You are on page 1of 3

Silva, Renán. “La servidumbre de las fuentes”.

En Balance y desafío de la Historia


de Colombia al inicio del siglo XXI, comp. Adriana Maya y Diana Bonnet. Bogotá́ :
Universidad de los Andes, 2003, 27-46.

Toda investigación histórica comienza con la selección de un tema y la localización de unas


fuentes pertinentes.p.27
La selección de un tema debe incluir necesariamente “el planteamiento de un problema y la
identificación de los elementos que lo constituyen” p.28
La localización de las fuentes que hacen posible la investigación de un tema determinado,
plantea desde el principio un conjunto de agudas dificultades al investigador en historia, y que
tal localización es apenas en verdad el comienzo de mayores desafíos. P.28
El primer desafio es la elaboración o tratamiento de las fuentes. Este es un aspecto a veces
olvidado en la enseñanza del “arte documental”, en donde los asuntos se concentran en una
generalidad llamada “metodología” p.28
-Planteamiento de un problema
-La construcción de un objeto definido
-La producción de un conjunto de hipótesis
-La selección de unos métodos para el tratamiento de los datos
-La verificación crítica de los resultados
-La validación de la coherencia del conjunto construido
-El examen y la plausibilidad de las explicaciones finalmente propuestas
“Cuándo se hace un mal trabajo de archivo y se escapa de la operación historiográfica, se sale
del proceso sin “romperse, ni mancharse”, es decir, las fuentes examinadas no son sometidas a
ningún “proceso de transformación”. P.29 – (El análisis histórico es sustituido en muchos libros
por comentarios, es decir, y en palabras de Foucault, la presencia reiterada de lo mismo
expresado en otro lenguaje. P.29)
“Dejemos que los documentos hablen” (decían los positivistas) p.29
Ausencia de tratamiento de –elaboración- de las fuentes.-
La historia se hace con documentos –escritos o no-, como dejó hace tiempo establecido el canon
positivista p.29
La relación con las fuentes – lo que incluye el problema de sus formas de tratamiento y de
elaboración- puede ser una de las formas de caracterizar tipos de investigación histórica y de
investigadores- es decir culturas y estilos historiográficos- p.30
“Servidumbre de las fuentes”: (Una condición insuperable del oficio, a la manera como Freud
hablaba de las “servidumbres del yo” para referirse a condiciones con las cuales un sujeto debía
coexistir y con las cuales debería tratar de establecer la relación liberadora, para hacer de esas
servidumbres una condición de impulso de una vida más plena y en parte libre de ciertas formas
de angustia.) p.30 – Pero para ello el sujeto debe necesariamente sometes a elaboración –a un
tratamiento- que descansa en su palabra- esas que son sus servidumbres, las que no puede
hacer desaparecer a través de ningún gesto mágico, con las que debe coexistir, reconociéndolas,
con la esperanza de poder hacer de ellas otra cosa, una condición de libertad p.30
Elaboración y tratamiento: La relación con las fuentes p.30
La relación del ciudadano con el pasado de su sociedad, el sujeto debe aspirar a establecer una
relación artístico irónica con su inconsciente, una relación hecha al mismo tiempo de simpatía y
de distancia, de crítica y de comprensión.
Bajo esa misma relación, debe ser conquistada y construida la relación de un ciudadano con el
pasado de su sociedad, ya que se trata de un “pasado inexcusables” p.31
El historiador puede: cambiar su relación con el pasado por medio del conocimiento
relativamente honesto, medianamente objetivo, permanentemente crítico, que dialectice la
memoria sin oponer como figuras excluyentes el perdón y el olvido. Así como el sujeto no
puede librarse de su “pasado primordial”, las sociedades no pueden librarse de un pasado que
fue ya irremediablemente. P.31
La mala historia abandona el terreno del análisis y el de la elaboración de las fuentes, pues su
relación con los cuerpos de documentos que habían exhumado, examinado, copiado, prologado
y publicado era una relación de servidumbre p.33
Ya no hay análisis de fuentes sin el apoyo de técnicas y métodos singulares que hoy en día
particularizan el oficio y cuyo dominio es esencial para el tratamiento de materiales que, por lo
demás, ya no son solamente documentos escritos p.33
Esa ilusión positivista de que los sujetos pueden relacionarse de manera transparente con lo real
