LA ARGENTINA
Y LATORMENTA
aE AOR p00
ATER en aeRO ASM Reece aE a
aetemrucnemareesc: WUE NB BAP
coexistenca de las discusiones del mundo que marcha hacia ls guerra com
‘toe crm Y Ue ea Oa eu
que puso fin « un cielo de proeperidad y
crecimiento més que secular a e
Bn ol debate argentino hablan sobre todo quienes ven et Wee Geib
coyuntura Ia posibilidad de reexaminar la enters estirpe Uberal de er Owe
Jingo, apian las cireuaatncine locale palabras, argument easy
pcines todas del munda tormenton: ageel dnd lea problems vo
‘retain del Piners Goerra we diimrin en wna ueera coal
de etcla plantas, convert por a lieaianton Melis on on i
guerra civil TULIO HALPERIN DONGHI
‘ilo Halprin Dong anal aqui ideas en accin. Vaviado y
livre, el coajunto de motivo ideolipico parcceorganinare en torne de
coo
‘am arguimento comén: el paraje de lan perplejidades de la *repablicn
verdaders'fenecids on 1950 a lar nuevas y antapinias certezae de la
‘experiencia poroniat iniiada en 194.
AN Siglo veiniitino edilores Argentina166 ‘TULIO HALPERIN DONGHT
{do en 1982, Pero se trataba precisamente de un eco, que al reso-
nar en los debates internos ala case politica se integraba como
tun elemento marginal y subordinado en el que seguialibréndose
fen torno alos dilemas que esa restauraci6n arrastraba desde s.
‘origen. Es entonces necesaro evar la mirada mis alld de ba are~
nna politico-partidaria para medir plenamente las consecuencias
‘que iba a aleanzarla crisis mundial en su fase revolutiva, euyo ut
bral acababa de erusar.
Un pais en vilo
a caida de Francia, que en junio de 1940 colocé ala entera
Europa continental bajo Ia hegemonia alemana, hizo evidente a
1a opinion argentina, como en el anterior setiembre no lo habia,
logrado el exalldo de a Segunda Guerra Mundial, que del desen
lace de ésta dependia el destino futuro del pats, y desde exe mo-)
mento los dilemas que planteaba la actitud que éte habia de as
J mirante la guerra emprendicron un aance cada vex més pid,
aca el primer plano de la agenda plc.
No era éteel nico hecho nuevo que esa opiniin debiain-
tegrarrépidamente en su vision de la etapa que se habia abierto
con el derrumbe de Francia, Ocuria también que, mientras e-
gaba un desenlace que se demoraria ai por enateo aos, aida
fgentin estaba ya encuadrada por un mareoexerno rad
se din gen ase, aa er
adamedite eid por [no porque se experara que fie-
‘va cerrase con un retorno al pasado, sino porque se avetia
‘demasiado bien que so marcaba un compés de espera hasta que
ta resolucin del inmenso conficto decidiera a qué futuro est
ban destinados In Argentina y el mundo; por eo era my poco
tematizado y menos ain problematizado, Sin embargo, cs pro-
‘isonaldad no le imped introduc a euanto al mod de r=
lacionarse el pts con el mundo exterior, innovaciones que afec
faban en los mis diverss Grdenesy dels mds variadas maneras
Inexperienca de vida de los argentinos
‘Comenzando por lo ms obvio, era és un mundo grave-
‘mente mutiado, en que con la Europa germeanizaia slo sobre
vivian algunos contacts an exiguos como precriosParalos ia
ros Ia nica ruta directa era a reientementeinaugurada por
Inempresade aeronavegacion lemana, accesible tan s6loa unospocos privlegiados,y slo may imitadamente complementada
porta lec serida por ls compas martimas espaol
Paral teaport ee mereanctas,a ens limiaciones se agregeban
tun deriva del conto que la aostda Gran Breas seule eet
‘endo sobre el tein ocednico Esa snacién afectaba tambien
tonvincloseconomicosy financiers con la Europa continental:
tn cuanto 2 ests ttiman as incertidumbres de presente a
Stn mas graves que plnteba ol futur nctaban aeereer amas
xtema prudencia para no desencadenarrepresaias por parte
{los dominadores el momento, en quienes habia comenzado
por Feconocere ademas alos probable vencedorcs. Un comen-
fais entre deride indignado de Victorias Ocampo agire
hasta qué remotostersitriospodiaavanrar esa prvdncia. AL
Atri esta capa se eer de modo predominantemente fr
Table al logue dominado por Alemania; pero a medida que
Nieworia que en el verano de 1040 habia pod pareeria-
heme retoceda hacia un horizon cada rez remot ibs a
tomar cadaver mdsen cuenta os cabo que no cetaban de pro
ducne ena eacdn entre las aera en comico.
