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Osu 1243974459
Osu 1243974459
Dissertation
By
2009
Dissertation Committee:
Donald R. Larson
Stephen Summerhill
Copyright by
2009
Abstract
Romanticism was born in Spain as a controversial movement and its study has
followed the same path through the years. The death of the absolutist King Fernando VII
in 1833 brought about a period of political and cultural openness in Spain, which
events, the Spanish intellectuals who fled into exile after the restoration of the absolutist
regime in 1823, returned to their country, bringing with them the ideas of liberal
romanticism. In the political arena, the década progresista took place from 1834 to
1844, in which different revolutions altered the political and social scene in Spain.
The circumstances cited above have lead literary critics in the past to identify the
Spanish romantic movement as entirely ideological with a liberal nature. The historical
context seemed to favor a progressive position upon which was built a critical tradition
romantic sources which, due to limited publications of books in the period, consisted
The recovery of Spanish romantic ideas from those principles affirmed by the
romantics themselves has produced critical perspectives which are far from those
traditionally accepted. In 1992, Derek Flitter presented a concept that substitutes the
Spanish liberal romanticism for a historic romanticism based on German romantic ideas.
To support his conclusions, Flitter recovers part of the literary theory and criticism that
Notably among all of the literary romantic periodicals from this decade, were El
Artista (1834-35) and No me Olvides (1837-38), which contained many similar themes
and featured the same collaborators. Although the former has been reprinted in a
facsimile edition, the study of the latter has not received a monographic study that
organizes its content, researches the biography of its director, and analyzes the romantic
In this context, my dissertation compiles all the information available about the
magazine to generate a monographic study that facilitates access to the available material
in the periodical. It also presents a detailed analysis of its contents, showing the deep
iii
romantic personality of the publication, while separating it from the polemic notion of
Spain.
This work concludes that the ideas expressed in No me Olvides support the
romantic historical theory that follows the tradition of German romanticism as proposed
by the Schlegel brothers. However, this study emphasizes the literary, not the ideological,
character of this romanticism while it endeavors to reevaluate the influence of the decade
iv
Dedication
A mis padres, por cada una de las sonrisas que esbozaron entre lágrimas al
v
Acknowledgments
He escrito tantas veces estás páginas en mi mente durante estos cuatro años que
ahora me parece imposible resumirlas en unas pocas líneas. Mi primer agradecimiento es,
duda, para Salvador García Castañeda, una persona excepcional, quien ha sido, mucho
más allá de los tópicos, no sólo un director de tesis, sino un amigo y un padre para mí.
Bajo su dirección he aprendido a trabajar con pasión y alegría y, más que nada, he
durante mi paso por la escuela graduada a ser lo mejor que podía ser, no sólo como
investigadora sino aún más como ser humano. Como siempre digo desde que tuve la
suerte de conocerlo, “de mayor quiero ser como Salvador” e irradiar el amor a la vida y a
la literatura de la misma forma en la que él lo hace, siempre con una sonrisa, con la
palabra adecuada.
increíble sensibilidad y amistad fuera de las aulas, han sido las motivaciones que
ayudado a crecer intelectual y personalmente durante mi paso por Ohio State University,
especialmente Maureen Ahern, quien me ayudó a poner en palabras por primera vez este
proyecto, a Vicente Cantarino, por sus sabios consejos, y a Ignacio Corona, por su fe en
Fernando Unzueta y Elizabeth Davis han sido indispensables por su pronta respuesta a
todas mis dudas académicas y burocráticas, sin las cuales tampoco podría haber llevado a
cabo este proyecto. Mención aparte merece Janice Macián y Rob Robison, quienes me
tiempo que prosigo con mi doctorado en España. Ella fue la primera en confiar en mí y en
vii
brindarme la oportunidad de cumplir mi sueño de dedicar mi vida al estudio de la
literatura española.
A nivel personal, este trabajo no habría sido posible sin el apoyo de mis
notablemente a esta tesis con sus sugerencias y críticas. Entre ellos, debo muchísimo a
mis amigos de la “Poderosa Generación de 2005”, los cuales me han acompañado durante
estos cuatro años y han convertido Columbus, Ohio, en mi segundo hogar por encima de
cualquier competencia académica. Sarah, Desi, Fernando, Nacho, Anita, Pilar, Lorena,
Diego, Evelyn, Manuel, Kirk, Carmen y muchos otros que llegaron después se han
convertido en amigos inseparables que viajarán conmigo en mi corazón dónde quiera que
vaya y han llenado la distancia de razones para sentirme feliz lejos de mi hogar.
Aunque estén un poco más lejos, quiero agradecer a mis amigos de España su
ánimo constante y su confianza desde hace años en esta extraña pasión mía por dedicar
mi vida y mi tiempo a los libros. Rebeca, Silvia, Inés, Teresa, Miriam, Pedro y todos mis
amigos de Madrid y Manzanares han estado presentes en los buenos y malos momentos
que he vivido desde que dejé España entre lágrimas un 25 de agosto y jamás podré
viii
Supongo que es un tópico decir que ni una sola de estas páginas existiría sin mi
familia pero, en mi caso, es especialmente cierto. Junto a mis padres, a los que jamás
inmensa generosidad por haber aceptado el dolor con alegría para permitirme sobrevivir a
siete maravillosos sobrinos y uno más en camino que han sido mi sonrisa cuando estaba
por ellos que estas cuatrocientas páginas han llegado a buen puerto y será por ellos todo
lo que consiga y lo que he conseguido en mi vida. Juntos, como la enorme familia que
somos, hemos crecido en esta aventura que no ha sido sólo mía en ningún momento y en
corregir mi trabajo. A mi hermano Javi le doy las gracias por las imágenes y, sobre todo,
por la poesía, que nos acompañará mientras vivamos y que es el comienzo de este trabajo
y de todos mis sueños. No olvido a los que ya no están, especialmente Elvira y Emiliana,
ix
I would also like to thank the Colon family, which became my second family
while I lived in the US. Their constant support and love made me appreciate this country
as much as I love my own. I truly believe now that good people are everywhere and I
have been incredible lucky to find them. A Scott, por supuesto, entre otras muchas cosas,
le debo mi felicidad y el que estos cuatro años y esta tesis hayan sido un medio y no un
fin en mi vida. Es imposible, incluso para mí que tanto hablo y escribo, expresar en
imposible negar que no habría sido capaz de lograrlo sin él. Gracias por tu respeto
académica.
x
Vita
University of Madrid
Madrid.
Publications
Pérez Magallón (eds). Valladolid 2008: McGill University and Universitas Castellae.
249-259.
xi
Fields of Study
xii
Table of Contents
Abstract ......................................................................................................................... ii
Dedication ..................................................................................................................... v
Acknowledgments........................................................................................................ vi
Vita............................................................................................................................... xi
Objetivos y Significado..................................................................................................................16
Organización y Estructura.............................................................................................................22
Aspectos Económicos....................................................................................................................43
xiii
El Medio Social y Cultural del Romanticismo Español ..................................................................55
El Público Lector............................................................................................................................64
Legislación y Prensa......................................................................................................................73
Biografía .....................................................................................................................................122
Capítulo VI. Teoría y Crítica Literaria. Crítica de Bellas Artes ........................... 153
xiv
Características de la Crítica Teatral en No me Olvides ...............................................................201
El Grabado ..................................................................................................................................277
Noticias y Anuncios.....................................................................................................................294
xv
List of Illustrations
Ilustración 1 Evolución del tiraje de periódicos. Siglos XIX y XX. (Fuente: Valls 260) 94
xvi
Primera Parte. Introducción
1
Capítulo I. Introducción
El siglo XIX supuso para España y, en general, para el continente europeo una de
las épocas más revolucionarias en todas las esferas de la civilización, pues trajo consigo
trasformaciones que definen las bases de la sociedad moderna. Como producto de estas
como referente de cambio y se convirtió en una corriente general que abarcó todos los
sentimientos que marcaron su evolución, como afirmaba Hans Juretschke ("Las revistas
románticas" 409).
explica la frecuente polémica que acompaña a los estudios críticos sobre el romanticismo
España. El estudioso que se aproxima a este apasionante debate no puede más que
sentirse perdido entre docenas de teorías y posiciones que pretenden explicar, de forma
nuestro país, quizá guiadas por prejuicios o posturas predeterminadas que impiden
2
Afortunadamente, la interdisciplinariedad que acompaña a los estudios literarios
algunos de estos debates, y ha dirigido la atención de la crítica a las fuentes primarias que
dieron forma al romanticismo español durante la primera mitad del siglo XIX. Ha sido
documentos primarios que las unieron, lo que me llamó la atención al estudiar este
La muerte de Fernando VII en 1833 dio comienzo a una etapa de apertura política
que habían partido al exilio con la restauración del régimen absolutista a finales de 1823,
regresan al país trayendo consigo la que se ha considerado por una parte de la crítica
como la gran explosión del romanticismo español. Los periódicos y revistas literarios
fueron los encargados de difundir y promover estos “nuevos” ideales románticos que se
desde 1834 hasta 1844, tuvo lugar la llamada “década progresista”, en la que diversas
revoluciones alteraron el panorama político y social español, como las guerras carlistas
3
que, desde 1833, enfrentaron a los liberales, partidarios de Isabel II (hija de Fernando VII
y heredera legítima de la corona, quien era entonces una niña), con los seguidores de
Carlos María Isidro, hermano del monarca, quien pretendía restaurar el régimen
absolutista.
ideológico de carácter liberal, que apoyaba al bando defensor de la joven reina Isabel y
mismo Böhl de Faber, quien introdujo en España las teorías del romanticismo histórico y
El punto de vista del romanticismo liberal fue ampliamente aceptado, con escasas
salvedades, por parte de aquellos que equiparaban la definición del escritor romántico
con la del político liberal, basándose en la ingente actividad periodística y política llevada
liberal. Aunque se reconocía una reacción frente al romanticismo liberal de corte francés
que culmina en la década de los años 30, esta divergencia se atribuía a un supuesto
4
romántico puramente literario) o bien a la presencia de un romanticismo moderado pero
existencia de una corriente que defendía dichas posturas, al enunciar su teoría sobre la
influencia del romanticismo alemán sobre los románticos españoles. En esta línea se
encuentran los trabajos posteriores de Juan Luis Alborg, Leonardo Romero Tobar, Derek
Flitter o incluso, aunque con conclusiones muy distintas, de Philip Silver. Estas nuevas
1992, José Carlos Mainer aludía a este conocido debate, afirmando que la introducción y
tiempo que lanzaba algunos de los grandes interrogantes que quedan por resolver sobre el
5
Romanticismo en España que, pese a los nuevos enfoques comparatistas abordados por
Aunque han pasado más de veinte años desde que ambos estudiosos escribieran
sobre este desacuerdo en la historia crítica del siglo XIX español, los diferentes intentos
por parte de los investigadores más actuales tampoco parecen haber creado un consenso
tan aparentemente bien conocido como el romanticismo español pero de tan difícil
verifica en el paso del siglo XVIII al XIX” (73). Así se constituye “uno de los más
español 73).
mismo Flitter (entre otros) para reorganizar la cronología del movimiento y de la poesía
moderna en nuestro país. Ambos autores son ejemplo de una corriente crítica que intenta
6
redefinir el movimiento romántico partiendo de nuevos supuestos, bien sea desde su
volviendo a las fuentes mismas del romanticismo español, a las fuentes primarias que, en
Resulta interesante observar que el estudio cuidadoso de las fuentes originales del
de libros en esta época, ha sido muy discontinuo desde el mismo siglo XIX. Robert
estudio del siglo decimonónico pues es, a través de ella, como el especialista en este
periodo puede aprehender mejor “el movimiento de las ideas en su curso y en sus
abren camino y lentamente se implantan o se imponen” ("La prensa española del siglo
XX: algunos problemas de investigación" 15). Romero Tobar, con un objetivo similar,
literatura romántica, quien “de igual manera que el investigador en otros campos de la
vida colectiva del XIX precisa conocer la existencia de los periódicos y revistas de aquel
Pero fue, sin duda, el artículo de Hans Juretschke “Las revistas románticas
7
del siglo pasado, sobre la importancia real de las publicaciones del romanticismo español
consideraba que ni la influencia francesa e inglesa ni las teorías estéticas alemanas eran
suficientes para explicar “una literatura tan rica y varia como la del romanticismo
español” y que para comprenderla era necesario “estudiar de cerca los elementos
constitutivos”, para lo cual no había mejor medio que acudir a las revistas “que
Simón Díaz o Pablo Cabañas, autores de algunos de estos índices, no fue retomada
cayeron en el olvido. Con frecuencia, dichas fuentes fueron recuperadas únicamente para
apoyar el trabajo de un escritor romántico o para confirmar alguna de las muchas teorías
sobre el movimiento romántico, pero sin ser abordadas en su totalidad, obviando de esta
forma elementos que podrían dar luz a una aproximación más aceptada del romanticismo
en España. Es de nuevo Marrast quien considera esta lectura fragmentada de la prensa del
periodo como uno de los principales problemas de investigación a la hora de estudiar las
publicaciones españolas del siglo XIX, y denuncia la frecuente tendencia “que consiste
conceptos apriorísticos, para después recoger en los diarios y en las revistas la expresión,
8
negativa o positiva, de estos conceptos” ("La prensa española del siglo XX: algunos
síntesis impuesta por el título dado a su estudio” (Marrast "La prensa española del siglo
período comprendido entre 1834 y 1840, no sólo por el incremento del número de
del momento. Debido a esta relevancia, resulta sorprendente, por citar un ejemplo, que no
este periodo crucial para el movimiento romántico de la forma en que, por ejemplo,
Salvador García Castañeda estudia la década posterior apoyándose en las ideas literarias
fragmentado y escaso, sin existir una monografía que organice su contenido, aborde la
9
biografía y producción de su director, Jacinto de Salas y Quiroga, y analice las ideas
autónomo, con un doble objetivo: primero, el de generar una monografía que facilite el
posición ideológica y literaria y cómo ésta puede afectar al debate crítico sobre la
necesario volver a los antecedentes del debate sobre el romanticismo en España y a mis
romanticismo fue un movimiento largamente gestado pero de breve duración que tuvo su
10
punto culminante en los años 1834-1837, dando paso a un posterior eclecticismo que
Aunque el trabajo de Peers ha sido durante décadas uno de los análisis más
completos del movimiento romántico en España, su enfoque fue pronto criticado por no
tener en cuenta factores extra literarios que, para gran parte de la crítica, suponían la base
definitoria del mismo. En este sentido se posicionaron académicos como Ángel del Río,
Vicente Llorens, Donald Shaw, Ricardo Navas-Ruiz, Iris Zavala o José Luis Abellán,
verdadero con anterioridad al regreso de los exiliados en 1834. Esta posición estaba
claramente vinculada a una lectura ideológica del movimiento romántico, puesto que los
escritores en el exilio eran conocidos por su carácter liberal y por su vinculación con la
situación política, sin olvidar que su regreso resulta de la apertura liberal tras la muerte de
Fernando VII.
sino acusando al mismo Böhl de haber “arruinado [la causa romántica] para todos,
1
Le Gentil ya había expresado la teoría de un romanticismo ecléctico en España en su estudio sobre las
revistas románticas de la época. Curiosamente en su trabajo no menciona la publicación dirigida por Salas y
Quiroga, No me olvides.
11
«ilustrados»” (26). De la misma opinión sería Donald L. Shaw, quien afirmaría que fue el
Juan Luis Alborg fue uno de los primeros en oponerse a las afirmaciones
anteriores, como ya había hecho Juretschke en su artículo citado, al considerar que los
responsables del rumbo que tomaría el romanticismo en España eran los críticos de la
romanticismo español.
interdependientes”, puesto que supone iniciar el estudio del periodo romántico “partiendo
aceptado de romanticismo liberal español que pretende no sólo recuperar la labor llevada
a cabo primero por Böhl y continuada por Lista y Durán, sino ratificar la existencia de un
movimiento romántico bien definido en España, el cual tiene sus raíces en las teorías de
los hermanos Schlegel. El mismo Navas Ruiz se vería obligado a matizar su polémica
12
liberalismo, aunque negando cualquier movimiento de carácter reaccionario (Navas Ruiz
romántico y le otorga un papel antes negado al trabajo de Böhl, Lista y Durán al afirmar
que la aparición del romanticismo en España “no fue algo abrupto, sino un lento proceso
Pero es probablemente Flitter quien realiza el estudio más completo en esta línea,
al sostener sus argumentos mediante referencias a las fuentes primarias del movimiento
tanto en Alemania como en España. Flitter recupera parte de la teoría y crítica literaria
que los románticos vertieron no sólo en revistas, sino también en prólogos a obras
Jacinto de Salas y Quiroga, Nicomedes Pastor Díaz o Enrique Gil y Carrasco. El objetivo
del hispanista, que determina la selección de los textos anteriores, es demostrar cómo los
literaria española del periodo romántico, concluyendo que nuestro romanticismo duró
“más de lo que la mayor parte de los críticos modernos ha sugerido, y fue más consistente
a reconocer” (Teoría y Crítica del Romanticismo Español 280). De esta manera Flitter se
romántico español, basándose para ello en una ingente cantidad de referencias a los textos
13
Mencionaré por último el trabajo revisionista llevado a cabo por Philip Silver,
destituir el paradigma actual para sustituirlo por otro que permita una mejor comprensión
la lucha por la hegemonía entablada por la burguesía y afirma que “si los críticos
porque el único Romanticismo que se dio en España y que podía tolerar el primer
liberalismo español fue decididamente conservador” (17). Desde este supuesto, Silver
ausencia se vio compensada por una restitución posterior representada por poetas como
puesto que olvida completamente el trabajo de los artífices del movimiento romántico, si
solución a este debate. Sí merece especial mención, no obstante, el trabajo llevado a cabo
14
por Leonardo Romero Tobar, quien en Panorama Crítico del Romanticismo Español
recoge muchas de estas opiniones y ofrece una extraordinaria bibliografía que ha sido de
Quiroga.
Pablo Cabañas del mismo nombre, publicada por el CSIC en 1946, la cual constituye un
labor novelística. Entre ellas se encuentran “Un Romántico olvidado: Jacinto Salas y
Quiroga” de Emilio Alarcos Llorach (1943); “Salas y Quiroga´s El Dios del siglo, novela
actuales de Cristina Patiño Eirín (1999, 2004). La mayor parte de los manuales que
que era necesario un estudio en profundidad de la misma que actualice sus contenidos y
pertinente, aquellos manuales que toman la revista como fuente de información para
15
determinados géneros durante el periodo romántico, como el estudio sobre el cuento
Objetivos y Significado
una selección de las teorías más destacadas sobre el romanticismo español, se extrae la
es más negativo: los aspectos literarios que más nos interesan del romanticismo han
quedado sepultados por innumerables teorías que no tienen en cuenta el trabajo creador
que nuestros románticos llevaron a cabo. Contados son los estudios que recogen la
narrativa breve en este periodo y aún más escasos los que se han encargado de recopilar
En este contexto, mi objetivo general ha sido cubrir parte de este vacío con una
monografía que identifique las ideas literarias y artísticas que transmitieron los autores
16
lectura fragmentada de las mismas que se ha hecho hasta ahora. Para ello he dividido mi
1. El análisis de las ideas expuestas por los diversos autores en los artículos de carácter
revista.
revista para definir con más precisión su posición ideológica y literaria y observar
estudio: una única revista literaria. El estudio de una sola publicación impide establecer
interrelaciones con otros textos del periodo en una dimensión sincrónica. No obstante,
Mis objetivos están igualmente limitados por mi compromiso de realizar un análisis fiel a
que no sea necesario acudir a ellos) otros aspectos extra literarios que, a mi juicio, han
17
Si bien soy consciente de que este estudio no puede resolver el conflicto creado
sobre la definición y carácter del movimiento romántico en España (por las limitaciones
expresadas anteriormente y por la larga tradición que avala este debate) creo firmemente
que sí constituye una referencia tangible que actúa como voz para aquellos autores que
han quedado olvidados en las páginas de la prensa romántica y los posiciona como factor
constituyó como el soporte de masas que sigue siendo actualmente y desarrolló un papel
pretendido recuperar una cabecera olvidada durante décadas que posee un valor
inigualable no sólo como tribuna literaria sino como ejemplo temprano de prensa
literarios. Baste la siguiente cita de Leonardo Romero Tobar para confirmar esta
importancia:
crítica que se publican en sus páginas sino, especialmente, por las peculiares
18
invención de nuevos géneros, de contornos imprecisos pero de fecunda
descendencia (39).
Gran parte de la literatura crítica sobre el primer punto ha sido revisada al abordar
que ejemplifican las teorías más conocidas y relevantes sobre el mismo, siguiendo los
“tres centros de discusión” en los que Romero Tobar organiza la bibliografía sobre el
tema (79).
histórica, en el que destaca el trabajo de Peers, ya mencionado. Este hispanista sitúa los
influencia hasta 1860, si bien el gran logro del movimiento (puesto que Peers destaca su
fecundidad mayor que comenzó hacia 1870” (Tomo II 569). Así, el hispanista defiende la
19
continuidad histórica del espíritu del romanticismo al definir la literatura española como
conservador, (y las diferentes aproximaciones que de cada uno de ellos han llevado a
cabo los críticos) frente a aquellos que abogan por un movimiento unitario, ya sea liberal,
romanticismo liberal he estudiado los trabajos de Donald Shaw, Robert Marrast, Vicente
Juan Luis Alborg. También resulta fundamental la tesis del mismo Romero Tobar, quien
habla de un “entendimiento del romanticismo español como réplica del europeo para los
fenómenos de «larga duración»” pero admitiendo “los rasgos diferenciales que delimitan
movimiento romántico que promueve la unidad nacional bajo el poder de Castilla. En una
romanticismo español, formada por tres generaciones que comparten la negación del
defiende una evolución que proviene del siglo XVIII, dando lugar a “una tendencia
20
romántica de unos cien años de duración” (85). Sebold se refiere a un primer
romanticismo, que abarcaría desde 1770 a 1800; a una etapa de represión que comprende
las décadas de 1800 hasta 1830; un segundo romanticismo que tuvo lugar entre 1830 y
1850 y, por último, un movimiento postromántico situado entre 1850 y 1870 (85).
El estudio de estos centros y de las teorías más relevantes en cada uno de ellos
resulta de gran importancia para establecer el contexto en el que se sitúan las ideas
generales de la prensa del período para establecer la evolución de las ideas literarias en
relación con el formato que facilitó su difusión, lo que justifica que un capítulo de este
exhaustivo examen de las fuentes primarias, esto es, de los ejemplares de No me Olvides
posiciones estéticas. La escasez de datos no sólo biográficos sino literarios sobre Salas y
21
El análisis de este material, como revelo en la siguiente sección, ha estado guiado
por una clasificación genérica de los textos de la revista que atienda a sus aspectos
literarios. Para llevar a cabo el análisis he procedido a una lectura exhaustiva de los
Organización y Estructura
romántica abanderada por El Artista (1834-35). Tomando dicha publicación como base
completa con los dos capítulos que contextualizan el objeto de estudio. El primero,
económicos, sociales y culturales de las primeras cuatro décadas del siglo XIX. La
extensión de éste viene motivada por la complejidad misma de dicho periodo en España y
por mi propio interés de mostrar la marcada interrelación que existió entre todos los
algunos datos interesantes sobre el público lector del siglo XIX que nos ayudan a
22
contextualizar la recepción que la prensa y la cultura escrita tuvieron en aquellos años.
especial atención al papel jugado por la censura y a las principales características de las
capítulo se completa con una exposición de la línea editorial del periódico literario
dirigido por Salas y Quiroga, basada en las ideas recogidas en los dos prospectos que
acompañaron a la publicación.
completa biografía del mismo que incluye datos hasta ahora no publicados por la
comunidad académica.
de su contenido.
23
El décimo y último capítulo de la segunda sección completa el análisis de los
formado por una matriz de contenidos que, a modo de índice, organiza los textos
aparecidos en la publicación.
24
TRABAJOS CITADOS EN ESTE CAPÍTULO:
Alarcos Llorach, Emilio. "Un romántico olvidado: Jacinto de Salas y Quiroga." Estudios
y ensayos literarios. Madrid: Júcar, 1976. 37-59.
Brown, Reginald F. "Salas y Quiroga. El Dios del siglo. Novela original de costumbres
contemporáneas, Madrid, 1848." Bulletin of Hispanic Studies 30.117 (1953): 32.
López Sanz, Genoveva Elvira. Relato breve de ficción en la prensa de Madrid, (1838-
1842). Tesis doctorales. Ciencias Sociales. Madrid: [Universidad Complutense],
2005.
Marrast, Robert. "La prensa española del siglo XX: algunos problemas de investigación."
Prensa y Sociedad en España 1820-1936. Eds. Manuel Tuñón de Lara, Antonio
Elorza y Manuel Pérez Ledesma. Madrid: Cuadernos para el Diálogo, 1975. 15-
21.
25
Patiño Eirín, Cristina. "El dios del siglo, de Salas y Quiroga: Encrucijada de folletín y
novela." Insula: Revista de Letras y Ciencias Humanas 693 (2004): 30-32.
Peers, Edgar Allison. Historia del movimiento romántico español. Trans. José María
Gimeno. Madrid: Gredos, 1973.
26
Capítulo II. Contexto Histórico
Pocos fenómenos literarios manifiestan una relación tan estrecha con los
acontecimientos históricos que los enmarcan como el movimiento romántico, siendo ésta
una correspondencia que se presenta en casi todos los países europeos en los que penetró
Antiguo Régimen en una sociedad de clases que respondía a una nueva distribución del
romántico no sólo no fue ajeno a estos cambios revolucionarios, sino que se convirtió,
mismos. Al mismo tiempo, ha sido en gran parte esa actividad cultural romántica la que
27
luchas en todos los ámbitos de la sociedad, propiciado por la estrecha conexión entre lo
esta correlación considerando que “el texto literario está en la historia y es, a la vez,
especializados” (Panorama crítico del romanticismo español 113). De este modo, “un
mundo en cambio total en el que sus piezas más significativas mantenían estrechas
relaciones entre sí” se convierte en el escenario “en el que la actividad de los artistas
La historia política de la primera mitad del siglo XIX viene marcada por la
posterior del constitucionalismo español” (Bahamonde Magro y Martínez Martín 19), que
situación política vivida durante los años que nos interesan, especialmente 1837-1838.
militar de España, y en marzo de 1808 el descontento de las élites más tradicionales hacia
28
la gestión de Godoy había llevado a éstas a apoyar al príncipe Fernando, obligando a
Carlos IV a abdicar a favor de su hijo tras los acontecimientos del Motín de Aranjuez.
Fueron principalmente estos dos sucesos y las respuestas populares que conllevaron
(destacando la insurrección del dos de mayo contra Murat, que supone el arranque de la
Sería la labor de las Cortes de Cádiz durante los años 1810 a 1813 la que
del Antiguo Régimen, una de cuyas piezas básicas era el régimen señorial, (…); por otro,
político y a una nueva configuración del Estado” (Bahamonde Magro y Martínez Martín
59). De este proyecto surge el “«código sagrado» que definía el liberalismo español como
29
Martínez Martín 60). Incluía igualmente el reconocimiento de los derechos
franceses, a los que había desacreditado el recurso del Terror” (Artola 43).
frente a los conservadores y, con similar objetivo, a raíz de la división de los liberales en
presentada por los conservadores como producto de una minoría radical, ajena a toda
opinión representativa de España”, si bien los liberales de Cádiz “no representaban tan
credenciales electores”, ya que si existía una nación política, ésta era reformista (103). No
obstante, las ideas derivadas del radicalismo de finales del XVIII predominaron en el
reformismo español.
El régimen liberal que buscaban instaurar las Cortes de Cádiz quedó frustrado por
el regreso de Fernando VII el 24 de marzo de 1814 y por el Real Decreto del 4 de mayo
del mismo año, que anulaba la labor realizada por los doceañistas y restauraba el régimen
monarquía tradicional que gobierna por medio de las Cortes históricas, sujeta a Dios y al
30
ministerial del siglo XVIII” (Carr 128). Según Miguel Artola, fue la caída de Napoleón y
el auge del pensamiento romántico los que proporcionaron a las fuerzas conservadoras de
“restauración del orden legítimo, entendiendo por tal el existente antes de la revolución”
y la “represión de cualquier acción dirigida a destruirlo” (47). Sin embargo, esta solución
absolutista no pudo vencer la inestabilidad política motivada en gran parte por la quiebra
programa del rey mediante acciones consideradas como pronunciamientos, aunque como
indica Artola algunas no fueran tales (49). Raymond Carr define el pronunciamiento
como “el instrumento de la revolución liberal en el siglo XIX”, caracterizado por una
insurrección de oficiales “justificada por una burda teoría política que hacía del cuerpo de
“venía viciada (…) podía ser rescatada por el gesto heroico de un general o la
participación del ejército en la esfera política y contribuyen a crear la imagen del héroe
romántico puesto que, “aunque (a los líderes del pronunciamiento) les moviera el interés
31
En esta línea se sitúan las tentativas de Mina, Porlier y Lacy, quienes tendrían que
liberal. Quiroga y Riego fueron los principales artífices del pronunciamiento a favor de la
Constitución de 1812, el cual tuvo lugar el 1 de enero de 1820 y dio comienzo al Trienio
Liberal, un periodo en el que el ejército fue el protagonista frente a un pueblo apático que
marcarían la evolución posterior de esta corriente. Como explica Carr, durante la reunión
de las Cortes en julio de 1820, “el intento del gobierno de imponer el orden por encima
que dividiría al liberalismo en moderado y radical exaltado (137). Esta división era
posición social por un lado y radicales urbanos por otro”(Carr 137), división común al
liberalismo europeo que crearía el escenario político de décadas posteriores. Las causas
Carr distingue tres grandes grupos ideológicos en la escena política del trienio: los
moderados, los exaltados y los afrancesados. Los primeros eran los «presidiarios»,
32
encarcelados por Fernando VII en 1814 por su papel como artífices de la Constitución de
1812, que habían relajado sus posiciones con el tiempo y rechazaban el radicalismo, pues
para ellos “la política no era ya una ciencia abstracta de axiomas inmutables” sino la
búsqueda de un sistema que conciliara libertad y orden (Carr 137). Los exaltados, por su
prensa exaltada y en los clubs. Por último, los afrancesados sufrieron durante el trienio
la Rosa fueron los dirigentes moderados, destacando entre sus medidas el proyecto de
reforma constitucional de éste último, que quedó frustrado por la rebelión de la Guardia
Real en julio de 1822. Esta revuelta pretendía restaurar al rey Fernando VII, pero se
ayuda francesa para derrocar al régimen liberal. El declive moderado, puesto en evidencia
tras las jornadas de julio, dio paso a un gobierno exaltado con Evaristo San Miguel como
dirigente. Sin embargo, la crisis interna en el liberalismo, alimentada por el mismo rey,
33
condujo al final del Trienio Liberal cuando el monarca recibió finalmente el apoyo
francés con la conocida intervención de los Cien Mil Hijos de San Luis.
Fernando VII fue liberado y se inició una nueva etapa de despotismo ministerial
del monarca absolutista y que terminaría con su muerte en septiembre de 1833. Este
periodo, menos estudiado que otras etapas del siglo XIX, ha sido frecuentemente
reducido a una respuesta autoritaria y cruel del monarca absolutista frente a las
revoluciones liberales. Sin embargo, como señalan algunos historiadores (Carr, 152;
Bahamonde y Martínez, 153-54), la situación en esta década fue mucho más compleja y
tuvo como agentes no sólo al rey sino también a las autoridades locales, a los ministros e
Esta revuelta era un signo de que el absolutismo del monarca no era ya tan radical y
Pero serán los años de 1830-1832 los que marcarán “los orígenes inmediatos del
carlismo como partido político y los comienzos del proceso que habría de sustituir el
34
despotismo ministerial de Fernando por la monarquía constitucional”, como señala Carr
(156). En estos años, y tras el casamiento de Fernando con María Cristina de Nápoles en
del monarca en caso de que María Cristina tuviera una hembra y no un hijo varón, como
efectivamente ocurriría en octubre de 1830 al nacer la futura Isabel II. Para posibilitar el
reinado de su futura hija, María Cristina había buscado el apoyo de los liberales, quienes
convencieron al rey para que publicase la Pragmática Sanción en marzo de 1830, la cual
apartaría a Carlos María Isidro del trono incluso si la reina daba a luz una niña. Esta
Sanción, aprobada por las Cortes en 1789 pero nunca publicada, se enfrentaba a la Ley
Sálica, introducida por Felipe V en 1713, que privilegiaba a los varones en la sucesión
Pragmática Sanción, mientras que los carlistas reclamarán la legalidad de la Ley Sálica,
dando lugar a una serie de guerras carlistas que se suceden a lo largo del siglo XIX.
Palacio, serán los sucesos de La Granja de septiembre de 1832, que tuvieron lugar cuando
la salud de Fernando VII hacía pensar a sus enemigos en una pronta muerte. La reina,
sola, se vio obligada a revocar la Pragmática Sanción ante la amenaza del Infante Carlos
de comenzar una guerra civil. Sin embargo, una semana después, los partidarios de María
respondiendo al “contrato original por el que se fundó el partido cristino” (Carr 158),
35
contrato por el que los liberales se comprometían a proteger a la futura reina regente a
cambio de su apoyo en el escenario político. Será así como los liberales regresen al poder
la apertura política y social y por los enfrentamientos con el carlismo, periodo que se
Como señala Carr, la muerte de Fernando VII transformó “la discordia de las
facciones cortesanas en una guerra civil entre los partidarios de don Carlos y los
defensores del trono de la reina Isabel”, guerra que se convirtió “por la obligada alianza
de María Cristina con los liberales, en una guerra entre los grandes principios del
Corona” (Artola 64). Este régimen se plasmaría en el Estatuto Real de abril de 1834, que
Para Artola, el Estatuto fue “el símbolo de la transacción ofrecida por los
isabelinos a los liberales” (64), aunque fue considerado insuficiente por los liberales y no
logró la adhesión de la totalidad del grupo. A juicio de Carr, el Estatuto fue “la creación
de un grupo de liberales regresados del exilio amparados en una amnistía, que aceptaron
36
el poder en condiciones que dejaban fuera a otros liberales” que no fueron amnistiados
(162). La oposición del sector más radical giraba en torno a “la unilateralidad moderada
daba a las «verdaderas» conquistas liberales” (Gay Armenteros 443). Cuando este sector
progresista.
de 1835, “verdadero punto de inflexión hacia la quiebra del régimen que culminará un
año más tarde con el motín de la Granja, el fin del Estatuto y el restablecimiento de la
los años 1835 y 1836 fueron decisivas en el camino hacia el nuevo sistema
doctrina política de la nueva situación: dependencia del gobierno frente a las cámaras
37
(…), y necesidad de llegar a una declaración legal de los derechos del ciudadano” (Artola
suprimidas. Pero sería su propuesta de una nueva ley electoral la que provocaría el
1836.
Las elecciones de febrero del mismo año dieron la victoria a los progresistas, “en
Magro y Martínez Martín 205). La victoria progresista incrementó las críticas moderadas,
dimitir en mayo de 1836. Un gobierno formado por antiguos exaltados (Istúriz, Alcalá
conduciendo de nuevo a la disolución de las Cortes. Habría que esperar a las elecciones
de julio de 1836 y a la respuesta popular para que la crisis del sistema creado por el
Los comicios de julio dieron la victoria al gobierno de Istúriz, lo que fue visto por
los progresistas como una amenaza a los logros liberales. Este descontento, unido a las
38
derrotas frente al ejército carlista en el Norte, dieron lugar a los levantamientos del
pueblo liberal en los meses de julio y agosto de 1836, los cuales obligaron a la reina
Calatrava tomaría el control del Gobierno progresista en agosto de 1836, con Mendizábal
como ministro de Hacienda. Tras una serie de medidas radicales, el nuevo sistema tomó
monarquía constitucional basada “en el equilibrio entre los principales actores del juego
intento de los liberales radicales de llegar a un compromiso que pudiera crear desde la
el texto provocó una nueva división de los liberales de izquierda que conduciría a los más
radicales a integrarse en el partido demócrata de los años 40 (Carr 183). Por su parte,
daría lugar a un grupo de colaboradores con el nuevo régimen y a otra sección que
tendencia de lo que más adelante se conocerá como moderados históricos” (Artola 141).
disolver las Cortes, las cuales se dividían a su vez en dos cámaras, el Congreso y el
39
Senado, con poderes legislativos similares. Como señala Artola, con la monarquía
corte progresista fue utilizada por los moderados y la Corona en su propio beneficio a
través del fraude electoral y de las intervenciones del ejército, que limitaron los gobiernos
suministros a los ejércitos por parte de Mendizábal para posicionar a los oficiales y a la
opinión pública en contra del Gobierno progresista (Carr 182). Así, tras la caída del
Gobierno de Calatrava, las elecciones de septiembre de 1837 darían como resultado una
gobierno central fortalecido por parte de los moderados y el apoyo al poder de los
municipios por parte de los progresistas, condujo al diseño de “los discursos angulares de
dos proyectos políticos diferenciados en sus raíces filosóficas, en sus objetivos y en sus
2
En junio de 1839 las elecciones dieron como resultado una mayoría progresista pero ésta no fue respetada
por el gobierno moderado de Pérez de Castro.
40
referentes sociales” (Bahamonde Magro y Martínez Martín 213): el proyecto
Cristina y las camarillas, Espartero y el ejército, el pueblo liberal y la milicia, son los
limitar las libertades concedidas por la Constitución de 1837 así como el creciente poder
de los ayuntamientos frente al régimen señorial; y los progresistas, que les acusaban de
dos agentes principales del conflicto: María Cristina y el General Espartero. La visita de
la regente a Barcelona para negociar con el general catapultó los acontecimientos que
que se rebeló desde los Ayuntamientos en un movimiento juntero que se extendió por
todo el país con el apoyo de la mayoría del ejército y de la milicia nacional (Bahamonde
Magro y Martínez Martín 216). Con la Regencia de Espartero (1840-43) se da paso a una
nueva etapa de dominio moderado cuya pieza clave será la Constitución de 1845.
41
Volviendo al conflicto por la sucesión dinástica, los años de 1833 a 1840
encuadran la Primera Guerra Carlista, la cual guarda estrecha relación con la disolución
Magro y Martínez Martín 188). En octubre de 1833 se había iniciado la rebelión carlista
en el Norte contra Isabel II, formada por partidas rebeldes con escasa organización que
Zumalacárregui convertirá en ejército en 1834, al ser nombrado por don Carlos jefe
supremo de las fuerzas carlistas del Norte. En ese mismo año el pretendiente al trono
había confirmado su apoyo a los fueros y privilegios del Señorío, lo que impulsó el apoyo
De acuerdo con Artola, la guerra carlista atravesó tres etapas (58). La primera
estuvo protagonizada por Zumalacárregui, con quien el ejército carlista conquistó las
plazas menos importantes gracias a las continuas victorias del general. Como
consecuencia de este temprano éxito, don Carlos decidió acometer la conquista de Bilbao,
sin escuchar las reticencias de Zumalacárregui, quien vería la muerte tras una herida de
conflicto regional al ámbito nacional. Luis Fernández de Córdoba tomó el mando del
ejército cristino y se propuso crear una línea de contención que aislara a los carlistas en el
Norte, “objetivo que superaba las posibilidades del ejército cristino a pesar de la amplia
42
campaña de Gómez, quien atravesó el país hasta Cádiz, y la Expedición Real de 1837,
que llevó a don Carlos a las puertas de Madrid, consiguiendo una “indiscutible serie de
se hallaban entre la población del lado sur del Ebro” (Artola 59).
