You are on page 1of 9

1

Lectura 1.3
SABER Y SABER HACER EN CUANTO A ESTRATEGIAS, TÉCNICAS Y ACTIVIDADES

El maestro habría que definirse como buen pedagogo en la medida en que


comprende o entiende todo el proceso (integrando sus diversos elementos y momentos).
Sin embargo, podemos pensar: ¿cómo se pretende Formar actualmente al futuro
maestro, al Licenciado por parte de las instituciones destinadas a tal tarea?: ¿Se trata de
prepararlo en los últimos desarrollos (en los más recientes estados del arte de las ciencias
de la educación, desde la Tecnología educativa a la Informática) para que salga
suficientemente capacitado según las demandas del momento actual para desempeñar su
labor?
Se pretende formarlo haciendo a un lado el mismo concepto de Formación tal
como ha sido pensado desde la modernidad en el discurso pedagógico, presentándose así
la paradoja de que se lo pretende formar deformándolo, esto es, reduciendo todo su
accionar al manejo adecuado de un saber técnico, pero sin comprometerlo -sin
concientizarlo- con su verdadero proceso formativo.
Se pretende sustentar teóricamente la tesis defendida en el sentido de que el
futuro maestro debe ser formado desde el saber pedagógico en el que debe orientar su
accionar. La pedagogía es el saber necesario, que le dé sentido a todo lo que planee,
emprenda y realice (Bedoya, 2007).
Los procesos de aprendizaje en los estudiantes se dan tanto de manera endógena,
como consecuencia de dispositivos neurofisiológicos, de manera solitaria, e igual se sitúan
en el plano de la actividad social, la experiencia compartida y con la mediación de los
otros en un momento y contexto socio cultural en particular. En el ámbito de una
institución educativa esos “otros” son, de manera sobresaliente, los docentes y los
compañeros de aula.
En este orden de ideas el docente no puede reducirse a la simple función de ser
trasmisor de información, o facilitador del aprendizaje, en el sentido de reducir su labor a
tan sólo arreglar un ambiente educativo enriqueciéndolo con la esperanza de que los
estudiantes por sí solos manifiesten una actividad auto estructurante o constructiva; todo
lo contrario, el docente debe constituirse en un organizador y mediador del encuentro del
estudiante con el conocimiento.
Se puede deducir que la función central del docente, consiste entonces, en
orientar y guiar la actividad mental constructiva de sus estudiantes, a quienes
proporcionará una ayuda pedagógica ajustada a sus competencias desarrolladas.
Para que el estudiante asimile efectivamente todo lo que el docente pretende,
éste último tiene que tener en cuenta las influencias sociales, el periodo de desarrollo en
que se encuentra el estudiante y el dominio del conocimiento involucrado. Desde esta

Doctorado en Ciencias de la Educación Dra. Diana Gorethy Buenfil Sierra.


