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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.

MINISTERIO DEL P.P.P LA EDUCACIÓN.


UNIVERSIDAD PRIVADA RAFAEL BELLOSO CHACÍN.
SECCIÓN: R-711.

ECONOMÍA VENEZOLANA.
EVOLUCIÓ N HISTORICA Y MODELOS
DE CRECIMIENTO

REALIZADO POR:
DIANYS GUTIÉRREZ.
CI: 30.355.098.
PROFESOR:
NELSON RUBIO
INTRODUCCION.
El presente trabajo tiene como propó sito fundamental aplicar las
herramientas de la estadística descriptiva a un fenó meno o tema de
interés político y econó mico. Para tal, fin se escogió un aspecto del
sistema político venezolano, como lo es el abordar un estudio de los
presidentes venezolanos desde 1900 hasta 2023, es decir, caracterizar a
los gobiernos de los líderes políticos de Venezuela, desde el primer
presidente que tuvo la naciente Repú blica como lo fue Cipriano Castro
Ruiz hasta llegar al gobierno del actual presidente Nicolás Maduro
Moros En ese sentido, se seleccionó una muestra de 54 observaciones y
se caracterizó a los líderes, a través de 2 variables cuantitativas, como son
la edad y tiempo de duració n en el poder y 4 variables cualitativas entre
ellas, tipo de liderazgo (constitucional, democracia participativa,
democracia representativa, dictadura civil, dictadura militar, gobierno
civil, gobierno federal, presidente interino y presidente provisional), la
manera de có mo el líder entró al poder (congreso, elecciones indirectas,
golpe de Estado, elecciones directas y Asamblea Nacional), la manera de
có mo el líder salió del poder (transició n legítima, renuncia, transició n
ilegítima, muerte, salud, suspensió n y en progreso) y el destino del líder al
añ o de haber salido del poder (exilio, militar, muerte, embajador, senador
vitalicio, arresto domiciliario, presidente congreso, presidente,
vicepresidente, en progreso).

Así mismo, resaltaremos el orden econó mico, monetario y fiscal de cada


periodo presidencial.
ESQUEMA

1. ORDEN ECONÓMICO.

2. ORDEN MONETARIO.

3. ORDEN FISCAL.

4. ANÁLISIS DE CADA PERIODO POR PRESIDENTE (ANUAL).

4.1 Cipriano Castro Ruiz (1899-1908)

4.2 Juan Vicente Gómez (1908-1914)

4.3 Victorino Márquez Bustillos (1915-1922)

4.4 Juan Vicente Gómez (1922-1929)

4.5 Juan Bautista Pérez ( 1929 – 1931)

4.6 Juan Vicente Gómez (1931-1935)

4.7 Eleazar López Contreras (1935-1936)

4.8 Eleazar López Contreras (1936-1941)

4.9 Isaías Medina Angarita (1941-1945)

4.10 Rómulo Ernesto Betancourt Bello (1945-1948)

4.11 Rómulo Gallegos Freire (1948-1948)

4.12 Carlos Delgado Chalbaud (1948-1950)

4.13 Germán Suárez Flamerich (1950-1952).

4.14 Marcos Pérez Jiménez(1952-1958).


4.15 Wolfgang Larrazábal (1958-1959).

4.16 Edgar Sanabria (1959-1959).

4.17 Rómulo Ernesto Betancourt Bello (1959-1964).

4.18 Raúl Leoni Otero (1964-1969).

4.19 Rafael Caldera Rodríguez (1969-1974).

4.20 Carlos Andrés Pérez Rodríguez (1974-1979).

4.21 Luis Herrera Campins (1979-1984).

4.22 Jaime Lusinchi (1984-1989).

4.23 Carlos Andrés Pérez Rodríguez (1989-1993).

4.24 Octavio Lepage (1993 – 1993).

4.25 Ramón José Velásquez (1993-1994).

4.26 Rafael Caldera Rodríguez (1994 – 1999).

4.27 Hugo Rafael Chávez Frías (1999 – 2013)

4.28 Nicolás Maduro Moros 14 de abril de 2013 – presente


DESARROLLO

1. ORDEN ECONOMICO:
Mientras a comienzos del siglo XVII el territorio de la actual Venezuela se
organizaba en torno a dos nú cleos dependientes de Santa Fe y dos de
Santo Domingo, en 1700 la Gobernació n central ha logrado articular en
tomo a sí gran cantidad de recursos, que luego será n poderoso argumento
en el camino hacia la unidad. En 1600 en cambio observamos que la
fuerza de los elementos de dispersió n era enorme. En el campo
econó mico, no existían instrumentos de cambio, por lo que las perlas, los
lienzos o frutos de la tierra actuaban como tales. La articulació n interna y
externa eran escasas. En esas condiciones, de verdadera vida de frontera,
la mercantilizació n de las estructuras agropecuarias era posible só lo a
partir de un espacio productor de metales preciosos, ú nico producto cuyo
valor de cambio en esa fase era capaz de sostener el trá fico comercial, la
«contratació n para sustentar la tierra».

Si hubo, a partir del fundamental sector minero, una efectiva construcció n


del «espacio Peruano» y el Nuevo Reino de Granada logra sostener una
existencia altamente autó noma, muy centrada en la dialéctica
costa/interior, en el espacio regional venezolano se introducen nuevos
elementos. El oriente, que rentabilizó en el siglo XVI su producció n de
perlas, no es capaz — pese al ganado o el tabaco —, de introducirse
plenamente en un espacio monetario primario. Só lo la Gobernació n de
Venezuela, dueñ a del trá fico de cacao —símbolo del poder político como
lo era de la plata mexicana— será capaz de convertirse en el centro
regional por antonomasia. La élite caraqueñ a, dueñ a y señ ora de los valles
intramontanos, actuará con una habilidad que permite comprender su
éxito histó rico. Si en el siglo XVI había logrado que los Alcaldes Ordinarios
administraran en el ínterin de los Gobernadores, caso ú nico en América,
en el siglo XVII logran evitar la exportació n de la simiente del tabaco a
Españ a, encuentran un trá fico rentable y pagadero en plata (que volvía
como lastre) y se aseguran el mejor mercado, el novohispano, en el que
compiten con beneficios fiscales.

No debemos olvidar, sin embargo, la existencia de otros elementos


globalizadores: la defensa, las redes de parentesco, la acció n eclesiá stica,
actuaban también como unificadores, como formadores de la comú n
idiosincrasia de los venezolanos, que madurará en la siguiente centuria.

Para concluir, creemos que hay una objetiva correspondencia entre la


organizació n político administrativa de 1598 a 1620 -cuatro
Gobernaciones y un Corregimiento— y una realidad de dispersió n de
intereses y unos grupos de élite poco integrados regionalmente. En el
reinado de Felipe III se define un nuevo orden: en oriente, el definitivo
ocaso de las perlas y la bú squeda de una alternativa; en occidente, el
hallazgo del cacao y el mercado de Nueva Españ a, rico en plata. El
numerario iba a romper la regionalizació n, con lo que estaban puestas las
bases del fuerte crecimiento de la que había nacido como exigua
Gobernació n de Venezuela.

2. ORDEN MONETARIO:

Durante el período comprendido entre 1848 y 1857, se aprobaron


importantes leyesen materia monetaria. En 1848 se sancionó la primera
ley de monedas que estableció como unidad de cuenta de la Repú blica de
Venezuela, el franco francés, la cual era una moneda de plata, apropiada
para las transacciones corrientes. Sin embargo, para 1848, el monedaje de
plata heredado de la colonia y conocido como macuquina había sido
retirado de circulació n en virtud de su desgaste, a pesar de ser plata de
buena ley y en su lugar había quedado circulando monedas de cobre. Por
lo tanto, en el marco de la ley de 1848, el legislador tuvo el resolver el
problema de como incorporar legalmente las monedas de cobre a la
circulació n. Para ello, se estableció una paridad entre los centavos de
cobre y el franco francés. Esta relació n generó una serie de dificultades,
en especial para las transacciones corrientes, ya que la paridad con el
resto de monedas de plata, que circulaban se fijó a través de las monedas
de cobre, por lo tanto, a nuestra moneda se le otorgó un mayor valor en
oro, que, en plata, lo cual provocaba la salida de circulació n de monedas
de plata y la introducció n de las de oro.

Con la ley de 1848, el patró n monetario adoptado fue el bimetalismo,


propio de Francia. Sin embargo, al poco tiempo de aprobada la ley, fueron
descubiertas importantes minas de oro, tanto en California, como en
Australia, lo cual alteró la paridad oro-plata en los mercados de metales y
afectó el funcionamiento de los sistemas monetarios bimetalistas,
reforzando la tendencia hacia la salida de monedas de plata y la entrada
de monedas de oro, con el conocido efecto negativo sobre las
transacciones corrientes.

Estas dificultades, unidas al descubrimiento de minas de oro en la regió n


de Guayana en Venezuela motivaron al gobierno a redactar una nueva ley
en materia monetaria en abril de 1854. Con esta ley se introdujo una
unidad de cuenta propia El Venezolano, con ello se aspiraba tener un
mayor control en las decisiones econó micas, ya que en ausencia de una
moneda nacional las propiedades de nuestros ciudadanos dependían de
las decisiones tomadas en aquellos centros de donde procedían las
monedas que circulaban en el territorio nacional. También a través de
esta ley se reconoció una dificultad, que existía de hecho en la economía
venezolana, como era la coexistencia de dos unidades de cuenta
diferentes, una de octavos de tradició n hispana y otra de tipo decimal,
usada en Francia, entre otras naciones. Esta situació n afectaba las
transacciones. Finalmente, en 1857 se aprobó un nuevo marco legal en
materia monetaria, que establecía el sistema decimal como unidad de
cuenta, un esfuerzo que se había iniciado con la aprobació n de ley de
1848.

