You are on page 1of 33
| ' | | 3 El Mandato britanico: Colonialismo, nacionalismo y cohabitacion PERCE cee ree eee LA PALESTINA DE ALLENBY EI nucve de diciembre de 1917, el general Allenby, comandante en jefe de a Fuerza Expedicionaria Britinica en Egipto, coupé Jevusilén y ‘etableci6 un matco politico de carfcter temporal para administrar Pales- tina, el teeritorio enemigo ocupado, En septiembre de 1918 se invadi6 diseretamente el norte de Palestina y, una vez que la Sira francesa cedi6 |a Galea septentrional, en 1919, Palestina e Israel, como las conocemos hoy en dla, pasaron a formar una finica unidad geopolitica y se convis- tieron en parte integral del Lmperio britinico en Oriente Medio. Allenby se veia a si mismo como un nuevo cruzado, casi un mo- narca, que gobernaba su «reino» de modo muy similar al de otras posesiones briténicas del area, con ayuda de los arabistas de la British ‘Aaab Office de El Caizo. Siguiendo sus consejos, Allenby puso Tos cimientos de una nueva administracién en Palestina. Pocos meses des- pués de su Llegada, e) pequefio entorno de expertos se vio incremen~ tado por funcionarios de las colonias que habjan adquirido experien- cia en ba India, Africa o Egipto. Compartian una misma idea respecto a la nueva posesién briténica como pafs érabe. El general Allenby y los dos gobernadores militares que vinieron a continuacién, entre 1918 y 1920, tenian las manos atidas por el com- promiso contzaido a través de la Declaracién Balfour respecto al esta blecimiento de un hogar nacional judio en lo que para ellos era un pais arabe, Aunque es posible que algunos fincionarios més veteranos (© mis jovenes de la administracién tuviesen sus reservas, su opinién personal no se tuvo en cuenta, Eran fimncionarios al servicio de una politica formualada en los pasillos del centro de poder de Londres. En lh administraci6n britinica local habia también un grupo de funciona- tios que simapatizaban con el sionismo y que contribuyeron a promo- vers cause, Ye fvesen gobernadores militares o funcionatios colonia 13 Historia de la Palestina mederna les, prodrabes © projudies, en cualquiera de los casos, tos britinicas estaban al servicio de los intereses britinicos en Palestina, Esto no s6lo se interpret conforme a los acontecimientos de Oriente Medio, sino ‘que respondia a una estrategia britinica global. La Palestina de Allenby estaba maltrecha, su paisaje lleno de cica trices a causa de la guerra, especialmente en las zonas costeras. Casi tuna tercera parte del territorio seguia estando densamente cultivada, otro tercio era espacio urbano y lo demis una mezcla de desierto, pequefias reservas naturales y lo que en un tiempo, antes de que fuesen devastadas por la maquinaria bélica turca, habjan sido florecientes reas de bosque. Los nuevos gobernantes clasificaron a Jos 800.000 habitan- tes conforme a su filiacién religiosa: 650.000 musulmanes, 80.000 ctistianos y 60.000 judios, incluyendo a los veteranos del nalle judio y alos colones sionistas La consecuencia inmediata de la guerca fixe la desaparicién de la bburocracia y Iz lengua turcas, como si los otomanos jamés bubiesen dominado el territorio, Para los nuevos ocupantes, la elite urbana rmusulmana ostentaba el liderazgo del pais. La poblacién de Palestina habia pagado un precio muy elevado por la decision europea de utii- zar su tertitorio como escenario de guerra. Casi 40.000 musulrmanes, mis de 10.000 cristianos y mas de 10.000 judios habfan muerto a manos de la tiranfa, las armas, el hambre y las enfermedades. Las frias estadisticas hablan de cuna caida demogréfica del 6 por 100s! Como bajo los otomanos, en esta Palestina la mayor parte de la poblacién eran campesinos que vivian en, aproximadamente, unas mil aldeas, donde las casas seguian construyéndose, al igual que en los siglos precedentes, con los materiales de que disponian: piedra de las colinas, barro, arcila y paja de las Hanuras, Habla un cierto caricter simbélico en los materiales elegidos para la construccién; las casas de piecra de las colinas resistierom a la ola destructiva de la guerra, mien- tras las de arcilla de la costa fueron arrasadas. No todo el mundo se dedicaba al cultivo de las tierras en la Palestina rural. Un 15 por 100 de la