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Capitulo IL EL LITISCONSORCIO NECESARIO 1. CONCEPTO in términos generales, el litisconsor- cio necesario es aquel proceso con la pre~ sencia necesaria de varios sujetos, que de un modo obligatorio deben formar parte de la relacién juridico-procesal. En otras palabras, se trata de un proceso en el cual una de las partes (activa © pasiva) esta necesariamente compuesta por varios Jetos No existe acuerdo en la doctrina relaci6n a qué criterio fundamenta la exis- tencia de esta figura. De un modo mayo- Titario, se defiende la existen consorcio necesario en razones qu ataiien al derecho mate litisconsorcio necesario s gular naturale; risticas que presentan los derechos dedu- cidos en juicio, o bien, porque la dec! racién que el actor solicita del juez es de caracter indivisible o tinico para todos los litisconsortes, ya sea que ello venga esta blecido por la ley o la naturaleza mis de la relacién de derecho material, situ cidn que requiere, en consecuencia, que concurran todos ellos al proceso, siendo ademas la sentencia que se dicte tinica para todos ellos.2#7 8 Entre otros, silo entienden FERNANDEZ LO- sal Gil Madrid, Ramon Areces, 1995, 4 ed, 1995, UL, p. 559; Contez OnsaNeja, Emilio (con Hence, Vicente), Dowel Procesl Gil, Madrid, 9 ed, 1979, p. 164; DAVILA MILLAN, Mara Encarnacign, Lacon sorco necrsari... ob. cit, entre otras, pp. 49, 51 ¥56; CORDON MORENO, Faustino, "Anotaciones acerca de la legitimacién’”, en Revista de Dencho Proceal ler ‘americana, Madrid, 1979, N° 2, p, 880. 105 En el litisconsorcio necesario se tra- ta, en esencia, de una tinica relacin sus- tancial para los varios sujetos, que en sede jurisdiceional necesita el concurso de los mismos “a fin de que la decisién forme estado en orden a todos ellos”? Por lo mismo, el objetivo final del litisconsorcio necesario sera obtener una resolucién Xinica para todos los litisconsortes, por tratarse de una tinica pretensi6n, con re- ferencia a la cual el concepto de legi macién activa © pasiva esta integrado por todas dichas personas, esto es, a todas les aleanza conjunta, pero no separadamen- te, la legitimacién activa 0 pasiva2”” El litisconsorcio necesario es una gura procesal excepcional, debido prin- Cipalmente a la carga que impone en la conformacién de la relacién procesal, pecialmente en el mbito pasivo. En to, “debido a él el actor no puede con quien li 10 que si se decide a que exista proceso, debe necesariamente demandar a todos los que se puedan ver © La expresin es de CALAMANDRE, Piero, ue sieuciomes de Derecho Procesal Cai sein el nurvo Céd- go, tr. Santiago Sentis Melendo (de In 2 ed. *eajiana), 1962, Hp. 310. To cntienden, entre otros, FAIREN GUE (or, "Sobre el litisconsoreio en el proceso sa itp. 187. En igual camino, tf, MONTERO AKO tesosy proceso tnico con pluraidad de partes on Estudins.. p. 220, La Intervenciin Adhesive Simpl, ob. cit, pp: 71-73: CALAMANDREL, Piero, Jnstifiones dde Derecho Procesal Cel» ob city My p. SL; MAN- risanto, Gono dé Ditto Processuale Civile, 1 Giappichelli, 1991, Sed. tp. 206; Lika MAK, Enrica T., Manual de Dewecho Procsal Gil ntiago Sentis Melenido (de Ia ed. italiana), Bue nos Aires, EJLEA., 1980, p.79, Curso de Derecho Procesal Gil mol afectados por la cosa j mo", quebrando el principio vo que ‘onsorcio voluntario, donde no exis te ninguna obligacién para interponer por todos 0 contra varios las distintas accio- nes, que formarin parte del objeto del Proceso. Como se anticipaba, esta figura esti lejos de tener una justificacién tinica en la doctrina procesal,?"! invocandose rarones para fundamentar esta i las que se reducen fundam Imente a las siguientes: 1°. en el principio de la idad de la audiencia; 2%. en la Sn de los derechos de terceros por \idn de los efectos de cosa jurgada; en una posible inutilidad de la senten- 4°, en la legitimacién procesal 2. CLASIFICACION DEL isconsorcio necesario puede ser tipos, a saber: el litisconsoreio n cesario propio y el litisconsorcio necesa- rio impropio. acion Juridica sustanctal det obligatoriamente en una rocesal, ya sea activa o pasivamente. Aunque nuestro Cédigo de Proce- dimiento no se refiera expresamente al nin, esta figi da en la part cuando autoriza que en un mis puedan intervenit como demandantes 0 ddemandados varias personas, ccepcién dilatoria de falta de cars de Derecho Procesal, Pamplona, Bun Por todos, cfr. GONZALEZ GRANDA, Pic Bi tiisconsorio necesario en ef proceso civil, ob. pp. 108-164. 106 se proceda conjuntamente por muchos o contra ‘muchos en los casos que autoriza la En nuestro derecho, hasta donde he- mos podido investigar, no se presentan si tuaciones en que la ley obligue perento mente a establecer un litisconsorcio nece- sario, Por el contrario, las tipicas manifes taciones apuntadas en la doctrina como ejemplos clasicos de esta figura, en nuestro ordenamiento estin tratadas como supues tos de litisconsorcio voluntario (x. gr., las obligaciones indivisibles) 2* o bien, los pre- ceptos que se ocupan del tema plicitos en su reconocimiento, debiendo re- conducirse tales hipétesis a supuestos de litisconsorcio necesario impropio. 2. BI litisconsoreio necesario impro- pio se caracteriza por no estar estableci- do expresamente por la ley, debiendo determinarse su existencia de la natura- leza de la relacién juridica deducida en juicio. Desde otro angulo, el litisconsorcio ‘ario impropio se justifica por el he- jue Ia conformacién de la relac que el proce: debe satisfacer, como i lucién de conflictos ju is mo explica la raz6n por la cual los orde- namientos procesales contemporincos, que se han encargado de reglamentar la figura del litisconsorcio necesario, lo re- conocen a través de verdaderas “normas en blanco”2"* sentando pautas muy ge- nerales mediante las cuales se intenta so- nar los casos en los cuales existe esta de que varios sujetos partici- 597, 1598 y 1529 CC; C. Ap. Sigo., Vili, sec. , po lea italiano io", DeVaionne al giudieato, Padova, Cod pp. 86-114 E' Sobre este tema, con referencia al de ‘comparado en alia, FE.UU., Espana y Ale La legiimacién como componente del derecho de accién 3. ALGUNAS HIPOTESIS. A modo de ejemplo, nada dice el wrt. 46 letra a) de la Ley de Matrimonio Givil respecto de la legitimacién.pasiva para interponer la accién de nulidad que pueden deducir los ascendientes en el aso de un matrimonio celebrado por menores de 16 aitos, pero es légico que dicha accién se debe entablar contra am- bos contrayentes. Resultaria ilgico que para el que no intervino en el juicio nulo para el que fue parte en el juicio, en virtud del efecto relativo de la sentei ia (art. 8%, ine. 2° CC) De igual forma, la accién de impu in deducida contra el pacto de sep: racién total de bienes otorgado © perjuicio de terceros, se debe deducir ni cesariamente contra los dos eényuges, al tre ellos una legitimacién con- junta pasiva (art. 1723 CC).2 Por su parte, en la Ley N° 19.620, so- bre Adopcién, se reconoce al adoptado Ja posibilidad de ejercer uma accién cons- titutiva para que se declare la nulidad de la adopcién obtenida fraudulentamente (art. 38). Aunque la ley no lo diga, dicha accién deberd interponerse contra los pa- dres adoptivos, presentindose ast otro ‘caso de litisconsorcio necesario impropio ‘en nuestro derecho, pada, Comares, 1996, es. ‘otros ordenamientos fa legislicién procesal hace bastante tiempo que re- {gill el litisconsorcio necesario, como ocutre por ‘ejemplo en la ZPO alemana (art. 62); CPC italiano (art 102); CPC de Colombia (art. 88); CPN de Are sgentina (art 89). En este sentido, eft. PEN Daniel, “El pacto de separacién de imicio de los aereedores’, en RDJ, LXXX, 1988, 4, RECONOCIMIENTO. ‘JURISPRUDENCIAL Un examen de la jurisprudencia de- muestra que en varias ocasiones nuestros tribunales han sancionado implicitamen- te la existencia del litisconsorcio necesa- rio impropio. No obstante que denominacién de litisconsoreio necesario impropio, dicha cuestién terminolégica aun segundo plano, por cuanto lo e esti en la adi forense, tod: ral como se podra apreciar, en estas sentencias se ha privilegiado pios proces asumiendo una funcién de creacién judi cial del derecho. Las ravones que han llevado a nues tra jurisprudencia a reconocer la presen- cia de esta institucién son varias 1°. EL principio de bilateralidad 0 de an- diencia Con profusidn se insiste que el litis consorcio necesario se justificaria por res peto al principio de audiencia (o de audiencia bilateral), esto es, en la garan- tia basica tendiente a asegurar que nadie puede ser condenado sin ser oido ni ven- Cido en juicio, o en términos andlogos, de que nadie pueda ser condenado sin haber gozado de la oportunidad de ser ofdo en julicio (nemo debet inaudita damnari) Con lo anterior se pretende conse- guir que los efectos de la sentencia no aleancen a aquellas personas que por no haber sido demandadas, no