2

óptica, el mecanismo central por medio del cual el docente propicia el aprendizaje es lo
que se llama transferencia de responsabilidad, que se refiere al nivel de responsabilidad
para lograr una meta o propósito, el cual en un inicio se deposita casi totalmente en el
docente, quien de manera gradual va cediendo o traspasando dicha responsabilidad al
estudiante, hasta que éste logra un dominio pleno e independiente.
Se necesita integrar la educación teórica con la práctica (saber y saber hacer). Desde
el punto de vista pedagógico, hay que reconstruirlos como dos aspectos necesariamente
complementarios del mismo proceso de conocimiento (individual y social), del mismo
proceso de gestación cultural y de transformación del mundo (Lucio, 2010).
Algunas conclusiones presentes en la psicología del aprendizaje, en la pedagogía y
didáctica contemporánea es que el conocimiento se construye en y a partir de la acción. Y
no sólo el conocimiento que produce un saber práctico, sino todo conocimiento, aun el
que produce saber teórico. La acción es la que permite solucionar un problema y la
reflexión sobre la acción, en cierta manera la abstracción a partir de la acción, es el
conocimiento que produce saber y saber hacer.
Pero hay muchos tipos de acción: la real, concreta, mediante la cual transformo
físicamente el mundo; acción representada, mediante la cual reconstruyo mentalmente, o
identifico en un contexto esos procesos; acción abstracta, mediante la cual no manipulo
cosas concretas, sino objetos, conceptos abstractos, resultados a su vez cristalizados de
acciones anteriores, como cuando saco la raíz cuadrada a una cantidad; acción sobre las
cosas del mundo, o acción sobre las personas, que puede transformarse en acción social o
interacción; acción construida directamente por mí, o reconstrucción mental
(generalmente valiéndome de representaciones cifradas, tales como el texto o el relato)
de las acciones de otros, como sucede en la investigación de los procesos históricos o en la
narración.
No se trata de la acción por la acción, como si la repetición mecánica por sí sola
produjera el conocimiento. Se trata de los progresos mentales, que hay que educar, que
acompañan a dicha acción: de su reconstrucción en el pensamiento, de la construcción de
esquemas de acción aplicables posteriormente a otros objetos del mundo en donde el
automatismo será un elemento posterior que ayudará a fijar e interiorizar un esquema de
acción, una vez construido en la acción real el proceso cognitivo correspondiente; no será
entonces el punto de partida (Lucio, 2010).
A juicio de este autor el gran pecado del boom de la tecnología educativa, de la
instrucción programada, fue precisamente el de separar a la didáctica del pensamiento
pedagógico, convirtiéndola en una serie de recetas eficientes pero carentes de norte.
En ese sentido habría que distinguir también entre construcción de un saber, que es
siempre un proceso mental activo, y la simple transmisión o reproducción de información
científica o tecnológica.

Doctorado en Ciencias de la Educación Dra. Diana Gorethy Buenfil Sierra.


3

Otra desviación es la de una pedagogía sin didáctica. Es tal vez la tentación más
frecuente, sobre todo cuando se atraviesan momentos cruciales de reflexión educativa y
de replanteamientos pedagógicos; es olvidarse del arte (y la ciencia) concreto de enseñar,
en la construcción del conocimiento.
El pecado de una pedagogía que prescinde de la didáctica es su diletantismo, su
incapacidad de orientar la labor diaria, concreta del docente en el aula.
Se espera por tanto que se aprenda a aprender. Este es un proceso que sigue tres
fases que se pueden superponer pero que, con fines pedagógicos, se plantean una
después de la otra:
- La primera fase es el hacer, ya sea mental o práctico. Es el proceso de acción que se
desencadena en tomo a un objetivo específico, a un problema que hay que solucionar. Es
por tanto un hacer concreto que hay que construir elemento por elemento.
- La segunda fase es la reflexión sobre el hacer, la reconstrucción mental de un proceso de
acción que lleva a construir e internalizar esquemas de acción.
Construido un esquema puedo decir que sé hacer algo, que sé solucionar determinado
tipo de problemas. El hacer se ha hecho flexible por medio de su esquema. Es el aprender
a hacer.
-Por último, la tercera fase es la reflexión sobre esa construcción de esquemas, sobre ese
aprender a hacer, que me lleva a poder construir reglas heurísticas para estar en
capacidad de solucionar otro tipo de problemas, o de encontrar por mí mismo el camino
de su solución. Es un meta saber, un saber sobre el saber, es el aprender a aprender
(Lucio, 2010).
Según César Coll, el docente deberá planificar sistemáticamente sus acciones como un
verdadero mediador, que determina con su intervención la actividad de aprendizaje y la
actividad auto estructurante del alumno (Carriego, 2000). Dándole posibilidades de poner
en juego las potencialidades máximas de su ser y su contexto a través del hacer
conceptual, el hacer discursivo y el aplicativo. Apuntando a una verdadera “experiencia
educativa” que alienta el crecimiento de la inteligencia, la curiosidad y produce
satisfacción.
El constructivismo mantiene que la actividad (física y mental), que por naturaleza
desarrolla la persona, es justamente lo que le permite desarrollarse progresivamente,
sentir y conocerse a sí mismo y a la realidad externa. Ahora bien, este proceso de
constructivismo progresivo que tiene lugar como resultado de la actividad no tiene lugar
en la nada, sino en base al medio que envuelve a la persona. La diversidad humana se
basa en la concepción interaccionista de las diferencias individuales. Desde esta
perspectiva se reconoce la exigencia de características intrínsecas a la propia persona
(determinadas posiblemente por su carga genética) y de reconocer así mismo el papel que
juega el medio (con sus mediadores familia, profesores, medios de comunicación) en las

