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MATEMATICAS LA PERDIDA DE LA CERTIDUMBRE MORRIS KLINE Personas sumamente inteligentes siguen creyendo hoy en dia que las mateméticas son un conjunto de verdades inquebrantables sobre el mundo fisico y que el razonamiento matematico es exacto e infalible. Matematicas: la pérdida de la certidumbre refuta este mito. Morris Kline pone de manifiesto que hoy en dia no hay un concepto de las matematicas universalmente aceptado, que de hecha hay muchos conceptos enfrentados unos a otros. Sin embargo, la capacidad de las matematicas para describir y explorar los fenémenos fisicos y sociales continta aumentando. {Por qué? Morris Kline es profesor honorario de matematicas en el Courant Institute of Mathematical Sciences de la Universidad de Nueva York, ha sido director adjunto del Mathematics Magazine y es en la actualidad director de Archive for History of Exact Sciences. Entre sus muchos libros destacan: Mathematics in Western culture, Mathematical thought from ancient to modern times y El fracaso de la matematica moderna, publicado por Siglo XXI. ISBN 968-23- 1939-0 Kiss ll leditore: 9878968 2051959 Qe Traduccion de Andrés Ruiz Merino MATEMATICAS. LA PERDIDA DE LA CERTIDUMBRE por Morris KLINE xl siglo veintiuno editores, s.a. de c.v. CERRO OF | AGUA 748 DEL FGACION COYOACAN 04310 MEXICO. D1 siglo veintiuno de espajia editores, s.a. CALLE PLAZA % 28043 MADRID FSPANA primera edicién en espanol, 1985 © sigho xxi de espana editores, s.a segunda edicidn en espaftol, 1994 siglo xxi editores, s.a. de cv. isbn 968-23-1939-0 primera edicién en inglés, oxtord university press, nueva york, 1980 titulo original mathematics. the loss of certainty derechos reservados conforme a la ley impreso y hecho cn méxico/printed and made in mexico A mi esposa Helen Many Aline INDICE Prélogo IntRopuccién: La TESIS 1, LA GENESIS DE LAS VERDADES MATEMATICAS 2. EL FLORECIMIENTO DE LAS VERDADES MATEMATICAS 3. LA MATEMATIZACION DE LAS CIENCIAS 4, EL PRIMER DESASTRE:-EL MARCHITAMIENTO DE LA VERDAD 5. EL DESARROLLO ILOGICO DE UN TEMA LOGICO 6. EL DESARROLLO ILOGICO: EL ATOLLADERO DEL ANALISIS 7, EL DESARROLLO ILOGICO: LA DIF{CIL SITUACION HACIA 1800 8. EL DESARROLLO IL6GICO: A LAS PUERTAS DEL PARALSO 9. EL PaRAfsO PROHIBIDO: UNA NUEVA CRISIS DE LA RAZON 10. LoGictsMo-INTUICIONISMO 11. Las BSCUELAS FORMALISTA Y CONJUNTISTA 12. DESASTRES 13. EL AISLAMIENTO DE LAS MATEMATICAS 14, ¢A DONDE VAN LAS MATEMATICAS? 15, LA AUTORIDAD DE LA NATURALEZA Bibliograffa seleccionada Indice alfabético 118 152 183 206 237 260 295 312 336 370 395 429 434 PROLOGO Este libro trata de ios cambios tundamentales que el hombre se ha visto obligado a introducir en su forma de entender la naturaleza y el cometido de las matematicas. Sabemos“hoy que las matematicas no poseen las cualidades que en e! pasado le granjearon respeto y admiracién universales. Las matematicas eran consideradas como el colmo de la exactitud en el fazona- miento, como un cuerpo de verdades en si mismo y cOmo la verdad por lo que al disefio de la naturaleza se refiere. Los principales temas det libro son ia forma en que el hombre \lego a darse cuenta de que esos valores eran falsos y la actual manera de entender las matematicas. En la introduccion se presenta un breve enunciado de estos temas. Una parte del material del libro podria haberse recogido de una historia téc- nica detallada de las matematicas. No obstante, todas aquellas personas que estén interesadas fundamentalmente en los es- pectaculares cambios ocurridos, encontraran que una aproxi- macion a estos temas en forma directa y no excesivamente téc- nica los hace més facilmente comprensibles y accesibles. Muchos matematicos habrian seguramente preferido limitar la revelacion de la situacion solamente a los miembros de la familia. Airear los problemas en publico podria parecer de mal gusto, de la misma forma que lo es airear las desavenencias conyugales. Pero las personas que se orientan por un camino intelectual deben ser plenamente conscientes de la potencia de las herramientas que estan a su disposicién. E] reconocimien- to de las limitaciones, asi como de las capacidades de la ra- zon, es mucho mas beneficioso que la confianza ciega, que pue- de llevar a falsas ideologias e incluso a la destruccién. Deseo expresar mi agradecimiento al personal de la Oxford University Press por su cuidadoso tratamiento de este libro. Estoy especialmente agradecido al sehor William C. Halpin y al sefior Sheldon Meyer por valorar la importancia de acome- ter su popularizacién y a la sefiora Leona Capeless y al sefior Curtis Church por sus valiosas sugerencias y criticas. A mi es- x Morris Kline posa Helen le debo muchas mejoras en la redaccién definitiva y su desvelo en la correccién de pruebas. _ Deseo también dar las gracias a la Mathematical Associa- tion of America por su permiso para usar las citas de los ar- ticulos de The American Mathematical Monthly reproducidas en el capitulo XI. : M. K. Brooklyn, N.Y. Enero de 1980 Los dioses no han revelado todas las cosas desde el principio. Pero el hombre busca y con el tiempo encuentra. Supongamos que esas cosas son como si fueran verdadesh, Porque, seguramente, ningun hombre conoce ni conoceré jamas la verdad sobre los dioses y sobre todo aquello de lo que hablo. Pues aun si da la casualidad de que dice la verdad perfecta no la conoce, sino que la apariencia todo lo envuelve. JeNOFANES INTRODUCCION: LA TESIS Para prever el futuro de las matematicas el ver- dadero método consiste en estudiar su historia y su situacién actual. HENRI Porncart Hay tragedias causadas por la guerra, el hambre y la peste: Pero hay también tragedias intelectuales causadas por [as li- mitaciones de la mente humana. Este libro relata las calami- dades sucedidas al logro mas efectivo y singular del hombre, a su mas persistente y profundo esfuerzo por utilizar la razon: las matematicas. Dicho en otros términos, este libro trata, a un nivel no técnico, del surgimiento y declinacion de la majestad de las matematicas. A la vista del inmenso alcance que hoy en dia tienen, de la creciente, e incluso floreciente, actividad matema- tica, de los miles de trabajos de investigacion que cada afio se publican, del interés en rapido aumento por los ordenado- res, y de la busqueda generalizada de relaciones cuantitativas, especialmente en las ciencias sociales y bioldégicas, ¢cémo pode- mos hablar de la declinacién de las matematicas? ;En dénde reside la tragedia? Para contestar a estas preguntas debemos considerar, en primer lugar, cuales son los valores que dieron a las matematicas su inmenso prestigio, respeto y gloria. Desde el nacimiento mismo de las matematicas como cuer- po independiente de conocimiento, atribuido a los griegos