comunidad vivia indirectamente de la produccién agricola (mer caderes, muletos, intermediarios, etcétera). Todos competian entre si, ¥ con los colonos sionistas, por el agua. Pocos agricultores utilizaban Ia irrigacién; el 90 por 100 de ellos dependian de la lluvia 0, con dis MeCarthy (1988), p 26 14 “= sa pice El Mandate britdnico sintos grados de eficacia, de los rios y manantiales, por entonces con- taminados. Los que efectivamente recurrian a ella, empleaban técnicas vmodernas de irtigacién, gracias a las cuales cultivaban citticos © pro- (ducian vegetales y frutas para su posterior venta Ta capacidad humana para recomenzat la vida una vez que los vientos de Ja guerra hubieron amainado fue visible por doquier, Durante el Mandato britinico se siguieron las mismas pautas que tabian determinado la economia rural en el tltimo petiodo de domi- rio otomano. La inyecciOn de capital en el mercado agricola se inten sified. Ahora se cultivaban en todas partes trigo, sésamo y sorgo, cempobreciéndose la variedad y la paleta de colores de los campos. ‘Las aldeat siguieron siendo para sus habitantes lugares seguros. También gozaban de autonomia porque Is intervencion britinica tardé en ponerse en marcha y se limité a ciertos aspectos de la vida. En Gran Bretaiia habia dos escnelas de pensamiento que se ocupaban de definir cuinto y cémo debia gobernar Londres 2 las colonias: una ‘més generosa, que prevalecié en los primeros afios del gobierno brité rico, y otra més austera, que dominaria ls politica posterior. La pri- mera estrategia presuponia que los britinicos permanecerian durante mucho tiempo en Palestina y se cita eufemisticamente en la docu mentacién como el cenfoque del commonwealtln, Partia de la idea de aque era preciso invertir en la creacién de inffaestructuras locales de ‘modo que la autonomia econémica resultase beneficiosa para coloni- adores y colonizados. Sobre el terreno, la alternativa entre inversiones, esto es, interven- cién y autonornfa, no era tan clara, En las primeras fases, el gobierno {queria seguir el ejemplo de la India, permitiendo la autonomia de las aldeas conforme a su jerarquia y costumbres tradicionales. Pero una imezcla de indluencias adicionales, especialmente por parte de los fun- tionarios procedentes de Egipto, donde el colonialismo britinico se habia embarcado mucho més en el desarrollo de infiaestructuras, hizo al gobierno del Mandato mis intervencionista de lo que éste habia pretendido o declarado en un principio. Pese a la autonomia teérica, a finales de In primera década de go- bierno briténico habia un nivel mayor de intervencién colonial. Los britinicos intentaron influir en la politica agricola local, en la infiaes- -ASAF (1970, p. 201 (en bebreo). 115 Historia de la Palestina moderna ‘muctura educativa, los servicios médicos y la orientacién politica, B] objetivo claro era una modernizacién limitada: mejoras en la vida rural con ayuda de la tradicién local existente para evitar el peligroso salto hacia adelante que habia dado lugar al nacionalismo antibritinicg en Egipto y la India, De modo parecido, se promovié la difusién de colegios de ensefianza primaria, aunque no se consideraba necesario fomentar la seoundaria y desde luego no la universitaria, Los funcio~ narios coloniales permitieron asi pues tan sélo un lento proceso de cambio, lo que dio lugar a una economia rural incapaz de enfrentarse ala competencia econémica del mercado judio. Por encima de todo, los funicionarios deseaban que los aldeanos se quedasen en el Ambito rural y esperaban que la agricultues tradicional harfa que asf fuese, Se estimaba que un gran proceso de urbanizacién del tettitorio desataria un peligroso proceso incontrolable, Se dejé a la elite social local intacta, aunque subordinada a los funciorarios brit nhicos, que mediarian entre las aldeas y el gobierno, La politica educativa britinica ilustra lo dicho. Bajo supervisién gobernamental, proporcioné un sistema educativo al medio rural. Se hizo especial hincapié en la preparacién de los docentes. En Jerusalén abrieron sus puertas dos centros universitarios nuevos para docentes, Se cerré el colegio sultaniyya y se teansfii a las dos universidades nuevas el equipamiento alemin, orgullo de Jamal