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Unidad I. Introducción A La Microeconomía
Unidad I. Introducción A La Microeconomía
Unidad I. Introducción A La Microeconomía
Análisis Microeconómico
Análisis Macroeconómico
1
Elaborado por: Máter. Jorge Antonio García Coto
Microeconomía I
Ciclo Académico I/2017
Tomado de Rossetti ,
http://www.conevyt.org.mx/bachillerato/material_bachilleres/cb6/5sempdf/economia1pdf/
econ1_f1.pdf
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Elaborado por: Máter. Jorge Antonio García Coto
Microeconomía I
Ciclo Académico I/2017
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Elaborado por: Máter. Jorge Antonio García Coto
Microeconomía I
Ciclo Académico I/2017
La economía es una ciencia social que en su análisis emplea el método científico para el estudio
de las elecciones económicas que las personas continuamente realizan y las consecuencias de
estas elecciones (Call y Holahan, 1985). “Micro” significa pequeño; “macro significa grande.
Sin embargo, más allá de estas diferencias la continua elección humana es tan compleja y
altamente inter-relacionada que no puede ser comprendida en su totalidad sin hacer algunas
simplificaciones. La necesidad de simplificar la realidad obliga a los economistas a desarrollar
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Elaborado por: Máter. Jorge Antonio García Coto
Microeconomía I
Ciclo Académico I/2017
teorías y modelos; en los cuales se establecen supuestos para reducir el problema a
proporciones más manejables y comprensibles (Call y Holahan, 1985).
El análisis económico, puede ser realizado utilizando la Teoría Económica tanto a nivel del
análisis microeconómico o macroeconómico. Estos análisis pueden hacerse desde la perspectiva
de los enfoques de las diferentes escuelas de pensamiento económico que existen como: la
escuela clásica, Keynesiana, neoclásica, neokeynesiana, monetarista o de teorías de
pensamiento económico como la estructuralista y marxista entre otras. Dicho análisis puede ser
utilizando un modelo de Competencia Perfecta o de Competencia Imperfecta.
- Modelo teórico: Que se forma a partir de la teoría económica que puede ser a nivel de
análisis microeconómico o macroeconómico. Los cuales pueden ser analizados desde
una perspectiva competencia perfecta o imperfecta
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i. Variables: Endógenas y Exógenas. Las Variables endógenas: Se generan dentro
del modelo. Son para las cuales se construye el modelo. Las Variables exógenas:
son aquellas que están determinadas por fuerzas externas del modelo. La
magnitud de estas variables se considera como datos dados.
ii. Parámetro: Puede asumir diferentes valores dependiendo del escenario donde se
utilice, es decir que es una constante que es variable. Razón por la cual es
conocida como Constante paramétrica.
Las variables (endógenas y exógenas) pueden estar solas, pero es mejor relacionarlas entre sí,
para llegar a determinar ecuaciones o desigualdades que establezcan una identidad entre dos
expresiones reciprocas, especifiquen el comportamiento de las variables o que satisfagan
alguna condición establecida que generalmente es el equilibrio.
El método que utiliza la teoría objetiva del valor es el Materialismo Dialéctico e Histórico como
concepción filosófica científica, el cual tiene las siguientes características:
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Elaborado por: Máter. Jorge Antonio García Coto
Microeconomía I
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Dos de los máximos autores representantes de la teoría objetiva del valor, entendida esta como
teoría del valor trabajo es Carlos Marx (1818 – 1883), su principal obra es “El Capital” y Federico
Engels (1820 – 1895) amigo y colaborador de Marx, cuyas principales obras son: El Anti Duhring,
El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado y la Dialéctica de la Naturaleza entre
otros. Para estos autores:
Los grandes cambios sociales y políticos se deben al desarrollo de las fuerzas productivas
y cambios en los métodos de producción que exigen nuevas relaciones sociales de
producción.
Trato de descubrir las leyes del funcionamiento y movimiento de la sociedad capitalista.
Afirmó que el factor determinante de la historia en los modos de producción es la base
económica en relación dialéctica con su correspondiente superestructura.
Los modos de producción se suceden uno tras otro inevitablemente mediante
revoluciones y que cada uno de ellos es superior a la anterior. Así tenemos el modo de
producción de la comunidad primitiva, el esclavismo, el feudalismo, el capitalismo, el
socialismo y el comunismo1/.
Mercancía de acuerdo a Donald Castillo, es todo aquello que se produce con la finalidad de ser
vendido o intercambiado, es decir que se destina a la compra – venta. Sin embargo, para Marx,
mercancía es en primer lugar, un objeto exterior, una cosa que merced a sus propiedades
satisface necesidades humanas del tipo que fueran. La naturaleza de esas necesidades, el que se
originen, por ejemplo, en el estómago o en la fantasía, en nada modifica el problema. Tampoco
se trata aquí de cómo esa cosa satisface la necesidad humana: si lo hace directamente, como
1
/Los dos últimos modos de producción (socialismo y comunismo) algunos estudiosos del marxismo (llamados
marxianos) consideran que solo han sido desarrollados de forma teórica. Pero hay que recordar la experiencia de
la Comuna de Paris. La Comuna de París de 1871 ha sido sin duda uno de los mayores acontecimientos
revolucionarios de la Historia. Por primera vez el proletariado fue capaz de derrocar el poder establecido, formar
sus propios órganos de gobierno y reemplazar al Estado monárquico-burgués capitalista. Esto nunca lo perdonaron
los asustados burgueses-capitalistas, que vieron en la Comuna la posibilidad de perder todos sus privilegios
económicos y sociales. También explica la fuerte represión sufrida por los comuneros (“communards”), y que gran
parte del mundo lo viera como una simple revuelta de “vagos” proletarios. La represión fue tan grande que incluso
este acontecimiento tan importante fue olvidado por los libros de Historia, nombrándose casi como una anécdota de
la Guerra Franco-Prusiana que derrocó a Luis Napoleón III, que trajo la III República a Francia y la unión de
Alemania. La Comuna de Paris, Herodoto El Rojo,
http://www.nodo50.org/arevolucionaria/Articulosoct02/lacomuna.htm, 22 de marzo del 201. y la experiencia de la
Unión de Republicas Socialista Soviética ex URRS.
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medio de subsistencia, es decir, como objeto de disfrute, o a través de un rodeo, como medio
de producción. (Marx, Tomo I, El Capital)
Toda cosa útil, como el hierro, el papel, etc., ha de considerarse desde un punto de vista doble:
según su cualidad y con arreglo a su cantidad. La utilidad de una cosa hace de ella un valor de
uso. Pero esa utilidad no flota por los aires. Está condicionada por las propiedades del cuerpo de
la mercancía, y no existe al margen de ellas. El cuerpo mismo de la mercancía, tal como el
hierro, trigo, diamante, etc., es pues un valor de uso o un bien 2/.
Al considerar los valores de uso se presupone siempre su carácter determinado cuantitativo, tal
como una docena de relojes, una vara de lienzo, una tonelada de hierro, etc. Los valores de uso
de las mercancías proporcionan la materia para una disciplina especial, llamada merceología3/.
El valor de uso se efectiviza únicamente en el uso o en el consumo.