han tenido ocasién de comparecer en el proceso para alegar lo que les convenga en defensa de sus derechos2° En nuestro ordenamien- . fi. FERNANDEZ, Miguel Angel (con De La Ouva), Derecho Procesal Civil ob. ‘MuKoz JiMENtz, Francisco Javier, “Con: Jno al liiconsorcio necesatioy los rida pasa”, en Revista General de Derscho, N° 562-563, julioagosto 1991, p. 5752. Curso de Derecho Procesal Gil, Tome 1 to juridico dicho principio se entiende incorporado dentro de la garantia del d bido proceso, que la Constitucién reco- noce a todas las personas en el art. 19 La utilizacio del principio de la bila- ar esta figura es an- tal como consta de las a) *No procede declarar la nutidad de un contrato en un juicio que no se ha seguido contra una de las partes que interoino en si celebracién” 257 b) “Para que la sentencia que dectara ta nulidad de wn contrato, dé a tas partes 0 a terceros el derecho de ser restituidas al mismo estado en que se hallarian si no hubieseexisti- do el acto 0 contrato nulo es menester que to- dos hayan sido partes en el juicio, porque una sentencia por regla general no puede obligar ni perjudicar al que no ha litigado, aplica- cidn ésta det principio de derecho que nadie puede ser condenado sin haber sido antes oido 1p vencido en juicio” 2° ©) “Pugnaria con las principios beisicos del procedimiento el que alguien, dueio de un derecho, sin ser ofdo, prudiera ser privado de é 1y debiera recurrir al juicio ordinario para re- ‘cuperarto, al mismo iiempo que a su contrain- teresado, aun de buena fe, le hubiera sido dado operar la privaciém sin forma de juicio” (se denegé la nulidad de manifestaciones de trece pertenen 2. En la proteccién de los derechos de Lerceros por extensin de los efectos de cosa juzgada Otro grupo de sentencias ha deter minado la existencia del litiseonsorcio ne- cesario como un mecanismo para dar proteceion a ciertos sujetos que, por no. haber sido emplazados a un determina- CS 8 de octubre de 1984, RDJ, «. XXXI, see. 1p. 39. ©6810 de noviembre de 1988, RDJ,t. XXXVI, see. Pep. 312 ©)CS8 de junio de 1983, RDJ, 1. XXX, see. I, pp. 401-402, 108 do ju sus derechos a cau 0, no pueden ser perturbados en de una decisi dicial. Los fallos que han optado por esta truccién tienen enorme relevancia rica, ya que demuestran que en ci tos casos el principio del efecto relative de la sentencia, reconocido en el art. 3°, inc. 2° del CC, no siempre funciona como instrumento para proteger a los terceros de los efectos de las sentencias, como por lo demas lo viene proclamando desde hace tiempo la doctrina procesal. En un plano particular, nu prudencia ha constatado la existenci un litisconsorcio necesario impropio fun- dado en esta explicacién doctrinal, entre otros, en los siguientes casos:2 a) “La sentencia que declara resuelto un contrato no produce efecto alguno contra una tercera persona que no figuré como prarte en el Juicio de resolucién” 21 b) “Para que ta sentencia que declara ta ulidad de un comtrato dé a las partes 0 a terceros el derecho de ser restituidas al mismo estado en que se hallarian si no hubiese existi- do el acto 0 contrato nulo, es menester que todos hayan sido partes en el juicio, porque una seniencia por regla general no pede obli- gar ni perjudicar al que no ha litigado, apli- cacién ésta del principio de derecho que nadie puede ser condenado sin haber sido antes oido 'y wencido en juicio”. // “En comsecuencia, la ‘entencia que dectara ta nutidad a peticién de tales demandantes no prucde invocarse contra terceros que no intervinieron en el juicio” 2% ©) “Los efectos relations de las sentencias judiciales impiden dectarar eventuatmente ta ‘nulidad de un acto, sila accién no se ha dirigido en contra de todos los que intervinie- > E tangencial, pero apuntand en st esencia en fa mie ta direccian: cfr. CS 3 de enero de 1906, RDJ, tT, sec. 1%, p. S17; CS8 de octubre de 1912, RDJ, XI, sce. 1% p. 64 (establece la necesaria lerceros adquirentes en un juicio de nulidd), G8 21 de julio de 1925, RD], «XXII, sec. I, 4, 2 € 10 de noviembre de 1938, RDJ,t, XXXVI, sec. I", p-312. En contra, G. Ap, Santiago, 7 de sep tiembre de 1950, RDJ, ¢ XLVI, sec. 2%, p. 56. Ver La legiimacién como componente del derecho de accién ‘ron en él prues en tal evento se daria et absur- do que tal acto seria nulo para uno y wilido para otras” d) “La Constitucién asegura a todas las personas que la sentencia de wn érgano que ‘jerza jurisdiccion se funde en tun proceso jpre- ‘fo, y'no se configura un proceso sin que exis- 1a previo emplazamiento de aquellos a quienes se comsidere partes, con las cuales y sélo con elas se seguiré el negocio. Por ello, el imperio de lo juzgado no podrd, en caso alguno, ha- cerse extensivo a quienes no han tenido parte en el astento™. // “La pretensin de hacer so- portar el imperio jurisdiccional en quien no hha sido parte en al pleito constituye tin proce- der ilegal que significa una perturbacién en el jercicio legitimo det derecho de propiedad de quien aparece como cesionario de créditos y derechos afectados por una decisiém judicial dictada en proceso en el que no ha sido emp zado ni es parte”. Medida de protect declara que resoluciones judiciales dictadas en proceso civil indicado, no producen efecto ni ‘empecen a recurrentes mientras en esa instan- ia procesal no se declare otra cosa”? ©) “La accién de nulidad de un contrato ‘por ser personal debe dirigirse contra las perso- nas que lo han celebrado, aparte de tas otras, que de ellas derivan sus derechos; de donde se deduce que si no se dirige la accién en contra de aquillas, la sentencia que se dicte no podré obligartas, no obstante ser ellas las que cele- baron los contratos cuya nulidad depende de los que se eelebraron sobre la misma cosa”. // “La acciéin de nutidad debe divigirve y dise- tirse con el otro contratante”** 3°, En una posible inutilidad de la sen- tencia Ouro de los criterios tedricos para fun damentar la existencia del litis necesario se vincula con Ia eficac! ®5G, de Ap. deS RDJ, t. LXXXVI, sec. ago, 15 de junio de 1989, ingo, 0 de mayo de 1994, (eonfirmada por la Cor ee. 8, pL 1 17.7.1994), = de Ap. de Concepeidn 23 de junio de 1995, RDJ, XCUL, see. 1°, p. 4 109 lidad de la sentencia. Con esta regla se condiciona el posible cumplimiento de un fallo a la correcta configuracién del proceso. Si no fueron demandados todos los que debfan setlo, se debe aplicar la sancién de declarar el juicio como imitil, impidiendo el cumplimiento de la sen- tencia En la jurisprudencia esta linea se apre- cia en los siguientes casos: a) “No vale una sentencia contra el que no fue parte en al juicio”:*® b) “Si en un juicio sobre cobro de contri- uciones de bienes raices, no fue notificada ta propietaria del inmueble, sino una persona dis- tinta, seguramente inexistente, en conira de la cual se dirigié la accién at persistirse en el error de nombre en que se incurvié en ta némi- nna de deudores morosos presentada por et Teso- ‘ero Comunal (..), debe conclutrse que no haubo requerimiento judicial mspecto de ta deudora ), por ende, que tampoco existié et embargo ficto..” // “En consecuencia, procede desechar a demanda de nulidad det contrato de com- praventa basada en ta existencia de aquet em- argo ficto y que habréa afectado at inmueble ‘al momento de celebrarse dicha convencién”. / 7 ‘En la especie, on ningtin caso habria podi- do prosperar ta demanda en atencién que la ‘accién se dirigié séto contra el comprador, con to cual et fallo que hubiera podido dictarse ‘acogiendo la demanda habria resultado inope- rrante con relacién a la vendedora y no empe- certe, por consiguiente, su resultado” 4°, En la legitimacién procesal Ha sido tradicional que gran parte de Ja doctrina justifique la existencia del lt tisconsorcio. necesario invocando la de- nominada “legitimaci6n conjunta’, que es aquella que tendrian varias personas, en forma activa © pasiva, para demandar o ser demandados. La existencia de la legitimaci6n conjunta determina que se deba pronunciar una resolucion tnica 3 CS 13 de junio de I ps7 9° CS 16 de julio de 1957, RDJ, t LIV, see. 2, p38. 