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L1.3. Saber y Saber Hacer Estrategias, Técnicas y Actividades
L1.3. Saber y Saber Hacer Estrategias, Técnicas y Actividades
Lectura 1.3
SABER Y SABER HACER EN CUANTO A ESTRATEGIAS, TÉCNICAS Y ACTIVIDADES
óptica, el mecanismo central por medio del cual el docente propicia el aprendizaje es lo
que se llama transferencia de responsabilidad, que se refiere al nivel de responsabilidad
para lograr una meta o propósito, el cual en un inicio se deposita casi totalmente en el
docente, quien de manera gradual va cediendo o traspasando dicha responsabilidad al
estudiante, hasta que éste logra un dominio pleno e independiente.
Se necesita integrar la educación teórica con la práctica (saber y saber hacer). Desde
el punto de vista pedagógico, hay que reconstruirlos como dos aspectos necesariamente
complementarios del mismo proceso de conocimiento (individual y social), del mismo
proceso de gestación cultural y de transformación del mundo (Lucio, 2010).
Algunas conclusiones presentes en la psicología del aprendizaje, en la pedagogía y
didáctica contemporánea es que el conocimiento se construye en y a partir de la acción. Y
no sólo el conocimiento que produce un saber práctico, sino todo conocimiento, aun el
que produce saber teórico. La acción es la que permite solucionar un problema y la
reflexión sobre la acción, en cierta manera la abstracción a partir de la acción, es el
conocimiento que produce saber y saber hacer.
Pero hay muchos tipos de acción: la real, concreta, mediante la cual transformo
físicamente el mundo; acción representada, mediante la cual reconstruyo mentalmente, o
identifico en un contexto esos procesos; acción abstracta, mediante la cual no manipulo
cosas concretas, sino objetos, conceptos abstractos, resultados a su vez cristalizados de
acciones anteriores, como cuando saco la raíz cuadrada a una cantidad; acción sobre las
cosas del mundo, o acción sobre las personas, que puede transformarse en acción social o
interacción; acción construida directamente por mí, o reconstrucción mental
(generalmente valiéndome de representaciones cifradas, tales como el texto o el relato)
de las acciones de otros, como sucede en la investigación de los procesos históricos o en la
narración.
No se trata de la acción por la acción, como si la repetición mecánica por sí sola
produjera el conocimiento. Se trata de los progresos mentales, que hay que educar, que
acompañan a dicha acción: de su reconstrucción en el pensamiento, de la construcción de
esquemas de acción aplicables posteriormente a otros objetos del mundo en donde el
automatismo será un elemento posterior que ayudará a fijar e interiorizar un esquema de
acción, una vez construido en la acción real el proceso cognitivo correspondiente; no será
entonces el punto de partida (Lucio, 2010).
A juicio de este autor el gran pecado del boom de la tecnología educativa, de la
instrucción programada, fue precisamente el de separar a la didáctica del pensamiento
pedagógico, convirtiéndola en una serie de recetas eficientes pero carentes de norte.
En ese sentido habría que distinguir también entre construcción de un saber, que es
siempre un proceso mental activo, y la simple transmisión o reproducción de información
científica o tecnológica.
Otra desviación es la de una pedagogía sin didáctica. Es tal vez la tentación más
frecuente, sobre todo cuando se atraviesan momentos cruciales de reflexión educativa y
de replanteamientos pedagógicos; es olvidarse del arte (y la ciencia) concreto de enseñar,
en la construcción del conocimiento.
El pecado de una pedagogía que prescinde de la didáctica es su diletantismo, su
incapacidad de orientar la labor diaria, concreta del docente en el aula.
Se espera por tanto que se aprenda a aprender. Este es un proceso que sigue tres
fases que se pueden superponer pero que, con fines pedagógicos, se plantean una
después de la otra:
- La primera fase es el hacer, ya sea mental o práctico. Es el proceso de acción que se
desencadena en tomo a un objetivo específico, a un problema que hay que solucionar. Es
por tanto un hacer concreto que hay que construir elemento por elemento.
- La segunda fase es la reflexión sobre el hacer, la reconstrucción mental de un proceso de
acción que lleva a construir e internalizar esquemas de acción.
Construido un esquema puedo decir que sé hacer algo, que sé solucionar determinado
tipo de problemas. El hacer se ha hecho flexible por medio de su esquema. Es el aprender
a hacer.
-Por último, la tercera fase es la reflexión sobre esa construcción de esquemas, sobre ese
aprender a hacer, que me lleva a poder construir reglas heurísticas para estar en
capacidad de solucionar otro tipo de problemas, o de encontrar por mí mismo el camino
de su solución. Es un meta saber, un saber sobre el saber, es el aprender a aprender
(Lucio, 2010).
Según César Coll, el docente deberá planificar sistemáticamente sus acciones como un
verdadero mediador, que determina con su intervención la actividad de aprendizaje y la
actividad auto estructurante del alumno (Carriego, 2000). Dándole posibilidades de poner
en juego las potencialidades máximas de su ser y su contexto a través del hacer
conceptual, el hacer discursivo y el aplicativo. Apuntando a una verdadera “experiencia
educativa” que alienta el crecimiento de la inteligencia, la curiosidad y produce
satisfacción.
El constructivismo mantiene que la actividad (física y mental), que por naturaleza
desarrolla la persona, es justamente lo que le permite desarrollarse progresivamente,
sentir y conocerse a sí mismo y a la realidad externa. Ahora bien, este proceso de
constructivismo progresivo que tiene lugar como resultado de la actividad no tiene lugar
en la nada, sino en base al medio que envuelve a la persona. La diversidad humana se
basa en la concepción interaccionista de las diferencias individuales. Desde esta
perspectiva se reconoce la exigencia de características intrínsecas a la propia persona
(determinadas posiblemente por su carga genética) y de reconocer así mismo el papel que
juega el medio (con sus mediadores familia, profesores, medios de comunicación) en las
Datos de la lectura: Material creado por la docente de la asignatura Dra. Diana Gorethy Buenfil Sierra, para uso didáctico.
La construcción fue a partir de extracción de párrafos de las fuentes que se referencian. En caso de otro uso se recomienda
acceder a las fuentes directas para la cita primaria que corresponda.
Bedoya, J (2007). Pedagogía ¿Enseñar a pensar? Reflexión filosófica sobre el proceso de enseñar. Colombia:
Ecoe.
Carriego, C. (2000). Mediación Pedagógica. Módulo 1 y 2. Buenos Aires: Fundec.
Dirección de Investigación y Desarrollo Educativo Vicerrectoría Académica, Instituto Tecnológico y de
Estudios Superiores de Monterrey (2018). http://www.sistema.itesm.mx/va/dide/inf-
doc/estrategias/
Lucio, R (2010). La construcción del saber y del saber hacer. Colombia: Revista Educación y Pedagogía
González, D., Díaz, D., y Pérez, D. (2004). Estrategia psicopedagógica para la detección de alumnos talentos
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Monereo, C., Castello, M., Clariana, M., Palma, M y Pérez, M (2000). Estrategias de enseñanza y aprendizaje.
Barcelona: Graó
Risueño, A y Motta, I (2017). Trastornos específicos del aprendizaje. Buenos Aires-Argentina: Bonum.