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E L L L A M A D O A L A

P r i m e r a s e m a n a
P R O C L A M A C I Ó N

D í a 1
La Gran Pérdida:
El llamado que surge desde el infierno
Sin embargo, cuando predico el evangelio, no tengo de qué
enorgullecerme, ya que estoy bajo la obligación de hacerlo.
¡Ay de mí si no predico el evangelio!
1 Corintios 9:16
D í a 1
La Gran Pérdida:
El llamado que surge desde el infierno

Pablo no fue un pescador al que El Señor llamó a la orilla del mar, pero, al igual que los otros
apóstoles, entendió la importancia del llamado a la proclamación. Desde el mismo día de
su conversión comenzó a compartir a otros lo que le había sido revelado. Y lo hizo con tal
pasión, que de inmediato pasó de ser un perseguidor a un perseguido.
En su carta a los romanos manifiesta su profundo dolor por la inconversión de sus
familiares, y se atrevió a decir que estaría dispuesto a ser condenado si ellos pudieran ser
salvados a causa de su sacrificio. Leamos sus apasionadas palabras:
1 Digo la verdad en Cristo; no miento. Mi conciencia me lo confirma en el Espíritu

Santo. 2 Me invade una gran tristeza y me embarga un continuo dolor. 3 Desearía yo


mismo ser maldecido y separado de Cristo por el bien de mis hermanos, los de mi propia
raza. Romanos 9:1-3 NVI
1 Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu

Santo, 2 que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. 3 Porque deseara yo
mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis
parientes según la carne; Romanos 9:1-3. RVR1960
Tales declaraciones, nos hacen preguntarnos: ¿de dónde le venía a Pablo la pasión
por proclamar?, ¿qué impulsaba al Apóstol a predicar el evangelio de la manera
extraordinaria que lo hacía?, ¿por qué sufría tanto por su familia inconversa?
Podemos leer sus cartas y estudiar su vida en el libro de Los Hechos para contestar
estas preguntas. Pero, mejor aún, debemos preguntarnos: ¿Qué nos impulsa o debe
impulsarnos a nosotros a proclamar?
En el devocional de hoy y los dos siguientes, abordaremos lo que llamaremos: Los
tres impulsos de la proclamación. Y como podemos leerlo desde el título, el primer impulso
es: La Gran Pérdida: El llamado que surge desde el infierno. Lo encontramos en la parábola
del Rico y Lázaro. Leamos el texto:
19 Había un hombre rico que se vestía lujosamente y daba espléndidos banquetes

todos los días. 20 A la puerta de su casa se tendía un mendigo llamado Lázaro, que estaba
cubierto de llagas 21 y que hubiera querido llenarse el estómago con lo que caía de la mesa
del rico. Hasta los perros se acercaban y le lamían las llagas. 22 Resulta que murió el
mendigo, y los ángeles se lo llevaron para que estuviera al lado de Abraham. También
murió el rico, y lo sepultaron. 23 En el infierno, en medio de sus tormentos, el rico levantó
los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él. 24 Así que alzó la voz y lo llamó:
Padre Abraham, ten compasión de mí y manda a Lázaro que moje la punta del dedo en
agua y me refresque la lengua, porque estoy sufriendo mucho en este fuego. 25 Pero
Abraham le contestó: Hijo, recuerda que durante tu vida te fue muy bien, mientras que a
Lázaro le fue muy mal; pero ahora a él le toca recibir consuelo aquí, y a ti, sufrir
terriblemente. 26 Además de eso, hay un gran abismo entre nosotros y ustedes, de modo
que los que quieren pasar de aquí para allá no pueden, ni tampoco pueden los de allá para
acá. 27 Él respondió: Entonces te ruego, padre, que mandes a Lázaro a la casa de mi
padre, 28 para que advierta a mis cinco hermanos y no vengan ellos también a este lugar
de tormento. 29 Pero Abraham le contestó: Ya tienen a Moisés y a los profetas; ¡que les
hagan caso a ellos!” 30 No les harán caso, padre Abraham —replicó el rico—; en cambio,
si se les presentara uno de entre los muertos, entonces sí se arrepentirían. 31 Abraham le
dijo: Si no les hacen caso a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque
alguien se levante de entre los muertos. Lucas 16:19-31
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La Gran Pérdida:
El llamado que surge desde el infierno

La parábola tiene una serie de enseñanzas principales respecto a la mayordomía de la vida:


 La riqueza consiste en valorar la vida más que la materia.
 La riqueza consiste en oír a Dios a tiempo y en cada detalle de la existencia.
 La riqueza consiste en encontrar El Reino de Cristo mientras estamos vivos.
Sin embargo, la historia incluye un detalle que debe hacernos comprender la
trascendencia de la proclamación del evangelio. Concentrémonos en esa idea:
27 Él respondió: Entonces te ruego, padre, que mandes a Lázaro a la casa de mi padre,
28 para que advierta a mis cinco hermanos y no vengan ellos también a este lugar de

tormento. 29 Pero Abraham le contestó: Ya tienen a Moisés y a los profetas; ¡que les hagan
caso a ellos! No les harán caso, padre Abraham—replicó el rico—; en cambio, si se les
presentara uno de entre los muertos, entonces sí se arrepentirían. 31 Abraham le dijo: Si
no les hacen caso a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque alguien se
levante de entre los muertos. Lucas 16:27-31.

Se trata de una parábola, es decir, una historia creada por El Señor para ilustrarnos
algo, sin embargo, las circunstancias que nos presenta son reales, auténticas y
extraordinariamente importantes. La gente debe conocer del evangelio antes de que sea
demasiado tarde, y nosotros estamos aquí para hacerlo. La parábola del Señor nos dice que:
Desde el mismo infierno surge una súplica, una petición para que alguien se apresure a
compartir el evangelio. Eso es precisamente lo que significa, “La Gran Pérdida”: El llamado
que surge desde el infierno.

Entender la realidad de “La Gran Pérdida” debe impulsarnos.


Independientemente de lo que te hayan dicho o hayas leído sobre el infierno: que si es un
lugar o un estado, que si fue creado para el diablo o para los seres humanos, que si se llama
Hades o infierno, que si son dos cosas distintas, que si existe o no existe, una cosa es cierta:
El Señor habló del infierno, es decir que, habló de la tragedia final de los inconversos y/o
incrédulos, y nos dejó bien en claro que se trata de una experiencia indescriptiblemente
terrible, de la que Él, precisamente, vino a librarnos con su muerte en la cruz. Los seres
humanos no fuimos creados para el infierno, sino para la vida eterna, así que, el hecho de
que alguien no experimente la vida eterna es una “Gran Pérdida”, y esta verdad debe
impulsarnos a proclamar con pasión el evangelio.

Entender que no hay otra oportunidad después de morir, debe impulsarnos.


En la parábola, el rico que sufría en el infierno, solicitaba una gota de agua para mitigar su
sed. Seguramente El Señor usó esa imagen para ayudarnos a entender que, aquel que
rechazó el agua de vida durante su existencia, lo lamentaría en su muerte. Además, al
entender la imposibilidad de encontrar remedio para su tormento, el hombre solicita que
Lázaro sea enviado a sus hermanos para advertirles, mientras tienen vida.
La respuesta de Abraham incluye una gran enseñanza: Ya tienen a Moisés y a los
profetas; ¡que les hagan caso a ellos!, le informa que no es posible que Lázaro regrese a la
vida para proclamar, y le explica que, para eso, sus hermanos tienen Las Escrituras. Esta
idea me recuerda el incidente de Felipe y el Eunuco etíope que leía La Biblia:
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La Gran Pérdida:
El llamado que surge desde el infierno

30 Felipe se acercó de prisa a la carroza y, al oír que el hombre leía al profeta Isaías,
le preguntó: —¿Acaso entiende usted lo que está leyendo? 31 —¿Y cómo voy a entenderlo
—contestó— si nadie me lo explica? Así que invitó a Felipe a subir y sentarse con
él. Hechos 8:30-31.
La cuestión es muy clara: Dios se ha revelado en su Palabra y todo ser humano puede
recibir su evangelio, conocerlo y ser salvo, pero también está claro que aquellos que ya le
conocemos, tenemos la responsabilidad de compartir ese mensaje que ya nos ha
bendecido a nosotros, esta verdad debe impulsarnos a proclamar con pasión el evangelio.

Entender que el mensaje debe ser proclamado por los vivos debe impulsarnos.
La parábola nos cuenta que al rico se le ocurre una idea genial: que vaya a su casa alguno
de los que han muerto, como Lázaro, para que así, no tengan más remedio que creer. Eso
se parece mucho a las ideas que tienen esos que predican más los milagros que el evangelio.
Buscan fenómenos de éxtasis emocional como tumbar personas, “hablar en lenguas”, y
otros fenómenos a los que llaman “unciones”, con tal de que la gente se impacte, en
ocasiones se sugestione, y termine creyendo. El problema es que, por ese camino, la gente
termina creyendo en los hombres (los falsos profetas o apóstoles impostores) en lugar de
creer en El Señor y su Evangelio.
El llamado del Señor es un llamado a creer. Recordemos estas palabras:
—Porque me has visto, has creído —le dijo Jesús—; dichosos los que no han visto
y sin embargo creen. Juan 20:29.
De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por
fe de principio a fin, tal como está escrito: El justo vivirá por la fe. Romanos 1:17.

El Señor se nos ha revelado tan claramente como para desafiarnos a creer. Podría
mandarnos ángeles, o algunos de los héroes de la fe resucitados, podría incluso
aparecérsenos Él mismo, pero si lo hiciera así, no creeríamos por fe, sino por temor u
obligación. Su plan es que los que hemos creído proclamemos su mensaje y que todos
aquellos que lo escuchen experimenten el reto de escoger entre creer o no creer, aceptar
el evangelio o rechazarlo. Esta verdad, debe impulsarnos a proclamar con pasión el
evangelio.

Nota final: Lo que entre nosotros llamamos “La Gran Pérdida”, es decir, la terrible
realidad del infierno, no nos autoriza para que proclamemos el evangelio como una
amenaza. No es adecuado espantar a la gente con esa idea, sería mejor compartir la
bendición de caminar con El Señor, el gozo extraordinario de conocerlo, la dicha de estudiar
su Palabra y la maravillosa esperanza de la vida eterna.
La realidad de “La Gran Pérdida”, debe ser un impulso, una motivación y un desafío
para nosotros. Este desafío, debe movernos a convertirnos en proclamadores de el Plan de
Salvación que la Biblia nos enseña.
Como Pastor, he escuchado muchas veces esta expresión de tristeza: ¿Por qué no le
prediqué el evangelio?, y se dice en el contexto del fallecimiento de algún familiar, amigo,
vecino o conocido. Y aunque ciertamente, cada persona es responsable de su propia vida y
de sus decisiones en el nivel espiritual, no deja de ser cierto que los que seguimos al Señor,
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La Gran Pérdida:
El llamado que surge desde el infierno

tenemos un privilegio, que también es una responsabilidad, para lograr que todo ser
humano sea confrontado con la oportunidad de aceptar al Señor en su vida.

Cuando enfermé de COVID la primera vez, yo no me sentía tal mal. Los niveles de
oxigenación estaban bajos, pero mi esposa y yo no lo sabíamos, porque el oxímetro que
usábamos estaba descompuesto y los datos que arrojaba eran incorrectos. Cuando el Doctor
vio los resultados de la tomografía que me había ordenado, se preocupó mucho y ordenó
que yo fuera internado. Ni mi esposa ni yo somos médicos, así que, nos parecía exagerado
y le pedimos que considerara la posibilidad de atenderme estando en casa. Pero, resulta que
El doctor sabía cosas que nosotros no sabíamos. Él consideraba mi diabetes, mi hipertensión,
mis problemas de corazón y otras circunstancias, y aunque nunca nos dijo de manera
contundente y clara: se puede morir, sí nos dijo que prefería tenerme internado, para que,
si la enfermedad progresaba, como finalmente así fue, estuviera yo protegido. Seguramente
él pensaba en las posibilidades de que yo necesitara ser apoyado por un respirador y la
unidad de cuidados intensivos.

Igual que mi doctor, nosotros sabemos algo que la gente sin Cristo no sabe, o no es
consciente de ello. Nosotros sí entendemos la realidad de “La Gran Pérdida”, y esto debe
ser un impulso para que proclamemos el evangelio a todos.

Asignatura
 Haga una lista de las personas con las que usted tiene relación y no les ha hablado
del evangelio del Señor.
 Ore por ellos.
 Aproveche la primera oportunidad que tenga para compartirle el evangelio de una
manera sencilla y breve.
 Si esa persona muestra interés, invítele a su Zarza y siga compartiéndole la Palabra
de Dios.

Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel
de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?
Romanos 10:14.
E L L L A M A D O A L A
P r i m e r a s e m a n a
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D í a 2
LLAMADOS PARA PESCAR

Primera semana
La Gran Tragedia:
EL LLAMADO A LA PROCLAMACIÓN

El llamado que surge


Día 2 desde el mundo
La Gran Tragedia: El llamado que surge desde el mundo
Así todos los pueblos de la tierra sabrán que el SEÑOR es
Así todos los pueblos de la tierra sabrán que el SEÑOR es Dios, y que no hay otro.
Dios, y que no 1hay 8:60 1 Reyes 8:60
Reyesotro.

Pablo pasó de ser un perseguidor de la Iglesia a ser un proclamador del evangelio. El Señor
lo confrontó camino a Damasco, él estuvo tres días en ayuno, y Dios le envió a un discípulo
llamado Ananías, al cual le dijo: 15 —¡Ve! —insistió el Señor—, porque ese hombre es mi
instrumento escogido para dar a conocer mi nombre tanto a las naciones y a sus reyes
como al pueblo de Israel Hechos 9:15. Como dijimos ayer, desde el mismo día de su
conversión, comenzó a compartir a otros lo que le había sido revelado. Y lo hizo con tal
pasión, que de inmediato pasó de ser un perseguidor a un perseguido.
De ser un fanático legalista, llegó a ser un discípulo de Cristo y un Apóstol a los
gentiles por la gracia y el llamado de Dios.
Preguntémonos de nuevo, ¿de dónde le venía a Pablo la pasión por proclamar?,
¿qué impulsaba al Apóstol a predicar el evangelio de la manera extraordinaria que lo
hacía? Si encontramos una respuesta al respecto de las razones de Pablo, encontraremos
también respuesta de las razones de los cristianos de aquel entonces, como el mismo
Ananías, quien le compartió a Pablo. Muchos de aquellos primeros cristianos, dieron su vida
por vivir, defender y compartir el evangelio. Además, enfocarnos en Pablo, también
descubriremos cuáles son nuestras razones.

¿Qué nos impulsa o debe impulsarnos a nosotros a proclamar?


En el devocional de hoy, como en el anterior y el siguiente, abordaremos lo que llamamos:
Los tres impulsos de la proclamación. Ayer abordamos: “La Gran Pérdida”: El llamado que
surge desde el infierno. Hoy, como dice el título de este devocional, abordamos: “La Gran
tragedia”: El llamado que surge desde el mundo. Leamos el texto:
6 Atravesaron la región de Frigia y Galacia, ya que el Espíritu Santo les había impedido

que predicaran la palabra en la provincia de Asia. 7 Cuando llegaron cerca de Misia,


intentaron pasar a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió. 8 Entonces,
pasando de largo por Misia, bajaron a Troas. 9 Durante la noche Pablo tuvo una visión
en la que un hombre de Macedonia, puesto de pie, le rogaba: Pasa a Macedonia y
ayúdanos. 10 Después de que Pablo tuvo la visión, en seguida nos preparamos para partir
hacia Macedonia, convencidos de que Dios nos había llamado a anunciar el evangelio a
los macedonios.
Hechos 16:6-10.

No estamos seguros de entender cómo es que El Espíritu Santo impidió a Pablo ir a


donde se lo proponía. Podemos imaginar que lo hizo por medio de las circunstancias, o tal
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La Gran Tragedia:
El llamado que surge desde el mundo

vez le hizo sentir duda en el corazón, posiblemente le permitió experimentar un temor que
le hizo retroceder, o quizás sembró en su corazón una fuerte convicción para no continuar
por ese camino.
Como haya sido, lo importante es saber que su vida regularmente era dirigida por El
Espíritu Santo. Lo que hacía para cumplir con su ministerio, no lo controlaba él, sino Dios.

Por otro lado, cabe la posibilidad de que, con su ímpetu de predicador, su pasión por
la evangelización y su gran preocupación por la gente sin Cristo le haya motivado a insistir
en sus planes, y a causa de eso El Señor le habló de manera más directa.

Dios le permitió a Pablo tener una visión para motivarle a la proclamación en un


lugar específico, y a nosotros tal experiencia bíblica nos recuerda que el mundo pide a gritos
la proclamación de la verdad que profesamos. En el desierto de la vida nosotros tenemos el
conocimiento del agua salvadora. Compartámoslo.

En este mundo confundido, compartamos la certeza del evangelio.


Inmediatamente después de la visión, el libro de los Hechos nos narra las aventuras que
Pablo y sus compañeros vivieron en pos de la visión del “varón macedonio”.
En la primera ciudad de Macedonia, Filipos, se convierte una vendedora de púrpura
llamada Lidia, la cual se convierte en su hospedadora. En una de sus travesías de
evangelización, liberan del poder del diablo a una joven esclava que estaba poseída por un
espíritu de adivinación. Los amos de la joven se molestan y los acusan de alborotadores.
Son azotados por las autoridades y encarcelados. En la cárcel se convierte el carcelero con
toda su familia. Salen de la ciudad y en Tesalónica, la predicación del evangelio causa un
gran alboroto. Es ahí donde se dice de ellos: ¡Estos que han trastornado el mundo entero
han venido también acá! Hechos 17:6c A pesar de la oposición muchos creyeron en Jesús.
Después de esto siguen su aventura misionera rumbo a Atenas.
A lo largo de este breve recorrido misionero con Pablo y sus amigos, narrado por
Lucas en el libro de Los Hechos, encontramos una muestra de las necesidades del mundo
de aquella época: Superstición, ocultismo, idolatría, ignorancia y todo, en medio de una
pretenciosa filosofía decadente que no impartía ninguna certeza o verdad sólida por la cual
vivir.
El varón macedonio de la visión era un símbolo de todos los ciudadanos de esa
región, que pedían a gritos una certeza por la cual seguir adelante, y es ahí donde la Iglesia
del Señor era necesaria y fue llamada a hacerse presente y compartir el evangelio. He aquí
el impulso del mundo confundido al que le urge la certeza de una verdad.

En este mundo sin esperanza, compartamos esperanza.


Podemos estar seguros de que Macedonia no era el único lugar a donde la Iglesia debía ir a
predicar, pero de acuerdo al plan de Dios, la presencia de la Iglesia, en ese momento, era
estratégica. Nos queda claro que debemos dejar que El Señor nos dirija en la tarea, sin
embargo, debemos compartir con hechos y palabras el evangelio, en cualquier parte del
mundo.
Desde Lidia, la primera convertida de Macedonia, el carcelero de Filipos con toda su
familia, hasta los convertidos en medio de los alborotos, fueron seres humanos que
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La Gran Tragedia:
El llamado que surge desde el mundo

encontraron en El Señor Jesús que les fue predicado, una esperanza que nunca antes habían
conocido.
En todos ellos estaba pensando El Señor cuando interrumpió los planes de Pablo,
Timoteo, Lucas y Silas, y los guio, por medio de aquella visión a Macedonia.
He aquí el impulso del mundo que pide a gritos encontrar una esperanza.

En este mundo de mentiras compartamos la verdad.


La luz siempre causa problemas a quien ha tenido los ojos cerrados por mucho tiempo. Y
eso fue lo que pasó en cada sitio a donde la luz del evangelio llegó por medio de la Iglesia
del Señor. Sin embargo, en cada lugar donde la luz de la verdad del Señor resplandeció en
medio de la oscuridad de las mentiras, hubo gente sensible que se dejó alcanzar y encontró
certeza, esperanza y verdad.
En nuestro tiempo sigue pasando lo mismo. Los ojos enfermos se resisten a la luz.
Sin embargo, Dios nos lleva, como lo hizo con Pablo y sus compañeros, a donde hace falta
que brillemos con nuestro testimonio de vida y nuestro mensaje: 15 para que sean
intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y
depravada. En ella ustedes brillan como estrellas en el firmamento, Filipenses 2:15.
Donde las mentiras del mundo oscurecen la vida de las personas, hace falta que la
Iglesia se haga presente.
He aquí el impulso del mundo que, aunque no lo sepa, busca una verdad.

Seamos gente que comparte certeza, esperanza y verdad.


Hay algo muy interesante en este pasaje: Dios no tuvo que mover a Pablo y a sus
compañeros para que predicaran, ellos ya lo estaban haciendo. De hecho, tuvo que
detenerlos e impedirles que siguieran sus planes, porque los quería dirigir a otro lado. ¿No
es eso maravilloso? No tuvo que convencerlos de proclamar, más bien los convenció de no
proclamar en cierto lugar y de que enfocaran sus esfuerzos en donde Él los llevaría.
Esto nos presenta una gran enseñanza: si quieres a alguien que realice bien algún
gran proyecto, busca entre los que ya están ocupados.
Las enseñanzas para nuestra vida son muy obvias. Nosotros, independientemente
de que no hayamos tenido una visión como Pablo, tenemos cientos o miles de “varones
macedonios” que nos suplican ir a ayudarles. Con solo escuchar las noticias en la televisión,
ver las películas, series, incluso las caricaturas, nos damos cuenta de la confusión, la
desesperanza, la mentira y la gran oscuridad que envuelve a la humanidad de nuestros días.
Y si caminamos por las calles de nuestra ciudad, o usamos el transporte colectivo, veremos
rostros de angustia, despropósito, vanidad, tristeza y temor que nos dicen: “pasa a mi
ciudad y ayúdanos”
Si somos cristianos, no podemos ignorar esta petición del Señor en su oración
intercesora:
15 No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno. 16 Ellos no son

del mundo, como tampoco lo soy yo. 17 Santifícalos en la verdad; tu palabra es la


verdad. 18 Como tú me enviaste al mundo, yo los envío también al mundo. Juan 17:15-18.
No somos del mundo, pero estamos en el mundo, y hay un propósito en que así sea.
Dios no nos ha llevado a la eternidad aún, porque tiene planes con nosotros. El trabajo que
tenemos, la colonia o barrio donde vivimos, los compañeros de viaje que nos ha permitido
D í a 2
La Gran Tragedia:
El llamado que surge desde el mundo

conocer, son representantes de nuestra “Macedonia” que nos dicen “ayúdame”, y a menos
que El Señor nos impida testificarles, de manera muy clara, y nos dé una visión para ir a otro
lado, debemos predicarles de inmediato.

Uno de mis maestros de griego y Nuevo Testamento, llamado Guy Williamson, me


contó su testimonio de llamamiento. Era un joven norteamericano que fue alistado para ir
a la primera Guerra Mundial, cuando Alemania y sus aliados ya se habían rendido. No estuvo
en ninguna batalla, pero le tocó ser parte de un grupo de soldados que salvaguardaban una
fortaleza en Berlín. Una noche, mientras cenaban alrededor de una fogata, escucharon
ruidos en la parte trasera de su cuartel, y el oficial al mando, le indicó a aquel joven hijo de
Pastor, que, junto con uno de sus compañeros, fueran a investigar, y fue claro al decirles
esta orden: sea quien sea, disparen.
Mi maestro ya era cristiano, y entendía que aquella guerra era justa, luchaba por la
justicia, pero al ver, encandilados por sus enormes lámparas y llenos de temor, a un grupo
de niños alemanes que buscaban comida en la basura que ellos tiraban, él y su compañero,
guardaron las armas y esperaron a que se fueran sin disparar. Mi maestro, con lágrimas en
los ojos me contó esto: “yo me puse de rodillas y le dije al Señor, si es tu voluntad y salgo
con vida de esta guerra, te ofrezco prepararme para ser predicador de tu evangelio y, con
tu Palabra, hacer que nunca vuelvan a pasar cosas como estas”.
Puedo decir que aquel hijo de pastor llamado Guy, tuvo sus “niños macedonios” que
le hicieron entender la tremenda necesidad del evangelio que hay en el mundo.

Nosotros tememos muchos seres humanos que nos ayudan a entender la realidad
de “La Gran Tragedia” y eso debe ayudarnos a experimentar: El llamado que surge desde
el mundo.

Asignatura
 Haga una lista de las personas con las que usted tiene relación y no les ha hablado
del evangelio del Señor.
 Ore por ellos.
 Aproveche la primera oportunidad que tenga, para compartirle el evangelio de
una manera sencilla y breve.
 Si esa persona muestra interés, invítele a su Zarza y siga compartiéndole la Palabra
de Dios.