2, RDJ, LX, see. 1%, Curso de Derecho Procesal Gil, Tome 1 para todos Ios litisconsortes, por tratarse de una tinica pretensién, Sélo si se pro- cede de esa forma el proceso podré con- cluir con el pronunciamiento de una tinica sentencia, que sea eficaz frente a todos. El nexo existente entre litisconsorcio necesario y legitimacién es muy estrecho, tanto que el concepto mismo de litiscon- sorcio necesario ha sido elaborado por la doctrina a propésito del problema de si cexisten casos en que la legitimaci6n para accionar corresponde sélo a todos los par- ticipes de una relacién juntos, o contra todos juntos, de modo que la decisién dba ser necesariamente tinica a todos. La presencia de una legitimacién con- junta le impone al actor una verdadera ‘carga procesal, consistente en determinar rigurosamente el Ambito subjetivo de pro- eso, puesto que, si no demanda a todos © por todos los sujetos integrantes de la relaci6n juridico-material deducida en el pleito, éste va a ser totalmente imiitil, 'n el plano jurisprudencial, son tri butarias de esta corriente las siguientes sentencias a) “Si se deduce una accién de nutidad de adjudicacién de wna propiedad y de restitu- cid de ella se la dirige sélo contra el actual poseedor y no contra la persona que intervino en la adjudicacién y el demandado alega en el escrito de diiplica esa excepcién y la repiten tos itados de eviccién en sus escrtas de contesta- cidn, la sentencia que desecha esas acciones Junddndose en que la de nulidad no se ha dirigido contra legitimo contradictor, no falta ultra-petita, no sélo porque la excepcién fue invocada oportunamente, sino porgue aunique tno se invogue et juez tiene el deber de establecer ese hecho” * En esta sentencia de 1920, la Corte Suprema expresa que la aprecia- ®* Coinciden en esta idea, entre otros, SATTA, Salvatore, Manual de Dawtho Procesal Cia. Ted. italiana por Fernando de ta Risa, Buenos Aires 1971, Ul, p. 4; CORDON MORENO, Fase 110 cién de la falta de legitimas ber del juez, actuando de oficio. b) *..hay imposibilidad absoluta de que un heredero del vendedor pueda ejercer tat ac- cidn [la accién rescisoria de ta compraventa] sin la concurrencia de sus demas coheredems, puesto que, admitiendo el ejerccio singular de ‘lla, habria que conctuir que et heredero sélo podria accionar por su cuota, to que Uevaria al resultado de la rescision accionada, es decir, el vendedor lograréa la restitucién de una par- te del precio, conseroanda et comprador el res- to". // “En razin de tal imposibilidad es improcedente la. accién rescisoria ejercida por uno solo de los herederos del vendedor” 2 ©) *No procede declarar la nulidad de un contrato sino se demanda a todas las partes del contrato”2 ) “Si se pretende reivindicar el total de {a cosa, todos los herederos debertin hacer uso de la accién reivindicatoria que establece el art, 1268 det Cédigo Civil, debiendo deman- dar de consuno, porque la accién es comtin y ‘no de uno de los herederos”. // “La accion reivindicatoria no es una accién conservativa (que pueda interponer cualquiera de los comu- rneros” (et C* 6 establece que “..no es admisi- Ble que uno 0 més de tos comuneros fruedan intentar la reivindicacién det total de ta cosa comtin, pres carecen de personeria respecto de los restantes comuneros, y porque, ademas, la ‘accién reivindicatoria no es una accién con seroativa que pueda interponer cualquiera de ellos") 2% 5.1. EXPLICACION PREVIA Aclarados los fundamentos tedricos a los que se acude para justificar en la ju risprudencia la figura’ del litisconsoreio ® G. Ap. de Valparaiso, see. 2, p. 8. 3 de mayo de 1990, RDJ, t. LXXXVH, sec. p51 iC. Ap. de Concepeidn, 28 de octubre de 1992, RDJ, EXXXIX, sec. 2, p. 167, 1 de julio 1985, RDJ, La legiimacién como componente del derecho de accién in general, se trata de relaciones plu- risubjetivas en las que se deducen accio- nes constitutivas, y con algunos conflictos vinculados al ejercicio de acciones judi- ciales en materia de comunidades. in el terreno de los principios ~a lo menos en nuestro ordenamiento- el liti consorcio necesario no se presenta en los ‘casos de acciones de condena,®* cuyo ob- eto es obtener una prestacién por parte ‘de un sujeto determinado, aunque en ella exista una pluralidad de sujetos ob! dos, como ocurre con las obligaciones sim- ‘conjuntas © mancomunadas, las, isibles, donde a texto de la que implica un litisconsorcio nece sario, activo 0 pasivo (art. 1511, 1514, 15, 1527, 1528 y 1529 C “te convlena se puede generar un Fitisconsoreio ne sobre el particular, Por n lado, confor plicacion de CHIOVENDA, el iisconsoreio necesario Sélo se refiere a los casos de sentencias consttat vas En ef otro lado, REDENT postu que el litiseon. sorcio se extiende a toda “relacion plarisubjetiva conceptualmente i ble”. (CHIOVEN- DA, Jose, “Sobre el Litsconsoreio Necesario", Ensa- Bide Deh Poca Ca ob. p. 207-208; Gite i082 Prat a prt nel proceso ch tii ona) ACen 1 7 con plait Mine Gitte, 1960, (ecm); Pfs Prac de DE Fito Prcessuale Co Mita CiulleDinto, 1989, Bedrecy o) ‘Ene plan teérco ta dua sobre ta apica bildad del itaconsoreo necesnie a as obligacio- tes solidaria ha surgi fa hr dele principio de muticnei yl posible ox ‘om tag aterceror no Higantes (Por todon ce ‘Caniinas DEL RINCON, Juan La slidoidd do as ebligaciones desde na pti proce, Barcel ch, 190). Avnque no sen el momento de profin- “ntiende que en ls oblgaconcs soidarias nosed tn supuedto de aconsorci neces, hisieane tual estructura que tiene este tipo de mi Desde otra perspectiva, Ia existencia del litisconsorcio necesario se debe rela- cionar con la dindmica que presentan los actos y contratos dentro del trafieo juridt- co. En explicacién de Dier-Picazo, “como consecuencia de esta penetracién y de ¢ instalacién del contrato en el mundo de la realidad juridica, acontece que todos los tratos que en lo sucesivo se realicen tienen que contar con los negocios ya r lizados y fundarse en ellos. Los contratos que se van sucesivamente realizando con templan necesariamente y se basan en st tuaciones juridicas creadas por otros contratos que se realizaron antes: por ejem- plo, si mi deudor me entrega una cosa en garantia de la deuda, no cabe duda nin- guna que la eficacia de este negocio de- pende en buena medida de la eficacia de un contrato anterior, en cl cual yo no he sido parte y respecto del cual soy por con- siguiente tercero, que determina para mi deudor la adquisicién de la propiedad de la cosa que ahora da en garantia” 2” Es esta mayor 0 menor conexién que puede presentarse entre los actos y con- tratos la que obliga a indagar sobre el ibjetivo que debe tener la rela- Gién procesal, en el evento que el objeto del proceso sea una pretensi6n judicial para declarar su ineficacia, toda ver que €s perfectamente posible que tal declara- Gién repercuta directamente a otros ac- tos y contratos. El planteamiento anterior se ve refor- zado por la dificultad que existe para de- okt reclamacion contra io ~o por wno~ se pro- ha la consume dela accin proces eX _Bviendo de [a misma forma ln abligicin para los deme lobe el tema, MURGA Ge Jost Lui, De reo Romano Csi IE pres, ob ci, pp- 279 383 Gonzte2, Amparo, Una sti wniara (contractual Y procsal) dels ebigacionssldaraas en Derecho Ro- mano Cisco cite pp 158-164), ® Diez-PICAZ0, Luis, Fendamentos del Derecho Civil Patinonial, Madrid, Civitas, U1, ed., 1994, p. 399, Curso de Derecho Procesal Gil mol limitar en el ambito civil el concepto tercero en materia contractual, mi por cierto de la infecunda defin gativa,?™ problem “e proyecta al imbito jurisdiccional en el tema que nos ocupa. Efectivamente, no debe extraiar que la gradual superacién del principio del efecto relativo del contrato que se vi ne alentando desde la doctrina civil, haya tenido su repercusidn en la configuracion de los mecanismos procesales de prote cidn de los derechos, donde tradicion: mente se intentaba solucionar cualquier problema con la aplicacién mecénica de Ia regla del res inter alios acta. E el derecho contemporineo, des- de el Ambito del derecho civil se ha ido atenuando la aplicacién absoluta del prin- cipio del efecto relativo de los contratos, imponiéndose en su reemplazo el princi- pio del efecto expansivo del contrato, median- te el cual se reconoce que indirectamente los contratos pueden beneficiar 0 pe icar a los sujetos que no han tenido j ridicamente la calidad de parte, Frente lo anterior, resulta explicable que estos “terceros” en el contrato deban formar parte del proceso donde se discute sobre Ja subsistencia de un acto, en el cual si bien no fueron parte tienen un interés que legitima su intervencién jurisdiccio- nal, para precaver un efecto directo so- bre su derecho. Asi, por ejemplo, © tro ordenamiento juridico es un prin- cipio basico que la declaracién de nuli- dad 0 la resolucién de un contrato Heva aparejada una serie de efectos no sélo para los que fueron parte del acto 0 con- trato, sino que incluso puede afectar a los pactos celebrados por los terceros ad- quirentes, cuyos derechos emanan del acto 0 contrato declarado nulo 0 resuel- to (arts, 1490, 1491, 1689 CC). © Sobre el tema, en m vez SANTA Manin Jonge, Las Gonratos. Pare General Ezitorial Juridica de Chile, 1986, pp. 241 y ss Mi OZ DIAZ, Erika, I oto raion de los contrat, |AEZA CAMPOS, M Pilar, La subcontatacin, Sane Editorial Juridica de Chile, 1981, pp. 2541 12 Con todo, se debe reconocer que no jempre resulta facil determinar la presen- Gia de la carga procesal que obliga confi ‘gurar el litisconsorcio necesario impropio. in rigor, en ¢ iaciones los efec- tos de la sentencia slo afectarén de un modo reflejo a ciertas personas y, por lo mismo, para la proteccién de sus di chos bastaré que el ordenamiento juridi co les permita defenderse a través del mecanismo de la intervencién en juicio, especificamente como tercero coadyuvan- te (art. 23 CPC). A modo de ilustracién, den apuntar todas los terceros a mn juridica discutida en un juicio pueden ver afectadas indirectamente sus prerrogativas, como ocurre, por ejemplo, con los subarrendatarios*”’ 0 los fiadores (art. 2358 CC), En suma, no mpre que los efectos de una sentencia judicial puedan afectar aun tercero se est en presencia del litis- consorcio necesario, debiendo solucionar- se esta cuestin a la luz de la extensién de los efectos que una sentencia pueda producir en los derechos de ese tercero, Si cl efecto jurfdico que la sentencia judi cial provocaré en el derecho del tercero ¢s directo, restindole la posibilidad ulte- rior de defenderse, se estard frente a una hipstesis de litisconsorcio necesario. 