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LA ARGENTINA Y LATORMENTA aE AOR p00 ATER en aeRO ASM Reece aE a aetemrucnemareesc: WUE NB BAP coexistenca de las discusiones del mundo que marcha hacia ls guerra com ‘toe crm Y Ue ea Oa eu que puso fin « un cielo de proeperidad y crecimiento més que secular a e Bn ol debate argentino hablan sobre todo quienes ven et Wee Geib coyuntura Ia posibilidad de reexaminar la enters estirpe Uberal de er Owe Jingo, apian las cireuaatncine locale palabras, argument easy pcines todas del munda tormenton: ageel dnd lea problems vo ‘retain del Piners Goerra we diimrin en wna ueera coal de etcla plantas, convert por a lieaianton Melis on on i guerra civil TULIO HALPERIN DONGHI ‘ilo Halprin Dong anal aqui ideas en accin. Vaviado y livre, el coajunto de motivo ideolipico parcceorganinare en torne de coo ‘am arguimento comén: el paraje de lan perplejidades de la *repablicn verdaders'fenecids on 1950 a lar nuevas y antapinias certezae de la ‘experiencia poroniat iniiada en 194. AN Siglo veiniitino edilores Argentina 166 ‘TULIO HALPERIN DONGHT {do en 1982, Pero se trataba precisamente de un eco, que al reso- nar en los debates internos ala case politica se integraba como tun elemento marginal y subordinado en el que seguialibréndose fen torno alos dilemas que esa restauraci6n arrastraba desde s. ‘origen. Es entonces necesaro evar la mirada mis alld de ba are~ nna politico-partidaria para medir plenamente las consecuencias ‘que iba a aleanzarla crisis mundial en su fase revolutiva, euyo ut bral acababa de erusar. Un pais en vilo a caida de Francia, que en junio de 1940 colocé ala entera Europa continental bajo Ia hegemonia alemana, hizo evidente a 1a opinion argentina, como en el anterior setiembre no lo habia, logrado el exalldo de a Segunda Guerra Mundial, que del desen lace de ésta dependia el destino futuro del pats, y desde exe mo-) mento los dilemas que planteaba la actitud que éte habia de as J mirante la guerra emprendicron un aance cada vex més pid, aca el primer plano de la agenda plc. No era éteel nico hecho nuevo que esa opiniin debiain- tegrarrépidamente en su vision de la etapa que se habia abierto con el derrumbe de Francia, Ocuria también que, mientras e- gaba un desenlace que se demoraria ai por enateo aos, aida fgentin estaba ya encuadrada por un mareoexerno rad se din gen ase, aa er adamedite eid por [no porque se experara que fie- ‘va cerrase con un retorno al pasado, sino porque se avetia ‘demasiado bien que so marcaba un compés de espera hasta que ta resolucin del inmenso conficto decidiera a qué futuro est ban destinados In Argentina y el mundo; por eo era my poco tematizado y menos ain problematizado, Sin embargo, cs pro- ‘isonaldad no le imped introduc a euanto al mod de r= lacionarse el pts con el mundo exterior, innovaciones que afec faban en los mis diverss Grdenesy dels mds variadas maneras Inexperienca de vida de los argentinos ‘Comenzando por lo ms obvio, era és un mundo grave- ‘mente mutiado, en que con la Europa germeanizaia slo sobre vivian algunos contacts an exiguos como precriosParalos ia ros Ia nica ruta directa era a reientementeinaugurada por Inempresade aeronavegacion lemana, accesible tan s6loa unos pocos privlegiados,y slo may imitadamente complementada porta lec serida por ls compas martimas espaol Paral teaport ee mereanctas,a ens limiaciones se agregeban tun deriva del conto que la aostda Gran Breas seule eet ‘endo sobre el tein ocednico Esa snacién afectaba tambien tonvincloseconomicosy financiers con la Europa continental: tn cuanto 2 ests ttiman as incertidumbres de presente a Stn mas graves que plnteba ol futur nctaban aeereer amas xtema prudencia para no desencadenarrepresaias por parte {los dominadores el momento, en quienes habia comenzado por Feconocere ademas alos probable vencedorcs. Un comen- fais entre deride indignado de Victorias Ocampo agire hasta qué remotostersitriospodiaavanrar esa prvdncia. AL Atri esta capa se eer de modo predominantemente fr Table al logue dominado por Alemania; pero a medida que Nieworia que en el verano de 1040 habia pod pareeria- heme retoceda hacia un horizon