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cuw4 Coeqsery. Ectyxo Preunupe R Gago EL Npyorar~ Los ois FRA Afra Bs 4s, KOPELAZ fhe ESTUDIO PRELIMINAR 1. El sainete Fenémeno tinico en nuestra escena por lo que representa como real teatro popular, el sainete ha sido objeto de variadas consideraciones: Jo siguié un piblico fiel y entusiasta, fue denigrado por la critica y es ahora revalorizado como hecho teatral o como documento histérico. Acercarse al estudio del sainete exige abordarlo desde dos instancias: como testimonio de un momento de transforma- ciones de nuestra sociedad -y como una particular forma dramética de nuestra escena, que se vincula a la mds rancia tradicién del teatro espafiol. Estas “‘piezas breves, jocosas, que reflejan las actividades cotidianas del pueblo” segiin las define Tulio Carella, se remontan a formas escénicas del siglo XVI: los pasos y entremeses. Se representaban éstos bien en los intervalos (para sostener el interés del piblico, o para alargar el espectéculo), 0 como fin de fiesta —otra de sus denominaciones— para clausurar Ja funcién. Los Pasos de Lope de Rueda son uno de los mejores ejemplos de este teatro breve, chistoso, escrito en Ja lengua cotidiana. También Cervantes compuso entremeses (lo mejor de su teatro) y Lope de Vega, Tirso y Caldern tampoco desdefiaron el género. Mis adelante Quifiones de Benavente va a centrar su labor de comediégrafo en la composicién de esas piezas entretenidas que tanto deleitaban a Jos espectadores. Ya en el siglo XVIII el sainete hispano se afianza en Is labor de Ramén de la Cruz, Su teatro retrata con gracia toda una galerfa de tipos populares madrilefios y es un fiel reflejo de las costumbres de la época. También en el Rio de la Plata el piiblico que asiseia a fines del siglo XVII a las representaciones del teatro de la * Carella, Tulio. Estudio preliminar a El sainete criollo, Antologia Hachette, Buenos Aires, 1957. Rancherfa se regocijaba con los entremeses de origen espafiol. La realidad americana estaba ausente tanto en las piezas breves ‘como_en las comedias que se representaban. No obstante, ya en (1789) se estrena la primera obra inspirada en temas de la realidad circundante, Siripo de Lavardén, Y por la misma Epoca, un sainete,\El amor de la estanciera, sitia la accién en el mbito rural americano. La construccién es endeble y el tema repite el de muchos peninsulares, pero resulta de interés el reflejo de costumbres gauchescas, a través de una lengua colorida, asi como el antagonismo con el portugués, caricatu- rizado en sus actitudes y en su castellano pintoresco. Durante el periodo de la independencia, los temas patridticos también se vuelcan a esta forma escénica, Ejemplo de ello es El detalle de la accién de Maipi, estrenado en 1818 como homenaje a] triunfo del Ejército de los Andes. Mientras los escritores reiteraban sus frfas imitaciones de las tragedias neoclésicas (como Dido de Juan Cruz Varela}, el teatro de auténtico color popular seguia acumulando titulos. Casacu- berta y Trinidad Guevara —los grandes actores del eumienzo de nuestra escena— matizaron su actuacién con el estreno de muchos sainetes: El valiente y el fantasma, El destino de Buenos Aires, Pancho y Mendrugo, Las bodas de Chivico y Pancha... Suponemos que hubo una activa produccién, pero muy pocas de esas obras han llegado hasta nuestros dias. Aun ast, los pocos textos con que contamos nos permiten apreciar Ja continuidad de este teatro costumbrista y de neta raigambre popular, Hacia fines del siglo XIX resurgiré con fmpetu, acompafiando el pleno desarrollo de la dramaturgia nacional. Como en épocas anteriores, un piblico entusiasta seguird esas formas escénicas. La critica, en cambio, continuard conside- randolo un género subalterno. Es cierto que la produccién no es pareja, que el ‘mismo éxito resulta en muchos casos un elemento negative por la reiteracién de esquemas de repercu- sién segura, Pero las objeciones tampoco son siempre vélidas porque parten de un preconcepto que menoscaba los espec- tdculos populares. Garcfa Mérou, uno de los criticos de la generacion del 80, escribiré en Recuerdos literarios —tefirién- 10 dose a la labor de los Podesté— que el problema del teatro nacional “ha sido resuelto como un supremo sarcasmo a la inteligencia y al arte”. La actitud no era nueva, Sefala Ghiano? al estudiar Las bodas de Chivico y Pancha de Collao: “Mientras el maniscrito del sainete sdlo recuerda este borroso apellido (zautor?,, gedmico? , zcopista? ), se han conservado minuciosamente los comentarios escritos sobre las tragedias, versificadas por hombres importantes y leidas en ambientes ceremoniosos y exigentes”. Sin embargo, podemos seguir todavia con agrado el pintoresco texto del sainete primitivo frente al cual pierden todo interés las frias y declamatorias estrofas de las obras de Varela o los desbordes roménticos de Marmol. EI sainete criollo —y dejamos ya sus esbozos para centrarnos en su época de definicién y apogeo— comparte con nuestros grandes autores realistas y costumbristas (Florencio Sanchez, Gregorio de Laferrére, Roberto J. Payré) el momento de afianzamiento del teatro nacional. Hay muchas obras memorables en ese inmenso corpus que es la produccién sainetesca. De allf sale una linea auténticamente nuestra: el grotesco criollo de Defilippis Novoa y Armanda Discépolo. Como teatro costumbrista gue es, el sainete ofrece un fresco del Buenos Aires de fines del siglo XIX y principios del XX. Retrata el momento histérico: los problemas sociales y los étnicos derivados de la incorporacién de una enorme masa inmigratoria; los prejuicios y 1a moral imperantes, Critica la situacién politica y muchas veces expone ideas libertarias y librepensadoras. Muestra, ademés, el trasfondo amargo de la ciudad progresista y pujante: la miseria de los suburbios y sus conventillos, las huelgas y las desespetanzas, En ese Ambito jugard dindmicas hilarantes situaciones toda una galeria de tipos caracteristicos: “politicos caseros (padres e hijos del fraude oligérquico), picaros portefios, cachafaces ¢ ingenuos provineianos, gringos enriquecidos o hacinados en los conven- ? Ghiano, Juan Carlos. Prélogo a Teatro gauchesco primitive, Edicorial Losange, Buenos Aires, 1957. it tillos, pobretonas muchachitas cosiendo, jornaleros de las primeras industrias, panaderos y vidrieros, anarquistas, mayo- rales, cuarteadores, marineros de la Boca y Barracas, trabaja- dores de los saladeros y los guapos y compadritos con su lunfardo’”’.? Como en los cuentos de Fray Mocho, como en el teatro de Sanchez y Laferrére, un momento histérico aparece en sus menudos aconteceres, en sus conflictos y contradicciones, en sus costumbres y en sus modalidades lingiiisticas. 2. Contexto histdrico: La sociedad argentina de 1890 a 1910 Si bien el sainete criollo prolonga su éxito hasta 1930, son éstos los afios en que nace y se define como tal, en que alcanza su mayor originalidad. En las dos décadas siguientes privara un sentido comercial del espectaculo, constituyendo —salvo muy contadas excepciones— una etapa de adocenamiento y reite- racion. Es éste el momento de apogeo de los gobiernos liberales. La época del progreso material del pais; de las continuas intrigas palaciegas por parte de la élite en el poder con las consiguientes elecciones fraudulentas; de la formacion de nuevos partidos politicos con adhesién popular: la Union Civica Radical, y el Socialista. Es también la época del gran aluvion inmigratorio; de las convulsiones que produce la accion de los anarquistas; de las tensiones en la clase obrera que se manifiestan en numerosas huelgas. Y es, por ultimo, la época del Centenario. Un Centenario cuyos festejes significan para la clase dirigente la apoteosis de la politica seguida. En 1886, Roca termina su primera presidencia. Pero su figura seguird gravitando en la politica de la época como jefe del partido dominante, el Autonomista Nacional. La otra personalidad de 3 Rojas, Ricardo. Historia de la literatura argentina, Ed. Losadz, Buenos Aires, 1948. 