Durante la tercera etapa la guerra ya se había decidido del lado de los partidarios
de la Reina Regente, marcando el fin del conflicto con el Convenio de Vergara de agosto
de 1839, firmado por Maroto y Espartero. Éste último se comprometía “a trasladar a las
Cortes la cuestión del mantenimiento del régimen foral, además de aceptar la integración
195). Los últimos focos de la guerra estaban en Cataluña, donde el general Cabrera
Aspectos Económicos
43
Esta interrelación entre los aspectos económicos y el resto de los cambios
acontecidos durante el siglo XIX se hace evidente en las motivaciones que condujeron a
Como señala Artola, durante la primera mitad del siglo XIX “el sistema
económico del Antiguo Régimen dio paso primero a un sistema liberal basado en la
agricultura, que en poco tiempo dio paso al capitalismo exigido por la industrialización”,
si bien España “se limitó a seguir el camino marcado por los países más avanzados”
(267). Por tanto, la economía de España, a pesar de ser parte de un sistema liberal durante
gran parte del siglo, no tomó la forma capitalista salvo en pequeñas zonas del país, y la
dando lugar a “un capitalismo incipiente” que no culmina hasta el siglo XX (Artola 291).
colonial (…), al coincidir en el tiempo con la crisis interna del Antiguo Régimen
planteado como una evolución paralela que llevara al unísono la renuncia de las
44
prácticas mercantilistas y el desmantelamiento de las relaciones económicas del
Durante la primera mitad del siglo (hasta 1840) la economía atraviesa una etapa de
Régimen. Sin embargo, tras la muerte del monarca, los sucesivos gabinetes moderados y
administrativas para recuperar la economía del país, especialmente a raíz de las libertades
concedidas por los regímenes liberales de mitad de siglo. Ya desde 1833 diversas leyes
relacionados no sólo con los acontecimientos políticos, sino también con aquellos de
carácter social. Por ejemplo, los cambios en la organización social provocados por el
traducirán durante la segunda mitad del siglo en la base de las organizaciones obreras.
45
Otro fenómeno íntimamente relacionado con los cambios económicos fue el
como “un indicador autónomo de los cambios económicos que como un componente de
una «frustrada Revolución Industrial nacional»” ha sido revisada en los últimos años
española a lo largo del siglo XIX, si bien por debajo de las cifras de algunos países
europeos y manteniendo unas tasas de natalidad y mortalidad muy elevadas, una baja
Martín 425). En este sentido Artola sitúa la tasa de crecimiento de la población española
durante este siglo como una de las más bajas de Europa. Se deben resaltar igualmente las
diferencias locales, como ejemplifica Cataluña, que llegó a alcanzar un crecimiento del
105% en 1877 respecto a la población de finales del siglo XVIII. Los siguientes gráficos
12.287.000 habitantes (Bahamonde Magro y Martínez Martín 429), mientras que Artola
sitúa el total en 13.378.389 en el año 1834. Este año marca un punto de inflexión en la
evolución demográfica del país, puesto que antes de esta fecha el crecimiento no superó
el 3,0 por 1000 (debido a la crisis provocada por la Guerra de la Independencia) mientras
que en los años posteriores a 1834 y hasta 1857 la tasa de crecimiento alcanza el 6,3 por
1000, según los datos recogidos por Artola (273). Por tanto, los años centrales del siglo
46
son “de evidente rectificación en su sentido global” (Bahamonde Magro y Martínez
Martín 426).
Martínez:
técnicas, la mejora de los transportes y las expectativas de una vida mejor en otro
Durante la primera mitad del siglo las migraciones internas fueron menos numerosas y
migración del campo a la ciudad “no siempre deseada por esta última”, lo que provocó
Martínez Martín 429). De este modo la migración queda estrechamente vinculada a los
corrientes: Madrid, Barcelona y País Vasco. No obstante, todas las capitales de provincia
47
experimentarían un notable crecimiento que alcanzó, durante el segundo tercio del siglo,
frecuentemente de las clases medias ilustradas y tuvieron gran importancia durante los
periodos de represión absolutista del primer tercio del siglo, épocas en las que los
exilio.
segunda mitad del siglo, si bien ya se observaba un crecimiento continuo desde mediados
del siglo XVIII, vinculado a partir de la década de 1830 a los procesos desamortizadores.
En 1836, según los datos de Bahamonde y Martínez, el 9,4 por 100 de la población
residía en las capitales de provincia españolas, mientras que esta cifra se eleva a un 10,8
por 100 en 1857 (441). Este crecimiento urbano marca el inicio de los ensanches urbanos
proyectos que conllevarían no sólo cambios geográficos sino sociales, los cuales
afectarían al modo de vida de los habitantes de las urbes. Como recoge Artola, las
48
reformas urbanas alcanzaron el espacio privado de las casas, cuya estructura empieza a
nuevos espacios se acomodan en un contexto de reformas más amplias que afectan a las
calles, en las que se comienzan a formar manzanas cerradas y calles pasillo con fachadas
Aspectos Sociales
siglo XIX dio lugar a una serie de cambios sociales y culturales que marcaron la
evolución del país hasta la actualidad. Estos procesos, que afectaron no sólo a las
estructuras sociales sino también a los espacios de socialización, tienen una estrecha
interrelación con el romanticismo que, a juicio de Romero Tobar, “lejos de constituir una
que “unida a los adelantos técnicos contribuyó a un sensible cambio del estilo de vida en
las ciudades, en tanto el mundo rural continuaba, sin mayor alteración, su forma de
existencia” (Artola 393). Los cambios más visibles se presentaron en las grandes
49
Estas reformas supondrán igualmente la transformación de las vías públicas, que dotan a
tradicional de la ordenación del territorio por otro más funcional y menos “feudal” o
centralista (el casco histórico -angosto y complejo- queda obsoleto ante trazados lineales
del siglo XIX: el anhelo de viajar y conocer por parte de aquellos que pueden
permitírselo (Artola 396). Esta ordenación del territorio –como ejemplo claro del
“derribo” de las barreras que sostenían el Antiguo Régimen con la creación –división- de
concepto administrativo de “provincia” encontrarían los gobiernos liberales del siglo XIX
el soporte ideal para organizar la vida civil y militar del nuevo Estado nacional (García de
Cortázar).
Antiguo Régimen reemplazadas por las propias de una sociedad liberal tendrá como
clases medias y el nacimiento de las futuras clases obreras a finales del siglo.
50
durante el Antiguo Régimen. Una buena parte de esta nobleza, como señala Carr,
cortesanas” (205). No había entrado en contacto con el mundo de los negocios y sus
grandes fortunas seguían basadas en la renta agraria de sus latifundios, hasta que la crisis
patrimonial les hiciera “presa de una cadena deudora” que afectaba “tanto a la élite de la
Por tanto, el escalón más elevado de la jerarquía social ya no era exclusivo de los
grandes de España, y durante la segunda mitad del siglo “la élite económica se nutre de
449). Esta alta burguesía controlaba las industrias, la banca, el comercio y los altos
En este contexto se explica la alianza “de las capas superiores de la burguesía con
conservadora durante los cien años ulteriores” (Carr 205). Se crea así una nueva nobleza,
para la que el Estado español “fue un auténtico fabricante de títulos” y a la que no opuso
apenas resistencia la vieja aristocracia, “sabedora de que precisamente tal extensión era
51
Martínez Martín 452). No obstante, los aristócratas aún eran depositarios del prestigio
social y de una notable influencia pública. Por esta razón, como indican Bahamonde y
Martínez, la vieja nobleza “no sólo aportó la atracción de los títulos como emblema de
posición social, sino que sus modos de vida se convirtieron en el referente de unas
movilizador social que desempeñan los salones aristocráticos, que constituían el primer
paso en el camino hacia la obtención de un título nobiliario y en los que tenía lugar la
En resumen, las élites sociales de las décadas centrales del siglo quedarían
diferencias geográficas entre los burgueses nacionales y los regionales, sino que había
sufrido profundas divisiones debido al mito de movilidad social promovido por el sistema
liberal. De la alta burguesía se alejan aquellos propietarios que, a pesar de ser tales, no
alcanzan el estatus de las élites económicas burguesas. Serán estos hombres de negocios,
conformen la clase media burguesa urbana, a los que se unen los agricultores
52
acomodada se caracterizaba por un modo de vida privado y doméstico basado en la
símbolos de bienestar y categoría social, que configuraban una específica cultura del
El siguiente sustrato social era la clase media baja o la baja burguesía, si bien de
límites imprecisos puesto que, como indican Bahamonde y Martínez hasta 1875 la
sociedad española “no estaba perfectamente segmentada en clases” (471). Este grupo,
empleados diversos, imitaba las formas de vida de la burguesía alta y media y su sentido
de propiedad, pero en realidad su modo de vida se encontraba más cerca del de los
jornaleros y estaban expuestos a problemas similares a los suyos. Son estos rasgos
comunes, espacios y experiencias compartidas, los que explican el concepto del pueblo
como categoría colectiva que aglutina la burguesía inferior con la gente común, como
indica Carr, conformando una alianza radical que se opone a la que antes referíamos entre
nobles y altos burgueses y que se explica por las precarias condiciones en las que vivían
Dentro de esta clase heterogénea destaca el mundo de los oficios, en el que los
del siglo, en “un marco más industrioso que industrial”, constituyendo el entorno laboral
53
más estable del periodo (Bahamonde Magro y Martínez Martín 473). Las figuras del
maestro artesano y del jornalero identifican una relación de dependencia propia de las
clases bajas, una relación basada en el contacto diario que suple las relativas diferencias
El campesinado, por su parte, sigue siendo el grupo social más numeroso a pesar
de la emigración constante a las ciudades que se vive a lo largo del siglo. Los
campesinos, si bien se han liberado de los vínculos de servidumbre del Antiguo Régimen,
siguen inmersos en un modo de vida tradicional, marcado por las creencias religiosas y
clientelares, a las que se incorporan los nuevos propietarios beneficiados por reformas
retratada en la novela realista del último cuarto de siglo, que significa “la sumisión del
conjunto, como instrumento efectivo de poder, a la maquinaria política del Estado” (483).
Al igual que ocurría en el bloque artesano, en el entorno campesino hay que distinguir a
vida les obligaron a emigrar a las ciudades en muchos casos y a adherirse a las tesis
54
El Medio Social y Cultural del Romanticismo Español
romántico ha sido puesta de manifiesto por numerosos estudiosos del siglo XIX,
entre las páginas de crítica literaria. En este sentido, Robert Marrast hace referencia a los
problemas que encuentran los estudiosos de la sociología de la literatura del siglo XIX
debido a que las historias literarias tradicionales no responden a las cuestiones que
España del siglo XIX" 145) y considera que sólo la definición de las relaciones exactas
entre literatura y sociedad podría acabar con "el subjetivismo y el antihistoricismo que,
Por su parte, Romero Tobar indica como, hasta el auge del romanticismo, “nunca
adquiere una innegable función social que viene justificada por los cambios políticos que
55
y por el ideal mismo de la misión social del escritor, que le impulsa a involucrarse en la
Si, como veíamos en apartados anteriores, los cambios introducidos por el Estado
sido más intenso. Romero Tobar recoge las dos posturas principales sobre el tema,
época romántica, lo que justificaría las deficiencias del romanticismo en nuestro país, de
romanticismo español 115). En una postura intermedia se sitúa el mismo Romero Tobar,
para quien es precisamente “la mixta situación del cambio social” la que distinguiría al
comporta” así como “el denso apresto de mentalidad tradicional que subyace de sus
3
En el artículo de Salas y Quiroga que abre el primer número de No me Olvides quedan reflejadas estas
ideas, al afirmar que “hombres insignes llamaron a la poesía recreo de la imaginación, y sólo en nuestros
tiempos de filosofía y observación se ha descubierto que la misión del poeta es más noble, más augusta”
(2). Esta misión de moldear el mundo toma un cariz de compromiso social en estos años del romanticismo,
motivado por las revoluciones que se estaban viviendo en la época por la primera guerra Carlista. Así,
añade Salas: “hay una misión más grande, más sublime para todo ser dotado de un alma generosa: consolar
al desgraciado, llevar la vida al corazón abatido, hacer menos amargas las amargas horas de esta vida de
padecer” (2).
56
En el ámbito literario, la trasformación fue revolucionaria para la juventud de la
época y dio lugar a algunos de los debates más animados de la historia de la literatura
A par que la trasformación política que se verificaba por aquellos años (1835-
así. -La libertad del pensamiento, exento ya de toda traba de previa censura; el
ardiente y apasionada, que entraba a figurar en un mundo agitado por las nuevas
nuestra juventud una excitación febril hacia la gloria política, literaria, artística;
hacia toda gloria, o más bien hacia toda fama y popularidad (148).
Por tanto, resulta innegable la estrecha vinculación entre política, sociedad y cultura
cobran especial importancia los nuevos espacios de sociabilidad cultural, que abandonan
el mecenazgo cortesano y los salones nobiliarios para ampliar sus contenidos culturales
con la llegada del Estado liberal y dar lugar a nuevos lugares y agentes de acción.
57
Geográficamente los horizontes culturales de la actividad literaria española se
amplían en el siglo XIX con la superación de las fronteras nacionales, que llevan a los
intelectuales españoles a viajar fuera del país ya sea por el exilio político (de los
señala Donald L. Shaw, los emigrados “habían experimentado de cerca, y algunas veces
durante muchos años, los grandes cambios que se habían operado en el gusto y las ideas
entre España y los países vecinos uno de los fenómenos más significativos de la sociedad
58
extranjeros durante el romanticismo, en la cual la prensa literaria tuvo un papel
país, generando una riquísima actividad literaria sobre la vida en la península que impulsa
Tobar, el reduccionismo implícito en aquellos viajeros que recorrían siempre las mismas
rutas, generando estereotipos que resaltaban los grandes mitos de la España legendaria y
olvidaban a una gran parte de la población y geografía española (Panorama crítico del
Dentro del país cabe destacar el papel de la capital como escaparate de la cultura
nacional, que con la proliferación de nuevas instituciones tanto públicas como privadas
vital importancia4 como muestra “la estimable variedad del romanticismo provincial
Bahamonde y Martínez señalan que “el Estado liberal en su actividad protectora perfiló
Madrid como una ciudad de museos, es decir, referente cultural y artístico depositario de
4
Vicente Llorens destaca como “digno de observarse” el hecho de que la introducción de las ideas
románticas se hubiera producido “no en Madrid sino en Cádiz, Londres y Barcelona” y por obra “de un
alemán españolizado, de un español anglificado, de un italiano y un catalán” (190).
59
un legado histórico de la nación que precisa conservar” (489). Así abre sus puertas en
1819 el Museo del Prado, sentando las bases para la creación de otras muchas
Central a Madrid en 1836, la posterior inauguración del Teatro Real de la Ópera o las
los edificios que albergan los centros rectores del Estado (ministerios, Congreso de los
Pero serían las iniciativas asociacionistas de carácter privado las que mejor
noviembre de 1835 se autoriza por real orden el Ateneo Científico, Literario y Artístico
de Madrid, que se perfila como sucesor de aquel existente durante el Trienio Liberal,
dando cuenta de su intrínseco carácter liberal. Sus propulsores serán Juan Miguel de los
Ríos, Salustiano Olózaga y Mesonero Romanos y su primera presidencia fue asumida por
convivencia ideológica a todos los grupos, acabando con las polémicas de gusto dudoso y
tribunas las ideas más novedosas y propagando un pensamiento ecuánime (Navas Ruiz El
romanticismo español 101). Otros estudiosos extienden sus objetivos al cultivo del
60
difundiendo “todas las ramas del saber hacia unas minorías, con evidente vocación en la
Martínez Martín 490). A juicio de Llorens fue la polarización política del Ateneo la que
puso en peligro su existencia a principios de los años 40, debido al abandono de los
tuvo una vida mucho más efímera. Constituido igualmente a raíz de una iniciativa
asociacionista privada, fue “más un círculo de recreo cultural y artístico que un foro de
debate político e intelectual propio del Ateneo”, a juicio de Bahamonde y Martínez (490).
representó mejor el Romanticismo que el Ateneo, aglutinando en sus filas a casi todos los
acercará mucho más a la vida cotidiana y se desarrollará gracias a las famosas tertulias y
cafés que reunían a políticos, literatos y artistas y que suponen la traslación del epicentro
Ilustración. A juicio de Díaz-Plaja, los cafés nacen como “estamentos sociales cuando la
sociedad se puede ya reunir en ellos y hablar de todo, es decir, nacen con la libertad
política y con la incorporación del pueblo a las tareas del gobierno” y, a medida que se
61
calmen las pasiones políticas, cobrarán importancia los temas divinos y humanos (131).
Así, desde las reuniones en la casa de la condesa de Jaruco que recoge Vicente Llorens y
aquellas que el matrimonio Böhl de Faber celebraba en Cádiz reuniendo a los escritores
más relevantes del momento, el movimiento romántico lleva las tertulias a los cafés y a
las salas del Liceo. Señala Gómez Aparicio que hacia 1830 los establecimientos de
entre los de esa clase con que Madrid contaba era probablemente el más infrecuentado,
reducido y hediondo, el del Príncipe” (191). Sin embargo, este último atrajo la afluencia
de los jóvenes románticos del Parnasillo, tertulia que se reunía en dicho café y que
congregaba a varios grupos, entre ellos los románticos y, “en mesa aparte”, a los
ineludible necesidad” así como de aquellos que precisaban “nombrar y entender los
vida cotidiana que el cambio histórico traía consigo” (Romero Tobar Panorama crítico
62
del romanticismo español 156) . Serán los campos de la poesía y de la política los que
sufrirán en mayor medida la incidencia del nuevo léxico, en algunos casos autóctonos y
en otros procedentes del francés y del italiano. Este nuevo vocabulario era sin duda
romántica. Los jóvenes escritores reclamaban nuevas palabras al tiempo que resucitaban
antiguos vocablos para reconstruir ese pasado evocador que marcó su existencia. De esta
Nuevas ideas exigen nuevas voces con que expresarlas; antiguas costumbres
63
El Público Lector
Desde entonces diversos estudiosos han dedicado sus esfuerzos a revelar las
mitad del XIX” ("Lectores y lecturas en la primera mitad del siglo XIX: Balance y
De cualquier forma, hoy es evidente que desde principios del siglo XIX se
produjo un lento proceso de apertura cultural que permitió que creciera numéricamente el
tipo de lector corriente y que cambiara esencialmente a lo largo del siglo (Fontanella 24).
Al igual que los factores económicos y sociales estudiados anteriormente, este cambio
también estará determinado en gran parte por los acontecimientos políticos. A juicio de
Bahamonde y Martínez, son varios los factores que influyen en este proceso:
64
de trabas de la censura por el régimen liberal y la explosión de publicaciones de
país, alcanzando un 20%, aunque aún lejos de alcanzar los niveles de otros países
europeos (Botrel Libros, prensa y lectura en la España del siglo XIX 308).
Durante la primera mitad del siglo, sin embargo, los niveles de alfabetización en
España eran todavía muy bajos, habiéndose producido una «vertiginosa» regresión en las
tres primeras décadas “en relación con un crecimiento demográfico superior y una
creciente urbanización” (Botrel "Narrativa y lecturas del pueblo en la España del siglo
XIX" 70). Ricardo Navas Ruiz se hace eco de la escasez de lectores en una España en la
que en 1830 sólo el diez por ciento de la población adulta sabía leer y escribir en 1830, lo
que se traducía en un “público potencial del escritor por debajo del millón de personas”5,
de las cuales muy pocas leían realmente (El romanticismo español 96). Junto a este
tendencia a “la extensión del compartir social de las prácticas del escrito” en España, si
bien pone de manifiesto igualmente el carácter desigual de este fenómeno según las
5
Lee Fontanella recoge algunas cifras más exactas pero también disputadas: 10.087.294 personas sabían
leer alrededor de 1844 y 799.864 sabían escribir, mientras que en 1857 la tasa de analfabetismo rozaba el
75% de la población española, superando ampliamente los niveles de Inglaterra o Francia (24).
65
Al intentar explicar estos escasos índices de público lector, Josep-Francesc Valls
culpa a los sucesivos gobiernos por la “incapacidad burguesa de reducir los índices de
analfabetismo” y se pregunta dónde podrían estar los nuevos lectores si los grupos
una plena socialización puesto que “fue ante todo un fenómeno urbano” que se dio más
clases medias (Bahamonde Magro y Martínez Martín 509). Botrel indica que esta nueva
capacidad de lectura no permitiría una práctica lectora homogénea, puesto que “desde la
bien el incremento en el número de lectores provocaría en la segunda mitad del siglo XIX
España del siglo XIX" 50), durante las primeras décadas de la centuria los bajos niveles
66
recoge Díaz-Plaja: "El culto al escritor estaba por encima del culto al libro. Sí, la gente
admitía encantada en su tertulia al escritor, y el gobierno le premiaba con cargos, pero sus
libros no se vendían como esta afición parece indicar; entre otras cosas por el alto grado
suscripción, que evitaban riesgos a los editores al imprimir únicamente tras previo
acuerdo con los suscriptores (146). De este modo surgen figuras claves de la empresa de
30).
importante resaltar el cambio que se produce en la percepción de los lectores, que pasan
de adquirir un bien “con valor simbólico-mágico” a comprar «lectura», nos dirá Botrel,
quien añade que este tránsito “hacia una aprensión cualitativa y discriminada de lecturas
corre parejas con la adquisición de unos hábitos culturales que no aparecen sino
minoritaria y tardíamente” ("Narrativa y lecturas del pueblo en la España del siglo XIX"
73).
papel del periódico como “fuerza normalizadora entre el erudito y el que no lo era” ya
67
que “podía aumentar la capacidad literaria del hombre no formado en la tradición de las
letras” por ser menos letrado que el libro (Fontanella 33). También los actos de lectura se
erigen como formas de adaptación a los nuevos cambios sociales y culturales de la época,
tanto en el ámbito público como en el privado. Aquí distinguimos entre los primeros los
ámbito de la vida privada (Romero Tobar "Lectores y lecturas en la primera mitad del
68
TRABAJOS CITADOS EN ESTE CAPÍTULO:
Bahamonde Magro, Ángel, y Jesús A. Martínez Martín. Historia de España. Siglo XIX.
Madrid: Cátedra, 1994.
Botrel, Jean François. Libros, prensa y lectura en la España del siglo XIX. Biblioteca del
libro. Madrid: Fundación Germán Sánchez Ruipérez: Pirámide, 1993.
---. "Los nuevos lectores en la España del siglo XIX." Pensamiento y literatura en
España en el siglo XIX: Idealismo, positivismo, espiritualismo. Toulouse, France:
PU du Mirail, 1998.
---. "Narrativa y lecturas del pueblo en la España del siglo XIX." Cuadernos
Hispanoamericanos 516 (1993): 69-91.
Gay Armenteros, Juan. "El final de un sistema político. La crisis de 1836." Boletín de la
Real Academia de la Historia 186 (1989): 443-66.
Gómez Aparicio, Pedro. Historia del periodismo español: desde la "Gaceta de Madrid"
(1661) hasta el destronamiento de Isabel II. Madrid: Editora Nacional, 1967.
69
Llorens, Vicente. El romanticismo español. Madrid: Fundación Juan March, 1989.
Marrast, Robert. "Libro y lectura en la España del siglo XIX." Movimiento obrero,
política y literatura en la España contemporánea. Eds. Manuel Tuñón de Lara y
Jean-François Botrel. Madrid: Cuadernos para el Dialogo, 1974. 145-57.
Romero Tobar, Leonardo. "Lectores y lecturas en la primera mitad del siglo XIX:
Balance y perspectivas de investigación." Bulletin Hispanique 100.2 (1998): 561-
76.
---. Panorama crítico del romanticismo español. Literatura y sociedad. Madrid: Castalia,
1994.
70
Capítulo III. Situación de la Prensa del Periodo
reconocida por el elenco de historiadores que han abordado, desde uno u otro aspecto, los
fenómenos políticos, históricos o culturales del período. A lo largo del siglo, el mundo
alfabetización que incrementó la oferta y abarató los costes para alcanzar a un público
más plural (505). Madrid se constituyó como el gran centro de difusión cultural, aunque
empuje del sector editorial y periodístico. Dentro de esta evolución, la prensa jugará un
que, tras las tímidas experiencias de los siglos precedentes, entra en su época más
71
brillante, para disfrutar durante un siglo largo de la condición de instrumento
destacado del siglo XIX cuando irrumpe “en la vorágine de la trasmisión oral” a través de
las lecturas colectivas, y amplía los niveles de lectura de las publicaciones desbloqueando
“la exclusiva comunicativa que tiene la Iglesia” (19). Por tanto, continua Valls, los
(17).
que fue una fuente informativa de primer orden “no sólo por la cantidad e importancia de
los textos de creación y de crítica que se publican en sus páginas”, sino sobre todo, “por
72
en la invención de nuevos géneros, de contornos imprecisos pero de fecunda
Legislación y Prensa
popular del año 1808. Este posicionamiento a favor de uno u otro bando va a provocar la
creación de una ingente cantidad de legislación sobre prensa a lo largo del siglo, cuyo
color político está ligado a las luchas por el poder, y cuya aplicación va mucho más allá
La prensa del XIX dará su primer gran paso con la aprobación de la primera Ley
liberal sobre prensa e imprenta, publicada el 10 de noviembre de 1810. Esta ley suprimía
la censura y el depósito previo, así como la petición de licencias para imprimir, aunque
Provinciales, en las que la Iglesia tenía todavía una fuerte influencia, puesto que la
6
Romero Tobar afirma que la práctica cotidiana de control de impresos “era mucho más compleja de lo que
los marcos legales pueden llevar a suponer”, y que incluía las posturas de los gobernadores civiles, las
intervenciones de fiscales y jurados y las habilidades de los periodistas como mediaciones adicionales entre
las leyes y la prensa (Panorama crítico del romanticismo español 48).
73
politizadas y de vida efímera que conjugarán el nuevo lenguaje liberal con la ideología de
publicación de periódicos que sirven como plataforma para la difusión de sus ideas
de menor calidad que la liberal, con títulos como El Censor General o El Procurador
Digna de mención es la prensa creada por los españoles en el exilio, con especial
atención a El Español de Blanco White, que se publicó desde abril de 1810 hasta junio de
napoleónica sino a la labor misma de las Cortes de Cádiz, que creía falta de dirección
(Seoane 54)
74
apoyaban al monarca absolutista. La Gaceta Oficial y el Diario de Madrid fueron, en
algunos momentos, las únicas cabeceras disponibles durante el sexenio, como establecía
legislación se tipifican los delitos de prensa y se castiga a aquellos que ataquen los
fundamentos del nuevo régimen liberal. Se instaura por primera vez un jurado para
tramitar dichos delitos, el cual se prolongará intermitentemente a lo largo del siglo. Por su
publicaciones) y de corta vida, marcada por un tono político y una tendencia a explicar la
total abandono, y no sólo la publicada en prensa, tal como reconocerá Seoane (80).
Entre las corrientes ideológicas de las publicaciones destacan las cabeceras de los
liberales doceañistas, cuyas posiciones se habían moderado por miedo a una revolución
difusión del poder radical en la capital junto a la actividad de los clubs (El Conservador,
75
El Espectador); y la prensa afrancesada que apoyaba el despotismo ilustrado7 (El
Universal, El Censor).
monotonía» de una vida social sin prensa”, nos dirá Carr (133). El rey fomentó “el
progreso material como sustitutivo del liberalismo” gracias a un régimen “de silencio
donde no había periódicos, sino gacetas oficiales, y donde se publicaba muy poca cosa
nuestro país permaneció en España durante esta etapa, escapando del exilio gracias a su
juventud: Mariano José de Larra. En 1828 publica El Duende Satírico del Día, en el que
genio crítico. En 1832 fundaría El Pobrecito Hablador, que recoge tanto su calidad
literaria como su tono crítico hacía el poder y la burocracia, puesto de manifiesto en sus
famosos cuadros costumbristas. Anterior a la labor de Larra hay que sumar la importancia
116), publicada durante 1823 y 1824 por Aribau y López Soler, que tendrá un papel de
7
Carr resalta el intento de popularizar este sistema por parte de Fernando VII en los años posteriores
empleando para ello a los periodistas afrancesados (154).
76
gran importancia en la introducción de la estética romántica en el país, insertándose
“dentro de la tendencia tradicionalista del Romanticismo con devoción por Walter Scott”
(Seoane 116).
primera línea” (Fuentes y Fernández Sebastián 67). Mesonero Romanos se hace eco en
habían hecho desaparecer hasta la memoria del indiscreto ensayo hecho por la
No obstante, en los primeros años de la década de los 30 se produce tan sólo un pequeño
avance del sector periodístico que queda sujeto al gobierno de Cea Bermúdez y al
reconocimiento de la libertad de expresión, como indica Artola, se llegó muy pronto “al
gran tolerancia y cualquier intento de realización práctica, que será perseguido siempre
77
que constituya una amenaza para el régimen social y político”8 (379). En esta línea se
sitúa el decreto de 1 de enero de 1834 y el reglamento posterior del 10 de junio que aludía
a la prensa. Sólo los editores con una renta elevada podían publicar periódicos durante la
vigencia del mismo, en un ejemplo del elitismo cultural que se vivía en la época.
real”, que debía solicitar el editor responsable si cumplía ciertos requisitos económicos.
María Cruz Seoane señala las dificultades para alcanzar estos requisitos puesto que el
depósito previo que se exigía para publicar era elevado, “20.000 reales en Madrid y
fuerte presión sobre los periodistas, que si ahora no tenían que someterse a la censura
8
Artola insiste en este punto, que considera ignorado en muchas ocasiones por los historiadores literarios
que sobrevaloran la libertad de prensa surgida tras la muerte de Fernando VII “cuando en realidad durante
muchos años del reinado de Isabel II pervivió la censura previa para determinadas producciones literarias”.
Para justificar su argumento Artola señala que “no parece imputable al azar que la plenitud del
romanticismo se sitúe entre 1834 y 1844, fechas que coinciden con el decreto que liberó de censura la
producción literaria (…) y el decreto reformador de la ley de prensa que siguió al retorno de los moderados
al poder” (403)
78
previa, tenían en cambio que lidiar con el fiscal de imprenta y enfrentarse con fuertes
imprenta del 22 de marzo de 1837, la cual establecía el derecho de respuesta. Esta ley
depósito previo de ejemplares y la figura del editor responsable, típicas del programa
periódico, lo que, unido a los requisitos económicos, hizo más difícil encontrar editores
del derecho a la libertad de prensa10 y retomaba la figura del jurado (formado por
individuos con un elevado nivel de renta), pero su aplicación fue interpretada de diversas
9
Según María Cruz Seoane las fianzas se habían elevado desde los 20.000 reales en Madrid a 40.000 y a
30.000, 20.000 o 10.000 en las demás poblaciones, dependiendo de su categoría (155).
10
En el texto de 1837 esta libertad aparece ya en el segundo artículo: “Todos los españoles pueden
imprimir y publicar libremente sus ideas sin previa censura, con sujeción a las leyes”. Artola recoge el texto
íntegramente (406).
79
A pesar de las fluctuaciones legislativas, durante el segundo lustro de la década de
los 30 se publicaron cabeceras tan relevantes como el Eco del Comercio, de tono
moderno y empresarial con publicidad. A éstos se suma una brillante prensa satírica
especializadas (El Artista, Revista Europea). El regreso de los exiliados había contribuido
innegablemente a esta proliferación de revistas y diarios “de todos los colores políticos”
Uno de los principales hitos del periodismo español de esta época será la
publicación del nuevo tipo de revistas ilustradas al estilo londinense Penny Magazine,
1836, que frente a la breve vida de otra publicaciones coetáneas perduró hasta 1857.
científica y literaria, especie de enciclopedia popular, que triunfaba desde hacía años en
80
Inglaterra y Francia” (Seoane 149). La revista se publicaría durante más de veinte años
con gran éxito, debido en gran parte a su bajo precio y a su “espíritu mesurado, prudente,
(151), que le permitió navegar por los vaivenes políticos de las décadas centrales del
siglo XIX.
La prensa de la primera mitad del siglo XIX supone una evolución de la prensa
cultural de las minorías ilustradas para convertirse en el poderoso medio que configuró el
cuarto poder” (Romero Tobar Panorama crítico 45). Si bien el tono epistolar propio de la
de novedades como las litografías y las secciones especializadas en un intento por abrir el
tipo de periodismo.
señalar el importante cambio producido en la profesión del periodista y del escritor a raíz
81
condiciones de la producción literaria haciendo surgir un tipo nuevo de escritor que, por
siempre dependiente de las leyes de cada periodo, pero también obligó a los escritores a
ganarse la vida gracias a su pluma, convirtiendo a ésta “en importante fuente de ingresos
(Artola 402). Por esta razón, se queja Navas Ruiz, la literatura se convierte en medio y no
en fin, y añade que “no deja de ser lamentable que en la España romántica no fuera
Valls pone de manifiesto que quienes redactaban los periódicos del siglo XIX eran
“en su mayoría hombres dedicados a las letras”, hasta la aparición de los primeros diarios
definir la figura específica del periodista (24). Sin embargo, como el mismo Navas Ruiz
añade, los sueldos de los colaboradores en prensa, con la excepción de Larra, eran
pequeños (El romanticismo español 98) y no les valían en muchos casos para sobrevivir
hechos ponían de manifiesto las penurias que sufrían escritores y periodistas para
recoge que, incluso en los años setenta y ochenta del siglo XIX, la carrera literaria
82
adolecía del mismo mal, lo que condujo a la creación de Asociaciones de Escritores y
Artistas que velaran por sus derechos ("Sobre la condición de escritor en la España del
1877" 181).
decimonónica guardan estrecha relación con los cambios sociales y técnicos que se viven
modo de lectura distinta, del mismo modo que modificaban la forma de escribir
del periodista, que ahora podía aludir a las imágenes en sus textos11. Como señala
11
La correlación entre texto e imagen no fue característica de toda la prensa romántica, como recoge
Romero Tobar, quien ejemplifica este fenómeno con las diferencias entre El Artista, donde se daba un
“moderno procedimiento litográfico, de costosa ejecución y mera correspondencia de yuxtaposición
simétrica”, y el Semanario Pintoresco, en el que un grabado xilográfico de menor coste posibilitaba
establecer “nexos coordinativos o subordinativos entre texto y grabado” (Panorama crítico del
romanticismo español 52). Más adelante abordaremos dicha correlación en el No Me Olvides.
83
perceptivo en el público debido al periódico gráfico, que se presentaba “como un
Romero Tobar reafirma esta nueva lógica introducida por el grabado y que
hizo que los textos periodísticos posteriores a 1834 no solieran presentar “ni
pero sí cumplieran con una importante función social: a través de las nuevas
revistas ilustradas las clases medias burguesas recibían “reflejos de los modos de
vida de los otros grupos sociales, pero singularmente de ella misma” (Panorama
crítico 51).
Mora y Böhl von Faber y que confirman los intercambios entre escritores
84
madrileños e instituciones andaluzas y viceversa (Romero Tobar Panorama crítico
55).
monográficas, destacando entre éstas las revistas literarias y culturales así como la
prensa femenina, en las que las iniciativas de los publicistas fueron “de una gran
del periodismo diario de tono político que se inspira en el modelo inglés y el auge
noticias”, La Estafeta, calificado por Gómez Aparicio como “mejor intencionado que
misma línea situará Gómez Aparicio a La Peseta, que durante tan sólo un mes de vida
85
Anfión Matritense), teatro (El Semanario Teatral, El Entreacto), prensa femenina (El
Correo de la Moda, El Correo de las Damas), satírica (Fray Gerundio), etc. (Panorama
Pero serán sin duda las revistas literarias del periodo romántico las principales
protagonistas de esta especialización, las cuales abordaremos con más detenimiento por
Como señala Gómez Aparicio, una de las “más acusadas características del
de estas publicaciones:
grandioso espectáculo que ofrecían otros países, donde todas las fuerzas
86
privado por tener cerradas las puertas de los institutos docentes y por la dificultad
cuales fomentasen la afición a las letras, que son al fin y al cabo el vehículo de las
escasa publicación en libro por su elevado coste: “Razones económicas favorecen esta
situación; el periódico es más barato para el lector, y puede ser más beneficioso para el
autor, que a veces se ve mejor retribuido por sus colaboraciones que por sus libros”
corriente romántica pues, como señala María José Alonso Seoane, es principalmente en la
prensa “donde se sigue debatiendo la cuestión del romanticismo” ("El Debate sobre el
erudición que daban cuerpo a los escritos de sus colaboradores” (Panorama crítico del
87
Para Romero Tobar sería El Artista la revista que serviría como modelo de
de poesía (…), e integrando esta nueva noción en un sistema cultural en el que todas las
artes (…) se interrelacionan” (Panorama crítico del romanticismo español 58). García
clásicos” sino también la “primera revista que reunió a literatos, eruditos, grabadores y
Gómez Aparicio la califica como “una revista innovadoramente juvenil por su ímpetu y
por su generosa originalidad” (223). Con El Artista, indica Vicente Llorens, el poeta se
aleja del «literato» y se agrupa con el pintor y el músico” y la literatura, que antes
El Artista vio la luz semanalmente desde enero de 1835, tras conseguir la licencia
modelo fue la parisina L´Artiste, que Ochoa debió conocer durante su estancia en Paris y
88
que influyó no sólo en su estilo sino en sus contenidos, incluyendo en algunos números
facsímil de El Artista, Ángel González García y Francisco Calvo Serraller estudian las
editores españoles (XVIII). No obstante, como indican los dos estudiosos citados, los
autores de El Artista “lejos del estricto mimetismo de El Artista”, supieron abordar “los
aspectos peculiares del estado de las Bellas Artes en España y las determinaciones
que la poesía recibe en la versión española, en la que cuenta con gran protagonismo,
polémica definitoria que afecta a todo el movimiento romántico español, debido a las
contradicciones que los jóvenes románticos vertieron en sus escritos, como explica
Romero Tobar, quien más adelante atribuye dicha contradicción a Ochoa y no tanto al
resto de colaboradores:
89
de monumentos artísticos- y que concedió una atención singular a cuestiones
También Ángel González García y Francisco Calvo Serraller reconocen “dos tendencias
Bellas Artes, “aunque esto no suponga como contrapartida una disparidad ideológica
explícita, sino más bien, lo que podríamos denominar una cierta disparidad
romántica, cuando todavía había que defender al romanticismo de los ataques clasicistas,
romanticismo schlegeliano- y más influido por los cambios de 1830 en adelante” ("El
90
El final de la revista llegó en abril de 1836, “víctima de las dificultades
en parte a su elevado coste, de 30 reales al mes frente a los 20 de los diarios, “en
primera y tres reales al mes para los abonados del segundo), lo que amplió el abanico de
romanticismo español suelen realizar entre los resultados producidos por El Artista y los
costes de ambas y a su concepción de arte, marcando las dos vertientes que seguirían las
revistas posteriores (Romero Tobar Panorama crítico 65). González García y Calvo
por ésta “pero sin respetar ni el cómo ni el porqué de ellas, es decir, atendiendo
hora de analizar las revistas posteriores a El Artista es necesario tener en cuenta “la
91
evolución rápida del romanticismo en España entre los años 1834 y 1837, estimulada por
romanticismo ("El Debate sobre el Romanticismo en Prensa. Las Revistas Literarias" 89).
sitúa El Siglo XIX, publicado entre enero de 1837 y marzo de 1838, y absorbida después
periodo fueron la nacida del Liceo Artístico y Literario con el mismo nombre en enero de
característica –incluso por su sugestivo nombre- del Romanticismo, del que fue
especializarse y se alejan del tono político: los pliegos. Si los primeros costaban entre los
12
Alonso Seoane enumera las principales revistas literarias que participan en el desarrollo del
Romanticismo en el estudio citado en estas páginas ("El Debate sobre el Romanticismo en Prensa. Las
Revistas Literarias" 95-97).
92
años 1800 y 1850, 2 cuartos o 10 céntimos de peseta, en la misma época “un periódico
burgués cuesta, por suscripción, que es la forma más normal de recibirlo, entre 20 y 25
céntimos” (32).
pasaba de dos cuartos” mientras que la opción de leer todos los periódicos del gabinete
En cuanto a los tirajes, eran muy reducidos especialmente durante las primeras
décadas de la centuria, llegando Valls a afirmar que “si valoráramos el papel de la prensa
de que como medio de comunicación apenas existe” (35), conclusión que se extrae de la
93
Ilustración 1 Evolución del tiraje de periódicos. Siglos XIX y XX. (Fuente: Valls 260)
94
percepción de la misma por parte del lector, así como el local en el que se divulgan e
influencian la actitud del lector hacia ella”(48). Los principales canales durante la
primera mitad del siglo XIX serán la suscripción, la venta callejera y las lecturas
en diferentes puntos de la provincia o fuera de ésta. Según Valls, éste era el método para
varían. Sin embargo, no era tan beneficioso para el empresario debido a los costes que
implicaban el trasporte por Correos, dejando en algunos casos beneficios ruinosos (Valls
38-39). De cualquier forma, los métodos de distribución hasta los años cuarenta eran
público lector suficientemente amplio, y un impresor podía aunar en su figura las labores
de editor, librero e incluso autor ("Libro y lectura en la España del siglo XIX" 148).