Doctorado en Ciencias de la Educación Dra. Diana Gorethy Buenfil Sierra.


4

diferentes situaciones en que se encuentra la persona. Las diferencias individuales son el


fruto de la interacción entre las características internas y las características del medio
externo, por ello la diversidad humana solo se puede entender y tratar adecuadamente si
se consideran ambos factores en interacción.
Uno de los elementos que estimulan la interacción para la construcción del
aprendizaje son las estrategias que emplee el docente en el proceso enseñanza
aprendizaje.
Llegado a este punto vale la pena preguntar ¿El docente tiene claro que es una
estrategia, una técnica, una actividad y como se interrelacionan? Ya que, si no es así, lo
más probable es que no las emplee de manera eficiente y efectiva.
Una estrategia según G. Avanzini (1998) resulta siempre de la correlación y de la
conjunción de tres componentes, el primero, y más importante, es proporcionado por las
finalidades que caracterizan al tipo de persona, de sociedad y de cultura, que una
institución educativa se esfuerza por cumplir y alcanzar. Esto último hace referencia a la
misión de la institución.
El segundo componente procede de la manera en que percibimos la estructura lógica
de las diversas materias y sus contenidos. Se considera que los conocimientos que se
deben adquirir de cada una presentan dificultades variables. Los cursos, contenidos y
conocimientos que conforman el proceso educativo tienen influencia en la definición de la
estrategia.
El tercero es la concepción que se tiene del alumno y de su actitud con respecto al
trabajo escolar. En la definición de una estrategia es fundamental tener clara la
disposición de los alumnos al aprendizaje, su edad y, por tanto, sus posibilidades de orden
cognitivo.
Una estrategia es, en un sentido estricto, un procedimiento organizado, formalizado y
orientado a la obtención de una meta claramente establecida. Su aplicación en la práctica
diaria requiere del perfeccionamiento de procedimientos y de técnicas cuya elección
detallada y diseño son responsabilidad del docente.
La estrategia didáctica hace alusión a una planificación del proceso de enseñanza-
aprendizaje, lo anterior lleva implícito una gama de decisiones que el profesor debe
tomar, de manera consciente y reflexiva, con relación a las técnicas y actividades que
puede utilizar para llegar a las metas de su curso.
La estrategia didáctica es el conjunto de procedimientos, apoyados en técnicas de
enseñanza, que tienen por objeto llevar a buen término la acción didáctica, es decir,
alcanzar los objetivos de aprendizaje.
Finalmente, con relación al concepto de técnica, ésta es considerada como un
procedimiento didáctico que se presta a ayudar a realizar una parte del aprendizaje que se
persigue con la estrategia (DIDEV, 2018).

Doctorado en Ciencias de la Educación Dra. Diana Gorethy Buenfil Sierra.


