tuvieron gran éxito a principios de la década del se- senta: “Laramie”, “Mike Hammer’, “Cheyenne”) predomina la légica del lenguiaje cifematografico con la distancia que impone y con la nece- sidad de la mirada descorporalizada del televidente (el espectador no es advertido por las imagenes). Un segundo tipo de programas ‘Ja interpelaci6n con la mirada a la eéimara: un conductor o animador que Ie habla al espectador en un aviso publicitario y en los programas hechos en estudio (donde al hacerse simultineamente el rodaje y el montaje se crea una sensaci6n de espontaneidad). 8 (S0- bre todo en las series para televisi6n realizadas en nuestro pafs), hay un cardcter mixto, como en los programas humoristicos de “Viendo a Bion- di” con sus frecuentes miradas a la cémara, o en el personaje de Osval- do Miranda, en la comedia familiar “La Nena”, cuand |. Cuando termina la serie las protagonistas Silvia y Mirtha cémico-policial “Carola y Carolin. 270 IMAGENES Y LENGUAJES Legrand, se enfrentan a la cdmara, se dirigen al ptiblico y le agradecen a los actores, a los técnicos y realizadores. Sus protagonistas (,actrices personajes?) reconocen su caricter de artificio enfrentando y haciendo referencia a la cdmara (algo que en el cine es propio, generalmente, de Jos filmes de vanguardia) y desestabilizan, asf, las fronteras entre la fic~ cidn y lo real.” Las frecuentes interpelaciones)transforman al) televidente enjun destinatario potencial y hacen que el discurso adopte el simulacro de un didlogo. Esta interpelacién puede coneretarse materialmente como sucede con aquellos sorteos en los que se llama a la casa del afortuna- do (y quién nos dice que uno mismo no pueda ser el favorecido), 0 co- mo le sucedié a un televidente que, en una carta a Primera Plana, acu- s6 de “oficialista” a Augusto Bonardo, el conductor del programa “La gente”. En su programa, Bonardo leyé la carta en el aire e interpelé di- rectamente a quien la escribié. El lector de Primera Plana ilustra su experiencia con la siguiente ‘Al terminar de leer el comentario critico, Bonardo lanz6 una invitacién al didlogo, cuyo sorprendido destinatario fui yo mismo”.”” animador o"locutor, que tenfa una gran importancia en la radio pero que en Ia televisin adquirié cuerpo, mirada y una gestualidad que lo enfrentaba cara a cara con el televidemte. El locutor s@ movial Como si de un teatro de revistas o de un salén baila- ble y buscaba la camara como si fuesen los ojos del espectador. Esta interpelacién, la accién de dirigirse a aquellos que estén sentados en el living de su casa, no puede compararse con los “apartes” draméticos ni con la céilida voz del locutor radial. El animador televisivo no im- ponfa la distancia ni la belleza de los stars cinematogréficos sino la apariencia del hombre comin: el “negro” Brizuela Méndez en los aiios cincuenta y “Cacho” Fontana, el conductor de “Odol pregunta”, cuyo rostro ilustré el primer ntimero de la revista de espectéculos mas im- portante desde mediados de 1965, Gente y la actualidad (lo mas po- pular del espectaculo estaba representado por la televisién y ya no por la radio o el cine). (aunque éste_ posca Sus propias estrategias de respuesta) ae nariamente, su cuerpo. La magnitud que tuvo desde un comienzo en la televisién argentina la publicidad, géuero eu el que también eran imprescindibles las miradas a céimara, acentué la interpelacién directa y, en este caso, con connota- ciones mercantiles. En esta materia, el decreto-ley de 1957 —fundamen- tal porque, entre otras cosas, definié a los futuros propietarios de los ca- nales como personas ligadas al empresariado y al lucro excluyendo so- ciedades no comerciales ¢ iniciativas independientes— sefial6, en su ar- ticulo 6°, que “la difusién de publicidad comercial pod pre que su proporci6n, su carécter y su forma no afecten la calidad y je- rarguia de los programas”. Esto hizo que la televisi6n argentina depen- diera profundamente del mercado y que la irrupci6n de la exhibicién de imercancfas en el interior del hogar —pese a los precarios limites de tiem- po que se proponian desde los organismos de control— tuviera una bruta- lidad’ S610 equiparable a'su poder de seduccién. El televisor se transfor 4 realizarse siem- TELEVISION Y VIDA PRIVADA 271 UB. opina, pense, sue, tiene, un problema, vive; es uo més de le multtud.. y a ciudad Jo ignora ‘Ahora contaremos sy histetia, Gan valentla.aunque duele. Es nos hara bien a todos. Encuénirese a si Imismo en HISTORIAS DE UNA GRAN CIUDAD, el programa mas vaiente para expres nuestra relidag iSriemeouese HISTORIAS <=: DE UNA de un gran elenc 189 por Eduard RU Las frecuentes interpelaciones sransforman al televidente en un destinatario potencial y hacen que el discurso adopte el sinudlacro de un didilogo. Publicidad de “Historias de una gran cud (Panorama, julio, 1963) 272 IMAGENES Y LENGUAJES Registro de los cuerpos maba en una vidriera y la programacién dependia de la publicidad para su propia supervivencia, Un aviso de Canal 11, que se llamaba a sf mis- mo “industria de emocién”, se pregunta: “;,Cudnto cuesta cada minuto de emocién?"