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UNA DIVISION DE CAMINOS
Roma y Bizancio, del siglo V al XIII
Cuando, en 311, el emperador Constantino establecié la Iglesia cristian
como religién del Estado, los problemas con los que se vio enfrentado fueron
enormesgDurante los periodos de persecuciones no fue necesario, ni en reali-
dad po
reunién que existianyeran pequefios y recatadogg Pero una vez que la Iglesia se
ible, construir lugares puiblicos para el culto. Lassiglesias y locales dey
convirtié en el mayor poder del rein, el conjunto de sus relaciones con el arte
wuv@iquelplantearse de nuevo. Ups lugares del culto no podian tomar por
co que sus funciones eran completamente
modelo los templos antiguos, pu
discintas. El interior del templo no consistfa, en general, sino en un pequeiio
altar para la estatua del Dios. Las procesiones y sacrificios se celebraban en el
exterior. La iglesia, por el contrario, tenia que contar con espacio suficiente
para coda la congregacién de los fieles reunidos con el fin de escuchar la misa
célebrada por el sacerdote en el gran altafo cl sermén pronunciado por éste
Por ello, las iglesias no tomaren €omo modeldflos remplos paganos, sino las
grandes salas de reunién que en la época clisica habian sido conocidas con el
lamente quiere decir galas feales!F scas cons-
nombre de basilicas, que aproxin
trucciones eran empleadas como me
-ados cubiertos"¥ tribunales publicos de
justicia, consistiendo principalmente en grandes salas oblongas, con estrechos y
bajos compartimentos en las paredes laterales, separadas de'la principal
mediante hileras de columnas. Eitielvextrent6 thabiayconsfrecuenciatiun ‘espaci
para un estrado semicircular en el que el presidente de la asamblea, o el jucay
tenia su asiento)
a madre del emperador Constantino erigié una basilica
semejante como primera gran iglesia, y, en lo sucesivo, la palabra se empleé
para designar iglesias de este tipo. La Onna (6 Abside semicircular seria
cmpleado para el gran altar, hacia el que se dirigian las miradas de todos los fies
leggEsta parte del edificio, donde se hallaba el altar, fue conocido con el nom-
bre'de coro, La salt principal 0 central, donde se congregaban los ficles, ful
denominada después nave, mientras que los compartimentos mis bajos de la
de las basilicas, la nave
al
cl recho era generalmente liso. aS eoltimnas que separa-
laterales:recibieronyelynombre de alg En la mayor
. dejando sus viga
alta estaba sencillamente cubierta con techo de mader
aire; en las laterales,
ban la nave de los lados se decoraban con frecuencia suntuosamentg. Ninguna
de las basilicas primitivas se ha conservado tal como se la construyera, pero, a135 ROMAY RIZANCIO, DEL EKO V ALN
pesar de las alteraciones y renovaciones efectuadas en los mil quinientos afos
transcurridos desde entonces, aimipodemos formarnos.una,idea-del aspectog
ue uno de los mis serios y dific-
s imagenes y su empleo en religién se planted de nue-
les, porque la cuestién de
vo, provocando violentas di
.
Las estatuas eran demasiado
parecidas a las imagenes talladas y a los odiosos idolos que estaban condenados
por la Biblia, Colocar la figura del Dios, o de uno de sus santos, sobre el altar era
algo totalmente absurdo. ;Cémo comprenderfan los pobres paganos que acababan
de convertirse a la nueva fe la diferencia entre sus viejas creencias y el nuevo men-
saje, si vefan tales estaruas de las iglesias? Demasiado ficilmente podfan creer que
estatuas semejantes representaban verdaderamente al Dios, tal como una estatua
de Fidias habian crefdo que representaba a Zeus, y aun asi les seria muy dificil
comprender el mensaje del winico» Dios, rodopoderoso ¢ invisible, a cuya seme-
janza se les decia que estamos hechos. ist Os 5
ny
_ muyidiferenteg? Algunos las consideraron iiil&sf porque hacian recordar a los ficles
Bastia de. WleAsefanzag que habian recibido y el
eee Clase. ‘Pepisodliosssigrads. Fste fue el punto de vista adoptado principalmente por la lati
Riven, h 530
Oe stectia nidad, esto es, la parte occidental del Imperio romano. El papa
stviana de, que vivi6 a finales del siglo VI, adopts esta actitud. Recordé a quienes se opo-
nian a toda especie de representacién gréfica que muchos de los miembros de la
Iglesia no sabian leer ni escribir, y que, para ensefiares, las imigenes eran tan titi
les como los grabados de un libro
los iletrados lo mismo que la escritura para los que saben leer, dijo.
