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Nombre: Sebastián López Macías

Fecha: 24/7/2020

Cátedra: Atención Primaria de Salud

Docente: Dr. César Chalen

Tema: Atención al adolescente

RESEÑA

La etapa de la adolescencia es la más crítica de todas. Corresponde a la transición de la niñez, y la


preparación hacia la etapa adulta. En este período los determinantes principales que marcan las
conductas de los adolescentes son la necesidad del desarrollo de la autonomía propia e
independizarse de las figuras paternas, así como también los conflictos con su figura propia y el
desarrollo sexual – afectivo.

Con respecto a su integración con el sistema de salud, estos suelen ingresar por factores orgánicos
explícitos, tales como traumatismos deportivos, infecciones respiratorias altas, o enfermedades
dermatológicas, también lo suelen realizar por factores funcionales que abarcan la pérdida de la
capacidad de estudio o el cansancio injustificado. Sin embargo, hay una tercera causa, que sin
lugar a dudas es la verdadera razón por la que los adolescentes buscan atención de salud. Esta
corresponde a factores implícitos, que no son identificados a simple vista por el médico sino hasta
que haya una previa interacción y se noten dificultades por parte del adolescente. Estas suelen ser
pérdida de la autoestima, problemas familiares, ansiedad, depresión o dudas acerca de la
sexualidad.

Cuando un adolescente acude a una consulta médica, normalmente lo realiza con uno de sus
progenitores que en la mayoría de los casos es la madre. Estas consultas suelen generar cierta
ansiedad en el paciente por el simple hecho de tener esa idea de que los procedimientos
realizados por el profesional de la salud son dolorosos, pero este no es el verdadero problema.
Pues bien, el inconveniente surge cuando la persona que no es el adolescente, responde a las
preguntas realizadas por el médico e interacciona con él, de manera que existe cierta incomodidad
en el ambiente en donde el paciente principal permanece quieto y limitado ante las respuestas de
su progenitor. Sin embargo, la situación es totalmente distinta cuando la interacción es entre el
médico y el adolescente, en donde la principal virtud que debe tener el médico es la
confidencialidad, con el objetivo que haya una comunicación más abierta del adolescente y no
sólo se trate su enfermedad sino también se valoren las causas implícitas de la consulta. Una vez
que haya esa confidencialidad, se debe evitar intimidar al paciente con cosas muy personales que
harían que todo el progreso sea en vano.

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