You are on page 1of 174
AWW, Cimon Bidavolo-Mir Puig, Valencia, 2 AAW, Comentarios al Ciigo Pena, tonos EXI, Dit, Cobo del Ros, Madrid, 199 tomo XI Dts, Cobo del Rosa Morita Cueva, Maal, 2011 is al Citgo Pena: Reforma 1.0 1/2015 y LO 2/2015, Dins, Corcoy AAVY, Comentarios prcicos al Citigo Peal (arts, 138233), tomos Wal VI (Parte Especial), Di. Goines Tomillo, Cinur Menor (Navarra), 2015, AVY, Mementa Pristico Pnal 2019, Coord, Molina Fernandez, Madrid, 2018, BUSTOS RAMIREZ, Maral de Derecho Pena, Pate Especial, Madi, 1991 CORDOBA RODA, Gimentarios al Ci Barcelona 1978 MUNOZ CONDE, Devo Ponal, Parte Especial 20" ed, evil y pest ala com la colaboracin de Léper Peregrin, Valenti, 2015, QUERALT JIMENEZ, Dencho Penal Expo Parte Experi, Blanch, Valencia, 20 QUINTANO RIPOLLES, Tintado del Pate Bp Gimnbemat Ordeig-Garcta Vakdés, Madrid, 1975, RODRIGUEZ DEVESA, Deveclo Penal Espaiol. Parte Especial, 8 ed, Madrid, 1980, SERRANO GOMEZSERRANO MAILLO, Dewcho Penal. Pare & igo Powal, Tomo Ul del Drcho Peal pres alia por Capitulo 1 DEL HOMICIDIO Y SUS FORMAS (I) El homicidio BeRxanno D1 Rosat. BLASco tegido. IIL El upo bisco del dete de homicido dolexo (art 138, apa flo): 1. Introduces, Sujetos material de deo. 3. Conte tic: La comin pr oman one hms dn. Caaia imputacién objet dt vestado de mete 4. Elio subjetvo. E Antria ‘io doo art 188, apartado 2) V, Lo i pe 1. CONSIDERACIONES GENERALES Hace algiin tiempo, TORIO LOPEZ, puso de manifesto cmo “los delitos contra la vida humana independiente no s6lo poscen una funcién dogmtiea, sino polftio criminal fundamental”, pues, “mediante ellos se disetian los criterion rectors dl taint dels po negates de apt expec y son ane bién adoptadas las decisiones valorativas a que sen teleridas las dlemée figuras de delit. De esta manera, se dejaba constancia de Ta importancia que tenes ala hora de valorar dogmatica y politico criminalmente un mutevo CP, la eonereta con figuracion que en él se haga de los delitos contra la vida humana independiente Por otra parte, estos delits son un terreno abonado para que, a través de su analiss, flore nitidamente el trasfondo ideoldgicn que subyace bajo too el C2. Ha de tenerse en cuenta que, en la segunda mitad del siglo XX, hemos asistido lo que Arthur KAUFMANN hha denominado la quiebra del principio de la pro. teccion absolute de fa vida, consecucncia fundamental ee los vances de la Medicina, y, su vez, en exe misino periodo historio, hemos peside comprobat Ia ereciente relevancia y tascendencia de la opinidn del paciente en el imbito de las intervenciones médlicas sobre el propio cicrpo, Toxo ello hace imposible ob- Viar una refexi6n sobre la extensién que, en el smbito de la proteecion penal de lavida, hade tener el consentimiento del sujto pasivo porque, como ha sehalado ‘ZUGALDIA ESPINAR, “Ios limites del deber de tratamiento médico no pueden cesar determinados tinicamente por las posbilidades téenicas dle las que se dix ponga para el mantenimiento dela vida", En estas condiciones, si hacemos cso quien, con raz6n, eree que “una de las euestiones en donde mis aflora la ideolo. ta de wn Cos 1 la eficacia del consentimiento del ear” (LOPEZ BARJA DE QUIROGA), la consecuencia es que, en los delitos contra Ia vida, como en pocos, se proyecta con intensidad la ideoiogia que ha servo de base al legislador para elahorar un texto punitive Finalmente, importantes son las novedades que en los delitos contra la vida ha introducido fa LO 1/2015, v que is resume y explica el Predmbulo de la Ley de forma bastante precisa “La relorma presé la imposicin de una pena de pr sin permanente revisable para los asesiatos especialmente graves, que son alo 1 definidos en el ar. 140 del Cadigo Penal: asesinato de menores ile diecscis alloso de personas especialmente vulierables;asesinatos subsiguientes aun del ‘contra la libertad sexual; asesinatos cometidos en el seno de usta onganizacin Criminal yasesinatos reterados o cometidas cn serie” Por otra parte, se evil defini de asesinato (no agravado), que pasa incur los supuestos en los que se causa la muerte de otto para faciitar Ia comisin de otro delitoo exitar su de ccubrimiento. ¥se amplia el marco penal dentro del cual los uibunales deen fj Ta pena justa, si bien se mantiene It imposiciin de la misma en su mitad superior cn los casos de concurrencia de varias de ls circunstancias que cualifiean el ases Aelems, “est ereneia, pasa er able ircunstancias que cualifican el delito de homicidio. AI tiempo, se ha previsto tambien la ageavacién del homiciio de autoridades, funcionation y tori ~cuando son vitimas de este delito en el efercicio de sus lmnciones o con ocasion de elas con a finalidad, especialmente, de reforzar la proteccién de losagentes de las Fuerzasy Cuerpos de Seguridad Faltaria indica, tinicamente, que, adem se erea una nueva forma de hom dio imprucente en aquelos casos en los que se causa la muerte por inipruden cia menos grave, elevanddo, as, ala categoria de delito la antigua flea de homie dio por impradencia love I. CONTENIDO DE INJUSTOY BIEN JURIDICO PROTEGIDO EN LOS DELITOS DE HOMICIDIO. Se ha mantenido en nuestra doctrina por BACIGALUPO (1994) que, “aun {que no sea en primera linea, ni con li misina intonsidad que la vida, el delito de homicidio protege también a auladsterninaciin del sujeto pasivo” airmacién que se fundamenta “en la impunidad del snicidio establecido por el derecho vigente teccin complejo, en el que, junto. ave bio- logic, la autodeterminacién ocupa in higar secundario, pero indudablemente relesante”, Esta tess enlaza, directamente, con el crterio que este mismo autor junto con otros- mamtiene acerca de ka naturaleza yeficacta del consentimiento ‘como causa de atipicidad de la conducta, Para BACIGALUPO (1999), en ele de tos bienes juridicos de naturaleza disponible, el auténtico