5.2, NULIDAD DE ACTOS ¥ CONTRATOS 1 Titulo XX del Libro IV del Cédigo Givil, dedicado a la nulidad y rescisi6n de los actos y contratos, establece algu- nas pautas sobre a legitimacién activa para impetrar la declaracién de nulidad Tart. I de la Ley N° 18.101, Sobre miento de Predios Urbanos, establece ‘que *Para que a los subar nile lo obrad Tos. e desahuicio, de restitueidn o de terminaciér {del arrendamiento por falta de pago de la renta se- _uidos contra el arrendatario, es debera ser nol Ta demanda o deberin haberse apersonado a rea 4 opo- La legiimacién como componente del derecho de accién (arts. 1683 y 1684), Jos titulares de la accién de nutidad, pero sin pronunciarse sobre la legitimacié pasiva, esto es, contra quienes se debe deducir la pretensién de nulidad. Han sido nuestros tribunales los que pasiva, estableciendo algunos criterios de ‘enorme relevancia para la materia que nos ocupa. En tal sentido, constituye un principio constatable en nuestra jurispru- aunque no delimitado ‘pa mente, que la accién de nulidad debe ser dirigida contra todos los que son par- te del contrato cuya nulidad se pretende declarar. Si falta alguno de ellos, la rela- sal sera defectuosa y cl podra entrar a pronunci do del tema? En igual linea, se ha en- tendido que esta accién deberd dirigirse contra los terceros que hayan adquirido derechos en su favor del contrato cuya nulidad se pretende, tema sobre el que volveremos pronto. Tal como lo expone la sentencia de la Corte Suprema de 8 de octubre de 1943, “No procede declarar la nutidad de un contrato en un juicio que no se ha seguido contra una de las partes que interoino en su celebracién” En efecto, si se ha celebrado un con trato entre Pedro, Juan y Diego, demanda a Juan para edi nulidad de tal acto, omitiendo dirigir su accién contra Diego, la sentencia que es- time la demanda producira su eficacia sélo entre Pedro y Juan, respecto de los cuales ~si se acoge la pretensién- se ha- bri extinguido ef derecho. Sin embargo, tal sentencia no perjudica ni beneficia a Diego, al que habria de demandar en un nuevo juicio deduciendo como objeto la misma situacién que ya se encuentra re- 10 el tribunal secién de ni jada una de las par ‘de mayo de 1990, RDJ, Asi, por ejemplo, en u 6.2 conocer del fon dad, por no haber sido. del contrato (CS 23 {LXXXVIL, see. 1", p-51), 2°CS Bde octubre de 1984, RDJ, XXX, sce. 1 p39, 13 suelta por la sentencia definitiva que claré la nulidad. En rigor, ¢ es contraria a los postulados légicos que debe cumplir el derecho, ya que resulta incoherente sostener que ese acto sigue siendo nulo para uno y valido para otros (nulo entre Juan y Pedro, y eficaz entre Pedro y Diego). Por otro lado, la necesidad de estable- cer el litisconsorcio necesario, demandan- do a todos los que fueron parte del acto 0 contrato impugnado de nulidad se ha vi sualizado como un mecanismo de protec Gién de los derechos de terceros frente a la extensién de los efectos de cosa juzga- da, tal como se aprecia en la siguiente sentencia de la Corte Suprema, de 8 de mayo de 1990: “La accién de nutidad de un ‘contrato es una accién personal que debe inter- ponerse en contra de todos los que fueron parte ‘en el comtrato que se pretende anular, toda vex (que de to contrario y atento el efecto relativo de la sentencia judicial que se consagra en el art. 3* del Codigo Cioil, resultaria que un mismo con- trato seria nulo respecto de la parle en contra de la cual se intents ta accién valida respecto de la otra, que no fue motivo de ta demanda, lo cual repugna no silo et ordenamiento juridé- a, sino la ligica mas elemental”?! 5.3, NULIDAD DE ACTOS ¥ CONTRATOS. (QUE AFECTAN A TERCEROS Otra hipétesis de litisconsorcio nece- sario impropio se presenta a propésito de los efectos de las sentenci giendo una pretensién de nulidad o res Cisién pueden afectar los derechos de terceros subadquirentes. de Santiago, en sentencia de 15 de junio de 1989, al dectarar qe “Lar efectos relations de lax sentencias Jjudicials impiden dectanar eventualmente la nuidad de tem acto, sila ecm no se ha dirigido en contra de todos los que intereinioron en i, puss ental evento se daria el absurdo que tal acto sera mulo para uno y wilido para ‘ott” (Cede Ap. de Santiago, 15 de junio de 1989, RDJ,t. EXXXVI, see. 2, p58) '81 CS 8 de mayo de 1990, RDJ, LXXXVIL, see, 1p. 85, Curso de Derecho Procesal Gil mol Sobre este tema la tinica pauta legal que sirve de referencia para abordar este problema se encuentra en el art. 1689 del Cédigo Civil, el que prescribe: “la nuli- dad judicialmente pronunciada da aceién reivindicatoria contra terceros poseedo- sin perjuicio de las excepciones lega- les? (art. 1689 CC) Conforme a la doctrina tradicional, contra el tercero no procederfa deman- dar la nulidad del acto © contrato, en virtud del efecto relative (res inter alios acta), y s6lo cabria interponer en s tra | i obtenida la declaracién de nutidad o con- juntamente con ella, mediante una acu- mulacién de acciones, de conformidad al art. 18 del GPC. Dicha solucién des- cansa en la conjugacién de dos prinei- en virtud de tercero por aplicacién de la maxima rela- tiva a la adquisicién de bienes: nemo plus iura ad alin tranfere postes quam ipse habit (nadie da lo que no tiene), y por otro lado, por la eficacia de la regla: resoluto jure dantis, resoluto jus accipientis (resuclto el derecho del que da, se resuelve el de- recho del que recibe).2 El rigor légico de tales principios I va a sactificar los derechos de los terce ros subadquirentes, sin atender para nada a la buena © mala fe con la que hayan intervenido en el acto. Como lo expone Claro Solar, “anulado un acto 0 contrato por sentencia judicial pasada en autori- dad de cosa jtizgada, los efectos de esta declaracién se producen retroactivames te hasta dejar a las partes en situacién que antes tenfan como si el acto 0 con- trato no se hubiera celebrado; y por con- siguiente que no ha habido adquisicién por parte del adquirente del dominio que el otro contratante ha entendido trasfe rirle en virtud del contrato nulo; y que © Sobre el tema, eff: OSPINA FERNANDEZ, Ga smo, Teoria General de los Actos 0 Negocios furiicos, Bogoti, Temis, ed, 1987, p. 488. este dominio no ha satido jamas de po- der del que en virtud de ese acto 0 con- trato nulo ha figurado como tradente”2* Mas contundente resulta el plantea- miento de Alessandri, para negar abier tamente la posibilidad que se pueda deducir la accién de nulidad contra el tercero subadquirente, razonando de la iguiente forma: “..la nulidad, una ver declarada, produce efectos entre las par tes y respecto de terceros. En otros minos, hay dos acciones: la de nulidad y la accién reivindicatoria. Pero de esta cit cunstancia no puede deducirse que un contratante podria dirigirse directamen- te contra el actual poseedor del inmue- ble, diciendo que el contrato que éste celebré con su vendedor era nulo y que, por lo tanto, pide la restitucién del in- mueble. Esto no es posible, porque la ac- Gién de nulidad es personal, desde que emana de un contrato, y légicamente esta accién personal debe dirigirse contra el otro contratante, la tinica persona contra la cual puede dirigirse; nunca contra el No obstante lo anterior, desde el pun- to de vista procesal la aplicaci6n casi ‘a del art. 1689 del Cédigo Civil, dando lugar a la reivindicacién contra ter ceros, resulta censurable, ya que le res tringe considerablemente su derecho de defensa, imponiéndole li declaracién de nutidad sin qu haya sido ofdo previament 8 CLARO SOLAR, Latis, Explicaciones de Derecho Gil Chileno y Comparado, ob. cit, XM, vol. Il, pp. 687-688. En igual over ‘fr DIAZ MuNoz, LEvika, El fc lato dels contraes, ob, cit A. 'S« ALEssANDRI RODRIGUEZ, Arturo, Curso de De- cho Ciel Santiago, Nascimento, 1943, IV, p. 3838. 