éste demasiado caro o por falta de aptitud para la lectura individual” ("Narrativa y
lecturas del pueblo en la España del siglo XIX" 86). Esta tradición surgía bien con
bienes literario-narrativos” ("Narrativa y lecturas del pueblo en la España del siglo XIX"
87). Muchas veces tenía lugar en los gabinetes de lectura, espacios de socialización que
adquieren relevancia a partir de 1834 y que permitían a los asistentes “discutir, comentar,
95
exclamar, increpar el texto leído y obtener inmediatamente una respuesta colectiva”
(Valls 36). Romero Tobar se refiere al gabinete madrileño de Casimiro Monier, sito en la
lectura en el Madrid del siglo XIX" 209) y que posteriormente, hacia 1840, se ampliaba a
la lectura de prensa extranjera. Otro ejemplo era el gabinete de lectura del anterior
convento de San Francisco, a cuyo reglamento se refiere Botrel y en el que se prevé que
“no sólo los que saben leer, sino también los que no saben leer puedan leer en la prensa
periódica los conocimientos e ilustración que tanto conviene propagar en todas las
celebraban las noches de los lunes y los viernes ("Teoría y práctica de la lectura en el
siglo XIX" 582). A juicio de Lee Fontanella, estos salones públicos de lectura
completaban “la biblioteca centralizada y especializada” y reflejaban “la cultura del libro,
pero puesto que (…) divulgaban el contenido relativamente democrático del periódico no
Otras veces la lectura colectiva tenía lugar en la misma calle, tomando el papel del
pliego de cordel y vinculándose con la venta callejera de ejemplares. Así Valls se refiere
a la calle llena “de bullicio de la prensa, de los vendedores, ciegos, mujeres y niños,
vendida en la calle, leída en la calle, que describen muchos periódicos de la época” (81).
96
TRABAJOS CITADOS EN ESTE CAPÍTULO:
Alonso Seoane, María José. "El Debate sobre el Romanticismo en Prensa. Las Revistas
Literarias." Movimientos literarios y periodismo en España. Ed. María del Pilar
Palomo. Madrid: Síntesis, 1997. 69-97.
Bahamonde Magro, Ángel, y Jesús A. Martínez Martín. Historia de España. Siglo XIX.
Madrid: Cátedra, 1994.
Bel Mallén, José Ignacio. "La libertad de expresión en los textos constitucionales
españoles." Documentación de las ciencias de la información.13 (1990): 23-52.
Botrel, Jean François. "Narrativa y lecturas del pueblo en la España del siglo XIX."
Cuadernos Hispanoamericanos 516 (1993): 69-91.
---. "Teoría y práctica de la lectura en el siglo XIX." Bulletin Hispanique 100.2 (1998):
577-590.
Fuentes, Juan Francisco, y Javier Fernández Sebastián. Historia del periodismo español.
Madrid: Síntesis, 1998.
97
García Castañeda, Salvador. "Una revista romántica: El Observatorio Pintoresco de
1837." Boletín de la Biblioteca Menéndez Pelayo XL (1964): 337-359.
Gómez Aparicio, Pedro. Historia del periodismo español: desde la "Gaceta de Madrid"
(1661) hasta el destronamiento de Isabel II. Madrid: Editora Nacional, 1967.
González García, Ángel, y Francisco Calvo Serraller, eds. El Artista: Madrid, 1835-1836.
[Ed. facs.] ed. 3 vols. Madrid: Turner, 1981.
Marrast, Robert. "Libro y lectura en la España del siglo XIX." Movimiento obrero,
política y literatura en la España contemporánea. Eds. Manuel Tuñón de Lara y
Jean-François Botrel. Madrid: Cuadernos para el Dialogo, 1974. 145-157.
Romero Tobar, Leonardo. "Lectores y lecturas en la primera mitad del siglo XIX:
Balance y perspectivas de investigación." Bulletin Hispanique 100.2 (1998): 561-
576.
---. Panorama crítico del romanticismo español. Literatura y sociedad. Madrid: Castalia,
1994.
---. "Un gabinete de lectura en el Madrid del siglo XIX." Anales del Instituto de Estudios
Madrileños XII (1976): 205-212.
98
Seoane, María Cruz. Historia del periodismo en España. 2, El siglo XIX. Alianza
Universidad Textos. Madrid: Alianza, 1983.
99
Segunda Parte. La Revista No me Olvides
100
Capítulo IV. Características Generales
emprende la labor de reavivar el espíritu romántico a través de las revistas literarias con
No me Olvides, una publicación de vida breve que recogería en sus páginas algunos de
los más reconocidos escritores de la época, los primeros pasos de algunos poetas que
litográfica de la época.
juzgan como noble el propósito del nuevo periódico, que no era otro que contribuir al
generosa presentación que este diario ofrece del No me Olvides nos ayuda a entender el
13
El mismo anuncio aparece en El Guardia Nacional unos días más tarde (522:2).
101
calor y la ilusión con que fue acogido el periódico de Salas y Quiroga, actitud justificada
más que constancia; es menester grande atrevimiento para luchar con tantos
desinterés y todo el ardiente deseo de gloria que anima a nuestra juventud para
entrar en los cálculos del que la proyecta. Pero él que no desea más que gloria e
recuerda como “en ocasión no remota, un joven animado de iguales deseos, y muy
periódico semejante al que de ahora hablamos”, afirmando que su corta duración se debió
a estar “establecido bajo otras bases”. En efecto, los redactores de la Gaceta consideran
14
La relación de continuidad entre El Artista y el No me olvides ha sido puesta de manifiesto por la
mayoría de los críticos, que vieron en la segunda “la órbita de influencia directa de El Artista”,
permitiéndonos “reconstruir la recepción del romanticismo entre los jóvenes escritores de la década de los
treinta, tanto en las posiciones teóricas como en las creativas” (Romero Tobar Panorama crítico 65).
102
que, si bien cada página de El Artista “encierra una belleza literaria o artística”, su precio
“era superior a las facultades del pueblo español, y se necesitaban grandes desembolsos
poniéndolo al alcance “aun de las clases más ínfimas de la sociedad” (Gaceta de Madrid
869:4).
1837, habría que esperar una semana más. Así, el 7 de mayo de 1837 comienza la
andadura de la publicación dirigida y editada por Salas que, con periodicidad semanal,
saldría cada domingo sin interrupción hasta su último número, fechado el 11 de febrero
de 1838.
algunos autores15 inspirado en los anuarios que José Joaquín de Mora dirigió en
15
Esta es la opinión, por ejemplo, de María Cruz Seoane (151). También María José Alonso Seoane señala
la relación entre Salas y Quiroga y José Joaquín de Mora, “a quien Salas conoció en 1832 en Lima”
(Alonso Seoane, Ballesteros Dorado y Ubach Medina 339). Esta identificación también dio lugar a algunas
confusiones entre los estudiosos del siglo XIX, como es el caso de Rafael Altamira, quien en un artículo
biográfico sobre Ramón de Campoamor, considera erróneamente el No me Olvides como continuación de
los anuarios de Mora. Este equívoco nos ofrece una idea sobre el desconocimiento de la publicación de
Salas a finales de siglo, puesto que Altamira indica de nuevo incorrectamente que era "bisemanal" y que
103
Inglaterra (Cabañas 12). El subtítulo “Periódico de Literatura y Bellas Artes” se
mantendría hasta el número 37, fechado el 14 de enero de 1838. A partir del siguiente
número cambiaría a “Periódico semanal”, posiblemente para mostrar una apertura en las
materias tratadas, como ya había vaticinado Salas y Quiroga en el prospecto que precedió
estética formal, serán de gran importancia los grabados, obra del mismo artista y de
Calixto Ortega. Como recoge Pablo Cabañas (10), la intención de los creadores del No
me Olvides fue formar tomos cada seis meses; así lo muestra el membrete “Tomo II” al
frente del número 27, del 5 de noviembre de 1837, cuando la revista cumplió un semestre
de vida. Sin embargo, a diferencia de otras publicaciones que mantenían una numeración
como se indica al final de cada número, la cual se podía contratar “en la redacción de la
calle Jardines, número 6, cuarto bajo; en la librería de la Viuda de Cruz, frente a las
correos”. A partir del número 17 se añade la librería de Miyar, en la calle del Príncipe,
fue fundada por el mismo Campoamor, Rubí y otros amigos, según le había contado su erudito amigo
Canella (La Lectura: revista de ciencias y artes 1901:46).
104
como punto de suscripción16. En los dos prospectos que acompañaron a la publicación se
enumeran los puntos de suscripción fuera de Madrid, dando una idea del alcance que
la revista era llevada a casa de los suscriptores, mientras que en las provincias los
prospecto. Este método de difusión permitía ahorrar costes al editor, pues las tiradas se
tenerse en cuenta que era un publicación minoritaria que, como señala Cabañas, nunca
llegó al gran público (10) y cuya repentina desaparición pudo estar relacionada con la
Quiroga se hacía eco de la amenaza económica al replicar a aquellos que aseguraban que
la revista desaparecería en agosto de 1837: “No somos fanfarrones y así no diremos que
contamos diez o veinte mil suscriptores, pero aseguramos que tenemos el suficiente
número para que esperemos con paciencia otros tiempos menos aciagos” (No me Olvides
17:1). Salas llegaba a afirmar que la empresa no perdía dinero y que, por tanto, poco
importaba no ganarlo pues encontraban compensación en recibir “el interés que nos
16
También la Gaceta de Madrid recoge algunos de estos puntos de suscripción a los pocos meses de
anunciar el nacimiento de No me olvides: "Este periódico continua saliendo todos los domingos y
suscríbese a él en la librería de la Cruz, frente a S. Felipe el Real, y en la de Miyar, calle del Príncipe, a 4 rs
al mes y 5 en provincias, franco” (Gaceta de Madrid 1973:4)
105
tiempos y en febrero de 1841 se publicaba el último número de No me Olvides,
enajenar la propiedad de éste a los señores empresarios del Siglo XIX. A éstos
grato de las buenas intenciones con que hemos procurado entretenerlos con el No
me Olvides.
Madrid y cinco reales en provincias, reflejando los modestos medios con que contaba, y
su importe no varió durante los poco más de nueve meses que se publicó. Este precio
suscripción por 30 reales al mes17 (Seoane 147), y estaba en la línea de las publicaciones
que habían aparecido en el mismo año, 1837, como El Observatorio Pintoresco, que se
vendía al mismo precio que No me Olvides en la capital, con el objetivo de llegar a todas
las clases sociales (García Castañeda "Una revista romántica: El Observatorio Pintoresco
de 1837" 339), muy posiblemente, para evitar el mismo fin que El Artista.
la dirección del periódico y, como dato curioso, destaca la petición incluida en la primera
17
Según Vicente Llorens el precio de cada ejemplar de El Artista era de 4 reales (281). El elevado precio
de la revista de Ochoa y Madrazo se debía en gran parte a la calidad de los grabados en litografía que
ofrecía y a su rica presentación. De periodicidad semanal, contaba con cuatro páginas más que No me
olvides.
106
página de los números nueve y diez de la revista, fechados el 2 y 9 de julio de 1837
respectivamente:
Son tantas las cartas que diariamente recibe la empresa del No me Olvides,
carta que remitan, a fin de que no sea ninguna desechada (No me Olvides 9:1).
Sin embargo, no parece probable que este requerimiento tuviera relación con la amplia
difusión de una revista literaria en aquellos años sino, más bien, con el deseo de conocer
la autoría de los artículos recibidos, que en ocasiones venían firmados únicamente con
iniciales o anónimamente. Y es que, según declara el mismo Salas, muchas de esas cartas
(más de ciento cincuenta, reconocerá) eran colaboraciones de jóvenes poetas que querían
al segundo tomo de la publicación, que comienza con el número 27: “En los seis meses
que lleva de vida el No me Olvides apenas se ha pasado correo en que no haya recibido
cartas de varios jóvenes, sirviendo la mayor parte de ellas para acompañar composiciones
en España se hayan resentido conmigo al ver que negaba a sus versos un lugar en mi
pobre periódico”. Más adelante expresará amargamente el punto al que había llegado este
107
descontento de los jóvenes poetas, declarando que “hay personas que llevan la grosería
hasta el mismo extremo, y entre este número cuento a los anónimos” por medio de los
cuales “nada ha quedado por decirme a personas a quienes ni conozco ni deseo conocer”
fecha. La primera plana era ocupada habitualmente por un artículo sobre la actualidad de
la literatura o las Bellas Artes a cargo de Salas y Quiroga o Pedro de Madrazo. Sin duda
número se abre con una poesía de Mora a la flor “No me olvides”, mientras que en otros
Jardines, núm. 36, que correspondía a la Imprenta de Pascual, mientras que la edición
corría a cargo de Jacinto de Salas y Quiroga, quien llevaría el mayor peso en la redacción
y organización de la misma.
108
Es importante, por último, considerar la repercusión y significación histórica que
supuesto, en los estudios críticos que se han realizado y se siguen realizando sobre el
romanticismo español.
noticia de la publicación de Salas y Quiroga. Después de que salieran a la luz los dos
Salas, afirmando que ambos ejemplares eran dignos “de nuestro sincero e imparcial
no se aparta del camino que ha seguido hasta aquí, y que en honra y provecho de
apreciables jóvenes que se han propuesto reanimar nuestra literatura, flor un día
lozana y hermosa, y hoy capullo mustio y decaído, que necesita muchos esfuerzos
y grande constancia para que no muera antes de abrir (Gaceta de Madrid 899).
18
Sin embargo, no todo fueron buenas palabras para la empresa de Salas y Quiroga. El director reconoce en
el artículo ya citado que da comienzo al segundo tomo de la publicación “los malos ratos y disgustos” que
le ha acarreado el periódico, afirmando a modo de conclusión que el No me olvides “ha tenido enemigos y
aun sus escritos han sido censurados en tal cual periódico”, pero Salas mantiene su firmeza de “no contestar
a insultos” y guardar silencio, conducta con la que, a su juicio, ha conseguido la victoria. (No me Olvides
27:1-2).
109
Meses después la Gaceta publicaría íntegramente el segundo prospecto de No me
Olvides, corroborando su apoyo y afirmando que "en los ocho meses que lleva de
existencia (No me Olvides) ha acreditado las esperanzas que nos hizo concebir, y en las
promesas que hoy hace hallamos nuevos motivos de elogio a nuestro amigo el Sr. D.
Jacinto de Salas y Quiroga”. Así desean que el nuevo año “sea tan feliz ó más para
El Guardia Nacional era uno de aquellos periódicos a los que se unía la Gaceta en
publicación, que contrasta enormemente con el emitido sobre otra revista coetánea:
segundo pobre, mezquino y en cueros vivos (…) contenía entre otras cosas, no la
muerte sino la enfermedad de uno que dijeron ser poeta (…) falleció en su origen
Los mismos redactores también aconsejaban a Salas el camino a seguir para no perder la
profesión: "Aconsejamos a No me Olvides, puesto que campa por su respeto, que cuide
110
del corazón más que de su camisa, si quiere que no le olviden" (El Guardia nacional
552:3).
señala como, un vez extinguida la publicación de Ochoa y Madrazo, “la juventud literaria
Olvides para el estudio del romanticismo español. Así lo recoge Juan Luis Alborg, quien
la considera “una de las más interesantes y curiosas para el estudio del romanticismo
español” (387) a pesar de su breve vida, juicio muy semejante al de Alarcos Llorach (40).
Pablo Cabañas explica su trascendencia a pesar del fracaso posterior de muchos de sus
colaboradores:
Más justo es afirmar que su publicación justificó lo laudable de una empresa, dio
interés que se ha prestado a una revista de innegable importancia para el estudio del
romanticismo (8).
111
Aunque en verdad haya sido frecuentemente olvidada por muchos estudiosos no
sólo del campo de la crítica literaria19 sino también de la prensa20, no cabe duda que ha
sido referenciada como tapiz en el que tejieron sus ideales románticos los más puros
intento de defender el movimiento de los ataques que venía sufriendo en los años de su
“sano y español” frente a un romanticismo “degradado” que gusta de las más sangrientas
escenas (151). En términos parecidos se pronuncia María José Alonso Seoane, al señalar
cómo la revista presentaba una línea editorial “de defensa de la juventud y del
romanticismo -teniendo en cuenta que los clasiquistas eran más susceptibles de pasar con
una misión positiva” ("El Debate sobre el Romanticismo en Prensa. Las Revistas
Literarias" 94).
19
Hay varias excepciones que sí han prestado atención a la publicación de Salas y que han sido referidas en
la introducción de este trabajo. Los estudios de Vicente Llorens (1989), Leonardo Romero Tobar, María
José Alonso Seoane, Derek Flitter y otros presentan análisis de diversa profundidad sobre No me olvides.
20
Quizá una de las ausencias más evidentes es la del estudio de Le Gentil, quien no la menciona y sólo
hace breve referencia a las colaboraciones de Salas y Quiroga en el Museo de las familias (Le Gentil 128) y
en El Laberinto.
112
El director de la revista, Salas y Quiroga, expone esta línea de pensamiento en el
primer texto crítico de la publicación, el cual ha sido considerado por los estudiosos
como un importante manifiesto sobre el romanticismo español. Se trata del prospecto que
que sería la línea editorial del periódico. La publicación de prospectos era muy habitual
redactores de los periódicos” en la que aparecían “los idearios por los que éstos se iban a
regir” (Alonso Seoane "La teoría literaria en prensa" 48). No obstante, esta declaración
no siempre contaba con la confianza de los lectores ni de los compañeros de oficio, como
redactores no quisieron publicar uno porque, a su juicio, “en ellos nunca se dice la
verdad”, algo de lo que los lectores estaban cansados “puesto que en lugar de lo
prometido no han solido hallar más que fastidio e insulsez” ("Una revista romántica: El
publicación dirigida por Salas había cumplido hasta entonces las esperanzas que les había
gran parte a las penalidades que atravesó en su vida, Salas y Quiroga realiza en esta
113
declaración de intenciones un emotivo compendio de lo que debe ser un romántico y, más
que debe aflorar en la literatura y en los jóvenes creadores, que devuelva el espectro de
valores morales a la sociedad. Su tono nace del optimismo al hablar desde la fuerza de su
juventud: “el mundo presenta en nuestros tiempos un espectáculo grandioso, sublime; una
Salas y Quiroga canta a la juventud que, como él y como sus colaboradores, sufre
por la situación política, social y cultural que impera en la España del segundo lustro de
los años treinta. Esta juventud, dice Salas, no puede permanecer inamovible frente a la
enemigos del creador romántico. Allí dónde nazca este fanatismo acudirán los “jóvenes
del día, con un acero cuando preciso es el acero, con la palabra cuando la palabra es
necesaria, con la pluma, en fin, si se necesita la pluma” (No me Olvides Prospecto). Las
juventud lucha con “un acero” cuando es preciso, en clara referencia a las guerras
114
carlistas que se vivían en el Norte de España (“con las armas combate en Navarra”
Mucho más pacíficas son las otras armas que esgrime la juventud romántica, la
palabra y la pluma, que en manos de estos jóvenes románticos generan una extraordinaria
vitalidad creativa. Salas, al igual que otros románticos como Gil y Carrasco, saldrá en
auxilio de los nuevos valores que, como los suyos, encuentran en la literatura el medio
reconversión social que debe ser llevada a cabo por la juventud. Flitter recoge el empleo
reduccionismo y el fanatismo de todo tipo y actúe a favor del bien común” (217). En
noble, pensadora y activa, que destruye lo malo con una mano, y con la otra edifica lo
Salas y Quiroga enumera las tareas que en lo social debe llevar a cabo la juventud
fomentar los principios de la fraternidad, acabar con los odios, sofocar todas las formas
21
El concepto de regeneración social que Salas enuncia en su prospecto tendrá una importancia capital en
el estudio de Flitter, puesto que es considerado como el inicio de una promoción de la literatura espiritual
que tendría su eco en dos artículos de Nicomedes Pastor Díaz y, más tarde, en las ideas de Enrique Gil y
Carrasco, que versan sobre la cruzada moral que debe llevar a cabo la literatura para recuperar los valores
morales perdidos. Flitter resumirá la visión de la regeneración social de Salas “en el concepto de ideales
compartidos dentro de la sociedad, ideales que era tarea del escritor inspirar y promover” (223).
115
del mal y descubrir el bien que existe en lo creado. Cada joven debe participar con su
obra de la reforma social”. Estas tareas pasan por ensalzar “nuestra brillante y descuidada
Sin duda uno de los aspectos más destacables de No me Olvides es la apertura que
“noble fin que se han propuesto” los artífices de la publicación, añade Salas. Con esta
extensión de la oportunidad literaria a todos los jóvenes, Salas pretende glorificar las
letras españolas y conformar una empresa artística gloriosa, formada por el esfuerzo de
inspiración en la mujer, “esa parte preciosa del género humano”, que hallará en su
periódicos. Sin embargo, en el prospecto publicado por el director con motivo del
116
comienzo del segundo año de vida de No me Olvides, 1838, se introducen cambios
significativos en la línea editorial, los cuales quizá pudieron anticipar su desaparición que
provocada por los diversos cambios políticos, económicos y sociales que reflejábamos al
referirnos al contexto histórico del periodo. Esta democratización relativa del saber hacía
Salas, “las mayores obligaciones que va contrayendo con la sociedad el gobierno que la
mantiene su línea de acción moral para garantizar el buen hacer social, pero su crítica se
eleva desde el hombre y el literato a las instituciones públicas, afirmando “que el que no
trabaja por la humanidad, trabaja contra ella, que el que siembra un vicio, lega a sus
semejantes una cosecha de vicios” (No me Olvides Prospecto 1838). Los contenidos de la
publicación toman, desde este momento, un cariz más filosófico y crítico, que intenta
secretos filosóficos del siglo, los principios que se disputan esta envejecida sociedad, y
los medios que fuera útil ensayar para rejuvenecer una juventud que yace caduca”.
117
política, los extremos pugnan por tocarse entre nosotros, temeroso el ateísmo de que la
filosofía le robe su presa, la filosofía de que le robe la suya la religión”. Frente a estas
oposiciones irresolubles, Salas y Quiroga apuesta por el poder del “faro que ilumina, la fe
que consuela, la filosofía que enseña, la política que conserva, la ilusión que embalsama
la vida” para superar esta “época de transición” en la que cabe preguntarse “qué pide la
Quiroga, va a motivar el viraje temático del periódico durante los seis números que se
como un ejemplo de madurez y su tono refleja ahora un aire crítico hacia la literatura y
hacia el mismo público y, tal vez, un poso de decepción respecto a las palabras que él
(No me Olvides) se ha contentado hasta ahora con recoger los suspiros de nuestra
caduca literatura, ha procurado dar a conocer a los apóstoles de las letras y las
artes, ha resistido algún tanto al torrente devastador, sin temer enemistades, sin
usurpar puestos ajenos, sin adular a la aristocracia literaria, y sin ceder a las
exigencias de un público extraviado que deben los escritores tratar con amor como
Prospecto 1838)
22
A estas preguntas intenta dar respuesta el mismo Salas en un artículo posterior (No me Olvides 37:1-2)
118
Y es en este “algo más” donde aparece la crítica a las instituciones que va a justificar la
aparición de diversos artículos de tono social en los siguientes números. Los redactores
en la enseñanza pública, en la filosofía del siglo, en los destinos de la juventud que crece”
matizan, siempre conscientes del fantasma de la censura, que sólo se referirán a aquellos
que tengan “alguna relación con las cuestiones que nos ocupan, no siendo de nuestra
consistirá en indicar las mejoras que “deben hacerse en algunos ramos” y poner de
manifiesto los abusos que deben acabar para servir a la sociedad presente y futura, “único
A pesar de este viraje editorial, Salas promete “no abandonar los objetos de
tradujeron en una ausencia evidente de artículos dedicados a la crítica literaria a partir del
introducción, hasta entonces muy escasa, de artículos de carácter social en los que la
119
TRABAJOS CITADOS EN ESTE CAPÍTULO:
Alarcos Llorach, Emilio. "Un romántico olvidado: Jacinto de Salas y Quiroga." Estudios
y ensayos literarios. Madrid: Júcar, 1976. 37-59.
Alonso Seoane, María José. "El Debate sobre el Romanticismo en Prensa. Las Revistas
Literarias." Movimientos literarios y periodismo en España. Ed. María del Pilar
Palomo. Madrid: Síntesis, 1997. 69-97.
---. "La teoría literaria en prensa." Movimientos literarios y periodismo en España. Ed.
María del Pilar Palomo. Madrid: Síntesis, 1997. 45-52.
Alonso Seoane, María José, Ana Isabel Ballesteros Dorado, y Antonio Ubach Medina.
Artículo literario y narrativa breve del Romanticismo español. Madrid: Castalia,
2004.
120
García Castañeda, Salvador. "Una revista romántica: El Observatorio Pintoresco de
1837." Boletín de la Biblioteca Menéndez Pelayo XL (1964): 337-359.
Seoane, María Cruz. Historia del periodismo en España. 2, El siglo XIX. Alianza
Universidad Textos. Madrid: Alianza, 1983.
121
Capítulo V. El Director de No me Olvides
Biografía
padre fue “uno de los magistrados de más crédito en Galicia”, nos dirá su amigo y primer
biógrafo, Eugenio de Ochoa (708). Allí, entre su ciudad natal y Allariz (Orense), cursaría
sus primeros estudios y leería a Virgilio, según contaba el propio Salas ("A Galicia"
versos 47-48), para marchar después a Madrid. Cuando su madre muere y queda
23
El apellido Quiroga se debe a su madre y Salas lo incluye en su nombre orgullosamente como homenaje
a su familia materna, aunque le costó numerosos ataques por parte de aquellos que le acusaban de pretender
emparentarse con “tal o cual hombre público”. Precisamente, se defenderá de estas acusaciones en No me
olvides, afirmando que uno de sus antepasados era un rico hombre de Castilla que, por su caridad, no dejó
que nadie muriera de hambre (No me Olvides 27:1-2).
24
Encontramos cierta controversia sobre la orfandad de Salas. Según Alarcos Llorach, su padre murió siendo
él muy niño y, tras la muerte de su madre, fue enviado a Burdeos bajo la protección de la familia Cabarrús.
Núñez de Arenas no aclara este aspecto en su artículo, aludiendo únicamente a su orfandad al regreso de
Salas a España, cuando ya tenía 19 años: “Como hijo pródigo debió de ser recibido en su casa por sus
parientes –al parecer sus padres habían ya muerto-” (28). Algunos datos más pueden extraerse de sus
Poesías, publicadas en 1834. En julio de 1832 escribe un “tributo de amor fraternal” dedicado a sus
hermanos, Soledad y Agustín, en el que declara que la primera sigue viva en España. Sin embargo, apenas
un mes más tarde, en su composición dedicada “A las señoritas Moreiras”, expresa su absoluta soledad:
“Cuántos motivos de llorar! Un padre / que tierno yo adoraba, ya no existe; / en el cielo descansa con mi
madre. / Una hermana infeliz que lloro triste, / y que al cumplir apenas quince abriles / la muerte arrebatara; /
mi hermano que en sus años juveniles / también despareciera...” (Poesías versos 34-41). En “El
Aislamiento”, el segundo poema del libro, Salas repite la misma idea de soledad debido a la pérdida de todos
los miembros de su familia, como veremos más adelante.
122
el país vecino aprendería francés y tomaría privilegiado contacto con las obras de los
Tiene diecisiete años, es estudiante. Habita en la calle Meriadek número 47. Mide
un metro cincuenta y siete, o lo que es igual, cuatro pies y diez pulgadas, tiene
cabellos negros, frente abombada, cejas oscuras, ojos castaños, nariz gruesa, boca
regular, barba naciente, barbilla redonda, rostro ovalado y tez morena (27).
123
El 28 de agosto de 1830 Salas y Quiroga llega a Valparaíso, de donde parte en
Allí recibió un premio de versificación por una fábula traducida de La Fontaine, El Roble
26
y la Caña, y más tarde recibiría un premio de poesía por unos versos a la Melancolía
(28).
En Lima escribirá gran parte de los poemas que componen su libro Poesías. Con
dieciocho años también había dado sus primeros pasos en la composición dramática de la
Lima, que no vería la luz hasta 1834 publicado junto a sus poesías. En el prólogo, Salas
imaginación estaba exaltada, pero con esa exaltación que puede dar la lectura de
Boileau, compasada, fría y monótona. Cayó en mis manos Childe Harold, las
25
Así lo indica su relato “Apuntes de un viajero”, publicado en junio de 1838 en el Semanario Pintoresco
Español.
26
Esta información procede de una nota del propio Salas que acompaña a la fábula “El roble y la caña”,
publicada en sus poesías: “No puedo resistirme al deseo de decir que a diez y siete años de edad me
mereció esta fábula, tal cual es, un premio de versificación. Quisiera poder insertar también en este
volumen un trozo poético a la Melancolía, que un año después me hizo conseguir el premio de poesía: por
habérseme traspapelado no he podido todavía corregir, pero espero poderlo publicar cuando dé a luz mis
Recuerdos poéticos, que estoy preparando para la prensa” (Salas y Quiroga Poesías 50).
124
demás obras de Lord Byron, las Meditaciones de Lamartine, y las Orientales de
escribí CLAUDIA, y por eso el primer acto parece de una escuela, y los dos
últimos de otra. Confieso que el plan de la obra adolece de los defectos que da la
Londres, Liverpool y París en el año 183327. Retornará a Burdeos, dónde su estancia será
financiada por el cónsul español en dicha ciudad, en lo que Núñez de Arenas describe
como una “situación difícil”, dado que sus recursos económicos se han agotado. El
27
Brown recoge como prueba de esta estancia la descripción de la Biblioteca Richelieu de París que Salas y
Quiroga incluye en No me olvides¸ mencionando sus numerosas visitas a la misma. Salas compara la
Biblioteca francesa y la “Biblioteca Nacional de la Plazuela de Oriente con el fin de llamar la atención del
gobierno, y obtener mejoras en este establecimiento” (No me olvides 19:5).
28
Núñez de Arenas reproduce la misiva en su artículo citado: “El dador de la presente D. Jacinto Salas, me
consta que ha nacido en La Coruña y que pertenece a una familia apreciable. Su actual situación es bastante
apurada y deseando trasladarse a Madrid, en donde se hallan sus citados parientes, carece absolutamente de
medios necesarios para emprender su viaje, por cuyas razones le considero digno de todo el favor y
protección que uno pueda dispensarle (I de Junio de 1833).” (28)
125
29
Mesonero Romanos lo sitúa en Madrid en julio de 1834 , donde comienza una
ardua tarea literaria en la que difunde su precoz conocimiento del panorama cultural en el
todavía poco maduro pero que llamó la atención pública sobre el autor, y dio motivos
para esperar los adelantos que éste, ya más formado su gusto, ha hecho en efecto” (Ochoa
708) 30. Núñez de Arenas describirá el prólogo a esta obra como “un poco embrollado”, si
bien más tarde se convertiría en un manifiesto romántico muy referido por los
historiadores literarios31.
“donde tuvo algún amor” (40), fechando allí alguna poesía. Lo cierto es que, a finales de
1834, Salas había sido nombrado oficial segundo del Gobierno Civil de Palencia, y
29
En sus memorias escribirá: “En la noche del 9 ó del 10 de Julio (de 1834), después de asistir a la tertulia
o soirée, que en ciertos días de la semana reunía en su casa, calle de Relatores, el ilustrado jurisconsulto,
estadista y consejero Real, D. Vicente González Arnao (…), salí de ella acompañado de mis amigos Larra,
Salas y Quiroga y Bustamante; y siendo la noche en extremo calurosa, y no muy avanzada la hora,
entramos a refrescar en el café de San Sebastián” (130).
30
Recordemos que Ochoa publica sus Apuntes para una biblioteca de autores españoles en 1848, cuando
Salas y Quiroga aún vivía y ya había publicado varias composiciones en prensa. Sin embargo, por los datos
incluidos en la breve biografía de Salas en esta obra, parece que Ochoa escribió la misma mucho antes. Así
afirma que “últimamente” Salas reside en Madrid, “ocupado en publicar sus Viajes, de que ya han salido
varios cuadernos curiosísimos, en la conclusión de un poema titulado «Leonardo» y en otras diferentes
obras literarias” (708). El año de publicación de la primera edición de los Viajes es 1840 (un episodio
aparece publicado en el Semanario Pintoresco Español el 16 y el 23 de agosto de 1840), mientras que el
poema “Leonardo” aparece en el segundo número de la Revista del Progreso, dirigida por el mismo Salas,
bajo el título “Preludios de un poema político inédito titulado Leonardo”. Este ejemplar salió a la luz el 15
de octubre de 1841, y no en 1843 como recoge Alarcos Llorach en su estudio sobre Salas (58).
31
Así lo encontramos interpretado en la obra de Romero Tobar, (Panorama crítico del romanticismo
español 184), y en El Romanticismo español de Ricardo Navas Ruiz (El romanticismo español 133) El
primero hablará de “un prólogo-manifiesto ya elogiado por Peers” y el segundo de “un prólogo
revolucionario”. Peers, por su parte, lo había descrito como un “verdadero manifiesto romántico” en su
Historia del movimiento romántico español (398).
126
tercero del de La Coruña (La Revista española: periódico dedicado á la Reina Nuestra
Señora 349). Por estas fechas, según recoge Llorach, finalizaría sus estudios de leyes.
1836 ofrece una conferencia sobre “La poesía sagrada” en la Academia de San Isidoro,
anunciada en El Eco del comercio del 16 de noviembre del mismo año (citado en
siglo XIX 238). En febrero de 1837 Salas asiste al entierro de su amigo Larra, según
dónde a menudo lee poemas y donde, en enero de 1838, establece la cátedra de “Filosofía
32
José Zorrilla lo incluye entre las nuevas amistades que crea en su escapada a Madrid en 1836, en un
artículo publicado en Los Lunes de El Imparcial, donde asegura que a Salas, “poeta ya casi olvidado”,
nunca le faltó su pluma “donde quiera que llegó a meter los puntos de la suya” (13-X-1879).
33
Entre sus numerosas colaboraciones destaca una escena del drama original en cinco actos Alen-Ferrando,
del que no nos consta publicación o representación posterior pero que recibió una aplaudida reseña de
Federico de Madrazo (128).
127
de la poesía” (33). El hispanista también se refiere a su curso sobre Derecho natural y de
gentes, que considera menos importante. Este curso fue anunciado en la Gaceta de
fue nombrado en 1838 (Guía de forasteros en Madrid para el año 1838 195). El mismo
Salas recoge su nombramiento previo como secretario interino de esta segunda Academia
las bellezas artísticas de Andalucía” (Ochoa 708), dónde según Alarcos Llorach “se
Paraíso, de la que sería breve director y que mucho nos recuerda al No me Olvides. Sin
34
Su título en realidad fue Stradella, según recoge Palau y Dulcet, y fue impresa en 1838 (331).
128
lectores y ofreciéndoles “su inutilidad” (El Paraíso: periódico semanal de filosofía,
visitando Puerto Rico, “donde permaneció cinco meses con un destino del gobierno”
(Ochoa 708) y Cuba 35. Los expedientes que se conservan en la sección del Ministerio de
Ultramar del Archivo Histórico Nacional nos permiten seguir sus pasos durante estos
36
años, no exentos de desavenencias y penurias. Según uno de estos expedientes, el
Puerto Rico el 11 de marzo de 1839 (su puesto le fue comunicado al día siguiente), con
un sueldo de 12.000 reales de plata al año. No sería hasta el 24 de junio cuando Salas
llegará a Puerto Rico “con el paquete de Cádiz” (Ultramar, 1068, Exp. 7).
enfermedad de alguna gravedad en el escritor, razón por la que se le otorga licencia para
establecerse en Cuba y recuperarse37. Según sus propias memorias, sabemos que Salas
35
Alarcos Llorach hace referencia a una entrevista de Salas en la capital cubana con el “poeta mulato
Plácido”, que Ochoa había recogido en sus apuntes. Plácido era el seudónimo con el que firmaba el escritor
cubano Gabriel de la Concepción Valdés (1809-1844) y al que Salas le dedicará algunas páginas de su libro
de viajes ((Viages: isla de Cuba 285-94)
36
Aparte de las explicadas a continuación, la lectura de los expedientes relativos a la Administración de
Correos en Puerto Rico muestran numerosas disputas entre los oficiales enviados a la misma, lo que pudo
sin duda contribuir al deseo de Salas de no regresar a su cargo en la Isla. Otra polémica reflejada en los
legajos conservados viene provocada por el mismo escritor, que al parecer recibió otro destino
anteriormente como Vicecónsul de Mazatlán en los Estados Mejicanos, según publicó la Guía de Forasteros
de 1840 y confirma el expediente 64 ya citado. Aunque Salas fue nombrado para tal cargo el 28 de enero de
1839, la administración nunca supo si había admitido o no dicho destino, hasta que consideró caducado el
nombramiento.
37
Esta decisión tomada por el Capitán General de Puerto Rico provocó una airada polémica que se extiende
hasta 1840 y que puede seguirse en el expediente sobre la situación de la administración principal de
129
desembarcó en Cuba el 25 de noviembre de 1839 (Viages: isla de Cuba 97). Sin embargo
la enfermedad de Salas, una catarata en el ojo izquierdo provocada por “lo fuerte del
Habana, y llevó al escritor a solicitar, en agosto de 1840, una nueva licencia por un año
38
para regresar a la península y recuperarse (Ultramar, 1068, Exp. 64). No obstante,
debido a la crisis ministerial que afectaba al país en aquellos momentos, Salas no obtiene
noviembre de 1840, sin que, al parecer, hubiera regresado a dicha isla desde que se
desconocida hasta ahora, sí quedan algunos testimonios de ella, entre los que destacan sus
relatos de viajes, que narran la estancia en La Habana desde finales de 1839 hasta la
llamado La Estafeta, que provocó una nueva polémica años después al haberle sido
retenida una parte de su sueldo “para cubrir los costes devengados en la causa que le
De vuelta en España, iniciará una prolífera carrera como escritor y periodista para
intentar sobrevivir. Salas publicará sus impresiones de Cuba en un libro de viajes. Como
Correos en la Isla, ya que desde la Contaduría se alegaba que dicho capitán no tenía el poder de otorgar
licencias fuera de su territorio (Ultramar, 1068, Exp. 64).
38
Su expediente recoge la negativa de Salas a regresar a su cargo en Puerto Rico, como lo comunica su
superior el 19 de junio de 1840.
130
recoge Alarcos Llorach, Salas estaba preparando la edición de sus Viajes desde su
curiosísimos”, como señalaba Ochoa. Y es que, aunque la edición que nos ha llegado es
la editada por Boix en un volumen 39, la idea original de Salas era publicar, “en una serie
de tomos, la relación de los viajes en que llevo gastados los más floridos años de mi vida”
(Salas y Quiroga Viages: isla de Cuba 95). El Guadalhorce se hace eco también de esta
intención y nos ofrece más información sobre la misma, anunciando que se publicarían en
Haití o Santo Domingo y las demás Antillas; Perú; Chile; Bolivia; Londres y París; y sus
Viajes por España. La publicación sería “mensual y por cuadernillos de seis pliegos de
impresión en octavo marquilla de buen papel y letra clara”, llevando cada uno “su
cubierta de color”. Según las noticias que tenían los redactores de El Guadalhorce, el
precio de 4 reales cada cuaderno (6 en las provincias), formando tres cuadernos un tomo
(El Guadalhorce: periódico semanal de ciencias, literatura y bellas artes 20:160). Sin
embargo, en la actualidad sólo tenemos acceso al primer tomo dedicado a la isla de Cuba,
39
Ésta es la edición que a día de hoy podemos consultar en la Biblioteca Nacional, fechada en 1840, bajo el
título “Viajes: isla de Cuba”.