objeto de protec cin no lo constitu slo la integra del sustrato material en el que éste objeto concreta (sida bioldgiea, patrimonio, salud, ete.) sino que se inicgr=, ademis, por la capacidad de dominio auténomo del sujeto pasivo sobre fico objeto material, de modo que la mera lesGn del sstrato materia sil en lon trabajos de KIENTZY y ZIPF y ha sido convincentenyentedesarrllada en Alemania por ROXIN, para quien, en todos los casos, el consentimiento exclaye {aso agresion alguna al tite del bien jurdico protegido, sino solo una protec- bre dsposiion sobre lo bens juridicos de que es itular Pues bien, en mi opinién, no es que el delito de homicidio protejatambin autodeterminacion del sujeto pasivo, es que, bisicamente, ese es el bien juridico protegido, De modo que, como ha sefaladlo SEGURA GARCIA, como regla gene fal, conseenencia del derecho al ibre desarrollo de la personalidad garantizado ‘onsttutionualiacnte (at. 10.1 CE), “Tos bieres juridicos individuals son abitos de autodeterminacién reservados alos ciudadanos, émbitos sobre los cuales se les concede a éstos la facullad de excluir las intervenciones o ls injerenciasajenas, ncluidas fas del Estado”, As, igual que en cl mbito de Tos deltos contra el ps jonio objeto de proteccién no es la eoxa mucble sabre la que reeae la acciin del 0, que sujeto activo, que puede no sult ningin tipo de dao o deteriora 0, neh puede ser mejor conservada en manos de quien la ha sustraidoilcitamente, sino el conjunto de Facslead sobre la cosa el ordenamiento juridico, en el ambito de los deitos contra la vida noes éta, como realidad biologica, el objeto de tutela, aunque sf sea cl objeto de que, fente a terveros, concede al titular del derecho Ia acci6n tipica, sino el conjunto de faeultades de decisin y disposicign que el sujeto tiene sobre Ia misma, ¥es que, por lo que se refiere a los bienes jurdicos individuales,el Derecho penal no protege sistratos materiales sino facultades de Alisposicién, de modo que conceptualmente no son iddeas coinciddentes la de k pm ie disposcin del titular Eso ho quiere decir que el legistador no pueda, en funcion de lain trato material para las condiciones de vida y existencia individual y socal, limitar Ta libertad de disposicién sobre los mismos;y esto, en ocasiones se traduce, como ‘ocurte en los delitos contra la vida o en los delits contra la salud, en dotar de ficacia fmitadaal consentimiento del titular, de modo que el consentimiento no 2 aminorar el injusto, Si in det sustratoy ia de la retin de la capac nportancia del sus ‘a excluis fa ipicidad de Ia conducta, aunque slog esto es asi, es porque este tipo de delitos no solo protegen el interés individual en el mantenimniento de la vida (homicidio) sino, igualmente, el interés del Estado en el mantenimiento del principio general de respeto fa vida ajena o ala intan sibilicadl de la propia vida (induccién y cooperscién al suicidio), 0, ise prefie 1 interés general (cl individual no existe) en el mantenimiento del sustrato que forma parte del bien uridico, Esta concepeién configura lo delitos de induccion y cooperacion al suicidio, no como delits contra la vida humana, pues ésta no se pro tltades de autodeterminacion, sino como delitos de peligro abstracto, de donde ‘se junitiea ka aminoracidn de ka reaceién prmitiva frente al injusto, + como tal sino en ka medida en que el individuo quiere mantener sis fae IIL, EL-TIPO BASICO DEL DELITO DE HOMICIDIO DOLOSO| (ART, 138, APARTADO 1) 1. Introduccién lant 188, apartado 1, del CP recage el tipo bsico del delito de homicidio ddoloso, a partic del cual se configuran los tipos agravados del apartado 2 del pre pio art 138, los tipos especiales del delito de aesinato del art. 139, apartados 1 y 2,y del ascsinato agravado del art. 140, asi como las formas preparatorias punibles del art. 41, Aparte de ellos, en el art. 12 se recoge el tipo de homicidio impr dente yen el art. 143. el castigo de la induecisn y la eooperacisn necearia en netos de suicide de terceras personasyyen actos de eutanssia FI tipo del delito de homicidio castiga a que matare a otro y lo castiga com k pena de prisidn de diez a quince afios. Se configura, este tipo basico de los delitos Contra la vida, como tn tipo prohibitive de causa, es decir lo ue la Ley pretende ou de un result fs evitar ba casa tado material determinado, eal es la muerte de tuna persona fisia viva, lo cual nos obliga, como veremos, a plantearnos determina das euestiones que tienen que ver con las formas comsivasylaimputaciin objetiva, Sujetosy objeto material del detito El tipo bisico del delito de homicidio es un tipo comin, que no plantea es peciales problemas en cnanto a la definicién de los sujetos activo y pasivo, pero si delimitacin del objeto materal, que si plantea algunos problemas ‘Objeto material del delito lo constiuye la persona fsiea viva y, por tanto, ha br que delimitar'a partir de qué momento (limite minine) y hasta qué momento nite mdxima) un ser humane ha de sr considerado una persona fisica viva par poder ser considerad un objeto material i portancia de esta delimitacidn viene dada porque, obviamente, el limite minimo del objeto material marearé la frontera entre el deito de aborta y el delito de hhomicil el asesinato) y la impimidad (0 li tentativa inidénea por falta, prec “objeto material. ‘del delito de homicidio. Laine ‘cl de asesinato) y el linite msdximo la frontera entre el homicidio (o Capi De ei fara) 5 Elproblema del Kinite miximo, o, lo que es lo mismo, el problema de cus 1o una persona debe ser considerada como fallecida a Tos efectos de no poder fonstituir un objeto material idénco del delito de homicidio, parccis quedar re fhelto, en st momento, porelart. 