Fue de extraordinaria importancia para la historia del arte que tan gran
strado para nifios. «La pineura puede ser para
autoridad se declarase en favor de la pintura. Su opinidn fue citada una y otra
vex donde quiera que se atacaba el empleo de las imagenes en las iglesias. Pero
clato es que el arte asi aceptado tenia un caricter mis bien restringido.
tido. En un principio, atin emplearon los artistas los métodos descriptivos desa-
rrollados por el arte romano, pero poco a poco fueron concentrando su atencién
en lo estrictamente esencial.
Esta pincura ilustra el tema
evangelico segtin el cual el Cristo alimenté a cinco mil personas con cinco panes
y dos peces. Un artista helenistico habria aprovechado Ia oportunidad para136 UNA DIVISION DE exMtNos
representar una gran masa de gente formando una escena alegre y teatral. Pero el
maestro de aquellos dias eligié un método muy diferente; su obra no es un cua-
dro realizado con habiles pinceladas; es unvmosai¢oplaboriosamente reunido, 4&
pequeiios tacos de cristal de coloracién intensa y vigorosa que comunica al inte
rior de la iglesia, de tal modo adornada, un aspeeto de esplendor solemne: La
manera en que el tema se halla expresado muestra al espectador que algo misté=
rioso y sagrado esti sucediend®; El fondo se halla realizado mediante vidrios
dorados, y sobre él no se ha colocado una escena rea
ta o naturalista. La serena
y apacible figura del Cristo ocupa el centro del mosai@6. No es el Cristo barba-
do que conocemos, sino el hombre joven de largos cabellos que vivié en la ima-
ginacién de los cristianos primitivés. Lleva una tinica de color purpura y
extiende sus brazos en actitud de bendicién hacia ambos lados, donde se
encuentran dos apéstoles ofreciéndole los panes y los peces para que realice el
milagro. Los apéstoles llevan los
costumbre en aquel tiempo que los siibditos llevaran sus tributos a sus sefior®s.
La escena parece en fealidad una solemne ceremonidl. Observamos que el artista
ha conferido una profunda significacién a lo representado por @f en cuyo sentir
no se trataba tan sdlo de un raro milagro acaecido en Palestina algunos siglos
antes, sino del simbolo y la sefial del poder «permanente» del Cristo que habia
tomado cuerpo en la Iglesia, Esto explica, o ayuda a explicar, a razén pot la cual
el Cristo mira fijamente al espectador: es a él a quien el Cristo alimentars.