cla- sicos, y a lo largo de un periodo de mas de dos mil afios, los matematicos han perseguido la verdad. El vasto cuerpo de teo- remas acerca de nuimeros y figuras geométricas ofrecia, por si mismo, lo que parecia ser un panorama ilimitado de certeza. Mas alla del 4mbito de las matematicas propiamente dichas, los conceptos matematicos y Io que de ellos se deducia pro- porcionaban la esencia de notables teorfas cientificas. Aunque los conocimientos obtenidos a través de la colabora 2 Morris Kline las matematicas y las ciencias utilizaban principios fisicos, éstos parecian tan seguros como los principios matematicos mismos, puesto que las predicciones hechas en las teorias matematicas de la astronomia, la mecanica, la 6ptica y la hidrodinamica estaban en estrecha armonia con las observaciones y los ex- perimentos. Las matematicas, por consiguiente, proporcionaban un firme asidero para entender el funcionamiento de la natu- raleza que disolvia el misterio y lo sustituia por la ley y el or- den. El hombre podia, orgullosamente, contemplar el mundo a su alrededor y jactarse de haber aprehendido muchos de los secretos del universo que, en esencia, no eran mas que una serie de leyes mateméticas. La conviccién de que los matema- ticos estaban obteniendo verdades se resume en la observacién de Laplace de que el .niverso era uno, y Newton el mas afor- tunado de los hombres por haber descubierto sus leyes. Para lograr sus maravillosos y convincentes resultados, las matematicas recurrian a un método especial, a saber la demos- tracién deductiva a partir de principios evidentes, llamados axiomas, esto es la metodologia que todavia hoy aprendemos generalmente en la geometria de la segunda ensefianza. El ra- zonamiento deductivo garantiza, por su misma naturaleza, que lo que deducimos es verdad si los axiomas son verdad. Utili- zando esta légica aparentemente clara, infalible e impecable, los mateméticos lograron conclusiones indubitables e irrefuta- bles a primera vista. Esta caracteristica de las matematicas es citada todavia hoy. Donde quiera que alguien desee un ejem- plo de exactitud y certeza de razonamiento, apela a las mate- maticas. Los éxitos logrados por las matemAticas con su metodolo- gia atrajeron a los més grandes intelectuales. Las mateméati- cas habfan demostrado la capacidad, los recursos y el vigor de la raz6n humana. ¢Por qué no utilizar, se preguntaban, esta metodologia para obtener verdades en campos dominados por la autoridad, la costumbre, los habitos, campos tales como la filosofia, la teologia, la ética, la estética y las ciencias sociales? La razén humana, tan contundentemente efectiva en las mate- maticas y en la fisica mateméatica, podfa sin duda ser el arbi- tro del pensamiento y la accién en estos otros campos y obte- ner para ellos la belleza de las verdades y las verdades de la belleza, De este modo, durante el perfodo llamado la Ilustra- ry cién o Edad de la Razén, la metodologia matematica e incluso algunos teoremas y conceptos mateméticos fueron aplicados a los asuntos humanos. Introduccion: la tesis 3 La fuente mds fecunda de intuicién es la mirada hacia atrds. Las extrafias geometrias y extrafias Algebras, creaciones de co- mienzos del siglo x1x, forzaron a los matematicos a admitir, de mala gana y a regafiadientes, que las mateméticas propia- mente dichas y las leyes matemAticas de la ciencia no eran verdades. Encontraron, por ejemplo, que habia varias geome- trias diferentes que se acomodaban igualmente bien a la expe- riencia espacial. Todas no podian ser verdades. Aparentemente no habia un disefio matemdtico inherente a la naturaleza, o, si lo habia, las matematicas del hombre no eran necesariamen- te la descripcion de aquel disefio. La clave de la realidad habia sido perdida. Esta constatacién fue la primera de las calami- dades que acontecieron a las matematicas. . La creacién de estas nuevas geometrias y Algebras provocé en los matematicos una conmocidn de otra naturaleza. La con- viccién de estar obteniendo verdades estaba hasta tal punto arraigada en ellos que se habian apresurado impetuosarpente a asegurar sus aparentes verdades a costa de razonamientos sdlidos. La constatacién de que las mateméticas no constitufan un cuerpo de verdades- quebré su confianza en lo que habian creado, por lo que se pusieron a revisar sus creaciones. La consternacién fue general al descubrir que la Iégica de las ma- tematicas estaba en baja forma. De hecho, las matemdticas se habian desarrollado de una manera ildgica. Su desarrollo ilégico no sélo contenia demos- traciones falsas, fallos en los razonamientos y errores inadver- tidos, los cuales podrian haberse evitado con un poco mas de cuidado, Patinazos de este tipo los habia en abundancia. El desarrollo ilégico implicaba también una insuficiente compren- sién de los conceptos, una falta de reconocimiento de los prin- cipios légicos y un insuficiente rigor en las demostraciones; esto es, la intuicién, los argumentos de tipo fisico y la atrac- cién por los diagramas geométricos habian ocupado el lugar de los argumentos légicos. Sin embargo, las matematicas proporcionaban todavia una descripcién eficaz de la naturaleza. Eran, ciertamente, un cuer- po de conocimiento atractivo y, en opinién de muchos, particu- larmente de los platénicos, una parte de la realidad digna de ser apreciada. De aqui que los matematicos se dispusieran a proporcionar la estructura légica inexistente y a reconstruir las partes defectuosas. Durante la segunda mitad del siglo x1x, el movimiento descrito a menudo como rigorizacién de las ma- tematicas se convirtié en la actividad mds destacada. 4 Morris Kline En 1900 los matematicos creian haber logrado su meta. Aun- que tuvieran que contentarse con una concepcién de las mate- maticas como descripcién aproximada de la naturaleza y mu- chos hubieran abandonado incluso la creencia en el disefio matematico de ésta, se recreaban en su reconstruccién de la estructura légica de las matematicas. Pero antes de que hu- bieran terminado de brindar por su presunto éxito, se habian descubierto ya contradicciones en las matematicas reconstrui- das. Estas contradicciones fueron calificadas comiinmente de paradojas, eufemismo que evita enfrentarse con el hecho de que las contradicciones vician la légica de las matematicas. La resolucién de estas contradicciones fue acometida casi inmediatamente por los principales matematicos y filésofos de la época, En efecto, se concibieron, formularon y propusieron cuatro diferentes aproximaciones a las matematicas, cada una de las cuales congregé a muchos adeptos. Todas estas escuelas, cuya doctrina hacia referencia a los fundamentos, trataban no sdlo de resolver Jas contradicciones conocidas, sino también de asegurar que no pudieran aparecer