12 gran prestigio es el general Mitre. El pais se define como agroexportador e importador de manufacturas de los paises europeos, especialmente de Inglaterra. Las grandes inversiones de capitales ingleses se radican en los ferrocarriles, en los servicios publicos, en los empréstitos a los gobiernos nacionales y provinciales y en las incipientes industrias, como la fri- gorifica. , Durante la presidencia de Judrez Celman, que sucede a Roca, se produce un clima de verdadera “‘fiebre del progreso”’, con grandes especulaciones y despilfarro de las rentas publicas, con subitas riquezas e igualmente repentinos derrumbes. Todo ello desemboca en la crisis econdmica de 1890 (que en la narrativa quedard testimoniada en una serie de obras y especialmente en La Bolsa de Julian Martel). En ese afio se produce la Revolucién del Parque contra el Unicato de la oligarquia, encabezada por Alem, la figura mas caracterizada de la oposicién, a quien secundan Ariébule del Valle e Hipdlito Yrigoyen. El intento fracasa pero como exclama en el Congreso el senador Pizarro: ‘‘La revolucién ha sido vencida, pero el gobierno esté muerto”. Juarez Celman renuncia y asume la presidencia Carlos Pellegrini. Para entonces, la ciudad de Buenos Aires, federalizada desde 1880, se ha ampliado incorporando los partidos de Belgrano y Flores, y ha sido adornada con numerosos edificios publicos*(el Palacio de Obras de Salubridad, el Departamento Central de Policia, comienza a construirse el Palacio del Congreso), y avenidas’ (entre otras, la apertura de la Avenida de Mayo). En 1887 se construye el actual Teatro Colén. Se ha incrementado la red ferroviaria (de capital inglés), y para cubrir las necesidades de importaciones y exportaciones se construyen las secciones del puerto y los canales de entrada, asf como los puertos de Rosario y La Plata, para la navegaci6n interior. Se promulga la ley de matrimonio civil que completa las reformas institucio- nales laicas. E] proceso industrial crea un proletariado que sufre duramente las consecuencias de la crisis y las huelgas se suceden. 13. Pellegrini restringe los abusos del Unicato, pero continta la politica ibcecambiste. Mientras tanto, le oposicién (la Unién Nacional en la que convergian el mitrismo y el grupo radicalizado de Alem y Aristdbulo del Valle) se escinde, y ‘Alem se yergue como un caudillo popular al frente de la Unién Civica Radical. El ideario de la élite liberal se contintia en los gobiernos de Luis Sdenz Pefia, de José Evaristo Uriburu, en la segunda presidencia de Roca, en las de Quintana y Figueroa Alcorta. La corriente inmigratoria sigue aumentando, El pais presenta un age econdmico (consecuencia del mejoramiento de la economia de las metropolis, posterior a la crisis mundial de 1890). En 1896)llega la luz eléctrica y se organiza el servicio de alumbrado piblico. La ciudad se adorna con parques y plazas y la oligarquia y la naciente burgues{a construyen grandes mansiones al estilo francés (estilo que tifte todos los aspectos de su vida). La capital, en 1904, cuenta con 905 057 habitantes. Falta de viviendas, promiscuidad y hacinamiento, bajos jornales, altos alquileres y costo de vida, son la contraparte del pais feliz que cree vivir la élite, El movimiento gremial comienza a organizarse, dirigido por anarquistas y socialistas (en 1901 se crea la Federacidn Obrera Regional Argentina, de inspiracién anarquista), El_malestar obrero se traduce en numerosas huelgas, entre ellas una importante, la_¢ trabajadores del transporte y embarque de cosechas.\En 19 se dicta la ley de Residencia) que permite expulsar a los fgentes anarquistas extranjeros. La agitacion no cesa y se aplican severas medidas de represién, La reforma de la ley electoral, durante la segunda presidencia de Roca, permite a Jos socialistas obtener e) primer escaiio en el Congreso, con la diputacién de Alfredo Palacios. Muerto Alem en 1896, la oposicién radical es comandada por Hipélito Yrigoyen, quien se opone tenazmente los manejos electorales, y adquiere cada vez mayor predicament como caudillo popular. Pero el hecho que mejor va a caracterizar las transforma cisnes sociales de la Epoca es la gran masa inmigratoria que 14 arriba en contingentes cada vez més numerosos. Algunas cifras lustran claramente la situacién: entre 1898 y 1904 Degan al pais 807 954 inmigrantes; entre 1906 y 1910 se incorporan 818715. En 1910, de una poblacién total de 6 392 000 habitantes, 2300000 eran extranjeros. Este verdadero alu- vién_responde al plan de transformaciones estructurales de la Gite gobernante, y pronto cambia Ja fisonomfa de las grandes ciudades en proceso industrial (Rosario y, especialmente, Buenos Aires). Y esto ocurre porque los planes primitivos de afincamiento rural se cumplen de manera parcial. El inmigran- te no encuentra adecuadas condiciones de radicacién en el campo {no llega a la posesin de [a tierra, se fundan pocas colonias) y emigra a los centros poblados importantes donde engrosa el proletariado urbano. Trabaja en los servicios pliblicos, en la construccién de grandes obras, en la industria, Los oficios particulates lo identifican, y la ciudad se lena de tipos pintorescos que retratard el sainete. Pero el nativo se siente desplazado. EJ gaucho en el interior y el orillero en la ciudad manifescarén la oposicién al gringo (también el teatro reflejuré estos lielios, un ejemplo es La gringa de Florencio Sanchez), Sin embargo, también él comparte, en la mayoria de los casos, las vicisitudes de la vida diaria del criollo. Hay excepciones, algunos gringos lograran progresar, se harén comerciantes présperos y formaran parte de la naciente clase media. Los hijos de los inmigrantes se identifican toralmente con las costumbres del pais, cambiadas por el influjo de sus padres, La mayorfa forma parte de la clase trabajadora, pero muchos empiezan a intervenir en la vida piiblica. Y esto tampoco escapa a la certera visién de la realidad de nuestro teatro realista y de nuestro género chico. Un teatro que va a surgir en un momento cultural particular, dominado por el espiritu afrancesado que impuso [a generacién del 80, aunque ya empiezan a surgir voces de intencién nacionalista. Es una Gpoca de fervor intelectual ~artistico y literario—, de floreci- miento de academias y asocinciones literarias y cientificas. Pero no constituyen éstos los tinicos lugares de reunién. Lo son también las redacciones de los diarios (obligado 15 aprendizaje de la mayoria de los escritores) y los cafés (algunos famosos como el de Los Inmortales). El modernismo subyuga a las jovenes generaciones. Rubén Dario ¢s la gran figura admirada ¢ imitada, De las viejas promociones queda un patriarca venerado, Carlos Guido y Spano. Un joven poeta empieza a destacarse, es Leopoldo Lugones, quien escribe sus Odas Seculares como homenaje al Centenario. También Darfo lo celebrard en el Canto a la Argentina, Y en ambas composiciones surgiré la confianza en nuestro destino de grandeza, confianza que es unténimemente sentida. 3, El sainete en ef contexto teatral de la época Desde 1860 el movimiento teatral portefio se intensifica notablemente: “Durante las presidencias de Mitre, Sarmiento y)\ ‘Avellaneda, la gente lujosa, su principal clientela, hacen del viejo Colén un simbolo de la vida cosmopolita, que desde | entonces caracteriz6 a Buenos Aires. En 1887 se cierra y lo reemplaza el Teatro de la Opera, en la calle Corrientes, luego | reemplazado por el actual Teatro Colén."