You are on page 1of 27

1

MENSAJE AL MAR

Obra registrada
Autor: Carlos Cazila

carloscazila@gmail.com +54911-4172-8732 (móvil)


mensaje70@yaho.com.ar +5411-4374-2841

ORIGEN: Argentina.

Personajes:
Selva Con intención de ser fuerte
Martín Vulnerable
Gerónimo Coordinador del grupo. De aparente seguridad.
Vilma Sensible. Algo menor

SINOPSIS: Cuatro jóvenes forman parte de un grupo de ayuda dirigido por


uno de ellos. Esta situación genera triángulos amorosos que culminan en
desencuentros y la consiguiente pregunta por los afectos.

Las escenas transcurren en un ámbito un tanto descuidado, un living.


La acción comienza en proscenio. El grupo se encuentra desarrollando
una práctica que consiste en imaginar que cada uno arroja un mensaje al
mar.

SELVA: Mensaje al mar. Por mis recuerdos y lo que espero (hace ademán
de arrojar)
MARTIN: Mensaje al mar…Para que llegue a buen puerto. (ademán)
GERONIMO: ¿Vilma…?
VILMA: Mensaje al mar…Para que la suerte se acuerde. ( ademán similar)
2

GERONIMO: Mensaje al mar…Para que siempre se pueda. (también


arroja)
(La luz se apaga. Se oye repetir los enunciados en voz más baja hasta que
salen de escena Vilma y Gerónimo).
ESCENA SIGUIENTE:
SELVA: (A Martín) “Mensaje al mar…”¿Te acordás, Martín? No hace
mucho
MARTIN: (en el sillón) Creí encontrar el tuyo.
SELVA: Creíste encontrar el mío...
MARTIN: ¿Y no fue así?
SELVA: No sé. Siempre hace falta algo más...
MARTIN: ¿Las cosas que soñás?
SELVA: Algo muy mío.
MARTIN: Selva…
SELVA: Qué?
MARTIN: ¿Yo voy a poder saber lo tuyo?
SELVA: ¿Y yo lo tuyo?
MARTIN: Si quisieras, sí.
SELVA: Siempre quise, sólo que…
MARTIN: ¿Qué?
SELVA: Nada, Martín. Yo sé que eso no se puede.
MARTIN: Sí que se puede. Tenemos que compartir.
SELVA: ¿Vos creés?
MARTIN: Sí, claro que sí. Tenemos que creer.
SELVA: Nos amamos, ¿no es cierto?
MARTIN: Hay algo de eso.
SELVA: Sí, es cierto...¿Tenés frío?
MARTIN: Un poco, nomás.
SELVA: (Le alcanza una manta) Está empezando a refrescar…Contame,
¿qué hiciste hoy?
MARTIN: ¿Hoy? Estuve dando vueltas por ahí. Después me llegué hasta
Plaza Francia. El sol estaba lindo.
SELVA: ¿Vendiste algo?
MARTIN: ¿Eso qué importa? Bueno, no…Ah, ¿sabés? Se acercó un flaco,
le decimos Fideo. Hablamos toda la tarde. Creo que Fideo me puede
enganchar en el taller de artesanía…Bueno, nada del otro mundo.
3

SELVA: Yo fui hasta el correo.


MARTIN: ¿Le escribiste a alguien?
SELVA: No.
MARTIN: ¿Tenías que retirar algo?
SELVA: (evasiva) ¿Te conté del perro?
MARTIN: ¿Qué perro?
SELVA: Uno que me siguió unas cuantas cuadras. Hasta pensé en
adoptarlo.
MARTIN: ¿Acá? ¿Te parece?
SELVA: Martín, un pobre perro...
MARTIN: Habría que cuidarlo.
SELVA: Bueno, no creo que sea para tanto. ¿Qué cuesta criar un perro?
MARTIN: Alimento, remedios … No estamos para eso…
SELVA: Ah, era lo que puede costar…
MARTIN: ¿Y qué si no?
SELVA: Nada…Nos hubiera acompañado cuando estamos solos.
MARTIN: Y vos, ¿cuándo estás sola?
SELVA: Mirá qué preguntas hacés… A veces sí.
MARTIN: Yo necesito salir a ganarle a la vida, y que yo sepa, vos tampoco
te quedás acá, escondida.
SELVA: (Jocosa)¡Exijo un perro que me ladre!
MARTIN: No tiene gracia.
SELVA: ¡Ja! Sería imposible que ladraras.
MARTIN: ¿Pero qué querés decir, que soy perro y que encima no ladro?
¿Eso querés decir?...¿Por qué hablás con segundas intenciones?...¿qué
pasa? Si estás pensando en otro, decilo, así lo voy sabiendo.
SELVA: (Reflexiva, para sí) Mensaje al mar…
MARTIN: Yo sé que hay muchos mares… Bueno, al fin y al cabo, ya lo
hablamos. Entre nosotros no hay ningún contrato, así que da lo mismo.
SELVA: Entonces, explicame al menos por qué te quedás acá.
MARTIN: ¿Querés echarme?
SELVA: Yo no dije eso.
MARTIN: ¿Por qué me quedo?…porque….Me resulta cómodo.
SELVA: ¿Es por eso, por comodidad, solamente?
MARTIN: Parece que sí. O quién sabe. No me compliques…Otra vez me
duele la cabeza.
4

SELVA: ¿Tomaste mucho?


MARTIN: ¿Me vas a reprochar?
SELVA: ¡Ja! ¿Reprochar, yo? Eso nunca… Hablamos de compartir..
MARTIN: Eso, me gustaría compartir una gran borrachera, como nunca se
dio.
SELVA: Me imaginaba. Le dije a Gerónimo que traiga para tomar. Debe
estar por llegar.
MARTIN: ¿Otra vez?
SELVA: ¿Qué decís? Hace rato que no viene…
MARTIN: Tengo idea de que ayer…
SELVA: ¿Ayer, qué?
MARTIN: ¿No estuvo ayer?
SELVA: Me parece tomaste más de la cuenta.
MARTIN: Unos tragos, nomás… Fideo quería hablar de aquellos tiempos,
bueno, de sus tiempos. Tuve que hacerle hacerle de oreja. Pero eso no
quiere decir que yo tenga un precio. No, claro, sólo un par de tragos,
nomás.
GERÓNIMO: (Entra con dos botellas) Un par y unos cuantos más.
SELVA: Cumplidor, el amigo, y yo, que no preparé nada…(intenta ir
hacia interior)
MARTIN: No dejá. No tenemos hambre.
SELVA: ¿Hablás por los tres?
GERONIMO: Pero tiene razón. ¡Ahora, a ver esos vasos! A servirse,
entonces (Lo hacen)… ¡Bueno, salud!
MARTIN: Salud, sí. Te estaba por preguntar cuántas botellas se hunden en
el mar, digo, en el grupo que tenés.
GERONIMO: Hasta el momento, nadie.
MARTIN: Vamos…¿Ninguno, ninguno…?
GERÓNIMO: Ninguno, ninguno.
MARTIN: ¿Ni algún suicida, algún náufrago, o algo por el estilo?
GERÓNIMO: Nada. Todos llegamos a ser grandes amigos.
MARTIN: ¿Amigos como nosotros, Gerónimo? Así te va a ir mal en el
negocio.
GERÓNIMO: ¿Y quién habló de negocio?
MARTIN: Nosotros, al menos yo, aunque sea poco, lo vemos como mucho.
Claro, somos dos pobres ratas.
5