"Estos iban a avanzar en sentido opuesto al del que habia co-
renzade por parecer un velco irrevocable del destino. Muy
prone fee imposible gnorar queen el marco de una guerra qe
Se protongan mas de lo que seers experado en junio de
O40, emis importante nexo de ln economia argentina com el
| mundo exteror gua sendo el que a igaba ana Gran Bret /
|B ques reotaesarudamente a reconocerse derrot, Loe
so atlingreo dens Estados Unidos en el eonfito en noviebre
4: 1041, peo aun mis que el entorno tome deta Argentine
bier quedado totalmente dominado por la gran alanza que
‘ene momento terminaba de adurr en espe at esao-
fadavempressdeconquta protagonzads por Alemaniay el]
pn, Dee el momento mismo en ques pro, el weleo que
‘gio inenueda de os Exados Unidos en a gaetrasanao pe)
rls Argentina un impacto aun mis poderoso que ede junio de
"1940, Este diltimo, al socavar decisivamente la gravitaci6n del nt-
‘deo dominane dl entorno en que habia vd ol pais desde et
UNeuisEN vo 169.
comiento de s experiencia como tal, habia dejado wn vacfo que
clamaba por ser lenado,y no tan solo en evantoala politica el
_vilico internacionales, Pueso que para a Argentina a figura i
ma del mundo habia cambiado en 1940, ou impacto debi lean)
23 tas las dimensiones dela vida nacional \
("No podia sede otro modo cuando lo que se habia vvido er
eclipse del que hasta aspera habia ido el mis autoriado t= |
\ ino de referencia para toda lla, Guano Borges hacia busla
de esa coqueta que bajo dversos nombres es Figura recurente en
'srnaratv,y que en “El Zohar, bajo el de Teodeina Vil, ha
bia sido arrojada luego de a caida de Parisa un océano de evil
cones catsadas por Ia desaparcin de la autoridad en a que se
hhaba venido apoyando para decidir con qué sombreros presen
tarseen pblico, no hacia sino ofrecer tna verin parca de
Jima experiencia que muchos ~y desde luego él mismo-extaban |
straexindo, au
"No era ésta la primera vex que na reconfiguracén del
blero en que rivalizan las grandes potencias mundiates alean-
aba efectos en terreno que no se caperarta directamente alec
tados por ess rivalidades. Se ha sostenido que el ingreso del
‘Oriente Medio en el horizonte de las clases letradas ingles se
connimé durante las guerra napoleénicas cuando durant
{0s ‘os sus integrantesevieron impedidos de tomar contacto,
ten el tradicional grand our que abarcabs Paris, a Renania lt
lia, con ese rinc6n de Europa que habia oenpado ~y, aunque
inaccesible,seguia ocupando~vn haga entre todo prvlegiado
en ese horizonte. Pero la caistofe de 1940 afectaba alos argen-
tinos de modo macho més grave que a comicnzos del ochocien-
tos a taaformacién del continente en un bloque enerigo de
una Gran Bretafa que, aunque no habia dejado del todo de ver
sca si misma en poscion de satelite dentro dela constclacion
caltral europea, no hubiera podide oeupar hagar més central
fen el concierto de la naciones. La condicin perferica de la
‘Argentina los afetaba a todos los niveles on Pars sumido en
cleaativerioy Londres redicido a una winchera de combate que
‘exla noche somaba nuevas ruinas los arojaba 4 una orfandad,™m ‘TUUO HALPERN DONEH
{que nada aleanzaba a mitigar, y que los impulsaba a busear no
So nuevos horizonte, sino un nuevo referent awtorizada ya.