Los valores de uso constituyen el contenido material de la riqueza, sea cual fuere la forma social
de ésta. En la sociedad capitalista, son a la vez los portadores materiales del valor de cambio 4/.
El valor de cambio se presenta como relación cuantitativa, proporción en que se intercambian
valores de uso de una clase por valores de uso de otra clase, una relación que se modifica
constantemente según el tiempo y el lugar. El valor de cambio, parece ser algo contingente y
puramente relativo, y un valor de cambio inmanente, intrínseco a la mercancía (valeur
intrinsèque) es exactamente tanto como lo que habrá de rendir." 5/, pues, sería una
contradicción entre un término y su atributo. Examinemos la cosa más de cerca. Una mercancía
individual, por ejemplo un quarter 6/ de trigo, se intercambia por otros artículos en las
proporciones más diversas. No obstante, su valor de cambio se mantiene inalterado, ya sea que
2
/ "El valor natural de cualquier cosa consiste en su aptitud de satisfacer las
necesidades o de servir a la comodidad de la vida humana."
3
/ En la sociedad burguesa prevalece la fictio iuris [ficción jurídica] de que todo
comprador de mercancías tiene un conocimiento enciclopédico acerca de las
mismas.
4
/ "El valor de cambio consiste en la relación de intercambio que media entre tal
cosa y cual otra, entre tal medida de un producto y cual medida de otro." (Le
Trosne, "De l'intérêt social", en "Physiocrates", ed. por Daire,París, 1846, p. 889.)
5
/ Marx cita la epopeya burlesca de Samuel Butler, "Hudibras". En ésta, sin
embargo, los versos citados no dicen 'The value, of a thing / is just as much as it
will bring", sino: "For what is Worth in any thing, / but so much Money as 'twill
bring" ("porque qué es lo que vale en cualquier cosa, sino justamente el dinero que
habrá de rendir"). (Hudibras parte II, canto I, versos 465-6.)-- 45; 973.
6
/ Medida de capacidad equivalente a 290,79 litros.
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Microeconomía I
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se exprese en x betún, y seda, z oro, etc. Debe, por tanto, poseer un contenido diferenciable de
estos diversos modos de expresión.
El trigo, pues, tiene múltiples valores de cambio, en vez de uno solo. Pero como x betún, y del
mismo modo y seda ò z oro, etc., es el valor de cambio de un quarter de trigo, forzosamente x
betún, y seda, z oro, etcétera, tienen que ser valores de cambio sustituibles entre sí o de igual
magnitud. De donde se desprende, primero, que los valores de cambio vigentes de la misma
mercancía expresan un algo que es igual. Pero, segundo, que el valor de cambio únicamente
puede ser el modo de expresión, o «forma de manifestarse», de un contenido diferenciable de
él.
Tomemos otras dos mercancías, por ejemplo, el trigo y el hierro. Sea cual fuere su relación de
cambio, ésta se podrá representar siempre por una ecuación en la que determinada cantidad de
trigo se equipara a una cantidad cualquiera de hierro, por ejemplo: 1 quarter de trigo = x
quintales de hierro. ¿Qué denota esta ecuación? Que existe algo común, de la misma magnitud,
en dos cosas distintas, tanto en 1 quarter de trigo como en x quintales de hierro. Ambas, por
consiguiente, son iguales a una tercera, que en sí y para sí no es ni la una ni la otra. Cada una de
ellas, pues, en tanto es valor de cambio, tiene que ser reducible a esa tercera.
Ese algo común no puede ser una propiedad natural -- geométrica, física, química o de otra
índole de las mercancías. Pero, por otra parte, salta a la vista que es precisamente la
abstracción de sus valores de uso lo que caracteriza la relación de intercambio entre las
mercancías. Dentro de tal relación, un valor de uso vale exactamente lo mismo que cualquier
otro, siempre que esté presente en la proporción que corresponda. O, como decía Marx: "Una
clase de mercancías es tan buena como otra, si su valor de cambio es igual. No existe
diferencia o distinción entre cosas de igual valor de cambio". En cuanto valores de uso, las
mercancías son, ante todo, diferentes en cuanto a la cualidad; como valores de cambio sólo
pueden diferir por su cantidad, y no contienen, por consiguiente, ni un solo átomo de valor de
uso.
Ahora bien, si ponemos a un lado el valor de uso del cuerpo de las mercancías, únicamente les
restará una propiedad: la de ser productos del trabajo. No obstante, también el producto del
trabajo se nos ha transformado entre las manos. Si hacemos abstracción de su valor de uso,
abstraemos también los componentes y formas corpóreas que hacen de él un valor de uso. Ese
producto ya no es una mesa o casa o hilo o cualquier otra cosa útil. Todas sus propiedades
sensibles se han esfumado. Ya tampoco es producto del trabajo del ebanista o del albañil o del
hilandero o de cualquier otro trabajo productivo determinado. Con el carácter útil de los
productos del trabajo se desvanece el carácter útil de los trabajos representados en ellos y, por
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ende, se desvanecen también las diversas formas concretas de esos trabajos; éstos dejan de
distinguirse, reduciéndose en su totalidad a trabajo humano indiferenciado, a trabajo
abstractamente humano7
Examinemos ahora el residuo de los productos del trabajo. Nada ha quedado de ellos salvo una
misma objetividad espectral, una mera gelatina de trabajo humano indiferenciado, esto es, de
gasto de fuerza de trabajo humana sin consideración a la forma en que se gastó la misma. Esas
cosas tan sólo nos hacen presente que en su producción se empleó fuerza humana de trabajo,
se acumuló trabajo humano. En cuanto cristalizaciones de esa sustancia social común a ellas,
son valores 8/.
En la relación misma de intercambio entre las mercancías, su valor de cambio se nos puso de
manifiesto como algo por entero independiente de sus valores de uso. Si luego se hace
efectivamente abstracción del valor de uso que tienen los productos del trabajo, se obtiene su
valor, tal como acaba de determinarse. Ese algo común que se manifiesta en la relación de
intercambio o en el valor de cambio de las mercancías es, pues, su valor.
Un valor de uso o un bien, por ende, sólo tiene valor porque en él está objetivado o
materializado trabajo abstractamente humano. ¿Cómo medir, entonces, la magnitud de su
valor? Por la cantidad de "sustancia generadora de valor" --por la cantidad de trabajo--
contenida en ese valor de uso. La cantidad de trabajo misma se mide por su duración, y el
tiempo de trabajo, a su vez, reconoce su patrón de medida en determinadas fracciones
temporales, tales como hora, día, etcétera.
Podría parecer que, si el valor de una mercancía se determina por la cantidad de trabajo gastada
en su producción, cuanto más perezoso o torpe fuera un hombre tanto más valioso sería su
mercancía, porque aquél necesitaría tanto más tiempo para fabricarla. Sin embargo, el trabajo
que genera la sustancia de los valores es trabajo humano indiferenciado, gasto de la misma
fuerza humana de trabajo. El conjunto de la fuerza de trabajo de la sociedad, representado en
los valores del mundo de las mercancías, hace las veces aquí de una y la misma fuerza humana
de trabajo, por más que se componga de innumerables fuerzas de trabajo individuales.
