15 - Lacan. El Estadio Del Espejo Como Formador de La Función Del Yo

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a La concepcién del estadio del espejo que introduje en nuestro tl- timo congreso, hace trece afios, por haber mas o menos pasado desde enton- ces al uso del grupo francés, no me parecié indigna de ser recordada ala atencién de ustedes: hoy especialmente en razén de las luces que aporta s0- bre la funcién del yo [je] en la experiencia que de él nos da el psicoanilisis. Experiencia de Ia que hay que decir que nos opone a toda filosofia derivada directamente del cogito, Acaso haya entre ustedes quienes recuerden el aspecto del comporta- miento de que partimos, iluminado por un hecho de psicologia comparada: la crfa de hombre, a una edad en que se encuentra por poco tiempo, pero todavia un tempo, superado en inteligencia instrumental por el chim- paneé, reconoce ya sin embargo su imagen en el espejo,como tal. Reconoci- miento seiialado por la mfmica iluminante del Aka-Erlebnis, en Ia que para Kohler se expresa la apercepcién situaclonal, tiempo esencial del acto de in- teligencia, Este acto, en efecto, lejos de agotarse, como en el mono, en el control, una vex adquirido, de la inanidad de Ja imagen, rebota en seguida en el niiio en una serie de gestos en los que experimenta Iidicamente la relacién de los mblente reflejado, y de ese complejo virtual con la realidad que reproduce, o sea con su propio cuerpo ycon las personas, incluso con los objetos, que se,encuentran junto a él. Este acontecimiento puede producirse, como es sabido desde los trabajos de Baldwin, desde la edad de seis meses, y su repeticién ha atrafdo con fre- cuencia nuestra meditacién ante el espectaculo impresionante dé un lac- ante ante el espejo, que no tiene todavia dominio de la martha, ni siquiera de la postura en pie, pero que, a pesar del estorbo de algiin sostén humano 1 Comuntcacién presentada ante el xvi Congreso Internacional de Psleoand- lists, en Zurich, el 17 de julio de 1949, . Scanned with CamScanner 100 ESCRITOS 1 © artificial (lo que solemos llamar unas andaderas), supera en un jubiloso ajetreo las trabas de ese apoyo para suspender su actitud en una postura més © meiios inclinada,"y conseguix, para fijarlo, un aspecto instanténeo de la imagen. * Esta actividad conserva para nosotros hasta la edad de dieciocho meses el sentido que le damos —y que no es menos revelador Ge un dinamismo libi- dinal, Hasta entonces problematic, que de una estructura ontolégica del mundo humano que se inserta en nuestras reflexiones sobre el conoci-v miento paranoico. * “ Basta para ello. i j 2 el sentido pleno qué el andlisis da a este término: a saber, El hecho de que suimagen especular sea asumida jubilosamente por el Ser ‘sumido todavia en la impotencia motrizy la dependencia de Ia lactancia qu es el Hombrecito en ese estadio infans, nos pareceré por'lo tanto que. siéramos hacerla entrar en un registro conocido, cuyas funciones de fo normalizacién libidinal reconocemas bajo ese término. Bero el punto impor- tl i caus © mas bien, que sélo asintéticamente tocard el devenir del sujeto, cualquiera que sea el éxito de las sintesis dialécticas por medio de las cuales tiene que resolver en cuanto yo [je] su discordancia con respecto a su propia realidad. sin duda s mas constituyente pero donde sobre todo le aparece en um relieve de estatura, a oral pe © ® Chacan se atendré en-lo sucesivo a la traducclén de Idedlich por moiidea conceptuallzandolo de acuerdo con su blparticién: moi- yi como construc- : s i pssinaria, jr- yo como posicién simbélica del sujeto, 43] an Scanned with CamScanner "EL ESTADIO DEL ESPEJO COMO FORMADOR 101 que la coagula y bajo uta simetrfa que Ja invierte, en oposicién ala turbuil ovimientos con que se experiments a sf mismo animdndola. Asfiesta! tuya pregnancia debe considerarse como ligada a la especie, aunque ilo motor sea todavfa irreconoctble, por esos dos aspectos de su apari- a, en fin, en el cual, en una relacién am- onigisus, tende a redondearse el mundo de su fabricacién, ; Para llas imaggsemefecto.