40
Tanto Dionisio Hidalgo (147) como posteriormente Palau y Dulcet (331) recogen la publicación en 1840
de una obra en octavo titulada Formación de un ministerio especial de Ultramar, en el despacho de
Mellado, de 14 páginas, que podría ser parte de esta serie pero de la que no existen ejemplares disponibles.
131
Salas también escribirá en estos años un drama en verso, El Spagnoleto, que
Alarcos Llorach describirá como “bastante flojo” (41) y que se publicó en El Gabinete
Literario en 1840. Diversos autores como el mismo Alarcos Llorach o Cristina Patiño
Eirin sostendrán (como ya había hecho Sainz de Robles) que en 1840 también publica
una nueva colección de poemas bajo el título Mis Consuelos, la cual podría recoger sus
diariamente (excepto los domingos) de abril a septiembre de 1841. En ella Salas muestra
siguiente empresa de Salas será muy diferente, si bien fracasaría en muy poco tiempo: el
primero de octubre de 1841 publica la Revista del Progreso, una publicación quincenal
de contenidos muy diversos que se centran en el comentario de las medidas tomadas por
parte de las autoridades para fomentar el progreso en distintas áreas (desde la agricultura
revista sólo se mantuvo hasta el 16 de diciembre, pero en sus cinco números acumuló 153
páginas que muestran la intensa actividad periodística que el escritor gallego estaba
llevando a cabo.
41
Su título ha sido confundido por algunos estudiosos por el de La Constancia. Una colección incompleta
se encuentra en la Biblioteca Nacional.
132
42
En el año 1842 reanudará sus labores diplomáticas sustituyendo a Espronceda
Eco del comercio 8-VI-1842). En 1843 será enviado a Holanda con un puesto de
secretario en los Países Bajos como parte del grupo de Embajadores y Ministros de la
Reina en las Cortes europeas (Guía de forasteros en Madrid para el año de 1843 112). 44
Familias y en diarios como El Clamor Público. Durante los años 1843 y 1844 también
los tipos de “El diplomático”, “La actriz” y “La Viuda del militar”.
42
El famoso poeta, que había sido nombrado para el cargo en noviembre de 1841, falleció el 23 de mayo de
1842. Alarcos Llorach recoge la presencia de Salas junto al lecho de Espronceda durante su última
enfermedad (41)
43
Mantendrá este puesto hasta enero de 1844, cuando, según su expediente, es declarado cesante de su
cargo en la Legación de La Haya (Ultramar, 1068, Exp. 64).
44
Enrique Gil y Carrasco recoge la intención de Salas de publicar una Historia del gobierno español en los
Países Bajos, ya que la plaza que ocupaba en la Haya durante “año y medio, la buena proporción que ha
tenido de registrar toda clase de documentos en los archivos públicos y privados de aquel país, y por último
su laboriosidad e ilustración” hacían esperar que llenara el vacio de aquella parte de la historia de España
(El Laberinto: periódico universal 6:85).
46
El conjunto de sus obras se recogerá en las páginas siguientes.
133
trabajos políticos como El casamiento de la reina (1845). Por supuesto, por su labor
Será en 1848 cuando vea la luz su novela más importante, aunque aún
escasamente estudiada: El Dios del Siglo. Sobre ella dijo su autor que era “obra pensada
que le han valido el calificativo de novela pre-realista por parte de algunos estudiosos. La
47
Alarcos Llorach, basándose en el poema “A Galicia” incluido en la obra de Saralegui Galicia y sus
poetas, afirma que su mujer se llamaba Leonor. He localizado el mismo poema publicado una década antes
en el número 13 de la Revista Galaica y de su análisis se puede extraer que la compañera de Salas era
extranjera, pues le dedica los siguientes versos: “Pueda, ya que nacida en tierra extraña, / hija adoptiva, a
nuestra patria llega, / si hoy sólo es hija de la madre España, / por vínculos de afecto ser gallega”. Sin
embargo, respecto al nombre de la amada, no considero tan claramente como Alarcos Llorach que sea
Leonor, puesto que por su posición en el verso en el que se menciona, podría muy bien ser el nombre de la
madre de Salas, a la que el poeta incluye en su composición para mostrar la semejanza entre progenitora y
amada: “Oh! Mi madre! Oh! Leonor! Si desde el cielo / hay ligaduras invisibles que atan / corazones
formados al modelo / en que todos los dones se retratan” ("A Galicia" versos 25-28).
48
Esta novela está igualmente marcada por la controversia y aunque su existencia es recogida por Núñez de
Arenas y Alarcos Llorach, nada se sabe sobre ella. Dionisio Hidalgo mantiene en su Diccionario que fue
escrita por "un quidam", en 1844.
134
estilo de la época, pero con el marcado enfoque social que presidió toda su obra literaria
última novela49 conocida: “tiempo es ya de que se formen los hábitos literarios del país y
que veamos en el escritor al filósofo que eleve cuestiones a la región de las ideas,
El Dios del Siglo. Los trabajos “Salas y Quiroga´s El Dios del siglo, novela original de
Patiño Eirín (1999) intentan otorgar a esta obra el lugar que merece.
Derecho moderno español desde 1843 hasta 1849, según anuncia El Clamor Público. El
moderado español, también atribuida a la pluma de Salas (El clamor público: periódico
del Partido Liberal 14-IX-1849:3). Esta publicación había sido anunciada en la edición
y noticias de escritores españoles del siglo XIX 238). Todos estos datos nos ayudan a
comprender la exhaustiva labor que Salas estaba realizando como escritor en los últimos
49
Parece que Salas estaba preparando otra novela titulada La Condesa de Florseca, continuación de El Dios
del Siglo y de su mismo estilo, según se informa en la última página de esta última (El Dios del siglo:
novela original de costumbres contemporáneas 235).
50
La misma revista había anunciado en mayo de 1849 la publicación de una obra de Salas titulada Panteón
de los Reyes de España (Veinticuatro diarios (Madrid, 1830-1900): artículos y noticias de escritores
españoles del siglo XIX 238).
135
años de su vida, probablemente para procurarse sustento, y que probablemente apresuró
figurado mucho, tanto en la esfera política como en la literaria” (en Veinticuatro diarios
(Madrid, 1830-1900): artículos y noticias de escritores españoles del siglo XIX 238). Así,
criticará como “la falange de amigos hambrientos que le rodearon siempre y a quienes él
entierro, “triste entierro, algún pariente y tres amigos, uno de ellos Ochoa. Allá le
Si bien Jacinto de Salas y Quiroga ha pasado en cierta medida inadvertido para los
tanto por su repercusión poética sino por su papel como estandarte del ideal romántico,
más que echar un vistazo a las reseñas que de sus obras publicaban los diversos
que se traslucía no sólo una gran admiración profesional, sino también un gran cariño
136
personal, motivado sin duda por la unidad de la joven generación romántica y por el
Pero, sin duda, una de las descripciones más conmovedoras que encontramos del
romántico gallego será la que recoja Núñez de Arenas, en su artículo marcado por la
sensibilidad hacia el poeta. Bajo el membrete de “el pobre Salas”, como según Núñez de
Arenas le llamaban todos, recuerda la bondad y el afecto con el que trataba a todos,
“olvidando que tenía talento” (27). Aquí encontramos la interpretación del origen de la
angustia de Salas, que nacía de su propio ser y de su desgraciada vida, reflejando el temor
Núñez de Arenas, para quien “en una vida sin gestos cabe la heroicidad más tremenda: la
heroico por su fiel e incansable defensa de un romanticismo definido por los valores y el
con la única presencia de sus hermanos que fallecerían cuando él era un adolescente51; en
51
Reproducimos ahora el ya referido poema titulado “El Aislamiento”, en el que Salas da testimonio de la
soledad en la que se encuentra:
137
segundo lugar, su afán por conocer mundo y su carácter apasionado, que le llevarían a
cruzar el océano Atlántico en dos ocasiones y convivir con diferentes culturas, como
segundo le permitirá conocer de primera mano y a una edad muy temprana las corrientes
incesante” (3). Para esta autora en la naturaleza emotiva de Salas coexiste “una tristeza
recóndita que llega a ser angustiada ante la muerte y el temor presente siempre a ser
olvidado” (4).
138
quedará para siempre en el olvido
En su poética Salas será “un poeta triste, siempre en agonía, aunque una agonía nada
turbulenta ni tremenda, sino apacible y brumosa” (Alarcos Llorach 56). Sus grandes
temas serán el amor y la soledad. El primero lo abarcará desde la pasión por el amor
perdidos. Sin duda Salas y Quiroga reunía todos los elementos que conformaban el
espíritu romántico y, como concluye Alarcos Llorach, su canto fue noble y melancólico.
Admiró a Byron, Lamartine, Musset, Béranger y Víctor Hugo, cuyas obras pudo
conocer de primera mano gracias a sus distintos viajes y leyó a Cervantes, Lope, Tirso,
Calderón y Moreto. Alarcos Llorach analiza las influencias que recibió, resumiéndolas en
la lectura de los clásicos españoles, entre los que destaca a Fray Luis de León y los poetas
Horacio; y especialmente los españoles, entre los que incluye Alarcos a Martínez de la
139
Rosa, a quién dedicará una oda incluida en su volumen de poesías. Mención aparte
del Siglo.
lado su labor poética para poder sobrevivir gracias a su pluma, objetivo que tampoco
la novela.
Alarcos Llorach definirá a Salas como “uno de los que intentaban renovar la lírica
éstos”, y emitirá uno de las opiniones más repetidas por los estudiosos en los manuales
del romanticismo español, afirmando que “si Salas hubiera estado dotado de un espíritu
más señero, acaso hubiera sido una de las figuras más importantes del Romanticismo
español” (37). A juicio de Jorge Campos, fueron su muerte en plena juventud y el haber
permanecido fuera de España varios años, los hechos que "restan trascendencia a un
romántica que representó Salas, siempre fiel al ideal del literato comprometido con su
140
labor social, tendrá lugar “cuando llegue la hora de aproximarse con amor a nuestra
literatura romántica”, cuando sea forzoso conocer a los poetas menores eclipsados por los
grandes líricos románticos, y entonces “se experimentará más de una sorpresa, al hallar, a
veces, una delicadeza, una ternura, una emoción, que por más íntima y más recatada y
grandes figuras que coparon las primeras planas del reconocimiento y de los libros de
como los de hoy, los hombres que al escribir jugaron su alma, nos conmoverán
con melancolía fraternal; entre ellos, con dulce recuerdo, adolorido, el pequeño
Salas, el pobre Salas, el de los ojos siempre clavados en la ilusión, el que tanto
(29)..
Núñez de Arenas, los años veinte del pasado siglo, en la que figuras clave para el estudio
del romanticismo español como Eugenio de Ochoa o Salas eran “ignorados” por los
publicaciones periódicas del momento, que han desenterrado la ingente labor literaria de
estos y otros muchos nombres, la historia parece estar haciendo justicia a los “astros
141
menores” del romanticismo, sin denostar a las figuras más conocidas que con reconocido
mérito se alzaron en sus pedestales. Hay que destacar en este que Salas fue un gran amigo
de los románticos más reconocidos hoy día y compartió con ellos tertulias y sufrimientos,
en un movimiento en el que cada uno parecía aceptar su papel necesario para promover
trabajo, El Dios del siglo, que vio la luz un año antes de su muerte.54
Pero quizá el mejor juicio para concluir esta breve visión de la personalidad de
Salas sea el que emitió su amigo José Zorrilla, en un poema que, bajo el título “A D.
Jacinto de Salas y Quiroga”, en la que ilustra de manera magistral las ideas anteriores:
54
Aludiendo a aquellos románticos a los que Salas alude en el editorial del primer número de No me
Olvides, a aquellos jóvenes que debían unirse para regenerar la literatura, Brown añadirá: “but not all of
them continued the struggle when Romanticism no longer served as a rallying-cry, as did Salas, who was
perpetually goaded into action by the shameful cynicism and corruption which he saw around him”., p. 34.
142
Que por único alivio en su tormento
Sólo le queda una canción inútil,
Y una corona que la arranca el viento
De la abrasada sien.
143
Detener tu raudo vuelo,
Para cantar tu dolor
Sin que se oyera en el cielo.
Y bien posó tu amargura
Al traerte a esta mansión,
Dando al hombre en su locura
Una soñada ventura
Que no está en tu corazón.
Que él no comprende el tormento
Que tu espíritu combate,
Ese amargo sentimiento
Que tu noble orgullo abate,
Nacido en tu pensamiento.
-« Hay una flor que embalsama
»El ambiente de la vida,
»Y su fragancia perdida
»Tan sólo no se derrama
»En tu alma dolorida.»-
Es un privilegio impío
Mirar el placer ajeno
En su loco desvarío,
Y en el corazón vacío
Sentir acerbo veneno.
Y con ojo avaro, ardiente,
Ver tanta mujer hermosa,
Con esa tez transparente,
Con esa tinta de rosa
Sobre la tranquila frente.
Ver tanto feliz galán,
Tanta enamorada bella,
Que en plática amante van
Sin curarse él de tu afán,
Sin adivinarle ella
¡Y el poeta en su misión
Apurando su tormento!
Sin alivio el corazón,
¡Sin más que una maldición
Escrita en el pensamiento!
De su sentencia mortal
Con un día y otro día
Llenando el cupo fatal,
144
Cual lámpara funeral
Iluminando una orgía.
Poesías. 1834. La edición incluirá su drama Claudia. Será impresa en Madrid por Eusebio
noticias de escritores españoles del siglo XIX 238). Alarcos Llorach recogerá la crítica
que calificaba a su autor de innovador, añadiendo que “ha hecho ver el señor Salas que la
poesía castellana admite más clases de metros que los usados hasta el día” y que aquellas
poesías “autorizan a reconocer en el señor Salas las dotes de poeta y filósofo”(36). Por su
parte Reginald Brown describirá esta obra como la primera colección de poesía romántica
que fue publicada en forma de volumen e interpretará sus poemas como una expresión
Luisa: Drama en cinco actos. 1838. Traducida del francés por Salas y Quiroga e impresa por los
Stradella: comedia en un acto. 1838. Arreglada por Salas e impresa por D. José María Repullés
en Madrid.
145
Viages. Isla de Cuba. 1840. Imprenta de Boix. Luis González del Valle publicó en 2006 una
edición facsímil precedida por un estudio que analiza la importancia de la obra como
El spagnoleto: drama original en tres actos y en verso. 1840. Editado en El Gabinete Literario de
Del Casamiento de la reina. 1845. Madrid, impresa por D.R.E. García. Dieciséis páginas.
España bajo el reinado de la casa de Borbón: desde 1700, en que subió al trono Felipe V, hasta la
muerte de Carlos III, acaecida en 1788. Obra de William Coxe. Traducción, notas,
Historia de Francia. 1846. Editada en Madrid por Madoz y Sagasti. 2 volúmenes. En la colección
Historia de Inglaterra. 1846. Editada en Madrid por Madoz y Sagasti. 495 páginas y un mapa.
55
Piero Menarini le atribuye también la comedia de 1830 Sancho Panza, gobernador de la Ínsula Barataria
y el drama Lorenzo, de 1837 (74). De este último se publica un fragmento en el número 15 de No me
olvides.
56
Obra anónima que le atribuye Núñez de Arenas.
57
La edición que podemos consultar en la Biblioteca Nacional de Madrid corresponde al volumen editado
en la Imprenta y Estereotipia de la Asociación por D. José María Alonso. Una segunda edición saldrá en
México en la Imprenta de Ignacio Cumplido en 1853.
146
Salas y Quiroga en el Círculo Romántico
XLVII) , junto a Juan Arolas, Bermúdez de Castro, Patricio de la Escosura, José Joaquín
Rodríguez Cáceres lo sitúan dentro del llamado círculo esproncediano, del que “formaban
parte tres poetas a los que se ha querido unir arbitrariamente en una Escuela Norteña,
sentimiento del pasaje, etc.” (491). Los tres poetas referidos eran Nicomedes Pastor Díaz,
Enrique Gil y Carrasco y el propio Salas; no obstante, los tres líricos no tenían conciencia
igualmente esta asociación en términos muy distintos, al ubicar a estos tres románticos
célebre tertulia “El Parnasillo”, como señalamos anteriormente, en el café del Príncipe,
punto de referencia literaria y cultural del momento, junto a Miguel de los Santos
García Gutiérrez, Gil y Zárate, Juan de Grimaldi, Mesonero, Larra, Ochoa, Pastor Díaz y
Teatro del Liceo en 1839, que pertenecía a la sociedad del mismo nombre, junto a
147
Zorrilla, Escosura, Navarrete y otros, como recoge Joaquín Álvarez Barrientos ("El
mundo teatral desde la muerte de Fernando VII" 254), quien lo incluye entre los
empresarios teatrales más importantes del siglo ("El mundo teatral desde la muerte de
148
TRABAJOS CITADOS EN ESTE CAPÍTULO:
El clamor público: periódico del Partido Liberal. Madrid: El Clamor Público, 1844.
Guía de forasteros en Madrid para el año 1838. Madrid: Imprenta Nacional, 1838.
149
Alarcos Llorach, Emilio. "Un romántico olvidado: Jacinto de Salas y Quiroga." Estudios
y ensayos literarios. Madrid: Júcar, 1976. 37-59.
Álvarez Barrientos, Joaquín. "El mundo teatral desde la muerte de Fernando VII."
Historia de la literatura española. Siglo XIX (I). Ed. Víctor García de la Concha.
Vol. VIII. Madrid: Espasa Calpe, 1997.
Brown, Reginald F. "Salas y Quiroga. El Dios del siglo. Novela original de costumbres
contemporáneas, Madrid, 1848." Bulletin of Hispanic Studies 30.117 (1953): 32.
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González García, Ángel, y Francisco Calvo Serraller, eds. El Artista: Madrid, 1835-1836.
[Ed. facs.] ed. 3 vols. Madrid: Turner, 1981.
Martínez Arnaldos, Manuel, y José Luis Molina Martínez. "José Musso Valiente en la
Academia Matritense de Ciencias Naturales." José Musso Valiente y su época,
(1785-1838): la transición del Neoclasicismo al Romanticismo. Actas del
Congreso Internacional celebrado en Lorca los días 17, 18 y 19 de noviembre de
2004. Vol. I. Lorca: Universidad de Murcia. Servicio de Publicaciones, 2006.
150
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Bologna: Atesa, 1982.
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en prosa y en verso Colección de los mejores autores españoles. Paris: Casa Edit.
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Pedraza Jiménez, Felipe B., y Milagros Rodríguez Cáceres. Manual de literatura española
Vol. VI. Tafalla: Cénlit, 1981.
Peers, Edgar Allison. Historia del movimiento romántico español. Trad. José María
Gimeno. Madrid: Gredos, 1973.
151
Salas y Quiroga, Jacinto de. El Dios del siglo: novela original de costumbres
contemporáneas. Madrid: D. José Mª Alonso, 1848.
---. Viages: isla de Cuba. Ed. Luis González del Valle. Santiago de Compostela:
Universidade de Santiago de Compostela, 2006.
Zorrilla, José. "Recuerdos del tiempo viejo." Los Lunes de El Imparcial. (1879).
152
Capítulo VI. Teoría y Crítica Literaria. Crítica de Bellas Artes
El siglo XIX trajo consigo una revolución en el pensamiento europeo que afectó
palabra aparece en esta época, como señalamos en el capítulo sobre la prensa del período,
aunque ya desde finales del siglo anterior empezaba a evolucionar hacia una noción de
de la cultura del periodo histórico. De este modo, la crítica romántica incorporó el estudio
obras con los grandes movimientos espirituales y culturales de su época, con los
(Silva 372). A juicio de Romero Tobar, ya desde finales del siglo XVIII se consideraba la
literatura “no como un universal abstracto sino como una realidad histórica, susceptible
de metamorfosis generadas por los ritmos de la vida social” (Panorama crítico del
153
romanticismo español 341). El historicismo se convierte, por tanto, en doctrina clave que
Esta nueva forma de crítica literaria dio lugar a dos producciones fundamentales
publicados como parte de la famosa polémica calderoniana, entablada por Juan Böhl de
Faber y José Joaquín de Mora e iniciada en 1814. Este debate supuso la introducción, por
parte del primero, a través del Diario Mercantil de Cádiz, del ideario de los hermanos
Schlegel y del espíritu historicista de Herder. Este es el comienzo para lo que Sáinz
Faber, La Barrera, y Fernández Guerra, entre otros, defienden “la necesidad de la historia
literaria y aportan para ella ideas e investigaciones realizadas con un criterio histórico y
154
con una técnica que (…) es nueva en los anales modernos de nuestras letras” (Historia de
que ha tenido la crítica moderna en la decadencia del Teatro Antiguo Español, y sobre el
modo con que debe ser considerado para juzgar convenientemente de su mérito peculiar,
de 182858. Las ideas vertidas en esta publicación por su autor, Agustín Durán, suponen un
crítica literaria, constituyéndose, según Donald Shaw, como “one of the most extensive
and in some ways the most influential piece of critical writing connected with the
romantic debate in Spain” (VII). Pedro Sáinz Rodríguez hace hincapié en el trascendental
interés de este discurso para “la historia de la crítica y de la literatura moderna, sobre
“antirretórica y con señalado carácter histórico”, basada en las ideas de los hermanos
Schlegel, y, como tal, se constituyó como “un verdadero manifiesto literario que,
no por un poeta, sino por un erudito” (Historia de la Crítica Literaria en España 180).
a la poesía y a la creación literaria y, como afirma Navas Ruiz, “oscila entre la simple
58
Volveremos a aludir a este texto al presentar la crítica teatral en No me olvides.
155
fundamentalmente en las doctrinas románticas que daban por aceptado “el subjetivismo
crítico, la relatividad del gusto, los condicionamientos nacionales y sociales del arte, la
identidad de fondo y forma” (El romanticismo español 147). El auge del criticismo
literario lleva a “casi todos los escritores de la primera y de las posteriores generaciones
Y es que en la crítica literaria es donde, como señala Sáinz Rodríguez, encontramos “las
enunciadas por Böhl de Faber, Durán, Gallardo y otros autores59 en los que el “espíritu
histórico y de insurrección contra las normas retóricas encuentra sus primeros y decididos
periodicidad y especialización a lo largo del siglo, fue el soporte ideal para propagar las
ideas literarias del momento. Los orígenes de esta relación se encontraban en la prensa
España. Así lo expresaba el abate Don Juan Andrés, quien consideraba que la crítica
podía también pertenecer a las gacetas y diarios, los cuales, “anunciando al público las
obras literarias que van saliendo a luz, se erigen en jueces, y quieren proferir sentencias
aparecen entremezcladas, pues era común aprovechar la primera para juzgar la obra de
59
Es fundamental la labor crítica de Alberto Lista, que ha sido estudiada en profundidad, entre otros, por
Hans Juretschke. (Vida, obra y pensamiento de Alberto Lista).
156
algún escritor poco admirado (o en ocasiones para ensalzarlo), y la segunda para
introducir en los juicios las ideas propias sobre lo que debía ser el poeta, el artista o
afectaba en general a toda la prosa crítica, a juicio de Romero Tobar, por influencia de la
Uno de los principales textos críticos que expone, al mismo tiempo, la concepción
que precedió al mismo, cuyas ideas fueron presentadas en el tercer capítulo de este
estudio. Podemos afirmar que los artículos de crítica y teoría literaria que aparecen en No
me Olvides hasta finales de 1837 van a enmarcarse dentro de los principios que Salas se
A estos principios se une una relativa crítica de la situación social y cultural que afecta al
país, intensificada a raíz del segundo prospecto publicado por Salas en 1838.
profundidad las ideas anteriores a modo de editorial y es también obra de Salas. Éste
157
comienza defendiendo las virtudes de la juventud frente a las calumnias vertidas sobre
ella por sus detractores, quienes la habían criticado, bien por su oposición al clasicismo, o
bien por su defensa del romanticismo de corte exaltado. Salas emplea el tono
característico que ya había presentado en el prólogo a sus Poesías, un tono que revela su
He aquí llegado el día en que, indignados de las atroces calumnias con que seres
vulgares cubren el nombre de los jóvenes del siglo, infaman la virtud más pura,
insultan la más santa de las causas, nos presentamos nosotros con osadía a plantar
Esta defensa encierra en sí misma el tercer principio perseguido por Salas, "una tendencia
eleve más allá del puro entretenimiento. Es interesante observar como esta idea se
sobre la misión del poeta, que había sido abordada desde diferentes puntos de vista por
los neoclásicos, por los primeros románticos alemanes y reformulada posteriormente por
60
Donald Schurlknight presenta las ideas que Lista había expresado a este respecto en su artículo “De la
supuesta misión de los poetas”. Lista era plenamente consciente de las diferentes aproximaciones al papel
del literato, heredadas del romanticismo histórico y posteriormente del liberal y, a pesar de compartir
muchas de las ideas establecidas por el primero a través de los textos de A.G. Schlegel, consideraba
“absurdo creer que el poeta tiene una misión” (en Donald E Schurlknight 172). El papel del poeta, a juicio
158
romántico de la autonomía de la literatura y el arte extraído de las ideas de Kant,
Schelling o Hegel, cuya concepción defendía la idea del arte por el arte considerando la
Esta aparente contradicción tiene que ver, a mi juicio, con dos variables. La
el papel del literato, donde se sitúa la regeneración social que pretende Salas, la cual
dotaría al poeta de una misión social que nada tiene que ver, no obstante, con el
poeta es más noble, más augusta" (No me Olvides 1:2), nos dirá Salas61.
La segunda razón es esa misión sagrada del poeta romántico, que, como ha
recogido ampliamente la crítica, había roto ya los lazos con la idea puramente estética de
la poesía del romanticismo. Como recoge Romero Tobar, la idea de la misión del poeta,
desde los textos de Larra hasta “las revistas y manifiestos de principios de 1837, es de
presencia inevitable” (Panorama crítico del romanticismo español 195), algo que ya había
del crítico sevillano, era agradar, “halagar la imaginación del hombre con la descripción de la belleza”. Esta
perspectiva, junto a su defensa de la imitación como principal forma de creación, le llevará a criticar a los
jóvenes románticos de la segunda generación, con quienes, no obstante, compartía cierta admiración mutua.
61 Es destacable como Ciplijauskaite, por ejemplo, utiliza este fragmento de Salas para reflejar la idea del
cambio en la concepción de la poesía desde el siglo XVIII al romanticismo, desde “un producto de ocio”
hasta tan elevada misión social (10).
159
indicado Peers. La meditación sobre la misión del poeta “penetra todas las literatura
conductor de los hombres y los pueblos a las tierras prometidas, que exaltan las
crítico 195).
social. Frente al entretenimiento, hay una necesidad más grande que el poeta debe cubrir,
"más sublime para todo ser dotado de un alma generosa", que es "consolar al desgraciado,
llevar la vida al corazón abatido, hacer menos amargas las amargas horas de esta vida de
padecer" (No me Olvides 1:2-3). Larra ya había concebido esta dimensión social y útil de
la misión romántica del poeta, vinculándola con el discurso ilustrado. Su misión será la
Sin embargo, cabe diferenciar, como indica Álvarez Barrientos, entre la función
del poeta ilustrado y la misión del romántico, aunque la melancolía de ambos actúe como
puente “que une al poeta del siglo XVIII (…) con el romántico" (17). Y es que esta
misión del vate romántico nacía precisamente como oposición a la del poeta ilustrado,
quien “se valió del verso para educar, dejando poco y tardío espacio a las efusiones del
corazón" ("La misión del poeta romántico" 13). Contra esta percepción se rebelaron los
160
poetas románticos, potenciando la introspección, lo religioso, la comunión con la
naturaleza y la exaltación del yo. De este modo, el poeta romántico "tendrá algo de
solitario incomprendido" (Álvarez Barrientos "La misión del poeta romántico" 14).
A la misión social del escritor se une la denuncia del fanatismo que Salas había
expresado en su prospecto, y que se repite en este artículo con alusiones históricas a las
guerras que sembraban el norte de España en aquellos años y, en general, a todos los
radicalismos que provocan el dolor de los inocentes. La labor del escritor romántico es
la patria", al que "ha visto talados sus campos" o "incendiada la mansión paterna por los
defensores de los abusos y la maldad". Porque para el poeta decimonónico, "la mejor
corona de gloria es el consuelo que ha llevado al corazón del que padece, es la lección de
La defensa del romanticismo moral es uno de los puntos más importantes de las
compensado con la labor humana del poeta, como ejemplifica el mismo Salas, cuya
Olvides sea "vengar a la escuela llamada romántica de la calumnia que se ha alzado sobre
su frente, y que hace interpretar tan mal el fin a que tiende, y los medios de que se vale
161
para conseguirlo" (No me Olvides 1:2). De nuevo volvemos a la reinterpretación de la
violenta exaltación de todos los sentimientos, esa inmoral parodia del crimen y la
iniquidad, es apología de los vicios" (No me Olvides 1:2) que los redactores de la
definiendo la corriente literaria que tanto admira como "un manantial de consuelo y
pureza, germen de las virtudes sociales", paño de lágrimas del inocente y "lazo que debe
unir a todos los seres" (No me Olvides 1:2), por cuya lucha deben unirse todos los jóvenes
ambos, Salas relaciona los principios anteriores con el estado de la sociedad española del
coruñés amplía su visión del poeta como un actante social que debe velar por el bien de
los valores morales y sociales, analizando los efectos que la conducta del escritor tiene en
el pueblo. Esta fuerte influencia del artista es la que le obliga a regir su actuación por la
costumbres”, reafirma el deber moral del escritor y emite sus ideas sobre la influencia de
162
la literatura en la sociedad, las cuales considera de su propia creación. Es precisamente
esta influencia del escritor en las costumbres la que le obliga a predicar la verdad en sus
obras. Para Salas, las creencias de la mayor parte de la sociedad son producto del
pensamiento de un sólo hombre "que tiene bastante ingenio, saber o fuerza para ejercer
que posee la literatura como medio "poderoso" del que valerse "con el fin laudable de
trasmitir sus pensamientos de vida a los que, menos felices, no están dotados de igual
literatura en la época de Salas, éste elabora el principio que justifica y hace necesaria la
moralidad del escritor, concluyendo que apenas "hay literatura nacional en ningún país, y
que más influye el escritor sublime en las costumbres del pueblo, que éstas en el
entendimiento de un grande escritor". Aquí Salas parece entender por literatura nacional
minorías dotadas de genio e intelecto. Y cuanto más vigoroso sea el pensamiento de estos
cuanto más moral más bien producirá a la sociedad" (No me Olvides 3:1).
su influencia social, "pinta el crimen con otro fin que el de hacerlo odioso, que se recrea
163
degradado que debe "arrojar la pluma al fuego". La oposición de Salas queda
Faublas de Louvet de Couvray, por la que "todos los hombres serían corrompidos", con la
de Fray Luis de León, que haría de todos "unos ángeles". El escritor coruñés expresa con
León pesa más en este caso que la época a la que perteneció, objeto de la crítica
título del mismo: "El mayor número de seres piensa de un modo, habla de otro, y de
distinto obra", lo que es "origen de muchos males" y afecta a la literatura actual. Ésta, a
su juicio, se va reduciendo "a un mero pasatiempo, sin influir, de un modo activo, en las
costumbres, y sin ser verdadero sacerdocio de moralidad y virtud, cual está destinada a
serlo". El escritor gallego conecta con sus ideas expuestas en otros artículos sobre la
importancia de la religión en la literatura, única guía para que ésta alcance la moralidad
necesaria para influir positivamente en la sociedad, algo que no ocurre en las obras de los
artistas del momento, puesto que la mala suerte “quiere que la juventud del día profiera
máximas de virtud evangélica que, por desgracia, no pone en práctica; que predique una
religión en que no cree, que alabe lo que no ama; por fin, que adore lo que desprecia".
Esta falta de coherencia entre palabra y acción se convierte en excusa para aquellos "en
quienes la filosofía y la meditación tiene poco influjo", pues se escudan en ella "para
164
Para Salas, el escritor público es un "sacerdote de moralidad que quiere consagrar
su vida a la propagación de las luces, al triunfo de la verdad"62 (18:1) y lleva más allá su
juicio, afirmando que la conducta del escritor, por tener tal influencia social, debería
estar "sujeta a censura", permitiendo que cada cual pudiera acusarle de mentir cuando
predique "máximas que no pusiera en práctica" o cuando le viese "con el labio enseñar la
virtud, y con la mano obrar la iniquidad". De nuevo trae a colación al ascético Fray Luis
de León, al denunciar que, quien habla como él "y obra como un Tenorio, no deberá por
cierto ser echado en olvido, que en verdad tal hipócrita conducta merece la execración de
inmoral, pues es "desconsolador y triste" ver cómo todavía "se lanza un escritor con esas
escenas inmorales que suponen perversidad y descaro", sembrando la semilla del "genio
En este último artículo, “Decir y obrar”, ya ha aparecido uno de los elementos que
definen la línea de pensamiento de Salas y Quiroga y que es, sin duda, de vital
62
Nótese la repetición de la misión moral del poeta como sacerdote de la sociedad en los textos de Salas.
Georg Friedrich Philipp Freiherr von Hardenberg, Novalis, en su Polen de 1798, escribe sobre la misión de
los poetas, quienes han sido llamados “a moldear el mundo”: “los poetas y los sacerdotes fueron los
mismos al principio, sólo el tiempo, más tarde, los ha separado, pero el verdadero poeta siempre ha sido
sacerdote del mismo modo que verdadero sacerdote siempre ha sido un poeta”.
165
sagrados" (7:1-2), presenta además algunas ideas fundamentales para el estudio de la
poesía había sido defendido por los románticos alemanes, mientras que se oponía a la
pretendida "inmoralidad" del romanticismo francés más exaltado. Sin mencionar ni uno
todos los jóvenes a cultivarla, pues es poesía "a la cual todos debemos algunas horas de
solaz en la vida, que ha mejorado las costumbres del pueblo, que ha dulcificado el
los que vive la sociedad española de la época, que Salas describe: "apenas se pasa hora,
pura". Frente a estas desgracias, "la inteligencia sublime y de bondad a que debemos el
ser, nos ha adornado con una inspiración grandiosa y admirable que es consuelo en la
adversidad, alegría en el dolor y regocijo en la pena", que es la religión. Por esta razón
los jóvenes deben unirse en la creación de la poesía del cristianismo, pues como él mismo
relata con su ejemplo al tomar contacto con los más necesitados, su efecto es
incomparable frente a las "profanas ficciones" y desvanece "toda ilusión a las ficciones
mitológicas" (7:2).
166
sus consecuencias en la literatura, Salas vuelve a reivindicar la necesidad de promover la
religión católica ante la situación que vive la sociedad de la época, afirmando que "una de
las más amargas verdades que, a nuestro juicio, prueba y desenvuelve el estado actual de
la civilización humana, es que la religión católica pierde de día en día terreno en el vasto
campo del mundo" (32:1). El coruñés culpa de este retroceso a la filosofía, "que ha
querido arrebatar al hombre su más preciada virtud que es la fe", plantando sobre las
las críticas de aquellos que la asocian con el Antiguo Régimen, ya extinguido, sin ver en
ella la fuerza moral que, a su juicio, precisa la nueva sociedad surgida de la mano del
liberalismo para superar la crisis de su tiempo. Por esta razón llega a extender su crítica a
la misma Iglesia Católica, que no está exenta de culpa, pues "no pocas veces el manto de
bastante energía y firmeza para sostener la lucha (religiosa)" analizar y estudiar las
causas y los remedios para restablecer "el saludable influjo que la religión de Cristo debe
167
los ataques neoclásicos y al diferenciarlo del romanticismo exagerado, el cual
precisamente había sido causa de muchas de las críticas recibidas por el "verdadero"
religión y virtud", y que tanto éxito han encontrado en "todos los corazones generosos"
(2:3), existan individuos capaces de buscar "en cenagosas e inmundas composiciones las
esa "galería de crímenes, de inmoralidad, de venenos y puñales" sólo cabe en una mente
fanática que no conoce las obras más sublimes del movimiento (2:4).
De la Vera también quiere librar a la nueva literatura de los ataques que por
ateo, afirma; simplemente lucha por acabar con los abusos introducidos por "un falso celo
desmoralizarlo". La moral del movimiento es reafirmada una y otra vez por los
sólo se justifican los excesos románticos porque son medio, y no fin, para lograr esta
168
social de la función de la literatura, que parece alejarse de la autonomía del arte que
“fantasmagórico”, afirmando que "tan bajo y tan rastrero es el poeta que invoca
fantasmas y apariciones inauditas sin necesidad", como aquel que "se adormece al
literatura se alza el fin moral y consolador del romanticismo auténtico, que aúna la fe
de nuevo los valores del movimiento romántico frente a los ataques lanzados por sus
enemigos, quienes lo acusan de depravar la sociedad: "Error es, tan grave como común,
sociedad". Para él, esta situación no ha sido provocada por el nuevo movimiento literario,
aunque considera que el examen de sus causas "pertenece más bien a la filosofía que a la
literatura".
sobre sus cimientos, y por último fue desplomándose pedazo a pedazo (…); en el siglo
169
presente fue necesario reconstruirla, y para tamaña empresa el genio que debía llevarla a
amargas de escenas terribles y sangrientas" no son las que "más principalmente figuran
que "le hace víctima de sí mismo". De este modo, el romanticismo, frente al simple
castigo que supondría dar una muerte fácil al protagonista de sus obras, presenta un relato
tortuoso que obliga al lector a detestar a protagonistas como "una Margarita de Borgoña"
o "una Lucrecia Borgia", personajes dominados por sus pasiones, consumidos por sus
remordimientos que se desgarran más cruelmente con una espina que con una espada". Y
hombres "de corazones grandes”, donde radican "los efectos morales del romanticismo".
asturiano lamenta la falta de buenos poetas "en un siglo en que el germen de la poesía
(32:3).
degradado, por el cual la juventud se dejó arrastrar inocentemente, siguiendo “el huracán
de la moda” (No me Olvides 32:3) Así señala que, cuando los periódicos comenzaron a
170
publicar cuentos, "se alarmaron los jóvenes con el nuevo género romántico, palabra poco
generalizada hasta entonces, y, alucinados por los sonoros versos que al principio
poesía, los aprendían de memoria, los recitaban en las tertulias y paseos públicos", lo que
engañoso por no ser de estudio". De este modo numerosos escritores produjeron obras
"detestables" porque "sus autores, sin haber visto jamás la luz del sol, siguieron una senda
verdadero, sino al degradado, "cuyo fondo consiste en presentar a la especie humana sus
cuanto el hombre pueda imaginar de más bárbaro y antisocial", puesto que para
romanticismo, en cambio, "tiende a conmover las pasiones del hombre para hacerle
"horror hacia nuestros clásicos", quienes debían haber sido su modelo. Hace referencia a
171
movimiento de indignación hacia esa turba servil que, mendigando del extranjero piedras
falsas con que hermosear su lengua, desprecian las perlas que tienen dentro de sus
mismos hogares" (32:4). El ataque más evidente lo lanza Campoamor al escaso cuidado
que olvidan su referente natural: "es ridículo llamar a la luna, astro de luz porque todo el
mundo sabe que es un cuerpo opaco" y porque "da a entender que desconoce enteramente
las ciencias naturales". Aquí aparece el germen de las composiciones que escribió
originalidad, pureza y verdad en su rutinaria escritura, y "todos saben quién son" pues "a
fuerza de sacrificios, están librando la poesía del naufragio que le amenaza" y están
logrando que ya no sean tantos "los que pugnan por mantener este género destructor que
tantas veces maldijo la tierra que pisa con todos sus entes, y que por desgracia aún no le
ha tragado" (32:4).
romanticismo exaltado sino que, como es habitual, se dirige también hacia el clasicismo y
el paganismo. Salas ensalzará el triunfo romántico frente a los neoclásicos, afirmando que
"los nobles jóvenes del siglo XIX han desechado las ficciones de la mitología, han
quemado los ídolos del paganismo, y han derribado el templo de la rutina" (No me
Olvides 1:2). Pero la crítica más frecuente del clasicismo vendrá de la mano de los
172
artículos de historia y crítica teatral escritos por Manuel de Assas. En su primer artículo
sobre la Edad Media (1:3-4), que da comienzo a una serie que en adelante versará más
sobre aspectos históricos que literarios, recoge el error que desde el Renacimiento
y en las Bellas Artes. Este error, afirma Assas, ha sido compensado por la nueva escuela
romántica, que ahora "oye con entusiasmo las entretenidas leyendas de nuestros mayores,
los esculpe en el bronce y en el mármol, del mismo modo que los poetas nos los cantan"
(1:3).