* Para actuar alli | Tlegan las més renombradas figures de la dpera europea que deleitan al piblico refinado, y también snob, que concurre a sus veladas, No es el tinico centro al que acude la burguesia dlustrads. Se construyen grandes teatros en Tos que se aplaude | el arte de Ermette Zacconi, de Eleonors Duse, de Sara Bernhardt, Los mis calificados especticulos de la lirica y del teatro clisico y contemporéneo son saboreadds por ese piblico europeizado y atento a las grandes expresiones del arte teatral, | Se conocen los nuevos autores extranjeros: Ibsen, Gorki, | Brieux, Hauptmann, asi como la renovacién escénica que significa el Teatro Libre de Antoine, que llega en 1903. * Rojas, Ricardo. Op. cit. 16 Pero, qué ocurria entonces con el teatro nacional,.con e] piblico mayoritario, con los actores y autores locales? Puntualiza Ricardo Rojas que “la preferencia por el teatro extranjero tiranizé los gustos de nuestra burguesia elegante”, Ta cual al contratar a las grandes compafiias, “al aplaudirlos y pagarles largamente, mostraba en ello un loable refinamiento estético, pero desdeiiaba con injusta soberbia los ensayos locales. Parece l6gico, pues, que el ingenio nativo se refugiara en la simpatia popular y que viniera con sus gauchos a conquistar la ciudad. Una minoria culta puede liegar al goce de tun teatro inactual o exético, pero la mayorfa sensitiva necesita un teatro que le represente el drama de su propia existencia”.* Rojas estd sefialando le situacién de orfandad en que se halla el teatro nacional, el teatro popular hacia fines del siglo XIX. Los autores argentinos encuentran muy pocas oportunidades para estrenar sus obras ante la falta de actores locales; Para hacerlo deben recurtir a las compaiifas extranjeras: a las espaftolas 0, previa traduecién de sus piezas, a algunas italianas o francesas. Las primeras son las més dispuestas y de esta manera pueden conocerse las obras de Martin Coronado, de David Pefia, de Nicolés Granada. é Un pablico distinto (casi exclusivamente compuesto por la amplia inmigracién espafola) asiste a las representaciones de las compafifas de zarzuelas y del género chico peninsular. El suceso que estos espectéculos obtenfan en los escenarios espafioles se repite en Buenos Aires. Los sigue un piblico popular y entusiaste y pronto numerosus salas albergan las funciones del “teatro por horas”, donde se representan los coloridos sainetes Liticos. Algunos alcanzan enorme populari- dad como La gran via y La verbena de la Palom Los actores espaiioles —muchos establecidos ya aqui, y buenos observadores de nuestras costumbres— se interesan por Ja labor de los autores nacionales y comienzan a dar cabida en sus especticulos a esas obras breves que se ajustan ala estructura del género chico hispano; pero cuyos personajes, 5 Rojas, Ricardo. Op. cit 17 4mbito y Tenguaje son tipicamente portefios: es la zarzucla criolla. El péblico se muestra remiso al principio ante esa intromisin de temas locales, junto 2 piezas de fuerte sabor madrilefio. Pero la gracia de las mismas, con su alusién tan directa a los hechos cotidianos de la gran ciudad, répidamente va ganando el interés de los espectadores. As{ se conocen las primeras obras de Ezequiel Sorie, de Nemesio Trejo, de Enrique Garcia Velloso. : ; Estamos en los comienzos de la época mas fecunda de nuestro teatro. Falta, sin embargo, la aparicién de los actores ctiollos que amplien las posibilidades de los comediégrafos y acerquen al teatro a una corriente més amplia de espectadores: lta homogeneizar en la perspectiva de un teatro nacional los ont mis importantes del hecho teatral: obra, actor, Tico. = ¥Y hablar de los comediantes criollos es hablar de los Podesté, esos grandes intuitivos que realizan un particular dertotero desde el circo al tablado. Conviene detenernos en es evolucién que tiene mucho que ver con Ja afirmacién de nuestra escena. El teatro por horas no era el dinico espectaculo popular. Fl Girco ctiollo atrafa a vastos sectores y llevaba su alegria a'los purblos del interior en largas giras, En Buenos Aires ubjcaba gus toldos y carromatos en los baldios ciudadanos. Los més famosos llegaron a actuar en teatros céntricos, tal el caso del de los Hermanos Carlo, donde actuaba el célebre payaso Frank Brown, Otro conocido conjunto familiar era el de los Podesta, en el que empez6 a destacatse uno de sus integrantes con su creacién de un tipo particular de payaso: José Podestd haciendo “Pepino el 88”, Hablaba con gracia y solia entonar rnilonges acompafindose con la guitarra. Los temas reflejaban la actualidad politica y obten{an gran repercusin. El paso de payasos y equilibristas 2 actores se da de una maiiera casi casual en los Podest4. Los Hermanos Carlo deciden cerrar su presentacién en Buenos Aires con un fin de fiesta distinto al habitual (siempre se terminaban las funciones con tuna breve representacién mimica). Para ello recurren a un 18 folletin en boga, Juan Moreira de Eduardo Gutiérrez, que aparecia en el diario “La Patria Argentina”. Eduardo Gutiérrez accede con fa condicién de que el protagonista sea animado por alguien que supiese cantar, tocar la guitarra, manejar el fac, montar a caballo de manera que verosimilmente se representara al gaucho perseguido. El cisco italiano no ten{a ningén elemento adecuado, y se pensd entonces recurrir a José Podestd. El mimodrama se estrena en 1884) en el picadero del Politeama, ¥ se repite 13 veces con gran éxito. En 1886, los Podest4 lo reiteran en Arrecifes con singular atraccién, En © Chivilcoy Jo representan agregando parlamentos y el éxito es sorprendente. |Se inicia asf el ciclo del teatro gauchesco. |}! 2 Probadas sus fuerzas de actores, deciden continuar con este! tipo de espectdculos, Las obras son endebles, melodraméticas, = |pero a menudo insertan breves y coloridas piezas, pintorescos © ‘sainetes como Fumadas de Enrique Butaro y Ensalada criolla de Enrique de Maria. Al afianzarse su capacidad escénica, dejan el circo y forman una compafifa teatral, Recurren entonces a mejores libretos, y asf estrenan, en 1896, Calandria, © “/de Martiniano Leguizamén, Volcados por completo a la nueva © yocacién, pronto se separan algunos integrantes para constituir sus propios clencos. Primero lo hard Jerénimo Podesté, poco después Pablo Podesté (el gran actor de una época).,.En breve Japso se multiplican las compafifas a partir del nicleo | primigenio o de actores que se forman en él, como es el caso | del legendario Florencio Parravicini. Hay asimismo buenas | comediantes que también se ponen al frente de elencos (Orfilia \ Rico, Blanca Podesté, Angelina Pagano). ~~ Los autores ya tienen actores que representen sus obras. Un piblico cada vez mds amplio y entusiasta sigue los especticulos. La época de oro de nuestro teatro ha comen- zado. As{ se conoce la produccién de Florencio Sanchez, de Gregorio de Laferrére, de Roberto J. Payrd, de Sénchez Gardel, etc. No se desprecia tampoco el lamado género chico criollo. Por el contrario, su éxito aumenta cada vez més. Si hay autores que se consagran exclusivamente al sainete, tampoco los dramaturgos realistas lo desdefian, Ejemplo de ello son 19 Canillita y Moneda falsa de Florencio Sanchez y Mientraiga de Payr6. La eritica resefia sistemdticamente los estrenos. Importa) las obras argentinas y la labor de los actores argentinos. Se habla ya de teatro fiacional, Todos los elementos del hecho teatral que antes mencionébamos estén, pues, en juego 4, Evolucién del sainete La ciudad con su aluvion inmigratorio y sus transforma- ciones de progreso material queda reflejada con verismo en a sainete Los autores se asoman a sus calles, a los suburbios, @ Tos patios de Jos innumerables inquilinatos, y la mera observa- ibn les sugiere ya un cuadro sainetesco, en es8 conjugacién de tipos, lenguas y costumbres, Captan todos los aspectos de la So ciudadana y orillera, presentdndolos entre cantos. Tomas ecorrides por una nots dramérica que. profundiza muchas piezas y que es uno de Jos elementos que singularizan especialmente nuestro sainete- El esquema dramftico se estructura sobre a base de elementos cefidos. “La sintesis obligada del teatro breve Gecearta el empalago retbrico, Ja superilua palabrerfa, Armo- ies gus elementos sin que aparezcan como sfiadidos, contin- gemtes, sino como necesidades intrinsecas