10 det Real Decreto 4126/1080, de 22 de febrero fe 1980, por el que se desarrola reglamentariamente la Ley 30/1979, de 27 de fewubre, sobre Extraccion y Trasplante de Organos, que, por primera vez en el Derecho espatiol, esablecié un concepto le fificaba la mucrte de una persona con el eese de fa actividad cerebral (art. 10) Ahora, sin embargo, el Real Decreto 1723/2012, de 28 de diciembre, porel que se equlan las actividades de obtencién, wiliacién clinica y coordinacion terrtor eos érganos humanos destinados al trasplantey se establecen requisites de cx Tidal y seguridad, en Kinea a como ya lo hizo el anterior Real Decreto 2070/1908, de 90 de diciembre, ampla el concepto legal de muerte, porque define ésta tanto tuuando se produce el ces ireversible de las funciones encefilicas (muerte ence filic) (ar. 9, apartado 2, parr, tercero} como cuando se prextuce el ces irrever sible de las funciones circulator y respiratoria (muerte cardiorrespiratoria). La muerte enceféliea se constataa través del coma arreactvo de etiologéa estructural fonocida y cargeter irreversible (art. 9, apartado 4, yapartado 2.1 del Anexo 1) y Ja muerte cardiorrespiratoria se constata, de forma inequivoca, por dle crculacion y de ausencia de respiracién espontinca, ambas cosas durante un periovia na inferior a cinen minutos [apartade 1, 2) del Anes TP Efectos del art 138 y siguientes del CP, el momento de la muerte se determina a partir de la constatacion de la muerte encefilica o de la muerte eardiorrespirato- ria, acreditable mediante las evidencias que sevala el Real Decreto 1723/2012. ilde muerte. Dicho concepto iden: Algo mis complejo es el problema del Kimite mimo. En qué momento una Perona ha de considerarse nacida a los efectos de dejar de ser objeto material de un delito de aborto y poder sero, sin embargo, de uno de los Hamados delitos ‘contr la vida Iumana independiente, elo que doctsna y jursprudencta tratan de solventar a través de opiniones diversas. Asi, mientras un sector doctrinal en tiende que el momento del nacimiento ha de sitwarse en el preciso instante en cl que, por efectos del parto, el nit comienza a ser expulsado del alvo mater ho (STAMPA BRAUN), otros exigen, para la existencia del delito de homicidio, aque el objeto material, la vietima, pueda ser completamente contenplada por el agente (GIMBERNAT ORDEIG 199, QUINTANO RIPOLLES), an tereer grupo opta por exigit, sin ms requisites, que se producca la total separacidn del elaustro rmaterno (BAJO FERNANDEZ) 5, fi del nacimiento debe evidenciarse con el corte del cordén umbilical (MUNOZ CONDE a docirina tradicional del TS, en fas no muy numerosas ocasiones que ha tenido la oportunidad de pronunciarse al respecto, no ha miantenido un crite Fo completamente uniforme, atmqpie prevaleee el de la respiracion pulmonar ces deci, el momento del nacimiento se produce, segin el TS, con la completa separacién del claustro mateo y la subsistencia de vida propia que se evidencia acion pulmonar (SSTS de 27 de diciembre de 1878, 20 de através de la respi mayo de 1884, 26 de junio de 1888, 20 de mayo de 1975; en este mismo sentido, DEL ROSAL - COBO DEL ROSAL = RODRIGUEZ, MOURULLO, QUINTANO, RIPOLLES). Mas recientemente, a través de las SSTS de 5 cle abil de 1905, 28 ee ‘octubre de 1996, 22 de encro de 1999 0 29 de nosiembre de 2001, ha sefialado llamado periodo de dilatacin y continga con el perioda de expulsicny en ambos tiempos, el nacimiento ya comenzado. Las contraeciones de la dilatcidn tienen a ampliar la boca del itero hasta su t al extensin y al mismo tiempo empujan al nino hacia fuera, le tal manera que Hay ya intento de expulsién del cuerpo materno, que enlaza con las contracciones y dolores propios de la expulsion, que ince com la fae terminal del nacimiente 0 parto, Por tanto, el comicrizo del nacimiento pone final estadi fetal y, por consiguiente, se transforma en persona ‘que antes cra un felo, ysi no existe en Derecho penal wn precepto quc sehale como sucede en el OC, la delimitacién a los efectos pertinentes, de la considera ‘ion juridica de persona, pero no cabe dda que la conceptuacion de persona, a partir del momento.en que se inicia el nacimiento, se sta en la linea de la mayor ‘fectvidad de los derechos ala vida ala integriiad fsie ya la salud que procs man Tos rts. 15y 43 de la CE. En resumen, el ser human, cuyo naeimiento se hi niciado,c nstitiye cl objeto material iddine» que sure la accion 1 omision qu ‘como delits de homicidio, se ipfican en el GP (en idéntico sentido, mas recien. temente, la STS} Commnial Valenciana ele ele are ele 3008) 3. Conducta tipien Como ya he sea lart, 138, apartado 1, contiene tn tipo prohibitive de causar; es decir Io que la Ley pretende ev evitar la causacion de-un resultado ‘material determinaclo, cual es ln muerte de wna persona fisca viva. Tal firma ‘como en todo tipo prohibitive de causar que no exige un medio comisorio deter ninado, es absohutamente irrelevante la forma de la conducta: puede cometerse por accién o por omisin, siempre que se produzca como resultado la muerte del Sujeto pasivo, Por otra, que al no satisfacerse la conducta con la mera manifesta ian externa de la voluntad sino exigir la preduccidn de un resultade como cox Secuencia del actiar voluntario, para alirmar que el agente ba realizado el ipo 3 preciso establecer con caricter previo que a su condlucta le es objetivamente mputable el resultado tipico, la muerte A. La comisin por omisin en ol homicidi doloso Efectivamente ~emperando por la primera de las cuestiones-, ka jurispruder cia tradicional del TS, asin antes de ln introduccidn en nestra CP de la cus la general de Ia comision por omisiGn en el art. 11 del CP de 1995, admitia la posibilidad de lx comisién por omisin en el homicidio, ya castigindola a tiulo (SSTS de 21 de enero de 1934, 20 de marzo de 1945, Il de junio de 1952, Capi 1. Dat amici y formas 21 de diciembre de 1977, 25 de abril de 