torizador.
in ext sentido la larga estancia de Victoria Ocampo en Nue-
‘a York, en 1945, puede ser vista como una tentativa de dar rex
puesta & los interrogantes que “El Zohar" habia taspuesto a un
dispatGn parédico, Una tentatva fracasada antes de nacer,quizé
porque Ocampo advertia demasiado bien todo lo que esta en
juego en ella: luego del paréntesis de la Primera Guerra, retomé
‘contacto con Europa bajo su nueva figura de intelectual sdarne-
ricaa, y desde entonces percibié dolorosamente las consecuen-
‘as de es enraizamiento en un arrabal del mundo, Nueva York
volver afascinarla tan intensamente como cuando la habia vst
tado por primera vez en 1980, pro en la ciudad en la que enton-
ces habia ereido descubrir una manera distnta de afincarse en la
periferia no podia reconocer ahoraala heredera de una Pais que
yaantes de su cafda habia adivinado deainada a perder irrevoca-
bblemente ss centalidad.
Los Estados Unidos no podian heredar el papel tutelar com”
[partido hasta entonces por Francia ¢ Inglaterra: pero estaban
‘dando los primeros pasos en la conquista de una centraidad di
tint, ange destinadaaser no menos abrumadora defo que hie
‘ia sido fa de esos don astros en ocaso, Ya antes de suingreso en
» auerra, pero mas sivtemscamente a partir de ét, el estado y
Ia sociedad norteamericanos movilizaron
de ua proyecto panamerieand en el que i
nia argnado un lugar importante, Fl contexto minal en que
fedio ene ingredo anegute qe no enconaran resistencias en los
fectores que habianalimentado por décedas la lucha contra el
‘mmperiatimo el aprismo habia deciido ya que desde la instau-
scion del New Deal el gobierno de ls Estados Unidos habia px
‘do ser un lado en es lucha, y por su parte desde junio de
191 el movimiento coraunista tenia muy presente que de all de-
‘bia proveir et ms poderoso de los apoyosexternos que neces
taba a Unign Soviética para cerarvctoiosamente su "gran gue
a patra”
unpaisenvlo m1.
Calenquierafueen las eservas que tanto los Extads Unidos
«como los inesperados aliados que el destino acababa de deparar
Je podian mantener en cuanto al fuuro, en lo inmediato ells 0
zestaban calor ni codilidad al vinculo que acababa de unilos.