Pasha. También se emprendié Ia educacion femenina y a mayor escala que en época de Ismai’l al-Husseini’. En un afio pudieron verse los resuludos. Cada aldea y cada ciudad disponian de una escuela elemental, y cada aldea recibia 30 libras siempre que pusiera una suma parecida pura la aper~ tura de nuevas escuelas, Sélo en 1919 se inauguraron cincuenta y dos escuelas en la Palestina rural’ ‘Cuando legé la administracién civil, el sistema educative qued6 a cargo de Humphry Bowman, la quintaesencia del educador del petiodo colonial. Como en la India y en Egipto, donde habia desemn- pefado anteriormente idéntica fimcién, veia a los palestines como un pueblo primitiva, iletcado y, sobre todo, demasiado pobre para poder * Gowienne Oe Paxssrina, Departamento de Educacién, Note om Earn fs Platine, 1920-1928, p. 4 (informe ea microfilm en ls biblioteca de a Universidad de Hai) “Tibawi (1956). pp. 24-25, Lis El Mandaro briténico Figura 3. El colegio univesstario femenino de Jersslén, 1920. costear su educacién. Con todo, su punto de vista transmitia algo mis que menosprecio y desdén. Deseaba sinceramente lograc avances y de hecho mejor6 el sistema educativo local. En 1920 abrié un colegio universitario adicional para docentes en Ramala y, en 1931, en Tal Karem, uno agricola, el Kedourie College (que no se debe confundir con el Colegio Kedourie judio, sobre la ladera del monte Tabor, una especie de escuela preparatoria para la siguiente genetacion de lideres sionistas, como Yigal Alon y Yitzhak Rabin). La idea de Bowman era como para gestionar su propio sistema § educative. El alto nivel de autofinanciacién también contribuyé a comvencer a Bowwian de que las cosas debfan seguir como estaban. Bl mionto que los judios conseguian en el exterior para educacion igua- laba a la cantidad destinada por el gobierno. El gesto mids sorprendente por parte del gobierno fue el nombramiento de varios sionistas para que formasen parte del directorio general de educacién, responsable sélo de los colegios piblicos palestinos, esto ¢s, los del gobierno”. En la década de 1930 el sistema estaba plenamente operative. El parlamento de la comunidad judia, el Vaad Leumi, contaba con un departamento de educacién supervisado superficialmente por el gobierno. Tenia algunos colegios privados, pero la mayor parte eran lo que se podria denominar colegios piblicos, divididos en tres grandes corrientes ideoldgicas: la cortiente ortodoxa, la de formacién profe- sional en agricultura y la nacional, Casi la mitad de los alumnos esta- ban en la tercera corriente, mientras el resto estaban divididos a partes iguales entre las otras dos. El esfiwerzo educativo eta especialmente impresionante por la amplitad de st enfoque. La educacin preescolar se convittié en un instrumtento importante de adoctrinamiento, en primer lugar para ensefiar hebreo, que naturalmente no era la Lengua © Gomteune ne PALESTINE, Rito te Hl Consisionern He Adnan of eve, 1920-1925. 22 de abril 1928. pp. Ue wee tambaen Haron (1950), pe 7 : aie (1945); Sexe (20), pp. 317-319 ws { El Maudatobritinice + materna de los nifios, y a continuacién para inculear en las mentes y corazones de los veteranos y de los recién legados por igual la nueva version de Ia historia del pais. En una época en que la educacién no era obligatoria 0 universal en ninguna parte del mundo, casi todos los nifios de la comunidad sionista estaban escolarizados. ‘Otsos Ambitos en los que la comunidad judia logré una semiinde- pendencia fueron los sistemas sanitario y judicial. Los servicios sanita- ios se gestionaron primero como un servicio voluntario, a cargo de la organizacién de las mujeres judias americanas, Hadassa, pero pronto recibievon financiacién publica”. Se crearon tribunales independientes pata ocuparse de los asuntos de la comunidad local conforme, entre otras Fuentes, a la ley hebraica (biblica y talmiidica). Se sumaban asi a fos tribunales religiosos, que como Jos musulmanes y los eristianos, s¢ cocupaban de! matrimonio y otros aspectos de la vida religiosa”. Los sionistas tardaron mucho tiempo en crear nuevas esteuctiras cen Palestina para afrontar un capitulo crucial, la economia. Avanzada ta década de 1930, la poblacién indigena palestina y los recién