1988, 13 de diciembre de 1988), ya sea a Htulo imprudente (SSTS 20 de abril de 1886, 18 de mayo de 1891, 12 de novien bre de 1989, 25 de abril de 1904, 19 de abril de 1965, 27 de diciembre de 1977). No obstante, ef TS, por una parte, se mostraba extraordinariamente restrictive ta liora de admit fa comisin por omisién dolosa sin embargo, por otra, no ence aguno para adm a comin por oni Ipradee Niguiera fnidamentar los requisitos o las eixcunstancias que motivan a posicisn id garante del omitente 0, cuando menos, los requisites 0 las circunstancias que ‘Gaworigen la responsabilidad criminal por un delito (de resultado) en comisisn poromisicn. IGP de 1996 ineluye, pe omisin en elart 11, que extablece: “Los dlios o alas que consist primera vez, una cléusula general de comisién por ‘Teun resultado slo se entenderincometids por omisin cuando la no vita aL iningir wn especial debe jusiico del autor, equiva, sein el sentido de Tey sn causaciin. tal ort se euiparard la omision ala accién: A) Cuando exista in lg contractual de actuax B) Cuando el amitente haya creado ion uridicamente protege mediante wna acciin womision sn esecfca obliga precedent ie riesge para d por oitkidn slosdehtor de reste, ch ls que no ction del sino, ali rng un especial deberurtieo del autor, evga eu el sentido de fa Ley teu conducen lao, lque hace posible que el hecho ree pcble tanto idico dle imped, yl ponbildad de haber porido realizar la accion a la que Nos quedlaria preguntarnos i et CR la hora de determinar las fuentes de fa posicion de garante, opta por una posicién formal © por fa teoria de las func nes, Una letra inicial al texto del art. 11 podria dara entender que el legslador fspaiiol ha segue una eoncepcién formal, pero lo cierto es que un importante Sctior doctrinal, al que me aseribo, admite que augue el CP exija para el naci mniento de la posicion le garante que exista na obligacin legal, contractual, 0 tuna ereacin alona del peligro {injetencia), por To que fuera de estos casos no se por hablar de psc de arate lo no quiere decir qu empre qu xi tna obligacién legal, contractnal ode injerencta, nazea la posiién de garante. De reper dels alas qu eonsstan el roducion tl texto dea echo, el propio art. 11, indica que “las del iin cuando a noe den sulado silo se entender comets poro ing wn especial deer jurdico del auto, epeatge, sin el sent li aa canvacion” Es decir, que la omisin debe poxlerse igualar en gravedad a la aecidn, Jello solo se podra comprobar caso por caso, y viendo iconcurren los er terios materiales que hacen exigible impedir el resultado al que omite. En conere we ee eseare je spe en tere rosa {fem bien juridico, que, as ver, puede derivarse u originare on ls aaa amiliar, fa asuncidn voluntaria del riesgo o la comic entre om eth ns ge scbiemeenac toca ‘ecm te Maen ne satin port fen actar de forma lac eer) eat respect sas ee tenencia de animales) y a la injerencia o ac a regenera one una conducta omisiva (deber de vi igilancia de var precedente, que genera la expec previa y por ello, deja de presume le Tas fuentes de riesgo Finalmente, aunque la injerencia es una de fas fuentes ion de garante, el art 195, apartado ‘cnos de injerence vente o foruita se debe de aplea dicho preeeptoy no, por ean ci ¢l correspondiente delta de homicido, en comision por omicion Ga fh ae micidio en comisién por omisisn, ‘omisibn (art. 11). Pox garante es la que resulla de rad por ute acc w amin dl tanto, Ja injerenei rencia capaz de generar la poset ana creacin dle peligro pr Obviamente tajurisprudencia posterior la ; orm del 1995 ha apficad Parémetros legales con normalidad (véan T rieoctaiee esos by que deben de concur Los requ hisitos objetivos sean: 1. existencia de un delito de los = que con infraccién de un especial deber juridico p re puede concurrt: 3) euande ext exista una especifiea obligacion le an ocasion de riesgo para el ies 11, como tinite par ta posbildad de exigitresponsabiited gece ce lis de omison,establece la necesidad de ealoee nan dle actuar; b) cuando ef omitente 0 ef omitente haya crea idicamen juridicamente protegido mediante na acer Ia produccién det delito a virtud de wait seat a ted No cabs hablar de relacon de canada eo ces hha de realizarse en ead ada caso es valoracién, de modo que pueda equsparance ta * jcuacion espetacla, en su antijuidicided, a los cabs de actuaclon none 6 decir ala efecucion del delito net nada dice el texto del art. 11 CP (pero se d "P que seas exponer) ha de encontrar, denttode la bine ee posbitidades de actuacivin de la pe algiin modo de ob h brar que hubera producido la no ejecucién del resultado punible. 6%, EJ omitente ha de reunir las Eondiciones exigias para el tipo activo correspondiente, requisito que Hee it portancia en los Hamados delitos especiales, dems, a estos requisits objetivos Pe de aitadirse otro de caricter subjetivo que sera distinto segtin que el delito de B. Gausalidad ¢imputacionobjeiva deta mrt Enel segundo orden de cuestiones al que me he referide es el de la impute cin objetiva del resultado de muerte. Hay que tener presente que en los deitos {que no se limitan a exigir la realiacion de un determinado comportamiento, sino {que requieren, ademas, la produccién de un resultado, el problema de Ta imp tacién es muy complejo, pues para estimar que el tipo ha sido realizado es prec so establecer, previamente, que el comportamiento ha sido causa del resultado requerido, Nace asi la problematica dela causalidad en los delits de resultado, problemtca que trata de encontrar un erterio que permita decidir en eada caso {ual o cules habsan sido las causa de la producckin de un resultado pata, a partir eahi, decidir la conducta de quien debia ser tenido come causantey, en 38 0, [La antigua jurisprudencia del TS fue oscilante entre la teoria de la equivalencia ‘condiciones ("en ex casa de hi eas es eatsa del mal sido"), com st dels sa del resultado siempre que ‘onocida formula hipotética de que la accin sera ‘iprimica aquella en mente, logremes ssprimir tambien éste,utilizada en diversi resoluciones (SSTS de # de mayo de 1890, 7 de diciembre de 1804, 23 de noviem bre dle 1940, 27 de junio de 1953, 21 de marzo de 1961, 22 de noviembre de 1974 5 de mayo de 1978, 6 de mayo de 1981), y otras resoluciones en las que por a teoria de laadecwacion (SSIS de 8 de julio de 1953, 4 contraio, © opts junio de 1940, 27 de junio de 1972, 8 de abril de 198 del resultado, no cualquier condicién del mismo, sino inicamente aquella que sea adecuada para produciro;y, por otra parte, sera acecuada aquellacondicin que se defina comme tal por un observador imparcil (en hi prctica, el er) que, tl fn, fentos generaes y la propia experiencia del yvalorar a experiencia y los cono Sujetointerviniente en el hecho. Pero la formula mas comtinmente wtiizada five [a della interrapcidn del nexo catsal (entre otras, por ejemplo, SSIS de 25 de enero Th de octubre de 1969, 10 de febrero de 1972, 30 38 de 1966, 17 de febrero de 196 de marzo de 1973, 20 de junio de 1978, 19 de febrero de 1979, 20 de mayo de 20 de noviembre de 1981, 6 de mayo de 1982, 22 de mayo de 1988, 27 de enero de que establecia que el resultado ser 1984, 9de febrero de 1984, 9 de abil de 1985) ‘objetvamente mputable ala accion del sujeto activo siempre que éte haya puesto una condicién adecuada, suficiente o apropiada de dicho resultado (SSTS de 11 de junio de 1981, 6 de mayo de 1982) y no exitan andmalasinterferencias extras a accién de sujetoy el resultado tipica ‘suceptibles de romper el exo causal entre (SSTS de 15 de diciembre de 1965, 2 de junio de 1979), La mis reciente jurisprudencia (asf, STS de 12 de Febrero dle 1993, 26 dle junio de 1995, 28 de octubre de 1996, 28 de octubre de 1907, 17 de septiembre ‘de 1909, 19 de octubre de 2000, 28 ce’ marzo de 2003, 13 de noviembre de 2008, 14 de abril de 2005, 10 de octubre de 2006), azepta, sin embargo, los modern planteamientos de la teorfa de la imputacién objetiva, para explicar la relacion ‘que debe media entre aecién y restaclo, que iene a teemplazar una relacion dde-causalidad sobre bases exclusivamente naturales, introduciendo consecuet «as juridieay,siguiendl las pats marcadas por la teoria de la relevancia. En este marco la verficacion de la causalidad natural sort un limite minimio, pero no st ciente para la atrbucion del resultado. De ests forma, comprobada la necesaria cansalidad natural, la impatacién del resultado requiere ademas verificar prime- ro juridicamente desaprobado para ka produecin del resultado y, segundo, siel resultado producido por dicha secién. +, sila accion del antor ha creado un pe fs la realizacion del mismo peligro (juridicamente desaprobado) creado por kt 1ccidn. Caso de falar algunos de estos dos condicionsantes complementaris de la Ccsalidiad natural, se eliminaria la tipicidad dela conducta y su relevancia para el Derecho penal Segiin ha sefialado la STS 1007/2006, de 10 de octubre, la creacién de un peligro juridicamente desaprobado esti ausente citando se tate de rieygos perm tidos, que excluyen latipicidad de la condueta que los crea, Proximos a estos son de un resultado realmente ocutrid, pero evtanda, a la ver, Ia produccign de un resultado mas perjudicial, Se pueden mencionar, igualmente, otros supuestos de ruptura de la imputaci6n objetiva entre los que se prieden incluir los abarcados por el principio de confianra, conforme al cual no se imputarin objetivamente quien hia obrado confiando en que otros se man- tendran dentro de los limites del peligro permitido. También las exclisiones mo: tivadas por lo que doetrinalmente se ha denominadlo la probibicion de regreso, los resultados producidos p ondliciones previas alae realmente causes, puestas por quien no es garante de la evitacidn de un resultado Igwalmente, el segundo requisito exige fque el riesgo (no permitido) creado por la accidn sea el que se realiza en el re sultado. Fs, en este segundo condicionante de lx imputacisn objetiva, en cl que se plantea la presencia de riesgos concurrentes para la production del resulta do, cuestin en Ia que habra que estar al riesgo que decididamente fo realia,y ambién, aquellos otros casos en los que no pod sostenerse la realizacion del ego en el resultado cuando la vietima se expone a un peligro que proviene di rectamente de su propia accién, en cuyo caso el resultado proxtucid se imputara segtin el principio de la eventual), pero respecto de las circunstancias odolo eventual numcase otra aprecar el delitodeassinato (en el sentido de exit dolo deco respee to de las circunstancia, tambien, CORO DEL ROSAL.y CARBONELL MATEU MAPELLI CAFEARENA, GONZALEZ RUS), El porqué de la exigent del dole propia del dato eventual 1. jurisprudencia del TS, sin embargo, no ha visto ningrin problema en pro: yectar el dolo eventual también respecto de lascitcunstancias. Ast, por ejempl Ia STS de 2 de febrero de 2004, se declara que no hay ninguna incompatiilae ni ‘conceptual nj ontoldgiea en que el agente trate de aseyurar la ejecneién estande 4a reaccion de la vetima y que al misino tiempo continie con la accion que puede tener com resultado de alta probabidad la tnuerte dela vetina la qu aeepta en 1a medida que no renuncia a los actos efeetuados, En ext misma linea se prom cian las SSTS de 20 de diciembre de 1998, 21 de enero de 1997, 4 de junio de 2001, #15/2004, de 25 de marzo; 514/2004, de 19 de abvil, 24 de mayo de 2004, 31 de octubre de 2004, 1007/2006, de 10 de octubre y 466/3007, le 24 de mayer 5. Las agravaciones especificas del asesinato (arts. 189, apartado 2,y 140) Tras la reforma de fa LO 1/2015, ¢1 CP mantiene la figura del asesinato agra rado por