En fimera coyuntua politica insprd un cima de opnién colee
tvaque no eneontraba nada de notable en que Mara Rosa Oliver
‘buscase dar mayor efcaia su miltancia antifascist ineorpocin-
dove ala seca cultural de la ofcina de asunosltinoamerica
ros de los Estados Unidos, donde enconté ineslocuores que
‘comparsan plenamente aus motivaciones. Tampoco te sorpren-
dade que ene las mpl iniiatvas de ex oficina se comtara
la que encuaded cl encuentro en Buenos Aires de Nicol Guillén,
<1 poeta cubano de a negitd,y otro fervoroso milzante com
nists pintor brasleaio Candido Portinari,dewicto ala miemo-
sia colectiva décadas més tarde cuando el son que el primero de-
ico celebrar ete encientro fue inorporado al repertorio de
Mercedes Sosa
‘Cuando Washington ponia ano exfuerzo en estrechar vine
los ene las América bajo signo del panamericanmo, busce
{a primordimentecerar el iat ent la anglosajona yl ate
sas pero ello no impedia que exe esuerzo contribuyese también
‘cerrarlos que dividian ala mina Latinoamérica. Este segundo
efecto era particularmente important en un pas en cuyo nom
bre Anibal Ponce habia podido, recientementey in excndalo de
rade, rechaza evlquier afinidad con exa que José Vasconcelos
habia elebeado como Nacsa América, As, Olver, as descbrir
nu colega botvano Enrique Sincher de Lasala un compaicro
de ideales, pronto descubrid también todo lo que tenfaen comin
él marco paticio en que éte habia erecido en su nativa Cochee
bani con el quintaesencialmente porteio que habia eneundrae
ds propia infanciayadolexcencia™
‘Las oportunidades para redescubrirlascomunes ates hsp
roamericanae que ofrecia la empres panameriana no habrian
odio alcancar el impacto que efectivamentelgraron el sib
to ecipse de Europa no hubiera ya comenzado 2 volver la aten-
cio de los argentino a su ances menospreciado contorno inme-m. ‘TUUO HALPERN DONG
lato, Antes de hacer de Washington su trinchera de combate, Ma-
ria Rosa Oliver habia emprendido, al margen de cualquier marco
{nstinucional, wna esforzada excursién al Brasil, que le demand6
argos dias de incémodo viaje en vaporctos de ro y destartalados
‘vagones de ferrocarril para llegar a San Pablo, No era la tinica a
Ja que ta nueva coyuntuira habia levado a afrontar esa empress,
aunque es muy probable que los mis entre quienes la encaraban
‘se interesaran mucho menos que ella en todo To que hacfa ala vi
branteoriginaidad de exe vecino ala ver cercano y remote: en ét
‘bascaban més bien el sucedneo, que de antemano esperaban no
del todo satiefactorio, de una Buropa que la guerra habfa trasforr
‘mado en fruto probibide.
Por otra parte egos exploradoresestaban lejos de formar mu
situ: la inmensa mayoria de los argentinos slo tenfa acceso a una
imagen mediada yfltada de la mutacion que en 1940 habia su-
ffido la figura del mundo, en la que gravtaba con todo su peso la
pexderosa miquina de propaganda que desde el norte los haba to-
‘mado por blanco, Laabsolutacentralidad que en esa imagen ocu-
paba la del que desde noviembre de 1941 era, ala vez que el arse-
nal, el paladin de la democracia en combate, dejaba muy poco
‘espacio para cualquier estlzado retrato de América Latina. Los
{que veian en las pantallas argentina el retrato que Disney habia
fesboaado en Salides, amigo podian encontrar ireconocible: p=
+o aum él es ensesaba que, cuando se lo contemplaba desde el
‘nuevo centro del mundo, st pais no era un rincén de Buropa in-
congruentemente encallada en el AUintico sino una mas de
‘esas replicas eadamericanas con las que habia credo tener tan
poco en comin. =
Ex lecciGn comenzaba a ser reforzada por experienclas mis,
ditectas, cada vez que descubrian que en ef almacén cercano la
blanca importada de ultramar habia sido reemplazada por una
Drasilefa, 7 que en ls grandes arteras ce Buenos Aires los loc
les de una cadena de tiendas de ese mismo origen rebosaban de