Otro de los problemas presentes en materia monetaria durante este


período fue la dificultad para expandir la oferta monetaria, ya que para
1848, apenas existían dos bancos en Venezuela, el Banco Colonial
Britá nico y el Nacional, los cuales fueron liquidados en 1849 y 1850, en
medio de una severa crisis financiera internacional con efectos graves
sobre la economía doméstica y el crédito. Posteriormente en 1855 fue
fundada una nueva institució n financiera, creada por allegados al
gobierno, llamada La Compañ ía de Accionistas, el cual operó entre 1855-
1858 y cuya relació n fundamental fue con el sector pú blico. Esta
institució n cerró sus puertas al poco tiempo de caída la dinastía política
de los Monagas. Ademá s de los bancos, existieron otras dos instituciones
relacionadas con operaciones crediticias. Una de ellas fue la Iglesia
Cató lica, que otorgaba, préstamos mediante censos a cambios de recibir
en garantías algunos activos, como haciendas, hatos, viviendas, solares,
ganado o esclavos. La otra institució n fueron las Casas Comerciales, las
cuales dominaban el comercio exterior, es decir, las importaciones y
exportaciones de mercancías y realizaban adelantos de efectivo a muchos
hacendados, ganaderos y comerciantes.

3. ORDEN FISCAL:

El primer tema que propone el Dr. Eusebio Gonzá lez en su condició n de


Relator General del Tema N° I es el relativo a “la compatibilidad entre el
principio de capacidad contributiva y los fines extra-fiscales del tributo”.
El relator general establece como supuestos de hecho no discutibles, es
decir, como premisas vá lidas necesarias para efectuar el aná lisis las
siguientes:

 Que todo tributo tiene fines fiscales y extra-fiscales espontá neamente


cumplidos.
 Que los fines extra-fiscales son los voluntaria y expresamente
perseguidos por el legislador.
 Que aceptada la conocida distinció n entre tributos extra-fiscales y
fines extra-fiscales del tributo será difícil encontrarse con tributos
extra-fiscales, es decir, tributos cuyo establecimiento responda
esencialmente al propó sito específico de alentar o desalentar
determinadas actividades econó micas.
El concepto de economía tributaria acuñ ado por Gerloff evidencia
claramente y de manera descriptiva las funciones que cumple la
tributació n en la economía moderna, tanto desde el punto de vista de
su fin propio natural y que justifica su existencia, como es la cobertura
del gasto pú blico, y la necesaria conjunció n con respecto a otros fines
que, en definitiva, van a constituir obligaciones del Estado. En efecto,
de acuerdo a la definició n descriptiva de lo que debe entenderse como
economía tributaria, nos encontramos lo siguiente:

 Una economía que satisface una parte considerable, por regla comú n la
mayor de sus necesidades financieras ordinarias mediante impuestos,
es decir, mediante cobros no retribuidos, o sea percepció n o retiro
obligatorio de dinero, bienes y a veces también prestaciones de otras
economías.

 La totalidad de las medidas, acciones o instituciones establecidas para


cubrir las necesidades con impuestos o, en otras palabras, el conjunto
de aquellas disposiciones econó micas de una corporació n pú blica
tomadas para cubrir las necesidades mediante impuestos.

 Asimismo, las medidas de la imposició n de ordenamiento político, vale


decir, la aplicació n de impuesto para realizar fines no fiscales como la
regulació n de las coyunturas econó micas, la obtenció n del pleno
empleo y otros.

 Un eslabó n econó mico es decir justamente aquel en que la evolució n


de la satisfacció n de las necesidades pú blicas lleva a que estas se
cubran con impuestos.

En este sentido, Gerloff resulta como en todo momento histó rico se ha


creído poder y deber mantener el orden pú blico, la seguridad y la moral
por medio del impuesto[27], es decir, funciones distintas aquellas
meramente necesarias para adminicular una actividad financiera con
cará cter medial o instrumental que permita allanar los recursos
suficientes para sufragar el aparato prestatario de servicios en beneficio
de las necesidades del colectivo.

Así, en Roma existió la tendencia de contrarrestar los efectos de la


decadencia de la costumbre mediante los ultra tributa creados por el
Cató n Censor; o como la recomendació n efectuada por Sonnenfels, en el
siglo XVIII, en cuanto a la adopció n de instrumentos tributarios para guiar
la actividad de los sú bditos hacia los caminos deseados por el Estado y
apartado de aquellos no deseados por él.

Sin embargo, no fue só lo sino hasta mediados del siglo XIX cuando
comenzaron los esbozos y sustentació n teó rica densa en relació n a la
finalidad extra-fiscal o de ordenamiento de los impuestos aneja a su
finalidad intrínsecamente fiscal o de cobertura. Esa nueva funció n extra-
fiscal o de ordenamiento se centró fundamentalmente en la necesidad de
justificar una intervenció n econó mica dirigida, principalmente, a corregir
la distribució n de la riqueza originada por el libre desenvolvimiento del
mercado.

Pero esa misió n general, correctiva del libre desenvolvimiento del


mercado, en criterio de Mateo, junto a la propiamente fiscal, corresponde
al sistema tributario en conjunto, en superació n de la idea liberal de
reducir el fin del mismo a la cobertura de las necesidades pú blicas.
Ademá s, segú n del citado autor, al margen de su consideració n como
factor positivo o perturbador, es lo cierto que toda figura tributaria
ocasiona, en mayor o menor grado, efectos econó micos distintos del
puramente recaudatorio.

El sentido y alcance de los impuestos de ordenamiento, con fines extra-


fiscales o con fin no financiero se encuentra en funció n de lo que se ha
denominado las «finanzas de ordenamiento», entendida como el empleo
de medios políticos –financieros- para la realizació n de objetivos de
políticas de ordenamiento. Se trata sobre todo de alcanzar finalidades en
el á mbito de la política econó mica y social.

La actividad financiera o finanzas de ordenamiento requiere de un


conjunto de instrumentos o herramientas para lograr los objetivos de
orientació n, determinació n y conducció n de las políticas pú blicas que va a
tener mú ltiple incidencia en los distintos sectores de la sociedad.
El impuesto de ordenamiento es el resultado de la utilizació n consciente y
directa del tributo, sin mirar su rendimiento fiscal para lograr fines de
ordenamiento político, es esta su misió n esencial. Los impuestos de
ordenamiento requieren de prestaciones (principal pero de ningú n modo
exclusivamente, en dinero) por corporaciones pú blicas a otras economías
con el só lo o principal propó sito de provocar así determinada reacció n de
estas economías. Ahora bien la distinció n entre impuesto fiscal e
impuesto no fiscal, no es tan clara, puesto que, como expresa Michelli, es
lo cierto que toda figura tributaria ocasiona, en mayor o menor grado
efectos econó micos distintos del puramente recaudatorio.

En igual sentido, Lejeune manifiesta que la existencia de impuestos


fiscales químicamente puros es algo que resulta totalmente imposible de
verificar en cualquier ordenamiento tributario.

El aná lisis y estudio del gasto tributario representado en incentivos o


beneficios fiscales, dada la importancia que el mismo representa de
manera heterogénea ,en relació n a lo que Soler Roch denomina los
mecanismos jurídicos de establecimiento y aplicació n del tributo ,y en
particular del impuesto, como una realidad incuestionable que pone de
manifiesto el propio ordenamiento, ya que tanto las leyes reguladoras del
sistema tributario como en el entramado jurídico positivo que articula el
fenó meno de la imposició n siempre los mismos está n presentes, como
manifestació n de “la otra cara de la moneda” del fenó meno impositivo y
se ha analizado en funció n al principio de capacidad contributiva.

En efecto, el principio de capacidad contributiva ,como lo indica La Rosa,


ha sido siempre la referencia bá sica de la temá tica constitucional en torno
a los beneficios tributarios porque de ordinario se los considera como
claramente lesivos a la exigencia de igualdad en el concurso de todos a los
gastos pú blicos; no olvidando el citado autor , que dicha problemá tica ha
estado aislada en parte por la no poca indeterminació n de sus propios
términos de referencia (la capacidad contributiva, por un lado, y la noció n
de beneficio tributario por el otro); respuesta demasiado articulada y
compleja. De esta manera, se ha efectuado una estricta vinculació n e
identificació n entre la capacidad contributiva con la justicia tributaria lo
cual só lo fue posible mientras el tributo fue concebido como un
instrumento jurídico, cuya ú nica finalidad era allegar fondos al erario
pú blico para el financiamiento de sus gastos , siendo precisamente por
ellos, el criterio de medida de la diferentes obligaciones tributarias.

El principio de capacidad contributiva entendido como principio de


justicia tributaria esencial y como elemento instrumental de la igualdad
ante la ley, se ha erigido como la «dogmá tica inexcusable» en los sistemas
tributarios, dejando a un lado la pretendida naturaleza de norma
programá tica que algunos han querido atribuir a la consagratoria de tal
principio en los textos constitucionales, lo cual de suyo se desvanece por
el hecho de que una norma incorporada en el texto constitucional,
entendido en su criterio racional normativo de cú spide de la pirá mide de
todo el ordenamiento, ya por si sola tiene un contenido vinculante que se
deduce de la limitació n e imposició n al legislador al momento de ejercer
el poder de imposició n.

En consecuencia, al decir de Moschetti, el principio de capacidad


contributiva no indica una tautología vacía de contenido, sino un criterio
de justicia preceptivo y vinculante, pues la prestació n tributaria, no tiene
como fundamento propio una abstracto poder de imperio ni una mera
relació n conmutativa (cambio de utilidad entre ente pú blico y
contribuyente), sino la vigencia del referido principio, esto es, la aptitud
para concurrir a los gastos pú blicos, manifestada en virtud de la
capacidad econó mica del sujeto.