de la pieza. Lo cual significa que muchas veces al género llegé a la perfecci "6 Ls cilebre definicién de Vacarezza explicita muchos de los rasgos expuestos: aimee Un patio de conventillo, un italiano encargto, tun gayego retobao, una percanta, un vivllo; dos malevos de cuchillo, tun chamuyo, una pasion, 6 Carella, Tulio. Op. cit on choque, celos, discu desafios, pufialadas, espamento, disparadas, auxilio, cana... telén! w» debajo de todo esto tan sencillo al parecer, debe el sainete tener, rellenando su armazén, Ja humanidad, la emocién, la alegria, los donaires, y el color de Buenos Aires metido en el corazén, Esta caracterizacién que el popular autor escribe en La comparsa se despide sefiala, sin embargo, el esquema hacia el gue lentamente va adhisiendo el ssinete y en el que se fierd fasta su decadenci. Antes de este estereoipo, recore nn lege camino en el cual se hallan muchas de las obras més valiosas (que por otra parte, manejan mayor variedad de matices). Vamos a seguir ese recorrido: i a) La zarzuela criolla El sainete aparece en la primera etapa SS se ha indicado, son las compaifas espafiolas las primeras a presentar en escena (antes de su inclusién en los espectéculos circenses de los Podesté) esos brochazos de vida ciudad: ajustados al esquema de las piezas breves as influidos poderosamente por los grandes éxitos de los ears tos, especialmente por La gran via. De esta manera concionein a estrenarse las obras iniiales del género ehico eriollo: De paso por aqui de Miguel O. Ocampo, De paseo en Buenos Aires de Lopez de Gomara, La fiesta de Don Marcos y Los politicos de Nemesio Trejo, Justicia criolla de Ezequiel Soria, Gabino ei | 21 Mayoral de Enrique Garcia Velloso, Los comicos espafioles (en ene recvado intento de adaptacién) llevan a excena los tipos ¥ Coseambres populares, los modismos.lingiisticos, donde se word al Tabla pintoresca del_inmigrante con las vocts Treterdag del onillero, los antagonismos que el aluvién inrae iqatorio produce en_el_criollo, as{_come las stra 2 aevacién imperante. El tradicional pasucalle de ls tarmac hrispana se reproduce en ritmo. de tango, una danza - yaha ganado popularidad. Una gracia, un, jugueteo constante domina Pewfitusciones, El planteo de los personajes comiensa © evolucionar. El cardcter alegérico que tienen en jas obras Ocampo y Loper de Gomara va desapareciendo, para mostrarse comvan reflejo fel de modos de actuar y sentir. Y en al circo criollo, un piblico distinto, que pronto se v= a fasionar con el de los espectéculos espafioles,asiste también St nacimiento de la misma modalidad escénica y goza com ella. ‘Dedicados por completo al quehacer teatral, lot B dest’ continwardn con estas representaciones, Volverdn @ reeditar sus Exitos del picadero (como Pumedas, donde sobresale an comica de Pablo Podest4), y reestrenarin obras conocidas-a car ae los elencos espaicles (como Gabino el Mayoral) Pero traviSlow, y con las compafias que de ellos se desprenden, s° ampliark la difusion del género. Los autores han encontrado farintéipretes adecados para el Ambito y los personajes We reflejan En pocos afiot las obras inundan las_carteleras, Todavia estén ligadas a la estructura zarauelera piszay come Entre bueyes no hay comadas de José Gonzdler Castillo y, en fa estructura, Canilita de Florencio Sanchez. Pero en 8 Jj pleza la profundizacin del conflicto y al hilito dramético | dnoncian la segunda etapa del género. b) -Afirmacién del sainete iticos jo introducia un elemen- Ya Los politicos de Nemesio Trejo introduefa un seme te_trégico. (la muerte de Julio motivada por a chas de Gmité) que cambiaba el rambo festivo de a piesa. Pse rate 22 es el que modifica el esquema inicial de la zarzuela criolla, y'1o deriva hacia posibilidades de mayor profundidad. Los autores, sin embargo, se confunden ante ese hecho al que los leva la propia realidad, y dudan incluso ante ls denominacién del género. 7Hasta qué punto lo que se hace es sainete? Pacheco, que no se reconoce sainetero, niega que se haya dado entre nosotros una verdadera realizacién de esa estructura escénica: “Piezas con elementos de sainete sf las hay. ¥ en algunos casos la penetracién psicolégica, répida y colorida de algunos autores, ha dado notas dignas del mayor logic. Pero, en seguida, a trégica sensacién de la vida inquieta y desbordada en fiebre de conguista, en pasiones renovadoras que agitan al inmigrante bésico, invade nuestra escena y su hélito de drama quiebra el pintoresco trazo de lo comico”. En estas palabras, Pacheco anuncia los elementos que van a dar origen més adelante a una forma importante de nuestro teatro, “el grotesco: el conflicto del inmigrante, su frustracién en un “ambiente extrafio, y en una situacién social donde se anulan muchas de sus esperanzas, La situacién humoristica 0 ridicula” en que se mueve no ahoga la nota amarga. Ese elemento trégico del sainete testimonia fa realidad del pueblo, sus patéticas formas de vida, sus resentimientos. No es predominance, sin embargo, en todas las obras de esta etapa. En muchas campea un fresco costumbrismo, pero su estructura ya conserva pocos rasgos zarzueleros. En la forma peculiar que va adoptando fluyen con mds libertad todos log aspectos del acontecer ciudadano, asi como el habla caracteristica de sus habitantes. Es ésta una etapa de gran apogeo de nuestro género chico. Casi todas las salas se dedican al teatro por secciones, y los estrenos se renuevan constancemente, A los autores ya citados de la zarznela criolla —que contingan su produccién adaptén- dose a la nueva modalidad~ podemos agregar Jos nombres de Roberto S. Cayol, Alberto Novién, Carlos de Paoli, Pedro E. Pico, Carlos Mauricio Pacheco. Son sélo los més relevantes. En 23 «el verdadero aluvidn de obras que segistran las carteleras no alores. ¥ si bien esa abundancia ayuda a siempre se detectan ¥: I ssepirar la existencia del teatro nacional, encierra esgos die anuncian la declinacién del seinete. c) Decadencia la prodigilidad de estrenos, pare piblico adicto van minando las posibilidades de sedimentacion y de nuevas biisquedas expre- vyas, Durante la segunda y cercera década del siglo XX el sentido comercial del espectdculo se acenttia, Actares, aurOres y piblico aparecen en una actitud distorsionada frente al yoo teatral. El publico se ha adocenado y espera Espece taeulos francamente reideros y féciles en los que ensalza las |) efectivas caracterizaciones de sus actores preferidos. Estos, por | otro lado, se adecuan a los esquemes y tips que saben que Sbtendrin repercusi6n segura, en un histrionismo que olvida | opeMgchos casos efectivas condiciones de actuacion (como | ocurre con Roberto Casaux, Orfilio Rico 0 Florencio Parravi- cin’), Eslarépoca’del-capoebmica y del ‘empresario poderoso. ih sus expectativas deben ajustacse los autores, desu rtuando en las piezas por encargo_y ala medida de. los divos el eficaz coahimbrismo de las mejores expresiones del género. Algunos se rebelan y se quejan, como Pacheco, de la forma en que los intérpretes adulteran sus obras. Otros, en cambio, se adaptan, tal el caso de Garcfa Velloso (largemente ligado @ a labor de Parravicini) 0 Vacarezza, quien, como observa Ordaz, ofrece van vision “romanceada” de ls cealidad circundante, del patio del conventillo, 0 de las esquinas del suburbio. Una visién teal sobre la base de prototipos graciosos y de éxito. | acla 1930 es evidente la completa declinaciéns~Sin embargo, no. desaparece completamente, Sus Ambitos y tipos se lucionan hacia otras formas escénicas: el ya citado grotesco | ye comedia costumbrista. El répido éxito y mantener la adhesion del 24 5, Ambito y personajes del sainete “a EM nt sdb protgiica del sinner ens ilps seacoast ales, aciones, la ribera, el bajo, el cabaret oe ne otros, el conventillo, que mpronte se nos prototipico: No-es- casual. que-e {entado I aptactn dl entoro. Recordemos que a gan inmigracién cambia la fisonomia de una Saad ai a desmesuradamence y no resuelve su problema habitacional. En todas las casas se alquilaban piezas. Como afirma Seek Buenos Aires era un inmenso conventillo. Con 1: oe apretujada en las habitaciones alquiladas a oes dads JGgubre va cubriéndola. Esa existencia ‘en remiiaeetil pobren esconde todo tipo de tensiones que se penne, HOT, cn Ia fatnosa helgs de los ingulinos (igada «| oe obreros y drasticamente reprimida), Un pre Vi fi rfl al hecho: Los inguilnos de Nemesio Treo. a stivo de In obra no oculta ta gravedad de la situaid rts por ae urs yl cons eva eat ee ie AM aparece —como en la realidad— el encargado las veces al servicit Hic eee al ee al eee] gee meen i jinescrupuloso dl Camlab todos Ios marines de I gan Gada, algjodon des decines poles del progess, Toda-ana- lei de tipos del_proietariado y del lumpen* fnisecular. El orillero y el inmigrante conjugen su cotidian viviey en medio de grescas y alegrias. Hay trabajadores de re mis diversosoficos, como. vvidores y malandras.