14 Ahora
bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en
aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?
Romanos 10:14.
E L L L A M A D O A L A
P r i m e r a s e m a n a
P R O C L A M A C I Ó N

D í a 3
LLAMADOS PARA PESCAR

Primera semana
La Gran Comisión:
EL LLAMADO A LA PROCLAMACIÓN

El impulso
Día 3 de cielo
La Gran Comisión: El impulso de cielo
Les dijo: Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas
Les dijo: Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura.
nuevas a toda criatura. Marcos 16:15
Marcos 16:15

El impulso del infierno, es decir, la realidad de “La gran pérdida”, el impulso del mundo que
nos confronta con “La gran tragedia”, deberían ser suficiente razón y una fuerte motivación
para que seamos Discípulos e Iglesia que aceptamos “El llamado a la proclamación”. Sin
embargo, aún nos queda por estudiar, la razón más poderosa.
En el libro de los Hechos encontramos a los primeros cristianos proclamando el
evangelio a diestra y siniestra. No había fuerza humana que les impidiera cumplir con el
ministerio de la proclamación. Leamos uno de los muchos ejemplos de su actitud heroica:
18 Los llamaron y les ordenaron terminantemente que dejaran de hablar y enseñar acerca

del nombre de Jesús. 19 Pero Pedro y Juan replicaron: —¿Es justo delante de Dios
obedecerlos a ustedes en vez de obedecerlo a él? ¡Júzguenlo ustedes mismos! 20 Nosotros
no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído. Hechos 4:18-20. ¿Nos damos
cuenta de lo que estaba pasando? Al convertirse a Cristo se convirtieron en aguerridos
proclamadores de aquellos que había transformado sus vidas. Debemos recordar que
muchos de ellos murieron como mártires de la fe. Ante la indispensable pregunta: ¿Qué les
impulsó a vivir de esa manera y a morir por esa causa? Hay otra pregunta más importante
para nosotros:
¿Qué nos impulsa o debe impulsarnos a nosotros a proclamar?
En los dos devocionales anteriores abordamos dos de lo que llamamos: Los tres
impulsos de la proclamación. Antier abordamos: “La Gran Pérdida”: El llamado que surge
desde el infierno. Ayer abordamos: “La Gran Tragedia”: El llamado que surge desde el
mundo. Hoy, como dice el título del devocional, abordaremos: “La Gran Comisión”: El
impulso del cielo.
Leamos el texto.
18 Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: —Se me ha dado toda autoridad en el

cielo y en la tierra. 19 Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, 20 enseñándoles a
obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes
siempre, hasta el fin del mundo. Mateo 28:18-20.
Los primeros cristianos no solo predicaron impulsados por la realidad de “La Gran
Pérdida que significa el infierno, o “La Gran Tragedia”, que significa la desesperanza del ser
humano. Ellos tenían otra razón más poderosa: el mandato que habían recibido del Señor.
Pablo decía: 16 Sin embargo, cuando predico el evangelio, no tengo de qué
enorgullecerme, ya que estoy bajo la obligación de hacerlo. ¡Ay de mí si no predico el
evangelio! 1 Corintios 9:16.
D í a 3
La Gran Comisión:
El impulso de cielo

En uno de los sermones de esta campaña estudiaremos “La Gran Comisión”


expresada en este texto, de manera profunda y amplia, pero, por ahora, enfoquémonos en
esta realidad: Dios mismo nos impulsa a proclamar sus buenas nuevas.
Le llamamos el impulso del cielo, aunque nos lo dio El Señor Jesucristo cuando aún
estaba en la Tierra, porque se trata de un mandato del Padre que nos dio por medio del
Hijo. El Señor Jesús estaba por ascender a los Cielos, de hecho, estas fueron sus últimas
palabras antes de partir. Sin embargo, durante todo su ministerio confrontó a sus discípulos
con la necesidad de proclamar su evangelio a toda criatura.
Abordemos un ejemplo de este desafío:

Después de esto, el Señor escogió a otros setenta y dos para enviarlos de dos en
dos delante de él a todo pueblo y lugar adonde él pensaba ir. 2 Es abundante la cosecha —
les dijo—, pero son pocos los obreros. Pídanle, por tanto, al Señor de la cosecha que
mande obreros a su campo. 3 ¡Vayan ustedes! Miren que los envío como corderos en
medio de lobos. 4 No lleven monedero ni bolsa ni sandalias; ni se detengan a saludar a
nadie por el camino.5 Cuando entren en una casa, digan primero: Paz a esta casa. 6 Si hay
allí alguien digno de paz, gozará de ella; y, si no, la bendición no se cumplirá. 7 Quédense
en esa casa, y coman y beban de lo que ellos tengan, porque el trabajador tiene derecho
a su sueldo. No anden de casa en casa.8 Cuando entren en un pueblo y los reciban, coman
lo que les sirvan. 9 Sanen a los enfermos que encuentren allí y díganles: El reino de Dios ya
está cerca de ustedes. 10 Pero, cuando entren en un pueblo donde no los reciban, salgan a
las plazas y digan: 11 Aun el polvo de este pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo
sacudimos en protesta contra ustedes. Pero tengan por seguro que ya está cerca el reino
de Dios. 12 Les digo que en aquel día será más tolerable el castigo para Sodoma que para
ese pueblo. Lucas 10:1-12.

Antes había escogido a doce para una tarea muy importante, ahora El Señor llega a
otro nivel de su enseñanza y comisiona a 70 de sus discípulos y los envía de dos en dos.
El número 70 era y es muy importante en la simbología de la fe. Era el número de
los ancianos que se eligieron para ayudar a Moisés con la tarea de gobernar y dirigir al
pueblo en el desierto (Números11:16-17 y 24-25). Era el número de los miembros del
Sanedrín, el consejo supremo de los judíos. Además, la tradición decía que habían sido
setenta los traductores del Antiguo Testamento al griego, por lo que, hasta la fecha, a esa
versión le llamamos la Septuaginta, LXX. Por otro lado: Se decía que 70 era el número de las
naciones que había en el mundo. Independientemente de si el dato era correcto o no, hay
una intención muy clara en el hecho: El Señor les estaba preparando para llenar con su
evangelio a todas las naciones.
En las cosas que les dijo, podemos encontrar 10 retos que incluye El llamado a Pescar.

1. Un reto a la pasión por las almas.


Después de esto, el Señor escogió a otros setenta y dos para enviarlos de dos en dos
delante de él a todo pueblo y lugar adonde él pensaba ir. 2 Es abundante la cosecha —les
dijo—, pero son pocos los obreros. Pídanle, por tanto, al Señor de la cosecha que mande
obreros a su campo. ¿Por qué necesita Dios que oremos? ¿A caso no pude Él enviar a los
obreros que hacen falta, cuando hacen falta? Porque los que oran tienen pasión, interés,
D í a 3
La Gran Comisión:
El impulso de cielo

dolor por las almas perdidas, y de ellos echará mano El Señor para enviarles a la mies. Los
apasionados por El Señor tienen un corazón sensible, entienden la dimensión mundial de
la tarea y están dispuestos a hacer algo al respecto.

2. Un reto a ser una minoría que vive a contracorriente.


3 ¡Vayan ustedes! Miren que los envío como corderos en medio de lobos. Es raro ver

pingüinos en el desierto, o camellos en el Polo Norte, pero es más raro y peligroso ver ovejas
entre los lobos. Si acaso pudo haber lobos entre las ovejas; pero ¿ovejas entre los lobos?
Eso sí que es extraño, y esto es lo que sucede cuando un discípulo acepta el reto del Señor.
Se trata de un reto a ser diferente, a vivir valores espirituales superiores, a no
contaminarse con el mundo y a tomar riesgos.

3. Un reto a vivir en libertad.


4
No lleven monedero ni bolsa ni sandalias; ni se detengan a saludar a nadie por el camino.
Les pidió que viajaran ligeros. No quería que pusieran su confianza en los bienes materiales.
Quienes son libres del materialismo no dependen de los bienes materiales, no pierden su
tiempo en cosas de poco valor, dependen de algo superior: la provisión de Dios.

4. Un reto a buscar y encontrar.


5 Cuando entren en una casa, digan primero: Paz a esta casa. 6 Si hay allí alguien digno de

paz, gozará de ella; y, si no, la bendición no se cumplirá. La idea es clara: la gente está
perdida y Dios quiere encontrarla, nosotros somos sus instrumentos.
Se trata de un reto a encarnarnos en nuestra sociedad, a construir puentes de
comunicación, a compartir con otros lo que Dios nos ha dado.

5. Un reto a vivir la mayordomía de la gracia de Dios.


7 Quédense en esa casa, y coman y beban de lo que ellos tengan, porque el trabajador

tiene derecho a su sueldo. No anden de casa en casa. El principio es muy básico e


importante: trabajar para Dios jamás nos desfalca. Se trata de un reto a ser fieles dando,
ser fieles dependiendo, ser fieles disfrutando la gracia, ser fieles siendo humildes y
reconociendo la provisión de Dios.

6. Un reto a seguir la estrategia de Dios.


No anden de casa en casa. La estrategia es persistencia, permanencia y discipulado.
Un reto para no solo predicar sino hacer discípulos, a realizar una tarea integral con
nuestro Oikos, es decir, familiares, vecinos, compañeros y amigos. Un reto a continuar lo
que comenzamos.

7. Un reto a encarnarse.
8Cuando entren en un pueblo y los reciban, coman lo que les sirvan. Comer, en aquella

época tenía que ver con establecer relaciones interpersonales muy profundas y
significativas. Encarnarse es ser amables, construir puentes de amistad, vivir la gracia de
Dios en comunidad.
D í a 3
La Gran Comisión:
El impulso de cielo

8. Un reto a Servir.
9 Sanen a los enfermos que encuentren allí y díganles: El reino de Dios ya está cerca de

ustedes. El Reino de Cristo es mucho más que palabras, el Reino de Cristo es vida
abundante, y eso es lo que los ciudadanos de este Reino comparten con otros. Se trata de
un reto a vivir vidas plenas, sanar nuestras relaciones, compartir salud con otros, ser un
ejemplo del Reino.

9. Un reto a una fe radical.


10 Pero, cuando entren en un pueblo donde no los reciban, salgan a las plazas y
digan: 11 Aun el polvo de este pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos
en protesta contra ustedes. Pero tengan por seguro que ya está cerca el reino de
Dios. 12 Les digo que en aquel día será más tolerable el castigo para Sodoma que para ese
pueblo13 ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Si se hubieran hecho en Tiro y en Sidón los
milagros que se hicieron en medio de ustedes, ya hace tiempo que se habrían arrepentido
con grandes lamentos. 14 Pero en el juicio será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón
que para ustedes. 15 Y tú, Capernaúm, ¿acaso serás levantada hasta el cielo? No, sino que
descenderás hasta el abismo.
El Evangelio es una oportunidad única, extraordinaria y radicalmente decisiva. La
aceptación o el rechazo de este mensaje, hace la diferencia más grande e importante en la
vida del ser humano: vida eterna o condenación. Se trata de un reto a compartir la fe con
pasión, a enseñar y demostrar la gravedad del mensaje, a procurar la salvación de
nuestros seres queridos, a orar con pasión y fe por la salvación de los perdidos.

10. Un reto a representar el Reino de Cristo en la Tierra.


16
El que los escucha a ustedes, me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes, me rechaza
a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me envió. No hay honor más grande que
este: ser representantes del Señor en la Tierra. Se trata de un reto a vivir la fe a plenitud,
a no abaratar el evangelio, a reconocer que muchos son los que rechazan la verdad, a no
pretender ser de la mayoría, a seguir pase lo que pase.

Ahora, conviene que leamos el emocionado informe de los setenta:


17 Cuando los setenta y dos regresaron, dijeron contentos: —Señor, hasta los demonios se

nos someten en tu nombre.18 —Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo —respondió
él—. 19 Sí, les he dado autoridad a ustedes para pisotear serpientes y escorpiones y vencer
todo el poder del enemigo; nada les podrá hacer daño. 20 Sin embargo, no se alegren de
que puedan someter a los espíritus, sino alégrense de que sus nombres están escritos en
el cielo. Lucas 10:17-20.
Aquella estrategia, ¡bendito sea El Señor! fue exitosa. Sin embargo, no se
convirtieron todos, no se acabaron los inconversos, mucha gente siguió en el legalismo, la
idolatría, el ocultismo y la superstición, pero aquellos primeros valientes, hicieron lo que les
correspondía y alcanzaron a quienes tuvieron un corazón sensible en su generación. De
seguro, lo que hicieron en esa aventura guiada, lo siguieron haciendo toda su vida, y por
eso el cristianismo creció y creció hasta llegar a nosotros.
D í a 3
La Gran Comisión:
El impulso de cielo

Este fue el reto que El Señor presentó a esos primeros evangelizadores del Reino,
enviados en una estrategia formal y dirigida por Él mismo. Ahora debemos entender que,
lo que les dijo a ellos, nos lo dice a nosotros también.
Nosotros somos mucho más que 70, pero estamos aquí por la misma razón.
Podemos ser parte del Reino de Cristo, en ese caso seremos minoría, o podemos escoger
ser del montón. Este es el reto.