cada rez remot ibs a tomar cadaver mdsen cuenta os cabo que no cetaban de pro ducne ena eacdn entre las aera en comico. "Estos iban a avanzar en sentido opuesto al del que habia co- renzade por parecer un velco irrevocable del destino. Muy prone fee imposible gnorar queen el marco de una guerra qe Se protongan mas de lo que seers experado en junio de O40, emis importante nexo de ln economia argentina com el | mundo exteror gua sendo el que a igaba ana Gran Bret / |B ques reotaesarudamente a reconocerse derrot, Loe so atlingreo dens Estados Unidos en el eonfito en noviebre 4: 1041, peo aun mis que el entorno tome deta Argentine bier quedado totalmente dominado por la gran alanza que ‘ene momento terminaba de adurr en espe at esao- fadavempressdeconquta protagonzads por Alemaniay el] pn, Dee el momento mismo en ques pro, el weleo que ‘gio inenueda de os Exados Unidos en a gaetrasanao pe) rls Argentina un impacto aun mis poderoso que ede junio de "1940, Este diltimo, al socavar decisivamente la gravitaci6n del nt- ‘deo dominane dl entorno en que habia vd ol pais desde et UNeuisEN vo 169. comiento de s experiencia como tal, habia dejado wn vacfo que clamaba por ser lenado,y no tan solo en evantoala politica el _vilico internacionales, Pueso que para a Argentina a figura i ma del mundo habia cambiado en 1940, ou impacto debi lean) 23 tas las dimensiones dela vida nacional \ ("No podia sede otro modo cuando lo que se habia vvido er eclipse del que hasta aspera habia ido el mis autoriado t= | \ ino de referencia para toda lla, Guano Borges hacia busla de esa coqueta que bajo dversos nombres es Figura recurente en 'srnaratv,y que en “El Zohar, bajo el de Teodeina Vil, ha bia sido arrojada luego de a caida de Parisa un océano de evil cones catsadas por Ia desaparcin de la autoridad en a que se hhaba venido apoyando para decidir con qué sombreros presen tarseen pblico, no hacia sino ofrecer tna verin parca de Jima experiencia que muchos ~y desde luego él mismo-extaban | straexindo, au "No era ésta la primera vex que na reconfiguracén del blero en que rivalizan las grandes potencias mundiates alean- aba efectos en terreno que no se caperarta directamente alec tados por ess rivalidades. Se ha sostenido que el ingreso del ‘Oriente Medio en el horizonte de las clases letradas ingles se connimé durante las guerra napoleénicas cuando durant {0s ‘os sus integrantesevieron impedidos de tomar contacto, ten el tradicional grand our que abarcabs Paris, a Renania lt lia, con ese rinc6n de Europa que habia oenpado ~y, aunque inaccesible,seguia ocupando~vn haga entre todo prvlegiado en ese horizonte. Pero la caistofe de 1940 afectaba alos argen- tinos de modo macho més grave que a comicnzos del ochocien- tos a taaformacién del continente en un bloque enerigo de una Gran Bretafa que, aunque no habia dejado del todo de ver sca si misma en poscion de satelite dentro dela constclacion caltral europea, no hubiera podide oeupar hagar més central fen el concierto de la naciones. La condicin perferica de la ‘Argentina los afetaba a todos los niveles on Pars sumido en cleaativerioy Londres redicido a una winchera de combate que ‘exla noche somaba nuevas ruinas los arojaba 4 una orfandad, ™m ‘TUUO HALPERN DONEH {que nada aleanzaba a mitigar, y que los impulsaba a busear no So nuevos horizonte, sino un nuevo referent awtorizada ya. torizador. in ext sentido la larga estancia de Victoria Ocampo en Nue- ‘a York, en 1945, puede ser vista como una tentativa de dar rex puesta & los interrogantes que “El Zohar" habia taspuesto a un dispatGn parédico, Una tentatva fracasada antes de nacer,quizé porque Ocampo advertia demasiado bien todo lo que esta en juego en ella: luego del paréntesis de la Primera Guerra, retomé ‘contacto con Europa bajo su nueva figura de intelectual sdarne- ricaa, y desde entonces percibié dolorosamente las consecuen- ‘as de es enraizamiento en un arrabal del mundo, Nueva York volver afascinarla tan intensamente como cuando la habia vst tado por primera vez en 1980, pro en la ciudad en la que enton- ces habia ereido descubrir una manera distnta de afincarse en la periferia no podia reconocer