¥ ta bien sehsloromencsplnintesosiosslonouleentigits al desarollo 12 7 Bosch, Mariano G. Historia de los origenes del Buenos Aires, 1929. Graficos L. J. Rosso, "Lumpen ~ proletariat, Carlos M iad lctariat, Carlos Mark denominabs asf al dein strato social (tnendigos, prostitutas, etc.) te 25 contramos adherentes a Alem is poltic ela y entre ellos encontrames adherents ¢ Yrigoyen, as{ como entusiastas de anarquistas. poe ‘Tos autores sblo tienen que recorrer wn poco lp cult nue eae Ambito se aparezca como insoslayable, Pllos van ara i : Pe A Se modo stenuando ous ts, creator it gas eichas veces pero sin poder evitar [a nota amarge 6 inet Y, ycomo retrata el se ie filo, que. a veces aparecen movigndose por ot ‘Veamos sus prototipos ¢ esos habitantes del conven- os lugares? a)_Los orilleros del habitante de las od eel almente hombre de comité) al Fore oom ello que sense deplzado, manifest | i J gringo (aunque muchas veces Ba at ogy lor ames con x hin del Hay toda una tipologia | el co \ ‘oni es-un personae complejo Valero, Il fale sos devotes Gs Ine j deeds hans oe ETE \ i como propia. El compadze, ; | eee eerneh willano del arrbal. De & dern compan prepotenee y malandrt drito. Los dos il ey malandrin, y el eompa ssn Eee gy czados pore siete. 3] compat et 1 Peed contaditorio, con ansas de guapo sn deen ho. del compadron en st. prep’ para serlos Com poste uct una. indumentad cue z Seah Es hébil guitaeero y cantor y_ mejor ballarin. FY ‘Rnge seek so. misica y_como en él buscark semp complemento de la mujer. b) Los inmigrantes i A En el diario trajin del conventillo aparece! le ruta raid en que se mueven los que llegaron en busca de una 26 mejor. Son los gringos pobres y frustrados, desplazados también como los orilleros, El sainete los presenta en esa etapa de enfrentamientos con el nativo, ridiculizandolos a través del habla y a veces, también, de ciertas actitudes sérdidas. No siempre es asi. Algunos autores penetran en su desgarrante interioridad, como es el caso de Pietro en Los disfrazados, 0 de los personajes de los grotescos de Armando Discépolo, Lavariedad de nacionalidades y profesiones caracteristicas también se escenifica. Asi vemos desfilar en las piezas al gallego encargado, al italiano verdulero o recolector municipal, al vasco lechero, al turco vendedor de baratijas, etc. La intencidn de adaptarse al pats, de acriollarse, se observa en esa rara jerga que emplea, el cocaliche, donde mezcla los vocablos de ia lengua materna, muchos deformados, con términos orilleros y con un castellano mal aprendido, ‘A estos tipos bisicos hay que agregar una serie de personajes secundarios que van variando con la evolucién de la ciudad. Los sainetes de la primera época reproducen muchos de los personajes que tan bien caracterizara por los mismos aiios Fray Mocho en sus cuentos; el criollo viejo, el guerrero de la Independencia, los negros, el provinciano, el gestor con influencia. Poco a poco van surgiendo otros tipos: el picaro portefio, el gringo enriquecido, los jornaleros. La mujer aparece como el motor de muchos conflictos, también sojuzgada de mil maneras. A veces la domina el deseo de la fuga en la ilusin de Hegar al centro y actuar en él. 6. El lenguaje La aguda captacién del habla popular que manifiestan los autores hace del sainete un valioso documento lingiiistico. Reproduce con frescura el lenguaje de la calle, sus neologismos € imgenes; el habla del orillero con resabios de ruralismos y con marcado uso del luafardos y el habla del inmigrante que influye en Ia conformacién de ese estadio del habla portefia. Los autores mangjaron con gran libertad los modismos 27 presi ue en gu vex erearon numerosas expresiones d jzaron rapidamente. i faa Be tunfardo lo sefiala como > Jenguaje de Buenos Aires. ‘on sa origen (com ese nombre $ designe eign a la jerga que éstos usaban), "Se difunde y el pueblo hace suyas incluso el significado conocidos y @ muchos casos se popu! EI predominio di " definitivamente incorporado =! Lengua del hampa al lazbn y Inegp pot ex code ese caracter. Se dif iach deepen mad de i rérminos. b : original de leaden procedencias aninas vost lab rae Tadigeniaos,Iusitanismes, formas del babi © ae eon forma dominate as ens oe, ‘fines de do la calle y Jo Hai se pane Tes de los sninetes) y el teatro {muchos asacal i ar. tne le inseauran en la iteratora popu Las obras elegidas golomen dos piezas muy vemos alesioade 1 onents ee dence een Fram de Gai el MEO Perr ; i tarz una de ls mejores eNOS Zo, Loe dresser ee: trams Yo mento del teatro breve, Blexacto manc}© ‘ofall mejor rire, ls lograds:caracterizacion de los Ferme 1a struct rence ast como la profundizacién del con fa \aearla como la obra més lograda del género- GABINO EL MA YORAL El autor de milkiples facetas —autor reatral, pene le Personalidad df mu crique Garcia Velloso rac © dista, eritico, pro aR Rosario el 2 de septiembre de 1880. Su padre era un catedvitico y poeta espaiiol reconocido en los cfrculos intelectuales de esa ciudad, y de Buenos Aires, y el dmbito familiar resulté propicio para el despertar temprano de su vocacién de escritor. En lz casa paterna conocié a’ Rafael Obligado, 2 Martin Coronado, a David Pefia, a Martiniano Leguizamén, a Nicolés Granada, a Rubén Darfo, Estudié en el Colegio Nacional de Buenos Aires y pronto el interés por el teatro empezaria a dominarlo, Adolescente ain, frecuenté con asiduidad las funciones de las compaitias espafiolas, asi como las redacciones de los diarios (obligado lugar de charlas literarias en la época). En 1895 estrend su primera obra, Chin-Yonk (escrita en colaboracién con su. condiscfpulo Mauricio Nirenstein), un ensayo juvenil cuyos pormenores —como los de tantos otros momentos de su intensa vida de comedidgrafo— narra con ingenio en las paginas de recuerdos que més tarde se reunirfan con el titulo de Memorias de un hombre de teatro, Tres afios después subia a escena Gabino el Mayoral. Alli probé con éxito su habilidad de autor y desde entonces las obras se sucedieron en las carteleras. Extraordifiariamente fecundo (su produccién alcanza més de cien titulos), abordé no s6lo el género chico sino también la comedia costumbrista, el vodevil, el drama. Esa enorme facilidad para tratar tantos temas y formas draméticas (“fue capaz de concebir un drama al alba, una comedia al mediodia y un sainete a la noche”, sefiala Martinez Cuitifio,®) fue su mérito, pero también su defecto, pues lo predisponia a adaptarse a las perentorias exigencias del capocémico en desmedro de la calidad de las obras. Dentro de esa exuberante produceién se destacan, entre otras: Jestis Nazareno, Mamé Culepina, Fruta picada, Los amores de la virreina, El chiripd rojo, Cain, Veinticuatro horas dictador, El barrio de las ranas. A esta labor hay que agregar las traducciones y adaptaciones de piezas de Victoriano § Martinez CuitiRo, Vicente, El café de los Inmortales. Ed. Kraft, Buenos Aires, 1954, 29 i yb dow, Gustavo Feydeau, Pierre Wolff, Oscat