—respecto de las cuales es nuestro privilegio el ver perfilarse, en nuéstra experiencia cotidiana y en la penumbra de la efica- cia simb6liéa,? sus rostios'velados—,\ si hemos de dar crédito a la disposicién en espejo que presenta en la alucinacién y en el suefio la imago del cuenpo propio, ya se trate de sus rasgos individuales, incluso de sus discapacidades, o de sus proyeccio- nes objetales, o si nos fijamos en el papel del ‘aparato del enpejo en las apari- ciones del doble en que se manifiestan realidadespsfquices, por lo demés he-” terogéneas. : = = Que una Gesaltsea capaz de efectos formativos sobre el organismo es cosa que puede atestiguarse. por una experimentacién biolégica, a su vez tan ajena a la idea de causalidad psiquica que no puede resolverse a formulazla como tal. No por eso deja de reconocer que la maduracién de la génada en, a paloma tiene por condicién necesaria la vista de un congénere, sin que im- porte su sexo —y tan suficiente, que su efecto se obtiene poniendo sola- mente al alcance del individuo el campo de reflexién de un espejo, De igual manera, ¢l paso, en la estirpe, deligrillo peregrino de la forma Solitaria a la forma gregaria se obtiene exponiendo al individuo, en cierto estadio, ala ac- cién exclusivamente visual de una imagen similar, con tal de que esté ani- mada de movimientos de un estilo suficientemente cercano al de los que son Propios de su especie, Hechos que se inscriben en un orden de identifica- cién homeomérfica que quedarfa envuelto en la cuestin del sentido de la belleza como formativa y como erégena, Pero los hechos del mimetismo, concebidos como de identificacién hete- romérfica, no nos interesan menos aqui, por cuanto plantean el problema dela significacién del espacio para el organismo vivo —y los conceptos psico- 8 Cf Claude Lévi-Strauss, “L'efficacité symbolique", Revue d'Histoire des Reli- gions, enero-marzo, 1949 [Incluido en Antropologia estruslural, Buenos Alres, Uudeba, 1968 ("La eficacia simbélica"), pp. 168-185). Scanned with CamScanner 102 ESCRITOS 1 légicos no parecen més impropios para aportar alguna luz sobre esta cues- tién que los ridfculos esfuerzos intentados coh vistas a reducirlos ala ley pre- tendidamente suprema de la adaptacién. Recordemos Gnicamente los rayos~ que hizo fulgurar sobre el asunto el pensamiento (joven entonces y en re- cliente ruptura de las prescripciones sociolégicas en que se habia formado) de un Roger Caillois, cuando bajo el término de psicastenia legendarie, subsu- mia el mimetismo morfol6gico en una obsesién del espacio en su efecto des- realizante, * ‘También nosatras hemos mostrado en ja dialéctica social que estfictira ‘como paranolco el conocimiento humano? Ia razén que lo hace;més auté- ‘nome que el del animal con respecto al campo de fuerzas del desco, pero también que lo determina en esa “poca realidad” que denuncia en él ja ina- tisfaccién surrealista.® Y estas reflexiones nos incitan a reconocer en la cap- if tacién espacial que manifiesta el estadio del espejo el efecto en el hombre, premanente incluso a esa dialéctica, de una insuficiencia org4nica de su rea- lidad natural, si es que atribuimos algiin sentido al término “naturaleza”. prematuracion especifica det nacimientoen el hombre. : Sefialemos de pasada que este dato ¢s reconocido,como tal porlosembrié~, dogosibajoveltérmino:deyfelalizacién, para determinar la prevalencia de los aparatos llamados superiores del neuroeje y especialmente de ese cértex que Jas intervenciones psicoquirtrgicas nos llevarin a concebir como el espejo in- traorganico, Este desarrollo es vivido como una dialéctica temporal que proyecta decl- sivamente en historia la formacién: del individuo: el 4 CE en este tomo pp. 116 177, \ . 5 [Alusién al texto de André Breton, Discours sur le peu de réalil. 15) tome at Scanned with CamScanner EL ESTADIO DEL ESPE]O COMO FORMADOR 103 pe + hasta la armadura por fin asumida de una identidad allenante, que va.a mar- car con su estructura rigida todo su desarrollo mental. veraciones del yo, Estewcuerpo fragmentado, término que he hecho también aceptar en nuestro sistema de referencias tedricas, ios, cuando la mocidn del andlisis toca cierto nivel de desintegracién agre- siva del individuo, Aparece entonces bajo la forma de miembros desunidos y de esos.érganos figurados en exoscopla, que adquieren alas y armas para las persecuciones intestinas, los cuales fij6 para siempre por Ja pintura el visiona- rio Jerénimo Bosco, en su ascensién durante el siglo decimoquinte al cenit imaginario del hombre moderno. Pero esa forma se muestra tangible en el plano orgénico mismo, en las Ifneas de fragilizacién que definen la anatomia fantasiosa, manifiesta en los sfntomas de escisién esquizoide o de espasmo, de Ja histet J Correlativamenteylaiformacién del yo le) se simboliza onfricamente por ‘unl campoWSrahicads, 6 hasta un estadio, distribuyendo desde el ruedo in- terior hasta su recinto, hasta su contorno-de cascajos y pantanos, dos cam? pos de lucha opuestos donde el sujeto se empecina en Ia busqueda del al? tivo y lejano castillo interior, cuya forma (a yeces yuxtapuesta en el mismo lbreto)ssimbplizacelyeilodemanerasobrecagedote. Y parejamente, aqui en. + : ge a cada euyaimetdfora;surge esponténeamente, y como brotada de los sinto- mas mismos del sujeto, para designar los mecanismos de inversiényde aisla- uiento, de reduplicacién, de anulacién, de desplazamiento, de la