GERÓNIMO: ¡Bueno…!
MARTIN: Está bien, tres, con vos.
GERONIMO: ¡Eh! ¡Pará…!
SELVA: (Risueña) ¡Martín, estás más bobo que nunca!
MARTIN: ¿Mas bobo que de nunca, y borracho? ¡Entonces, brindemos
otra vez, brindemos!
GERONIMO: Brindemos.
MARTIN: Por la amistad. Eso, sí…(transición) ¿La amistad de quién?
SELVA: Ah…¡Qué se yo!
GERONIMO: No sé quién es.
SELVA: ¿Quién?
GERONIMO: “Que se yo”.
SELVA: Otra pavada en la noche. ¡A brindar!
MARTIN: A brindar.
SELVA: Por la amistad eterna.
MARTIN: Por la amistad a medias.
GERONIMO: Medias, calcetines, lo que sea.
SELVA: Por la amistad desinteresada.
MARTIN: (por Gerónimo) ¿Desinteresado él? ¡No digas!
GERONIMO: ¿Interesado, yo?
MARTIN: Por eso no te invitamos a cenar
SELVA: (intenta incorporarse) Si, voy a…
MARTIN: Dejá. Vos no vas a ningún lado.
SELVA: ¿Ahora decidís vos?
GERONIMO: (en broma, algo mareado) Es que por ahí, se anda diciendo
adónde te escapás.
SELVA: (jocosa) ¡Cretino…!
MARTIN: Y de los más interesados.
GERONIMO: Bueno, a ver, de una vez, ¿en qué soy intereado?
SELVA: ¡Ja, ja, eso lo sabemos todos!
GERONIMO: Y si lo saben todos, mejor que no se diga; no, sí, sí, que se
diga.
MARTIN: Jugate y decí que venís a ver a ella.
SELVA: ¿Ah, sí?
MARTIN: ¿Y si hablo?..¿Hablo? (a Gerónimo)… Sí, hablo. Vos…
GERONIMO: ¿Yo, qué?
6

MARTIN: Yo sé que querés sacarme del medio….


SELVA: ¡Ah! ¡Se supo!
GERONIMO: ¡Genial! ¡Otra pavada en la noche, y a brindar de nuevo!
MARTIN: A brindar, no hay drama ninguno, ¿o hay más drama que
brindis…?
GERONIMO: Dramas o festejos, sin chicanas todo va mejor
MARTIN: …Total, ¿a quién le importa?, ella hoy me decía…y yo le decía,
¿qué le decía?, que mientras se diga la verdad, no hay historias.
GERONIMO: ¿Ninguna historia, ninguna?
SELVA: Ninguna, ninguna, pero no le creas.
MARTIN: Yo sé que hablo y no sé lo que digo, pero digo, digo.
GERONIMO: Eso mismo. Hay que hablar. ¡Hace bien, hablar!
MARTIN: Hablar, hablar, hacerse cargo.
SELVA: Sí, hablar, hablar, bla, bla, bla.
MARTIN: ¿Qué decís? Las mujeres, no siempre.
SELVA: ¿Que las mujeres no hablamos?
MARTIN: Hablan pero no se hacen cargo.
SELVA: ¡Ja! No. No quiero hacerme cargo.
GERONIMO: ¿Y qué querés? ¿Al final se va puede saber qué es lo que
querés?
MARTIN: (En broma) ¿Qué querés, qué querés, qué querés?
SELVA: (por Martín) Dejar de hacerme cargo de ustedes. (Hay estupor y
luego rien todos)
ESCENA SIGUIENTE: SELVA CON VILMA.
VILMA: Suerte que te encontré. Necesitaba verte.
SELVA: Yo también.
VILMA: ¿Vos también?
SELVA: Sí. Te busqué pero te habías borrado.
VILMA: Es cierto. Fue por una situación que… me dio vergüenza.
SELVA: Decime.
VILMA: Había empezado a tener algo con Gerónimo, pero ya pasó.
SELVA: ¿Ah, sí? lo ocultaron bien.
VILMA: Es que, para él no tuvo importancia.
SELVA: ¿Y por eso te borraste?
VILMA: ¿Cómo te puedo explicar? El era para mí, vos sabés... el maestro,
como para todos, el guía.
7

SELVA: ¿Y con eso?


VILMA: Siempre se sabe que no hay que mezclar las cosas, bueno, es lo
que se dice.
SELVA: A veces no conviene, pero ya ves, las cosas igual se mezclan.
VILMA: No sé si el grupo me va a rechazar, quizá no, pero siento que hice
mal porque no cumplí.
SELVA: ¡Que cosas decís…! ¿Nunca te conté? Yo tuve un padre que no
hacía más que hablar de leyes y de moral. Siempre quiero olvidarme de
eso, pero me dejó marcas, y la verdad es que hay gente como mi padre o
como Gerónimo que no pregonan con el ejemplo…¿Te estoy aburriendo?
VILMA: No…no.
SELVA: De todo eso, me quedó bien claro que sólo se trata de ser libre.
VILMA: ¿Nunca te enamoraste?
SELVA: Por supuesto que sí. Amo a Martín, ¿Te cabe alguna duda?
VILMA: No sé…Por esas cosas que decís...
SELVA: Con él tiene que ser así. No se puede atar a nadie, ni tampoco lo
quisiera…Solo que a veces me molesta con ciertas dudas.
VILMA: ¿Nunca te fijaste en Gerónimo?
SELVA: ¿Gerónimo? No lo tuve en cuenta. Ni bien conocí a Martín, no
quise pensar en otro.
VILMA: ¿Y es siempre sincero?
SELVA: En parte sí y en parte no. Insiste con sus fábulas, A veces parece
que quisiera que yo sea infiel, no sé bien para qué. Está cada vez más
incoherente, pero siempre estuvo de acuerdo en que somos libres, eso está
claro y por eso lo amo, así que no tengo miedo de que hables.
VILMA: ¿Cómo?
SELVA: Sí, yo sé que tenés otro tema. Y yo ando con poco tiempo. Podés
decirlo de una vez por todas.
VILMA: Es que...
SELVA: Te estoy facilitando el camino. Hablá.
VILMA: ¿Querés que hable? Creeme que yo no quisiera destruir una
relación...
SELVA: No, de ninguna manera. Si se rompe lo mío con Martín, estoy
segura de que no va a ser por vos.
VILMA: Es que, me dijo cosas. Nos cruzamos varias veces y me dijo…
SELVA: No me cuentes lo que dijo. Contame si te lo creés.
8

VILMA: ¿En serio tenés las cosas tan claras?