La Constitució n venezolana de 1999, al igual que la de 1961, no se limita a


reafirmar el principio de legalidad tributaria o de reserva de ley (artículo
317), sino que ha querido también el constituyente originario intervenir
en un plano sustancial, especificando bien el fundamento de la obligació n
tributaria bien el criterio principal de justicia vinculante para el propio
legislador en la creació n y reparto de los tributos ( poder tributario
derivado). En este orden de ideas, el artículo 133 de la vigente
Constitució n venezolana dispone que “toda persona tiene el deber de
coadyuvar a los gastos pú blicos mediante el pago de impuestos, tasas y
contribuciones que establezca la ley” y el artículo 316 ajusten establece
que “el sistema tributario promoverá una justa distribució n de los cargos
pú blicos segú n la capacidad econó mica del o la contribuyente”.

De acuerdo con el autor venezolano Ruan Santos, la capacidad econó mica


exigida por el constituyente como criterio para la justa distribució n de las
cargas pú blicas es la causa y el límite del deber de contribuir. No se puede
exigir que pague algú n tributo a quien carezca de riqueza o de medios
para producirla; es menester que el ciudadano tenga una base mínima de
capacidad para que se le pueda exigir contribuir con los gastos pú blicos.
Pero ademá s, ese deber tiene como límite la dimensió n de esa capacidad,
en la medida en que no grave el mínimo vital o lo medios de subsistencia
del individuo o que no atente contra la existencia misma de la fuente
productiva.

En otras palabras, la capacidad contributiva es, a juicio de D’Albergo, la


medida en que los ciudadanos pueden soportar la carga tributaria
teniendo en cuenta las respectivas situaciones personales, lo cual revela
que la funció n del principio de capacidad contributiva como medida o
proporció n de la realizació n por cada uno de contribuir a los gastos
pú blicos (por ende como límite para el legislador en la configuració n de
los tributos) obliga, en criterio de Rodríguez Bereijo, al establecimiento
de los tributos tomando como presupuesto del hecho del mismo
circunstancias que sean indicativas o reveladoras, directa o
indirectamente, de capacidad econó mica.

El principio de capacidad contributiva responde a la preocupació n que


existe en el Estado de Social, de derecho y Justicia de someter el impuesto
a principios éticos y jurídicos que respondan a la idea de igualdad, y que
esta idea encuentra en el campo financiero su expresió n en el concepto de
facultades econó micas, que como lo asevera Valdés Costa, se asimila al de
capacidad contributiva, sin olvidar que este concepto ha sufrido en el
tiempo transformaciones fundamentales y que su enunciació n responde
en ú ltimo término a concepciones de políticas extra fiscales, es decir, a la
funció n de apuntalar políticas pú blicas.
El empleo en los textos constitucionales de los conceptos de capacidad
econó mica o capacidad contributiva es la materializació n e
instrumentació n del principio de igualdad resultante de las postulados
esenciales de la revolució n francesa. Se plantea así una identificació n
entre el referido principio con la justicia tributaria, lo cual só lo es posible
si se concede y reconoce al tributo en su esencia primigenia de bú squeda
de recursos para el financiamiento de la actividad prestacional destinada
a la satisfacció n de las necesidades pú blicas. En lo que corresponde al
texto constitucional venezolano, su artículo 2 establece que el Estado
propugna los valores superiores de su ordenamiento y de su actuació n,
entre otros, la igualdad de todos los ciudadanos (Artículo 2), siendo por
tanto iguales ante la ley (Artículo 21), y en consecuencia, de conformidad
con el mismo artículo:

 No se permitirá n discriminaciones fundadas en la raza, el sexo, el


credo, la condició n social o aquellas que, en general, tengan por objeto
o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o
ejercicio en condiciones de igualdad, de los derechos y libertades de
toda persona.
 La ley garantizará las condiciones jurídicas y administrativas para que
la igualdad ante la ley sea real y efectiva; adoptará medidas positivas a
favor de personas o grupos que puedan ser discriminados, marginados
o vulnerables; protegerá n especialmente a aquellas personas que por
alguna de las condiciones antes especificadas, se encuentren en
circunstancias de debilidad manifiesta y sancionará los abusos o
maltratos que contra ellas se cometan.
 Só lo se dará el trato oficial de ciudadano o ciudadana salvo las
fó rmulas diplomá ticas.
 No se reconocen títulos nobiliarios ni distinciones hereditarias.

Así, el texto constitucional venezolano de 1999 consagra el principio de


igualdad en su sentido genérico e inicial, en cuanto a igualdad ante la ley.

Sin embargo, establece una serie de disposiciones que permiten buscar


una nueva acepció n y concepció n de la igualdad en términos de equiparar
las desigualdades propias entre los seres humanos, pasando de una
igualdad formal a lo que pudiera llamarse, siguiendo a un sector de la
doctrina, la «igualdad de hecho», es decir, «la igualdad entre los
hombres», la cual tiene un cará cter instrumental y se presenta como
medio para lograr objetivos superiores.

4. ANÁLISIS DE CADA PERIODO POR PRESIDENTE (ANUAL).

4.1 Cipriano Castro Ruiz (1899-1908): Bueno en la época en la que


gobernaba Cipriano Castro (1899-1908), la economía de Venezuela
se basaba principalmente en la exportació n de Café y Cacao, lo cual
generaba unos ingresos moderados al país, cabe destacar que
Venezuela había terminado la Guerra Federal, y pues nuestro país
quedo en ruinas.... Ademá s una vez en el poder Cipriano Castro tuvo
que afrontar una fuerte oposició n política por parte de sectores
tanto nacionales como internacionales. En tal sentido, tenemos el
estallido de la Revolució n Libertadora, y el bloqueo de las costas
venezolanas por parte de las armadas de Inglaterra, Alemania e
Italia, (1902/1903). Estados Unidos, “el mediador” que luego se
convertiría en enemigo del gobierno de Castro por lo de la New
York and Bermú dez Co. y otros asuntos litigiosos, y Francia que
también figuraba entre los reclamantes extranjeros.

No fue un buen momento para nuestro país, en ningú n aspecto. No


fue hasta que Juan Vicente Gó mez le quita el poder a Castro,
traicionando a su compadre, cuando la economía venezolana
empezó a consolidarse, bajo el gobierno de Gó mez, se descubrieron
los primeros pozos petroleros, y posteriormente se empezó a
extraer el petró leo. En estos tiempos Venezuela se vio beneficiada
con la Guerra Mundial, debido a que fue uno de los países en surtir a
los países en conflicto.
Cuando las relaciones entre Cipriano Castro y Estados Unidos se
hicieron tensas, el Post de Washington (Marzo, 1905)
caricaturizaba a Venezuela como un desarrapado tembloroso a
quien el Tío Sam llamaba a ocupar el sitio de Santo Domingo, que ya
había sido ocupado. Otro dibujante, el de Constitució n de Atlanta
(Abril, 1905) exhibía el simbó lico Tío Sam con inmensas botas,
desafiado por el pequeñ o Castro, espada en mano, y con un
ultimá tum que decía “Venezuela demanda vuestra rendició n
incondicional”. Castro era exhibido en la prensa internacional como
un caudillo atorrante, ignaro, lú brico, bocó n, caricaturizado como
un “mono tropical”. El período de 1905 a 1908, establecido sobre la
reforma constitucional de 1904, es razonablemente tranquilo,
derrotados los caudillos y conjurada la grave amenaza del bloqueo,
Castro se siente firme en el poder, y se le abre un espacio y un
respiro cuando se afianza el Círculo Valenciano. La economía no
era favorable, ya que veníamos de una época dura, con la guerra
federal unos añ os atrá s que dejo al país en ruinas y un mocho
Herná ndez que se le alzo a Ignacio Andrade y bueno, tuvo sus
repercusiones, también como algo muy importante Venezuela debía
dinero a países extranjeros y no la podíamos pagar, por lo tanto
ellos bloquearon nuestras costas y en todo eso se dio la guerra
libertadora etc., en conclusió n, la economía no era favorable y había
mucho despilfarro por parte de Cipriano Castro que tomo el cargo
de precedente mas como una fama que como unas responsabilidad.

4.2 Juan Vicente Gómez (1908-1914): Fue un dictador, político y


militar venezolano que gobernó de manera autoritaria su país
desde 1908 hasta su muerte en 1935. Su logro má s notorio fue la
conformació n del Estado moderno en Venezuela, la eliminació n de
los caudillos criollos y casi un siglo de Guerras civiles,1 ademá s de
lograr la cancelació n de las deudas de la nació n. Sus detractores lo
llamaban «el bagre», apodo de los lugareñ os tachirenses. Durante
su dictadura se llevaron a cabo importantes obras pú blicas. Creó las
primeras aerolíneas del país, la Aeropostal y la Fuerza Aérea
Venezolana. Encargó construir los primeros aeropuertos
venezolanos: Aeropuerto Internacional «Grano de Oro» en
Maracaibo, La Fría, Encontrados, Base Sucre (hoy, Aeropuerto
Nacional Florencio Gó mez en Maracay, estado Aragua), la Base
Aérea Meteoroló gica Aragua (cuna y nacimiento de la aviació n
venezolana, posteriormente transformado en el Museo
Aeroná utico), Porlamar (hoy, sede de la policía del municipio y
sustituido por Aeropuerto Internacional Del Caribe), Aeropuerto
Internacional Leonardo Chirinos en Coro, Aeropuerto Internacional
San Antonio del Tá chira, Aeropuerto Alberto Carnevalli en Mérida.
Asimismo, se construyeron puentes, edificios de aduanas (como la
Aduana Principal Terrestre de San Antonio del Tá chira), las
primeras terminales de pasajeros de líneas de autobuses
extraurbanas y, con ello, se creó la primera línea de autobuses
extraurbanos llamada Aerobuses de Venezuela o Aeropostal Buses
de Venezuela. Se construyó también la famosa Carretera
Trasandina, ruta que comenzaba en Las Adjuntas (cerca de la
estació n del Metro de Caracas) y finalizaba en la Aduana Principal
Terrestre de San Antonio del Tá chira.2 Gó mez modernizó ,
profesionalizó e institucionalizó a las Fuerzas Armadas como la
organizació n que es hoy en día.