err sta, Roberto Bracco, asf como Ie teatraizacibn 7° de aero de Laucha de Roberto J. Bayes y de An casamien eae Jo Tlev6 a ocuparse de otros fn por el teatro To lend a ocuparse os GCE oblemes vincolados con él Asi props i fooacin de Gociedad de Autores, que surge €n 191% gouge x maturgos. Fue un ae ce eel Teatro y del Teatro Nabsae de Camedia odie, nc doné tampoco sus tra ince de a ae en EL Tiempo”, pra ingest nego e818 Nacién”. Muchas colaboraciones suyas figuraro aci6 “Caras y Caretas”. Lo atrajo, asimism a jo Nacional de Buenos Aires, : Colegio Naciome Conservatorio Nacional de Declamacién 7 ee Para esa labor escribié Prosa eit Sa " , te atic ura a are argentina, Antolg ptee 7 Arte de y la Declamacion, Blarte del cradle | Fed enos conocida de su : saare ce agrupadas en dos bros, La jugadora de poguer Y narraci ‘ i jones. : : BI flier ae ote ene ageing cones con #8 aii a a guién de Mariano y la Revolucion os yo, Sa rodada en 1915. En 1937 es elegido aaa ee a vdemia Argentina de Letras. Poco después, cade de 1938 moria en Buenos Aires. a seedras en el nsefanza y tavo oft : gone 1 Conservatorio en Anilisis de la obra Gabino el Mayoral, \sainete cuadros, con misica del maestro estrena el 16 de diciembs por la comparia expafiole tna costumbre entonces en bo 38 de Ventura de la Vega. género chico espaftl, el personaje de Gabino es interpretado por la tiple Irene Alba. Tanto esta actriz como el actor Ramén Cebridn en el papel del agente Niifiez realizan una exitosa zaptacién de los tipos populares. A la habilidad del autor para retratarlos y a la esforzada tarea de adaptacién de los comediantes se unfa —reafirmando el color local— la eficaz partitura de Garcfa Lalanne. Maestro de orquestas de zarzuela espafiola, este misico se destaca por si originalidad entre los compositores de la época, Su origen criollo le permite compenetrarse ficilmente con la misica ciudadana y adquieren ripida fama los tangos que compone para los concertantes y pasacalles de los sainetes de fines de siglo (como “Soy el rubio Pichinango”, “No me vengas con paradas”” y “Zueco, que me voy de baile”, que escribe para Ensalada criolla de Enrique de Marfa, as{ como el dito de Angelina y el Vigilante en Gabino el Mayoral). ‘Tras su estreno por la compatifa espafiola, y a pesar de la buena acogida que obtiene, la obra permanece en el olvido varios afios, hasta que en 1901 José Podesté recuerda la pieza gue en su opinién “no han sabido representar en su verdadero cardcter los artistas espafoles del teatro por horas”; y pide la autorizacin al autor para la reposicién, En las pdginas de Memorias de un hombre de teatro, Garcia Veloso recuerda el hecho: “Yo francamente no me acordaba de tal obra, a pesar de haber merecido los honores de una bellisima crénica de Don Enrique Frexas. En el archivo de don Juan Reinoso, padre del malogrado autor (musical) de Justicia criolla y del Chiripa rojo, mas tarde encontré Pepe el ejemplar de la obra y la partitura de Eduardo Garefa, E] 22 de abril de 1902 la estrend en el Apolo con Pablo Podesta, Ebe Podesté, Lea Conti, Nava, Petray, etc. Fue para mf una revelacién colosal aquel estreno gue afirmé el ojo certero de Pepe para elegr obras, ;Qué Tico en on acto y ues Ato! Pablo la tuvo entre sus mis destacadas durante algunos ess Gara Lalaan, sacs”. La versign de los Podestd fue un verdadero resireno, t cegtto de la Comedia pues sé modificé en parte el texco para dar mayor rlevancia a diciembre de 1898 en Siguiendolos personajes de Gabino y Nitiez que interpretaban José y yeron as sepresenaciones delFablo Fodest, asf como al de Angeli, en incenconados 31 Gillogos con NisRez, papel en eb ae alt ernaban Ebe Podesté y Len Conti, actrices may populaes- Lo que atral situaciones, la jocost ritmo de las partes general. Son &505 | emo un colorido finisecular. muchachas pobress torno a un conflict es un mero hilo cor peculiares habitantes. Pero 8 © fesca a veces; que problemas expuestos. estén en las situacione en el pintoresco disefic a) Las situaciones y el La escena inicial plantes i escenario y sus prota terminal de tranvias, de noc! er Fietensibn, ta alegsia. Gringos ¥ COMPS centrados en el componen Un guitarra, cantan, (quienes no se quedan ¢ Jigs italianos, y destacan Es la caracteristica oste enfatiza el canto \ srrjundo de compadritos y¥ gingee Wi 1 anfarcones, 3 mueve eM | Sy piblico era, ef dinamismo de las beervacin de los tipos populates: e Sas ineluidas con acierto ot I 27% jiexa se destaca gus méritos mayores. La P' Sis dro de las costumbres del Buenot Aires ¢ se recelan, de de vividores imental de tintas melodramiticas Ue mostrar el barrio porteio y sus suefia, caricatu- no peevende penetrar demasiado. Tos re Thy que los momensos mis {ices « humoristicas, en las canciones aleges, ‘de muchos personajes 10 sem ductor para na pintura 1s Dito en vdpidos y eficaces trazos él gonistas: tna equine de barrio junto a Ire. El trabajo ha conciuido y viene dritos, Los primeros juego de Ja urea, unidos las canciones, ipo compacto y sslado. Los ove! tocan talentean con ineencion 2 Tas Nove que pasa seen con les eespuestas), $e Buda de 2 Gad por la pertenencia al bats: esa del compadrito que tan bien general jDel Once hasta la Bort, Corrales 2 Pilar. ne hay guien les déla papa tlos de Caridad! i Hay amagos de i atteagonisenas exe You pudkhap aoa Coen cate eet a Gabino dive a secién aia wane cA partir de allf satin e allt hay un juego co ea el gue les situaciones nee caetas super en la rslein esr dame cintas cargaca cia c i es eLmayora at como a senso ‘olla ane wprsnan, Mecees ia mse abandoned yn a oplel et fraudulento y mezquino one a comy it simpatis do se cong dnp 7 storm, comet i a jugar los moi 4s felices: en mente ten v atin ale bi 3 chars con Jina y él Gallego, en sus nea fasidatle cl aae can aceite . Bl éuadr ieee segando presenta al bario en otra perspectiva: ce jn des eid i seria eon emia e na fabril, con sus negoci istic is cll x de uma som gocios car eben eh) mac), Pen ore ete 1m Tos pregones del vasc0 h faiero, del els cin Ls pregnes el sco shea ds einer iinet ies nee 1 angctn parc ocean, io ti 7 a ys modos de vida 1 ee s es trabajo. No fa ee ee . Jalomin es guapo de comité Gabino: & y ese hecho lo va a hacer valer para liberar a Jalomin — A las me as nueve me recibe el Dr. Mor Y vos sabés de las gauchadas que 7 = i Dr. Morel con sus correligionarios. ee Nafiez — jOh...! Si JOh..! Si el Dr. Morel intervi tuna fijota la libertad de Gabino, Tene bance con don Pancho. ace Y por fltimo, I , para completar la vision i escenario inevitable: el pode! conventll ee resuelve el conflicto. Jo en el que se 33 b) Los personajes protagonista de la obra es todo el suburbio cosmopolita: los gringos trabsjadores y vociasleosi las mujeres débiles {como Lucia y Mercedes) 9 grispadas y desenvaeltas (como ‘Angelina y las cviadas); los tetafadores (como Angel ¥ sus Secuaces) ¥ 10s compadritos que pufulan en la estacién de Caridad, Son estos ikimos Tos gue Tesultan mejor perfilados. alomin hacen gala de su condicién de tales. Si el primero es ostentoso Ge St gptoridad (una ostentacion Pemeacaresca, por otra parte, que Te permite entrometerse &? cage ls acciones), el segundo 05 Un EuAPos eal a la amistad, tor i que es capas de jugerse Dr SHS Serdn ellos los que Berengan los enfrentamientos com les frumigrantes desde Su coxgallosa condicion de crjollos. Gabino es también un comps srr, y como tal se presenta en cscens 7 o reconocen los demis: Nofex y J Cochero — Se nos largo “jai lal” dou Gabino, con orcita en el ojal y puro corte. Gabino — Como siempre. drito cambiado que afora sus tiempos de al verlo se quedaban “con la ‘amor a Lucia ha Pero es un compa indo Jas mozas oce abierta como si volase un toro”, Por dcjado sus tiempos de verseador y BETES. “Con kigrimas de usta y gongontos de payador no ostiene una casa. Y Pot ve pensando en ella me ager€ 2 10 primero que me sais al paso_y me conchabé de