Cada una de esas fuerzas de trabajo individuales es la misma fuerza de trabajo humana que las
demás, en cuanto posee el carácter de fuerza de trabajo social media y opera como tal fuerza
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. http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/capital1/1.htm (2 of 37) [28/08/2002
17:33:03] Marx: El Capital, Libro primero, Cap. I, Mercancía y dinero
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/ "valores mercantiles".
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de trabajo social media, es decir, en cuanto, en la producción de una mercancía, sólo utiliza el
tiempo de trabajo promedialmente necesario, o tiempo de trabajo socialmente necesario. El
tiempo de trabajo socialmente necesario es el requerido para producir un valor de uso
cualquiera, en las condiciones normales de producción vigentes en una sociedad y con el grado
social medio de destreza e intensidad de trabajo.
9
/"El valor de los objetos para el uso, cuando se los intercambia, se regula por la
cantidad de trabajo requerida de manera necesaria y empleada por lo común para
producirlos." ("Some Thoughts on the Interest of Money in General, and
Particularly in the Public Funds"..., Londres, pp. 36, 37.) Este notable escrito
anónimo del pasado siglo carece de fecha. De su contenido se infiere, sin embargo,
que se publicó en el reinado de Jorge II, hacia 1739 ó 1740.
10
/"Todos los productos de un mismo género no forman, en realidad, más que una
masa, cuyo precio se determina de manera general y haciendo caso omiso de las
circunstancias particulares." ("Le Trosne", op. cit., p. 893.)
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http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/capital1/1.htm (3 of 37) [28/08/2002
17:33:03] Marx: El Capital, Libro primero, Cap. I, Mercancía y dinero
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/291 litros, aproximadamente.
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En términos generales: cuanto mayor sea la fuerza productiva del trabajo, tanto menor será el
tiempo de trabajo requerido para la producción de un artículo, tanto menor la masa de trabajo
cristalizada en él, tanto menor su valor. A la inversa, cuanto menor sea la fuerza productiva del
trabajo, tanto mayor será el tiempo de trabajo necesario para la producción de un artículo,
tanto mayor su valor. Por ende, la magnitud de valor de una mercancía varía en razón directa a
la cantidad de trabajo efectivizado en ella e inversa a la fuerza productiva de ese trabajo. Por
ende, la magnitud de valor de una mercancía varía en razón directa a la cantidad de trabajo
efectivizado en ella e inversa a la fuerza productiva de ese trabajo.
Una cosa puede ser valor de uso y no ser valor. Es éste el caso cuando su utilidad para el
hombre no ha sido mediada por el trabajo. Ocurre ello con el aire, la tierra virgen, las praderas y
bosques naturales, etc. Una cosa puede ser útil, y además producto del trabajo humano, y no
ser mercancía. Quien, con su producto, satisface su propia necesidad, indudablemente crea un
valor de uso, pero no una mercancía. Para producir una mercancía, no sólo debe producir valor
de uso, sino valores de uso para otros, valores de uso sociales. Y no sólo, en rigor, para otros. El
campesino medieval producía para el señor feudal el trigo del tributo, y para el cura el del
diezmo. Pero ni el trigo del tributo ni el del diezmo se convertían en mercancías por el hecho de
ser producidos para otros. Para transformarse en mercancía, el producto ha de transferirse a
través del intercambio a quien se sirve de él como valor de uso.
Por último, ninguna cosa puede ser valor si no es un objeto para el uso. Si es inútil, también será
inútil el trabajo contenido en ella; no se contará como trabajo y no constituirá valor alguno.
Tomemos dos mercancías, por ejemplo, una chaqueta y 10 varas de lienzo. La primera vale el
doble que la segunda, de modo que si 10 varas de lienzo = V, la chaqueta= 2 V. La chaqueta es
un valor de uso que satisface una necesidad específica. Para producirla, se requiere
determinado tipo de actividad productiva. Ésta se halla determinada por su finalidad, modo de
operar, objeto, medio y resultado. Llamamos, sucintamente, trabajo útil al trabajo cuya utilidad
se representa así en el valor de uso de su producto, o en que su producto sea un valor de uso.
Desde este punto de vista, el trabajo siempre se considera con relación a su efecto útil.
Así como la chaqueta y el lienzo son valores de uso cualitativamente diferentes, son
cualitativamente diferentes los trabajos por medio de los cuales llegan a existir: el del sastre y el
del tejedor. Si aquellas cosas no fueran valores de uso cualitativamente diferentes, y por tanto
productos de trabajos útiles cualitativamente diferentes, en modo alguno podría contraponerse
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como mercancías. No se cambia una chaqueta por una chaqueta, un valor de uso por el mismo
valor de uso.
A través del cúmulo de los diversos valores de uso o cuerpos de las mercancías se pone de
manifiesto un conjunto de trabajos útiles igualmente disímiles, diferenciados por su tipo,
género, familia, especie, variedad: una división social del trabajo. Ésta constituye una condición
para la existencia misma de la producción de mercancías, si bien la producción de mercancías
no es, a la inversa, condición para la existencia misma de la división social del trabajo. En la
comunidad paleoíndica el trabajo está dividido socialmente, sin que por ello sus productos se
transformen en mercancías. O bien, para poner un ejemplo más cercano: en todas las fábricas el
trabajo está dividido sistemáticamente, pero esa división no se halla mediada por el hecho de
que los obreros intercambien sus productos individuales. Sólo los productos de trabajos
privados autónomos, recíprocamente independientes, se enfrentan entre sí como mercancías.
Se ha visto, pues, que el valor de uso de toda mercancía encierra determinada actividad
productiva –o trabajo útil-- orientada a un fin. Los valores de uso no pueden enfrentarse como
mercancías si no encierran en sí trabajos útiles cualitativamente diferentes. En una sociedad
cuyos productos adoptan en general la forma de mercancía, esto es, en una sociedad de
productores de mercancías, esa diferencia cualitativa entre los trabajos útiles --los cuales se
ejercen independientemente unos de otros, como ocupaciones privadas de productores
autónomos se desenvuelve hasta constituir un sistema multimembre, una división social del
trabajo.
Como creador de valores de uso, como trabajo útil, pues, el trabajo es, independientemente de
todas las formaciones sociales, condición de la existencia humana, necesidad natural y eterna
de mediar el metabolismo que se da entre el hombre y la naturaleza, y, por consiguiente, de
mediar la vida humana. En su producción, el hombre sólo puede proceder como la naturaleza
misma, vale decir, cambiando, simplemente, la forma de los materiales. Y, es más: incluso en
ese trabajo de transformación se ve constantemente apoyado por fuerzas naturales. El trabajo,
por tanto, no es la fuente única de los valores de uso que produce, de la riqueza material. El
trabajo es el padre de ésta, como dice William Petty, y la tierra, su madre.
Supusimos que la chaqueta valía el doble que el lienzo. Pero ésta no es más que una diferencia
cuantitativa, y por el momento no nos interesa. Recordemos, pues, que, si una chaqueta vale el
doble que 10 varas de lienzo, la magnitud de valor de 20 varas de lienzo será igual a la de una
chaqueta. En su calidad de valores, la chaqueta y el lienzo son cosas de igual sustancia,
expresiones objetivas del mismo tipo de trabajo. Pero el trabajo del sastre y el del tejedor
difieren cualitativamente.