5

Técnica didáctica es también un procedimiento lógico y con fundamento psicológico


destinado a orientar el aprendizaje del alumno, lo puntual de la técnica es que ésta incide
en un sector específico o en una fase del curso o tema que se imparte, como la
presentación al inicio del curso, el análisis de contenidos, la síntesis o la crítica del mismo.
La técnica didáctica es el recurso particular de que se vale el docente para llevar a efecto
los propósitos planeados desde la estrategia.
En su aplicación, la estrategia puede hacer uso de una serie de técnicas para conseguir
los objetivos que persigue. La técnica se limita más bien a la orientación del aprendizaje
en áreas delimitadas del curso, mientras que la estrategia abarca aspectos más generales
del curso o de un proceso de formación completo.
Las técnicas son procedimientos que buscan obtener eficazmente, a través de una
secuencia determinada de pasos o comportamientos, uno o varios productos precisos.
Determinan de manera ordenada la forma de llevar a cabo un proceso, sus pasos definen
claramente cómo ha de ser guiado el curso de las acciones para conseguir los objetivos
propuestos.
Dentro del proceso de una técnica, puede haber diferentes actividades necesarias para
la consecución de los resultados pretendidos por la técnica, estas actividades son aún más
parciales y específicas que la técnica. Pueden variar según el tipo de técnica o el tipo de
grupo con el que se trabaja. Las actividades pueden ser aisladas y estar definidas por las
necesidades de aprendizaje del grupo.
Es preciso aclarar, que casi todas las técnicas pueden asumir el papel de estrategias, al
igual que algunas estrategias pueden ser utilizadas como técnicas. Esto depende de la
intención que se tenga en el trabajo del curso y el desarrollo que desplieguen.
Por ejemplo, en un curso puede adoptarse como estrategia el aprendizaje basado en
problemas (ABP) e incluir algunas técnicas didácticas diferentes al mismo a lo largo del
curso. Pero si el ABP se emplea en la revisión de ciertos temas del contenido en
momentos específicos de un curso se puede decir que se utilizó como técnica didáctica.
Lo mismo puede decirse del debate. Si a lo largo de un curso los contenidos se
abordan con base a la experiencia de participar en debates, puede decirse que se emplea
el debate como estrategia didáctica, pero si éste se aplica sólo en algunos temas y
momentos del curso, podrá decirse que se utilizó la técnica del debate (DIDEV, 2018).
Se espera que el alumno asuma un papel diferente en su proceso de aprendizaje, esta
premisa lleva a replantearse las características de las estrategias y técnicas didácticas que
pueden ser seleccionadas. Para ser congruentes hacia donde se orienta, se espera que con
relación al alumno las estrategias y técnicas didácticas:
• Propicien que se convierta en responsable de su propio aprendizaje, que desarrolle
las habilidades de buscar, seleccionar, analizar y evaluar la información, asumiendo
un papel más activo en la construcción de su propio conocimiento.

Doctorado en Ciencias de la Educación Dra. Diana Gorethy Buenfil Sierra.


6

• Asuma un papel participativo y colaborativo en el proceso a través de actividades