Renacimiento, para expresar mejor la realidad del siglo XIX, el siglo de hierro tal y como
alcanza a las Bellas Artes como "corolario natural de aquella". De aquí proviene el
Medioevo hasta entonces, especialmente en comparación con los muchos que existen
juicio del crítico, por "la pasión a las antigüedades de los siglos medios (que) se ha
173
increíble" (1:4). Los españoles, concluye Assas, nacidos en un país en el que "apenas
cuenta una distancia de tres leguas en que no se halle un castillo gótico" (1:4), no pueden
permanecer impasibles ante esta corriente de estudio de la Edad Media, lo que justifica la
aquellos países poderosos que han dado lugar a las historias más conflictivas, y no en los
que, "destinados a recibir siempre la ley del vencedor", no han dejado sentimientos ni
memorias que las artes puedan inmortalizar. Es en los primeros, en los privilegiados, en
aquellos que "ostentaron sobre sus sienes la diadema del mundo" y "escribieron sus leyes
sobre la abatida frente de mil naciones", donde el poeta "debe buscar sus héroes, donde el
"donde hay poder existe un germen de gloria" y allí se suceden las grandes acciones
(3:4).
poderosas y no el presente el que emociona al artista, que al llegar "a uno de estos sitios
célebres, derrama una lágrima, detiene sus pasos con respeto, y busca en lo pasado nobles
174
Como decíamos, si Salas y Quiroga y Fernando Vera atacaban principalmente al
del teatro griego" (8:1-2; 10:5-6), utiliza el teatro como ejemplo para rechazar las reglas
Las reglas poéticas de Aristóteles han dejado en gran parte de ser necesarias y de
justificaban que la producción dramática se ciñese a las unidades de tiempo y lugar, para
63
Luigi Monteggia había afirmado en El Europeo que “las producciones de los verdaderos poetas se
distinguen en que son el espejo de los caracteres de los tiempos en que fueron escritas”. También hacía
alusión a las peculiares características de la sociedades cristianas, ya que después del establecimiento de las
mismas “las ideas religiosas empezaron a interesar el espíritu más que la fantasía”. Entonces el milanés se
pregunta cómo, en tales épocas, “podían ser agradables las poesías mitológicas” si, lo que “en tiempo de los
griegos y de los romanos era bello, religioso y penetrante, habría sido entonces oscuro, pesado y de ningúna
aceptación” (El Europeo: periódico de ciencias, artes y literatura 98-99).
175
Por otro lado, la admiración por el período medieval presentada por Manuel de
mismo título (29:1-2). Morán aúna esta crítica con la defensa del mundo árabe y oriental,
al que se había atribuido "la odiosa responsabilidad de haber sido los primeros que
introdujeron en la literatura ese baldón eterno de las letras, conocido bajo el nombre de
que caracteriza el romanticismo español, en una crítica motivada por el rechazo de las
concluye Morán, y tras el nefasto efecto que dicha doctrina filosófica había tenido en
"nuestros famosos dramáticos del siglo XVII" que afeaban sus "bellas comedias" con
artículo titulado "Don Juan Eugenio Hartzenbusch" (5:1-2), al tiempo que alaba Los
Amantes de Teruel, Salas y Quiroga denuncia la situación del país, con guerras "en las
montañas", el amor "al píe del sepulcro y los poetas en la oscuridad". Especialmente
desgraciada es la situación del escritor en la España del momento, donde "escribir una
176
buena obra es ya un triunfo, crear una que encante es un milagro, y conmover a esos
Posteriormente, una reseña sin firmar pero probablemente escrita por Salas (7:8),
vuelve a hacer mención de la situación actual de la literatura y afirma que "pocas épocas
presenta nuestra historia tan fecundas en poetas y literatos" pero de la que no quedarán
muchos recuerdos, a juicio del redactor. Esto se debe a la facilidad con la que triunfan los
Rosa, Listas, etc.". El autor critica que escribir un drama se haya convertido en una moda
"téngase o no vocación para ello, y el buen deseo sólo no puede engendrar una buena
papel más importante para las obras nacionales, algo que repetirá constantemente en sus
críticas en apoyo de los dramas originales y escritos por españoles, y se queja de que se
paguen "8.000 duros por oír los gorgoritos de una cantante extranjera y 3 o 4.000 rs. por
un drama que rivalice con uno de Calderón". El problema atañe a escritores y lectores por
igual, porque "los jóvenes literatos creen que basta tener talento para producir grandes
cosas, y los lectores no recompensan el estudio del verdadero y profundo literato" (7:8).
institución del Liceo Artístico y Literario por parte Fernández de la Vega, Salas expone
su entusiasmo por la propagación del "movimiento artístico que de poco tiempo a esta
177
parte se advierte en nuestra capital" y que hace pensar que ha llegado "la época de la
regeneración artística" de mano de la unión "que se nota entre los jóvenes de mérito del
día" (8:8).
inspirados por los principios morales del romanticismo más puro. Así lo expresa Salas en
su crítica del ensayo de una ópera italiana que contaba con la música original del joven
jóvenes estimables que han nacido en el mismo suelo y casi a la misma hora que
nosotros" y que logran que no "seamos menos a propósito que los extranjeros" (12:7-8).
Previamente Salas había admitido las dificultades a las que se enfrentaba su generación
"donde quiera que dirijamos nuestras miradas escudriñadoras, allí encontraremos qué
admirar, no restos de épocas que han sido, sino cimientos de edificios que serán". Y es
que para Salas, la generación pasada, la neoclásica, "nada nos ha enseñado", y los jóvenes
positiva que la mostrada en juicios anteriores, Salas considera que su siglo "encierra en sí
el germen de grandes genios que honrarán nuestra patria", los cuales, si bien no pueden
178
En este contexto de apoyo y crítica al mismo tiempo por parte de Salas y Quiroga
a la literatura creada por los más jóvenes (recordemos que Salas tan sólo contaba con 23
salpicó a este periódico por su negativa a incluir algunas composiciones de los nuevos
poetas. Y es que, a juicio de éstos, la posición de Salas frente a su obra era a veces
contradictoria, pues tras abrirles las páginas de su periódico con un exaltado llamamiento
poetas más jóvenes le envían. Salas justifica su actitud afirmando que "no ha llegado
composición a sus manos que no haya sido leída y releída diferentes veces", añadiendo
que su deseo "hubiera sido poderlas insertar todas, hallarlas todas buenas, dignas de ser
preferidas a las de los literatos conocidos en el día, pero por desgracia no ha sucedido así"
(27:1-2). Debido a las críticas que ha recibido, Salas aclara en dicho artículo que el
el de "un adulador", y por ello no da cabida "a versos de niño, en que su autor leerá su
recomendar a estos jóvenes que "no deben hacer versos y después pensar, sino pensar y
su palabra en varias ocasiones, como ocurrió al dar cabida en sus páginas a una temprana
179
poesía de Enrique Gil y Carrasco64, "primera con que su joven autor se da a conocer en el
"merecidos triunfos si (…) se entrega con el entusiasmo y genio que parece, a un género
tan nuevo y tan poético". La composición, "Una gota de rocío", había sido leída por
de Salas. El director coruñés aplaude la idea filosófica representada por Gil y Carrasco en
que no encierre la personificación de algún misterio", una idea sublime y poética que
64
Algunas otras composiciones de los poetas más jóvenes tuvieron cabida en los últimos números de No
me Olvides, precedidas por una “disculpa” que informaba si era la primera poesía del joven escritor.
180
Los redactores de No me Olvides están plenamente conscientes de la necesidad de
con la que los redactores reciben la creación de una agencia de traducciones e idiomas
extranjeros, que servirá para contrarrestar los altos precios de los traductores oficiales.
Esta novedosa iniciativa (tras la cual podría estar el mismo Salas, quien dominaba varios
idiomas y tradujo numerosas obras inglesas y francesas) conducía a llenar "el vacio que
el despotismo y tantos siglos de opresión y de persecución tanto civil como religiosa nos
han impedido llenar" al impedir las relaciones con los países más avanzados. Es la nueva
era, la época romántica y liberal, la que exige "la generalización de los conocimientos
que nos faltan y que no podemos satisfacer con nuestra propia literatura". A juicio de No
me Olvides, la cerrazón en la que ha vivido España ha sido únicamente culpa suya y debe
corrientes más importantes del momento. Este es el caso del periplo de los hermanos
Madrazo por "toda la Europa culta", que Salas recoge en el número 17, destacando los
181
beneficios que para ambos artistas reportará el contacto con aquellas culturas. Salas
Los extranjeros, que tan en mal concepto nos tienen, se han de admirar al ver
Olvides alaba a numerosos románticos extranjeros, como Lord Byron o Víctor Hugo. En
un breve anuncio sobre la publicación de la obra Voces Interiores de éste último, resalta
la belleza de sus composiciones, que han llegado a las manos de los redactores del
periódico, llevándoles a afirmar que "si se puede juzgar del todo por una bella parte,
podemos asegurar que esta obra no será una de las hojas menos floridas de la corona del
gran poeta" (11:8). Posteriormente, en el número 25, Salas y Quiroga incluirá una reseña
de la misma obra de Hugo, una vez leída en su totalidad, en la que alaba su moralidad:
"Víctor Hugo no tiene un verso sin ella, una frase que no tenga un fin moral, porque este
poeta, que el vulgo estúpido cree insultar llamándole romántico, sabe que la poesía no es
más que un medio, y que es preciso hacerla servir al fin para que fue creada; para mejorar
182
De singular importancia es la reproducción de una alegoría del "célebre alemán"
las bellas artes sobre las bellas letras. A juicio del transcriptor (que no firma su trabajo
pero que podría ser Salas), este intento sería ocioso sino fuera el mismo Klopstock quien
lo realizara, lo que muestra el conocimiento que del mismo tenían los jóvenes románticos
de la rivalidad entre artes y letras, puesto que en la misma Klopstock expone muchas de
las ideas que desde su primer número habían defendido los redactores de No me Olvides,
letras parecen presentar la última razón a su favor, la que les proclamaría vencedoras, que
necesarias: "Nosotras (las bellas letras) enseñamos la virtud con tan buen éxito, que
jamás le podréis igualar vosotras (las bellas artes), aun cuando vuestros trabajos tuvieran
este noble fin". Al igual que defendía Salas en sus escritos, el objetivo de las letras es
al deseo de agradar", porque cuando a la literatura le falta "la belleza moral" deja de ser
bella. La felicidad de una nación, concluye la alegoría de Klopstock, debe su felicidad "a
183
Teoría y Crítica de Bellas Artes
Los artículos de crítica que versan sobre las Bellas Artes presentan ideas similares
a las que observábamos al analizar la crítica literaria65. Los principales monumentos del
Medioevo son, por ejemplo, objeto de atención, dentro de la corriente de recuperación del
pasado medieval a la que hacía referencia Manuel de Assas. Juan Estanillo dedica un
la catedral de Burgos, uno de “los magníficos monumentos que posee la antigua corte de
belleza de la época gótica. Para Zabaleta, es precisamente el estilo gótico el que define el
e italiano. Esta importancia definitoria exige la demanda un estudio profundo del periodo
medieval, tras el abandono al que ha estado sometido en favor de las ruinas clásicas y
extranjeras:
65
Ignacio Henares Cuéllar ha dedicado varios estudios al análisis de la crítica de arte en las revistas
románticas, señalando que en ellas se desarrolló “un discurso estético de componentes plurales que
contiene todas las razones del subjetivismo romántico” (135) .
184
propia de nuestras costumbres y de nuestras creencias, descuidamos
ignorarla. (12:2)
Del mismo modo se rechaza la perspectiva clásica por proponer ideales que no responden
me Olvides, escribirá un interesante artículo titulado “Juicio sobre las Artes en el siglo
XV”, publicado en los números cuarto y quinto, en el que alaba el talento del escritor y
filósofo alemán Cornelio Agripa de Nettes-heim, si bien expresa su desacuerdo con sus
ideales renacentistas. Madrazo destaca que la atractiva personalidad de Agripa venía dada
por su oposición a la época en la que vivía y por su profunda erudición, a la que debía “el
dictado de brujo, tan infamante en aquellos tiempos como apetecible en nuestro siglo
XIX” (4:1), y que le permitía “hablar y escribir con una libertad tan impropia de aquella
época” (4:2). Madrazo se muestra en desacuerdo con la idea de que la pintura es sólo
románticos, era porque había sido educado “en las tesis teológicas de las universidades de
París y de Wittenberg” (4:3) y estaba obligado a difundir sus doctrinas. Así, tuvo que
renunciar a su interés por las ciencias ocultas y, condenado “por su idea diabólica y
66
La crítica la imitación será constante en los artículos relacionados con las Bellas Artes que, como
indicábamos, se centra principalmente en la defensa de la libertad romántica frente a los preceptos
neoclásicos. Además de los juicios emitidos por Ochoa y Madrazo que presentamos en las siguientes
páginas, el mismo Salas señalaba, en la segunda parte de su artículo dedicado a la Exposición de pinturas
de la Academia de San Fernando, que “nada, a nuestro juicio, es más contrario al espíritu de la
independencia y libertad necesario en las artes, que la imitación” (Nº 24, pp. 3-5).
185
herética sobre el pecado original”, abandonó “sus creencias particulares de filósofo y su
poder de brujo” (5:2) para erigirse como defensor del cristianismo en una época convulsa
por las revoluciones religiosas. Madrazo generaliza su crítica a los estrictos sistemas
Protestante, sin comprender que “su inconsecuencia causaba más daño” (5:2).
juicio, acaso no habría enunciado el filósofo alemán si se hubiera formado en otra época:
Acusar a las bellas artes de ser el resorte con que los malos espíritus mueven a las
demonio (5:4).
Madrazo aprovecha su juicio de la obra del filósofo alemán para defender la filosofía de
186
Nadie ignora lo absurdo que es considerar al pintor, al poeta que traza su
pensamiento con el pincel y los colores, al genio que crea, que vierte su
considerar, repito, a éste ser privilegiado como mero copiante, como servil
(4:3).
las revoluciones que en todos los ámbitos habían afectado a la sociedad de principios del
siglo XIX. Resulta sorprendente para el crítico que, en una época de crisis como la que
estaba viviendo España, se incrementara el gusto por las producciones artísticas, mientras
que “cuando el cruel azote de la guerra civil no nos afligía, los periódicos de bellas artes
parecían estar proscritos de este suelo” (7:3)67. Y es que fue precisamente a raíz de esta
67
Curiosamente, Salas y Quiroga se referirá de forma crítica a esta ingente actividad artística en tiempos de
crisis: “En medio de tantos disturbios políticos y tan numerosos motivos de dolor que cada individuo de
esta gran nación tiene, se nota con sorpresa y admiración cual siguen los artistas su carrera, ocupados en
levantar monumentos de gloria, mientras la ingratitud derriba los que nos han dejado nuestros mayores”
(21:7). Tampoco se mostrará tan optimista Salas sobre la situación de las bellas artes en España, poniendo
de manifiesto la falta de cuadros en la Exposición de pinturas de la Academia de San Fernando, cuyas
causas encuentra en la falta de interés y en la ignorancia del público (“Exposición de pinturas de la
Academia de San Fernando”, 23:5-6).
187
época conflictiva cuando el pueblo “empezó a soñar, no teniendo realidades en que
ocuparse”, y la pobreza del momento fue vencida por la “gran mejora del espíritu público
en bellas artes”(7:3).
Uno de los principales rasgos que confirman el buen estado de las bellas artes, es
literatura: “El Artista, lindo y lujoso aventurero, fue el primer paladín de esta cruzada de
fantásticas ideas que venían a conquistar sus arenas al materialismo”, recordará Madrazo
(7:4). Si bien éste tuvo que “morir el primero en la lucha”, le siguió “un tropel que aún
hoy día recibe nuevos incrementos”. Uno de estos es, precisamente, el No me Olvides,
cuya suerte está aún por decidir, apunta Madrazo, consciente de las dificultades de estos
triste realidad que envuelven”, pero esto, a juicio de Madrazo, no puede empañar el
de una posición social que se va creando el Artista, nueva, gloriosa, salida del fondo de
sociedades” (7:4).
que, al ser más fáciles de comprender que las obras de arte, contribuirán a mejorar el
188
importancia en su misión, cultivado de manera asidua por su hermano, Federico de
Madrazo.
pluma de Pedro de Madrazo. En él, denuncia la doble moral del hombre público y aborda
artística y literaria. Esta doble existencia “se ha apoderado del hombre”, nos dirá
muy diferentes en público y en privado, sino que su influjo ha llegado al artista, si bien
éste es el menos sujeto a dicha influencia. Señala Madrazo, que “en la persona de
nuestros artistas hay dos seres”, uno es el hombre, y “enseguida, aquel que experimenta
los goces de la creación del pensamiento, aquel que tiene visiones sombrías o seductoras
(…), aquel que toma su pluma, su lápiz, su cincel, y crea – el artista” (13:2). La
de todas sus creencias”. Para Madrazo, en este grito, “lanzado a la sociedad entera,
189
germina la reacción contra las obras de los filósofos revolucionarios del siglo XVIII, el
máximo exponente han sido las bellas artes francesas, que han recogido con exactitud en
sociedad de su época. Madrazo se pregunta si, al igual que los “griegos han vivido en
Homero, los romanos de Augusto en Virgilio, los eruditos de la Edad Media en Dante y
en el Conde Lucanor”, etc., los artistas españoles de principios del siglo XIX “vivimos en
Olvides, es negativa, porque la lírica española de la época adolece de una profunda falta
extranjera:
llaga en el fondo del corazón. Por eso los ayes revestidos de tonos y fioriture, esos
68
El artículo de Madrazo, si bien se presenta bajo el membrete de “Bellas Artes”, acabará enfocándose más
en la poesía que en el campo al que en un principio pretendía aludir. No obstante, hay que tener muy en
cuenta la observación que Caldera hizo sobre el significado del poeta y de la poesía para los románticos,
afirmando el " valor anfibológico del término «poesía»", que se podía identificar "con la esencia misma del
romanticismo", como ejercicio poético o manifestación en verso de los sentimientos del autor ("La poesía
romántica vista por los románticos" 29). A estas definiciones se une la utilización del vocablo poeta como
referencia " tanto al autor de un poema como a un dramaturgo como a un comediógrafo"("La poesía
romántica vista por los románticos" 36). Por tanto siempre hay que tener en cuenta este múltiple sentido.
190
aquí un nuevo clasicismo, una nueva rutina. Y aquí la doble existencia, la mentira,
qué. (13:3).
decimocuarto, Madrazo aclara sus teorías y expresa algunas ideas determinantes para
comprender su posición ante el romanticismo y sus diversas variantes. Para el crítico, una
producción debe ser ante todo original y verdadera, y es imposible que lo sea “si no lleva
lírico debe ser el yo del hombre, un yo que exprese su sentir de forma sincera, concepción
del autor ha reflejado menos en su obra”, por tanto, no cabe compasión para el poeta que,
señorito cómodo que quiere vivir en el lujo sin trabajar y sin ser útil a los hombres”, y
La ausencia del reflejo de la personalidad del artista en las obras del momento ha
conducido a convertir el arte en "un arte de puro capricho y de fantasía que afecta no
seguir ninguna de las reglas, no representa ningún pensamiento grave, ninguna emoción
convirtiéndose en “arma poderosa” para los preceptistas que lo utilizan para combatir
191
"ese género monstruoso de la ignorancia, asquerosa parodia del romanticismo verdadero
y evangélico” (14:2).
ausencia de verdad e inspiración, falta que ocurre cuando el artista “se separa
algo que a juicio de Madrazo está demasiado presente en las bellas artes de la década.
Muchos críticos han destacado la correlación entre poesía y verdad como un rasgo
Romero Tobar, esta correlación dota a la poética romántica de “una naturaleza de índole
(Romero Tobar Panorama crítico 187). De acuerdo con esta concepción, la poesía se
considera “una actividad humana elevada y compleja que mantiene una correspondencia
con la verdad como no poseen otras actividades de los hombres” (Romero Tobar
identificación del poeta y su obra, pues sólo de esa manera se puede aspirar a la creación
que le queda a la juventud de la época es la que alberga “este gran movimiento literario
del día”, que ha dado paso “a la creadora luz de la mañana” y espera que esta corriente
conduzca a los artistas españoles “al arte del siglo XIX con su progreso, y con la posición
192
social, independiente, de sus artistas”, aspirando a que las bellas artes “sean verdaderas,
(14:2).
La crítica más radical de Madrazo, por tanto, se centra en la imitación del arte
crítico, la poesía francesa es perfecto reflejo de su época, de sus circunstancias, y por esta
razón se declara gran admirador de su belleza, consciente de que responde con exactitud
juicio, los artistas nacionales todavía creen: “Por fortuna el velo del encanto no se ha
descorrido de nuestros ojos; y las bellas artes, al participar del sentimiento moral y del
pensamiento que nos anima, adquirirá mayor encanto, más persuasión y más
importancia” (14:3). Esta es la razón por la que los poetas nacionales no pueden ser sino
falsos al lamentarse, como hicieran los franceses, por una ausencia de valores que no se
69
Larra, como recoge Ermanno Caldera, ya había expresado ese frustración por la falta de verdad en las
obras españolas de la época, preguntándose qué significaba “escribir cosas, que no cree, ni el que las
escribe, ni el que las lee”. Para el hispanista italiano la frustración de Fígaro nacía del “deseo de verdad y
de anclamiento a la realidad que, siendo uno de los postulados fundamentales del romanticismo europeo, se
estaba convirtiendo también en uno de los puntos clave del romanticismo hispánico y de Larra
particularmente” ("La poesía romántica vista por los románticos" 31). Por esta razón, desde la crítica de la
época, se pide frecuentemente al poeta que exprese genuinamente sus sentimientos (32).
193
Conectando por último con las ideas que el director de la revista emitiera en sus
signo más elevado de la individualidad humana”. De aquí concluye que los grandes
artistas que Madrazo tiene en tan alta admiración, “al abandonarse totalmente al arte no
han hecho más que trazar con formas indelebles y colosales el sentimiento moral, y el
También la rutina se repite como tema y se sitúa como el gran enemigo a batir por
lo que tiene de contraria a la innovación, vinculada con los preceptos neoclásicos. Así
ironiza Eugenio de Ochoa en su artículo “De la rutina”, donde afirma que “no faltan
partidarios en nuestro país esta mala semilla, aplicada no sólo a las artes nobles, sino
también a todas las acciones de la vida” (22:3). Los “ rutineros”, como los denomina
Ochoa han sido los culpables de la falta de progreso del país al haber afirmado que las
innovaciones eran peligrosas, algo que el crítico romántico se apresura a desmentir: “No
se infiere en buena lógica que, porque hayan hecho los antiguos grandes obras con los
medios que tenían a su disposición, debamos nosotros emplear los mismos medios para
hacer otras tales”, cuando precisamente su grandeza residió en que "aquellos grandes
hombres no copiaron de nadie” (22:4). Sin embargo, Ochoa reconoce que muchos de los
jóvenes de su generación, incluso aquellos con talento, han caído en las redes de estas
falsas teorías de la rutina y en “la tenacidad en el imitar”, sin pensar que pocos triunfos
194
puede encontrar la juventud moderna en el anacronismo de volver por “las sendas
trilladas por los antiguos, y se quiere sin embargo que la juventud nos salga de ellas”
vuelta a la imitación de los genios del pasado, “es causa de que se hallen tan atrasadas las
195
TRABAJOS CITADOS EN ESTE CAPÍTULO:
Álvarez Barrientos, Joaquín. "La misión del poeta romántico." Romanticismo: La poesía
romántica: actas del VII Congreso (Nápoles, 23-25 de marzo de 1999). Ed. Centro
Internacional de Estudios sobre el Romanticismo Hispánico. Congreso ( 5. 1993.
Nápoles). Nápoles: Il Capitello del Sole, 2000. 11-21.
Caldera, Ermanno. "La poesía romántica vista por los románticos." Romanticismo 7. La
poesía romántica,. Ed. Piero Menarini. Bologna: II Capitello del Solé, 2000. 29-
36.
Castañón Díaz, Jesús. La crítica literaria en la prensa española del siglo XVIII (1700-
1750). Madrid: Taurus, 1973.
Henares Cuéllar, Ignacio. "La crítica del arte en las revistas románticas: Análisis de un
modelo ideológico." De la ilustración al romanticismo. III Encuentro: Ideas y
Movimientos clandestinos. Cádiz: Universidad de Cádiz, 1988. 133-144.
196
Henares Cuéllar, Ignacio, y Juan Calatrava. Romanticismo y teoría del arte en España.
Madrid: Cátedra, 1982.
Juretschke, Hans. Vida, obra y pensamiento de Alberto Lista. Madrid: Consejo Superior
de Investigacions Científicas, 1951.
197
Capítulo VII. La Crítica Teatral
Para él “la ruina de nuestro antiguo Teatro” había sido “preparada y consumada
por los críticos españoles del pasado y presente siglo, los cuales ciegamente prevenidos a
inventores, lograron apagar la esplendorosa llama del genio nacional” (3). El romántico
tradición griega, puesto que ambos constituyen “dos géneros diversos entre sí”, debiendo
ser el español “más distante de la verosimilitud prosaica” propia del clásico (4). Desde
esta visión Durán proclama la necesidad de crear un teatro nacional que sea “la expresión
intentaron crear, especialmente entre 1832 y 1838, un teatro que rompiera con las normas
198
neoclásicas y en el que primaran la libertad y la representación de la historia, así como las
tragedia clásica.
En este proceso, el papel de la crítica teatral será tan importante como el que le
otorgaba Durán como enemiga de nuestro teatro clásico. La influencia de los críticos
literarios era ya especialmente notable en un género, el teatral, con “un carácter social
representación que “requiere un público, un ambiente, una sociedad que acepte las
182). La crítica influía no sólo en ese público necesario sino aún más en los autores
mismos, cuyas obras eran criticadas no tanto por su calidad como por su respeto a las
Los literatos dedicados a la crítica teatral son conscientes, por primera vez, de que
burguesa tras la muerte de Fernando VII”. (Rodríguez Sánchez de León 264). Nos
encontramos, por tanto, ante la hispanización del drama romántico a la que se refiere
ampliamente Ermanno Caldera, puesto que “no habría sido concebible (…) un
199
romanticismo español que se manifestase sencillamente como una copia del francés o del
Durán y Martínez de la Rosa, fue la prensa periódica. Los críticos teatrales más
gacetas de información general. A los críticos más conocidos como Larra, Lista o
Mesonero Romanos, se unieron gran parte de los miembros del movimiento romántico,
traducciones de obras francesas y en la denuncia posterior del pésimo estado del teatro
Entre 1834 y 1838 diversas revistas se ocuparon de divulgar las opiniones de los
críticos teatrales del momento, entre las que destacaron la Revista Española (1832-1836),
durante estos años cruciales para el desarrollo del teatro romántico español en los que se
produce “una verdadera inundación de dramas históricos” y que Caldera sitúa en los años
200
Características de la Crítica Teatral en No me Olvides
en las dos o tres últimas páginas. La cabecera que anuncia la sección es variable o, en
representación (Cruz, Príncipe y Buena Vista) o el título de la obra. Las reseñas breves
aparecen habitualmente sin firmar, mientras que las críticas extensas que analizan una
números el crítico principal aparece bajo las iniciales de J del P (a quien Pablo Cabañas
algunas firmadas por S, quien probablemente era el mismo Salas y Quiroga. Ambos
escritores, especialmente Salas, van a elaborar una crítica en la que, como indica Pilar
Vega sobre los críticos de la época, no son capaces “de resistirse a la adulación o la
reticencia a la hora de señalar los lunares de una pieza entre las innumerables bellezas
que podía reunir” (161). Y es que, si bien la labor crítica estaba condicionada por la
función del escritor como guardián de la moralidad pública, en algunos casos era tratada
desde una perspectiva muy personal, ya fuera recalcando la condición de “buen amigo”
70
En el número noveno de la revista Salas y Quiroga escribirá en relación a la reciente apertura del Teatro
de Buena Vista: “Si yo estuviese de humor de criticar diría que el techo es muy bajo, que el calor es
insoportable, (…); pero, mi animo por ahora no es criticar por muchas razones: la primera, porque no
quiero desanimar a nadie; la segunda, porque no quiero enemigos; la tercera porque estoy algo triste, y para
201
Respecto al desarrollo de la crítica, el hecho de tener una periodicidad semanal y
la falta de medios para ampliar su formato hacía que las reseñas presentadas en No me
Olvides fueran, casi siempre, posteriores a las incluidas en los diarios de la época, y que
hubiera que esperar al siguiente número para poder leerlas. El proceso crítico comenzaba,
correspondiente. En algunos casos, cuando no había suficiente espacio para incluir una
crítica detallada, se comentaba brevemente la obra con la promesa de volver sobre ella en
el número siguiente (promesa que se cumplió en todos los casos, excepto con La Corte
advirtiéndose claramente en las obras criticadas por Salas y Quiroga. Entre ellas existe un
predominio absoluto del drama romántico, especialmente en su versión histórica (si bien
nunca fue identificado como tal en la revista, la cual lo citaba tan sólo como “drama
original”, dando por supuesto que se trataba de un drama romántico con independencia
del número de actos o de si combinaba verso y prosa). De las veinte obras españolas
mencionadas, quince son dramas, tan sólo hay dos comedias y las restantes son obras de
criticar se necesita buen humor, y finalmente, porque nada adelantaría con poner en ridículo a unas gentes
que ningún mal me han hecho” (9:7).
202
carácter cómico como sainetes, dramas jocosos, juguetes y caprichos. Es evidente que el
género de las obras citadas en la publicación dependía de los estrenos de la época, que
fueron en su mayoría dramas históricos, pero otros factores periodísticos van a demostrar
la posición dominante del drama romántico entre los críticos de la revista. El principal
será el del espacio dedicado a la crítica en una revista de tan sólo ocho páginas: ninguna
de las reseñas desarrolladas con más amplitud (normalmente en dos o tres páginas) se
dedicó a un género distinto al drama. Con menos importancia serán reseñados el teatro
lírico italiano y las traducciones francesas, agotando un foco de interés que en ningún
Incluso las refundiciones de los grandes clásicos del Barroco, que contarían con gran
aceptación en años posteriores, quedaron fuera del ojo crítico de Salas, a excepción de
denuncia de la situación de nuestro teatro clásico, como recoge Salas al alegar que “un
obras maestras originales que nos han dejado Calderón, Lope, Moreto, Tirso, Rojas, etc.
etc.” (24:7)
Estos datos no sólo consolidan los años de 1837 y 1838 como las fechas más
fructíferas para el drama original, sino que dejan entrever la ausencia del género trágico
que, si bien continuaba cultivándose, no gozó del interés de los redactores, quienes
enfocaron su atención al desarrollo de una teoría del drama romántico y a su crítica, como
analizo posteriormente.
203
Respecto a los temas fundamentales, no difieren demasiado de los que García
Castañeda recoge en su estudio sobre las ideas literarias entre 1840 y 1850 en España: el
El Drama Romántico
representación de la vida real en la que los personajes ya no son los héroes trágicos del
Antonio Gil y Zárate definirá el drama romántico como “la representación de una acción
Como evolución del teatro del siglo de Oro y de las comedias sentimentales
Francia, Italia, Alemania y España. En este último, cuna del género de la mano de Lope
204
de Vega y Calderón, el drama se convertirá en el género más desarrollado en la década de
1830, tomando la forma del drama romántico, el cual “presentaba componentes del teatro
barroco español y del más reciente teatro francés” (Romero Tobar Panorama crítico 299).
nacional que Durán enuncia en su discurso, el cual tiene como punto de partida escénico
Don Álvaro o la fuerza del sino, del Duque de Rivas, estrenada el 22 de marzo de 1835.
Como variante del drama romántico, el drama histórico toma como argumento
sucesos históricos en los que radica “su lección instructiva”, siendo su primera cualidad,
fisonomía particular que presenta cada siglo, cada nación y cada hombre” (Coca
Rodríguez 181). Este modelo dramático terminó por imponerse en dos etapas que
Romero Tobar identifica en la década de los treinta y a partir de los años cuarenta (312)
Antes del florecimiento que se produce durante estos años en los que se publica
No me Olvides, el drama romántico había quedado fijado por dos obras fundamentales
escritas “sobre las pautas establecidas por Martínez de la Rosa, Pacheco, Larra y Rivas”
(Romero Tobar 307): El Trovador, del joven García Gutiérrez, estrenada en 1836, y Los
205
Amantes de Teruel de Juan Eugenio Hartzenbusch, puesta en escena a comienzos de
1837.
defendidos por los románticos, los dramas de la época pecarán principalmente de “la
aplicación de recursos típicos de la novela”, según recoge Pilar Vega (161). Los críticos
verdad histórica, fuese el estudio de las pasiones” (162). Todas estas afirmaciones fueron
fidelidad histórica, defecto que Salas y Quiroga encontrará en casi todas las obras
representadas en el periodo.
Vega también señala que “pocos críticos son capaces de enjuiciar las técnicas
encontramos numerosas y extensas referencias a los actores más populares del momento,
escena.
La crítica de la revista se ajusta aún más si cabe a los que García Castañeda
considera como los “mayores reproches” hechos a los dramas históricos en la década de
206
los cuarenta, los cuales “se basan en lo extranjero de su origen, en la falta de respeto a las
romanticismo, aunque respetada, es puesta en duda por la ausencia de límites en las obras
será común en Salas, quien pese a considerarse un auténtico romántico, nos presenta de
algún modo una actitud conservadora frente a las innovaciones y los aspectos morales,
como se percibirá más adelante en las críticas que reproduzco a diversos dramas
románticos.
La raíz de esta crítica es la consideración del autor teatral como guía moral y
social del pueblo, a la que ya aludimos al hablar de la crítica literaria, y que limita sus
todavía por resolver” sobre el deber del escritor público que debe “seguir el impulso de
sus creencias en abstracto, o bien debe someterse a las circunstancias del pueblo para que
escribe” puesto que, aunque la libertad de pensamiento merece todos los partidarios,
principal “el ciego respeto que debe tener a la alta misión que ejerce en la sociedad, (…)
misión que derriba los tronos y destruye los imperios, o crea dioses para los hombres y
guía los hombres a los altares”. Posteriormente alude al papel del autor como mediador
en la crisis social y moral de la época: “La tendencia del siglo que nos arrastra a la
207
anarquía de pensamiento (…) es preciso que el escritor público se revista de toda su
dignidad para oponerse al torrente que lo va todo arrasando y que lejos de adular pasiones
nacional debido a la preferencia dada a las obras extranjeras, a las dificultades a las que
se veían sometidos los dramas originales y al rechazo del teatro clásico español. Las ideas
decimonónico, crisis que se agudiza en la década de los años cuarenta. Los literatos han
“Creíamos que los escritores de todas clases, con sus obras dramáticas (…) podrían sino
bastar a atajar el mal, por lo menos evitarlo en gran parte” y que los literatos, “hombres
de crédito que están en continuo comercio de ideas con el pueblo, seguirían el camino de
teatro” y “el deseo de arrancar unos cuantos aplausos a una multitud que se goza
tal vez más en una palabra de escarnio dirigida a los objetos de su antipatía, que
208
escritores atropellar por todo y presentarnos obras que tienen tanto más pernicioso
Salas atribuye la culpabilidad de esta situación a diversos agentes, recogidos todos ellos
por García Castañeda (45): la crisis moral que afecta a la sociedad en general; la falta de
obras de valía, la preferencia dada a las obras extranjeras, la culpabilidad del público, el
mal estado de los teatros, y la responsabilidad de los críticos. A estas causas Salas añade
tres más: la pobreza general71, la pereza de los grandes autores y los dictámenes injustos
de la comisión de teatros, la cual decidía las obras que podían representarse y de la que
esperaban “menos rigor con las obras originales, y más severidad con las traducciones”
quedar menos recuerdos. - ¿Y por qué? Porque esos jóvenes brillantes que
los Quintanas, Martínez de la Rosa, Listas, etc., etc.; porque triunfan a poca costa;
ello, y el buen deseo solo no puede engendrar una buena obra, (…) porque se
pagan 8.000 duros para oír los gorgoritos de una cantante extranjera y 3 o 4.000
71
En relación a la pobreza nacional, Salas afirma en el octavo número que “nuestros teatros van estando
desiertos; no sabemos a quién echar la culpa de tal abandono. La empresa parécenos que no la tiene, porque
entendemos que no tendrá interés en suicidarse. De parte de los artistas tampoco creemos haya tal interés;
por lo que nos inclinamos a creer que la miseria general es la causa del poco entusiasmo que inspira por
ahora el teatro”.
209
rs. por un drama que rivalice con uno de Calderón; y en una palabra porque los
jóvenes literatos creen que basta tener talento para producir grandes cosas, y los
libro sobre el teatro romántico en España. Prácticamente todos los dramas pertenecientes
a este periodo del Romanticismo Liberal (1837-38) analizados por el hispanista italiano
Olvides sobre estas obras para apoyar las ideas expuestas anteriormente.
El primer drama reseñado en la revista fue La Corte del Buen Retiro, de Patricio
de la Escosura, introducido por Salas: “Tenemos entendido que el 21 de este mes (mayo)
se representará un drama nuevo original titulado La Corte del Buen Retiro” al que
de la capital han hablado ya extensamente de este drama; algunos de ellos lo han hecho, a
nuestro juicio, con sumo tino y aún maestría”. Los críticos del No me Olvides, por su
210
parte, no temen “entrar a hacer un análisis de esta obra, en que encontramos innumerables
romántico, Salas afirma que “la amistad que profesamos a su distinguido autor por una
parte, y por otra el amor casi supersticioso que tenemos al argumento (…) exigen de
nosotros suma detención para hablar de esta producción dramática”, por lo que tratarán la
obra con más amplitud en el siguiente número “como sea que hagamos justicia de no
creer la obra del Señor Escosura obra de circunstancias” sino “como obra de arte, no
volverá a ser citado en la revista, privándonos de conocer el franco parecer con el que
Salas pretendía juzgarlo, aunque si sabemos que reconoció como “el público ha
fallo” (6:7).
