PEDAGOGÍA

PIKLER

Marta Rovira, Laura Faradhova, Judit Blasco y Guillermo Rubio

 ÍNDICE

1-Introducción
2-Principios básicos
3-Requisitos/Materiales
4-Papel del adulto
5-Beneficios
 1- INTRODUCCIÓN PEDAGOGÍA PIKLER O LÓCZY

La pedagogía Pikler-Lóczy fue elaborada por la pediatra Emmi Pikler en 1969.

Consiguió este método alternativo de enseñanza ya que se nutrió de las ideas de Freud,
Spitz, de la teoría del constructivismo, entre otras. Su teoría se centra principalmente en
la actividad autónoma de los niños.
Emmi Pikler fue una pediatra húngara que dirigía un orfanato en Budapest. Desarrollo
la metodología de crianza para evitar que los niños criados en instituciones padecieran
el llamado “síndrome de hospitalismo”, que provoca dificultades en el desarrollo de las
competencias afectivas, la personalidad y la psicomotricidad.
 2- PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA PEDAGOGÍA PIKLER

La pedagogía Pikler confía en la capacidad innata de los bebés de alcanzar hitos

evolutivos sin ayuda, y así impulsar su autonomía y autoconfianza que derivarán en un
desarrollo más fluido. Así, Pikler propone una manera diferente de mirar al niño, en la
cual la relación de los padres y los educadores frente al niño sea de igualdad y respeto.

La pedagogía Pikler es también conocida como teoría del movimiento ya que defiende
el libre movimiento de los bebés, que no se les coloque en ninguna posición a la que no
puedan llegar por ellos mismos.

Los cinco principios básicos de la pedagogía Pikler son de igual importancia y además
regulan en detalle los aspectos cotidianos de la vida de los pequeños. Estos principios
básicos son:
1- Valor de la actividad autónoma de los niños. Los niños son capaces de aprender a
aprender por sí mismos. Si nosotros, los adultos, no nos interponemos en su desarrollo,
se dará de forma natural y según sus propias necesidades.
2- Fomento de la consciencia de sí mismo y de su entorno. Dar una seguridad
emocional al niño que complazca su necesidad afectiva, y así el niño puede centrarse en
el movimiento de su cuerpo.
3- Valor de una relación afectiva privilegiada.
4- Importancia de la salud física.
5- Motricidad libre. El niño se moverá por iniciativa y se sentirá competente.
 3. REQUISITOS/ MATERIALES

Como ya hemos visto en los apartados anteriores, adoptar la pedagogía Pikler requiere
transformar completamente nuestro pensamiento. En esta, tenemos que dejar que el niño
aprenda y evolucione de manera autónoma con plena consciencia de su entorno y de sí
mismo, mientras que el adulto se dedica a acompañarlo durante su desarrollo, y deja que
el niño aprenda a su ritmo confiando en él y en sus capacidades.

Para llevar a cabo este tipo de crianza, debemos tener en cuenta una serie de requisitos:
- El entorno tiene que ser seguro si queremos que el niño explore y juegue
libremente, así que debemos de eliminar cualquier objeto con el que pueda
hacerse daño.
- Para que el niño esté lo más cómodo posible, es preferible que vaya con ropa
ancha y descalzo.
- El cuidador no debe intervenir en la actividad del niño, exceptuando de que él se
lo pida (por ejemplo, cuando quiere que le cojan en brazos), por este motivo
siempre tiene que haber un adulto presente por si el niño necesita algo.

A lo largo de este proceso se necesitan unos materiales que faciliten el desarrollo en el

proceso de autoconocimiento y de exploración:
- Espacios amplios y bien iluminados.
- Juguetes que estimulen a los niños y puedan manipular con facilidad.
- Estructuras adaptadas que les permitan explorar.
- Un suelo cálido.
 4. PAPEL DEL ADULTO

Para Emmi Pikler el niño es el protagonista de su desarrollo y es quien incorpora

experiencias que fortalecerán su autoestima y su autonomía.
Para poder satisfacer las dos necesidades principales del niño en las que Pikler basa su
trabajo: el apego y la autonomía, la actuación del adulto debe de ser diferente a la
tradicional.