4.3 Victorino Márquez Bustillos (1915-1922): Para el añ o de 1914 la


Constitució n ratificaba que el periodo presidencial duraba siete
añ os y comenzaría oficialmente el 19 de abril de 1915 hasta el 19
de abril hasta 19 de abril de 1922. En ese tiempo Gó mez, desde
Maracay conduce el poder como una figura militar que se
encontraba detrá s del trono. De hecho en este añ o se iniciaba a
nivel global la Primera Guerra Mundial en donde este gobierno fijo
una posició n de neutralidad. Aunque el Benemérito
sentimentalmente se acercaba al sentimiento germano por razones
intereses econó micos personales.
Esa neutralidad venezolana a medida que pasaba el tiempo a la
diplomacia de los Estados Unidos no le agradaba mucho ya que
Venezuela a ese tiempo comenzaba a jugando un papel interesante
en mapa mundial debido a su condició n de nuevo país petrolero. De
paso las negociaciones petroleras se habían llevado con Inglaterra y
Holanda. También existía inversió n alemana, má s la compra del
café y otros productos como el cacao que se negociaban con países
que integraban la Triple Alianza enemigos de la Triple Entente

En este tiempo de siete añ os el gomecismo es reconocido como un


régimen dictatorial. Que ha tenido sus logros desde 1909 como la
pacificació n del país, la construcció n de carreteras por toda la
geografía nacional. Ahora con recursos petroleros comenzó a
reducir las deudas la externa en 23.000.000 de bolívares. La
interna en 20.000.000 bolívares, para el añ o 1917, la
administració n pú blica había tenido un superá vit de 33.000.000 de
bolívares.

Victorino en paralelo con las acciones del General y su equipo


durante todo este tiempo, goza de la confianza absoluta de Gó mez
así lo demuestra su permanencia en poder en Miraflores el propio
Marqués Bustillo decía “Aquí vive el Presidente, pero el que manda
vive en Maracay” (2008:9). Se paseaba por los pasillos del palacio
luciendo un botó n altura del bolsillo del saco con la figura del
Benemérito. Este es un personaje que abunda mucho en política
cuyo fin es la fidelidad, el cariñ o y amor absoluto al jefe tanto es así
que se convierte en un fiel adulante.

4.4 Juan Vicente Gómez (1922-1929): La economía durante el


gobierno de Gó mez hasta ligada por dos fuentes de ingresos
principales, una era la agricultura y ganadería la cual había sido la
mayor fuente histó rica de ingresos de Venezuela, y el reciente
comienza de la explotació n petrolera en el Estado Tá chira. En
Venezuela de 1908 a 1920 Venezuela seguía siendo un país
agrícola dependiendo de los precios de productos como el cacao y
el café, mientras que los del cacao se mantuvieron los de café fueron
bajando, Gó mez era el mayor latifundista del país teniendo tierras
hasta en 12 estados del país, aunque cerca de la mitad estaban
ociosas, Gó mez controlaba la ganadería durante su periodo, incluso
él y sus amigos monopolizaron grandes extensiones de tierra y los
mejores pastos del país (kitty , 1998).

La explotació n petrolera masiva en Venezuela inicia en 1921


momento en el cual Gó mez aun daba grandes facilidades para la
inversió n extranjera en el país, impone derechos de explotació n
bajos, y no establece normas para la refinació n y explotació n,
permite la entrada de maquinarias y equipos de explotació n
gratuitamente y largos periodos para la explotació n de un terreno
que fueron de gran beneficio para los compañ ías que se
establecieron en el país (kitty, 1998).

La crisis econó mica de 1929, afecta la economía mundial, siendo


Venezuela uno de los países de má s afecto, dando como resultado lo
siguiente:
 Las compañ ías petroleras despidieron cerca del 66% de sus
trabajadores (kitty, 1998).
Bajaron las exportaciones petroleras, debido a la poca demanda
(kitty, 1998).
 Bajaron los ingresos del país, el cual afecto significativamente a
los ciudadanos, ya que el petró leo se había situado como la
fuente principal de ingresos (kitty, 1998).
 Disminuyeron no solo las exportaciones, sino también las
importaciones en el país (kitty, 1998).

4.5 Juan Bautista Pérez ( 1929 – 1931): Nace en Caracas el 20 de


diciembre de 1869, Abogado, magistrado y presidente de la
Repú blica (1929-1931). Graduado como abogado en la Universidad
Central de Venezuela cerca de 1895, ejerció su profesió n en Villa de
Cura (Edo. Aragua). En 1900, regresó a Caracas, donde ingresó a la
magistratura hasta alcanzar la Presidencia de la Corte Federal y
Casació n (1929). Al finalizar su período presidencial (1922-1929),
el general Juan Vicente Gó mez había resuelto retirarse a Maracay
desde donde mantendría el control del poder como comandante en
jefe del Ejército. Sin embargo, al ser reelegido el 19 de abril de 1929
para el período 1929-1936, una delegació n del Congreso se dirigió
entonces hasta su hacienda El Trompillo a pedirle a Gó mez que
aceptara la presidencia por otro septenio. Ante la insistencia de los
legisladores, Gó mez resolvió entonces proponer la candidatura de
Juan Bautista Pérez, encargado de la presidencia desde el 19 de
abril en su cará cter de presidente de la Corte Federal.
Finalmente, el 30 de mayo de 1929, Pérez pasaba a ocupar la
presidencia de la Repú blica. Una de las primeras medidas que tomó
Pérez al llegar al poder, fue firmar un decreto ejecutivo
(11.10.1929), mediante el cual se expulsaba del país al obispo de
Valencia, monseñ or Salvador Montes de Oca, lo que originó un
diferendo pú blico con la jerarquía eclesiá stica venezolana y motivó
la intervenció n diplomá tica del Nuncio Apostó lico. También
correspondió a Pérez cancelar en 1930 la totalidad de la deuda
externa de Venezuela.

En junio de 1931, todavía sin resolverse el problema creado con la


Iglesia, el Congreso Nacional responsabilizó a Pérez por la fuerte
depresió n que abatía la economía (reflejo de la gran crisis
econó mica mundial iniciada en 1929) y en esa misma oportunidad,
con motivo de la circulació n (1.5.1931) del primer manifiesto del
recién constituido Partido Comunista de Venezuela, también fue
acusado en el Parlamento de permitir la entrada de ideas
comunistas al país. Sin embargo, tanto el problema con la iglesia
como las acusaciones formuladas por el Congreso, eran en parte
producto de maniobras políticas orientadas a reemplazar la débil
figura de Juan Bautista Pérez por un representante de las nuevas
generaciones andinas, entre los que se encontraba el general José
María García Velasco. Ante las presiones Pérez se vio obligado a
renunciar ante el Congreso (13.6.1931), pero a pesar de las
aspiraciones presidenciales de algunas figuras, Gó mez se reeligió
con mayores poderes constitucionales para el período 1931-1938.
Juan Bautista Pérez, por su parte, fue nombrado ministro
plenipotenciario de Venezuela en Españ a y Portugal (1931-1933).
Luego regresó a Venezuela, pero a raíz de los acontecimientos del
14 de febrero de 1936, fue expulsado junto con su familia después
de que su casa fuera saqueada. Vivió en Barcelona (Españ a) hasta el
inicio de la Guerra Civil Españ ola (julio de 1936), cuando se
trasladó a París. En 1939 volvió al país. Sus bienes, confiscados
después del 18 de octubre de 1945, le fueron restituidos en 1949.

4.6 Juan Vicente Gómez (1931-1935): Es imposible hablar de los


primeros 35 añ os del siglo XX venezolano sin recurrir de una u otra
manera a la figura de Gó mez, ya que durante los 27 añ os que rigió
los destinos de Venezuela - en lo que ha sido la dictadura má s
prolongada de nuestra historia - se comenzaron a desarrollar
medidas (formació n de un ejército nacional, creació n de una
extensa red vial nacional, establecimiento de la Hacienda Pú blica),
que si bien sirvieron para su consolidació n en el poder, también
permitieron iniciar a nuestro país la ruptura definitiva con el siglo
XIX. A continuació n se esbozaran algunos rasgos biográ ficos que
quizá s permitan comprender un poco má s a un personaje tan
enigmá tico pero a la vez tan importante en nuestra historia
contemporá nea.
En la etapa 1928-1935, Gó mez decretó la creació n del Banco Obrero
y del Banco Agrícola y Pecuario y promulgó la primera Ley del
Trabajo. El 7 de julio de 1931 prestó por ú ltima vez su juramento
como presidente de la Repú blica, en lo que será su lustro final en el
poder. En términos generales, durante los 27 añ os que gobernó a
Venezuela, no varió en sus costumbres y mantuvo las mismas de su
época de hacendado y de guerrero, caracterizadas por la sencillez
en sus há bitos, su desconfianza a las camarillas, la relació n directa
con gente de todas las condiciones sociales y su capacidad para
utilizar en su gobierno a las personalidades de mayor prestigio
intelectual con que contaba el país. La mayor parte del tiempo vivió
só lo, asistido por sus edecanes y gente de confianza. Se puede decir
que uno de los factores fundamentales en la consolidació n en el
poder de Juan Vicente Gó mez y quizá s su contribució n má s
importante al siglo XX venezolano, fue la creació n de un Ejército
Nacional, el cual sirvió y ha servido desde entonces como
instrumento garantizador de la paz. En tal sentido, Gó mez creó por
decreto de 1910, la Academia Militar como base de unas Fuerzas
Armadas Nacionales, las cuales pondrían término final al sistema de
ejércitos personales controlados por los caudillos regionales.
Asimismo, fue dueñ o de una inmensa fortuna constituida toda en
territorio venezolano, evaluada la misma en Bs. 115.000.000
aproximadamente y que en 1936, por decisió n confiscatoria del
Congreso, pasó en su totalidad al patrimonio nacional. Aunque su
acta de defunció n señ ala que murió el 17.12.1935, algunos
historiadores señ alan que probablemente su deceso ocurrió al día
siguiente, pero se adelantó la fecha para hacer coincidir tanto su
nacimiento (24.7.1857) como su muerte con la del Libertador.