García Gutiérrez, “otro drama original (…) obra de un joven escritor justamente
“Difícil nos sería decir, con verdad, a nuestros lectores si los aplausos han sido
tan unánimes como el autor deseara sin duda; no lo fuera menos manifestar si el
es que el drama de que hablamos tiene versos en extremo fáciles y sonoros que
todos sabemos de memoria con solo haberlos oído una vez. Esto es un mérito, y
211
nos han recordado otras muy conocidas de todo el mundo, y los caracteres no
ofrecen, a nuestro entender, novedad alguna. Estos defectos sólo los podría
cual, como recoge García Castañeda siguiendo a Mesonero Romanos, “fue el modelo de
los jóvenes escritores españoles que ávidamente se lanzaron por este camino [del drama
reconoce en la obra es confirmada por los críticos de No me Olvides, quienes han “oído
hablar con grande elogio” del drama y a quienes “han asegurado que puede rivalizar con
las mejores de Víctor Hugo o Alejandro Dumas”. Añaden que “es de un distinguido autor
que parece seguir las huellas de Casimir Delavigne, y variar de escuela tan notablemente
como varió este célebre escritor” (2:8). La obra no se estrenará hasta el 2 de noviembre y
no será analizada hasta el número 28, después de advertirnos “que el público pidió al
autor y después de haber revelado su nombre el Sr. Romea, insistió aquel en que saliese a
las tablas, lo que no pudo verificarse por no estar en Sr. Zárate en el teatro” (27:8). En su
análisis Salas y Quiroga critica con tristeza a aquellos autores que desean “arrancar unos
cuantos aplausos” afirmando que, aunque Antonio de Gil y Zárate era “de todos los
literatos el que creíamos que menos se plegaría” a este tipo de teatro, “desgraciadamente
no ha sucedido así”. Continúa Salas afirmando que “el Carlos II nos parece la obra más
propiamente romántica de este siglo, pero pertenece, en su mayor parte, a esa escuela
satánica que (…) debe ser abandonada totalmente”. El drama de Gil y Zárate es
212
considerado “una obra maestra” admirable en sus detalles pero esto no hace sino ampliar
su influencia negativa “cuando este mal ejemplo es ofrecido por persona en quien tanto
Togores aparece anunciada para el 27 de julio de 1837 (11:8). Los críticos nos avisan de
que el drama “ha sido estrepitosamente aplaudido” y según el juicio de la revista con
justicia (13:8). Será el número decimoquinto el que recoja la crítica de la obra de Roca
mucho que mi amigo el Sr. Roca haya escogido un argumento de tan remota época y de
tal naturaleza que muchas personas han imaginado que no es más que un disfraz para
representar sucesos que en el día están pasando en España”. La posición de Salas es firme
respecto a estas intenciones políticas afirmando que cree firmemente “que tal no habrá
sido su intención” y que dichos rumores “deben ser desmentidos públicamente” aunque,
como recoge Caldera, la disposición del drama parece indicar una clara relación entre las
posible formar una composición teatral que excite el interés público y produzca el objeto
que se propone el escritor”. Pero la fidelidad histórica vuelve a ser la falla de la obra que
“tiene poco de histórica” si por historia se entiende “la expresión de las costumbres, la
filosofía de los sucesos, la pintura de las creencias” y no tanto la exactitud en las fechas,
puesto que “en aquel siglo (…) no sé conocía la libertad de derecho sino solamente la de
213
privilegio” siendo imposible “el desenfado con que habla un villano delante de aquellos
Comisión de Lectura de Teatros aunque para los redactores del No me Olvides era “casi
estaba servida con esta obra drama por el cual la publicación El Museo Artístico había
crítica de Salas y Quiroga será especialmente dura por presentar el autor al “hombre más
puro de su siglo”, Fray Luis de León, “con sentimientos contrarios a los que ha tenido en
su vida”, lo que “el público ha recibido con reprobación”. Para Salas la lírica es bella
pero “la parte dramática de esta producción es mala”. No obstante, el principal defecto es,
de nuevo, la falta de fidelidad histórica hacia la figura de León, de manera tan estrepitosa
que es “deber de todo escritor, que tenga conciencia, el clamar altamente contra tamaño
abuso”. Salas llega a insinuar incluso que de Castro y Orozco puede haber utilizado “un
nombre ilustre y puro para acrecer su particular reputación” y añade que Fray Luis de
León es “un drama de muy mal ejemplo” en cuya representación el público “no ha cesado
de chichear y silbar durante el último acto”. Todas estas ideas críticas, no obstante, no
son personales ni pueden serlo “ignorándose el autor del drama”72 sino más bien
72
Era costumbre habitual no mencionar al autor de la obra que iba a representarse y así ocurre en No Me
Olvides, donde la autoría se atribuye a “un joven escritor” o a “un autor sobradamente conocido entre el
público” pero cuyo nombre raramente se desvela hasta la representación de la obra.
214
filosóficas, puesto que “la misión del escritor público es abogar por el imperio de la
moral” (16:7).
los “anuncios, órdenes y contra órdenes” que son necesarios “siempre que se trata de una
una impresión fuerte y positiva en Salas, quien critica muy poco en su artículo y se
dedica más bien a contarnos su versión histórica del episodio entre Felipe II y Antonio
Pérez. El escritor gallego afirma que “pocas obras conozco, por no decir ninguna, en que
el carácter cierto o supuesto de Felipe II esté mejor trazado y más sostenido” y, por
primera vez, otorga su visto bueno a la fidelidad histórica del drama pues, si bien no es
exacta en fechas y hechos, sigue fielmente “las costumbres, los grandes caracteres del
siglo”. La alabanza recae, no obstante, en los dos primeros actos, pues “la acción del
drama está completamente desempeñada en ellos” hasta tal punto que “al final del
segundo acto, el público pidió al autor suponiendo concluida la obra”. Esto indica, por
supuesto, que los tres actos restantes “no son tan buenos”. La defensa de Salas continua
no obstante señalando que aunque “algunas personas han encontrado muy malo este
drama porque es muy horroroso, esa es la mejor prueba de que es bueno” al tiempo que
felicita a Muñoz Maldonado por no haber incluido la figura del confesor del rey, Fray
215
Diego de Chaves, “verdadero Nerón del tiempo” pues el autor “conoció cuan odioso sería
interés por parte de la revista, la cual sólo recoge su estreno atribuyéndole “un éxito
regular” y añadiendo “a pesar del aprecio que nos merece su autor, que si el público se ha
La única obra de Bretón de los Herreros que la revista critica es el drama Don
Fernando el Emplazado, cuya trama sobre los hermanos Carvajales había sido tan tratada
“menos filosófico tal vez, pero en cambio más de moda”. Salas señala que “el primer acto
está empedrado de esas máximas que se ponen en todos los dramas del día para arrancar
aplausos” y que esa imitación, que tanto critica Salas, no logró el favor del público
el tercero “horroroso” y los dos últimos demasiado fáciles. La conclusión es clara para
Salas, quien espera que Bretón comparta su opinión “con el tiempo” y le sirva “para
el género, pues Salas no pretende más que Bretón “no apadrine un género espurio que
216
El estreno del drama en cinco actos y en verso de Antonio García Gutiérrez El
pesar de que su crítica se incluye en el número trigésimo tercero, faltando aún ocho
Las cualidades estéticas no salvan a El Rey Monje de caer en esta inmoralidad y siendo
“el drama mejor versificado y de más armonioso lenguaje de esta época” es sin embargo
“un mal drama”. La falsedad histórica vuelve a ser la gran traba, siendo el carácter de
la moral”. La crítica toma en este caso tintes moralistas afirmando que “la escena de la
seducción en su silencio mismo es un ataque a la moral pública” y que “el último acto ha
profanado uno de los actos más sagrados de los católicos: la confesión”. El duro ataque
no es contra el autor, finaliza Salas, sino contra el género que malogra sus “bellas
que, aunque tanto la tragedia como la comedia y otros géneros menores fueron cultivados
217
durante los años de su publicación, los grandes dramas históricos contaron con la mayor
para resaltar sus defectos o realzar sus virtudes pero, especialmente, con el objeto de
contribuir a la formación de una nueva teoría estética del teatro que se ajustase a los
parámetros de la sociedad española del momento. De este modo, la crítica teatral, como
ocurrió con la mayoría de los géneros románticos, se convirtió en trasmisor de las ideas
sociedad y los literatos en detrimento de un género trágico que parecía demasiado lejano
artículo “De la tragedia neoclásica al drama histórico Romántico: Por Qué y Cómo”. Para
Caldera “los dramaturgos sustituyeron la tragedia por el drama porque habían cambiado
diferente:
218
Obras Teatrales Citadas en No me Olvides
OBRAS ESPAÑOLAS.
1) La Corte del Buen Retiro”. Patricio de la Escosura. (nº 1, 8) (nº 6, 7). Drama
2) El Page. Antonio García Gutiérrez. (Nº 1, 8) (Nº 4, 8). Drama en cuatro jornadas
en prosa y verso.
3) Carlos II el Hechizado. Antonio Gil y Zárate. (Nº 2, 8) (Nº 27, 8) (Nº 30, 8) (Nº
4) Una madre como hay muchas. Geronimo Morán. (Nº 5, 7). Comedia.
5) María de Molina. Mariano Roca de Togores. (Nº 10, 8) (Nº 11,8) (Nº 13, 8) (Nº
6) Fray Luis de León o el Siglo y el Claustro. José de Castro y Orozco. (Nº 10, 8) (Nº
14, 8) (Nº 16, 7) (Nº 19, 8). Melodrama en cuatro actos y en diferentes metros.
7) Los Amantes de Teruel. Juan Eugenio Hartzenbusch. (Nº 10, 8). Drama en cuatro
actos.
8) Antonio Pérez y Felipe II. José Muñoz Maldonado (Conde de Fabraquer). (Nº 16,
8) (Nº 19, 8) (Nª 24, 8) (Nº 25, 8) (Nº 26, 6). Drama histórico en cinco actos, en
prosa y verso.
9) Magdalena. Antonio García Gutiérrez. (Nº 20, 8). Drama en cinco actos, verso y
prosa.
219
10) Vivir loco y morir más. José Zorrilla. (Nº 20, 8). Capricho/Juguete Dramático.
12) Bárbara Blomberg. Patricio de la Escosura. (Nº 28, 8). Aparece como Clara de
13) Don Fernando el Emplazado. Bretón de los Herreros. (Nº 26, 8) (Nº 30, 8) (Nº
14) El Rey Monje. (Nº 26, 8) (Nº 33, 8) (Nº 34, 7). Antonio García Gutiérrez. Drama
histórico.
16) Jimena Ordoñez. Gregorio Romero de Larrañaga. (Nº 29, 8). Drama.
17) La Vieja del Candilejo. José Muñoz Maldonado. (Nº 32, 8). Drama.
18) Medidas Extraordinarias o los parientes de mi mujer. Bretón de los Herreros. (Nº
220
4) Miguel y Cristina. (Nº 9, 7). De Eugène Scribe. Traducción de Ventura de la Vega.
10) Pablo y Paulina o los gemelos. Traducción de L. Jontecio y J. Goli. (Nº 24, 7).
Capricho francés.
REFUNDICIONES.
ÓPERAS.
(Nº 33, 8)
221
4) Lucía Di Lammermoor. Gaetano Donizetti. (Nº 12, 8) (Nº14, 7)
9) Ipermestra. Baltasar Saldoni. (Nº 33, 8) (Nº 35, 7) (Nº 39, 8) (Nº 41, 4).
222
TRABAJOS CITADOS EN ESTE CAPÍTULO:
Caldera, Ermanno. "De la Tragedia Neoclásica al Drama Histórico Romántico: Por Qué y
Cómo." EntreSiglos Roma: Bulzoni, 1993. 67-74.
Coca Ramírez, Fátima. El género dramático en España en el siglo XIX: estudio teórico
desde la preceptiva literaria. Cádiz: Universidad de Cádiz, 2006.
García Castañeda, Salvador. Las ideas literarias en España entre 1840-1850. University
of California Publications in Modern Philology. Berkeley: University of
California Press, 1971.
Sáinz Rodríguez, Pedro. Historia de la Crítica Literaria en España. Madrid: Taurus, 1989.
223
Vega Rodríguez, Pilar. " La Prensa Romántica y los Géneros Literarios." Movimientos
Literarios y Periodismo en España. Ed. María del Pilar Palomo. Madrid: Síntesis,
1997. 131-162.
224
Capítulo VIII. Creación en Prosa: El Cuento Romántico en No me Olvides
El romanticismo va a traer consigo una profunda renovación que sienta sus bases
en un concepto muy familiar para la sociedad desde el siglo XIX hasta nuestros días: la
época romántica y bajo sus preceptos se fundirán ideologías políticas y estéticas artísticas
primer lugar, la democratización, para ser tal, precisaba de un medio eficiente para llegar
225
esta democratización debía retomar temas que subyaciesen en la cultura popular y
tradición de cada nación. Ambos puntos van a materializarse en una realidad repetida a lo
largo del siglo XIX, especialmente a partir del asentamiento del romanticismo en las
letras españolas en la década de los treinta. Este fenómeno no es otro que el cuento
literario, género clave en las numerosísimas y efímeras revistas de la época que van a ser
bebe del historicismo, y éste establece la importancia del lugar, del espacio, de la cultura
propia, de los rasgos que nos definen como una comunidad, que nos identifican como
algo concreto, diferente, apelando a nuestro gentilicio para darnos nombre dentro del
tradición popular y así resurge el género más antiguo, el de contar historias, nacido de la
dirige la atención romántica a la literatura popular. En este sentido afirma Alonso Seoane
la influencia de Herder en Böhl de Faber, quien pone de manifiesto “la relevancia de las
diferencias establecidas por el lugar y la época” frente a “las leyes abstractas universales
y temporales del clasicismo”, así como “la importancia del pueblo y de la poesía
tradicional” ("El Debate sobre el Romanticismo en Prensa. Las Revistas Literarias" 72).
Esta herencia popular influirá notablemente en el género que se presenta en las páginas
226
independiente, definido, convirtiéndose en relato breve que tiene su esencia en contar el
instante de una vida en pocas páginas. El cuento popular, como recoge Baquero Goyanes
y otros estudiosos del género, se convierte en literario con el siglo XIX (69) y adquiere
compartida por muchos autores, del cuento romántico como germen de un nuevo género,
el del cuento literario, que culminará su desarrollo con los grandes cuentistas naturalistas
reflejar una ideología no sólo literaria sino también social y moral, comunicada por una
227
propagandística del movimiento y sacrifica las características propias del género breve en
No se crea que bajo este título voy a componer un cuento o una novela. Un buen
decidido. Además, las reflexiones que aquí voy a consignar no existían antes de
ver la estampa que a este número acompaña73; de manera que este dibujo no es
El gran estudioso del cuento en el siglo XIX, Mariano Baquero Goyanes, establece en su
obra las características del cuento decimonónico mediante la comparación de éste con
distintos géneros. Madrazo negará que su narración, de tan sólo cuatro páginas, sea un
cuento. Para Goyanes éste será un punto común en los escritores del momento que evitan
utilizar la voz cuento “para relatos verídicos o, por lo menos, verosímiles” (63) y la
73
Madrazo se está refiriendo a una litografía, obra de su hermano Federico, que acompaña el mismo
número en el que se inserta este texto. La relación entre este texto y la imagen se aborda al hablar del
grabado en el capítulo “Otros contenidos”.
228
reservan para aquellos de carácter legendario y fantástico. “Una impresión supersticiosa”
tiene algo de histórico, presentando una Venecia Inquisitorial y un tema misterioso como
la superstición, pero tiene aún más de reflexión moral que busca reflejar el verdadero
pensamiento del autor. Madrazo no trata de pintar un mundo fantástico sino de reflejar
no existía antes de ver la imagen que lo inspiró, surgiendo como respuesta inmediata a su
contemplación. Esto nos lleva a la característica más relevante del cuento romántico para
Baquero Goyanes: el cuento nace de un instante y pretende reflejar ese mismo instante
explicarse la existencia del cuento como género literario que refleja una experiencia de
todos conocida: en nuestro vivir hay momentos en los que parece ponerse en juego todo,
en los que la vida alcanza su máxima tensión” (87). Y, como apuntaba Madrazo, para un
229
“Una escena de amores en un buque”, Salas y Quiroga refleja la inmediatez y el misterio
del nacimiento del cuento al reconocer que no sabe la razón por la que “ocúrreseme ahora
un cuentecito que voy modestamente a referir” (8:4). En otros casos esta momentaneidad
cuentista parece detener para dar principio a su historia. En “Los jóvenes son locos”,
Miguel de los Santos Álvarez inicia su relato siguiendo dicha estrategia: “Las once de la
noche acababan de sonar en el elegante reloj de un cuarto de estudio” (18:3). Otras veces
historia al tiempo que caminan o pasean, llevando consigo la atención del lector a modo
de cámara cinematográfica que les sigue en sus aventuras. El comienzo de la historia con
el movimiento del protagonista nos introduce de lleno en la tensión narrativa, sin apenas
preámbulos: “Era el mes de diciembre de 18..; un joven alto, de hermoso, aunque pálido
semblante, salía por la puerta de Atocha a las ocho de la mañana…”, escribe López de
Cristóbal al comienzo de “Una locura por otra” (34:5). Otras veces, siguiendo el espíritu
descriptivo del romanticismo, el relato comienza con una presentación del ambiente,
tensión, que se adentra en él. En “Una cruz en Toledo”, López de Cristóbal de nuevo nos
ofrece una imagen fantasmagórica de la ciudad imperial al anochecer: “A esta hora nadie
cruza las silenciosas calles de Toledo, y la ciudad duerme y calla, y en ella parece que su
débil vida se apaga con el día; ningún ruido se percibe en aquellos muros, y este silencio
230
y oscuridad son solemnes” (10:1). Así prepara el escenario en el que su “yo” protagonista
oscura, al anochecer” (10:2). Pero quizá el mejor ejemplo de esa inmediatez aparezca en
trasmite directamente el momento que encuentra. Esta técnica aparece, por ejemplo, en
“¿Quién será?” de Sebastián López de Cristóbal (37:4) y en un cuento sin título del
cuentos de No me Olvides.
aunque, como señala Baquero Goyanes, en el XIX deja de ser cristiana para pasar a servir
“a muy distintas doctrinas e ideologías” (83). Esta característica llegará a ser en ocasiones
tan explícita que nos hace dudar sobre el carácter de ficción mismo del escrito. En el
231
genera en el pensamiento para expresar sus percepciones sobre el fenómeno
correspondencias entre todos los seres del universo, cuya voz penetra el subconsciente
del hombre” (Alonso Seoane Artículo Literario 41), idea que tiene su base en las teorías
especialmente estrecha con lo natural, con esa naturaleza en la que el poeta encuentra lo
sublime romántico:
Todo lo que no está civilizado, todo cuanto existe libre del artificioso dominio del
hombre, habla a su corazón. Sólo las cosas que él ha adulterado para su uso son
mudas: porque están muertas. Pero estas mismas cosas se reaniman, vuelven a
destrucción, pasando sobre ellas, las vuelve a su relación con la naturaleza. (9:2)
Salas y Quiroga, quien aborda el tema del suicidio en sus comentarios a la reacción del
desesperación. Salas considera la opción de quitarse la vida como “medio que de algunos
años a esta parte está más en moda, desde que se cree en el completo no ser, desde que
cualquier forma, es explícita en este cuento, que termina con “las observaciones” que del
232
mismo se podrían extraer y que Salas resume con juicios como “que los fanfarrones
suelen ser vencidos por la gracia, como los demás hombres”, o “que un silogismo
El origen de esta triste aventura nació de la precipitación del joven, que presumió
hallar a su querida en la casa donde la dejó cuando partiera de Toledo. Los ojos
del celoso ven en las tinieblas, su corazón tiembla en la certeza, y una puerta
abierta se le antoja para más feliz mortal. ¡Extravíos de la razón humana! ¿Quien
tópicos de la literatura del Siglo de Oro y del Medioevo. Si en “Una cruz en Toledo” las
autor, como “El Expósito” (33:1) y “Una conciencia poco tranquila” (35:4). El antiguo
Madrid, Palencia o Galicia son otros de los escenarios históricos que contribuyen a
ideales románticos, sin importar tanto su localización geográfica. Así ocurre en “El loco”,
233
cuento que comienza con una de las imágenes más románticas de la publicación, en el
que Pedro Luis Gallego parece situarnos en uno de los cuadros de Fiedrich, paisaje que
el sur del pueblo. El ruido de las cascadas que le fertilizan, el rumor sordo de
algunos truenos lejanos, la luz de los relámpagos que brillaban con frecuencia, y
las gotas que caían, me hicieron volver en mí, y reparar en el sitio en que me
hojas, meciendo majestuosamente los corpulentos álamos, los cuales, al tocar con
sus copas en la tierra, parecían saludar al encapotado cielo de color negro, como la
excepciones en los relatos que contienen paisajes orientales y exóticos como “Yadeste” o
“Una escena de amores en un buque”, o “Una cruz en Toledo” que, aunque es narrada en
el presente, hace referencia a una época pasada). No obstante, este contexto moderno
234
numerosos cuentos fantásticos de la publicación. En “Los duendes” de López de
Cristóbal el entorno muestra las convenciones literarias del ideal romántico, poniendo al
servicio del ambiente tenebroso todos los elementos presentes en la escena, como el
Era noche muy lluviosa del diciembre; el viento silbaba con estruendo al azotar
cantidad de leña que ardía en el hogar, arrojaba muchas llamas que el viento
habitación, la que pronto quedó velada entre el opaco crespón de humo que
destaca un rasgo vital en el romanticismo que define su esencia y agrupa sus temas bajo
presencia del “yo” del escritor, al igual que la del yo que narra, está presente en los
235
relatos de la publicación de Salas, ya sea en forma introductoria y conclusiva, que
que enfatizan el tono personal del relato y unifican la correspondencia entre verosimilitud
mismo gracias a sus continuos viajes por tierras latinoamericanas, pidiendo que se le crea
cuando dice que él mismo lo presenció74. Un procedimiento más habitual será establecer
una introducción en la que se explica cómo se conoció el suceso que se va a narrar así
nuevamente un carácter ficcional y no apela de manera tan directa al lector. Así ocurre
en “Rosa”, también de Salas y Quiroga, en el que el autor relata las memorias que le
74
En muchos de estos cuentos sería aplicable el modelo presentado por Seyomur Chatman para describir el
esquema narrativo presentando un autor real, un autor implícito, un narrador, un narratario, un lector
implícito y un lector real en su obra Story and discourse: narrative structure in fiction and film. En el
cuento referido, obra de Salas, éste aparece como autor implícito que escribe un cuentecito “a mis amables
y bellas lectoras”, que serían sus lectores implícitos y que no tenían que ser necesariamente los lectores
reales. Cuando Salas empiece a narrar la escena desde su posición de observador su voz se convierte en la
voz del narrador y Ernesto, el protagonista del desastre amoroso que narra el cuento, pasará a ser el
narratario que conversa con el narrador dentro del marco de ficción. Este ejemplo es una muestra de la
complejidad narrativa que toma el cuento en esta revista al ser manipulado por el autor al servicio de sus
intereses románticos. También en “Una impresión supersticiosa” Madrazo apela al lector implícito para que
éste busque explicaciones alternativas al suceso que él mismo ha inventado al ver la litografía grabada por
su hermano.
236
borradores las apuntaciones que hice cuando, una tarde, la infeliz anegada en llanto, me
misterio de una cruz colocada en una angosta calle de Toledo, el cual es desvelado por un
segundo narrador, una vieja mujer que el joven encuentra rezando a los píes de la cruz.
Así se constituye la narración marco en la que el joven “yo” refiere al lector la historia
que le cuenta la mujer dibujada con marcados rasgos románticos (alta, encorvada, de ojos
los estereotipos de los cuentos de la época: el joven impulsivo, apasionado y lleno de vida
que busca el misterio de la existencia humana y la vieja que, ya sea con características
leyendas fantásticas.
“El loco”, de Pedro Luis Gallego, presenta una estructura similar. El joven “yo”
narrativo se encuentra, con el objeto de sanar de una enfermedad melancólica tan propia
del los románticos, en un paraje que responde a sus mismas inquietudes, como
describimos anteriormente, cuando divisa a un viejo hombre con fama de loco y brujo y,
al igual que el joven del cuento anterior, no puede resistir la tentación de descubrir su
misteriosa historia. Es, entonces, el anciano quien relata los infortunios de su desgraciada
hija al primer narrador, dando paso a la ficción dentro de la narración en primera persona.
237
Por último, en otras ocasiones, la reflexión-narración del autor en primera persona da
cuyo efecto total no percibimos hasta que la última ha sido emitida. El cuento es una sola
aspecto de la vida, “trozo de vida expresivo e intenso” (113), que implica siempre una
elección entre todos los momentos del devenir humano pero que, como ocurre con
presenció la imagen grabada por su hermano Federico, pero que cada lector podrá
experimentar un instante distinto y, con ello, obtendrá una narración diferente. En esta
línea son interesantes las observaciones que Pilar Vega Rodríguez va a recoger, siguiendo
las ideas de Ezama, al señalar que en esta etapa se “practica la narración sobre imágenes
Madrazo. Esta idea nos muestra el valor del sentimiento experimentado en un instante,
Para Baquero Goyanes en el cuento todos los elementos estarán al servicio del
argumento (113). Esta conclusión, unida a su consideración del cuento literario como “el
238
género más idóneo para registrar los afectos, pasiones, mentalidad, incidencias y
con todo aquello que utilizaron para expresar su desasosiego interno. En sus manos el
cuento se vuelve pasión y desorden, se vuelve algo distinto en función del distinto
inserta en revistas de vida efímera porque efímera es la pasión que pretenden expresar y
Olvides recoge toda la temática schlegeliana, nos habla de mundos medievales, damas,
misterios, apariciones que rozan lo gótico y sobre todo, de sentimientos. Pero siempre,
como señala Baquero Goyanes, al servicio del argumento. Y ese argumento no es otro,
como hemos visto en los ejemplos presentados, que la expresión de las convenciones
esto que escribo es cuento o es moraleja, diría él. Es más que nada un capricho para
expresar este instante de vida que ha despertado sus pasiones y que no puede dejar de
expresar.
la que Baquero Goyanes realiza en su obra. Este autor, al igual que otros estudiosos del
239
Gutiérrez, han realizado excelentes trabajos basándose en un amplio corpus de relatos
recogidos de las colecciones de cuentos del XIX y, sobre todo, procedente de las revistas
literarias de la época. Pero esto, a mi juicio, ha sido posible porque dichos autores han
seleccionado dichos cuentos de diversas fuentes y los han analizado con una visión de
intención de los autores estaba muy lejos de representar los temas más relevantes de la
Gallego, en el que unos músicos celestiales aparecen para acompañar al joven y triste
macabro relato de brujería y misterio combinado con una cierta dosis de humor e ironía.
Cristóbal, en el que tras una serie de aventuras y sucesos de marcado carácter fantástico
el autor nos ofrece una explicación racional que justifica los mismos.
75
También “Los dos ingleses”, “Yadeste” y “1534” se publicaron anteriormente en dicha revista. Esta
información se puede encontrar en el índice de contenidos de la revista que acompaña a este trabajo.
240
La temática amorosa es muy importante, especialmente en los relatos de Salas y
Quiroga, y trata diferentes facetas como el adulterio, los celos, el amor no correspondido,
enamorado. Este fin desgraciado para el que sufre por amor, unido a la profundización en
los sentimientos más íntimos de los personajes, es otra muestra del fin romántico que
celoso amante termina encerrado y, por último, en “El loco” se aborda el honor ultrajado
de una joven que muere de tristeza al ser abandonada por el rico caballero del que se
enamoró, lo que provoca la locura de su padre. La razón no tiene lugar en estas historias
y no es justificada en ningún caso por sus autores, quienes afirman el poder del
me Olvides si bien no de una forma tan canónica como establecen los tratados referidos
revista estará íntegramente constituida por cuentos. Como refleja el siguiente cuadro, los
241
Ochoa y Pedro Luis Gallego. De su lectura podemos concluir que el cuento romántico en
del espíritu humano frente al poder exclusivo de la razón que se arrastraba desde épocas
ilustradas. Será, por tanto, más romántico que cuento y servirá para legarnos el espíritu de
15 1-2
4. “El Loco” Pedro Luis Gallego
16 5-7
18 3-6
6. “Los Jóvenes Son Locos” Miguel de los Santos Álvarez
19 3-5
242
20 4-7
8. “Consecuencia De Un Lance De
Jacinto de Salas y Quiroga 22 7-8
Amor”
31 4-5
14. “El Expósito” Sebastián López de Cristóbal
33 1-4
243
22. Sin Título Sebastián López de Cristóbal 41 1-3
RELATOS76:
Jacinto de Salas y
1. “1534” 18 6-8
Quiroga
35 1-3
39 1-2
76
Estos cinco relatos se encuentran aparte por ser considerados tales por Cabañas.
244
TRABAJOS CITADOS EN ESTE CAPÍTULO:
Alonso Seoane, María José. “El Debate Sobre el Romanticismo en Prensa. Las Revistas
---. Ana Isabel Ballesteros Dorado, y Antonio Ubach Medina. Artículo literario y
Chatman, Seymour. Story and discourse: narrative structure in fiction and film. Ithaca,
Gutiérrez Díaz-Bernardo, Esteban. El Cuento Español del Siglo XIX. Madrid: Laberinto,
2003.
245
Rodríguez Gutiérrez, Borja. Historia del Cuento Español (1764 – 1850). Madrid:
Iberoamericana, 2004.
Romero Tobar, Leonardo., Panorama crítico del romanticismo español. Madrid: Castalia,
1994.
Vega Rodríguez, Pilar. “La Prensa Romántica y los Géneros Literarios”. Movimientos
Literarios y Periodismo en España. Ed. María del Pilar Palomo. Madrid: Síntesis,
1997.
246
Capítulo IX. La Poesía
A pesar de que el género poético tuvo un papel de vital importancia en las teorías
románticas europeas, se ha discutido mucho sobre el escaso éxito del mismo en España
durante las décadas de 1820 y 1830. Esto se ha debido, en gran parte, al escaso número
de libros poéticos que vieron la luz en la península hasta 1840, fecha clave que supone un
Sin embargo, estudios posteriores han demostrado que la poesía fue ampliamente
cultivada por los románticos españoles durante estos años, si bien éstos prefirieron
plataformas más efímeras para presentar sus composiciones, tales como la prensa o las
afirma, en este sentido, que “la estimación de la crítica actual por la poesía romántica
española no tiene consonancia con el volumen de textos poéticos que, desde principios
del XIX, se escribieron y fueron publicados” (Panorama crítico del romanticismo español
175), cuya recuperación es todavía una tarea en progreso para los estudiosos de la época.
aquellos jóvenes que comienzan a publicar sus obras en la década de los 30 y que
247
ratifican el modo romántico de hacer poesía, rompiendo de forma más drástica con la
no ocurre en España hasta el siglo XIX, época en que la finalidad de entretener y enseñar
propiciada por los neoclásicos comienza a agotarse, al no responder a los problemas del
hombre moderno.
Hay que esperar “a la primera polémica romántica para ver despertar de modo
general la conciencia poética original” (Ciplijauskaite 11) , que todavía es tardía pues
normalmente pone más énfasis en el género dramático, cuyos autores eclipsan aún a los
cultivadores de la poesía. Las razones que explican este aparente retraso no pueden
buscarse únicamente en cuestiones ideológicas ni tan siquiera literarias, sino más bien en
las condiciones del escritor en la sociedad y en la respuesta de ésta a su labor literaria, las
hecho que se unía a la ignorancia de un público que no estaba preparado para recibir una
poesía puramente romántica que abordara temas propios de una modernidad de la que
La censura, por otro lado, jugaba un papel fundamental, como denunciaron tantos
medios económicos, no sólo de los escritores sino también de los editores y directores,
248
precisaba aquel que deseara emprender una publicación literaria (tanto para sufragar el
depósito previo y las fianzas como las posibles multas, que corrían a cargo del editor
para sobrevivir en una época de profunda crisis, algo que mermará el espíritu poético de
algunos de los jóvenes románticos más emprendedores, como Salas y Quiroga o Miguel
de los Santos Álvarez, cuya labor poética quedó relegada a un segundo plano por sus
carreras diplomáticas o, en el caso del primero, por la necesidad de escribir géneros más
románticos, que el poeta que no tenía “otro empleo y no recibía un sueldo del Gobierno
continúan siendo la oralidad, las lecturas en tertulias e instituciones, las recitaciones, etc.
A raíz del creciente desarrollo de la prensa en el siglo XIX, las publicaciones periódicas
pliegos sueltos, hacen frente al libro como principal vehículo de publicación para los
poetas románticos. Romero Tobar señala explica a este respecto que “la actividad
poetas o desconfiaban del libro o les resultaba instrumento difusor de difícil acceso”
249
Las publicaciones románticas se convirtieron, en resumen, en las grandes
crítica literaria, al tiempo que ofrecían sus páginas a las creaciones prácticas que daban
forma a dichos presupuestos teóricos. Según Romero Tobar, la edición de poesía en las
páginas que no constituyen una sección especial dentro del periódico” (Panorama crítico
del romanticismo español 183). Pilar Vega Rodríguez mantiene la misma opinión,
prensa “no cubre por lo general una sección concreta ni fija de las cabeceras”, como
los poetas más conocidos y valorados con las de los más jóvenes o desconocidos (131).
77
Algunos estudiosos como Navas Ruiz han puesto de manifiesto, no obstante, las escasas alusiones
concretas a la teoría lírica de los críticos románticos españoles ("El canon poético en España de 1830 a
1837" 303). Éstos abordan de forma general lo qué debe ser la poesía, la misión del poeta y los rasgos
generales de las composiciones románticas, pero no aluden de forma específica a temas ni estructuras, e
incluso, en ocasiones, no cumplen los presupuestos teóricos que han enunciado (véase a este respecto el
artículo “La poesía romántica vista por los románticos” de Ermanno Caldera). Romero Tobar mantiene un
punto de vista más positivo sobre este tema, afirmando que los poetas y escritores románticos “abundaron
en declaraciones programáticas y en observaciones sugerentes sobre la naturaleza y función de la lírica que
ellos mismos estaban elaborando; y si las primeras, no pasan de la ritualización de los debates tópicos –
libertad frente a las reglas aunque se trate de una libertad controlada, recuperación de los asuntos
medievales, búsqueda de una nueva «dicción» y nuevas formas métricas-, las segundas permiten atisbar
intuiciones cercanas a las de los líricos románticos y europeos” (Panorama crítico del romanticismo español
187).
250
poesía neoclásica”, al tiempo que muestra la subsistencia de la idea “de que el molde
artes eran los que mayor cabida daban a las composiciones poéticas78. Por esta razón fue
y fue el punto de apoyo que respaldó “la conciencia de generación de los jóvenes
literaria europea” (Vega Rodríguez 132). Ricardo Navas Ruiz considera igualmente que
líneas románticas:
78
Es interesante apuntar como los poetas, conscientes de la breve vida de estas publicaciones, “se
apresuraban a reunir en volumen los textos aparecidos en estos medios” (Romero Tobar Panorama crítico
183)
251
reconstructivo o conservador, que incorpora al hoy vivencias de antaño con el
medievalismo, castillos en ruinas, cruzadas, orientalismo, leyendas ("El canon
poético en España de 1830 a 1837" 303).
ofrece unas conclusiones similares a las que Navas Ruiz menciona, aunque, como
mayor reconocimiento literario que se consolidaría en los años cuarenta. Cabe destacar
de otros géneros, algo motivado en parte por la facilidad de adaptar la primera al reducido
las ocho páginas que formaban el periódico. La presencia de la poesía fue constante
(ningún número salió a la luz sin un poema entre sus páginas), si bien su número fue
cabida a cinco y seis poemas respectivamente, mientras que en siete ocasiones los
252
y en muchos casos fueron recogidas posteriormente en los diversos volúmenes
variable, aunque es habitual encontrar un poema principal que puede llegar a ocupar
varias páginas y algunas composiciones más breves en las últimas dos páginas. Los
extranjeros (destacan las de Las Orientales, de Víctor Hugo) que se combinan con
traducciones del Libro de Job). Pedraza Jiménez y Rodríguez Cáceres, entre otros, han
puesto de manifiesto este fragmentarismo tan propio del romanticismo, enésimo ejemplo
ofrecer al público un segmento de la obra total sin esperar terminarla” (486). Este
fenómeno fue frecuente en las publicaciones periódicas, precisamente por esa marcada
limitación del espacio, y No me Olvides no fue una excepción. Algunas poesías debieron
autónoma, con una cierta independencia, como muestra el membrete “Fragmentos” con el
publicación.
253
A la hora de considerar la importancia de la poesía publicada en No me Olvides y
sus aspectos más relevantes hay que tener en cuenta un factor fundamental: de las 96
fueron las más logradas de la revista. La autoría del resto de los poemas se encuentra muy
repartida entre algunos de los principales poetas de la época, entre los que destaca un
joven Ramón de Campoamor, que contribuirá con cuatro poemas, los mismos que se
atribuye Miguel de los Santos Álvarez. No menos importancia tiene la aportación de José
Zorrilla, José Joaquín de Mora y Pedro de Madrazo, cada uno con cuatro poesías
Vera colaboraron también con tres poesías de temática diversa. Caben resaltar también
las dos composiciones de José María Heredia (una de ellas su conocida “Al Niágara”),
79
También aparecerá en No me olvides una composición de José María Salas y una composición sin firma
titulada “La rosa de la playa” que podría ser autoría del también cubano Anacleto Pérez Bermúdez, si bien
no he podido confirmar este aspecto. A estas colaboraciones se añade la poesía “América”, escrita por
Jacinto de Salas y Quiroga y dedicada a las repúblicas americanas “como ligera señal de gratitud por la
hospitalidad y demás favores” que los habitantes de la Isla le dispensaron (No me Olvides 37:2-4).
254
Si tenemos en cuenta también algunas composiciones publicadas en No me
Olvides por Juan Bautista Alonso, Manuel de Assas, Serafín Estébanez Calderón “El
Solitario”, Enrique Gil y Carrasco, Antonio Ferrer del Río o Pedro Luis Gallego,
reflejar lo mejor de la poesía romántica de su época, dando cabida en sus páginas a las
aportación a la publicación fue un cuento80, “La pata de palo”, que ya había sido
reconocido como gran representante del romanticismo español estuvo ausente de una
confundirse, no obstante, con una falta de admiración por su obra. La redacción afirmaba,
con motivo de la elección de Espronceda como parte de la junta de lectura de teatros, que
el autor de “Canción del pirata” era “uno de los poetas más esclarecidos que tiene
España” y las alabanzas a las composiciones que el pacense leía en el Liceo y que Salas
80
Se le atribuye una composición anónima como veremos más adelante aunque esta autoría no parece clara.
255
capilla del Condestable” (14:4), de Pedro de Madrazo, es un ejemplo de esta
no tiene mucha relevancia en parte por su carácter fragmentado, que impide el desarrollo
del tema de la leyenda, aunque sí nos acerca a un léxico que reconstruye la herencia
medieval.
Más importancia tuvieron los romances, especialmente los de tema amoroso, que
romance sin título dedicado “A R…”, el vallisoletano narra el encuentro nocturno entre
tradicional forma métrica con octavillas agudas que contribuyen a crear el misterios
amoroso de la noche:
256
Navas Ruiz considera que el amor descrito en este romance puede aludir a situaciones
reales y lo considera “una bellísima y delicada recreación de una escena de amor junto a
la reja con reminiscencias de las canciones del alba”, en la que Zorrilla incorpora
“imágenes de gran plasticidad” (La poesía de José Zorrilla: nueva lectura histórico-crítica
58).
reminiscencias trovadorescas que, a juicio de Pilar Vega, buscan reconstruir “un pasado
coetánea española” (133). Salas combina estos elementos con el exotismo y misterio que
A Juan Eugenio Hartzenbusch pertenece otro romance de corte amoroso que tiene como
tema el origen del nombre de la flor No me Olvides, en una composición que el autor
describe como “imitación del poeta alemán Augusto Bengerbach”. El trágico final del
Y al hundirse en el abismo
Que rugiendo se lo traga,
257
El desdichado exclamó:
«Querida esposa del alma:
Para siempre de tu lado
El destino me separa;
No me olvides; ten memoria
Del que tanto te adoraba.»
Este trágico suceso,
Divulgado por la fama,
Dar hizo a la florecilla,
Origen de la desgracia,
El nombre de no me olvides,
Y no me olvides se llama. (17:7)
Será de nuevo el autor de “Los amantes de Teruel” quien escriba una de las principales
polimetría tan cara a los románticos. La leyenda, “Isabel y Gonzalo”, se publicó en dos
misterioso en la noche de la ciudad de Toledo para narrar la historia de amor entre Isabel,
258
En son de cariño,
En eco de halago:
«Adiós, Isabela;
Adiós, mi Gonzalo.»
El rey queda inmóvil,
La espada en la mano (…). (25:3)
La influencia del romancero no afectó sólo a la forma, sino que en muchos casos
sus temas fueron adaptados por los románticos a diferentes estrofas. Es de nuevo Zorrilla
granadinas»81, recupera los influjos exóticos amorosos del oriente árabe o la España
mora, como indica Navas Ruiz (La poesía de José Zorrilla: nueva lectura histórico-crítica
61), para reinventarlos en sonoras quintillas que cuentan la historia de amor entre un
81
Salas y Quiroga acababa de publicar en el número anterior un fragmento traducido de “Las Orientales”
de Víctor Hugo.
259
Pues en ti pierdo el sol hoy,
Sin tu sol no he de vivir;
Sultana: a Córdoba voy,
Que en las tinieblas que estoy,
Presto, a fe, que he de morir.
Ha prometido Mahoma
Un paraíso, una hurí...
Tú habrás de ser ángel, sí,
En esa región de aroma,
Y hemos de amarnos allí. (11:7)
Escosura bajo el título “Imitación del Cantar de los Cantares” y que presenta una
interesante métrica:
82
Marrast considera, entre otros, que esta atribución es incorrecta porque Espronceda solía firmar sus
colaboraciones y, además, no aparece en la edición de sus poesías de 1840 (Espronceda 279).
