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PROLOGO El titulo de este libro, Estados sexuales de la mente, an- ticipa, desde su enunciado, gran parte de las probleméticas compicjas y significativas que, en tomo al tema de la sexua- lidad, el autor desarrolla en esta obra. Por de pronto, vuelve a replantear varios de los aspectos esenciales de la evolucién psiquica y biolégica del individuo que siguen manteniendo su vigencia desde que Freud escribiera “Tres ensayos sobre Ja teoria de la sexualidad”, una de sus contribuciones més valiosas y originales para el conocimiento humano. Quizds no sea casual que se trate de uno de los articulos de Freud que ha sufrido mayores modificaciones y agregados en el curso de sus distintas ediciones; se debe —entre otras cosas— a st temitica tan controversial y trascendente como lo es, por ejemplo, todo lo referente al descubrimiento de la sexualidad infantil 'y a la extensién del concepto de sexualidad. Uno de los méritos mas destacables en el enfoque de Meltzer es el que no se dedica a estudiar conductas sexua- les, sino mds bien modalidades de funcionamiento mental que se relacionan con caracteristicas de la sexualidad infan- til y adulta. Intenta crear de este modo una nueva metapsi- cologia de las perversiones —como asi también de las adic- ‘ciones— a Ja luz de la teoria estructural. El punto de partida es el de una organizacién narcisista infantil que asume el control de la personalidad sometiendo a la parte adulta y a Jos objetos buenos interns a una actitud pasica de abandono ¥ entrega. Para Meltzer, el significado especifico del impulso Derverso consiste en alterar Io “bueno” para convertilo en “ma- Jo", aunque conservando la apariencia de bueno. A su juicio, no 13 hay actividad humana que no pueda ser pervertida por estas es- ‘ructuras infantiles narcisistas del self, sea por medio de la seduecién, la amenaza, la confusidn, etcétera. Lo que carac- teriza esencialmente la calidad perversa de dicha actividad es su contenido agresivo y destructive. Pero, y tal como lo sos- tiene M. Klein, le vinulencia de la destructividad podré ser modificada a través de la paulatina integracién de las partes malas y agresivas del self con los aspectos més constructivos ¥ reparadores del mismo. Meltzer sugiere que la forma adje- tiva, “perversa”, se la considere en relacién con el impulso instintivo (por ejemplo, “sexualidad perversa”), mientras que el sustantivo “perversién” sea considerado como un. término no- solégico que abarea la organizacién infantil narcisista con las earacteristicas anteriormente descriptas (“perversién sexual”) Otro de los aportes valiosos del libro corresponde a la resefia eritica de los principales trabajos de Freud, Abraliam y M. Klein sobre el tema. enfocando el estudio detallado de Ja organizacién pregenital de la Hbido, la bisexualidad y la confusién de zonas erdgenas, entre otros items. Describe la evolucién de las ideas esenciales de Freud a partir de los pri- meros modelos mentales que utilizara (modelos neurofisiolé- gico, dptico, hidrodindmico, etcétera), hasta Hegar a la teoria estructural que otorga mayor gravitacién y jerarqula a las ins- fancias psiquicas, a las relaciones objetales y a Io motivacio- nal, que al interjuego de fuerzas energéticas en Ia concep- tualizacién de Ja dindmica psiquica. Meltzer postula, por otra parte, una concepcién original del principio econémico que deja de conceptualizar como una economia cuantitativa, mecdnica o fisiea, 0 una fuerza vineu- Jada a cargas y contracargas energéticas. Usa el término “eco- némico” en el sentido que se dice que un gobierno tiene una politica econémiea y pasa a considerarla como una relacién cualitativa que conduce a la abstraceién y a la simbolizacién. En otros capitulos del libro se considera el mundo ado- lescente como una institucién social definida. Después de se- alarse la importancia que tiene para el adolescente al poder Proyectar aspectos propios en la vida grupal de