texto justificado, numeración de página y tipografía de palo cruzado. Vamos cosa por cosa: Interlineado doble: ¿por qué? Para empezar, porque agobia menos. Un borrador con interlineado sencillo os pone delante de la cara un montón de líneas y líneas que, al menos a mí, me angustian un poco (quizá estoy un poco trastornada, no lo descartemos). Hay más motivos: en alguna de las fases del proceso de corrección, tendremos que corregir sobre papel; es decir, imprimir el borrador y tirar de boli rojo. Y el espacio entre líneas será el lugar donde realizar las mil anotaciones que os vendrán a la cabeza (sí, sí, mil... tirando por bajo; si en cada proceso de corrección no os apetece corregir mil cosas es que estáis haciendo algo mal). Y, por último, porque el interlineado doble será un requisito fundamental para presentar el manuscrito a editoriales, a concursos literarios o, simplemente, a un corrector profesional. Ya que vamos a tener que hacerlo, mejor que sea desde el principio para evitar que se nos pase algo por alto después. Si controláis mínimamente el procesador de textos (y, si no es el caso, mejor que os vayáis poniendo las pilas), sabréis que el interlineado no es lo mismo que la distancia entre párrafos (ambas cosas las encontraréis en el menú "Párrafo"). La distancia entre párrafos en el borrador debe ser cero. Ni espaciado anterior ni posterior. Esto nos sirve tanto para el documento principal como para las posteriores maquetaciones, así que – dado que, por defecto, suele venir activado– corred a eliminarlo.
Sangría de primera línea: su función
básica es tener claro dónde empieza un párrafo, lo cual a veces puede ser confuso al haber eliminado el espaciado entre párrafos. Y, además, será otro de esos requisitos imprescindibles a la hora de enviar el manuscrito a editoriales o concursos. Y que queda mucho más mono, coñe. La que viene por defecto en el Word (1,25 cm en el mayoría de los casos) es perfecta para el documento principal. Luego ya la retocaremos en la maquetación, dependiendo del formato que elijamos para nuestro libro. Texto justificado: lo mismo que os he dicho en el punto anterior... Queda más mono, es el formato habitual en la presentación de manuscritos y, en general, da un aspecto más "limpio" al texto.
Numeración de página: si tenéis dos
dedos de frente, esto se os habrá ocurrido a vosotros solitos, pero hay casos de gente un poco tarada mental que se olvida de poner el número de página y, a la hora de registrar la novela, tiene que pasarse su media horita en la oficina de Propiedad Intelectual numerando a mano. Le pasó a una amiga... ejem... Tipografía de palo cruzado: las tipografías de palo cruzado son aquellas que tienen pequeños adornos en los extremos de las letras. Recordad lo de pequeños, please, no queremos letras intrincadas que hagan justo lo contrario de lo que pretendemos. ¿Y qué es lo que pretendemos? Pues que el texto sea más eye- friendly o, lo que es lo mismo, más cómodo de leer. Todos tenemos nuestras tipografías favoritas y no suelen ser las de palo cruzado (al menos en mi caso), pero estudios muy serios y muy importantes que no me he molestado en buscar porque soy vaga, dicen que las tipografías de palo seco (Verdana, Calibri, Arial...) cansan más el ojo. Pues vale, me lo creo. Ejemplos de tipografías de palo cruzado: Garamond, Georgia, Times New Roman... (No uséis Times New Roman, por Dios santo, que es lo más feo que hay en este mundo).