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Elaborado por: Máter. Jorge Antonio García Coto
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Si se prescinde del carácter determinado de la actividad productiva y por tanto del carácter útil
del trabajo, lo que subsiste de éste es el ser un gasto de fuerza de trabajo humana. Aunque
actividades productivas cualitativamente diferentes, el trabajo del sastre y el del tejedor son
ambos gastos productivos del cerebro, músculo, nervio, mano, etc., humanos, y en este
sentido uno y otro son trabajo humano. Son nada más que dos formas distintas de gastar la
fuerza humana de trabajo. Es preciso, por cierto, que la fuerza de trabajo humana, para que se
la gaste de esta o aquella forma, haya alcanzado un mayor o menor desarrollo. Pero el valor de
la mercancía representa trabajo humano puro y simple, gasto de trabajo humano en general.
Así como en la sociedad burguesa un general o un banquero desempeñan un papel
preeminente, y el hombre sin más ni más un papel muy deslucido, otro tanto ocurre aquí con el
trabajo humano. Éste es gasto de la fuerza de trabajo simple que, término medio, todo hombre
común, sin necesidad de un desarrollo especial, posee en su organismo corporal. El carácter del
trabajo medio simple varía, por cierto, según los diversos países y épocas culturales, pero está
dado para una sociedad determinada. Se considera que el trabajo más complejo es igual sólo a
trabajo simple potenciado o más bien multiplicado, de suerte que una pequeña cantidad de
trabajo complejo equivale a una cantidad mayor de trabajo simple.
Por más que una mercancía sea el producto del trabajo más complejo su valor la equipara al
producto del trabajo simple y, por consiguiente, no representa más que determinada cantidad
de trabajo simple. Las diversas proporciones en que los distintos tipos de trabajo son reducidos
al trabajo simple como a su unidad de medida, se establecen a través de un proceso social que
se desenvuelve a espaldas de los productores, y que por eso a éstos les parece resultado de la
tradición. Para simplificar, en lo sucesivo consideraremos directamente toda clase de fuerza de
trabajo como fuerza de trabajo simple, no ahorrándonos con ello más que la molestia de la
reducción.
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Elaborado por: Máter. Jorge Antonio García Coto
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Por consiguiente, así como en los valores chaqueta y lienzo se hace abstracción de la diferencia
entre sus valores de uso, otro tanto ocurre, en el caso de los trabajos que están representados
en esos valores, con la diferencia entre las formas útiles de esos trabajos: el del sastre y el del
tejedor. Así como los valores de uso chaqueta y lienzo son combinaciones de actividades
productivas orientadas a un fin que se efectúan con paño e hilado, y en cambio los valores
chaqueta y lienzo sólo son mera gelatina homogénea de trabajo, también los trabajos
contenidos en dichos valores no tienen validez por su relación productiva con el paño y el hilado
sino sólo como gastos de fuerza humana de trabajo. El trabajo sastreril y el textil son elementos
constitutivos de los valores de uso chaqueta y lienzo merced precisamente a sus cualidades
diferentes; son sustancia del valor chaqueta y del valor lienzo sólo en tanto se hace abstracción
de su cualidad específica, en tanto ambos poseen la misma cualidad, la de trabajo humano.
La chaqueta y el lienzo, empero, no son sólo valores en general, sino valores de una magnitud
determinada, y con arreglo a nuestra hipótesis la chaqueta valía el doble que 10 varas de lienzo.
¿A qué se debe tal disparidad entre sus magnitudes de valor? Al hecho de que el lienzo sólo
contiene la mitad de trabajo que la chaqueta, de tal manera que para la producción de la última
será necesario gastar fuerza de trabajo durante el doble de tiempo que para la producción del
primero.
Por ello, si en lo que se refiere al valor de uso el trabajo contenido en la mercancía sólo cuenta
cualitativamente, en lo que tiene que ver con la magnitud de valor, cuenta sólo
cuantitativamente, una vez que ese trabajo se haya reducido a la condición de trabajo humano
sin más cualidad que ésa. Allí, se trataba del cómo y del qué del trabajo, aquí del cuánto, de su
duración. Como la magnitud de valor de una mercancía sólo representa la cantidad del trabajo
en ella contenida, las mercancías, en cierta proporción, serán siempre, necesariamente valores
iguales.
Si se mantiene inalterada la fuerza productiva de todos los trabajos útiles requeridos para la
producción, digamos, de una chaqueta, la magnitud de valor de las chaquetas aumentará en
razón de su cantidad. Si una chaqueta representa x días de trabajo, 2 chaquetas representarán 2
x, etc. Pero supongamos que el trabajo necesario para la producción de una chaqueta se
duplica, o bien que disminuye a la mitad. En el primero de los casos una chaqueta valdrá tanto
como antes dos; en el segundo, dos de esas prendas sólo valdrán lo que antes una por más que
en ambos casos la chaqueta preste los mismos servicios que antes y el trabajo útil contenido en
ella sea también ejecutado como siempre. Pero se ha alterado la cantidad de trabajo empleada
para producirlo.
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Elaborado por: Máter. Jorge Antonio García Coto
Microeconomía I
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En sí y para sí, una cantidad mayor de valor de uso constituirá una riqueza material mayor; dos
chaquetas, más riqueza que una. Con dos chaquetas puede vestirse a dos hombres, mientras
que, con una sólo a uno, etc. No obstante, a la masa creciente de la riqueza material puede
corresponder una reducción simultánea de su magnitud de valor. Este movimiento antitético
deriva del carácter bifacético del trabajo. La fuerza productiva, naturalmente, es siempre fuerza
productiva de trabajo útil, concreto y de hecho sólo determina, en un espacio dado de tiempo,
el grado de eficacia de una actividad productiva orientada a un fin. Por consiguiente, es en razón
directa al aumento o reducción de su fuerza productiva que el trabajo útil deviene fuente
productiva más abundante o exigua. Por el contrario, en sí y para sí, un cambio en la fuerza
productiva del trabajo en nada afecta el trabajo representado en el valor. Como la fuerza
productiva del trabajo es algo que corresponde a la forma útil adoptada concretamente por el
trabajo, es natural que, no bien hacemos abstracción de dicha forma útil concreta, aquélla ya no
pueda ejercer influjo alguno sobre el trabajo.
El mismo trabajo, pues, por más que cambie la fuerza productiva, rinde siempre la misma
magnitud de valor en los mismos espacios de tiempo. Pero en el mismo espacio de tiempo
suministra valores de uso en diferentes cantidades: más, cuando aumenta la fuerza productiva,
y menos cuando disminuye. Es así como el mismo cambio que tiene lugar en la fuerza
productiva y por obra del cual el trabajo se vuelve más fecundo, haciendo que aumente, por
ende, la masa de los valores de uso proporcionados por éste, reduce la magnitud de valor de
esa masa total acrecentada, siempre que abrevie la suma del tiempo de trabajo necesario para
la producción de dicha masa. Y viceversa.