otras nuevas, es decir trataban de establecer la consistencia de las matematicas. La aceptacion de algunos axiomas y de algunos principios de la idgica deductiva se convirtié también en un motivo de discor- dia en torno al cual las diferentes escuelas tomaron posiciones diferentes. Todavia en 1930 un mateméatico habria podido quiza con- tentarse con aceptar uno u otro de los diversos fundamentos de las matematicas y declarar que sus demostraciones mate- méaticas estaban al menos de acuerdo con los principios de esa escuela. Pero el desastre se cernio de nuevo bajo la forma del famoso articulo de Kurt Gédel en el que se probaba, entre otros importantes y perturbadores resultados, que los princi- pios légicos aceptados por las distintas escuelas no podian pro- bar la consistencia de las matematicas. Gédel demostréd que esto no se podia hacer sin invocar principios légicos tan du- dosos como la cuestién que se deseaba resolver. Los teoremas de Godel produjeron un desastre. Los desarrollos posteriores trajeron nuevas complicaciones. Por ejemplo, incluso en el método axiomatico-deductivo, tan bien visto en el pasado como la aproximacién al conecimiento exacto, empezaron a verse fallos. El efecto de los nuevos descubrimientos iba a aumentar la variedad de las posibles concepciones de las matematicas y a dividir a los matematicos en un nimero atin mayor de fac- ciones diferentes. Introduccién: la tesis 5 El problema actual de las mateméaticas es que no hay una sino muchas matematicas y que, por numerosas razones, cada una de ellas deja insatisfechos a los miembros de las escuelas opuestas. Es ahora evidente que la idea de un cuerpo de razo- namiento infalible y universalmente aceptado —las majestuo- sas matematicas de 1800, orgullo del hombre— es una comple- ta ilusién. La incertidumbre y la duda acerca del futuro de las matematicas han sustituido a la certeza y la complacencia del pasado. Los desacuerdos en torno a los fundamentos de la «mas cierta» de las ciencias son, al mismo tiempo, sorprendentes y, por no decir otra cosa, desconcertantes. El estado actual de las matematicas es una parodia de la verdad y la perfeccién Iégica de las matematicas, hasta ahora profundamente enrai- zadas y ampliamente reconocidas. Hay matematicos que opinan que los diferentes puntos de vista sobre lo que se puede aceptar como unas matemiaticas validas serén algun dia reconciliados. Entre ellos desfzca un grupo de matematicos franceses de primera fila que escriben bajo el seudénimo de Nicholas Bourbaki: Desde los tiempos mAs antiguos, todas las revisiones criticas de los principios de las mateméaticas en conjunto, 0 de una rama de ellas, han ido seguidas, casi invariablemente, de periodos de incer- tidumbre en los que aparecieron contradicciones que hubieron de ser resueltas [...] Son ya veinticinco siglos durante los que los ma- tematicos se han acostumbrado a corregir sus errores y a ver asi su ciencia enriquecida y no empobrecida: elio les da derecho a con- siderar el futuro con serenidad. Sin embargo, muchos més matematicos son pesimistas. Her- mann Weyl, uno de los matematicos mds grandes de este si- glo, decia en 1944: La cuestién de los fundamentos y del significado ultimo de las ma- tematicas permanece abierta; no sabemos en qué direccién hallara su solucién final o incluso si se puede esperar una respuesta obje- tiva final. La «matematizacién» puede muy bien ser una actividad creativa del hombre, lo mismo que el lenguaje o la musica, de pro- funda originalidad, cuyas decisiones histéricas desafian completa: mente ta racionalizacién objetiva. Como dijo Goethe: «La historia de la ciencia es la ciencia misma.» Los desacuerdos sobre lo que son las matematicas correctas y la variedad de los diferentes fundamentos afecta seriamente 6 Morris Kline no sdlo a las matematicas propiamente dichas sino a las cien- cias fisicas mas vitales. Como veremos mas adelante, las teo- rias fisicas mejor desarrolladas son enteramente matematicas. (Claro esta que las conclusiones de tales teorias se interpretan en forma de objetos verdaderamente fisicos 0 sensoriales, y que podemos oir voces en nuestras radios aunque no tenga- mos ni la mas remota idea de lo que son las ondas de radio.) Por consiguiente, los cientificos que no se ocupan personal- mente de los problemas de fundamentos, deben no obstante preocuparse por saber qué matematicas se pueden emplear con confianza si no quieren malgastar afios en mateméticas poco sdlidas. La pérdida de la verdad, la complejidad constantemente cre- ciente de las matematicas y de la ciencia, y la incertidumbre acerca de cual es la aproximacién segura a las mateméaticas, han hecho que la mayor parte de los matematicos abandonen la ciencia. Al tener «el enemigo en casa» se han retirado a especialidades de las matematicas en las que los métodos de demostracién parecen ser seguros. También encuentran que los problemas relacionados con los asuntos humanos son mas atractivos y manejables que los planteados por la naturaleza. Las crisis y conflictos sobre lo que se puede considerar como unas matemiaticas sdlidas han disuadido también de apli- car la metodologia matematica a muchas 4reas de nuestra cul- tura tales como la filosoffa, la ciencia politica, la ética y la estética. La esperanza de hallar leyes y pautas objetivas e in- falibles se ha desvanecido. La Edad de la Razén ha pasado. A pesar del insatisfactorio estado de las matematicas, la di- versidad de sus aproximaciones, los desacuerdos acerca de los axiomas aceptables y el peligro de que nuevas contradicciones, si fueran descubiertas, invalidaran una. gran parte de las ma- tematicas, algunos mateméaticos siguen todavia aplicdndolas a los fenémenos fisicos y extendiendo, de hecho, los campos apli- cados de la economia, la biologia y la sociologia. La prolongada efectividad de las matematicas sugiere dos cuestiones. La pri- mera es que esta efectividad se puede utilizar como criterio de correccién. Desde luego, tal criterio es provisional. Lo que hoy es considerado correcto también podria resultar erréneo en una préxima aplicacién. La segunda cuestién es un misterio. A la vista de los des- acuerdos acerca de lo que son unas matemAticas sélidas ¢por qué son efectivas? ¢Estamos realizando milagros con instru- mentos imperfectos? Si los hombres se han engafiado ¢puede también la naturaleza engafiarse doblegdndose a los dictados Introduccion: la tesis 7 matematicos del hombre? Evidentemente, no. Sin embargo, éno confirman nuestros viajes a la Luna y nuestras explora- ciones de Marte y Jupiter, posibilitadas por una tecnologia que depende en gran parte de jas matematicas, las teorfas mate- maticas del cosmos? ¢Cémo podemos entonces hablar de la artificialidad y de las variedades de las matematicas? ¢Puede