8 én se utilizara la ac La legiimacién como componente del derecho de accién Las razones para repensar esta situ cin desde una éptica procesal— provi nen de las siguientes circunstancias: 1, En primer lugar, la conjugacién de las maximas de la tradicién “nadi transfiere mas derechos de los que tiene” (nemo plus tura ad ativm tranfere postes quam ipse habit), y la extensién con efecto re- troactivo de la regla: “resuelto el derecho del que da, ve el derecho del ‘que recibe” (resoluto jure dantis, rsoluto jus ‘ccipientis) descansan en una ficeién jun dica, que se le impone coa sa. Ei lidad prictica, a ese tercero Ie costar entender que el derecho de st adquirente juridicamente nunca ha exi tido, sobre todo cuando él ha actuado de buena fe. 2%. La radical solucién que se le pre tende imponer al tercero, dejandole sélo Ja posibilidad que alegue en su beneficio Ja preseripcién adquisitiva, restringe debidamente el contenido del derecho de defensa. En el juicio de nulidad, n: je mejor que ese tercero subadquirente tendra interés de oponer a la pretensién de nulidad todas las alegaciones, det ssas y excepciones, para tratar de enervar la accién de nutidad. EI tercero subadquirente, a quien incluso actuando con la mayor acuci dad puede ignorar que el acto adquisitivo de su antecesor estaba viciado de nul dad, como puede ocurrir en las hipstesis, que el vicio provenga de la incapacidad, del error, de la fuerza o el dolo. En tales ‘casos, la aplicacién ilimitada de la maxi ma resoluio jure dantis jus accipientis sacrifi- ‘ala buena fe de este tercero,™ existiendo lc impondran los efectos de la nulidad, accién de nulidad y lade reivindicacién contra ese tercero, no habria mayor objecin, ya que e! ‘caso se estaria permitiendo que el tercero pueda deferidere en el juicio cuya eventual declaracion ‘de nulidad ineidiri en au derecho. © Ein esta linea, eft. OSPINA FERNANDEZ, Ci Nermo, Teoria General dels Actos 0 Negocios Juridica, ‘ob. cit, p. 488, 115 una razén de justicia para q en el juicio, ya que la vigencia d recho quedaré a merced de la de judicial que haga su tradente. Incluso, des de el punto de vista prictico, el emplaza miento forzoso del tercero subadquirente evitard colusiones © fraud que pueden haber sido fi antecesores en el dominio justamente para perjudicarlo en su derecho. 4°, Desde el ambito procesal, toda esta reflexin se justifica dentro del marco conceptual y teérico que ha significado la autonomia de la accién. Como se hi explicado, la clasificacién cientifica mas relevante de las acciones atiende mis bien al tipo de tutela juridica que se quiere obtener que al derecho sobre el cual re- caen las acciones, distinguiéndose al efec- to entre acciones de condena, declarativas y constitutivas. Desde un punto de vista procesal, no resulta vilido sostener que Ia accién de nulidad, por ser una “accién personal”, no puede dirigirse contra el tercero, ya cello seria desconocer la premisa bé- sica sobre la que descansa el actual siste- ma de proteccién de los derechos, donde se atiende mas a los efectos que pueden producir las acciones que al derecho so- bre que recaen, conforme se explicé en la primera parte. Por su lado, el art. 1689 del GC con- templa expresamente la procedencia de la acci6n reivindicatoria, pero no se ocu- pa del tema de la legitimacién pasiva de Ia accién de nulidad, que juridicamente es.uma cuestién diversa. En efecto, la nor. ma de legitimacién. pasiva de la aecién de nulidad no se contiene en el Cédigo, yse debe determinar conjugando una se- tie de principios procesales, que enten- demos demuestran la necesidad de demandar a ese tercero en el juicio de nulidad, al existir una hipétesis de legitt macién conjunta” 87 Bn el derecho histérica se ha postulado esta tesis, com Tas clisieas obras cle DURAN: digo Ce vil frances sostenfan que "para que la sentencia que Curso de Derecho Procesal Gil, Tome 1 Como consecuencia de todo lo ante- rior, la circunstancia que se intente con posterioridad contra ese tercero la accién reivindicatoria, fundada en el derecho de dominio que la sentencia de nulidad 0 resolucién le reconocié retroactivamente al reivindicante, constituye la imposicién de un efecto jurfdico que vulnera el el mental derecho que tiene toda persona a defenderse. La precaria situacién en la que qui da el tercero que no fue emplazado al juicio de nulidad queda a la vista, al im- pedir nuestro derecho que se defienda invocando a su favor el principio de la buena fe, como ocurre en otros ordena- mientos. A lo mas, la tinica excepcién que tiene a su favor este tercero es la de pre cripcin adquisitiva, lo que en verdad no resulta una defensa demasiado amplia.™ ‘nel plano jurisprudencial la pro- puesta anterior cuenta con el respaldo se dicte declarando la nulidad tenga efectos con- tra los terceros y los obligue a ls restituciones, es necesario citarlos para que salgan al pleto y para ‘obtener contra ellos una sentencia pasada en att toridad de cosa juzgada (DURANTON, XIT, § 56 LAURENT, 19, § 78, citados por AMEZAGA, Juan Jo De las nulidades en general, Montevideo, Artes y O ios, 1909, p. 177) En al sentido ef, C8 26 de agosto de 1907, DJ. Vy see. Pps 6. Nose reconoce la posibilidad pic un fercero afectado por una sentria den thisd pcs mpediren st contra la revindicaion 3 Si eatre newotres extvicrarelansentada ls imtervencién de terceror a instancia forza no ex tnincon tanta evidencia fdeun comienro el proceso Sondemamientos, come! allanol slenn see {gla esta forma de intervencion provocada deter feren En el cso del derecho italiano, en genera, Ianerve se da can existe “com midad de causa en l que la parte del proceso we Atirge a tercevoy tiara la ela judi co- trex por comunidad por algun de ambos se les ‘lemetton objetivo la pretensgn ojete del pro- om, produciendo la Inada en cama unos eee etom el trcero adler al, con vdos los pod efectos ona rgd de Ia sentencia que reste Ia pre~ tensin que la parte cjercita frente al tercero con a propia llamada. 116 de algunas sentencias que han morigera- do la chisica opinién que se sustenta so- bre el art. 1689 del CC, dentro de las que destacan las siguientes:™" a) “No procede declarar la nutidad de ta adjudicacién de un bien rais, en un juicio seguido sélo contra et actual poseedor, 0 sea, si a accién no se la dirige contra el adjudicata- rio, con quien correspondia discutir el valor legal de ta adjuticacién”®" b) “Para que ta sentencia que declara ta ulidad de un comtrato dé a las partes 0 a terceros el derecho de ser restituidas al mismo estado en que se hallarian si no hubiese existi- do el acto 0 contrato nulo es menester que to- dos hayan sido partes en el juicio, porque una sentencia por regla general no puede obligar ni perjudicar al que no ha litigado, aplica- cién esta det principio de derecho que nadie puede ser condenado sin haber sido antes oido ‘y wencid en juicio” = ©) “(..) procede desechar la demanda de ulidad del contrato de compraventa basada en ta existencia de aquel embargo ficto y que habria afectado al inmueble al momento de contra de esta doe 1937, RDI, t. XXXY, 5 accidn reivindicatoria contra tereero que ne Fite parte en el anterior juicio de " acid de nulidad de wn contrato, por tuna accién personal, debe de las personas q para st celebracidn, putes son las tnicas ligadas por Cl vinculo juridico que se trata de an sceuencia, no proced dar tal ‘cer poseedor que no intervino en el contralo, pres ‘carcce éste de la calidad de legitimo contradictor’ // “Pero, para obtener la restitucién que corres: ponda de los terceras poscedores y, afento a los Cfectos de Ins sentencias julicinles, no basta por si sola Ia nulidad judicialmente declarada; de aqui ‘que Ia ley, para volver lie costs al estado en que se ‘encontraban antes de la nulidad, retroceso que es luno de los efectos que ésta produce, autoriza en el art. 1680 del Cédigo Civil la acein reivindicatoria ‘contra los terceras poseeddores, or obstante que no hhayan intervenido en el juicio de mulidad, salvo los ‘casos de exeepcisn, como son los arts 976 y 1432 del Codigo Cuil” (CS 36 de septiembre de 1966, RDJ, t LXIL, see. 1", p. 340). 81 C8 $5 de Getubre 1980, RDJ, t. XXVI, sec. 8, p. 350. 21 CS 10 de noviembre de 1988, RDJ, . XXXVI, see, LY p. S12 idad)..