A primera vista, una representacién semejante parece envarada y rigida; #6
hay nada en ella del dominio del movimiento y la expresién que constituyé €
orgullo del arte griego, y que persistié durante la época romana. La manera de
estar colocadas las figuras en posicidn estrictamente frontal casi nos recuerda
algunos dibujos infantiles. Y sin embargo, el artista debi6 conocer perfectamen-
te el arte griego: sabia exactamente c6mo colocar un manto sobre un cuerpo
para que las manos ocultas quedaran visibles a través de los pliegu& sabia como
reres con las manos cubiertas, tal como era
merclar piedras de diferentes formas en su mosaico para producir las coloracio-
nes del cuerpo o del celaje; acusaba'las sombras sobre el sucl8)yino hallaba difis
cultad alguna en.representar los escorzog. Si el cuadro nos parece mas bien pri
mitivo, esta sensacién debe obedecer a que él aitista quis6 Ser'sencillop Las ideas
egipcias acerca de la importancia de la claridad en la representacién de todos los
objetos cobraron nuevamente gran fuerza por la marcada direccién que hacia
esa misma claridad imprimia la Iglesia. Pero las Formas que emplearon los artis-
{as en este nuevo esfuerzo no fueron las simples del arte pi
Iicionadas de la pintura griega. De este modo, el arte cristiano del. medievo se
ivos y artificiosos. El poder
de observacién de la naturaleza, que vimos despertar en Grecia alrededr de 500
a.C., volvié a Welarse hacia 5009 Los artistas ya no cotejaron sus formulas con la
ivo, sino las evg-
convirtié en una curiosa mezcla de métodos pri
realidad; ya no se dedicaron a realizar descubrimientos acerca de cémo represen-
rar tt’ CUetpo, 0 crear [a ilusién de profundidad, Pero lo descubierto antes no s€o
HL milagr de ls pan
lo paces b. 520.
Mastico; basilica dey
Apollinare Nuovo,
Ravena
perdiéyparaysiempre, El arte griego y el romano proporcionaron una inmensa
ras de pie, sentadas, inclinadas 0 Todos esos modelos
resulta para expresar un tema, y por ello fueron copiados, y adaptados
asiduamente a contenidos siempre nuevos. Mas los fines con que se emplearon
en el nuevo estilo no fueron tan radicalmente distintos como para que no nos
sorprenda que apenas revelen su origen clasico
Esta cuestién del adecuado empleo del arte en las iglesias habria de ser de
extraordinaria importancia para el conjunto de la historia europea, pues consti-
tuyé una de las causas principales. de.que la Iglesia oriental, la de los territorios
dl Imperio romano donde se hablaba griego, se opusiera a aceprar la jefatura del
Papa latino. Existia alli un partido contrario a todas las imagenes de naturaleaa
religiosa, denominado de los iconaclastas o destructores de imigenes. En) 754138
consiguieron el predominio, y todo el arte religioso fue prohibido en la Iglesia
oriental. Sus contrincantes estaban aun menos de acuerdo con las ideas del papa
Gregorio. Paravellosy las"imégenes no eran solamente iitiles, sino sagradas, tra-
tando de justificar su punto de vista con argumentos tan sutiles como los
empleados por la parte contraria: «Si Dios ha sido tan misericordioso que se ha
mostrado a los ojos de los morcales en la nacuraleza humana del Crist
—argumentaban—, :por qué no va a estar dispuesto también a manifestarse por
medio:desimagenes:visiblestyNosotros no adoramos esas imigenes por si mis-
mas, a la manera de los paganos, sino que «/€RVE de eles eUOraHOS al Dids'y:a
16884088 Cualquiera que sea nuestra opinién acerca de la légica de tales argu-
mentos, st importancia para la historia del arte fue tremenda, pues cuando est
partido volvié al poder tras un siglo de represiones, las pinturas que adornabas?
las iglesias no podian ya ser miradas como simples ilustraciones al servicio de 15k
que HO SABHA TER Se las contemplaba como reflejos misteriosos del mundo
sobrenatural. Por ello, lx Iglesia oriental no pudo permitir que elartista siguiera
sur Fanitasia€H esas obras.g@iertamente, no existié ninguna bella representacién
de una madre con su hijo que pudiera ser aceptada como la verdadera imagen
sagrada 0 icono de la madre del Cristo, sino solamente modelos consagrados,
por una tradicién antigua.