Durante los cuidados que le proporciona el adulto al niño, como cambio de ropa, de
pañal, bañarlo, darle de comer…, el adulto debe realizarlos de manera suave, con gestos
delicados, movimientos lentos y mostrando interés y atención en el niño. Al mismo
tiempo, va explicando lo que lleva a cabo, dando tiempo al niño para que escuche y
comprenda.
De esta manera, si el adulto le presta suficiente atención durante estas actividades, el
pequeño no necesitará su presencia durante el juego y así favorecerá su autonomía.

La actitud del adulto respecto al movimiento y al juego del bebé es diferente a los
modelos tradicionales; en este caso, el adulto no interviene y confía en el niño,
simplemente está presente y observa. Para que los bebés descubran su cuerpo y sus
movimientos, les ayudamos colocándolos boca arriba y ellos aprenden a darse la vuelta,
ponerse boca abajo, gatear, sentarse, ponerse de pie… . Se crea una situación
beneficiosa en el estado emocional e -intelectual del niño ya que los movimientos
realizados han sido ganados por ellos mismos, por su deseo de moverse y de
exploración.

Sin embargo, recordemos que el otro principio del trabajo de Pikler es el apego del bebé
al adulto: por mucha autonomía que le demos, el bebé necesita también un apego hacia
el adulto. Este apego se puede trabajar y conseguir mediante una supervisión y atención
constante durante la exploración del niño. El fallo es parte del aprendizaje, y habrá
veces que el bebé necesite la ayuda del adulto por algún prueba y error que haya hecho.
Que el niño sienta que aunque lo haga mal, tendrá el apoyo del adulto, le hará crear
unos vínculos con el adulto, una sensación de apego, y facilitará la experimentación del
bebé.
 5. BENEFICIOS

Esta pedagogía de Emmi Pikler presenta ciertos rasgos positivos, como puede ser el
conocerse a uno mismo. Ya que este método se basa en la propia autonomía del niño,
poco a poco irá conociendo su cuerpo y sus límites, de esa manera el/la niño/a tendrá un
mayor control sobre sí mismo y sus movimientos serán mucho más seguros y firmes.
Por otra parte, su desarrollo se verá beneficiado y su cerebro madurará mejor, con lo
cual se ampliará su conocimiento.
Finalmente, la importancia no está en la rapidez con la que consiga el aprendizaje, si no
en su calidad. Los adultos deben respetar su ritmo y su tiempo y proporcionarles un
lugar seguro.

ACTIVIDADES PEDAGOGÍA PIKLER

Actividad 1: Para la primera actividad, se traerán una serie de materiales lúdicos tales
como peluches, juguetes, puzles… y se proporcionará una zona de juego utilizando un
tatami en el centro de la clase. Para la correcta demostración de la actividad,
necesitaremos 10 voluntarios, uno por grupo, para que 5 de ellos hagan de bebés
jugando y experimentando en la zona de juego con los materiales proporcionados, y
otros 5 serán los cuidadores que les supervisen desde la distancia. En teoría, tras haber
expuesto la teoría, los cuidadores sabrán qué deben hacer según la pedagogía Pikler.
Actividad 2: La segunda actividad se centra en el papel de los adultos en la pedagogía
Pikler. Consiste en simular actividades de los adultos, actividades que requieran
suavidad y control físico sobre el niño. Se les proporcionará a un voluntario un papel
con instrucciones sobre qué hacer, por ejemplo: “Haz como que le lavas el pelo,
explicando lentamente cada paso y cada acción que vayas a hacer”. De esta forma, el
niño tiene tiempo para pensar y analizar qué está ocurriendo, y podrá desarrollar
referencias. El primer ejemplo servirá para los otros 4 cuidadores para realizar acciones
que les indicaremos, tales como peinar o hacer una coleta.

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