SELVA: Lo único claro es que hoy estamos, y mañana no se sabe.
VILMA: (para sí) Y conmigo podría pasar lo mismo…
SELVA: Lo mismo, bastante parecido, o mucho peor.
VILMA: Perdoname… (Intenta salir)
SELVA: Esperá... (Entra Martín)
MARTIN: ¡Vilma! ¡Qué cara!
VILMA: No… Está todo bien. (Sale)
MARTIN: ¿Qué le pasa?
SELVA: Nada. Parece que pierde el tren. Mejor que se apure o busque
otro.
MARTIN: ¿Por qué hablás siempre con segundas intenciones…?
SELVA: ¿Segundas? Ni siquiera primeras. Hay pasajeras que no me
interesan. Por mí, pueden caerse del tren
MARTIN: ¡Ah! Pensamientos malignos… (Exagerando, como en juego)
Sí, sos maligna. Tu apariencia es la de una mujer tranquila, pero en el
fondo, se ve que se oculta la fiera.
SELVA: ¿Sí? ¿Tanto como eso?
MARTIN: Sí, una especie de fiera. Esa pobre chica estaba por llorar.
SELVA: ¿Sabés que sí? Soy una hiena, o todavía, algo más peligroso.
Decime, ¿eso no me hace más atractiva?
MARTIN: Hablo en serio. ¿Alguna vez te importó lo que le pasa al otro?
SELVA: ¿A qué te referís?
MARTIN: No sé…A que nunca encuentro la forma de poder hablar, de
contarte de mí…de contarte…
SELVA: ¿Qué?
MARTIN: Ni por asomo te interesa todo lo que viví y que ni siquiera
encuentro que me entiendan cuando más necesito…
SELVA: Entonces, mi amor, si no encontrás eso en mí, no sé por qué
insistís en buscar en otros lugares donde tampoco vas a encontrar
MARTIN: ¿Eh?... No encuentro, no. Pero hay algo mío que empuja, la
fiera mía. Creo que te podrás imaginar: Un chiquito solitario, en una
familia que se dice de bien y que nunca se hizo cargo, después no más que
golpes y más golpes en todos lados…
SELVA: Martín, hay cosas que no se le pueden pedir a una pareja… Lo
que la vida no te dio, no se lo podés reclamar a los demás.
9

MARTIN: Yo sé que alguien me va a entender.


SELVA: ¿Entonces?
MARTIN: ¿Entonces, qué?
SELVA: ¿Querés que terminemos?
MARTIN: ¡No! ¿Qué decís, pensás dejarme?
SELVA: Estoy siguiendo tu farsa.
MARTIN: No, creeme, no es farsa.
SELVA: ¿No es una fábula más?
MARTIN: ¿Qué decís? Yo no podría estar sin vos.
SELVA: Yo tampoco…Sólo que…
MARTIN: ¿Que?
SELVA: Venís con muchos planteo… (transición) ¿Sabes?, Vilma me vino
a hablar de Gerónimo; él, por ejemplo, es distinto.
MARTIN: Distinto y poco fiable.
SELVA: Sé que pensás eso, hace rato que lo venís diciendo.
MARTIN: ¿Y entonces?... Cada vez me queda más claro que entre ustedes
hay algo.
SELVA: ¿Entre él y yo?
MARTIN: ¿No? Me hablás de él, cuando yo te necesito a vos.
SELVA: Hablaba de Vilma. El, para mí no es más que un amigo, pero
además, entre vos y yo no hay ningún contrato.
MARTIN: Estás repitiendo eso que dije.
SELVA: Me parece que sí.
MARTIN: Pero hay cosas que sólo yo puedo decir.
SELVA: Ah, hubieras aclarado, entonces… (Intenta salir)
MARTIN: ¿Adónde vas?
SELVA: Me prometieron un dinero. (Sale)
GERÓNIMO: (Entra. Se cruza con Selva) Perdón, ¿molesto?
MARTIN: No, quedate. Hoy estamos de visitas. Recién estuvo Vilma. No
sé qué se habrán dicho.
GERONIMO: ¿Por…?
MARTIN: Me parece que la pobre piba se fue mal.
GERONIMO: Algo sin importancia, seguro. A veces, historias
inventadas…
MARTIN: Ahí está tu ventaja, ¿ves?
GERONIMO: ¿Cuál ventaja?
10

MARTIN: Que podés restarle importancia a todo.


GERONIMO: ¿Te parece?
MARTIN: Sí, a vos siempre te queda claro que nada es cierto. ¿O no es
así?
GERÓNIMO: No sé por qué lo decís.
MARTIN: Bueno, nada, nada. Basta de planteos. ¿Somos amigos, no es
cierto? Sí. Busco algo para tomar.
GERONIMO: No, estoy bien.
MARTIN: ¡Sí! (Trae un botella) Acá tengo, para saldar lo de ayer.
GERONIMO: ¿Saldar? ¿Qué decís?
MARTIN: ¿No querés?
GERONIMO: No, te agradezco.
MARTIN: ¿Agua de la canilla, entonces?
GERONIMO: No, nada. Todo bien.
MARTIN: Para mí, mejor…¿Qué contás? Quería preguntarte si te acordás
de todos, de la gente del grupo.
GERONIMO: Sí, claro
MARTIN: Digo, por ejemplo, esa chica que lloraba…
GERONIMO: No sé. ¿Cuál?
MARTIN: Creo que era de Mendoza. Decía algo así como que no quería
más nada de la vida.
GERONIMO: Ah, sí, me acuerdo…Pero no sé qué le pasó.
MARTIN: ¿Y cómo que no? ¿Sos el responsable del grupo y no sabés?
GERÓNIMO: Dejó de venir, eso es todo.
MARTIN: ¿Y vos no la llamaste? ¿Qué clase de líder sos?...¡Ah, te marqué
una falta!
GERONIMO: Sí, la llamé, pero no me acuerdo qué dijo, y si te referís al
grupo, hace tiempo que ustedes tampoco se acercan.
MARTIN: Habremos alcanzado nuestras metas. ¿Vos qué pensás?
GERÓNIMO: Si no me lo dicen, no sé…
MARTIN: ¿Cómo que no sabés?, ¿otra vez no sabés?
GERONIMO: Es cierto, hay cosas que no sé…
MARTIN: ¿Por ejemplo?
GERONIMO: No… Mejor cambiar de tema…
MARTIN: No. No cambiamos nada. Decí.
GERONIMO: Bueno, sí, me interesa saber qué les pasa…
11

MARTIN: ¿Qué pasa porque no vamos, o querés saber algo más?