ahoraala heredera de una Pais que yaantes de su cafda habia adivinado deainada a perder irrevoca- bblemente ss centalidad. Los Estados Unidos no podian heredar el papel tutelar com” [partido hasta entonces por Francia ¢ Inglaterra: pero estaban ‘dando los primeros pasos en la conquista de una centraidad di tint, ange destinadaaser no menos abrumadora defo que hie ‘ia sido fa de esos don astros en ocaso, Ya antes de suingreso en » auerra, pero mas sivtemscamente a partir de ét, el estado y Ia sociedad norteamericanos movilizaron de ua proyecto panamerieand en el que i nia argnado un lugar importante, Fl contexto minal en que fedio ene ingredo anegute qe no enconaran resistencias en los fectores que habianalimentado por décedas la lucha contra el ‘mmperiatimo el aprismo habia deciido ya que desde la instau- scion del New Deal el gobierno de ls Estados Unidos habia px ‘do ser un lado en es lucha, y por su parte desde junio de 191 el movimiento coraunista tenia muy presente que de all de- ‘bia proveir et ms poderoso de los apoyosexternos que neces taba a Unign Soviética para cerarvctoiosamente su "gran gue a patra” unpaisenvlo m1. Calenquierafueen las eservas que tanto los Extads Unidos «como los inesperados aliados que el destino acababa de deparar Je podian mantener en cuanto al fuuro, en lo inmediato ells 0 zestaban calor ni codilidad al vinculo que acababa de unilos. En fimera coyuntua politica insprd un cima de opnién colee tvaque no eneontraba nada de notable en que Mara Rosa Oliver ‘buscase dar mayor efcaia su miltancia antifascist ineorpocin- dove ala seca cultural de la ofcina de asunosltinoamerica ros de los Estados Unidos, donde enconté ineslocuores que ‘comparsan plenamente aus motivaciones. Tampoco te sorpren- dade que ene las mpl iniiatvas de ex oficina se comtara la que encuaded cl encuentro en Buenos Aires de Nicol Guillén, <1 poeta cubano de a negitd,y otro fervoroso milzante com nists pintor brasleaio Candido Portinari,dewicto ala miemo- sia colectiva décadas més tarde cuando el son que el primero de- ico celebrar ete encientro fue inorporado al repertorio de Mercedes Sosa ‘Cuando Washington ponia ano exfuerzo en estrechar vine los ene las América bajo signo del panamericanmo, busce {a primordimentecerar el iat ent la anglosajona yl ate sas pero ello no impedia que exe esuerzo contribuyese también ‘cerrarlos que dividian ala mina Latinoamérica. Este segundo efecto era particularmente important en un pas en cuyo nom bre Anibal Ponce habia podido, recientementey in excndalo de rade, rechaza evlquier afinidad con exa que José Vasconcelos habia elebeado como Nacsa América, As, Olver, as descbrir nu colega botvano Enrique Sincher de Lasala un compaicro de ideales, pronto descubrid también todo lo que tenfaen comin él marco paticio en que éte habia erecido en su nativa Cochee bani con el quintaesencialmente porteio que habia eneundrae ds propia infanciayadolexcencia™ ‘Las oportunidades para redescubrirlascomunes ates hsp roamericanae que ofrecia la empres panameriana no habrian odio alcancar el impacto que efectivamentelgraron el sib to ecipse de Europa no hubiera ya comenzado 2 volver la aten- cio de los argentino a su ances menospreciado contorno inme- m. ‘TUUO HALPERN DONG lato, Antes de hacer de Washington su trinchera de combate, Ma- ria Rosa Oliver habia emprendido, al margen de cualquier marco {nstinucional, wna esforzada excursién al Brasil, que le demand6 argos dias de incémodo viaje en vaporctos de ro y destartalados ‘vagones de ferrocarril para llegar a San Pablo, No era la tinica a Ja que ta nueva coyuntuira habia levado a afrontar esa empress, aunque es muy probable que los mis entre quienes la encaraban ‘se interesaran mucho menos que ella en todo To que hacfa ala vi branteoriginaidad de exe vecino ala ver cercano y remote: en ét ‘bascaban més bien el sucedneo, que de antemano esperaban no del todo satiefactorio, de una Buropa que la guerra habfa trasforr ‘mado en fruto probibide. Por otra parte egos exploradoresestaban lejos de formar mu situ: la inmensa mayoria de los argentinos slo tenfa acceso a una imagen mediada yfltada de la mutacion que en 1940 