articulos textiles importados del pai vecino, Ese descubrimiento
hnubiera quiza debido hacer dolorosamente evidente que ta bis-
{queda de un nueve lugar en el mundo que reemplazara el perd-
uNnAisEN MILO. \, rt
do en 1920 amenazaba tornarse aun mia dificil desde que otros
paites agnoamericanos se Ianeaban a la misma empresi con un
Impeta que autorizaba a dudar de que la Argentina puddierarete-
net todavia por mucho tiempo su pasada ventaja. Habia con todo
‘buenos motivos para que no fuese as: el wuelco de 1940 habia es
tado lejos de aleanzar las catatrficas consecuencias econémicas
que cas todos habian temido. Por el contrario, en el marco que
se hubiera imaginado inhéspito creado por el eclipse de Europa
continental y la dursima emergencia que afronaba Gran Breta-
fa, Ia expansién comenzada en la segunda mitad de la década de
1980 proseguia con ritmo ahora cas febil, gracias sobre todo ala
{ea industria; no debia entonces inspirar demasiadaalarma que
Jasimportaciones conguistaran un lugar en un mercado consumi-
dor cada vez mis vido, y todavfa menos cuando esas importacio-
‘es eran mit que compensadas por acrecidas exportaciones i=
dlustiales hacia otros destinoshispanoameric
‘Mis que preecupaciones acerca del futuro, el descubrimien-
to de que la nueva figura del mundo le asignaba un nuevo lugar
2a Argentina inspiraba una voluntad nueva de mirar al patsen la
‘ara yatreverse a descubritrasgos que hasta entonces se habia lor
grado ignorar. Que la Argentina se hubiera reencontrado con el
‘que en 1942 Borges memorablemente llamaria su destino suda-
:merieano contribuyé a hacer finalmente visible para todos que al
lado del pais europeo seguta exisiendo oto pais inequivocamen-
las que aquél era fruio, Eve descubrimiento de a "otra Argentina”
‘ecogiae integraba motivos que ya habian venido aflorando por
‘cats, que recusaban de dos manera distintas la isin de la
Anger ‘Una de esis maneras era
1a negacion Frontal; mientras se hacia dificil negur que la econo-
‘ia habia avanzado considerablemente en esa dreecion, era po-
sible dudar de que trasformaciones comparables se hubieran da-
‘do en cuanto alo que la generacin romantica gustaba de lamar
[a sociabilidad argentina, Ya Sarmiento lo habia seflado en 1883,
‘en el prologo a Conca y armanias de las rasa n América, y pron
to ibaa florecer toda una literatura consagrada al tema, Candom “TuLIO HALPERIN DONGHE
se teferia a Nuestra América como lo hizo Carlos Octavio Bange
desde el titulo mismo del libro que tavo su primera edicion en
1909- se aludia a la misma con la que, para esndalo de Antbal
Ponce, Vasconcelos ¢ idenificaria orgullosamente, aunque estir
vera lejos de celcbrase esa indentiicacién con el entusiamno del
Los motivos que abordaha en orden disperso es literatura se
poyaban en una denuncia del compartido legado de fa conquie
‘ay la colonia que hacia de los estos sucesores del imperio es
patil otros tantosfragmentos de Nuestra América, considerados
‘como Ia fuente de origen de lot “frenos" y “rémoras” que-traba-
‘pan eleamino hacia el Furr al que todos ello aspiraban” Dee
de 1934 dejaron paso al aun més exhaustivo inventario de fatal
‘aves cuyo peso habia comenzado a abrumar ala Argentina desde
mucho antes de que legara.a ser la Argentina, que Ezequiel Mat-
tines Estrada levant6 en Radiografa de la Pampa. Las seguridades
acerca de la Argentina que Maria Rosa Oliver solia ofr repetdasa
sirlado —"lh de que el nuestro era un pas blanco; lade que su en-
"iquecimiento seria constante; la de que en él se habia superado
para siempre Ia inestabilidad politica", y que provocaban wnas
eabitas,fugaces, herméticas soncisae que ponian una chispa de
‘malicia en los ojos de Pedro Henriquez Urea y Afonso Reyes",
seguan siendo -camo lo confirma su testimonio~ verdades con-
vencionalmente aceptadas. Sin embargo, la unanimidad en torno
4 ellas habia comenzado a resquebrajarse, yen ese resquebrajie