4.7 Eleazar López Contreras (1935-1936): A la muerte de Juan


Vicente Gó mez, comienza en Venezuela un periodo muy difícil, bajo
el gobierno de Eleazar Ló pez Contreras, caracterizado en sus
comienzos por enfrentamientos, huelgas y protestas, de una
sociedad cansada de los abusos de la dictadura, y que no veían
mejoría en su sistema de libertades ciudadanas.

El gobierno del General Eleazar Ló pez Contreras, es abordado en este


trabajo investigativo, desde el punto de vista de su actuació n política,
durante el periodo que tuvo que asumir la presidencia, entre 1936 y
1941, así como las consecuencias socio-econó micas que su gestió n de
gobierno tuvo para el país.

A la muerte de Gó mez el 17 de Diciembre de 1935, Ló pez Contreras se


desempeñ aba como ministro de Guerra y Marina; tenía gran prestigio en
los sectores militares y afectos al "gomecismo", lo que influyó en la
decisió n tomada por el congreso para nombrarle como "encargado del
poder ejecutivo", hasta completar el periodo presidencial del fallecido
presidente.

De esta forma, Ló pez Contreras iniciaba su gobierno, en medio de la


algarabía popular por la muerte de Gó mez, hecho que Polanco (1995)
describe de esta forma: "Su muerte impactó a la sociedad venezolana. El
jú bilo se expresaba en las calles y de inmediato se inicia el saqueo a las
propiedades de las personas má s connotadas de la herencia gomecista"
(p. 104). Del mismo modo, Olivar (2007) relata: "…cuando apenas el
cadá ver del tirano de la Mulera está en plena descomposició n, los
venezolanos son testigos y protagonistas de una serie de hechos que
parecían inimaginables bajo la égida del gomecismo"

La ciudad de Caracas era epicentro de una serie de protestas que


influyeron en las primeras decisiones del nuevo gobierno, que lo hicieron
ver como el inicio de una nueva dictadura. Entre esas medidas
antipopulares estuvo la suspensió n de las garantías ciudadanas el 6 de
enero de 1936, debido a los saqueos ocurridos en diversos sitios de la
ciudad de Caracas y a las manifestaciones populares exigiendo mayores
libertades. Dichas medidas obedecían a fuertes presiones de sectores
gomecistas, que a juicio de Olivar (2007), "era evidente que tras él se
movían poderosos intereses que presionaban insistentemente para
mantener salvaguardadas sus posiciones privilegiadas"

Se establece la censura de prensa, para intentar acallar los llamados a la


insurrecció n por parte de la Federació n de Estudiantes de Venezuela, la
Asociació n de Escritores Venezolanos y otras organizaciones políticas y
estudiantiles; estos hechos desencadenaron la gigantesca movilizació n del
14 de Febrero de ese mismo añ o, cuando má s de 30.000 caraqueñ os
manifestaron contra la censura de prensa; siendo atacados por ó rdenes
del gobernador de Caracas, Félix Galvis, con el trá gico saldo de 6 muertos
y 150 heridos. En relació n a esos sucesos, Pérez (2006) sostiene que "…
muerto Gó mez, el Estado permaneció con el mismo status quo en sus
poderes pú blicos, pero sufrió grandes presiones de la masa trabajadora,
urbana y campesina por legislació n de leyes y grados de libertad" (p.141).
En este contexto, Ló pez Contreras aprovecha el momento político para
acercarse a las masas; comprende que es mejor tenerlas de su parte que
enfrentarlas. Al respecto, Caballero, M. (2004), dice que su primera
reacció n fue escucharlos y acepta hablar con una delegació n portadora de
un pliego de peticiones de tono perentorio (p. 38).

Ló pez Contreras decide contrarrestar el descontento popular, con el


anuncio de un proyecto político denominado "Programa de Febrero", que
buscaba la reconstrucció n del país en base a las necesidades má s
apremiantes como lo fueron: legalidad, higiene pú blica y social, vías de
comunicació n, educació n nacional, agricultura y cría, políticas fiscal y
comercial, inmigració n, entre otras.

4.8 Isaías Medina Angarita (1941-1945): Venezuela vivió durante el


mandato de Isaías Medina Angarita (1941-1945) transformaciones
inéditas que apuntalaron un modelo de modernizació n concretado añ os
después del golpe de Estado de 1945. Su gestió n discurre en plena
Segunda Guerra Mundial y el petró leo era imprescindible para Estados
Unidos, situació n que fue aprovechada por Medina para promulgar las
leyes de Hidrocarburos y de Impuesto sobre la Renta. Fue un salto cuanti
cualitativo con respecto a las legislaciones anteriores; se creó conciencia
de que el país debería tener una mejor participació n en las ganancias
petroleras y aprovechar esos recursos para impulsar la diversidad
econó mica. Los ingresos al Fisco crecieron significativamente, lo que
permitió diseñ ar importantes políticas sociales. En este estudio se
reconstruye la historia del intento inicial de “la siembra del petró leo” para
superar el modelo rentista y propugnar la industrializació n diversificada,
y se presentan algunas visiones encontradas de los principios liberales de
la economía. Para ello, se analizan los discursos de actores políticos e
intelectuales de ese período.

4.9 Rómulo Ernesto Betancourt Bello (1945-1948): Ró mulo


Betancourt es considerado uno de los má s importantes políticos
venezolanos del siglo xx. Su participació n dentro de la política venezolana
comenzó en 1927/8. Como líder estudiantil, dirigió con otros destacados
jó venes de la época, la primera manifestació n popular en contra de la
dictadura de Juan Vicente Gó mez. Betancourt fue uno de los má s
conocidos opositores clandestinos al gomecismo, condició n que le costó el
destierro del país hasta la muerte del dictador. Entre 1931 y 1935 fue
miembro del Buró Político del Partido Comunista Costarricense.
Posteriormente fue expulsado durante los gobiernos de Eleazar Ló pez
Contreras y por los gobiernos militares que tomaron el poder desde 1949
hasta 1958.

En 1941 fundó junto a otros destacados líderes de la izquierda política


venezolana, el partido Acció n Democrá tica que pronto se convirtió en el
primer partido político del país en lo que restó del siglo. En 1945, y ante
la negativa del gobierno de Isaías Medina Angarita de legalizar las
elecciones populares para Presidente, se suma al golpe de Estado político-
militar del 18 de octubre, para así instaurar un Gobierno de transició n
que garantizara la constitució n de diversos decretos, ley de emergencia y
de elecciones libres en los venideros añ os para el presidente de la nació n.

Un día después del derrocamiento de Medina, el 19 de octubre, es


designado Presidente provisional de la Junta Revolucionaria de Gobierno,
integrada por civiles y militares. Las principales metas del gobierno
transitorio eran: instaurar el sufragio libre, directo, universal y secreto,
otorgar plena garantía a los partidos políticos, combatir la corrupció n
administrativa y aliviar el costo de la vida. Su primer período de gobierno
terminó el 15 de febrero de 1948, tras la elecció n de Ró mulo Gallegos.

4.10 Rómulo gallegos Freire (1948-1948): Fue un novelista y político


venezolano. Se le ha considerado como el novelista venezolano má s
relevante del siglo xx, y uno de los má s grandes literatos latinoamericanos
de todos los tiempos. Algunas de sus novelas, como Doñ a Bá rbara o
Canaima, han pasado a convertirse en clá sicos de la literatura
hispanoamericana.

Ejerce el cargo de Presidente de Venezuela en 1948 por escasos nueve


meses, convirtiéndose en el primer mandatario presidencial del siglo xx1
elegido de manera directa, secreta y universal por el pueblo venezolano, y
ha sido el presidente de la Repú blica que ha obtenido el mayor porcentaje
de votos a su favor en elecciones celebradas en el país en todos los
tiempos, con má s del 80 % de la totalidad de los votos.

Sin embargo, su separació n del poder se debió al Golpe de Estado de


1948, liderado por Carlos Delgado Chalbaud. En 1960 fue elegido como
comisionado y como el primer presidente de la recién creada Comisió n
Interamericana de Derechos Humanos, cargo que ejerció hasta 1963.
Desde entonces vivió en Caracas hasta el día de su muerte.

4.11 Carlos Delgado Chalbaud (1948-1950): Ingeniero, político y


militar venezolano. Enfrentado junto con su padre al dictador Juan
Vicente Gó mez, se incorporó al ejército durante el mandato de Ló pez
Contreras. Adherido al movimiento que derrocó al presidente Medina
Angarita, fue miembro de la junta de gobierno de Ró mulo Betancourt,
ministro de Defensa (1945-1948) y, tras dirigir un golpe de Estado contra
el gobierno democrá tico de Ró mulo Gallegos, presidente de la junta
militar que asumió el poder (1948-1950). Murió asesinado.

Hijo del militar y político Romá n Delgado Chalbaud, Carlos Delgado


Chalbaud se formó en París, donde su padre, víctima de la represió n del
régimen de Juan Vicente Gó mez, vivía exiliado. En 1929 participó junto a
su padre en una expedició n contra la dictadura gomecista; pero en el
intento de principiar una invasió n con un desembarco en Cumaná , su
padre resultó muerto, y Carlos optó por regresar a la capital francesa,
donde terminó sus estudios de ingeniería.
Finalizada en 1936 la dictadura con la muerte de Juan Vicente Gó mez,
Carlos Delgado Chalbaud regresó a Venezuela y, con el favor del nuevo
presidente, Eleazar Ló pez Contreras (1936-1941), ingresó en el ejército
con el grado de capitá n. En los añ os siguientes ejerció la docencia en la
Escuela Militar, impartiendo la asignatura de matemá ticas.