habia su- ffido la figura del mundo, en la que gravtaba con todo su peso la pexderosa miquina de propaganda que desde el norte los haba to- ‘mado por blanco, Laabsolutacentralidad que en esa imagen ocu- paba la del que desde noviembre de 1941 era, ala vez que el arse- nal, el paladin de la democracia en combate, dejaba muy poco ‘espacio para cualquier estlzado retrato de América Latina. Los {que veian en las pantallas argentina el retrato que Disney habia fesboaado en Salides, amigo podian encontrar ireconocible: p= +o aum él es ensesaba que, cuando se lo contemplaba desde el ‘nuevo centro del mundo, st pais no era un rincén de Buropa in- congruentemente encallada en el AUintico sino una mas de ‘esas replicas eadamericanas con las que habia credo tener tan poco en comin. = Ex lecciGn comenzaba a ser reforzada por experienclas mis, ditectas, cada vez que descubrian que en ef almacén cercano la blanca importada de ultramar habia sido reemplazada por una Drasilefa, 7 que en ls grandes arteras ce Buenos Aires los loc les de una cadena de tiendas de ese mismo origen rebosaban de articulos textiles importados del pai vecino, Ese descubrimiento hnubiera quiza debido hacer dolorosamente evidente que ta bis- {queda de un nueve lugar en el mundo que reemplazara el perd- uNnAisEN MILO. \, rt do en 1920 amenazaba tornarse aun mia dificil desde que otros paites agnoamericanos se Ianeaban a la misma empresi con un Impeta que autorizaba a dudar de que la Argentina puddierarete- net todavia por mucho tiempo su pasada ventaja. Habia con todo ‘buenos motivos para que no fuese as: el wuelco de 1940 habia es tado lejos de aleanzar las catatrficas consecuencias econémicas que cas todos habian temido. Por el contrario, en el marco que se hubiera imaginado inhéspito creado por el eclipse de Europa continental y la dursima emergencia que afronaba Gran Breta- fa, Ia expansién comenzada en la segunda mitad de la década de 1980 proseguia con ritmo ahora cas febil, gracias sobre todo ala {ea industria; no debia entonces inspirar demasiadaalarma que Jasimportaciones conguistaran un lugar en un mercado consumi- dor cada vez mis vido, y todavfa menos cuando esas importacio- ‘es eran mit que compensadas por acrecidas exportaciones i= dlustiales hacia otros destinoshispanoameric ‘Mis que preecupaciones acerca del futuro, el descubrimien- to de que la nueva figura del mundo le asignaba un nuevo lugar 2a Argentina inspiraba una voluntad nueva de mirar al patsen la ‘ara yatreverse a descubritrasgos que hasta entonces se habia lor grado ignorar. Que la Argentina se hubiera reencontrado con el ‘que en 1942 Borges memorablemente llamaria su destino suda- :merieano contribuyé a hacer finalmente visible para todos que al lado del pais europeo seguta exisiendo oto pais inequivocamen- las que aquél era fruio, Eve descubrimiento de a "otra Argentina” ‘ecogiae integraba motivos que ya habian venido aflorando por ‘cats, que recusaban de dos manera distintas la isin de la Anger ‘Una de esis maneras era 1a negacion Frontal; mientras se hacia dificil negur que la econo- ‘ia habia avanzado considerablemente en esa dreecion, era po- sible dudar de que trasformaciones comparables se hubieran da- ‘do en cuanto alo que la generacin romantica gustaba de lamar [a sociabilidad argentina, Ya Sarmiento lo habia seflado en 1883, ‘en el prologo a Conca y armanias de las rasa n América, y pron to ibaa florecer toda una literatura consagrada al tema, Cando m “TuLIO HALPERIN DONGHE se teferia a Nuestra América como lo hizo Carlos Octavio Bange desde el titulo mismo del libro que tavo su primera edicion en 1909- se aludia a la misma con la que, para esndalo de Antbal Ponce, Vasconcelos ¢ idenificaria orgullosamente, aunque estir vera lejos de celcbrase esa indentiicacién con el entusiamno del Los motivos que abordaha en orden disperso es literatura se poyaban en una denuncia del compartido legado de fa conquie ‘ay la colonia que hacia de los estos sucesores del imperio es patil otros tantosfragmentos de Nuestra América, considerados ‘como Ia fuente de origen de lot “frenos" y “rémoras” que-traba- ‘pan eleamino hacia el Furr al que todos