Aceptemos el llamado a PESCAR y llenemos la Tierra de su mensaje.

Asignatura
 Haga una lista de las personas con las que usted tiene relación y no les ha hablado
del evangelio del Señor.
 Ore por ellos.
 Aproveche la primera oportunidad que tenga, para compartirle el evangelio de
una manera sencilla y breve.
 Si esa persona muestra interés, invítele a su Zarza y siga compartiéndole la Palabra
de Dios.

14 Ahora
bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en
aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?
Romanos 10:14.
E L L L A M A D O A L A
P r i m e r a s e m a n a
P R O C L A M A C I Ó N

D í a PARA4PESCAR
LLAMADOS

Primera semana
En nuestra Jerusalén
EL LLAMADO A LA PROCLAMACIÓN

8
Pero, cuando venga el Espíritu Día 4 Santo sobre ustedes,
recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén
En nuestra Jerusalén
como
8 Pero, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la
cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos
tanto en Jerusalén como entierra. Hechos
toda Judea 1:8
y Samaria, y hasta los confines de la tierra.
Hechos 1:8

En los devocionales anteriores, abordamos lo que llamamos: Los tres impulsos de la


proclamación. “La Gran Pérdida”: El llamado que surge desde el infierno; “La Gran
Tragedia”: El llamado que surge desde el mundo; “La Gran Comisión”: El impulso del cielo.
Ahora nos corresponde enfocarnos en lo que llamaremos: Las cuatro dimensiones de “La
Gran Comisión”. El pasaje del principio es la base de esta enseñanza, y nos presenta las
áreas en donde, como Iglesia, debemos proclamar el evangelio.
 Jerusalén, nuestra ciudad.
 en toda Judea, nuestro país.
 en Samaria, nuestro continente.
 y hasta lo último de la tierra. El mundo entero.

Leamos el texto que nos ayuda a entender la primera dimensión.

26 Navegaron hasta la región de los gerasenos, (gadarenos) que está al otro lado
del lago, frente a Galilea. 27 Al desembarcar Jesús, un endemoniado que venía del pueblo
le salió al encuentro. Hacía mucho tiempo que este hombre no se vestía; tampoco vivía en
una casa, sino en los sepulcros. 28 Cuando vio a Jesús, dio un grito y se arrojó a sus pies.
Entonces exclamó con fuerza: —¿Por qué te entrometes, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡Te
ruego que no me atormentes! 29 Es que Jesús le había ordenado al espíritu maligno que
saliera del hombre. Se había apoderado de él muchas veces y, aunque le sujetaban los
pies y las manos con cadenas y lo mantenían bajo custodia, rompía las cadenas y el
demonio lo arrastraba a lugares solitarios.30 —¿Cómo te llamas? —le preguntó Jesús. —
Legión —respondió, ya que habían entrado en él muchos demonios.31 Y estos le suplicaban
a Jesús que no los mandara al abismo. 32 Como había una manada grande de cerdos
paciendo en la colina, le rogaron a Jesús que los dejara entrar en ellos. Así que él les dio
permiso. 33 Y, cuando los demonios salieron del hombre, entraron en los cerdos, y la
manada se precipitó al lago por el despeñadero y se ahogó. 34 Al ver lo sucedido, los que
cuidaban los cerdos huyeron y dieron la noticia en el pueblo y por los campos, 35 y la gente
salió a ver lo que había pasado. Llegaron a donde estaba Jesús y encontraron, sentado a
sus pies, al hombre de quien habían salido los demonios. Cuando lo vieron vestido y en su
sano juicio, tuvieron miedo. 36 Los que habían presenciado estas cosas le contaron a la
gente cómo el endemoniado había sido sanado. 37 Entonces toda la gente de la región de
D í a 4 En nuestra Jerusalén

los gerasenos (gadarenos) le pidió a Jesús que se fuera de allí, porque les había entrado
mucho miedo. Así que él subió a la barca para irse.
38 Ahora bien, el hombre de quien habían salido los demonios le rogaba que le permitiera

acompañarlo, pero Jesús lo despidió y le dijo: 39 —Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que
Dios ha hecho por ti. Así que el hombre se fue y proclamó por todo el pueblo lo mucho que
Jesús había hecho por él. Lucas 8:26-39.

He aquí un pasaje que nos presenta el amor universal del Señor. Sobrepasando los
límites de la comunidad judía, El Señor irrumpe en una comunidad gentil para transformar
y para ofrecer una experiencia de transformación con su Evangelio. No volvería a pasar por
ese lugar nunca más, sin embargo, dejó con ello a un hombre transformado para que fuera
testimonio del poder del evangelio. Esto nos confronta con la primera de las cuatro
dimensiones que el pasaje del principio nos presenta: nuestra Jerusalén, que significa: el
círculo más cercano de nuestras relaciones interpersonales. Debemos hablar de: nuestra
casa, nuestro barrio, nuestra ciudad.

Más allá de nuestras interpretaciones respecto a las posesiones demoníacas y la


influencia del mal en el mundo, el pasaje nos presenta importantes enseñanzas que
debemos aprender y vivir. Para entenderlo en una dimensión práctica, enfrentemos los
siguientes desafíos:

Dejemos que El Señor transforme nuestra rutina y nos use para cambiar a los que nos
rodean.
La presencia del Señor produce cambios integrales en la vida de una persona y en su
comunidad. La experiencia de aquel enfermo nos permite entender que en aquella región
se practicaba el ocultismo y que la gente vivía sometida a las fuerzas del mal. La presencia
del Señor fue liberadora, pero la mayoría de la gente prefirió seguir en su ignorancia y su
desgracia, antes de ser salvada. Tristemente, esta es la condición de muchos seres
humanos. Analicemos las circunstancias, encontremos las enseñanzas y enfrentemos el
reto:
 A los gadarenos les fastidió que El Señor alterara su rutina. Pese a su desgracia,
querían seguir igual.
 La existencia de aquel joven era parte del paisaje de su comunidad. No hay peor
cosa en una sociedad, que considerar normal lo que es una desgracia.
 Vivían en el temor, en las tinieblas y en la pobreza espiritual, pero tenían miedo a
buscar algo mejor. Los ojos enfermos se resisten a la luz.
 La principal razón por la que algunos rechazan el evangelio es su indisposición por
cambiar.
Si al hablarle de Cristo a un joven mundano le desafías a dejar de hacer algo malo;
de seguro te dirá: no molestes, no estoy listo para eso.
Si al compartirle el evangelio a un empresario tramposo le exhortas a tratar mejor a
sus obreros; de seguro te dirá que tiene otra forma de pensar.
Si tratas de enseñarle el evangelio verdadero al religioso (incluso al que se cree
evangélico) y le desafías a cambiar sus fantasías o doctrinas humanistas, por las verdaderas
D í a 4 En nuestra Jerusalén

enseñanzas de la Biblia, de seguro te dirá que esa es su experiencia y que eso es lo que él
cree.
La indisposición para cambiar es una manifestación de incredulidad, y en ocasiones,
aunque el individuo no lo acepte, es una señal de estar bajo la influencia del enemigo.

He aquí el reto que nos presenta el Evangelio del Señor:


 Aspiremos cada día a ser mejores.
 Reconozcamos la dinámica de transformación de la vida cristiana (Romanos 12:2;
Efesios 4:23).
 Dejemos que El Señor Jesucristo transforme nuestra rutina, nuestras prácticas de
vida, nuestros pensamientos e intenciones, y no solo nuestra religión, costumbres
de domingo y tradición eclesiástica.

Dejemos que el Señor transforme nuestros valores, y nos use para impactar a otros. La
influencia del Señor transforma nuestras prioridades y valores. En la Ley de Moisés se
establecía que los cerdos eran animales inmundos, así que los judíos jamás criaban esa clase
de ganado y por supuesto que no comían su carne. Sin embargo, para muchos pueblos del
Imperio Romano, el cerdo era parte vital de su economía. Además, lo usaban como símbolo
del poderío romano. La destrucción de aquel hato de cerdos, bien puede ser una profecía
de la destrucción de la cultura greco-romana y una manifestación de la superioridad del
poder del evangelio sobre las fuerzas oscuras de las religiones paganas. Lo más triste de
todo, es el rechazo deliberado, voluntario y consiente de los gadarenos. Podemos decir que
El Señor tocó a sus puertas, manifestó su amor por medio de su Espíritu y les permitió ver
un destello de su gracia y ellos decidieron decir no a la invitación. Analicemos las
circunstancias, encontremos las enseñanzas y enfrentemos el reto:
 A los gadarenos les molestó mucho perder un hato de cerdos, aunque esto
significó la sanidad integral de un ser humano.
 Su enfoque no fue en la sanidad de un hombre, sino en la pérdida de un negocio
de cerdos.
 El problema del mundo es la sobrevaloración de la materia.
 La materia es un instrumento y debe ser usado, amarla por encima de un ser
humano es una blasfemia.
El mundo no va a cambiar si no entendemos el valor de una persona.

He aquí el reto que nos presenta el Evangelio del Señor:


 No sobrevaloremos la materia. Como dice la Palabra, 10 Porque el amor al dinero
es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y
se han causado muchísimos sinsabores. 1 Timoteo 6:10. El problema no es la
materia, sino el amor a la materia.
 Valoremos por sobre cualquier cosa en el mundo, el valor del ser humano.
 Amemos apasionada y prácticamente a nuestros seres queridos.

Dejemos que El Señor transforme nuestra vida y nos use para motivar a otros a buscarle.
La gracia del Señor transforma nuestra vida integralmente. Qué triste que la gente del
D í a 4 En nuestra Jerusalén

lugar prefería regresar a su desgracia, antes que gozar y celebrar el milagro de


transformación. Analicemos las circunstancias, encontremos las enseñanzas y enfrentemos
el reto:
 Cambios reales: El hombre desnudo, fuera de casa, viviendo en los sepulcros;
ahora tiene ropa, está en su sano juicio y es regresado a su familia.
 La experiencia de terror espiritual y de sumisión al mal, es transformada en calma
y paz.
 Una legión (seis mil soldados) de espíritus es vencida por el poder de la luz.
 El loco del pueblo dejó de serlo y esto cambió drásticamente el panorama, el
folklor y la geografía social de Gadara.
 El hombre, antes inútil ahora es enviado a su casa a testificar.
 El hombre transformado quería unirse a los discípulos del Señor e ir con ellos, pero
el Señor lo regresó a su casa, a su comunidad social, para que fuera un testimonio
viviente del amor de Dios.

En esta narración somos confrontados con una realidad:


La realidad de un poder maligno. El pecado, el materialismo, la intención humana de vivir
lejos de Dios, el egocentrismo, la tendencia a creernos independientes de Dios, son
resultados actuales de ese poder maligno que aqueja la humanidad. Lo más triste es que
algunos viven bajo ese poder y creen que es su decisión, pero no saben que son presa,
esclavos y reos de las fuerzas del mal.
La realidad de un poder superior. Hay una solución, esa es la buena noticia. Dios puede
liberarnos. A Él nadie le puede vencer.
La realidad de un problema moral. Dios obró en medio de un pueblo idólatra. El Espíritu
Santo se movió en medio de ellos y, sin embargo, ellos decidieron rechazarlo. Fueron
testigos del poder de Dios y lo rechazaron. El enfermo sanado, a diferencia de los demás,
fue sensible a la acción del Espíritu Santo y creyó. El problema principal sigue siendo un
asunto de la voluntad humana. Decir no al Señor es el pecado imperdonable.
La realidad de un plan divino. El enfermo fue sanado para ser testimonio a su familia y su
comunidad local.

He aquí el reto que nos presenta el Evangelio del Señor:


 Digamos sí al poder de Dios en nuestra vida.
 Identifiquemos el poder del mal en el mundo. El pecado del mundo, por muy
folklórico que parezca, es parte de un malévolo plan para la destrucción del ser
humano.
 Escojamos la luz antes que la aparente prosperidad que nos ofrece las tinieblas.
 Dispongámonos a experimentar cambios en nuestra vida.
 Recibamos el poder del Espíritu de Dios transformándonos con cada sermón, cada
lectura de su Palabra, cada momento devocional, cada bendición en la
cotidianeidad de nuestra vida.
 Aceptemos vivir una experiencia en donde el bien sea lo normal, y el mal sea lo
extraordinario, raro y/o anormal.
 Dejemos que Dios nos transforme ahora mismo como Él quiere.
D í a 4 En nuestra Jerusalén

 Compartamos el mensaje de transformación con los nuestros.