sobrevivir el cuerpo cuando el espiritu y la mente estan per- plejos? Ciertamente, esto es aplicable a los seres humanos y también lo es a las matematicas. Nos corresponde, por consi- guiente, investigar por qué, a pesar de sus fundamentos incier- los y a pesar de las teorias contrapuestas de los matematicos, han demostrado las mateméaticas ser tan increiblemente efec- tivas. - 1, LA GENESIS DE LAS VERDADES MATEMATICAS Dichosas las almas a las que fue dado conocer estas cosas y ascender a las mansiones superio- res. No es extrafio que hayan elevado sus cabe- zas igualmente por encima de las imperfecciones y situaciones humanas. Acercaron los distantes astros a nuestros ojos y sometieron el éter con su_inteligencia. Asi se alcanza el cielo; no como los que anti- guamente apilaban montafia tras montafia para alcanzar el Olimpo Ovipio, Los fastos. Cualquier civilizacién merecedora de tal nombre ha buscado verdades. Un pueblo reflexivo no puede dejar de intentar en- tender la diversidad de los fenémenos naturales, resolver el misterio de cémo los seres humanos Ilegaron a habitar la Tie- tra, discernir qué fines cumple la vida y descubrir el destino de Ja humanidad. En todas las civilizaciones antiguas, excepto en una, las respuestas generalmente aceptadas a estas cuestio- nes fueron dadas por dirigentes religiosos. La antigua civiliza- cién griega es la excepcién. Lo que los griegos descubrieron —cl mayor descubrimiento del hombre— fue la fuerza de la raz6n. Fueron los griegos del perfodo clasico, que Ilegé a su apogeo durante los afios que van del 600 al 300 a.C., quienes se percataron de que el hombre tiene una inteligencia, una mente que, con la ayuda ocasional de la observacién o la ex- perimentacién, puede descubrir verdades. Qué fue Io que condujo a los griegos a este descubrimiento es uma cuestién que no es facil de contestar. Los iniciadores del proyecto de aplicar la razén a los asuntos y negocios hu- manos vivian en Jonia, colonia griega en Asia Menor, y mu chos historiadores han intentado explicar lo ocurrido alli sobre la base de las condiciones sociales y politicas. Por ejemplo, los jonios fueron mas libres para despreciar las creencias religio- La génesis de las verdades matemdticas 9 sas que dominaban la cultura griega europea. Sin embargo, nuestro conocimiento de la historia griega anterior al 600 a.C. es tan fragmentario que no disponemos de una explicacion definitiva fiable. Con el tiempo, los griegos aplicaron la razén a los sistemas politicos, la ética, la justicia, la educacion y muchos otros asuntos humanos. Su principal contribucién, y la que influyo de forma decisiva en todas las culturas posteriores, fue la de aceptar el mds imponente desafio con que se enfrenta a la razon: el descubrimiento de las leyes de la naturaleza. Antes de que los griegos realizaran esta contribucién, ellos y las de- mas civilizaciones antiguas consideraban la naturaleza como algo cadtico, caprichoso e incluso terrorifico. Las acciones.de la naturaleza eran inexplicables o atribuidas a la voluntad arbi- traria de los dioses, que s6lo podian ser aplacados con oracio- nes, sacrificios y otros ritos. Los babilonios y los egipcios, que poseian notables civilizaciones ya en el afo 3000 aC., ofser- varon algunas periodicidades en los movimientos del Sol y la Luna, y basaron en tales periodicidades sus calendarios, pero no vieron en ellas significaciones mas profundas. Estas pocas observaciones excepcionales no modificaron su actitud hacia la naturaleza. Los griegos se atrevieron a mirar a la naturaleza de frente. Sus dirigentes intelectuales, si bien no el pueblo en general, rechazaron las doctrinas tradicionales, las fuerzas sobrenatu- rales, los dogmas y demas trabas para el pensamiento, Fueron los primeros en examinar las multiformes, misteriosas y com- plejas operaciones de la naturaleza y en intentar comprender- las. Midieron sus mentes con el caos de los sucesos aparente- mente azarosos del universo y decidieron arrojar sobre ellos la luz de la razén. Poseidos de un coraje y una curiosidad insaciables, se plan- tearon y contestaron las preguntas que a muchos se les ocurren, que pocos abordan y que solamente son resueltas por individuos del mas alto calibre intelectual. ¢Existe algun plan subyacente al funcionamiento del universo? ;Son las plantas, los animales, los hombres, los planetas, la luz y el sonido meros accidentes fisicos o, por el contrario, forman parte de un gran proyecto? Puesto que fueron lo suficientemente sonadores como para lle- gar a nuevos puntos de vista, los griegos forjaron una concep- cién del universo que ha dominado todo el pensamiento occi- dental posterior. Los intelectuales griegos adoptaron una actitud hacia la na- turaleza totalmente nueva. Esta actitud era racional, critica 10 Morris Kline y laica. Fue rechazada la mitologia, asi como la creencia de que los dioses manejaban a los hombres y al mundo fisico de acuerdo con sus caprichos. Los intelectuales llegaron, final- mente, a la doctrina de que la naturaleza esta ordenada y fun- ciona invariablemente de acuerdo con un vasto plan. Todos jos fenémenos captados por los sentidos, desde el movimiento de los planetas hasta la agitacién de las hojas de los Arboles, se pueden enmarcar dentro de un modelo preciso, coherente e inteligible. En pocas palabras, la naturaleza est4 planificada racionalmente y este plan, aunque no puede verse afectado por los actos humanos, si puede ser aprehendido por la mente humana. Los griegos fueron no solamente los primeros con la auda- cia suficiente como para concebir una ley y un orden en el caos de los fenédmenos, sino también los primeros con el genio suficiente como para descubrir algunos de los planes subyacen- tes a los que la naturaleza aparentemente se ajusta. Asi, ellos buscaron y encontraron el plan que subyace al mayor espec- taculo que al hombre le es dado contemplar, el movimiento del brillante Sol, los cambios de fase de la Luna multicolor, el brillo de los planetas, el vasto panorama de luces de la béve- da de estrellas y los aparentemente milagrosos eclipses del Sol y de la Luna. Fueron también los filésofos jénicos de! siglo vi a.C. quienes hicieron el primer intento de obtener una explicacién racional de la naturaleza y del funcionamiento del universo, Los famo- sos fildsofos de este periodo, Tales, Anaximandro, Anaximenes, Herdclito y Anaxagoras, se centraron cada uno de ellos en una sola sustancia para explicar la constitucién del universo. Tales, por ejemplo, decia que todo esta hecho de agua en estado sdli- do, liquido o gaseoso, e intenté explicar muchos fenémenos en términos del agua, eleccién muy razonable, puesto que las nu- bes, la niebla, el rocio, la Iluvia y el granizo son formas del agua, y el agua es