Todo trabajo es, por un lado, gasto de fuerza humana de trabajo en un sentido fisiológico, y es
en esta condición de trabajo humano igual, o de trabajo abstractamente humano, como
constituye el valor de la mercancía. Todo trabajo, por otra parte, es gasto de fuerza humana de
trabajo en una forma particular y orientada a un fin, y en esta condición de trabajo útil concreto
produce valores de uso {F.E. -- Agregado a la 4ª edición. -- La lengua inglesa tiene la ventaja de
poseer dos palabras distintas para esos dos diferentes aspectos del trabajo. El trabajo que crea
valores de uso y que está determinado cualitativamente se denomina work, por oposición a
labour; el que crea valor, y al que sólo se mide cuantitativamente, es labour, por oposición a
work. Véase nota a la traducción inglesa, página 14.”13.
13
http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/capital1/1.htm (7 of 37) [28/08/2002
17:33:03] Marx: El Capital, Libro primero, Cap. I, Mercancía y dinero
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Elaborado por: Máter. Jorge Antonio García Coto
Microeconomía I
Ciclo Académico I/2017
No hay quien no sepa, aunque su conocimiento se reduzca a eso, que las mercancías poseen
una forma común de valor que contrasta, de manera superlativa, con las abigarradas formas
naturales propias de sus valores de uso: la forma de dinero. De lo que aquí se trata, sin
embargo, es de llevar a cabo una tarea que la economía burguesa ni siquiera intentó, a saber, la
de dilucidar la génesis de esa forma dineraria, siguiendo, para ello, el desarrollo de la expresión
del valor contenida en la relación de valor existente entre las mercancías: desde su forma más
simple y opaca hasta la deslumbrante forma de dinero. Con lo cual, al mismo tiempo, el enigma
del dinero se desvanece.
La más simple relación de valor es, obviamente, la que existe entre una mercancía y otra
mercancía determinada de especie diferente, sea cual fuere. La relación de valor entre dos
mercancías, pues, proporciona la expresión más simple del valor de una mercancía.
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Elaborado por: Máter. Jorge Antonio García Coto
Microeconomía I
Ciclo Académico I/2017
x mercancía A vale y mercancía B
(20 varas de lienzo = 1 chaqueta, o bien:
http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/capital1/1.htm (8 of 37) [28/08/2002 17:33:03]
Marx: El Capital, Libro primero, Cap. I, Mercancía y dinero
20 varas de lienzo valen 1 chaqueta)
La forma relativa de valor del lienzo supone, pues, que otra mercancía cualquiera se le
contraponga bajo la forma de equivalente. Por lo demás, esa otra mercancía que hace las veces
de equivalente, no puede revestir al mismo tiempo la forma relativa de valor. Ella no expresa su
propio valor. Se reduce a proporcionar el material para la expresión del valor de otra mercancía.
Sin duda, la expresión 20 varas de lienzo = 1 chaqueta, o 20 varas de lienzo valen 1 chaqueta,
implica la relación inversa: 1 chaqueta = 20 varas de lienzo, o 1 chaqueta vale 20 varas de lienzo.
Pero lo cierto es que para expresar en términos relativos el valor de la chaqueta debo invertir la
ecuación, y al hacerlo es el lienzo, en vez de la chaqueta, el que pasa a ser el equivalente. Por
tanto, la misma mercancía no puede, en la misma expresión del valor, presentarse
simultáneamente bajo ambas formas. Éstas, por el contrario, se excluyen entre sí de manera
18
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polar. El que una mercancía adopte la forma relativa de valor o la forma contrapuesta, la de
equivalente, depende de manera exclusiva de la posición que en ese momento ocupe en la
expresión del valor, esto es de que sea la mercancía cuyo valor se expresa o bien en cambio, la
mercancía en la que se expresa el valor.
Ya sea que 20 varas de lienzo = 1 chaqueta, ó = 20 ó = x chaquetas, es decir, ya sea que una
cantidad determinada de lienzo valga muchas o pocas chaquetas, en todas esas proporciones
siempre está implícito que el lienzo y las chaquetas, en cuanto magnitudes de valor son
expresiones de la misma unidad, cosas de igual naturaleza. Lienzo = chaqueta es el fundamento
de la ecuación. Pero las dos mercancías cualitativamente equiparadas no desempeñan el mismo
papel. Sólo se expresa el valor del lienzo. ¿Y cómo? Relacionándolo con la chaqueta en calidad
de "equivalente" suyo u objeto "intercambiable" por ella.
En esta relación, la chaqueta cuenta como forma de existencia del valor, como cosa que es
valor, pues sólo en cuanto tal es ella lo mismo que el lienzo. Por otra parte, sale a luz o adquiere
una expresión autónoma el propio carácter de ser valor del lienzo, ya que sólo en cuanto valor
se puede relacionar con la chaqueta como equivalente o intercambiable por ella. El ácido
butírico, por ejemplo, es un cuerpo diferente del formiato de propilo. Ambos, sin embargo, se
componen de las mismas sustancias químicas: carbono (C), hidrógeno (H) y oxígeno (O), y
justamente en proporciones iguales, a saber: C4 H8 O2. Ahora bien, si se igualara el ácido
butírico al formiato de propilo, tendríamos lo siguiente: primero, que en esa igualdad el
formiato de propilo sólo contaría como forma de existencia de C4 H8 O2, y en segundo lugar,
con la igualdad diríamos que el ácido butírico se compone de C4 H8 O2. Al igualar el formiato de
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propilo con el ácido butírico, pues, se expresaría la sustancia química de ambos por
contraposición a su forma corpórea.
Si decimos que las mercancías, en cuanto valores, no son más que mera gelatina de trabajo
humano, nuestro análisis las reduce a la abstracción del valor, pero no les confiere forma alguna
de valor que difiera de sus formas naturales. Otra cosa ocurre en la relación de valor entre una
mercancía y otra.
Lo que pone de relieve su carácter de valor es su propia relación con la otra mercancía. Por
ejemplo: al igualar la chaqueta, en cuanto cosa que es valor, al lienzo se equipara el trabajo que
se encierra en la primera al trabajo encerrado en el segundo. Ahora bien: el trabajo que
confecciona la chaqueta, el del sastre, es un trabajo concreto que difiere por su especie del
trabajo que produce el lienzo, o sea, de tejer.
Pero la equiparación con éste reduce el trabajo del sastre en realidad, a lo que en ambos
trabajos es efectivamente igual, a su carácter común de trabajo humano. Dando este rodeo,
pues, lo que decimos es que tampoco el trabajo del tejedor, en la medida en que teje valor,
posee rasgo distintivo alguno con respecto al trabajo del sastre; es, por ende, trabajo
abstractamente humano. Sólo la expresión de equivalencia de mercancías heterogéneas saca a
luz el carácter específico del trabajo en cuanto formador de valor, reduciendo de hecho a lo que
les es común, a trabajo humano en general, los trabajos heterogéneos que se encierran en las
mercancías heterogéneas.
Sin embargo, no basta con enunciar el carácter específico del trabajo del cual se compone el
valor del lienzo. La fuerza de trabajo humana en estado líquido, o el trabajo humano, crea valor,
pero no es valor. Se convierte en valor al solidificarse, al pasar a la forma objetiva. Para expresar
el valor de la tela como una gelatina de trabajo humano, es menester expresarlo en cuanto
"objetividad" que, como cosa, sea distinta del lienzo mismo, y a la vez común a él y a otra
mercancía. El problema ya está resuelto.