El desafío para nosotros está en este diálogo:


38Ahora bien, el hombre de quien habían salido los demonios le rogaba que le permitiera
acompañarlo, pero Jesús lo despidió y le dijo:39 —Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que
Dios ha hecho por ti. Así que el hombre se fue y proclamó por todo el pueblo lo mucho que
Jesús había hecho por él.
 El hombre transformado quiere seguir al Señor.
 Quería seguirlo de manera integral, dejando su familia y su pueblo para andar con
Él.
 El Señor aceptó su decisión de seguirle, pero le mostró una mejor manera.
 Debía seguirle permaneciendo en su casa, en su pueblo, con los suyos, como un
testimonio de lo que Dios puede hacer.

Aceptemos el llamado a PESCAR y llenemos del evangelio viviente a la gente que nos
conoce y conocemos.

Asignatura
 Haga una lista de las personas con las que usted tiene relación y no les ha hablado
del evangelio del Señor.
 Ore por ellos.
 Aproveche la primera oportunidad que tenga, para compartirle el evangelio de
una manera sencilla y breve.
 Si esa persona muestra interés, invítele a su Zarza y siga compartiéndole la
Palabra de Dios.

14 Ahorabien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en


aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?
Romanos 10:14.
E L L L A M A D O A L A
P r i m e r a s e m a n a
P R O C L A M A C I Ó N

D í a
LLAMADOS PARA PESCAR 5
Primera semana
En nuestra “toda Judea y Samaria”
EL LLAMADO A LA PROCLAMACIÓN

8
Pero, cuando venga el Espíritu Día 5 Santo sobre ustedes,
recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén
En nuestra “toda Judea y Samaria”
como
8 Pero, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la
cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos
JudeaHechos
tierra.
tanto en Jerusalén como en toda y Samaria,1:8
y hasta los confines de la tierra.
Hechos 1:8

En el devocional anterior abordamos la dimensión más cercana de las que se mencionan en


el texto base: nuestra Jerusalén. Como Iglesia, tenemos el privilegio de compartir el
Evangelio del Señor con toda la gente que forma parte de nuestro círculo de influencia. El
alcance más amplio sería nuestra ciudad, pero, no debemos perder de vista que se trata de
todo lo que queda dentro de ella, así que, estamos hablando de nuestra familia, nuestros
vecinos, nuestros compañeros de trabajo o escuela y de nuestros amigos.
Ahora nos corresponde enfocarnos en dos más de las cuatro dimensiones de La
Gran Comisión: “toda Judea y Samaria”
Conviene que las abordemos juntas, por tres razones:
 Porque no se trata de dimensiones consecuentes, sino simultáneas. Es decir que,
no se trata de pasar a la siguiente dimensión, hasta que hayamos llenado la anterior,
sino de impactar con el evangelio en todas las dimensiones al mismo tiempo, de
acuerdo con las oportunidades que tengamos.
 Porque en el libro de los hechos, encontramos a los cristianos impactando en todas
las dimensiones de manera simultánea. No habían evangelizado toda Jerusalén, ni
a toda Judea, cuando ya habían salido a Samaria, y de pronto, Felipe evangeliza a un
hombre de Etiopía (un país que estaba fuera del Imperio Romano) que pasaba por
ahí.
 Porque es bueno aprender que la marcha de la nuestra propia vida y la Iglesia es
dirigida por Dios. Nosotros debemos estar listos para compartir la luz del evangelio
donde quiera que estemos, con cualquier persona, y bajo cualquier circunstancia, y
de esa manera, sin darnos cuenta, estaremos abarcando las cuatro dimensiones.

Leamos algunos textos del capítulo 8 del libro de los Hechos, que nos ayuda a
entender la progresión del evangelio que pasó de Jerusalén, a Samaria y hasta lo último de
la Tierra.
26 Un ángel del Señor le dijo a Felipe: Ponte en marcha hacia el sur, por el camino del

desierto que baja de Jerusalén a Gaza. 27 Felipe emprendió el viaje, y resulta que se
encontró con un etíope eunuco, alto funcionario encargado de todo el tesoro de la
Candace, reina de los etíopes. Este había ido a Jerusalén para adorar 28 y, en el viaje de
regreso a su país, iba sentado en su carroza, leyendo el libro del profeta Isaías. 29 El Espíritu
le dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro.30 Felipe se acercó de prisa a la carroza y, al
oír que el hombre leía al profeta Isaías, le preguntó: —¿Acaso entiende usted lo que está
D í a 5 En nuestra “toda Judea y Samaria”

leyendo? 31 —¿Y cómo voy a entenderlo —contestó— si nadie me lo explica? Así que invitó
a Felipe a subir y sentarse con él. 32 El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era el
siguiente:
Como oveja, fue llevado al matadero;
y como cordero que enmudece ante su trasquilador,
ni siquiera abrió su boca.
33 Lo humillaron y no le hicieron justicia.

¿Quién describirá su descendencia?


Porque su vida fue arrancada de la tierra.
34 —Dígame usted, por favor, ¿de quién habla aquí el profeta, de sí mismo o de algún otro?

—le preguntó el eunuco a Felipe.35 Entonces Felipe, comenzando con ese mismo pasaje de
la Escritura, le anunció las buenas nuevas acerca de Jesús. 36 Mientras iban por el camino,
llegaron a un lugar donde había agua, y dijo el eunuco: —Mire usted, aquí hay agua. ¿Qué
impide que yo sea bautizado? 38 Entonces mandó parar la carroza, y ambos bajaron al
agua, y Felipe lo bautizó. 39 Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor se llevó de
repente a Felipe. El eunuco no volvió a verlo, pero siguió alegre su camino. 40 En cuanto a
Felipe, apareció en Azoto, y se fue predicando el evangelio en todos los pueblos hasta que
llegó a Cesarea.
Hechos 8:26-40.

He aquí un importantísimo pasaje en la historia de las misiones cristianas. Este


pasaje nos narra lo que podríamos llamar: “el triple salto mortal de la iglesia”.
 Aunque el Señor les había dicho: 8Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre
ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda
Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra. Hechos 1:8, ellos permanecieron
juntos en Jerusalén: Y la palabra de Dios se difundía: el número de los discípulos
aumentaba considerablemente en Jerusalén, e incluso muchos de los sacerdotes
obedecían a la fe. Hechos 6:7.
 Fue por medio de una persecución que salieron de Jerusalén: 3Saulo, por su parte,
causaba estragos en la iglesia: entrando de casa en casa, arrastraba a hombres y
mujeres y los metía en la cárcel. 4Los que se habían dispersado predicaban la
palabra por dondequiera que iban. Hechos 8:3-4.
 Lo interesante es que los Apóstoles y otros líderes de la Iglesia recién nacida,
siguieron en Jerusalén, y fueron algunos “laicos” es decir, miembros normales de la
Iglesia, los que dieron el salto a las nuevas dimensiones: 5 Felipe bajó a una ciudad
de Samaria y les anunciaba al Mesías. 6 Al oír a Felipe y ver las señales milagrosas
que realizaba, mucha gente se reunía y todos prestaban atención a su
mensaje. 7 De muchos endemoniados los espíritus malignos salían dando alaridos,
y un gran número de paralíticos y cojos quedaban sanos. 8 Y aquella ciudad se llenó
de alegría. Hechos 8:5-8.
 La dinámica de anunciar el evangelio en todas las dimensiones se consolidó en la
Iglesia y desde entonces predicamos el evangelio donde estemos. 25Después de
testificar y proclamar la palabra del Señor, Pedro y Juan se pusieron en camino de
vuelta a Jerusalén, y de paso predicaron el evangelio en muchas poblaciones de
los samaritanos. Hechos 8:25.
D í a 5 En nuestra “toda Judea y Samaria”

Sigamos el ejemplo de Felipe, un diácono de la primera Iglesia, que fue usado para
dar ese salto triple de las misiones. Había estado en Jerusalén y por lo tanto en Judea, llegó
hasta Samaria a predicar y evangelizó a un funcionario de la Reina de Etiopía que estaba a
más de 4200 kilómetros de Jerusalén, que, por cierto, en ese momento no era parte del
Imperio Romano. Esto sin duda fue una evangelización de “hasta lo último de la Tierra”,
porque no era ni Jerusalén, ni toda Judea, ni Samaria.

Es interesante que Dios no haya usado en ese momento a ninguno de los Apóstoles
para dar el salto y salir de Jerusalén a las otras dimensiones de las que hablamos. Usó a un
miembro de la Iglesia, quien, por cierto, tenía un nombre no judío. Tal vez los Apóstoles no
estaban tan abiertos a la proclamación del evangelio a los gentiles. Recordemos que Pedro
tuvo objeciones para ir a predicar a Cornelio, el centurión romano (Hechos 10). También
recordemos que en Hechos 15, los líderes de la Iglesia se juntaron para reflexionar respecto
a la conversión de los gentiles. Es decir que, tenían sus dudas y fueron despejadas. Todo
esto nos demuestra que tal vez había una resistencia a dar el salto de fe del que hablamos,
y Dios usó a algunos atrevidos como Felipe, y después de eso, los Apóstoles se unieron a
ellos en esa aventura, y poco después se convierte Pablo y se integra totalmente a la
evangelización al mundo gentil.

Esto nos ayuda a entender que, para cumplir con la orden del Señor de ser testigos
en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra, se requiere un
corazón y una mente abiertos. No puede haber discriminación en el ejercicio de La Gran
Comisión de la Iglesia.

En el texto que hemos leído ya, encontramos la realidad de un evangelio universal,


un evangelio para todos. Veamos:

El Evangelio de Cristo no discrimina siervos


26Un ángel del Señor le dijo a Felipe: Ponte en marcha hacia el sur, por el camino del

desierto que baja de Jerusalén a Gaza. Es Felipe y no Pablo ni Pedro el instrumento de Dios
para ganar al primer gentil para el Reino del Señor. Ya había sido usado para predicar a los
samaritanos que son algo así como una mezcla entre judíos y gentiles, y ahora se le presenta
la oportunidad de predicar a un gentil de “hueso colorado” es decir, a un gentil de cepa.
Ahora bien, ¿quién es Felipe? Es un diácono de la iglesia de Jerusalén que por causa de la
persecución sale de la comunidad central del cristianismo para esparcir el evangelio por
donde va. ¿Por qué se le entrega una responsabilidad y un privilegio tan grande?, ¿por qué
no usó Dios a uno de los “grandes apóstoles”? la respuesta es muy sencilla: porque el
evangelio de Cristo no discrimina a nadie como instrumento. De hecho, el plan de Dios es
alcanzar al mundo por medio de la gente sencilla, de los cristianos regulares de las
congregaciones. Como dice Pablo en Efesios 4:11y 12: 11 Él mismo constituyó a unos,
apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, 12 a fin
de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo.
La evangelización del mundo no es responsabilidad de los pastores o misioneros, sino de
D í a 5 En nuestra “toda Judea y Samaria”

todos y cada uno de los cristianos que tenemos contacto con la gente. “La Gran Comisión”
tiene que ver con hacer discípulos por donde quiera que vayamos.