concurrencia de dos o mis de las eircunstanciascalificativas, aunque la reubica en el apartado 2 del art. 139,y regula, en el art. 140, apartado 1, unas nuevas modaldades de asesinato agravalo,y en el apartado 2, uta regla concur: sal especifca para los casos de que el reo de asesinato haya sido condenado por la muerte de dos o mas personas. Efectivamente, el apartado 2 del art, 13% ordena imponer la pena det delita de asesinato, en su mitad superior (de veinte a veinicineo ats), enando cones ‘ran més de una de las circunstancias calfcativs. En realidad, nada aad a lo {que bubiera uupuesto aplicar una de ellas como califcativa del asesinatoy el resto aewerdo con lo que dispone hi regla 3° del art. 66, apartad 1 Por otra parte, el apartado 1 del art. 140, castga el delito de asesinato con la pena de prision permanente revisable cuando: () la vctima sea menor de dieci- sis aos de edad, o se trate de una persona especialmente vulnerable por razén des edad, enfermedad o diseapacdad; (i) ol hecho fuera subs Tito contra la libertad sexual que el autor hubiera cometido sobre la victim; (i) cl delito se hubiera cometido por quien perteneciere a un grupo w onganizacién, Hay algunos elementos chocantes en esta nueva re salto cuantitativo en la pena respecto de la que se tacién. En primer mpone en el delito de ho- ado por ests mismas crcunstanclas es desconrunal, porque se pasa de una pena de quince afios a veintidds afjos y seis meses a una pena de prisign, permanente revisible, que obliga al syjeto a permanecer, en el mejor de los casos, inticinco ais en prsién. ¥ tengase en cuenta que la calificacién del hecho ‘com asesinato implica un salto en la pena no tan inmenso, porque se past de sna pena de diez a quince afios a una de quince a veinticineo, En segundo log hose entiende por qué agrava el homicidia el que los hechos sean, ademas, cone: itutivos de un delito de tiga, los problemas interpretativos a los que vaa dar lugar la aplicacin de estas mntado del art 850 y no ag Ta victima menor de diecisés aos de edad o persona especiclmente vulnerable por raz ‘dad, enfermedad 0 discapacida Ta alevosia y lo diffcil que va aresultar encontrarto su propio ambito de relevancia, pent mera de las etcunstancias descrtas, que agrava la pena cua Tos problemas desu posible solapamicn En relat grava la pena cuando el heeho fuera subst {guiente a un delito contra fa libertad sextal que el autor hubiera cometido sobre Ia victims, tambicn he sehalado a ka segunda, que que, desde nuestro punto de vista, va a ser st toen ela. 139) apartado 1, circunstancia 1 (muerte que se causa para evitar que se descubra otro delito), porque siempre se aplicard ‘el delta de asesinato (ley special) enando la muerte se haya causal para quem Finalmente, la circunstancia consstente en que el delito se hubiera cometido problemas, come lo ha hecho hasta abe njustifcadamente amplia definicion que del concepto de eriminalidad organiza tos del CP, tanto por la dda ha acogido nmestra legislacin y, antes, nuestra jurisprudencia, como por los mplejos problemas concursales que est ip de claustlas plantea, Il, INDUCCIONY COOPERACION AL SUICIDIO Y EL HOMICIDIO. A PETICION, LA EUTANASIA (ART. 143) ‘onsideraciones previas arte, tipifca la induc FICE, por una homicico a peti primir penalmente detcrminadas especies de eutanasia. El problema de la punicién penal de fa participacion en el sucidio y del ho- micidio a peticién, olde i ‘ausacion de mucrtes eutandsicas, pasa includiblemente por una preva reflexion Y, por otra, recoge una formula legislativa expresa para re rnicin de determinadas formas de partiipacin o +s sean Ios Iites constitucionales ala disponibilidad de la propia vida, De esta forma, si se considera que la vida es un bien indisponible Gabi, que su proteccin ha de tener cardeter absoluto, al margen de cul interés ola voluntad del propio titular, entonces habra que aceptar, sin cuestin, sstigar etalquier forma de eecucion 0 de partcipacidn en actos tendentes a po- her fina una vida hmana, aunque sea con el consentimiento del sujeto pasivo, pudiendo equipararse la penalidad de estos supuestos a la ictos de ejecucién o de participacidn en un delito Sin embargo, si parte de fa idea de que la vida es un bien renunciable o disponible por parte de sa titular, habra que reflexionar acerca de cual dha sera naturaleza Yyeficacia del eonsentimiento en esta evestin y de cules Tos limites af puinicion, de los comportamientos de ejecucién 0 de partcipacién en actos suicidas © eu tandsicos, no resltandl ya tan fell jusiiear fa existencia de preceptos como el vigente art 13 del CR le homicidio no consentido, En mi opinin,y como ya he puesto de manifiesto en el capi tra Constitucién esiablece el derecho a fa libre disposicin de la vida (DEL. ROSAL BLASCO 1967, VALLE MUNIZ). No obstante, dada la inmensa importancia del sis: rato al qte ahora me estoy refiriendo -la vida humana, asf como la gravedad « reversibilidad que implica el acto de disposicion de este, y dada la include obl- igicin que tiene el Estado de proteger la vid, lo que si debe hacer éste es estabe ‘er una regulacion de la prestacion del consentimicnto y uns limites ala eficacia {el mismo, De tal forma que el Estaco, por una parte, puede exigir que cl syjeto, para disponer lbremente de su vida sea plenamente consciente de la trascenden fay gravedad dl acto que realzay, por otra, puede limitar Ia eficacia del conse timiento hasta el punto de wo ofrecer cobertura a determinadasintervenciones de terceros en el libre acto del suicida. Lo primero exchuiria la posbiidad de coms erat como libre el acto suicida de un menor o de un ineapae, pudiendo en estos casos el Estaclo proteger el sustrato (ht vida), incluso, en contra de la vohuntadl des itula. Lo segundo nos podria evar ala eonelusién de que, aunque el Estado