Si en la relación de valor del lienzo se considera la chaqueta como algo que es cualitativamente
igual a él, como cosa de la misma naturaleza, ello se debe a que ésta es un valor. Se la considera
aquí, por tanto, como cosa en la que se manifiesta el valor, o que en su forma natural y tangible
representa al valor. Ahora bien: la chaqueta, el cuerpo de la mercancía chaqueta, es un simple
valor de uso.
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Formas en que se expresa el valor de las mercancías en las diversas etapas del proceso histórico
de desarrollo de la producción mercantil. Se distinguen las siguientes formas del valor:
1) La forma simple o fortuita del valor;
2) La forma total o desplegada del valor:
Forma relativa del valor desplegada.
La forma particular de equivalente.
Deficiencias de la forma total o desplegada del valor.
3) La forma general del valor
Carácter modificado de la forma de valor.
Relación de desarrollo entre la forma relativa de valor y la forma de equivalente.
Transición de la forma general de valor a la forma de dinero.
4) La forma dinero del valor.
La forma simple o fortuita del valor es, histórica y lógicamente, la primera forma en que se
expresa el valor de una mercancía y corresponde a la etapa inicial del desarrollo de la
producción mercantil. Puede expresarse mediante la ecuación: x mercancía A = y mercancía B.
Esta forma es simple porque el valor de una mercancía se expresa en una mercancía sola. Es
fortuita porque la mercancía que expresa el valor se determina casualmente, dado el poco
desarrollo de la producción mercantil. En la forma simple del valor están presentes dos
mercancías: una (la mercancía A), cuyo valor se expresa, y otra (la mercancía B), que sirve para
expresar el valor. La primera mercancía se encuentra en la forma relativa del valor; la segunda,
en la forma equivalente. Tres peculiaridades caracterizan la forma equivalente del valor: 1) el
valor de uso se convierte, en este caso, en expresión de su contrario: el valor; 2) el trabajo
concreto invertido en la producción del valor de uso de una mercancía -del equivalente- aparece
como expresión del trabajo abstracto invertido en la producción de otra mercancía (la
mercancía A); 3) el trabajo del productor privado que crea la mercancía- equivalente (la
mercancía B) aparece en calidad de trabajo social.
La forma total o desplegada del valor va sustituyendo a la forma simple a medida que se
desarrolla el intercambio mercantil y éste adquiere un carácter más o menos regular. Con la
forma total del valor, la misma mercancía empieza a expresar su valor en muchas mercancías y
no en una sola:
Y mercancía B
Z mercancía C
X mercancía A = D mercancía E
F mercancía G
H mercancía I
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1 chaqueta
10 libras de té
20 varas de lienzo = 40 libras de café
1 saco de trigo.
½ tonelada de hierro.
En la forma total del valor resulta aún más palmaria la base única del mundo de las mercancías:
el trabajo invertido en la producción de las mercancías.
La forma general del valor es resultado del ulterior desarrollo de la producción mercantil,
desarrollo que conduce a la separación de una mercancía por la que se cambian, con la mayor
frecuencia, todas las demás. Con la forma general del valor, todas las mercancías empiezan a
expresar su valor en una mercancía determinada que se convierte en equivalente general de
todas las demás mercancías.
Y mercancía B
Z mercancía C
D mercancía E = x mercancía A
F mercancía G
H mercancía I
1 chaqueta
10 libras de té
40 libras de café = 20 varas de lienzo
1 saco de trigo.
½ tonelada de hierro.
En este caso, una mercancía (la mercancía A) expresa el valor de todas las demás mercancías y
constituye el equivalente general. De este modo, todas las mercancías reciben una forma única
de expresión del valor. El equivalente general aparece como materialización directa del trabajo
social. Cualquier mercancía puede desempeñar la función de equivalente general, e
históricamente la han desempeñado diferentes mercancías (sobre todo, el ganado), mas poco a
poco tal función se ha ido fijando en una sola mercancía, que se ha convertido en dinero. En
sustitución de la forma general del valor aparece la forma dinero del valor.
Y mercancía B
Z mercancía C
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D mercancía E = 2 onzas de oro14/
F mercancía G
H mercancía I
1 chaqueta
10 libras de té
40 libras de café = $ 3,080 o 2,408 euros
1 saco de trigo.
½ tonelada de hierro.
El dinero, equivalente general, es una mercancía especial a cuyo valor de uso se ha adherido
sólidamente la forma equivalencia del valor. Ahora bien, la expresión del valor en la forma
dinero representa de hecho el precio; o sea el equivalente en dinero del tiempo de trabajo
cristalizado en la mercancía que se quiere valorar.
DINERO:
Mercancía cuya función específica estriba en desempeñar la función de equivalente general. El
dinero surgió espontáneamente en la remota antigüedad, en el proceso de desarrollo del
cambio y de las formas del valor. En los estadios iniciales del cambio, fueron diversas las
mercancías que se emplearon como equivalente general. Poco a poco, la función del dinero se
fue fijando espontáneamente en la plata y el oro gracias a las singulares propiedades físicas y
químicas de dichos metales, muy idóneos para desempeñar el papel de equivalente general. En
el siglo XX, la función de mercancía dinero se ha circunscrito exclusivamente al oro. La aparición
del dinero fue resultado del desarrollo de la contradicción interna dada en la mercancía, de la
contradicción entre el valor de uso y el valor. En consecuencia, todo el mundo mercantil quedó
escindido en dos polos: 1) todas las mercancías como valores de uso, y 2) el dinero, plasmación
general del valor.
En el valor de uso del dinero se expresa el valor de todas las demás mercancías; el trabajo
concreto contenido en el dinero sirve de forma general en que se manifiesta el trabajo
abstracto, y el trabajo privado encarnado en el dinero aparece en forma socialmente
reconocida. Por medio del dinero se realiza el cálculo social del trabajo, se mide el trabajo
contenido en la mercancía y esta medición no se hace de manera directa e inmediata en tiempo
de trabajo, sino indirectamente, por medio del precio de la mercancía. A diferencia de las otras
mercancías; el dinero posee la propiedad de ser directa y universalmente cambiable por
14
/Como la onza de oro esta en $1,540, esto implicaría que el precio y mercancía b, z mercancía c, sería de $3,080 y
como la onza vale 1,204 euros, esto implicaría un precio de 2.408 euros
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cualquier otra mercancía. La esencia y el papel del dinero en la economía se manifiestan en las
funciones del dinero.
La aparición del dinero resuelve la contradicción del cambio directo de mercancías a la vez que
da origen a las condiciones para que sigan desenvolviéndose las contradicciones de la economía
mercantil. El cambio de mercancías a través del dinero, en la economía mercantil basada en la
propiedad privada sobre los medios de producción, intensifica la dependencia en que el
productor de mercancías se encuentra respecto al mercado, a la fluctuación de precios debida a
las variaciones de correlación entre la demanda y la oferta de mercancías. De ahí que la
aparición del dinero supusiera un aumento del poder de la espontaneidad social sobre los
hombres.