llegados compartian una economia, un gobierno y un medio social. Esto cam- bi6 gradualmente descle 1936 y abruptamente desde 1948, Los lideres politicos sionistas construyeron una nueva sociedad 2 we vés del contro! del fljo migratorio de los «nuevos judlioss, para lo que crearon una organizacién eficiente y centralizada. El primer paso signifi- cativo en esta direccién fe etirar cualquier capacidad de intervencién en los asuntos juidios palestinos a las organizaciones sionistas de fuera de Palestina. En 1929, el sgobierno» de la comunidad local, Agencia Juda de Jerusilén, ditigia le politica sionista, El ejecutivo de la Agencia Judia estaba compuesto por sionistas y no sionistas (en su mayoria judios oxto- doxos y representantes de las organizaciones globales no sionistas, pero no ‘opuestas al sionismo). La presidencia era un cargo nominal, y Chaim Weiemann, que acabé por ser el primer presidente de Israel, ocup6 el cargo durante la mayor parte del Mandato. La presidencia del ejecutivo cortespondid a David Ben-Gurion, futuro primer ministeo de Iscael. La segunda jefatura Ja desernp ba el responsable del departamento poli- fico, el departamento de Asuntos Exteriores de la Agencia. De él se cncargé Chaim Adlosaroff hasta que fue asesinado por extremistas judios ™ CoMire ANGLOANMERICAR De INVESTIGACIGN (1991), vo. 2, p. GUL > R, Suan 00}. Historia de fo Palestina moderia en 1933. Le sucedié Moshe Chertock (que desde 1948 adopré el nombre de Sharett), primer ministro de Asuntos Exteriores del Estado de Israel Muchos miembros del ejecutivo ocuparon un catgo ministerial en ef pri mer gobierno, garantizando ast una transici6n sin contratierapos entre fy conuunidad y la creacién de un Estado en 1948; en térmiinos esrictos, er tun Estado dentro del Estado que logré reconocimiento oficial en 1948, Cuatro interpretaciones ideolégicas competian por el control y ¢) liderazgo. La mis poderosa era e] movimiento laborista, seguido por el Hashomer Hazair, de tendencia més socialista, ef movimiento nacio. nalista celigioss mizrahi y, inalmente, los revisionistas de In. derecha, Hasta 1992 buena parte de la politica israeli estuvo tefiida por estas cuatro ideologias. Su influencia en los distintos organisms dependié del resultado de las elecciones democriticas, las maquinaciones polit- cas y las manipulaciones personales, [Los notables nacionalistas y los lideves sionistas tenian algo en comin: hacian y escribian su propia historia. Forjaron una version de la historia del pueblo de Palestina que encajaba con el programa de sus respectivas elites. La influencia de estos dos puntos de vista contradic- torios se hizo cada vez més perceptible entre 1882 y le Guetta de 1948, y todavia domtina el enfoque historiogrifico de las comunidades israeli y palestina. En el dmbito politico, cada dia trafa consigo un nuevo drama que afectaba sobre todo a un pequefio niimeto de perso- nas, pero se traducia a la lengua escrita en forma de calamidades 0 vie- torias colectivas. EL PUNTO DE CONVERGENCIA ENTRE LA POLITICA Y LA SOCIEDAD: EL HITO DE 1929 En 1928, los britinicos se dieron cuenta de que construir un Estado moderno en Palestina era una tarea imposible dado el permanente con- flicto entre bas dos elites politicas. Concentraton entonces sus esfterzos cen buscar vias mediante las que gobernar inditectamente mints inten~ taban poner freno al creciente enfientamiento. E] intento briténico para soslayar Ja cuesti6n de la «soluciéne ¢ inducir a las dos comunidades & cenuarse enh construccién conjunta de un protectorado britinico fia- cas6 por diversos motives. Uno de ellos fue el endurecimiento de la politica sionisea, La postura indlesible de a Agencia judia eva directa- | | i EI Mandate briténico ments rlacionada con la posicin dominante que acibaba de adquire Ma ios eculossionistas, Por su pate los lideres palestnos se encontraron fenie 2 un electorado poco dixpuesto 2 colaborar con los britinicos. Mientas lis ptioridades de ls sionistas eran la centralizacim y la conso~ Jjduién, los notables palestinos s© vieron obligados a prestar ms aten~ yon ales sectores desfavorecidos de su comunidad, De esta manera des- Abvieron el potencial explosivo que tenian I privaciGn econémaica y la essperacion