." Ningtin debate sobre Ja televisién en nuestro pais puede 1 eeteardo cue lapley es pusteriorea ma golo, nomad flesrons na ORe Ey Ala relaci6n auditiva del jingle radial habia que agregarle con la televisién— un contacto visual en el que la mereaneia se experimenta- ba como presencia y ausencia en el propio living 0 comedor de la ca- sa. Sin embargo, esta Seduccién no comenz6 siendo tan sofisticada ‘como la conocemos actualmente. En los primeros tiempos, cuando las tomas eran todas directas porque no habia video-tape, los televiden- y hasta hay quienes recuerdan al locutor que escupié la pastilla que habfa reco- mendado fervorosamente pensando que la camara ya no lo enfocaba. En esos aftos, y particularmente en los sesenta, la mayorfa de los pro- gramas eran auspiciados por una empresa cuya marca figuraba en el titulo: “La Familia Gesa”, teatro de revistas auspiciado por General Electric S.A., “El Teatro Palmolive del Aire”, en el que productos de belleza reforzaban el carcter femenino del teleteatro," y “Odol pre- gunta”, marca de dentffricos que auspiciaba un celebérrimo programa cultural de preguntas y respuestas. [Después) las tandas se realizaron con productos diversos y su lenguaje se hizo més elaborado, permi- tiendo la formacién de muchos realizadores cinematograficos y de fu- turos agentes publicitarios de Ia politica, Eni Sas itidgenes seducto- ri En la pantalla, ademas, se presentan cuerpos cada vez més libera- dos de las restricciones normativas: Este proceso de “liberacién” de los cuerpos fue social, y la televisién s6lo dio cuenta de él fraccionaria- mente, alinque su fuerza descansaba en su carécter doméstico, Estas modificaciones en 1a exposicidn de los cuerpos son, a menudo, imper- ceptibles en sus pequefias alteraciones coneretas y, por su cardcter inti- mo, indocumentadas. El 21 de abril de 1960, 7V Guia publica una car- ta que seflala algunas malas costumbres que observa en la pantalla de su televisor: algunos animadores, protesta la lectora, usan remeras y no traje. {Cémo leer este documento? ;Condenar a la lectora por su mora- lismo estrecho o generalizar su sensacién como el indicio de un cam- Tel bio de época que, en este caso, se visualiza en la pantalla televisiva? Y si cada Ambito tuvo sus propias estrategias (la moda hacfa a los cuer- pos provocativos, la miisica glorificaba su movimiento), la television tuvo ese rasgo que consistfa en una rara quimica entre espacios de in- timidad y espectacularidad que se filtraban mutuamente de un modo permanente. Una lectora de Canal TV lo expresa, con una gracia in- consciente, de este modo: “El sabado 15 de julio tuve oportunidad de ver un programa lamentable que, bajo el titulo de “Bailemos, se tele- vis6 por Canal 9. ;Qué ensefianza puede dejar en un hogar, donde la fa- milia enciende el televisor con deseos de observar un programa de ca- lidad artistica, ver a un grupo de desenfrenados jovencitos que en la mayoria de los casos no llegan a los dieciocho afios, haciendo las mas divers a Entiendo que los bailables estén muy bien para transmitirlos por la ra- dio, pero por la televisi6n, decididamente no. *Conste que me gusta y practico el baile, pero puedo asegurarle que jamés yo, ni la mayoria de la juventud argentina, baila en esa forma de- senfrenada. Creo que cada cosa en su lugar. y los bailes en los clubes, salones, casas, etcétera pero no en televisin (3 de agosto de 1961)”. Cada cosa en su lugar, exige la lectora de la revista. {Pero cémo de- finir lugares cuando irrumpe un nuevo espacio que, ubicado en la homo- geneidad relativa del hogar, puede transmitir -mucha veces impulsado por la novedad— una moralidad més amplia que la de sus receptores? La’ “televisién pone en crisis la nocién misma de lugar, entendido como es- . En dosis muy pequefias, lo inapropiado e inadecua- ‘do (frente a los cuales se definen Jas fronteras del pudor privado) avan- s cabriolas y moviéndose de las mas disparatadas maneras? En Ia esfera social, los espectéiculos representaban la intimidad, que solfa estar recubierta por la ficci6n o Ia distancia -explicitadas en el fo- so que separa al escenario del ptiblico-. El rito del espectculo era tam- bién un rito de pasaje e implicaba el abandono del hogar, lo que marca- ba claramente el