GERONIMO: No, eso solamente…
MARTIN: Me parece que vos querés saber qué es lo que pasa con Selva,
¿no es cierto?
GERONIMO: No...
MARTIN: Te puedo decir que sí, nos pasan cosas y que la historia de ella
conmigo es otra.
GERONIMO: Yo no…
MARTIN: Vamos, seamos realistas, igual, todo está bien, aunque, a veces
digo una cosa y siento otra. Ya se me hizo costumbre.
GERONIMO: ¿Y entonces?
MARTIN: Que las cosas van bien, aunque no parezca. Somos como somos,
porque de otra manera, se caería todo… Hay que ser cambiante. Aprendí
eso. Con vos, ella no tendría más remedio que aburrirse.
GERÓNIMO: ¿Pensás así?
MARTIN: Por eso está conmigo. Acá nunca es igual…Como la botella en
el mar, las olas, que traen y que llevan. Nunca en el mismo lugar.
GERÓNIMO: Entiendo lo que decís. No comparto, pero no vine por eso.
MARTIN: No te creo. Pero ya te dije, ella, conmigo. Se encandiló justo en
el mar, conmigo. Ahora ya sabés, podés pensar todo lo que se te ocurra,
pero está acá, ¿entendiste? Y cuidate, porque no soy tan evolucionado. Sí,
algo de ganas de matarte, tengo.
GERÓNIMO: Pero, ¿qué decís?
MARTIN: En realidad, te lo merecés, por falso y ladino.
GERÓNIMO: ¿Falso?¿Qué pasa? ¿En qué soy falso?
MARTIN: Con todo eso del grupo y la ayuda. Porque a vos no te interesa
ayudar a nadie.
GERÓNIMO: Decí lo que quieras, que tampoco me importa. Se conocieron
gracias a mí, y si hasta el día de hoy me equivoqué en ciertas cosas,
también sé que la vida es algo más que unos tragos de vino…Perdoname,
no quise ofender.
MARTIN: (en otra actitud) ¡No, está bien, catedrático, perdóname vos si
me pasé. Siempre me sale lo que siento, ya sabés, me pasan cosas…¿Me
perdonás? ¡En serio!
GERÓNIMO: Y justo yo, que venía a …
MARTIN: ¿Qué?
12

GERÓNIMO: Ahora no sé...


MARTIN: (bromeando) ¡Sí, a que yo me quede con Vilma, y vos con
Selva!
GERÓNIMO: (sigue la broma) ¡Sí, eso!... (transición) Bueno, no. Yo
venía para otra cosa pero si no se puede…(intenta retirarse)
MARTIN: No, dale, decí.
GERÓNIMO: Te va a parecer raro, pero venía a preguntarte si querés
darme una mano.
MARTIN: ¿Qué decís?, ¿yo?
GERÓNIMO: Quiero que el grupo crezca. Necesito abrir otros nuevos, y sé
que si podés colaborar en algo te haría bien. Además, tenés tiempo...
MARTIN: ¡Y muy feliz de tenerlo! ¡A ver si pensás que puedo ser un
subordinado tuyo!
GERONIMO: ¿Quién dijo eso?
MARTIN: Disculpá, no sé cómo llamarlo.
GERÓNIMO: Tenés razón. Hablé de más. (hace amago de irse).
MARTIN: No, quedate. ¿Sabés que pasa? No puedo pensar que yo esté
para eso… Quiero decir… fue mucho lo que pasé. Hasta hubo una cuestión
de un delito que no cometí y también torturas. Mataron a un amigo y no me
quisieron creer. Dolor muy grande, y después, cada vez más. Se podría
decir en cambio, que la vida con Selva es lo bueno, pero la verdad, a
veces…
GERÓNIMO: (Interrumpe) ¿Por qué no tratás de reconocer que…?
MARTIN: ¿Reconocer? ¡Nada! ¿Así me ayudás? Sólo los giles creen en los
cambios.
GERÓNIMO: (por la actitud de Martín) Y seguís…
MARTIN: Hablo de otros giles, no de vos.
GERONIMO: ¡Pero yo…!
MARTIN: Nada. Nada. Nada cambia.
(Entra Selva)
MARTIN: ¡Y acá volvió la reina!
SELVA: ¿Yo? ¡No me digas!
MARTIN: No hay más que elogios para vos
SELVA: (irónica) Ah, sí, los merezco…¿Se quedan un rato más?
MARTIN: Yo no. Ustedes pueden hacer como quieran. Parece que el
muchacho te necesita (sale)
13

SELVA: ¡Estúpido!
GERONIMO: Pero tengo que reconocer que es cierto. No puedo entender
como alguien como vos está al lado de un tipo así.
SELVA: ¿Y por qué no?
GERÓNIMO: Sin principios, sin proyectos, sin futuro…
SELVA: Yo tampoco los tengo.
GERÓNIMO: ¿Cómo que no?
SELVA: ¿Porque casi adopto un perro? No, ni siquiera llegué a tanto.
GERÓNIMO: No es tan simple…
SELVA: ¿Y vos venís a complicar?
GERÓNIMO: Pensá, no se puede vivir así.
SELVA: ¿No? ¿Y como, entonces?
GERÓNIMO: ¿Cómo no querés entender que podrías vivir algo mejor?
SELVA: ¿Y para qué voy a querer algo mejor?
GERÓNIMO: ¿Entonces, es cierto?
SELVA: ¿Cierto, qué?
GERÓNIMO: Que seguís con él por una relación enferma.
SELVA: ¿Te parece? La respuesta es que no sé por qué sigo.
GERÓNIMO: ¿Y entonces?
SELVA: Entonces, que eso es lo más lindo, no saber.
GERONIMO: (Avanza) Selva, yo…
SELVA: No, no vuelvas a intentar. Te dije que no va.
GERÓNIMO: Bueno, perdóname entonces, ¿Me perdonás?... ¿Podemos
seguir siendo amigos?
SELVA Mientras no insistas.
GERONIMO: Está bien, te prometo. Si no hay más remedio, tomemos un
café y hablemos de otras cosas.
SELVA: ¿Café? ¿Por qué no salís a comprar?
GERONIMO: Está bien, me voy… (sale)
SELVA: (marca en el teléfono) Hola. Sí, soy yo. Quería saber si le pasaron
mi mensaje… ¿Otra vez? ¿Otra vez tengo que viajar? ¿Tengo que ser yo?
…No sabía, pero piense lo que le dije ayer…¡Hola!...¡Hola!
ESCENA SIGUIENTE: DESPUES DE UN TIEMPO. GERONIMO EN
EL TELEFONO
GERONIMO: Hola…Sí, lo llamo porque este mes me voy a atrasar un
poco con el pago. No, es una semana, nade más. Sí, sí, entiendo. Pasa que
14

