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Comunicación: Plan lector

Mañana dejaré de Procrastinar


Por David Fischman
El 20% de la población son procrastinadores crónicos, dejan para mañana lo que
pueden hacer hoy. ¿Por qué ocurre este fenómeno y qué se puede hacer al
respecto? A continuación, doy algunas respuestas.
Estoy en la oficina pensando en mi trabajo. Me siento a hacerlo, pero me doy cuenta que la puerta está abierta. Me
paro a cerrarla para poder hacer mi trabajo tranquilo, pero se acerca un compañero y comentamos del fútbol. Otro
compañero me llama para recordarme que no le he devuelto un libro que hace tiempo me prestó. Decido devolverlo
en este momento para poder concentrarme en mi trabajo. Regresando, paso por la cafetería y me compro un café y
unas galletas, pues necesito tener el estómago lleno para poder dedicarme a mi trabajo. Llego a mi oficina y se me
derrama el café. Salgo a buscar un trapo para limpiar mi escritorio y me doy cuenta que está totalmente sucio. Limpio
mi escritorio y la estantería para poder dedicarme a mi trabajo. Ya es casi la hora de almorzar y entonces decido
almorzar temprano para poder dedicarme a mi trabajo en la tarde.

Procrastinar es postergar o evitar un trabajo que debe hacerse. Algunas personas son procrastinadores crónicos
pero la mayoría son procrastinadores esporádicos, que en ocasiones postergan la ejecución de alguna tarea.
La ciencia ha encontrado varias razones que pueden explicar este fenómeno:
Miedo al fracaso. El no hacer la actividad y crear excusas para desviar la culpa, puede ser un mecanismo de protección
psicológico si la persona tiene mucha ansiedad y miedo a fallar.
1. Miedo al éxito. Como la persona puede tener baja autoestima puede llegar a sentir que no merece ser
exitoso.
2. Falta de disciplina, orden, manejo del tiempo o planificación.
3. Problemas con la tarea. Quizás la tarea o actividad le parece aburrida o irrelevante.
4. Optimismo. La persona optimista e idealista piensa que no importa cuánto tiempo se demore, igual podrá
hacer bien la tarea.

¿Qué hacer para evitar la procrastinación? El doctor Tal Ben Shahar sugiere las siguientes estrategias:
1. Usar la regla de los 5 minutos. Cuando usted no esté motivado para hacer una tarea, la idea es forzarse a
hacerla por “solo” 5 minutos. Lo difícil es empezar, pero luego de 5 minutos, probablemente usted se
sumergirá en la actividad y se motivará.
2. Si usted no está motivado internamente, prométase un premio externo por hacer la actividad. Puede ser un
helado, un café, o algo que lo estimule a hacerlo.
3. Comprométase públicamente a hacer la actividad. Haga que la presión de grupo funcione a su favor. Se ha
demostrado que las personas que hacen compromisos frente a otros, tienen más posibilidades de cumplirlos.

Si está procrastinando porque encuentra la tarea poco importante o aburrida, evalúe las consecuencias de dejar de
hacerla. Es mejor ser sincero y decidir no hacer ciertas tareas en lugar de perder la confianza en usted mismo por
incumplir compromisos.

Cuentan que unas lagartijas estaban peleando y haciendo un revoltijo. El perro intentaba detenerlas, pero no lo
conseguía. Pidió ayuda al burro, pero este le dijo que lo ayudaría después de que termine de descansar. El perro le
suplicó al chancho que lo ayude, pero el chancho le dijo: “Después, primero tengo que terminar mi comida”. El perro
siguió pidiendo ayuda, pero nadie lo ayudó. Las lagartijas siguieron peleando, subieron por el techo, se metieron por
la chimenea y terminaron en la cocina de la casa. Allí, por tanta pelea, empujaron un recipiente con combustible que
incendió la casa y terminó con la muerte de su dueña. Para el velorio, decidieron hacer una comida, sacrificaron al
chancho y al burro lo tuvieron cargando grandes bultos hasta la noche. El perro se acercó al burro y le dijo:

“¿No era mejor hacerte cargo del problema antes de que el problema se haga cargo de ti? "
Lic. Blanca Loayza 4° A- B Fecha de entrega: 14 de abril
Estudiante: …………………………………………………………………………………………..…………………………………………………………….
Comunicación: Plan lector

Esta es la pregunta que deben hacerse los que procrastinan.