Ia pandilla, Se encaran los conflictos que se Je presentan en relacién con 41 sentimiento de identdad, El grupo pods rsultar “tera Yéutico” porque funciona como un continente adecuado para Ris identficaciones proyectivas del adolescente, alivimdalo de gran parte de sus ansiedades persecutorias y confusiona- Jes y permitiéndole un mejor contacto con la realidad. Pero ereemos que el tema que despierta mayor interés es el que se refiere a la diferenciacién metapsicoldgica entre Ja sexualidad adulta y Ja infantil, y que abarea las diferen- cias entre Tas tendencias polimorfas y las tendencias perver- sas de Ia sexualidad adulta. Meltzer se basa en la concepcién freudiana acerca de la “sexualidad infantil perverso-polimor- fa", separando sus aspectos polimorfos de los perversos. en selacién con Ja estructura psiquica y la evolucién. Destaca los aspectos maduros y més evolucionados del acto sexual adulto (cuya privacidad —sostiene— debe ser respetada en el curso de un tratamiento analitico) que se caracteriza por a calidad humana y no cosificada del vinculo, la biis- ‘queda de Ia relacién con el objeto total, una integracién del super-yo-ideal y el predominio del funcfonamiento de la iden- tificacién introyectiva que conduce a una comunicacién ge- nuina. En cambio, en Ta sexualidad infantil (0 -a veces en Jos juegos preliminares del coito adulto) pueden privar la s2- tisfaccién de tendencias parciales, como asi también el vinculo con objetos parciales, la descarga instintiva sin consideracién por la pareja, y el funcionamiento predominante del mecanis- mo de identificacién proyectiva. Se deben distinguir los as- ppectos polimorfos de los aspectos perversos de la sexualidad infantil, Los primeras comprenden la actitud competitiva, Tos celos edipicos, Ia confusin de zonas erdgenas, la tendencia masturbatoria y tienen como motivacién subyacente la de evi- tar la exclusién, superando la tensién desencadenada por los deseos insatisfechos. En las tendencias perversas encontramos ‘como caracterfsticas esenciales Ia envidia, los celos regresivos, el sadismo, el ataque destruetivo contra ia pareja y el triunfo maniaco sobre las angustias depresivas y persecutorias. Otro aspecto importante es el de la correlacién que es- tablece entre el trabajo, la sexualidad “adulta” y el juego au- Yéntico del nifio como manifestaciones maduras de Ia parte 18 adulta de Ja personalidad (sea que se trate de un nifio o de tun adulto propiamente dicho), y su diferenciacién de la acti. vidad de seudo-trabajo, sexualidad “infantil” y seudo-juego (compulsive y sin goce) que corresponden a la organizacién ‘infantil de la personalidad (ya sea del adulto o del nif). Para el autor, todo trabajo es sexual en su significado, {Trabajo" y “sexualidad” no pueden relacionarse al estilo del huevo y la gallina, pues el segundo término es el més amplio, sobre todo si se reconoce su cualidad “parental”, esto es, que constituye una resultante de la identificacién introyectiva eon los padres intemnos. Tal eriterio hace redundante el concepto de sublimacién, y que el placer del trabajo necesite conside- arse como desexualizado en ningin sentido. El trabajo no puede diferenciarse del seudo-trabajo por su fenomenologia © deseripeién sino por el anilisis de la fantasfa inconsciente y las motivaciones, Queremos hacer notar —por otra parte— que para Melt- zer el término homosexual no es necesatiamente sinénimo de perversin, sino que se trata de una expresién meramente des. criptiva y fenomenolégica que no marca las diferencias entre Jo perverso y lo polimorfo. Asi —por ejemplo— una deter. minada fantasia homosexual puede ser la expresién de Ia ne~ cesidad de satisfacer la parte femenina del vardn (o masculina de Ia mujer) en un momento dado, sin contener elementos sidicos o destructivos como ocurre en la homosexualidad per- versa. Esta ltima estarfa incluida entre las manifestaciones de Ia parte psicdtica de Ia personalidad, Ademis, propone diferenciar con mayor