El Evangelio de Cristo no discrimina candidatos


27 Felipe emprendió el viaje, y resulta que se encontró con un etíope eunuco, alto

funcionario encargado de todo el tesoro de la Candace, reina de los etíopes. Este había
ido a Jerusalén para adorar 28 y, en el viaje de regreso a su país, iba sentado en su carroza,
leyendo el libro del profeta Isaías. Si algunos de los primeros cristianos tenían dudas
respecto a la conversión de los samaritanos que eran medio judíos, sus prejuicios contra los
gentiles eran mucho mayores. Los judíos tenían muchos prejuicios raciales y de otro tipo, y
este candidato a ser evangelizado reunía varias razones para ser discriminado: no era judío,
sino gentil, era un importante funcionario de un reino enemigo y era eunuco. Eunuco
podía significar un funcionario real, pero se usaba el término para referirse a una persona
mutilada de sus genitales. Si Lucas dice que era eunuco y después agrega que era
funcionario real, seguramente es para aclararnos que este hombre realmente era una
persona castrada. Se usaban personas así para labores importantes en los palacios y
regularmente eran personas muy cultas, y en ocasiones poderosas políticamente. Un
fariseo nunca hubiera pensado en evangelizar y hacer prosélito a un eunuco, porque de
acuerdo con la ley, una persona así no podría ser parte del pueblo de Dios: No podrá entrar
en la asamblea del SEÑOR ningún hombre que tenga magullados los testículos o mutilado
el pene. Deuteronomio 23:1. Podemos decir que, no había un ser humano con más
impedimentos para ser evangelizado que este varón; sin embargo, guiado por el Espíritu de
Dios, Felipe le convierte en un candidato a recibir la salvación. Ahora bien, si aquel hombre
hubiera seguido leyendo Isaías, se hubiera topado con los siguientes textos: El extranjero
que por su propia voluntad se ha unido al SEÑOR no debe decir: El SEÑOR me excluirá de su
pueblo. Tampoco debe decir el eunuco: No soy más que un árbol seco.4 Porque así dice
el SEÑOR: A los eunucos que observen mis sábados, que elijan lo que me agrada y sean
fieles a mi pacto,5 les concederé ver grabado su nombre dentro de mi templo y de mi
ciudad; ¡eso les será mejor que tener hijos e hijas! También les daré un nombre eterno que
jamás será borrado. Isaías 56:3-5. Es triste, pero, a pesar del amor y la gracia de Dios
derramada sobre la humanidad, la discriminación no ha dejado de existir. Es probable que
la mayoría de las personas el día de hoy no se enteran de si alguien es eunuco o no, ya no
es una costumbre practicar esa operación quirúrgica a nadie, sin embargo, la sociedad en
que vivimos, y aun algunas congregaciones que se dicen cristianas discriminan a las mujeres
solas, los divorciados, las personas que han estado en la cárcel, los enfermos de SIDA, los
débiles mentales, los discapacitados, los extranjeros y, en fin, a las personas diferentes. No
hay prueba más grande de bajeza en una persona que la discriminación de sus semejantes.
Felipe sabía las condiciones de aquel hombre, los eunucos se vestían de una manera
especial, y sin embargo lo consideró un candidato a la fe. Debemos ir por el mundo y en
cada persona que nos rodea, debemos ver a un potencial hijo de Dios.

El Evangelio de Cristo no discrimina amigos


29 El Espíritu le dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro.30 Felipe se acercó de prisa a la

carroza y, al oír que el hombre leía al profeta Isaías, le preguntó: —¿Acaso entiende usted
lo que está leyendo? 31 —¿Y cómo voy a entenderlo —contestó— si nadie me lo explica?
D í a 5 En nuestra “toda Judea y Samaria”

Así que invitó a Felipe a subir y sentarse con él. 32 El pasaje de la Escritura que estaba
leyendo era el siguiente:
Como oveja, fue llevado al matadero;
y como cordero que enmudece ante su trasquilador,
ni siquiera abrió su boca.
33 Lo humillaron y no le hicieron justicia.

¿Quién describirá su descendencia?


Porque su vida fue arrancada de la tierra.
34 —Dígame usted, por favor, ¿de quién habla aquí el profeta, de sí mismo o de algún

otro? —le preguntó el eunuco a Felipe. Un fariseo nunca se hubiera acercado a un gentil
de la manera que lo hizo Felipe. Algunos de los apóstoles habían sido discípulos de los
fariseos, tal vez por eso Dios usó a un discípulo con una mentalidad diferente. En aquella
época la costumbre era leer en voz alta, se creía que era la manera más eficiente, Felipe no
solo no tiene problemas para acercarse a un gentil, sino que toma la iniciativa para entablar
una comunicación. Se sube a su carro y establece una relación que finalmente genera vida
eterna. El eunuco leía a Isaías y no entendía nada, necesitaba que alguien le explicara. Las
amistades sirven para mucho más que para tomarse un café con pan. Las amistades son
puentes de comunicación que Dios quiere usar para que su Reino sea establecido en todos
los seres humanos. Una de las acciones más desagradables y reveladoras de la maldad del
corazón humano, es la discriminación de cualquier tipo. Si alguien no se acerca a otra
persona por prejuicios raciales, sexuales, económicos, o de cualquier otro tipo, está
manifestando la más terrible bajeza y la más extraordinaria ignorancia. Si hay un solo Dios,
este Dios es para todos, nos creó a todos, nos ama a todos, dio su vida por todos y desea
que todos crean en Él. ¿Qué hubiera sido de aquel funcionario de Etiopía si Felipe no hubiera
tenido una mente y un corazón abiertos? Hacen falta cristianos dispuestos a ofrecer su
amistad a todo ser humano. Seamos amigos de los que lo necesitan, y no hagamos
discriminación alguna.

El Evangelio de Cristo no discrimina discípulos


35 Entonces Felipe, comenzando con ese mismo pasaje de la Escritura, le anunció las

buenas nuevas acerca de Jesús. Esta es la base más sólida para la comunicación del
evangelio el día de hoy: Lucas dice que Felipe le comunicó el evangelio a partir de esa
palabra, se trató de un sermón expositivo. Un fariseo no hubiera visto bien que un gentil y
eunuco estuviera leyendo la Palabra Santa, pero para Felipe, un ser humano leyendo la
Biblia era un discípulo en potencia. Por donde quiera que vamos usted y yo, nos topamos
con discípulos en potencia, deberíamos aprovechar nuestro contacto con ellos y conducirlos
al Señor y después conducirlos por el camino del Señor. Hagamos discípulos a todos los
que se dejen.

El Evangelio de Cristo no discrimina miembros


36 Mientras iban por el camino, llegaron a un lugar donde había agua, y dijo el eunuco: —
Mire usted, aquí hay agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado? 38 Entonces mandó parar
la carroza, y ambos bajaron al agua, y Felipe lo bautizó. 39 Cuando subieron del agua, el
Espíritu del Señor se llevó de repente a Felipe. El eunuco no volvió a verlo, pero siguió
alegre su camino. 40 En cuanto a Felipe, apareció en Azoto, y se fue predicando el
D í a 5 En nuestra “toda Judea y Samaria”

evangelio en todos los pueblos hasta que llegó a Cesarea. ¿Qué les parece? Un diácono
bautizando a un recién convertido, un gentil, un eunuco, un desconocido para los apóstoles;
lo peor, ¡no lo bautizó en el templo! La verdad es que entonces no había bautisterios, ni
siquiera había templos cristianos, solo está el templo de Jerusalén y ahí no se bautizaba a
nadie. Tenemos que reconocer que no se trata de una norma que debamos seguir: bautizar
por los caminos a todo el que ha creído. Hay sabiduría en enseñar a los candidatos al
bautismo las implicaciones de hacerlo, especialmente en esta época en la que han surgido
muchas interpretaciones del cristianismo y hay confusión. Pero una cosa sí es cierta: no
podemos discriminar a nadie, por ninguna razón para ser parte de la Iglesia, si han creído
en Cristo con todo el corazón bien pueden. La pregunta del funcionario de la reina de Etiopía
es por demás significativa: ¿Qué impide que yo sea bautizado? Ya había sido rechazado
muchas veces y temía experimentar una vez más un descalabro de esos, -mejor pregunto-
se dijo. La respuesta fue llena de la gracia de Dios. Era vital que se bautizara y regresara a
su tierra con un nuevo mensaje. La tradición dice que a partir de ese día surgió una iglesia
cristiana en Etiopía. Abramos los brazos de nuestra familia a todos los que vengan a Cristo.
Que lo único que les impida ser parte de la fe sea su decisión personal.

Gracias a Dios cuando nacimos no hubo una sección de “control de calidad” para
decidir si debíamos ser aceptados en este mundo o no, nuestros padres verdaderos o
postizos nos aceptaron y nos dieron familia. Desgraciadamente en la sociedad en la que
vivimos, sí hay dinámicas que realizan esta detestable tarea y nos etiquetan con valores
materialistas, carnales y tristemente, en ocasiones hasta religiosos. Un ejemplo mundano:
en algunos “antros” o discotecas, un patán, en ocasiones un tipo que ni siquiera sabe quién
es, tiene que evaluar a los ilusos que quieren pasar por ese control de calidad y se dejan
calificar como habilitados o no para ingresar a ese lugar. Si pudiéramos entrevistar a todos
aquellos que estuvieron con el Señor Jesús y fueron transformados, como la mujer enferma
de flujo de sangre, la mujer que fue hallada en el mismo acto del adulterio, Zaqueo el
publicano, el ciego Bartimeo, Jairo, María Magdalena, etc., y les preguntáramos: ¿qué fue
lo que más les impactó del Señor?, seguramente coincidirían en decir una cosa: “¡me
aceptó, no me rechazó!”
 No hay cosa más maravillosa que ser aceptado tal como uno es, y eso es lo que
hace el evangelio del Señor.
 En el evangelio del Señor el único control de calidad es este: “¿Crees?” Sí, creer
con todo el corazón, no importa la situación económica, la condición civil, la raza, el
sexo, la edad, ni el pasado que hayas vivido. Vamos a decírselo a todo el mundo,
pero antes, asegurémonos de tener esta verdad incrustada en lo profundo del
corazón y de estar viviéndola con relación a todos los que nos rodean.

Si vamos a salir de nuestra Jerusalén (nuestra zona de confort) y vamos a alcanzar otras
dimensiones con nuestra tarea evangelizadora, ha de ser porque vivimos un evangelio sin
discriminación.

Asignatura
 Haga una lista de las personas con las que usted tiene relación y no les ha hablado
del evangelio del Señor.
D í a 5 En nuestra “toda Judea y Samaria”

 Ore por ellos.


 Aproveche la primera oportunidad que tenga para compartirle el evangelio de una
manera sencilla y breve.
 Si esa persona muestra interés, invítele a su Zarza y siga compartiéndole la Palabra
de Dios.

Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel
de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?
Romanos 10:14.
E L L L A M A D O A L A
P r i m e r a s e m a n a
P R O C L A M A C I Ó N

D í a
LLAMADOS PARA PESCAR 6
Primera semana
En nuestro “hasta lo último de la tierra.”
EL LLAMADO A LA PROCLAMACIÓN

8
Pero, cuando venga el Día Espíritu
6 Santo sobre ustedes,
En nuestro “hasta lo último de la tierra.”
recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén
8 Pero,como
cuandoen toda
venga Judea
el Espíritu y Samaria,
Santo y hasta
sobre ustedes, recibiránlos confines
poder detestigos
y serán mis la
tanto en Jerusalén como en toda Judea Hechos
tierra. y Samaria, 1:8
y hasta los confines de la tierra.
Hechos 1:8

Ya hemos abordado tres de las cuatro dimensiones de “La Gran Comisión”. Ahora nos
corresponde la cuarta: “hasta lo último de la tierra.”
Aunque, como ya dijimos, no se trata de una progresión temporal, como si dijera:
primero Jerusalén, luego toda Judea, entonces Samaria y sólo después de eso, hasta lo
último de la Tierra. Si así hubieran entendido los cristianos que recibieron este mandato de
viva voz del Señor, aún no habría llegado el evangelio a nosotros. Se trata de cuatro
dimensiones donde nos corresponde impactar con el evangelio, y debemos hacerlo
simultáneamente, de acuerdo con las oportunidades y con las herramientas que nos
permite El Señor.
Y de alguna manera, podemos decir que, esta última dimensión: hasta lo último de
la Tierra, es fundamental, porque, si nos enfocamos en ella, abarcamos todas las demás,
porque si partimos desde donde estamos, hasta lo último de la Tierra, pasamos por todo el
mundo.
Ahora bien, además de entender que el proceso de alcance de estas cuatro
dimensiones es simultáneo, también debemos entender que la manera de lograrlo es algo
fundamental y sencillo de exponer: siendo cristianos. El pasaje que hoy estudiamos nos
presenta esta clave: los cristianos del primer siglo lograron cumplir con “La Gran
Comisión” en su generación siendo cristianos. Es decir, comportándose como lo que eran,
siguiendo el ejemplo de Aquel que les había salvado, y experimentando la vida cristiana a
plenitud.
No tenemos que ser superdotados espirituales, ni extravagancias religiosas para
evangelizar al mundo. Con ser cristianos y comportarnos como tales, nos convertimos en
instrumentos en las manos de Dios para llegar desde nuestra casa, hasta lo último de la
Tierra.
Abordemos uno más de esos pasajes que nos muestra el desarrollo de la Iglesia
alcanzando todas las dimensiones geográficas de “La Gran Comisión”, y aprendamos a
imitar a la iglesia del primer siglo. El pasaje es: Hechos 11:19-30 y lo leeremos todo en el
trascurso de la reflexión.

La Iglesia de Cristo está formada por aquellos que sufren con propósito: 19 Los que se
habían dispersado a causa de la persecución que se desató por el caso de Esteban llegaron
hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, sin anunciar a nadie el mensaje excepto a los judíos.
Ante la persecución la fraternidad.
D í a 6 En nuestro “hasta lo último de la tierra.”