260
También cabe resaltar la composición “Fantasía”, en la que Gerónimo Morán
heroico. El trovador es imaginado como un poeta desgraciado que no podrá nunca gozar
“El Solitario”, un romancillo de corte amoroso titulado “La noche de San Juan”, que
relata el encuentro entre dos amantes envuelto en el misterio de la velada de San Juan,
recoge los sentimientos del poeta al enfrentarse con la realidad que le rodea y cuyos
temas abordamos más adelante. También encontramos algunos ejemplos de lo que Navas
261
Ruiz define como “poesía civil o social”, aquella que “se encarna en la creación de una
1837" 304). Precisamente el estudioso menciona “La muerte del bravo” de Salas y
Quiroga como ejemplo de este tipo de poesía, composición que fue publicada en El
juicio, esta composición de Salas destaca más por su tono patriótico a favor del valiente
soldado que muere por España en lo que pretende ser un poema épico (casualmente el
“Salvó a la patria que al mirar su arrojo, / Intrépidos los nuestros le siguieron…/ Era
noble y leal hasta en su enojo! Pasmados los contrarios le temieron” (No me Olvides 8:2).
infancia83, su visión como única etapa de la vida ausente de la angustia existencial del
estés / vivirás: / Porque, al despertar después, / sólo llanto y amargura /encontrarás” (No
83
Este tema se encuentra en “A mi hijo Carlos”, de Eugenio de Ochoa, “El expósito” de Pedro de Madrazo,
“Pobres niños” de Miguel de los Santos Álvarez, “A una niña recién nacida” de Sebastián López de
Cristóbal, y “Murieron” y “El Huérfano” de Salas y Quiroga, entre otros.
262
me Olvides 2:3). El miedo al paso del tiempo84, a la pérdida de aquella inocencia por
culpa del “valle de lágrimas” que es la existencia (dos topois citados por David Foster en
convierten en expresiones de la angustia romántica, que toman la forma del niño inocente
para agudizar la comparación con la gravedad de la vida adulta. Esta dolorosa evolución
consolador de la amada, que es la única que puede vencer a la muerte y salvar el alma del
poeta:
Yo por ti despertaré.-
Este tema se conjuga con la orfandad en la pluma de Salas y Quiroga y Miguel de los
Santos Álvarez. Son los poemas de ambos puros ejemplos de individualidad poética y
expresión honda del sentimiento que parecen contradecir la opinión que Jorge Urrutia
expresaba al manifestar que el yo romántico del poeta español era más retórico que
84
Este tema aparece explícitamente tratado en el poema “Es la juventud la flor”, una composición anónima
que recoge la tradición renacentista del carpe diem, y el paso inexorable del tiempo y la esencia de la
naturaleza a la que todo vuelve, expresada en la estructura del romance (No me Olvides 2:8).
85
“El individualismo es una de las características más claras del romanticismo, porque traduce las ansias de
libertad personal y la afirmación del individuo. Sin embargo, en la literatura española, aunque los poemas
263
marcó las vidas de ambos poetas y les convirtió en verdaderos románticos que se sentían
incomprendidos por el mundo, recelosos de aquellos que sí pudieron disfrutar del cariño
que no llore porque su dolor no es comparable al provocado por la pérdida de una madre:
“Eres más feliz que el huérfano / que duerme en cama suntuosa, / sin que sus labios de
rosa / cierre el beso maternal” (No me Olvides 1:8). Posteriormente dedicará un emotivo
poema a la madre muerta que intenta consolar a su hijo huérfano (“Llora! Madre
desgraciada”, 23:6).
ángeles bajados del cielo para consolar al desesperado poeta. Pedro de Madrazo, en “El
loco y la lágrima”, definirá a la amada como “el único bálsamo que el mundo / Dio a mi
dolor profundo…” (No me Olvides 7:6). La representación de la mujer como una “Doña
soledad, afirmando “Sólo vivo por ti, mujer querida” (No me Olvides 3:6). De nuevo
Pedro de Madrazo, en “Una mano” recoge la misma imagen: “Del momento postrero a la
en primera persona sean abundantísimos durante el siglo XIX, no suelen ir más allá de un origen retórico.
El eje yo › tú es el que corresponde a la lírica y, por ende, es habitual en el poema amoroso, pero el
romanticismo utiliza también el yo para situar al poeta en el mundo y para la apreciación autobiográfica"
(Urrutia 47).
86
También encontramos, no obstante, visiones más apasionadas de la mujer, como la que dibuja
Campoamor en su poema “A Don Antonio Esquivel, retratando a la hija del ministro plenipotenciario de
los Estados Unidos”, que mucho recuerda al ideal renacentista de la amada virginal pero dueña de un
“clavel, su boca, encendido” con un “carmín tan subido que se parezca a la llama”, y de senos cubiertos
“con gasa leve, /pues no sea que su nieve / prive que el alba se asome” (36:4).
264
esperanza / tendí la mano yerta: / y una mano encontré – de la bonanza / en mis ojos lució
la aureola incierta. / Tu mano era! Que llorando viste / mi amargo parecer…/ y piadosa
del cielo descendiste / al triste suelo en forma de mujer!” (No me Olvides 6:2). Este ideal
amoroso conecta con el afán de lo infinito perseguido por el poeta, una vez la emoción ha
vencido al hombre, quien se deja mecer por la felicidad de su ensueño y busca escapar de
una realidad que sabe trágica a través de la inspiración poética. Así lo expresa Eugenio de
Ochoa:
La mujer no siempre se presenta, no obstante, como una figura angelical, sino que en
alguna ocasión también toma la forma de la bella dama sin merced que rompe el corazón
del poeta, como ocurre en “Deseo”, de Fernando de la Vera. Esta visión de la mujer como
causa del dolor del poeta enlaza con el tema del desamor, que de la Vera recoge en su
Frente a esta concepción del género femenino destaca la defensa de Salas, que en “La
femenina, como ha destacado Navas Ruiz, “para terminar enfatizando su soledad” ("El
265
Uno de los poemas de amor que más ahonda en los rasgos románticos más
Román, en el que el poeta habla con su amada muerta, quien yace en el frío sepulcro,
misterioso y tétrico que tanto caracterizó al romanticismo y que tantas críticas le granjeo,
En la obra de este poeta destaca la presencia de la muerte como tema fundamental, junto
87
A pesar de que a continuación se muestran numerosos ejemplos de esta actitud pesimista ante una vida
que parece regodearse en el dolor del poeta, también encontramos en No me olvides visiones más positivas
que pretenden compensar esta negatividad, de la mano incluso de aquellos que compartían su soledad en
otras composiciones. Miguel de los Santos Álvarez así lo muestra en sus quintillas con estribillo “Si hay en
el mundo dolores, / Tampoco faltan placeres”. (35:3)
88
Para Romero Mendoza, lo extraordinario y apocalíptico, la falta de objetividad “es el punto flaco de la
crítica de Pastor Díaz: la imaginación y el sentimiento se adueñan de él, le mangonean e incluso le arrollan,
como fuerzas poderosas e incontenibles. Y claro, no hay imagen que a través de estos elementos conserve
sus dimensiones verdaderas.” (206)
266
léxico tétrico. Un tono muy parecido combinado con la necesidad de ser amado se
También Salas y Quiroga expresa esta desolación de la vida del romántico, especialmente
ansiada paz. En “Ruega por mí”, esta angustia existencial por la imposibilidad de
Por su parte, Miguel de los Santos Álvarez aúna en su romance publicado bajo el título
“Fragmento” (16:2) este dolor existencial con la inocencia de la infancia perdida, la cruel
89
Romero Mendoza también se refiere a esta composición precisamente para acusar la falta de sinceridad
del romanticismo español: “¿Fue sincero este movimiento del alma; esta inclinación morbosa de los poetas
hacia la negación o la duda, hacia la desesperación o el hastío? No dudemos en dar una respuesta negativa a
la pregunta. A los dieciséis años de edad se tienen ideas y sentimientos diferentes de los que Pastor Díaz
nos comunica en su composición primeriza El amor sin objeto” (316).
267
fortuna que todo lo cambia, el fuego que consume y destruye el alma y la dolorosa
Lo inexorable del paso del tiempo, el camino inevitable hacia la muerte, el miedo
a caer en el olvido que lleva al poeta a preguntarse dónde van las cosas pasadas e incluso
noche como metáfora romántica que trae consigo el silencio y el misterio, y que deja al
90
Cabe resaltar, como señala Ermanno Caldera, que Campoamor se contradice a sí mismo al componer este
poema y publicarlo escasas páginas después que su artículo “Acerca del estado actual de la poesía”,
analizado en el capítulo sobre crítica literaria. En aquel el poeta criticaba los convencionalismos del
lenguaje y “el uso de una adjetivación estereotipada”, escribirá Caldera. No obstante, en “Inspiración
nocturna” desde las primeras estrofas “topamos con el "brillo argentado" de una "luna melancólica" y con
una "brisa nocturna" que bate la "rubia cabellera" del poeta justamente en esa adjetivación trivial y rutinaria
que vituperara en el artículo” (Caldera "La poesía romántica vista por los románticos" 35). Esto muestra la
separación referida al principio de este capítulo que en algunas ocasiones presentaban los románticos entre
sus juicios teóricos y sus composiciones.
268
poeta despierto, desvelado, frente a un resto del mundo que duerme. En la noche se
produce la reconciliación del poeta con la naturaleza, que le reintegra en la vida hasta que
aparece representada especialmente en la flor, que se utiliza como símbolo del amor y,
sobretodo, como punto de contacto con lo infinito, lazo que invita al poeta a abandonar el
mundo terrenal, angustioso y vacio. El poeta, que se ve como enajenado social, busca
reintegrarse con la vida comunicándose con la naturaleza (Foster 3) y para ello presenta a
la flor como prototipo de la belleza y pureza necesaria para realizar esa fusión. José
Joaquín de Mora con su “No me olvides”, poema que abre el primer número de la
publicación de Salas, nos ofrece esta perspectiva, que también aparece en la composición
dedicado a un motivo de la naturaleza, a la tierna gota de rocío a la que canta Enrique Gil
y Carrasco en su conocida composición del mismo título, que había sido leída por
269
Castañeda "El Pensamiento de 1841 y los amigos de Espronceda" 339). Salas la
reproduce anteponiendo una nota en la que aclara que es la primera poesía del joven
naturaleza para todo poeta romántico: “La idea filosófica de no ver nada en la naturaleza
poema de Gil y Carrasco, que le granjeará el respeto de los literatos del momento y de la
crítica posterior, iniciando el camino para el “profundo sentido poético de la vida del ser
humano, de la historia y la naturaleza” que se perciben la poesía intimista del autor leonés
(Alonso Seoane, Ballesteros Dorado y Ubach Medina 248). En esta composición destaca
la ternura y suavidad del poeta romántico, que introspectivamente centra su mirada en las
cosas sencillas para intentar expresar los misterios de la naturaleza y canalizar sus
píe quebrado, quintillas y serventesios para crear escalas métricas crecientes que expresan
270
cariñoso. (34:4)
Olvides, aunque existen algunas excepciones como “La nube”, de Salas y Quiroga, que
presenta una amarga crítica de la nobleza decadente, de aquellos duques y barones que
Salas utiliza una alegoría en la que una terrible tormenta enviada por Dios prende fuego
al palacio del barón, en el que la más alta sociedad se divertía, y lleva sus riquezas a la
casa del pobre. Pero será en realidad José Joaquín de Mora el único que contribuya a la
presencia de la poesía satírica, con su poema “El ermitaño” (38:6) y un breve fragmento
271
de sus “Epigramas” (36:8), ambos recogidos posteriormente en su volumen de poesías de
1853.
Me gustaría mencionar, por último, algunos poemas que recogen una tradición
pesimista que caracteriza al romántico, la volatilidad del artista, del creador, que quedará
dedicada a José Zorrilla, en la que, bajo el título “Don Pedro Calderón”, narra la vida del
defiende su locura que, a juicio de Salas, es la que le convirtió en genio y la misma que
272
Desprecia al vulgo ignorante,
Y dile que tu locura
A su locura no iguale. (21:3)
las ideas que Salas había expresado en su llamada a los “cantores cristianos”. Si ya
veíamos las constantes referencias a la Virgen, ya fuera como espejo en que la amada de
se reflejaba o como guardiana del huérfano, y mencionábamos los dos fragmentos del
como el poema “Cristo, el templo y el hombre”, del mismo Salas (28:3). También Pedro
Luis Gallego retoma estas reminiscencias religiosas en forma de romance para mostrar
que el único consuelo del poeta para sobrevivir este valle de lágrimas que es la vida y
Para concluir haré una breve referencia a la métrica empleada por los poetas de
273
por sus creadores, quienes respondieron con firmeza a la ruptura exigida por el
combinada con silvas que en la mayoría de ocasiones presentan estructura y rima muy
castellana. Las quintillas y sextillas también son frecuentes y se combinan con romances,
al igual que las redondillas. Esta variedad, que permite encontrar la conjugación de hasta
cuatro formas métricas diferentes en una misma composición, responde a las inquietudes
de los románticos por romper con los moldes neoclásicos que, a su juicio, encarcelaban la
inspiración del poeta. En su defensa constante por la originalidad y sus ataques continuos
a la imitación reinventan las estrofas castellanas en una recuperación del pasado glorioso
de la poesía española. No obstante, su fallo fue convertir esta ruptura y el uso de las
escalas métricas “en fórmula manida y reiterada que no siempre respondía a las vivencias
del poeta ni era capaz de desatar la imaginación del lector” (Pedraza Jiménez 39).
274
TRABAJOS CITADOS EN ESTE CAPÍTULO:
Alonso Seoane, María José, Ana Isabel Ballesteros Dorado, y Antonio Ubach Medina.
Artículo literario y narrativa breve del Romanticismo español. Madrid: Castalia,
2004.
Caldera, Ermanno. "La poesía romántica vista por los románticos." Romanticismo 7. La
poesía romántica,. Ed. Piero Menarini. Bologna: II Capitello del Solé, 2000. 29-
36.
Espronceda, José de. Poesías líricas y fragmentos épicos. Clásicos Castalia. Ed. Robert
Marrast. Madrid: Castalia, 1984.
Foster, David. "Un índice introductorio de los tópicos de la poesía romántica: lugares
comunes en la lírica de Rivas, Espronceda, Bécquer y Zorrilla." Hispanófila 37
(1969): 1-22.
---. Miguel de los Santos Alvarez: 1818-1892: Romanticismo y poesía. Madrid: Sociedad
General Española de Librería, 1979.
Navas Ruiz, Ricardo. "El canon poético en España de 1830 a 1837." La elaboración del
canon en la literatura española del siglo XIX. Sociedad de Literatura Española
del Siglo XIX. Coloquio (2º. 1999. Barcelona). Ed. Luis [et al.] Díaz Larios.
Barcelona: Universitat, 2002. 299-312.
275
---. La poesía de José Zorrilla: nueva lectura histórico-crítica. Biblioteca románica
hispánica II, Estudios y ensayos. Madrid: Gredos, 1995.
Pedraza Jiménez, Felipe B., y Milagros Rodríguez Cáceres. Manual de literatura española
Vol. VI. Tafalla: Cénlit, 1981.
Urrutia, Jorge. Poesía española del siglo XIX. Madrid: Cátedra, 1995.
Vega Rodríguez, Pilar. " La Prensa Romántica y los Géneros Literarios." Movimientos
Literarios y Periodismo en España. Ed. María del Pilar Palomo. Madrid: Síntesis,
1997. 131-162.
276
Capítulo X. Otros Contenidos
El Grabado
Uno de los elementos que destaca a primera vista cuando ojeamos el periódico No
me Olvides son las logradas láminas ilustradas, grabadas por dos de los más reconocidos
La importancia del grabado durante el siglo XIX ha sido destacada por gran parte
de la crítica que se ha aproximado al estudio de este periodo, siendo este arte relevante no
sólo para el mundo de las artes sino también para la prensa y la literatura. Juan Carrete
Parrondo confirma esta importancia afirmando que "los cambios más significativos en la
historia del arte gráfico se producen en el transcurso del siglo XIX" (9). Las
letras en el romanticismo, asegura que la introducción del grabado en la prensa “fue una
de las innovaciones más significativas dentro de este medio” y permitió que el periódico,
277
“todavía básicamente un medio letrado”, adquiriera “realismo icónico para el lector de la
Romero Tobar extiende esta influencia al cambio que las ilustraciones, junto con
provocaron en los hábitos de los lectores de la primera mitad del siglo XIX. A su juicio,
hábitos lectores del público español alfabetizado", en gran parte gracias a "las diversas
una relación " 157). Su efecto fue especialmente importante en relación con los textos de
ficción:
extensión con los textos narrativos publicados en las páginas de la prensa. Uso
que, como práctica periodística, es de una gran novedad, pero que en su juntura
sólo comenzó, en España, de manera sistemática, en los años 1835 y1836 con la
278
aparición de El Artista y el Semanario Pintoresco Español" (Romero Tobar 159)91. Se ha
el grabado español el carácter del estilo romántico" (Gallego 349). La litografía fue, de
hecho, "la técnica gráfica de la imagen romántica", y junto a ella el siglo XIX conoció un
(Gallego 333).
Con el nuevo siglo, también se amplían las funciones que cumplía el grabado, y
nuevas técnicas como la litografía asumen la novedosa tarea "de difundir o criticar las
ideas políticas y sociales con el fin de crear estados de opinión" (Carrete Parrondo 9).
que facilitó la prensa en la primera mitad del siglo XIX. A su juicio, los grabados
cumplieron "una serie de funciones cuyos principios más básicos habían sido ya
experimentados por los enciclopedistas en el siglo XVIII”, entre los que destacaba “la
91
Esta consistente aparición de grabados en prensa no debe confundirse con una generalización de la
ilustración en todos los niveles. Carrete Parrondo afirma que la producción de estampas sueltas o “las
destinadas a adornar libros o publicaciones periódicas” no fue muy extensa y añade que, en líneas
generales, “el retrato dominó en este tipo de producción, y fue muy escasa la publicación de estampas
religiosas, ya que las necesidades devocionales las cubría por estas fechas el grabado en cobre" (113).
92
La nueva técnica de la xilografía empezó a difundirse en España a principios del siglo XIX y consistía
"en grabar un taco de madera a contrafibra con el buril propio de la talla dulce y luego estamparlo en
relieve en una prensa tipográfica”, permitiendo mayor capacidad para crear semitonos, ilusiones
volumétricas y espacios tridimensionales (Carrete Parrondo 142). Se precisaba de "una madera dura y
densa como el boj, generalmente importado de Oriente y de América", de donde deriva su nombre de
grabado al boj. Uno de sus principales beneficios es que permitía intercalar la imagen con el texto.
279
idea del «museo visual» o acumulación de objetos que forman parte del mundo cotidiano
a través de las láminas grabadas” (122). Riego afirma que las revistas pintorescas que
comienzan a aparecer en la década de los años 30 van a recoger este testigo visual, pero
de una imagen nacional. Así, aparecen en sus páginas los monumentos de España,
las obras de arte, a la vez que se muestran las invenciones que se están
Este catálogo visual contribuye "a conformar una nueva y moderna imagen del mundo,
nación, las glorias que guarda, los motivos que existen para estar orgullosos de su
ajenas a la coyuntura política del momento, presentan un catálogo ideológico mucho más
profundo por cuanto están divulgando una nueva forma colectiva de comprender la
(123).
Sin embargo, estas funciones tuvieron una presencia mucho mayor en las revistas
Bernardo Riego afirma que El Artista publicaba escenas litográficas "con la intención de
280
que se enmarcasen o se utilizasen como un objeto artístico". Su intención editorial era,
por tanto, distinta93, y al mismo tiempo implicaba la conciencia de que el público al que
se dirigía era mucho más minoritario y elitista que aquel que acostumbraba a leer revistas
xilografía. Romero Tobar ha estudiado ambas técnicas en relación con los textos de
La primera, novedosa "y con garantías de calidad en los resultados, pero de muy difícil
93
No puede entenderse la importancia de la litografía en El Artista sin atender a la importancia que esta
técnica tuvo en la familia Madrazo. José de Madrazo, padre de los jóvenes Federico y Pedro, fue el director
artístico del Real Establecimiento Litográfico de Madrid, de gran importancia especialmente durante los
últimos años del reinado de Fernando VII. A juicio de Juan Carrete Parrondo, Federico de Madrazo se
sirvió de este establecimiento para publicar El Artista, "que difícilmente hubiera podido ver la luz si su
padre no hubiera sido el director artístico de la entidad, hecho que en contrapartida explica las
servidumbres de la publicación" (111). Carrete afirma de forma crítica que la pérdida del respaldo real al
Establecimiento Litográfico de José de Madrazo fue simultánea a la desaparición de El Artista, "hecho que
prueba su dependencia y justifica su efímera vida" (112). Este rasgo lleva al estudioso del arte a concluir
que "El Artista no era fruto de una iniciativa industrial, sino en el fondo, y a través de una complicada y
deformada red de concesiones, era fruto tardío de unos planteamientos que tenían su origen en el
«despotismo ilustrado» de Cea Bermúdez, donde la necesidad de difundir la cultura se amparaba siempre
en la protección real o de la nobleza" (112). Carrete también critica el carácter restrictivo de El Artista, que
no dio cabida a otros pintores ni dibujantes destacados de la época.
281
inserción en la secuencia discursiva de los textos"; la segunda, menos costosa y "de
resultados artísticos más discutibles pese a los avances de la técnica grabadística, pero
técnica utilizada, es evidente, a juicio de Romero Tobar, que “en las publicaciones de
para su proyecto; si bien tenía también presente el fracaso de El Artista en gran parte por
el elevado coste de la técnica litográfica, así como las críticas que, en el otro extremo, el
Semanario recibió por la menor calidad y cuidado de sus xilografías. Ante esta situación,
prácticamente desaparecieran.
Cabañas, menor del que su director esperaba (135) e incluso, en algunas ocasiones, tuvo
anterior “por problemas técnicos”. Era habitual que la redacción anunciara en el número
282
técnica y su autor, lo que ayuda a ubicar las láminas de No me Olvides, puesto que los
diferentes ejemplares que se han conservado hasta nuestros días las sitúan en posiciones
diferentes. También nos sirve de orientación la referencia que la mayoría de las imágenes
grabadas hacía a algún texto incluido en el mismo número aunque, por tratarse todas ellas
y texto podían distanciarse en varias páginas, algo común en otras publicaciones, como
recoge Romero Tobar ("Relato y grabado en las revistas románticas: los inicios de una
difiere entre los diversos ejemplares originales que disponemos, se puede concluir que
fueron once los grabados que acompañaron a los 41 números de la misma. Cuatro fueron
obra de Federico de Madrazo, cinco de Calixto Ortega94, una fue anónima y otra se
atribuye a Guglielni.
Federico de Madrazo, elaborada en piedra con lápiz, pincel y rascador en tinta negra
94
Calixto Ortega era uno de los artistas en madera más destacables durante los años del romanticismo.
Antonio Gallego Gallego indica que había recibido la formación habitual en la Academia de San Fernando
y fue colaborador asiduo de publicaciones periódicas y libros de la época.
283
(Carrete Parrondo 123). A juicio de Artigas Sanz es la más digna de señalar de las
publicación, y parece indicar lo que ambos jóvenes se están diciendo el uno al otro: ¡no
referencia obvia al nombre del periódico, la estampa conecta con la poesía de José
Joaquín de Mora que da comienzo al primer número, la cual bajo el mismo título evoca la
acompañando al artículo sobre Juan Eugenio Hartzenbusch que escribió Salas y Quiroga.
El número noveno está acompañado por la primera lámina que hace referencia a
una obra de creación en prosa, ambas bajo el mismo título: “Una impresión
supersticiosa”. El texto, obra de Pedro de Madrazo, está dividido en seis secciones que
respecto a las conexiones entre grabado y artículo de costumbres, que define como
de contigüidad:
La relación habida entre los textos costumbristas y los grabados es mucho más
discurso lingüístico; en los segundos, el grabado sólo se relaciona con una parte o
secuencia del texto, ya sea en ésta descriptiva o narrativa. De modo y manera que
en el texto costumbrista la imagen puede llegar a ser sustituta del texto mientras
285
sección, describiendo el instante estático que inspira la lámina grabada por Madrazo, pero
que evoluciona más adelante a una relación de contigüidad cuando, de la imagen, surge el
relato de tono histórico que narra las relaciones de Don Luis Calderón y “una Lucrecia
Contarini” (9:3).
inversa, por tanto, quién depende de quién” (165), cuestión cuya respuesta exige un
286
análisis pormenorizado de las relaciones que presentaron los textos e imágenes de las
publicaciones del periodo, y que María Luisa Vicente Galán buscó clarificar en su
el texto que nos ocupa, hace una interesante reflexión a este respecto, advirtiendo al
lector que no debe esperar encontrar un cuento o una novela en “Una impresión
género de poesía decidido. Además, las reflexiones que aquí voy a consignar no
existían antes de ver la estampa que a este número acompaña, de manera que este
artista; y estos renglones son un nuevo pensamiento de los muchos a que da lugar
95
Vicente Galán indica que ha encontrado “algunos casos en los que existía una cierta preeminencia de la
lámina sobre la narración; que no siempre aquella precedía a ésta" (185) y que frecuentemente “era la del
dibujante la que generaba el artículo, cuento o narración; el escritor o periodista inventaba una historia a la
vista de lo que sugería la imagen”, adquiriendo así la ilustración “una entidad y personalidad propias,
además de la usual de servir de apoyatura al texto literario" (186).
287
anunciado desde el número trece, pero se retrasó debido a “un incidente imprevisto” (No
me Olvides 14:1). El texto de Madrazo es de nuevo una reflexión filosófica, en este caso
sobre la ausencia de amor verdadero en la época que le ha tocado vivir, frente a la pasión
sincera que los románticos encuentran en los amores antiguos. La reflexión surge de la
visión de la madona, Laura, que cruza una mirada enamorada con Petrarca en la lámina
288
Tras el anuncio en el número decimo séptimo del viaje de los hermanos Madrazo
José Zorrilla. La conexión que se intenta crear entre texto e imagen es puesta de
manifiesto con la frase que acompaña el poema, pidiendo que se observe la estampa que
289
Las alusiones al grabado de Ortega son constantes en el poema de Zorrilla, que
En oración reverente;
Y de nuevo al final del poema encontramos una referencia explícita a la obra grabada por
290
Tú fuiste quien la pintó,
La siguiente lámina será un retrato de Antonio Pérez, secretario de Felipe II, publicado en
el número veinticinco y también obra de Ortega. El retrato enlaza con el anuncio que de
la obra “Antonio Pérez y Felipe II” de Muñoz Maldonado se había hecho en el número
anterior y que se repitió en este mismo número, si bien la reseña crítica del drama no
anunciada en el número veintinueve, que no apareció hasta dos semanas más tarde. Su
título, “Recuerdos de un bautizo”, enlaza con el relato que escribió Sebastián López
imagen, pues esta última se relaciona únicamente con la idea del bautizo pero no con la
que el redactor hace al comienzo del escrito nos muestra que los mismos románticos a
contrario, si bien el desarrollo del texto va mucho más allá de la escena estática dibujada
por el artista.
291
Ilustración 7 "Recuerdos de un bautizo", Calixto Ortega
número treinta y seis, pero Salas se vio obligado a disculparse de nuevo con sus lectores:
“Por haberse roto la estampa que debiera acompañar al presente número no podemos
lámina de Ortega no apareció hasta el número treinta y ocho, acompañando al texto “El
retrato”, un relato firmado por L, que podría ser López Calderón. Nos encontramos con
un caso exactamente igual que el anterior: un texto de ficción que solamente se relaciona
292
con la imagen a través de un instante que refleja una de las escenas del relato, sin
presentar una relación análoga sino contigua. Se constituye, por tanto, como una de las
momento del relato que complementan" ("Relato y grabado en las revistas románticas:
los inicios de una relación " 168). La redacción, no obstante, señala de nuevo que es el
293
Las tres láminas restantes sólo aparecen en algunos de los ejemplares conservados
que formaran parte de ella, puesto que era común encuadernar más de una publicación en
un solo volumen. Su carácter artístico, por otra parte, podía llevar al coleccionista a
diferentes ubicaciones, algunas incluso coloreadas por sus dueños y situadas en lugar
preferente.
Noticias y Anuncios
Las últimas páginas de No me Olvides son las encargadas de albergar todo tipo de
crítica teatral y en la crítica literaria se ha dado cuenta de aquellas noticias que contenían
este estudio se ofrece una breve descripción de los contenidos de esta “sección de
actualidad” que, sin duda, implicaba los inicios de una intensa actividad crítica y
294
periodística entre los escritores de la época. Estas noticias aparecen frecuentemente sin
firmar, aunque pueden atribuirse a Salas y Quiroga (quien confirma su autoría en alguna
Voy a aludir aquí únicamente a dos grupos de noticias que destacaban por su
relevancia y por el espacio que se les ofreció en las páginas de la publicación. El primero
prolongó durante meses. La primera mención a este tema aparece en el sexto número, en
las antiguas. Aquí comienza la crítica principal que se lanza contra el establecimiento: el
reducido horario que ofrece y el poco acertado reparto del mismo (6:8). En la octava
Parécenos que está muy mal entendido el que este establecimiento se abra para el
precisamente las horas de más calor, y somos de opinión que convendría que la
biblioteca estuviese abierta a horas más cómodas, y más tiempo que lo está en el
día. (8:7)
Salas considera que, según las noticias que tenía, el Bibliotecario mayor (cargo con el que
295
realizar este cambio96. En el mismo número se alaba la idea del gobierno de permitir el
acceso de las mujeres a la Biblioteca, en una muestra de la defensa del género femenino
que el periódico de Salas había manifestado desde el principio: “ninguna razón hallamos
para que se excluya a las mujeres de recibir un beneficio de que han menester por lo
menos tanto como los hombres” (8:7). La falta de acatamiento de esta orden agudizará la
horario de apertura del establecimiento: “Se nos ha asegurado que efectivamente existe
una Real Orden del 1º de agosto de 1836, firmada por el Duque de Rivas, dejando a
libertad del señor Bibliotecario mayor el fijar prudencialmente las horas en que debe estar
abierto el establecimiento, con tal que el número de éstas no baje de cinco” (10:8).
hallarla debiéramos” (19:5). Salas clarifica, no obstante, que, “enemigos de cuanto pueda
fuese achacado a rencillas con una persona a quien ni de vista tenemos el honor de
96
En 1836, la Biblioteca dejó de ser propiedad de la corona y pasó a depender del Ministerio de la
Gobernación, recibiendo por primera vez el nombre de Biblioteca Nacional. El Bibliotecario Mayor durante
los años de 1834 a 1840 fue Joaquín María Patiño. Desde el 19 de julio de 1836 Bretón de los Herreros era
segundo bibliotecario y Agustín Durán, decano y contador.
296
conocer”. La crítica se extiende ya no solamente al horario, sino a la localización, a la
falta de orden en los índices de la Biblioteca y a “la confusión que en general se nota en
llamada de atención al gobierno sobre este tema, para que tenga en cuenta “que vivimos
en una época de regeneración en que es fuerza estén siempre manando las fuentes del
saber” (19:6).
negativo para los jóvenes románticos que exigían la mejora de los servicios de la
Biblioteca, puesto que “se ha negado nuestra pretensión de que la Biblioteca Nacional sea
Los deseos de la redacción parecen por fin cumplirse a finales de 1837, según se anuncia
lectores con suma satisfacción” (29:8). La última noticia que se ofreció al respecto
297
no cambiaron notablemente hasta 1896, cuando comenzó a funcionar tal y como la
conocemos hoy.
matriz de contenidos), fueron las sesiones del Liceo, reseñadas desde el inicio del
298
TRABAJOS CITADOS EN ESTE CAPÍTULO:
Alonso Seoane, María José, Ana Isabel Ballesteros Dorado, y Antonio Ubach Medina.
Artículo literario y narrativa breve del Romanticismo español. Madrid: Castalia,
2004.
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299
Tercera Parte. Conclusiones
300
La Percepción del Romanticismo en la Publicación No Me Olvides
español a través del análisis de la prensa de la primera mitad del siglo XIX, Le Gentil
romántico en España se debilitó pronto, dando paso a una corriente ecléctica que sería
estudiada poco después en mayor profundidad por Edgar Allison Peers. Fueron las ideas
de este hispanista las que iniciaron un vivo debate entre los estudiosos de la época
decimonónica durante la segunda mitad del siglo XX. Desde diversas perspectivas, se
panorama con el que se enfrenta en la actualidad todo aquel que quiera descubrir la
Una de las conclusiones del trabajo de Peers que más llamó la atención fue su
movimiento romántico era una muestra indudable del fracaso del mismo, junto con la
escasa importancia otorgada por el hispanista a las instituciones creadas por los
románticos españoles durante la década de los años 30, como el Liceo. Esta perspectiva
fue revisada por algunos estudiosos contemporáneos de Peers (y por otros críticos
301
posteriores) que se ocuparon de desechar la idea que negaba la relevancia de las
las principales publicaciones del segundo tercio del siglo XIX. Juretschke no podía estar
podría traer consigo un cambio radical en la concepción del romanticismo español y que,
debido a la breve duración de las mismas, era necesario un estudio de conjunto que
que se sucedieron durante estos años. El hispanista alemán también apuntaba la necesidad
hemos visto en este trabajo, este término englobaba un conjunto de artes que aparecen
Por otro lado, algunos autores habían reformulado la tesis de Peers desde su
publicación, por considerar que el hispanista había obviado los aspectos extraliterarios y,
dio lugar a la conocida tesis que vinculaba el romanticismo español con el liberalismo
político. Ángel del Río, Donald Shaw y más tarde Ricardo Navas Ruiz propusieron un
entendimiento del movimiento romántico español íntimamente vinculado a las ideas más
liberales, como las que había representado Espronceda o las que recogían el
302
romanticismo más exaltado venido de Francia, ejemplificadas por el Duque de Rivas en
Sin embargo, el estudio profundo de las publicaciones literarias del segundo lustro
de los años 30, especialmente las aparecidas a partir de 1837 (año que Peers consideraba
como final del “auténtico” y breve romanticismo español y el comienzo del eclecticismo)
trajo consigo una sorpresa no menos revolucionaria para la crítica del romanticismo
percepción del romanticismo español basándose en las ideas expuestas por los románticos
variantes.
Seoane han llamado la atención sobre el cambio de actitud de los jóvenes románticos que
escribieron en los años 30, reflejando la influencia de las revoluciones liberales que
marcaron la década. En un estudio de 1999, Andrew Ginger afirmaba que el periodo del
romanticismo español “did not, after all, see the triumph of either conservative or simply
political and literary thought followed a parallel path to that of mainstream French
303
Liberalism. There was a strong Progressive intellectual presence” (Political Revolution
and Literary Experiment in the Spanish Romantic Period (1830-1850) 349). Ginger
religiosity, nationhood, and of integration is an unjust one in the term of the times,
¿Esta reformulación puede significar que las conclusiones de aquellos que demostraron la
segunda mitad del siglo XIX para centrarse en revalorizar la influencia de la figura de
Böhl de Faber sobre las nuevas generaciones románticas, conectando con el moralismo
de Fernán Caballero. Aunque él mismo había reconocido que las críticas a Böhl por haber
dificultado el arraigo del romanticismo verdadero en España eran infundadas, pues él fue
304
únicamente traductor de las ideas schlegelianas, posteriormente Flitter personaliza las
ideas del romanticismo histórico en la figura del alemán afincado en Cádiz, con las
implicaciones ideológicas que esta personalización conlleva para una crítica que siempre
ha encuadrado a Böhl como reaccionario. Así, Flitter llega a referirse a los románticos de
los años 30 (especialmente a Salas y Quiroga, Pastor Díaz y Enrique Gil) como "jóvenes
críticos católicos y conservadores" que establecen un vínculo con las ideas de Böhl (236).
apriorístico que criticaba en aquellos que se acercaron al romanticismo español desde una
ideología liberal, y es este contenido ideológico el que ha generado las críticas posteriores
Esta polémica nos interesa porque la publicación No me Olvides fue uno de los
principales referentes para estas reformulaciones del romanticismo español (al igual que
ahora había sido objeto de un análisis exhaustivo que presentara sus ideas como una
totalidad.
línea del romanticismo histórico defendida por Derek Flitter, y anteriormente por Hans
Juretschke, pues recogen los preceptos que los hermanos Schlegel y Herder habían
305
época. Muy al contrario, constituyó una llamada a la acción en pos del progreso de unos
reinar en España y que ha presidido los debates sobre el romanticismo desde entonces
moderado literariamente hablando, marcado por las teorías alemanas de los hermanos
Schlegel, que reclamaban una recuperación del pasado glorioso y una revalorización del
remiten, en forma y en fondo, al pasado medieval que es exaltado por su verdad estética y
97
Hay que apuntar, no obstante, que también los exiliados que traerían a España las ideas del romanticismo
liberal y exaltado habían sido admiradores de los héroes medievales, como demuestran los estudios de
306
de la Virgen y al Dios todopoderoso dotan a los poemas de un tono más lírico, mostrando
Álvarez apela a la fe cristiana como único consuelo en el desamparo. Esta es la razón por
Este predominio de una poesía que sigue los preceptos schlegelianos no significó,
escabrosos de su obra por no responder a la misión social del poeta romántico. Más
poesía de tono angustiado que refleja el dolor existencial por la inocencia perdida, por la
camino para el triunfo del costumbrismo. La ruptura de las formas en ambos géneros
307
acusación de imitadores de la vecina Francia, recuperan los metros más tradicionales y
los temas más “españoles” para reformularlos en una iniciativa que se aproxima a lo que
y la teoría literaria, en las que se reclama una vuelta a la verdad del corazón, a las
En la crítica teatral, las ideas expresadas por Durán en su Discurso van a dominar
las opiniones de los redactores de No me Olvides. Manuel de Assas, en sus artículos sobre
Durán y Lista, quienes a su vez habían recibido la influencia de los primeros románticos
alemanes, a la hora de diferenciar el teatro nacional del clásico, pues el primero venía
Tanto en la crítica literaria como en la teatral, no cabe duda de que la idea más
traducciones de las obras de Hugo y Dumas (especialmente Anthony). Se pide respeto por
dramaturgos que no responden al papel social que debe tomar el literato. El romanticismo
308
histórico encuentra en la crítica teatral de la publicación uno de sus principales aliados,
especialmente por ser Salas y Quiroga el autor de casi todas las reseñas teatrales. La
libertad en las formas y en los temas, tan cara a los románticos exaltados, es puesta en
duda por el escritor coruñés cuando se olvida la labor mediadora del artista entre los
valores más elevados y la sociedad. Esta actitud encuentra su origen en la crisis del
teatro que se agudizará en los años 40 y que había convertido el género dramático en
Las ideas presentadas en las reseñas teatrales se conjugan con los artículos de
crítica literaria para definir un romanticismo que se opone a la exaltación de los aspectos
que sienta, al mismo tiempo, las bases para una literatura concienciada con la sociedad de
una vía intermedia que se oponía a la corriente romántica de corte liberal que había
309
aspectos positivos del romanticismo anterior e incluso la conjugación de algunos
español autóctono y consideraba que el movimiento había sido un fracaso. Sin embargo,
Flitter ha sostenido que dicha oposición al romanticismo liberal quedaba lejos de implicar
propio al movimiento literario representado por los jóvenes del segundo lustro de la
década de los años 30, que encontraba sus raíces, a juicio del hispanista, en la recepción
Faber y Mora. Flitter afirma que “ni hubo un movimiento hacia un espíritu de
eclecticismo durante estos años, ni la crítica literaria del momento constituía una reacción
literatura y las bellas artes en No me Olvides, prueba que los escritores románticos
crítica literaria demuestra que los jóvenes escritores de los años 1837 y 1838 no sólo
310
admiraban el romanticismo, sino que se consideraban sin duda alguna representantes del
romanticismo europeo, presente no sólo en las traducciones de Víctor Hugo, sino también
de románticos alemanes como Klopstock, algo que ya indicó Hans Juretschke (413). Este
generación renovadora y comprometida con la reforma moral y social del país y añade un
nuevo elemento de preocupación vital que fue recogido, sin duda, de la crisis sufrida por
Por otro lado, otros argumentos, algunos extraliterarios, traídos a colación en este
herencia romántica alemana y francesa y que buscaban ser representantes de ésta mucho
español fue únicamente un movimiento ideológico que no habría tenido lugar sin el
liberalismo político, o incluso sin los ideales conservadores. Escritores que ejercieron
entre los que destaca en este estudio Salas y Quiroga, fueron plenamente conscientes, en
único, en el que cada joven pudiera expresar su talento con independencia de su posición
literarias tenía relación también con el temor a la censura, pero la década de los treinta no
311
intención, no me cabe duda de que habrían antepuesto su responsabilidad crítica a dicho
frente al Carlismo, que era considerado un mal que atacaba a la juventud romántica98.