fue criticada por Marx, Nietzsche y Freud cuando demostraron que la realidad es siempre un
jeroglífico, una interpretación que se presenta como perteneciente al orden de la naturaleza, un
dato frío y objetivo, materia prima anterior a cualquier proceso de elaboración p33
La sociología y la historia se apoyan siempre en las formas de conocimiento indirecto p.34
La construcción de la memoria histórica escrita de las sociedades es particularmente un acto de
fuerza, un producto de hegemonías, el trazo de formas de clasificación de objetos sociales y de
establecimientos de zonas en donde el bullicio, el simple murmullo o el silencio se imponen,
según los intereses, las fuerzas y las estrategias que un momento determinado región la
sociedad, y según las condiciones de funcionamiento de las propias instituciones que la
sociedad crear para la conservación de su memoria p34.
Certeau llamó la operación histórica: una operación constitutiva y constituyente del trabajo de
los historiadores. P.35
La revolución documental del siglo XX no es el producto de la aparición de nuevos grupos de
documentos, de la constitución de “corpus” similares a los que supieron constituir, sobre todo
en Alemania, los eruditos de los siglos XVIII y XIX, y mucho menos de la revolución
informática. Es el producto a principios del siglo XX, de un cambio de orientación, de una
inversión de perspectivas que, en el caso francés se asocia con la expresión historia problema
p.36.
Plantear e intentar resolver un problema en el campo de la investigación histórica exige
seleccionar con pertinencia los documentos que hacen posible su investigación. Pero exige
sobre todo “trabajar” (elaborar, transformar) los documentos que han sido objeto de selección.
Como decía Marc Bloch “Los documentos no hablan sino cuando se les sabe interrogar”. P.36
La inversión de perspectivas que da lugar a una revolución documental por la introducción de la
idea de problema y de hipótesis en la selección de un tema, significa también, y de manera muy
precisa, un cambio en la concepción misma del documento, cambio cuyas expresiones mayores
no son ni lo serial, ni lo cuantitativo, como a veces se cree, sino más bien una idea nueva acerca
de que es y lo que puede ofrecer un documento.
“El documento ya no es esa materia inerte a través de la cual trata de reconstruir lo que los
hombres han dicho o hecho y de lo cual solo resta el surco, pues la historia “trata de definir en el
propio tejido documental unidades, conjuntos, series, relaciones”, lo que quiere decir que la
crítica histórica documental no puede seguir ya siendo prioritariamente la reiteración de las
preguntas que habían sido dominantes desde el siglo XVII, luego de la constitución de lo que
March Bloch pensaba que era la “nueva ciencia” del documento. P38
El movimiento de elaboración de materiales, de transformación de los documentos en otra cosa,
comienza desde el momento mismo que se ingresa en un archivo para tratar de convertir un
conjunto de documentos en un archivo problema, pues seleccionar unas fuentes es proceder a
redistribuir un espacio, ya que en la investigación histórica todo comienza con “el gesto de
poner aparte, de reunir, de convertir en documentos algunos objetos repartidos de otro modo”.
El historiador toma las fuentes aleatorias y las transforma en un cuerpo coherente p.38
Es claro que entre la definición de la crítica histórica “como el arte de descubrir –en los relatos-
lo verdadero, lo falso, lo verosímil” y la idea de “definir en el propio tejido documental
unidades, conjuntos, series, relaciones”, hay una diferencia de naturaleza y dos formas por
completo diferentes de definir nuestra relación con los documentos p.38.
No se puede reducir el análisis de fuente a la crítica textual o de discurso. Por que la realidad
social no se reduce a los discursos p.43
El trabajo del historiador no puede reducirse al campo de los documentos escritos, sino que
debe dialogar con las otras ciencias sociales p.45

A.) Tipología, temporalidad, extensión, materialidad; B.) repositorio (archivo) en


el que se encuentran los documentos, posibilidades y limitaciones en la consulta de
los mismos; C.) Relevancia y pertinencia para resolver la pregunta investigativa y
relación que guardan con las hipótesis de trabajo.

You might also like