Asi pues, los bizantinos Hegaron a insistir tan estrictamente como los egipcid®
cen la observancia de las tradiciones. Peto la cuestién tuvo dos aspectss. Al ode!
nar al artista que pintaba las imagenes sagradas que respetara estrictamente los,
modelos antiguagy la Iglesia bizantina ayudaba'a conservar las ideas’ @aeervo
sdel arte’ gfiego en los tipos utilizados para las VestidUras, 108 TOROS VR RCE
@&. Si observamos una pintura bizantina de la Virgen, como la de la ilustracién
88, puede parecemos muyalejada de lo conseguido en arte por los griegos. Yisin
embargo, la manera de estar dispuestos los pliegues en torno al cuerpo, formandg
radiaciones alrededor de los codos y las rodillas, el método de modelar el rostro
las manos acustiido Sus sombras. ¢ incluso él trono circular de la Virgen, hubie-
ran resultado imposibles sin las conquistas de la pintura griega y helenistiea, A
pesar de cierta rigidez, el arte griego se mantuvo mas préximo a la naturaleza que
el arte occidental de las épocas subsiguientes. Por otra parte) ln Obedieneiaa lf
tradicién y la necesidad de adaptarse a ciertas maneras permitidas de representir
al Cristo 0 a la Virgen dificulto que los artistas bizantinos,
lidades personales. Pero-este conservadurismo sélo:se-desarrollé. gradualmentey
cs equivocado imaginar que los artistas de esta época no fueran eapaces de otros
Jogros: Fucron ellos, en efecto, los que transformaron las simples ilustraciones del
arte cristiano primitivo en grandes ciclos de enormes y solemnes imagenes que
dominan el interior dé las iglesias bizantings. Al contemplar los mosaicos realiza-
dos por estos artistas griegos en los Balcanes y en Italia durante el medievo,
observamos que este Imperio oriental consigui6, en efecto, revivir algo desda
grandeza y majestad del antiguo arte de Oriente, utilizandolo para la glorifica-
jeran CUTSO a SUS CUa®
88
La Virgen y el Cio
tircular,h, 1280,
Pincura de altar,
probablemente
realizada on
Constantinopla
temple sobre tabla,
81,5 x49 cm:
coleciéin Mella,
Galeria Nacional de
Arte, Washingron,»
LCi Rey del
Univer (con Virgen.
dCi
canto) h. 1190.
Mossic; catedral dé
Monrele, Sicilia
Ieonoctasta bizantino
brenda wna inaagen
ddl Crist con cal
900,
Dewn manuscrito
bizantino, el Salerio
hludow, Mrseo
Estatal de Historia,
Mosct
cién del Ci
que pudoserestea
sto y de su poder: Ta'ilustracién 89 da una idea de lo impresionante
dec de la catedral de Monreale, en Sicilia
te, Reproduce el absi
que fue decorado por artistas bizantinos poco antes de 11909Sicilia pertenecia a
ta Iglesia occidental o latina, lo que se acusa por el hecho de que entre Tos sants
Colocados a ambos lados de! ventanal hallamos la primera representacién de san-
to Thomas Becket, la noticia de cuyo asesinato, unos veinte afios antes, tuvo
n, el artista se mantuvo
resonancia en toda Europa. Pero aparte de esta digresi
apegado a su tradicién bizantinas) Los fieles reunidos en-la.catedral se encontra~
figura del C
tada en ademan de bendicién. Debajo se halla la Virgen en su trono, como,
rian con la mayestitic
isto rigiendo el Universo, con su mano
leva
cemperattiz, lanqueada por dos arcingeles y la solemne hilera de santos.
Imagenes como éstas, que nos miran desde las brillantes y doradas paredes,
yen simbolos tan perfectos de la llamada verdad sagrada que demostra-
de ellos. De este modo, continuaron man-
teniendo su preponderancia en todos los paises regidos por la Iglesia de Oriente.
constitu)
ban no set necesario apartarse nunca
Las imagenes sagradas o iconos de los rusos constituyen todavia un reflejo dg kas
grandes creaciones de los artistas bizantinos.