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Resumen de la lectura de David Armitage, realizado por: John Piedrahita

David Armitage,1 señala que la historia atlántica es uno de los nuevos desarrollos
de la historiografía de los últimos años. Siendo así, hasta finales del siglo XX la historia
atlántica no fue consistente. Para la última década del siglo XX la historia atlántica hizo
su aparición como un subcampo definido y como subdisciplina de la historia. La
novedad de la historia atlántica es que no había existido una civilización común que
vinculaba las sociedades norteamericanas con Europa por medio de un conjunto
compartido de valores liberales, pluralistas y democráticos. 2 En consecuencia, el
atlántico se convirtió en un territorio donde se estudian la circulación de ideas, bienes,
personas y culturas entre Europa, África y América. En otras palabras, el atlántico jugó
un papel protagónico para afianzar el concepto de “civilización”.
Por otro lado, la comprensión y el estudio historiográfico de la historia Atlántica
permite, según Armitage, poner al descubierto un Atlántico europeo con raíces en la
guerra fría, un atlántico negro cuyos orígenes vienen de la guerra civil estadounidense y,
por último, un atlántico rojo que conecta el cosmopolitismo de Marx y sus ideas. 3 Es
decir, hay diferentes modalidades en el estudio de la historia atlántica y el autor propone
tres tipos de historia atlántica para su comprensión: La historia circunatlántica, la
historia transatlántica y, finalmente, la historia cisatlántica.
La historia circunatlántica es, según el autor, la historia del Atlántico como zona
de cambio, intercambio, circulación y transmisión. Asimismo, es la historia de las
personas que atravesaron el Atlántico, que vivieron en sus muelles, participaron en las
comunidades e hicieron posible su comercio e ideas. Además, es la historia de las
enfermedades, de los animales y, también, de las plantas que las personas movilizaron
de un lugar a otro. En definitiva, la historia circunatlántica estudia como las ideas, la
economía, el comercio y el tráfico de personas, animales y mercancías fundó la cultura
de la modernidad.4 Para finalizar, Armitage sugiere que la historia circunatlántica es una
historia transnacional y agrega que el gran logro europeo fue relacionar todas estas
subzonas en un sistema atlántico único.
Ahora bien, la historia trasatlántica, que plantea Armitage, es la historia
comparada. Por decirlo de otra manera, es la historia del mundo atlántico contada a

1
David Armitage, “Tres conceptos de Historia Atlántica”, Revista de Occidente, No 281, octubre
2004.
2
Ibíd., 10.
3
Ibíd., 12
4
Ibíd., 14.
través de comparaciones. El sistema circulatorio del Atlántico creó nexos entre pueblos
y regiones que en antaño se habían mantenido separadas; esto permite que los
historiadores trasatlánticos lleven a cabo significativas comparaciones entre historias
que –de otro modo- estarían completamente diferenciadas. 5 Quienes estudian la historia
trasatlántica se centran en las riberas del océano y, además, asumen la existencia de
estados nacionales junto con sus formaciones económicas y sus sociedades específicas.
En tal sentido, la historia transatlántica une estados, naciones y regiones en un sistema
oceánico. Empero, las unidades de análisis pueden ser más amplias y no limitarse
únicamente a las zonas costeras, sino a Estados-nación de continentes distintos.
Por último, la historia cisatlántica –desde la perspectiva de Armitage- estudia
lugares concretos como localizaciones específicas dentro del mundo atlántico y trata de
definir esa singularidad como el resultado de la interacción entre la especificidad local y
una red de conexiones.6 En el sentido más expansivo, acota el autor, la historia
cisatlántica es la historia de un lugar cualquiera: un Estado, una nación, una región o –
incluso- una región concreta. En un nivel de lo local, la historia cisatlántica puede
estudiar con mayor provecho los lugares más obviamente transformados con sus
vinculaciones atlánticas: ciudades portuarias y grandes ciudades. 7 En síntesis, la historia
cisatlántica se enfrenta a tales separaciones insistiendo en las características comunes y
analizando los efectos locales de los movimientos oceánicos.
En conclusión, y siguiendo a Armitage, los tres conceptos de historia atlántica
no son excluyentes, sino que, al contrario, se refuerzan entre sí. Examinados en su
conjunto, hacen posible una historia tridimensional del mundo atlántico. La historia
atlántica –con sus tres variantes- conduce a los historiadores hacia el pluralismo
metodológico al tiempo que amplía sus horizontes.8

5
Ibíd., 17.
6
Ibíd., 20.
7
Ibíd., 23.
8
Ibíd., 28.

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