Sayer”, Mayoral o guarda de Pa Un ofieio oscuro del que s= duels el que ha tenido arr gos con gpapos famosos, un oficie # el que no se puede compadrear como OeusTe com el de cochero, manejando cree gria en la plataforma delantere, srosoy COP Ja gorra requintada, 4 Por encima de sus cuit ieee s cuitas amorosas, os ést por Gabino, Bor eso exclma todevia ea ne ene cuando ya se ha arribado al final f oa ‘e el easorio) de Luc ; feliz: “Va pobre... el longue.” eae rey ena LOS DISFRAZADOS El autor Carlos Mauricio Pach 46 x ooo acheco_nacié_en ‘Montevideo! el 1° diciombse de 1881, Hijo de eines oles Sie poco pros» mndan Tego, de manera asitemiticn, spends mie, Berta Glocofi, idiomas. Al ansmo Bee ee a arses elccaloa liecatiod o2 4uele & ol pei, sbsjando en EL as, ibe Palabyas El Tiempo, fends oar al “teatro, decide ser actor ingesand aa en helt Podesté. El intento results cnksase peo el interés por el expeceuo sigue vio, y ds ls por 1 sooo) directa artatico de diversas compalaa, a5, como critico de table autor fs restigio y fundamentalmente como ietes aunque a = Teale CT TSC ue también abor os equilTistas y La vida inictil). da el drama Su teatro se destac: denporrcovivido rer pages s ° lo retrat i pote profndidad gue enciran mayors — esilo| may ertonel To desta dentro de le Dee nal de su época, aunt é i un one , aunque él tambié 4 Stee ae alan soi de los libretos por lon areas se obra exis conn determina caguera. Det 5 Jes 1 muchas oportunidades, ab acién del pfnero. A esto se reflere acl barf en 1924: 35 eyo no soy us sebngtero; si ol sajor el peor. Nuestra formacién social impide que destaquernos el tipe noble que ha permitido a Ramén de ls Crus ¥ otros bellos ingenios crear Primninete y la figura del ssinete- YO hhe tomado tipos mas © menos caricaturales de nuestro conglomerado violento y los he Tlevado a la escena, pero tratando ¢” ‘todas mis obras de salvar + ‘a alma andnima del sun aspecto moral © espiritual de es pueblo... Por ello en el teatro Mie observacion directa travé de Equilibrar lo grotesco y 10 gomico auscultando el momento social”. ia su copiosa produccion (escribié 78 obras) asoma su amor a Ja ciudad, su comprension profunda de las costumbres del pueblo, y también sv pesimismo, su diseonformismo cO* muchas circunstancias sociales. IN¢OrPoT nuevos personajes: ¥ visas al mundo del'sainete: Jos obreros de los frigorificos, las mujeres que trabajaban en as Eibricas textiles, las familias venidas a menos que eratan Ge solucionar_su_situacién por vengio. del _casamiento. de sus hijes <2 los de los gringos enriquecidos, los artistas extravagantes: Escenifica los contlic~ tos laborales (El pan amargoy ‘perracas) y 10s familiares entre Jos padres gringos-y los hijos angentinos (Compra y venta El nib de don Simin); satixiza el paroterismo (La indiada, La patota), los golpes de estado (Los reos, El cerro), as actitudes de los pseudopoetas (Los oe emados)y Ia supersticién popular (El diablo en el conventillo), Ta aficién a los dramas gauchescos (Don Quijote de la Pampas 1 ‘morisqueta final), ete. En Los disfrazados se conjugat 4 vchos de los elementos sefalados- Estaxvobra->marea-el--momento ulminante de su teatro, momento compartido también, como opina Marta Lena Paz,” por De hombre a hombre, La ’ sbera y Tonigo, tangos y fUngos. Conservé hasta el final de su vide es= acticud sagaz, erftica yy responsable frente 2 Io ape Nucedia a su alrededor, y 2 la rapa teatral que le tocé compartir. La muerte lo sorprendid, + Joven todavia, el 8 de febrero de 1924, 9 Lena Paz, Marca. Prélogo = Los disfracados otros sainetes. de cate Mail Pacheso, Buenos Altes, EHD 1964. Anilisis de Los Disfrazados Los Disfrazados se estrend el 21 de di ae s 6 el 21 de diciembre de i compat ParraviciniPodesté. Los anuncios pees como tn “eines cmico Vico damitco”, ee son ge anticipaba el particular juego de elementos dsinios ans se mp Oued ean eheaea wer aecion aramiven pare pera vrddersstuacines de sco El més de I pita aia ee ee Cea ret ee il el-dinginierto aca —— principales personajes, ‘ast repre pence fe vvads contr ees algarabia de la tarde carn ae bal 2 avalesca— ie Los disarados” ua obra de reread ee fizons a indage® ‘ean, univ ico a i a indag reso dramé ejes: a) el pint ae se) el pntoresco mundo eee bes eines personsjes;b) el Carnal pal eaters ge a ‘riendo una categoria simbéli ticular perf tan adguirendo un categoria snbélsc) part de dos pero ajes (Pietro y Andrés) que ah men See ramatica distinta, El conventilio y sus habitantes La acotacién inici: a ce soc in sea ito deeb Bante eomvantil:roplamant,|Son unos cuanto ae sp navalesca mueven ante los ruidos © ae space os ebmicos de la interesan, enton ; , entonces, de manera primordi de los per J nera primordial, +0 : al, Jos ae los penomses eae was dienes dia ae irén_quitando porque ese “ ces que lenta- aaucven ate Tee % cascabel interno”, que ruidos cémi sire : cos de la calle”, no signi ed concordance con la alegia exterior. ue la accién i i i acct els ch empieza en un conventillo Heno de i legrias com} i vile, con en . partidas, No se de i Se ee eae 0 de a7 rah sor representaci6n. La calle interBere con el regocijo del Carnaval Ei t X jos Corsos, entusiasme, os ‘dos, visas, marchas, alusion 2 lo: sino, (mids sete las comparsas y mascaritas del conventillo par reper participar en ellos, et) 1, Los personajes Componen un cuadro heterogénco que se HUE sae més ives actitudes: alegria o dolor sofrenados merge dad, agresion, egoismo, cova ncompreniin cee % : i titudes " fretan rasgos de generosidad o actitud a apetlen de algunos es clara la caricatura, En off0# cn cambio, se tocan fibras ocultas de peser y desesperana aie se hacen seres de tintes trégicos, Bn el yurge OCT choque de las situaciones ‘actuadas por wnos Y modelando el gratesco- Hay varios grupos axtraccion social que son presentados «) tos intelectuales| Gato y don Andrés. HI primero ov wl Baicalizacion del poendo poets Atento 9.8 TOT iterarias, despreciativo del medio en el a arn 2 pueril ostentacion de su supuesta superior pt D Petiado en sus anhelos de conquista, jugane * satirizan su. condicibn. En Andrés)\por el r de ideales y anhelos no realizados: a : i abandono drés— Hoy me_disfrazo, me ono a i slechol, amigo Hilario... Yo que he eserito al péginas de historie nacional, yo, que me educado en la docta Universidad de Cordoba, nce he intervenido como factor impor‘ante a es, Bueno, ya estaba disfra- de personajes de igual origen 0 desde distintas 6pticas: contrario, pesa una profunda frustracion en tres revolucions a ee he sido periodista. ;Treinta i agi un ahosl He escrito muchas paginas. Tenge baal viejo con versos vigjos, todo amarilo 38. | | marchito como yo... Mi dolor también es viejo... Y yo tengo una gran novela histérica: “Ramon Ariza”, episodios de la vida del General Urquiza hasta su muerte... Sin em- argo ya me ve disfrazado! .., Esa concepeién de la vida a la que ha arribado —un mundo de seres que se ocultan en miiltiples disfraces, y 2 los que no podemos conocer nunca totalmente~ va a ir atrayendo paulatinamente a Jos demés integrantes de Ia casa. iculizatién del Los gringos) Con Pelagatti se produce) italiano, habitual en el sainete. El haVlacqde maneja y sus actitudes fanfarronas responden a las esperadas situaciones humoristicas del género chico, En\Pietro| én carhbio, se deja de lado la exterioridad risible, para penetrar /en el conflicto profundo del inmigrante, como veremos més adelante, ‘Los eriollos)\ Hilario y Malatesta involucran actitudes distintas frente a las circunstancias socicles.