En 1945 se sumó al levantamiento contra el presidente Isaías Medina


Angarita (1941-1945), de acuerdo con dirigentes del partido Acció n
Democrá tica (AD). Al lograr los sublevados derrocar al gobierno y hacerse
con el poder, Carlos Delgado Chalbaud se integró en la junta de gobierno
que presidió provisionalmente Ró mulo Betancourt, líder de Acció n
Democrá tica. Nombrado ministro de guerra, ejerció también el cargo bajo
el mandato de Ró mulo Gallegos (1947-1948), hasta que el 24 de
noviembre de 1948 encabezó el golpe militar que depuso a Gallegos.

4.12 Germán Suárez Flamerich (1950-1952): Desde el primer


momento de su presidencia, decidió encaminar al país hacia unas
elecciones que permitiera renovar todos los poderes pú blicos y así
comenzar una nueva era política. Pero, específicamente ¿Qué hizo
Germá n Suá rez Flamerich durante su gobierno?

Dentro de sus primeras acciones como presidente, está la liberació n de


los dirigentes del partido Unió n Republicana Democrá tica (URD) los
cuales habían sido encarcelados días antes.

Por otro lado y teniendo coherencia con la decisió n de convocar a


elecciones, creó un estatuto electoral donde se colocaban las reglas de los
comicios que se iban a realizar en un futuro.

A su misma vez, comenzó la legalizació n de unos pocos partidos ya que


los mayoritarios, dentro de lo que se encontraban Acció n Democrá tica
(AD), siguieron en la ilegalidad, por lo que tuvieron que seguir trabajando
en secreto.

Durante el período presidencial (1950 a 1952) que le tocó gobernar a


Germá n Suá rez Flamerich, se acentuó aú n má s la represió n por parte del
gobierno militar que había comenzado en 1948 con el derrocamiento de
Ró mulo Gallegos. En pocas palabras, quien estuviera en desacuerdo con lo
que decía el gobierno recibiría graves consecuencias.

Al leer esto, quizá s te preguntes ¿Por qué? La razó n radica en que para
muchos el verdadero hombre que llevaba las riendas del país durante este
mandato era Marcos Pérez Jiménez, su Ministro de Defensa y quien
integraba junto a él y Llovera Pá ez la Junta de Gobierno. Por lo que la
figura de Germá n Suá rez como presidente era pura apariencia.

4.13 Marcos Pérez Jiménez(1952-1958): El régimen de Pérez Jiménez


concretaba sus proyectos de grandeza nacional, apoyado en un aumento
considerable de los ingresos fiscales derivados del boom petrolero, que
fueron producto de un conjunto de circunstancias ocurridas en la
economía mundial, entre ellas la nacionalizació n del petró leo en Irá n, la
reconstrucció n de Europa, la guerra de Corea y el cierre del canal de Suez.
El gobierno, lejos de orientar el gasto pú blico a políticas sociales, se
destinó a obras de infraestructura; autopistas, construcciones turístico-
ornamentales, complejos arquitectó nicos monumentales. Todas ellas
concentradas en la zona central del país y fundamentalmente en la capital
de la Repú blica. Paralelamente a estas obras, el Estado se convirtió en un
gran inversor mediante la constitució n de grandes complejos econó micos,
como el de Petroquímica y el de la Siderú rgica. Al mismo tiempo, la
industria privada de la construcció n y sus empresas conexas
experimentaron una expansió n significativa, convirtiéndola en el sector
de la economía con el mayor crecimiento de la época, junto con el del
comercio importador.

Financieramente Venezuela mejoró su posició n porque, desde 1950, la


explotació n del mineral del hierro se agregó a las actividades extractoras,
haciendo de Venezuela uno de los principales productores y exportadores
del hierro, con reservas probadas cercanas a los 2.000 millones de
toneladas métricas, cuyo contenido férrico es de elevado tenor a escala
mundial. Por su proximidad al Orinoco y al Caroní se facilitaron el
transporte, reducció n y extracció n; el segundo río para proporcionar
energía hidrá ulica.
4.16 Wolfgang Larrazábal (1958-1959): Desde el primer momento
que asumió la presidencia, Wolfgang Larrazá bal comenzó a ganarse la
simpatía y el afecto de la població n venezolana. Ahora bien ¿Por qué
razó n? Por las características de su gobierno, que estaban encaminadas
de una u otra manera a mejorar las condiciones de la ciudadanía en varios
aspectos.

Ahora bien ¿Qué obras hizo Wolfgang Larrazá bal durante su gobierno?
Uno de los logros que consiguió Larrazá bal como presidente fue la
ejecució n del Plan de Obras Extraordinarias y el Plan de Emergencia, con
el que se buscaba que los campesinos comenzaran a mudarse hacia la
urbanidad de las ciudades, para que así pudieran disfrutar de mejores
condiciones de vida, dá ndole así atenció n a los aspectos sociales.

En cuanto al tema del petró leo, también emprendió acciones bastante


positivas. Una de ellas sería el reajuste de los ingresos del Estado al 60%
proveniente de la renta petrolera, favoreciendo así la economía y los
aspectos econó micos del país durante el ejercicio de su gobierno.

Durante su mandato, tuvo que hacer frente a ciertas dificultades que


venían dadas por no llegar a un acuerdo con los otros miembros de la
Junta que presidía, así como también por ciertas diferencias existentes
con algunos jefes militares.

Una prueba de ello sería la conspiració n que comenzaría en el seno del


ejército encabezada por su propio Ministro de la Defensa, un general de
apellido Castro Leó n. Afortunadamente, fue descubierto, por lo que tuvo
que renunciar a su cargo y abandonar el país.

Meses má s tarde, este mismo general volvió a entrar en secreto al


territorio nacional para llevar un nuevo intento de levantamiento contra
su gobierno en los principales cuarteles de la ciudad capital, pero al final
fracasó y fue detenido.
A pesar de todas estas complicaciones, Larrazá bal pudo sobreponerse a
estos problemas y desempeñ ar sus funciones. Dentro de ellas estarían las
relacionadas con los aspectos políticos, ya que promovió el constante
diá logo entre los dirigentes nacionales, lo que permitió la legalizació n de
todas las organizaciones políticas que hacían vida en el país.

Esto lo hizo para que así pudieran participar en las elecciones


presidenciales que convocaría a finales de 1958 para así encaminar al
país de una manera definitiva al período democrá tico.

Viendo la oportunidad de participar en estos comicios para así llegar a ser


un presidente constitucional, Wolfgang Larrazá bal renuncia a su cargo
como presidente de la Junta de Gobierno el 14 de noviembre de 1958.
¿Por qué razó n?

Pues para lanzar su candidatura presidencial con el apoyo de los partidos


PCV (Partido Comunista), URD (Unió n Republicana Democrá tica) y el
MENI (Movimiento Electoral Nacional Independiente)

Lamentablemente, perdería ante Ró mulo Betancourt, candidato de Acció n


Democrá tica, quedando de segundo lugar detrá s de él al obtener 903.479
votos. En pocas palabras, estuvo a punto de ganar las elecciones.

4.17 Edgar Sanabria (1959-1959): Abogado, diplomá tico, político. Fue


miembro de la Junta de Gobierno provisional que tomó el poder tras el
derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez, el 23 de enero de 1958. Estudió
en el colegio de los Padres Franceses, el Instituto San Pablo y en el Liceo
Caracas (posteriormente rebautizado como liceo Andrés Bello), donde se
graduó como bachiller en 1928. Luego de esto ingresó en la Universidad
Central de Venezuela, donde cursó derecho y se graduó como doctor en
ciencias políticas en 1935, obteniendo al añ o siguiente el título de
profesor normalista en el Instituto Pedagó gico de Caracas. Entre 1936 y
1941, ejerció la docencia en el liceo Andrés Bello y en la escuela Normal
de Caracas. Asimismo en el período comprendido entre 1936 y 1958,
ocupó las cá tedras de Derecho Civil y de Derecho y su Historia, en la
Universidad Central de Venezuela. Subdirector de la Biblioteca Nacional
(1936-1940), es encargado del Consulado General de Venezuela en Nueva
York (1941) y nombrado consultor jurídico de los ministerios de
Relaciones Exteriores, Hacienda y Fomento (1942-1943).

Director del Ministerio de Educació n (1944), es miembro vocal del


Consejo de la Facultad de Derecho de la Universidad Central de
Venezuela, siendo también profesor de derecho romano en la Universidad
Cató lica Andrés Bello (1955-1959), así como en la Universidad Santa
María (1953-1956) y de historia del derecho en la Escuela de las Fuerzas
Armadas de Cooperació n (EFOFAC). Tras la caída de la dictadura de
Marcos Pérez Jiménez, fue nombrado secretario de la Junta de Gobierno
que tomó el poder después del 23 de enero de 1958, sustituyendo luego al
contralmirante Wolfang Larrazabal como presidente de dicha junta.

4.18 Rómulo Ernesto Betancourt Bello (1959-1964): El 7 de


diciembre del mismo añ o fue electo Presidente de la Repú blica para el
período constitucional 1959-1964. Correspondió a Betancourt durante su
gobierno afrontar una difícil situació n política, en la cual se produjeron
diversos brotes conspirativos tanto de derecha como de izquierda,
ademá s de dos divisiones de AD. En cuanto a lo primero, tenemos el
alzamiento que en abril de 1960 protagonizó el general Jesú s María
Castro Leó n. Luego el 24 de junio de 1960, fue víctima de un atentado en
la avenida "Los Pró ceres" de Caracas, en el cual resultó con quemaduras
de seriedad pero que no le impiden seguir gobernando. Dos añ os después
se produjeron dos alzamientos no sincronizados entre las Fuerzas
Armadas y la izquierda insurreccional. Primero, el Carupanazo el 4 de
mayo y posteriormente el Porteñ azo, el 2 de junio; dichos levantamientos
fueron bautizados así por haber sido protagonizados por el Batalló n de
Infantería de Marina acantonado en Carú pano, y por oficiales de la
Guardia Nacional y de la Base Naval de Puerto Cabello, respectivamente.
Aunado a todas las tensiones que Betancourt tuvo que enfrentar, se
sumaron ademá s las dos divisiones que vivió Acció n Democrá tica durante
este período, la primera a comienzos de 1961 que dio origen al
Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)-organizació n que le restó
la casi totalidad de sus cuadros juveniles-; y la segunda, a finales del
mismo añ o, de la cual surgió el Partido Revolucionario de Integració n
Nacionalista (PRIN). No obstante, el turbio panorama político en el que
tuvo que gobernar, Betancourt se anotó uno de los má s grandes logros de
su carrera política, al no só lo sortear la cantidad de dificultades antes
mencionadas, sino ademá s en lograr que en diciembre de 1963 se
celebraran las elecciones presidenciales dentro de una relativa situació n
de normalidad; resultando electo Raú l Leoni para el período 1964-1969,
lo que representaba un hecho trascendental, ya que era la primera vez en
nuestra historia que se producía a través de elecciones libres, la sucesió n
presidencial.