mmiento tenfa an papel la imagen de esa otra Argentina evocada
por “el etndlogode origen sizo Alfted Métrau, que se habia criae
‘do.en Tucumén [e} insstia en que el atraso cultural y generale
ti umido y es consecuencia de las condiciones infraluimanas en
que vegeta gran parte de ia poblacign#*
‘Con ello pasaba a ocuparl primer plano un motivo hasten
‘tonces secundario en los planteos que habian venide preparando
clterreno para el descubrimiento de esa otra Argentina. Una ver
‘ns habia sido Sarmiento quien primero habia avanzado hacia 6,
aladvertis antes que otros que s se delegaba en las fuerzas econd-
‘micas la direccidn del ingente proceso de cambio que su gener
ra
ovraisen ico. 5,
ion estaba decidida a desencadenar,éste dejaria a buena parte
dol pais sin tocar ‘La exposicion industrial de Cardobs, organiza-
‘a por su inicatva para celebrar el ingreso de esa ciudad que era
puerta de entrada del Interior en la era del ferrocarrl, revelaba
‘hasta qué punto adverta el problema; ala ver, elinstrumento que
Inaba etcogido para abordarlo ~en Pacunde habia presentado a
‘Gérdoba como la ciudad simbolo de una fraccién del pas que se
‘obstinaba en vivir en el passdo~ sageria ademas que para él éste
‘seguia teniendo una raz esencialmente cultural. Contra fo que
habia experado Sarmiento, ln exposicién cordobesa no consiguis
{nserbir el problema que lo preocupaba en la agenda de la op
‘in. Quizé tuvo algo que ver con ello que bajo la égida dela Lit
ga de Gobernadores -surgida de encuentros entre mandatarios
‘Provincales que habian tomado por pretexto a ext misma expos
‘dn, yque a partir de 1874 pasé a dominar la politica argentina
los intereses de las provincia interiores, tal como los entendian
‘ss oligarquias gobernantes, estuieron lejos de ser desatendidos.
LLaconstrccion en esa misma Cordoba del que fue en su momen-
to el mayor dique de las Américas, con el propésito entonces exchu-
vo de hacer mds grata I exstencia de los pobladares de la capi-
tal de esainfluyente provincia, aun misla creacién en Tucuman
‘de un oasis azucarero ala que el estado federal contribuyé con fe-
‘rocarri crédito bancarioy proteccién aduanera, ast lo confiema-
ban, No es extraio entonces que la que habia sido preacupacién
‘de Sarmiento tardara en resugie
“Esto ocurrié cuando, en medio de la reconstruceién politica
‘que siguié ala revolucién de 1880 -en cuyo marco la provincias
interioresno lograron preservar plenamente cl influjoque habian,
alcanzado antes de ella-,y como consecuencta de ls cifras del Se-
‘gundo Censo Nacional, levantado en 1895 que reflejaban #1 de-
“reciente peso demogritico debido al mis vigoroso ascenso pobla-
‘ional dela capital yas ierras pampeanas- la gravitacion de esas
provincias tanto en la Cimara baja cuanto en el Colegio Hlecoral ~
‘que designaba al presidente sufré una disminueion presomible-
mente destinada a acentuarse aun més en el futuro, La alarma
provocada en las provineias afectadas slo encontré un eco mas176 “Tuo HAL ERIN DONGH
ampli fuera de elas cuando esos cambios en el equlibrio demo-
grificocomenzaron a proyecarye sobre el ten de fondo fect
Go por la instauracion a partie de 1912 de wn regimen auténcica
‘mente representativo, Ya en la etapa inicial de esa experiencia,
_Juan Alvarez habia deplorado ia pérdida de peso politico de ess
provincia; precsamente porque habian sido menos tocaas por
{libri proceso de cambio que debia rear un pis moderno, hae
ban sido apenas afectadas por los conflicts sociales que estall-
bban con crecinte frecuencia en las que ilo extaban Sendo, BI
desarrollo posterior de esa misma experiencia most a quienes
‘ompartian ls tendenciasconservadoras de Akarer que el mayor
‘igor conservado por as ferzs politics tradicionales en esas pro-
vinci poia consi un preciso factor de equilibri,eapar de
Iimitaren cera medida los efectos dieuptios de laimplantacién
delademocraca.