“La decla- etinse La legiimacién como componente del derecho de accién celebrarse dicha convencién’”. // “En ta espe: ie, en ningiin caso habria podido prosperar ta demanda en atencién a que ta accién se Airigié sélo contra el comprador, con lo cual el fadlo que hubiera podido dictarse acogiendo ta demanda habria resultado inoperante con re- Tacién a ta vendedora y no empecerte, por con- siguiente, su resultado” 2 d) “EL efecto de la inoponibilidad de un contrato a un tercer ajeno a él, no prucde extenderse al limite de anlar las inscripciones que de ese contrato derivan, al grado de Uevar 4a su cancelacién; pres para conseguir tal efee- to se requiere el ejercicio de wna accién directa- mente encaminada a ese fin y seguida, necesariamente, contra las dos partes que in- tervinieron en el contrato que generé las ins- cripciones en et Registra del Conservador de Bienes Raices™ 2 En similar orientacién, otra tende ia jurisprudencial que se mantiene en la inea anterior se da en los casos de accio- nes tendientes a declarar la nulidad de adjudicaciones efectuadas en remate, cuando la propiedad subastada ha pas do a manos de terceros. En estos casos la accién ordinaria de nulidad que se pue de deducir contra la adjudicacién se debe dirigir necesariamente contra esos tere ros ajenos al juicio, que adquiricron el bien en el remate judicial. En este cami- no encontramos las siguientes sentencias: a) “No existe precepto legal alguno que permita solicitar la nulidad de un juicio me- diante el eercicio de una accién ordinaria de ulidad hecha valer en un juicio ortinario”. // “Por consiguiente, la nulidad del remate por falta de emplazamiento del eecutado, debe plantearse en forma incidental en el mismo juicio gjecutive, aunque la propiedad subasta- da haya sido transferida a tercers a ta fecha de formularse el incidente”. // “Pero, para que tal nulidad afecte a estos terceros, es menester Jimpetrarta en su contra, junto con el gjecwtan- tey el subastador, sin que baste que el eecuta- do acceda a tas peticiones de cancelacién de CS 16 de julio de p38. RDI, t LIV, sec. 2%, de Ap. de 6 de septiembre de 1991, RD], LXXXVIIL, see. 8, p. 113. uz insripcién en favor de esos terceros, ‘com cita- cid” de los mismos”2 b) “La accién de nulidad de un contrato, por ser personal, debe dirigirse contra las per sonas que lo han celebrado, aparte de tas otras, que de ella derivan sus derechos; de donde se deduce que si no se dirige la accién en contra de aquéllas, la sentencia que se dicte no podré obligarias, no obstante ser ellas las que cele- bravon ls contratos cuya nutidad depende de tas que se celebraron sobre la misma cosa”. // “La accién de mulidad debe dirigirse y discu- tirse con el otro contratante”. En este caso se solicité la nulidad de un contrato de com- praventa forzado, demandando sélo a una de las partes" 5.5, EN LA RESOLUCION DE CONTRATOS Nada dice la ley sobre el cjercicio de la facultad resolutoria que tiene el con- tratante diligente, en los casos de relacio- subjetivamente complejas, esto es, con mis de un sujeto como parte del acto 0 contrato. El Cédigo Civil reglamenta s6lo los efectos de la resolucién, pero no abor- da el tema de la legitimacién activa 0 pa- siva, determinando qu y contra quiénes se debe cjercitar esta accién (arts, 1489, 1876 CC), 8° CS 99 de mayo de 1951, RDJ, «XLVI, see. Bp. 139, %4C. de Ap. de Concepcién 28 de junio de 1995, RD], XCIL, see 1°, psd. En contra: Ap. 1g0, 7 de septiembre de 1950, RDJ, XLVI, “EI duciio del inmueble que obtuse in del remate y de la consi jnlicacion, mediante Ia interposicin dle un inci dente de nulidad procesal fundado en la falta de templazamiento, Gene derecho pedir que se de jen sin efecto todas esas transferencias que han de esos aetos, sin necesidad de iniciar nuevo juicio. // No es dbice para resolver esas enestione el hecho de que no se hays oide al setwal propic~ tario del inmueble, supuesto que todas ella se a+ mitaron con las personas que en ese te caso las conseet cl eausante en el perjuicio de lox sda hacer valer en contra de éste, si fueren procedentes". Curso de Derecho Procesal Gil mol Nuevamente, el punto de partida que justifica analizar este tema desde la épti- ‘ca del litisconsorcio necesario, es el am- plio efecto extintive que produce la declaracién de resolucién, la que no la relac terceros adqui tae blecido a propésito de las obligacion condicionales en los arts, 1490 y 1491 del CC, La idea matriz en esta materia es la siguiente: “una ver 1 sobre aquél se hubieran podido cons- tituir (resolutio inure dantis, resotvitur ius com- cessum) "2 Ahora, ya sea que la resoluci6n se pro- duzca ipso iure o mediante sentencia judi- ial que la declare, el efecto es el mismo: se exting Al igual que la declaracién de. null dad o de reseisién, en la resolucién se producen algunos efectos restitutorios q ponen a las partes y a los terceros en el deber de reintegrar las prestaciones 0 la cosa rela de los terceros, para que queden en tuacién de restituir, se atenderd a la bu na © mala fe con la que hayan actuado en su adquisicién. E materia, la t sostiene como maxima que la accién re~ solutoria se debe dirigir contra el otro contratante, y no contra el tercero sub- adquirente, respecto del cual slo proce- derfa la accién reivindicatoria.* Dicha solucién descansa pricticamente en los ismos principios vistos en materia de lidad, salvo la mayor proteccién que se reconoce a los terceros para libera de la reivindicacién, lo que depende de sti adquisicién de buena o mala fe. En todo caso, a diferencia de lo que ocurre en materia de mulidad, al atenuar- se en materia de resohucién el rigor del © Ditz-Picxzo, Luis, Pundaments. Th pe 23. Entre otros, CLaKo Sota, Luis, Explicacio. nes de Deh Cioil Chaleno 9 Compara, ob eX, 51-158, 196, 1 ob. cit, 18 principio resolutio iure dantis, resotvitur ius endo que el tercero puc- da alegar la adquisicién de buena fe, la necesidad de configurar el litisconsorcio Sin embargo, cn la jurisprudencia ak gunas sentencias han ido estableciendo la necesidad de configurar un litisconsor cio necesario impropio pasi teria, tal como se constata, por ejemplo, en la sentencia de la Corte Suprema de 21 de julio de 1925, al declarar: “La. sen- tencia que dectara resuelto wn. contrato no ppro- duce efecto gue no figuré como parte en dl jucio de resolu. En otra oportunidad se falld que “.. hay imposibilidad absoluta de que un heredero del vendedor preda ejercer tal accién [la accién resolutoria de la compraventa] sin la conew- rrencia de sus demas coherederos, puesto que, admitiendo et ercicio singular de ella, habia que concluir que el heredero sélo podria accio- nar por su cuota, to que Uevaréa al resultado de la rescision fraccionada, es decir, et vende- dor lograria ta restitucién de una parte del precio, comseroando el comprador el resto”. // “En razén de tal imposibilidad es improceden- 8” GS 21 de julio de 1925, RDI, XXII, sec. I, in algunos casos la docttina se contiene como ocurre, por ejemplo, con la de enero de 1905, RDJ, (Tl, see. 1 sentencia CS. p37, Con una doctrina en sentido contrario, CS 6 de junio de 1913, RDJ, XI, see. 1°, p. 36 (no se es tims la existencia del fisconsorcio necesario en et ‘caso de una resoluciin de contrato, no ohstante ‘que fs cos panda manos de tercero); C. Ap. Sigo. 8 de agosto de 1904, RDJ, U1, pp. 5 ‘itamente no se determiné la ext iar a tereeros que no fueron partes e ito); CS 14 de diciembre 1997, RDJ, t XY, sec. 1%, p.529 (se dio accién revi tra treo psc, qe no fs pars seni pecto de los otros habria que entender que el con trate sigue vigente].) La legiimacién como componente del derecho de accién te la accién rescisoria ejercida por uno solo de os hereders del vendedor” En similar orientacién, la Corte Su- prema establecié que “siendo muchos tos vvendedores, la acciéin de resolucién del contra- to derivada del no pago del precio, debe ser deducida por todos” 5.6, EN MATERIA DE COMUNIDADES Uno de los casos mas problemiticos de determinacién de existencia del lit consorcio se da en relacién con la figura de la comunidad. En efecto, cuando se esiona un interés comunitario o se soli cita una declaracién que pueda afectar a todos los comuneros, surge la duda de ‘cémo emplazarlos. EI tema no es pacifico en la doctrina, debiendo distinguirse dos situaciones: 1°, Si la comunidad tiene capacidad procesal o un sujeto que represente vali- damente a todos los comuneros, se debe ‘emplazar al representante, sin necesidad de notificar a todos los comuneros. 2, Sila comunidad no tiene capaci- dad procesal ni un repre: i, se ha imado que mandar a todos © por todos los comun: ros en un juicio, conformando un litis consorcio pasivo necesario. Este plante: miento tiene como base la siguiente que la comunidad supone que todos los interesados tienen sobre la res communis un mismo y anilogo derecho, Jas mismas ¢ idénticas facultades sobre la 9G. Ap. de Valparaiso, 31 de julio 1985, RDJ, {XXXII se. p65, "CS 16 de septiembre de 1960, RDJ, «LVI, sec. 1, p. 254. En igual sentido: RDJ, XI, see. 1 p. 304 (eB yO" de fa de 1 instancia). ‘ta de los Tribunals 1896, T, p. 12 N? 2484 y aiio 1907, Il, p. 688. Idem. ALESSANDRI, Arturo, De la compraventa de promesa de venta, 1.1, p. 781 N°'1748, Siendo muchos los vendedores, a acc de resolucién del contrato derivada del no page del precio no debe ser deducida por todos. Asi, RDJ, 522: Pus itorio, "La toria ejercitada por une de los here ‘eros del vendedor", en RDJ, XLIX, p. 8. 