necesaria para la vida, nutre las plantas y es el soporte necesario para gran parte de la vida animal. Incluso el cuerpo humano, como ahora sabemos, tiene un noventa por ciento de agua. La filosofia natural de los jénicos fue una serie de audaces especulaciones, atrevidas conjeturas y brillantes intuiciones, més que el resultado de extensas y cuidadosas investigaciones cientificas. Aquellos hombres estaban, quiz4, demasiado Avidos por vislumbrar un panorama completo, y de esta forma salta- ron a conclusiones excesivas. Pero desecharon las antiguas y en buena parte miticas explicaciones y las sustituyeron por otras, La génesis de las verdades matemdticas aT objetivas y materialistas, del plan y las operaciones del uni- verso, Ofrecieron una visién razonada, en lugar de las fantas- ticas y acriticas explicaciones, y defendieron sus convicciones mediante la razon. Aquellos hombres osaron abordar el univer- so con sus mentes negandose a confiar en dioses, espiritus, tantasmas, diablos, angeles y demas miticos agentes que pudie- ran mantener o desbaratar el funcionamiento de la naturaleza. El espiritu de estas explicaciones racionales se puede expresar resumidamente con las palabras de Anaxagoras: «La razon gobierna el mundo.» El paso decisivo para el desvanecimiento del misterio, del misticismo y del caos aparente en los acontecimientos de la naturaleza y para su sustitucién por un modelo comprensible fue la aplicacién de las matematicas. Los griegos desarrollaron en este caso una intuicién tan fértil y original como la del des- cubrimiento de la fuerza de la razon. El universo obedece a un plan matematico y mediante las mateméaticas el hombre pue- de descubrir ese plan. El primer grupo importante en*ofrecer un plan mateméatico de la naturaleza fue el de los pitagéricos, escuela dirigida por Pit4goras (c. 585-c. 500 a.C.) y establecida en el sur de Italia. Aunque extrajeron inspiracion y doctrinas de la religion griega dominante, sobre la purificacion del alma y su redencién de la prisién y la contaminacién del cuerpo, la filosofia natural pitagérica fue decididamente racional. A los pitagéricos les llamé la atencién el hecho de que los fenéme- nos mas diversos desde un punto de vista cualitativo mostra- ran idénticas propiedades matematicas. Por consiguiente, las propiedades matematicas debian ser la esencia de esos fend- menos. Mas concretamente, los pitagéricos encontraron esta esencia en el numero y en las relaciones numéricas. El ntimero era el primer principio en su explicacién de la naturaleza. To- dos los objetos estaban hechos de particulas elementales de materia o «unidades de existencia» combinadas de acuerdo con las distintas figuras geométricas, E] numero total de unidades representaba, de hecho, el objetc material. El numero era la materia y la forma del universo. De ahi la doctrina pitagérica: «Todas las cosas son ntimeros.» Puesto que el numero es la «esencia» de todos los objetos, la explicacién de los fenémenos naturales sdlo podia lograrse con la ayuda de los numeros. Esta antigua doctrina pitagérica es desconcertante, ya que para nosotros los nitmeros son ideas abstractas y las cosas son objetos fisicos o sustancia. Pero nosotros hamos hecho una abstraccién del ntimero que los antiguos pitagéricos no hacian. Para ellos, los puntos eran puntos o particulas. Cuando habla- 12 Morris Kline ban de numeros triangulares, numeros cuadrados, nimeros pentagonales y otros, estaban pensando en colecciones de pun- tos, guijarros u objetos en forma de puntos colocados en esas formas (figs. 1.1-1.4). Aunque los fragmentos historicos no aportan datos crono- légicos precisos, no hay duda de que cuando los pitagéricos desarrollaron y afinaron sus propias doctrinas comenzaron a entender los numeros como entes abstractos, mientras que los objetos eran meras realizaciones concretas de los ntmeros. Con esta ultima distincion podemos entender la afirmacién de Filolao, famoso pitagdrico del siglo v: «Si no fuera por los numeros y su naturaleza, nada de lo que existe seria claro para nadie, ni en si mismo ni en su relacién con las demas cosas... Se puede observar como actua la potencia del nume- ro... en todos los actos y los pensamientos de] hombre, en las obras de arte y en la musica.» La reduccién de la musica, por ejemplo, a simples relacio- nes numéricas fue posible pare los pitagéricos cuando descu- brieron dos hechos: primero, que el sonido producido al pulsar una cuerda depende de la longitud de la cuerda, y segundo, que los sonidos armoniosos son emitidos por cuerdas igualmen- te tensas cuyas longitudes son entre si como las razones de numeros enteros. Por ejemplo, se produce un sonido armonio- so al pulsar dos cuerdas igualmente tensas, la una con una longitud doble de la otra. En nuestro lenguaje, el intervalo entre las dos notas es una octava. Otra combinacién armoniosa es la formada por dos cuerdas cuyas longitudes estan en la razon de 3:2; en este caso la cuerda mds corta emite un soni- do 9 nota musical, llamada la quinta, superior a la emitida por la primera cuerda. De hecho, las longitudes relativas de cual- quier combinacién armoniosa de cuerdas pulsadas puede ser expresada mediante una razén de numeros enteros, También desarrollaron los pitagéricos una famosa escala musical. Aun- que no dedicaremos espacio a la musica del periodo griego, queremos sefialar que muchos matematicos griegos, incluidos Euclides y Tolomeo, escribieron sobre el tema, y especialmente sobre las combinaciones armoniosas de sonidos y la construc- cién de escalas. Los pitagoricos reducian los movimientos de los planetas a relaciones entre numeros. Crefan que los cuerpos que se mue- ven en el espacio producen sonidos. Quiza esto les fue sugeri- do por el susurro que producen los cuerpos cuando giran ata- dos al extremo de una cuerda. Creian, ademds, que un cuerpo cuando se mueve rdpidamente produce un sonido o nota mas La génesis de las verdades matemdticas 13 . . ee . oe eee . oe eee eocee Figura Il. Auimeros triangulares eee eoee oe eee eevee - . ee eee eevee Figura 1.2. Numeros cuadrados i Figura 1.3, Neimeros pentagonales Ficura 1.4. Neimeros hexagonales 14 Morris Kline alta que cuando lo hace lentamente. Por otra parte, de acuer- do con su astronomia, cuanto mayor era la distancia de un planeta a la Tierra con mayor rapidez se movia aquél. Por tanto, los sonidos producidos por los planetas variaban con su distancia a la Tierra y todos ellos estaban armonizados. Pero esta «musica de las esferas», como toda armonia, se redu- cia a meras relaciones numéricas, y lo mismo le ocurria, en consecuencia, al movimiento de los planetas. No oimos esta musica porque estamos acostumbrados a ella desde que na- cemos. También otros rasgos de la naturaleza fueron «reducidos» a