Así se explica que la esencia del dinero se modifique en dependencia del modo de producción a
que sirve. Bajo el capitalismo, el dinero se convierte en capital, sirve para enriquecer a la
minoría explotadora. La necesidad del dinero en la sociedad socialista está condicionada por la
existencia de la producción mercantil y por la acción de la ley del valor. Bajo el socialismo, el
dinero cumple su función de equivalente general sin entrar en contradicciones antagónicas con
la mercancía. No hay crisis económicas de superproducción que detengan el proceso de
conversión de las mercancías en dinero.
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económica, para el cálculo y control de la producción y distribución del producto social, se usa
como medida del trabajo y como medida del consumo. El Estado socialista utiliza el dinero para
organizar de manera racional y rentable la economía, estimulando materialmente a las
empresas y a los trabajadores para que alcancen altos índices de producción con un mínimo de
gastos sociales de trabajo. Establecido el comunismo, desaparecerá la necesidad del dinero.
explotacion
Plusvalía: Absoluta, Relativa y Extraordinaria.
trabaja 2 camisas pero le pagan una trabaja hora extra no las pagan
La plusvalía absoluta, la cual es obtenida mediante la prolongación de la jornada de trabajo, la
plusvalía relativa que resulta como consecuencia de disminuir el tiempo de trabajo necesario y
explotacion proporcional
de aumentar correspondientemente el tiempo de trabajo adicional como consecuencia del
crecimiento de la productividad del trabajo y la plusvalía extraordinaria que va asociada con el
progreso técnico; tratando siempre de mantener bajos los niveles salariales (Borisov, Zhamin,
1965). utiliza las dos
Al introducir nuevas técnicas, el capitalista no se guía de ninguna manera por los intereses de la
sociedad y no le entusiasma la idea del progreso y el desarrollo de la misma sociedad, ni le
preocupa mejorar el entorno de trabajo de los obreros y sus condiciones salariales; tampoco
tiende a abaratar sus mercancías para el consumidor. Lo único que lo guía es la avidez de
obtener plusvalía extraordinaria, que le proporcionará altas tasas de ganancia y la oportunidad
de vencer a sus competidores.
Para acelerar la obtención de beneficios a costa de las innovaciones técnicas introducidas, los
empresarios capitalistas reducen constantemente el tiempo de trabajo necesario para
materializar las nuevas ideas científicas. Si antes se necesitaban para realizar una determinada
mercancía decenas de años, los empresarios capitalistas con la introducción de innovaciones
tecnológicas ahora comienzan a obtener ganancias con el ahorro de tiempo por el uso de las
invenciones que acorta los plazos para producirla. Con la introducción de la nueva técnica en las
empresas capitalistas lo que se persigue es elevar la productividad del trabajo del asalariado.
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beneficios, lo cual se asegura a costa de la formación y apropiación de la plusvalía
extraordinaria. Las empresas capitalistas con el afán de obtener superioridad, invierten en
investigaciones científicas, en innovaciones tecnológicas y en investigación y desarrollo que les
permita a ellos obtener máximos beneficios.
Pero, aunque la plusvalía extraordinaria estimula el progreso técnico, existe también el reverso
de la moneda y su influencia en el desarrollo de la técnica; la cuestión consiste aquí en que el
capitalista obtiene plusvalía extraordinaria sólo cuando él tiene superioridad ante sus
competidores. Si no existe esta superioridad, tampoco habrá plusvalía extraordinaria y por eso
todo capitalista que haya introducido una u otra innovación técnica o tecnológica está
profundamente interesado en que ésta no se divulgue en el mayor tiempo posible.
Trata de ocultar de los competidores su innovación, lo cual hace utilizando por ejemplo las
patentes, logrando convertir en un secreto su innovación; al mismo tiempo, adopta medidas
para impedir que sus competidores encuentren nuevas soluciones técnicas y busca la forma de
obstaculizar el empleo de las invenciones y limita el acceso a la información de la existencia de
nuevas técnicas existentes, lo que conduce al freno del progreso técnico.
Introducción
La teoría subjetiva del valor, surge en el siglo XIX con la Escuela Austriaca y su fundador Carl
Menger, trato de desmentir la teoría objetiva del valor. Para ellos (los de la Escuela Austriaca y
los defensores de la teoría subjetiva del valor) el valor y los costes son subjetivos. Las
necesidades no son cardinales 15/ o mesurables16/, sino ordinales17/ y contingentes18/, es decir,
dependen del momento, la escasez y necesidades futuras. No existe un precio natural objetivo
al que tienda el mercado, éste está en continua lucha y movimiento sin tendencia alguna.
Para la teoría subjetiva del valor el origen del valor es la utilidad y la escasez, la medida del valor
es la utilidad marginal19, y en lugar de hablar de mercancías se habla de bienes. La base
filosófica que utilizan es el idealismo (materialismo dialectico e histórico en la teoría objetiva del
valor) el cual es ahistórico y el método de estudio es el inductivo (deductivo en la teoría objetiva
del valor).
15
/Que se expresa mediante números, por ejemplo: 1, 2, 3, 4, 5, etc.
16
/Algo que se puede medir
17
/Que se pueden ordenar de acuerdo a las preferencias del individuo.
18
/Al que puede suceder o no.
19
/Es el aumento en la utilidad total provocado por el incremento de una unidad consumida, poseída o producida
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De aquí se deduce que el valor de uso es la utilidad, que es una relación de alguna cualidad de
algún bien para satisfacer una necesidad. La medida del valor está dada por la preferencia del
consumidor hacia ese bien determinado, mientras que la demanda de un bien en el mercado se
convierte en la concreción de las preferencias del consumidor desde el punto de vista de la
utilidad marginal que encuentra en el bien en cuestión.
mercado preferencias del consumidor
Los precios desplazan al valor como categoría de análisis al estudiar las preferencias del
consumidor por un bien, preferencias reveladas a través del conteo empírico del método
positivista, lo que hace que la utilidad sea ahora considerada como una categoría que no es
necesaria al análisis de los fenómenos económicos, cuando se los trata como fuerzas que
tienden al equilibrio: la “preferencia revelada”, objetivamente observada en el mercado, ha
hecho que el valor y la utilidad, por igual, fueran anuladas del escenario económico neoclásico.
El concepto “valor” ha pasado a ser una entidad “metafísica”. Pero hay impulsos académicos
que tienden a revivir el debate sobre la teoría del valor. Tomemos como ejemplo, a Denis
Robertsosn en sus “Lecciones sobre los principios de la economía” que toma el valor como base
del análisis de la demanda 20.
Sin embargo, si se busca comprender algo de manera científica, no se puede considerar
únicamente las apariencias. La ciencia, implica precisamente ir más allá de los hechos visibles
para descubrir la realidad más profunda, pero no evidente. Esto se puede ilustrar de manera
sencilla tomando un ejemplo astronómico y otro psicológico (Gouverneur, 20065).
Si se observa el cielo durante algunas horas, se tendrá la impresión de que el sol gira alrededor
de la tierra. Pero esta impresión es errónea: la astronomía demuestra que de hecho es la tierra
la que gira alrededor del sol. Evidentemente, el descubrimiento de esta realidad esencial fue
indispensable para comprender el verdadero movimiento de los planetas y para utilizar este
conocimiento en beneficio de la humanidad (por ejemplo, para lanzar satélites al espacio).