Suerte: ¿destino o voluntad?


Por David Fischman
Muchos piensan que la suerte es un componente del éxito sobre el cual no
tenemos control, que existen personas con suerte que la vida los favorece. Sin
embargo, las últimas investigaciones demuestran que gran parte de la suerte
depende de nosotros.
Un investigador inglés colocó una escalera en una calle transitada para medir el nivel de superstición de las personas. El 70% de
las personas decidió esquivar la escalera en lugar de pasar por debajo de ella, que era la ruta corta, mostrando así una dosis de
superstición. Para sorpresa del investigador, cuando se les preguntó si eran supersticiosas y si pasarían por debajo de una escalera,
sólo el 12% respondió que sí.1

La superstición está relacionada con la suerte. Las personas supersticiosas piensan que la suerte depende del destino y que ellas
pueden influenciarla al evitar gatos negros o pasar por debajo de escaleras, entre otros. Pero… ¿la suerte es destino o voluntad?

El psicólogo inglés Richard Wiseman realizó un estudio para probar si la suerte dependía de la casualidad o de la voluntad. Encontró
que el 50% de los entrevistados consideraba que tenía suerte y sólo el 14% pensaba que tenía mala suerte, el 36% restante no
optaba por alguna postura. Este estudio demostró, primero, que las personas que piensan que tienen suerte no tienen habilidades
psíquicas: ambos grupos fallaron en una prueba al intentar predecir el número de la lotería. Luego, llegó a las
siguientes conclusiones sobre las personas que asumen tener buena suerte:

1. Crean un amplio círculo de amistades y relaciones. Al estar más conectadas socialmente, reciben más oportunidades, sonríen
más frecuentemente, tienen un mejor contacto visual y su expresión corporal acerca a las personas y atrae posibilidades.

2. Tienen una actitud más relajada hacia la vida. Al tener esta actitud, poseen la capacidad de detectar oportunidades. La gente
más estresada, en cambio, está más concentrada en sus problemas y no observa bien su entorno. En una investigación que
menciona Wiseman, se arrojó un billete en el piso, camino hacia una cafetería. Efectivamente, las personas que consideraban que
tenían suerte encontraron el billete en más oportunidades. Con ello se concluye que el hecho de que tomen la vida con una actitud
más relajada les permite observar y captar las oportunidades del entorno.

3. Toman decisiones confiando en su intuición. En el estudio, 90% de las personas que consideraba que tenía suerte indicó que
confiaba en su intuición versus sólo 20% de las personas que no se sentían con suerte.

4. Esperan que su buena suerte continúe en el futuro, con lo cual crean una profecía que se cumple. Como sienten que tendrán
buena fortuna en lo que hacen, tienen una actitud más positiva, toman más riesgos, aprovechan más oportunidades. Se sienten
más confiados y eso los ayuda a tener más posibilidades de ser exitosos. Todo lo contrario, ocurre con las personas que consideran
que no tienen suerte; si alguna vez son premiados con buena fortuna, lo ven como un evento temporal que se extinguirá
rápidamente.

5. Interpretan los eventos negativos en sus vidas como pasajeros y como una oportunidad para aprender, siempre rescatando el
lado positivo de las cosas.

Si usted está en un banco cuando unos ladrones lo asaltan y recibe una bala que le hiere el brazo, ¿consideraría que tiene buena
o mala suerte? En un estudio, aquellos que previamente consideraban que tenían mala suerte, respondieron que sería otra situación
más de mala suerte. Las respuestas de aquellos que previamente se consideraban con buena suerte dieron el resultado totalmente
contrario. Ellos sentían que herirse sólo el brazo era buena suerte. Los que sienten que tienen suerte ven los eventos negativos
como positivos. Eso les permite tener una actitud positiva, que les ayuda a tener apertura de mente y a encontrar soluciones a sus
problemas.

En conclusión, en gran medida, la buena suerte depende de nosotros.

Lic. Blanca Loayza 4° A- B Fecha de entrega: 14 de abril


Estudiante: …………………………………………………………………………………………..…………………………………………………………….

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