numeros. Los nuimeros 1, 2, 3 y 4, el tetractus, tenian un valor especial. De hecho el juramento pitagorico era, al pare- cer: «Juro en el nombre del tetractus que ha sido conferido a nuestra alma. La fuente y las raices de la naturaleza eterna- mente fluyente estan contenidas en él.» La naturaleza estaba compuesta de tétradas tales como los cuatro elementos geomé- tricos: el punto, la linea, la superficie y e] sélido; y los cuatro elementos materiales que Platon ensalz6 mas tarde: la tierra, el aire, el fuego y el agua. Los cuatro numeros del tetractus sumaban diez, de manera que diez era el numero ideal y simbolizaba el universo. Puesto que diez era el numero ideal, debia haber diez cuerpos en los cielos. Para completar el ntimero requerido, los pitagéricos introdujeron un fuego central, alrededor del cual giraban la Tierra, el Sol, la Luna y los cinco planetas entonces conocidos, y una contratierra situada en el lado opuesto del fuego cen- tral, Ni el fuego central ni la contratierra pueden verse, ya que habitamos en la cara de la Tierra que no esta frente a ellos. No merece la pena entrar en mas detalles; lo principal es que los pitagéricos trataron de construir una astronomia basada en relaciones numéricas. Puesto que los pitagéricos «reducian» la astronomia y la musica a ntmeros, se las podia relacionar con la aritmética y la geometria, y los cuatro temas eran considerados como matematicas. Los cuatro formaban parte del programa de estu- dios y siguieron siéndolo hasta la época medieval, en que reci- bieron el nombre de cuadrivio. Aristételes resumié en su Metafisica 1a identificacién pita- gorica del namero con el mundo real: Parece que veian semejanzas de las cosas que existen o pueden existir con los nimeros —méas que con el fuego, la tierra y el agua (siendo la justicia una variacién de los nimeros, el alma y la razén La génesis de las verdades matemdticas 15 otra— y, analogamente, siendo casi todas las demas cosas expresa- bles numéricamente); dado que las variaciones y las proporciones de las escalas musicales eran expresables con nuimeros, puesto que, ademés, todas las otras cosas parecian estar en toda su naturaleza modeladas con numeros, y los mameros parecian ser la primera de las cosas de la naturaleza, ellos supusieron que los elementos numé- ricos eran los elementos de todas las cosas y que los cielos eran una escala musical y un numero. La filosofia natural de los pitagéricos es escasamente intere- sante. Las consideraciones estéticas, junto con su obsesién por encontrar relaciones numéricas, les Ilevaron, ciertamente, a afirmaciones que trascienden la evidencia observacional. Tam- poco desarrollaron los pitagéricos demasiado ninguna ciencia fisica. Se podria, con justicia, tildar sus teorias de superficia- les. Pero, bien por suerte, bien por genio intuitivo, los pitago- ricos dieron con dos doctrinas que mas tarde resultaron suma- mente importantes: la primera es que la naturaleza es{a cons- truida de acuerdo con principios matematicos; la segunda, que las relaciones matematicas subyacen en la naturaleza, la uni- fican y revelan su ordenacién. De hecho, las ciencias modernas suscriben el interés de los pitagéricos por los numeros, aunque, como mas tarde veremos, las modernas doctrinas son mucho mds complejas que las de aquéllos. Los fil6sofos que sucedieron cronolégicamente a los pitago- ricos estaban igualmente interesados en la naturaleza de la rea- lidad y en el plan matematico subyacente. Leucipo (c, 440 a.C.) y Demécrito (c. 460-c 370 a.C.) son notables, ya que fueron los mas explicitos en su afirmacién de la doctrina del atomismo. Su comin filosofia decia que el mundo esta compuesto de un numero infinito de Atomos simples y eternos. Estos difieren en la forma, tamajfio, dureza, orden y posicién. Todo objeto es una combinacién de esos 4tomos. Aunque las magnitudes geo- métricas tales como un segmento de recta sean infinitamente divisibles, los 4tomos son las partfculas ultimas e indivisibles. Propiedades tales como forma, tamafio y otras ya mencionadas eran propiedades de los 4tomos. Todas las demas propiedades, tales como sabor, calor y color, no estaban en los 4tomos, sino en el efecto que éstos producian en el perceptor. El cono- cimiento sensorial no era fiable, ya que podia variar con el perceptor. Al igual que los pitagéricos, los atomistas afirmaban que ja realidad subyacente a la diversidad constantemente cam- biante del mundo fisico se podia expresar mediante las matemé- ticas. Mas atin, los sucesos de este mundo estaban estrictamen- te determinados por leyes matematicas. 16 Morris Kline Después de los pitagéricos, el grupo mas influyente en la propagacion y exposicién de la doctrina del plan matematico de la naturaleza fue el de los platénicos, encabezado, por su- puesto, por Platén, Aunque Platén (427-347 aC.) asumié algu- nas doctrinas pitagéricas, fue un maestro que domino el pen- samiento griego durante el decisivo siglo tv a.C. Fue el funda- dor de la Academia de Atenas, centro que atrajo a los princi- pales pensadores de su época y perduro a lo largo de novecien- tos afios. Tal vez donde mejor esté expresada la creencia de Platén en la racionalidad del universo sea en su didlogo Filebo: Protarco: ¢De qué se trata? Socrates: De que si todo esto que ilaman universo ha sido dejado a la guia de la sinrazén y a la mezcolanza fortuita o, por el contrario, como nuestros padres han dicho, esté ordenado y gobernado por una maravillosa inteligencia y voluntad. Prorarco: Muy distintas son las dos afirmaciones, joh Sécrates!, puesto que eso que acabas de decir me parece una blas- femia, mientras que la otra afirmacién, la de que una mente ordena todas las cosas, es digna del aspecto del mundo, del Sol, de la Luna, de las estrellas y de todo el circulo de los cielos; y jamds diré o pensaré otra cosa. Los ultimos pitagdricos y los platonicos hacfan una clara dis- tincién entre el mundo de las cosas y el mundo de las ideas. Los objetos y las relaciones en el mundo material estaban su- jetos a imperfecciones, cambio y decadencia y, por tanto, no representaban la verdad ultima, pero habfa un mundo ideal en el que se daban las verdades absolutas e inalterables. Estas verdades eran las que concernian, propiamente, a los fildsofos. Acerca del mundo fisico solamente podemos tener opiniones. El mundo visible y sensible no es mds que una vaga, imperfec- ta y opaca materializacién del mundo ideal. «Las cosas son las sombras de las ideas proyectadas sobre la pantalla de la expe- riencia.» La realidad, consecuentemente, habia de ser encon- trada en las ideas de los objetos fisicos sensibles, Platon podria decir, asi, que no hay nada real en un caballo, una casa o una bella mujer. La realidad esta en el tipo universal o idea