no puede ni debe imponerel respeto la propia va, mantenicndola idemne ain en Contra de la voluntad de su titular, sf que podria, sin embargo, obliga alos indi ‘duos a respetar la vida gina, prohibiendo determinalos comportamientos que, por parte del tercero no ttalar de la vida, suponen una efectivalesin de la vida jena, asin con el expreso desco de su titar Esto convertiria en punibles, directamente fos comportamientos del lamado homicidio x peticion, Ahora bien, la impasicisn del respeto ala vida ajna poda,igualmente,converti en punibles comportamicn tos que no son de gecucién directa de fa muerte, sino de prarticipacton en wna conducta sucida ajena. Me refiero, en conereto, a aquellos comportamientos que te fata, ruplican una interferencia en la libre formacién de la wuntad auicida aj ha, bien porque hacen sirgir esta voluntad al donde antes no exist (indtuccion), bien porque impalsan o determinan dinitinamenle(cooperacién necesaria) una voluntad suicida preexistente. Porque ni entender, se phede deci que la bbertad interns del acto sic no es total o ab soluta, ya que la decisién suicida viene determinada 0 motivada “desde fuera", con tribuyendo, por tanto, el terceto decsivamente a ka lesion eel bien juridique wrdo como un interés individual sino general, como veremos ineas ms adelante) En todos estos cass, ka Ley lo que estes comcedien dlo una eficacia fimitada al consentimiento del dtula, de modo que éste no Mega a texcluir a tipicidad de la conducta aunque s «es ponque este tipo de delits no s6lo proteyen el interes indivi en el msnten rmiento de la vida (h rnicidio) sino, igualmerte, el interés del Estado en el mante- al suicidio y homicidio a peticidn),o, sxe prefiere, el ints general el individual no existe) en el mantenimiento del susirato sobre el que se proyecta el bien jurdico, Esta concepcicn configura los delitos de induceiin y cooperacion al suicidio, no como delitos contra la vida humana, pues éa no se proteger como tal sitio en I tld en que cl individuo quiere mantener ss facula sino como delitos de peligro abstracto, de dende se jusifica la aminoraciin de la Feaccign punitva frente linus Entiendo que esta perspectiva interpresativa no sélo no se contradice sino que se adapta bien al contenido del art, 143 cel CP, porque, a diferencia de lo que sucedlia en cl art. 409 del CPT 73, en el nuevo texto se excluye de forma expresa en un suicidio ajeno, castigando, eso si, la induccién (art. 143, apartado 1) y la cooperacién necesara (art 13, apartado 2). Por lo demas, el legislador penal de 1995 parece haber sido fnalmente consciente del menor merccimiento de pena ejecncién de un homicidio a peticin que la participacidn o la ejecucion directa nun homicidio no consentido, porque la penalidad abstracta de aquellos a tos se ha rebajado sistancialmente respecto de la prevista para el homicidio no 2 Induceién, cooperacién al suicide y ho apartados 1,23) dio a peticion (art. 43, Elart. 143, apartado 1, castiga con la pena de prisién de evatro a ocho atios a quien induzca al suicidio de otro; el apartado 2 de ese misino precepto castig fom la pena de prisin dle dos a cinco aiios a quien coopere con actos necesatios Al suiciio de ofr; finalmente, cl apartado 3 castiga con pena de prision de seis dice afios sla cooperacin legara hasta el punto de efecutar él mismo la muerte Noes cil encontrar una suficientejustificacion a que se castigue con una pena ins grave la induccion quec la cooperacisn necesara al suiidio, endo en la Part General del CP ambas conducts estin equiparadas punitivamente alas diferentes formas de la autoria, La inica explicaciin que, en este sentido, puede justifcar Ia diterencia punitiva es que como, coneeprialmente, inducie al shicidio significa hacer naceren otro una voluntad suicidal donde ésta no exist mientras que Coo- perar necesiriamente il sci implica, a lo simno,reforzar una voluntad preexie tente, en la medida en que losactos de partcipacion en el suicio contamina mas por influir mss ecisivamente~ la voluntad sca, mis se quebrant cl interés cel Estado en el mantenimiento del principio general de respeto la vida an Pasando ya al andisis concreto de los apartados sefalados, tres son las m0- dalidades punitivas que lo integran: Ia induecin al suicidio, la cooperacién ne ‘esaria al suicidio y el homicidio a peticion, Cada wna de estas figuras tene ss propis pecultaridades, pero hay nos elementos que lesson comunes; a saber: la fuerte del suiciday la propia existencin de un suicido, alos que me voy a referit (on primer lag Se ha discutido en la doctrina, tanto sila muerte del suicida debe o no cons tinuir un requisito integrante de las modalidades de inducei6n y cooperaci6n ne cesar, conto ei debs ser una ver aceptalo que sf constitye la muerte uno de Jos elementos constiutivos~su naturaleza jurfdica Respecto de la primera las cuestiones, parece ya superada la posicin de {quien estims, en su momento, que la aplicacién del parrafo primero del anterior art. 100 del CPTR 73 no exigia la produccidn de la muerte det suicida. Ladoctrina ha ofrecide argumentos mis que suficientes para desechar esta tess y acepta, sin ‘embargo, la contraria. La ubicacion sistematica del precepto dentro del capitulo Del Homicidio”, que obliga a entender que el art, H13 se reliere necesariamente 2 una lesion de la Vida, y la intima conexion entze las figuras contenidas en Tos dos incisos del precepto, que igualmente obliga a referirlos reciprocamente, ex giendo para los apartados | y 2 (la muerte} lo que se exige inequivocamente para elapartad 3 nes, éstereza: “hasta el printo de ejecutar él mismo la mucrte”) son argumentos que obligan a atender la segunda opci6n en contra de la primera (séase, DEL ROSAL - COBO DEL ROSAL- RODRIGUEZ MOURULLO, BAJO FERNANDEZ 1986) Mis dificil de resolver es, sin embargo, 1 problema de euil sea la naturale juridica de la muerte del suicida, Por lo que se refiere al apartado $ del art. 143 en lla muerte es wa condicion objetva ce puntbilidad, ya a porque el det tio ex como en los aparados 1 , fers del tipo de la nein (RODRIGUEZ DEVESA), ya lo sea porque piensa ajc la naturateza juridicn de fa conducts iptcaa em el apart etl de ita complica delat 28, pa, segund ‘ho (BUSTOS RAMIREZ), Sin embargo, en send mas sida a opinion de que considera que la muerte conse, en dicho inc el resulta tipo de deli (asi DEL ROSAL.