Ciertamente los cristianos fueron perseguidos desde un principio, pero su


compromiso comunitario no solo no decayó, sino que se fortaleció y se convirtió en un
instrumento para la comunicación del evangelio. Los primeros cristianos eran todos de
origen judío y usaron su comunidad patriótica como un puente para la extensión del
evangelio. Las relaciones humanas en la fe son importantísimas, son puentes y
herramientas para compartir la verdad de Dios. Todos tenemos un círculo de influencia
compuesto por familiares, vecinos, compañeros de trabajo o escuela y amigos. Se trata de
cuatro esferas: biológica, geográfica, vocacional y fraternal; en medio de todo estamos
nosotros como instrumentos de transformación. Fuimos llamados para tener comunión,
para formar una familia y para hacer crecer esta familia hasta constituir un pueblo santo
que glorifique a Dios por la eternidad. Necesitamos crecer en el compañerismo. La koinonia
de la que nos habla la Biblia es un vital instrumento de transformación de la sociedad, es la
herramienta más poderosa para establecer el Reino de Cristo en la Tierra. Muchas personas
se resisten a la predicación agresiva y directa del evangelio, pero responden eficazmente a
la predicación vivencial por medio del compañerismo. No dejemos de vivir la comunión
cristiana.

La Iglesia de Cristo está formada por aquellos que hablan con propósito: 20 Sin embargo,
había entre ellos algunas personas de Chipre y de Cirene que, al llegar a Antioquía,
comenzaron a hablarles también a los de habla griega, anunciándoles las buenas nuevas
acerca del Señor Jesús.
Ante la diversidad, el amor que comparte. No podían dejar de decir lo que habían visto y
oído. Por eso, aunque en un principio la predicación se realizaba solo entre judíos, algunos
de ellos, quienes tenían comunión con gentiles, no pudieron evitar compartir su fe con todo
el mundo. El cristiano no predica por obligación, predica porque la vida que inunda su ser
rebasa su corazón y se le derrama por todos los poros de su piel. Como decía El Señor: 38 De
aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva. Juan 7:38.
Ciertamente es importantísimo predicar con el compañerismo y el amor, pero la gente que
es impactada con la acción fraternal, necesita una explicación sabia de los “por qué”, los
“cómos” y los “cuándos” de la fe. Algunos que se dicen cristianos necesitan dejar de hacerse
los mudos y comenzar una vida más activa en cuanto a la proclamación. No dejemos de
decir lo que hemos visto, oído y experimentado en nuestro Señor Jesucristo.

La Iglesia de Cristo está formada por aquellos que motivan con propósito: 22 La noticia de
estos sucesos llegó a oídos de la iglesia de Jerusalén, y mandaron a Bernabé a
Antioquía. 23 Cuando él llegó y vio las evidencias de la gracia de Dios, se alegró y animó a
todos a hacerse el firme propósito de permanecer fieles al Señor, 24 pues era un hombre
bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe. Un gran número de personas aceptó al
Señor.25 Después partió Bernabé para Tarso en busca de Saulo.
Ante la conversión, el Discipulado. La vida cristiana es un proceso que no se termina
mientras estemos en este mundo. Se trata de algo que inicia cuando nacemos de nuevo por
la gracia de Cristo y la obra del Espíritu Santo en nosotros y continúa durante toda nuestra
vida. Bernabé y Pablo sabían esto, así que, no tardaron en realizar un trabajo efectivo de
discipulado con los cristianos de Antioquía. Comete un grave error quien cree que la vida
cristiana es solo asistir a un culto cada semana. Es probable que la religión popular y la
D í a 6 En nuestro “hasta lo último de la tierra.”

superficialidad del mundo actual estén inundando los corazones de muchas personas, y son
ya demasiados los que pretenden vivir una fe mediocre, “solo por cumplir con la religión”,
solo por seguir una tradición humana. Jesús llamó a los seres humanos a ser discípulos.
Recuerdan cuando dijo: 27 Y el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
Lucas 14:27. El discipulado es vital en la vivencia de la fe cristiana. No se puede permanecer
en el camino del Señor sin la motivación, el crecimiento, la maduración y el fortalecimiento
que nos da la educación de la Iglesia. No dejemos de aprender.

La Iglesia de Cristo está formada por aquellos que aman con propósito: 27 Por aquel tiempo
unos profetas bajaron de Jerusalén a Antioquía. 28 Uno de ellos, llamado Ágabo, se puso
de pie y predijo por medio del Espíritu que iba a haber una gran hambre en todo el mundo,
lo cual sucedió durante el reinado de Claudio. 29 Entonces decidieron que cada uno de los
discípulos, según los recursos de cada cual, enviaría ayuda a los hermanos que vivían en
Judea. 30 Así lo hicieron, mandando su ofrenda a los ancianos por medio de Bernabé y de
Saulo. (Dejemos el versículo 26 para el final)
Ante la necesidad, la solidaridad. Independientemente de que entendamos o no la forma
como el profeta Ágabo comunicó sus profecías, una cosa es cierta, todo aquello tenía un
propósito de servicio práctico. Hay quienes se quedan en la impresión de la acción profética
y se basan en este texto para justificar algunos excesos sensacionalistas de las experiencias
del movimiento “neocarismático” del día de hoy, pero usted y yo no tenemos por qué
confundirnos, aquí hay una acción muy clara: Dios reveló un suceso para que la Iglesia
hiciera algo. Cuando Dios se manifiesta con revelaciones como la que en este pasaje se nos
narra, lo hace para que sus discípulos cumplamos con una misión y no solo para que
presumamos de saber el futuro. Podemos decir que se trató de un llamado al servicio. La
Iglesia de Jesús tiene un corazón que late al ritmo que late el corazón de Jesús. La
preocupación por las necesidades prácticas, la cooperación voluntaria como expresión clara
del amor de Dios, es un rasgo vital de su personalidad. Cuando una iglesia crece, crecen sus
necesidades y crecen también las posibilidades de alcance de su misión, pero hace falta que
cada creyente que la forma, sea también un discípulo dispuesto a dar y darse para saciar las
necesidades. Cuando en una comunidad no hay suficiente para realizar lo que Dios le manda
a esa comunidad, es obvio que alguien está fallando a su responsabilidad administrativa.
Comete un grave error quien cree que la fe no tiene que ver con la materia. Cuando creemos
en un Dios que es dueño de todo cuanto existe y que es proveedor, entonces somos buenos
mayordomos de lo que le pertenece a Él y de lo que nos ha ordenado entregar. Algunas
veces el materialista e interesado en el dinero, acusa de materialista e interesada en el
dinero a la Iglesia, porque se siente aludido cada vez que se habla del asunto, pero este es
un tema bíblico y es imposible no mencionarlo, especialmente cuando estamos definiendo
el perfil de lo que son los cristianos verdaderos. Seamos buenos mayordomos y no dejemos
de dar lo que somos, lo que tenemos y lo que sabemos a la obra de Dios. Si hasta el día de
hoy no has sido fiel con tus diezmos, ofrendas y aportaciones especiales, prueba hacerlo en
este nuevo período y verás que Dios cumple sus promesas y te bendecirá en abundancia.
No vaya a ser que estés experimentando escasez, porque has tenido una fe escasa.

La Iglesia de Cristo está formada por aquellos que viven con propósito:
D í a 6 En nuestro “hasta lo último de la tierra.”

26 y, cuando lo encontró, lo llevó a Antioquía. Durante todo un año se reunieron los dos
con la iglesia y enseñaron a mucha gente. Fue en Antioquía donde a los discípulos se les
llamó «cristianos» por primera vez.
Ante los resultados, la adoración. Finalmente, regresamos al versículo que nos habíamos
saltado. Ya hemos visto quienes son los cristianos a la luz de este pasaje y nos hemos
confrontado con principios o funciones fundamentales de la comunidad cristiana: la
comunión, la proclamación, la educación y la administración (mayordomía o servicio).
Pero justo en el centro de este pasaje se encuentra un incidente famoso y significativo para
la fe. Se trata de la primera vez que llamaron a los seguidores de Jesús “cristianos”.
Recordemos que en la Biblia los nombres son significativos, tienen que ver con la
personalidad de quien lo lleva. Por ejemplo, Jacob tenía su biografía en su nombre. Jacob
significaba suplantador o tramposo y así fue durante gran parte de su vida, hasta que
justamente Dios le cambió de nombre y de personalidad. Abram significaba “padre
enaltecido”, pero Dios le pidió que se hiciera nombrar Abraham, que significa “padre de
multitudes”. El patriarca lo hizo, a pesar de que no tenía un solo hijo, digamos que su
nombre fue todo un desafío de fe. ¿Cómo le gusta que le digan a usted? Algunos nos llaman
“protestantes”, ¿de verdad protestamos mucho? Otros nos llaman “mochos”, ¿usted está
lisiado o algo así? Hay quienes se gozan en llamarnos “aleluyas”, tal vez por hacer referencia
a los cantos y alabanzas que entonamos todos los cristianos. Pero, ¿cómo es que deberían
llamarnos los demás? Cuando les llamaron cristianos a los primeros discípulos del Señor,
estaban diciendo cosas muy importantes: que actuaban como Cristo, que representaban a
Cristo, que hablaban mucho de Cristo, que se parecían a Cristo, y que eran la continuidad
de la presencia de Cristo en la Tierra. ¡Qué responsabilidad tan grande ser llamado así!
Recuerdo a mi maestro de teatro, en dos ocasiones me hizo un honor enorme al ponerme
un sobrenombre, al final de un poema que me escribió decía: “a Gilberto Gutiérrez, enemigo
acérrimo del Diablo”, pero cuando de plano se voló la barda, fue cuando me dijo: “seguidor
del carpintero de Belén”. Todavía me creo inmerecedor de semejantes nombres, pero me
agrada saberme así, o por lo menos uno que intenta serlo con todo su corazón. Cuando
pensamos en adoración solo como un asunto del templo y de la música, cometemos un
grave error, la adoración es un asunto de la integridad de la vida. Cuando llamaron
“cristianos” a aquellos discípulos, en realidad estaban reconociendo su fe en el Salvador,
estaban reconociendo su sometimiento al Maestro Jesús, estaban reconociendo su
adoración al Salvador de nuestras vidas. La verdadera adoración, tiene que ver con
identidad, tiene que ver con una respuesta contundente a las preguntas: ¿En quién crees?,
¿a quién sigues?, ¿ante quién te sometes?, ¿quién eres o cómo te llamas? Ante las
enseñanzas de este pasaje, se nos exige a los cristianos, ser cristianos y punto. Seamos
cristianos.

Este pasaje es un llamado a la honestidad. Es terrible, pero hay quienes ostentan el


nombre de cristianos y viven vidas dobles, vidas mediocres y vidas llenas de hipocresía. Pero
gracias a Dios, cada día tenemos la oportunidad de aprovechar el tiempo que tenemos por
delante para ser lo que Dios disponga.
Dice una vieja historia que: en un pueblo lejano, el rey convocó a todos los jóvenes a
una audiencia privada con él, en donde les daría un importante mensaje. Muchos jóvenes
asistieron y el rey les dijo: "Os voy a dar una semilla diferente a cada uno de vosotros, al
D í a 6 En nuestro “hasta lo último de la tierra.”

cabo de 6 meses deberán traerme en una maceta la planta que haya crecido, y la planta
más bella ganará la mano de mi hija". Así se hizo, pero había un joven que plantó su semilla
y ésta no germinaba; mientras tanto, todos los demás jóvenes del reino no paraban de
hablar y mostrar las hermosas plantas y flores que habían sembrado en sus macetas.
Llegaron los seis meses y todos los jóvenes desfilaban hacia el castillo con hermosísimas y
exóticas plantas. El joven estaba demasiado triste pues su semilla nunca germinó, ni siquiera
quería ir al palacio, pero su madre insistía en que debía ir, pues era un participante y debía
estar ahí. Con la cabeza baja y muy avergonzado, desfiló al último hacia el palacio, con su
maceta vacía. Todos los jóvenes hablaban de sus plantas, y al ver a nuestro amigo,
estallaron en risa y burla; en ese momento el alboroto fue interrumpido por el ingreso del
rey, todos hicieron su respectiva reverencia mientras el rey se paseaba entre todas las
macetas admirando las plantas. Finalizada la inspección hizo llamar a su hija, y llamó de
entre todos al joven que llevó su maceta vacía; atónitos, todos esperaban la explicación de
aquella acción. El rey dijo entonces: "Este es el nuevo heredero del trono y se casará con mi
hija, pues a todos ustedes se les dio una semilla infértil, y todos trataron de engañarme
plantando otras semillas; pero este joven tuvo el valor de presentarse y mostrar su maceta
vacía, siendo sincero, real y valiente, cualidades que un futuro rey debe tener y que mi hija
merece". A Dios no lo podemos engañar, y en este mundo de simulaciones, no hacen falta
más engaños. La vida nos exige ser honestos y vivir de tal manera que, cuando se nos
llame cristianos, estén en lo correcto. Seamos cristianos, es todo lo que hace falta que
hagamos para ir hasta lo último de la Tierra.