que le permitan exponer e intercambiar ideas, aportaciones, opiniones y
experiencias con sus compañeros, convirtiendo así la vida del aula en un foro
abierto a la reflexión y al contraste crítico de pareceres y opiniones.
• Tome contacto con su entorno para intervenir social y profesionalmente en él, a
través de actividades como trabajar en proyectos, estudiar casos y proponer
solución a problemas.
• Se comprometa en un proceso de reflexión sobre lo que hace, cómo lo hace y qué
resultados logra, proponiendo también acciones concretas para su mejoramiento.
• Desarrolle la autonomía, el pensamiento crítico, actitudes colaborativas, destrezas
profesionales y la capacidad de autoevaluación.
El papel del profesor se diversifica haciendo sumamente importantes dos funciones
específicas, que se llevan a cabo en dos momentos diferentes:
En un primer momento:
Planear y diseñar las experiencias y actividades necesarias para la adquisición de los
aprendizajes previstos, así como definir los espacios y recursos adecuados para su logro.
Esta actividad del profesor es previa al desarrollo del curso.
Lo anterior se relaciona con el conocimiento y aplicación adecuada de criterios para la
selección de estrategias y técnicas didácticas.
En un segundo momento:
Facilitar, guiar, motivar y ayudar a los alumnos durante su proceso de aprendizaje, y
conducir permanentemente el curso hacia los objetivos propuestos.
Esto último asociado con el adecuado dominio de las estrategias y técnicas en el
momento de su aplicación en el aula y su seguimiento.
La práctica docente ha de tener en cuenta dos aspectos importantes:
El primero es el desarrollo intencional y programado de habilidades, actitudes y
valores. Para ello es necesario incorporarlos como objeto de aprendizaje en el curso y
diseñar los procesos para desarrollarlos y evaluarlos.
Cuando el profesor define las habilidades, actitudes y valores que se desarrollarán en
el curso que imparte, además de incorporarlas como objetivos de aprendizaje, deberá
seleccionar o diseñar estrategias y técnicas para facilitar la labor de aprendizaje del
alumno y evaluar su logro. Esto implica el constante replanteamiento de las estrategias y
técnicas didácticas. Es claro que, por su propia naturaleza, estos procesos facilitan el
desarrollo de habilidades tales como el autoaprendizaje, el aprendizaje colaborativo o la
búsqueda de información. Sin embargo, la intención principal en este proceso de cambio
está en estimular el desarrollo de esas habilidades de manera planeada y reflexiva.
Segundo, para lograr lo anterior es necesario que los profesores desarrollen las
habilidades requeridas por la nueva relación con el alumno y, por lo tanto, es importante

Doctorado en Ciencias de la Educación Dra. Diana Gorethy Buenfil Sierra.


7

un cambio en la concepción del proceso de enseñanza-aprendizaje. El desarrollo de


habilidades para identificar, seleccionar o diseñar la estrategia o técnica adecuada resulta
fundamental en todo este proceso (DIDEV, 2018).
El compromiso del docente en cuanto a la adecuada selección de estrategias y técnicas
didácticas guarda una estrecha relación con las características de la práctica docente.
Las estrategias y técnicas seleccionadas por los docentes deben propiciar en los
alumnos el autoaprendizaje. En la medida en que se estimula en ellos la participación en el
proceso mediante el cual se obtiene el conocimiento, esto es, cuando se promueve que
investiguen por cuenta propia, que analicen la información que han obtenido, estudien
cómo un conocimiento se relaciona con otro, sugieran conclusiones, … las estrategias y
técnicas didácticas deben ser los vehículos para lograrlo. Estos procesos permitirán el
establecimiento de una relación más activa y motivadora entre los alumnos y la temática
de cada materia.
La adecuada selección de una estrategia o técnica didáctica permite el desarrollo
intencional y programado de habilidades, actitudes y valores. Como anteriormente se
señaló.
La mayor parte de los procesos didácticos que se han señalado promueven el
desarrollo del aprendizaje colaborativo, estas actividades estimulan la generación de
grupos colaborativos entre estudiantes, ya sea de forma presencial o virtual, del mismo
campus o de otros del propio Instituto e incluso de otras instituciones nacionales o
internacionales.
La colaboración entre los alumnos para el logro del aprendizaje se ve favorecida por el
uso de una plataforma tecnológica como apoyo de los procesos didácticos. Esta
plataforma permite fortalecer los procesos didácticos y hacerlos más eficientes y de
mayor alcance.
El uso de estrategias y técnicas didácticas activas permite al docente poner en práctica
un nuevo rol: el de facilitar el aprendizaje, hacer que el alumno profundice en los
conocimientos y descubra la relevancia que éstos tienen.
El profesor, debe proporcionar a los estudiantes oportunidades, tanto de
autoaprendizaje como de aprendizaje colaborativo, seleccionando, para ello, las
estrategias y técnicas más apropiadas de acuerdo con la materia del curso.
Esto conlleva una modificación en el papel del alumno al convertirlo en un sujeto
activo que construye su conocimiento y adquiere mayor responsabilidad en todos los
elementos del proceso. Por ejemplo, en un proyecto los estudiantes definen los objetivos,
determinan las estrategias, distribuyen responsabilidades, establecen compromisos y se
autoevalúan a través de un proceso de reflexión permanente sobre lo que logran y sobre
la forma en que lo logran.