tengo que encontrar un estudio más chico, pero tengo uno en vista. Ya ni
vivo ahí. Son sólo unos días, le digo. Está bien, ¿tiene el número?, puede
llamarme acá cuando quiera. (corta. Revisa algunos papeles y fotos. Habla
hacia interior) Selva, ¿Martín escribía versos? No sabía…Tenés
bastante…¿Fotos de él, también? ¿Las dejó? ¿Dejó algo más?
SELVA: (entra) ¿Qué?
GERONIMO: Quedaron cosas ¿Vendrá a buscarlas?
SELVA: No puedo entender por qué tanto tiempo
GERÓNIMO: Es fácil. Habrá encontrado otra.
SELVA: Es lo primero que me hubiera hecho saber.
GERÓNIMO: ¿Y si no se animó?
SELVA: No oculta nada. No tiene cuidado con nadie. Quizá le haya pasado
algo. No, no quiero pensar en eso. ¡Qué tonta que soy! Seguramente está
bien.
GERÓNIMO: ¿Pensás que si estuviera mal, volvería?
SELVA: ¿Por qué? ¿Vos creés eso?
GERÓNIMO: Me pareció que lo diste a entender.
SELVA: No doy a entender nada. Pero estoy segura de que se acuerda.
GERÓNIMO: ¿Sí?
SELVA: No sé. En parte, yo habré tenido la culpa por lo del viaje.
GERÓNIMO: Nunca dijiste adónde.
SELVA: Hay ciertas cuestiones mías que...
GERONIMO: ¿Y por lo menos puedo saber si tenés planeado otro?
SELVA: Quién sabe...
GERÓNIMO: Decí algo por lo menos
SELVA: ¿Sobre qué?
GERÓNIMO: Sobre eso.
SELVA: Mejor otro tema.
GERÓNIMO: Siempre se hace tu voluntad.
SELVA: Fue la condición. Acepté compartir, si vos respetabas ciertas
cosas.
GERÓNIMO: Sí, ya veo, aunque no sé bien qué cosas… ¿Hay algo para
tomar? Va a venir Vilma.
SELVA: ¡Vilma! ¿No se te ocurrió una idea mejor?
GERÓNIMO: ¿No era que nada de celos?
SELVA:¿Celos?... Pasa que no termino de entenderla.
15

GERÓNIMO: ¿En qué?


SELVA: Me cansa con historias.
GERÓNIMO: Sabés bien que hay que ayudar.
SELVA: Sí, pero hay algunos que también tendrían que hacer algo por
ayudarse a ellos mismo.
GERÓNIMO: Es un planteo egoísta.
SELVA: ¿Egoísta?... En realidad, no sé quién necesita más.
GERÓNIMO: Pasa que no querés. Va contra nuestras normas.
SELVA: Tuyas. No me mezcles con tus temas.
GERÓNIMO: Quedamos en compartir.
SELVA: (Reflexiva) Claro…compartir, para poder estar juntos.
GERÓNIMO: Estar juntos para compartir (ella intenta apartarse)¿Adónde
vas?
SELVA: Me acordé del té de frutilla.
GERÓNIMO: Esperá (Se acerca) ¿Nos amamos?
SELVA: Claro que nos amamos.
GERÓNIMO: ¿Vas a hacer eso, entonces?
SELVA: ¿Eso?
GERÓNIMO: Te hablé de un contacto amigo. Creo que hay una
oportunidad.
SELVA: (sumisa) Sí, sí, claro…Ahora voy… a preparar el té (Sale a
interior)
GERÓNIMO: Para mí, no.
(entra Vilma)
VILMA: Gerónimo…
GERÓNIMO: ¡Hola, mi asistente perfecta!…(Transición) ¿Qué te pasa,
ahora?
VILMA: Que no puedo ser tu asistente.
GERÓNIMO: Ah…¿Y se puede saber por qué?
VILMA: Porque me pasan cosas…
GERÓNIMO: (Trata de relativizar) Bueno, siempre nos pasan cosas,
pero…
VILMA: No se puede mezclar.
Entra Selva con las tazas.
SELVA: Basta de cháchara, es hora del té.
VILMA: Quiero hablar. Déjenme hablar.
16

GERONIMO: Bueno, ¿qué?


VILMA: Que no puedo soportar que me pongan en otro lugar.
GERÓNIMO: ¿En otro lugar?
VILMA: Decidiste que fuera tu empleada.
GERÓNIMO: ¿Y qué? ¿No estás bien?
VILMA: ¡No!
SELVA: Pero en cambio, habrá compensaciones…
VILMA: Sí, claro, si hasta me parece que me hace el amor por
conformarme.
GERÓNIMO: ¡Qué estás diciendo!
VILMA: Es verdad.
GERÓNIMO: No sé qué verdad. Yo no hago cosas que no siento.
VILMA: Es que no sé qué sentís.
SELVA: (A Gerónimo) Te hizo una pregunta
GERÓNIMO: (A Vilma) Bueno, ¿al fin y al cabo, viniste por eso?
VILMA: No, no es eso…
GERONIMO: ¿Entonces?
VILMA: ¿Qué busco? No sé si podría…
GERÓNIMO: Hablá, nosotros vamos a tratar de ayudarte. Creeme que sí.
VILMA: ¿Es en serio?
GERÓNIMO: ¿Dudás de nosotros?
VILMA: ¿Y si te digo que quedé en la calle?
SELVA: ¿Eso también?
VILMA: Mi madre…Todos saben que siempre manejó mi vida, y siempre
tuve que soportarla…
GERÓNIMO: Sí, ¿y ahora qué?
VILMA: Insistí, insistía con un candidato que me había buscado. Parece
que de dinero. Al final no aguanté más y le conté todo, que no pienso más
que en vos. Entonces, no dijo una palabra más, pero sacó fuerzas para
echarme.
SELVA: ¿Y ahora, qué pensás hacer?
VILMA: No sé qué hacer. Por eso vine. No tengo dónde ir… ¿ me
entienden?
GERÓNIMO: ¿Cómo no te vamos a entender? Siempre digo que estamos
para ayudarnos.
VILMA: ¿Ayudarnos? Yo estoy enamorada de vos.
17

GERÓNIMO: Yo también te quiero. Claro, a la distancia. Son cosas del


destino que tenemos que aceptar.
VILMA: ¿Y entonces?
SELVA: ¿En serio no tenés dónde ir?
VILMA: No tengo nadie más.
GERÓNIMO: Tenés que tener más amigos. Bueno, ese no es el tema… Se
me ocurre que por lo pronto, podrías quedarte en mi estudio. Pocos días, lo
tengo que dejar.
SELVA: No. Mejor acá.
GERÓNIMO: ¿Acá?
SELVA: Pero no quiero secretos. Es la condición.
VILMA: ¿Lo decís en serio?
SELVA: En serio, con esa condición
VILMA: ¿Entonces me puedo quedar? ¿Sí? ¿Al menos, por un tiempo?
SELVA: El tiempo dirá.
VILMA: Sí, eso, hasta que encuentre un lugar…Sos un ángel, Selva.
GERONIMO: Las dejo que resuelvan. (sale)
VILMMA: Y ahora, si no te molesta, quiero pedirte si puedo descansar.
Anduve todo el día caminando de un lado a otro…
SELVA: Sí, está bien (señala a interior) pasá…
VILMA: ¿Puedo?
SELVA: Sí, pasá (permanece un instante, pensativa)
ESCENA SIGUIENTE: SUENA EL TELEFONO. SELVA SE ACERCA
A ATENDER
SELVA: Hola…¿Quién? Sí, ahora lo escucho…No estuve mucho en casa.
No, no es que no quiera atender, entiéndame. Yo no necesito, mientras me
alcance el dinero. Por el momento, no quiero. No, no puedo viajar. Ya nos
vamos a comunicar…¡Hola! ¡Hola!...(marca el número y ahora llama ella)
Hola Sí, se cortó…Quisiera que quedemos en buenos términos. Sí…
GERONIMO: (entra. Ella corta el llamado) ¿En buenos términos con
quién?
SELVA: Nada de importancia… ¿Todo bien?
GERONIMO: Se supone que sí
SELVA: ¿Sabés que Vilma consiguió trabajo?
GERÓNIMO: ¿Ya, tan pronto?
SELVA: ¿Pronto? Acá lleva por lo menos dos meses.
18