119 totalidad de la cosa que ellos poscen pro indiviso. En tal sentido se pueden citar las siguientes sentencias: a) “El acreedor de un mutuo contraido solidariamente por diversos comuneros de un inmucble hipotecado por ellos en garantia del ‘muituo, no puede, sin ejercitar contra todos ta accién hipotecaria correspondiente, en juicio seguido contra sélo uno de los codewdores soli- darios, embargar todo el bien hipotecado y to- arto en adjudicacién”. // “En consecuencia, debe aceptarse la demanda deducida por tos comuneros que no fueron parte en el juicio gjeeutivn, por la cal reivindicacion (sic) la parte que a ellos correspondia en el bien em- ‘argado y adjudicado en dicho juicio” 'b) “Es nulo et nombramiento de partidor hecho por el juez en rebeldia de tos inasisten- tes, siuno de los comuneros no fue citado para el comparendo, por sf ni por intermedio de su cesionario”. // “El nombramiento de dr bitro quedé asi viciado desde su origen con el cagravante de que el auto respectivo se notifica- 1a por el estado a todas tos interesados, incluso ‘alos que no habian comparecido a tas diligen- cias de nombramiento de drbitro” 2 En otros casos se ha reconocido la existencia de un litisconsorcio necesario activo, obligando a que todos los comu- neros demanden, tal como lo exponen las siguientes sentencias:™ 88 CS 24 de abril de 1920, RDJ,t. 18, see. 1°, p. 482, C82 de agosto de 1944, RDJ, 42, sec., 1", p. 285, ™ En todo caso, el tema no tiene opi rime, como se percibe en las siguientes sen C.Ap. de Santiago, 25 de octubre de 1985, RDJ, 182, see. 2%, p. 108, *Cualquiiera de los herederos puede pedir ka nulidad absolita, sin que requiens 1 consentimiento previo de los otros interesados. Asimismo, mientras dure la indivisiGn cualquiera de ellos puede pedir fa nulidad relativa de un det rminado acto, ejercitando el derecho adquirido de su eausante ¥ oponer Ia exeepcion de reseisin, s es demandado por un acreedor hereditario, porque se tata de uma acci6n destinada a conser =. Ap. de Santiago, 2 de no- Viembre de 1982, RDJ, t.79, see. 2, p.69. “EL art 2805 del Cdigo Civil consagra respecto de cada Curso de Derecho Procesal Gil, Tome 1 a) “hay imposibitidad absoluta de que ‘un heredero det vendedor pueda ejercer tal ac- cidn [la accié rescisoria de la compraventa} sin la concurrencia de sus demas cohereders, puesto que, admitiendo el gjerccio singular de ella, habria que concluir que el heredero sélo podria accionar por su cuota, to que levaria al resultado de la rescisin fraccionada, es de- cir, el vendedor lograria la restitucién de una parte det precio, conservando et comprador et testo”. // “En razén de tal imposibilidad es improcedente la accién rescisoria ejercida por ‘uno solo de los herederos del vendedor”: 1b) “Si se pretende reivindicar el total de ta cosa, todas los herederos debertin hacer uso de Ta accién reivindicatoria que establece et art, 1268 det Cidigo Civil, debiendo deman- dar de consuno, porque ta accién es comtin y ‘no de uno de los herederos”. // *...La accion reivindicatoria no es wna accién conservation que pueda interponer cualquiera de los comu- neros”° (ELC? 6° establece que admisible que uno o més de tos comuneros jpuedan intentar la reivindicacién del total de {a cosa comin, pres carecen de persomeria res- ecto de los rstantes comuneros, y porque, ade- ‘mds, la accién reivindicatoria no es tina accion conseroativa que pueda interponer cualquiera de ellos”) ©) (..)"Cs indispensable que el demandante sea dueno completo de la cosa reclamada para que la accién de precario prospere. Por consi- guiente, uno de los comunenos de una cosa comin no puede deducir sin poder de los otros, {a accién de precario tendiente a obtener ta restitucion. de la cosa indivisa por et tenedor, le precario interps ‘obtener la restitucic cel eual reeaen sus der tracién, ya qu acto de disposicién, sino de conservacién del patti © G. de Ap. de Valparaiso, de julio 1985, RDJ, UXXRILL, see, 8, p65, °C. Ap. de Concepeidn, 298 de octubre de 1992, RDJ, 1 LIX, see. 2 p. 167, 8 C.'Ap. de Concepeisn, 98 de octubre de 1992, RDJ, t LIX, see. 2, p. 167, 120 ya que é no es dueno de la cosa, sino codue- io” (Enrique Silva Segura, Actas y contra- tos sobre cuota, p. 166. Editorial Juridica de Chile)" No obstante lo anterior, ses ha decla- rado que no existe la obligacién de que concurran todos los comuneros, cuando de pedir, de conformidad al del CPG, el cese gratuito que so- bre Ia cosa tenga otro de ellos, existien- do para tal efecto el mandato ticito y reciproco.8” 5.7. DERECHO DE FAM DE ALIMENTOS, ha suscitado una duda en materia de configuracién del litisconsorcio nece- sario pasivo en los juicios para obtener el pago del derecho de alimentos, cuando 1 alimentario tiene titulo para reclamar contra varias personas que se encuentran en la misma calidad juridica antes, como ocurre, por ejemplo, con los abuelos (art. 321 CC), or un lado, se ha estimado la propio, conforme lo expone la sentencia de la Gorte de Apelaciones de de 6 de agosto de 1981, en la siguiente doctrina:s"” "De acuerdo con to que dispone el art. 326, en relacién con el art. 321 del Gédigo Civil, la demanda de alimentos debe dirigirse en contra del padre legitimo de tos menores y una vez comprobada la incapact- dad econimica de é, debe interponerse en con tra de los abuelos legitimos por una w otra ®* G. Ap. de Concepeisn, 2 de abril de 1990, RDJ, LIX, see. 2, p. 76 (con una sinwesis de la doc: twins sobre cl aleance del mandato tito y reefproco ‘entre comuneros). En contra, CS 99 de septiembre ‘de 1992, RDJ, LIX, see. 1% p. 156; CS 4 de enero ide 2001, RDJ, CXCVM, sec! I", p. 19; C. de Ap. de Santiago, RD}, CXCY, see de Ap. de _XCIX, see. 2, ps 5” C. de Ap. Pedro Aguirre Cerda, 29 de enc ro de 1907, RDJ, t.XCIV, ee. 2, p25. ‘ve RDj, 1. EXXVIIL, sec. 2, p. 8 La legiimacién como componente del derecho de accién linea, pero conjuntamente en contra de todos ‘llos"*1" En similar orientacién se encuentra Ja opinién de Claro Solar, cuando expli- ca que “el demandante debe dirigir su accién contra todos los que se encuei tran en situacién legal de suministrar ali- mentos; y que cada tno de ellos no puede ser condenado al pago de la pensién ali- menticia, sino tan sélo en la parte que puede afectarle con arregio a las normas -cidas por la misma ley”.3"® in embargo, una solucién distinta propone la sentencia de la Corte Supr ma de 21 de diciembre de 1971: “La obli- _gacién conjuunta que, a falta 0 por insuficiencia de los padres, pasa a los abuelos legitimos por una y otra tinea no debe necesariamente ser jercitada simulténeamente en contra de todos os deudores. Gada deudar esté obligado a su parte 0 cuota en la deuda y no a ta tolali- dad”. // “Demandado, en comsecuencia, uno de los abuelos no puede pretender que, por es- tar conjuntamente obligados todos los abuelos, deba paralizarse o suspenderse et juicio hasta que la demanda se dinija simulidneamente en contra de todas ellos; sin perjuicio det derecho del alimentante para alegar ta existencia de ‘otros ascendientes de su grado y que deben egularse los alimentos que se le exigen en rela cién con tas facultades de todas los obli conjuntos”. ]/ “En el juicio deducida en con- tra de uno de tos abuclos pueden discutirse las facultades econémicas de todos, no para que {a sentencia los obligue sin haber litigado, sino para que el fallo sea juridicamente justo en ta determinacién de ta cuota que incumbe pagar al efectivamente demandado”"* En nuestra opini6n, no se cin de condena, sino de varias, las que SDJ, LXVIIL, see, 1%, p. 388, 8 CLARO SOLAR, Luis, Explicaciones de Darcho Gioil Chileno 3 Comparido, Santiago, Imp. Cervantes, 1, 1925, p. 358, SRD]. LXV, see. F, p. 388, Con anterior ridad, en igual orientacion, CS 14 de enero de 1980, RDJ, XXVI, sec. ', p. 75. 121 se pueden acumular en un juicio para obtener una misma sentencia de pago (art. 18 CPC). Por lo mismo, al tratarse de una pluralidad de acciones, cada uma de ellas con su causa de pedir distinta y en las que existe legitimacién individual para ser deducidas en juicio contra cada responsable legal de alimentos, no se dan los supuestos esenciales del litisconsoreio necesario, Por lo demas, es perfectamen- te posible que la sentencia contenga con- denas distintas para los alimentarios, si ello se justifica en los hechos (W. gr. falta de capacidad econémica de un alimen- tante). 5.8. LA.ACCION DE DEMARCACION ENTRE PREDIOS COLINDANTES, En la doctrina civil se apunta como hipstesis de un litisconsorcio impropio la que surge en relacién al ejercicio de la accién de demarcacién, cuando ella producir efectos entre distintos propi tios de predios colindantes.!