Doctorado en Ciencias de la Educación Dra. Diana Gorethy Buenfil Sierra.


8

Por lo anterior, se espera que la participación del alumno en el proceso de evaluación


de su aprendizaje, se haga de una manera responsable, que le permita desarrollar su
autonomía, su capacidad de tomar decisiones y de asumir la responsabilidad de las
consecuencias de sus actos.
Todo lo que se ha expresado lleva a esperar el replanteamiento de las actividades a
desarrollar en el salón de clase, a reflexionar sobre la mejor forma de cumplir con los
objetivos de aprendizaje planteados para el curso. El profesor se enfrenta a la necesidad
de conocer las opciones de estrategias y técnicas didácticas y a dominar los criterios para
la selección e implementación de las mismas.
Al utilizar diferentes estrategias y técnicas didácticas, el aula se transforma en un lugar
donde se realizan tres actividades de gran importancia:
• El profesor comprueba si se han adquirido los conocimientos en el nivel deseado.
• El profesor amplía la información y eleva el nivel de conceptualización para que
los conocimientos se adquieran con mayor profundidad.
• Los alumnos, mediante su interacción, desarrollan habilidades, actitudes y
valores muy importantes para la convivencia en sociedad.
Las estrategias y técnicas didácticas combinan aprendizaje y socialización. Al aplicarlas
es posible profundizar en el conocimiento y desarrollar valores de la vida social, como el
respeto a los demás, el autoconocimiento, el autocontrol, la tolerancia, etc.
El conocimiento de los conceptos fundamentales referidos a los procesos básicos que
participan en la educación, pone al docente en el lugar central en la construcción del
aprendizaje y posibilita que se adquieran estrategias para la autoeducación permanente.
Por lo tanto, no solamente es necesario saber que hacer y como hacerlo, sino sobre todo
para qué lo estamos haciendo (Risueño y Motta, 2017).

Datos de la lectura: Material creado por la docente de la asignatura Dra. Diana Gorethy Buenfil Sierra, para uso didáctico.
La construcción fue a partir de extracción de párrafos de las fuentes que se referencian. En caso de otro uso se recomienda
acceder a las fuentes directas para la cita primaria que corresponda.

Bedoya, J (2007). Pedagogía ¿Enseñar a pensar? Reflexión filosófica sobre el proceso de enseñar. Colombia:
Ecoe.
Carriego, C. (2000). Mediación Pedagógica. Módulo 1 y 2. Buenos Aires: Fundec.
Dirección de Investigación y Desarrollo Educativo Vicerrectoría Académica, Instituto Tecnológico y de
Estudios Superiores de Monterrey (2018). http://www.sistema.itesm.mx/va/dide/inf-
doc/estrategias/

Doctorado en Ciencias de la Educación Dra. Diana Gorethy Buenfil Sierra.


9

Lucio, R (2010). La construcción del saber y del saber hacer. Colombia: Revista Educación y Pedagogía
González, D., Díaz, D., y Pérez, D. (2004). Estrategia psicopedagógica para la detección de alumnos talentos
en la Facultad de Psicología de la UCLA. Documento de estudio. Santa Clara. Facultad de Psicología
de UCLA.
Monereo, C., Castello, M., Clariana, M., Palma, M y Pérez, M (2000). Estrategias de enseñanza y aprendizaje.
Barcelona: Graó
Risueño, A y Motta, I (2017). Trastornos específicos del aprendizaje. Buenos Aires-Argentina: Bonum.

Doctorado en Ciencias de la Educación Dra. Diana Gorethy Buenfil Sierra.

You might also like