‘Ese descubrimiento invitaba a mirar con mayor simpatia ls
zmanda Tega de spre renting ela que a
sarginacién pol simara a la econémica ya sufrida. Pero
‘quienes solictaban esa simpata lo hacian con wstas a susetar ink
clativas destinadas a corregir alguna de las consecuencias puntua-
le que acacaban a marinacin; en contecenc, ee pro-
posto no los invitaba a demunciar en Ia misera y el desalimiento
de sus clases populares el rasgo que mejor podia defini el perfil
de ls regiones argentinas menos tocadas por eleambio. Es sgni-
Fieativo que quien en la década de 1920 contribuyé mas que na-
die a inscribir los problemas creados por el estancamiento del In-
terior en a agencla de la opinién nacional apenas mencion6 entre
cellos esa miseriay ese desvalimiento: cuando Alejandro Bunge,
buscando argumentos contra ls politica ibrecamt
achacaba es
Clases cualquier acceso al bienesa,peferia ofrecer como pruc
bude ello el contraste entre el eso de vida de los chacareros de
tas nena cerealras dl Litoraly el de los del mediooeste de los
stados Unidos
"En la deca siguiente sa dimensi asa entonces cage
norada del reuaso del Interior paso a primer plano, ero como
‘stancamiento, es reprochaba que cerraran a esas
—
uvenisen to) im,
Inentera economia nacional estaba siendo devastada por crisis,
«lla no era vst como una de las nota dstintivas de una segunda
Argentina que habia quedado rezagada en la carrera del progre-
+0, sino como la prueba quizi més convincente de que Ia entera
pain se vela defraudada del premio que habia experado reco-
ager al aleanzar su meta, Rail Scalabrini Ortiz no necesita invor
‘car el ejemplo del Interior para conclu que bajo el gobierno del
general Justo las masasargentinas conocianniveles de desnut
tort hemor de rer Dol nl campat de Genin ceca
dc ls acviades que ypoeamente enrol ch a Argnna
fh prio govern x Alemania, que“ eno, tata
te ut nsony ured orn, eral dnt)
txt contd pot osu confi
asta em elec del medio agviértense las cas sees i-
dias en efecto, no hay nada mis efcar para promover mov
‘mento que fSvorecen l judo que los procesos utils (..]
proceso del colar de farina, maniobrado por joyeros jos,
rele Dreyfe, maniobrado por perodistas jodios,navieron
Icha efletcia conta fa monarqulafancesa en 1785 y contra
lnaelonaismo francés en 1802 Slempre aparece un proceso
{judicial en la palesta, motorizado por judios, cuando las >
‘riene radiconale extn po flora o gosiean su presto!
(Conviene que no ovidemes esa consancesintomstica dee que
Alnrel ele dj salir dl ghewo"-
rr. a
bvpusenio, 199
Pero no s¢ trata tan slo del personal sinfnico: al Hegar al
‘momento culminante de la campaia, sus onganizadores
"aljudio polaco Dickmann le reservaron juego final de des
‘par la dkima caja para que é aera el que vcara el gargsjo
‘qe habia en ella Hl senenow exerao rep, abroquelado en
los fueros de I calumniay de In cobaediapalamentari dijo
‘quelacampaia antiberal era costeada por el oro na. er.
Lj Dickmann el enearga de dc exilim paso {un
judo sn honor al que no le puede hacer nada porque aot
‘ence todos on su enorme cobarda, contra neal no tee:
‘mos i siquira el eplamento™
Concluye Del: “no puede entender nada en la campata,s
las palabras de Dickmann, vnculando a Cray alos nacionlises
‘on eloro nazi ne se colocan al principio, como clave dela ec
con”, Yen un “esuio preliminas”antepuesto al exto de Dol,
{he el propio director de Git Enrique P Osts, quien responds
a las acusaciones de Dickmann ctando prrafosincuidoy en um
iscuro que acababa de promunciar en wn acto nacional. En