\Hilario’se adapta a la nueva situacién y se hace métorman, orgulloso de su oficio. “Malatesta)la rechaza, adhiriéndose (aungue sblo yerbalmente) a una ideologia. También aqui aparece la distorsion caricatu- zesca del falso revolucionario, en realidad un orillero, haragin y aferrado slo a unas pocas ideas mal aprendidas, \Los compadritos| Machin y su grupo definen al compadri- to pr€potente. Sw accionar motiva el conflicto y lo precipita, obligando a Pietro a mostrar su disfraz, También Ramén tiene ribetes de compadrito, pero no comparte las actitudes de Machin y se opone, asqueado, a ellas. En hs diversas situaciones que juegan todos estos perso- najes se establecen diferentes zelaciones conflictivas: Pelagatti-Paisano: Es el tradicional antagonismo del criollo y el gringo, pero presentado en tono de franco humorismo. HilarioMalatesta: Malatesta no admite al criollo tra- bajador que se adapte a una situacién que él (por su aparente i 39 ideologia) rechaza. Lamenta la nueva situacién de Hilario, le duele que haya dejado de ser un guapo. Por “orgullo de compadrito y por adhesion a ideas anarquistas le desagraca el Gficw que ha tomado aquél y nos da la vsién de un Hilario anterior: : Malatesta —No sigs, Hilario, Te has entregao ‘como un otario, Vos, el taita’e la Floresta, el que usaba enterizos y leones a la francess, el de la gorra ladiada y el pafuelito’e seda solferina que asomao y caido por el bobsillo era una puftalada abierta en el corazén.. Te has disfrazao vos también, Pero Hilario sabe que Malatesta no es auténtico y por €s0 le dice: “;¥ vos no te has disfrazao?”. ¥ justifica su cambio: “No, si vos m'ibas a mantener con palabrerfo y mate amargo. Hay que dir dentrando, Malatesta”. Rumén-Malatesta: En las disputas entre ambos surge la realidad politica del momento y las adhesiones populares a ideas de izquierda 0 a caudillos de gran arraigo en el pueblo, como Alem. 2. Los disfraces El Carnaval no es sélo un fondo de alegria y regocijo en el conventillo, Es para don Andrés una prueba (o el momento propicio) para explayar sus ideas. Para otros el detonante que Confirma la visién del mundo del viejo periodista. Con observaciones més o menos superficiales, varios manifiestan esa nueva vision de las actitudes de los hombres y el disfraz en que se esconden: Pepa — No es aqui solamente, Toda la ciudad es ‘un bochinche. a Rosalfa — Ciesto. Eso de ponerse una cara ridfeu- Ia y salir por ahi a recorrer las calles. Hilario da a conocer el pensamiento de Andrés que lo Aa conmovido: Hilario — Dice que es una pavada disfrazarse porque todos vivimos disfrazados y que la vida es el corso, un corso largo... ¥ él segufa hablando y derrepente me parecié que tenia raz6n que todo aquello era el mundo, un mundo de locos y encaretaos. También Malatesta se va a sentir influido por esta vision, como lo hemos visto en su discusién con Hilario. Cuando don Andrés sucumbe ante el bullicio general y decide tomar su disfraz (ocultando su angustia en el alcohol), explicita més sus ideas: Andrés — ;El carnaval! :Y para qué, estando la vida? Los vivos de tontos, los picaros de honestos, los miseros de generosos, los igno- antes de sabius, lus duloridus de alegre jCaretas... siempre caretas! .. | Y aunque aparezca ensimismado en ese pensamiento, aparentemente aislado de todo, es el tinico que ha penetrado en el profundo dolor de Pietro, que ha intuido lo que oculta la mascara de impasibilidad que éste ha elegido. J. Prefiguracién del grotesco La figura y el conflicto de Pietro, su apariencia ridicula, su absurda respuesta (jEh! Miro humo) y el desasosiego interior que los demas no ven, anticipan en casi veinte alos tuna importante vertiente del teatro argentino, que va a iniciar Armando Discépolo con Mateo en 1923. Refiriéndose a ella dice Ordaz:'° “El grotesco posee una trayectoria propia en el 10 Ordaz, Luis. Kl teatro de Armando Discépolo, en Giacomo, Babilonia, Cremona, de Armando Discépolo, Buenos Aires, Talia, 1970, Al tratto moderno, pero cabe sefialar que el ‘grotesco criollo’ que ctea Armando Discépolo, y al que luego hacen su aporte otros autores nuestros muy destacados, mds que una influencia literaria que podria existir en algunos casos, lo origina y conereta el enfoque de personajes, problemética y émbito que componen el contorno cotidiano mds popular”. Los perso- najes, inmigrantes de origen italiano, “presentan todos una imagen sisible, pero hurgando en ello, se descubren las entrafias en carne viva, por diversos motivos en los que siempre se observa una desubicacién que, ala postre, resulta grotesca. No se trata ya de la alternancia de Ia risa y el Ianto; estamos ante la fusion de méscara y rostro en un personaje que es capaz de reir y llorar al mismo tiempo”. Marta Lena Paz'? sefiala los rasgos distintivos del grotesco criollo, muchos de los cuales aparecen ya en Los disfrazados: a) exposicién de un problema individual; b) peculiar fisonomfa de la figura central por lo comin un hunigrante, Empleo noble y cefiide de Ja uachietta (vestimentas, gestos, actitudes pintorescas, tendencia al dia- lectalismo en la expresidn oral); c) contraste entre la magnitud del problema y la elemen- talidad de la exteriorizacin, ya que fatalmente lo patético llega al espectador a través de situaciones cbmicas, Este es el recurso infalible para lograr le hilaridad del péblico, pues desde el punto de vista estrictamente escénico en el grotesco se alcanza la comicidad por medio del drama. Don Pietro resulta inexplicable para casi todos. Esa actitud impévida, casi idiotizada, resulta incluso despreciable para algunos. Mientras Andrés dice: “El silencio se debe respetar”, Malatesta se indigna: “Salga e'la luz, Respetar a un... un hombre asi. que no tiene dignidé p’hacerse valet”. ** Lena Paz, Marta, Prefiguraciones del grotesco criollo, en Carlos Mauricio Pacheco, Santa Fe, Imprenta de la Universidad Nacional del Litoral, 1962. 42 Ese medio indiferente a su pena lo afsla més, Cuando se producen los choques inevitables con Machin y su grupo aflora todo el dolor contenido: “ ;Per Dio! , ya e mucho! (es) {Non puedo mis, Cristo! ;Non puedo més! ”, fe Sélo don Andrés (y los espectadores que captan asf el profundo trasfondo de la situacién grotesca) son testigos de la eclosién del drama interior, Frente a don Andrés —a quien presiente viviendo también conflictos escondidos— se explaya y explica su desubicacién en un ambiente extraiio y hostil: Pietro— E mire don André... Osté me parece mecor que los otro... Mireme bien. Haga er favor. :¥0 soy in zonzo, eh? Mire come me tratan la quente... Todos se rien e me miran co'l desprecio perque yo no grido, perque yo miro humo siempre, siempre asi... E soy in povero disgraziato que non tengo fuerza per gridar come un leone, jsabe? E mordere con toda la rabia que tengo... Cuando don Andrés le aconseja que abandone todo y recomience una nueva vida de trabajo y olvido, en la respuesta de Pietro aparece el fracaso ante un medio al que no puede integrarse: Pietro ~ Ma e’que non puedo... don André! ... E que non puedo ne trabacar ne vivir perque tengo c4 dentro la turmenta... Osté verfa, alld in Fimigraciin, cuando que venimo del mio paese.. Entonces sf, era Pidea del trabaco e de |e fortuna. E yo tenfa la fuerza per mové la tierra. jMa, entonce no la habla conucido, no me habfa stropiao ast, el corazén, non habla per me questa dolore! .... ;Ahora non vargo in pito! {No siento mase como ante la volonté! ... 43 En el desenlace dejard por fin su disfraz ante el azombro de todos. Pro serd s6lo por un momento, par consi ¢° wengonza, Ya es tarde pare dejar defintramente, Ose ves tenvuelve la frustracién y se esconde tras la més p bable: Malatesta — ;Qué ha hecho don Pietro? Pietro — jEh, miro "humo! JULIA ELENA SAGASETA 4 NOTICIA SOBRE LA ANOTADORA Julia Elena Sagaseta es profesora en Letras. Entre 1970 y 1972 ocupd el cargo de investigadora en el Instituto de Literatura Argentina de la Facultad de Filosoffa y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Realizé estudios sobre “El lenguaje teatral” y “Veinte afios de teatro argentino (1940-1960)”. También realiz6 investigaciones sobée teatro argentino contempordneo en el Centro de Estudios de Teatro Argentino. ‘Actualmente ejerce la docencia secundaria y universitaria, 45

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