* SAL POR, LA FALTA DE CONFIGURACION DEL LITISCONSORCIO NECESARIO. inobservancia del litisconsorcio rio en una determinada relacién procesal puede llevar a aplicar cualquie- ra de las siguientes ineficacias juridicas: 12, La absolucién en ta instancia La absolucién en la instancia se da cuando el juez se niega a emitir un pro- nunciamiento de fondo sobre la accion deducida como objeto del proceso, en el caso que nos ocupa, por no haberse em- plazado al juicio a todos los litiseonsortes, necesarios. Gf, ALESSANDRI RODRIGUEZ, Arturo, SoMa WA U, Manuel, Tratada de las Deh Reales, San- tiago, Editorial Juridiea de Chile, 5 ed. 1998, «11, pp. 198-200. Curso de Derecho Procesal Gil, Tome 1 ‘nla jurisprudencia son reflejo de a solucién, entre otros, los siguientes 2) “shay imposibitidad absoluta de que sun heron det sendedor pueda dere tal ac tit {la aciéa vexcsoria deta comproventa} Sin la concartenca de sus dens takerderas (0) // Em razin de tal imposiildad es in: procedente ta accién scion eercida por uno solo de los herederos del vendedor"3"> b) ‘Los efectos relations de las sentencias judiilesinpiden dedavar eocttualaent la ‘nulidad de ten acto, si ta accion no se ha igo en conta de todas loa que ttervine on ei (..)"3 ©) “sna resulta procesalmente posible aco- ser las pallonesformladas por o denonda- a en su demande sconsenciona, ya que al haces implica rlvar de su valor'2 5 aces fartdlooe laters enw Bike quest ha te ‘ado sélo con una de tas dos partes"3'7 d) “La accién de nulidad de un contrato por ser personal debe drgie contra tas pers. has que lo han celerado, apare de ls otras, pied alla devoan sus dewehas; de donde deduce que sl nose digs la acclin en contra de aqua, la sentencia que se dcte no pod dbiigortas, to obctanie sr llas las que ee taro tot contratas cape wlidad depende de tas que se eleravon sobre ta misma cosa” // “La accion de nutidad debe divigirse y discu- tirse con el otro contratanie” (se solicité la nu- Tidad de wn conteato de compraventa fora, demandando séto a tena de las partes). “...Por estas razones, no puede prosperar a demanda te molded del contrto de comproventa forza da solictada por el actor, ni deta consiguien: tetnsrpetin de damta, ya que no ha deiida bat demands contra uno defo gue celebrant td contrat (..) Como lampoco prcede deca tar la malidad dela eset pica (..) yo (pte dicha nulidad debe disatirie con sus aay: anes y uno de ellos no ha interenido on ete procs.) Para jusificar esto rcondemasade- * Gp de Valprao, I de julio de 1986, RDJ, t. XXXII, see. BEG. de Ap. des RDJ,t, [XXXVI see. 9%, 3G. de Ap. de Tenmico, 6 de septie 1991, RDJ, . EXXXVI, se. ,p. 113. 15 dejo de 10 nbre de 122 ‘més que de acuerdo con et art. 3° det Cédigo Givil, las sentencias séto obligan a los que than intervenido en el ttigio en que ellas se dictan. Ahora, declarada esa nutidad afecta a terceros”318 Aunque esta solucién resulta censu- rable desde el punto de la economia pro- cesal, al abstenerse el juez de dictar uma sentencia sobre el fondo, presenta la ven- taja de evitar otras ineficacias juridicas posteriores. 2°, La nulidad de la sentencia Otra solucién para enfrentar este pro- blema es la declaracion de mulidad. ‘Tal como consta de la sentencia de la Corte de Apelaciones de Valparaiso de 30 de septiembre de 1997, de oficio se procedié a anular el fallo de primera ins- fancia, que habia sido dictado en un j cio de nulidad de una sociedad, pero sin emplazar a todos los socios constituyen- tes. Después de definir el litisconsoreio necesario conforme a la sentencia del Tr bunal Supremo espanol de 28 de junio de 1994, ¢1 tribunal de alzada declare “que de los antecedentes resulta que ta sentencia judicial que se ha pronunciado sobre la vali dez 0 nutidad del contrato, lo fue sin que et senor Le Dantec fuera emplazado at juicio, vicio previsto en el at, 768 N° 9 en relacion con el art. 795 N®1 del Céstigo de Procedi- miento Civil y que, por tratarse en la especie de wen litisconsoncio necesario, y por ende in evitable, contieva la mutidad de todo lo obrado sin la participacion de este justiciable’ 3°, la inoponibilidad de la sentencia Otra sancién establecida por nuestra jurisprudencia ha sido acudir a la decla- WC. de Ap. de Concepeisn, 2% de junio de 1995, RDJ, t. XCI, see. %, p44. En igual orient idm, C830 de julio de 1917, RDJ, XV, sce. 1, p45; CS 28 de mayo de 1990, RDJ, « LXXXVI, see. 1, p. 51 (no entré a conocer del fondo de una accién de nulidad, por no haber sido demandada tina de las partes del contrato) 88 G. de Ap. de Valparaiso, 80 de septiembre de 1997, inédita. Redaccion abogado integrante Radi Livolari Oliveros, La legiimacién como componente del derecho de accién racién de inoponibilidad, tal como se aprecia, por ejemplo, en la siguiente doc- trina: “no vale una sentencia contra el que ‘no fue parte en el juicio” 3° 7. INSTRUMENTOS PROCESALES. PARA VELAR POR LA CONFIGURACION D LITISCONSORCIO NECESARIO Con el objeto de evitar que se tram ten juicios cuyas sentencias podrian deve- nir en intitiles, los instrumentos procesales que podrian ayudar a solucionar este pro- blema son: 7.1. LA EXCEPTIO PLURIUM LITISCONSORTIUM, indo nuestro proceso esencialmen- te dispositiv, la solucién a la omisién del litisconsorcio necesario pasivo provendré de la denuncia que realice el o los deman- dados, solicitando la subsanacién del de- fecto a través de la excepcién dilatoria del wt, 303 N° del CPC, que, a nuestro ju cio, comprende la denominada exceptio plu- rium litisconsortium, En efecto, si se ha ‘omitido emplazar a uno 0 mas litisconsor- tes necesarios, se esté en presencia de un defecto que impedira el pronunciamiento sobre cl fondo, y cuya subsanacién debe hacerse como una cuestién previa, que evi te dejar sin decidir sobre el fondo de la accién deducida, tal como se ha intent do justificar con anterioridad. Si falta alguno de los litisconsortes, al acogerse la exceptio plurtum titisconsortium debera ordenar subsanar el defecto em- plazando al sujeto que activa o pasivamen- te debe ser parte de la relacién procesal. 7.2. LA CORRECCION DE OFICIO Tal como se explicaba, una de las i ceficacias juridicas aplicables a la falta de © CS 13 dejuniode 1912 RDJ,t X,see. ',p. 571 128 observancia del litisconsorcio necesario es la mulidad procesal. La fuente legal de esta potestad anulatoria se encuentra en clart. 84, ine. 4° del CPC, cuando estable- ce que el juer podra corregir de oficio los errores que observe en la tramitacién del proceso. Podré asimismo tomar las medidas que tiendan a evitar la nulidad de los actos de procedimiento..."! De igual forma, aunque con el defee- to de no constituir un mecanismo de sub- sanacién preventivo, también seri posible utilizar el recurso de casacién en la for ma de oficio, procediendo a corregir el Vicio contenido en la sentencia defini va, consistente en no haber sido empla- zados todos los que debieron figurar en el proceso (arts. 768, N°9 y 775 CPC). Esta solucién ha sido admitida en la sen- tencia de la Gorte Suprema de 30 de abril de 1925, donde se ordené subsanar un litisconsorcio necesario, al haberse omi do en una demanda a un heredero.° 7.8. EL ARE. 21 DEL CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL, Otro mecanismo para declarar la exis: tencia del litisconsorcio necesario provie- ne de la aplicacién del art. 21 del Cédigo de Procedimiento Civil, cuando dice que “si una accién ejercitada por alguna per sona corresponde también a otra u otras © Esta facultad fue introducida al Cédigo de limiento Civil por la Ley N° 7.760, de 1944, idades procesales. La jurispradencia lizado esta potestad de un modo preferente li nulidad por falta de emplazamicn- ha cn relacign (o (vicos en Ia notifieacion), pero ello no immpide ampliar esta sitaacin frente plazamiento, "= RD], . XXII, sec. 18, p.78. En materia de nnulidad de particiones por omisicn de algsn come nero se recoge alguna jurisprudencia que de oficio hha corregide tal defecto. As, clr. CS de 4 de agos- to de 1938, RDJ, t XVI, see. 12, p. 432. CS de 22 de diciembre de 1022, RD}, XXI, se. 1°, p. 1088, En otras ocasiones se ha aplicado la nulidad de of cio civil, por ejempl, por no haber cor de los herederos ata designacién del de 21 de junio de 1912, RDJ,X, see. pp. 525.8). Curso de Derecho Procesal Gil ‘onas determinadas, podrin los d ir que se ponga la deman- da en conocimiento de las que no hayan concurrido a entablarla, quienes deberd expresar en el término de emplazamici to si se adhieren a ella” Entendemos que la norma recién re rida debe aplicarse a todos los casos de litisconsorcio necesario activo, donde una ver que haya sido citado el litisconsorte al juicio (“emplazado”), debera estar 1a varias posibilidades que allf se le reco- Sin embargo, la solucién legal que proporciona el art. 21 del CPC no es del todo satisfactoria, ya que no comprende 124 las hipstesis de liti rio ‘vo, y que en el fondo son las mas relevantes desde el punto de vista préc- tico. 7.4, LA ACUMULACION DE AUTOS. Ota posibilidad para subsanar este defecto proviene de la acumulacién de autos. A través de este mecanismo se po- dra iniciar un proceso contra el 0 los li- tisconsortes omiticlos, solicitando luego la acumulacién con el juicio donde no se configuré correctamente la relaci cesal (art. 92, N18, 2° y 3° CPC).

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