neurosis - obsesivas ‘ Pero, de edificar sobre estos tinicos datos subjetivos, y por poco que los emancipemos de Ja condicién de experiencia que hace que los recibamos de una técnica de lenguaje, nuestras tentatlvas tedricas quedarfan expuestas al. reproche de proyectarse en lo impensable de un sujeto absoluto: por eso he- ios buscado en la hipétesis aqul fundada sobre una concurrencia de datos objetivos | Ia refilla directris de un! Scanned with CamScanner pe ee) A a 104 ESCRITOS 1 * Idubn 092 “rane > aa inn PMC ont 5 (tan acertadamente valorizado por la escuela de Charlotte Bihler en los he- chos de transitivismo infantil), sGientercultural: como se ve en Io que respecta al objeto sexual en el complejo de Edipo. El térming “narcisismo primario® con el que la doctrina designa la carga libidinal propia de ese moment revela en sus inventores, a la luz de nues- tra concepcién, el mds profundo sentimiento de las latencias de | Ja seman tica. Pero ella ilumina también la oposicién dindmica que trataron de defi- nir_de libido a la libido sexual, cuando invocaron instintos de destruceidn, y haita de m para explicar la relacién evidente de laJi- bido narcisista con la funcién alienante del yo {je} con la agresividad que se desprende de ella en toda relacién con el otro, aunque fiese la de la ayuda més samaritana. Es que tocaron esa negatividad éxietenctal, cuya realidad es tan vivamente promovida por la filosofia contemporanea del ser y de la nada. Pero esa filosofia no la aprehende desgraciadamente sino en los limites de una selfsufficiency de la conciencta, que, por estar inscrita en sus premisas,.en- cadena a los desconocimientos constitutivos del yo la ilusién de autonomfa en que se conffa, Juego del espiritu que, por alimentarse singularmente de préstamos a Ja experiencia analftica, culmina en la pretensién de asegurar un psicoandlisis existencial, : Al término de la empresa histérica de una socledad por no reconocerse ya otra funcién sino utilitaria, y en la angustia del individuo ante la forma con- centraclonaria del lazo social cuyo surgimiento parece’recompensar ese es- fuerzo, el existencialismo se juzga por las justificaciones que da de los calle- jones sin salida subjetivos que efectivamente resultan de ello: una libertad que no se afirma nunca tan aulénticamente como entre los muros de una cércel, una exigencia de compromiso en la que se expresa la impotencia de la pura conciencia para superar ninguna situacién, una idealizacién voyeu- rista-sddica de la relacién sexual, una personalidad que no se realiza sino en Scanned with CamScanner _ ILUSTADIO DEL ESPEJO COMO FORMADOR 105 el suicidio, una concie ia del otro que no se satisface sino por el asesinato hegeliano. [ A estos enuinciados se opone toda nuestra experiencia en la medida en que nos aparta de concebir el yo como centrado sobre el sistema percepeién-con- mrepaanastinetryb ry. feel eiencia, como organizado por el “principio de realidad” en que se formula que lo caracterizd en todas las estructuras tan fuertemente articuladas por la sefiorita Anna Fret pues sila Verneinung representa su forma patente, latentes en su mayor parte ld. quedaran sus efectos mientras no sean iluminados por alguna luz reflejada en el plano de fatalidad, donde se manifiesta el ello, Asi se comprende aot] inercia propia de Jas formactonés del yo [je] enslas que puede verse la définicién més extensiva de la neurosis, del mismo modo que la captacién del sujeto por Ja situacién da la formula més general de la Jocura, de la que ya¢e entre los muros dé los manicomios como dela que en- sordece la tierra con sit sonido y su furia. . Los sufrimientos de Janeurosis y de la psicosis § ‘gon para nosotros la escuela de las pasiones del alma, del mismo modo que el fiel de 1a balanza psicoana- Iftica, cuando calculamos la inclinacién de su amenaza sobre comunidades enteras, nos da el indice de amortizacién de las pasiones de la civitas. En ese punto de juntura de la naturaleza con la cultura que la antropolo- gia de nuestros dfas escritta obstinadamente, sélo el psicoandlisis reconoce ese nudo de servidumbre imaginaria que el amor debe siempre volver a des- hacer o cortar de tajo. * Para tal obra, el sentimiento altruista es sin promesas para nosotros, que sacamos a luz la agresividad que subyace a Ja accién del fildntropo, del idea- lista, del pedagogo, incluso del reformador. En el recurso, que nosotros preservamos, del sujeto al sujeto, el pricoan lisis puede acom ae al paciente hasta el Itmite extético del "Td eres aso”, donde se le reve le su destino r mortal, pero no est4 en nuestro solo poder de aaeterey el enya hasta ese momento en que empieza el verdadero viaje. : Scanned with CamScanner

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