traslado a otra esfera en la que prevalecfan otras reglas También habfa produccién de intimidad en las narraciones que se leian en el hogar, pero ninguna de estas formas (ni siquiera la radio) alcanza- ba esa dimensién visual de distancia y fascinaci6n que caracteriza al es- pectdculo y que si posee la television, Con la television se produce el in- “minante’en este espacio. El eslogan del canal privado mas poderoso en el primer afto de existencia de la television privada (Canal 9) lo dice clara- EVISION Y VIDA PRIVADA 273 Exhibicion de la intimidad 274 IMAGENES Y LENGUAJES A fines de 1972, et casamiento de dos bhanas camsigue ol mayor rating de fa television hasta ese momento, El programa "Yo me quiero casa. ¢¥ Ua?” salié al aire por primera ves 15 de noviembre de 1971 por Canat H. Las bodas entre famosos siempre fueron eventos masivos en fos que el piiblica invirtié una gran carga afectiva y simbélica, pero tos que realizé Roberto Galdn estaban fuera de toda clasificacién, Meccla de juego y vida intima no es el amor el que une 4 las parejas sino ef azar y tas consideraciones estéricas, emotivas, sociales y econdmicas que hacen durante el transeurso det programa, La vida intima de los solitarios como espeeticuta Roberto Galdn junto a Teresita y Héctor (La Semana, 19-3- 1973) mente: “El mejor espectéculo en su hogar”. ‘midad, intimidad de lo lejano, La produccidn de intimidad es la apuesta mas fuerte de la televisiGn: esta en el aparato que la transmite (voz ¢ ima- gen) y en la relacién de complicidad permanente que quiere tener -y a menudo tiene con el televidente, Muchos programas ~pero no todos, porque la flexibilidad de la televisi6n permite también que se suspenda esta modalidad intimista~ se basaron en esta l6gica y asf se instalaron en la memoria colectiva. Api era muy cara y Ilevaba cierto tiempo, la television transmi muchos programas transcur tudios, que se mimetizaban con un escenario teatral (pero incluyendo a veces a los espectadores en la escena) 0 con los espacios domésticos. Si “Escala musical” o “Sabados circulares” utilizaban la pantalla como una caja italiana, programas como “Buenas tardes, mucho gusto” trans currfan en la cocina (y alli raramente entraban los hombres) 0 los de ac- tualidad convertian al estudio en un living en cuyos sillones se senta- ban confortablemente los invitados. Sin duda, la innovacién mds radi- cal enjestal mimetizacion con la Vida domestica Ia constituy6 el progra- ma diario “Almorzando con las Estrellas” que se inicié el lunes 3 de ju- nio de 1968 y que conducfa la estrella cinematogrifica y televisiva Mirtha Legrand (née Rosa Maria Juana Martinez Sudrez). En el perio- do de 1968-1969 se produjo una renovacién de la programacién televi- siva provocada, sobre todo, por la reacci6n de los diferentes canales frente a la hegemonia del Canal 13. Programas con referencias més lo- cales, de un estilo mas popular y con horarios inusuales (como el de Mirtha Legrand 0 el de Roberto Galn) inician una etapa de euforia en Ja que se reproduce, todos los dfas, lo que antes estaba reservado para los fines de semana. “Si lo sabe, cante”, por ejemplo, conducide por Roberto Galn, detiene al pats todos los mediodfas y suscita polém y mesas redondas.”* imigos que “vienen” a comer, Alimentindose —argumentalmente- de la vi da privada, “Almorzando con Mirtha Legrand” utiliza el hecho cotidiano y bogarefio de los almuerzos y basa su éxito trasladando su intimidad ca- racteristica a una conversacion entre gente famosa. Como en el caso de Ja misma Mirtha Legrand, el efecto es que se confunden figura ptiblica y igura privada, personaje de ficcién y persona de la vida real, icipius de los afios sesenta, como la realizacién de exteriores fa esa sen- en los es- ic TELEVISION Y VIDA PRIVADA 275 En el argumento invariable del programa, los invitados Tegaban desde el fondo como si surgieran del centro mismo de la televisién, y después de la presentacién de cortesfa se dirigfan a la mesa descendien- do del alejado mundo de las estrellas al cotidiano de las necesidades or- génicas, En lo de Mirtha no sélo se comia bien; los platos eran, ademas, fotogénicos. El refinamiento hacfa que el paso de lo sublime (el estre- Hato cinematogrifico) a lo grotesco (comer ante camaras) sea elegante- mente evitado, Pero ella no sélo es Legrand (seudénimo de su vida en el especticulo), también se refiere a sf misma en el programa con el apodo hogarefio y opuesto de Chiquita (como si a la television le ra cl apodo ode las estrellas'y otro opuesto aunque, en cierto modo, comiplemén- tario: el del ama de casa. El ama de casa habla desde la “realidad”; su_ experiencia privada y cotidiana destruye cualquier