Asignatura
 Haga una lista de las personas con las que usted tiene relación y no les ha hablado
del evangelio del Señor.
 Ore por ellos.
 Aproveche la primera oportunidad que tenga, para compartirle el evangelio de
una manera sencilla y breve.
 Si esa persona muestra interés, invítele a su Zarza y siga compartiéndole la Palabra
de Dios.

14 Ahora
bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en
aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?
Romanos 10:14.
E L L L A M A D O A L A
P r i m e r a s e m a n a
P R O C L A M A C I Ó N

D í a
LLAMADOS PARA PESCAR 7
Primera semana
La sencillez de la Misión
EL LLAMADO A LA PROCLAMACIÓN

8
Pero, cuando venga el Día Espíritu
7 Santo sobre ustedes,
La sencillez de la Misión
recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén
8 Pero,como
cuandoen toda
venga Judea
el Espíritu y Samaria,
Santo y hasta
sobre ustedes, recibiránlos confines
poder detestigos
y serán mis la
tanto en Jerusalén como en toda Judea Hechos
tierra. y Samaria, 1:8
y hasta los confines de la tierra.
Hechos 1:8

Ya hemos abordado las cuatro dimensiones de “La Gran Comisión”. Ahora nos corresponde
enfrentar el desafío. Hemos entendido que se trata de una tarea simultánea que nos lleva
desde donde estamos hasta lo último de la Tierra, y que todo lo que tenemos que hacer es
ser cristianos verdaderos. Hemos notado que la Iglesia, en un principio permaneció en
Jerusalén, hasta que fue movida por El Señor, usando una persecución para que diera el
salto hacía las otras dimensiones. Ahora nos encontramos ante un pasaje que nos muestra
a la Iglesia del Señor, obedeciendo a Dios de manera intencional, organizada y bien
planeada. Es decir que, los cristianos del primer siglo entendieron la dimensión mundial de
su tarea. Tenemos que reconocer que, una iglesia sin una visión mundial no está completa,
y en algunos casos, no es realmente la Iglesia del Señor.
Vayamos a un pasaje que nos confronta con la visión global de la Iglesia del Señor, y
lo sencillo que es cumplirla.
1
En la iglesia de Antioquía eran profetas y maestros Bernabé; Simeón, apodado el
Negro; Lucio de Cirene; Manaén, que se había criado con Herodes el tetrarca; y
Saulo. 2 Mientras ayunaban y participaban en el culto al Señor, el Espíritu Santo dijo:
Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado. 3 Así que
después de ayunar, orar e imponerles las manos, los despidieron.4 Bernabé y Saulo,
enviados por el Espíritu Santo, bajaron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre. 5 Al llegar
a Salamina, predicaron la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Tenían también
a Juan como ayudante.6 Recorrieron toda la isla hasta Pafos. Allí se encontraron con un
hechicero, un falso profeta judío llamado Barjesús, 7 que estaba con el gobernador Sergio
Paulo. El gobernador, hombre inteligente, mandó llamar a Bernabé y a Saulo, en un
esfuerzo por escuchar la palabra de Dios. 8 Pero Elimas el hechicero (que es lo que significa
su nombre) se les oponía y procuraba apartar de la fe al gobernador. 9 Entonces Saulo, o
sea Pablo, lleno del Espíritu Santo, clavó los ojos en Elimas y le dijo: 10 ¡Hijo del diablo y
enemigo de toda justicia, lleno de todo tipo de engaño y de fraude! ¿Nunca dejarás de
torcer los caminos rectos del Señor? 11 Ahora la mano del Señor está contra ti; vas a
quedarte ciego y por algún tiempo no podrás ver la luz del sol. Al instante cayeron sobre
él sombra y oscuridad, y comenzó a buscar a tientas a alguien que lo llevara de la
mano. 12 Al ver lo sucedido, el gobernador creyó, maravillado de la enseñanza acerca del
Señor. Hechos 13:1-12.

Comencemos con algunas preguntas de reflexión:


D í a 7 La sencillez de la Misión

 ¿Quiénes son las iglesias de Jesucristo?


 ¿Qué se necesita para ser la Iglesia de Jesucristo?
 ¿Cómo funciona la Iglesia de Jesucristo?
Se hacen importantes estas preguntas, especialmente porque existen algunos mitos al
respecto a la identidad y naturaleza de la Iglesia. Algunos cristianos, aun cuando ya están
bautizados, se refieren a la Iglesia como algo que está fuera de ellos: “los de la Iglesia” dicen
porque tienen un concepto mítico respecto a la Iglesia. El Señor Jesucristo creó a su Iglesia
con seres humanos dispuestos a seguirle. ¡No puede ser tan complicado y extravagante ser
parte de la visión misionera mundial de la Iglesia! Veamos en este pasaje lo sencillo que
resulta.

La sencilla dinámica de gobierno: Dios manda y la Iglesia obedece


1 En la iglesia de Antioquía eran profetas y maestros Bernabé; Simeón, apodado el Negro;

Lucio de Cirene; Manaén, que se había criado con Herodes el tetrarca; y Saulo. 2 Mientras
ayunaban y participaban en el culto al Señor, el Espíritu Santo dijo: Apártenme ahora a
Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado. 3 Así que después de ayunar, orar
e imponerles las manos, los despidieron. Existe mucha controversia en cuanto a cómo debe
ser el gobierno de la Iglesia. Se habla de gobierno presbiteral, de gobierno democrático, de
jerarquías eclesiásticas, de reglas parlamentarias, de estatutos y de otras cosas. Nosotros
declaramos ser democráticos y reconocemos el valor de la decisión de consenso en la
comunidad. Sin embargo, en el pasaje que hoy consideramos, encontramos una forma muy
sencilla de definir el gobierno de la Iglesia, se trata de una monarquía en donde El Rey Dios
ordena y la Iglesia obedece y punto.
Este pasaje nos presenta la narración de la primera vez en la historia en la que la Iglesia
fundada por El Señor Jesús implementa una acción deliberada de evangelización mundial.
Hasta este momento, la Iglesia solo ha respondido a las necesidades de la obra. Gente se
convertía y necesitaba de discipulado, los apóstoles acudían y establecían una iglesia. Pero,
en esta ocasión, no se responde a ninguna circunstancia, sino a la orden directa de Dios. En
la Iglesia necesitamos sensibilidad para reconocer la voz de Dios. No podemos actuar
siempre de acuerdo a lo que nosotros creemos que es lo correcto, no podemos confiar solo
en nuestros gustos u opiniones personales, necesitamos oír a Dios y hacer su voluntad. No
se trata de religiones o de convicciones doctrinales determinadas, se trata de lo que dice la
Palabra de Dios. Hagámoslo sencillo, obedezcamos.

La sencilla estrategia de trabajo: El Espíritu Santo actúa y la Iglesia proclama


4 Bernabé y Saulo, enviados por el Espíritu Santo, bajaron a Seleucia, y de allí navegaron

a Chipre. 5Al llegar a Salamina, predicaron la palabra de Dios en las sinagogas de los
judíos. Tenían también a Juan como ayudante. No debemos ocuparnos mucho de predicar,
de lo que debemos ocuparnos es de ser llenos del Espíritu Santo. Si hemos recibido a Cristo,
su Santo Espíritu está en nosotros, así que, todo lo que tenemos que hacer es darle permiso
de actuar por medio de nuestra vida. En todo este pasaje se nota que la Iglesia no hacía
nada en lo que no fuera dirigida por El Espíritu Santo. No podemos actuar solo por gusto o
tradición, en la Iglesia hacemos lo que Dios nos dirige a hacer. La proclamación no es un
resultado del esfuerzo, ni de la férrea voluntad, es más bien un fruto de la presencia del
Espíritu en nuestra vida. Seamos llenos y proclamemos.
D í a 7 La sencillez de la Misión

La sencilla metodología de trabajo: Dios actúa y la Iglesia se le une


6 Recorrieron toda la isla hasta Pafos. Allí se encontraron con un hechicero, un falso

profeta judío llamado Barjesús, 7 que estaba con el gobernador Sergio Paulo. El
gobernador, hombre inteligente, mandó llamar a Bernabé y a Saulo, en un esfuerzo por
escuchar la palabra de Dios. Nunca trabajamos en un lugar en el que Dios no haya estado
antes que nosotros. No le podemos ganar a Dios en cuanto a visión, misión y metas. Si
experimentamos el impulso o la necesidad de trabajar en algún lugar determinado,
seguramente es porque Dios tiene discípulos en potencia por ahí. En el texto vemos a un
gobernante interesado en la Palabra de Dios que no solo no hubo que buscar, sino que él
mismo llamó a los cristianos para que le predicaran. Evidentemente, Dios ya estaba ahí, y
El Espíritu Santo ya estaba trabajando en los seres humanos. Aquel judío hereje lo tenía
engañado, pero el interés de este gobernante era genuino. Dios ya había trabajado en aquel
corazón, todo lo que la iglesia hizo fue unirse a los planes divinos. Necesitamos abrir bien
los ojos y observar donde está Dios trabajando para unirnos a Él. ¿Qué caso tiene trabajar
como locos en donde no está nuestro Señor con nosotros? Pongamos atención y unámonos
a Dios.

La sencilla estrategia de lucha: El Espíritu Santo enfrenta y la iglesia reprende


8 Pero Elimas el hechicero (que es lo que significa su nombre) se les oponía y procuraba

apartar de la fe al gobernador. 9 Entonces Saulo, o sea Pablo, lleno del Espíritu Santo,
clavó los ojos en Elimas y le dijo: 10 ¡Hijo del diablo y enemigo de toda justicia, lleno de
todo tipo de engaño y de fraude! ¿Nunca dejarás de torcer los caminos rectos del Señor?
11 Ahora la mano del Señor está contra ti; vas a quedarte ciego y por algún tiempo no

podrás ver la luz del sol. Al instante cayeron sobre él sombra y oscuridad, y comenzó a
buscar a tientas a alguien que lo llevara de la mano. 12 Al ver lo sucedido, el gobernador
creyó, maravillado de la enseñanza acerca del Señor. Ya lo dijimos antes, la Iglesia tiene
enemigos y luchas que enfrentar. El Diablo no está contento de que nosotros robemos de
sus manos a las almas que Dios ama y quiere liberar. Así que, debemos esperar muchos
ataques de los guerreros de las tinieblas. Pero, otra vez, la cosa es sencilla, todo lo que
tenemos que hacer es dejar todo a Dios. No es nuestra fuerza, ni nuestra espiritualidad, es
solo el poder de Dios el que actúa para obtener la victoria. Sin duda que Pablo expresó una
gran seguridad al enfrentar a aquel hechicero, y la maravillosa mano de Dios se manifestó.
No tengamos miedo, “atrevámonos a reprender al mal que nos ataca”.

No es tan difícil ser la Iglesia del Señor Jesucristo. Algunos enseñan que se requiere
de una gran disciplina, sacrificio y un misticismo extraordinario, pero la verdad es que, todo
lo que hace falta es lo siguiente:
 Ser honestos en nuestra fe y entrega.
 Si de verdad le hemos entregado la vida, entonces le obedecemos, le
proclamamos, nos unimos a lo que está haciendo y nos atrevemos a reprender al
mal en su nombre.
 No se trata de cuánto podemos, sino de cuán honestos somos en seguirle.
 Seamos su Iglesia.
D í a 7 La sencillez de la Misión

Lo que había comenzado en Jerusalén, fue proclamado en toda Judea y en Samaria,


y ahora, de acuerdo con este pasaje, la Iglesia dirigida por El Espíritu Santo de Dios, planea,
se organiza, y realiza una estrategia bien definida para alcanzar a todo el mundo. Es en este
pasaje en donde vemos a los primeros cristianos obedeciendo cabalmente, intencional, y
organizadamente la orden del Señor.
Tenían menos recursos materiales que nosotros, y, sin embargo, cumplieron con la
parte que les correspondía de “La Gran Comisión”. La pregunta es ¿Cumpliremos con
nuestra parte nosotros?

Asignatura
 Haga una lista de las personas con las que usted tiene relación y no les ha hablado
del evangelio del Señor.
 Ore por ellos.
 Aproveche la primera oportunidad que tenga, para compartirle el evangelio de
una manera sencilla y breve.
 Si esa persona muestra interés, invítele a su Zarza y siga compartiéndole la Palabra
de Dios.

14 Ahora
bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en
aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?
Romanos 10:14.

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