precision el con- cepto de “bisexualidad” del de “ambisexualidad”, seSalando que este iiltimo representa una manifestacin psicopatolégica en que las tendencias homosexuales y heterosexuales apare- cen con simultaneidad (“hermafroditismo psicosexual o inver- sién anfigena” segiim Freud) con un tipo especifieo de rela. cién objetal y fantasia inconsciente subyacente, y un mayor © menor componente destructivo y autodestructivo. En todo caso, insiste en la conveniencia de distinguit y categorizar metapsicolégicamente Io que es verdaderamente patolosico de To que no lo es tanto en las desviaciones del comportn. 36 rmicnto sexual ya que, en este terreno, reina bastante ambi- sliedad tanto semintica como conceptual. n el capitulo del libro en que desarrolla el tema sobre Ja “arguitecténica de lo pornogrifico”, estudia Ja relacién en- tre el artista y el espectador de la obra de arte y la compara con las fantasias existentes en los vinculos sexuales entre los individuos con sus aspectos amorosos y reparatorios, o bien con sus componentes sidicos. No descarta —por ejemplo— que la motivacién social del artiste para crear y exhibir pueda ontener fantasias perversas. Destaca ademés la importancia de Ia imagen visual como micleo esencial de la fantasia in- consciente, Pero en el impulso voyeristico de la expresién porogrifica, el componente visual es esencialmente desinte- grador. La escena primaria y Ja fantasia son componentes infaltables en todos los estados sexuales de la mente. Mueremos sefalar que Meltzer se ocupa también del tema 2 eee ee nistas principales: la mujer embarazada, su pareja y el médico interviniente, Es fundamental conocer la realidad psiquica subyacente a Ia experiencia del embarazo. Si ha predominado la identificacién introyectiva, la mujer— que vivenciaré su embarazo como propio— estar en mejores condiciones para claborar el duclo correspondiente en el caso en que razones poderosas justifiquen su intervenci6n, Pero, si prevalece la identifieacion proyectiva con Ia madre interna, surgirin las consecuencias y los sintomas tipicos de un duelo patolégico, Meltzer reealen ademis las consecuencias catastréficas que puede acarrear un embarazo no deseado, 0 una madre “mal equipada” para recibirlo. Ademis de las contribuciones al estudio de las perver- nes, adicciones y enfermedades regresivas, hay otros tépi- ‘cos muy importantes que otorgan riqueza y profundidad al desarrollo conceptual del tema principal: los aspectos norma- les y patolégicos de la sexualidad. Entre ellos esta Ia. clasifi- cacién de los distintos padecimientos psiquicos incluidos en la denominacién amplia de ansiedades paranoides, especial- mente Jos que corresponden al temor, a la persecucién y all terror con sus matices y contenidos diferenciales; estos sen- timientos estin relacionados con la metapsicologia de la ti- tania, Otro capitulo de interés es el de Ia génesis del “Super. Yo-Ideal” al que considera un aspecto diferenciado del superyo, destacando su transformacién y valores e ilustrando su erola, cién merced al agregado de cualidades nuevas a las cualidy. des ya existentes de las imagenes superyoicas parentales, En sintesis, el libro constituye un remarcable intento de clarificar gran parte de la confnsi taca, sobre todo, la i icho estudio ad- quiere Ja experiencia clinica en el marco de una relacién de Bareja analista-paciente en la que Ia interaccién fructifera de dos 'mentes posibilita Ia apertura y comprensién de neo, enfoques en un tema de tanta trascendencia, 18 er donde Jo consider necesario, intercalé algunos a Sea ieee pie de pagina, para completar una Heterminada, informacién y orientar al lector con Ja mencién de ideas afines y su bibliogratia correspondiente. Estudiar y comentar este libro nos resulté una tarea muy mena y especialmente enriquecedora. x edn Grinberg; Alejandro Arbiser; Sara. 7. de Arbiser; Juan F. Rodriguez Pérez, Jorge O. Winocur y Nasim Yompey.

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