posibilidad de fiblica. Por eso un cronista de la época se equi- voca cuando escribe, en la revista Panorama, que “mas alld del 4m- bito del teatro y del cine argentinos, sus conocimientos flaquean no- toriamente y las preguntas derivan a superficialidades”. Si Legrand Ge Se En la interpelacién directa, en sus temas y modo de manipular los tiempos, en el registro de los cuerpos, la intimidad y lo contingent, la televisi6n generé un nuevo lugar que, en el corazén mismo del hogar, transports una dimensién diferente. No se trata ~a fines de los aftos sesenta de tenerla o no, de encenderla o de dejarla apagada: la imagen televisiva ya es un nuevo dato con el que debe contar toda delimitacién de una vida privada propi a a El uso del tiempo libre que hacen Mafalda y sus amigos tiene tres modalidades claramente diferenciadas: los juegos en la plaza del barrio, la relacién con sus padres en el espacio doméstico y sus encendidas er ticas del mundo simbolizado en un globo terréqueo y en una radio, Cuan- do Mafalda, una apocaliptica sin duda, enciende la televisién es para co- nectarse con el mundo de la fiecién como esparcimiento o para sorpren- derse con la novedad de los avisos publicitarios. Para informarse, Mafal- da escucha la tadiv 0, como su paure, lee los periddicos (solo hacia el fi nal de la tira el televisor se transforma en fuente de informacién).* El El espacio ambiguo que ocupa el televisor puede verse en el esccindalo que se prodiyjo cuando se levanté el programa “Almorzando con Mirtha Logrand’” el viernes 13 de septiembre de 1974. Segtin las autoridades det canal, el programa comprometia al proceso mismo “de unidad y reconsiruccién nacional”. Varias organizaciones que ‘agrupaban a trabajadores de la television emitievon el comunicado "Almorsando con ta oligarquia”: los ‘almuerzos representan a la “reaccidn ¥ el goritaje” y su objetivo es “pretender desvirtuar y finalmente destrair el proceso de estatizacion de la television ELasunio egé a la esfera piiblica: el 18 de septiembre de 1974, suscitando la reaceién de diferenses partidos y del Ministerio del Interior Mirtha Legrand, (Siete Dias, 5-3-1973) ‘argentina’ La vida publica: la politica 276 IMAGENES Y LENGUAJES i El editorial de Radiolandia de abril de 1963 elogiaba la labor periodistica “objetiva” de la televisi6n, a la que oponia la de una radio que, en “su condicién de ve- hiculo atin no sustituido, en funcién de la difusi6n sin limites o instanté- nea”, se convierte en “la base de las campaias psicolégicas, factor vital en la guerra moderna”. Para los “tiempos comunes”, sostenfa la nota edi- torial, | gra- Recién en 1969 la televisi6n Se erigic sobre todo para las zonas ale- jadas del hecho- en 1a protagonista de un evento histérico-politico, el € impacté a los televidentes con la virulencia de sus im: genes, Fue aproximadamente alpartir de entonces que Se Convirtislen un! ‘escenario central del debate politico, y ya en las campaias presidencia- les de 1972 y 1974 no hay acto partidario o hecho politico en el que no ‘se vean micrdfonos de los distintos canales.”* En un periodo en el que la movilizacién en las calles era el modo privilegiado de hacer politica, una buena parte de la poblaci6n también podfa participar desde sus casas. Un hecho confirma esta conjuncién: Juan Domingo Perén, quien utilizaba la plaza y la radio como Ambitos “naturales” de sus di pafia de 1974 con una entrevista televisiva en la que part suales y sonoros, para seducir al publico.” rencia de prensa que dan en el aeropuerto de Trelew los presos politicos fugados de la cércel es un claro ejemplo de! encuentro de dos cultu claramente diferenciadas: la del c6digo televisivo y la de los militantes politicos. Mientras los militantes hacen apelaciones juridicas e ideol6gi cas, el periodista privilegia las apelaciones sentimentales y dramé Pedro Bonet (militante del ERP): “Acd hay compaiieros obreros, tucu- manos, trabajadores de la zafra, campesinos, compaieros intelectuales, compaiieros obrero-industriales. Esa es la composicién social de los die- cinueve, no son estudiantes en su totalidad. Nada m Periodista: “Para tranquilidad de los familiares de la gente que se en- cuentra retenida en este aeropuerto diremos que, a pesar de que en estos TELEVISION Y VIDA PRIVADA 277 momentos el local del aeropuerto de la ciudad de Trelew se haya rodea- do por fuerzas policiales y del ejército, acaban de manifestar miembros de las fuerzas armadas FAR, ERP y Montoneros que, después de haber sta y haber Hegado a la masa de la poblacién a tra- vés de la prensa escrita, es factible -y ellos lo han decidido asi— entre- igiin tipo de violencia. Reiteramos que mpo a la imagen de