ello aspiraban” Dee de 1934 dejaron paso al aun més exhaustivo inventario de fatal ‘aves cuyo peso habia comenzado a abrumar ala Argentina desde mucho antes de que legara.a ser la Argentina, que Ezequiel Mat- tines Estrada levant6 en Radiografa de la Pampa. Las seguridades acerca de la Argentina que Maria Rosa Oliver solia ofr repetdasa sirlado —"lh de que el nuestro era un pas blanco; lade que su en- "iquecimiento seria constante; la de que en él se habia superado para siempre Ia inestabilidad politica", y que provocaban wnas eabitas,fugaces, herméticas soncisae que ponian una chispa de ‘malicia en los ojos de Pedro Henriquez Urea y Afonso Reyes", seguan siendo -camo lo confirma su testimonio~ verdades con- vencionalmente aceptadas. Sin embargo, la unanimidad en torno 4 ellas habia comenzado a resquebrajarse, yen ese resquebrajie mmiento tenfa an papel la imagen de esa otra Argentina evocada por “el etndlogode origen sizo Alfted Métrau, que se habia criae ‘do.en Tucumén [e} insstia en que el atraso cultural y generale ti umido y es consecuencia de las condiciones infraluimanas en que vegeta gran parte de ia poblacign#* ‘Con ello pasaba a ocuparl primer plano un motivo hasten ‘tonces secundario en los planteos que habian venide preparando clterreno para el descubrimiento de esa otra Argentina. Una ver ‘ns habia sido Sarmiento quien primero habia avanzado hacia 6, aladvertis antes que otros que s se delegaba en las fuerzas econd- ‘micas la direccidn del ingente proceso de cambio que su gener ra ovraisen ico. 5, ion estaba decidida a desencadenar,éste dejaria a buena parte dol pais sin tocar ‘La exposicion industrial de Cardobs, organiza- ‘a por su inicatva para celebrar el ingreso de esa ciudad que era puerta de entrada del Interior en la era del ferrocarrl, revelaba ‘hasta qué punto adverta el problema; ala ver, elinstrumento que Inaba etcogido para abordarlo ~en Pacunde habia presentado a ‘Gérdoba como la ciudad simbolo de una fraccién del pas que se ‘obstinaba en vivir en el passdo~ sageria ademas que para él éste ‘seguia teniendo una raz esencialmente cultural. Contra fo que habia experado Sarmiento, ln exposicién cordobesa no consiguis {nserbir el problema que lo preocupaba en la agenda de la op ‘in. Quizé tuvo algo que ver con ello que bajo la égida dela Lit ga de Gobernadores -surgida de encuentros entre mandatarios ‘Provincales que habian tomado por pretexto a ext misma expos ‘dn, yque a partir de 1874 pasé a dominar la politica argentina los intereses de las provincia interiores, tal como los entendian ‘ss oligarquias gobernantes, estuieron lejos de ser desatendidos. LLaconstrccion en esa misma Cordoba del que fue en su momen- to el mayor dique de las Américas, con el propésito entonces exchu- vo de hacer mds grata I exstencia de los pobladares de la capi- tal de esainfluyente provincia, aun misla creacién en Tucuman ‘de un oasis azucarero ala que el estado federal contribuyé con fe- ‘rocarri crédito bancarioy proteccién aduanera, ast lo confiema- ban, No es extraio entonces que la que habia sido preacupacién ‘de Sarmiento tardara en resugie “Esto ocurrié cuando, en medio de la reconstruceién politica ‘que siguié ala revolucién de 1880 -en cuyo marco la provincias interioresno lograron preservar plenamente cl influjoque habian, alcanzado antes de ella-,y como consecuencta de ls cifras del Se- ‘gundo Censo Nacional, levantado en 1895 que reflejaban #1 de- “reciente peso demogritico debido al mis vigoroso ascenso pobla- ‘ional dela capital yas ierras pampeanas- la gravitacion de esas provincias tanto en la Cimara baja cuanto en el Colegio Hlecoral ~ ‘que designaba al presidente sufré una disminueion presomible- mente destinada a acentuarse aun més en el futuro, La alarma provocada en las provineias afectadas slo encontré un eco mas 176 “Tuo HAL ERIN DONGH ampli fuera de elas cuando esos cambios en el equlibrio demo- grificocomenzaron a proyecarye sobre el ten de fondo fect Go por la instauracion a partie de 1912 de wn regimen auténcica ‘mente representativo, Ya en la etapa inicial de esa experiencia, _Juan Alvarez habia deplorado ia pérdida de peso politico de ess