de un caballo, una casa o una mujer. El conocimiento infalible sola- mente se puede obtener de las formas ideales puras. Estas ideas son, de hecho, constantes e invariables y el conocimiento relativo a ellas es firme e indestructible. La génesis de las verdades matemdticas v7 Plat6n insistia en que la realidad y la inteligibilidad det mundo fisico sélo podian ser aprehendidas por medio de las mateméaticas del mundo ideal. No habia duda de que este mun- do estaba matematicamente estructurado, Plutarco nos refiere la famosa frase de Platon: «Dios geometriza cternamente.» En el didlogo La Reptiblica, Platén decia: «Este conocimiento [de la geometria] lo es de lo que siempre es v no de lo que tan pronto nace como perece.» Las leyes matematicas eran no sdélo la esencia de la realidad, sino también eternas e¢ inalterables. Las relaciones numéricas formaban también parte de la reali- dad, y las colecciones de cosas eran meras imitaciones de los mimeros. Mientras que con los primitivos pitagéricos los nu- meros eran inmanentes a las cosas, con Platén transeendian a las cosas. Platon fue mas allé que los pitagdricos por el hecho de que deseaba no solamente comprender la naturaleza por medio de las matematicas, sino sustituir la naturaleza misma por las matematicas. Creia que unas pocas miradas penetrantes al mundo fisico sugerirjan verdades basicas, con las que la raz6n podria después caminar sin ayuda. A partir de ese momento sélo habria matematicas. Las matematicas sustituirian a las investigaciones fisicas. Plutarco relata en su «Vida de Marcelo» que Eudoxo y Ar- quitas, contemporaneos famosos de Platon, utilizaban argumen- tos fisicos para «demostrar» resultados matematicos. Y Platon, indignado, denunciaba tales demostraciones como una corrup- cién de la geometria, puesto que usaban hechos sensibles en lugar de razonamientos puros. La actitud de Platon hacia la astronomia ilustra su postura respecto del conocimiento que se debia perseguir. Esta cien- cia, decia, no esté relacionada con los movimientos de los cuer- pos celestes visibles. La disposicién de las estrellas en los cie- los y sus movimientos aparentes son, efectivamente, hermosos y maravillosos de percibir, pero las meras observaciones y ex- plicaciones de los movimientos estan muy lejos de ser la verda- dera astronomia. Antes de que podamos alcanzar la verdadera ciencia «debemos dejar solos a los cielos», ya que la verdadera astronomia trata de las leyes del movimiento de las verdade- ras estrellas en un cielo matematico del que el cielo visible es solamente una imperfecta expresién. Animaba a sus discipulos a que se aficionaran a una astronomia tedrica cuyos problemas, decia, deleitan a la mente, y no a la vista, y cuyos objetos son aprehendidos por la mente y no por Ia visién. Las variadas figuras que el cielo presenta a la vista deben ser utilizadas 18 Morris Kline solamente como diagramas que ayuden a la busqueda de verda- des superiores. Debemos considerar la astronomia, lo mismo que la geometria, como una serie de problemas meramente sugeridos por las cosas visibles. Los usos de la astronomia en navegacién, elaborzcién del calendario y medicién del tiempo carecian de interés para Platén. Aristételes, aunque fue alumno de Platén y tomo de é1 mu- chas ideas, tenia un concepto muy diferente del estudio del mundo real y de la relacién de las matematicas con la realidad. Criticaba el espiritualismo de Platén y su reduccién de ja cien- cia a las matematicas. Aristoteles fue un fisico en el sentido literal de la palabra. Creia en las cosas materiales como la primera sustancia y fuente de la realidad. La fisica, y la cien- cia en general, deben estudiar el mundo fisico y obtener de él las verdades. E] conocimiento genuino se obtiene de la expe- riencia de los sentidos mediante la intuicién y la abstraccién. Estas abstracciones no tienen existencia independiente de las mentes humanas. Arist6teles hizo mucho hincapié en los universales, cualida- des generales abstraidas de las cosas reales. Para obtenerlos, decia, «partimos de las cosas que nos son cognoscibles y obser- vables, y avanzamos hacia las que son mas claras y mds cognos- cibles por naturaleza». Aristételes tomé las cualidades sensi- bles y obvias de los objetos y las elevé a conceptos mentales e independientes. ¢Qué lugar ocupaban las matematicas en el esquema que Aristételes tenia de las cosas? Las ciencias ffsicas eran funda- mentales. Las matemAticas ayudaban en el estudio de la natu- raleza describiendo propiedades formales tales como la forma y la cantidad. También las mateméticas proporcionaban las ra- zones de los hechos observados en los fenémenos materiales. Asi, por ejemplo, Ja geometria podia dar la explicacién de los hechos procedentes de la éptica y la astronomia y las razones aritméticas podian proporcionar las bases de la armonfa. Pero los conceptos y principios matematicos son, definitivamente, abstracciones del mundo real, Puesto que han sido abstraidos del mundo real, son aplicables a él. La mente humana posee una facultad que le permite, a partir de las sensaciones, llegar a esas propiedades idealizadas de los objetos fisicos y esas abstracciones son necesariamente verdaderas. Este breve repaso de los filésofos que forjaron y moldearon el mundo intelectual griego puede servir para poner de mani- fiesto que todos ellos hicieron hincapié en el estudio de la na- turaleza para comprender, apreciar y aprehender la realidad La génesis de las verdades matemdticas 19 subyacente. Mas atin, desde los tiempos de los pitagéricos prac- ticamente todos los filésofos afirmaron que la naturaleza obe- decia a un plan matemitico. A finales del periodo clasico, la doctrina del plan matemitico de la naturaleza estaba bien asen- tada y se habia instituido la busqueda de las leyes matematicas. Aunque esta creencia no produjera todas las mateméaticas pos- teriores, una vez aceptada sirvid de guia a la mayor parte de los grandes matematicos, incluidos aquellos que no estaban muy conformes con tal creencia. De todos Jos triunfos del pensa- miento especulativo de los griegos, el mas completamente nue- vo fue su concepcién de que el cosmos opera de acuerdo con unas leyes mateméticas al alcance del pensamiento humano. Los griegos, en consecuencia, se decidieron a buscar verda- des y en particular verdades acerca del plan matematico al que obedecia la naturaleza. ¢Qué hay que hacer para buscar verdades y garantizar que son verdades? También aqui Jos grie- gos proporcionaron el plan. Aunque éste se desarrollé graQual- mente desde el afio 600 hasta el 300 a.C., y aunque hay dudas acerca de quién lo concibié primero y cuando, hacia el afio 300 a.C. habfa sido ya perfeccionado. Las matematicas, en el sentido amplio del término, en el sentido de