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no puede desenvolverse sin libertad. Los reyes espa-
Tioles al declarar 4 los indios perpetuamente menores
hicieron lo que con sus hijos algunos padres indisore-
tamente amorosos, criarlos en el encierro, débiles de
cuerpo, pobres de espfritu y faltos de experiencia. Las
leyes de Indi
indio es débil como un nifio; luego debe tratarsele co- go pi
mo tal,” sin reflexionar que traténdole siempre como virey!
se encerraron en este fatal cfreulo: “el
nifio nunca podria salir de la infan “A los indios es po, qu
preciso protegerlos y no educarlos,” decia el Sr. Zu- que el
méarraga,' y desgraciadamente se siguidé esta maxima.
iNo habria, por otra parte, algun interes en el go-
bierno espafiol para no educar al indio? ; No temeria
que saliendo de la infancia se armase contra ¢l usando
de la fuerza de hombre? Dejemos que sobre este pun-
to responda por nosotros un autor que mas bien es
tenido por parcial de los esparioles que de los indios. + puebl
“En los tiempos que siguieron inmediatamente 4 la dios
conqnista, se tuvieron ideas muy liberales para la ins: + doci,
truccion y fomento de los indios. Antes de pensar ins e
en formar ningun establecimiento ptiblico de instruc- hoseor
cion para los espafioles, se fundé el colegio de Santa
Cruz para los indios nobles, en el conyento de San-
tiago Tlaltelolco de religiosos franciscanos, cuya aper-
tura solemne hizo el primer virey de México D, An-
tonio de Mendoza. Hubo de pensarse despues que no
conyenia dar demasiada instruccion 4 aquella clase,
I Cartas. Op. cit. pig. 102.
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espa de que podia resultar algun peligro para la seguridad
Menores | de estos dominios, y no solo se dejé en decadencia
indisere.
aquel colegio, sino que se embarazé la formacion de
les de
ae otros, y por esto el capitan D. Juan de Castilla se afané
ni. Lag en vano durante muchos afios en Madrid, 4 fines del
elo el siglo pasado, para conseguir la fundacion de un cole-
eo gio para sus compatriotas en su patria Puebla, El
mrecomo
virey marques de Branciforte decia por el mismotiem-
po; que en América no se debia dar mas instruccion
que el catecismo; no es, pues, estrafio que conforme
4 estos principios, las clases bajas de la sociedad no
tuviesen otra, y aun esa bastante imperfecta y escasa. ;
La expulsion de los jesuitas fué para ellas tan perju-
usando dicial, como para las mas elevadas, pues si para estas
ste pun- habian fundado estudios en las ciudades, daban 4 to-
dos instruecion religiosa y formaban la moral del
pueblo con frecuentes ejercicios de piedad. Los in-
dio:
sin embargo, como que eran admitidos al sacer-
docio, entraban en los colegios para aprender las cien-
cias eclesidsticas, pero enlo general se limitaban 4 solo
instrue- los conocimientos precisos para ordenarse ¢ ir 4 admi-
fe Santa nistrar algun pequeno curato 6 vicarfa en algun pue-
de San- blo remoto y en mal temperamento.”
yaaper- E] aislamiento en que se obligé 4 vivir 4 los natu-
D. At rales, si bien pudo libertarlos de algunos vejémenes, —
ne n0 les impidié aprovecharse de la civilizacion espatiola,
a clase, que solo con el trato de los conquistadores podian ad-
1 Alaman, Historin de México, tom. 19, pig: 26.
a
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quirir; los arraigé en sus antiguas costumbres y preo-
cupaciones; establecié dos pueblos heterogéneos, ene-
‘migos, en un mismo terreno.
Entre las leyes protectoras encontramos una, citada
anteriormente, que fué tambien de fatales consecuen-
cias; la que dejé el sistema de comunidad, cuyos per-
niciosos efectos en lo general hemos explicado ante-
riormente. ' Los indios que no vivian en las ciudades
fueron reunidos en pequefios pueblos, de donde ya
hemos visto que no podian salir, asigndndose 4 cada
uno de esos pueblos un territorio que era cultivado en
comun, y otra parte se distribuia de por vida entre las
familias para sus exigencias particulares; pero la ley
no concedia mas que el usufructo de las tierras, y 4 la
muerte del poseedor el magistrado hacia un nuevo re-
partimiento. De este sistema ha venido que aunque
la ley no prohibia 4 los indios tener tierras en pro-
piedad, muy poeas 6 raras veces llegaron 4 adquirir-
las, porque les faltaba la costumbre de empresa per-
sonal; los indios habian perdido completamente el
sentimiento de la individualidad. “Donde quiera que
el derecho de propiedad es desconocido 6 modifica-
do aparece la indolencia, la ociosidad, la imprevision;
el hombre se degrada, la prosperidad, la gloria na-
cional desaparecen, la miseria sucede 4 la abundan-
cia,
sumerge al pueblo en el envilecimiento, hace
en cierto modo necesaria la esclavitud y aun destru-
1 Parte 1?
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