4.19 Raúl Leoni Otero (1964-1969): Con respecto a los aspectos


econó micos y a la economía nacional de la presidencia de Raú l Leoni
tenemos que se ratificó la misma postura del gobierno anterior, aunque
hubo un mejoramiento de la misma como nunca antes había ocurrido. Por
supuesto para hablar del aspecto econó mico, hay que hablar del petró leo
ya que es la principal actividad econó mica nacional.

Desde el principio de su mandato y en palabras dichas en su discurso de


inauguració n, Leoni reafirmó el respeto a las concesiones que estaban
vigentes para ese momento. Ademá s, hizo ver que estos contratos serían
la base del futuro desarrollo de esta industria.

El programa econó mico y petrolero que tendría su gobierno estaría


definido claramente en su conocido “Pentá gono de Acció n” en donde se le
daría atenció n a cinco líneas en particular.

4.20 Rafael Caldera Rodríguez (1969-1974): Nacionaliza la industria


del gas, promulgó leyes estrictas que regulaban las compañ ías petroleras
estadounidenses que operaban en Venezuela.9 En 1971, Caldera elevó el
impuesto a las ganancias petroleras al 70 por ciento. Ademá s, aprobó la
ley de reversió n de hidrocarburos que disponía que todos los activos de
las empresas petroleras pasaran al Estado una vez expiradas las
concesiones.10
Se inaugura el Complejo Petroquímico de El Tablazo, el Poliedro de
Caracas y el Hospital Miguel Pérez Carreñ o de Caracas. Las políticas
econó micas del presidente se destacaron por el reforzamiento del poder
de la patronal Fedecá maras. Sin embargo los bajos precios del petró leo
provocaron que el crecimiento econó mico de Venezuela se estancara. El
bolívar en acuerdo con el Banco Central de Venezuela se revalú a a 4.30
por dó lar.1.20 Carlos Andrés Pérez Rodríguez (1974-1979).

4.21 Luis Herrera Campins (1979-1984): Con respecto a los aspectos


econó micos, el presidente Campíns enrumbó la política econó mica de su
gobierno segú n los principios del liberalismo, el cual comprendía que la
economía nacional tenía que estar determinada entre la oferta y la
demanda.

Con estos propó sitos, estableció una política de liberació n de precios de


bienes y servicios, con excepció n de los artículos de la primera necesidad.
Entre los resultados de estas acciones tenemos que se redujo la
circulació n del efectivo, las tasas de interés se ajustaron y se estimuló el
crédito para los proyectos de interés social, especialmente para viviendas.

En los primeros añ os de su presidencia, la economía venezolana comenzó


a tambalear por la misma causa que ha hecho que Venezuela no se
desarrolle: los precios del petró leo comenzaron a caer. Afortunadamente,
luego de una caída estrepitosa, el precio del hidrocarburo comenzó a
recuperarse motivado a la Guerra entre Irak e Irá n, lo que hizo que llegara
hasta el punto de valer 30 dó lares por barril.

No obstante, esta situació n no duraría mucho ya que después de que en


1980 y 1981 los precios se mantuvieran en un buen nivel, volverían a caer
como nunca antes. Por supuesto, esto trajo el colapso de la economía
nacional. Ante esto, tuvo que anunciar al país el 18 de febrero de 1983 la
devaluació n del bolívar frente al dó lar que pasó de costar 4,30 bs a oscilar
entre 12 y 15 bs por dó lar. Sin duda, esta es una de las características de
su gestió n má s destacadas.
4.22 Jaime Lusinchi (1984-1989): En cuanto a la economía y los
aspectos econó micos, durante los dos primeros añ os del gobierno de
Jaime Lusinchi se concluyeron con la banca acuerdos de refinanciamiento
y de reestructuració n de la deuda externa, la cual era un gran dolor de
cabeza para el país ya que rondaba los 30.000 millones de dó lares.

Con estas medidas se esperaba paliar la crisis reinante y también obtener


el dinero necesario para así atender las necesidades má s urgentes de la
nació n venezolana. A su misma vez se produjeron otras devaluaciones del
bolívar. Sin que esto fuera suficiente, se estableció un nuevo régimen
cambiario que al final fue desfavorable, lo que sin duda hizo que se
complicara aú n má s el problema econó mico. Por otro lado, aumentó en
gran manera los índices de desempleo, inflació n y especulació n.

Por otra parte, esta crítica situació n de la econó mica nacional se trataba
de ocultar por medio de una gran publicidad, la cual buscaba crear en la
opinió n de la ciudadanía la idea de una bonanza econó mica. Ante este
pésimo panorama, se creó la Comisió n Nacional de Costos, Precios y
Salarios (CONACOPRESA) con la que se regularon los precios de los
principales productos de consumo y se vigilaba los costos de otros rubros.

4.23 Carlos Andrés Pérez Rodríguez (1989-1993): En cuanto a la


economía y los aspectos econó micos de la primera presidencia de Carlos
Andrés Pérez tenemos que la actividad econó mica nacional fue
ampliamente favorecida por una crisis energética mundial que tuvo como
resultado un alza de los precios petroleros. Imagínate que de 3,90 dó lares
por barril en 1973, aumentó hasta casi 15 dó lares en 1974.

Por supuesto, esto tuvo como resultado que subiera, como nunca antes
había sucedido, los ingresos del Estado. Tanto es así que de 40.665
millones de bolívares durante el período anterior del presidente Rafael
Caldera, en este período aumentaron a 151.093 millones.

Obviamente, con todos estos recursos a su favor, el presidente Pérez llevó


adelante una política econó mica con la que buscaba promover un
conjunto de medidas para enfrentar los problemas econó micos y sociales
de ese momento.

Por esa razó n, reguló los precios de los artículos de primera necesidad,
elevó los salarios, creó nuevos empleos permanentes en distintos
servicios pú blicos, entre otras cosas. Por otro lado, el Estado tomó en sus
manos proyectos de una gran envergadura, como por el ejemplo el Plan IV
de Sidor, con una inversió n de 15.170 millones de bolívares, con la que se
convirtió en la siderú rgica má s grande de América Latina.

Todo este impulso que hizo en la economía nacional tuvo un impacto en la


sociedad venezolana, que comenzó a sentir que gozaba de cierta riqueza.
Por lo que la mayoría de venezolanos comenzaron a viajar al exterior y
ser conocidos por la frase “Tá barato, dame dos”, debido a la fortaleza del
bolívar frente al dó lar, los que les permitía comprar bienes y productos a
un precio sú per econó mico.

4.24 Octavio Lepage (1993 – 1993): Cuá les fueron las obras de Octavio
Lepage, así como también el aspecto econó mico, los aspectos políticos y
las características de su gobierno, no lo podemos hacer ya que su período
presidencial fue sumamente corto, con apenas 15 días de duració n.

Como es obvio, este tiempo no le permitió tomar decisiones de gran


trascendencia, por lo que los logros del gobierno de Octavio Lepage
fueron nulos. En pocas palabras, su presidencia fue de forma transitoria
para que no hubiese un vacío de poder mientras que las cá maras del
Congreso escogían a alguien que culminara el período constitucional para
el cual había sido elegido Carlos Andrés Pérez y que terminaba el 02 de
febrero de 1994.

4.25 Ramón José Velásquez (1993-1994): Los comienzos de su


presidencia estarían llenos de dificultades debido a que le tocó recibir un
país con muchas tensiones políticas, dificultades econó micas y amenazas
de un inminente golpe de Estado.
En cuanto a las características del breve gobierno del presidente
Velá squez está n que estimó el proceso de descentralizació n, es decir se
transfirió un gran nú mero de competencias para las regiones y estados de
la nació n. En cuanto a los aspectos econó micos y a la economía durante el
mandato de Ramó n José Velá squez, tenemos que el Congreso le dio una
Ley Habilitante el 23 de agosto de 1993 que le permitió dictar decretos y
leyes de suma urgencia.

Con este poder, estableció en el país el Impuesto de Valor Agregado (IVA)


a todas las transacciones econó micas que se realizaran en el territorio
nacional, siendo este uno de los hechos má s importantes de la presidencia
de Velá squez. Ademá s reformó la Ley del Sistema de Ahorro y Préstamo,
así como también la Ley del Impuesto sobre la Renta. Dentro de los otros
aspectos positivos del período presidencial fue la creació n del Fondo
Intergubernamental para la Descentralizació n (FIDES).

Por otro lado, durante el tiempo que le tocó gobernar se intervino el


Banco Latino, el cual era una de las instituciones bancarias má s grandes e
importantes del país, lo que al final trajo su quiebra y una numerosa fuga
de divisas.En cuanto a los aspectos políticos, su gestió n de gobierno se vio
manchada por el indulto que se le concedió a Larry Tovar Acuñ a, un
delincuente de gran peligrosidad que se dedicaba al narcotrá fico,
formando parte del cartel de Medellín.