utilizar numeros y figuras geométricas, son anterio- res a la obra de los griegos cldsicos en varios miles de afios. En este sentido amplio del término, las mateméticas incluyen las contribuciones de muchas civilizaciones pasadas, entre las que la egipcia y la babilonia son las mas importantes, En to- das ellas, excepto en la civilizacion griega, las matematicas ape- nas eran una disciplina diferenciada: no tenian una metodolo- gia ni eran de interés para otras cosas que no fueran fines inmediatos y prdcticos. Eran una herramienta, una serie de reglas simples y desconectadas que permitian a la gente resol- ver problemas de la vida diaria: calendario, agricultura y co- mercio. Se llegaba a estas reglas mediante el tanteo, la expe- riencia y la simple observacién, y muchas eran sélo aproxima- damente correctas. Lo mejor que se puede decir de las matema- ticas de estas civilizaciones es que mostraban mas vigor que rigor de pensamiento y mas perseverancia que brillantez. El adjetivo empiricas podria muy bien caracterizarlas. Las mate- maticas empiricas de los babilonios y los egipcios sirvieron también como preludio del trabajo de los griegos. Aunque la cultura griega no estuvo enteramente libre de influencias externas —de hecho, los pensadores griegos viaja- ron y estudiaron en Egipto y en Babilonia—, y.aunque las ma- tematicas, en el moderno sentido del término, debieron pasar 20 Morris Kline por un periodo de gestacion incluso en ta favorable atmésfera intelectual de Grecia, io que los griegos crearon difiere tanto de lo que aprendieron de los demas como el oro de la hojalata. Habiéndose decidido por la biisqueda de las verdades mate- maticas, los griegos no podian partir de los groseros, empiricos, limitados, desconectados y, en muchos casos, aproximados resultados que sus predecesores, principalmente los egipcios y babilonios, habian compilado, Las matematicas, los hechos basicos acerca de los mimeros y las figuras geométricas, debfan formar un cuerpo de verdades, y el razonamiento matematico, dirigido a la consecucién de verdades acerca de los fendéme- nos fisicos, los movimientos de los cielos, por ejemplo, debfa producir conclusiones indubitables. ¢Cémo iban a ser alcanza- dos estos objetivos? El] primer principio fue que las matematicas debian ocupar- se de abstracciones. Para los filésofos que configuraron las matematicas griegas, la verdad, por su propio significado, sola- mente podria pertenecer a relaciones y entes permanentes e inalterables. Afortunadamente, la inteligencia del hombre, mo- vida a reflexién por las impresiones de los objetos sensibles, puede elevarse a concepciones superiores; estas concepciones son las ideas, las realidades eternas y el verdadero objeto del pensamiento. Habia otra razon para preferir las abstracciones. Para que las matematicas fueran sdlidas, debian abarcar en un solo concepto abstracto los rasgos esenciales de todas las posi- bilidades fisicas del concepto. Asi, la linea recta matematica debe abarcar las cuerdas tirantes, los limites de los campos y las trayectorias de los rayos de luz. De acuerdo con esto, la linea recta no podia tener grosor, color, estructura molecular 0 tensién. Los griegos fueron explicitos al afirmar que sus ma- teméaticas se ocupaban de abstracciones. Hablando de los ged- metras, Platén decia en La republica: éNo sabes que aunque hacen uso de formas visibles y razonan acerca de ellas no piensan en ésas, sino en los ideales a que se ascmejan; no en las figuras que trazan, sino en el cuadrado absoluto, en el di4metro absoluto... y que estan tratando, en realidad, de contem- plar las cosas en si mismas, las cuales sélo pueden ser vistas con los ojos de la mente? De aqui que las matematicas trataran ante todo de conceptos abstractos tales como la linea, el punto y el numero entero. Mas tarde se podrian definir conceptos tales como el de trian- gulo, cuadrado y circulo a partir de aquellos principios basicos que, como sefialé Aristételes, deben quedar sin definicion, ya La génesis de las verdades matemdticas 21 que de otro modo no habria punto de partida. La agudeza de los griegos se evidencia en el requerimiento de que se debia probar que los coceptos definidos tenian contrapartidas en la realidad, bien por demostracién, bien por construccién. Asi, no se podia definir el Angulo trisector y demostrar teoremas acerca de él, ya que pudiera no existir. Y, de hecho, puesto que los griegos no consiguieron construir un angulo trisector con las limitaciones que imponian a sus construcciones, decidieron no introducir el concepto. Para razonar acerca de los conceptos de las mateméaticas, los griegos partian de axiomas, verdades tan evidentes por si mismas que nadie podia poner en duda. Estas verdades eran perfectamente asequibles. Platon justificaba la aceptacién de los axiomas con su teoria de la recoleccién 0 anamnesis: Para ét habia, como ya hemos sefialado anteriormente, un mundo objetivo de verdades. Los humanos tenian experiencia como almas en otro mundo antes de venir a la tierra, y el almg no tenia mas que ser estimulada para recordar su experiencia an- terior, con el fin de saber que los axiomas de la geometria eran verdades. No se necesitaba ninguna experiencia sobre la tierra. Aristételes lo dijo de otra forma. Los axiomas son principios inteligibles que atraen la mente humana mas alla de toda posible duda, Sabemos que los axiomas, decia Aristoteles en Segundos analiticos, son verdaderos gracias a nuestra intuicion infalible. Mas aun, debemos poseer esas verdades sobre Jas que basar nues- tro razonamiento. Si, por el contrario, el razonamiento hubiera de utilizar hechos de los que no se supiera si son verdades, se necesitarian razonamientos posteriores para establecer esos hechos, debiéndose repetir este proceso indefinidamente. Se daria entonces una regresién infinita. Aristételes distinguia, entre los axiomas, nociones comunes y postulados. Las nocio- nes comunes son verdaderas en todos los campos del pensa- miento e incluyen afirmaciones tales como que «iguales afia- didos a iguales dan iguales». Los postulados se aplican a temas especificos tales como la geometria. Asi, «dos puntos determi- nan una unica recta». Aristételes decia que los postulados no necesitan ser evidentes, pero que cuando no lo sean deben ser corroborados por las consecuencias que de ellos se siguen. Sin embargo, los matematicos exigian la evidencia. Las conclusiones debian ser obtenidas de los axiomas me- diante razonamiento. Hay varios tipos de razonamiento. Por ejemplo, la induccion, el razonamiento por analogia y la deduc- cién. De todos los tipos, sdlo uno garantiza la correccién de la conclusion, La conclusién de que todas las manzanas son colo-

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