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Oscar Dominguez Mas respetico con los delfines Primer Ministro japonés: Aprovecho que el 4 de octubre es dia de los poetas, de las aves y del “minimo y dulce” Francisco de Asis, patrono de los animales, para echar una lanza en favor de miles de delfines y ballenas. Usted, sefior Hatoyama, esta estrenando puesto de Primer Minis- tro y tal vez por ello no se le ha subido el cargo a la cabeza. Sino acoge mi cordial intriga, le pediré a su esposa Miyuki, la Michelle Obama nipona, alguna vez secuestrada por los extraterrestres segtin lo reveld, que no le vuelva a escoger la ropa ni lo peine antes de despacharlo para su oficina a levantar el sushi con el sudor de su frente. En Internet y por televisién, sefor Ministro, hemos visto imagenes que muestran que en el pais del sol durmiente, la patria chica y grande de los crisantemos, han vuelto a matar delfines. No han mostrado ballenas pero muchas de ellas saben que peligra su cuarto de hora sobre el océano. Parece que ya empezé la “masacre” anual de delfines. Todo para que los consumidores que puedan pagarlo, consuman sushi. {No les da pena en su civilizado pais de ojos rasgados, como de geisha, permitir semejante Pearl Harbor contra estas sonrientes y altivas gaviotas del mar? ,No se les ponen redondos, monotonamente occidenta- les, los ojos con semejante atropello? No les dan la oportunidad de envejecer, de morirse de una prosaica gripa. No, los empresarios que estan detras de este Horoshima ictio- lagico, los prefieren muertos en su espléndida primavera. ve 180 Pretextos informales Eso esta mal, sefior Ministro. Por favor, jUreme que eso no es cierto, que son calumnias, que en el pais de los samurais, de Kirosawa y de Kawabata se podra volver a sonar con delfines y ballenas que mue- ran consentidos por sus nietos. Su esposa dice que usted es una “especie de allien, E.T., un extrate- rrestre, es decir, algo nuevo y extrano en la politica”. Pues a probar- lo, caballero. {Habra algo mas tierno que un delfin, Chaplin del agua, sefor? ;Des- pués de verlos no se le pone el corazén de algod6n? Si hasta provoca invitarlos a comer helado a un parque de diversiones. Son de los pocos seres “humanos” que viven en perpetuo viernes festivo. Las ballenas, limusinas marinas, no disponen de mucho tiempo para la ludica porque tienen que andar de aqui para alla regando de herede- ros los mares del mundo. Hoy hacen el ruidoso amor aqui, después, en cualquier lugar del charco. Cuando se les ve retozando en alta mar, se advierte que disfrutan la vida. Y si sospechan que los estan mirando, sueltan todo su repertorio de saltimbanquis acuaticos. Delfines y ballenas me han hecho saber en su misterioso esperanto de susurros que no quieren morir, que, por favor, ustedes los japo- neses que son ingeniosos hasta el punto de que lo que no inventan lo copian mejor que el original, le pongan punto final a esas activida- des ilicitas, perversas a morir. Que cojan oficio pescadores de delfines y ballenas. ;No dizque tienen una sociedad tan organizada que hasta la gente se muere de tedio? Pues que se vea tanta vanguardia cultural poniéndole el tatequieto a una actividad que nos tiene horrorizados a muchos de los que habi- tamos lo que queda del medio ambiente. Se la planteo diferente: ; Qué tal que delfines y ballenas, en repre- salia, se dedicaran a cazar bipedos implumes como usted 0 como > 181 Oscar Dominguez yo? No nos haria ninguna gracia a quienes no le tenemos bronca a la vida. {Sin calumniar a nuestros colegas de la especie humana, sospecho que se indigestarian con esta carnita y estos huesitos). Ponganse las pilas para que podamos mirar a los ojos a los delfines y ballenas cuando nos los encontremos en un acuario, en una foto de periddico, o en la imagen de un sofisticado televisor de esos extra- planos, anoréxicos, que clonan en su pais. No estoy amenazando la industria nipona, pero si no paran la caza de delfines y ballenas se pueden encontrar con la sorpresa de que este consumidor no volvera a comprar productos hechos (o piratiados) en su pais. Después no me venga con el cuento de que una voz tercer- mundista no lo previno. “& 182

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