vuestros realizado esta condicionalmente sin nit garse i esto es por si Hega nuestro video-tape a tis televisores" Sin embargo, los politicos que participaban mas activamente de los medios se convertfan, necesariamente, en personajes televisivo todo cuando iban a los estudios. Una anécdota tal vez nos pueda ayudar convertian, necesariamemte, en a comprender este fenémeno: después del golpe de 1955, Blackie condu- Pe/souwes televistvos, en particular jo “Prensa visual”, “el primer programa periodistico de la televisién ar- gentina” segdin sus palabras." Cuenta Blackie que Alfredo Palacios (des- pués de ser trabajosamente convencido) a al estudio mientras se filmaba un programa humoristico y satirico. Uno de los técnicos, que pasaba por ahi, se detuvo frente al politico y le dijo, entusiasmado: “Che, qué bien te disfrazaron de Palacios...”. El malenten- dido (la confusién de papeles) marca el inicio de una dura carrera para los politicos (aunque no s6lo para ellos): en un medio flexible como la televisidn, su participacién siempre serd contigua a otros tipos de discur- sos ¥ gestualidades. La declamacién de la tribuna debe dejar paso aun didlogo en el que a los valores del discurso se le sumarin el de su sim- patia, su vida intima, su “costado humano”. Al potenciar este aspecto in- timo del hombre ptiblico (proceso que, como ha demostrado Richard Sennett, comenzé en el siglo pasado), no s6lo jucgan su papel los mo- mentos de debate argumentativo sino también las apelaciones emociona- les y los momentos frfos, aquellos en que los discursos encendidos y las ¢fusiones corporales dejan paso al relax de la vida cotidiana y a la inti- midad del personaje.” La visita de un politico a un programa en el que dialoga de los temas més diversos, los cuestionarios en los que entra en juego su vida privada (Blackie prodyjo un esciindalo, a principios de los setenta, al preguntarle a un politico si era homosexual) o la imagen de Perdn desde Madrid jugando con su caniche blanco son hechos semipo- Iiticos pero que sirven para construir la imagen del hombre piiblico. En el caso del lider justicialista, su cada vez mas frecuente aparicién en los noticieros de los ai aba la naturaleza de su exilio ofre- ciendo nuevos materiales (gestos, bromas, tonos intimistas) para una de las pasiones argentinas de esos afios: la hermenéutica de sus mensajes. Aun politicos muy impopulares como Alvaro Alsogaray, funcionario conservador de gobiernos civiles y militares, podian transformarse en personajes televisivos gracias a sus mensajes con esléganes (“hay que Los politicos que participaban més sobre activamente en los medios se cando concurrian a tos estudios. Publicidad de una presentacién televisiva de Alvaro Alsogaray, edi a ir al programa y lleg6é —_(Confirmado, octubre de 1970) jos setenta cam 278 IMAGENES Y LENGUAJES pasar el invierno”) y a su presencia en programas humorfsticos como el de Tato ores.” TELEVISION Y VIDA PRIVADA 279 Notas 1. Michel de Certeau L'invemion du quotidien (1. arts de faire), Paris, Gallimard, 1990, p. 173, En Mirla Varela: “Del televisor a la televisisn. La incorporacién de la TV en la Ar gentina (1951-1966)", en Causas y Azares, N° 4, invierno, 1996. 3. La primera etapa de la television, en la que haba un solo canal, termina en 1960 con la creacidn de tes sefales nuevas (el 9 de junio se inicia Canal 9, el 1° de octubre Canal 13 y el 21 de julio del afo siguiente, Canal 11). En el Interior se instalan dos sefiales: Canal 8 de Mar del Plata y Canal 12 de Cérdoba. Otro hecho fundamental fue la llegada ese mismo aiio del video-tape, sistema que permitié grabar programas cn diferido y una difusion mas ripida del material ya que no necesitabs revelado. Anteriormente, la televisi6n salfa al aire en directo y en tiempo continuo. 4. La amtena se instal6 en el actual edificio del Ministerio de Obras y Servicios Publi- ‘cos. Los noticieros que cito estin reproducidos en la pelicula de Andrés di Tella, Apuntes sobre la historia de la televisién, Los noticieros cinematogriticos tenfan tuna gran importancia y, todavia en 1967, “Sucesos Argentinos” y “Noticias de Amé- rica” publicitaban en los diarios los temas que contenian, Respecto de la sobrevalo- racién dela televisién, un estudioso como Néstor Garefa Canclini ha advertide acer cca de la necesidad de buscar otras unidades de estudio para evitar el exclusivismo de los medios comunicacionales en el que erréneamente se cue a menudo para ex plicar las transformaciones culturales. Cf. Culhuras hibridas, México, Grijalbo, 1990, p. 264, 5, Raymond Williams, “La tecnologfa y la sociedad”, en Causas yAzares. N* 4, invier- no de 1996, pp. 165, 167. 