politica, que se unian para exeas, por Io que a la elite se fefera, un movimiento de protesta incontrolable, Amin al-Hiseini se Mio envuelto en este torbellino, al principio para observarlo, después para Jancionatlo ¥, fnalmente, para instigat mayoresalborotos y acciones com tals colonos judios y los asentamientos. Formé su propio movimiento de jovenes paramilitares, que instignba a Ja violencia expecialmente en ls Gudades densamente poblades, donde los judios y los arabes vivian en peligosa proximidad, como en los vgjos bartios de Jerusalén, Safad y Hebron, A estos jovenes se les unirfan mas adelante los habitantes de los suburbios mas pobres, creando un clima de inquietud que culminaria en Ja revuelta general contra el Miandato de 1936. Ta politica palestina no s6lo era resultado de a pobreza, sino también deta relgi6n, especialmente en Jerusalén. La naturaleza religiosa del lide~ razgp del propio al-Hlusseini, como misximo dignatario religioso del pais, Coys autoridad emanaba de una genealogia hierosolimitana, hizo que muchos palestinos volviesen la mirada hacia la actividad que desplegaben tos sionistas en Ja ciudad. En 1929, cuando algunas acciones esporidicas de violencia en torno a los santos Ingares de Jerusalén se convirtieron en dls enteros de distutbics, al-Hiusseini ge enconté desprevenido, Habla rnotado el aumento de la tension en Jerusalén en 1928, cuando se ifrnaio ta sospecha de que Jos judios querfan ampliar el frea del Muro de les Lamentaciones en detrimento del hugar mas sagrado para el islam en Jeru- caén, Haram alSharif, cl emplazamiento de Ia mezquita de al-Aqss. ‘Al-Husseini esperaba ejercer el control mediante la creacion, en 1928, de tm comité en defensa de Jerusalén que debia contrarrestar los intentos de construir ali el terver templo. ‘Paradéjicamente, al-Hiusseini perdié el control debido a que el spectro de los palestines que confiaban en él era mayor de los que habjan confiado en cualquier omo miembro de su familia, Tradicio~ halmente los a’ayan' valoraban la ambigtiedad y ln cautela como los cen siempo de tribulacién rejores medios para dirigira su conan 197 * Historia de la Paesins moderna En 1928 implicaba lamar simultineamente a la defensa de Jerusalén ¢ impedir cualquier accién directa sobre el terreno, Pero a las masas palestinas les parecié que esta clase de nacionalismo era imposible. ‘Vivian cerca de los santos lugares y veian a un nimero sin precedentes de judios rezando, lo que interpretaban como parte de un gran plan para sdesislamizar» Palestina. En 1929, un incidente de menor enver- gadura relativo a la organizacién de las oraciones en el Muro de las Lamentaciones, el muro occidental del ftaram, hizo estallar la violen- ia, que pronto se extendié a toda Palestina. En total murieron 300 judios y un niimero similar de palestinos. Fl desbordamiento de la violencia desde Jerusalén hasta el campo y el resco de las ciudades no respondia a un plan coordinado por parte de los lideres. Comenzé mis bien con la acci6n de palestinos desarrai- gados que habian perdido su base agricola por varias razones, que / inclufan la capitalizacién de las cosechas y la compra de tierras por parte de los judios. Estos antiguos campesinos vivian en las zonas mar- ginales de las ciudades, desde donde participaron en lo que era su pri- meta accién politica, y ademas violenta. Sus pésimas condiciones de vida no se debian al sionismo, pero fae ficil vincular la actividad sio- nista en Jerusalén con Ja compra de tierras © con la agresiva politica segregacionista que reinaba en el mercado de trabajo" Los lideres judios habian conseguido concesiones en industrias claves, como los fosfitos y la electricidad. Los palestinos con mayor formacién e interesados por la politica se dieron cuenta de la impor- tancia de esta intervencién, Es ficil entonces comprender cémo se hizo para presentarla ante los sectores mas pobres y desafortunados como parte de un gran plan infiel, como una amenaza colonialist ante la que s6lo cabia la violencia como respuesta. Retrospectiva- mente, no era una valoracién inexacta”, El ejétcito britinico tardé en responder a los desérdenes. A excep- SweDEnDURe (1995), 150 El Manidato briténica - Gadades y las zonas costers, donde vivian la