GERÓNIMO: Cosas de ella, que haga lo que quiera…


SELVA: Sí, al menos, es lo que ella quería…yo.
GERÓNIMO: ¿Estará pensando en irse?
SELVA: Espero que sí. (en sorna) Dicen que el trabajo enaltece.
GERÓNIMO: ¿Y vos?
SELVA: Yo, ¿qué?
GERÓNIMO: Recién, esa llamada…
SELVA: ¿Qué querés saber?
GERONIMO: Si al final viajás.
SELVA: Es muy posible.
GERONIMO: ¿Y puedo saber cuándo?
SELVA: ¿Cuándo? El dinero todavía alcanza. Vivimos discretamente, ¿no
es así?… y, a propósito, vos, ¿no pensás colaborar?
GERÓNIMO: No todo lo que quisiera. Pero espero que las cosas cambien y
los grupos crezcan, mientras tanto...
SELVA: No veo que resulte. Ya ves lo que pasa cuando se quiere ayudar a
los otros no más que con palabras…
GERÓNIMO: Si te permitís decir eso porque aportás más que yo…
SELVA: No. No dije nada.
GERÓNIMO: Selva, ya te hablé de un empresario amigo. Ahí, podés
conseguir algo.
SELVA: ¿Y así te sentirías seguro?
GERÓNIMO: Para que no tengas que irte…Por lo menos, probemos con
hablarle.
SELVA: Es curioso.
GERNONIMO: ¿Qué?
SELVA: Que no se lo hayas aconsejado a nuestra invitada.
GERÓNIMO: No sé si es de confiar. Pero no estaba hablando de ella.
SELVA: No, pero yo también podría pedirte que aportes.
GERÓNIMO: ¿Cómo te puedo explicar? El taller es parte mía. No puedo
dedicarme a otra cosa.
SELVA: Entonces no pretendas enseñarme a mí. (Va a interior)
VILMA: (Entra) ¡Hola! ¡Noticia sorpresa! ¡Me dieron un adelanto!
GERÓNIMO: ¿Ya?
VILMA: Y traigo un regalo.
GERONIMO: ¿Ah, sí…?
19

VILMA: Un regalo para ustedes, y además….


GERÓNIMO: (llama, conciliador)¡Selva, vení que hay algo!
SELVA: (entra) ¿Que...?
VILMA: Un juego de cama. Espero que te guste.
SELVA: Lo primero que quiero saber es por qué te ponés mi ropa.
VILMA: Pensé que no te molestaba.
SELVA: Sí, me molesta.
VILMA: Sí, tenés razón, yo…
SELVA: Tengo razón. Las cosas se complican
GERÓNIMO: ¡Selva! ¡Vilma nos trajo un regalo…!
SELVA: ¿Y por qué se tiene que fijar en mi cama? Digo, ¿qué están
haciendo cuando yo me voy?
GERÓNIMO: Te creí más madura.
SELVA: ¡No sé que madurez!... Al final ya ni sé qué.
GERÓNIMO: ¡Pero…!
SELVA: Prometieron que se iban a respetar los códigos.
GERÓNIMO: ¡Y se respetaron!
VILMA: (A Selva) ¡Es cierto!
SELVA: ¡Basta! Ya no quiero seguir haciendo como que no veo.
VILMA: (Se refiere al paquete) Está bien, voy a dejar esto. (Sale a
interior)
SELVA: Acá nos estamos haciendo mal. Ella tiene que entenderlo.
GERÓNIMO: Lo supo siempre, pero por algo pidió quedarse.
SELVA: Sí, tengo que hablarle.
GERONIMO: Dejá, lo hago yo.
SELVA: ¿Vos? ¿Qué le vas a decir?
GERONIMO: No te preocupes. Te prometo que va a estar todo bien.
SELVA: No prometas lo que no se puede cumplir.
GERONIMO: No, pero al fin y al cabo, vos decidiste.
SELVA: ¿Qué?
GERONIMO: ¿Cómo qué? Decidiste que se quedara.
SELVA: Creí que yo podía manejar todo.
GERONIMO: ¿Manejar qué?
VILMA: (Entra con un bolso) No importa. No sigan. Me voy ahora mismo.
ESCENA SIGUIENTE: SUENA EL TELÉFONO
20

GERONIMO: (Llega de exterior y atiende) Sí, Giménez, soy yo. No te


preocupes por la hora, todo bien. Pedí que me llamaras porque te busqué
todo el día. Quería saber si pudiste hablar con el abogado porque no lo
encuentro… ¿Qué te dijo?...¡Sí, por eso mismo, quedó en avisarme. Me
había dicho que sólo faltan unas firmas, unas firmas nada más… Sí, es
cuestión de conseguirlas, pero el proyecto tiene que salir…Bueno, claro, sí
que confío. Está bien, hay que insistir. Nos hablamos. Te llamo yo. Buenas
noches. (Corta. Se muestra ansioso. Busca un libro y finalmente se
derrumba en el sofá)
SELVA: (Entra) Pensé que estarías durmiendo.
GERÓNIMO: Me senté a esperarte.
SELVA: ¿Sí?. Voy a preparar café.
GERÓNIMO: Ya lo hice yo.
SELVA: Bueno, me voy a descansar.
GERÓNIMO: Esperá, quedate un poco.
SELVA: Me pareció que leías.
GERÓNIMO: También pensaba.
SELVA: Cuidado, a veces hace mal. Lo digo por mí.
GERÓNIMO: Ando preocupado, ¿puedo confiar en vos?
SELVA: ¿Y por qué no?
GERONIMO: Es que…No dejo de pensar. Últimamente las cosas no me
están yendo muy bien.
SELVA: ¿Te colgaste con los problemas de Vilma?
GERÓNIMO: No; hablo de otra cosa.
SELVA: No sé. Me imagino que algo de eso te pasa.
GERÓNIMO: Te dije que no. Ya me desentendí.
SELVA: ¿Estás seguro?
GERÓNIMO: Sí. Vos me lo pediste.
SELVA: ¿Yo?
GERÓNIMO: No importa. La decisión ya está, por favor, no me cambies
de tema.
SELVA: No estoy cambiando nada.
GERONIMO: Necesito hablar.
SELVA: Está bien. Te escucho.
GERÓNIMO: Yo te pedí que trabajaras, pero no esperaba todo esto.
SELVA: ¿Todo esto, qué?
21

GERÓNIMO: No sé por qué volvés a esta hora.


