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Obras Poéticas Propias de Fray Luis Pon 81-120
Obras Poéticas Propias de Fray Luis Pon 81-120
La lanza ya blandea
el árabe cruel y hiere al viento
llamando a la pelea :
innumerable cuento
de escuadras juntas veo en un momento.
¡ Ay ! que ya presurosos
suben las largas naves ; ¡ ay ! que tienden
los brazos vigorosos
á los remos, y encienden
las marcs espumosas por do hieuden.
2 53 } e
El Éolo derecho
hinche la vela en popa, y larga entrada
por el Herculeo estrecho
con la punta acerada
el gran padre Neptuno da á la armada.
¡ Ay ! ; cuanto de faliga,
¡ ay ! ; cuanto de sudor está presente
al que viste loriga ,
al infante valiente,
á hombres y á caballos juntamente !
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Y tú , Betis divino,
de sangre agena y tuya amancillado ,
darás al mar vecino
i cuanto yelmo quebrado !
; cuanto cuerpo de nobles destrozado !
El furibundo Marte
cinco luces las haces desordena
igual a cada parte ;
la sexta ; ay ! te condena,
o cara patria , á bárbara cadena.
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Noche serena.
CÁ Don Oloarte. )
el amor y la pena
despiertan en ini pecho una ansia ardiente,
despiden larga vena
los ojos hechos fuente,
la lengua dice al fin con voz doliente :
VIII.
Morada de grandeza,
templo de claridad y hermosura,
el alma que a tu alteza
nació, & qué desventura
la tiene en esta cárcel baja oscura ?
¡ Ay ! despertad mortales ;
mirad con atencion en vuestro daño ;
å las almas inmortales,
hechas á bien tamaño ,
podrán vivir de sombra y solo engaño ?
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Rodéase en la cumbre
Jnmensa hermosura
aqui se muestra toda, y resplandece
clarisima luz pura
que jamas anochece ;
eterna primavera aqui florece.
; O campos verdaderos !
io prados con verdad frescos y amenos !
¡ riquisimos mineros !
io deleitosos senos !
i repuestos valles de mil bienes llenos !
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5*
IX .
Las Sirenas.
CA Cherinto.)
No te engañe el dorado
vaso, ni de la puesta al bebedero
sabrosa miel cebado
dentro el pecho ligero,
Cherinto, no traspases el postrero
Die Sireneu.
(An Cherinto .)
Pasó tu primavera ,
ya la madura edad te pirle el fruto
de gloria verdadera ;
¡ ay ! pon del cieno bruto
los pasos en lugar firme y enjuto,
No fies en braveza ,
atiende el sabio rey Solimitano ;
no vale fortaleza,
que al vencedor Gazano
condujo a triste fin femenil mano.
Decia conmoviendo
el aire en dulce son : la vela inclina
que del viento huyendo
por las mares camina,
Ulises, de los Griegos luz divina.
Allega y da reposo
al inmortal cuidado, y entre tanto
conocerás curioso
mil historias que canto ,
que todo navegante hace otro tanto .
o 73 Yoo
Todos de su camino
luercen á nuestra voz, y satisfecho
con el cantar divino
el deseoso pecho,
á sus tierras se van con mas provecho.
Si å ti se presentare,
los ojos sabio cierra , firme atapa
oreja si llamare ;
si prendiere la capa,
huye, que solo aquel que huye escapa.
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Á Felipe Ruiz.
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Cuando será que pueda
libre de esta prision volar al cielo,
Felipe, y en la rueda
que huye mas del suelo,
contemplar la verdad pura sin velo ?
An Philipp Buiz.
Y de alli levantado
veré los movimientos celestiales,
asi el arrebatado
como los naturales ,
las causas de los hados y señales .
6*
XI.
Recoge ya en el seno
el campo su hermosura, el ciel aoja
con luz triste el ameno
verdor, y hoja á hoja
las cimas de los árboles despoja.
An G rial.
Ya el ave vengadora
del Ibico navega los nublados
y con voz ronca llora ;
ya el cuello al yugo atados
los bueyes van rompiendo los sembrados.
No cures, si el perdido
error admira el oro, y va sedienlo
en pos de un bien fingido;
que no asi vuela el viento,
cuanto es fugaz y vano aquel contento.
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Que yo de un torbellino
traidor acometido y derrocado
de en medio del camino
al hondo, el plectro amado
y del vuelo las alas he quebrado.
o
si 89 You
Å Felipe Ruiz.