mayor parte de los juios, » Gente a Galilea y las montabas, donde vivian los palestinos. La principal onsecuencia fue Ia emigracién a los centros urbanos de Palestina. El trecientefujo de campesinos que migraban a as ciudades eomenz6 con Jn depresin econdmica de mediados de la década de 1920, pero alcancé su cenit en 10s afios que siguieron a los acontecimivatos de 1929. La snignciéa no era fa primera opcién, ni siquiera para aquellos que acontraban dificil vivir de fa tierra, Muchos campesinos trataron de Srrendar sus tierras antes de abandonar totalmente la agricultura. EI sis- tema de arrendaniientos era complejo y dependia de los acuerdos expeci- foos 2 que llegasen el acrendador o el wakil, el agente que representaba al propietario que no vivia en sus tiertas y el arrendatario. Hl arrenda~ mint abandon slo ese I dees de stuaion eeonbmice s antiguos campesinos, que ya no eran arrendatatios, se convirtieron ea pkeado tra elfcendo wo ere de a,x 0. tngjor postor. Recibieron el nombre de harath, y su nimero aunientd regularmente hacia 1936. El frecuente desemipleo también influ comportamiento politico, erritico y ficilmente manipulable para cual- guiera que offeciese una solucién radical a las diicultades generals palestins. En el censo que labor el gobierno en 1931 se estimaba que ascendia a un 30 por 100 de la poblacion agraria", El trabajo agricola no especializado tampoco offecia una salida a Jango plizo, pues Ia tierra culkivada por jornaleros era la mas suscepti- ble de ponerse en venta. El harath emigré a las grandes ciudades y a ciudades de menor tamafio, donde encontraron trabajos poco cualifi- cados, sirviendo a la burguesia urbana palestina y a los inmigrantes Jjudios. Estos legaron en atimero creciente tras 1929, escapando de tuna Europa host] y buscando no tanto un nuevo reine judio como un refugio frente a la persecucién, Como otros destinos, incluidos los Estados Unidos, se hicieron inaccesibles, un pequetio grupo proce dente de la burguesia judia encontré su nuevo hogar en las ciudades de Palestina, En 1936, los campesinos que todavia vivian de sus tierras, © por lo menos vivian en ells, estaban en una situaciSn desesperada, incapaces de obtener beneficios mediante una agricultura orientada al comerci. enw ° Puxesiene (1975), aes pe 323, 22 en hebwea); Stans (1584), 775), scl. pp T7B-ADE; Wassr2 (1947), ist Historia de fa Palestina moderna Los que abandonaton sus tierras se apifiaron en. ciudades inhéspitas, Expetaban encontrar orientacién, sabiendo, sunque no estcviesen bie, informados de la alta politica, que la situacién aun se deterioratia mi, Ademis, ahora eran conscientes de que carecian de lideres en Ios que pudiesen confiar. CCUBSTIONES DE LIDERAZGO Y NACIONALISMO (1930-1936) A principios de ta década de 1930, el movimiento sionista tenia tun Stgano especifico dirigente, la Agencia Judia, y en 1938, los pales tinos disponfan de su propio gobierno embrionario, el Alto Comité Arabe. Era evidente, incluso para los briténicos que, en términos poli- ticos, Palestina no contaba con tres grupos fundamentados en distintas creencias religiosas, sino con dos movimientos nacionales con sus res. pectivos «gobiernos», Esto casi creé la ilusién de haber hallado una salida satisfactoria para el pais, en la gue cada comunidad disponia de tun drgano ejecutivo responsable ante un gobierno de fancionarios briténicos que presidia un alto comisionado, el verdadero gobernante de Palestina, Pero esta apariencia de control quedé pronto ensombre- ida por la evolucién demogsifica y econémica: los judios huyendo en gran nfimero de Europa y el Hinterland rural palestino hirviendo de resentimtiento por la pérdida de sus tierras y su medio de vida, ‘A.comienzos de la década de 1930, los notables nacionalistss amplia- ton el émbito de sus actividades y por tanto su politica, esto es: el nacio~ nalismo se infil en el mundo de los campesinos desarraigados y los desempleados que vivian cerca de los asentamientos judios y en los batrios miserables que rodeaban ciudades como Haifa y Jaf. Los nota- bles también hicieron un esfuerzo para obtener el apoyo de Ia Palestina rural, Sin embargo resulté muy dificil; 0 bien eran terratenientes explo- tadotes o profesionales liberles, y