20
http://www.zonaeconomica.com/teoria-valor-epistemologia/subjetiva. 10 de abril del
2012.
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De la misma manera no basta observar el comportamiento externo de un individuo para
comprenderlo. La Psicología explica que el comportamiento y reacciones dependen en buena
medida de una “zona inconsciente” más o menos escondida. Si se explora parte de esta zona
inconsciente, diversos aspectos de la personalidad, - posiblemente contradictorios – pueden ser
explicados de manera coherente; y con esto se empieza a comprender el movimiento profundo
y se puede entonces orientar de mejor forma.
Esto puede ser aclarado reflexionando un momento sobre tres preguntas elementales a
propósito de la producción, los precios y los ingresos. Dicha reflexión permitirá desde el
principio presentar algunas diferencias sensibles entre el enfoque de la teoría objetiva del valor
y la teoría subjetiva del valor.
producción(factor productivo): tierra, trabajo y capital.
1. ¿De dónde Provienen los Productos?
Los objetos que se consumen diariamente no caen del cielo, por supuesto: estos tienen que
ser producidos. ¿Cómo son producidos? Los libros tradicionales o convencionales de
economía proponen una respuesta de sentido común: Las mercancías son producidas
combinando capital (es decir medios de producción: maquinas herramientas, edificios, etc.)
y trabajo. Capital y trabajo: he aquí dos factores de producción esenciales que las empresas
combinan para realizar su producción. Esta respuesta no es falsa, pero es superficial. Porque
los medios de producción utilizados por las empresas tampoco caen del cielo: ¡ellos también
tienen que ser producidos ¡
Si se considera el conjunto de las empresas y se pregunta acerca del origen de los medios de
producción se descubre que todas las producciones provienen en definitiva solo del trabajo
humano, el cual utiliza y transforma los recursos de la naturaleza. Para ello supongamos dos
tipos de escenarios:
los precios la definen la oferta y la demanda
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1.1 Todos los medios de producción son destruidos, pero los seres humanos y los recursos
naturales resultan relativamente a salvo: al retomar el trabajo, los sobrevivientes serían
capaces de reconstruir una gama completa de productos.
1.2 Todos los medios de producción y los recursos naturales sobreviven pero la humanidad
desaparece: ya no sería posible producción alguna, y los mismos medios de producción
poco a poco se deteriorarían y finalmente desaparecerían.
¿Qué enseñan los escenarios anteriores? Que las realidades visibles pueden esconder una
realidad más fundamental. A primera vista, todos los productos provienen de una combinación
de capital y trabajo. Mas fundamentalmente, esto no nos salta a la vista, todos los productos
provienen en definitiva del trabajo humano únicamente.
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inseparables: una cara visible (su precio) y una cara invisible (el tiempo de trabajo socialmente
necesario para producirlas). Los precios no reflejan exactamente las cantidades de trabajo, pero
las diferencias y los cambios en los precios dependen sobre todo de las diferencias y los cambios
en las cantidades de trabajo respectivas.
Una vez más, las realidades visibles (los precios) ocultan una realidad más fundamental (el
trabajo). Mientras las teorías económicas tradicionales se contentan con analizar la superficie
de las cosas (los precios y el análisis de la oferta y la demanda). Se vuelve por tanto, necesario
establecer la relación que existe entre el precio de las mercancías, el valor y el trabajo del cual
estas resultan.
ingresos totales menos costos totales
3. ¿De dónde provienen los ingresos? precio de venta y servicios prestados
reducir costos y aumentar los ingresos (cantidad y precio)
Si se compra al azar un billete de lotería y se ganó cierta cantidad de dinero (digamos $ 1,000),
todo el mundo reconocerá que este ingreso se debe a la buena suerte. Pero si bien es la suerte
la que permitió obtener ese ingreso ¿es acaso ella quien lo creo?
Si presto dinero a una empresa o al Estado, cobro cada año intereses, que constituyen la
remuneración por el servicio brindado. Pero si el préstamo me permite percibir un ingreso,
¿dónde se creó este? Como empresario gano más dinero si soy más competitivo que mis rivales,
si consigo producir con menos costos; con este fin reemplazo trabajadores por maquinas. Pero
si la mecanización me permite obtener una mayor ganancia, ¿esa ganancia fue creada por las
maquinas?
Estas situaciones y preguntas llevan de nuevo a considerar las dos partes del iceberg, a
distinguir entre las realidades visibles y la realidad escondida. Las realidades visibles son los
ingresos percibidos por diversas personas o empresas. La realidad escondida es la forma en que
estos ingresos son creados. Mientras las teorías económicas tradicionales se limitan
generalmente a constatar y justificar los ingresos percibidos (salarios, ganancias, renta, etc.). Si
se analiza a profundidad la fuente misma de todos los ingresos, se verá que no es el azar o el
préstamo, los que crean el ingreso: ellos hacen posible que se perciba una fracción del ingreso
total creado en el conjunto de la economía.
De la misma manera, las maquinas no crean ingreso alguno: más bien ellas permiten a las
empresas más mecanizadas obtener una ganancia mayor que las empresas competidoras
técnicamente menos avanzadas. En realidad, el ingreso total es creado por el trabajo de todos
los que participan en la producción de mercancías; y únicamente por su trabajo.
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Simplificadores:
Fundamentales
Tendenciales.
2. Supuestos Fundamentales: Son supuestos que según los clásicos tenían vigencia en la
realidad, es decir que operan o son efectivos en la realidad.
El Mercado se Vacía
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3. Supuestos de Tendencia o Tendenciales: Supuestos que no existen del todo, pero que
resulta conveniente su consideración para poder aplicar medidas de política económica
que permitan el funcionamiento y la orientación del modelo de la competencia perfecta.
iv. Dejar que las leyes del mercado sean las que asignen los recursos, es decir
que el gobierno no debe de intervenir en el funcionamiento del mercado.
v. Promover la igualdad política, entre otros.
En una situación de competencia imperfecta las empresas que residen en ese mercado pueden
llegar a tener suficiente poder de mercado para afectar al precio del mismo. Las consecuencias
principales de este poder de mercado que puede haber son una repercusión negativa en el
bienestar de los consumidores y una pérdida de eficiencia.
Simplificadores
Fundamental
Tendenciales
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Crear marcas y ejercer el control por medio patentes.
Desarrollar Programas de Publicidad
Promover la tecnología por medio del I& D
Promover la creación de economías de escala.
Mercado de Competencia Perfecta.
S T
S T
La Utilidad y las
La teoría de la Conducta del Consumidor La Parte Subjetiva Preferencias del
Consumidor
Elección Óptima
Combinación de Ambas o Equilibrio del
Consumidor
21
/En la teoría subjetiva del valor el concepto mercancía se sustituye por Bines y Servicios.
22
/ Es cuando se toma un bien como “Numerario” (Como mercancía en términos de la cual
expresan su valor todas las demás mercancías). Por ejemplo: Según Call y Hollahan (1983), en
los campos de concentración de la segunda guerra mundial, se solía utilizar como numerario los
cigarrillos de forma que si intercambiaban por una unidad del bien en cuestión. Así el precio de
una pastilla de jabón era igual a 4 cigarrillos, se supone que el precio de estos es 4 veces el
valor de un cigarrillo.
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