Negar, por tanto, que existiera romanticismo literario autóctono en España o que
98
En relación con este aspecto cabe observar la posibilidad de que el cambio en la línea editorial de No me
Olvides al comienzo de 1838 tuviera relación con el ascenso al Gobierno de los moderados, y que el
incremento de la crítica social se debiera a un desacuerdo de Salas y Quiroga con dicha ideología en los
asuntos que afectaban a la cultura y las letras. Sin embargo, esta posibilidad es contradictoria y difícil de
demostrar, puesto que Salas también había criticado al Ministro de Gobernación liberal bajo el mandato de
Calatrava (Pío Pita Pizarro primero y Pedro Antonio Acuña después) en los primeros meses de vida de la
revista, e incluso afirmará, cuando el moderado Joaquín José de Muros, Marqués de Someruelos, llegue al
312
inaprehensible para las rígidas teorías e historias literarias; quizá, como concluye Silver,
(17), quizá no tuvo las mismas consecuencias para la poesía moderna como tuvo el
francés o el inglés. Pero cualquiera de esas suposiciones no puede achacarse a una falta
con ello su verdadera esencia e incluso su existencia. Cuando, muy al contrario, según ha
literatura que nunca podría haberse alcanzado sin el esfuerzo de empresas como El
Esto no quiere decir, por otro lado, que el romanticismo que presenta No me
menos con la negación del romanticismo español por no ser un movimiento unificado
(una acusación que, por otro lado, podría ampliarse a prácticamente todos los
313
y, de acuerdo con este estudio, las propuestas que se aproximan al romanticismo literario
fuerza.
Artista en 1847.
Olvides se enfrentaron a una sociedad en crisis que estaba reinventándose desde una
todavía tenía como base una idiosincrasia tradicional y neoclásica que proponía e
imponía ideales que no podían casar con los de la vecina Francia. Como algunos
España durante la primera mitad del siglo XIX no era comparable a la de ningún otro país
y, por tanto, no se pueden aplicar los mismos criterios para entender el nacimiento de la
99
Es importante tener en cuenta la reformulación del papel de España en la formación de la modernidad
europea que diversos historiadores están llevando a cabo desde la década de 1990. Andrew Ginger recoge
las principales líneas de investigación de esta redefinición de la modernidad española, y enuncia sus
consecuencias para la concepción de la literatura decimonónica. Según estas teorías, el papel de España en
314
problemática, representada en su máxima esencia por el influjo del catolicismo en la
literatura española, aún perdurará hasta finales del siglo XIX en autores como Pardo
It was to be expected that the literati of this moment of upheaval and transition
known as Romanticism would experience conflict as they sorted out the differing
strains of thought and struggled to determine their own values and allegiances. All
were affected by the cultural revolution and all bear witness to the tensions
generated by the opposition of conservative and liberal forces - the ancien régime
was facing the onslaught of a new era that dared to challenge prejudice and to
Esta contradicción social de la España decimonónica no podía más que provocar posturas
igualmente contradictorias entre un grupo de jóvenes que anhelaba la libertad tanto o más
la formación de la modernidad ha sido subestimado bajo la idea de “fracaso”, que acompaña igualmente al
Europa, la cual cuestiona su vinculación a un único modelo de revolución liberal y a una expresión definida
de la angustia vital del hombre, hace necesaria la reconsideración del siglo XIX español (y europeo) bajo el
prisma de una modernidad definida “as a globally interconnected process, rather than as a product
peculiarly of the efforts of a culturally distinct elite group of nations" (Ginger "Spanish modernity revisited:
315
que los franceses, pero que había sido educado en la doctrina ilustrada. Es por esta razón
Ochoa, sin ir más lejos, que levantó, junto a Madrazo, el estandarte del romanticismo en
nuestra prensa literaria, fue político moderado y romántico declarado. Sus ideas literarias
están más cerca en ocasiones del romanticismo francés que del alemán y su lucha contra
La admiración por Víctor Hugo es la más señalada en No me Olvides, pero esto no puede
Quiroga admira a Hugo por la filosofía de sus obras, por el fin moral de las mismas, por
lo que él considera como intentos de “mejorar la condición humana” (25:7). Pero esta
que, a diferencia de lo que ha ocurrido en Francia, en España “por fortuna el velo del
encanto no se ha descorrido de nuestros ojos”, e incita a las bellas artes a “participar del
sentimiento moral y del pensamiento que nos anima” para adquirir mayor relevancia
316
(14:3). Los españoles no pueden ser escépticos porque la moral no ha desaparecido
conduciría al país galo al crudo realismo y naturalismo de la segunda mitad del siglo.
Pero sin duda, el caso más destacable es el del mismo Salas y Quiroga. Los datos
recogidas extensamente en este estudio, nos muestran a un escritor que defiende a capa y
declarado, llama a los jóvenes a cultivar la poesía sagrada, defiende el papel de la religión
embargo, concluir que Salas y Quiroga era ideológicamente conservador supone caer en
30 y 40. Salas y Quiroga creía en el progreso y por eso formula su teoría del
regeneracionismo. El escritor coruñés consideraba que los valores esenciales del ser
humano debían ser promovidos en todos los niveles de la sociedad y que la literatura
317
de los que critica su inacción. Por eso Salas apoya al partido progresista cuando Espartero
más que en la política, abandona este proyecto periodístico para comenzar una
partido progresista:
en las grandes teorías sociales con los hombres eminentes que piden libertad sin
los partidos, siempre del lado de la equidad, invóquenla los hombres de nuestra
Salas y Quiroga, premonitoriamente, parecía ser consciente del daño que provocaba al
avance social el bipolarismo político, por lo que reclamaba, desde el ejemplo de su nueva
revista, un espacio para la tolerancia “salvadora” frente a los radicalismos políticos: “Así
318
quizá logremos hacer deponer antiguas rivalidades que tanto dañan a la pública felicidad
y que nos apartan del día en que las opiniones descansen en las creencias más bien que en
los intereses individuales”, utilizando las artes y las letras “como medio de civilización”
Salas y Quiroga, la cual no tiene una influencia explícita en No me Olvides, nos permiten
realizar una serie de consideraciones respecto a las teorías que han identificado el
romanticismo de esta joven generación romántica como una evolución del romanticismo
presentado por Böhl de Faber. Flitter considera que el romanticismo español fue
con la introducción de las ideas de los hermanos Schlegel a través de las traducciones de
Böhl de Faber, se reafirma durante la década de los años 20 con los escritos de Durán,
Lista y Donoso Cortés para ser recuperado de nuevo, tras la llegada del romanticismo
liberal con el comienzo de la década de los años treinta, por los jóvenes escritores
último punto, que " las tendencias tanto en la crítica de ideas literarias como en el trabajo
creativo durante los años 1837-44 apuntan hacia una renovada afirmación del primer
319
inspirado por Schlegel, esbozado por Böhl y ampliamente difundido durante los
años 1820, y aquellas ideas románticas expresadas por los críticos de las décadas
siguientes" (181).
también se exhibe una clara conciencia de ruptura respecto a sus predecesores. Dicho de
otra forma, la literatura en la que Salas y Quiroga y sus compañeros creían y la que
defendían nacía del romanticismo alemán de los hermanos Schlegel, pero superaba la
preocupación social y una cierta angustia vital que era producto de la crisis que había
traído consigo la década de los 30. Alonso Seoane expresó esta idea en 1997, pocos años
generación romántica, la de los nacidos hacia 1815; a quienes coge de lleno en sus
A su juicio, había en el grupo de los mayores una clara reafirmación de los principios del
etapa). No obstante, aunque esto también ocurre en el grupo de los jóvenes (como
320
ellos, como Gil y Carrasco o Pastor Díaz, se produce un desarrollo100 que según Alonso
romanticismo schlegeliano”:
guerra civil, manifiestan su interés por resolver las dudas que les afectan
vitalmente, así como por la misión que es necesario que la literatura tenga en la
románticos, a diferencia de sus predecesores, deben pasar y pasan a la acción, a esa lucha
con la pluma y la palabra donde la espada no llega, que defendía Salas. Éste lamentará en
Rosa, Listas, etc., etc.” que “triunfan a poca costa” por no haber fomentado suficiente al
100
Flitter también observó este cambio, que combinó con el afán de regeneracionismo social defendido en
tantas ocasiones por Salas y Quiroga, pero lo interpretó como evolución natural de aquel romanticismo
conservador, sin atender a la postura progresista que Salas manifestará abiertamente en los años 40 en otras
publicaciones.
321
“verdadero y profundo literato”, al representante de la nueva literatura101 (7:8). Y es,
precisamente, esta expresión, la de nueva literatura, la que pretende mostrar los nuevos
Artista a Salas como un representante de esa nueva literatura, cuando éste había
publicado sus poesías en 1834 con un prólogo revolucionariamente romántico. Otro dato
primer lugar, el carácter generacional del romanticismo español y reafirman, por tanto, su
existencia. Pero también matizan el entendimiento del movimiento romántico como una
romanticismo cristiano que devuelva la moral a la sociedad que no encuentra su lugar tras
critican la inacción de sus predecesores y, si bien es cierto que, como afirma Flitter, Böhl
de Faber habría estado de acuerdo con la crítica literaria del segundo lustro de la década
101
El apoyo de Lista a la publicación de Salas, por otro lado, parece incondicional según los juicios
publicados en la Gaceta de Madrid sobre la misma, de la que Lista era director durante estos años (véase el
322
de los treinta, creo firmemente que no se habría salvado del ataque de estos jóvenes que
consideraban, por encima de todo, la misión social del poeta. Cabe resaltar, en este
sentido, que el cristianismo se defiende, pero se defiende por sus valores morales,
iglesia del Señor para su restablecimiento”, implicando una necesidad de revisión de sus
preceptos para adaptarse a los cambios que ha traído la época, y añade que la misma
Iglesia Católica no está exenta de culpa pues "no pocas veces el manto de la religión ha
moralista como las de Cecilia Böhl de Faber. Es más bien la toma de conciencia de la
labor social del escritor romántico para mejorar una sociedad que ha visto desmoronarse
y levantarse desde los cimientos del Antiguo Régimen con los ladrillos de la modernidad
que, en España, no podía menos que ser moral pero que, literariamente, busca llegar más
allá, más lejos que sus predecesores y este fue precisamente el reto y el logro de los
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362
Apéndice. Índice de Materias
363
LOCALIZACIÓN
GÉNERO102 TÍTULO AUTOR COMENTARIOS
NÚMERO / PÁGINA
1 Madrazo,
0 Grabado "No me olvides”
(7-V-1837) Federico de
1 Madrazo, Pedro
6-8 Poesía “El espósito”
(7-V-1837) de
1 Salas y Quiroga,
8 Poesía “A ti!..”
(7-V-1837) Jacinto de
1 Crítica teatral y
8 “Noticias teatrales”103 Redacción104
(7-V-1837) teatro
364
Parece continuación de
2 Salas y Quiroga, un relato del mismo título
1-3 Narrativa “La predicción”
(14-V-1837) Jacinto de publicado en El Artista
(Tomo II, p. 243)
López de
2 “A una niña recién
3 Poesía Cristóbal,
(14-V-1837) nacida”
Sebastián
2 Vera, Fernando
3-4 Crítica literaria “Verdadera poesía”
(14-V-1837) de la
2 Salas y Quiroga,
6-7 Poesía “Perdón!!”
(14-V-1837) Jacinto de
“Primera y última
Crónica sobre la
2 Crítica teatral y representación de María Peral, Juan del
7-8 representación de este
(14-V-1837) teatro Tudor, drama de Víctor (J. del P.)
drama
Hugo”
Sin título (“Hemos oído Reseña de D. Carlos el
2 Crítica teatral y
8 hablar con grande Redacción Hechizado de Gil y
(14-V-1837) teatro
elogio…) Zárate
Críticas sobre la poesía en
Sin título (“Es mucho el folletín de los
2
8 Crítica literaria más grato a nuestro Redacción periódicos de Barcelona,
(14-V-1837)
parecer…”) que consideran de mal
gusto y descuidada.
“Influencia de la
3 Salas y Quiroga,
1 Crítica literaria literatura en las
(21-V-1837) Jacinto de
costumbres”
365
3 Álvarez, Miguel
2-3 Poesía “Murieron!!!”
(21-V-1837) de los Santos
3 Salas y Quiroga,
6-8 Poesía “Siempre a ti!!”
(21-V-1837) Jacinto de
4 Pastor Díaz,
3-4 Poesía “Una voz”
(28-V-1837) Nicomedes
4
6-7 Poesía “A R…” Zorrilla, José
(28-V-1837)
366
4 Crítica teatral y Sobre El Page de Antonio
8 “Teatro del Príncipe” Redacción
(28-V-1837) teatro García Gutiérrez
367
37
6
Crítica de arte
(11- VI-1837) 1-2 “La Catedral de Burgos” Estanillo, Juan Artículo 2º
(Bellas Artes)
6
Madrazo, Pedro
(11- VI-1837) 2 Poesía “Una mano”
de
6
“Moralidad del Vera, Fernando
(11- VI-1837) 3 Crítica literaria
Romanticismo” de la
6 Se corrige un verso en la
Assas, Manuel
(11- VI-1837) 3-4 Poesía “Tu amor o una lágrima” última página del séptimo
de
número
6
(11- VI-1837) 4-5 Crítica literaria “Lord Byron” M. S.
6
Salas y Quiroga, Publicada anteriormente
(11- VI-1837) 6-7 Poesía “El Pecador”
Jacinto de en El Artista
6
Crítica teatral y Sin título “El sábado 3 Sobre La Corte del Buen
(11- VI-1837) 7 S.
teatro del actual se verificó…” Retiro de Escosura
6
Salas y Quiroga,
(11- VI-1837) 8 Poesía “El Huérfano”
Jacinto de
368
7
Salas y Quiroga,
(18- VI-1837) 1-2 Crítica literaria “Cantores sagrados”
Jacinto de
7
Pastor Díaz, Fechada en 1830 en
(18- VI-1837) 3 Poesía “El amor sin objeto”
Nicomedes Santiago
7
Crítica de arte Madrazo, Pedro
(18- VI-1837) 3-5 “Publicaciones artísticas”
(Bellas Artes) de
7
Salas y Quiroga,
(18- VI-1837) 5-6 Poesía “A Dios” En realidad “Adiós”
Jacinto de
7
Madrazo, Pedro
(18- VI-1837) 6-7 Poesía “El loco y la lágrima”
de
7
Crítica teatral y Salas y Quiroga,
(18- VI-1837) 7-8 “Teatros” Sobre la ópera Semiramis
teatro Jacinto de
8
“Una escena de amor en Salas y Quiroga,
(25- VI-1837) 3-5 Narrativa
un buque” Jacinto de
369
8
Ruiz de Eguilaz,
(25- VI-1837) 5-6 Poesía “A mi esposa” Fechada en 1835, Madrid
Ramón
8
Vera, Fernando
(25- VI-1837) 6-7 Poesía “Deseo”
de la
370
9 “Una impresión Madrazo, Pedro
1-4 Narrativa
(2- VII-1837) supersticiosa” de
Estébanez
9 Calderón, Firmado bajo su
5-6 Poesía “La Noche de San Juan”
(2- VII-1837) Serafín, “El pseudónimo
Solitario”
9 Crítica teatral y “Teatro de Buena Vista” Salas y Quiroga, Crónica sobre la apertura
6-7
(2- VII-1837) teatro “ Jacinto de de este teatro
9
8 Misceláneo “Música” S.
(2- VII-1837)
López de
10
1-4 Narrativa “Una cruz en Toledo” Cristóbal,
(9- VII-1837)
Sebastián
Crítica literaria /
10 “Unidad del teatro Assas, Manuel Continuación del artículo
5-6 Crítica teatral y
(9- VII-1837) griego” de del número 8
teatro
Incluye versos del Conde
10 Crítica literaria /
6-8 “Villamediana” S. de Villamediana, Juan de
(9- VII-1837) Poesía
Tassis y Peralta
371
Observaciones horas…”
11 “Carácter de la poesía
2-3 Crítica literaria M. S.
(16- VII-1837) griega”
11
7 Poesía “Oriental” Zorrilla, José Dedicado “a M…”
(16- VII-1837)
372
anunciar…”
11 Salas y Quiroga,
8 Poesía “El Malvado”
(16- VII-1837) Jacinto de
12
6-7 Poesía “La rosa de la playa” Anónimo
(23- VII-1837)
373
13
4-5 Crítica literaria “Un poeta” M.I.
(30- VII-1837)
14
5-7 Poesía “Un beso” M. Alcayde
(6- VIII-1837)
Crónica sobre la
14 Crítica teatral y
7-8 “Lucia Di Lammermoor” Redacción representación de esta
(6- VIII-1837) teatro
ópera
Noticias / Sin título “El curso de Anuncio sobre el curso
14
8 Anuncios/ derecho natural y de Redacción impartido por Salas y
(6- VIII-1837)
Observaciones gentes…” Quiroga
374
próxima se pondrá en León de Castro y Orozco
escena…”
16 Madrazo,
0 Grabado “Laura y Petrarca” Litografía de Barrionuevo
(20- VIII-1837) Federico de
16 Madrazo, Pedro
1-2 Narrativa “Laura y Petrarca”
(20- VIII-1837) de
16 Álvarez, Miguel
2-3 Poesía “Fragmento”
(20- VIII-1837) de los Santos
16 Gallego, Pedro
5-7 Narrativa “El loco!!”
(20- VIII-1837) Luis
Crónica de la
16 Crítica teatral y Salas y Quiroga,
7-8 “Fray Luis de León” representación del drama
(20- VIII-1837) teatro Jacinto de
de Castro y Orozco
375
Anuncio de la próxima
Sin título “Debe en breve
16 Crítica teatral y representación de
8 representarse un Redacción
(20- VIII-1837) teatro Antonio Pérez y Felipe II
drama…”
de Muñoz Maldonado
Respuesta a los rumores
Noticias /
17 que aseguraban que No
1 Anuncios/ “Habladurías” Redacción
(27-VIII-1837) me olvides iba a dejar de
Observaciones
publicarse
17 Salas y Quiroga,
1-3 Narrativa “Rosa”
(27-VIII-1837) Jacinto de
“No me olvides”.
17 Imitación del poeta Hartzenbusch,
7-8 Poesía
(27-VIII-1837) alemán Augusto Juan Eugenio
Bengenbach.
Noticias / Sin título “Las reuniones Sobre las reuniones en
17
8 Anuncios/ filarmónicas de casa del Redacción casa de don Ángel
(27-VIII-1837)
Observaciones distinguido…” Inzenga
Sin título “El miércoles Sobre la comedia en dos
17 Crítica teatral y
8 23 ha sido representada, Redacción actos “La Cruz de Oro”
(27-VIII-1837) teatro
por primera vez…” de Elias Aguirre
376
Noticia del regalo de un
Noticias / Sin título “Víctor Hugo
17 cuadro por parte de los
8 Anuncios/ acaba de recibir una Redacción
(27-VIII-1837) Duques de Orleans al
Observaciones prueba de aprecio…”
poeta francés
18 Salas y Quiroga,
1-2 Crítica literaria “Decir y obrar”
(3-IX-1837) Jacinto de
18 Álvarez, Miguel
3-6 Narrativa “Los jóvenes son locos” Continua en el Nº 19
(3-IX-1837) de los Santos
Sobre la composición de
Sin título “Un joven un capricho dramático y
18 Crítica teatral y
8 escritor muy acreditado Redacción la representación de dos
(3-IX-1837) teatro
acaba de componer…” obras en el Teatro de
Buena Vista
Reproducción de una
nueva versión de un
Noticias / Sin título “No es en
18 poema de Góngora
8 Anuncios/ manera alguna nuestra Redacción
(3-IX-1837) previamente insertado en
Observaciones intención provocar…”
El Observatorio
Pintoresco
19 Salas y Quiroga,
1-3 Poesía “Quince Años!” Dedicado a T
(10-IX-1837) Jacinto de
19 Álvarez, Miguel
3-5 Narrativa “Los jóvenes son locos” Continua en el Nº 20
(10-IX-1837) de los Santos
377
Robert Marrast incluye
esta composición en su
antología Poesías líricas y
19 Sin título “Aunque mi
7 Poesía Anónimo fragmentos épicos de José
(10-IX-1837) zagal pulido…”
de Espronceda pero duda
de su autoría (280).
Noticias /
19 Sin título “El 6 del actual Sobre la Academia de
8 Anuncios/ Redacción
(10-IX-1837) celebró una junta” San Isidoro
Observaciones
Sin título “La primera Sobre la representación
19 Crítica teatral y
8 representación del Redacción del drama Antonio Pérez
(10-IX-1837) teatro
drama…” y Felipe II
Respuesta a un texto
aparecido en La España
Noticias / Sin título “La casualidad sobre Fray Luis de León.
19
8 Anuncios/ ha traído a nuestras Redacción Salas pregunta si los
(10-IX-1837)
Observaciones manos…” documentos en los que se
basa dicho texto son
ciertos o apócrifos.
Sin título “La reunión
19
8 Crítica literaria tenida en la noche del Redacción
(10-IX-1837)
jueves…”
Aparece entre la segunda
20
0 Grabado “La Plegaria” Ortega, Calixto y tercera página, junto al
(17-IX-1837)
poema del mismo título
378
20
3-4 Poesía “La plegaria” Zorrilla, José
(17-IX-1837)
20 Álvarez, Miguel
4-7 Narrativa “Los jóvenes son locos”
(17-IX-1837) de los Santos
20 Crítica teatral y
7-8 “Improvisación” Anónimo
(17-IX-1837) teatro
21 Artículo de
1-2 “Historia. Los Judíos.” S. Continúa en el número 22
(24-IX-1837) historia
21 Salas y Quiroga,
3-4 Poesía “Don Pedro Calderón” A Don José Zorrilla
(24-IX-1837) Jacinto de
21 Ochoa, Eugenio
4-6 Narrativa “Yadeste”
(24-IX-1837) de
21
7 Poesía “Epigramas” O.
(24-IX-1837)
Sin título “ La
Noticias /
21 exposición de pintura de
7 Anuncios/ Redacción
(24-IX-1837) la Academia de San
Observaciones
Fernando”
379
Anuncio de la creación de
Sin título “ Anunciamos
Noticias / una cátedra de
21 con suma satisfacción el
7-8 Anuncios/ S. arqueología en el Colegio
(24-IX-1837) próximo
Observaciones de Humanidades en la
establecimiento”
calle de Fuencarral
Noticia sobre el rechazo
por parte de los
Sin título “ Dolor nos
Noticias / responsables de la
21 causa el tener que
8 Anuncios/ Redacción Biblioteca Nacional de
(24-IX-1837) manifestar a nuestros
Observaciones las peticiones de los
lectores”
redactores de No me
olvides
Noticias / Sin título “ La reunión
21
8 Anuncios/ tenido el jueves último Redacción
(24-IX-1837)
Observaciones en el Liceo”
22 Artículo de
1-2 “Historia. Los Judíos” S. Viene del número 21
(1-X-1837) historia
Traducción de un
22 “Granada. (Orientales de Salas y Quiroga,
5-7 Poesía fragmento de la obra del
(1-X-1837) Víctor Hugo)” Jacinto de
escritor francés
Disculpa por la
Noticias / Sin título “Causas imposibilidad de publicar
22
8 Anuncios/ independientes de Redacción el artículo sobre la
(1-X-1837)
Observaciones nuestra voluntad” exposición de pinturas de
la Academia de San
380
Fernando
381
José Joaquín de Mora
24 Artículo de
1-2 “Biblioteca del Serrallo” S.
(15-X-1837) historia
24 Tenorio, José
5-6 Poesía “ A mi amada” Fechado en 1837, Huelva
(15-X-1837) Manuel
382
dado” León en La España
25 Gallego, Pedro
1-2 Narrativa “El invierno”
(22-X-1837) Luis
25 Hartzenbusch,
3-5 Poesía “Isabel” Continúa en el número 26
(22-X-1837) Juan Eugenio
Traducción de una
alegoría del escritor
25 Sin título “El célebre
5-6 Crítica literaria Anónimo alemán. Continúa en el
(22-X-1837) alemán Klopstock”
número 28 y concluye el
número 29.
Reseña de la obra Las
25 Salas y Quiroga,
6-7 Crítica literaria “Víctor Hugo” voces interiores de Víctor
(22-X-1837) Jacinto de
Hugo
25 Salas y Quiroga,
7-8 Poesía “ Recuerdo”
(22-X-1837) Jacinto de
383
próximo número
26 Gallego, Pedro
1-3 Narrativa “El cuarteto”
(29-X-1837) Luis
26 Salas y Quiroga,
4-6 Poesía “La nube”
(29-X-1837) Jacinto de
384
nombramiento de
Mesonero Romanos y
Fernández de la Vega
como miembros de la
junta de teatros, aunque el
primero no aceptó.
Sin título “El miércoles Sobre el regreso a los
26 Crítica teatral y
8 ha salido por primera vez Redacción escenarios del actor Don
(29-X-1837) teatro
al teatro” Antonio Guzmán.
Sin título “Con este Artículo introductorio al
27 número da principio el Salas y Quiroga, segundo tomo en el que el
1-2 Crítica literaria
(5-XI-1837) segundo tomo del No me Jacinto de director aborda las
olvides” críticas recibidas
27 Bajo la sección
7 Poesía “ Sus labios” Tenorio, Miguel
(5-XI-1837) “Fragmentos”
Rodríguez
27 “ Inspiración de una Bajo la sección
7-8 Poesía Zapata,
(5-XI-1837) campana” “Fragmentos”
Francisco
385
encantadora”
28 “ El cuarto de dormir de
1-2 Narrativa D. B.
(12-XI-1837) una joven y bella casada”
“ Carlos II el Hechizado,
28 Crítica teatral y drama en cinco actos, por Salas y Quiroga, Extensa crónica del
6-8
(12-XI-1837) teatro Don Antonio Gil y Jacinto de drama de Gil y zárate
Zárate”
Incluye dos noticias: el
anuncio de la puesta en
Noticias /
28 escena de Clara de
8 Anuncios/ “Variedades” Redacción
(12-XI-1837) Bomberg (en realidad
Observaciones
Bárbara Blomberg) y la
publicación de la novela
386
de Martínez de la Rosa
Doña Isabel de Solís,
Reina de Granada.
Alusión a la crítica que
dicho periódico había
Sin título “ El Hablador
Noticias / hecho “a los literatos
28 que en su número siento
8 Anuncios/ Redacción franceses y españoles”,
(12-XI-1837) XVI insulta al No Me
Observaciones llamándolos “ a unos y
Olvides”
otros, buenos y malos,
animales”.
Sin título “¿Qué nombre
Noticias / daremos a ese
28 Reflexión sobre el
8 Anuncios/ desconocido poder que Redacción
(12-XI-1837) presentimiento
Observaciones hace al viajero precipitar
el paso”
Cuatro pequeños
28 fragmentos poético-
8 Misceláneo Sin título Anónimo
(12-XI-1837) filosóficos, parecidos a
proverbios.
29 Artículo de Morán,
1-3 “ El Escolasticismo”
(19-XI-1837) historia Gerónimo
“ Concluye la alegoría de
29
3-4 Crítica literaria Klopstock, empezaba en Anónimo
(19-XI-1837)
el número 25”
29 Heredia, José
4-5 Poesía “Al Niágara”
(19-XI-1837) María
387
Tres noticias: anuncio de
la publicación de un
periódico en español
Noticias / titulado Orbe Literario en
29
8 Anuncios/ “ Variedades” Redacción París; la aprobación del
(19-XI-1837)
Observaciones drama Jimena Ordóñez
por la junta de teatros, y
el posible arreglo de la
Biblioteca Nacional
“Gran función anual en
30 Masarnau,
1-2 Miscelánea la catedral de San Pablo
(26-XI-1837) Santiago de
de Londres”
“Damos cabida en
nuestro periódico al
siguiente fragmento en
favor de la melancolía
30
5-6 Narrativa “Fragmento” De la Villa, J con que su joven autor
(26-XI-1837)
descubre en él su
vehemente amor al país
donde tuvo la suerte de
nacer”
Biografías de Don Juan
30 Meléndez Valdés y Don
6-7 M;iscelánea “Apuntes biográficos” M.
(26-XI-1837) Nicolás Fernández de
Moratín
30 Diego Madrazo,
7-8 Poesía “ A mi madre”
(26-XI-1837) Santiago
388
31 “Recuerdos de un
0 Grabado Ortega, Calixto
(3-XII-1837) bautizo”
López de
31 “ Recuerdos de un
1-3 Narrativa Cristóbal,
(3-XII-1837) bautizo”
Sebastián
31 Salas y Quiroga,
3-4 Poesía “ A Él” Fechada en 1834, Madrid
(3-XII-1837) Jacinto de
López de
31 Concluye en el siguiente
4-5 Narrativa “ El expósito” Cristóbal,
(3-XII-1837) número
Sebastián
31 De La Torre,
5-6 Poesía “ Murió!!”
(3-XII-1837) José María
31 “ Mezquinas causas de
8 Narrativa S.
(3-XII-1837) grandes hechos”
32 Salas y Quiroga,
1-2 Crítica “Religión Católica”
(10-XII-1837) Jacinto de
“ A un cuadro que
representa una vista López de
32
2-3 Poesía general de Toledo Cristobal,
(10-XII-1837)
pintada por Don Genaro Sebastián
Villaamil”
389
32 “Acerca del estado actual Campoamor,
3-4 Crítica literaria
(10-XII-1837) de nuestra poesía” Ramón de
“Don Fernando el
Emplazado, drama en
32 Crítica teatral y cinco actos por D. Salas y Quiroga, Crónica sobre la
4-5
(10-XII-1837) teatro Manuel Bretón de los Jacinto de representación del drama
Herreros, representado
en el teatro del Príncipe”
32 Campoamor,
7-8 Poesía “ Inspiración nocturna”
(10-XII-1837) Ramón de
390
esencia roba al valle, allí
suspira”
33 Morán,
5-6 Poesía “ Delirio amoroso”
(17-XII-1837) Gerónimo
Biografías de Leandro
33 Fernández de Moratín,
6-7 Miscelánea “Apuntes biográficos” M.
(17-XII-1837) Esteban Manuel de
Villegas e Ignacio Luzán
Noticias / Sobre la publicación de
33
7 Anuncios/ “Variedades” Redacción las obras de Alberto
(17-XII-1837)
Observaciones Lista y José Zorrilla
Noticias / Sin título “El martes Sobre la representación
32
7-8 Anuncios/ ultimo se ejecutó por S. de la ópera Beatrice di
(10-XII-1837)
Observaciones primera vez …” Tenda
Sobre la aprobación de la
Noticias / Sin título “Ha sido
33 ópera Ipermestra por
8 Anuncios/ aprobada por unanimidad Redacción
(17-XII-1837) parte del comité de
Observaciones de votos…”
música
Sin título “ Procedente
Noticias /
33 de Barcelona, acaba de Sobre la llegada de este
8 Anuncios/ Redacción
(17-XII-1837) llegar a esta corte el Sr. tenor
Observaciones
Puig…”
Noticias /
33 Sin título “ El lunes Sobre el drama Rey
8 Anuncios/ Redacción
(17-XII-1837) próximo se ejecutará …” Monje
Observaciones
Noticias /
33 “ Poesías de Don José Anuncio publicitario
8 Anuncios/ Redacción
(17-XII-1837) Zorrilla” sobre la obra
Observaciones
391
Artículo de
34 “ Filosofía. Sociedades Donoso Cortés,
1-3 historia y
(24-XII-1837) infantes” Juan
filosofía
López de
34
5-6 Narrativa “ Una locura por otra” Cristóbal,
(24-XII-1837)
Sebastián
34 Campoamor,
6-7 Poesía “ Mis años” “A a”
(24-XII-1837) Ramón de
35
1-3 Narrativa “ Apariencias” D.B. Continúa en el número 35
(31-XII-1837)
“ Si hay en el mundo
35 Álvarez, Miguel
3-4 Poesía dolores, / Tampoco
(31-XII-1837) de los Santos
faltan placeres”
López de
35 “ Una conciencia poco
4 Narrativa Cristóbal,
(31-XII-1837) tranquila.Cuento”
Sebastián
“ Una escena del
35 Crítica teatral y Salas y Quiroga,
4-6 Leonardo, drama
(31-XII-1837) teatro Jacinto de
inédito”
35 Sin título “ Hay una edad Ferrer del Río, Precedida por la siguiente
6-7 Poesía
(31-XII-1837) en la vida / Llena de Antonio advertencia: “ Debemos
392
amor y ventura” advertir a nuestros
lectores que la siguiente
composición es la
primera de su autor”
Sobre la puesta en escena
35 Crítica teatral y de diversas obras,
7-8 “Teatros” Redacción
(31-XII-1837) teatro incluidas algunas en otras
provincias
Noticias / Sin título “El acreditado Sobre la llegada a la
35
8 Anuncios/ maestro compositor de Redacción capital el compositor de
(31-XII-1837)
Observaciones música …” música Basilio Basili
Noticias / Sin título “En el Ateneo Sobre las elecciones para
35
8 Anuncios/ se han verificado ya las Redacción el próximo año en dicha
(31-XII-1837)
Observaciones elecciones …” institución
Noticias / Anuncio publicitario del
35
8 Anuncios/ “ Anuncio” Redacción nuevo periódico El Liceo
(31-XII-1837)
Observaciones Artístico y Literario
36
2-3 Narrativa “ Apariencias” D.B. Viene del número 35
(7-I-1838)
“ A Don Antonio
Sin título “ Como Esquivel un, retratando a
36 Campoamor,
4 Poesía consiga tu celo / retratar la hija del ministro
(7-I-1838) Ramón de
con maestría” plenipotenciario de los
Estados Unidos”
“ Una aventura de
36
4-6 Narrativa Miguel Ángel en Anónimo
(7-I-1838)
Venecia”
Sin título “ En el
36 Crítica teatral y Sobre las bases orgánicas
6-7 manifiesto publicado por Redacción
(7-I-1838) teatro de la junta de teatros
la junta de lectura …”
393
Sin título “ La
36 Artículo de instrucción pública se
7-8 Anónimo
(7-I-1838) actualidad halla en un abandono
total …”
Noticias / Sin título “ Hemos oído a
36 Sobre la Academia de
8 Anuncios/ personas muy enteradas Redacción
(7-I-1838) San Fernando
Observaciones de este asunto … ”
Sobre el nombramiento
Noticias / Sin título “Han sido de Espronceda y Pedro
36
8 Anuncios/ nombrados Redacción Gorostiza como
(7-I-1838)
Observaciones individuos…” miembros de la junta de
lectura de teatros.
Noticias / Sobre los bailes que se
36 Sin título “ Prepáranse
8 Anuncios/ Redacción preparan para la
(7-I-1838) para este carnaval …”
Observaciones celebración del carnaval
394
López de
37
4-6 Narrativa “¿Quién sera?” Cristóbal,
(14-I-1838)
Sebastián
Sin título “Por más que
37 Crítica teatral y Salas y Quiroga, Crítica a la junta de
6-7 la junta de lectura de los
(14-I-1838) teatro Jacinto de lectura de teatros
teatros …”
Enviado por Antonio
Noticias / Esquivel en referencia al
37
7-8 Anuncios/ “Comunicado” Redacción poema escrito por Ramón
(14-I-1838)
Observaciones de Campoamor en el
número anterior
Noticias / Sin título “ Un suceso Sobre la necesidad de
37
8 Anuncios/ muy reciente de que Redacción mejorar la atención
(14-I-1838)
Observaciones hemos sido testigos …” médica en Madrid
Alabanza de la orden que
previene “ que se dé
Sin título “ Merece publicidad en la Gaceta
Noticias /
37 nuestros más sinceros de Madrid a los reales
8 Anuncios/ Redacción
(14-I-1838) elogios la Real Orden decretos, órdenes y
Observaciones
…” nombramientos que se
expiden por todos los
ministerios”
Noticias / Sin título “ El primer
37
8 Anuncios/ baile de mascaras del Redacción
(14-I-1838)
Observaciones teatro del Príncipe …”
Noticias /
37 Sin título “ Las reuniones
8 Anuncios/ Redacción
(14-I-1838) del Liceo …”
Observaciones
38
0 Grabado “El retrato” Ortega, Calixto
(21-I-1838)
395
Castro y Orozco, ministro
de Gracia y Justicia”
López de
38
2-4 Narrativa “ El retrato” Cristóbal,
(21-I-1838)
Sebastián
38 Salas y Quiroga,
4-5 Poesía “ La vista humana”
(21-I-1838) Jacinto de
“ Ministerio de la
38
5-6 Miscelánea gobernación de la Anónimo
(21-I-1838)
Peninsula”
38 Morán, José
6-7 Poesía “ El ermitaño”
(21-I-1838) Joaquín
38 De Mora, José
8 Miscelánea “La seguridad”
(21-I-1838) Joaquín
Sin título
Noticias /
38 “Recomendamos muy Sobre las obras José
8 Anuncios/ Redacción
(21-I-1838) particularmente a García Villalta
Observaciones
nuestros lectores …”
396
39 Viene de los numerous 35
1-2 Narrativa “ Apariencias” D.B.
(28-I-1838) un y 36
39 González Elipe,
2-3 Poesía “ El Monje”
(28-I-1838) Francisco
“Fragmento de los
recuerdos de Toledo”. Al
39 final de la composición se
6-7 Poesía “ Al Tajo” Zorrilla, José
(28-I-1838) anuncia que se concluirá
más adelante pero no fue
así.
Respuesta del conserje de
Noticias / la Academia de San
39 De Arnedo, José
7-8 Anuncios/ “ Comunicado” Fernando a la crítica
(28-I-1838) Manuel
Observaciones emitida por los redactors
del No me Olvides
Sin título “ Siendo la
39 Artículo de
8 guerra uno de los azotes Anónimo
(28-I-1838) Actualidad
más horrorosos…”
Noticias /
39 Sin título “La última
8 Anuncios/ Redacción
(28-I-1838) sesión del Liceo …”
Observaciones
Sin título “ La opera Sobre la representación
39 Crítica teatral y
8 nueva del maestro Redacción de la última ópera de este
(28-I-1838) teatro
español Saldoni …” autor
40
0 Grabado Sin título Ortega, Calixto
(4-II-1838)
397
López de
40
1-2 Narrativa “ Los duendes” Cristóbal,
(4-II-1838)
Sebastián
Sin título “Como ella
40 Campoamor,
2-3 Poesía cándida y bella / la luz
(4-II-1838) Ramón
del alba se asoma”
398
Sin título “Ha sido
Noticias /
40 presentado al congreso Alabanza de dicha
8 Anuncios/ Redacción
(4-II-1838) por el gobierno un plan medida
Observaciones
de instrucción primaria”
Sin título
Noticias /
40 “Recomendamos muy Recomendación del Liceo
8 Anuncios/ Redacción
(4-II-1838) particularmente a Artístico y Literario
Observaciones
nuestros lectores …”
López de
41 Sin título “-Mi esposo
1-3 Narrativa Cristóbal,
(11-II-1838) viene, ¿sabes, Carlos?”
Sebastián
41 Salas y Quiroga,
3-4 Poesía “ El pensamiento”
(11-II-1838) Jacinto de
Crónica sobre la
41 Crítica teatral y Gallego, Pedro
4-6 “Ipermestra” representación de dicha
(11-II-1838) teatro Luis
opera
41 Vera, Fernando
6-7 Poesía “ El paseo por la playa”
(11-II-1838) de la
Recogida en el volumen
41 Mora, José
8 Poesía “ El alcalde” de poesías de Mora,
(11-II-1838) Joaquín de
publicado en 1853
399