SELVA: ¿No justificás una cena de camaradería?
GERÓNIMO: ¿Y podés decirlo así nomás?
SELVA: No te entiendo, vos me entregaste.
GERÓNIMO: ¿Que yo te entregué?
SELVA: Me presionaste para que hiciera ciertas cosas….
GERÓNIMO: No. Yo no pensé en nada raro.
SELVA: Quedamos en que nunca una escena de celos.
GERÓNIMO: No quedamos en nada. Además, te encontré dinero y un
anillo.
SELVA: Los tengo de hace mucho.
GERÓNIMO: Eso no es cierto.
SELVA: ¿Me revisás todo? ¿No decías que en el mundo actual, el dinero es
bueno?
GERÓNIMO: Sí, ¿pero cómo?, ¡Decí cómo! ¿Con qué?
SELVA: Me parece que hay algo que no terminás de entender.
GERONIMO: ¿Qué? ¿Qué es lo que no termino de entender?
SELVA: Que somos frágiles.
GERONIMO: ¿Frágiles? ¿Quiénes?
SELVA: Algunas también necesitamos que nos protejan.
GERÓNIMO: No me convence.
SELVA: ¿No? ¿No lo supiste nunca, entonces?... ¡No, claro! Ni siquiera te
hiciste cargo del embarazo de aquella.
GERÓNIMO: No creas que no me revuelve la conciencia...
SELVA: Entonces, apurate, que todavía te espera.
GERÓNIMO: Pero, ¿qué pasa, Selva, ¿qué? ¿No me creés que te elegí a
vos?
SELVA: Me elegiste, pero también…
GERÓNIMO: (interrumpe) ¿En serio que pensás que te entregué?
SELVA: No. No es cierto. Y no te preocupes, porque no va a haber más
cenas de camaradería. No pienso seguir en eso. Vas a tener que buscar otras
cosas para hacer planteos.
GERÓNIMO: Tenés razón. Me estoy equivocando mucho y mal. No tengo
derecho a nada. Mis proyectos no están saliendo. Empecé con el
agrupamiento, pero de a poco, empezó a caer.
SELVA: ¿Se mezclaron las fichas?
22

GERONIMO: ¿Cómo?
SELVA: Sabés de qué hablo
GERONIMO: No debí haberme metido en historias personales. Y también
hubo otras cosas… Ahora no me queda otra que esperar y esperar el
momento en que lo aprueben oficialmente. En ese caso recibiría donaciones
o algo por el estilo y todo podría ser distinto…
SELVA: Qué triste…qué triste.
GERÓNIMO: ¿Qué es lo triste?
SELVA: Justo vos, que hablás de ideales.
GERÓNIMO: ¿No era que a vos no te importaban?
SELVA: Claro que no. Pero nunca hice alardes.
GERÓNIMO: No son alardes, Selva. Todas las cosas que dije siguen
siendo mis pensamientos, mis principios, y algún día voy a poder ser aquél
que siempre quise. Mientras tanto, solo falta esperar.
SELVA: Entonces, ¿por qué me reprochás?
GERÓNIMO: Porque te quiero y tengo miedo de perderte. ¿Vos no?
SELVA: Sí, yo también te quiero, creeme.
GERÓNIMO: Entonces no, claro, no tenemos que confundirnos. Si los dos
nos proponemos, desde ahora no va a haber más zonas oscuras. Pase lo que
pase, vamos a cuidar nuestra fortaleza, ¿no es cierto? ¿no es cierto que vos
también querés? Sí, contestame que sí.
SELVA: Sí, nuestra fortaleza. Decime entonces qué puedo hacer.
GERÓNIMO: Estar conmigo, eso es lo que quiero.
SELVA: Sí, sí, eso es lo que necesitamos. Los dos, muy juntos…Esa es mi
ilusión. ¿Sabés? Desde siempre guardo un pequeño amuleto, con el que
hablo a escondidas…
GERÓNIMO: ¿Y ahora, ese amuleto soy yo?
SELVA: No, vos sos mi amor. Perdoname si te dije alguna cosa hiriente.
No fue por lastimarte. Lo que quise es volver a escuchar eso que me
prometiste hace un tiempo (Hay un acercamiento. Ella se aparta)…Esperá,
mi amuleto.
GERONIMO: ¡No, vení…!
SELVA: ¡Ya! ¡Ya vengo! (Sale a interior)
ENTRA MARTIN
MARTIN: (algo sonriente) Buenas noches ¿Qué hacés acá?
GERÓNIMO: (sorprendido) ¿Que hacés vos?
23

MARTIN: (con naturalidad) ¿Yo? Siento que me esperan.


GERÓNIMO: Acá nadie te espera.
SELVA: (entra) ¡Gerónimo!... Andate y no vuelvas más. (Gerónimo se
retira cabizbajo. Ella le entrega un peluche a Martín) Sabía que volverías.
MARTIN: (por el peluche) Ah, ¿es tuyo o mío?
SELVA: Vení, sentémonos ¿Te acordás, Martín? “Mensaje al Mar”
…Mensajes…Los mandamos, esperando que lleguen lejos.
MARTIN: Creí encontrar el tuyo.
SELVA: Creíste encontrar el mío, y en cambio, ahora sé que todo, no se
puede.
MARTIN: (se sienta al lado de ella) ¿Y si tratamos?
SELVA: ¿Vos creés?
MARTIN: Sí, claro.
SELVA: Nos amamos, ¿no es cierto?
MARTIN: Hay algo de eso.
SELVA: Sí, es cierto. ¿Tenés frío?
MARTIN: Un poco, nomás.
SELVA:(Lo cubre con una manta) Contame… ¿Cómo te fue, hoy?
MARTIN: No sé si contarte, pero es la verdad, anduve confundido, cada
vez más, dando vueltas… Hace mucho que voy por ahí, por cualquier lado
y que no me acuerdo, ni sé por dónde.
SELVA: ¿Cómo es eso de que no te acordás? Te habrás encontrado con el
Flaco…
MARTIN: ¿Qué?
SELVA: El Fideo, ese amigo tuyo.
MARTIN: No sé. Por momentos, me pasa que no sé… ¿Y vos?
SELVA: Nada de importancia. Tuve que ir hasta la aduana.
MARTIN: ¿A buscar algo?
SELVA: Algo, sí…¿Te cuento del perro?
MARTIN: ¿Qué perro?
SELVA: En este último tiempo adopté a un perro.
MARTIN: ¿Un perro fiel?
SELVA: No creo, pero ¿qué importa?
MARTIN: Claro. No voy a preguntar. De eso me acuerdo, que no te gusta.
SELVA: Nunca me llamaste…
24

MARTIN: No sé por qué. Se me confunden las cosas. No puedo pensar.