provincia; precsamente porque habian sido menos tocaas por {libri proceso de cambio que debia rear un pis moderno, hae ban sido apenas afectadas por los conflicts sociales que estall- bban con crecinte frecuencia en las que ilo extaban Sendo, BI desarrollo posterior de esa misma experiencia most a quienes ‘ompartian ls tendenciasconservadoras de Akarer que el mayor ‘igor conservado por as ferzs politics tradicionales en esas pro- vinci poia consi un preciso factor de equilibri,eapar de Iimitaren cera medida los efectos dieuptios de laimplantacién delademocraca. ‘Ese descubrimiento invitaba a mirar con mayor simpatia ls zmanda Tega de spre renting ela que a sarginacién pol simara a la econémica ya sufrida. Pero ‘quienes solictaban esa simpata lo hacian con wstas a susetar ink clativas destinadas a corregir alguna de las consecuencias puntua- le que acacaban a marinacin; en contecenc, ee pro- posto no los invitaba a demunciar en Ia misera y el desalimiento de sus clases populares el rasgo que mejor podia defini el perfil de ls regiones argentinas menos tocadas por eleambio. Es sgni- Fieativo que quien en la década de 1920 contribuyé mas que na- die a inscribir los problemas creados por el estancamiento del In- terior en a agencla de la opinién nacional apenas mencion6 entre cellos esa miseriay ese desvalimiento: cuando Alejandro Bunge, buscando argumentos contra ls politica ibrecamt achacaba es Clases cualquier acceso al bienesa,peferia ofrecer como pruc bude ello el contraste entre el eso de vida de los chacareros de tas nena cerealras dl Litoraly el de los del mediooeste de los stados Unidos "En la deca siguiente sa dimensi asa entonces cage norada del reuaso del Interior paso a primer plano, ero como ‘stancamiento, es reprochaba que cerraran a esas — uvenisen to) im, Inentera economia nacional estaba siendo devastada por crisis, «lla no era vst como una de las nota dstintivas de una segunda Argentina que habia quedado rezagada en la carrera del progre- +0, sino como la prueba quizi més convincente de que Ia entera pain se vela defraudada del premio que habia experado reco- ager al aleanzar su meta, Rail Scalabrini Ortiz no necesita invor ‘car el ejemplo del Interior para conclu que bajo el gobierno del general Justo las masasargentinas conocianniveles de desnut tort hemor de rer Dol nl campat de Genin ceca dc ls acviades que ypoeamente enrol ch a Argnna fh prio govern x Alemania, que“ eno, tata te ut nsony ured orn, eral dnt) txt contd pot osu confi asta em elec del medio agviértense las cas sees i- dias en efecto, no hay nada mis efcar para promover mov ‘mento que fSvorecen l judo que los procesos utils (..] proceso del colar de farina, maniobrado por joyeros jos, rele Dreyfe, maniobrado por perodistas jodios,navieron Icha efletcia conta fa monarqulafancesa en 1785 y contra lnaelonaismo francés en 1802 Slempre aparece un proceso {judicial en la palesta, motorizado por judios, cuando las > ‘riene radiconale extn po flora o gosiean su presto! (Conviene que no ovidemes esa consancesintomstica dee que Alnrel ele dj salir dl ghewo"- rr. a bvpusenio, 199 Pero no s¢ trata tan slo del personal sinfnico: al Hegar al ‘momento culminante de la campaia, sus onganizadores "aljudio polaco Dickmann le reservaron juego final de des ‘par la dkima caja para que é aera el que vcara el gargsjo ‘qe habia en ella Hl senenow exerao rep, abroquelado en los fueros de I calumniay de In cobaediapalamentari dijo ‘quelacampaia antiberal era costeada por el oro na. er. Lj Dickmann el enearga de dc exilim paso {un judo sn honor al que no le puede hacer nada porque aot ‘ence todos on su enorme cobarda, contra neal no tee: ‘mos i siquira el eplamento™ Concluye Del: “no puede entender nada en la campata,s las palabras de Dickmann, vnculando a Cray alos nacionlises ‘on eloro nazi ne se colocan al principio, como clave dela ec con”, Yen un “esuio preliminas”antepuesto al exto de Dol, {he el propio director de Git Enrique P Osts, quien responds a las acusaciones de Dickmann ctando prrafosincuidoy en um iscuro que acababa de promunciar en wn acto nacional. En

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