su mundo tenia poco en comin con el de los campesinos. Los antignos caciques rurales habjan creado wn sis- tema semifendal que ligabs a propietarios y arrendaterios, pero no se basaba sélo en la explotacién sino en el compromiso conttaido entre ambos. En la década de 1930 ya no quedaba nada de esto. La explotacién econémica persistié, incluso después de que los notables urbanos sucumbieran al aractivo del nacionslisme, y adopta~ van un discurso de solidaridad y preocupacién por la poblscién en su 152 EI Mauda bitéuio toulidad. Pocos reconocieron qiue sx contro sobre la vida econémica dela Palestina cura les habia otorgado un papel en la estructura social orl gue podria haber sido el fundaniento para una nueva clase de folidasidad. La familia Nashashibi fne Ja tnica que en 1934 hizo un fefuctzo evidente por tomarse la Palestina rural y sus problemas con mayor interés, y fund6 el Pactido Campesino; pero tumpoco ers un jptento serio o relevante para crear wna nueva identidad comin", Cuando la situacién se polarizé, esta falta de identificacién con el resto de la poblacién hizo que los notables nacionalstas se convietieran ta lideres, pern no en representantes de su comunidad. Bran incapaces de aconsejar a sux gente sobre la mejor manera de hacer frente a la comunidad judia y a sus ambiciosos planes expansionistas. Fracasaron a ta hora de poner freno a la expansiOn sionista, en cambio animaron a las comunidades rurales, campesinas, sin preparacién y desorganizadas, 2 cnfientarse con los colonos judios. La confiontaciéa abierta se produjo dos veces. La primera, en 1936, fixe crucial, pero no un desastre, porque fl movimiento sionista ain eta débil. La segunda, en 1948, cuando el ‘movimiento sionista era mis fuerte y ya estaba bien preparado, fue carstrfica : ara no caer en el anacronismo, quertia apresurarme 2 sefialar que en el momento de los dramiticos sucesos de Ia década de 1930, la Palestina rural estaba al margen del escenario nacional. La sociedad rural, que representaba al menos a la mitad de Te poblacién de Pales~ tina de aquel momento, no prevefa la catistrofe que le aguardaba en {1948 y continuaba viviendo de modo més o menos acorde con el inalterable ritmo habitual y fa ratina ‘Uno de los problemas era la falta de liderazgo en la Palestina rural y al fiacaso de la mayor parte de los intentos por cubsir este vacio. ‘Uno de ellos fte el de Izz al-Din al-Qussam, un predicador sirio que se establecié en Haifa a mediados de la década de 1920. Muchos libros de historia le arcibuyen el papel de instigador de la revuelta al mezclar Jos dogmas istimticos con la ideologia nacionalista. Pero su fermula pars lograr la revolucién sélo Teg a un sector concreto de la pobla- cién: los desheredados de las grandes ciudades y los desafortunados hhabitantes de los haar alton, los bartios de chaboles que circundaban * tal, vie Mg et) (BHD; ZUR, er Nakbleh y Zi (es) (980), pp 47-63 153 Historia de la Palestine moderns ciudades como Haifa. En 1933, I2z al-Din al-Qassam inicid una gue. ra de guerrillas en el norte reclutando hombres en los alrededores de Haifa, con los que se refugié en las colinas cercanas, desde donde ata. caban a cualquier judfo 0 soldado briténico que les salia al paso. En 1935, el ejército britinico maté a al-Din al-Qassam, aunque de este modo hizo de él un martir y proporcioné el modelo 2 seguic para una nueva forma de resistencia. No obstante, la mecha del nacionalismo que ided al-Qussam no logré aleanzar a la Palestina rural en su conjunto, donde era la costumbre, y no Ja religi6n, la que determinaba la moral diaria, la conducta y la rutina dein, pese al éxito efimero de al-Qassam con algunos de los inmsigran- tes de los alrededores de Haifa, la mayor parte de ellos no habian roto sus antiguos vinculos con el clan y la correspondiente aldea, lo que los hizo menos receptives a sus prédicas. La jerarquia de la aldea era clara: primero el clan, después la aldea y, por iltimo, todo lo dems". Hoy en dia se vincula a al-Qassam con el islam politicamente mili- ‘ante que opone resistencia a la ocupacién israeli de la franja de Gaza y Cisjordania. Unidades de terroristas suicidas que han intentado forzar la retirada israeli desde 1987 evan su nombre. Era un