6. El decreto-ley 15.460 (Régimen de los servicios de radiodifusi6n y televisién) del 25 de noviembre de 1957 define esta elasticidad de la siguiente manera: “Estos ser- vicios tendriin por objeto transmitir programas culturales, artisticos, informativos, educativos y de entretenimiento”, articulo 4°. El orden de las atribuciones surge de Ja asignacidn de una funcién cultural-educativa que predominé en los debates pol tico-culturales y, en este caso, parlumentarios. De hecho, el primer enc: programacién de Canal 7 (designado por su fundador, Jaime Yankelevich) fue {que Susini, hombre que venia ~como casi todos los primeros trabajadores del me dio de la radio, y que puso en el aire programas artisticos asociados a la “alta cul- tura’, Cesé en sui cargo al poco tiempo de asumir, 7. José Enrique Miguens, “Un anilisis del fenémeno”, en Argentina 1930-1960, Bue- nos Aires, Sur, 1961, p. 348, 8. Casi todas las cifras que se refieren a la televisidn deben ser tomtadas con mucho cuidado, tanto por tratarse de un consumo hogareiio como por la careneia de medi ciones exhaustivas en los aos sesenta. Lo que sf puede asegurars imien- to constante ¢ ininterrumpido, Las cifras que se presentan a continuacién son una sintesis de diferentes fuentes: RECEPTORES DE TELEVISION EN ARGE! ‘TINA (en miles) 1951 1954 1956 1959 1960 1963 1965 1968 1969 1970 1972 1973 7 11 80 280 450 850 1600 2500 3100 3500 3700 4000 Fueron consultadas, entre otras, las estadisticas proporcionadas por la Unesco y por los libros Argentina 1930-1960, op. cit. la Historia de la televisién argentina, de Héctor Silvio, y revistas y periddicos de la época. 280 IMAGENES Y LENGUAJES 17. 19, Juan José Sebreli, Buenos Aires, vida cotidiana y alienacién, Buenos Aires, Siglo XX, 1975 (15* ed.), p. 80. Radiolandia, 9-1-1989. ‘Como sefala Jess Martin-Barbero, sien Latinoamérica la televisiGn “tiene ain ala famitia como unidad byésica de audiencia es porque ella representa para las mayo- rias la situaci6n primordial de reconocimiento”. De los medios « las mediaciones (Comunicacién, cultura y hegemonia), México, GG, 1997. p. 2 El programa “La Familia Faleén” comenzé en 1962 y fue durante ms de cinco aos uuno de los programas con mis éxito (su género costumbrista familiar tuvo varios se- guidores). “El Show de Dick Van Dyke”, serial comico norteamericano, fue estre- ado a mediados de 1963, duraba media hora y se lanz6 simulténeamente en cit inales (el 13 en daplex con el 7. ambos de Buenos Aires, el 12 de Cordoba. el 7 de Mendoza y el 8 de Mar del Plata), hecho que habla, ademas, de un efecto de sincro- nizacién y homogeneizacidn de aquello que se hacia en las easas de diferentes pun- tos del pai Primera Plana, N° 336, aio VIL, 1969. - “Personajes distinguidos de distintos eirculos opinan de la TV", en Radiolandia, 7 41960. Clarin, en “Cultura y naci6n”, del 2-11-1972. El trabajo esté inspirado en un best-se- er de la época: Como leer al Pato Donald, de Armand Mattelart y Ariel Dorfman. En su ensayo “La responsabilidad de los padres y los medios de comun siva’’ en Revista Argentina de Psicologta, N° 8, afo II, 1971, Nueva Visién, Eva Gi- berti describe con lucidez la construccidn de la escena de interpelacién en los pro- zgramas de educacidn para la salud. Adems, Giberti consigna sus experiencias en el ‘medio: microprogramas (128) de 1958 a 1960 (Canal 7. 15°), microprogramas con el doctor R. R. Canepa en 1962 (Canal 11), “Escuela para padres” en 1967 (Canal 2, 30°), microprogramas desde 1968 a 1971 (Canal 13), “Dramatizacién” con Flo- scard y A. Nocetti Fasolino, 1968-1969-1970 (Canal 9. 30°), y “Dramati- 1 1969 (Canal 9, 60°). El niimero dedicado al fenémeno de los idolos populares en Primera Plan 1964, N°71) llevaba por titulo “Palito Ortega: el triunfo de los orangutanes’ ‘que parodiaba un conocido éxito del muisico Chico Novarro, otro miembro del Club del Clan, El término “existencialista” estd tomado de la carta indignada de un lector de Ra- diolandia: “En el programa *La Familia Faleén’, que televisa Canal 13, el actor Fer- nxdnde7. de Rosa protagoniza algo asf como un joven intelectualoide y existencilis- ta. Su actinid es permanentemente negativa, y'el eimulo de sus errores frente a to- 4os los problemas que se le presentan, lo colocan siempre fuera de lugar. Me pre- unto por qué el autor de esos libros se ensafa de este modo con este personae. (Acaso estos intelectuales y existencialistas estin siempre equivocados? [..] no ha- 20 la defensa de un tipo de argentino joven, sino que advierto una deprimente par- ciaidad en quien se encarga de estereotipar en determinados personajes la familia argentina tipo que, como todos salbemos, no es igual a la familia Faleén” (Radiolan- dia, 4-1-1963). La portada del N° 25 de Primera Plana, 30-4-1963, tiene una foto de Tato Bores y el tiulo "Tato Bores: un afio sin Alsogaray”. La del N° 91. 