Me pasa seguido.
SELVA: ¡Estás tomando?…
MARTIN: No. Eso me hace peor y convulsiono. Desde hace tiempo, cada
vez más, me duele la cabeza, no sabés cómo, y el pensamiento…
SELVA: (Toma las manos de él) Martín, estás necesitando que te protejan.
MARTIN: Si sólo fuera eso…
SELVA: Sí, voy a tratar de ayudarte, sólo que…
MARTIN: ¿Qué?
SELVA: Tengo que hacer un viaje.
MARTIN: ¿Ahora?
SELVA: Muy pronto, sí, es una situación comprometida.
MARTIN: ¿Y yo?
SELVA: No puedo evitarlo. Estoy obligada. Va a ser poco tiempo. Te voy
a dejar un dinero que te alcance. Estoy segura de que cuando vuelva voy a
poder encontrarte. ¿Me vas a esperar, esta vez?
MARTIN: Sí, pero necesito acordarme dónde estoy.
SELVA: ¿Dónde vas a estar? En tu casa, Martín.
MARTIN: En mi casa, sí…
SELVA: Debés estar sin comer…Voy a preparar algo tibio…(Sale a
interior)
MARTIN: No, Selva, quedate acá conmigo, Selva…Otra vez me estoy
sintiendo mal…Selva, ¿dónde fuiste? Decime dónde, Selva…
ESCENA SIGUIENTE. DESPUES DE UN TIEMPO.
MARTIN: (delira) Selva…Dijiste que volvías pronto. ¿Dijiste eso?
Decime, que te estoy esperando. Decime que sí…¿Estamos lejos o estamos
cerca? Me parece que me olvidé de decirte algo…
VILMA: (Entra) Martín…
MARTIN: Selva, ¿sos vos?
VILMA: Martín, soy yo, Vilma. ¿Por qué me dejaste?
MARTIN: ¿Fue un viaje largo?
VILMA: ¿No me conocés? Soy Vilma.
MARTIN: Ah, si, me acuerdo…O no me acuerdo. No sé si me llamó.
VILMA: Martín, Gerónimo me dijo que Selva no vuelve
MARTIN: Ah, sí, Gerónimo, ¿y él sabe?
SELMA: Martín, tengo que hablarte.
25

MARTIN: No, no puedo. Mejor andate


VILMA: No, por favor, no me eches o me mato.
MARTIN: Falsas opciones. Falsas opciones.
VILMA: ¡Martín, escuchame! No sé por qué te fuiste. Martín, entre
nosotros hubo algo. ¿No te acordás? Nos prometimos amor.
MARTIN: No puedo acordarme, no puedo
VILMA: Tenés que recordar. Quiero ayudarte
MARTIN: Ayudame, quiero que te vayas.
VILMA: ¡Por favor!
MARTIN: (Repite en eco) ¡Por favor, por favor…por favor…!
VILMA: Te necesito, Martín. Gerónimo tampoco me quiere.
MARTIN: ¿Gerónimo? Mal negocio.
VILMA: ¡Yo te quiero a vos!
MARTIN: Noticias falsas. Noticias falsas
VILMA: ¡No…Si pudieras escucharme. Estoy muy sola.
MARTIN: Tenés razón. No hay que escuchar nada.
VILMA: ¡Martín, Selva se fue!
MARTIN: Creo que viajó, no me acuerdo…
VILMA: ¿Y si no vuelve?
MARTIN: Y si no vuelve…
VILMA: Puedo ayudarte, Martín. Tenés que luchar por una nueva vida,
aunque sean palabras de Gerónimo.
MARTIN: ¿Palabras de quién?
VILMA: No importa…¡Vamos a otro lado!
MARTIN: ¿No ves que es hermoso? Me encanta vivir guardado en esta
cueva, y si estoy feliz, puedo escuchar esto que está sonando. Decime si no
es hermoso, Selva…
VILMA: No soy Selva.
MARTIN: Ah, no sos Selva. ¿Estás segura de que no volvés…?
VILMA: Sí, por eso vine. Salgamos de acá.
MARTIN: No, la suplente no vuelve. Te esperaba a vos.
VILMA: Martín, ¿me ves?, ¿alcanzás a verme?
MARTIN: Sí, veo…
VILMA: Martín, yo sé de un lugar.
MARTIN: No, Selva, acá, los dos….
VILMA: Soy Vilma, Martín.
26

MARTIN: Nunca mentiste, Selva…


VILMA: ¡Selva! ¡Selva! ¡Yo no soy Selva! (Sale)
MARTIN: (Solo) ¿Se va? ¡Señora o señor que estás en las alturas, alto,
muy alto, como subido a no sé dónde, quiero que me digas por qué hace
tanto frío acá abajo! Quiero que me digas, porque podemos llegar a
congelarnos. Ella se puede congelar. Según mis cálculos, debemos estar en
Alaska o un kilómetro más lejos. Si ella se congela y vuelve estatua de
hielo, no va a poder decirme... Cuando no era de hielo, me decía. No me
acuerdo. Pero sí, que baje algo de sol, un poco nomás. No mucho que
encandila. Un poco de calor, por ahí, (Cae al suelo, repta)…
SELVA: (Entra) ¡Martín!
MARTIN: ¿Eh?, ¿ahora sos?
SELVA: ¡Levantate, Martín!
MARTIN: ¿Quién sos?
SELVA: Soy yo. Martín, levantate por favor. (lo induce a volver al sofá)
¿Busco más abrigo?
MARTIN: No quedate, así estoy bien. Selva…Estoy tan feliz, llevame.
SELVA: Martín, ya volví.
MARTIN: ¿Quién dice eso?
SELVA: Soy yo, decime qué necesitás.
MARTIN: Estoy bien, así, así me puedo dormir. Decime cómo quebraste la
cápsula.
SELVA: ¿Cómo quebré…?
MARTIN: La cápsula de hielo…Decime cómo.
SELVA: ¿La cápsula de hielo?…
MARTIN: Cómo quebraste…
SELVA: ¿La cápsula de hielo?...Sí…Hubo una brisa cálida, fue un milagro
MARTIN: ¿Brisa cálida?, decime, decime qué más.
SELVA: Martín, traigo dinero, mucho, para pagar médicos.
MARTIN: Pero, ¿por qué hablás de tan lejos?
SELVA: Estoy acá, Martín.
MARTIN: Selva, no sé dónde estás, no te veo, acercate, acercate…Me pasa
algo. Me parece…Voy a viajar pronto, me voy…Acercate, Selva.
SELVA: (Lo abraza) Estoy muy cerca, Martín, tenés que descansar.
MARTIN: (Habla languideciendo) Descansar, sí, lo que vos digas… (Se
desvanece)
27

SELVA: Martín, ¿dormís? ¡Martín! (Comprueba que el no responde. Llora


y luego tiende su mano hacia un horizote) … “¡Botella al mar…!”
La luz disminuye lentamente.

FINAL, 2012
AUTOR: Carlos Cazila
carloscazila@gmail.com mensaje70@yahoo.com.ar
+54911-4172-8732 (móvil) +5411-4374-2841

ORIGEN: Argentina

You might also like