héroe mucho mis aprociado y popular que cualquiera de los lideres nacionales, pero cuando el campo se sumé a la revuelta, fos motivos estaban mucho mis relacionados con la depauperacién de la tierra que con el islam poli- tico, En 1935, en las aldeas la politica era local, no nacional, como seguitia siéndolo hasta 1948. El vinculo a la localidad més que a la nacionalidad no dejé de tener consecuencias en el terreno politico. Cuando las aldeas se vieron amenazadas por movimientos politicos como el sionismo o por la politica gubernamental, actuaron por lo que podria denominarse spatriotismo locals, Una vez que los notables nacionalistas lograron crear una asociacién s6lida de estos centros de patriotismo local pata ‘ponerse @ la compra de tierras por parte de los sionistas 0 a la politica del gobierno frente a la presencia judfa en Palestina, el nacionalismo palestino se convirtié en una fuerza poderosa, aunque esto ocurri xara vez, También fueron escasas las ocasiones en que las aldeas inten= taron unir sus fuerzas sin intervencién de los notables. En la década de © Apuex (1988), pp. 97-120; MikeeR, en Migaal (es) (1937), p. 174 (en rab), BoB ADF, ALSaPaR 156 ip El Mandate britinico 1920 se celebraron varias conferencias en las que Jos mutha los dici- genes de sales, convocaron uns accin sineronizada conta el so- Brno y la politica fiscal, pero no hubo una reaccién real "al tiempo que la expansion de los asentamientos sionistas daba 2 Jos notables nacionalistas la oportunidad de Hegar a una audiencia ‘pis amplia, con Jos campesinos no habia una solidaridad genvina, falvo ratas demostraciones de unidad y firmeza de objetivos. En Jafa, fn marzo de 1933, se produjo uno de esos momentos cuando los lderes de todas lt icciones poicas se wnieron en una lamads conjunta para llevar 2 cabo wna campaia de presi6n que obligate a gobierno britinico a cambiar su politica. En un raro geso de resolu fin, guinientos representantes de la elite palestina declararon su fnrencion de boicotear los productos britinicos y sionistas, y por primera vez en la historia rechazaron la legitimided del Mandato en tierra de Palestina Sin enbargo, ls vinculs que les unieron duane unos cuanon fos en Jafa pronto desaparecieton, y las facciones volvieron a impo- a “Bharat al lector los nombres de ls impliados Baste con ‘efilar los dos ejes que dividian la escena politica la afiliacién segtin el dian, y la friccién ideolégica entre Ia orientacién de los gavnd (pana rabista) y los watani (nacionalistas territoriales). La primera division fea la més importante y envenend la relacién de la familia Husseini y ss aliados con otras familias novables, como los Nashashibis. La REVUELTA DE 1936 El efimero pero impresionante fendmeno de un lider como Iz al- Dinal-Qasam, que habia sacrficado su vida por a exus,impresiond durante algin tiempo a los notables nacionalistas. Al principio, muffi, Amin al-Husseini, ignoraba a la viuda de al-Qassam, pero al enteruse de que en su funeral la aflencia era masiva, Ie presemé sus respetos transcurridos los cuarenta dias de lao, En un terreno menos simbélico, tras la muerte de al-Qassam, hhubo un intento por mostrar unidad de liderazgo y de objetivos. Al * Hava (1974), pp. SAU-S#L (en abe), 158 Htworia de la Palestina moderna nal, tas un intento abottado para negociar un asentamiento con ly Agencia Judia, en otoio de 1936, el indeciso Alto Comité Arabe decidié tomar medidas firmes contra la explicita claridad de propésity que veia en el lado sionista. Los notables nacionalistas intentaron persuadir a las contrariadas ‘masas de que la mejor arma del débil era la accién industrial, En mayo de 1936, el Alto Comité Arabe declaré Ia huelga general y organizé manifestaciones en todo el pafs, celebrindose la principal en Jerusalén, “= donde lograron reunit a 2,000 manifestantes dentro de las murallas de = 1h Ciudad Vieja, Las manifestaciones se tornaton més violentas tres semanas después, cuando la policia britinica abrié fuego contra los manifestantes en Jafa. Al principio, la magnitud y la naturaleza de las protestis impresion naron a los britinicos. Nombraron una comisién de encuesta, encabe- zada por lord Peel, que, en 1937, antes de presentar sus recomenda-

You might also like