4-8-1964 una foto le Ai- fredo Alcén con el epigrate “Hamlet en la TV argentina”. Los ciclos de "Gente de “Teatro” dirigidos por David Stivel fueron innumerables, siendo su ciclo mis cono- ido “Cosa juzgada”, que se inici el 3 de abril de 1969 y fue un emblema de la te- levisidn de calidad (asf como, antes de 1960, lo fue “Historia de j6venes”. que sig- nific6 el ingreso al medio de escritores que venfan de la literatura), Stivel re ademis, la puesta en escena de Hamlet con Alen y otras obras teatrales para tele- Visidn, En sus inicios dirigié "La Familia Faledn”, aunque él mismo lo consideraba tun producto menor. “Un Happening de gauchos”, en Gente, 19-10-1967. Otelo, adaptada y dirigida por Miguel Bebé, se transmiti6 en “El Mundo del Es- pectdculo” (Canal 13. viernes 27 de junio de 1969, 21:30). “Otelito” se pasé en el mismo horario por Canal 9. como respuesta, Segtin un empresario de Canal 9, cuan- ddo comenzaron ambos programas, la versin seria se ubicaba primero en el rating, situacién que se fue invirtiendo a medida que transcurrian ambas versiones, quedan- do la humoristica en primer lugar desarrollo de un canal cultural que dejase en s némicas estuvo impedido en nuestro pais porque el canal que queds en manos del Estado (Canal 7) tuvo la particularidad de ser tan comercial como los otros (es de- cir, debia sostenerse con publicidad). Pero, adems, el Estado, que se hizo cargo de esta sefial (pese a los diferentes gobiernos), tenfa un idea muy pobre de las diferen- clas culturales y establecia una vinculacién automtica entre gusto minoritario y eli te (transmitir, por ejemplo, una pera) y entre arte popular y expresiones Folkléricas (0, en el peor de los casos, seudofolklbrieas). Como el sistema de cadenas no estaba permitido, surgieron canales en el Interior pe- 10 que, por limitaciones econémicas, terminaron dependiendo en buena medida de lo que produeian los canales eapitalinos. También estos canales tuvieron que aso- clarse, mediante compaiias paralelas ~porque la ley no autorizaba la entrada de ea es extranjeros en el medio~, con cadenas nortcamericanas (Canal 13 del empre~ io cubano Goar Mestre se asocié con la Columbia Broad System ~CBS-. Canal 11, con Time-Life, American Broadcasting Company -ABC- y Canal 9 Ca- dete con la National Broadcasting Company -NBC-). Para profundizar en el tema de las inversiones de capital en los medios de comunicacisn en la Argentina, son in- dispensables los trabajos de Heriberto Murato, Eva Gibert, op. cit, p. 104, Primera Plana, N° 97, 15-9-1964, Segin Furio Colombo, este hecho signifies un viraje en el uso de los medios masivos como medios de informacién (Televisidn: la realidad como especiéculo, Barcelona, Gustavo Gili, 1976, p. 11). También Roman Gubern le atribuye una gran importancia a este acontecimiento en La mirada opu- enta (Exploracién de (a iconosfera contempordinea), Barcelona, Gustavo Gili, 1994 (3 ed.), p. 343. Los primeros noticeros se ilustraban con fotos y el comentario de un Tocutor. “Te- lenoche” se inicié el 3 de enero de 1966 y sus primeros conductores fueron el pe- stay escritor Toms Eloy Martinez (que venfa de Primera Plana), Ia actriz. Mé- nica Mihanovich y el conductor Andrés Percivalle. quien, junto a Maria José An- drés, condue‘a el programa “Universidad del Aire” (Canal 13, domingos de 11 a 13 hs.). La eleecién de estos dos conductores significa el predominio de lo fotogénico sobre lo impersonal, que caracterizaba a los locutores tradicionales (en 1964, se ha- bia visto como una novedad que Canal 7 incorporara a una locutora, Mercedes Ha- I noticiero). En su primera época, “Telenoche” (que duraba 45 minutos, todos recta noticias, . deportes y “pronostika” (los prondsticos del tiempo). Siempre habfa una seccién de politica en ta que opinaba tuna figura conocida y se tocaban temas tan diversos que iban desde “Coste de la vi- da: galeanza un 15% mis en los sueldos?” “Juan Carlos Paz; un toque de genio en Ja msica argentina’ (7-1-1966). TELEVISION Y VIDA PRIVADA 281 282 IMAGENES Y LENGUAJES 21. 28, 29, 30. 31 34. 36. 