4.26 Rafael Caldera Rodríguez (1994 – 1999): Al referirnos a los


aspectos econó micos del gobierno de Rafael Caldera tenemos que no
hubo cambios esenciales en la política econó mica. Sin embargo, si hubo
ciertas acciones que son dignas de mencionar. Una de ellas sería el
anuncio de una reforma tributaria, pero que al final se quedó en el papel
debido a que no fue implementada. En cambio, si se avanzó en cuanto al
aspecto integracionista, es decir, unir a Venezuela con otros países para
así trabajar mancomunadamente y percibir beneficios econó micos. Una
prueba de eso es que comenzaron a realizarse distintos foros y reuniones
a lo largo y ancho del territorio nacional con el objetivo de discutir la
posibilidad del ingreso de Venezuela al Pacto subregional Andino, que
había comenzado en 1969 cuando Bolivia, Colombia, Perú y Ecuador se
unieron firmando el Acuerdo de Cartagena.

Luego de estas discusiones, el 13 de febrero de 1973, Venezuela ingresa al


Pacto Andino, firmando el documento llamado Consenso de Lima, en el
que se aceptaban las condiciones planteadas por su gobierno. A su misma
vez, durante este período presidencial comenzó una pequeñ a alza de
precios que venía dada por causas internas y externas. Entre las internas,
estaban la incapacidad de la industria y de la agricultura del país para
abastecer al mercado nacional.

Entre las externas, la inflació n mundial tuvo su impacto en la nació n


venezolana, debido a que aumentó el precio de los productos que se
importaban. A pesar de estas condiciones, hubo un crecimiento
econó mico del 5% en los cinco añ os que gobernó y la inflació n se
mantuvo por el orden de 3,3% cada añ o. A su misma vez, hizo que
aumentara el valor del bolívar en dos oportunidades, llevá ndolo a la tasa
de 4.30 bolívares por dó lar. En cuanto a la economía y a los aspectos
econó micos de este período presidencial tenemos que al presidente
Chá vez le bastó y sobró dinero para llevar a cabo su programa de
gobierno. ¿Por qué razó n? Porque en este mandato Venezuela recibió la
mayor cantidad de ingresos en toda su historia.

4.27 Hugo Rafael Chávez Frías (1999 – 2013): En cuanto a la


economía y a los aspectos econó micos de este período presidencial
tenemos que al presidente Chá vez le bastó y sobró dinero para llevar a
cabo su programa de gobierno. ¿Por qué razó n? Porque en este mandato
Venezuela recibió la mayor cantidad de ingresos en toda su historia.

Por eso, entre el añ o 2003 y 2007 los índices econó micos del país
mejoraron considerablemente, llegando a alcanzar niveles que nunca
antes se habían registrado. Por ejemplo, el porcentaje de pobreza
disminuyó y la calidad de vida creció vertiginosamente. Con respecto a los
aspectos políticos, la política que desarrolló Hugo Chá vez hizo que
creciera la polarizació n en el país, lo que trajo como consecuencia que se
diferenciara dos bandos políticos bastante marcados, uno conocido como
“el chavismo” y otro como “la oposició n”.

Debido a la parcialidad existente entre las otras ramas del Poder Pú blico y
en especial del Poder Electoral y Judicial, sus detractores constantemente
indicaban que su gobierno en realidad era una dictadura. Aparte de esto, a
partir del 2004, añ o en donde se hizo un referéndum revocatorio en su
contra, comenzaron a surgir denuncias de aparentes fraudes en las
elecciones para así siempre darle la victoria. No obstante, todos estos
reclamos fueron negados. Su ideología política estaba alineada con la
izquierda y con la corriente que él mismo llamó como el “socialismo
bolivariano”. Sin embargo, sus enemigos constantemente indicaban que
en realidad su pensamiento estaba relacionado con el comunismo y
castrismo cubano.

En má s de una oportunidad mandó a acallar a aquellos que no tuvieran su


mismo pensamiento. Esto se vio evidente en el cierre de varios canales y
emisoras de radio a lo largo y ancho del territorio nacional, siendo la má s
escandalosa la de Radio Caracas Televisió n (RCTV). Una medida que
también se puede incluir en este apartado fue la reforma que hizo a los
símbolos patrios de Venezuela en el añ o 2006, en específico a la Bandera
Nacional, anexá ndole una octava estrella y al Escudo Nacional.

4.29 Nicolás Maduro Moros 14 de abril de 2013 – presente:


Hablando de los aspectos econó micos y de la economía durante
este mandato de Nicolá s Maduro tenemos un alto índice de
inflació n y una gran escasez de alimentos bá sicos que vinieron
dados por un desorden en el control cambiario y la disminució n
de los ingresos debido a la caída de los precios del petró leo.
Todo esto hizo que se pusieran de moda “las colas”, las cuales
no fueron má s que largas filas que se hacían a las afueras de los
supermercados para conseguir los productos de primera
necesidad, siempre y cuando hubiese. Ante esto, implementó un
control para la distribució n de estos alimentos por el terminal
de la cédula de identidad para que así ú nicamente los
ciudadanos tuvieran un día específico para comprar. Sin que
esto fuera suficiente, el poder adquisitivo de los venezolanos se
fue al desplome debido a que el bolívar perdió su valor y trajo
como resultado que muchas personas pasaran hambre y que se
hiciera famosa la frase “la dieta de Maduro”.

Toda esta crisis también se vio reflejada en los índices


macroeconó micos. Por ejemplo, Venezuela estuvo en el primer
lugar dentro de los países con miseria para el añ o 2014. A su misma
vez el Producto Interno Bruto (PIB) de la nació n venezolana se
contrajo significativamente. El presidente Maduro justifica todo
este desastre econó mico como las consecuencias de una “guerra
econó mica” por parte de los Estados Unidos. Por su parte, la
oposició n indica que el verdadero culpable de esta crisis es su
ineficiencia frente al gobierno.
Las dificultades econó micas de la nació n se vieron evidentes en sus
mismas palabras en un Mensaje Anual a la Nació n, donde dijo “ya
Dios proveerá ”. Sin que todas las cosas mencionadas anteriormente
fueran suficientes, la escasez llegó también al dinero en efectivo.

Para 2016, decreta varias medidas econó micas, dentro de las cuales
estaba el aumento de la gasolina a 1 bolívar la de 91 octanos y a 6
bolívares la de 95 octanos. Ademá s reformó el SIMADI, el cual era el
control cambiario que hasta ese momento venía funcionando y que
cambió por un sistema que llamó “complementario flotante”.
Por esa razó n, en 2017 anuncia la creació n de una criptomoneda
llamada “Petro”. El precio de esta estaría anclada al costo de un
barril de petró leo y serviría para vencer el bloqueo financiero y
facilitar la economía nacional.

Para 2018 presenta un programa de “recuperació n econó mica” en


donde da inicio a un proceso de reconversió n monetaria,
eliminá ndole cinco ceros a la moneda y creando el “bolívar
soberano”.

Ademá s, aumentó el Impuesto de Valor Agregado (IVA) llevá ndolo


de 12% a 16% e incrementó los salarios mínimos de los
trabajadores en má s de 3000%, sin que esto tuviera el efecto que él
quería.
Toda esta situació n tan deplorable, hizo que comenzara una ola
migratoria de venezolanos, que viendo como la calidad de vida
mermaba, decidieron huir a países cercanos, llegando a la increíble
cifra de má s de 3.000.000 de refugiados a lo largo de América
Latina y del mundo.

5. Niveles de inflación
-Tasa de cambio
-Niveles del IPC
-Niveles de empleo y desempleo
-Niveles de PIB
-Niveles de la demanda agregada

.
EPIGRAFE

“Venezuela se constituye en un Estado democrá tico y social de


Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de
su ordenamiento jurídico y de su actuació n, la vida, la libertad, la
justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la
responsabilidad social y en general, la preeminencia de los
derechos humanos, la ética y el pluralismo político”
(Asamblea Nacional Constituyente, 1999).
CONCLUSION.
En conclusió n cabe destacar, que partir de 1936, Venezuela transcurrió
dentro de un orden econó mico basado en un Estado cuyas acciones se
apoyan en una renta petrolera (Estado “rico”) y una Sociedad Civil en
donde el empleo dependía en gran parte de la diná mica de trasvase de los
recursos fiscales (Sociedad “pobre”), la “Oil and Civic Republic”, dentro de
una estrategia econó mica conocida inicialmente como “siembra del
petró leo. Y entendida como “economía mixta” dentro de la opció n del
Welfare State. Pero el retroceso sostenido en los niveles de bienestar en
las ú ltimas tres décadas hace necesario replantearse una nueva
estrategia.

En efecto, la nació n venezolana no ha entrado en el siglo XXI con buen pie.


Las tres ú ltimas décadas muestran una increíble historia de
endeudamiento fiscal que, al traducirse en inversió n especulativa
bancaria para asistir al Fisco es posible asociarla a la caída del ingreso per
cá pita, a un desempleo por tres veces la tasa “natural” y una sub
ocupació n e inflació n de dos dígitos (Véase Tabla I). Estas circunstancias
ademá s, parecen inmunes a las practicas de la ortodoxia econó mica o de
“derecha”, incluidas las variantes del llamado “Consenso de Washington,
y las relativas al control econó mico o de “izquierda” del gobierno
instaurado en 1999; contentivas de controles de los precios relativos y de
un incremento de los impuestos “no petroleros”, fundamentalmente
indirectos o regresivos que arrojan montos superiores a los subsidios mas
o menos masivos y a las inversiones en infraestructura.

Ello quiere decir qué durante las tres ú ltimas décadas la gestió n del public
choice no ha podido satisfacer las necesidades econó micas y sociales del
colectivo nacional, ni ha proporcionado bases só lidas para el desarrollo
ulterior. Así la economía venezolana se encuentra, en el momento actual
en una situació n de generació n insuficiente de empleos, de filtraciones de
capitales, a pesar del control de divisas, de inversió n reproductiva
insuficiente, e inflació n sostenida, conjunto de circunstancias que
llamamos “trampa depresiva; acompañ ado todo lo anterior de un
crecimiento del consumo de bienes importados, en su mayor parte, con lo
cual las cifras macroeconó micas de los añ os recientes reflejan un
crecimiento que denominaremos “burbuja.

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