- COBO DEL ROSAL - RODRIGUEZ MOURULLO, MUNOZ CONDE, BAJO FERNANDEZ, DEL ROSAL BLASCO 1987). Porque ne enter lacondueta pica, sino que simplemente la matizan,aadiendo al pode injuto ma en que esti redactado el tipo no debe, en ta sentido, inducir a la confusién de entender que el que causa la muerte no es mas {que un participe, un mero auxiliador, porque es él quien ejecuta, con plewa com ciencia de lo que hace y con voluntad de lesonar petsonalmente la vida, juridicn protegido, el hecho de la muerte. Y ello, abstraction hecha de que no esté ta aro que sea el suicida,y noel ejecuton Mayor complejidad, si cabe, revste este mismo problema en relacidn con los apartados 1 y 2.En este cao, la dacrina se divide entre quienes consideran que lmuerte es al igual que en el apartao 8, el resultad i tipleo del deito de inde Cid ycooperacon necesria al suicdio (MUNOZ CONDE, BAJO FERNANDEZ DEL ROSAL BLASCO 1987), quienes piensan que es una condicion objetva dle punidad (RODRIGUEZ DEVESA. TORIO LOPEZ, BUSTOS RAMIREZ Sajid de Ta conducta (DEL ROSAL COBO DEL ROSAL- RODRIGUEZ MOURULLO). Emtendo mas razonable la prime de tn posiiones expats (side remadotipco), toda wer que conpartolaseriear ques Te any ig do, tanto a a tenis a concn obetiva de la puna (eases DEL ROSA (0000 DELROSAL- RODRIGUEZ MOURULLO) coma tend a conics deta elevancajuriiea (DEL ROSAL BLASCO, 1987) ral mmo tempo eter si posicon angemental (DEL ROSAL.BLASCO, 1967), en orden ala sapericon En otro orden de cuestiones, en conereto,en el del concepto de suicidio, és ha sido definido como "ha muerte querida de una persona imputable” (TORIO LOPEZ). Tal concepto convierte en autor mediato de un homicilio 0 de un ase sinato a todo el que induce a suicidarse a cuslquiera de los sujetos comprendlidos cm alguna de las tres primeras cireunstancias lel art. 20 del CP, ineluyendo, el a los menores dle edad. Entiendo, por el contratio, que esto debe limitarse en un doble sentido. Por ma parte,se debe actuar con los misinos erite- rios que operan a la hora de distinguir Ia autoria mediata de la induecién, es de- Cit, poniendo de manifiesto que no estaremos en presencia de un aritor mediato Sino de un inductor, cuando el inimputable ests excepeionalmente eapacitado para aloptar sus propias resoluciones (DEL ROSAL, BLASCO, 1987). Y, por otra, fe debe de poner de mianifiesto que también es posible na autoria mediata en Jos casos den imputable, si su capacidad esti disminuida (SILVA SANCHEZ). {Lo que importa no cs la alirmacién de la imputabildad, sino el hecho de que la imuette sea realmente voluntaria, querida, y la vokuntad del suicida sea relevante {sobre los supuestos en los que el suicda ex inducido por engai a darse muerte o asolicitaria, vase, MUNOZ CONDE). Entrando ya en el aniss de las diversas modaldaces punitivas, a primera de ells es la induecion al suicidio, El concepto de indceidin es el mismo que el te la teoria general de Ia participacion; inducir al sueilio es, pues, hacer nacer tuna voluntad suicida allf donde antes no exist (véanse las interesntes cons Aleraciones que, al respecte de Ia induccién al suicidio, hace TORIO LOPEZ). Conceptualmente, noes posible la induccidn al sicidio por omisién, como n0 10 even la induceidn en genera Por lo que se refiere ala segunda de las modalidades punitivas, la coopers ci6n necesatia al suicidi, ha sido el CP de 1995 quien ha limitado la punicién 1 esta forma de participacin, convertida en un delito sui gris, porque antes, {lviejo CP de 1973 tpificabs el auxilio al suicidio y la doctrina slempre habia Considerado que dentro de dicho auilio enfan cabida, no sélo los supnestos de ‘cooperacin necesiria sino también ls de simple complicidad (asf, DEL ROSAL ‘COBO DEL, ROSAL = RODRIGUEZ. MOURULLO, QUINTANO RIPOLLES, RODRIGUEZ DEVESA, BAJO FERNANDEZ, BUSTOS RAMIREZ; dliscrepante DEL ROSAL BLASCO, 198° Problema discutido, igualmente, es el de ses 0 no posible, dentro del ar. 143, apartado 2, la cooperacién necesaria por omisisn al sicidio, dado que no x posible, concepttaltente, la inducci6n por omisién. En la doctrina espaol, en relaci6n con la vieja redacci6n del art. 409 del CPTR 73, las posiciones tad Conales se agrupaban en tomo a estas tres Vineas fundamentales. Por una part ta serie de autores admitian la posibilidad de wn auxiio omisivo al suicidio, sin ms requisitos en el omitente que el mero hecho de no impedit, pudiéndolo, tl Sticdio. Otros exigian, en el omitente, la existencia de una previa posicién de rante (deber de impedir el sucidio) para que éste pueda Tesponder por au- Silio omisivo, remitiend la punicidn a la omisién del deber de socorro (antes, art 489 bis del CPTR 75, ahora, art. 195) cand no exista tal posicion de garam. tia (GIMBERNAT ORDEIG, 1987); con una muy desarrollada fundamentacién RODRIGUEZ MOURULLO, DEL ROSAL - COBO DEL ROSAL - RODRIGUEZ MOURULLO no hablan de deber de garante, sino de deber juridico de obrar impidiendo el resultado, el suicidio, distinguiéndolo, asi, del deber exigible en clart. 195 que, sein ellos, se limita ser un deber de realizar una actividad, n0 {de evitar resultados]. ¥,finakmente, existe la posicion de quienes negaban la po- sibilidad de que se puedan castigar los comportamientos de auxilio omisivo al

You might also like