36. Roger Silverstone, Televisidn y vida cotidiana, Buenos Aires, Amorrortu, 199, p. 54. Hannah Arendt, La condictén humana, Buenos Aires, Paidés, 1993 (I* ed. en inglés: 1958). “En la actualidad —dice Arendt Ilamamos privada a una esfera de intimi- dad”, p. 49. En el cine, a diferencia de lo que pasa en la televisidn, la prohibici6n de la mirada 4 cdimara es institucional. Segtin Noel Burch, la “pelicula clisica nos interpela tini- ceamente en tanto que individuos incorpéreos’ (no conocemos, a diferencia de lo que sucede en la televisién, ninguna pelicula que nos ordene explicitamente Io que te- hemos que ir haciendo mientras la vemos). Noel Biirch, El tragaluz del infinito, Ma rid, Taurus, 1995, 3*ed., p. 250. Notese que Burch habla de la “narracién clasica”, que es a la que me refiero aquf y la que predomina, de todos modos, en el cine de san consumo, Primera Plana, N° 91, 4-8-1964. El destacado es nuestro. Primera Plana, N° 98, 22-9-1964. Podria agregarse, como hecho histérico, que la mayorfa de la gente ~durante los aos cincuenta y buena parte de los sesenta-tuvo su primer contacto con Ia pantalla televisiva en la vidriera de los negocios. Mirta ‘Varela sefala: “Los lugares privilegiados eran las vidrieras, sobre todo para los eventos deportivos”, en “De cuando la televisiGn era una cosa medio extrafia”, en M. Margulis, y M. Urresti (comps.), La eultura en la Argentina de fin de siglo. En- sayos sobre ta dimensién cultural, Buenos Aires, CBC-UBA, 1997, p. 424, En este ensayo se demuestra también la importancia de los televisores en confiterfas y ba- res y en las unidades bésicas durante el segundo gobierno justicialista | Teatro Palmolive del Aire” tuvo, como muchos programas televisivos, un ori- gen radial. La telenovela “El Amor tiene cara de mujer”. de René Casacallar, que estuvo en pantalla desde 1964 hasta 1970, se ambient6 en un instituto de belleza pa ta promover los cosméticos que lo auspiciaban. Cf. Nora Mazziott La industria de la telenovela (La produccidn de ficcidén en América latina), Buenos Aires, Paidés, 1996, p. 61 La revista Gente y la Actwalidad realiza la mesa redonda a la que titula “Si lo sabe, juzgue” (27-3-1969), Participan del debate Domingo Di Nibila, Ernesto Sabato y David Stivel (quien recupera el programa como fenémeno barrial), entre otros. Uno de los temas que se discute es si debe usarse el “voseo" en televisi6n. Se estimaba que el programa tenia una audiencia diaria promedio de 1.500.000 televidentes. El programa comenz6 a mediados de 1968 en Canal 7 como parte del programa "Ga- fan... terfas”, y después, como programa auténomo, pas6 a Canal 11 a las 13:00 de lunes a viernes. Latira Mafalda del humorista Quino comenz6 a salir en 1963 (fue publicada en Pr ‘mera Plana, El Mundo y e| semanario Siete Dias) y dura, como tira ecmica gréfica, hasta 1973. Ese mismo aio, fa tira ey adaptada para la television, Segiin la revista Primera Plana en su articulo “Guerra de carteles: balsimicos, des riptivos y encubiertos”, la campaiia electoral de 1963 es riba, lo que constituye un hecho inédito para un pats en el que la actividad politica se desarrollaba, con mi cha pasién, en las calles, Una modernizacion de los earteles y de la publicidad po- Iitica y una serie de discursos que se distribufan entre los medios de comunica y las plazas son los signos que sorprenden al periodismo de la época, Sin embargo, no hay que olvidar que este enfriamiento se explica més por la proscripeidn del pe- ronismo que por la presencia de los medios. El primero en utilizar la publicidad medistica como estrategia electoral bisic para las elecciones de 1972 fue un partido de derecha (Nueva Fuerza). Este partido, que aba entre Sus personajes més importantes a Alvaro Alsogaray, llevé como can- TELEVISION Y VIDA PRIVADA 283 lidato a presidente a Julio Chamizo, quien saeé el 24 de los votos aung su jingle resuena en la memoria de los que vivieron esa época ("Los arg. remos goles..."). 37. Laentrevista completa puede verse en Ni olvide ni perdén, film de Raymundo Gley zer. Tanto quienes dan la conferencia como los otros militantes que se quedaron en. el aeropuerto por haber perdido el avidn que los Hevaria a Chile, se rindieron y tue~ ron posteriormente encarcelados, torturados y fusilados por las autoridades milita: res en agosto de 1972 sin ningtin juicio previo, Este hecho fue conocido como “ masaete de Trelew”. 38. El programa estaba conducido por un equipo de entrevistadores provenientes de di- versos dimbitos y Blackie, quién aparecié durante todo el ciclo de espaldas. Tomo estos datos y Ia angedota de Ricardo Horvath: "Memorias y recuerdos de Blackie”, en Todo es Historia, Buenos Aires, 1979. pp. 97 y ss 39, Para ver la critica de Richard Sennet a los medios masivos, véase O dectinio do iio~ mem pablico (As tiranias da intinidade). pp. 344 y ss. y pp. 411 y ss 40. En Primera plana hay un chiste de Flax sobre Alsogaray, el primer politico q asume como personae televisivo, en el que éste descansa en el divin de un psic6= logo con su cabeza convertida en un televisor (N° 93, 18-8-1964).

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